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UNIVERSIDAD DE

SAN MARTIN DE PORRES

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

SECCIÓN DE POSGRADO

MAESTRÍA EN DERECHO PENAL

TÍTULO:

“La Reparación Civil en los Delitos Culposos Ocasionados por


Vehículos Motorizados en Accidentes de Tránsito”

TESIS:

Para optar el grado académico de Magister en Derecho Penal

PRESENTADO POR:

Abg. CARLOS JUAN NIEVES CERVANTES.

Lima – 2016
TÍTULO:

“La Reparación Civil en los Delitos Culposos Ocasionados por Vehículos


Motorizados en Accidentes de Tránsito”
Asesor:
Magister EDWARD OMAR ÁLVAREZ YRALA

Objetante:
Magister FERNANDO NÚÑEZ PÉREZ
DEDICATORIA
A mi familia con todo el cariño, por su
amplia comprensión y apoyo moral en
mis estudios de posgrado.
AGRADECIMIENTO
A mi asesor en agradecimiento por su
valioso e invalorable aporte y ayuda
en la culminación de la presente
investigación.
INDICE

Resumen
Abstract

Introducción 01

Capítulo I
Planteamiento del Problema 03
1.1. Desarrollo de la Realidad Problemática 03
1.2. Formulación del Problema 09
1.3. Objetivos de la Investigación 09
1.3.1. Objetivo General 09
1.3.2. Objetivos Específicos 09
1.4. Justificación de la Investigación 10
1.5. Limitaciones del Estudio 10
1.6. Viabilidad del Estudio 10

Capítulo II
Marco Teórico 11
2.1. Antecedentes de la Investigación 11
2.1.1. Sobre la Reparación Civil 11
2.1.2. Sobre el Delito de Conducción en Estado de Ebriedad 12
2.2. Bases Teóricas 13
2.2.1. Marco Histórico 13
2.2.2. Marco Teórico 15
2.2.2.1. Teoría de las Consecuencias Jurídicas del Delito 15
2.2.2.2. Teoría de la Reparación Civil 22
2.2.2.3. Teoría de la Responsabilidad Extracontractual 27
2.2.2.4. Teoría del Daño 34
2.2.2.5. Teoría del Proceso Penal 44
2.2.2.6.La Culpabilidad 49
2.3. Definiciones Conceptuales 59
2.4. Formulación de Hipótesis 61
2.4.1. Hipótesis General 61
2.4.2. Variables e Indicadores 61

Capítulo III
Metodología 62
3.1. Diseño Metodológico 62
3.1.1. Tipo de Investigación 62
3.1.2. Estrategias o Procedimientos de Contrastación de Hipótesis 62
3.2. Población y Muestra 63
3.2.1. Población 63
3.2.2. Muestra 64
3.2.2.1. Determinación del Tamaño de la Muestra 64
3.2.2.2. Distribución de la Muestra 64
3.3. Operacionalización de Variables 65
3.3.1. Variables e la Hipótesis General 65
3.3.2. Operacionalización 65
3.4. Técnicas de Recolección de Datos. Descripción de los instrumentos 66
3.4.1. Encuesta 66
3.4.2. Análisis de Registro de Expedientes 66
3.4.3. Análisis de Registro Documental 66
3.4.4. Análisis Micro Comparativo de Sistemas Jurídicos Extranjeros 67
3.4.5. Observación 67
3.4.6. Fichas de Información Jurídica 67
3.4.7. Búsqueda en Internet 67
3.5. Técnicas para el Procesamiento de la Información 68
3.6. Aspectos Éticos 68

Capítulo IV
Resultados 73
4.1. Presentación de Resultados 73
4.1.1. Distribución de Frecuencias de Datos Obtenidos en la Encuesta 73
4.1.2. Distribución de Frecuencias e Histogramas por Variables de las
Encuestas 74
4.2. Validación de Hipótesis 83

Capítulo V
Discusión 83
Conclusiones 90
Recomendaciones 91
Referencias Bibliográficas 92

Anexos
Cuestionario de Encuesta 95
RESUMEN

La ejecución de la presente investigación jurídica comprende una serie de


capítulos enmarcados metodológicamente hacia la búsqueda de una solución al
problema que se planteó: ¿De qué manera los jueces penales utilizan los criterios de
valoración al momento de establecer de manera objetiva la reparación civil en los
delitos culposos ocasionados por vehículos motorizados en accidentes de tránsito?.
Consiguientemente, ello se justifica en el sentido de que tiene por finalidad el de
proporcionar los instrumentos teóricos-fácticos que permiten esclarecer el problema
jurídico y doctrinario de la utilización de criterios de valoración por parte de los
jueces, al momento de establecer de manera objetiva la reparación civil en los
delitos culposos ocasionados por vehículos motorizados en accidentes de tránsito.

Dicho ello, el objetivo de la investigación es determinar la manera cómo los


jueces penales utilizan los criterios de valoración al momento de establecer de
manera objetiva la reparación civil en los delitos culposos ocasionados por vehículos
motorizados en accidentes de tránsito; y los objetivos específicos son los siguientes:
Conocer si en ejecución de sentencia se cumple el pago de la reparación civil en
lesiones y muertos ocasionados por los accidentes de tránsito, Conocer el nivel de
cumplimiento del pago de la reparación civil a los agraviados en los delitos culposos
generados por accidentes de tránsito, Conocer si para el cumplimiento del pago de
la reparación civil sea necesario recurrir a la instancia civil, Establecer si las normas
legales que regulan la ejecución de sentencias judiciales en procesos de delitos
culposos garantizan y protegen a las personas que exigen el pago de la reparación
civil, Identificar las relaciones de semejanzas y diferencias existentes con otros
sistemas jurídicos.

Palabras Claves.-Reparación civil, delito culposo, responsabilidad objetiva,


accidente de tránsito, vehículo motorizado.
ABSTRACT

The implementation of this legal research comprises a series of chapters


structured methodologically towards finding a solution to the problem arose: How
criminal judges endpoints used when establishing objectively civil damages in
intentional crimes caused by motor vehicles in traffic accidents? Consequently, it is
justified in the sense that it aims to provide the theoretical and factual instruments to
clarify the legal and doctrinal problem of the use of endpoints by the judges, when
establishing objectively the civil redress intentional crimes caused by motor vehicles
in traffic accidents.

Having said this, the aim of the research is to determine the way the criminal
judges use the evaluation criteria when setting objectively civil damages in intentional
crimes caused by motor vehicles in traffic accidents; and specific objectives are: To
know if on execution the payment of civil damages in injuries and deaths caused by
traffic accidents is met, know the level of compliance with the payment of civil
damages to the victims in crimes negligent generated by traffic accidents, Date if
payment for the fulfillment of civil damages is necessary to resort to the civil courts,
establish whether the legal rules governing the enforcement of judgments in the
process of intentional crimes guarantee and protect people require payment of civil
damages, identify relationships similarities and differences with other legal systems.

Keywords. - Civil Repair, culpable offense, strict liability, accident, motor vehicle.
INTRODUCCIÓN

La finalidad de la presente investigación respecto al tema “La Reparación


Civil en los Delitos Culposos Ocasionados por Conductores de Vehículos
Motorizados en Accidentes de Tránsito”, es establecer las diversas causas por las
que se han incrementado considerablemente en los últimos años, los accidentes
de tránsito ocasionados con el uso de vehículos motorizados, así como lograr una
propuesta de solución al mismo.

Entre uno de los métodos de recolección de datos como es la observación,


se tiene, por noticias de los medios de comunicación, que el número de personas
fallecidas por accidentes de tránsito se incrementó en 25% entre enero y marzo,
período en el que han ocurrido al menos 60 incidentes, con relación al mismo
periodo del año pasado cuando se registraron 48, en Lima. La cifra que también
creció fue la de accidentes de tránsito: de 33 en el 2013 a 45 en los tres primeros
meses de este año. Estos datos fueron proporcionados a la prensa escrita por la
Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (Secciat).

De los tres primeros meses del año, fue en marzo cuando se registraron
más accidentes, 17, y febrero el mayor número de personas fallecidas, 60. El
choque de dos vehículos, salirse de la pista y las vueltas de campana fueron los
tipos de accidentes que causaron más muertes. Según el jefe del Departamento
de Tránsito de Lima, la mayoría de accidentes se originó por imprudencia de los
choferes o por conducir en estado etílico. Este incremento de accidentes de
tránsito y muertes tiene varias explicaciones.

Una de ellas es la falta de decisión para enfrentar de manera frontal el


problema. No existe en nuestro país, por parte de la mayoría de la población, una
cultura de respeto a las normas de tránsito por parte de los conductores y los
peatones, cuyas conductas antirreglamentarias se ven fortalecidas por la
impunidad cuando no son detectadas por los efectivos de la Policía de Tránsito.

1
La infraestructura debe ser adecuada. No existe un mantenimiento
adecuado de las pistas por parte del gobierno central ni por las autoridades
regionales y municipales y es una práctica común de las empresas prestadoras
de los servicios de energía eléctrica, agua y gas realizar zanjas en las pistas para
efectuar sus instalaciones dejándolas rotas e inacabadas con el consiguiente
perjuicio a todos los conductores y a la comunidad en general al ocasionar una
congestión vehicular.
Las señales de tránsito, no son instaladas en lugares visibles,
encontrándose muchas veces ocultas por el follaje o tapadas con afiches
publicitarios o con pintas que impiden su visualización; las señales controladoras
de velocidad muchas veces no se condicen con las circunstancias del lugar
donde se transita o se contradicen en cuanto a los límites de velocidad a los
pocos metros; lo que evidencia que existe por parte de algunos municipios ,la
única intención de imponer papeletas electrónicas, sin un criterio técnico, con la
única finalidad de generar mayores ingresos a sus arcas.
Los semáforos suelen estar descompuestos, sus ubicaciones no permiten
una correcta visualización y las disposiciones de la Policía de Tránsito en algunos
casos suelen generar mayor confusión.

El Observatorio de la Convivencia Social y Seguridad Ciudadana


(OBSCOSOSEC) de las Municipalidades Distritales de Lima (MPT), también
reveló un considerable incremento en el número de accidentes de tránsito y
muertes. Desde el mes de enero hasta el mes de marzo de este año se
registraron 97 muertes, más que en el mismo periodo del año pasado. Subió
30,77%. Según la misma tabla, el número de accidentes fatales llegó a 12, lo que
equivale al 25% de los accidentes ocurridos en el año 2013.

2
CAPÍTULO I
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. Desarrollo de la Realidad Problemática

La temática de la presente investigación se enmarca en una problemática


que requiere de suma urgencia una solución adecuada sobre “La Reparación Civil
en los Delitos Culposos Ocasionados por Conductores de Vehículos Motorizados
en Accidentes de Tránsito”, por cuanto muchos conductores de vehículos
motorizados involucrados en este problema álgido que es producido por
accidentes imprudentes que suceden a diario, tales son los agraviados, alumnos
de derecho, abogados, jueces y entre otros; y ésta solución debería ser pronta en
resguardo de las víctimas y con una justa indemnización; porque hasta la fecha
no hay resultados positivos a favor de los agraviados.

De lo dicho, debe tenerse en cuenta que viene incrementándose en nuestro


país los accidentes de tránsito como consecuencia a una actividad imprudente,
existiendo en la misma proporción el incremento de denuncias penales; de cuyos
procesos se observa que al emitirse la resolución final, la pena impuesta y la
reparación civil fijada no responde a las expectativas esperadas, aunado al
incumplimiento del pago de la obligación pecuniaria por parte del sentenciado; lo
que resulta reprochable e injustificado en un país democrático como el nuestro
que defiende un estado de derecho .

Como vemos y escuchamos en todo momento, este problema de


incumplimiento del pago de la reparación civil, es frecuente, como también es
controversial la determinación judicial sobre la indemnización de los daños y
perjuicios ocasionados en los accidentes de tránsito ,toda vez existe una injusta
proporcionalidad entre el monto indemnizatorio señalado y el daño ocasionado, tal
vez porque no existe un dispositivo que regule dichos montos, puesto que los

3
órganos jurisdiccionales señalan montos ínfimos por concepto de reparación
civil, que defraudan las expectativas de los agraviados

Al respecto, nuestras disposiciones legales indican que la reparación civil


debe guardar una justa relación con la magnitud del perjuicio irrogado a la
víctima, pudiendo ser elevado prudencialmente en proporción al daño causado
por el culpable, o por la pluralidad de culpables para que abonen en forma
solidaria o individual dicha indemnización, aunque en la práctica muchos de los
obligados evaden o tratan de evadir el cumplimento del pago.

Cabe distinguir el alto índice de delitos culposos ocasionado en la


conducción de vehículos motorizados en la ciudad de Lima y en la Provincia
Constitucional del Callao, así como en otras ciudades del interior del país, tanto
en la costa, sierra y selva, en cuanto a los accidentes de tránsito y al pago de la
reparación civil, es necesario en estas circunstancias un nuevo marco legal que
proteja los derechos de todo ciudadano de recibir una justa indemnización por los
daños y perjuicios ocasionados, con la que pudiera justificar todos los gastos
realizados por los agraviados o sus familiares como consecuencia de los
accidentes sufrido; como vemos son insuficientes nuestras disposiciones legales,
es pues necesario incluir nuevos mecanismos legales que garanticen la
protección jurídica en cuanto a determinar el monto de la reparación civil como a
su efectivo cumplimiento.

Como consecuencia de esta falta de tutela judicial efectiva existe una


desprotección a los agraviados y a la población en general con respecto a las
posibilidades de ser víctimas de los accidentes de tránsito que todos los días
tiñen de sangre nuestras pistas sin que haya una justa reparación civil

Aunado a ello, se tiene que en nuestro ordenamiento penal, la


participación del agraviado ésta supeditada a que previamente se constituya en
parte civil, previa resolución que el órgano judicial así lo declare, que recién lo
facultará a interponer recursos impugnatorios, siendo el caso que incluso el
Estado le niega el acceso a contar con la asesoría gratuita de un Defensor
Público; sin embargo a los imputados durante todo el proceso desde la etapa
4
policial se le garantiza el derecho de ser asistidos por un defensor público si es
que no designan a un abogado particular de su libre elección no garantizando así
una igualdad de armas entre el imputado y el agraviado quien debe afrontar en
simultaneo y con sus propios recursos sus lesiones físicas así como su asesoría
legal quedando a merced de las empresas aseguradoras si en el mejor de los
casos el propietario del vehículo tuviera el SOAT vigente.

En relación a las resoluciones judiciales que expiden los Órganos


Jurisdiccionales en el Distrito Judicial de Lima y en el Distrito Judicial del Callao,
así como en otras ciudades del país, se observa no valoran en proporción el
daño causado al bien jurídico tutelado; es por ello, que la mayoría de sentencias
no son eficaces respecto a establecer el monto y el cumplimiento del pago
indemnizatorio por los daños y perjuicios causados por los imputado y el tercero
civilmente responsable.

Por tanto, es necesario, la determinación de una justa reparación civil a los


afectados por parte de los responsables; algunas personas pagan pequeños
montos de dinero, y dichas cantidades ni siquiera cubre una parte de los gastos
que realizaron y continúan realizando las víctimas, para su rehabilitación; es por
ello que reitero, que es menester tener un instrumento legal que proteja de
manera adecuada y efectiva en cuanto al resarcimiento. Ahora, el tema a
investigar merece de mucha atención, porque se está hablando de vidas humanas
que tienen un valor incalculable en dinero, y como tal merecen ser protegidas por
todas nuestras disposiciones legales, buscando una solución efectiva en todo el
ámbito de nuestro territorio, y se tenga una seguridad jurídica en la que se
garantice el estado de derecho.

Siendo ello así, existe la necesidad de investigar el presente tema, tratando


de buscar soluciones acordes a las expectativas de los directos afectados; de no
ser así el cuestionamiento a la administración de justicia irá en aumento; por
cuanto el agraviado en esta gama de delitos se verá desprotegido legalmente de
obtener del sistema de justicia una justa indemnización por los daños y perjuicios
causados en los accidentes de tránsito; es por esta razón que el presente trabajo
pretende incidir en el procedimiento de valoración y razonamiento que utilizan los
5
magistrados penales al fijar las reparaciones civiles en las sentencias que emiten
por delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito.

Así también, tenemos las siguientes estadísticas del Ministerio del Interior -
Dirección de Gestión en Tecnología de la Información y Comunicaciones-
Dirtepoles - PNP. Desde el año 2005 hasta el año 2014

ACCIDENTES DE TRÁNSITO

ACCIDENTES DE TRÁNSITO

(Casos registrados)

Departamento 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

75
Total 77 840 76 928 82 366 83 403 81 343 81 599 92 289 102 938 98 773
012

Amazonas 170 116 73 196 133 49 175 425 542 441


Áncash 1 545 1 173 1 065 1 494 2 168 1 795 2 043 2 177 2 476 2 339
Apurímac 210 129 162 402 159 95 146 579 525 606
Arequipa 3 886 4 042 4 544 5 476 5 160 4 669 5 481 5 558 6 438 5 497
Ayacucho 620 765 828 643 540 1 266 968 854 1 074 1 028
Cajamarca 710 1 127 1 782 3 015 3 560 3 122 2 880 3 142 3 029 2 042
Callao 2 640 2 992 3 073 3 224 3 083 2 841 2 896 3 528 3 543 3 366
Cusco 1 003 1 687 2 108 2 219 1 455 290 432 1 685 4 055 3 939
Huancavelica 46 55 14 40 37 63 46 162 86 162
Huánuco 612 392 414 435 649 476 696 988 1 648 4 194
Ica 1 721 1 421 1 411 1 333 1 398 1 494 1 510 1 542 1 907 1 433
Junín 2 523 2 015 1 451 1 797 1 635 2 282 2 042 3 049 3 627 2 557
La Libertad 3 873 3 700 4 035 3 732 3 323 3 436 3 430 4 278 4 787 4 501
Lambayeque 596 645 438 493 805 1 416 1 999 2 809 3 302 3 263
49
Lima 51 842 49 852 51 741 52 376 50 030 48 912 52 047 54 408 53 486
104
Loreto 1 305 1 388 1 108 1 056 1 048 1 052 793 445 265 391
Madre de Dios 167 138 116 62 32 40 59 117 479 441
Moquegua 557 541 565 539 632 639 740 744 892 641
Pasco 29 21 87 81 191 172 174 126 90 45
Piura 1 667 1 450 1 454 1 524 1 512 1 775 1 816 3 178 4 089 3 718
Puno 857 1 101 838 761 734 838 845 781 1 154 740
San Martín 155 266 211 243 422 749 844 1 011 1 281 1 197
Tacna 297 148 207 207 1 014 1 164 1 248 1 418 1 608 1 313
Tumbes 268 286 251 295 281 315 294 476 483 418
Ucayali 451 400 841 1 358 1 056 1 275 1 130 1 170 1 150 1 015

6
VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO FATALES, SEGÚN DEPARTAMENTO, 2009 - 2014

Heridos
Departamento
2009 2010 2011 2012 2013 2014

Total 2 576 2 314 2 678 3 559 59 616 2 574

Amazonas 155 51 118 92 469 31


Áncash 40 12 0 457 2 175 106
Apurímac 110 48 1 26 443 101
Arequipa 73 345 286 231 4 041 166
Ayacucho 28 160 59 207 758 95
Cajamarca 42 68 47 29 1 122 114
Callao 10 5 1 16 2 440 32
Cusco 715 195 171 222 2 318 242
Huancavelica 92 27 5 58 217 63
Huánuco 23 86 137 251 890 147
Ica 66 94 22 26 1 020 49
Junín 62 59 85 155 3 797 155
La Libertad 484 483 258 361 3 000 182
Lambayeque 179 128 100 156 2 518 87
Lima 197 299 388 528 25 967 290
Loreto 5 6 4 11 244 21
Madre de Dios 46 7 5 10 376 27
Moquegua 10 15 26 108 745 105
Pasco 24 4 51 48 43 3
Piura 81 73 103 245 2 382 126
Puno 21 0 635 162 722 222
San Martín 73 115 51 60 1 506 92
Tacna 23 21 97 47 1 210 63
Tumbes 13 12 23 33 348 20
Ucayali 4 1 5 20 865 35

7
VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO CON CONSECUENCIA DE MUERTE, SEGÚN
DEPARTAMENTO, 2009 - 2014

Muertos
Departamento
2009 2010 2011 2012 2013 2014

Total 3 243 2 856 3 531 4 037 3 176 2 798

Amazonas 134 66 74 94 29 23
Áncash 110 216 291 675 123 169
Apurímac 52 45 47 39 46 49
Arequipa 202 211 201 219 221 189
Ayacucho 87 139 61 122 59 111
Cajamarca 39 80 78 47 61 92
Callao 30 34 35 28 63 52
Cusco 438 216 166 325 348 198
Huancavelica 44 35 4 14 42 63
Huánuco 29 83 122 119 66 105
Ica 111 84 67 97 120 95
Junín 187 78 110 168 205 201
La Libertad 330 354 418 417 382 176
Lambayeque 132 116 155 138 94 100
Lima 606 543 581 585 541 474
Loreto 49 25 30 22 19 19
Madre de Dios 44 20 27 31 28 73
Moquegua 27 17 35 137 83 40
Pasco 16 9 41 18 2 5
Piura 87 97 135 307 185 128
Puno 305 199 655 247 254 233
San Martín 67 93 75 58 119 80
Tacna 25 50 62 56 38 55
Tumbes 16 26 47 34 12 24
Ucayali 76 20 14 40 36 44

Fuente: Ministerio del Interior - Dirección de Gestión en Tecnología de la


Información y Comunicaciones-Dirtepoles - PNP.
http://www.inei.gob.pe/estadisticas/indice-tematico/traffic-accidents/

8
1.2. Formulación del Problema

¿De qué manera los jueces penales utilizan los criterios de valoración al
momento de establecer de manera objetiva la reparación civil en los delitos
culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito?

1.3. Objetivos de la Investigación

1.3.1. Objetivo General:

- Determinar la manera cómo los jueces penales utilizan los criterios de


valoración al momento de establecer de manera objetiva la reparación
civil en los delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos
motorizados en accidentes de tránsito.

1.3.2. Objetivos Específicos:

- Conocer si en ejecución de sentencia se cumple con el pago de la


reparación civil en lesiones y muertes ocasionadas en los accidentes de
tránsito.
- Conocer el nivel de cumplimiento del pago de la reparación civil a los
agraviados en los delitos culposos generados en accidentes de tránsito.
- Conocer si para el cumplimiento del pago de la reparación civil es
necesario recurrir a la instancia civil.
- Establecer si las normas legales que regulan la ejecución de sentencias
judiciales en procesos de delitos culposos garantizan y protegen a las
personas que exigen el pago de la reparación civil.
- Identificar las relaciones de semejanzas y diferencias existentes con
otros sistemas jurídicos.

9
1.4. Justificación de la Investigación

El presente proyecto se justifica en el sentido de que tiene por finalidad


proporcionar los instrumentos teóricos-fácticos que permiten esclarecer el
problema jurídico y doctrinario de la utilización de criterios de valoración por parte
de los jueces, al momento de establecer de manera objetiva la reparación civil en
los delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito. La presente investigación científica resulta viable a partir
de que existe suficiente material teórico y fáctico de información, así mismo por
que se ha delimitado un ámbito de estudio que bien puede ser operacional ya que
son plenamente identificados los objetos de estudio con lo que se puede
contrastar las hipótesis que se formulan utilizando una metodología de tipo
cuantitativo y cualitativo.

1.5. Limitaciones del Estudio

La limitaciones advertidas en la ejecución de la presente investigación


fueron las siguientes: se tuvo acceso restringido a las Bibliotecas de las
Universidades Públicas y Privadas, así como se tuvo acceso restringido a las
muestras estadísticas de la Policía Nacional del Perú, con respecto al tema;
situación que de ninguna manera incidió en los resultados de la presente tesis.

1.6. Viabilidad del Estudio

La presente investigación científica es viable por cuanto: en el ámbito


político, se puede persuadir a nuestros gobernantes y parlamentarios para efectos
de legislar una adecuada y eficiente normatividad respecto a la lucha contra los
accidentes de tránsito; se dispone de recursos humanos, económicos y materiales
suficientes para realizar el estudio en el tiempo disponible o previsto; es factible
lograr la participación de los sujetos u objetos necesarios para la investigación; es
factible conducir el estudio con la metodología disponible y seleccionada; la

10
metodología a seguir conduce a dar respuesta al problema; hay posibilidad de
lograr la participación de los sujetos u objetos en el estudio.

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes de la Investigación

Respecto al tema propuesto, existen trabajos relacionados en alguna


medida al tema de la reparación civil en general, así como trabajos relacionados
al tema de los delitos de conducción de vehículos automotores, pero de manera
específica, en estado de ebriedad, en donde se analizan los accidentes de
tránsito, en revistas e informes de instituciones públicas y privadas, además se
tienen trabajos sobre la Reparación Civil de modo general, en general, en la
modalidad de manuales y ensayos, más no de cómo un tema de investigación
científica en el ámbito de los accidentes de tránsito generados culposamente por
conductores de vehículos motorizados. Sin embargo, tenemos los siguientes:

2.1.1. Sobre la Reparación Civil:

1) CASTILLO ALVA, José Luis.- Las Consecuencias Jurídico Económicas del


Delito. Editorial IDEMSA, Lima – Perú, 2001.
2) GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino.- La Reparación Civil en el Proceso
Penal. 2da. Edición. Editorial IDEMSA, Lima – Perú, 2005.
3) GUILLERMO BRINGAS, Luis Gustavo.- La Reparación Civil en el Proceso
Penal. Aspectos sustantivos y procesales (con especial énfasis en el nuevo
Código Procesal Penal). Pacífico Editores S.A.C. Lima – Perú, 2011.
4) PRADO SALDARRIAGA, Víctor Roberto.- Las Consecuencias Jurídicas del
Delito en el Perú. Editorial Gaceta Jurídica. Lima – Perú, 2000.
5) VALENZUELA BARRETO, Julio Donald.- La Reparación Civil en el Proceso
Penal (La dificultad de la cuantificación del daño). Librería y Ediciones
Jurídicas. Lima – Perú, 2013.
6) VASSALLO SAMBUCETI, Efraín Bruno.- La Acción Civil en el Proceso Penal.
Editorial San Marcos. Lima – Perú, 2000.
11
7) ZAMORA BARBOZA, Juna Rodolfo.- La Determinación de la Reparación Civil.
Ediciones BLG. Lima – Perú, 2012.
8) ZARZOSA CAMPOS, Carlos Enrique.- La Reparación Civil del Ilícito Penal.
Editorial Rodhas. Lima – Perú, 2001.

2.1.2. Sobre el Delito de Conducción en Estado de Ebriedad:

1. CÁCERES JULCA, Roberto Eduardo.- El Delito de Conducción en Estado de


Ebriedad. Jurista Editores. Lima – Perú, 2013.
2. MÁRQUEZ CISNEROS, Rolando.- El Delito de Conducción en Estado de
Ebriedad. Pacífico Editores S.A.C. Lima – Perú, 2012.
3. NÚÑEZ PÉREZ, Fernando Vicente.- “La aplicación del principio non bis in
idem en el delito de manejar en estado de ebriedad: ¿Cuál es la consecuencia
si el primero que interviene es el derecho administrativo sancionador y
posteriormente pretende intervenir el derecho penal?”, en: Revista de Análisis
Especializado de Jurisprudencia RAE, Informe Especial, Ediciones Caballero
Bustamante, mayo de 2009, Lima – Perú, págs. 389-219.
4. OLIVERA DÍAZ, Guillermo.- “Conducir un vehículo en estado de ebriedad es
un delito”, en: Voltairenet.org, publicado el 08-09-2011:
http://www.voltairenet.org/article171358.html.
5. QUIROZ SALAZAR, William Fernando.- El Delito de Conducción de Vehículos
Motorizados en Estado de Ebriedad o Drogadicción. Realidad Jurídica Social.
Editorial Imsergraf E.I.R.L. Lima – Perú, 2007.
6. ROMERO CASTELLANOS, César Augusto.- “Delitos en que incurre la
persona que maneja vehículos en estado de ebriedad”; en: Comentarios
Legales obre la Realidad Peruana. Publicado el 26-10-2010:
http://blog.pucp.edu.pe/item/114678/delitos-en-que-incurre-la-persona-que-
maneja-vehiculos-en-estado-de-ebriedad.
7. SALAS ARENAS, Jorge Luis.- “Análisis del impacto de la ley 29439 que
modifica e incorpora artículos al Código Penal y que modifica los Códigos
Procesales Penales, en relación a la conducción en estado de ebriedad o
drogadicción”, en: Artículos del Instituto de Ciencia Procesal Penal – INCIPP.
Publicado el 18-10-2010:

12
http://www.incipp.org.pe/media/uploads/documentos/18_10_conduccion_temerari
a_ley_29439_modifica_cp_y_ncpp.pdf.

2.2. Bases Teóricas

2.2.1. Marco Histórico

Históricamente, la reparación civil en el proceso penal, la acción


resarcitoria y el resarcimiento ha atravesado un largo proceso evolutivo en la
historia del derecho positivo peruano; es así, que el Código Civil de 1852,
inspirado en el Código Napoleónico, consagró la responsabilidad civil por culpa
como única forma de responsabilidad sujeta a resarcimiento. Así mismo, la
legislación penal y procesal penal vigente en esa época, daban la posibilidad de
ejercitar la acción civil proveniente de acto delictivo en el propio proceso penal.

El Código Civil de 1936, si bien es cierto que desarrolló de manera general


la responsabilidad civil nacida de relación extracontractual, dentro de la cual se
incluye a la responsabilidad civil proveniente de delito, con el nombre de actos
ilícitos ubicándolo dentro del libro de acto jurídico. También en su artículo 1136º
revelando carencia de una adecuada técnica legislativa, indica que la obligación
de indemnizar estará a cargo del “que por sus hechos, descuido o imprudencia
cause un daño a otro”. Esta forma de redacción llevó a que al interpretar y aplicar
este artículo, dentro de la esfera de la vía civil, se excluyen a los casos en que el
agente obraba dolosamente, y se dijo que para estos casos únicamente quedaba
la vía penal, por lo que si en esta se absolvía al procesado o no se le abría
instrucción, sencillamente el daño quedaba sin reparación.

Por otro lado el Código Penal de 1924 en su artículo 65° establecía que el
Ministerio Público perseguirá conjuntamente con la pena, la efectividad de la
reparación civil, no estableciendo una forma adecuada de acreditación de los
daños dentro del proceso penal y valoración de los mismos, confundiendo la
esencia de la reparación civil en su artículo 69º que establecía la valoración del
daño se podría hacer mediante el prudente arbitrio del juez; hecho que generó
13
problemas la interpretación de las normas pertinentes, dio origen a una
jurisprudencia contradictoria, la cual se llegó a determinar montos reparatorios sin
tener en cuenta el daño probado.

El Código de Procedimientos Penales de 1940 en actual vigencia,


establece que el agraviado puede constituirse en parte civil y ejercitar la acción
resarcitoria en el proceso penal, dejando de este modo a la voluntad del
agraviado, la decisión de ejercitar su pretensión resarcitoria en el proceso penal o
recurrir a la vía civil mediante la correspondiente acción resarcitoria.

Cabe precisar que a la fecha, de conformidad con el artículo 101º del


Código Penal, el resarcimiento del daño proveniente de delito, se rige por las
disposiciones pertinentes del Código Civil con aplicación supletoria conforme al
artículo 1306º. A la vez que también en su artículo 98º establece que para efectos
de la reparación civil se puede afectar hasta el tercio de la remuneraciones del
procesado, cuando no tenga bienes realizables; claro que si la remuneración ya
se encuentra afectada por obligaciones alimenticias, el monto de afectación con
fines de reparación civil no podrá exceder el máximo afectable. Conforme al
artículo 54º del Código de Procedimientos Penales, la acción resarcitoria podrá
ejercitarse en el propio proceso penal o a través de la acción pertinente ante la vía
civil si es que el agraviado no comparece como parte civil en el proceso penal.

De otro lado, el Código Procesal Penal aún no vigente en este extremo,


establece en su artículo 87º, que se podrá ejercitar la acción resarcitoria en el
propio proceso penal, o también en la vía civil, siempre que el agraviado no se
haya constituido en actor civil en el proceso penal o no se haya desistido en el
mismo.

GÁLVEZ VILLEGAS1 sostiene que “con la inclusión de la acción resarcitoria


en el proceso penal, se trata sólo de una cuestión de economía procesal
relacionado a hacer valer pretensiones de derecho civil. El hacer valer la
pretensión en el procedimiento penal trae aparejado consigo también, un menor

1
GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino.- La reparación Civil en el proceso penal, 2da. Edición. Editorial
IDEMSA. Lima - Perú, 2005, pág. 272.
14
dispendio de energías para el ofendido que aquel que requiere en el
procedimiento civil esforzado, a causa del papel activo del Ministerio Público y el
principio de oralidad en estricto sentido.

Esta incertidumbre se resolvería eficientemente, si se estableciera la


obligatoriedad del conocimiento de la acción resarcitoria en el proceso penal, y de
este modo se buscaría que el agraviado tenga un papel preponderante y decisivo
en este proceso, respecto al resarcimiento del daño.

Distinto sería que la acción civil en este caso, fuera autónoma como en el
derecho inglés o el colombiano y pudiera ejercitarse en la vía civil de manera
independiente, sin necesidad que concluya el proceso penal iniciado para
pretender la aplicación de la sanción penal al procesado. Todas las
inconveniencias, sin embargo, quedarían superadas si se estableciera la
obligatoriedad del ejercicio de la acción civil resarcitoria en el proceso penal,
descartándose la posibilidad de la doble vía.2

2.2.2. Marco Teórico

2.2.2.1. Teoría de las Consecuencias Jurídicas del Delito

MUÑOZ CONDE y GARCÍA ARÁN3, opinan lo siguiente: “nos


corresponde ahora estudiar lo que entonces se denominaron
consecuencias jurídicas del delito: las penas, las medidas de seguridad, las
consecuencias accesorias y la responsabilidad civil derivada del delito”.

Esta es una parte del programa a la que tradicionalmente se le ha


concedido una importancia menor que la otorgada a la teoría del delito;
durante muchos años la dogmática penal se ha concentrado principalmente
en la elaboración de las categorías integrantes del concepto de delito que,
como se ha visto, adquiere en ocasiones una considerable complejidad y

2
Ibídem, pág. 272.
3
MUÑOZ CONDE Francisco y GARCÍA ARÁN Mercedes.- Derecho Penal – Parte General 4º Edición,
Editorial Tirant lo Blanch, Valencia – España, 2000, p 567 y 55.
15
abstracción. La labor desarrollada en este ámbito es de enorme
importancia en la medida en que permite perfilar cuidadosamente los
fundamentos de la responsabilidad penal, pero ello no puede hacer ignorar
que el punto culminante del ejercicio de la potestad punitiva del estado es
la aplicación de la consecuencia jurídica correspondiente al delito cometido,
puesto que sólo con dicha aplicación se confirma la vigencia del derecho
penal y, en caso de las penas, la advertencia que este dirige a los
ciudadanos. El estudio de las consecuencias jurídicas del delito pretende,
además, no desentenderse de lo que le ocurra al reo tras el
pronunciamiento de la sentencia, sino prestar atención al que, siendo
esencial, es también el lado más oscuro e incluso desagradable de la
intervención penal: La pena.

Es relativamente habitual en los manuales de parte general


comenzar por la exposición del concepto y fines del Derecho Penal (de las
normas penales), para luego abordar La Teoría del Delito y, por último, al
iniciar el estudio de las consecuencias jurídicas, plantear específicamente
el concepto de pena y los fines que la presiden. Sin embargo, la pena es un
elemento inseparable de la norma penal y, como se vio en su momento los
fines de la pena coinciden en realidad con los del derecho penal y se
inscriben en la genérica función de protección de bienes jurídicos; esta es
la razón principal por la que hemos preferido exponerlos al inicio, pero no la
única: la orientación político – criminal del Derecho Penal y los fines que
persiguen las penas son un instrumento interpretativo necesario en el
estudio de todas las normas e instituciones jurídico – penales y, por tanto,
también debe ser tenido en cuenta al abordar la teoría del delito.

Por todo ello, al iniciar el estudio de las consecuencias jurídicas


damos por reproducidas las consideraciones sobre la orientación de las
penas, así como sobre las relaciones del derecho penal con otras ramas
del ordenamiento jurídico, lo que nos será especialmente útil en el estudio
de la responsabilidad civil.

16
Basta una reflexión general especialmente pertinente cuando se
analizan la naturaleza y efectos de las penas: mientras no se alcance la
vieja aspiración de RADBRUCH4 de conseguir algo mejor que el derecho
penal, la teoría de la pena deberá seguir corrigiendo y depurando los
aspectos más crueles del castigo para lograr, al menos, un derecho penal
mejor.

La responsabilidad civil (reparación e indemnización del daño


producido) pueden ser también una consecuencia jurídica del delito y, de
hecho, se regula en el Código Penal, pero se rige por principios distintos y
cumple funciones diferentes así que podemos dejarla fuera de nuestra
consideración en estos momentos.

El objeto de la teoría de las consecuencias jurídicas del delito en el


estudio de las cargas originadas en la culpabilidad penal; nos referimos al
sistema de las penas; medidas de seguridad la reparación civil y las
consecuencias accesorias.5

CONSECUENCIAS PERSONALES.- El sistema penal vigente es dualista,


mantiene como consecuencias personales del delito las penas y las
medidas de seguridad que se aplican alternativamente y cuando se aplican
ambas, a un mismo sujeto, lo hacen combinadamente, es un sistema que
se denomina vicarial.

 Cuando el sujeto se encuentra en condiciones normales, se aplica sólo las


penas.
 Cuando el sujeto adolece de algún trastorno, que lo hace declarar exento
de responsabilidad, se aplican las medidas de seguridad.
 Cuando el trastorno no excluye totalmente la responsabilidad, se aplican
ambas.

4
Ibídem, p 568.
5
CALDERÓN SUMARRIVA, Ana Calderón / AGUILA GRADO, Guido.- El ABC del Derecho Penal,
Editorial San Marcos, Perú, 2001, pág. 93.
17
La Pena.- La pena es el medio tradicional y más importante, dada su
gravedad, de los que utiliza el derecho penal. La pena existe para mantener
el orden jurídico que ha establecido la sociedad, como indispensable para
desarrollarse armónicamente en un ambiente de paz social. Aplicar una pena
implica disminuir la capacidad de actuación dentro de la sociedad e incluso
pueden darse casos en que anula totalmente. La pena es la disminución o
anulación de un bien jurídico.

Clases de penas:

El Código Penal clasifica las penas según el bien jurídico que afecta.
Estas son las siguientes:

 Pena privativa de la libertad (pena principal).


 Pena restrictivas de libertad (accesorias).
 Penas limitativas de derechos (accesorias y alternativas).
 Pena de multa (accesorias y alternativas).
 Pena de muerte.
 La conversión de las penas.
 Suspensión de la ejecución de la pena.
 Reserva del fallo condenatorio.
 Exención de la pena.

Consecuencias Económicas:

Reparación civil.- Las consecuencias jurídicas de un delito no se agotan


con la imposición de una pena o medida de seguridad al autor del ilícito
penal, sino también genera una obligación de tipo civil.

Consecuencias Accesorias:

Su naturaleza jurídica difiere de las penas y de las medidas de


seguridad, pues no guarda proporción ni con la gravedad del hecho ni con la

18
culpabilidad del autor ni con la peligrosidad del sujeto. Su contenido se ha
orientado a prevenir la continuidad en la actividad delictiva y los efectos de
la misma.

a.- El decomiso.- No es una pena, es una sanción accesoria a la pena


principal, que alcanza a los efectos o instrumentos con los que el agente
perpetró el delito.

b.- Privación de beneficios a personas jurídicas y otras


consecuencias.- Cuando la infracción penal fue cometida en ejercicio de
sus actividades por sus funcionarios o representantes, en cuanto sea
necesaria para cubrir la responsabilidad civil si sus bienes fueran
insuficientes. También se podrá disponer la clausura de locales o
establecimientos la disolución de la persona jurídica, la suspensión de
actividades, etc. Siempre y cuando el hecho punible no sea cometido en
ejercicio de una actividad o utilizando a la persona jurídica para favorecerlo
o encubrirlo.

Sin embargo, al aplicarse alguna de las medidas antes indicadas, el


juzgador ordenará a la autoridad competente que disponga la intervención
de la persona jurídica para salvaguardar los derechos de los trabajadores.

VILLA STEIN6, El comportamiento típico, antijurídico y culpable que


protagoniza un ciudadano activa el sistema penal poniendo al autor una
determinada consecuencia jurídica.

El tema es siempre de política criminal y contiene un debate no


acabado, iniciado con la obra de BECCARIA 7, respecto de cuáles deben ser
las consecuencias jurídicas de un delito.

En principio se admite que las consecuencias jurídicas son las penas,


las medidas de seguridad, las medidas accesorias y las responsabilidades

6
VILLA STEIN, Javier.- Derecho Penal – Parte General. Editorial San Marcos Lima, 1998, p. 449 y ss.
7
Ibidem, p. 449.
19
civiles que derivan del delito. Se trata de precisar en qué deben consistir las
penas o las medidas de seguridad, cuál será su índole, su intensidad y
propósito de cara a la sociedad y al orden jurídico.

El derecho penal moderno ha humanizado sus penas,


desapareciendo con ello la afectación de la integridad corporal (torturas,
azotes, mutilaciones), o las penas infrahumanas como la de picota (el rollo)
del sentenciado, y reemplazando este tipo de penas por la de privación de
libertad personal, para delitos graves y fórmulas alternativas de punición a
las de privación de libertad, como multas u otras privativas de variados
derechos, para los delitos menores o faltas.

Lo que es un hecho, más allá del maquillaje, conforme el estado


actual de la cuestión, es que la consecuencia jurídica del delito es una
contingencia aversiva a cargo del infractor, con fines de prevención
principalmente general, que apunta a fortalecer la norma jurídica y con ello a
proteger la clase de bienes de aquellos que fueron históricamente
lesionados con el acto delictivo, y disminuir así, para el futuro, la tasa de
ataques a los bienes jurídicos, validando la norma.

En otro punto de la evolución político criminal se ha pretendido


sustituir la pena, como contingencia aversiva, por sistemas de tratamiento
de modo de unificar bajo el concepto de medidas de seguridad, tanto las
penas como las medidas.

Los americanos y escandinavos revisan el modelo político criminal, y


regresan a la tesis de la proporcionalidad de la pena al delito y aun cuando
no reconocían el propósito humanitario de la inserción social, se ha
endurecido el sistema punitivo de cara a resolver las altas tasas de
criminalidad en las ciudades modernas, con resultados que al observarse
efectivos, retroalimentan la concepción utilitaria de un derecho y sistemas
de control penal drásticos.

20
Pretender sin embargo que la criminalidad, como ocurrencia
disfuncional social pueda ser controlada con la sola adopción de
determinado sistema punitivo y su correspondiente sistema de contingencia
averciva con fines de prevención general, es caer en un autoritario
reduccionismo jurídico que pasa por alto la decidida importancia de los
otros sistemas e instituciones de control: la familia, la educación, la
economía, la organización política y democrática, entre otras. El Jus
puniendi como facultad queda en entre dicho, se deslegitima, subvierte.
Pero de ahí a suponer que el sistema punitivo, por aversivo, debe ser
abolido, como pretenden los abolicionistas abiertos y los encubiertos,
desde posiciones críticas pretendidamente contestatarias, es saltar al
vacío.

Entre tanto, y mientras no se consiga algo mejor que el derecho


penal como aspiraba RADBRUCH, debe seguirse construyendo una teoría
punitiva que sea adecuada a los fines del funcionamiento social. Las penas
implican la afectación de derechos, de un bien jurídico, Cobo y Vives
concluyen que la pena en sus castigo consistente en la privación de un
bien jurídico por la autoridad legalmente determinada a quien tras el debido
proceso, aparece como responsable de una infracción del derecho y a
causa de dicha infracción.

Respecto a la función de la pena, más allá de su conceptualización,


cumple una función de prevención general, pues tiene que ver con regular
la convivencia en la sociedad, el funcionamiento social, la norma que le
permite.

El tema pues de las consecuencias jurídicas del delito es de suma


importancia para la sociedad y el delincuente mismo como sostiene
JESCHECK8 pues la cuestión del tratamiento que por el Estado y la
sociedad se dé a la persona que delinque es decisiva para su suerte futura.

8
Ibídem p 452.
21
Las consecuencias jurídicas del delito comprenden las penas, así como
las medidas y consecuencias accesorias.

2.2.2.2.- Teoría de la Reparación Civil

PRADO SALDARRIAGA9, indica que el tema de la reparación puede


ser enfocado desde diferentes perspectivas. En primer lugar, ella puede ser
estudiada desde una concepción tradicional que la identifica como una
consecuencia civil del hecho punible. En segundo lugar la reparación
también merece un tratamiento especial a partir de un moderno enfoque la
visualiza como una nueva modalidad de sanción del delito o como una
alternativa eficaz frente a las penas privativas de la libertad. Por último, el
análisis puede partir desde una óptica victimológica de los que significa la
reparación como opción destinada a mejorar la posición de la víctima en los
procesos de criminalización primaria o secundaria.

Durante mucho tiempo la presencia de la víctima en la dinámica del


sistema penal comenzaba y concluía, materialmente, con la comunicación
de la notitia criminis. Más que como un afectado por el delito, las instancias
del sistema penal percibían a la víctima como un tercero cuasi ajeno al
proceso o como un órgano de prueba. Por lo demás su capacidad procesal
para exigir una indemnización aparecía en la interacción dinámica de la
investigación y el juzgamiento, sumamente disminuida con relación a la
participación de otros sujetos procesales. En este contexto, pues, la
pretensión punitiva del Estado colocaba a la pretensión indemnizatoria de
la víctima en un nivel secundario o accesorio.

La Reparación Civil en el Código Penal de 1991:

La reparación civil en el Código Penal de 1991 se encuentra regulada


en el Título VI, compartiendo ubicación sistemática con las consecuencias
accesorias, con las cuales, como ya se ha mencionado, carece de relación. El

9
PRADO SALDARRIAGA, Víctor.- Las consecuencias Jurídicas del Delito, Editorial Gaceta Jurídica,
Lima, 2000, pp. 275 y ss.
22
capítulo I de dicho título corresponde en exclusiva a la reparación civil. Este
capítulo está compuesto por diez artículos (92º al 101º).

Ahora bien como lo expresa el artículo 101º la “reparación civil se rige,


además, por las disposiciones pertinentes del Código Civil”. Esto es, por las
normas que regulan la “Responsabilidad extracontractual” en los artículos
1969º a 1988º y 2001º de dicho cuerpo de leyes.

Alcances de la Reparación Civil:

El artículo 93º del Código Penal de 1991 reproduce similar contenido


que el artículo 66º del Código Penal derogado de 1924. Conforme a este
dispositivo, la reparación civil comprende dos aspectos:

La restitución del bien; y la indemnización de los daños y perjuicios. Se


entiende por restitución el retornar el bien afectado a su condición anterior al
delito. Es por ello que el artículo 94º del Código Penal indica que la “restitución
se hace con el mismo bien aunque se halle en poder de terceros” como
advierte MORILLAS CUEVA10 “se ha escrito, y con razón, que la vía más
sencilla para afrontar la responsabilidad civil dimanante del delito o falta es la
de restablecer la situación al momento anterior a la comisión delictiva. Es
decir, si el delito ha supuesto privar o desposeer a otro de una cosa, nada más
lógico que devolverle la misma”.

Y se considera como indemnización el pago de una cantidad de dinero


como compensación por el daño y los perjuicios ocasionados a la víctima o a
su familia con el delito. En la indemnización se aprecia, pues, los efectos del
daño emergente y el lucro cesante como reconocen BRAMONT ARIAS y
BRAMONT–ARIAS TORRES11.

Reglas Especiales:

10
Ibídem, pp. 283 y ss.
11
Ibídem, pp. 283 y ss.
23
El marco legal de la responsabilidad civil comprende también reglas
especiales que están destinadas a garantizar su efectividad. Estas
disposiciones son las siguientes:

a) La reparación civil es solidaria.


b) La reparación civil se trasmite por herencia.
c) Los actos de disposición patrimonial que afectan la reparación civil
son nulos.
d) Capacidad de acción contra terceros no incluidos en la sentencia
penal.
e) Retención para asegurar el pago de la reparación civil.
f) La obligación resarcitoria no se extingue en tanto subsista la acción
penal.

VILLA STEIN12, La perpetración de un hecho delictuoso acompaña a la


pena o la medida de seguridad y, además, la reparación civil del daño. El
artículo 92º del Código Penal prescribe que conjuntamente con la pena se
determinará la reparación civil correspondiente y que no puede ser otra que
la prevista por el artículo 93º del Código Penal.

a) Restitución del bien, si es restituible o el pago de su valor. Se trata


en suma de “restaurar o reponer la situación jurídica quebrantada
por la comisión de un delito o falta”.

b) La indemnización de daños y perjuicios. Lo regula el inciso 2 del


artículo 93º del Código Penal y comprende el resarcimiento del daño
moral y material que se adiciona a la restitución del bien.

Es oportuno que el juez administre el punto con el derecho civil que


regula en ese ámbito, la materia y ente otros conceptos se atenderá al daño
emergente lo mismo que al lucro cesante.

12
VILLA STEIN, Javier.- Op. cit. pp 501 y ss.
24
Criterio de economía procesal y de justicia deben hacer de la justicia
penal en este extremo, un instrumento tanto o más efectivo que la privada del
derecho civil, para evitar los agraviados de un delito que, en procura de un
mejor resarcimiento, acudan a la vía civil duplicando esfuerzos, agudizando
conflictos y recargando al sistema de justicia que debiera de una vez por todas
zanjar el conflicto originado en la infracción de la norma.

GÁLVEZ VILLEGAS13, El resarcimiento de daño proveniente del delito


en el proceso penal, es la llamada reparación civil, en nuestro ordenamiento
penal; tema que cobra especial relevancia para la víctima del delito y para la
sociedad en general en cuanto es víctima en potencia, quien más allá de la
sanción penal que debe imponerse al agente del delito, busca que el daño
causado por la conducta delictiva sea debidamente reparado. Teniendose en
cuenta que la acción delictiva lesiona dos intereses jurídicamente protegidos,
uno constituido por el interés público de toda la sociedad y del Estado en
particular y el otro constituido por el interés particular del titular del bien jurídico
afectado pues el Estado y por tanto el Ordenamiento Jurídico tienen interés en
mantener incólumes los bienes jurídicos cuya protección es indispensable para
garantizar la supervivencia viable y pacífica de la sociedad, como son los
bienes jurídicos penalmente tutelados – vida, salud, libertad, patrimonio,
honor, etc.– a los que el ordenamiento jurídico les otorga el máximo grado de
protección al atribuir responsabilidad penal a quienes los ataquen; y por tanto
hace que sean pasibles de la aplicación de una pena.

Y en cuanto al interés particular o individual del titular específico del


bien jurídico atacado, este se agota en la expectativa particular del afectado;
por lo que se protege mediante la responsabilidad civil; la que tiene como
consecuencia el establecimiento de la obligación de reparar el daño a cargo
del causante. Consecuentemente la acción delictiva, conforme a los dos
intereses en juego genera por un lado la acción penal, orientada a lograr la
aplicación de la pena al agente del delito, y cuyo ejercicio y titularidad está a
cargo del Ministerio Público; y la acción civil – resarcitoria – orientada a la

13
GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino.- Op. Cit., pp. 9 y ss.
25
reparación del daño, y cuyo ejercicio estará a cargo del titular del bien jurídico,
afectado, o sus sucesores, de ser el caso. Habiéndose determinado en
nuestro ordenamiento penal que ambas acciones deberán ejercitarse en sede
penal; es decir, mediante el Proceso Penal. Sin embargo, a la luz de nuestro
ejercicio profesional y funcional, hemos podido constatar que en el proceso
penal, a pesar que tiene como finalidad la satisfacción de ambos interés, no se
logra satisfacer la reparación civil, por lo que algunos han llegado a poner en
duda su propia legitimidad; lo que ha generado que la sociedad en su conjunto
así como las víctimas en particular, hayan perdido la confianza en los
operadores procesales penales y en la propia potestad jurisdiccional del
Estado.

Constatándose que el sistema penal no ha cumplido sus fines, los


mismo que quedan determinados por los fines y funciones de la pena –función
protectora, resocializadora, preventiva y reinsertadora- y por el contrario la
aplicación de la pena a los agentes del delito ha producido efectos
exactamente contrarios a los esperados; así mismo, en el proceso penal
tampoco se ha logrado que las víctimas de los delitos vean satisfecho su
interés de una justa reparación. Sobre todo en este aspecto las víctimas del
delito han sido totalmente postergadas, y el proceso penal más bien se ha
convertido en una especia de segunda victimización para estas, ya que han
tenido que hacer frente a nuestras erogaciones por patrocinio de abogados y
acopio de pruebas para acreditar su pretensión, así como afrontar pérdidas de
tiempo y otras molestias propias de la existencia del proceso, y al concluir
éste, ven frustradas todas sus expectativas, al no lograr en la mayoría de los
casos una mínima reparación; lo que finalmente conduce a interrogarse si
valió la pena haber comparecido en el proceso penal para pretender la
satisfacción de su interés o pretensión.

Siendo el caso que aun cuando nuestro Código Penal ha establecido un


sistema medianamente adecuado para ejercitar la acción resarcitoria dentro
del proceso penal, nuestro ordenamiento procesal traba la normal aplicación
del Código Penal en este extremo, situación que se agrava con la actuación
tanto de jueces y fiscales, así como también los abogados patrocinantes; los
26
primeros aferrándose a la concepción tradicional de creer que la acción
resarcitoria debe procurarse en la vía civil –por considerar que el único fin del
proceso penal es la aplicación de la pena al agente del delito-, descuidan
totalmente la reparación del daño en el proceso penal; y los abogados
patrocinantes, por desconocimiento o en su afán de percibir mayores
honorarios profesionales entablan procesos paralelos o subsiguientes –Penal
y Civil–, distorsionando el sistema que nuestro ordenamiento jurídico ha
establecido para la reparación del daño y atentando contra todo principio de
economía y celeridad procesales.

Teniendo en cuenta estos inconvenientes, buscaremos esclarecer cuál


es el sistema de reparación del daño proveniente del delito consagrado por
nuestro ordenamiento jurídico, es decir cómo debe ejercitarse la acción
resarcitoria –antes que vía–, cómo debe probarse la entidad y magnitud del
daño, cómo debe verificarse la relación causalidad entre el hecho causante y
el resultado dañoso, cuáles son los factores de atribución de responsabilidad
civil y cómo debe practicarse y acreditarse la magnitud del resarcimiento –
Reparación Civil–; las diferencias entre responsabilidad penal y civil sobre todo
en lo referente a la prescripción de ambas acciones así como también las
demás categorías sustantivas y procesales vinculadas al resarcimiento en
general; a la vez que trataremos de delimitar algunos conceptos y categoría
jurídicas, sin pretender dar una idea acabada de los mismos, sino más bien
con el propósito de diseñar instrumentos operativos para la comprensión del
presente trabajo y su posible aplicación en el ejercicio profesional y funcional

2.2.2.3.- Teoría de la Responsabilidad Extracontractual

DE TRAZEGNIES GRANDA14, la responsabilidad extracontractual


moderna es un mecanismo que persigue ante todo reparar
económicamente un daño. En otras palabras, cuando una persona ha
sufrido un daño sin justificación, el derecho quiere que los aspectos
materiales de este daño le sean aliviados mediante el traslado de su carga

14
DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando.- Responsabilidad Extracontractual, Tomo I, 5º Edición, Fondo
Editorial de la PUCP, Lima – Perú, 1999, pp 47 y ss.
27
económica a otro o a otros individuos. Los autores coinciden en la moderna
responsabilidad extracontractual, coloca el acento en la reparación de la
víctima antes que en castigo del culpable: el automovilista imprudente
puede ser sancionado con multas –aún si no ha llegado a producir daños–
eventualmente con sanciones penales si su conducta ha sido
particularmente grave; pero el derecho civil se ocupa fundamentalmente de
reparar a la víctima, persigue el resarcimiento económico de quien sufrió el
daño, independientemente de que el causante merezca un castigo o no.

Como puede advertirse, resarcir es desplazar el peso económico del


daño: librar de este a la víctima y colocárselo a otra persona (el culpable
para una responsabilidad extracontractual basada exclusivamente en el
principio de la culpa, la obligación de pagar una indemnización no tenía
otra justificación que la ilicitud de la conducta dañina. Por ese motivo, toda
responsabilidad que no tuviera por fuente un contrato sólo podría estar
fundada en un acto ilícito. Por el contrario, las teorías ajenas a la culpa (las
diversas variantes de la teoría objetiva y de la teoría de la difusión social
del riesgo) han sostenido que hay otras razones que justifican también el
pago de una indemnización; razones basadas en el buen orden y correcta
distribución de los riesgos dentro de la sociedad, que exigen la reparación
de la víctima pero que no pretenden necesariamente descubrir a un
culpable y sancionarlo.

Sin embargo, no es posible desplazar el peso económico del daño


sufrido por la víctima y colocarlo sobre otra persona si no existe alguna
buena razón para que ésta otra lo soporte. Notemos que obligar a una
persona a cubrir los daños de un accidente equivale a convertirlo en
víctima; y si las víctimas son tratadas con simpatía en el derecho civil, no
podemos aumentar el número de ellas creando, paralelamente a la víctima
directa o física, otra víctima de carácter económico. De ahí que el derecho
haya explorado ciertos principios que permiten justificar la transferencia de
peso económico del daño.

28
Responsabilidad Solidaria o Responsabilidad In Solidum.- La doctrina
y jurisprudencia francesas han discutido largamente sobre si la
responsabilidad de los varios participantes de un mismo daño es in solidum
o es solidaria.

La distinción no carece de interés práctico pues, si se trata de una


responsabilidad in solidum (Cada uno responde por el todo) sin solidaridad,
las consecuencias varían. En ambos casos el acreedor – que en este caso
es la víctima puede dirigirse contra uno u otro o contra todos reclamando a
cada demandado el integro de la indemnización. Pero sólo cuando existe
solidaridad, la novación, la compensación, la condonación y la transacción
entre la víctima y uno de los responsables benefician también a los demás
responsables. También sólo en el caso de la solidaridad, los actos
mediante los cuales la víctima interrumpe la prescripción contra uno de los
responsables, surten efecto respecto de los demás. En el caso de la
obligación in solidum, dado que no existe representación recíproca entre
los deudores, estos actos no pueden beneficiar ni perjudicar a los demás;
salvo en el aspecto de pago total o parcial de la deuda indemnizatoria, que
elimina o reduce la obligación de los demás deudores. En consecuencia, la
obligación in solidum presenta el carácter paradójico de ser una sola desde
el punto de vista del acreedor (éste no puede cobrar sino una sola vez la
indemnización) pero múltiple desde el punto de vista de los deudores.

La responsabilidad Extracontractual surge cuando, por dolo o culpa


se ocasiona un perjuicio físico o moral a otra persona, surgiendo la
obligación de Indemnización, por ejemplo: un accidente de tránsito 15, por
responsabilidad civil a la obligación de resarcir, en lo posible el daño
causado y los perjuicios inferidos por uno mismo o por un tercero, por el
que debe responderse. Es la obligación impuesta por la ley a ciertas
personas, para reparar los daños que ellas u otras hayan causado o que lo
hayan producido animales o bienes de su propiedad en perjuicio de otras
personas. Con arreglo a la sistemática del Código Civil de 1984, debe

15
CALDERÓN SUMARRIVA, Ana/ AGUILA GRADOS, G.- El ABC del Derecho Civil, Editorial San
Marcos, Perú, 2001, p. 524.
29
precisarse, en todo caso, si se trata de responsabilidad contractual o
extracontractual. La responsabilidad extracontractual es aquella que resulta
exigible, por daños y perjuicios, por acto de otro cuando medie dolo o culpa
sin necesidad de una relación contractual o convencional previa o nexo
contractual entre el causante del daño y la víctima.

El Código actual establece la responsabilidad extracontractual en la


sección 6ª del libro VII (fuentes de las obligaciones), en veinte artículos: de
1969º a 1988º. En el Código Civil de 1936 se establecía la figura del acto
ilícito, el mismo que se ubicaba en el Título IX de la primera sección del
libro V (acto jurídico), ente los artículos 1136º al 1149º.

Desde el criterio de la relación de causalidad, la responsabilidad


extracontractual va evolucionando del criterio antiguo subjetivo (de
auténtica responsabilidad por culpa), al moderno sistema objetivo, aun sin
culpa sin más que el hecho de ser autor del daño perjuicio.

Responsabilidad Subjetiva

El principio subjetivo de la responsabilidad extracontractual se


encuentra establecida en el artículo 1969º del Código Civil vigente el cual
establece lo siguiente: “Aquél que por dolo o culpa causa un daño a otro
está obligado a indemnizarlo”. El descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor”. No cabe duda que en el presente artículo el
legislador se coloca en una posición subjetivista, atribuyendo
responsabilidad –y, por consiguiente, obligando al pago de una
indemnización– solamente a quien sea “Culpable” por dolo o culpa.

Esto significa, que cuando menos en virtud de este artículo, la


víctima que se encuentre frente a un causante que le demuestra que no
tiene dolo ni culpa, está desamparada y no recibe indemnización, aunque
ella misma (La víctima) tampoco haya tenido dolo ni culpa. En el fondo, en
tal caso se considera que sus daños son el resultado del asar; y el asar (a
pesar que la moderna organización social permitiría tratarlo de forma más
30
humana) sigue siendo en nuestro Código un hecho inmanejable de la
naturaleza que tiene que ser soportado única y exclusivamente, con todo el
peso de la adversidad, por quien tuvo la mala suerte de sufrirlo.

Responsabilidad Objetiva

El principio objetivo de la responsabilidad extracontractual se


encuentra prescrito en el artículo 1970º del actual Código Civil, el cual
prescribe lo siguiente: “Aquél que mediante un bien riesgoso o peligroso, o
por el ejercicio de una actividad riesgosa, causa una daño otra está
obligado a repararlo”. Aquí sólo se atiende a los hechos del caso concreto
(Esto es el nexo causal), ya no es necesario preguntarse si hubo culpa o
dolo. Toda alegación referente a la presencia o ausencia de culpa, no
atribuye ni exime responsabilidad en estos casos: demostrado la autoría
del daño, el causante queda obligado a repararlo.

ALPA16, La responsabilidad extracontractual, denominada también


“Aquiliana” es la que se origina sin la necesidad de una relación contractual
o convencional previa entre el causante del daño y la víctima; ente el sujeto
activo y el sujeto pasivo del daño. Por ejemplo: Juan llega a causar
lesiones a Pedro, como consecuencia de un pugilato entre ambos o como
resultado de una riña entre estas personas y otras más. Luego, cuando el
conductor de un vehículo motorizado atropella a un peatón causándole
lesiones, sean leves o graves o aún la muerte. En estos supuestos no hay,
no ha habido una relación contractual previa entre lesiones y el lesionado.

Es preciso advertir que el estudio y el análisis de los elementos y de


los efectos de los actos ilícitos, así como la consecuencia que genera el
incumplimiento de las obligaciones contractuales o convencionales forman
en su conjunto la llamada Teoría de la Responsabilidad Civil, que
comprende y abarca las dos grandes ramas de la responsabilidad.

16
ALPA, Guido.- Responsabilidad Civil y Daño, Editorial Gaceta Jurídica, Lima - Perú, 2001, pp 25 y ss.
31
Se habla, especialmente, de responsabilidad civil contrapuesta a la
responsabilidad penal. No obstante la asonancia, se trata de dos nociones
distintas. La responsabilidad civil surge, como se ha dicho, de un acto
ilícito, civil; la responsabilidad penal surge de un delito, es decir, de un
hecho considerado reprobable y sancionable por la ley penal.

El bien protegido por la norma civil no coincide necesariamente con


el bien protegido por la norma penal. Existen bienes jurídicos que reciben
tutela penal y civil y bienes que reciben una u otra los dos sistemas de
responsabilidad civil y penal, en otros términos, no se pueden representar
gráficamente como dos círculos concéntricos, sino como dos círculos
interferentes entre sí.

Responsabilidad Extracontractual

Nace de la comisión de un acto ilícito. La doctrina tradicional agota


en estos términos la descripción de las diferencias fundamentales. De
manera más analítica y bajo una perspectiva mucho más compleja y rica,
dictada por el conocimiento histórico y la curiosidad comparatista la
distinción ha parecido un tiempo arbitraria e inexacta. Arbitraria, puesto que
de acuerdo a recientes tesis, puede surgir una responsabilidad de
naturaleza contractual de relaciones “pre contractuales”; inexacta, porque
la distinción en la actualidad se ha esfumado, incidiendo sobre todo en la
caducidad de la acción.

La responsabilidad civil tiende a involucrar también fenómenos


contractuales como ocurre en el caso de responsabilidad civil por
actividades negociables (por ejemplo, la doble venta inmobiliaria). El hecho
de las personas por el que se responde: mientras se tiene una
interpretación extensiva en el sector contractual, restrictiva resulta la
interpretación en el campo extracontractual; se considera válido el pacto de
limitación y de exclusión de la responsabilidad contractual y nulo, en
cambio, el pacto relativo a la responsabilidad extracontractual.

32
Pero se toman en consideración casos en los cuales se tienen
responsabilidad extracontractual por ocurrencias que tienen por origen un
contrato: por ejemplo, la inducción al incumplimiento, la ruptura de las
tratativas, la conclusión de un contrato nulo, la conclusión de un contrato en
daño de tercero y así por el estilo.

La discusión de los últimos años en torno a la distinción entre


responsabilidad contractual y extracontractual o bien entre daño contractual
y extracontractual, se registra también bajo otros aspectos. Como se ha
subrayado no se consiente la acumulación de las dos responsabilidades y,
por lo tanto las diferencias devienen más marcadas porque el agraviado
debe operar desde el inicio, por uno de los dos tipos de responsabilidades.

Es difícil clasificar una figura como contractual o extracontractual: los


ejemplos, en la actualidad, son numerosos y aluden a los errores del
médico, los daños provocados por productos defectuosos, el daño causado
a los parientes por el fallecimiento del alimentante; y agreguemos, el daño
sufrido por quien haya confiado en una carta de patronage, o en
ungenlemen’s agreement, en una carta de intenciones, y en fin la lista
puede continuar.

En los casos dudosos, la zonas grises, de por sí, no autorizan a


tomar partido por la solución más drástica (y simplista), es decir, por la
equiparación o, peor aún, por la identificación entre los dos tipos distintos
de responsabilidad. En el ordenamiento italiano quedan todavía
distinciones entre dos sectores ya sea por razones de fondo, es decir, por
los fines que encierran; sea por los criterios reguladores que conciernen a
la verificación de la imputabilidad del caso fortuito, sus limitaciones y la
exoneración negocial de la responsabilidad, etc.

33
2.2.2.4.- Teoría del Daño

La voz daño proviene del Latín “Demnum” que significa: daño,


perjuicios, pérdida, gasto. Es el perjuicio material o moral sufrido por una
persona17.

Daños y Perjuicios

Es el valor de la pérdida o desmedro sufrido en el patrimonio y/o utilidad


dejada de percibir del acreedor, a causa del incumplimiento o de la mora
culposa o dolosa de su deudor.

Daños a la Persona

Es el que lesiona a la persona en sí misma, estimada como un valor


espiritual, psicológico, material. Es una subespecie del daño moral; es una
novedad del Código Civil peruano de 1984.

Daño Emergente

Es la pérdida sobrevenida al acreedor por culpa u obra del deudor al


no cumplir la obligación. Es el empobrecimiento o disminución patrimonial
actual, concreta, real, efectiva, sufrida por el acreedor como consecuencia
del incumplimiento definitivo o la mora, por la inejecución de la obligación o
su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.

PALACIO PIMENTEL18, opina que se debe empezar dando la noción


del daño, porque nos vamos a referir precisamente a la indemnización de
daños y perjuicios, que el acreedor tiene el derecho de pedir y de obtener
de su deudor, si éste incumple por culpa, o dolo la obligación a su cargo.

17
CALDERÓN S. Ana / AGUILA G. G.- El ABC del Derecho Civil, Ob. Cit., p 518.
18
PALACIO PIMENTEL, Gustavo.- Manual de Derecho Civil, 2º Edición, Editorial Huallaga, Lima - Perú,
1998, pp. 256 ss.
34
Daño es la diferencia entre el valor actual del patrimonio del
acreedor y el valor que ese mismo patrimonio habría tenido de haberse
cumplido la obligación oportunamente por parte del deudor. Daño es toda
desventaja experimentada en nuestro bienes jurídicos, como la vida, la
salud, el honor, el crédito, la propiedad.

El vocablo daño es sinónimo de menoscabo, de dolor, de pérdida, de


disminución en algo que es nuestro, material o afectivamente. Para algunos
autores hay diferencia entre daño y perjuicio; para otros no lo hay, cuando
expresan que “Daño es el perjuicio material o moral sufrido por una
persona”. De la noción jurídica del daño surgen sus dos elementos
consecutivos, que al mismo tiempo, vienen a constituir “los extremos que
comprenden la indemnización”; ellos son: el daño emergente y el lucro
cesante. Los daños y perjuicios constituyen obligación subsidiaria del
deudor, cuando cae en responsabilidad por el incumplimiento de sus
obligaciones convencionales.

El daño económico, es el daño patrimonial o material por recaer


sobre los bienes que integran el patrimonio del acreedor. El daño moral
constituye el padecimiento o sufrimiento que se desarrollar el fuero interno
de una persona en este caso del acreedor. Es difícil la probanza, pero tal
circunstancia nada tiene que ver con su existencia y realidad permanente
en quien conserva de una fuerte autoestima. La indemnización de daños y
perjuicios se computa en dinero, porque el dinero representa el valor de
todas las cosas.

Los extremos que comprenden la indemnización son: el daño


emergente, es en un daño positivo, porque es en la disminución del
patrimonio ya existente del acreedor; Lucro cesante, representa la
frustración de un aumento de dicho patrimonio. En consecuencia, el daño
emergente es el empobrecimiento y efectivo que sufre el acreedor con
ocasión del incumplimiento; y lucro cesante consiste en lo que el acreedor
ha dejado de ganar porque el deudor a incumplido la obligación; es lo que
el acreedor habría obtenido si el deudor hubiera cumplido oportunamente.
35
Daño es la lesión, detrimento o menoscabo, causado a una persona,
en su integridad física, reputación o bienes. Daños y perjuicios es una
denominación habitualmente dada a la lesión patrimonial sufrida como
consecuencia de un hecho o acto antijurídico. Reparación o indemnización
que se impone al responsable de la lesión patrimonial causada por un
hecho o acto antijurídico.

El derecho no sólo toma en cuenta valores e intereses materiales,


sino también morales, espirituales, éticos y por esto que en la
indemnización de daños y perjuicios se toma en cuenta los daños morales.
Es el Juez de que acuerdo a las circunstancias que rodean a cada caso
concreto, en la praxis, el que debe calificarlos, apreciarlos, tomando en
cuenta la concurrencia o incidencia de una serie de factores concomitantes,
para poder saberse con exactitud si un daño fue previsto o no era
previsible. Posible es diferenciar los daños según resulten del
incumplimiento de obligaciones contractuales o según estos daños sean
originados por un acto ilícito civil o penal (daños contractuales y daños por
actos ilícitos).

Finalmente cabe distinguir el daño en: actual y futuro. El primero es


el que al momento de fijarse la indemnización ya se produjo; y futuro aquél
que aún no se ha consumado en aquel momento.

ALPA19, Desde el punto de vista formal la construcción de la noción


de daño ha sido embestida, en los años recientes, por una auténtica
revolución: se ha revocado en duda o abierto la crítica sobre la noción
ontológica de daño; sobre su noción jurídica; sobre la relación entre daño
(elemento) y estructura del ilícito; sobre la relación entre daño y nexo de
causalidad; sobre la amplitud del daño resarcible.

19
ALPA Guido.- Op. Cit. pp 517 y ss.
36
Pero para clarificar sic et simpliciter nuestra posición desde el inicio,
se debe tener en cuenta los siguientes puntos:

a) La noción ontológica del daño aquí acreditada es aquella defendida por


una parte de la doctrina, que desmaterializa y despatrimoniza el daño.
Esto, por varias razones de naturaleza teórica y de política del derecho:
“daño” hoy, no es más, en la conciencia social, en la práctica
jurisprudencial y en las mismas intervenciones legislativas, el simple
empobrecimiento del patrimonio de la víctima del ilícito; daño hoy es la
lesión de un interés protegido y se agota en ello; de la lesión pueden o
no derivar consecuencias de carácter económico; esto depende de la
lesión del bien tutelado (por ejemplo si son lesionados la salud, el
honor, y en general los aspectos de la personalidad, ello no comporta
necesariamente una despatrimoniza
b) La noción jurídica de daño se configura en términos de daño justo.
c) El daño así entendido es necesariamente elemento del ilícito porque el
elemento en tanto tal comporta la lesión de un interés tutelado.
d) El daño debe ser causalmente vinculado al comportamiento o a la
actividad del responsable y se puede hacer empleo del nexo causal
para seleccionar los daños resarcibles. Existen, sin embardo, hipótesis
normativas en las cuales la selección se realiza según la naturaleza
(daño moral por ejemplo) o las modalidades de manifestación del daño
(lucro cesante por ejemplo).

La Variedad de los Daños Resarcibles

Es lugar común y también en la literatura extranjera sobre el tema,


empezar el discurso sobre la responsabilidad civil, partiendo de un tipo de
reconocimiento de la impresionante cantidad de los daños provocados en
la sociedad moderna por las actividades humanas.

37
El Daño Puramente Económico

Aun subrayando que hoy en el common law inglés queda abierta la


fractura entre perjuicio físico y material de un lado perjuicio meramente
económico del otro, la reciente doctrina releva que a esta línea
interpretativa se han aportado tan numerosas y variadas excepciones
capaces de revertir la situación llegando a que “la excepción a devenido la
regla”.

Otro precedente reciente es Juniors Bools Co Ltd. El problema


razona según los esquemas de common lawyer - es configurar la
declaración culposamente como causa de un ilícito (por ejemplo, negligent
mis representation) como incumplimiento de una promesa; las
consecuencias son muy diversas porque en la primera hipótesis el daño se
calcula teniendo en cuenta la situación en la cual la parte dañada se habría
encontrado si la declaración no hubiese sido hecha; en la segunda
hipótesis el daño se cuantifica considerando la situación de la promesa
cumplida.

Por ejemplo, si el daño ha sido inducido a adquirir acciones sobre la


base de una misrepresentation, el daño es cuantificado calculando la
diferencia entre el precio efectivamente pagado y el valor real de las
acciones; no, en cambio, calculando la diferencia entre el valor efectivo y el
valor actual.

El daño en otros términos consiste aquí en los gastos efectuados y


en el lucro cesante. En el caso de falta de adquisición de acciones porque
el vendedor las enajena a terceros, al actor se le ha reconocido un daño
consistente en el precio pagado más los gastos efectuados.

38
Daño a la Persona: El Daño Psíquico

Una investigación de CENDON20 abre dos diferentes perspectivas la


primera, propia del civilista que durante mucho tiempo ha estudiado los
problemas del daño, que se refiere a la salud mental con particular
referencia a los problemas de calificación de la lesión y de la cuantificación
del resarcimiento que debe ser ofrecido a la víctima. La segunda
perspectiva se refiere a las técnicas metodológicas de la investigación.
Hoy está de moda entre los juristas y, éste es, el análisis costo beneficios y
el significado económico de la norma jurídica y de la sanciones que están a
ellas vinculadas; hasta el momento en el que la ciencia jurídica no tomaba
en consideración los principios y las opciones que son expresadas por
CENDON.

Daño Moral

En los años recientes la misma noción de daño Moral y las técnicas


de su resarcimiento se han puesto en discusión partiendo del presupuesto
de la insuficiencia del texto normativo previsto del Código Civil italiano y de
la aleatoriedad y casualidad de sus aplicaciones por parte de las cosas.
Esta noción de daño no patrimonial permitiría resarcir también a las
personas jurídicas (que en cuanto tales no padecen los sufrimientos y
perturbaciones anímicas expresivas de la noción tradicional de daño moral)
y, por consiguiente, asegurar una más justa e igualitaria aplicación de las
sanciones, de considerarse, en este caso, también a la luz de las penas
privadas.

Las consideraciones que el daño no patrimonial involucra bienes que


tienen naturaleza no patrimonial, haría ciertamente que no se pueda
acreditar la noción de daño moral. La liquidación equitativa del daño no
patrimonial no obedece a los principios generales de la liquidación

20
Ibídem, pp. 558 y ss.
39
equitativa del daño en general; esta puede por consiguiente, tener lugar
sólo en el caso de dificultad en el dar prueba del daño efectivamente
sufrido.

Por el daño moral la ley excluye a priori que sea posible proporcionar
pruebas precisas; se trata de una apreciación libre confiada al juez (de
primera instancia). Esta elección es probada por quien considera que cada
uno disfruta la vida de manera diferente a los otros, mientras es criticada, a
mi parecer correctamente, por cuantos observan que las orientaciones
judiciales son tan diferentes entre sí y causales en la liquidación, que llegan
a aumentar las disparidades de tratamiento de los dañados. Debe haber,
en todo caso una correlación entre entidad objetiva del daño
(especialmente si es repetido en el tiempo) y equivalente pecuniario.

Debemos tener en cuenta que nuestro Código Civil en su artículo


veintinueve señala lo siguiente:
La responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito causados
por vehículos automotores es objetiva, de conformidad con lo establecido
en el Código Civil. El conductor, el propietario del vehículo y; de ser el
caso, el prestador del servicio de transporte terrestre son solidariamente
responsables por los daños y perjuicios causados.
Como se señala el doctor Lizardo Taboada Córdova en su libro
“Elementos de la Responsabilidad Civil”, Editora Grijley, primera edición
junio 2001, pp 25 y 26 ; a través de la responsabilidad civil se debe
indemnizar los daños ocasionados ya sea que se trate de las
consecuencias de una relación contractual ( obligación voluntaria) o
cuando se trate de los daños producidos de una relación extracontractual
del deber jurídico de no causar daño a otro.
Así tenemos que en materia de responsabilidad civil extracontractual el
artículo 1969 del Código Civil dice Aquel que por dolo o culpa causa un
daño a otro está obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o
culpa corresponde a su autor.

40
El artículo 1970 referido a la responsabilidad por riesgo señala: “Aquel que
mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad
riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo.
Para el criterio objetivo de responsabilidad extracontractual es suficiente
que exista una vinculación entre el daño causado, la relación de
causalidad y que se ha tratado de un daño producido mediante un bien o
una actividad que supone un riesgo adicional al ordinario y común.
Al respecto cabe mencionar que el Tribunal Constitucional ha señalado lo
siguiente:
“ En nuestro ordenamiento jurídico existen dos criterios de
responsabilidad civil- objetivo y subjetivo –bajo los cuales se genera el
resarcimiento de los daños ocasionados , siendo incluso que de no haberse
efectuado dicha mención en el artículo veintinueve de la Ley 27181 que
establece la responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito
causados por vehículos automotores es objetiva, y por el solo hecho de
encontrarnos frente al uso de un bien riesgoso ( vehículos automotores ),
opera en forma automática el criterio e responsabilidad objetiva consagrado
en el artículo 1970 del Código Civil frente al perjudicado, a fin de lograr el
resarcimiento correspondiente de acuerdo al daño causado.
En efecto , entiende este Tribunal que en situaciones en que ocurre un
accidente de tránsito que causa un daño a la vida, la integridad o la salud
de la persona resulta, por decir lo menos, conveniente indemnizarla, lo cual
está plenamente justificado cuando un sujeto causa un daño de tal
naturaleza. Si algo de constitucional se encuentra en el artículo 1970 del
Código Civil, es precisamente, la reparación del daño, en la medida que
con dicha protección se otorga dispensa a los derechos a la vida e
integridad y a la salud, reconocidos por los artículos 2.1 y 7°
respectivamente, de la Norma Fundamental. De esta forma, sin duda, es
posible cumplir con el objetivo primordial de la responsabilidad civil, cual es
auxiliar o beneficiar a la víctima a través de la reparación del daño que
hubiera sufrido ( Exp 0001-2005-PI/TC LIMA).
La Corte Suprema ha señalado que la reparación civil no excluye el cobro
de daños y perjuicios en la vía civil en el que se debe establecer la real
magnitud de los daños.
41
La Corte Suprema sostiene que el daño moral que no haya sido
debidamente satisfecho en la vía penal puede ser reclamado en la vía
civil , por cuanto según sostiene que en la sede penal solo se busca
sancionar al infractor , mientras que en sede civil la responsabilidad busca
determinar quién asume el daño causado.
Al respecto se pronunció la Sala Civil transitoria de la Corte Suprema en la
Casación N° 3824-2013-Ica, que ordenó a la Sala Superior emitir un nuevo
pronunciamiento sobre el fo9ndo, al haber sido declarado improcedente la
indemnización por responsabilidad extracontractual planteada por la
madre de un menor fallecido en un accidente de tránsito. La madre
solicitaba que el chofer responsable y la propietaria del vehículo con el que
se causó el accidente cumpla con pagarle doscientos mil nuevos soles por
responsabilidad extracontractual, toda vez en la vía penal se estableció un
pago ínfimo de quince mil nuevos soles como reparación civil y
argumentó que dicha suma resultaba injusta y ofensiva frente al gravísimo
daño moral, social y familiar que le causaron al quitarle la vida a su hijo y
privarle de su niñez, adolescencia, juventud, éxito profesional, adultez feliz
y demás etapas que le brindaba la vida humana al haber sido un excelente
estudiante.
El ad quo determinó que si bien en sede penal se fijó una reparación civil
con criterio de razonabilidad y proporcionalidad teniendo en cuenta la
perdida de una vida humana así como la conducta culposa del actor, esta
no excluye el c obro de daños y perjuicios en la vía civil por constituir un
proceso lato en el que se señala la real magnitud de los daños causados,
máxime si en la reparación civil no se advierte el desarrollo de la gama de
daños. Por ello ordenó a los demandados que paguen solidariamente la
suma de cuarenta mil nuevos oles por dicho concepto. No obstante al
apelarse esta decisión, la Sala Superior declaró improcedente la demanda
al considerar que la accionante ya no se encontraba en la real y oportuna
necesidad de demandar. Además la Sala afirmó que, con la reparación
civil, ya se habría reparado los daños y perjuicios que sufrió la demandante
por la pérdida de su hijo, más aún si la decisión penal ha adquirido la
calidad de cosa juzgada al no haberla impugnado.

42
Cuando llego el caso a sede Casatoria, la Sala Suprema determinó que
era necesario un pronunciamiento sobre el fondo, debido a que la
resolución impugnada infringía el principio de motivación al considerar que
la pretensión invocada ya fue satisfecha. La Corte señaló que esto era
errado, en la medida que el proceso penal solo busca sancionar al infractor
de la ley penal por la comisión de un hecho que la sociedad y la ley
consideran repudiable y reprimible.
Por otro lado, los vocales supremos precisan que la Sala Superior emitió un
fallo inhibitorio, sustentando su decisión en que la recurrente no tiene
interés para obrar, no obstante, la Corte Suprema advierte que nuestro
ordenamiento procesal civil considera que las condiciones de la acción
deben ser examinadas por el juzgador al momento de calificar la
demanda, al resolver las excepciones a efectos de sanear el proceso y
excepcionalmente al expedir sentencia. Por ello, La Corte Suprema
concluye que la demandada si contaba con interés para obrar,
considerando que este tiene las características de ser concreto y actual.

Asimismo debemos tomar en cuenta el Acuerdo Plenario N| 6 -2006/CJ-


116 del 13 de octubre del 2006, referido a la reparación civil y delitos de
peligro cuyos párrafos del 7 al 10 han sido establecidos como reglas de
interpretación para la determinación de la responsabilidad civil en los
delitos de peligro.
La reparación civil que legalmente define el ámbito del objeto civil del
proceso penal y está regulada por el artículo 93° del Código Penal, desde
luego presenta elementos diferenciadores de la sanción penal; existen
notas propias finalidades y criterios de imputación distintos entre
responsabilidad penal y responsabilidad civil, aun cuando comparten un
mismo presupuesto : el acto ilícito causado por un hecho antijurídico, a
partir del cual surgen las diferencias respecto de su regulación jurídica y
contenido entre el ilícito penal y el ilícito civil. Así las cosas , se tiene el
fundamento de la responsabilidad civil que origina la obligación de
reparar, es la existencia de un daño civil causado por un ilícito penal, el
que obviamente no puede identificarse con ofensa penal-lesión o puesta en
peligro de un jurídico protegido, cuya base se encuentra en la culpabilidad
43
del agente. ( la causa inmediata de la responsabilidad penal y de la civil ex
delicto, infracción/daño, es distinta) el resultado dañoso y el objeto sobre el
que recae la lesión son distintos .

2.2.2.5.- Teoría del Proceso Penal

La Palabra Proceso viene de la voz latina “Procedere”, que significa


avanzar en un camino por recorrer hacia determinado fin 21. El proceso es el
conjunto de actos que se suceden en el tiempo, manteniendo vinculación,
de modo que están concatenados, sea por el fin perseguido, sea por la
causa que los genera.

El proceso penal es el camino por recorrer entre la violación de una


norma y la sanción. La aplicación de la ley penal no es automática; tiene
que desarrollarse una serie de actos para determinar la responsabilidad de
la persona sometida al proceso, quien goza de la presunción de inocencia,
la misma que deberá ser destruida para hacer posible la aplicación de una
sanción.

La comisión de un hecho tipificado en la ley penal como delito o falta


motiva la actuación de los órganos jurisdiccionales, que tienen como fin
inmediato la aplicación de una sanción.

 Características:
 Los actos del proceso son realizados por los órganos jurisdiccionales,
preestablecidos en la Ley; éstos acogen la pretensión punitiva del estado –
que no puede juzgar y sancionar directamente sin un proceso previo y –
aplican la Ley penal al caso concreto.

21
CALDERÓN SUMARRIVA, Ana Calderón / AGUILA GRADO, Guido.- El ABC del Derecho Penal,
Editorial San Marcos, Perú, 2001, pp. 12 y 55.
44
 Con el proceso penal se aplica la norma del derecho penal objetivo al caso
concreto, CARNELUTTI22, señala: “El proceso penal regula la realización
del Derecho Penal objetivo y está constituido por un complejo de actos en
el cual se resuelve la punición del reo.”
 El proceso penal genera derechos y obligaciones entre los sujetos
procesales (Juez, acusado, Ministerio Público, Parte civil), surgen
relaciones jurídicas de orden público.
 El objeto principal del proceso, como lo llama PIETRO CASTRO23, es
investigar el acto cometido, el cual debe ser confrontado con los tipos
penales. Pero también es importante la restitución de la cosa que se ha
privado al agraviado o la reparación del daño causado con el delito.
 Para que se dé el proceso penal, es necesario que exista un hecho o acto
humano, que se encuadre en un tipo penal, y que pueda ser atribuido a
una persona física en el grado que sea, como autor, coautor, instigador o
cómplice. La individualización del autor o partícipe, es fundamental; en el
curso de la investigación se puede recurrir a diferentes medios técnicos y
científicos con los que cuenta la criminología para su identificación.
 El proceso penal no puede desaparecer ni adquirir distinta fisonomía por
voluntad de las partes. Las partes no tienen libre disponibilidad del
proceso, como en el proceso civil y aunque quieran, no pueden exonerar la
culpa.

ORÉ GUARDIA24 en el campo del derecho define el proceso como el


conjunto dialéctico de actos ejecutados en el campo del derecho, el
proceso como el conjunto dialéctico de actos ejecutados con sujeción o
determinadas reglas más o menos rígidas, realizados durante el ejercicio
de la función jurisdiccional del Estado, por distintos sujetos que se
relacionan entre sí con intereses idénticos, diferentes o contradictorios,
pero vinculados intrínsecamente por fines privados y públicos.

22
Ibídem, p 13.
23
Ibídem, p 13.
24
ORÉ GUARDIA, Arsenio.- Manual de Derecho Penal, 2º Edición, Editorial alternativas, Lima, 1999, pp.
15 y 55.
45
Entre las diferencias que podemos encontrar entre ambos
conceptos, tenemos que el proceso tiene como finalidad la solución misma
del conflicto o la declaración del derecho invocado, mientras que la
finalidad inmediata del procedimiento es satisfacer las exigencias formales
de un determinado acto que forma parte del proceso, por lo que se
considera que tiene un carácter instrumental respecto a éste. Además si
bien pueden existir diferentes procedimientos o incluso se puede recorrer
más de una instancia, el proceso no pierde nunca su carácter unitario. Es
decir pueden existir diversos procedimientos dentro de un solo proceso.

Objetivo y Finalidad del Proceso Penal

No obstante que el proceso penal tiene un carácter instrumental, y


que a través de él se afirma y hace efectivo el derecho penal sustantivo, es
posible también afirmar que posee objeto y finalidad propios. El objeto
responde a las preguntas ¿qué es?, o ¿Sobre qué?, mientras que la
finalidad lo hace a la interrogación ¿para qué?

Sobre el objeto del proceso penal existen diversas opiniones.


D’ALBORA dice que es un hecho atribuido a una persona, ya sea en los
actos iniciales, o durante el curso de la investigación o al formularse la
acusación, como configurativo del delito. Mixan MASS25 afirma que el
objeto del proceso es aquello sobre lo cual incide el proceso, o sea aquello
que constituye el contenido fáctico de la actividad procesal.

La mayoría de opiniones acerca del objeto del proceso penal


coinciden en el aspecto fáctico (hecho, acto o conducta). En suma el objeto
del proceso penal es aquella conducta ilícita imputada que da lugar a una
oposición dialéctica ente los argumentos de la acusación y los de la
defensa, y que constituye el punto de partida y el núcleo del proceso penal.

25
Ibídem.
46
GÓMEZ COLOMER26 señala que los elementos fundamentales del
objeto del proceso penal son, desde el punto de vista objetivo el hecho
criminal imputado, y desde el punto de vista subjetivo la persona acusada.
El proceso penal está orientado a la resolución de la causa sometida a
conocimiento del Juez, aplicando el derecho y haciendo efectiva la noción
de justicia, con criterios de equidad e imparcialidad.

El profesor italiano VICENZO MANZINI27 sostiene que el objeto del


procesal penal es obtener, mediante la intervención del Juez, la declaración
de certeza, positiva o negativa, y del fundamento de la pretensión punitiva
del delito, que hace valer por el Estado Ministerio Público. Dice que el
contenido del proceso penal se halla en el pronunciamiento jurisdiccional
sobre hechos y condiciones que determinan, excluyen o modifican la
materialización de la pretensión punitiva del Estado.

Algunos autores sostienen que la finalidad del proceso penal es la


declaración de certeza judicial, y no como se argumentaba anteriormente,
lograr la verdad concreta de los hechos, ya que en algunos casos ello no
se realiza o no es posible, entre otras causas por la tenaz acción de las
partes en defensa de los particulares intereses que defienden.

Pero en qué consiste la declaración de certeza judicial, ella está


orientada a conseguir que el Juez tenga la convicción de que las
afirmaciones expuestas en el proceso sean ciertas, y es en base a ellas
que el juez resuelve por la aplicación o no de una sanción. Si relacionamos
la noción sobre el objeto del proceso con la finalidad del mismo, podremos
concluir diciendo que el proceso de la conducta ilícita imputada.

En principio el proceso penal es el medio de hacer prevalecer el


derecho como garantía de cada individuo, siendo su finalidad el de tutelar
el derecho, y para imponer cualquier sanción penal, se requiere de la
actividad propia del estudio encaminada a establecer el delito y a

26
Ibídem, p 17.
27
Ibídem, p 17.
47
determinar quién viene a ser su autor, desarrollándose mediante una serie
de actos u con sujeción a determinadas reglas, así pues vemos que el
proceso constituye todo un fenómeno integrado por una secuencia de actos
regulados y establecido en la Ley, y que son llevados por un magistrado
competente y dentro de un plazo determinado. Siendo así, y entendiéndose
que “Objeto” vendría a ser todo aquello a lo cual se dirige el acto consiente
de un sujeto; a que es una facultad, una duradera actitud anímica o hábito
e incluso una ciencia, es por ello que cabría referir claramente que el objeto
del proceso penal es el investigar el acto cometido, el cual necesariamente
tiene que ser cotejado con los tipos establecidos en la Ley penal y además
se buscará el cumplimiento de las medidas cautelares y reales como el
embargo y del mismo modo la reparación del daño causado y la
indemnización de los demás perjuicios.

Primero, el Derecho procesal Penal se orienta a hacer viable el


pertinente espacio de la legalidad para la imputación, dilucidación y
solución jurisdiccional de aquellos conflictos sociales que constituyen neta
y probadas infracciones a la norma Jurídico – penal: es decir es la
disciplina que, por excelencia y necesidad histórica está encargada de la
concretización de la coercibilidad del Derecho Penal, cumplimiento
simultáneamente la función de postular, predicar sobre la obligación de que
el proceso penal sea tramitado con toda regularidad procesal y que la
verdad concreta sea debidamente esclarecida, así como la decisión final
sea expedida con la debida ciencia, experiencia e imparcialidad.
Complementando lo dicho también el derecho procesal penal tiene la
finalidad de proveer los conocimientos necesarios, garantizando un espacio
de legalidad, para una idónea determinación de la verdad concreta a través
del proceso penal la cual a su vez ha de permitir investigar, dilucidar y
resolver casos singulares de conflictos sociales violatorios de la Ley penal;
estos es, el derecho procesal penal se orienta a cumplir de manera
permanente la misión de brindar una oportuna y adecuada implementación
teórico técnica para la práctica jurisdiccional – penal: para la administración
de justicia penal , previa verificación de la verdad concreta.

48
Principios que Regulan el Proceso Penal:

a) Principio de la igualdad de las partes.


b) Principio del debido proceso.
c) Principio de la preclusión.
d) Principio de contradicción.
e) Principio de inmediación.
f) Principio de presunción de inocencia.
g) Principio de pluralidad de instancia.

2.2.2.6.- La Culpabilidad

Concepto de Culpabilidad.-

Para poder sancionar al autor de un hecho por el delito cometido, no


solamente se toma en cuenta la tipicidad y la antijuricidad del acto, sino también
se debe tomar en cuenta la culpabilidad para este no recaer en causas de
justificación o inculpabilidad en las cuales seria exento de responsabilidad penal.

En la ciencia del derecho penal se hace una distinción entre lo que es


antijuridicidad y lo que es la culpabilidad. La antijuridicidad es una acción típica
sin causas de justificación ; esto es: defensa necesaria , estado de necesidad,
consentimiento del ofendido, “La antijuridicidad es siempre la desaprobación de
un hecho referido a un determinado autor”28, del mismo modo: “La
"antijuridicidad"… es por tanto un elemento de valoración global del hecho en el
marco del tipo subjetivo, y ha de ser tratado según las reglas que rigen para los
elementos análogos del tipo objetivo”29. Se dice que es culpable la persona que
actúa en contra de la ley, o sea el que comete un acto ilícito cuando pudo haberlo
no-cometido.

28
ROXIN, Claus.- Derecho Penal Parte General. Tomo I Fundamentos. La Estructura de la Teoría del
Delito. Traducción de la 2da edición alemana, y notas por Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz y García
Conlledo, y Javier de Vicente Remesal, Editorial Civitas, Madrid – España, 1997, pág. 320.
29
Ibídem, pág. 483.
49
MUÑOZ CONDE critica el punto de vista que una persona es culpable por
el hecho de que cometió un acto ilícito, habiendo podido actuar de distinta
manera, ya que esta es una postura que no puede ser probada, o sea se cree que
así fue, pero no se demuestra. Se sabe que una persona tiene varias opciones de
las cuales elegir, pero nunca se sabrá cuál fue la decisión final por la cual se guió
para poder cometer el hecho delictivo. Continua diciendo que el hombre, tanto en
el ámbito de lo penal como en otros aspectos de la vida, tendrá la posibilidad de
decidir entre varias opciones y en cada situación eligiera uno que le es perjudicial
a otros.

Tomando todo esto en cuenta, no podemos decir que el autor es culpable


por el hecho de haber cometido un delito cuando pudo haber desistido a este, si
no existirían causas de justificación.

Concepto de Culpabilidad y Prevención General

MUÑOZ CONDE encuentra que el concepto de culpabilidad no es un


hecho individual, sino social, ya que la culpabilidad existe únicamente con relación
a los demás. Por la misma protección de la persona como individuo es que se
deben tomar precauciones como lo son las penas, creando así una prevención
general. Desde el punto de vista de la culpabilidad como un hecho social
podemos ver que no es exactamente la acción en sí, sino las características que
se le atribuyen al hecho las que le dan este carácter, dando lugar a la posibilidad
de poder imponerle responsabilidad penal al autor.

Elementos de la Culpabilidad

Para verdaderamente saber si es que una persona ha cometido un hecho


delictivo típico y antijurídico, en el que le corresponde responsabilidad penal, es
necesario que cumpla con ciertas condiciones para poder ser declarado como
culpable, siendo los elementos principales los siguientes:

50
a) La imputabilidad. Esto determina que la persona debe tener la
habilidad mental necesaria para ser motivado racionalmente, dentro del
cual se incluye, entre otros, edad y enfermedades mentales.
b) El conocimiento de la antijuricidad del hecho cometido. En que el
individuo conozca el contenido de las prohibiciones de la norma.
c) La exigibilidad de un comportamiento distinto. Cuando el derecho
exige la realización de cierto comportamiento.

Después de haber aclarado cuales son los elementos principales de la


culpabilidad, se deben tomar en cuenta los elementos específicos de cada delito.
Estos no son la base de la culpabilidad en sí, sino son los que miden la gravedad
del delito. En ciertos casos como el asesinato, podemos ver que es necesaria la
premeditación, la alevosía y el ensañamiento, entre otros, para que este pueda
ser juzgado como tal y no como un simple homicidio.

La Culpa

Dado que en nuestro ordenamiento legal, la definición de la culpa no está


dada en forma taxativa, nos vemos en la necesidad de indagar su significado y
relevancia penal, pues como podrá intuirse, muchos de los hechos delictivos que
cumplen el tipo, no tienen por motivación al dolo, y teniendo la culpa varias
modalidades que influyen discrecionalmente en el fallo del juez, debemos ver con
algún detenimiento las mismas.

Según MUÑOZ CONDE, la culpa es la realización del tipo objetivo de un


delito por no haber empleado el sujeto la diligencia debida 30. Nuestra
jurisprudencia penal hace su aporte al consignar que “La conducta culposa es la
acción peligrosa emprendida sin ánimo de lesionar el bien jurídico pero, que por
falta de aplicación del cuidado o diligencia debida, causa su efectiva lesión. No
nos encontramos aquí con la actitud rebelde del sujeto frente a la norma que
protege los bienes jurídicos y que prohíbe lesionar o dañar a otro, no es ahí donde

30
Muñoz Conde, Francisco.- Teoría General del Delito, reimpresión de la 2da edición, Editorial Temis S.A.
1999. p. 182.
51
se encuentra el desvalor, sino en el incumplimiento por parte de aquel de la
exhortación al actuar cuidadoso, que es un principio general del ordenamiento
encargado de prohibir la innecesaria puesta en peligro de los bienes jurídicos
ajenos; desvalor que es menor que el de las conductas dolosas” 31.

La noción de cuasidelito está íntimamente ligada a la idea de culpa. Ésta,


considerada un estado intermedio entre el dolo y la fuerza mayor, ocupa una
posición preponderante en la ciencia jurídica moderna. Despojada de toda
intención tendiente a ocasionar un perjuicio, aunque no extraña a la actitud del
agente, se la define como: “Violación dañosa del derecho ajeno, cometida con
libertad, pero sin malicia, por alguna causa que puede y debe evitarse”.

Para BINDING, en cambio, consiste “en la voluntad inconscientemente


antijurídica”. El Código Civil Argentino la define así: “La culpa consiste en la
omisión de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligación y que
correspondieren a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar”.

JIMÉNEZ DE ASÚA ha definido la culpa como la producción de un


resultado típicamente antijurídico (o la omisión de una acción esperada), por falta
del deber de atención y previsión, no sólo cuando ha faltado al autor la
representación del resultado que sobrevendrá (o de la consecuencia del no
hacer), sino cuando la esperanza de que no sobrevenga ha sido fundamento
decisivo de las actividades del autor (o de sus omisiones) que se producen sin
querer el resultado antijurídico (o lo injusto de la inacción) y sin ratificarlo 32.

La legislación española, con criterio diferenciador de matiz cuantitativo más


que cualitativo, al calificar las infracciones culposas como infracciones por

31
Ejecutoria Suprema del 14/01/98. Expediente 6109-97.
32
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis.- Tratado de Derecho Penal, tomo V. Buenos Aires – Argentina, 1956, págs.
842 y ss. Por cierto que en la definición transcripta se reputaría más correcto hablar de la omisión de una
acción jurídicamente exigible que de una acción esperada, pues que lo que se contrapone a la producción de
un resultado típicamente antijurídico en virtud de una actividad de signo físicamente positivo, no es la acción
esperada (locución empleada por MEZGER al elaborar las doctrina de la relación causal en las omisiones)
sino la acción debida.
52
“imprudencia” ha distinguido la imprudencia temeraria y la simple imprudencia o
negligencia; la primera, engendraría delito en todo supuesto típico; la segunda,
tan solo cuando fuese acompañada de infracción de reglamentos. La simple
imprudencia o negligencia, sin infracción de reglamentos quedaría relegada a la
condición de falta.

La culpa tiene fundamentalmente un aspecto “cognoscitivo” o intelectual


respecto al peligro que la conducta crea para bienes jurídicos. Se puede tratar de
una “previsibilidad” sobre el resultado de la conducta peligrosa (culpa consciente
o culpa con representación) o, en algunos casos, el desconocimiento reprochable
del peligro que la conducta entraña (culpa inconsciente o culpa sin
representación). No es posible determinar una diferencia de grado de injusto
entre ambos tipos de culpa, pero sí en cuanto se refiere al grado de culpabilidad
(si se acepta que el tipo subjetivo también o sólo se refleja en la categoría de la
culpabilidad)33.

A su vez, MUÑOZ CONDE sostiene que la culpa consciente se da cuando


el autor se representa la producción del resultado típico, pero confía en poder
evitarlo; mientras que en la culpa inconsciente el autor no prevé la producción del
resultado, pero la hubiera podido prever si hubiera actuado con la diligencia
debida34.

A propósito de este último punto, debemos acotar que la diligencia debida,


o deber de cuidado del autor se divide en “interno” y “externo”; el primero es el
que obliga a la persona a advertir la proximidad de un peligro (deber de examen
previo). Ese es el caso que legitima la punición por culpa consciente, en la que el
sujeto debía.

El deber de cuidado externo implica el deber de comportarse de


conformidad con la norma de cuidado advertida. Esta exigencia se plasma según
33
HURTADO POZO, José.- Manual de Derecho Penal, Parte General, 2da edición, Editorial Eddili, Lima,
1987, p. 455.
34
MUÑOZ CONDE, Francisco. Ob. Cit. p. 182.
53
la situación concreta en los deberes de: omitir acciones peligrosas para los bienes
jurídicos; prepararse e informarse previamente antes de ejecutar acciones
peligrosas; y actuar prudentemente durante la realización de acciones
riesgosas35.

En resumen36: Lato sensu la culpa se caracteriza por implicar una actitud


contraria a la ley, causar o ser capaz de causar un daño y resultar objetivamente
imputable al autor como consecuencia de su libre determinación. Strictu sensu,
en cambio, además de estos requisitos, el acto culpable tiene su origen en la
impericia, negligencia o imprudencia de quien los comete, con abstracción de
cualquier querer doloso. Gira, por eso, en torno a la idea de previsibilidad. Es
decir: la culpa cuasidelictual significa la no previsión de un evento que es
perfectamente previsible en el instante en que se manifiesta la voluntad del
agente, debiendo estimarse como previsible aquello que se pudo o se debió
prever poniendo el debido cuidado. Si no se pudo prever, o si previsto no pudo
evitarse, se estaría en presencia del caso fortuito.

Para que surja la responsabilidad cuasidelictual del agente deben concurrir


cinco elementos:

Hecho del agente: Acción u omisión.

Violación del derecho ajeno: a través de un acto contra ius o, empleando


el vocablo de rigor, constituir una injuria. Si llega a traducirse en lesión
efectiva genera la obligación de resarcir.

Perjuicio efectivo (daño, lesión).

Nexo causal entre el acto y la consecuencia.

Imputabilidad al agente.

35
ABANTO VÁSQUEZ, Manuel.- Una nueva visión de la Teoría del Delito. Lima, 1998, p. 27 y ss.
36
Enciclopedia Jurídica Omeba. Editorial DRISKILL S.A Buenos Aires, 1982.
54
Modalidades de la Culpa, la Impericia, Negligencia, Imprudencia y la
Inobservancia de reglamentos o deberes del cargo.

Impericia

La impericia en un arte, profesión u oficio viene determinada por la carencia


de los conocimientos, de la experiencia o, de las destrezas exigibles para ejercer
uno u otra. La impericia integra una de las formas de la culpa, junto con la
imprudencia y negligencia. Así, según un aforismo latino: “Imperitia culpae
adnumerantur” (La impericia se considera como culpa).

Ahora bien, quien realice una tarea que no corresponda a su quehacer,


ocasionando un resultado incriminable como delito culposo, no podrá ser acusado
de imperito, sino a título de imprudencia o de negligencia. La impericia
inexcusable, además del resarcimiento de daños que siempre implica, posee
trascendencia penal sin perjuicio de su consideración civil, que están más dados
al término de negligencia.

Negligencia

Si nos atenemos a su acepción unitaria, la negligencia significa descuido


en las tareas u ocupaciones, omisión o falta de preocupación o de aplicación en lo
que se hace o debe hacerse37.

Aunque existen dos criterios muy distintos en los ordenamientos penales,


en relación con la negligencia, predomina el enfoque de integrar una
responsabilidad atenuada con relación a los mismos hechos delictivos por dolo; y,
siguiendo la equiparación del orden civil, también integra culpa en el sentido
específico de delito culposo.

37
La Real Academia Española le da dos acepciones: 1 Descuido, omisión; 2 Falta de aplicación.
55
FONTÁN BALESTRA, expresándose con claridad palmaria, anota que “la
negligencia es la falta de precaución o indiferencia por el acto que se realiza”. “En
esta hipótesis -añade- tanto mayor será la negligencia cuanto más precaución
requiere la naturaleza de dicho acto; no es lógico exigir las mismas precauciones
a quien transporta fardos de pasto, que al que debe efectuar el traslado de una
materia explosiva”38.

En su estricto significado estriba la negligencia “en no tomar las debidas


precauciones, sea en actos excepcionales o en los de la vida ordinaria”. JIMÉNEZ
DE ASÚA sostiene que la negligencia es el elemento psicológico de la culpa,
fueren cuales fueren las variedades de ésta, y que, por lo tanto, se halla ínsito en
la imprudencia, la impericia y la inobservancia de reglamentos o deberes.

Imprudencia

Genéricamente, la falta de prudencia, de precaución. // Omisión de la


diligencia debida. // Defecto de advertencia o previsión en alguna cosa. El
imprudente arrostra riesgos innecesarios o prescinde de adoptar las medidas de
seguridad para impedirlos o aminorarlos, sin querer, pero sin rechazar la
contingencia del mal o del daño, que puede alcanzarle o alcanzar a otro,
perjudicar sus intereses o los ajenos, o inferir ofensa a derechos del prójimo o de
uno mismo.

En lo civil, encuadra en una u otra de las modalidades de la culpa toda


imprudencia que lesiona la persona, los derechos y los bienes que no son
propios, con la consiguiente responsabilidad civil.

Penalmente, además de arrostrar las consecuencias de los resarcimientos


por los daños y perjuicios señalados en el epígrafe anterior, la conducta
imprudente encuentra tipificación punible. En la imprudencia no hay ni la intención

38
FONTÁN BALESTRA, Carlos.- Derecho Penal (Introducción y Parte general), 4ta edición, Buenos
Aires, 1961, p. 366 y ss.
56
plena ni el propósito definido de delinquir; pero se originan consecuencias
tipificadas en la ley penal en determinados casos, por no haber procedido con la
diligencia adecuada para la evitación de lesiones, perjuicios o daños.

Conviene distinguir entre la imprudencia y el caso fortuito. En la primera


hay culpa, puesto que las consecuencias del acto podían preverse; mientras que
en el caso fortuito nadie responde y, como expresa el Código Penal Español, no
delinque, y por tanto está exento de responsabilidad criminal, el que, con ocasión
de ejecutar un acto lícito con la debida diligencia, causa un mal por mero
accidente, sin culpa ni intención de causarlo.

La imprudencia criminal, que viene a corresponderse con la negligencia


civil, aun cuando la imprudencia perjudicial origine responsabilidad común y sean
punibles diversas negligencias, se clasifica en el Código Penal Español en
imprudencia temeraria, análoga a la culpa grave, e imprudencia simple, asimilable
a la culpa leve. La primera de ellas representa el máximo grado de delincuencia
culposa. La imprudencia temeraria consiste en la falta de previsión de las
consecuencias inmediatas; la imprudencia leve es la relativa a eventos lejanos e
improbables.

Dado que no existe imprudencia con impunidad, en otros sistemas penales


que no articulan de modo genérico el delito culposo, la punibilidad de la
imprudencia se estructura como forma potencial de las diversas figuras delictivas
sin excluir alguna modalidad de amplitud.

La imprudencia implica un obrar que lleva consigo un peligro. Gramatical y


jurídicamente “imprudencia” significa falta de ejercicio de la condición de prever y
evitar los peligros; consiste en obrar, en emprender actos inusitados, fuera de lo
corriente y que, por ello, pueden causar efectos dañosos 39.

39
Es decir, que mientras el negligente no hace algo que la prudencia indica hacer, el imprudente realiza un
acto que las reglas de la prudencia indican no hacer. Negligente es quien sale a la calle con su automóvil sin
arreglar algunos desperfectos; imprudente es quien, teniendo su coche en buenas condiciones, marcha a
excesiva velocidad
57
Inobservancia de reglamentos o deberes del cargo 40

Según el Código Penal Argentino, por “reglamentos” u “ordenanzas”, habrá


de entenderse “todas las disposiciones de carácter general dictadas por la
autoridad competente en la materia de que traten”. Pueden, pues, ser decretos,
leyes, etcétera e incluso los preceptos del propio Código Penal.

Sobre la inobservancia de reglamentos o deberes del cargo, la más ardua


de las cuestiones que se plantea, es la de saber: 1) si tal inobservancia, por sí
sola, puede autorizar incriminaciones a título culposo; 2) si, por el contrario, aun
dada la misma, se requiere vaya acompañada de negligencia, imprudencia o
impericia, para que resulte justificada la incriminación por culpa del hecho típico
en que concurriese.

JIMÉNEZ DE ASÚA que, influido por su formación científica de sello


predominantemente germánico, sostuviera anteriormente que “la mera infracción
de un reglamento o de un mandato de la autoridad no puede originar
incriminaciones culposas”, por estimar que “la culpa requiere negligencia,
imprudencia o impericia, incluso cuando se trata de la inobservancia de una
instrucción”, cree hoy -y pensamos que está en lo cierto- que en las dos posturas
extremas, hay error. La correcta solución del problema, se encuentra, tan sólo,
adoptándose una tesis sincrética. El maestro español la concibe así: “En la
mayoría de los casos, aun cuando el sujeto que infrinja el reglamento tome toda
clase de precauciones, es imprudente el hecho de faltar a las ordenanzas, porque
con ello puede provocarse la falta de precaución de otras personas. Un ejemplo
aclarará este pensamiento: un chofer entra contramano por una calle. Ojo avizor,
precavido el volante y velocidad mínima; más un viajero del autobús que pasa, se
precipita del carruaje y, materialmente, se mete bajo las ruedas del coche que
infringió los reglamentos. La infeliz víctima no fue imprudente; tomó toda clase de

40
Enciclopedia Jurídica Omeba. Editorial DRISKILL S.A. Buenos Aires, 1982.
58
precauciones para que un coche que habría de venir por detrás no le aplastara;
mas, al mirar los que podían causarle daño, descuidaba el hecho -para ella
imposible- de que contramano y de frente la embistiese un vehículo. El chofer que
violó el reglamento fue imprudente al infringirlo, porque debió contar con la falta
de precauciones al respecto de quien se apeaba del autobús”.

Pero fuera absurdo que la presunción de culpa contra quien obró con
infracción de reglamentos, órdenes o deberes, se llevara al extremo de hacerla
funcionar siempre. Y así, “en los casos en que el resultado lesivo no está en
referencia a disposiciones directamente vinculadas a la actividad que se
emprende y cuya cautela ordenan, la precaución acreditada destruye la existencia
de la culpa”. Ejemplo: Una persona, que sin estar autorizada para portar arma de
fuego, hiriere de un disparo con ella a otra, accidentalmente, sin incurrir en
imprudencia o negligencia, no sería responsable de lesiones culposas y, esto,
porque la razón de ser de las disposiciones que prohíben la portación de armas
sin licencia, es otra que la de reglar el manejo hábil y prudente de ellas.

2.3. Definiciones Conceptuales:

2.3.1. PROCESO PENAL: Es el conjunto de actos que se suceden en el tiempo,


manteniendo vinculación, de modo que están concatenados, sea por el fin
perseguido, sea por la causa que los genera. El proceso penal es el camino por
recorrer entre la violación de una norma y la solución.

2.3.2. CAUSALIDAD: Es toda realización o acto humano, implica una acción y un


resultado. Para que sea incriminado el resultado, se requiere que exista un
vínculo causal, o relación de causalidad.

2.3.3. REPARACIÓN CIVIL: En el derecho penal, resarcimiento del prejuicio


irrogado a la víctima con la producción del acto delictivo. La reparación civil
comprende a parte de una suma prudencial por los daños y perjuicios causados,
la restitución de la cosa.

59
2.3.4. RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL: Se distingue cuando nace
de la comisión de un acto ilícito por dolo o culpa causando un daño a otro u otros
y que está obligado a indemnizarlo.

2.3.5. DAÑO: Es toda desventaja experimentada en nuestros bienes jurídicos


como la vida, la salud, el honor, el crédito la propiedad a causa del deudor por
retardo o de la inejecución de la prestación imputable.

2.3.6. DAÑO EMERGENTE: Es la pérdida sobrevenida al acreedor por culpa u


obra del deudor, al no cumplir la obligación.

2.3.7. PROTECCIÓN JURÍDICA: Cuando está protegido por el Orden Jurídico,


aun cuando la función típica del orden jurídico es tutelar de cierta manera
determinados intereses de los individuos, tanto el círculo de los intereses como de
los individuos que gozan de tal protección varían grandemente de un orden
jurídico nacional a otro.

2.3.8. SEGURIDAD JURÍDICA: Esa una garantía de la aplicación objetiva de la


ley, de tal modo que los individuos saben en cada momento cuáles son sus
derechos y obligaciones, sin que el capricho, la torpeza o mala voluntad de los
gobernantes pueda causarle perjuicios.

2.3.9. EFICACIA JURÍDICA: Quiere decir que la conducta real de los hombres
concuerda con las normas .Esto implica que la pretensión debe tener amparo
legal.

2.3.10. DAÑO ECONÓMICO: Es el perjuicio meramente económico que ocasiona


empobrecimiento en el patrimonio ajeno.

2.3.11. INDEMNIZACIÓN: Es una compensación o resarcimiento con el cual se


repara un daño impuesto.

60
2.3.12. AUTOR: Es la persona que con dolo o culpa, practica en determinadas
circunstancias los elementos constitutivos del delito tipo.

2.3.13. PERJUICIO: Es el daño, menoscabo o privación de ganancia lícita, lesión


patrimonial sufrida como consecuencia de un hecho o acto antijurídico.

2.3.14. CULPA: Es la infracción al deber de cuidado, que como consecuencia


origina un resultado típico y antijurídico.

2.3.15. SENTENCIA: Es el acto procesal emanado de los órganos de la


jurisdicción, mediante el cual estos deciden la pauta o puntos sometidos a su
conocimiento .Es un documento emanado de un juez unipersonal, o es una
decisión definitiva que tuvo la sala penal sobre los cargos recogidos de la
acusación fiscal.

2.4. Formulación de Hipótesis

2.4.1. Hipótesis General:

 Debido a que los jueces penales no observan criterios de valoración de


manera objetiva el monto de la reparación civil no garantiza un
resarcimiento proporcional a daño ocasionado a las víctimas en los
delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados
en accidentes de tránsito.

2.4.2. Variables e Indicadores:

Variable Independiente (X):


Criterios de valoración.
Variable Dependiente (Y):
Resarcimiento del daño a la víctima.

61
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA

3.1. Diseño Metodológico

3.1.1. Tipo de Investigación

El tipo de investigación que corresponde la presente tesis, es la


Investigación básica: también denominada investigación fundamental;
puede ser teórica o experimental se preocupa por describir y explicar con el
único propósito de enriquecer el conocimiento humano. Los motivos de
investigador son puramente cognoscitivos.

3.1.2. Estrategias o Procedimientos de Contrastación de Hipótesis

Se tiene la formulación de dos hipótesis:


1. Hipótesis nula (Ho)
2. Hipótesis alternativa (H1).

La Ho es la que se somete a contraste. Consiste generalmente en


una afirmación concreta sobre la forma de una distribución de probabilidad
o sobre el valor de alguno de los parámetros de esa distribución.

La H1 es la negación de la nula. Incluye todo lo que Ho excluye. Son


hipótesis exhaustivas y mutuamente exclusivas.

Contraste bilateral:
Ho: mv = mm
H1: mv ¹ mm

Contraste unilateral:
Ho: Pacierto £ 0,5
62
H1: Pacierto > 0,5

De lo dicho tenemos el Diseño de Investigación, el cual constituye la


elaboración del plan metodológico del estudio, es decir la determinación y
organización de las estrategias y procedimientos que permitirán la
obtención de datos su procesamiento, análisis e interpretación, con el
objetivo de dar respuesta a los problemas planteados

Diseño No Experimental, que propone la utilización de los siguientes


métodos: estudios de casos, estudios evolutivos, estudios de correlación,
estudios documentales, método comparativo causal y la investigación ex-
post-facto.

En la tesis se utilizó el Diseño de Estudio Documental, el mismo que


siendo una investigación social basada en documentos se dedica a reunir,
seleccionar y analizar datos que están en forma de “documentos”
producidos por la sociedad para estudiar un fenómeno determinado.
También se conoce como investigación basada en fuentes secundarias. Su
importancia radica en que, además de construir el marco referencial
teórico, es necesario conocer aspectos históricos, contextuales
(demográficos, situacionales, etc.), normativos, organizacionales,
institucionales, de opinión pública, entre otros, relacionados con nuestro
tema de investigación.

3.2. Población y Muestra

3.2.1. Población:

La población o las Unidades de Análisis para el estudio de la


presente investigación son los siguientes:

- 40 Magistrados (Jueces Penales y Fiscales Penales).


- 100 Abogados (Colegio de Abogados de Lima y Callao).

63
- 40 Docentes especialistas en la materia (Derecho Penal y
Derecho Procesal Penal).
- 200 Agraviados de delitos culposos ocasionados por conductores
de vehículos motorizados en accidentes de tránsito

3.2.2. Muestra

3.2.2.1. Determinación del Tamaño de la Muestra:

n= Z2 p . q
E2

Reemplazando: n = (1.96)2 (0.5) (0.5)


0.052
n = 3.8416 . 0.25
0.0025
n = 0.9604 = 384.16
0.0025
n = 384

Fórmula Ajustada: n
p+q+n
N

Reemplazando: 384
I + 384
380

n ajustada = 190

3.2.2.2. Distribución de la Muestra:

64
La distribución de la muestra encuestada se ha determinado
fijando proporcionalmente, obteniéndose los siguientes tamaños de
muestra:

 Muestra de Magistrados (Jueces y Fiscales), igual a 20.


 Muestra de Abogados, igual a 50.
 Muestra de Docentes especialistas en la materia, de las
Universidades (pública y privada), igual a: 20.
 Muestra de Perjudicados, igual a: 100.

Marco Muestral de Estudio:

Unidad de Análisis Población % Muestra


Magistrados 40 15.78 20
Abogados 100 52.63 50
Docentes 40 50.26 20
Perjudicados 200 26.31 100
TOTAL 380 100% 190

3.3. Operacionalización de Variables

3.3.1. Variables e la Hipótesis General:

Variable Independiente (X):


Criterios de valoración.

Variable Dependiente (Y):


Resarcimiento del daño a la víctima.

3.3.2. Operacionalización:

Variable Independiente (X):


- Valoración objetiva.

65
- Valoración subjetiva.
- Valoración adecuada.
- Valoración inadecuada.

Variable Dependiente (Y):


- Restitución del bien.
- Resarcimiento cualitativo.
- Resarcimiento cuantitativo.
- Daños y perjuicios.
- Responsabilidad civil.

3.4. Técnicas de Recolección de Datos. Descripción de los instrumentos

En la presente investigación se utilizaron las técnicas más típicas,


utilizando como instrumento de medición los siguientes:

3.4.1. Encuesta

Este instrumento, como método de recopilación de datos acerca de


hechos objetivos, opiniones, conocimientos, etc., se va a elaborar en
función del problema planteado, las hipótesis y las variables identificadas;
para lo cual previamente se va a formular el cuestionario de preguntas (en
un formulario impreso), siguiendo los criterios científicos a efectos de
recoger concienzudamente esta información. Dicho cuestionario estará
compuesto por preguntas previamente elaboradas que son significativas
para la investigación y se aplica al universo o muestra de las unidades de
análisis.

3.4.2. Análisis de Registro de Expedientes

La presente técnica de recolección de datos está orientada a la


revisión de los expedientes fenecidos de casos penales tramitados durante
la delimitación temporal y debilitación espacial referida en el presente

66
proyecto; la misma que nos permitirá conocer muy de cerca y de manera
fundamental la descripción de la realidad, siendo ésta de suma importancia.

3.4.3. Análisis de Registro Documental

Esta técnica estará en función del análisis doctrinario y teórico de las


diversas obras, así como de las jurisprudencias emitidas por los tribunales
de justicia. En la práctica, casi toda investigación comienza con el análisis
de documentos, en forma de revisión bibliográfica. Ella nos guía en la
delimitación del problema y en la elaboración del marco teórico, contribuye
a la determinación de las hipótesis y a seleccionar los instrumentos más
adecuados para la obtención de los datos. He ahí su importancia.

3.4.4. Análisis Micro Comparativo de Sistemas Jurídicos Extranjeros

Para el mejor cumplimiento de esta técnica he visto por conveniente


elegir adecuadamente cuáles van a ser los sistemas jurídicos extranjeros
que van a ser objeto de comparación, a fin de determinar las semejanzas,
identidades y diferencias que pudieran existir entre el objeto de
confrontación y confrontación, para lo cual más adelante plantearemos un
diseño que nos permita contrastar la información obtenida en forma
científica entre dichos sistemas jurídicos extranjeros.

3.4.5. Observación

Observaremos en la realidad fáctica qué hechos científicos son


relevantes para esta investigación. El objeto de esta observación serán los
hechos de la realidad como por ejemplo: la situación de los casos por
delitos culposos generados en accidentes de tránsito, la actuación del
Poder Judicial, etc.

3.4.6. Fichas de Información Jurídica

67
Considerando los criterios metodológicos al momento de recolectar
la información formularemos las fichas respectivas, a fin de almacenarla y
procesarla debidamente en el momento respectivo o en la elaboración del
informe final.

3.4.7. Búsqueda en Internet

Con el manejo de las herramientas de Internet tenemos por objetivo


hacer uso de este servicio a fin de introducirnos a sistemas jurídicos del
extranjero para indagar sobre el tema a investigar.

3.5. Técnicas para el Procesamiento de la Información

Utilización de Procesador Sistematizado

La información clasificada y almacenada en la Matriz de datos, la


trasladaremos a un procesador de sistema computarizado que nos permita
realizar las técnicas estadísticas apropiadas, para lo cual debemos tener en
cuenta el diseño y las diversas pruebas que vayamos a utilizar en la
contrastación de las hipótesis, en este caso trabajaremos con el Microsoft
Office Seven – Excel.

3.6. Aspectos Éticos

El modelo de evaluación cualitativa que se ofrece para la discusión


constituye una base o un mínimo necesario para asegurar que los aspectos
principales son analizados en un grupo evaluador. El modelo contiene los
siguientes aspectos éticos:

1. Valor social o científico. Para ser ética una investigación debe tener valor, lo
que representa un juicio sobre la importancia social, científica o clínica de la
investigación. La investigación debe plantear una intervención que conduzca a
mejoras en las condiciones de vida o el bienestar de la población o que
produzca conocimiento que pueda abrir oportunidades de superación o
68
solución a problemas, aunque no sea en forma inmediata. El valor social o
científico debe ser un requisito ético, entre otras razones, por el uso
responsable de recursos limitados (esfuerzo, dinero, espacio, tiempo) y el
evitar la explotación. Esto asegura que las personas no sean expuestas a
riesgos o agresiones sin la posibilidad de algún beneficio personal o social.

2. Validez científica. Una investigación valiosa puede ser mal diseñada o


realizada, por lo cual los resultados son poco confiables o inválidos. La mala
ciencia no es ética. En esencia, la validez científica de un estudio en seres
humanos es en sí un principio ético. La investigación que usa muestras
injustificadas, métodos de bajo poder, que descuida los extremos y la
información crítica, no es ética porque no puede generar conocimiento válido.
La búsqueda de la validez científica establece el deber de plantear: a) un
método de investigación coherente con el problema y la necesidad social, con
la selección de los sujetos, los instrumentos y las relaciones que establece el
investigador con las personas; b) un marco teórico suficiente basado en
fuentes documentales y de información; c) un lenguaje cuidadoso empleado
para comunicar el informe; éste debe ser capaz de reflejar el proceso de la
investigación y debe cultivar los valores científicos en su estilo y estructura; d)
alto grado de correspondencia entre la realidad psicológica, cultural o social de
los sujetos investigados con respecto al método empleado y los resultados.

3. Selección equitativa de los sujetos. La selección de los sujetos del estudio


debe asegurar que estos son escogidos por razones relacionadas con las
interrogantes científicas. Una selección equitativa de sujetos requiere que sea
la ciencia y no la vulnerabilidad – o sea, el estigma social, la impotencia o
factores no relacionados con la finalidad de la investigación – la que dicte a
quién incluir como probable sujeto. La selección de sujetos debe considerar la
inclusión de aquellos que pueden beneficiarse de un resultado positivo.

4. Proporción favorable del riesgo-beneficio. La investigación con las


personas puede implicar considerables riesgos y beneficios cuya proporción,
por lo menos al principio, puede ser incierta. Puede justificarse la investigación
sólo cuando: a) los riesgos potenciales a los sujetos individuales se minimizan;
69
b) los beneficios potenciales a los sujetos individuales y a la sociedad se
maximizan; c) los beneficios potenciales son proporcionales o exceden a los
riesgos. Obviamente, el concepto de “proporcionalidad” es metafórico. Las
personas habitualmente comparan los riegos y beneficios por sí mismas para
decidir si uno excede al otro. Este requisito incorpora los principios de no-
maleficencia y beneficencia, por largo tiempo reconocidos como los principios
fundamentales en la investigación clínica.

5. Condiciones de diálogo auténtico. La posición central del diálogo en la


investigación cualitativa hace necesario atender específicamente este aspecto
particular en la evaluación de proyectos e investigaciones ya realizadas. La
idea de “la esfera pública” en el sentido de haber más es un recurso
conceptual que puede ayudarnos aquí. Define un escenario de las sociedades
modernas en el que la participación política se realiza por medio del hablar. Es
el espacio en el que los ciudadanos deliberan sobre sus asuntos comunes, por
lo que se trata de un espacio institucionalizado de interacción discursiva. Las
esferas públicas no sólo son espacios para la formación de opinión discursiva.
Además, son sitios para la formación y promulgación de identidades sociales.
Esto significa que la participación no es simplemente el ser capaz de expresar
contenidos propositivos que son neutros con respecto a la forma de expresión.
Más bien, la participación significa ser capaz de hablar “en la propia voz de
uno”, simultáneamente construyendo y expresando la identidad cultural propia,
por medio del lenguaje y el estilo. Es más, las esferas públicas mismas no son
espacios culturales de cero grados que acogen igualmente cualquier posible
forma de expresión cultural. Son instituciones culturales específicas. Estas
instituciones pueden entenderse como lentes retóricos culturalmente
específicos que filtran y alteran las expresiones que enfocan. Pueden
acomodar algunos modos de expresión y no otros. En principio, quien se
oriente por la ética discursiva reconocerá a los demás seres dotados de
competencia comunicativa – y a sí mismo – como personas, es decir, como
interlocutores igualmente facultados para participar en un diálogo sobre
normas, problemas o intereses que le afectan. Estará por lo tanto, dispuesto a
participar en los diálogos que le afecten y a fomentar la participación en ellos
de todos los afectados, como también a promover tales diálogos; se
70
comprometerá a respetar la vida de los afectados por las normas y a evitar
que se les fuerce a tomar una posición en los debates con presiones físicas o
morales, como también a asegurar el respeto de cuantos derechos –
expresión, conciencia, reunión – hacen de los diálogos procesos racionales en
busca de entendimiento; se empeñará en la tarea de conseguir la elevación
material y cultural de las personas de modo que puedan discutir en
condiciones de simetría y los diálogos no sean un sarcasmo. Evitará tomar
decisiones que no defiendan intereses universalizables, lo cual significa que
no sólo se orientará por sus intereses individuales; se empeñará en sentar las
bases de una comunidad idea del habla.

6. Evaluación independiente. Los investigadores tienen potencial de conflicto


de intereses. Estos intereses pueden distorsionar y minar sus juicios en lo
referente al diseño y la realización de la investigación, al análisis de la
información recabada en el trabajo de campo, así como su adherencia a los
requisitos éticos. Una manera común de reducir al mínimo el impacto potencial
de ese tipo de prejuicios es la evaluación independiente, es decir, la revisión
de la investigación por personas conocedoras apropiadas que no estén
afiliadas al estudio y que tengan autoridad para aprobar, corregir o, dado el
caso, suspender la investigación. Una segunda razón para la evaluación
independiente es la responsabilidad social. La evaluación independiente del
cumplimiento con los requisitos éticos da a la sociedad un grado mayor de
seguridad que las personas-sujetos serán tratadas éticamente y no como
medios u objetos.

7. Consentimiento informado. La finalidad del consentimiento informado es


asegurar que los individuos participan en la investigación propuesta sólo
cuando ésta es compatible con sus valores, intereses y preferencias; y lo
hacen voluntariamente con el conocimiento necesario y suficiente para decidir
con responsabilidad sobre sí mismos. Los requisitos específicos del
consentimiento informado incluyen la provisión de información sobre la
finalidad, los riesgos, los beneficios y las alternativas a la investigación –y en
la investigación–, una debida comprensión del sujeto de esta información y de
su propia situación, y la toma de una decisión libre, no forzada sobre si
71
participar o no. El consentimiento informado se justifica por la necesidad del
respeto a las personas y a sus decisiones autónomas. Cada persona tiene un
valor intrínseco debido a su capacidad de elegir, modificar y proseguir su
propio plan de vida. En nuestro país es necesario buscar alternativas
confiables para garantizar que las personas aceptan la participación en la
investigación con todas las condiciones mencionadas. La presencia de
testigos idóneos y el uso de grabaciones son medidas que pueden
complementar, o sustituir en ciertos casos, al consentimiento firmado por
escrito.

8. Respeto a los sujetos inscritos. Los requisitos éticos para la investigación


cualitativa no concluyen cuando los individuos hacen constar que aceptan
participar en ella. El respeto a los sujetos implica varias cosas: a) el respeto
incluye permitir que el sujeto cambie de opinión, a decidir que la investigación
no concuerda con sus intereses o conveniencias, y a retirarse sin sanción de
ningún tipo; b) la reserva en el manejo de la información debe ser respetada
con reglas explícitas de confidencialidad; c) la información nueva y pertinente
producida en el curso de la investigación debe darse a conocer a los sujetos
inscritos; d) en reconocimiento a la contribución de los sujetos debe haber un
mecanismo para informarlos sobre los resultados y lo que se aprendió de la
investigación; y e) el bienestar del sujeto debe vigilarse cuidadosamente a lo
largo de su participación y, si es necesario, debe recibir las atenciones
necesarias incluyendo un posible retiro de la investigación.

72
CAPITULO IV
RESULTADOS

4.1. Presentación de Resultados

4.1.1. Distribución de Frecuencias de Datos Obtenidos en la Encuesta

N= Z2 p.q
E2

Donde:

Z = 1.96 es el percentil de la distribución normal con probabilidad central


del 95 %.
p = Aceptación (0.5) proporción estimada de la muestra.
q = Margen de rechazo (0.5) equivale a 1-p
E2= Error al 5% (0.05) error de muestra a través del cual medimos la
precisión de las estimaciones.

Reemplazando valores tenemos:

N = (1,96)2 (0,5) (0,5)


(0,05)2

n = 3,8416 x 0,25 n = 384,16 n = 384


0,0025

Formula ajustada

73
Luego se determinó el tamaño de la muestra representativa a partir de la
fórmula:
N= n
p+ q+n
N

Donde:

n = 384 (tamaño de la muestra proveniente de una población infinita.


N = (Número de elementos del marco muestral)

Reemplazando valores tenemos:

R= 384 = 191
(0,50 + 0,5) + 384
380

n ajustada = 192

Marco Muestral de Estudio:

Unidad de Análisis Población % Muestra


Magistrados 40 15.78 20
Abogados 100 52.63 50
Docentes 40 50.26 20
Perjudicados 200 26.31 100
TOTAL 380 100% 190

4.1.2. Distribución de Frecuencias e Histogramas por Variables de las


Encuestas

74
Frecuencia 01

Pregunta:

1.- ¿Según su experiencia, los jueces al momento de emitir sus sentencias en


casos por delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos
motorizados en accidentes de tránsito, qué tipo de criterios utilizan para efectos
de fijar la reparación civil?

La muestra contesto:

Tabla de Frecuencia:

Respuesta Cantidad % % Acumulado


a. Valoración objetiva. 13 7.83% 8
b. Valoración subjetiva. 141 75.99% 76
c. Valoración adecuada. 7 4.27% 4
d. Valoración inadecuada. 29 11.91% 12
Total 190 100% 100

Gráfico de Frecuencia:

75
Interpretación de Resultados:

Ante la pregunta 1.- ¿Según su experiencia, los jueces al momento de emitir sus
sentencias en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, qué tipo de criterios utilizan para
efectos de fijar la reparación civil?

1. El 7.83% de los encuestados contestó que: Los jueces al momento de emitir


sus sentencias en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, utilizan criterios de
VALORACIÓN OBJETIVA para efectos de fijar la reparación civil.

2. El 75.99% de los encuestados contestó que: Los jueces al momento de emitir


sus sentencias en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, utilizan criterios de
VALORACIÓN SUBJETIVA para efectos de fijar la reparación civil.

76
3. El 4.27% de los encuestados contestó que: Los jueces al momento de emitir
sus sentencias en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, utilizan criterios de
VALORACIÓN ADECUADA para efectos de fijar la reparación civil.

4. El 11.91% de los encuestados contestó que: Los jueces al momento de emitir


sus sentencias en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, utilizan criterios de
VALORACIÓN INADECUADA para efectos de fijar la reparación civil.

Frecuencia 02

Pregunta:

2.- ¿Según su experiencia, los montos por concepto de reparación civil que fijan
los jueces en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, resarcen de manera
proporcional el daño ocasionado a los perjudicados por dichos delitos?

La muestra contesto:

Tabla de Frecuencia:

Respuesta Cantidad % % Acumulado


a. Si resarcen. 7 4.27% 4
b. Resarcen en alguna medida. 15 8.10% 8
c. Resarcen en algunos casos. 15 8.10% 8
d. No resarcen. 153 79.53% 80
Total 190 100% 100

77
Gráfico de Frecuencia:

Interpretación de Resultados:

Ante la pregunta 2.- ¿Según su experiencia, los montos por concepto de


reparación civil que fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados por
conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito, resarcen de
manera proporcional el daño ocasionado a los perjudicados por dichos delitos?

1. El 4.27% de los encuestados contestó que: Los montos por concepto de


reparación civil que fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados
por conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito, SI
RESARCEN de manera proporcional el daño ocasionado a los perjudicados
por dichos delitos.

2. El 8.10% de los encuestados contestó que: Los montos por concepto de


reparación civil que fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados
por conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito,
RESARCEN EN ALGUNA MEDIDA el daño ocasionado a los perjudicados por
dichos delitos.

78
3. El 8.10% de los encuestados contestó que: Los montos por concepto de
reparación civil que fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados
por conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito,
RESARCEN EN ALGUNOS CASOS el daño ocasionado a los perjudicados
por dichos delitos.

4. El 79.53% de los encuestados contestó que: Los montos por concepto de


reparación civil que fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados
por conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito, NO
RESARCEN de manera proporcional el daño ocasionado a los perjudicados
por dichos delitos.

Frecuencia 03

Pregunta:

3.- ¿Según su experiencia, los sentenciados por casos de delitos culposos


ocasionados por conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito
cumplen con el pago de la reparación civil a los perjudicados?

La muestra contesto:

Tabla de Frecuencia:

Respuesta Cantidad % % Acumulado


a. Si cumplen. 16 8.81% 9
b. Cumplen algunas veces. 60 31.19% 31
c. Cumplen raras veces. 19 10.00% 10
d. No cumplen. 95 50.00% 50
Total 190 100% 100

79
Gráfico de Frecuencia:

Interpretación de Resultados:

Ante la pregunta 3.- ¿Según su experiencia, los sentenciados por casos de delitos
culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en accidentes
de tránsito cumplen con el pago de la reparación civil a los perjudicados?

1. El 8.81% de los encuestados contestó que: Los sentenciados por casos de


delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito SI CUMPLEN con el pago de la reparación civil a los
perjudicados.

2. El 31.19% de los encuestados contestó que: Los sentenciados por casos de


delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito CUMPLEN ALGUNAS VECES con el pago de la
reparación civil a los perjudicados.

80
3. El 10.00% de los encuestados contestó que: Los sentenciados por casos de
delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito CUMPLEN RARAS VECES con el pago de la
reparación civil a los perjudicados.

4. El 50.00% de los encuestados contestó que: Los sentenciados por casos de


delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito NO CUMPLEN con el pago de la reparación civil a los
perjudicados.

Frecuencia 04

Pregunta:
4.- ¿Según su experiencia, cuáles son los factores que influyen a que los
magistrados no determinen en forma objetiva la reparación civil de acuerdo al
daño ocasionado?

La muestra contesto:

Tabla de Frecuencia:
Respuesta Cantidad % % Acumulado
a. Desconocimiento de las normas de 46 24.68% 25
responsabilidad civil extracontractual.
b. Subjetivismo de los magistrados. 59 30.19% 30
c. Desconocimiento de las normas 44 23.79% 24
sobre reparación civil.
d. No existencia de una tabla de 41 21.34% 21
montos indemnizatorios.
Total 190 100% 100

81
Gráfico de Frecuencia:

Interpretación de Resultados:

Ante la pregunta 4.- ¿Según su experiencia, cuáles son los factores que influyen a
que los magistrados no determinen en forma objetiva la reparación civil de
acuerdo al daño ocasionado?

1. El 24.68% de los encuestados contestó que: El DESCONOCIMIENTO DE LAS


NORMAS DE RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL es el factor
que influye en que los magistrados no determinen en forma objetiva la
reparación civil de acuerdo al daño ocasionado.

2. El 30.19% de los encuestados contestó que: EL SUBJETIVISMO DE LOS


MAGISTRADOS es el factor que influye en que los magistrados no determinen
en forma objetiva la reparación civil de acuerdo al daño ocasionado.

3. El 23.79% de los encuestados contestó que: EL DESCONOCIMIENTO DE


LAS NORMAS SOBRE REPARACIÓN CIVIL es el factor que influye en que
los magistrados no determinen en forma objetiva la reparación civil de acuerdo
al daño ocasionado.
82
4. El 21.34% de los encuestados contestó que: LA NO EXISTENCIA DE UNA
TABLA DE MONTOS INDEMNIZATORIOS es el factor que influye en que los
magistrados no determinen en forma objetiva la reparación civil de acuerdo al
daño ocasionado.

4.2. Validación de Hipótesis:

DEL TRABAJO OPERACIONAL EFECTUADO SE TIENE LO SIGUIENTE:

La Hipótesis General: “Debido a que los jueces penales no observan criterios de


valoración de manera objetiva el monto de la reparación civil no garantiza un
resarcimiento proporcional a daño ocasionado a las víctimas en los delitos
culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en accidentes
de tránsito”, ha sido REFORZADA y NO HAY RAZÓN SUFICIENTE PARA SER
RECHAZADA

CAPÍTULO V
DISCUSIÓN

En primer lugar, debemos precisar que al hablar de accidente de tránsito


podemos advertir que, precisamente por tratarse de un accidente, en principio,
nos encontraríamos ante un suceso no querido; en otras palabras ante una figura
culposa. La característica esencial del delito culposo es que la finalidad del sujeto
no coincide con el resultado obtenido. En otras palabras, el autor no deseó
provocar el resultado obtenido.

Teniendo en cuenta la falta de coincidencia entre la finalidad del sujeto y el


resultado ocasionado, el fundamento del reproche penal se basa en que el hecho
fue consecuencia de una infracción al deber de cuidado. La conclusión
precedente nos permite desmembrar los tres elementos básicos que deben
83
presentarse en una conducta culposa. Por un lado tenemos la infracción al deber
de cuidado, por el otro el resultado típico y, finalmente, que éste haya sido
consecuencia de aquella infracción. Si falta alguno de éstos elementos por más
desgraciado que haya sido el accidente de tránsito, no habrá responsabilidad
penal.

Recordemos que en los tipos penales más comunes en el tráfico


automotor, estos son los homicidios y las lesiones culposas, previstos en los
artículos: 111º (homicidio culposo) y 124º (lesiones culposas) del Código Penal, el
legislador nos habla de, el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte
o profesión, o por inobservancia de los reglamentos o de los deberes de su cargo,
causare a otro la muerte o causare un daño en el cuerpo o en la salud.

En primer término debemos tener en cuenta que aquellas normas datan del
año 1991 por lo cual, lo que hace veintitrés años era calificado como una
conducta imprudente hoy seguramente no lo sea. Si bien cada concepto
(negligencia, imprudencia, impericia, etc.) tiene un significado distinto lo cierto es
que resulta muy difícil asegurar que una conducta es imprudente, negligente o
imperita.

La falta de precisión de estos términos puede llevar a estimar que nos


encontramos ante uno de los llamados tipos penales abiertos, pero ello no es así.
Ante el peligro que implica la posibilidad de que el Juez, a su antojo, considere
que tal conducta es imprudente y tal otra no lo es, considero necesario delimitar al
máximo los lineamientos en que debe apoyarse el juzgador a efectos de calificar
como ilícita la conducta sometida a su estudio. En esta línea de ideas, entiendo
que resulta indispensable, para determinar si el agente infringió el deber de
cuidado, comparar la acción realizada con la que, teniendo en cuenta las
particularidades del caso, debió haber realizado conforme lo impone el riesgo
permitido, los reglamentos y la lex artis aplicadas en la actividad.

El avance de la sociedad impone la creación de ciertos riesgos y la


comunidad no pretende eliminar todo tipo de riesgos sino administrarlos y fijar
pautas para convivir con ellos. Para ser más claros, si bien la utilización de
84
automóviles es uno de los mayores factores de muerte en las personas menores
de 30 años y los ilícitos vinculados a la circulación automotor abarcan el cincuenta
por ciento (50 %) de toda la criminalidad de las sociedades actuales lo cierto es
que se considera que su utilización representa una gran utilidad. Por ello acepta la
circulación pero bajo ciertas pautas las cuales pretenden fijar así, el riesgo
permitido.

Es inconcebible en la actualidad que una sociedad resuelva prohibir la


utilización de vehículos en atención a la gran cantidad de accidentes. En otras
palabras, hablamos de un riesgo permitido el cual delimitará, en cada caso
concreto, si se ha infringido el deber de cuidado. Por consiguiente si la actividad
se lleva a cabo dentro de los límites del riesgo que la comunidad tolera, y sin
embargo el resultado se concreta, ello no implicará reproche penal. Pero ¿cuál es
el límite del riesgo permitido? Precisamente los reglamentos y la lex artis son los
que, teniendo en cuenta el caso en concreto, habrán de determinar si el agente se
comportó dentro del riesgo permitido o, si por el contrario, infringió el deber de
cuidado.

Los reglamentos tienen por objeto evitar que el peligro que implica la
actividad ya sea tráfico automotor, medicina, construcción, etc., se traduzca en
daño. En nuestro país, las normas especiales establecen las normas que regulan
el tránsito automotor, referido a la circulación, las reglas sobre cómo debe actuar
el conductor en determinadas ocasiones. En consecuencia, dichas normativas
nos permiten ir delimitando la intervención del derecho penal; en otras palabras, ir
cerrando el tipo penal.

Pero debemos resaltar que la simple infracción reglamentaria resulta


insuficiente para justificar la tipicidad culposa. O sea, el sólo hecho de haber
violado el reglamento no implica, por sí sólo, que el agente haya infringido el
deber de cuidado (por ejemplo, si el conductor carecía del registro habilitante, no
responderá automáticamente por tal infracción reglamentaria). Entender lo
contrario implicaría imponer la responsabilidad objetiva violando el principio de
culpabilidad, básico para habilitar el reproche penal. Como se advierte, no todas
las infracciones tienen la misma entidad, algunas resultarán relevantes y otras no
85
tanto. Allí deberá prestar atención el juzgador para merituar si la conducta resulta
susceptible de reproche penal.

Otro de los elementos que deberá tenerse en cuenta para determinar si se


concreta el primero de los elementos que exige el delito culposo, es la llamada lex
artis. Ello no es otra cosa que verificar si el agente se comportó conforme lo
imponían las circunstancias del caso. En otras palabras si actuó tal como las
prácticas usuales desarrolladas para la circulación de vehículos lo indicaban. Hay
supuestos en los cuales el conductor no comete falta alguna ni infringe el
reglamento pero sin embargo, por no haber actuado conforme lo impone la lex
artis, en caso de producirse el resultado, responderá penalmente por haber
infringido el deber de cuidado.

Para ser más gráficos, la conducción durante una lluvia torrencial impone
que se circule a velocidades menores que las delimitadas reglamentariamente.
Por lo tanto si se transita por una autopista a 120 km/h a pesar que el máximo de
velocidad eran los 130 km/h y, por las circunstancias del caso, debía circular a
menor velocidad, su accionar, sin lugar a dudas, será imprudente. Ello así dado
que lo que se debe merituar es si el agente contaba, al momento del episodio, con
el dominio del automotor. En otras palabras el tráfico automotor debe adecuarse a
la emergencia que imponga el momento. Por tal razón, resulta básico apreciar el
caso teniendo en cuenta todas las circunstancias que lo conformaron.

Una circunstancia que debemos tener muy en cuenta al momento de


valorar si el conductor infringió el deber de cuidado son los conocimientos
especiales con que contaba el agente al momento del hecho. Es decir, los
conocimientos especiales que posea el conductor serán valorados en el caso en
concreto para determinar si actuó conforme al debido cuidado. Ello es así debido
a que la expectativa de la comunidad para con quien resulta ser un profesional de
la conducción impone un nivel de exigencia muy superior al que se le exige a otro
conductor. No se le puede requerir a un novato conductor que reaccione con los
mismos reflejos, habilidad y experiencia que un taxista, un colectivero, un

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camionero o cualquier otra persona que su profesión tenga relación con la
conducción de vehículos.

Si el conductor, por carecer de conocimientos especiales, no tuvo la


posibilidad de emplear un cuidado extraordinario, su conducta no será
penalmente reprochable. Por el contrario, si el agente, contando con condiciones
especiales, omitió utilizarlas, será culpable del resultado producido. Esta postura
de tener en cuenta los conocimientos especiales se conoce como criterio
individual el cual se contrapone con el criterio objetivo utilizado hasta no hace
mucho tiempo por nuestros Tribunales los cuales se limitaban a comparar la
acción realizada con la que debía haber realizado de acuerdo al nivel de
conocimiento medio. Obviamente que ello derivaba en sentencias injustas dado
que así como se liberaba a habilidosos conductores también se condenaba a los
novatos en la materia. Expuestos ya los presupuestos que se deben evaluar para
meriturar si se infringió el deber de cuidad, analicemos los otros dos elementos
que conforman el ilícito culposo.

Sin resultado no se concreta el delito culposo y, por consiguiente, tampoco


puede existir imputación penal para el conductor. Recordemos que el fundamento
del reproche reside en que el resultado es consecuencia de la infracción al deber
de cuidado por lo tanto sin resultado por más negligente, imprudente o imperita
que resulte la conducta del piloto, nunca será penado. Ello así dado que el sujeto
activo en ningún momento deseó la producción del resultado; por lo cual tampoco
podemos hablar de tentativa.

Distinta es la solución en otras legislaciones como la española en la cual se


tipifica la conducción temeraria e imprudente, independientemente de que se
produzca un resultado. Pero en lo que al Derecho Penal vincula, hoy día ninguno
de los denominados delitos de tránsito, conforman el Código Penal, por lo cual,
como dijimos, sin resultado no puede haber delito culposo. Y más allá de que
algunos califiquen al resultado como un componente del azar y se destaque que
el derecho penal reprime acciones u omisiones, independientemente del
resultado, lo cierto es que nuestro Código Penal al pronunciarse sobre los delitos
culposos impone la existencia de un resultado como requisito típico y que éste,
87
como veremos a continuación, sea consecuencia de una infracción al deber de
cuidado. Por ello es tan importante que la lesión quede acreditada en el
expediente ya que en muchos casos, ante la falta de peritajes idóneos, se resolvió
absolver por la ausencia del resultado, elemento básico para la configuración del
delito.

Mucho se ha discutido sobre el tema pero hoy ya es aceptado, al menos


por la doctrina más autorizada, que la causalidad natural es sólo el límite mínimo
para atribuir la producción de un resultado. Esto significa que ya no es suficiente
la relación de causalidad natural sino que se debe concretar una conexión de
carácter normativo. Sobre esa base la herramienta que se considera más idónea
para resolver el mayor número de casos con el mejor criterio, es la teoría de la
imputación objetiva. Con ella se reemplazan las consideraciones naturales por
criterios jurídicos logrando así individualizar correctamente en qué casos el
resultado es consecuencia de la acción.

Como señala la doctrina más autorizada la tipicidad del delito culposos


requiere que el autor haya infringido un deber de cuidado; si se trata además de
un delito culposo con resultado de lesión, como los legislados en nuestro país, el
resultado deberá ser objetivamente imputable a la acción. Por ello el Código
Penal al reprimir las conductas culposas utiliza la preposición por y al sancionar al
que por imprudencia, negligencia, etc. Debemos tener en cuenta que el derecho
penal sólo reprime conductas que aumenten el riesgo permitido socialmente y que
produzcan resultados que se hubieran podido evitar. ¿Por qué?. Porque si la
acción se desarrolla dentro de los límites del riesgo permitido y se produce un
resultado, o si se produce un resultado inevitable, el agente nunca habrá de
responder dado que no tendría sentido castigar conductas que se adecuan
socialmente o que no inciden en un resultado.

La fórmula básica de la teoría de la imputación objetiva consiste en


determinar, por un lado, si la acción creó un riesgo jurídicamente desaprobado
para la producción del resultado y, por otro lado, si éste es la realización de aquel
riesgo creado por la acción. En tal caso podemos afirmar que el resultado es
objetivamente imputable, o lo que es lo mismo, es consecuencia de la acción. Hay
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supuestos en los cuales el bien jurídico tutelado ya se encuentra sometido a un
riesgo, hay que diferenciar si el resultado era probable, habrá responsabilidad si la
acción aumentó el riesgo. Por el contrario si el resultado era seguro, deberá
responder el agente sí adelantó su producción.

De ello se deduce que las acciones, por más negligentes, imprudentes o


imperitas que resulten, si no crearon un riesgo jurídicamente desaprobado o si lo
disminuyeron, quedarán exentas de reproche penal. Por lo expuesto para que
deba responder penalmente el conductor de un vehículo, se deben concretar los
tres elementos reseñados, sino será una cuestión ajena al derecho penal.

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CONCLUSIONES

1. Está probado que, debido a que los jueces penales no observan criterios de
valoración de manera objetiva el monto de la reparación civil no garantiza un
resarcimiento proporcional al daño ocasionado a las víctimas en los delitos
culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados en
accidentes de tránsito.

2. Está probado que los jueces al momento de emitir sus sentencias en casos
por delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos motorizados
en accidentes de tránsito, utilizan el criterio de la valoración subjetiva para
efectos de fijar la reparación civil.

3. Está probado que los montos por concepto de reparación civil que fijan los
jueces en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de
vehículos motorizados en accidentes de tránsito, no resarcen de manera
proporcional el daño ocasionado a los perjudicados por dichos delitos.

4. Está probado que. los sentenciados por casos de delitos culposos


ocasionados por conductores de vehículos motorizados en accidentes de
tránsito no cumplen con el pago de la reparación civil a los perjudicados.

5. Está probado que el factor del subjetivismo influye a que los magistrados no
determinen en forma objetiva la reparación civil de acuerdo al daño
ocasionado.

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RECOMENDACIONES

De las conclusiones arribadas en la presente tesis, nos encontramos en


condiciones de presentar las siguientes recomendaciones:

 Fomentar a través del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, eventos de


sensibilización hacia los magistrados a efectos que observen criterios de
valoración objetiva al momento de fijar el monto por concepto de reparación
civil, con la finalidad de garantizar un resarcimiento proporcional al daño
ocasionado a las víctimas en los delitos culposos ocasionados por
conductores de vehículos motorizados en accidentes de tránsito.

 Realizar capacitaciones especiales sobre temas de responsabilidad civil


(extracontractual), y sobre teoría del daño dirigido hacia los magistrados del
Poder Judicial y Ministerio Público, con la finalidad de lograr una óptima y justa
fijación de la reparación civil en delitos culposos generados en accidentes de
tránsito.

 Promulgar normas jurídicas que viabilicen de manera oportuna y eficaz, el


cumplimiento de la reparación civil de manera integral por parte de los
sentenciados por delitos culposos generados por accidentes de tránsito

 Ampliar estudios respecto al tratamiento integral (prevención, protección,


asistencia) hacia los perjudicados de los delitos culposos generados en
accidentes de tránsito, quienes son los más olvidados por nuestro
ordenamiento jurídico.

91
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Perú, 1998.
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12) HURTADO POZO, José.- Manual de Derecho Penal, Parte General, 2da
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92
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21) QUIROZ SALAZAR, William Fernando.- La Investigación Jurídica. Editorial
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22) ROMERO CASTELLANOS, César Augusto.- “Delitos en que incurre la persona
que maneja vehículos en estado de ebriedad”; en: Comentarios Legales Sobre
la Realidad Peruana. Publicado el 26-10-2010.
http://blog.pucp.edu.pe/item/114678/delitos-en-que-incurre-la-persona-que-
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23) ROXIN, Claus.- Derecho Penal Parte General. Tomo I Fundamentos. La
Estructura de la Teoría del Delito. Traducción de la 2da edición alemana, y
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de Vicente Remesal, Editorial Civitas, Madrid – España, 1997
24) VALENZUELA BARRETO, Julio Donald.- La Reparación Civil en el Proceso
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25) VASSALLO SAMBUCETI, Efraín Bruno.- La Acción Civil en el Proceso Penal.
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26) VILLA STEIN, Javier.- Derecho Penal – Parte General. Editorial San Marcos
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27) ZAMORA BARBOZA, Juna Rodolfo.- La Determinación de la Reparación Civil.
Ediciones BLG. Lima – Perú, 2012.

93
28) ZARZOSA CAMPOS, Carlos Enrique.- La Reparación Civil del Ilícito Penal.
Editorial Rodhas. Lima – Perú, 2001.

94
Anexo

Cuestionario de Encuesta

La presente encuesta tiene por finalidad conocer su opinión sobre el tema


de investigación: “La Reparación Civil en los Delitos Culposos Ocasionados por
Conductores de Vehículos Motorizados en Accidentes de Tránsito”. Es anónima y
marque con una (x) la alternativa correcta.

Es usted: MAGISTRADO ( ) DOCENTE ( ) ABOGADO ( )

1.- ¿Según su experiencia, los jueces al momento de emitir sus sentencias


en casos por delitos culposos ocasionados por conductores de vehículos
motorizados en accidentes de tránsito, qué tipo de criterios utilizan para
efectos de fijar la reparación civil?

( ) a. Valoración objetiva.
( ) b. Valoración subjetiva.
( ) c. Valoración adecuada.
( ) d. Valoración inadecuada.

2.- ¿Según su experiencia, los montos por concepto de reparación civil que
fijan los jueces en casos por delitos culposos ocasionados por conductores
de vehículos motorizados en accidentes de tránsito, resarcen de manera
proporcional el daño ocasionado a los perjudicados por dichos delitos?

( ) a. Si Resarcen.
( ) b. Resarcen en alguna medida.
( ) c. Resarcen en algunos casos.
( ) d. No resarcen.

95
3.- ¿Según su experiencia, los sentenciados por casos de delitos culposos
ocasionados por conductores de vehículos motorizados en accidentes de
tránsito cumplen con el pago de la reparación civil a los perjudicados?

( ) a. Si cumplen.
( ) b. Cumplen algunas veces.
( ) c. Cumplen raras veces.
( ) d. No cumplen.

4.- ¿Según su experiencia, cuáles son los factores que influyen a que los
magistrados no determinen en forma objetiva la reparación civil de acuerdo
al daño ocasionado?

( ) a. Desconocimiento de las normas de responsabilidad civil extracontractual.


( ) b. Subjetivismo de los magistrados.
( ) c. Desconocimiento de las normas sobre reparación civil.
( ) d. No existencia de una tabla de montos indemnizatorios.

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