FACULTAD DE INGENIERIAS
CARRERA: INGENIERIA CIVIL
FONS TROMPENAARS
En 1979, Trompenaars obtuvo su Máster de Economía en la Universidad Libre de Ámsterdam y
en 1983 su doctorado de Wharton School, Universidad de Pennsylvania, con una disertación
sobre las diferencias en las concepciones de la estructura de la organización en las diversas
culturas. Él experimentó de primera mano las diferencias culturales en el hogar, donde creció
hablando el idioma francés de su madre y neerlandés con su padre, y luego en el trabajo con la
empresa multinacional de energía Royal Dutch Shell en nueve países diferentes.
Sus libros incluyen: Riding the Waves of Culture (Montando las olas de Cultura), Seven Cultures
of Capitalism (Las siete culturas del capitalismo), Building Cross-Cultural Competence
(Construcción de competencias transculturales), Leaders for the 21st Century (Líderes para el
siglo XXI) e Innovating in a Global Crisis (Innovando en una crisis global).
Las cinco primeras orientaciones se refieren a cómo los seres humanos interactúan entre sí y las
últimas dos a las relaciones del individuo con su entorno.
En culturas universalistas, como la de Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Sudáfrica, Australia y
Canadá, el bien y el mal siempre pueden ser definidos, el mundo existe en blanco y negro con
muy pocos tonos de gris. En estas culturas las obligaciones y reglas poseen mayor importancia
que las relaciones interpersonales, las cuales son prescritas por leyes, reglas, valores generales
y obligaciones. Está implícito, en ese sentido, que existe una sola realidad en la que todas las
personas deben ser tratadas de la misma manera. Los contratos son una parte determinante de
la vida y una persona es confiable cuando se adhiere a ellos.
En culturas individualistas, tales como la de Estados Unidos, Israel, Canadá, Finlandia, Nueva
Zelanda y Rumanía, la persona es más importante que el grupo, que no es controlado, pues el
objeto de control es el individuo. En este tipo de culturas se valora la libertad personal y la
iniciativa, todo el mundo debe tomar sus propias decisiones y cuidar de sí mismo. El uso del
“yo” es bastante común, las personas realizan sus logros solos y asumen responsabilidades
personalmente por lo que se es libre de cometer errores.
estén emocionalmente constipados o reprimidos, sino que dejan que sus acciones sean
influenciadas por la razón. Estas personas no dejan que sus sentimientos interfieran en sus
relaciones profesionales y procuran interpretar cuidadosamente las reacciones emocionales de
las otras personas.
En culturas orientadas a los logros, como la de Estados Unidos, Canadá, Australia y los países
Escandinavos, las personas son juzgadas con base en sus acciones y desempeño, y su estatus se
deriva de lo que han alcanzado. Se tiende a reconocer, valorar y recompensar buenos
rendimientos y a justificar las jerarquías argumentando que los altos funcionarios han logrado
más cosas y aun así el uso de títulos es poco frecuente.
La manera en la que las sociedades ven el tiempo también varía. En algunas lo que alguien hizo
en el pasado ya no es tan importante, tiene mayor relevancia saber que es lo que la persona
planea para el futuro. En otras sociedades se puede impresionar más a las personas con logros
pasados que con los actuales.
En culturas de control interno, las personas ven a la naturaleza como un mecanismo complejo e
inmenso que puede ser controlado si se tiene la experiencia necesaria. Se cree que los humanos
pueden y deben controlar su hábitat natural si hacen un esfuerzo; por lo que tienden a enfocarse
en sí mismos y en su organización, y a tratar a sus semejantes de manera dominante y agresiva.
Esta manera de pensar no se limita solo al ámbito natural, sino también al social, principalmente
en la manera en la que individuos trabajan en equipo. La manera en la que se trata a la
naturaleza será la misma en al que se trata a otros.