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LA IMPORTANCIA DE LOS NIÑOS PARA DIOS

Hace 47 años, en un día como hoy, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de
los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1959. Más tarde, el 20 de noviembre de 1990,
aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño.

Era el reconocimiento que hacía el mundo en cuanto a la consideración e importancia que tienen
los niños en nuestra sociedad, los cuales como es sabido, muchas veces son maltratados, pasados
a llevar, no respetados y mirados en menos.

Sin embargo, mucho antes de que la Asamblea de las Naciones Unidas hiciera este importante
reconocimiento en pleno siglo XX, hace como 2.000 años atrás alguien ya había dejado en claro lo
importante que son los niños… estamos hablando de Jesucristo.

Veamos entonces 7 puntos en los cuales queda demostrada la importancia que tienen los niños
para Dios según la Biblia:

1.- De los niños es el reino de Dios

“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban.
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de
los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño,
no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.”
(Marcos 10:13-16)

De los niños es el reino de Dios ya que los niños son seres puros que no tienen pecado porque no
tienen discernimiento ni conocimiento acerca del bien o del mal, al igual que Adán y Eva en el
paraíso antes de su caída; lo cual los hace tener el camino libre hacia el cielo.

Esto también quiere decir que no necesitan de arrepentimiento, por lo tanto, no requieren de
bautismo. Al respecto muchas personas se preguntan acerca del destino eterno de los niños que
mueren sin el bautismo que propicia el catolicismo romano u otras iglesias o sectas… sin embargo,
debemos de hacer caso a lo que dice la Biblia, y es clara al señalar que “el alma que pecare, esa
morirá” (Ezequiel 18:20).

Por lo tanto, si un niño fallece, su destino eterno es el cielo por cuanto de él es el reino de Dios. El
bautismo y arrepentimiento es para pecadores, o sea, gente adulta como nosotros que pueden
discernir entre el bien y el mal.

2.- Recibir y atender a un niño es como si se tratase del mismo Jesús:

“Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” (Mateo 18:5)

No solamente debemos de ser atentos con el pastor, obispo u otro personaje “importante” para
nosotros, sino que Dios nos da a entender que un niño merece el mismo recibimiento como si se
tratase de Él mismo.

3.- Dura advertencia para los que hagan tropezar a uno de estos pequeños que creen en Jesús:
“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que
se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.”
(Mateo 18:6)

Ni hablar del destino de los personajes que pretendan enseñarle a un niño que su creencia en Dios
es equivalente a creer en “papá Noel”. Ni hablar, el texto está más que claro. Si tú que has llegado
a leer estas líneas no crees en Dios, quédate con tu fe para ti mismo si así lo quieres, pero a un
niño mejor déjalo en paz.

4.- Jesús manda a no despreciar a los niños:

“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los
cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:10)

Cuantas veces los niños son despreciados, pocos atendidos, poco escuchados… simplemente, no
tomados en cuenta, ni aún por sus propios padres. Sin embargo un niño ¡tiene ángeles que ven el
rostro de Dios!, algo de lo cual ninguno de nosotros - por más espiritual que sea – puede alardear.

5.- Jesús dijo que tenemos que ser como niños para entrar en su reino

“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de
los cielos.” (Mateo 18:3)

Si no nos volvemos y hacemos como niños – en cuanto a su humildad, fe y malicia – no podremos


entrar al reino de los cielos, ya que estas de las cualidades que tienen los niños son indispensables
para la vida cristiana.

6.- Dios escucha la alabanza de los niños

“Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos
aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! Se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes
lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman
perfeccionaste la alabanza?” (Mateo 21:15-16)

De la boca de los niños se perfecciona la alabanza a Dios. Ningún famoso cantante cristiano se
puede igualar a un niño. El cántico de alabanza de un niño, que puede molestar a algunos adultos,
es escuchado con mucha complacencia y atención allá arriba en los cielos.

7.- Un niño puede ser llamado por Dios para ejercer un ministerio

“Vino, pues, palabra de Jehová a mí [el profeta Jeremías], diciendo: Antes que te formase en el
vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah!
¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un
niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de
ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.” (Jeremías 1:4-8)

Un niño también puede ser tomado en cuenta para ejercer un ministerio “de grandes” como el
complejo ministerio de la profecía. Jeremías fue usado por Dios para ser profeta, aún siendo un
niño que no conocía mucho ni tampoco sabía hablar muy bien.
¿Tú eres un niño? Entonces prepárate, porque no sabes si el Señor te puede llamar en este mismo
momento para predicar su Palabra…

Padres, pastores, iglesia: Tengan en mucha estima a los niños, pues ellos no sólo son el futuro de
la Iglesia, sino más bien, son el presente. Así como el mundo le dio la importancia que se merecen
con la firma de sus derechos, también nosotros debemos saber darles su lugar en todo lo que
respecta al Evangelio de Dios, permitiendo que participen en todo lo que puedan.

Niño: Dios te bendiga, y recuerda que aunque seas pequeño en edad y estatura; aunque seas muy
joven y te sientes que vales menos o que no tienes importancia en las cosas de Dios, recuerda lo
que he escrito arriba, recuerda que Jesús te ama, y tiene tu vida en gran estima e incluso puede
usarte en gran manera ahora mismo si te dispones en sus manos. ¡Eres muy importante para Dios!

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