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RESEÑA DE ANIMALES A DIOSES

La importancia de nuestra especie prevaleciendo sobre las otras (animales y naturales)


es el eje central sobre el cual el libro gira. Se parte entonces de como la dinámica
condicionante de las generaciones futuras de humanos se ven influenciadas por las pasadas
a través de sus costumbres, y no de su genética ni de medio ambiente, se genera dos aspectos
fundamentales en nuestra condición humana: nos juntamos para cooperar y capacidad de
transmitir información.

¿Qué efecto tiene el “chismorreo” en nuestro pegamento social? El autor nos dice que
esta característica humana nos permite cooperar hasta en grupos de 150 personas, si se supera
este umbral, se rompe un equilibrio no-formal de la interacción social que se gesta mucho en
el seno de nuestras familias y amigos más cercanos. Nuestro rasgo distintivo que nos
diferencia de otro ser vivo es nuestra disposición a comerciar, afirma Harari “El comercio no
puede existir sin la confianza, y es muy difícil confiar en los extraños”. Los pequeños
intercambios en los inicios de nuestra sociedad, son los cimientos de las instituciones de
comercio que nos dictan las normas y leyes de nuestra actualidad.

La explosión demográfica desbordada y la conspiración de elites o sociedades


estratificadas ¿Por qué se dieron estos condicionantes? La revolución agrícola expandió las
oportunidades de producción y dietas, pero fue un arma de doble filo al provocar esta
demografía desbordada. La linealidad evolutiva de la sociedad a partir de esta revolución
agrícola degenero en el fundamento de sistemas políticos y sociales a gran escala, con los
correspondientes desafíos de una sociedad más diversa, creciente y alejada unas de otras.
Fueron los excedentes alimentarios de las cosechas campesinas las que ocasionaron guerras,
posición de poder y la política.

Las estructuras que se fueron cimentando a medida que avanzaba la sociedad hizo
imperante la proposición de leyes, de normas de comportamiento, de justicia. El orden social
necesitaba un soporte para que no se fuera al traste. Toda esta información se fue acumulando
en nuestros cerebros por cientos de años, pero no fue hasta cuando se hizo relevante los
números cuando la información adquirió un sentido de orden dentro de la sociedad, todas las
culturas poco a poco fueron integrándose a la aplicación de los números, la cultura se fue
desarrollando y las características que al principio no eran norma dentro de las interacciones
humanas, se hizo evidente en la separación de cada pueblo.

El dinero, el factor que ha movido la sociedad más que nunca en los últimos dos siglos
no es más que una construcción psicológica basada en una premisa clara: la confianza. El
sistema universal más eficiente y grande de confianza. Y este mayor acto de confianza se dio
gracias a la valoración del dinero por su facilidad de almacenarse y transportarse y no por su
valor intrínseco (papel moneda que se masifico por dinero respaldado por metales preciosos
como el oro, por ejemplo). Y fue en la Edad Moderna donde el dinero se hizo universal, los
idiomas de los pueblos se entremezclaron, dioses diferentes y formas de gobiernos diversas.
La raíz de todos los males: el dinero, muchos lo han calificado.

Las formas de gobiernos se alinearon sobre un concepto: gobernar en pro del pueblo.
Pero no todas las formas de gobernanzas fueron idóneas, los Imperios tendieron a la
uniformidad gracias a costumbres e ideas uniformes que validaron la legitimidad del poder
imperial, ninguna cultura escapa a esta primera forma de gobernanza. Nuestra forma de
imperio global está gobernado por una elite multiétnica, muchas personas cada vez más optan
por una visión imperialista de gobernanza y no de Estado.

La religión se constituye en el tercer orden universal, siendo la edad moderna la tierra


fértil necesaria para la germinación de distintos tipos de religiones de ley natural, es decir, el
comunismo, el capitalismo, el liberalismo son formas de religión de ley natural. Pero la
creencia casi religiosa de nuestra sociedad respecto a la tecnología y el método científico en
declive de verdades absolutas ha provocado que nuestros ordenes sociales modernos se
mantuvieran no solo unidos, sino expandiéndose.

La creencia en la tecnología ha llevado a suponer que a mitad del siglo XXI el ser
humano será “amortal”, es decir, alguien exento de accidentes catastróficos y demás,
acercándose más al concepto de inmortalidad. Llegando al siglo XX, después de la Segunda
Guerra Mundial, fue que la paz real no es la simple ausencia de guerra, como dice
textualmente el autor, sino que la paz real es la improbabilidad de guerra, es entonces cuando
las guerras se convirtieron en el aseguramiento del suicidio mutuo consensuado gracias una
tecnología que propendió por el desarrollo de armas más destructivas (nucleares).
Gracias al comercio y la inversión exterior las economías capitalistas modernas han
sustentado su éxito, la era de la globalización erosiono la independencia de las naciones,
donde las menos competitivas se vieron aplastadas por las grandes economías capitalistas,
que van de la mano con su forma de gobierno, de comercial y de cultura. Las diferencias
notables a mediados de la Edad Moderna respecto a la multiculturalidad y el comercio
equilibrado se han roto, y se ha vuelto a la era de la imposición de las economías más fuertes
sobres las demás.

Estas tres corrientes: el comercio, los imperios y las religiones nos trajeron al vigente
mundo global a todos los “sapiens” de todos los rincones de la tierra. ¿Qué nos depara el
futuro como especie? En mi concepto, el desastre medioambiental generado por las mismas
tres corrientes. Puesto que siempre existirán márgenes para que se generen acontecimientos
sorprendentes.

Primero, la revolución "cognitiva": hace aproximadamente 70,000 años, comenzamos


a comportarnos de maneras mucho más ingeniosas que antes y nos extendimos rápidamente
por todo el planeta. Hace unos 11,000 años entramos en la revolución agrícola, convirtiendo
en números crecientes de forrajeo (caza y recolección) a la agricultura. La "revolución
científica" comienza hace unos 500 años. Desencadena la revolución industrial, hace unos
250 años, que desencadena a su vez la revolución de la información, hace unos 50 años, que
desencadena la revolución biotecnológica. ¿Dónde terminaremos? El autor afirma que
sospecha de la revolución biotecnológica porque señala el fin de los sapiens: seremos
reemplazados por cyborgs "amortizados" post-humanos, capaces de vivir para siempre.

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