El latín es la lengua en la que se encuentra el origen etimológico de la
palabra periódico. En concreto deriva de “periodicus”, que puede traducirse como “algo que sucede a intervalos regulares” y que a su vez se compone de tres partes claramente diferenciadas: • El prefijo “peri-“, que indica “alrededor”. • El sustantivo “hodos”, que es sinónimo de “camino”. • El sufijo “-tikos”, que es equivalente a “relativo a”.
Periódico es una palabra que se emplea para nombrar a aquello que se
reitera con una determinada regularidad o que guarda un cierto período. Por ejemplo: “La helada es un fenómeno periódico en esta región del país”, “Estoy harta de los ataques periódicos de este hombre”, “Denuncian que el gobierno ofrece pagos periódicos a los periodistas que escriban notas a su favor”.
¿Para qué sirven los periódicos?
A diferencia de la voz, la escritura marca y crea un registro de todo lo que sucede. Da certeza sobre un hecho en el tiempo y evita que la información se distorsione cuando pasa de una persona a otra. Además, la palabra impresa hace que las cosas se mantengan en el tiempo, o en el caso de las ciudades, evita que la información se vuelva chisme. Sin embargo, esto también puede ser un problema porque lo que queda escrito, también se vuelve una verdad, pero no hay una sola verdad en el mundo. Esta ha sido una de las críticas que ha recibido siempre la prensa, porque puede tender a dar las verdades que le interesan a los poderosos, los dueños del periódico o a determinados grupos de interés.