Está en la página 1de 32
Studia «QUIEN DICE LA GENTE QUE SOY YO?” La busqueda contemporinea del Jestis histético. aes Juan J. Bartolomé Salesianum 63 (2001) 431-465 En Cesarea de Filipos, antes de iniciar la subida a Jecusalén, Jesus abre un didlogo con sus discipulos que cerrara la confesién de Pedro y una or- den de silencio impuesta por Jesis (Mc 8,27-30). Provocado por él, el grupo de seguidores se hace portavoz de la opinién de la gente, antes de que Pedro se convierta en portavoz del grupo. Interrogar es oficio de dis- cipulos y no del maestro; al requeritles la opinién del pueblo, les hace sen- sibles a lo que pueda decirse sobre él fuera del grupo; antes de proclamar lo que ellos creen, han de conocer lo que sobre él se dice: paso previo a la fe personal del discipulos es, en el relato marcano, la encuesta entre el pueblo. Hoy como ayer, el creyente cn Cristo no puede renunciar a saber qué opinién tienen de Jesus sus contemporineos. En realidad, nunca lo ha he- cho. El reto que afronta el creyente actual reside en que, por una parte, este retorno al Jests histdrico pretende obviar, consciente y consecuente- mente, al Cristo confesado Hijo de Dios y, por otra parte, su busqueda es una empresa, sino reciente, si moderna. — aa a Y es moderna, porque los métodos de investigacion que la hicieron po- sible nacieron a finales del siglo XVII. Fue entonces cuando, puesto entre paréntesis el caracter sacto y normativo del texto biblico, empezo a ser considerado como obra literaria y producto de una época pretérita. En consecuencia, fue posible someter los evangelios a una oo que es a resaba més por la forma literaria, el ugar social de su produccién y Ia his- sagrado, el contenido teologi- toticidad de lo afirmado que por St caractet co 0 la intencién primera. 1 CEJ, PELIKAN, Jesus Throngh the Conturies. His Place io the History of Culture (Prin- ceton 1985) que enumera hasta 18 imagenes le Jesus. J: Bartlomé nal. | 432. Je de Nazaret no ha podido a Voluntariamente desligada de cuanto pug jetivo de leno. Vo concepcion tradicional de Iasi ta : regafiadientes que jamas seha gee jonga ya la fe en Cristo: todg fa. evangelio predicado. Ya que no ae ee de Nazatet, que NO sean primo et py, ten fuentes nae critica tropieza jremediablemente con una tradicig, testimonios de fe, la de noticias sobre sus actos y sus palabras, sobre 5, sobre Jesus, cociaee ademds de parca en informacion, es notoriameny, vai a cada y transmitida por hombres en él creyentes, critica sobte Jesus sias cristianas, una imagen nev on tracion de su vida fue, en su of1ge : s sobre el Jesus 4, La bisqueda actual de Jestis de Nazaret El problema no esta, pues, en el intento de rescatat a Jestis de la tradi- cién evangélica y devolverlo a la historia humana, sino en los motivos por lo que esta busqueda se inicia y en los presupuestos desde los que se parte. El intento de recuperacién del Jestis histérico que hoy se esta llevando a cabo es, en cierta medida, novedoso.? No privilegia una metodologia determinada, mds bien es ecléctica en sus opciones. Tampoco persigue objetivos comunes; busca a Jestis n0 porque sea relevante para la fe, sino para entender su persona y compren- der el nacimiento del cristianismo, Comparte, ademis, la conviccién de parla tae hitorico vec baese conocer bastante mis de cuanto a y centra sus esfuerzos en recuperatlo" Ha 2 «A quite different a | fied background or piessttnnge was beginning in a variety of places and with noo ra Foutified by the Jewish marerialos now more avail ans, under no doubt that itis possible to know quite Mt “hile to do so...’This movement of scho', NEIL NT Wonounced that it is not fanciful to tal ied Quest” .T, IG’ .: ciful to t; eThisd Q ' ‘York 71988] 379). CE. ae (he Intepraton of the New Tusbehce terms of Tl ‘The emergence of Jesus Re RLESWORTH, “From Barren Mazes to Gentle apps : 6 search”. Py : : Se sicnten eémodos con esta Ree Seminary Bulletin 7 (1986) 221-230. No we ie 57-76, » Honest 10 Jesus J On, cuya intencién ven como demasiado Fiog Jesus f illeni 3M. ‘or a New Millenium [San Francisc? S BORG, Jesu: A New Vision : daism Philadelphi, d iladelphia 1985 (Gan Franei : i the legate and pons 2 8 8 histovial fos oe Es SANDER de ‘twise, who. may nebo of the thir, ni Perhaps better, historic ates ni significant for guest: Not a quasi-objective Jes cost (Stine. aaah ot wel, et Teme Gl dpe 0 “eQuién dice fg Seite gH say yop . ao de ser. una empresa eur 7 ee alemanes, para ee lidetada dy (Me 8.27 435 ; is ttitse ey ante dos «; ericana.S N tates 08 si Joam' ‘’ preferente ‘le es Por inves. a Bo Ja reconstruccion de la historia ahora menos de ideas teoldgicas tigi contextos historicos y sociales que las view gentto de su ambiente, utilizando en que de |, a . On nacers i cenbesicién de los sla atencig telato, sino en ‘AciON no se cen- is histéri odologigs ooh chcuadrat a Jest consecuencla, al Jestis histético se le entien rae més heterogénssss a cada vez En wimientos de re: + : e Jos mo" Ss ‘novacion de la sociedad judi Mejor en linea con Pueden considerarse precursores en Judia del siglo 18 i i este i i Palesort de su tiempo Ben F. Meye € Intento de colocar a Jestis en t (1927, ‘i “Anthony E. Harvey (1930).2 Los tres Sees ao antes 623) y oracion caly speaking »as significant for the firs mI Gin the Thitd Quest Hope to See a ng Of Cuban Sith D.G: Daw singe Atte of Tea Teldeis New YorsKain 9] erg, ne Tw. B. TATUM, In Quest of Jesus. A Guidebook. Revi 7 i ‘le 1999) 103. “The only thing that unites Seo acc is Ariod sess They ed ‘feo to be less centered. on Jesus’ preaching, a focus that united the new scan iho © centive ot things Jesus is said to have done” G. J. PATTERSOS, ‘cSoorces for a Life of Jesus”, en H. SHANKS, The Search fo Jews. Modern Scholarship Looks at the Gos- pes [Washington 1994] 27). 3CE M. J. BorG, “Reflections on a Discipline: A North American Perspective”, en B. CHILTON - C. A. EVANS [eds.], Studying the ‘Historical Jesus. Ewaluations of the State of Coment Research [Leiden-New York-Kéln 1994] 9-31, © Como ha expresado uno de sus representan'®s, ln intencién es “to free history and exegesis from the control of theology” (SANDERS, Jesus 333). “Life of Jesus research is characterized today more by an interest in history rather ihe in fit” A vans, i : stions, Criteria, and Sources”, en 1D» J cent Developments in Jesus Research: Presuppos! A 1D Sea Eos sus and bis Contemporaries. Comparauve Studies [Leide e “Materials and Manods ‘in Historical Jesus Research Forum 4 ue poe eligi af TeThe ‘third questers’ are a group. of scholars of varying # clogs ae ante flations.., all of whose depictions of Jesus 4 radically differen jstori f the canonical Nonetheless, the third-questers do agree 00 the historiciyy oe a ive shape Gospels as the creations of individuals who took an oo i . G ileus’ minity and death, ane wT might oa onc esos (New Ss ck-Loncon 1998) itn, The Human Christ The Search for O° “eal Jesus’ 8 the comvic= sro Jos is He 608 st of the BISON gaat UN, jeruse of J jeu” DUNS Be Fac hid qu! “What distinguishes the so-called ‘third siempt 0 ja first conesy ™ ; : ii 1 pict tion that any attempt to build up @ nistosiod ¢Om the fact that he was a first century - op dat period” an ”” 39), jon 1979. «phe vest Poe as D — it , resus WA a ela eae Je reesei a gL 388) ) . WRIGHT, The Challenge fe Weight Cts” » Hn, Neil We ig sae aloraciOn, 434 Juan]. Bartolomé n de textos conctetos; adem,, de . ala ii ia . is globales sroponeh una renovacion dee merodologis, Moye, ideas, P*' 4 1 10 €) x iden Poe analgta ae a pesidito Ot enero de prit at, ara da OSIt id whiceerica ¢ insistido en que a mas decisivo que ° de Je, construccion Mr eaarlo dentro de su Pugs bel CONtAr sis habria gue stunt or qué ocuric: Jets habia pretendlido lar . id es inves! i redicacion y si a ee ae Israel, publicamente, mediante su Pr ws y su Actuacibn, ones us discipulos es probable que admitiera que esa restayy, vadamente, 2 sus a sin conflicto ¢, incluso, con su muerte. La comyni, nseguin ido tras su muerte setia continuacion de cuanto Je a 7 ts Feet. ~ dad que habria eme! a en una situacién totalmente nueva." Insistiendy fi un : re . sis se Props, slguice figura religiosa, Jestis dependid de las ideas y espe, jue, como et sine . es en qi braya sus implicaciones sociales y politicas , ; . ul ranzas de su tiempo, Riches s a oc y poli para afirmar que la intencidn de Jestis era la transformacién del judaismo, un cambio religioso y social." Como hombre de su tiempo, piensa Har. vey, Jestis vivi6 dentfo de un universo de convenciones sociales que tuvo que asumir y pudo manejar con flexibilidad pata sus propios fines; sy muerte en cruz lo confirma como un judio dificilmente asimilable por su pueblo, con cuyas instituciones y valores habia entrado en conflicto,2 Un mejor conocimiento del mundo judio y los inicios del cristianismo, estimulado por recientes descubrimientos arqueoldgicos" y la publicaciéa de cientos de documentos judios y cristianos, descubiertos a partir de los afios cuarenta, han contribuido a hacer mas compleja la historia del ju- nterpretacio' de hipétes ofrecer nueva ha criticado ¢l priv cidn no se conse; Jests and the Transformation of Jndaiom (London 1980); A. EB. HARVEY, Jesus and the Car “straint of History (London 1982), - hae apy that Meyers ‘work at once both brilliant and cautious, a model of we ‘AE scholarship, has not had more impact on the recent spate of popular writing about Jesus” (N. T. WauGHt, Iho was Jess? [Grand Rapids 10918), program ohana importance of Jesus’ life and work is not to be found in any patclt about God man ood the ceo ee tin his reworking of fundamental sssumpto™ 2 pe ES, Transformation 181), pt of the Harvey’ s whole thesis is that, in all beet of his ministry, Jes HARVEY, Constraints 3-7, Tras en especial a a : hallarpenaeetemana, ha descuidado la Masada, el Herodium y Gamlgs del pretorio, el hallay In erucifign gen el crucficado de Ger (5 withii ; le Giv’at ha-Mivtar, la identificacién de! 16s, INew York 1988) Tos3y ai New Light from Becieng Acie regia Discover® “eQuitén dic la Bente que soy yop (Me 8,27) 435 » Aparecen Ij nto de los Doc tiny, 1 libro: Testament’ 4 ¢ Patriarcas, Himnos $1 $ (P-c. Odas de Salomé 9 o cristiano es atin objeto de debate:t4 lk tnagogales) cayo orig 0 ates! lo en ju- yoda a clarificar el mundo religioso y ¢ a No puede dudarse es que ue la relacion de Jesus co} Y cultural del tiemy oe Aung aad con el Movimiento eseni po de Jestis.'5 ja comunidad de Qumram sigue siendo discutida nio y, en especial, con compartiendo nacidn, atea geogrifica, época y | % NO cabe duda de que i e E oa raver mucho en comiin; los documentos dal misma tradicién sagrada, comprender el ambiente espiritual ar Muerto, pues, ayudan ac te espiritual donde se movid Jestis y a apreci mejor los rasgos caracteristicos de su predicacién.'6 Los patie ieee Hammadi, cincuenta y tres obras en doce cédices, son una auté i te t - , auténtica bi- blioteca Perea probablemente, a una comunidad gnostica cristia- im ; ran ase na, aunque ni oto las es obras sean de contenido gnéstico o cristiano. De su andlisis se ha ganado una idea menos simplista del fendmeno gnéstico, pues se ha establecido nexos con el judaismo temprano, y un conocimien- to mejor de la tradicién evangélica cristiana, con la aparicion del evangelio de Tomas."” M4Cf J, H. CHARLESWORTH, The Psendepigrapha and Modern Research with a Supplement (Missoula 1981); ID., The Old Testament aendepigrapha and the New Testament. Prolegomens for the Study of Christian Origins (Cambridge-New York 1985). Los textos en inglés han sido publicados recientemente por un equipo ot cf, J. H. CHARLESWORTH, ig ‘ity 1983- Y Old Testament Psendepigraph 2. Vols. (Garden ee oer raficos del Appa coos 15 Jnsistiendo en la importancia de los eseri seudoepe go de 1 Bn a ae prensidn del Jestis historico, Charlesworth cits, 0 Fnguno de los tes tpos de dichos texto previo al afio 70, y Nega ta conclusion munidad cristiana; es pensable que sobre el hijo del hombre fueron inventados por la cor ve psd hablar de ih funcidn apo- Jestis lo usara para subrayar su autoridad cat paid cree ‘fl concepto de uh caliptica dentro de su predicacion del reino ye ep de su propios padecimien- hijo del hombre sufriente a la vista de a pasion Cf nt of Writings Contemporancous tos (Jesus 39-42. Cf. ID. “The Historical jem in Lig Historical Jes Tor ith Him: ANRIV Il 2 451-476; ID “Resear” Nag Hammad Soe” bias Him”: ANRW TL 25 (1982) the id Sea Scrolls, M9851 98-115). cand the Pseudoepige sate Seminary Bulletin N. * ve ef monotelsmo, Josephus, and Archeology”: Princenton semejan2 el monote mo i .cias alud CHARLESWORTH, Jesus 54-75, Sent A oy divorcios come? diferen dedicacién a Dios y su ley, la prohibicion ¢ cepto del amor : tente actitud frente a las leyes de PY en el mundo de los documentos ¢ ephe Dead Set lac. ve {CE 1 MeO pad Ser Sm (wes in cRegearch on the Ja exclusiva la dife- 1 enemigo: 436 Juan J. Bartolomé El anilisis sociolégico del ambiente y de los escritos del NT, a pesar de la disparidad de metodologia y resultados que presenta, ha aportado a la investigacién de Jestis de Nazaret y del primer cristianismo nuevos mode- los y teorias para el descubrimiento y Ja interpretacion de los hechos socia- les y culturales que estin a la base de su surgimiento:'* Jestis, lo mismo que el ctistianismo, son producto tanto de una experiencia religiosa winica co- mo de un contexto social determinado. Iniciado por Jestis entre campesi- nos en un remoto lugar del imperio romano, su movimiento se convirtio en pocos afios en un fendmeno social exclusivamente utbano; los prime- ros propagandistas fueron judios palestinos; sus oyentes principales, hom- bres, judios 0 no, de cultura helenista. El proyecto historico de Jestis que cristalizo en su movimiento galileo pretenderfa la mas completa renova- cin de Israel; sdlo tras su fracaso, se habia abierto la oferta al mundo pa- 10.19 Entre el Jestis histérico y el Cristo predicado se da una doble continui- dad que enraiza a ambos en el seno del judaismo del segundo Templo. La primera, de tipo sociolégico, la origina un hecho innegable: del grupo de dis- cipulos galileos que siguieron a Jestis surgié el nticleo de los primeros cris- tianos;2 la segunda es de naturaleza conceptual: el mistetio personal del Re- ture and Significance of the Coptic Gnostic Library from Nag Hammadi (Claremont 21977); ID. (ed.), The Nag Hammadi Library in English (New York 1977); ID., “The Study of the Historical Jesus after Nag Hammadi”: Semeia 44 (1988) 45-55, Una entusiastica de- fensa de los esctitos gndsticos para entender a Jestis puede verse en M. FRANZMANN, Je- sus in the Nag Hammadi Writings (Edinburgh 1996). 18 Cf. J. Z. SMITH, “The Social Description of Eatly Christianity”, RST 1 (1975) 19- 25; W. A. MEEKS (ed.), Zur Soxiolagie des Urcbristentums. Ausgewiilte Beitrige zum frilh- christlichen Gemeindeschaftsleben in seiner gesellschaftlichen Umwelt (Miinchen 1979); G. THEISSEN, Studien zur Soxiologie des Urchristentums (Tibingen 1979); R. SCROGGS, “The Sociological Interpretation of the New Testament”: NTS 26 (1980) 164-179; B. J. Ma- LINA, “The Social Sciences and Biblical Interpretation”: Int 36 (1982) 229-242; P. HOL- LENBACH, “Recent Historical Jesus Studies and the Social Sciences”: SBL 1983. SP (Chi- co 1983) 61-78; H. J. VENETZ, “Der Beitrag der Soziologie zur Lektiire des Neuen Tes- taments. Ein Bericht”: TBe/ 13 (1985) 87-121; W. STENGER, “Sozialgeschichtliche Wende und historische Jesus”: Kair 28 (1986) 11-22; R, ROHRBAUGH (ed.), The Social Sciences and the New Testament Interpretation (Peabody 1996). Sie de G. THEISSEN (Sociolagfa del movimiento de Jestis. El nacimiento del eaereen Primitivo [Santander 1979]. ID., La sombra del galileo. Las investigaciones his- sobre Jestis traducidas a un relato (Salamanca 1988}). La comprensién milenarista del movimie: e Jest ‘tari * eae ee ‘ovimiento de Jestis, mayoritaria en la investigacién, no toca tanto a la persona hist6- ica de Jestis sino a la naturaleza del movimiento eristiana (ef TG GAGRR Kinodon and “sQuitn ai te én dice la gente que soy yo2” (Me 8,27) 437 sucitado pudo set expresado recuttiend compartida previamente y fue explicad que la tradicién biblica oftecia, ado El proyecto es, . esfauthb cual pues, recuperar al judio Jesis tal ne por anto de él se dice en la tra dicién a come fue, sin que im- arece con mayor clari a tra peer I fends claidad la novedad en i atl Tris jucta del Jest fit ued ae i a 1a del Jestis his- ks, B las opciones metodolégicas que la gui Jesus his baisqueda cambia de criteriol ‘as que la guian. La tercera ae > ca Se ene gia en su indagacién; y es que, para asegurar : ‘adicién evangélica, renuncia al criteria de la diferencia, ue considera, ademas de minimal: 2 ei Teer, FA Sip del ego had ser enmendho, por va alo aesoe ol joann su tiempo Y en continuidad con él; pero, por oto lado, podei de ser em tendido en contraste con ese judaismo, de forma que se ‘wean aclazades sus opciones mas lamativas. En consecuencia, y segtin reza el nuevo criterio metodoldgico (el de plausibilidad histérica), que ahora predomina en la inves- tigacion: “lo que es plausible en el contexto judio y permite comprender la génesis del cristianismo primitivo, puede ser histérico”.> La segunda opcién concierne las fuentes de informacion, objeto de andlisis critico. Por vez primera, y de forma totalmente consciente, no se privilegia la tradicion evangélica canénica como fuente histérica, si no tinica si, al menos, primera y predominante* (criterio de atestacién muiiltipléy > la i eee de una convivencia n modelos de interpretacion pustow - K, MATTHIAS (eds), Der bistoritcbe Jesus und der kenygmatiscbe Christus Bestin 1960) 342-370; ID., Jesus. Gestalt und Geheimnis (Paderborn 1994) 85-104. 2 “What seems characteristic of this new movement isaac of interest in the theo- logical significance of its subject” (W-P. WEAVER,” ‘orward: Reflections on the Continu- De ia Jats" en J. H. CHARLESWORTH - ‘Ww. P. WEAVER [eds,}, Images of Jesus To- dey [Valley Forge 1994] xix). CE. M. B BORING, “The ‘Third Quest” and the Apostolic Faith”, en J. D. KINGSBURY (ed.), Gospel Interpretation: ‘Narrative-Critical and Social- Scientifi hhes (Harrisburg 1997) 241. ae poe nie enciple ae ny leads a pcre of 8 Jesus Who Was ew and toa Christianity dissociated from Jesus. Unimately, Jest a ed out only as ‘unig ' vE xvi). (Weaver, Preface cf CCHARLESWORTH-WVEAVE mance 1999) 28. Excelentes 2 G, THEISSEN - A. MERZ, E/ Jesiis bistorico. Manual ( = a aoe 99) 8 EIER, y actualizadas presentaciones de la criteriologit 1 ue pu aes a i S . sat] (ati istori s. e Roots e Monin Ts Hore ops Rese Desens Presoppositions, J iteria, and Sources”, e 1D Jesus and bis Contetpo me Studies (Leiden 1998) 13-08 sechichte det frilchristliche Evangelienliters- "eH ro rayne 5 ladelphi «oat dissimility; in 1991, Cros Devel hhiladelphia 1990), coor required dissimilty in 1991, ©! ome at nage persuasive IE cigs i a Ins CO san argues that sigor requires * rae we disci ABB rate). Bartolorné ‘éndolos, se estudian documentos cris- ho entearon en el canon — algunos, como la fuente Q, de hipo- in*6 — y eseritos sectarios que fueron positivamente excluidos . es cl actual surgimiento de una notable dis- 10 todas encuadrables dentro de los limites de una ervodenia no ya ecl ino simplemente cientifica. Que no se dude que Jestis haya de ser entendido desde el judaismo del siglo 1 no ha hecho mas uniforme la ptesentacién de su figura hist6rica* a su lado, y con frecuencia prefieri que Y encin’® La consecuencia Logi patidad de imagenes de Jest al, quantified form of multiple attestation in early tradi- D. Crossan, “Materials and Methods in Historical method i ally a refined tion” (BORG, “Reflections” 27). rune + (1988) 3 : NBORG, The Formation of Q. Trajectories in Ancient Wisdom Collections x, Q. The Lost Gospel. The Book of Q and Christian Origins ; D.C, ALLISON, The Jesus Tradition in Q (Hasrisburg 1997). , SN, The Gaspel of Thomas and Jesus (Sonoma 1993). Caso extremo es J. quien cuestiona la preferencia de las fuentes cannicas sobre las extracandni- cas, y privilegia algunas de estas, reconstruidas 0 existentes, como fuentes primarias: el estrato m: iguo del EvT, el Evangelio de Egerton, el Evangelio de los hebreos, Ia fuente de los /egia y un evangelio de la cruz, que reconstruye a partir del Evangelio de Pe- deo (Four Other Gospels. Shadows on the Contours of Canon [Minneapolis 1985); ID., The Cross That Spoke. The Otigins of the Passion Narrative [San Francisco 1988}. ID., The His- ‘torical Jesus. The Life of a Mediterranean Jewish Peasant [San Francisco 1991]). En contra, B. CHILTON, “The Gospel According to Thomas as a Source of Jesus’ Teaching”, en D. M (ed), The Jesus Tradition Outside the Gospels (Sheffield 1984) 155-175; C. M. ‘adre, subvirtid sus discipulos, liberando mujeres y ; matginados igualmente. Abi comer en comtn con ellos era la p: ter ieee rucba de sus intencion isci a es. Ell discipulado era la nueva forma de ser familia, Habtian sido los primeros cristianos, mis interesados en persuadir que en preservar, quienes, adaptando la tra- dicidn a sus necesidades, censuraron las posturas mis liberadoras de Jesus en torno a la familia, el mattimonio, el divorcio, los doce..; ellos habrian convertido al Jestis mensajero de la sabiduria en Sabidurfa misma (Le 7,35), al attibuirle funciones y dignidad propias de Dios. Ben Witherington ve a Jesus a la luz de la tradicién sapiencial, que le era contemporanea; numerosos, e importantes, temas de su predicacién encontratian en esa tradicién su precedente: el tratamiento de Dios como Padre (Ecl 23,14; 51,10; Sap 14,3), el concepto ‘teino de Dios’ (Sap 10,10), el titulo hijo del hombre (Dn 7); su actuacién taumattirgica y la practica de la comida en comin no serfan extrafios a la corriente sapien- cial. Jestis no hablaria como un profeta, en nombre de Dios, sino bajo su propia autoridad; no usé ordculos, sino similes y paribolas; apoyando su mensaje en la naturaleza creada, alabé la providencia de Dios (Mt 6,25-33) y se declaré contrario al divorcio (Mt 19,3-9). A diferencia del Bautista, que es asceta, justifica su forma de vida apoydndose en la sabiduria (Mt 11,16-19); su conocimiento del Padre es lo que le capacita para manifestat- lo (Mt 11,25-27), como la Sabiduria a Dios Prov 8,14-36; Sap 2,13.16; 410-15). Sabio profético o escatoldgico, Jests pudo identificarse a si mis- mo con la Sabiduria (Mt 11,19); rechazarle a a seria repudiar a Ja Sabiduria (Mt 23,37-39); era el revelador de la mente misma de Dios. Como hombre catismatico, mediador ae lo ae lo _propone Markus J. Borg (1942) convencido como esta de que Jestis no se creia mé- sias nj 3) Bo Feendiso morir pot los pecados de los demas; su persona llama “hermenéutica de la sospecha”, que pone en cuestién el mismo texto biblico por Sospech: 2 a jones antifeministas. : ‘ S CED, Gineepearon The Chris of Jens (Minneapolis 1990s 1p Jees Sass ‘The Pilgrimage of Wisdom (Minneapolis 1994); 1D. The Je oe a habia the Jew of Navaret (Downers Grove 1998) 185: an ener de hablar er ablado demasiado del futuro, ni de Ia situacién social presente é ‘és importante que su mensaje? (SANDERS, Jes#* 7) 452 Juan J. Bartolomé no habtia sido contenido de su mensaje.” Borg no se ha mostrado e: cialmente interesado en cuestiones de método o critica de las fuentes 5 cS, con todo, un activo miembro del controvertido Jesus Seminar” y partidatio de sus opciones, Le interesa describir qué clase de persona era Jestis mas gue establecer qué pudo decit 0 hacer; para dar con el tipo de personali- dad de Jestis recurre a modelos de la antropologia social y de la historia de las religiones. / Motivo central de todo movimiento judio de renovacién seria la bus- queda de la santidad. En el modo de conscguitla es donde se sittia el con- flicto que protagonizé Jestis; totalmente abierto a lo trascendente, se ha- bria convertido en su mediador recurriendo a la ‘politica de la compasién’, Sociedad y Espiritu fueron las dos claves pata entenderlo: la sociedad en la que vivia, no como contexto de su actuacién, sino como objeto de su programa; el Espiritu del que vivia, como fuente de su misién y contenido © CEM. BORG, Conflict, Holiness and Politics in the Teaching of Jesus (New York-Toronto: Mellen 1984). “The great achievement of his work... to have shown that Jesus’ ministry and teaching were thoroughly ‘political””: NEILL-WRIGHT, Interpretation 388); ID., Jesus: A new Vision (San Francisco 1987); 1D., Jesus in Contemporary Scholarship (Valley Forgey 1994); 1D., Meeting Jesus Again for the First Tint. The Historical Jesus and the Hleatt of Contempo. rary Faith (San Francisco: Harper 1994), Antes que él ya habfa estudiado la relacion de Jess con el Espiritu en la tradicién J.D. G. DUNN, Jesus and the Spirit. A Study of the Re- ligious and Charismatic Experience of Jesus and the First Christians as Reflected in the New Testament (Philadelphia 1975). Para entender mejor las posiciones de Borg, cf POWELL, Jesus 110-112. 7 “The most noteworthy and controversial research on Jesus in recent years... No student of Jesus as a figure in history can afford to ignore the Jesus’ Seminar” (POWELL, Jes1s 66), Compuesto por unos setenta investigadores — hhan llegado a participar alguna vez en el proyecto hasta 200 -, de diversas confesiones ctistianas, norteamericanos en st mayoria, se proponen desde 1985, establecer fuera de toda duda la histoticidad de los di- chos y hechos del Jestis histético, Fundador y portavor del seminatio es R. W. Funk, que ha logrado dar a sus conclusiones un eco enorme en la opinién publica; tienen un objet Yo declarado, contrarrestar al fundamentalismo biblico, y una metodologia de investiga. cién grupal, que ha suscitado tanta atencién como repatos. Publican sus conclusiones Semestralmente en la revista Foundations and Facels Forum, Las obtas més representativas son R. W. FUNK - R. W. HOOVER (eds,), The Five Gospel The Search for the Authentic Words Honest to Jesus. Jesus for a New Millenium (San Francisco 1996) es un manifiesto para ur git la reinvencién del ctistianismo, con nuevos simbolos y nuevas historias, sobre una neva comprension de Jess, cf. especialmente 297-314, Para una buena presentacién del 0, su metodologia y propdsitos, cf. BORG, Schol- arship 160-181; PowsLL, Jesus 6681; BLOMBERG, “Avie ea ‘We Start Studying Je- sus?”, cn’ WILKINS-MORELAND; Jesus 19-24. Una revision critica, N:T. WRIGHT, “Five Gospels but no Gospel. Jesus and the Seminat”, CHILTON-EVANS, Authenticating 83-120. eQuitn dice la gente que say.yo?” (Me 8,27) 453 de su experiencia. Mistico y visionario Le 10,17-18), Jest ario (Me 1,10; Me 4,1-11; ; oa del reino tome er habria. pensado que era cee] Fs fe . ci ee nereescyennael re durante sus dias; como profeta ate yo it en el rumbo historico » > Cstu- a torico de su repararlo para una definitiva intetvencién de Dios. M4 ees Dios, Jestis lo habria experimenta . Mas que creer en do en su vid: a 5 . ‘ la y se habria puesto a dispo- sicién de El para servirlo de intermediario y eee los how. bres. a ares a se manifestaria tanto en la apelacién de . ‘oridad con la que hablaba a los demas sobre el querer de Dios; no explicaba la ley ni repetia tradiciones, se pre- senté como si en él hablase Dios. Y con Dios compartia la pasién por el necesitado y débil; curaciones y exorcismos (Mc 3,20-22) probaban su po- der ante sus contemporaneos. A la santidad, alcanzable en Ja pureza ritual, prefitid la compasién como camino de transformacién social; por ello, en- tr6 en conflicto con todas las instancias que aseguraban pureza o la urgian en Israel. Habil maestro, utilizaba las formas tradicionales de ensefianza para presentar una sabidurfa nueva y alternativa, que hacia centro en la gratuidad y compasidn de Dios y en la que bas6 su proyecto de renova- cién de Israel. El movimiento que inspird se basé en una visién social al- ternativa a la existente, con una ensefianza profundamente sapiencial y un mensaje netamente social (Le 6, 20.24).” Ejecutado como rebelde politico, tras haber intentado realizar su programa en Jerusaléa, sus seguidores con- tinuaron experimentindole vivo de una nueva forma: se les convirtié en ‘epifanfa de Dios’. La historia del Jesus ptepascual acabé un viernes del aiio 30; la del Jests postpascual permanece hasta nuestros dias, como rea- lidad permanentemente experimentada. . -onshi irit of God was the 11 “My own claim is that Jesus” experiential relationshit © toe orton asa reache® of source of everything else he was — his activity 18 a Bet ve Prnunity founder” (BORG, ‘wisdom, his passion-as a social prophet, and his vision Scholarship 152) A finicid: The Sa el juicio de J. K, Riches par di" 2 de ainly sae in New Testament Santo o de Espiritu es “a type of explanation ich material is used uncriically and : figures the ™ ie role is seen less a8 study, Tesus srarcely emerges as an integrated BBY. prophetic sole IS EC 2 de Jestis como hombre 454 Juan J. Bartolomé 2.4. Cinico ttinerante_y campesino galileo Cuantos hoy prefieren iniciar la reconstruccién del Jestis histérico pri- vilegiando fuentes que no son la tradicién candnica imaginan un Jestis mas helenista universal que judio sectatio, mas moralista popular que profeta de Dios, mas fildsofo que creyente,”> menos asceta que bon vivant. No es casual que insistan en el grado, extenso e intenso, de helenizacién que su- fria la Galilea en tiempos de Jestis, ni sorprende que nieguen a Jestis con- ciencia y mensaje escatoldgico o interés alguno en las cuestiones sociales de su tiempo. Burton L. Mack, para quien el estrato mas antiguo, y fiable, de la tradi- cidn es el sapiencial, presente en Q, piensa que Jestis habria sido un maes- tro de gentes, cuya vida autarquica, de pobreza elegida e insultante, y cuyo mensaje, que buscaba la educacién de masas mediante aforismos y narra- ciones breves, le acerca a los predicadotes cinicos, tan populares en las ciudades helenistas de su tiempo y de su patria, Galilea. Su ensefianza, efi- caz e irritante, discutia lo obvio y se mofaba de lo convencional. Maestro itinerante, habria optado libremente por vivir como marginado, sin casa ni familia. Jess no habrfa pretendido criticar ni renovar el judaismo; no lla- maba a vivir socialmente la fe en Dios, ni pretendia cambiar el institucio- nes del pueblo. Sus seguidores fracasaron en el intento de convertir a Is- rael. Marcos habria sido quien introdujo en la historia de Jestis otras co- rrientes del primer cristianismo que vefan a Jestis como dios, convivian en torno a una comida ritual y hacian proselitismo entre los paganos. Convir- ti a Jestis en el rabino oponente de los fariseos, en el hijo de Dios que realiza milagros, en el hijo de Hombre que anuncia el fin inminente, en el % “Probably the single most influential of the nontraditional images associated with Jesus in recent scholarship has been that of the Cynic philosopher” (POWELL, Jesus 60). ™ La dificultad que deben afrontar quienes, como G. THEISSEN (Soziolagie der Jesusbe- waging (Miinchen 31981) 20) y F. G. DOWNING (Christ and the Gynics. Jesus and Other Radical Preachers in First-Century Tradition (Sheffield 1988); ID., Gynie and Christian Ori- gins (Edinburgh 1992) ven a Jestis cercano a los predicadores cinicos es que la trad evangélica est radicada en Palestina, algo que no se puede afirmar de las tradiciones cini- cas; ademas, y aunque la comparacién de fuentes se centre en Q, las diferencias entre ci- Wee Jesis Son mayores y mas consistentes que las coincidencias. Cf. la revisién de R. WHET EV “Tnoise Talnnre nn pe Sha Co i ce Haale ae eQuitn dice la gente que sey yo?” (Me 8,27) 455 n de los que creen.’ Lo hizo para que vivian esperando el final inme- “cetia un testimonio verosimil de Je- c % . Noticia’,76 ‘ En la misma linea se sitta John D. Crossan (1934), el ma miembro del proyecto Jesus Seminar, ‘ onan est lena de sugerencias, que basa a Rane f conocido” ut biografia de Jestis, amplia y ecudita, ler er veces en arriesgadas opciones sobre la tradicién evangélica, su formacién y el valor historiogréfico:’§ ordena la tradicion evangélica escrita seguin niveles de antigitedad, dando preferencia aQ,al evangelio de Tomas y al evangelio de la cruz, que ha reconstruido desde el evangelio de Pedro; cuantifica el nimero de testigos independien- tes en cada estrato y los agrupa por contenidos; utiliza para su valoracién una forma refinada del criterio de atestacién multiple. A continuacién, in- terpreta el material asi evaluado dentro del judaismo del siglo primero, re- cuttiendo a modelos que trae de la antropologia social y de critica hist6ri- ca del mundo grecorromano;” su visién de la Palestina del tiempo de Je- stis esté marcada por la convulsién politica y la desigualdad social; encua- 75 C£_A Myth of Innocence: Mark and Christian Origins (Philadelphia 1988); ID., The Lost Gospel The Book of Q and Christian Origins (San Francisco 1993). Ta imagen cinica de Jesiis ha sido propuesta, en Inglaterta, por F. G. DOWNING, Jesus and the Threat of Freedom (London 1987); ID., The Christ and the Cynics Sheffield 1988). ; 1% Mack, Myth 372. “The church canonized a remarkably pitiful moment of early Christian condemnation of the world... A future for the world can hardly be imagined any longer, if its redemption rests in the hands of Mark’s innocent son of God” (ivi, 1), i i is or he ats” Le historical Jesus is more admired by his or her opponents? Pow, op ce cea one of ae most brilliant, engaging, learned, and quick- Cee et en ccholass alive today” (N. T. WRIGHT, Jens and te Vite of God. Chrgdan Origins and dhe Question of Cot 1 inn pate Gospel evidence 78 “No one has contributed more to 2 Fe B the com Csrsean No one has available for reconstructing the careet of Jesus than John wit m is i than he” (TATUM, Quest that evi ich gr ethodological rigor than. Ou ‘Bprowched thar evidence we a sobre el valet ‘Peas fuentes existentes es muy criti as a 129). Con todo, la opcion que aa a aa ws ck Me Soe The Life ofa Mediterranea Jovi : Seer -. The Historical Jesus. a , Bk : +6 ~Tostiss Vida de un campesino J ae ee ee Ds Tad irs sae Rata Jesus since ‘Alber So a : Quest ¥ Z 2 ie Mitta tke wesin ‘ poth because , elegance, ee ‘nning of this century, both. °°. BorG, Scholarship 53); 1D fact Jee a the began civ effect of the ABE duce castelaa: J is: Biggra= 486 Jnan J. Bartolome dea a Jestis y a su movimiento en un mundo rural mediterraneo con valo- res y creencias muy determinantes. Seguramente, en este tratamiento me- todoldgico y en el recurso a un anilisis no puramente histérico ni literario esti su mayor aportacién a la investigacién del Jestis historico,” que él ve mis como teconstruccidn, siempre abierta, que como bisqueda de alguien por definir, Jestis habria sido un campesino galileo piadoso, enraizado en la cultura mediterrinea que defendid una actitud critica de todo lo convencional (vestido, familia, comidas) y que intentd reformar la sociedad rural en la que habfa surgido. Nacido en Nazatet en el seno de una familia de artesa- nos, no habrfa tenido una pteparacion especial ni un contacto regular con la Escritura. Bautizado por Juan, se separd de él al no aceptar completa- mente ni su ptedicacién (el reino de Dios en un futuro apocaliptico) ni su forma de vida ascética. Proclamando que el reino era para los nifios (Mc 10,13-15) estaba poniéndolo a disposicién de los socialmente insignifican- tes, al margen de los poderosos; el suyo era un reino sin intermediarios re- ligiosos. Siendo las masas campesinas su audiencia habitual, su ensefianza tuvo que ser concreta y apegada a la vida. Taumaturgo reconocido, operé al margen de las instituciones aportan- do salud y bienestar y reintegrando en la sociedad a los excluidos; de este modo hacia accesible a todos un poder divino: por ello pudo ser conside- rado como mago. En itinerancia permanente, se mantuvo dependiendo de cuantos curaba o predicaba. Promovia una convivencia abierta a todos, en Ja mesa compartida, sin disctiminacién ni condiciones previas. Este comer en comtin era una forma de vivir el reino que predicaba, radical en sus exigencias y universal en sus destinatarios; buscaba asi implantar un iguali- tarismo religioso y social que cuestionaba la base misma del patriarcalismo de su €poca.*! Su critica social le presentaba como reformador politico; su estilo de vida y el modo de predicar le asemejaban a los cinicos. Sobre el fin de su vida habria poco informacién fidedigna, salvo su - “T think he has significantly changed the discipline with this book — a simply ‘his- torical’ quest for the historical Jesus will no longer do. Thus, in this part of his method, we see the most comprehensive use yet of the multi-disciplinary approach that is charac- teristic of the present renaissance in Jesus scholarship” (BORG, Scholarship 34). Una pte- sentacién del mismo Crossan de en métada w Ine earvlendan a man “Tnene and ‘Quin dice la gente que soy yo?” (Mc 8, 27) 457 n cruz que propicid . nue era To. Su E ‘opicio una intervencién suya, di yatta Ch | e FE mensaje igualitatio no pudo ya, de palabra y obra, ‘ne Crucificado, fue enterrado sin hono: ser aceptado en Jerusa- ry de a torno a la tumba vacia habtia y devorado por perros; los rela- oe in id Fi Ped 6,21-22; Me 15,42-47; Me 2157-61; Jn 199840) Deroake de * - su erte en cruz, y a pesar de ell: ech Ha ot cupieron de ae aa a su: Gecipalon, gue lo habian abandona- Ps necesitaron de la experiencia Praca abrian perdido la fe en a ¥ alo habia A para encontrar en la Escritura sespuesta a lo b ocuttido a su maestro; inventaron histori ue, utilizando | J istorias que narra- 2 en protect los relatos de las mujeres que honraron su cadaver, tori! fas antiguas (Mc : . 2 8,9). EI relato de la pasion oe ae Coen Lae ¢ An Fe F : paciones de la primera comunidad que lo sucedido realmente a Jesiis. Las tradiciones sobre la re- surreccion surgieron del convencimiento de su presencia entre ellos; en ella se alimentaba su conviccién de ser sus testigos, su compromiso por imitar su vida y su costumbre de comer en fraternidad. Mas reciente atin es su intento de volver a esctibir el nacimiento del cristianismo, la época que va desde la muerte de Jess hasta la apaticién de los primeros escritos cristianos (Q, EvTom y, en menor medida, el llama- do ‘evangelio de la cruz’). Una situacién social de pesada presi6n fiscal y excesivo endeudamiento, producida por la politica colonialista romana, favoreceria el surgimiento de dos cottientes entre los discipulos de Jesus. Quienes, en la Galilea rural, se centraron en la ensefianza de Jesus, crearon una ‘tradicion de vida’, discernible hoy en los retoques redaccionales de las sentencias originales de Jesus: del rechazo no violento de este mundo se jor por venir y a fomentar una vida de renuncia paso al anuncio de uno me; : v y desapego. Por celebrar sus reuniones en casas particulates, surgieron tensiones entre quienes atin vivian como itinerantes y quienes par en sus hogares a las comunidades establecidas: de vivit en pobreza radica ed paso a compartir los bienes. La otra corriente, ‘tradicién de muerte’, ha- bria surgido en el ambiente cosmopolita de las grandes ciudades (Jerusa- én, Damasco, Antioquia); s¢ centraba mis en dat sees 2 la ove es Sutrecci6n de Jesus, a partic ie la reflexion sobre la ae y a aed an se Bestians. Aube comtient oe ie peimitiva comunidad: sin dee comin, ede aoe gjata la partcipaci6n i : rt jestis € fa la pa a Sunboli scipacion en Ia muerte © a en aes Jap ee d de mesa, uo hecho que recor: eva vida, a tray Ja comunida . ati fis de Nazaret. daba y repetia Ia prdctic igualitasia de Jess de in the past, to a com- RD sme y look to # Last Supper in the P' = +64 Teadition ma} 458° Juan J. Bartolomé 3. Conclusién Quiza pueda sorprender la disparidad de las actuales imagenes de Jestis. Bastaria ser conscientes de los métodos utilizados para llegar a ellas para set hacerse més reacios al escdndalo. Habra que recordar, ademés, que la misma tradicién evangélica canonica presenta ya cuatro imagenes diferen- tes de Jestis y testimonia la existencia de otras que los evangelistas no aceptaron o combatieron. Aunque el debate no puede darse atin por cerrado, no est ya domina- do por la comprensién escatolégica de Jesus. La imagen que predomina es, mas bien, la de un Jestis, plenamente humano," totalmente judio;® si- gue en discusién si su ensefianza entra dentro de los limites del judaismo o si pretendié transcenderlos, si se mantuvo comprometido socialmente 0 si vivid marginado, cuales fueron las motivaciones e intencién de su ministe- tio y por qué, en concreto, fue crucificado. Cuatro podrian ser los rasgos mis frecuentes que emetgen del estado de la investigacién actual: maestro de sabiduria, que evidencia en una ensefianza que privilegia las narraciones cortas y las sentencias breves; Jestis habria sido un gran contador de histo- rias. Su propuesta no fue directamente politica; con todo, las consecuen- cias de su mensaje y de su accién lo fueron; proféta de renovacién, quiso transformar Israel; no se puede seguir entendiendo a Jestis en clave uni- camente individualista; pretendia llegar a las masas y mejorar su forma de vida; su ministerio puede verse como socialmente subversivo.** No menos munal meal in the present, ot to a messianic banquet in the future — or, quite validly, to all of those at the same time. But it can never get away from this: itis food and drink offered equally to everyone that the presence of God and Jesus is found... So the Lord’s Supper is political ctiticism and economic challenge as well as sacred ite and liturgical worship” (CROSSAN, Birth 444), 8 No deja de llamar la atencién que quien anuncié el fin del consenso en torno a cen- tralidad de la escatologia, afirme que “the news that the eschatological consensus has col- lapsed is bringing scholarly discussion of the relationship between Jesus and eschatology into the foreground again” (BORG, Scholarship 30). W. S. Vorster no cree que haya ambas imagenes, la del Jestis escatolégico y Ia del Jestis sabio, sean alternativas: “Jesus: Eschato- logical Prophet and/or Wisdom Teacher?”: Hervormde Teologiese Studies 47 (1991) 526-542. # M, HELLWIG, “Re-emergence of the Human, Critical, Public Jesus”: TS 50 (1989) 17-28. 8 Con la mayoria L. E, Keck afirma que habria que buscar al Jestis histérico no tanto ala luz de la fe cristiana sino en el seno del judaismo, “not only from what he produced but from what produced him” (4 Future for the Historical Jesus, The Place of Jesus in Preaching and Teaching [New York 1971] 33). Con todo, ver la reserva de Johnson, cn “The Humanity of Jesus” 64-67. . 8 “The mayor shift from the fifty years just past indicates a lessening interest in es- eQuitn dice la gente que soy yo?” (Me 8,27) 459 jonificativo es la insistenci . se je le hing oe de la experiencia teligiosa de Jestis, carismati arto, I ‘antener una inmediatez con Di > carismatico fu predicaciOn y en su accién taumatingicas! con Dios, manifiesta en Quedan, como puede apreci: ; sibs qoorado bien eombierids a slaion enon one ne hoe Ss histiea existentesleitiman In nueva imagen de Jonis gue de elas week obteniendo;® la discusién sobre la eritericlopia ¢ Jesis ue de olla se Ja conveniencia de centr: ai siteriologia que emplear”? y see a cla ‘arse mas en el contexto social que en la prehisto- ria de la tradicién no se ha cerrado. De cualquier forma, va vernitendo en Ia investigacion el escepticismo que reinaba en la reconstruccién histotica de su vida! Aceptar que no se pueda escribir una biografia de Jestis que cumpla con los requisitos de la moderna historiografia es hoy conviccion muy extendida, que no unanime, entre los estudiosos. Ello no obstante, no cesan los esfuerzos por recuperar la persona histérica de Jess de Na- zaret, su vida y su obra, mientras se afinan los métodos ya consagrados 0 se intentan nuevos caminos para acceder a él con certeza histérica. Desde sus inicios, el movimiento de retorno al Jestis histérico estuvo alentado por un talante antieclesial, que no ha desaparecido.” Por ello, no chatology and apocalyptic with an increasing awareness of the significance of the social- political world in which Jesus lived”. “Jesus ‘undermined the world of conventional wis- seen. Ag a teacher, Jesus was an subversive sage” (BORG, Scholarship 3.10). EW. WINK, ‘Recher Passivity nox Violence: Jesus’ Third Way", en DJ. LULL (ed), SBL 1988 Senvinar Papers (Atlanta 1988) 210-224. 87 M. J. BORG, “Portraits of Jesus”, en SHANKS, Search 83-103; S. MCKNIGHT, “Who is Jesus? An Tntroduction to Jesus Studies”, en WILKINS-MORELAND, Jesus 51-12. i 88 Una breve compilacién en TELFORD, “Mayor Trends and Interpretative Issues in the Study of Jesus”, en CHILTON-EVANS, Sindying 61-74. a ® Denunciado ya en 1973 por H. SCHURMANN, “Zur aktuellen Situation der Leben- Jesu-Forschung”: GuL 46 (1973) '300-310, el peligro sigue siendo actual 90 CER. H. STEIN, “The ‘Criteria’ for *suthenticity”, en R. T. FRANCE - D. WENHAM (eds), Studies of History and Tradition in the Four Guspels (Sheffield 1980) 225-263; C. A. EV- ANS, “Authenticity Csiteria in Life of Jesus Research”: Christian Scholars Review 19 (1989) G31: D. PoLKOW, “Methods and Ceiteria for Historical Jesus Research’ en Dj. Dut (ed), SBL.1989. SP (Atlanta 1989) 336-356; G- STECKER, ‘The Historical esol Theologi- (eee ne Jesus Question”: Torna Journal of Thole 6 (1990) 24 21-2 : 5 51 Que se pueda esbozar wo fetrato de Jess bastante completo elk oricamente i fendible es hoy comtinmente defendido: cf. HARVEY, ‘Constraints 5-10; SANDERS, Jesus 3- 13; BorG, Scholarship 15. throw the Christ of Christian orthodoxy, the SBT te a oe guest dhe historical Jesus sto setJesos fee Chit of the eee Th ey 0 Boe J STi uN, He creedal and experiential prisons in which we have incarcerate: fu 20.21.30). ie 460 Juan J. Bartolomé ha de llamar la atencién el hecho de que quienes mas a menudo — y con mayor ahinco — intentan llegar hasta el Jestis de la historia sean precisa- mente los que le confiesan Cristo ¢ Hijo de Dios. Los creyentes que llevan dos siglos de busqueda del Jess histérico prestan un irrenunciable servi- cio ala fe cristiana y a la comunidad eclesial: al centrar la atencién en el Je- sis histérico subrayan un dato esencial del cristianismo, a saber, que Dios actué de forma sorprendente y definitiva en la vida y en la muerte de una persona concreta, Jesiis de Nazaret; aproximarse con la mayor garantia posible al Jestis que fue implica dar fundamento histético a la fe en Cris- to. El cristiano no cree en lo que puede demostrar como hist6rico, pero ha de mostrar que existié aquél en quien cree.* Renunciar a la historia de Jestis supondria negar la esencia del cristianismo,%, que es dejacién de or- todoxia, y levaria a desinteresarse del mundo real que es abandono de la ortopraxis cristiana.% Alguien se ha atrevido a escribir que, “en definitiva, la investigacién histérica es algo asi como pensar los pensamientos de Dios después de El”.” Con todo, que la recuperacién del Jests histérico sea un inestimable servicio a la fe, no lo deja exento de peligtos.* No siempre se puede llegar °3 “Much of what is religiously significant about Jesus lies precisely in the historicity of his story, and much is lost when the story is emptied of that historicity... The truth is that there is no story of the historical Jesus that can be isolated from faith convictions, and this is as true for the stories told by ‘scientific, ctitical historians’ as it is for the story told by the Church. The story of Jesus is always a story of a Jesus of faith” (C. S. EVANS, The Historical Christ and the Jesus of Faith. The Incarnational Narrative as History [Oxford 1996] vi-vii). 5 Aunque raro, sigue negindose la existencia de Jestis: cf. G. A . WELLS, Who was Je- sus? A Critique of the New Testament Record (La Salle, Ill 1989). Me parece, por tanto, incoherente afirmar, p.e., que “one can be a Christian without historical knowledge of Je~ sus” (M. J. BORG, “The Historian, the Christian, and Jesus”: Teo/Tod 52 [1995] 7). °°“The very historical questions force us back to Christology” (Neill-Wright, Inferpr- tation 400). “The historical quest for Jesus is a necessary and nonnegotiable aspect of Christian discipleship and we in our generation have a chance to be renewed in disciple- ship and mission precisely by means of this quest” (WRIGHT, Challenge 14). % “Historical investigation is part and parcel of biblical faith” (F. J. GatseR, “Intro- duction”, en F. J. GAISER [ed], The Quest for Jesus and the Christian Faith (Louisville 1997] 1. Una diversa sensibilidad ante el Jestis histérico separa, p.e., la teologia de la liberacion de la investigacién sobre la vida de Jestis; mientras ésta busca llegar hasta los hechos y los dichos auténticos de Jesis, la razén de su ministerio y la causa de su muerte, aquélla se interesa en subrayar la relevancia de la persona hist6tica de Jesiis y de su prictica para el contexto social y religioso en el que se mueven hoy las comunidades cristianas. Cf. J. R. LEVISON, Jesus in Global Contexts (Louisville: ‘Westminster-John Knox, 1993) 31. NEILL-WRIGHT, Interpretation 398, 9 : ® Ver, p.c, los trabajos de L. T. JOHNSON: “What’ s at Stake in the Quest for the His- ‘2Quitn dice la gente que soy yo?” (Me 8,27) 461 con seguridad a lo que sucedié antes; fovealidad que ptetende alcanzas Si Ei teconstruccién histética no agota gacion es que la multiplicidad de ima Igo ensefia esta resefia de la investi- fs al espititu de la é rigenes del Jestis de Nazaret responde fiendores que las econ ay aos © a las preferencias de los inves- evitar la impresion de que siempre Fee eenastanatico No se puede se han acercado a la persona de Jesiis de Nazaret, se ican re ecentado a Ja medida ke sus anhelos, segéin eran sus preferencias 0 sus prejuicios.™ No habs que olvidar que el snco Jess que ba brebo historia es ct Jesis evangélico'® Tl Jestis histérico, mejor quizd el Jestis de los bistoricos,® es aquel que podemos reconstruir sacindolo, mediante critica histérica, de la tradi- torical Jesus” y de W. H. KELBER, “From the Perspectives of Medieval, Modern, and Post-Enlightenment Readings, and in View of Ancient Oral Aesthetics”, en J. D. CROS- san - L.'T. JOHNSON - W. H. KELBER, The Jesus Controwrg. Perspectives in Conflict (Harrisburg 1999) 48-74.75-115. Y desde posiciones contrarias, D. C. CROSSAN, “Why is Historical Jesus Research Necessary?”, en CHARLESWORTH-WEAVER, Thousand 7-31. 99 To take only the most obvious example, if the resurrection cannot be demon- strated historically, the resurrection must not be real. There are actually two fallacies here. The first makes the historian’s capacity to demonstrate an event of the past the test of its occurrence. The second makes history the sole legitimate way to apprehend reality” (JOHNSON, “Humanity” 51 n. 9). 100 “Tt seems inevitable that the “historical” Jesus that emerges holds much in com- mon with the scholar who discovered him?” (C. ‘A. EVANS, “Jesus and his Contemporar- jes”, en ID., Jesus 457); cf. H. KOESTER, “The Historical Jesus and the Historical Situation of the Quest. An Epilogue”, en ‘CHILTON-EVANS, Studying 535. Que la biisqueda de Jess dependa de los valores sociales de la época ba sido afirmado con contundencia por D. Ghoncr, “The Interest in Life of Jesus Theology as a Paradigm for the Social History of Biblical Criticism”: TR 85 (1992) 51-83. - : 10 Cf R. FABRIS, Jess de Nazaret. Historia ¢ Interpretacién (Salamanca 1985) 27-28. “Bs imposible evitar Ia sospecha de que la investgnet6n del Jests hisbco 5 a gat See hacer teologia y lamarlo historia, hacer autobiogratis y [Or jerarlo biogra- Z =e pan ee ei El peligco ya habia sido advertido por H- J. CADBURY, The Peril of Modernizing Jesus (London 1962). . . if pets enh no dcja de tener raz6n Johnson: “The mait accomplishment of the quest, both early and late, has been the discrediting of the gospel portal 6 Jesu Bs an The alternatives offered by historical reconstruction reveal themselves ENOTMOUS COs ne oe held together by scholarly cleverness, incapable of sustain as fantasies and abstractions, held! 8 ceo hunan lives. The Jesus they present ing even close examination, much less of galvant iB ‘ Pes 4). ee, isa dead persona of the past” ( ‘Humanity’ 9, Borg prefiere una denominacion mis fos ofthe pase CINGTON, (test 199. BOF Pekin s ° adie pects nrepascal” sesia al que s¢ lega por to the face of God. The cual objeto de fe (Sebolarbip 195, cf IDs Fron ec ean J et eal Pre-Baster Jesus and the Pose Esse oy ambos, selevantes para la fe y lt des histéricas, sujetas por tanto & estudio , teologia, 462 Juan J. Bartolomé cién evangélica. Ninguno de los dos — el Jestis que nos llega en la confe. sién de fe apostdlica, el Jesus que se alcanza a través de metodologias cientificas — es, en rigor, identificable con Jests de Nazaret.'™ El verdade- ro Jestis, el Sefior Resucitado, sera reconocido cuando sea encontrado mejor, cuando se nos haga encontradizo en nuestro camino (cf. Le 24, 31.35). Mientras no llegue este encuentro, seguira El preguntando por quién le tenemos y sin descubrirnos del todo su misterio personal. BIBLIOGRAFIA C. ALLEN, The Human Christ: The Search for the Historical Jesus (New York- London: The Free Press, 1998). M. BAUMOTTE (ed.), Die Frage nach dem historischen Jesus. Texte aus drei Jahrhun- derten (Giitersloh, 1984). M. J. BORG, Conflict, Holiness and Politics in the Teachings of Jesus (Lewiston, NY 1984), M. J. BORG, Jesus: A New Vision, Spitit, Culture and The Life of Discipleship (San Francisco, 1991). M. J. BorG, Jesus in Contemporary Scholarship (Valley Forge, PA: Trinity Press, 1994), M. J. BORG, Meeting Jesus Again for the First Time. The Historical Jesus and the He- art of Contemporary Faith (San Francisco: Harper, 1994), M. J. Bors (ed)), Jesus af 2000 (Boulder-Oxford: Westview Press, 1997). C. BROWN, Jesus in European Protestant Thought. 1778-1860 (Grand Rapids: W.B. Eerdmans, 1985). J. H. CHARLESWORTH (ed.), Jesus and the Dead Sea Scrolls (New York-London: Doubleday, 1992). J. H. CHARLESWORTH, Jesus within Judaism. New Light from Exciting Archaeo- logical Discoveries (New York: Doubleday, 1988). J. H. CHARLESWORTH (ed.), Jesus’ Jewishness. Exploring the Place of Jesus within Early Judaism (New York: Crossroad, 1991). J. H. CHARLESWORTH - W. P. WEAVER (eds.), Images of Jesus Today (Valley Forge, PA: Trinity Press, 1994). J. H. CHARLESWORTH - W. P. WEAVER (eds.), Jesus, two Thousand Years Later (Harrisburg: Trinity Press, 2000). B. CHILTON - C. A. EVANS (eds.), Studying the Historical Jesus. Evaluations of the State of Current Research (Leiden-New York-Kéln: Brill, 1994). "4 CE. J. P. MEIER, Jew I 21-40; ID., “The Historical Jesus: Rethinking Some Con

También podría gustarte