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se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.

5
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos
con la toalla con que estaba ceñido.

6
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

7
Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás
después.

8
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás
parte conmigo.

9
Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

10
Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y
vosotros limpios estáis, aunque no todos.

11
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

12
Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo:
¿Sabéis lo que os he hecho?

13
Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

14
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis
lavaros los pies los unos a los otros.

15
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

16
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que
el que le envió.

17
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

San Juan 13.4-17

Este texto tan conocido, es muy importante en la vida del creyente, ya que no es
una muestra de lo que Dios mismo espera de nosotros.

Entre los creyentes cristianos y las personas seculares suele haber varias
diferencias, más allá de su sistema de creencias, y esas diferencias se apoyan en la
forma de encarar la vida. Es un hecho que los cristianos suelen marcar la
diferencia, en cuanto a su manera de tratar a las personas. Recuerdo que en cierta
oportunidad una compañera de trabajo, se acercó para preguntarme si era
cristiano, le respondí que sí lo era, y le pregunte como se había dado cuenta, y ella
me respondió que era por mi conducta y por mi forma de tratar a los demás….

El apóstol Pablo decía que somos como cartas leídas por todos los hombres, y es
por eso que este texto es tan importante que lo entendamos, y sobre todo lo
incorporemos a nuestras vidas….

Unas de las cosas que me parecen sobre salientes de este relato es el ejemplo del
Señor Jesucristo, el no bacilo, no dudo, ni hizo una comisión jeje, directamente
¡hizo! Siendo el mismo Salvador, el Rey de Reyes, el mismo Hijo de Dios, se inclinó,
y se puso a limpiar los pies de los humanos…es decir de seres impuros, de
pecadores.

Ante semejante situación él dice “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas
lo entenderás después”. Y claramente Pedro no lo estaba entendiendo, muchas
veces y ante ciertas situaciones de la vida no sabemos que está haciendo el Señor,
y en muchas otras oportunidades no somos capaces de entender, aun sabiendo que
algo está haciendo no podemos deducir el para qué o por qué…

Y es justamente en esos momentos donde debemos procesar este mensaje, para


creerle a Jesús, cuando nos dice, …ahora no entendés, pero más adelante si lo
harás…, esto nos invita a confiar, y dejarle esas situaciones en sus manos, porque
él sí sabe lo que hay que hacer y cómo.

Un tercer mensaje que podemos ver es cuando el Señor dice, Si no te lavare, no


tendrás parte conmigo determinando que es el quien pone las normas, quien define
como será nuestro trato con Él, esto es algo que muchas veces se deja a un lado,
los evangélicos modernos en muchos casos insisten en entrar en prácticas poco
bíblicas, como declarar sanidad, o determinar la forma de como Dios tiene que
actuar, creyendo que Dios va a hacer caso solo porque nosotros los décimos, hay
una sola forma de trabajar con y para Dios, a su forma. En otra oportunidad Jesús
decía que la persona que con él no junta, desparrama, con eso entendemos o
deberíamos entender que no existen términos medios, con él no existen, estamos
en su barca o estamos afuera.

Es el estar en sus manos lo que da autoridad pero siempre dependemos que sea su
voluntad, lo que pedimos, Jesús dijo que separados de él nada podemos hacer,
estar vinculados a Dios, es nuestra fuente de autoridad, pero debemos entender
que siempre va a tener prioridad su voluntad.

En la carta de Juan dice, que si le pedimos según su voluntad tenemos lo que le


hayamos pedido, es la misma biblia la que dice claramente que si pedimos conforme
a su voluntad, y esa es una parte que con la globalización de la evangelización, o
como dicen algunos la mezcla de religiones y costumbres, quiere que olvidemos, se
le dice a los nuevos cristianos que tienen autoridad que son reyes y sacerdotes, o
como hijos de Dios pueden influir para doblarle las manos, es decir que el
terminará siendo, nuestro empleado, Jesús dice que si no hacemos a su manera no
seremos parte de su equipo.

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