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MÓDULO 0515- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 1

Introducción .......................................................................................................... 2
CONSIDERACIONES TERMINOLÓGICAS ......................................................... 2
Psicodiagnóstico............................................................................................... 2
Medición ........................................................................................................... 3

UNIDAD II
Evaluación ........................................................................................................ 4
Valoración ........................................................................................................ 5
MODELOS DE LA EVALUACIÓN CLÍNICA ......................................................... 5
Modelo psicométrico......................................................................................... 6
Modelo psicodinámico ...................................................................................... 6
Modelo médico-psiquiátrico .............................................................................. 7
Modelos conductuales ...................................................................................... 8
MODELOS DE EVALUACIÓN EN CONCEPTOS ALTERNATIVOS EN EVALUACIÓN CLÍNICA ............................ 10
Consistencia vs especificidad......................................................................... 10
PSICOLOGÍA CLÍNICA Análisis grupal vs individual............................................................................ 11
Evaluación cualitativa vs cuantitativa ............................................................. 12
Evaluación tradicional vs conductual.............................................................. 13
CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE LA EVALUACIÓN CLÍNICA ............................ 17
LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL COMO EVALUACIÓN CLÍNICA ...................... 24

Lectura 2

Roa, A. (1995). Bases teóricas y conceptuales de la


evaluación en psicología clínica. En: A.
Roa (dir.). Evaluación en psicología
Clínica y de la Salud. Madrid:Cepe, p. 25-
71.

UNIDAD II. MODELOS DE EVALUACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA


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INTRODUCCIÓN biológico-médico), pretendiendo la consecución de una evaluación única,


En la actualidad, no existe un modelo teórico unitario que oriente cuáles sistemática y científica, que resulte de utilidad en la práctica clínica.
deben ser los objetivos, procesos y métodos de la evaluación psicológica
clínica. De tal manera que el modelo teórico que adopte el evaluador CONSIDERACIONES TERMINOLÓGICAS
será el que marque su forma de ejecución clínica. La adscripción a un
determinado modelo ayudará al clínico a identificar aquellas variables .o El objeto y las tareas de la evaluación clínica se han ido perfilando a lo
hechos que requieren de estudio e investigación, proporcionándole un largo de la historia de la psicología, y en su desarrollo (incluso
marco contextual dentro del cual pueda integrar la información, y que actualmente en algunos modelos) están muy relacionados con otros
favorezca uná especificación precisa de las relaciones existentes entre términos y conceptos que pasamos a revisar a continuación.
las variables o hechos objeto de estudio (Kendall y Norton-Ford, 1988). En
este sentido, la práctica totalidad de las aproximaciones teóricas, Psicodiagnóstico
metodológicás o paradigmáticas de la Psicología han pretendido
establecer sus propios modelos de evaluación psicológica (Forns,
El término psicodiagnóstico aparece como una aplicación a la psicología
Kirchner,y Torres, 1991). Sin embargo, aunque se han propuesto
del proceso de diagnóstico, palabra procedente del griego diagnostikós
múltiples modelos para el estudio de los trastornos psicológicos, que
(distintivo, que permite distinguir), que a su vez deriva de gignosko
abarcan, entre otros, aspectos de tipo cultural, existencial-humanista,
(conocer) y diá (a través de). Por tanto, etimológicamente, el término
genético, médico, aprendizaje o psicodinámico, desde un punto de vista
diagnóstico significa discernir y/o conocer reconociendo o atravesando,
evaluativo, suelen clasificarse en cuatro modelos diferenciados que serán
incluyendo un matiz que implica la necesidad de explorar-reconocer
los que desarrollemos aquí: el psicométrico, el psicodinámico, el médico
minuciosamente, para poder conocer (Laín Entralgo, 1970). Aunque
psiquiátrico y los denominados modelos conductuales.
nada hay en esta definición que oriente su contexto de aplicación, el
término fue adoptado históricamente, desde la tradición médica
Por otro lado, aunque actualmente se tienda a utilizar el término de
hipocrática, para referirse a la distinción y clasificación de los pacientes
evaluación psicológica clínica, o simplemente evaluación clínica, será
en base a los síntomas de su enfermedad. El preciso término de
preciso abordar algunos conceptos y términos como psicodiagnóstico,
psicodiagnóstico aparece en 1921 con la publicación de la obra de
medición, evaluación o valoración, que han estado estrechamente
Rorschach titulada precisamente así, en la que proponía la utilización
relacionados con ella.
de manchas de tinta para la evaluación de la personalidad.
Posteriormente, el término fue progresivamente adoptado por los
Asimismo, existe una serie de conceptos alternativos o dicotomías básicas
psicólogos con una orientación clínica y psicoanalítica, así como por los
que condicionan el concepto de la evaluación clínica, tales como la
seguidores del modelo médico de la evaluación. De esta manera, el
consistencia vs la especificidad situacional de la conducta, el análisis
psicodiagnóstico fue adquiriendo una serie de connotaciones que, aun
grupal vs individual o el enfoque tradicional vs conductual de la
no estando presentes en su significado etimológico, le han ligado a los
evaluación.
citados contextos de evaluación.
Por último, y en base a los aspectos mencionados, intentaremos llegar a
En este sentido, Pelechano (1988) ha enumerado algunas de estas
una definición conceptual de la evaluación psicológica clínica que de razón
connotaciones del psicodiagnóstico:
de sus objetivos, procesos y metodología, así como plantear la
necesaria convergencia de enfoques (psicométrico, conductual y
a) Parte de una teoría sustancialista en la que el síntoma es
entendido como signo de una causa subyacente,

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b) Es un tipo de conocimiento a caballo entre la ciencia y la opinión, Medición


en una cierta suerte de arte, donde el individuo que realiza la La medición consiste en la aplicación de reglas para la asignación de
actividad diagnóstica es una pieza de capital importancia, números a objetos, de forma que representen cantidades o atributos. El
c) Es un tipo de conocimiento que acentúa lo cualitativo frente a lo término reglas indica que los procedimientos para la asignación de
cuantitativo, números deben estar explícitamente formulados (Nunnally, 1970). Así,
d) Pretende el pronóstico, además de la descripción y la según Murphy y Davidshofer (1988), la medida psicológica es el
clasificación de la conducta, proceso de asignar números (por ejemplo, puntuaciones de tests) a
e) Se centra en la observación y registro, más que en el tratamiento, personas, de tal manera, que algunos de los atributos de las personas
O está orientado fundamentalmente a conductas patológicas, que se han medido, sean fielmente reflejados por algunas propiedades
busca el conocimiento de los individuos, más que el de los de los números. Aunque para la evaluación psicológica resulta muy
grupos. importante el determinar tales reglas de asignación, la discusión debe
centrarse, más bien, en el objeto de la medición psicológica. Así, para
Asimismo, Silva (1985) enumera las siguientes características concep- Eysenck (1971), si bien la medición es esencial para la ciencia, antes de
tuales del psicodiagnóstico: poder medir debemos saber qué es lo que queremos medir, siendo que
los descubrimientos cualitativos deben preceder a la medida cuantitativa.
a) Es un proceso de interacción sujeto-objeto, Pero, por otro lado, también existen los planteamientos que consideran
b) La incorporación en este proceso de aspectos psicométricos, que la medición precede y configura a lo medido (Dimgle, 1976). Éste es
pero también cualitativos, el sentido en el que debe entenderse la frase atribuida a Binet: la
c) La inclusión de los siguientes momentos: evaluación, toma de inteligencia es lo que mide mi test, donde se trata de la construcción de
decisiones, establecimiento de planes de cambio y de un concepto científico a través de la medición, más que la reproducción de
responsabilidades y justificación, uno dado (Silva, 1985). De igual manera, los procedimientos de análisis
d) La no adscripción, en principio, a ninguna escuela de factorial han derivado teorías factoriales sobre medidas previas.
pensamiento psicológico. Se han de utilizar todo tipo de
conocimientos válidos, Pero, independientemente de que en el proceso de evaluación psicoló-
e) La inclusión tanto de aspectos negativos como positivos de la gica se realicen muy diversos tipos de medición, ése no es su objetivo en
conducta, la orientación de procedimientos hacia la valoración de sí mismo, sino la integración, interpretación y valoración de lo medido en
sujetos individuales (pág. 71). una hipótesis explicativa de la conducta del sujeto, teóricamente basada,
que facilite la descripción, clasificación, explicación y predicción de la
Es a partir de las polémicas surgidas alrededor del término psicodiag- conducta del sujetoiDe igual manera, términos como mental
nóstico que comienzan a aparecer nuevas denominaciones, siguiendo a measurement o mental testing, que habían sido prácticamente
Silva, en estrecha relación con él, que forman parte de él (o él de sinónimos de la evaluación psicológica, empezaron a decaer, tanto por
algunos de ellos, dependiendo de autores), y que constituyen a su vez las insuficiencias y problemas de la medida en psicología, como por el
polos dialécticos de su comprensión (Silva, 1985). Tales términos son rechazo específico que desde los años cincuenta se promovió contra los
medición, evaluación y valoración. tests mentales, y que culminó en la denominada revuelta anti-test.

En definitiva, la medida psicológica es en la actualidad una parte impor-


tante del proceso de la evaluación clínica, pero en modo alguno puede
considerarse sinónimo de ella.

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Evaluación mismo autor considera cómo la evaluación psicológica puede ser aplicada
El término evaluación surge en los programas OSS para la selección de no sólo a la determinación de las diferencias interindividuales, sino
agéntes especiales del ejército norteamericano en la Segunda Guerra también al estudio de las interrelaciones entre diferentes variables per-
Mundial. La aparición del primer volumen de Advances in Psychological tenecientes a una misma persona, así como al de los cambios de un
Assessment (McReynolds, 1968), o incluso la obra de Mischel individuo en el tiempo, a la interacción de dos personas o a la interacción
Personality Assessment, publicada en ese mismo año, suponen la de los sujetos con el medio.
consolidación definitiva del término, que relevará a los anteriores en la
denominación de la disciplina. Fernández-Ballesteros (1992) define a la evaluación psicológica como
aquella disciplina de la psicología que se ocupa del estudio científico
Sin embargo, el término evaluación deberá pasar por algunas etapas_ del comportamiento (a los niveles de complejidad necesarios) de un
en su desarrollo, hasta poseer las connotaciones que hoy le otorgamos. sujeto (o un grupo especificado de sujetos) con el fin de describir,
Así, en un primer momento, Pervin (1970) expresa que un procedimiento clasificar, predecir y, en su caso, explicar y controlar tal conducta (pág.
de evaluación es una manera de recopilar información acerca de una 58). A partir de este tipo de definición, encontramos una evaluación
persona, precisando posteriormente que la evaluación significa la psicológica entendida como una disciplina de carácter aplicado, que
observación sistemática de la conducta en condiciones específicas y en utiliza el método científico, y cuyos objetivos son algo más que el
relación a estímulos específicos (Pervin, 1980). En segundo lugar, la diagnóstico y clasificación del individuo, pretendiendo además, la
evaluación se empieza a considerarse como un proceso complejo no planificación de formas de tratamiento y la valoración de sus resultados.
establecido, como aparece en la siguiente definición: la evaluación Por tanto, la evaluación psicológica supera a los objetivos del psico-
psicológica es un proceso variable que depende de la pregunta diagnóstico y engloba a los tests psicológicos, que quedarían incluidos
planteada, la persona en cuestión, exigencias temporales y, una en ella únicamente como una técnica más de la evaluación, pero no
miríada de. otros factores; y como tal, no puede ser reducida a un como un fin en sí mismo.
conjunto de reglas o pasos,(Maloney y Ward, 1976). Una tercera
definición nos acerca ya a la consideración de la evaluación psicológica Por último, Silva (1988) localiza a la evaluación como una realidad deli-
como proceso establecido de toma de decisiones: la evaluación es pues mitada por la teoría y la aplicación. Siguiendo sus palabras: En este
el proceso de recolección de datos sistemáticos, válidos, fiables y sentido, la posición que tomo es clara:. la Evaluación Psicológica es,
relevantes en respuesta 'a los problemas presentados por la fuente de esencialmente, una disciplina aplicada de la Psicología científica... Por
referencia, y con el propósito de tomar decisiones para o acerca de las de pronto, baste decir que si una disciplina teórica se define ante todo
personas (Lindz, 1981). por un objeto de estudio, una disciplina aplicada se define ante todo
por unos objetivos a alcanzar en relación con ese objeto de estudio
Aunque los términos diagnóstico y psicodiagnóstico permanecen aún (pág. 32). Así, a partir del objeto de estudio de la ciencia básica —la
hoy en día en algunas corrientes de la evaluación, la denominación conducta humana—, los objetivos de la disciplina aplicada que es la
evaluación psicológica parece haberlos sustituido, siendo de uso evaluación psicológica se centrarían en la clasificación (o, en su caso,
mayoritariamente generalizado actualmente. En este sentido, la definición selección), la modificación y la evaluación de cambios referidos a una
globalizadora de McReynolds sigue teniendo vigencia en la actualidad: persona individual (o bien a grupos de personas). La definición de las
por evaluación psicológica en el más amplio sentido, nosotros características básicas de la evaluación psicológica vendrán dadas por
entendemos el uso sistemático de una variedad de técnicas especiales la especificación de esos objetivos y por la caracterización del proceso
en orden a un mejor conocimiento de un sujeto, grupo; o ecosistema de investigación científica empleado para su consecución.
dado (McReynolds, 1968). Asimismo', es en este sentido amplio que el

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Valoración varía el objeto del análisis; la evaluación se dirige a un sujeto humano,


mientras que la valoración se refiere a un programa o intervención. La
El término valoración ha sido también objeto de polémica en lo referente valoración requiere por tanto un diseño de investigación que excede a
a su posible carácter de sinónimo de la evaluación psicológica. Según las competencias y conocimientos del evaluados...'.(Fernández-
Silva (1985), en algunos autores los límites entre este concepto y el de Bállesterós, 1985, pág. 16).
evaluación no son siempre claros, dado que ambos términos, al menos
en castellano, son términos sinónimos, lo que ha dado lugar a múltiples Con todo, dado que nos ocupa una evaluación psicológica clínica,
confusiones terminológicas. Sin embargo, algunos autores han entendemos que ésta debe abarcar tanto los momentos estrictamente
intentado diferenciarlos en su acepción psicológica. Así, Anderson et al. evaluativos del pre-tratamiento, como las subsecuentes fases de
(1976) expresan que: valoración del tratamiento a lo largo de su aplicación, a su finalización,
e incluso durante un período de seguimiento posterior.
... el término evaluación es frecuentemente usado de
forma intercambiable con los términos valoración y MODELOS DE LA EVALUACIÓN CLÍNICA
medición. Sin embargo, creemos que el término evaluación
usado con precisión, tiene un significado más estrecho que Se revisará en este apartado la caracterización de los principales mode-
valoración y más amplio que medición (...) En su los básicos de la evaluación clínica. Siguiendo a Fernández-Ballesteros
derivación, el verbo evaluar (to assess) significa «asistir al (1992), es conveniente señalar que de la amplia variedad de sistemas
juez», por ello parece apropiado en los estudios de valora- psicológicos. existentes, la mayoría no ha aportado una versión
ción limitar el término evaluación al proceso de evaluativa. En palabras de la autora: para poder considerar que un
recopilación de datos y su organización de forma modelo o teoría psicológica tiene su correspondiente versión
interpretable... evaluativa tiene que haber producido desarrollos innovadores en la
forma de hacer evaluación; es decir, en el qué (variables), cómo,
Sin embargo, Fernández-Ballesteros (1985),señala que en la actualidad, (métodos), con qué (técnicas) o dónde (ámbito de aplicación) evaluar
las relaciones de interacción entre la evaluación y el tratamiento hacen (Fernández-Ballesteros, 1992, pág. 35). En este sentido, los sistemas
que el hecho de evaluar posea también las legítimas connotaciones de psicológicos fenomenológicos, con toda su importancia y su influencia,
valoración de un determinado tratamiento. Aún así, evaluación y no han aportado propiamente un modelo de evaluación, siendo que en
valoración hacen referencia a dos momentos distintos en el proceso ocasiones han negado incluso su posibilidad y su necesidad. Ello no
más general de intervención: En este sentido, evaluación se refiere al quiere decir que neguemos su trascendencia en la psicología clínica,
análisis inicial :de comportamientos-problema, las variables que los pero dada la disciplina que nos ocupa no los incluiremos aquí por la
controlan y mantienen, y el establecimiento de relaciones funcionales mencionada razón.
entre ellos; mientras que la valoración hará referencia fundamental al
juicio sobre la eficacia del tratamiento, aunque también a la verificación También queremos matizar que cuando en las siguientes líneas se haga
de las conclusiones o juicio clínico, formuladas previamente durante la alución a los niveles de inferencia, nos estaremos refiriendo a los cuatro
evaluación., Para Fernández-Ballesteros, la cuestión estriba en la niveles propuestos por Sundberg, Tyler y Taplin (1973) en la
especificación de los objetivos conductuales: ... podemos decir que las consideración de las respuestas que un individuo emite ante cualquier
tareas que ha de realizar el valorador (cuando el programa o dispositivo de evaluación, o a la consideración de la respuesta en sí
tratamiento que se valora conlleva cambios en concretos comporta- misma del sujeto, ante cualquier otra circunstancia. Estos niveles de
mientos humanos) y el evaluador son muy semejantes, y que sólo inferencia son:

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NIVEL I: la conducta del sujeto es considerada únicamente como grado en todos los sujetos. Es decir, se supone que todos los sujetos
muestra del comportamiento del sujeto en la vida real, en las áreas que pueden situarse en uno u otro punto de diversas dimensiones,
se están evaluando, suponiendo un nivel mínimo de inferencia. caracterizadas como rasgos, atributos ó factores; y que mediante su
estudio puede obtenerse un análisis molecular objetivo, válido y fiable de
NIVEL II: la conducta evaluada se asocia con otras conductas no la personalidad.
evaluadas.
Mediante la utilización del método correlacional, este modelo emplea
NIVEL III: la conducta evaluada es expresión de un constructo hipotético prioritariamente tests y técnicas de recogida de información con el fin de
de carácter interno, intrapsíquico e inobservable, que se constituye en contrastar sus hipótesis previas. Esos tests y técnicas consisten en
causa de la conducta. procedimientos tipificados cuya construcción está basada en criterios
racionales, empíricos o factoriales. Con ellos se trata de medir la posición
NIVEL IV: la conducta evaluada es explicada éspeculativamente a partir relativa de un sujeto en diversos rasgos, factores, dimensiones o
de una teoría concreta del psiquismo, siendo que el concepto inferido es entidades nosológicas, siempre en referencia a un grupo normativo.
integrado en una teoría completa.
Las mediciones obtenidas de esa forma son interpretadas con un alto
Se expondrán a continuación las características básicas de los modelos nivel de inferencia (nivel III). Es decir, los datos obtenidos se refieren a la
de evaluación clínica denominados: psicométrico, psicodinámico, existencia de un determinado constructo hipotético o estado interno
médico-psiquiátrico y conductual. (intrapsíquico), con una consideración etiológica que explica la conducta
del sujeto, la cual es a la vez expresión de su existencia. De esta manera,
lo que se persigue con este modelo es la explicación y predicción de la
Modelo psicométrico conducta desadaptada del sujeto.

Históricamente, la evaluación clínica se redujo durante mucho tiempo a la Modelo psicodinámico


medición de la inteligencia y la personalidad. Esas tareas fueron
realizadas, fundamentalmente, mediante un modelo psicométrico o En este modelo se considera también una determinación interna de la
diferencial, que pretendía la correlación estadística de las puntuaciones conducta; Así, el comportamiento puede explicarse en base a diversas
en, los diversos tests como manifestaciones de una serie dé rasgos o construcciones teóricas internas que conformadla estructura de la
atributos más o menos estables del sujeto. personalidad, junto con distintos mecanismos internos subconscientes,
siendo que tal conjunción determina a la conducta: De nuevo, la
Siguiendo a Fernández-Ballesteros (1992), este modelo, que denomina manifestación conductual será expresión de la condición interna de la
del atributo, plantea que la conducta está determinada por variables persona. Por tanto, en el modelo psicodinámico, las 'variables de interés
personales u organísmicas, de carácter intrapsíquico o genotípico, que serán los diferentes conceptos psicodinámicos que conforman la
no se manifiestan externamente sino a través de ella (la conducta), estructura de la personalidad, desde un punto de vista Molar.,
considerada como una variable fenotípica. Así, las relaciones existentes
entre ambas variables sólo puede ser determinada correlacionalmente. Los métodos y técnicas básicos para conseguir ese objetivo se basan en
observaciones cualitativas, dentro de un método clínico inductivo. En
Este enfoque de la evaluación clínica pretende el análisis de esas varia- este sentido, la elaboración de sus técnicas ha perseguido el logro de
bles intrapsíquicas, dado que se supone su presencia en mayor o menor procedimientos independientes para verificar las hipótesis

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psicodinámicas, siendo las fundamentales las técnicas proyectivas.


Según Fernández-Ballesteros (1992), ello ha dado lugar, al menos en En su metodología, .el modelo médico-psiquiátrico emplea técnicas
algunos casos, a la pretensión de verificar la teoría a través de la similares a las del modelo psicométrico, es decir, aplica diversas pruebas
técnica, y viceversa, lo cual lleva a una circularidad, que no puede tipificadas, cuyas puntuaciones son comparadas con normas de
mantenerse en los términos de la ciencia positiva. referencia.

La interpretación de los datos de la evaluación se realiza al mayor nivel Las interpretaciones derivadas de este modeló alcanzan a los niveles II y
de inferencia (nivel IV), donde se lleva a cabo una explicación especulativa III, es decir, que la conducta del sujeto expresa la existencia de un
acerca de la conducta del sujeto a partir de la teoría psicodinámica del atributo subyacente, concepto que queda incluido y explicado por una
psiquismo. teoría completa.

El objetivo de este modelo es la explicación de la conducta del sujeto en Por lo que se refiere a sus objetivos, la explicación de la conducta lleva a
base a los contenidos y la dinámica de su vida mental. Sin embargo, a un diagnóstico, basado en una etiología específica, que sirve al
diferencia del modelo anterior, no facilita la predicción del comportamien- pronóstico y/o predicción de la conducta, así como a su control. Sin
to, dado que una determinada entidad intrápsíquica puede estar embargo, dado que en una mayoría de los casos no está establecida
condicionando a la vez diversas formas de conducta (que incluso esa etiología biológica de la enfermedad mental, el objetivo del
pueden ser en algunos casos opuestas). diagnóstico queda reducido únicamente a la descripción y clasificación
del sujeto corno poseedor de un determinado cuadro clínico. Ello no
Sin embargo, el modelo psicodinámico, en tanto que basado en el estu- obsta para, que, en determinados trastornos, como por ejemplo los
dio de la conducta anormal, ha tenido una enorme influencia en el psiconeurológicos, la evaluación de la conducta anormal sirva a su
ámbito clínico, instaurándose prácticamente como su modelo único de explicación y oriente su tratamiento. Por ejemplo, este último es el
evaluación e intervención psicológica durante la primera mitad de enfoque que toma LeónCarrión (1985) en la exposición de su diagnós-
nuestro siglo. tico clínico en psicología, donde la función de la evaluación es el
examen del estado mental del sujeto —similar a una exploración
Modelo médico-psiquiátrico psicopatológica— con el fin de llegar a un diagnóstico o clasificación, en
un proceso en el que distingue las siguientes cinco fases: determinación
El modelo médico-psiquiátrico se basa en la consideración del trastorno de síntomas, a través de la historia clínica y la exploración psicológica,
conductual como una enfermedad mental, que obedece a causas empleando pruebas de confirmación o rechazo; determinación de
internas,' fundamentalmente de carácter biológico. La conducta está síndromes, agrupando los síntomas obtenidos hasta la obtención de un
determinada por condiciones biológicas internas, de las cuales el cuadro o síndrome; elaboración del diagnóstico, ajustando dicho cuadro
trastorno es un síntoma o un síndrome. El conocimiento. de la etiología a una entidad nosológica, obteniendo así la clasificación o diagnóstico;
del trastorno llevará, por tanto, al tipo de tratamiento a emplear. elaboración del pronóstico; como discusión del curso que puede tomar
la enfermedad o cómo puede evolucionar; y, ,por último, la toma de
Este modelo trata de estudiar al paciente, intentando su clasificación en decisión terapéutica, o las medidas de tratamiento a aplicar para aliviar
función de diversas entidades nosológicas que son consideradas como o solucionar los problemas del paciente.
enfermedades mentales, así como la búsqueda de causas biológicas
subyacentes que respalden la aparición y el mantenimiento de la
enfermedad.

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Modelos conductuales respuesta y la consecuencia, con lo que queda formulado como E-R-K-
C.
La Psicología Conductual ha proporcionado diversos modelos para el
análisis del comportamiento, derivados de sus postulados básicos. En El modelo operante de Skinner no toma en cuenta al sujeto sino como
algunas ocasiones se han considerado como modelos a los diversos perceptor pasivo de estímulos y ejecutor de conductas. En su modelo
planteamientos metodológicos de la evaluación, sin una referencia no cabe una consideración del organismo como modulador activo de
directa a la teoría. Siguiendo a Fernández-Ballesteros (1989), algunos esas relaciones funcionales E-R establecidas, ni de la conducta en sí
de estos planteamientos, como los formulados por Kanfer y Saslow misma, que es estrictamente explicada por programas de aprendizaje.
(1969) o Goldfried y D'Zurilla (1969), hacen referencia a la forma de Es en este sentido, que su modelo de caja negra haya sido criticado
evaluar la conducta, lo que siendo de especial relevancia, no los como poco psicológico. Los demás modelos que expondremos van a
constituye, en un modelo como tal, considerado como un instrumento tomar en cuenta, en diverso grado, a las variables del organismo (0),
lógico a través del cual explicar o dar cuenta de una parcela de la incluyendo las respuestas internas (conductas encubiertas), tanto en
realidad (Fernández-Ballesteros, 1989, pág..111). Es por ello que se su papel de conductas a evaluar (variable dependiente), como en su
expondrán a continuación, siguiendo su aparición cronológica, función de variable estimular (independiente), y todo ello con el fin
únicamente los modelos teóricos más relevantes para la evaluación último de valorar su importancia como factor explicativo de la conducta
conductual. desadaptada.

Derivado del desarrollo de la psicología del aprendizaje operante, El modelo E-O-R-K-C, formulado por Kanfer y Phillips (1970), incluye la
Skinner (1953) expone su análisis experimental de la conducta. La consideración de las variables del organismo (0), referidas a las
formulación de este modelo es la más simple (E-R). Se trata de que la condiciones físicas ampliamente consideradas (genéticas, fisiológicas,
conducta (R), es función de las variables estimulares (E), referidas a bioquímicas, neurológicas), así como a las respuestas internas
estímulos elicitadores, reforzantes o discriminativos. Aquí, desde un (encubiertas) del organismo. Asimismo, tales respuestas encubiertas
enfoque experimentalista, la evaluación consiste en la observación y pueden operar como estímulos 'relacionados funcionalmente con la
medida en términos fisicos de la conducta (variable dependiente), así conducta. Sin embargo, esta consideración de los eventos internos
como de la manipulación de las variables ambientales (variables deberá cumplir los mismos requisitos de observación y medida
independientes). La manipulación de los estímulos dará lugar a la aplicables a la conducta manifiesta, quedando rechazado en todo caso
modificación de la conducta desadaptada. Sólo se evaluará la el recurso a la inferencia acerca de estados subyacentes e hipotéticos
conducta públicamente observable (motora), vista desde un enfoque del organismo para explicar la conducta.
molecular, y referida al momento actual; considerándose únicamente el
pasado del sujeto en cuanto a su historia de reforzamiento, dado que lo El modelo E-O-R-C, propuesto por Goldfried y Sprafkin (1974), elimina la
que se persigue es establecer un enlace funcional E-R explicado por variable contingencia (K), y amplía el ámbito de la variable organismo, no
una determinado programa de refuerzo, es decir, cómo se ha referida ya únicamente a la condición biológica, sino incluyendo
aprendido y cómo se mantiene la conducta desadaptada. La aplicación también respuestas de índole cognitiva y subjetiva, tales como
clínica de este modelo ha sido realizada por Baer, Wolf y Riesley (1968), pensamientos, sentimientos o autoinstrucciones. De esta manera, el
cuya definición programática del análisis conductual aplicado se modelo otorga gran importancia a las variables organísmicas, a las que
expondrá más adelante. También como una extensión del considera como posibles mediadoras en la adquisición y/o el
planteamiento operante, el modelo de Lindsley (1964) incluye las mantenimiento de la conducta problema.
consecuencias ambientales (C) y la relación de contingencia (K) entre la

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Por tanto, desde una consideración de la conducta únicamente como nomotético; su objeto de estudio (conductas o rasgos); o su
dependiente de la estimulación externa, pasando por la función de los consideración de la vertiente ambiental (modelos interactivos o no
condicionantes biológicos y las respuestas encubiertas, hasta llegar a interactivos). En un intento de desbrozar tal diversidad, Cone (1988)
contemplar la influencia causal de éstos en la determinación de la propone una síntesis en dos aproximaciones a la evaluación
conducta, los distintos modelos han ido incluyendo progresivamente conductual:
cada vez más los aspectos cuantitativos y cualitativos de las variables
del organismo y, lo que es más importante, han ido otorgando una a) Nomotética de rasgo, donde su objeto de estudio son
importancia cada vez mayor a una consideración molar del organismo, determinados rasgos o síndromes (ansiedad, depresión...),
tanto en el sentido de su imposibilidad de desligarse de la respuesta desarrollando instrumentos para una evaluación deductiva, en la
(Fernández-Ballesteros, 1981), como en el de considerarle dentro de un que interesan las fuentes de variación intersujeto, y desde la cual,
enfoque interactivo que incluye a la personalidad con igual rango que a los instrumentos se emplean para valorar los efectos de variables
las situaciones, en cuanto que factores causales de la conducta independientes en la investigación grupal, o bien, para valorar las
desadaptada (Staats, 1963, 1975; Barrios, 1988). intervenciones aplicadas a sujetos individuales.
b) idiográfico-conductual, donde su objeto de estudio se centra en
Así, surge la propuesta de Fernández-Ballesteros (1981) de un modelo la selección de conductas específicas, con interés en el
secuencial integrativo de la evaluación conductual (E-R-C), en el que desarrollo de instrumentos para su evaluación inductiva, y
interactúan las variables del organismo, conjuntamente con las estableciendo la adecuación de los mismos en función de la
ambientales y la conducta en sí misma, para dar razón de la conducta variación intraindividual de las puntuaciones.
problema. Aquí, los antecedentes y las consecuencias pueden ser tanto
internos como externos, y las respuestas (cognitivas, motoras y Pues bien, siguiendo a Silva (1989), no podemos entender aquí sino la
fisiológicas) pueden ser a la vez estímulos que funcionen como enésima comparación entre evaluación tradicional y evaluación
antecedentes o consecuentes, en un modelo formulado como: E –> O conductual, alternativa que después analizaremos con más detalle. En
–> F –> R –> C. efecto, cuando Cone se refiere a la aproximación nomotética de rasgo,
está aludiendo prácticamente a lo que se ha denominado modelo
Por otro lado, Staats (1963, 1975) ha propuesto, la integración de la per- tradicional de la evaluación; y cuando habla de un enfoque idiográfico-
sonalidad dentro de un esquema de evaluación conductual. Según su conductual, está refiriéndose, entonces sí, a un modelo realmente
modelo, la conducta vendrá determinada por las condiciones conductual. Sin embargo, no se trata aquí de alimentar esa ubicua
ambientales existentes durante la historia de aprendizaje del sujeto, los polémica, de la que, por cierto, la mayoría de representantes sensatos de
repertorios básicos de conducta adquiridos (RBC), que consisten en el ambos bandos se encuentran ya un tanto cansados. De hecho,
bagaje de habilidades y recursos aprendidos por el sujeto a lo largo de posteriormente, expondremos cómo una visión actual de la evaluación
su vida y a los que se considera la personalidad, y las condiciones clínica tiende a un modelo unitario en el que ambos planteamientos
ambientales presentes que controlan la conducta problema en la tienen un papel muy relevante.
actualidad.
Sin embargo, ello no significa que una clasificación de los enfoques de
Tal diversidad de modelos ha llevado a Cone (1986) a expresar que no la evaluación conductual incluya como propia una orientación que fue
existe una evaluación conductual, sino muchas. Así, Cone expresa precisamente el revulsivo para el nacimiento de una evaluación
que pueden existir hasta 32 modelos diferentes de la evaluación conductual. No puede aceptarse, de igual forma, que los dos
conductual, en base a diversos criterios de clasificación, tales como su acercamientos de Cohe sean interpretados por Bellack y Hersen (1988)
aproximación científica (inductiva o deductiva); su enfoque idiográfico o en términos de que el primero tuviera una mayor relevancia para la

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investigación y el trabajo clínico con adultos, allá donde se utilizaran internas son estables y determinan a una conducta también estable,
extensamente procedimientos de autoinforme; mientras que el segundo tanto transtemporal como transituacionalmente.
se refiriera de forma característica a la actuación clínica e investigadora
en los problemas infantiles y en problemas especiales (deficiencia Por otro lado, el enfoque que considera a la conducta determinada
mental), donde fuera predominante el análisis intensivo de la conducta fundamentalmente por los estímulos externos plantea que ésta no es
individual. estable, sino cambiante y específica de la situación ambiental, siendo
ésta la postura mantenida por los partidarios de un modelo conductual
En suma, por todo ello, no es extraño que Silva se exprese en los si- radical.
guientes términos: En un intento simplificador, Cone crea dos entidades
que dan la impresión de dejar intocada, entre medio, la realidad Las críticas y defensas de cada uno de estos planteamientos se han
efectiva de la evaluación conductual (Silva, 1989, pág. 41). En páginas producido tradicionalmente en el campo de la Personalidad (Mischel,
posteriores intentaremos dar razón de cuál es esa realidad efectiva. 1968; Pervin, 1975). Pero lo más relevante es que, obviamente, la
adopción de uno u otro planteamiento tendrán consecuencias básicas
sobre la evaluación. Así, en el primer caso, la evaluación se dirigirá al
CONCEPTOS ALTERNATIVOS EN EVALUACIÓN CLÍNICA estudio de unas determinadas construcciones internas inferidas,
teniendo como finalidad la explicación, clasificación y predicción de la
Basadas en los diversos conceptos de conducta, han aparecido algunas conducta, y quedando más limitado el ámbito de la modificación de la
dicotomías básicas relativas a la evaluación clínica que expondremos misma, que en muchos casos se reducirá a encontrar unas exigencias
brevemente a continuación, aunque como se verá, algunas de ellas han ambientales adecuadas a la personalidad establecida del sujeto. En el
comenzado a carecer de sentido, cuando lo que se pretende es un segundo, el objeto de estudio serán las variables ambientales, donde
concepto integrado y unitario de la evaluación clínica. puede también explicarse y predecirse la conducta —aunque su
clasificación sea de menor interés—, pero donde el tratamiento de la
misma es más factible, dado que se tratará de su modificación mediante
Consistencia vs especificidad
la manipulación controlada de dichas variables ambientales.
La evaluación clínica puede resultar muy diferente en función de que se En la actualidad, los investigadores tienden a diluir esta controversia,
considere a la conducta como algo consistente transituacionalmente o proponiendo que ni la conducta es tan estable en todas las situaciones, ni
bien algo específico de la situación en la que aparece. Desde el primer es únicamente la situación la que puede explicarla. Sin embargo, no se
punto de vista (la consistencia de la conducta), los modelos del atributo, trata de llegar a una solución de compromiso consensuado. En realidad,
médico y dinámico han planteado la predicción y/o pseudo explicación ambos enfoques han dejado sin análisis la participación del sujeto como
de la conducta en función de diversas disposiciones, necesidades, tal en la determinación de su conducta. En un caso, porque el sujeto
rasgos, factores y entidades nosológicas a las que han considerado puede ser entendido como un esclavo pasivo y resignado a las cadenas
como estructuras internas, y que se han constituido durante la vida del de su propia forma de ser; en el otro, porque sería un autómata dirigido
sujeto (sobre todo en sus etapas tempranas), para dar lugar a la por la situación.
personalidad (Fernández-Ballesteros, 1992). Tales entidades internas
pueden basarse tanto en variables estrictamente orgánicas (biológicas, En este sentido, los denominados modelos interactivos han planteado
fisiológicas, genéticas), como en la interacción del organismo con su algunos postulados que pueden arrojar luz sobre esta cuestión, como los
medio. Lo importante aquí es que se supone que esas entidades expuestos por Fernández-Ballesteros (1992):

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a) la conducta del sujeto en un determinado momento obedece a la cumplimiento o no de tales principios en el paciente que acude a la
interacción entre los factores situacionales presentes y sus consulta con un problema concreto. Es así, que la evaluación psicológica
variables personales (Bandura, 1987; Staats, 1980), clínica es idiográfica en su aplicación y nomotética en sus bases.
b) esas variables personales u organísmicas, incluyendo los modos
de percepción activa del sujeto acerca de la situación, dependen Pero en el ámbito clínico conductual es especialmente conveniente
del proceso de interacciones entre el organismo y el ambiente a lo aunque a raíz de estas afirmaciones pudiera pensarse que se trata de
largo de la vida del sujeto, dependiendo así de su historia de una dicotomía resuelta, en la que las ciencias básicas deben ser
aprendizaje (Staats, 1975), nomotéticas y las ciencias aplicadas deben serlo idiográficas, hay que
c) la consistencia o la especificidad de la conducta es una cuestión apreciar, siguiendo a Musso (1970), que se trata de una falacia más, en
de grado, en función de la preponderancia de los procesos de lo que podría denominarse bipartidismo científico:
generalización o discriminación habidos a lo largo de su historia
de aprendizaje, por lo que algunos repertorios de conducta serán …no existen ciencias que se ocupen de descubrir leyes
más estables que otros en función de la situación y del sujeto generales dejando de lado el estudio de los casos
(Mischel, 1990). individuales, ni viceversa. (..) En consecuencia, las
ciencias son idiográficas y nomotéticas; no son idiográficas
En definitiva, la evaluación clínica deberá considerar ambos enfoques, o nomotéticas, como creían Windelband y Rickert (Musso,
dentro de un modelo interaccional, en el que deben incluirse también las 1970, págs. 276-277).
variables cognitivas, con su valor potencial como moduladores decisivos
de la conducta. No pueden, por tanto, hacerse descripciones particulares (científicas)
acerca de un caso, sin una referencia a sus conceptos básicos. En
Análisis grupal vs individual realidad, siguiendo las palabras de Eysenck, no puede analizarse un
caso particular sin concebir la individualidad como perfil o cruce típico
De la controversia anterior se deriva la consideración de cuál debe ser la de dimensiones universales. De tal manera que, de lo que debiera tratar
perspectiva en el análisis de la conducta del sujeto. Se trata de emplear la evaluación psicológica clínica, es de la búsqueda de principios
una aproximación a la evaluación basada en el análisis grupal generales o nomotéticos que puedan utilizarse de forma idiográfica o
(nomotético), o bien, de utilizar un planteamiento basado en el análisis individualizada, dado que las reglas nomotéticas no están exentas de un
individual del caso único (idiográfico). En realidad, nos ocupa una cierto grado de excepción, admitiendo un amplio margen de variabilidad
disyuntiva que afecta no sólo a la Psicología, sino a las ciencias en idiográfica (Nelson y Hayes, 1981).
general. Según Windelband, las ciencias idiográficas se dedican al
estudio de los fenómenos individuales, mientras que las nomotéticas se La aproximación idiográfica de la evaluación ha sido empleada por los
centran en el descubrimiento de principios generales aplicables a los modelos clínico-dinámicos, con sus derivaciones psicoanalíticas, así
fenómenos objeto de estudio (Fernández-Ballesteros, 1992). En el caso como por el modelo fenomenológico-humanístico del psicodiagnóstico,
de la ciencia psicológica, se trata de una disciplina que pretende la siendo que la evaluación conductual también ha seguido
obtención de principios generales aplicables a la conducta humana, mayoritariamente este enfoque matizar lo que debe_ entenderse por
siendo por tanto de carácter plenamente nomotético. En cuanto a la enfoque idiográfico. En primer lugar, siguiendo a Silva (1989) no debe
evaluación psicológica, como subdisciplina de la psicología, nos confundirse un análisis idiográfico con un análisis idiosincrático (Goldfried,
encontramos con que está basada en la aplicación de principios 1983; Mash, 1985), planteamiento que ha sido empleado por modelos
genérales al caso particular. Su objetivo básico es comprobar el fenomenológicos y humanistas, y del que, a duras penas, pueden

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extraerse ventajas, llegando incluso a dificultar el progreso de la conducta de un sujeto en las leyes que rigen los procesos psicológicos
evaluación como disciplina. en la interacción entre sujeto y medio? (Silva, 1989).

En segundo lugar, el enfoque idiográfico consiste en que la evaluación En definitiva, y desde una perspectiva general de la evaluación psicoló-
sea programada para cada caso, puesto que las particularidades de cada gica —pero perfectamente aplicable a la evaluación clínica— Fernández-
uno de ellos harán necesaria la utilización de dispositivos específicos de Ballesteros realiza una síntesis de la controversia ideográfico-
medición y/o evaluación (Fernández-Ballesteros, 1981). Así, las nomotético:
variables relevantes para la evaluación serán los problemas de cada
individuo, y no variables impuestas externamente (Shapiro, 1985); es a) Los objetivos de la evaluación son fundamentalmente ideográficos,
decir, un diseño de evaluación individualizada, en un proceso que tome en el sentido de que éstos se centran en el estudio científico del
en 'consideración sus situaciones problemáticas y sus respuestas comportamiento de un sujeto,
particulares. Es en este sentido, que no se admiten baterías b) Sin embargo, nuestra disciplina se basa en los hallazgos de una
preestablecidas en evaluación conductual (Nelson, 1983). De esta disciplina nomotética y, por tanto, en los resultados establecidos
manera, siguiendo a Silva (1989), las tres particularidades definitorias del para los distintos hechos psicológicos (Fernández-Ballesteros, 1992,
enfoque idiográfico en evaluación conductual son: pág. 48).

a) el proceso de evaluación y su correspondiente instrumentáción se Evaluación cualitativa vs cuantitativa


diseñan o eligen para cada caso, siendo una evaluación hecha a
medida de cada cliente,
Otra controversia largamente mantenida en el ámbito de la evaluación
b) las variables que se estudian surgen de la persona misma y de su
clínica es la que se refiere al empleo de un enfoque cualitativo o clínico de
entorno; no le son impuestas desde fuera, tomando en considera-
la predicción, frente a su aproximación desde un planteamiento
ción la percepción del propio sujeto evaluado,
cuantitativo o estadístico.
c) se trata de descubrir y explorar el patrón de variables (patrón
conductual, en este caso) típico y único de cada persona.
Desde el enfoque cualitativo, se pretende un análisis global del individuo,
empleando como método la observación directa o indirecta del
Aun cuando estemos de acuerdo con este planteamiento de lo
comportamiento del sujeto individual (bien en su ambiente natural, bien en
ideográfico, no puede mantenerse que éste deba ser exclusivo en la
una situación clínica), centrado en el descubrimiento de sus características
evaluación conductual, que requiere también de un enfoque nomotético,
más idiosincráticas, y todo ello orientado a la descripción, comprensión y
del cual no. puede prescindir. Se trata de que lo ideográfico no excluye a
predicción de su conducta, con el fin de emitir un juicio clínico. Las
lo nomotético, sino que son dos enfoques complementarios que se
características fundamentales de este enfoque son la libre elección de
apoyan y enriquecen mutuamente, cobrando una mayor relevancia
las situaciones de examen, la ponderación de los distintos indicadores y
según el momento del proceso de evaluación (Bellack y Hersen, 1988).
la comunicación de resultados.
Por lo demás, en evaluación conductual esto es claro, dado que, en
último extremo, ¿cómo puede entenderse el análisis funcional de la
Por su lado, el enfoque cuantitativo exige la medida de las respuestas
conducta, como tarea central del proceso, sino en base a una serie de
del sujeto ante situaciones estandarizadas, así como su elaboración
principios y leyes del aprendizaje, que son de alcance general? O bien,
mecánica (Fernández-Ballesteros, 1992). En este caso, las puntuaciones
desde una perspectiva interaccional, como la que hemos expuesto en el
obtenidas, aunque puedan ser interpretadas posteriormente,
apartado anterior, ¿cómo no basar un modelo explicativo acerca de la

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proporcionan una base objetiva y replicable para otros jueces, acerca del psicólogos partidarios del análisis clínico. En la actualidad ese
comportamiento del sujeto. enfoque es mantenido únicamente por los modelos humanistas y
fenomenológicos que, por otra parte, no se atienen a los principios
Aunque se ha venido proponiendo una superioridad del enfoque de la ciencia positiva, rechazando además cualquier evaluación
cuantitativo en la predicción de la conducta (Fernández-Ballesteros, normalizada;
1980; Sawyer, 1966; Meehl, 1954), sobre un planteamiento cualitativo, c) Las dificultades en la utilización de tablas actuariales, dado que
considerado como ingenuo o, al contrario, excesivamente dependiente los requerimientos para una predicción estadística pasan por
de la teoría, hay que mencionar que este hecho también atañe al disponer de conductas claramente descritas procedentes de los
enfoque estadístico en el que, por muy objetivos que sean los mismos instrumentos, establecidas mediante estudios de
instrumentos, están también apoyados en una teoría psicológica de validación y extraídas de poblaciones correspondientes al caso de
base. interés. Desafortunadamente, las tablas estadísticas no suelen
aportar tales garantías (Silva, 1982);
En la actualidad existe una tendencia a abandonar definitivamente esta d) Los avances en la metodología relativa al estudio de caso único
cuestión. Según Fernández-Ballesteros (1992) puede aceptarse la permiten un mayor rigor y control experimental junto con la
compatibilidad entre ambos planteamientos, basada en que: utilización de datos cualitativos. Asimismo, los avances en el
diseño de sistemas expertos para el diagnóstico psicológico
a) Se trata de una polémica artificial, dado que la mayoría de los también demuestran la posibilidad de introducir datos cualitativos
evaluadores emplean datos cualitativos y cuantitativos en su en heurísticos computacionales.
evaluación, sobre todo en dependencia de la etapa del proceso en
que se encuentren. Así, es posible que el evento a evaluar sea Evaluación tradicional vs conductual
máximamente cualitativo (atribuciones, sentimientos, imágenes) o
máximamente cuantificable (cualquier conducta motora); o bien Desde los trabajos de Goldfried y D'Zurilla (1969) y de Goldfried y Kent
que se empleen en los primeros momentos de la evaluación (1972), hasta la actualidad, los procesos evolutivos sufridos tanto por los
técnicas altamente cualitativas (diarios o documentos personales), planteamientos de la evaluación conductual, como por la denominada
mientras que posteriormente se utilicen procedimientos altamente evaluación tradicional, han sido tan variados y determinantes, que las
cuantitativos (registros mecánicos). Asimismo, también la clásicas comparaciones entre ambas pueden empezar a parecer
manipulación de los datos puede ser cualitativa (análisis de artificiosas y carentes de contenido. Es un hecho que esa evolución ha
contenidos), o cuantitativa (proceso estadístico de datos). En dado lugar a una progresiva convergencia —más que distanciamiento—
último extremo, á partir de los datos obtenidos, el evaluador puede entre ambos enfoques de la evaluación. Así, como señala Barrios (1988),
llevar a cabo combinaciones cualitativas con un alto nivel de los cambios habidos en el campo de la evaluación conductual, afectando a
abstracción; o bien mantenerse en una estricta referencia a los su propia naturaleza y a sus metas, hacen que las comparaciones que se
datos cuantitativos. Las posibles combinaciones de estas cuatro han venido realizando desde su aparición tengan cada vez un valor más
fuentes de variación —evento a evaluar, procedimiento de relativo, y que sus límites vayan difuminándose hasta tal punto que para
recogida de información, su elaboración y nivel de inferencia—, con algunos autores tales diferencias ya no existan prácticamente en la
sus diversos grados, dará lugar a innumerables alternativas, que realidad actual de la evaluación clínica.
contribuyen a diluir la polémica acerca de la defensa de uno u otro
extremo; Sin embargo, esto parece ser más bien una tendencia, a nuestro parecer
b) El acercamiento extremo a lo cualitativo (subjetivismo) tiene en la muy positiva, si es que sirve al desarrollo y consolidación de un futuro
actualidad un mínimo seguimiento, incluso por parte de aquellos

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modelo unitario y sistemático de evaluación clínica. Lamentablemente, hoy Por contra, la evaluación conductual, en su enfoque más radical y pri-
por hoy, parece que no podemos felicitarnos por la consecución de tal mitivo, se centra en una determinación de la conducta en función de las
objetivo. Por tanto, plantearemos aquí la obligada comparación entre el variables ambientales de la situación (C f A). La evolución del conductismo
enfoque tradicional y el enfoque conductual de la evaluación, aunque y la evidencia empírica acumulada ha dado lugar a la consideración del
intentaremos una exposición orientada a mostrar sus posibles organismo en interacción con las variables ambientales, con una
acercamientos tanto como sus diferencias polares. formulación C f (O x A), o según Bandura (1978), a un modelo de
determinismo recíproco, formulado como
La comparación realizada por, Fernández-Ballesteros (1981) es una de
las más desarrolladas e integradoras. Resumiremos aquí sucintamente
su análisis, que implica el establecimiento de criterios comparativos
conceptuales, metodológicos y prácticos de ambos enfoques.

Desde el punto de vista conceptual se estudian cuatro aspectos,


referidos a los determinantes de la conducta, las unidades de análisis,
la dicotomía consistencia vs especificidad y la interpretación de las
respuestas. donde la conducta (C), el organismo (0) y el ambiente (A) coexisten (y
se codeterminan) en interdependencia mutua.
En cuanto a los determinantes de la conducta, la diferencia fundamental
entre ambos enfoques evaluativos se basa en una determinación Por otro lado, el foco temporal de la evaluación también es un aspecto
organísmica o personal, implicando rasgos o atributos internos del diferencial a considerar. Así, en el enfoque tradicional, la evaluación se
sujeto, por parte del enfoque tradicional; mientras que el modelo centra en el ambiente lejano, en la historia pasada del individuo, sobre
conductual plantea que la conducta puede explicarse en función de las todo en lo referente a los primeros años de la vida, dado que los
variables ambientales de la situación en su interacción con el organismo. determinantes actuales que explican la conducta (rasgos, conflictos,
necesidades, defensas) se han configurado a lo largo de la existencia
En el enfoque tradicional, la conducta posee una determinación del sujeto. En la evaluación conductual lo importante será el estudio de
intrapsíquica, independientemente de que ésta sea de carácter las interacciones ambiente-organismo en la actualidad, relativizando la
estrictamente biológico, como en el modelo médico, o en el historia pasada del individuo que, si bien se considera como período de
psicodinámico, donde se alude a características psíquicas inferidas formación de hábitos y repertorios de conducta, al no poder ser
(motivos, necesidades, impulsos). En todo caso, se trata del estudio de estudiada con objetividad y, sobre todo, al no poder ser modificada, pasa
variables de personalidad como determinantes de la actuación del sujeto a un segundo plano en el proceso de evaluación.
(Goldfried y Kent, 1972). En palabras de Fernández-Ballesteros, dando
una distinta relevancia y peso a la génesis ambiental y/o biológica de Por último, aunque ambos enfoques toman en consideración al or-
los distintos atributos (psicométricos, psicodinámicos, psiquiátricos) ganismo, lo hacen de diferente forma. Para la evaluación tradicional, el
utilizados en evaluación tradicional, lo que está claro es que en base a organismo es considerado como una estructura interna establemente
ellos se realiza la descripción, clasificación y aún explicación del organizada que cuenta con una serie de atributos, construcciones o
comportamiento del sujeto en examen (Fernández-Ballesteros, 1987, propiedades que tienen una realidad interna en el sujeto, siendo
pág. 68). inobservables, y manifestándose en todos los sujetos, aunque con
diferencias de grado. En el caso de la evaluación conductual, el
organismo hace referencia a la influencia de los factores biológicos en la

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conducta, así como a la forma en que determinados repertorios de clase de conductas que se producirán en función de las características
conductas, producto de su historia de aprendizaje y refuerzo, se han estimulares del ambiente.
plasmado en el organismo.
Ya desde un punto de vista metodológico, se plantean cuatro cuestiones
En lo que se refiere a las unidades de análisis, en el modelo tradicional en base a las cuales pueden compararse ambos enfoques: tipo de
se trata de variables del organismo, que son inobservables, siendo evaluación, tipo de técnicas, clases de elementos y construcción de los
inferidas a partir de ciertas manifestaciones directas o indirectas de los instrumentos.
sujetos. Esas unidades son consideradas como tendencias o
disposiciones teóricas, en base a las cuales actúa el sujeto, y suponen la El tipo de evaluación del enfoque tradicional se centra en el análisis de
estabilidad y consistencia de la conducta transtemporal y las dimensiones o características internas subyacentes, que no se
transituacionalmente. En la evaluación conductual, las unidades de pueden observar directamente. Así, las respuestas a un determinado
análisis son: las conductas de los sujetos (motoras, fisiológicas y test no se encuentran directamente relacionadas con el atributo objeto
cognitivas); las variables ambientales ante las que aparecen dichas de medida, sino que la relación es indirecta, y los contenidos del test son
conductas (situaciones precedentes o consecuentes a la conducta); y las sólo un indicador de una variable subyacente en el individuo. Por su
variables organísmicas y/o personales (funcionalidad biológica y parte, el enfoque conductual pretende la evaluación directa de las
repertorios de habilidades o capacidades de respuesta). En todo caso, respuestas de interés mediante la observación de conductas motoras o
de la conducta no se infieren atributos internos y, cuando se hace, las fisiológicas (en su caso, a través de aparatos), o bien empleando el
inferencias tienen un nivel de inducción mínimo. autoinforme del sujeto sobre conductas específicas (cognitivas, motoras
o fisiológicas), así como el informe de terceros acerca de la conducta
La controversia consistencia vs especificidad hace referencia a la motora del sujeto.
estabilidad de la conducta evaluada, como ya se ha especificado
anteriormente. En la evaluación tradicional se parte de la premisa básica En cuanto al tipo de técnica, y hablando en sentido estricto, las diferen-
de que la conducta es consistente y estable, causada por las cias no son debidas tanto al tipo de técnica en sí, sino más bien a su
dimensiones internas de la personalidad. La teoría clásica de tests forma de utilización (Fernández-Ballesteros, Vizcarro y Márquez, 1981).
entiende que no hay lugar a la inconsistencia de la conducta como Así, cualquier tipo de técnica podría ser empleada por los evaluadores
varianza verdadera. Así, si existe inconsistencia en medidas test-retest, de ambos enfoques. Sin embargo, en la práctica existen algunas
éstas deberán achacarse al error de medida del instrumento, sin que características específicas en cuanto a las técnicas empleadas por uno u
puedan imputarse a la consistencia y estabilidad del atributo evaluado. La otro enfoque de la evaluación. La evaluación tradicional utiliza más
evaluación conductual considera que la conducta deja de ser estable frecuentemente los tests psicométricos de autoinforme y las técnicas
desde el momento en que depende de la situación, o bien de la proyectivas; mientras que la evaluación conductual emplea
interacción persona-situación. Así, en sentido estricto, la conducta será fundamentalmente la observación (donde debe incluirse la
consistente y estable si los estímulos los son, y no en dependencia de autoobservación y el autoregistro) y las técnicas de registro
atributos internos de personalidad. psicofisiológico. Los autoinformes, las entrevistas, las escalas de califica-
ción y las observaciones se emplean desde ambos enfoques,
En cuanto a la consideración de las respuestas, en la evaluación presentando diferencias no en cuanto a la técnica en sí, sino en lo
tradicional se mantiene que éstas no son sino un signo o indicador de la referente al cómo son utilizados y a cuál es su contenido.
existencia de una disposición o atributo subyacente en la persona. La
evaluación conductual entiende a la respuesta como una muestra de una Por lo que se refiere a las clases de elementos, y como acabamos de
expresar, existen diferencias en cuanto a la construcción de los

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instrumentos y los elementos que los conforman. Así, la evaluación idiográfica, a la evaluación global vs atomizada, a la relación con el
tradicional construye sus instrumentos de autoinforme seleccionando tratamiento y a los costes de la evaluación.
una serie de elementos mediante estrategias empíricas, racionales o
factoriales, en base a su relación con el constructo objeto de medición. Por lo que respecta a una evaluación preestablecida vs idiográfica, el
Dado que se supone un constructo estable a través del tiempo y las enfoque tradicional plantea la utilización de una batería de tests,
situaciones, los elementos que constituyen la prueba no hacen referencia programada de antemano, lo que supone un considerable ahorro de
alguna a la especificidad situacional o de respuesta, y los intrumentos así tiempo y esfuerzo, con las consecuentes ventajas económicas. La
construidos no proporcionan sino alternativas cerradas de respuesta, evaluación conductual emplea un enfoque idiográfico, es decir, la
que sólo pueden ser muy generales. La evaluación conductual atiende a evaluación se programa para cada caso, seleccionando las técnicas e
la especificación de situaciones y respuestas en sus instrumentos de instrumentos más adecuados en función de las conductas problema y de
autoinforme, al menos como intención declarada, ya que no siempre las particularidades del mismo.
ocurre así; mientras que en los autorregistros se aclaran
minuciosamente las conductas a observar, así como sus antecedentes y La controversia evaluación global vs atomizada, se resuelve teóricamen-
consecuentes; y en la observación directa, los diferentes códigos em- te en la asignación al enfoque tradicional, en general, de una evaluación
pleados precisan claramente las conductas específicas y las categorías global del sujeto, en la que se explora la estructura de la personalidad en
a registrar. base a constructos (extraversión, neuroticismo...), presentes en algún
grado en todos las personas, mediante la utilización de una batería de
En cuanto a la construcción de los instrumentos, no existe un acuerdo tests preestablecida y general para todos ellos. El objetivo final es la
establecido acerca de las diferencias relativas a los criterios psicométricos descripción, clasificación, diagnóstico y (en su caso) explicación de la
de calidad de los instrumentos empleados por uno u otro enfoque. La conducta en base a tales constructos. En el caso de la evaluación
polémica más encendida ha estado centrada en la necesidad o no de conductual, se trata de una evaluación atomizada y dirigida al problema,
criterios psicométricos en evaluación conductual. En este sentido, se ha en la que el objetivo fundamental es seleccionar las conductas-problema
planteado que la evaluación conductual no necesitaba para sus (así como otras relacionadas) y determinar cuáles son las variables
instrumentos otro tipo de validez que la de contenido, dado que el interés ambientales e internas que las mantienen. Lo que interesa aquí es la
se centra aquí en las diferencias intra-sujeto (pre-post tratamiento), por evaluación de las conductas-problema, desadaptativas, así como las
lo que se requiere únicamente un muestreo válido de la conducta a conductas adaptativas del sujeto (habilidades y competencias) a emplear
evaluar. Desde el punto de vista de la evaluación tradicional, donde lo como ayuda en el tratamiento.
que interesa es una evaluación de diferencias individuales (inter-sujetos),
la validez de contenido tiene menos sentido y ha sido menos empleada, La evaluación en su relación con el tratamiento es otro de los criterios
utilizándose prioritariamente la validez de criterio y la validez de diferenciales de ambos enfoques. La evaluación tradicional mantiene
constructo. Sin embargo, cada vez cuenta con mayor aceptación el una relación infrecuente con el tratamiento que es, además, indirecta y
planteamiento de los necesarios criterios psicométricos adaptados a la puntual. Indirecta, porque es sólo después de una descripción y
evaluación conductual, de los que éste enfoque renegó en sus inicios, clasificación, que la posible explicación de la conducta podría orientar
pero de los que no parece poder prescindir, sobre todo en lo referente a acerca de qué aspectos de la personalidad deberían cambiarse, sin que
la denostada validez de constructo (Silva, 1989). ello quiera decir que se especifiquen las variables precisas a manipular.
Puntual, porque la evaluación se lleva a cabo en momentos precisos,
Para finalizar, Fernández-Ballesteros expone una serie de antes y después del tratamiento, y no de forma continuada a lo largo de
comparaciones prácticas referidas a la evaluación preestablecida vs todo el proceso. Por contra, en la evaluación conductual la relación con el

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tratamiento es directa y continua, en una dialéctica permanente y algunas diferencias dado que bajo el rótulo de evaluación tradicional
autocorrectora en la que la evaluación puede modificar los objetivos, coexisten varios enfoques (algunos más radicales que otros), ocurriendo
indicar nuevas variables a manipular, o incluso desaconsejar una lo mismo cuando se trata de evaluación conductual (diferentes modelos
determinada técnica de tratamiento. Así, es una evaluación directa y aproximaciones a la evaluación).
porque selecciona tanto conductas problema como variables a ma-
nipular, y es continua porque la evaluación se lleva a cabo durante todo En este sentido, recientemente, Westmeyer (1992) en su artículo titulado
el proceso de evaluación-tratamiento-seguimiento. Behavioral Assessment: A critica/ Appraisal realiza una basada crítica a
los planteamientos diferenciales de Barrios y Hartmann (1986) acerca
Por lo referente a los costes de la evaluación, el enfoque tradicional de la evaluación tradicional vs conductual; así como a las dos grandes
parece tener, por comparación con el conductual, un menor coste perspectivas conceptuales (que él prefiere llamar teóricas) propuestas por
económico, de tiempo y personal, dado que, generalmente, se empleará Cone. y Hoier (1986) relativas a la perspectiva cognitiva vs la
una batería preestablecida, aplicada por un sólo psicólogo en la consulta perspectiva conductual radical en la evaluación infantil actual.
profesional. La evaluación conductual supone un coste
considerablemente más alto, siempre y cuando se realice de forma ideal, En definitiva, como comentaremos al final de este capítulo, considerados
lo que no siempre ocurre. Así, su enfoque idiográfico, que obliga a una de forma general, y tanto por razones puramente teóricas como de
planificación específica de la evaluación a la medida del sujeto, incluye práctica profesional, ambos enfoques (tradicional y conductual) parecen
una observación en situación natural que puede implicar a varios condenados a entenderse, en una progresiva confluencia hacia un
observadores, la utilización de aparatos de registro psicofisiológico a modelo unitario y sistemático de la evaluación clínica.
veces muy costosos, o el esfuerzo personal del pacientey de los
allegados en la observación y registro de conductas. Todo ello, hace que CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE LA EVALUACIÓN CLÍNICA
la evaluación conductual sea de un costo más elevado que la evaluación
de corte tradicional. No existe un acuerdo plenamente establecido acerca de las
características definitorias básicas de la evaluación clínica. Las
Otras comparaciones más recientes de la evaluación tradicional con res- diversas definiciones propuestas se centran en expresar una serie de
pecto a la evaluación conductual son las expuestas por Ciminero (1986) contenidos, objetivos y métodos estrechamente ligados a un
y Barrios (1988). En una visión de conjunto de tales análisis determinado planteamiento teórico de referencia. En general, se habla
comparativos se toman como criterios distintivos a las metas, de cada de evaluación clínica como la aplicación de los modelos teóricos y las
sistema de evaluación, a sus asunciones básicas (causas de la actuación técnicas de la evaluación psicológica al ámbito de la Psicología Clínica.
y significado de la misma), y a las aplicaciones (construcción de Así, Ávila (1992) considera a l a evaluación clínica como: los
instrumentos, amplitud de la evaluación, programa de evaluación, método conceptos, modelos, técnicas y actividades que se han derivado de lá
de evaluación y relación con el tratamiento). Evaluación Psicológica para atender a las necesidades, problemas,
tareas y objetivos evaluativos específicos de los distintos ámbitos de
No nos detendremos aquí en la exposición de tales criterios, tanto por su aplicación de la Psicología Clínica (pág. 81). Se plantea, por tanto, un
extensión, como porque su concepto global es similar al del análisis problema fundamental, como es la existencia de una amplia diversidad
comparativo de Fernández-Ballesteros que acabamos de detallar. Lo de evaluaciones clínicas, según la orientación teórica de cada autor o
que sí queremos constatar es que las diferencias entre ambos enfoques de cada evaluador. Si a esto unimos los denominados planteamientos
no son consideradas hoy en día tan drásticamente como lo fueron en el clínicos eclécticos, que integran diversos aspectos de cada modelo,
pasado. La evolución de ambos planteamientos ha llevado más a una nos encontramos con una evaluación clínica desdibujada, y
confluencia que a una separación, si bien pueden persistir en la actualidad

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ciertamente en algún grado caótica, en la que puede hacerse lamentablemente todavía no están establecidos en una amplia
extremadamente difícil la comunicación interprofesional y la repli- variedad de trastornos psicológicos—, y que por tanto, no parecen
cabilidad de los procesos y resultados de la misma, con el consecuente poder determinar, y ni siquiera orientar, un tratamiento de elección en
atentado a su fiabilidad y validez, y en último extremo a sus garantías la mayoría de trastornos psicológicos. Y todo ello, sin mencionar la
científicas. En este sentido, revisaremos brevemente algunas de las necesaria consideración de los aspectos situacionales de la conducta
definiciones y conceptos de la evaluación clínica, con el objetivo final desadaptada, así como la valoración experimental de los, resultados
de proponer unos principios básicos y una definición comprehensiva de del tratamiento, en los que el psicodiagnóstico clínico —al menos en
la misma. .su concepto tradicional— no parece entrar, y que sin embargo
constituyen un objetivo fundamental de la evaluación clínica.
Como primera aproximación conceptual, puede decirse que la evalua-
ción clínica es una disciplina de la psicología, fundamentalmente Desde un planteamiento psicodinámico, Ávila (1992) cita la definición
aplicada, que se centra en el estudio o análisis científico del propuesta por Korchin (197'6): La evaluación clínica es el proceso por
comportamiento desadaptado, con la finalidad de su descripción, el cual los clínicos obtienen la comprensión necesaria acerca del
predicción y/o explicación (Fernández-Ballesteros, 1985), siendo éste paciente para tomar decisiones razonadas (sustentadas en datos). En
u n planteamiento muy cercano al del psicodiagnóstico tradicional. Sin este sentido, Korchin se adhiere a la denominación de evaluación clínica
embargo, siguiendo a Silva (1988), no puede mantenerse que la frente a la de Psicodiagnóstico, a la que entiende más restringida a los
evaluación clínica tenga como único objetivo la descripción, síntomas o entidades nosológicas, y frente a denominaciones más
comprensión o explicación de la conducta desadaptada. Únicamente generales como evaluación psicológica o evaluación de la personalidad
con ello no puede distinguirse suficientemente nuestra disciplina de (Ávila, 1992). Así, el concepto de este autor, es que la evaluación clínica
otras como la psicología de la personalidad o la psicopatología. De esa se refiere a una forma o enfoque dependiente del juicio o inferencia
manera la evaluación, clínica permanecería en un estrato descriptivo clínica, para lo cual se emplean baterías más que tests individuales, con
que, si bien resulta necesario, no apura los objetivos específicos que el fin de descubrir los diferentes niveles y facetas de la persona, y cuyo
necesariamente debe cumplir, y que son la indicación de tratamientos y objetivo último es la realización de una análisis personalístico global.
la valoración de sus efectos (Silva, 1988). Como resume Ávila (1986), las principales características de esta
aproximación clínico-dinámica a las tareas y el proceso de la
Sin embargo, algunos autores han defendido una asimilación de la evaluación clínica son:
evaluación clínica al psicodiagnóstico clínico, mencionando que éste
puede superar las críticas que tradicionalmente se le han formulado a) El énfasis en las variables del proceso, particularmente en la
(Ávila, 1992). Así, se señala una vinculación diagnóstico-tratamiento y consideración de la relación entre evaluador (clínico) y evaluado
una doble focalización en lo. patológica y e n lo adaptativo (Mensh, (paciente) como un objeto de estudio en sí mismo y a la vez como
1966), así como una sistematización procesal del psicodiagnóstico que marco para el examen clínico,
permita remontar su supuesto objetivo básico de clasificación del sujeto b) Las distintas tareas de la evaluación se estructuran dentro de un
como poseedor de un determinado trastorno, para orientarlo a la procedimiento general de examen clínico, derivado de la tradición
optimización del tratamiento (Gough, 1971): Sin embargo, una cosa es dinámica existente en los contextos médico-psiquiátricos,
adoptar un planteamiento a priori como el de Gough, enfoque que c) Por ello, y aunque no sea esencial al modelo, se sigue
defenderemos matizadamente más adelante como forma de validar la considerando como objeto de estudio preferente lo patológico y/o
evaluación de pre-tratamiento, y otra es esa cierta orientación del desadaptativo, si bien se presta mayor atención que en su primera
psicodiagnóstico hacia el' tratamiento, sobre todo en lo que se refiere a época a la evaluación de los recursos sanos y/o adaptativos de las
obtener factores etiológicos f4ue lo dirijan —los cuales personas. Esto se refleja igualmente en el respeto que se mantiene

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por el diagnóstico nosológico, aunque tienda actualmente a eludirse, más amplios; y, en definitiva, de los modelos explicativos básicos que
d) Priman las fases de recogida y valoración de datos, junto a su parecen extenderse más allá de las situaciones para tomar en cuenta a
integración en la hipótesis diagnóstica (entendida como decisión de la personalidad. Posteriormente, se expondrán de forma más detallada
intervención), dándose menor importancia a las fases de tales cambios, que creemos suponen, a la vez, una seria amenaza a la
comunicación de resultados y a la de seguimiento y valoración del identidad de la evaluación conductual y un posible principio para el
diagnóstico a través del tratamiento, aunque estos aspectos no se desarrollo de un modelo unificado de la evaluación clínica. Nos
excluyen, limitaremos ahora a la exposición de algunas consideraciones y defini-
e) Si se utilizan procedimientos de verificación, éstos consisten ciones de la evaluación conductual relevantes a los diferentes períodos en
comúnmente en criterios externos, a veces mediante la evolución de la misma.
procedimientos de corte psicométrico, pero frecuentemente
mediante la intervención de otro clínico que bien paralela o Si bien es innegable el rechazo inicial a la evaluación dentro de los
posteriormente examina el caso. Con todo, ésta es la faceta menos planteamientos conductuales, debe aclararse que éste no existió
cuidada en esta aproximación', y la que mayores críticas suscita específicamente con respecto a la evaluación en sí misma, sino como
(págs. 201-202). reacción a los planteamientos concretos del diagnóstico piscológico
imperantes en la época (el denominado diagnóstico tradicional). En
En lo que respecta al enfoque conductual, la evaluación ha recorrido un realidad, un determinado espíritu de evaluación conductual había
largo camino en un tiempo record. A partir de su rechazo inicial a la existido antes, como ofrece Silva (1989), recogiendo un texto de
evaluación, para el que pueden encontrarse muchas razones, como el Johnson (1946):
ímpetu inicial en el análisis experimental de la conducta en el laboratorio,
con un rechazo a todo tipo de diagnóstico, un afán situacionista, y un Lo que el psiquiatra tiene que hacer... es lograr que la
interés casi exclusivo en la modificación eficaz de la conducta (Yates, persona le diga no lo que es, o lo que tiene, sino lo que
1970); pasando por etapas de auge del análisis conductual aplicado, con hace, y las condiciones bajo las cuales lo hace. Cuando
la definición programática de Baer, Wolf y Risley (1968), las deja de hablar acerca de qué tipo de perdona es, cuáles
apreciaciones de Yates (1975) o la propuesta de un diagnóstico son sus características sobresalientes, y que tipo de
conductual (Kanfer y Saslow, 1969); hasta llegar a las primeras enfermedad tiene —cuándo deja de formular estos juicios
definiciones de la evaluación conductual a partir de mediados de los de sujeto y predicado y comienza a hablar en términos de
años 70 (Nelson y Hayes, 1981) y sus posteriores desarrollos, han actividad para describir la conducta y sus circunstancias—,
transcurrido sólo apenas 30 años. tanto ella como el psiquiatra comienzan a ver lo que se
podría hacer específicamente para cambiar a la vez la
Durante este tiempo, la evaluación conductual ha evolucionado desde conducta y sus circunstancias.
los planteamientos operantes radicales hasta una situación actual en la
que la evaluación conductual está siendo sometida a un replanteamiento Independientemente de que, después de casi 50 años, la situación de
en profundidad en diversos aspectos centrales de sus bases teóricas y consulta clínica siga presentando los mismos obstáculos prácticos, en
metodológicas. Tales replanteamientos se refieren fundamentalmente a este texto se manifiesta una clara inspiración de lo que sería
la extensión de su objeto de estudio (conducta no sólo motora, sino posteriormente la evaluación conductual.
también fisiológica y subjetiva); de sus técnicas de recogida de
información (que no son ya sólo estrictamente observacionales); de los Pronto algunos clínicos conductuales se aperciben de que la evaluación
tipos de relación entre variables (con una mayor atención a las psicológica resulta necesaria (Staats y Staats, 1963). Así, el análisis
relaciones R-R); o incluso, de su consideración de períodos temporales experimental de la conducta debe salir del laboratorio para transformarse

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en un análisis conductual aplicado, como lo entienden Baer, Wolf y Risley apartados dedicados al análisis funcional que, en realidad, se limitan a
(1968) en su trabajo aparecido en el primer número del Journal of exponer los datos recogidos acerca del caso, sin llegar a integrarlos
Applied Behavior Analysis, que ha sido considerado como programático funcionalmente. Es también frecuente encontrar determinados análisis
de la evaluación conductual: funcionales en los que, con una extrema complejidad (y con muy
discutibles enlaces, en los que todo está relacionado funcionalmente con
el proceso de aplicación de principios a veces tentativos todo), se intenta justificar una comprensión global de la conducta
del comportamiento al desarrollo de conductas específicas, problema para cuyo tratamiento, en último extremo, queda también
y a la simultánea evaluación de si los cambios que se notan justificada la aplicación de prácticamente toda la panoplia de técnicas de
son en realidad atribuibles al proceso de aplicación y, en intervención existentes. Ello no obsta para que puedan encontrarse
tal caso, a qué parte del proceso. En resumen, la análisis verdaderamente funcionales que, sin embargo, suelen coincidir
aplicación analítico-conductual es un procedimiento de con conductas problema muy delimitadas y simples. En último extremo,
investigación autoexaminativo, autoevaluativo, y orientado sorprende encontrar en alguna literatura apartados dedicados al análisis
hacia el descubrimiento para estudiar la conducta (Baer, funcional aplicables de forma general en determinado trastorno (y no en
Wolf y Risley, 1968, pág. 91). un determinado caso), olvidando que en cada caso particular los
determinantes de la conducta, las relaciones con ella y la conducta en sí
En realidad, de lo que se trata es de que ese análisis conductual aplicado misma suelen presentar grandes variaciones entre sujetos. Dado que
sea de carácter funcional, es decir, que contemple tanto los muchas veces tales relaciones se presentan en forma de enlaces
determinantes de la conducta como su relación con ella (Owens y respuesta-respuesta (R-R), creemos que debiera hablarse más bien de
Ashcroft, 1982; Fernández-Ballesteros y Vizcarro, 1984; Silva, 1978). Muy asociación de síntomas o de covariación de respuestas que parecen ser
resumidamente, siguiendo a Fernández-Ballesteros, el análisis funcional mejor denominadas como síndromes, dentro del campo de la
de la conducta se define como aquel proceso a través del cual podemos Psicopatología. Y todo ello independientemente del error conceptual que
detectar las variables independientes que controlan o mantienen las significa proponer un análisis funcional a priori, sin estricta referencia a
conductas problema (Fernández-Ballesteros, 1981, pág. 55). El análisis un caso particular.
funcional pasa a ser la tarea central de la evaluación clínica, quedando
incluida en ella y no al revés, como han pretendido algunos autores Una de las definiciones más influyentes del término evaluación conduc-
(Cone, 1987). Como tarea central, el análisis funcional debe recoger la tual es la proporcionada por Nelson y Hayes (1981) para los cuales se
información proviniente de las diversas estrategias de recogida empleádas trata de la identificación y medición de unidades de respuesta
en la evaluación, para integrarla en forma comprehensiva, de manera que significativas y de las variables (tanto ambientales como
sirva a una conceptualización de la conducta en sí misma, de sus organísmicas) que las controlan, con el propósito de entender y
determinantes y de sus variables mediacionales. La extrema dificultad de alterar el comportamiento humano. Esta definición nos parece
realización del análisis funcional quedó expuesta ya desde sus primeros excesivamente limitada a los objetivos y poco precisa en sus términos.
momentos. De hecho, en el planteamiento del diagnóstico conductual de De hecho, siguiendo a Silva (1989), deja sin respuesta algunas
Kanfer y Saslow (1965), que expondremos más detalladamente en el cuestiones básicas en la conceptualización de la evaluación conductual,
siguiente capítulo al hablar de la entrevista, por sus características de que comentamos a continuación.
esquema exploratorio, ya se exponía tal complejidad.
En primer lugar, no indica si la evaluación conductual debe restringirse
Pero hay que decir que esas dificultades se han plasmado también en la únicamente a la evaluación de pre-tratamiento. Independientemente de
literatura conductual que llamaremos aplicada. No es ni mucho menos que en la lengua inglesa existan dos términos, uno para hacer referencia
infrecuente encontrar en ella (sobre todo en los libros de casos) a una evaluación de pre-tratamiento (assessment), y otro para referirse

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a una evaluación de resultados (evaluation), la mayoría de los autores las relaciones S-R-S) en la aparición y mantenimiento de la conducta,
defienden que la evaluación conductual abarca tanto las tareas de pre- dado que no sólo los factores situacionales contribuyen a la varianza
tratamiento, como la evaluación continuada a través de la intervención, conductual (Haynes, 1983). De esta manera, la evaluación de cadenas
así como la valoración de los resultados de la misma a su terminación y y jerarquías de respuestas puede facilitar la realización del análisis
durante un período posterior (seguimiento). Por nuestra parte, funcional (sin que ello quiera decir, en modo alguno, que puede
consideramos que en su plena aplicación clínica la evaluación conductual asimilarse a éste, como hemos comentado antes), así como la progra-
no entiende límites en lo que es un proceso continuo diagnóstico- mación del tratamiento (Haynes, 1983). De tal manera que, durante los
tratamiento, que deviene indivisible. Si la evaluación conductual años ochenta, se ha venido proponiendo con énfasis creciente la
pretende la obtención de información útil para la programación de un consideración de lo cognítivo y de la personalidad dentro de los
tratamiento, puede resultar un absurdo no valorar los efectos del mismo. esquemas de evaluación conductual. Aunque a algunos pueda
De otra manera carecería de sentido hablar de evaluación conductual y sorprender, aunque a otros haya podido incluso escandalizar y, en
aún de evaluación clínica. A este respecto hay que recordar que la suma, aunque una mayoría (si bien cada vez más minoritaria) pueda no
evaluación clínica se centra fundamentalmente en la indicación de reconocerlo, la evaluación de la personalidad, entendida como el bagaje
tratamientos y el control (implicando valoración) de sus efectos (Pawlik, de repertorios conductuales acumulado mediante los aprendizajes en el
1976; Silva, 1988). transcurso de vida, resulta necesaria (y de hecho se lleva a cabo)
cuando lo que se pretende es dar cuenta de la varianza conductual.
En segundo lugar, no se expone explícitamente cuáles son las variables Además, la consideración de la personalidad también obedece a que ésta
objeto de estudio, o más concretamente, no cita cuáles son esas puede constituir un objetivo de evaluación y tratamiento en sí mismo
unidades de respuesta significativas. A este respecto, la polémica ha (considérese la personalidad como factor de riesgo, por ejemplo, la
sido candente durante los años setenta y principios de los ochenta, personalidad o patrón de conducta Tipo A como reconocido factor de
desde los planteamientos más radicales que defendían un objeto de riesgo para el desarrollo de trastornos cardiovasculares), o bien, ser
estudio restringido a las conductas públicamente observables (Dones, tenida en cuenta a la hora de indicar un determinado tratamiento para
1977), con una negación explícita de todos aquellos conceptos relativos un determinado sujeto que presenta un determinado trastorno
a rasgos o atributos de personalidad; pasando por la consideración de (podríamos incluso decir, aplicado por un determinado terapeuta).
lo subjetivo en los subsecuentes modelos conductuales (aprendizaje
social, modelos conductuales-cognitivos); hasta llegar a tiempos más Pero el rechazo de la evaluación conductual a condiderar las relaciones
recientes, donde las variables mediacionales, las atribuciones o las R-R no se ha reducido únicamente a dejar de lado lo subjetivo o la
expectivas son consideradas acontecimientos privados, pero también personalidad. También ha consistido en repudiar cualquier tipo de
conductas, con la misma necesidad de evaluación que los sucesos etiqueta diagnóstica o, lo que es lo mismo, negar cualquier covariación
observables externamente. de respuestas (síntomas) y, en definitiva, rechazar todo tipo de
clasificaciones, criterios diagnósticos y enfoques sindromáticos de la
En tercer lugar, tampoco se precisa si la evaluación debe centrarse en evaluación. En su afán idiográfico, centrado exclusivamente en el
los aspectos estrictamente situacionales de la conducta (aspecto éste análisis del sujeto o cliente individual, la evaluación conductual no
de crucial importancia en el modelo conductual, ya se trate de factores apreció la necesidad de un enfoque nomotético que aportara principios
ambientales externos o internos), o debe abarcar también el estudio de generales aplicables a la evaluación del sujeto individual.
factores más estables (a lo largo del tiempo y las situaciones), como
pueden ser las ya mencionadas relaciones R-R. A este respecto, la La no aceptación de los enfoques nomotéticos dentro de la evaluación
evaluación conductual ha venido considerando de forma conductual ha afectado no sólo a teóricos e investigadores, sino
progresivamente creciente la influencia de relaciones R-R (además de también a los clínicos en ejercicio. De nuevo, debemos acudir a la

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contrastación entre lo que ha venido siendo el ideario conductual y los de su problema. Realmente, en la mayoría de los casos, es ésta la forma
hechos clínicos reales, de la misma forma en que hablábamos de la de actuación que han empleado los evaluadores de conducta en la
idoneidad del análisis funcional y de su escasa frecuencia de uso real. práctica clínica, allí donde su primera tarea ha venido siendo la aplicación
En este sentido, los evaluadores de conducta han venido empleando, y de entrevistas amplias que recogieran no sólo los parámetros más
no sólo en los tiempos más recientes, criterios y clasificaciones inmediatos referentes a la conducta problema formulada por el paciente,
diagnósticas; criterios.de normalidad no exclusivamente referidos al sino también información general retrospectiva de carácter anamnésico
malestar subjetivo del paciente (por ejemplo, criterio de semejantes o (piénsese en la frecuente aplicación de cuestionarios autobiográficos), y
hasta criterios culturales de referencia); han tomado en consideración de otros procedimientos de autoinforme, los cuales se encuadran dentro
variables típicamente controladoras de un determinado trastorno de una óptica nomotética que persigue la clasificación del individuo.
(acudiendo a la psicopatología); y han empleado rótulos diagnósticos
(no sólo para facilitar la comunicación con profesionales de otra En una mayoría de las ocasiones, sólo después de esa información
formación, sino incluso en su comunicación interna). recogida inicialmente, es que el evaluador conductual se ha planteado
una evaluación idiográfica del caso, comenzando a buscar las variables
Por tanto, y aunque a alguien pueda parecer extraño, los evaluadores específicas que en ese sujeto determinado expliquen los mecanismos
conductuales han empleado extensamente la referencia a normas funcionales en la adquisición y mantenimiento de su trastorno. Pero para
durante las diversas fases del proceso de evaluación clínica. Es posible ello ha debido conocer previamente qué trastorno presenta su paciente,
que no se haya tratado de una referencia a normas estadísticamente y eso significa claudicar a la utilización de un enfoque nomotético de la
derivadas, pero no es menos cierto que, en cada toma de decisión evaluación, siendo así desde el momento en que se toma en
acerca de si una persona necesita tratamiento, cada vez que el consideración la clasificación de su paciente, esto es, qué tipo de
evaluador acude al testimonio de otros para evaluar la conducta, cada problema presenta. De nuevo, esto es especialmente observable en los
vez que establece los criterios a alcanzar con un determinado libros de casos, donde se ha ido incluyendo progresivamente, en la
tratamiento, o cada vez que valora el éxito del mismo, está haciendo presentación al caso de que se trate, la caracterización psicopatológica
juicios normativos más o menos explícitos. El caso más obvio de lo que justificada por su cumplimiento de los criterios DSM-III-R (actualmente
venimos comentando es el de la evaluación y tratamiento de la conducta DSM-IV), incluso con mención específica de los mismos, según la
infantil y juvenil, en el que, por más restrictivamente conductual que se categoría más adecuada al caso concreto, lo cual significa realizar un
quiera ser, resulta imprescindible una evaluación referida a normas diagnóstico. Incluso, son cada vez más utilizadas las entrevistas
evolutivas y fases de desarrollo, tanto con el fin de fijar criterios diagnósticas estructuradas, lo que en cierto modo apoya la rehabilitación
razonables a la hora de decidir sobre un supuesto problema, como del denostado juicio clínico, así como un mayor reconocimiento y una
cuando se trata de fijar los objetivos a conseguir mediante el creciente tolerancia hacia las contribuciones de los psicólogos clínicos
tratamiento, en los que, en función del momento evolutivo del niño, de otra formación y de los psiquiatras (Bellack y Hersen, 1988). Parece
éstos podrán ser más o menos estrictos. también que es éste el sentido que otorga Silva (1988) a la expresión
partir de algo, cuando se refiere a la aplicación de programas de
En definitiva, siguiendo a Bellack y Hersen (1988), se propone la utilidad modificación de la conducta:
de las técnicas de evaluación conductual en un segundo momento de la
evaluación clínica, donde son necesarias medidas precisas de Sin embargo, no es menos cierto que todo programa de
conductas y situaciones específicas, con el fin de realizar un análisis modificación ha de partir de algo dado, debe tomar en
funcional; y ello, después de haber completado una fase inicial, más cuenta posibles vías diferenciales y también,
orientada por un enfoque nomotético, que estaría dirigida a la sensatamente, limitaciones posibles a la hora de
caracterización del paciente y de su entorno, así como a la categorización determinar los objetivos. Todo eso reclama la importancia

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de tareas que bien podrían englobarse en un concepto conductual parece querer emanciparse, sin que por ello pueda renegar
amplio de clasificación. «Clasificación», no en un sentido de sus raíces terapéuticas, intentando instalarse en otros campos y en
meramente «etiquetista» o estático, sino como verdadera otros ámbitos de aplicación. En este sentido, independientemente de los
orientadora de medidas a tomar (Silva, 1988, pág. 35). márgenes más o menos amplios con que se considere al tratamiento
(por ejemplo, incluyendo o no a las intervenciones ambientales), y
Todo ello muestra cómo los evaluadores de conducta no han podido siguiendo a Silva (1989), la cuestión fundamental parece residir en la
prescindir de estrategias que implican tomar puntos de referencia validación de la evaluación, es decir, en la necesidad de contrastar la
normativos en sus tareas evaluadoras, si bien, a fuer de no reconocerlo, calidad de la misma independientemente de los resultados obtenidos por
se han privado de la utilización de instrumentos que aportaran unas un determinado tratamiento.
mínimas garantías métricas. La ampliación del objeto de estudio ha
conllevado la extensión de las técnicas de evaluación que, más allá de la En definitiva, y como forma de proporcionar una visión integrada de las
observación directa en el ambiente natural, han llegado a incluir a las definiciones y conceptos revisados hasta ahora, podemos intentar la
igualmente mal llamadas técnicas indirectas, como la entrevista y los extensión al ámbito clínico de los supuestos que atribuye Fernández-
múltiples procedimientos e instrumentos de autoinforme. En el siguiente Ballesteros (1992) a;,la evaluación psicológica en general, con el fin de
capítulo expondremos más detalladamente este extremo al tratar de las intentar una definición de la evaluación clínica:
técnicas de evaluación. Lo que queremos resaltar aquí es la
frecuentísima utilización de instrumentos diseñados ad hoc, o incluso de a) La evaluación psicológica clínica es una subdisciplina de la
algunos instrumentos psicométricamente contrastados, en los que, psicología científica, que se nutre de los progresivos hallazgos
respectivamente por ausencia o por rechazo, se ha hecho caso omiso de provinientes de sus distintas áreas (básica y aplicada) y de sus
sus criterios de calidad y normas de referencia, lo que, entre otras cosas, distintas disciplinas, fundamentalmente en nuestro caso, las
ha propiciado un incremento en el diagnóstico de falsos positivos (en referidas a la psicología de la personalidad, del aprendizaje,
menos ocasiones, en el ámbito clínico, de falsos negativos...), así como psicofisiología, neuropsicológica y de la psicopatología,
una mayor dificultad para valorar los resultados del tratamiento
obtenidos. b) La evaluación clínica se dirige fundamentalmente al estudio
científico (hipotético-deductivo) de un sujeto, con el objeto de
Ciertamente, complicaciones adicionales aparecen con la existencia en comprobar si los procesos psicológicos generales se dan en
la actualidad de una amplia diversidad de modelos dentro de la ese sujeto y son aplicables en él con el fin último de su utilidad.
psicología conductual, que naturalmente condicionan la evaluación que Así la evaluación clínica no pretende la derivación de principios
desde cada uno de ellos se realice. De igual forma que comenzábamos generales en base al estudio individual de sujetos mediante
este apartado diciendo que existe una gran variedad de evaluaciones diseños de replicación directa y sistemática, dentro de un
clínicas, hemos propuesto también que quizá no pueda hablarse hoy en enfoque clínico inductivo de la evaluación. Se trata, más bien,
día de una sola evaluación conductual sino de muchas (Cone, 1986). La de descubrir cuáles de los principios generales derivados de la
razón de esta afirmación es doble. Por un lado, esa proliferación de psicología dan mejor cuenta de la conducta en cuestión (Silva,
modelos que supone la cohabitación de enfoques conductistas estrictos 1989). En caso contrario, estaríamos confundiendo gravemente
(operantes), conjuntamente con planteamientos del conductismo social, la construcción de una ciencia y la aplicación de la misma,
así como con las diversas versiones del modelo cognitivo derivadas del
aprendizaje social (Fernández-Ballesteros y Carrobles, 1987), plantea en c) La evaluación clínica requiere también de una tecnología que
muchas ocasiones problemas de convivencia bajo el techo de una casa cumpla unos criterios básicos de calidad psicométrica. Es
común denominada evaluación conductual. Por otro, la evaluación decir, que los instrumentos empleados para dar cuenta de las

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unidades de análisis comportamentales han de ser válidos y sujeto, que abarca a los cuatro primeros objetivos de la evaluación (de
fiables, y esto, independientemente del enfoque o modelo de la carácter nomotético); y la evaluación para el tratamiento (idiográfica),
evaluación de que se trate. Tan es así, que el evaluador clínico hecha a medida del paciente, que pretende la identificación de su
debe estar también comprometido en la construcción de una particular etiología funcional con el fin de indicar su mejor tratamiento
tecnología evaluativa de calidad, que servirá, además, a la individual y las técnicas más adecuadas para valorar sus progresos.
ciencia psicológica básica, Asimismo, las técnicas e instrumentos empleados para la recogida de
información a lo largo del proceso de evaluación, deben poseer las
d) La evaluación clínica pretende unos objetivos aplicados de necesarias garantías psicométricas de fiabilidad y validez. Pero la mera
descripción, diagnóstico, explicación y tratamiento de los aplicación de técnicas o equivale a la realización de la evaluación en sí
trastornos de conducta. Estos objetivos dirigen a la evaluación misma; y, sobre todo, la validez de las mismas no puede asimilarse a la
y facilitan su desarrollo como proceso, validez de la evaluación, que no puede concluir nunca, dada esa
actualización permanente de la disciplina, por lo que depende de los
e) La evaluación clínica se basa en determinados acercamientos, progresivos hallazgos psicológicos teóricos y aplicados.
enfoques o modelos, que le han servido de base en su
concepción teórica y aplicada. Ello ha dado lugar a múltiples LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL COMO EVALUACIÓN CLÍNICA
evaluaciones clínicas, que pueden subsumirse en los
denominados modelos tradicionales frente a los modelos Como hemos expuesto anteriormente, la evaluación conductual está
conductuales, aunque en la actualidad asistimos a la siendo sometida en la actualidad a una renovación y ampliación de la
progresiva convergencia de ambos, en la esperanza de hallar mayor parte de sus conceptos y procedimientos. Así, algunos autores
un modelo unitario de la evaluación clínica, que consideramos (Nelson, 1983; Nelson y Hayes, 1986) señalan cómo, después de un
necesario para el progreso de la disciplina. entusiasmo inicial, ha sobrevenido el desencanto acerca de las
esperanzas puestas en la evaluación conductual. Estos mismos autores
Así, en base a los planteamientos mencionados, la Evaluación proponen tres áreas, relativas a la tecnología de la evaluación más que a
Psicológica Clínica es una subdisciplina de la psicología que, en constante sus aspectos conceptuales, que pueden explicar esa crisis actual:
actualización, basa sus principios teóricos en las aportaciones de otras
disciplinas psicológicas, fundamentalmente la psicofisiología, la a) La relativa imperfección de las técnicas de evaluación conductual
neuropsicología, la psicopatología, la psicología del aprendizaje y la en la actualidad, que no parecen dar cuenta de la realidad de
psicología de la personalidad; aplicando el método científico (hipotético- forma tan fiable como parecía, siendo el problema fundamental
deductivo) para la verificación de las hipótesis planteadas acerca de la aquí la falta de acuerdo entre las medidas de una misma
conducta (patológica y adaptada) del sujeto. Sus objetivos son describir, conducta,
clasificar, explicar y predecir la conducta humana individual, b) Las dificultades prácticas de las técnicas de evaluación, ya que,
proporcionando asimismo la información necesaria para la indicación de exceptuando a la entrevista, las restantes técnicas han sido
un tratamiento psicológico individualizado, y valorando la efectividad del empleadas por los terapeutas de conducta en menos de la mitad
mismo a lo largo de su aplicación controlada, a su término (estableciendo de los casos tratados,
la significación clínica de sus resultados), y durante una etapa posterior c) La falta de avances en la tipificación de las técnicas de evaluación
de seguimiento (mantenimiento y generalización de su efectividad). conductual, proliferando las técnicas no estandarizadas.
Tales objetivos dirigen a la evaluación, configurándola como un proceso
en etapas establecidas. Estas etapas pueden resumirse
fundamentalmente en dos: el diagnóstico o juicio clínico acerca del

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Respecto a estos aspectos, es conocida la reiterada y rotunda negativa Todo ello plantea la cuestión de la identidad de la evaluación conductual.
de Nelson a la creación y utilización de una batería de evaluación Así, Bellack y Hersen (1988) se preguntan si la evaluación conductual
conductual psicométricamente basada, dado que esta autora defiende continuará existiendo como una aproximación identificable, exponiendo
que la evaluación conductual no es específicamente una disciplina que existen algunas cuestiones clave que deben resolverse antes de
instrumental, sino que consiste fundamentalmente en una particular pronosticar la supervivencia y crecimiento del área. Empleando sus
aproximación a la evaluación (Nelson, 1983). Plantea así dos áreas de mismas palabras: si utilizamos entrevistas psiquiátricas estructuradas
dificultades en la adopción de una batería psicométrica conductual. En para la obtención de un diagnóstico según el DSM-III, elaboramos
primer lugar, se necesitarían infinitas técnicas para evaluar diferentes escalas de calificación de severidad de síntomas clínicos,
sistemas de respuesta de diferentes conductas anormales, en distintas administramos inventarios de autoinforme y evaluamos estilos
situaciones y a través de distintos métodos de evaluación, siendo cognitivos ¿la evaluación es aún conductual? (Bellack y Hersen, 1988,
además que la utilización de criterios psicométricos para seleccionar pág. 613).
técnicas de evaluación conductual sería generalmente antitética a la
teoría conductual (Nelson, 1983, pág. 199). En segundo lugar, existen Sin embargo, otros autores sí defienden la propia identidad de la eva-
dificultades conceptuales que harían imposible la creación de tal batería, luación conductual, aun admitiendo que en la actualidad ésta se ha
a causa de las diferencias básicas entre el modelo conductual y el hecho más inclusiva y heterogénea. De esta manera, Silva (1989) señala
psicométrico, como son los supuestos acerca de la consistencia y que:
estabilidad del comportamiento, el nivel de análisis (individual vs grupal)
y los modelos de causalidad de la conducta (funcional ambiente-sujeto vs es posible asimilar todos aquellos aspectos que conlleva la
estructural intrasujeto) (Hayes, Nelson y Jarrett, 1986). expansión del concepto y que se hayan demostrado de
utilidad, conservando a la vez una identidad para la
Sin embargo, la validación psicométrica de sus instrumentos es uno de los evaluación conductual. Esta identidad está dada por la
objetivos prioritarios de la evaluación conductual en la actualidad (Silva, tarea que le da sentido (suministrar la información
1989), siendo éste sólo uno de los aspectos del acercamiento de la necesaria para diseñar programas de tratamiento) y por la
evaluación conductual a los planteamientos tradicionales, que parece manera como enfrenta esta tarea, es decir, realizando un
caracterizar su desarrollo contemporáneo. Así, Haynes (1990) expone que análisis funcional de conducta que termine por proponer
la evaluación conductual se orienta cada vez más a la identificación de un modelo de funcionamiento de la conducta en cuestión,
conductas-meta, clases funcionales de conducta, conductas alternativas y en función de procesos de aprendizaje experimentalmente
variables causales; así como al interés en el desarrollo del análisis contrastados (Silva, 1989, págs. 43-44).
funcional, el diseño de estrategias de intervención, la valoración y
modificación de las estrategias de tratamiento, y el estudio de las De similar opinión es Barrios (1988), para quien el núcleo diferencial
relaciones terapeuta-cliente. Asimismo, esta renovación afecta a los común de la evaluación conductual consiste en una amplia filosofia
métodos de evaluación, que abarcan ahora a los contextos, clientes, respecto a los propósitos (ayuda al tratamiento clínico, identificando el
conductas problema o metas de evaluación; y a las técnicas, que ya no problema y diseñando la intervención), la precisión (medida mediante la
se reducen a las denominadas técnicas directas, como forma de evaluar geñeralización a otras ocasiones, entornos, respuestas y personas) y el
a la conducta motora considerada válida por sí misma, sino que, al igual énfasis en la utilidad para el tratamiento.
que el resto de las técnicas, deben demostrar su calidad a través de
pruebas empíricas y de utilidad clínica (Barrios, 1988; Bellack y Hersen, En todo caso, parece que la tendencia actual es el acercamiento de la
1988). evaluación conductual a planteamientos más tradicionales de la
evaluación clínica. En este sentido, para McReynolds la evaluación

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conductual es parte de un todo: cuando se la considera en términos de rechazado todo fenómeno inobservable,
sus antecedentes históricos y de sus funciones y problemas actuales, c) El reconocimiento de complejas relaciones funcionales causales
tiene mucho en común con otras aproximaciones a la evaluación. bidireccionales, dentro de y entre diferentes respuestas, ambientes,
Puede conceptualizarse mejor en términos del lugar que ocupa en un y personas, que se encuentran frecuentemente en los trastornos
cuadro más amplio (McReynolds, 1986, pág. 72). Pero, en realidad, se de conducta. O'Brien y Haynes proporcionan un ejemplo
trata de un acercamiento que es no sólo fruto de la propia evolución del clarificador de esto. Así, la exacerbación de síntomas en pacientes
modelo conductual, sino también del desarrollo del modelo tradicional de esquizofrénicos puede estar causalmente relacionada con la
la evaluación, el cual, no se ha quedado estancado en sus activación fisiológica y con la interacción frecuente con miembros
planteamientos iniciales. Buena muestra de ello es la periódica publicación de la familia calificados como altos en emoción negativa
de las subsecuentes ediciones de los Psychological Testing de Anastasi expresada (EE). En este caso, los factores situacionales
(1988), que muestran un progresivo avance tecnológico y teórico. específicos (por ejemplo, interacciones negativas frecuentes con
Asimismo, el desarrollo de las técnicas de evaluación neuropsicológica y miembros de la familia altos en EE) evocarán elevados niveles de
la revalorización y reinterpretación de la personalidad como variable activación fisiológica que, a su vez, agravarán la sintomatología.
explicativa de la conducta también han contribuido a este acercamiento. Pero este modelo unidireccional de causalidad puede no ser el
único. También puede establecerse una dirección recíproca de la
De igual manera, en referencia a la integración de la evaluación conduc- causalidad, en la que la exacerbación de los síntomas provoque
tual en el ámbito psiquiátrico, O'Brien y Haynes (1993), exponen también un incremento de las interacciones negativas con familiares altos
algunos avances de las explicaciones conductuales acerca de los en EE, lo que a su vez, incrementará la activación fisiológica.
trastornos de conducta, específicamente relativas al ámbito clínico, y que Otros ejemplos de causalidad bidireccional pueden referirse a las
muestran la evolución y el acercamiento a los conceptos de una relaciones entre conducta depresiva y reforzamiento social; miedo
evaluación más tradicional. Los avances fundamentales mencionados y evitación; o episodio de bulimia y vómito autoinducido.
por estos autores son:
Otro aspecto de especial interés clínico es el acercamiento creciente de
a) La magnitud y forma de los efectos de los eventos ambientales la evaluación conductual, al menos durante la última década, a la
están influenciadas por las diferencias individuales, reconociendo clasificación y diagnóstico psicopatológico, que se ha materializado en la
así la distinción entre personas en base a la historia de utilización de los criterios DSM-III, DSM-III-R y actualmente DSM-IV.
aprendizaje y el genotipo. El modelo de vulnerabilidad-estrés de la Como señalan recientemente Bellack y Hersen (1993), quizá la causa
esquizofrenia (Nuechterlein et al., 1989; Olbrich, 1989), o la primordial de este retorno al diagnóstico categorial sea que la
existencia de períodos evolutivos más sensibles a la adquisición de clasificación está en el corazón de toda empresa científica, y que los
conductas sociales complejas, son buenos ejemplos de cómo las esquemas conductuales alternativos que periódicamente aparecen,
secuencias madurativas genéticamente codificadas pueden mediar simplemente no han tenido una suficiente aceptación (Bellack y
los efectos de variables ambientales. Hersen, 1993). En todo caso, y aun asumiendo las críticas acerca de la
b) El reconocimiento de que las respuestas cognitivas y afectivo- baja fiabilidad, validez y utilidad clínica de las clasificaciones
fisiológicas pueden constituir una proporción significativa de la psicopatológicas, el DSM-III, el DSM-III-R y el DSM-IV, proporcionan
varianza en el desarrollo, mantenimiento o terminación de una serie de criterios descriptivos detallados para cada trastorno,
repertorios conductuales disfuncionales. La incorporación de mejorando considerablemente su fiabilidad y validez (al menos en
variables cognitivas y afectivo-fisiológicas a la metodología de la algunos desórdenes) y facilitando una mejor comprensión del cuadro
investigación, evaluación y tratamiento ha contribuido a la apertura clínico, al incorporar un sistema multiaxial de diagnóstico.
del pensamiento conductual, que tradicionalmente había

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Sin embargo, aun con esta mayor sofisticación diagnóstica, la aplicación c) Un mayor énfasis en los factores evolutivos y de desarrollo en la
de una determinada etiqueta al paciente no facilita en sí misma la indica- psicopatología, a todos los niveles de edad,
ción de tratamientos conductuales ni farmacológicos. Diversos pacientes d) Un incremento en el interés por los factores causales en
con una sintomatología idéntica, obedeciendo a un determinado entidades diagnósticas particulares, en tanto que diferentes
diagnóstico DSM-III, pueden mostrar una etiología totalmente diferente y etiologías controlan idénticas sintomatologías entre pacientes.
necesitar tratamientos muy diversos. De nuevo, encontramos razones Más claramente, que la aproximación analítico funcional a la
para la integración de la evaluación conductual y el diagnóstico evaluación puede contribuir significativamente a la comprensión
tradicional (en este caso, psiquiátrico), como algo deseable para la tanto de la etiología como del tratamiento,
evaluación psicológica clínica. Bellack y Hersen (1993) nos ofrecen un e) Dada la alta sensibilidad y sofisticación de las estrategias
texto de Hersen y Last (1989) en el que queda detallada la desarrolladas por nuestros colegas médicos, más biológicamente
complementariedad del diagnóstico psiquiátrico y la evaluación orientados, los evaluadores conductuales contemporáneos en el
conductual: ámbito psiquiátrico no debieran ignorar el sustrato biológico de la
conducta observada (Bellack y Hersen, 1993, pág. 8).
En esta conceptualización la evaluación conductual es la
aproximación idiográfica y el DSM-III-R representa el En definitiva, y basados en todo lo hasta aquí expuesto, creemos que no
enfoque nomotético. Esto es, una vez que se ha existirá otro camino que la convergencia de enfoques, si lo que se
establecido un diagnóstico particular siguiendo los criterios pretende es la consecución de una evaluación única, sistemática y
DSM-III-R, se llevará a cabo un análisis conductual para científica, de la que tan necesitada está la Psicología Clínica.
determinar los objetivos específicos de la intervención
conductual o farmacológica. Haciendo esto, nosotros
tenemos las ventajas de la apreciación sumaria del
diagnóstico y de la precisión de los objetivos específicos
relacionados con tratamientos concretos en estrategias de
caso único (pág. 525).

Por tanto, lejos de la afirmación de Nelson y Hayes (1986, pág. XI) de


que ...la evaluación conductual está lista para presentarse como una
aproximación comprehensiva a la evaluación, parece más bien, siguiendo
a Bellack y Hersen (1993), que la evaluación conductual debe confluir con
las aportaciones derivadas de otros enfoques, fundamentalmente las del
modelo médico psiquiátrico y las del enfoque psicométrico, dentro del
ámbito clínico que nos ocupa. De hecho, según estos autores, la
evaluación conductual en la actualidad presenta las siguientes
características:

a) Un interés en el diagnóstico psiquiátrico, y en la integración de la


evaluación conductual en tal proceso,
b) Un interés en los hallazgos neuropsicológicos y en las relaciones
cerebro-conducta,

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