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TACNA – PERÚ
2018
SI DE ACUERDO! COMO NEGOCIAR SIN CEDER ROGER FISHER Y WILLIAM URY
CON BRUCE M. PATTON
I .EL PROBLEMA.
Veo la posición como el axioma al que cada cual llega cuando, reflexiona sobre una
cuestión y valora los porqués, los pros y los contras que la rodean. La posición pues,
concluye todo el devenir interior de la persona, quien en la negociación formula su
posición como el fin a conseguir, sin que evidentemente, se traspase a este momento,
el devenir mental previo de la persona que formula su posición. En la negociación sobre
posiciones, el “ganar” consiste en conseguir la posición y se valora el éxito de la
negociación cuando el resultado de la misma, más se acerca a ella. La negociación será
un fracaso cuanto la persona más se separe de su posición inicial. Desde mi punto de
vista, negociar es, conforme a este patrón, lo que conocemos en nuestra cultura como
regatear.
Roger Fisher y William Ury, nos dicen en su libro que, ya seas un negociador duro o
suave, negociar sobre posiciones
II. EL MÉTODO.
La afirmación básica de que antes que todo, los negociadores (no solo el otro, sino
también usted mismo) son personas, que tienen emociones, valores profundos,
diferentes procedencias y puntos de vista, que pueden tener reacciones impredecibles
y que, no se puede obviar esta dimensión, aunque la atención a estos aspectos
humanos, siempre complejos, pueda ser de gran ayuda o también ser desastroso.
-PERCEPCIÓN.- Porque, a veces, por mucha información “objetiva” que se tenga sobre
un problema, sobre los “hechos concretos”, y a pesar de que los mismos se plasmen
sobre la mesa, el conflicto entre las personas continúa, porque realmente, la diferente
forma de pensar de las personas, es el verdadero problema. Para dar pasos adelante
en la negociación es fundamental ponerse en el lugar del otro e intentar tener su
percepción de los hechos objetivos, de “la verdad”, tratando también en este punto, lo
importante que, para lograr un buen acuerdo es, el darle parte al otro en la elaboración
y formulación de las soluciones, pues en otro caso, la parte se siente excluida, piensa
que la solución la impone usted y ella, la parte, solo ha de aceptar. Dicen los autores
que “En cierto modo, el proceso es el producto”.
-EMOCIÓN.- Hay que dejar que las personas expresen sus emociones que “se
desahoguen”.
1.-Los negociadores no hablan para el otro, sino para los demás a quienes representan
o cuyos intereses defienden. Y en la obra, los autores recomiendan: “hable con el fin de
que se le entienda”.
3º.- Los malentendidos. Por lo que se ha de buscar entender bien lo que el otro quiere
decir, preguntando cuantas veces sea precisa y contrastando si lo que creo que he
entendido es realmente lo que el otro quiere decir.
Y a modo de resumen exponemos que, destaca el libro como error frecuente al abordar
una negociación el entender que las partes tienen intereses contrapuestos, lo cual “casi
nunca sucede”. Se ha de indagar cuales son los intereses de las partes, preguntando
¿porqué? o ¿porqué no?, y es muy frecuente descubrir que en muchos casos los
interese son complementarios o compartidos, siendo muy posible acuerdos muy
beneficiosos para todos.
Los intereses más poderosos son las necesidades humanas básicas: seguridad,
bienestar económico, un sentido de pertenencia, reconocimiento, y control sobre la
propia vida, y recomiendan los autores que, a medida que se intervenga en la
negociación, se realice una lista, para escribir y clasificar los intereses de las partes a
medida que ocurran.
Me hace pensar también lo que se expone en este apartado cuando dice: Mire hacia
adelante y no hacia atrás: “Si les pregunta a dos personas porqué están discutiendo, lo
más seguro es que le expongan una causa y no un propósito”, es decir, cuando tenemos
un problema, las personas nos enroscamos y bloqueamos en los orígenes del mismo y
buscar las razones de su generación, pero no nos concentramos en mirar hacia dónde
queremos llegar, y ese enfoque, dificulta la negociación.
IV.- INVENTE OPCIONES DE MUTUO BENEFICIO.
Este apartado trata la intervención del negociador en el tratamiento del conflicto, dándole
un protagonismo que, en el actual concepto de mediación, no ha de existir. Los
protagonistas en mediación, son siempre, las partes.
Así, a pesar de tratar los conceptos de “tormenta de ideas” (que hemos estudiado en
mediación, y que en este libro los autores analizan el antes, durante y después) y
analizar detalladamente los problemas y dificultades que existen para que las partes –
ellos, las personas en conflicto- puedan formular de forma amplia y diversa las posibles
soluciones que puedan existir a su problemas, la obra nos muestra un negociador
flexible e imaginativo, pero claramente directivo, principalmente cuando insiste en que
se aporten a las partes criterios objetivos en el debate, aconsejando que no se debe
permitir –porque no es nada productivo- el debatir sobre bases o premisas no
sustentadas en bases ciertas y constátables. Se dicen frases cómo “”Como para usted
el éxito de una negociación depende de que la otra parte tome una decisión que usted
desea, debe hacer todo lo posible para que les sea fácil a ellos tomar esa decisión””. Es
decir, parece que el negociador es una especie de manipulador, pues al final, -y puede
ser que, sin duda alguna, con la mejor de las intenciones- debe llevar a las partes a
encontrar la solución que mejor le parezca al propio negociador.
Trata el libro, lo importante que es presentar a las partes propuestas de acuerdos que
tengan apariencia de legítimas y cómo no se ha de ceder nunca ante las presiones y las
amenazas, resolviendo siempre la situación en base a valorar únicamente, los datos
objetivos que estén presentes en esas formulaciones agresivas.
Expone que el sistema de negociación que defiende, “la negociación según los méritos”,
tiene tres elementos básicos.
1º.- Formule cada aspecto como una búsqueda común de criterios objetivos.
2º.- Sea razonable y escuche razones, respecto a los criterios que puedan ser los más
apropiados y respecto a la manera de aplicarlos.
3º.- Nunca ceda ante la presión, solo ante los principios. En resumen, concéntrese en
criterios objetivos con firmeza pero también con flexibilidad.
En este apartado, la obra “Sí…,de acuerdo”, analiza qué ocurre si una de las partes no
quiere negociar y, plantea tres estrategias que se formulan para ser utilizadas de forma
subsidiaria, encargándose el capítulo del examen de las dos últimas.
1ª.- Centrarse en lo que “uno puede hacer, fijándose en los intereses y no en las
posiciones. Si ésta no funciona.
2ª.- Concentrarse en “lo que ellos pueden hacer”, insistiendo en atender únicamente a
los méritos y no a las posiciones. A esta técnica es a la que se le llama JUJITSU DE LA
NEGOCIACIÓN.
3º.- Concentrarse en “lo que puede hacer un tercero”. A este procedimiento le llama
negociación con un solo texto.
Y a los efectos prácticos,- que de ello tiene mucho este libro- contiene el mismo la
formulación de varias frases, seguidas de ejemplos y, en algunos casos un breve
análisis, que son principales a la hora de dirigir la atención a los intereses, logrando así
que las partes sí quieran entrar en la negociación, entren en el juego, (como se le
denomina en el libro), y estas frases son:
-Por favor, corríjame si me equivoco.
-Le agradecemos lo que ha hecho por nosotros.
-Queremos lo justo
-El problema no es la confianza
-¿Podría hacerle algunas preguntas para ver si la información que tengo es correcta?
-¿Qué principios inspiran sus actos?
-Permítame ver si entiendo lo que está diciendo.
-¿Podemos volver a conversar?.
-Quisiera decirle cúales son los puntos de su razonamiento que me cuesta trabajo
entender.
-Una de las soluciones justas podría ser…
-Si estamos de acuerdo…, si estamos en desacuerdo.
-Ha sido un placer tratar con usted.
Entra luego a analizar ¿Cómo se negocia acerca de la reglas del juego?, y formula tres
reglas:
1. Reconocer la táctica.
2. Expresando el problema explícitamente, para lograr que la táctica sea menos efectiva
y que ellos mismos dejen de utilizarla.
3. Poner en duda la legitimidad y utilidad de la táctica.
Y siguiendo con el devenir de la obra, en todo caso, es preciso tener presente:
-Que se ha de separar a las personas del problema. Hay que evitar atacar a las personas
que utilizan la táctica que nosotros consideramos ilegítima.
-Que se ha de poner en tela de juicio la táctica, no la integridad de las persona.
-Concéntrese en los intereses no en las posiciones.
-Insista en los criterios objetivos.
-Como último recurso, remirarse, analizar el MAAN.
CONCLUSION