Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Como
padres y educadores, es necesario que conozcamos cuáles son las leyes que rigen el
aprendizaje. Esto nos permitirá educar mejor al niño y evitar problemas que puedan
influir negativamente en su desarrollo personal.
DETERMINANTES DE LA CONDUCTA
Ambos tipos de factores en unión nos dan como resultado la conducta de nuestros
hijos.
Antecedentes de la conducta
Observando a los niños, comprobamos que algunas conductas, como las rabietas,
los miedos, la desobediencia o los problemas con las comidas, sólo se encuentran
en: determinadas circunstancias o situaciones (en casa, en el colegio, en casa de
otros familiares, durante el fin de semana…); en presencia de determinadas
personas (padre, madre, hermanos, maestros…).;en momentos determinados (antes
de ir al colegio, hora de las comidas…);en lugares concretos (habitación, cocina,
calle…).
Observar estos antecedentes nos dará información muy importante: si podemos
adelantarnos a la conducta de nuestro hijo, podremos solucionar algunos
problemas antes de que aparezcan.
Consecuencias de la conducta
Todo lo que suceda inmediatamente después de que nuestro hijo realice una
conducta va a tener mucha importancia, y será causa directa para que esa conducta
se vuelva a repetir en el futuro o no. Por esto mismo, debemos observar a nuestros
hijos, y hacernos aquí también una pregunta clave:
“Qué es lo que pasa justo después de que mi hijo realice éste comportamiento.”
Uno de los caminos para conseguir que cambien o desaparezcan las conductas
problema de los niños, consiste en la modificación de las consecuencias que siguen
o acompañan a esas conductas. Es importante pues, que reforcemos cuando
queremos que esa conducta se vuelva a producir y que no lo hagamos cuando
queremos que no vuelva a aparecer.
SI de hacer algo
SI de estar con alguien no sacamos nada LO DEJAMOS
¡¡La atención y el refuerzo que sirve para la adquisición de conductas adecuadas, también
explica la presencia de conductas inadecuadas!!
Tanto les interesa nuestra atención y afecto, que si no lo consiguen por las buenas
son capaces de llorar, remolonear, pegarnos, mojar la cama, dar la lata… ¡lo que
sea con tal de que mamá o papá me preste atención!
Dos ejemplos:
Unas consisten en dar algo (refuerzo o premio) para que la conducta se vuelva a
repetir, y otra en quitar eso que al niño le resulta gratificante (castigo) con el
objetivo de que esa conducta no se vuelva a dar.
En resumen….