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Los padres ejercen una gran influencia en el comportamiento del niño.

Como
padres y educadores, es necesario que conozcamos cuáles son las leyes que rigen el
aprendizaje. Esto nos permitirá educar mejor al niño y evitar problemas que puedan
influir negativamente en su desarrollo personal.

 DETERMINANTES DE LA CONDUCTA

La conducta de los niños viene determinada por varios factores:

- Factores Innatos: todas aquellas capacidades que nos ha otorgado la


naturaleza y lo que heredamos genéticamente. Es importante tener en
cuenta la etapa del desarrollo en la que se encuentra el niño. Cada
estadio del desarrollo trae consigo una serie de conductas relacionadas
con las limitaciones biológicas. Es necesario conocer cuáles son para
comprender el comportamiento de nuestro hijo.

- Factores adquiridos o aprendidos: casi todos nuestros pensamientos,


sentimientos y maneras de comportarnos, no son heredados, sino que
los aprendemos a lo largo de nuestras vidas. Fundamentalmente, en el
núcleo familiar. La conducta se aprende desde los primeros momentos
de la vida del niño. El comportamiento es aprendido, pero también
puede modificarse.

Ambos tipos de factores en unión nos dan como resultado la conducta de nuestros
hijos.

 EL ANTES Y EL DESPUÉS DE LAS CONDUCTAS DE LOS NIÑOS

Es crucial lo que hacemos antes, durante y después de la conducta del niño.


Cualquier reacción por parte de los padres y personas del entorno del niño, durante
o inmediatamente después de la conducta de éste, puede reforzarla: tanto la
alabanza para premiarle, como la reprimenda par intentar corregirle. Ambas serán
las causantes de que esa conducta se repita o se extinga.

Antecedentes de la conducta

Si queremos conocer mejor a nuestros hijos, tendremos que observarlos y hacernos


una pregunta clave: “Qué ha pasado antes de que el niño manifestase su conducta, qué
circunstancias y qué personas están presentes cuando actúa, piensa o siente.”

Observando a los niños, comprobamos que algunas conductas, como las rabietas,
los miedos, la desobediencia o los problemas con las comidas, sólo se encuentran
en: determinadas circunstancias o situaciones (en casa, en el colegio, en casa de
otros familiares, durante el fin de semana…); en presencia de determinadas
personas (padre, madre, hermanos, maestros…).;en momentos determinados (antes
de ir al colegio, hora de las comidas…);en lugares concretos (habitación, cocina,
calle…).
Observar estos antecedentes nos dará información muy importante: si podemos
adelantarnos a la conducta de nuestro hijo, podremos solucionar algunos
problemas antes de que aparezcan.

Consecuencias de la conducta

Todo lo que suceda inmediatamente después de que nuestro hijo realice una
conducta va a tener mucha importancia, y será causa directa para que esa conducta
se vuelva a repetir en el futuro o no. Por esto mismo, debemos observar a nuestros
hijos, y hacernos aquí también una pregunta clave:
“Qué es lo que pasa justo después de que mi hijo realice éste comportamiento.”

Hay dos tipos de comportamientos de los padres que facilitan la aparición o


extinción de las conductas, estos son:
- Las recompensas o reforzadores positivos. La atención de los padres, las
palabras de elogio y aprobación, las caricias o los premios en general,
otorgados por la realización de una conducta correcta de los hijos,
aumenta la probabilidad de que esa conducta se repita y perfeccione.

- Los castigos. Por el contrario, si la conducta del niño no va seguida de


consecuencias agradables, es menos probable que vuelva a ocurrir en el
futuro. Esta conducta se debilitará y se extinguirá.

Uno de los caminos para conseguir que cambien o desaparezcan las conductas
problema de los niños, consiste en la modificación de las consecuencias que siguen
o acompañan a esas conductas. Es importante pues, que reforcemos cuando
queremos que esa conducta se vuelva a producir y que no lo hagamos cuando
queremos que no vuelva a aparecer.

 ¡¡LA CONDUCTA SE PUEDE CAMBIAR!!

REFLEXIONEMOS UN POCO… Modificar la conducta depende, a veces, de


coas bien sencillas. ¿HAS OBSERVADO QUE…?

SI con algo o con alguien NOS VA BIEN,


SI algo nos gusta,
SI alguien nos anima  REPETIMOS
SI nos premian lo bien hecho

SI de hacer algo
SI de estar con alguien no sacamos nada  LO DEJAMOS

Si nos perjudica, nos va mal, nos hace daño  LO DEJAMOS +DEPRISA


La conducta de nuestros hijos (positiva o negativa) está determinada por las
consecuencias que en anteriores ocasiones han seguido a la misma. Así pues, es
posible ayudar a nuestros hijos a cambiar un comportamiento mediante la
modificación de las consecuencias de sus conductas.

Los refuerzos y la atención

Un premio que siempre interesa a los niños es la ATENCIÓN, EL AFECTO, QUE


NOS HAGAN CASO. La atención es uno de los más poderosos refuerzos y
prácticamente universal: a todos los niños les gusta que les digan lo bien que hacen
las cosas y que les feliciten por ello. Se trata de un refuerzo natural, muy fácil de
utilizar y accesible para todos.

Si inmediatamente después de sorprender a nuestro hijo haciendo algo de forma


positiva, elogiamos su conducta, se incrementará la probabilidad de que se dé en el
futuro esa respuesta adecuada.
Descubrir a nuestros hijos haciendo algo bueno y, sobretodo, decírselo, es mucho
más placentero que andar al acecho para sorprenderlos en algún error.

¡¡La atención y el refuerzo que sirve para la adquisición de conductas adecuadas, también
explica la presencia de conductas inadecuadas!!

Tanto les interesa nuestra atención y afecto, que si no lo consiguen por las buenas
son capaces de llorar, remolonear, pegarnos, mojar la cama, dar la lata… ¡lo que
sea con tal de que mamá o papá me preste atención!

Dos ejemplos:

1 Cuando nuestro hija llora y patalea en una tienda de golosinas y


nosotras, por no escucharle más, le compramos lo que pide; estaremos
aumentando la probabilidad de que en ocasiones futuras, ante nuestra
primera negativa de ceder, su conducta sea una vez más gritos y llantos
(LE HEMOS ENSEÑADO A QUE CONSIGA LAS COSAS
LLORANDO)
2 Si le pedimos a nuestra hija que haga los deberes antes de ver la
televisión, y esta se resiste, se queja, llora, nos grita… y en este momento
consentimos que invierta el orden (primero ver la tele y luego hacer los
deberes), en ocasiones futuras, cuando quiera ver la tele entes de hacer
los deberes, habrá aprendido que lo que tiene que hace r es quejarse,
gritar, resistirse.
 TÉCNICAS PARA EL CONTROL DE LA CONDUCTA

Existen muchos procedimientos para cambiar las conductas de nuestros hijos y


convertirlas en conductas más adecuadas.

Unas consisten en dar algo (refuerzo o premio) para que la conducta se vuelva a
repetir, y otra en quitar eso que al niño le resulta gratificante (castigo) con el
objetivo de que esa conducta no se vuelva a dar.

Todas estas técnicas, presentan características comunes:

- Explicación. Siempre hay que explicar al niño lo que se va a hacer y por


qué.

- Inmediatez del refuerzo. Es imprescindible que el refuerzo se otorgue o


retire inmediatamente después de que se produzca la conducta
deseada.

1. INCREMENTANDO LAS CONDUCTAS ADECUADAS

1.1 Utilizar refuerzos: Refuerzo positivo

Estamos viendo como las conductas se mantienen y aumentan cuando reciben un


refuerzo, es decir, algo agradable. El reforzamiento positivo implica que cuanto
más se refuerza una conducta o una respuesta, más probable es que dicha conducta
se repita en un futuro.

A parte de la atención y la alabanza, son muchos los REFORZADORES


POSITIVOS que podemos utilizar:

✓ Los reforzadores materiales y los reforzadores de actividad suelen ser


más potentes, es decir, tienen más capacidad de refuerzo que los
reforzadores sociales, por lo que resulta aconsejable utilizarlos en los
primeros momentos del aprendizaje de una conducta. Para usarlos de
forma adecuada hemos de tener en cuenta:
- limitar su uso (¡Todo no se puede premiar con algo material!),
- que haya una relación entre el refuerzo y el esfuerzo realizado
por el niño (por ejemplo, las tareas cotidianas tiene más sentido que las
reforcemos con alabanzas y afecto)
- graduar el refuerzo (por ejemplo, ir entregando diferentes
partes – coleccionable - por cada logro.

 Siempre que se use un reforzador material, de actividad o una ficha,


debe acompañarse de un reforzador social, con el fin de que con el
paso del tiempo se pueda ir retirando el refuerzo tangible y sea el
reforzador social el que mantenga la conducta. Por ejemplo cuando
Ana recoge su habitación su mamá la premia con un bollo de
chocolate, y mientras se lo da le dice: “muy bien, estoy muy contenta por
tu comportamiento”. Es de esperar que después de un tiempo, el
reforzador social “estoy muy contenta”, será suficiente para que la
conducta de recoger la habitación no se extinga.

✓ Las fichas o los puntos se pueden administrar con mayor facilidad


inmediatamente a que la conducta haya tenido lugar y, además, es
más difícil que se sacien, ya que pueden ser canjeados por una
mayor variedad de estímulos, por lo que tienen mayores
posibilidades de ser reforzadores poderosos en todas las situaciones.

En resumen….

Utilizaremos esta estrategia de reforzamiento positivo en conductas que


consideramos positivas de nuestro hijo y que queremos que aumente la
probabilidad de ocurrencia.

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