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TOLDERIA DE CAMPO DE LA CRUZ

Me intereso el tema cuando leí un artículo del Padre Meinrado Hux,


publicado en Junin, Pcia. De Buenos Aires en 1972.

Había una escritura de donación de “dos suertes de chacras” aproximadamente 80


Ha. Con prohibición de enajenarlas a favor del cacique Nahuel Payun y capitanejos
Cheuquelen, Farias, Neculpan y Juan Negrete, con fecha 27 de enero de 1881

El porque de la donación: “... de esta tribu quedan el cacique y los


capitanejos a quienes en atención a su condición y servicios anteriores, el
Gobierno esta en el deber de atender y contribuir a que les proporcionen
medios independientes de subsistencia sobre la base del trabajo como medio
civilizado.”

Con fecha 3-2-1881 se efectiviza la compra. De todo esto poseo


fotocopia de documentación archivada en el Archivo del Colegio de
Escribanos de La Plata.

No todos los capitanejos ocuparon inmediatamente las tierras pues


algunos como el caso de Juan Negrete se ausenta en distintas comisiones para
el ejército. Existen copia de cartas sobre el particular.

Se pacifica la frontera pero no la lucha política y sabemos otra vez por el padre
Hux que:” Don Esteban V.Cichero, influyente político radical e intendente de Junín busco
a los indios del Campo de la Cruz para reforzar los contingentes de los revolucionarios que
habían de voltear al Gobernador J.A. Costa en 1893.

Visitamos La Toldería de Campo de la Cruz a pocos km de la ciudad de Junín en la


Pcia. De Buenos Aires en 1995

Conocimos a Don Fulgencio Sosa descendiente del capitanejo


Cheuquelen. Con el y su familia realizamos un video que fue presentado en
las II Jornadas regionales de historia y arqueología del siglo XIX en Guamini
en 1999.

La tierra esta deteriorada, fue utilizada para hacer ladrillos. Muchos abandonaron
el lugar y se fueron a la ciudad. Don Fulgencio y algunos de sus hijos (Isidro es
curandero, da un testimonio muy interesante en la entrevista) no quieren dejar el lugar.

Este, esta formado por 4 ranchos, algunos de adobe, que se disponen en forma
irregular, mientras charlamos los animales domésticos, gallinas, perros, chanchos, pasean
tranquilamente por todos lados.
El deseo del viejo cacique, el único que habla mapuche en la comunidad, es tener
un papel en que el presidente le diga que de ahí nadie los va a sacar. Porque además, nota
que en los lotes vacíos, se van afincando gente que nada tiene que ver con la comunidad.

Me gusto el desafió y allí es donde me largue a tratar de conseguir todos los


documentos posibles, visite el Servicio Histórico del Ejercito, el Registro de la Propiedad
de La Plata. Y con documentación y video me presente al INAI en septiembre de 1998

Entregue fotocopias, copia del video y el Sr. Antonio Delelse me aseguro que irían
al lugar a realizar un censo y que como no había que sacar a nadie para otorgarles la tierra,
seria fácil conseguirlo.

Al DIA de hoy y luego de más actuaciones, unas a cargo de Claudia


Lamelsa y el abogado Horacio Ferrari, no se logro nada.

Don Fulgencio Sosa tiene 90 años, es todo un personaje tiene humor,


inteligencia y mucho sentido común. No quisiera dejar su lugar: ..”Aquí
estamos bien...” y agrega como sermoneando “...somos de la misma sangre”.

El comprende mejor que nadie que somos una sola raza, la humana, y
que los colores de piel y los distintos modos de vida no deben ser un
obstáculo para la convivencia.

Que la apatía impida a Don Fulgencio tenga el papel en el que el


Gobierno le diga que esa tierra es y será siempre suya y de sus hijos, antes de
su muerte seria un pecado imperdonable.

Martha E. Drovetto favettoh@fibertel.com.ar

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