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Breve descripción de la Escuela de Frankfurt.

Cris Martínez.

La Escuela de Frankfurt fue una asociación de científicos nucleados en el Instituto para la


Investigación Social (Institut für Sozialforschung), del cual Max Horkheimer fue director desde
1930 a 1933 y más tarde de 1949 a 1958. En el período intermedio de las fechas antes mencionadas,
el Instituto y sus integrantes partieron hacia un exilio necesario a los Estados Unidos dada la
compleja situación política imperante en Alemania generada por el nazismo. Otros miembros
connotados de esta escuela fueron Herbert Marcuse, Teodor Adorno, Friedrich Pollock, Erich
Fromm, Walter Benjamin, Leo Löwenthal, Franz Leopold Neumann, Georg Rusche, Jürgen
Habermas, Karl-Otto Apel entre otros.
El aporte intelectual de la Escuela es lo que se conoce como “Teoría crítica” a la que adhirieron
varias generaciones de filósofos y filósofas alemanes que trabajaban desde una línea marxista de
pensamiento. La teoría crítica marca una diferencia con la teoría tradicional en el sentido en que
pone el énfasis en una praxis liberadora de la opresión que lleve a los seres humanos a satisfacer sus
necesidades y aspiraciones. En esa línea, la filosofía no busca solo explicar sino transformar la
realidad como claramente había expresado Marx en su tesis 11 sobre Feuerbach. La teoría crítica en
verdad no es unitaria sino que se ramifica en diversas teorías criticas que se ocupan de diversos
aspectos de la vida de las personas y en particular de los mecanismos de dominación que las
someten en la sociedad moderna. En este sentido se extiende a la ética, el arte, la política, los
medios de comunicación… En un sentido estrecho, la teoría crítica ha intentado establecer una
relación entre la filosofía y las ciencias sociales y naturales a las cuales les reclama herramientas
para lograr un modo de investigación interdisciplinario y empírico en vistas a la emancipación. Si
bien muchas veces se acota la producción de la Escuela a los trabajos de Horkheimer, Adorno y
Marcuse, la influencia del pensamiento crítico tuvo una extensión suficiente para incluir estudios
de feminismo, críticas al problema del racismo y algunas cuestiones del tema post-colonial: cuando
Teoría Crítica se escribe con mayúsculas refiere más exclusivamente a la Escuela de Frankfurt,
cuando se lo hace con minúsculas incluye un variado espectro de producciones a cargo de filósofos
y filósofas con intereses diversos. Horkheimer mismo estipuló que una teoría es crítica si cumple
con tres criterios básicos: debe tener poder explicativo, ser práctica y normativa simultáneamente,
es decir, dar cuenta de lo que funciona mal en la realidad social, identificar quiénes podrían
cambiarla y brindar normas claras para lograr la transformación de esa situación. Los seres
humanos, desde esta teoría, son claramente productores de su historia y por lo tanto podrían
cambiar las presentes condiciones de explotación capitalista en otras donde la sociedad construya
formas consensuadas de vida mucho más democráticas. Estas ideas de democracia como consenso
fueron bien recibidas por los representantes del pragmatismo norteamericano.
El proyecto de la Teoría Crítica era claramente ambicioso, y por ende, trajo tensiones internas, en
particular entre los aspectos normativos y empíricos de su propuesta. En particular, las cuestiones
empíricas, que la Escuela vinculaba con el desarrollo histórico del positivismo, eran mal vistas ya
que desde su modo de ver obturaban la posibilidad de vincularlas con la dimensión política. En otro
orden de cosas, también ponían en cuestión la filosofía en su costado metafísico en tanto su idea de
que es preciso ocuparse de aquello que “desborda” lo real no aporta nada importante a los
cometidos de la Escuela. Si bien los frankfurtianos no creían en la especulación metafísico,
apostaban a un método dialéctico, propio del marxismo al que adherían, que los ponía en un lugar
distante de la corriente positivista que, según ellos, se valían de conceptos exclusivamente
derivados de lo observable. Sin embargo, podemos decir que los miembros del Instituto de
Investigación Social tomaban en cuenta sin dudas lo que ellos observaban de la realidad social para
proponer, como ya se indicó, una teoría social que favoreciera prácticas emancipatorias.

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