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Célula

La célula es la unidad fundamental de la vida; lo que significa, realmente, que la célula


contiene todas las estructuras y los componentes moleculares necesarios para la vida.
La célula puede tomar materias primas de su entorno natural y a partir de éstas, extraer
energía útil, sintetizar sus propias moléculas, crecer en una forma organizada,
reaccionar a los estímulos de su medio circuncidante y lo más significativo,
reproducirse a sí mismas.
Las células convierten la energía de una forma a otra y la utilizan para diversos tipos de
actividades, que van desde el trabajo mecánico hasta la síntesis química; almacenan la
información genética en la molécula de ADN, que se duplican con fidelidad y transmiten
a la progenie durante la división celular y utilizan la información para controlar su
metabolismo y especificar sus estructuras. Por supuesto, una célula es un sistema
abierto, que requiere intercambio de materiales y energía con el ambiente que lo rodea,
pero si cuenta con los nutrimientos esenciales y un ambiente apropiado, algunas
células se pueden mantener vivas y en crecimiento en el laboratorio durante muchos
años. En contraste ninguna parte celular aislada puede sostenerse con vida.
Las células son células son los bloques de construcción incluso de los organismos
multicelulares más complejos. Pueden tener modificaciones diversas para llevar a cabo
funciones especializadas.
Organización y estructura de las células
De acuerdo a su complejidad la célula se divide en dos grandes grupos que son:
procariontes y eucariontes.
Célula procariota
Los procariontes son las formas más simples de vida unicelular que tienen sus raíces
entre las más antiguas formas de vida conocidas; se incluyen a las bacterias y a las
algas azul-verdosas.
Los procariontes por lo general son mucho más pequeños que los eucariontes. Todos
los procariontes poseen una membrana plasmática; algunos grupos, hasta dos
membranas.
Los procariontes carecen de un núcleo organizado, en ellos el material genético o ADN
no está encerrado por una membrana o envoltura nuclear. Además, el ADM no está
enrollado alrededor de proteínas, sino que el ADN bacteriano está desnudo y toma
usualmente la forma de un círculo.
Los procariontes carecen casi por completo de todo signo de membranas internas y de
organelos limitados por una membrana que se encuentra en los procariontes;
exceptuando a las cianobacterias que posen grandes membranas internas, los
tilacoides. Algunas bacterias forman una estructura membranosa llamada mesosoma
durante la división celular. Las bacterias, están encerradas en paredes celulares,
similar a las células vegetales.
Células eucarióticas
Los organismos eucariontes son aquellos cuyas células poseen núcleo, pueden ser
unicelulares como pluricelulares; incluyen a los hongos, protistas animales y plantas.
Una célula está conformada básicamente por una envoltura externa, la membrana
plasmática, una región interna conocida como citoplasma y un núcleo sobresaliente,
que está rodeado por una membrana nuclear; dado que se trata de una doble
membrana, la membrana nuclear conoce técnicamente como envoltura nuclear.
Además, muchas células particularmente las vegetales están rodeadas por una pared
celular inerte y rígida que sirve como protección.
El citoplasma contiene muchas estructuras pequeñas que se llaman organelos
rodeadas usualmente por membranas complejas. Tiene elementos de soporte que
arman el citoesqueleto, que incluyen microfilamentos de proteínas, que le dan
consistencia firme al citoplasma y sostén a los organelos. Otros elementos de soporte
son los microtúbulos formados por proteínas. Finalmente, está el núcleo, un cuerpo
central rodeado por una doble membrana, o envoltura nuclear. El núcleo contiene el
material genético (ADN) cuyo papel es dirigir las actividades de la célula y duplicarse a
sí mismo antes de la división celular para distribuir copias entre las nuevas
generaciones de células.
Estructura celular eucariótica
Organelos de sostén y transporte
Pared celular, las células vegetales, los hongos y muchos protistas están rodeados por
densas paredes celulares las cuales mantienen la forma y proporcionan flexibilidad.
Las paredes celulares en los vegetales están formadas por celulosa y otros
polisacáridos. Las microfibrillas de las cadenas de celulosa están ordenadas en capas
con una orientación alterna formando una cubierta laminada fuerte y porosa que cubre
la célula. Esta cubierta está impregnada con lignina y pectina, sustancias
endurecedoras, que mantendrán la forma, fuerza y resistencia de la célula vegetal. Las
paredes de las células adyacentes se mantienen adheridas por la pectina, que forma
una capa llamada lámela media.
Citosol, toda la porción citoplasmática que carece de estructura y constituye la parte
líquida del citoplasma, recibe el nombre de citosol por su aspecto fluido.
Citoesqueleto, es una red compleja de filamentos protéicos responsables de dar forma
a la célula, de su organización interna y de sus movimientos. En él se encuentran las
moléculas necesarias para el mantenimiento celular.
Filamentos que forman el citoesqueleto
- Filamentos de actina o microfilamentos: son típicos de las células musculares,
participan en la contracción muscular.
- Filamentos intermedios: filamentos de queratina, que es una sustancia albuminoide
rica en azufre y constituye la parte fundamental de los pelos, plumas, uñas, cuernos,
pezuñas y de la capa más externa de la epidermis. Es decir que los filamentos de
queratina son típicos de las células epidérmicas.
- Microtúbulos: se presentan separados en el hialoplasma o forman estructuras más
complejas, como el uso acromático y son responsables del movimiento de cilios y
flagelos.
Membrana plasmática, controla la entrada y salida de los nutrientes en la célula,
además mantiene la homeostasis. En la composición química de la membrana entran a
formar parte los lípidos, proteínas y glúcidos en proporciones aproximadas de 40%,
50% y 10%, respectivamente.
El núcleo, es una estructura grande y prominente rodeada por una doble membrana;
contiene nucleolos y cromosomas, los cuales a su vez están formados por ADN (ácido
desoxirribonucleico) y proteínas.
El nucleolo son cuerpos granulares en el núcleo; es el sitio de síntesis de ARN (ácido
ribonucleico) ribosómico y de ensamblajes de las subunidades ribosómicas. Los genes
dentro del núcleo son copiados y transmitidos, mediante la mitosis, desde una
generación a la siguiente. Los genes contienen las instrucciones químicas para el
ensamblaje de los aminoácidos en proteínas.
El retículo endoplasmático (RE) consiste en una red de membranas internas que se
extienden en el citoplasma, es el sitio de síntesis de lípidos en el caso de retículo
endoplasmático liso rugoso denominado así por la presencia de numerosos ribosomas
en el sitio donde se sintetizan las proteínas; el retículo endoplasmático es el origen de
numerosas vesículas de transporte intracelular.
Aparato, cuerpo o complejo de Golgi incluye cierto número de canales y sacos
membranosos usualmente localizados cerca del núcleo. Interviene en la modificación
química de proteínas que se distribuyen a vacuolas u otros organelos.
Lisosomas son sacos membranosos que sólo están presentes en las células de origen
animal, contienen enzimas para la hidrólisis de los componentes celulares viejos o
dañados (autofagia) o para la digestión de los materiales incorporados en vesículas
fagocíticas (heterofagia).
Peroxisomas sacos membranosos que contienen catalasa, una enzima para el
metabolismo del peróxido de hidrógeno.
Plástidos, incluyen a los cloroplastos metabólicamente activos, los leucoplastos son
lugares de almacenamiento de almidones y cromoplastos sitios llenos de pigmentos.
Cloroplastos son plástidos complejos de doble membrana, llevan a cabo la
fotosíntesis: convierten la energía luminosa del sol en energía de enlaces químico,
mediante el uso del agua y dióxido de carbono, usan esta energía para la producción
de carbohidrato. Contienen clorofilas, pigmentos fotosintéticos que están dispuestos en
tilacoides los cuales están interconectados por láminas membranosas.
Mitocondrias, son sacos consistentes en dos membranas, la externa es simple y
rodea el compartimiento externo, la interna presenta muchos pliegues forma crestas,
amanera de repisas donde se sintetiza ATP (adenosín trifosfato), la mitocondria es el
sitio de la mayor parte de las reacciones de la respiración celular, la transformación de
la energía de glucosa o lípidos en ATP.
Centriolos, están formados por dos cuerpos con forma de cilindro y capaces de
autoduplicarse, se encuentran cerca del núcleo, donde forman el huso acromático y
organizan la formación de microtúbulos. Se encuentran ausentes en la mayor parte de
las plantas.
Cilios y flagelos intervienen en el movimiento de las células, son diferentes uno de los
otros por su longitud, número y patrón de movimiento. Están formados por
microtúbulos.
Microtúbulos son estructuras tubulares formadas por subunidades esféricas de
tubulina y son parte integral de cilios y flagelos, también forman parte las fibras del
huso acromático. Los microfilamentos son simples fibras de la proteína actina que
interviene en el movimiento citoplasmático.
Funciones de la membrana celular

La función principal de la membrana plasmática consiste en limitar la célula y, por tanto,


en separar el citoplasma y sus orgánulos del medio que los rodea. Este papel no es
pasivo, ya que la membrana actúa como una barrera selectiva para el intercambio y el
transporte de sustancias. La membrana celular cumple, además, otras funciones
esenciales:

- Producción y control de gradientes electroquímicos, ya que en ella se localizan


cadenas de transporte y proteínas relacionadas con los mismos.

- Intercambio de señales entre el medio externo y el medio celular.

- División celular: la membrana está implicada en el control y desarrollo de la división


celular o citocinesis.

- Inmunidad celular: en la membrana se localizan algunas moléculas con propiedades


antigénicas, relacionadas, por ejemplo, con el rechazo en trasplantes de tejidos u
órganos de otros individuos.
- Endocitosis y exocitosis: la membrana está relacionada con la captación de
partículas de gran tamaño (endocitosis) y con la secreción de sustancias al exterior
(exocitosis).

Modelos de la membrana celular

La primera propuesta sobre la composición de la membrana fue hecha por C.E.


Overton en 1895. Propuso que el trasiego de moléculas entre la célula y su entorno no
dependía de la pared celular. Observó que las moléculas de naturaleza lipídica
entraban más fácilmente en las células que las hidrofílicas por lo que intuyó que debía
existir una barrera o cubierta lipídica delimitando a la célula. Incluso llegó a proponer
que estaba compuesta por colesterol y otros lípidos. C.E. Overton no fue el primero en
sugerir que había un límite lipídico en la célula, ya se había mencionado hacia 1880,
pero sus trabajos fueron más contundentes.

Más tarde, I. Langmuir descubrió que los lípidos anfipáticos, con una parte hidrófoba y
otra hidrofílica, se disponían en las superficies acuosas formando monocapas con las
cabezas polares hacia la parte acuosa y la parte hidrófoba fuera del agua. Es decir,
formaban una membrana de una capa de lípidos. Esta idea fue importante para
interpretaciones posteriores de la membrana celular puesto que la célula poseía estos
lípidos anfipáticos en forma de glicerofoslípidos y esfingolípidos. Otras líneas de
investigación como la electrofisiología habían llegado a la conclusión de los axones de
las células poseían electrolitos y podían crear gradientes gracias a envueltas
semipermeables que podían cruzarse de manera regulada.

En torno a 1925, E. Gorter y F. Grendel, querían saber cuántos lípidos había en los
eritrocitos. Se encontró que los lípidos extraídos de la membrana de los glóbulos rojos,
los cuales sólo tienen la membrana plasmática, formaban una monocapa en la
superficie de soluciones acuosas con un área que era el doble de la superficie
estimada de la membrana del propio glóbulo rojo. Parece ser que se cometieron
muchos errores cuantitativos en estos experimentos, pero, por suerte, unos
compensaron a otros. Ellos encontraron una relación superficie eritrocito: superficie de
lípidos extendidos de 1:2. En realidad, estudios más tardíos y precisos dan una relación
de 1:1,3. Ese 0,7 que falta es debido a las proteínas, que por aquel entonces no sabía
que debían incorporarse en las membranas.

De cualquier manera, el resultado que ellos obtuvieron los llevó a proponer que los
glicerofosfolípidos se organizaban formando una bicapa lipídica con las cabezas
polares hacia la solución acuosa, intracelular y extracelular, respectivamente, mientras
que sus partes hidrófobas quedaban recluidas en su interior, a salvo del ambiente
acuoso. Habían propuesto el modelo de bicapa lipídica de la membrana celular que
explicaba tanto sus características físicas como químicas, y que además era
termodinámicamente favorecidas. Esta disposición se ajustaba más o menos al grosor
de la membrana de 4 nm, estimado por H. Fricke en 1920-1930 tras medir la
capacitancia de la membrana. Este modelo de bicapa lipídica fue la base para futuros
ajustes y reformulaciones de organización de la membrana celular.
En la década de 1930 nuevos experimentos aportaron datos acerca de las propiedades
mecánicas de las membranas, los cuales no podían ser explicados simplemente con la
participación de los lípidos. Éstos incluían tensión superficial, permeabilidad de solutos
y resistencia eléctrica. Por ejemplo, encontraron que algunas moléculas podían cruzar
las membranas más fácilmente de lo esperado por sus características químicas, lo cual
implicaba que tenían algún tipo de ayuda. Así que se introdujo a las proteínas como
parte de las membranas y como responsables de esos nuevos datos experimentales.
H. Davdson y J.F. Danielli propusieron un modelo trilaminar de la membrana
incorporando a las proteínas a la bicapa lipídica. Colocaron a las proteínas
recubriendo la bicapa lipídica, es decir, tapizando ambas superficies, intentando que
cumplieran las leyes termodinámicas.

Principales modelos de organización de la membrana celular (modificado de Becker et


al., 2003).

Hasta que se pudieron observar las primeras muestras biológicas con el microscopio
electrónico nadie pudo asegurar como estaba estructurada la membrana celular. Esto
ocurrió en los años 1950. El modelo trilaminar de Davdson y Danielli se vio reforzado
por las imágenes de microscopía electrónica. Aunque el microscopio electrónico
aparición hacia 1930, no fue hasta 1950 que se pudieron observar membranas con
nitidez. En los años 50, 60 y 70 del siglo pasado, se consiguieron imágenes de
membranas cortadas transversalmente en las cuales aparecían tres líneas: dos líneas
oscuras, separadas por una zona clara. Esta imagen se observó en todas las
membranas de la célula y en todas las células estudiadas. Por ello, a esta organización
oscuro-claro-oscuro se le denominó unidad de membrana, y se consideró universal
para cualquier membrana celular. En esta época se midió el espesor de la membrana,
6-8 nm y J.D. Robertson (1960) propuso que las zonas oscuras correspondían a las
proteínas y partes hidrofílicas y la zona central clara a las cadenas de lípidos. Cuando
se sintetizaron membranas artificiales y se vieron con el microscopio electrónico se
comprobó que también poseían la unidad de membrana, incluso sin proteínas. El
modelo de Davson y Danielli, que fue popular hasta los años 60 del siglo pasado.
coexistió con otros en los que los lípidos y proteínas se colocaban en diferente
disposición, pero siempre proteínas cubriendo la superficie de la membrana. A pesar de
ello no se explicaba muy bien como los iones y otras moléculas cargadas podían cruzar
la membrana.

En 1966, Green y Benson, trabajando con liposomas de mitocondrias, descubrieron


que se podían extraer trozos, subunidades, de membranas con lípidos y proteínas,
luego sugirieron que los lípidos podían ser solventes de proteínas globulares. En esos
mismos años también se propuso que algunas proteínas podrían incluso cruzar la
membrana actuando como poros. Esto fue debido a que a medida que mejoraron las
técnicas de separación de tipos de membrana se pudieron estudiar por separado sus
composiciones químicas y se comprobó que era muy variable. Por ejemplo, había
membranas con una tasa de lípidos respecto a las proteínas que podía variar desde el
50% al 80%. Por otro lado, muchas proteínas de membrana eran muy insolubles por lo
que no se explicaba que fueran sólo periféricas en medio acuoso. Es decir, en las
membranas había muchas proteínas y éstas no era probable que fueran sólo
periféricas, sino que deberían formar parte de la membrana con las porciones de sus
cadenas con aminoácidos localizadas entre las cadenas de ácidos grasos y otras
porciones hidrofílicas saliendo por ambos lados de la membrana. Además, desde 1945,
la integración de las proteínas en la bicapa lipídica se benefició de los estudios de
iones en los que se propuso que el mantenimiento de diferentes concentraciones de
éstos a ambos lados de la membrana era debida a una posible bomba que los
propulsaba con consumo de energía. Hacia 1965 se encontró que las ATPasas
estaban asociadas a las membranas. Estas proteínas usaban ATP para mover iones,
luego debían ser transmembrana.

En la década de los 70 del siglo pasado dos líneas de investigación mostraron


evidencias de que había proteínas insertadas en las membranas. Una era el desarrollo
de la microscopía electrónica de barrido. En 1963, Moor y Mühlethaller desarrollaron la
técnica de criofractura para el microscopio electrónico. Y unos años más tarde se
observó en el interior de las membranas unas estructuras globulares que no podían ser
más que proteínas. La otra eran los estudios moleculares. En 1966 algunos trabajos
indicaron que las proteínas no eran globulares, sino que podrían tener disposiciones
más alargadas y que podrían insertarse en las membranas. Se podían distinguir dos
dominios de la misma molécula, uno era intracelular y el otro extracelular, lo que sólo
podía explicarse si dicha molécula atravesaba completamente la membrana
plasmática.

En 1972, S.J. Singer y G. Nicolson, recogieron la información acumulada en la década


anterior: movimiento flip-flop limitado de lípidos y nulo para las proteínas, difusión
lateral de las moléculas, barrera permeable, proteínas con estructuras en alfa hélice,
globulares y transmembrana, transiciones de fase de la membrana, y la necesidad que
algunas enzimas tenían de los lípidos para su actividad. Con todo ello propusieron el
modelo de mosaico fluido de membrana para incorporar todos estos datos nuevos.
Uno de sus grandes ventajas era que recurría a la termodinámica, fuerzas electro-
químicas, para explicar la organización de la membrana. Esto suponía que no sólo
explicaba, sino que predecía las propiedades de la membrana. Propusieron que las
membranas están formadas por proteínas embebidas en una bicapa lipídica (de ahí la
palabra mosaico). Las proteínas se incorporan a la bicapa y tienen dominios intra y
extracelulares. Esto es importante porque establece una vía de comunicación entre el
interior y el exterior celular, bien mediante la creación de canales hidrofílicos, bien
como elementos transportadores que permiten salvar la barrera de cadenas de ácidos
grasos, o bien como receptores que transmiten la información mediante cambios de
conformación de la propia estructura molecular frente a señales. A este modelo se le
incorporaron posteriormente las proteínas periféricas, tanto las unidas covalentemente
a la membrana como las asociadas mediante enlaces eléctricos. Singer y Nicolson ya
sugirieron que la interacción entre lípidos y proteínas debía ser funcionalmente
importante para la membrana. El término fluido fue otro gran avance conceptual y se
propuso como consecuencia de los datos aportados por trabajos previos. H.M.
McConell y D. Chapman realizaron experimentos de resonancia magnética en los que
se mostraba que las moléculas de las membranas, tanto lípidos como proteínas, no
estaban estáticas sino podían moverse lateralmente en la bicapa por difusión, con lo
cual la membrana se transformó en una estructura dinámica y maleable. Incluso en
estos experimentos se sugirió que la membrana es asimétrica, es decir que la
monocapa citosólica tenía una composición diferente a la monocapa externa.

Este modelo de mosaico fluido ha explicado los datos experimentales conseguidos con
otras técnicas actuales. Así, con la llegada de los marcajes selectivos de moléculas y
su observación en tiempo real con microscopía de fluorescencia se pueden observar
moléculas individuales en membranas íntegras y en condiciones más o menos
fisiológicas. Se puede comprobar que las moléculas no están fijas en una posición, sino
que pueden moverse por la bicapa lipídica. Mediante espectroscopía cuantitativa se ha
observado que los movimientos son sobre todo laterales, es decir, desplazamientos
como si la molécula estuviera flotando en la bicapa lipídica, pero las inversiones o
cambios de una monocapa a la otra de la membrana son muy infrecuentes.

Actualmente, el modelo se ha ido modificando y ajustando a los nuevos datos


experimentales, que indican que la característica preponderante de la membrana es
heterogeneidad, más que fluidez. Por ejemplo, mediante el seguimiento del movimiento
de moléculas en células in vivo, y posteriormente in vitro, se ha encontrado que los
movimientos de las moléculas no son completamente al azar, es decir, hay
restricciones al movimiento. Estas restricciones son evidentes para las proteínas,
pero más recientemente también se han encontrado restricciones a los lípidos,
afectando principalmente a los esfingolípidos y al colesterol. Así, la membrana se
ajusta al modelo de mosaico fluido en que las moléculas tienden a difundir lateralmente
de forma libre, pero ese movimiento puede estar sometido a restricciones. Las
restricciones a la movilidad de las moléculas de la membrana se agrupan en tres
categorías: dependientes de las interacciones físico-químicas entre las propias
moléculas, de las interacciones con el citoesqueleto o con la matriz extracelular y
dependientes de las propiedades físicas de la propia membrana, fundamentalmente
grosor y curvatura. Estas restricciones hacen que la membrana no sea homogénea,
sino que las moléculas se distribuyan y agrupen en áreas de la superficie celular para
formar los llamados dominios de membrana. Estos dominios tendrían una composición
molecular característica que le permitirían llevar a cabo diferentes funciones. Por tanto,
el modelo de membrana actual está basado en el modelo de mosaico fluido, pero
curiosamente, la posibilidad de difusión de las moléculas no produce una
homogeneidad química de la membrana sino todo lo contrario, una heterogeneidad de
dominios distribuidos por toda la extensión de la membrana. Cada uno de estos
dominios, del orden de nanómetros, puede variar su posición, su número, su tamaño
(pocas decenas de nanómetros de extensión), aparecer y desaparecer en intervalos de
tiempo cortos, y todo ello según las necesidades funcionales de la célula. La fluidez,
paradójicamente, favorece la formación y la dinámica de estos dominios.

Tipos de transportes

a) Transporte pasivo
Es un proceso espontáneo de difusión de sustancias a través de la membrana, en el
que no se requiere energía para realizar el trabajo de transportar las sustancias por
parte de la célula.

Durante el transporte pasivo, las sustancias se mueven de un medio de mayor


concentración a uno de menor concentración, es decir, a favor de una gradiente de
concentración. Una gradiente de concentración es una medida de la diferencia de
concentración de una sustancia en dos regiones.

Son mecanismos de transporte pasivo la difusión simple, la ósmosis y la difusión


facilitada.

- Difusión simple es el paso de moléculas pequeñas y sin carga eléctrica, como el


oxígeno o el dióxido de carbono, a través de la membrana celular.

Estas van desde el medio en que se hallan en mayor concentración hacia el medio en
donde su concentración es menor, producida por la gradiente de concentración. Por
ejemplo, las moléculas de oxígeno entran a la célula si su concentración en esta es
menor que en el medio extracelular; en caso contrario, las moléculas de dióxido de
carbono salen de la célula y, así, las concentraciones a ambos lados de la membrana
tienden a igualarse.

- Ósmosis (un caso especial de difusión simple): Se trata del paso del agua a través de
una membrana semipermeable; es decir, la membrana deja pasar el agua, pero no los
solutos. El agua pasa desde una solución de menor concentración de solutos hacia otra
de mayor concentración.

El agua atraviesa la membrana de forma que las concentraciones a ambos lados


tienden a igualarse.

- Difusión facilitada: Las moléculas que no pueden atravesar directa y libremente la


bicapa lipídica, a pesar de que su gradiente de concentración es favorable, son
transportadas a través de proteínas transmembrana.

Las proteínas de transporte se encuentran en la membrana plasmática y en la


membrana de los organelos y pueden ser de dos tipos:

Proteínas de canal

Proteínas portadoras

Las proteínas de canal forman poros permeables o canales, en la bicapa lipídica, por
medio de los cuales ciertos iones pueden cruzar la membrana. Ej. el sodio (Na +),
cloruro (Cl), potasio (K+)
Las proteínas portadoras tienen sitios de unión para moléculas específicas. Como
resultado de la unión las proteínas portadoras cambian su forma, haciendo que la
molécula pase a través de la parte central de la proteína hacia el otro lado de la
membrana. Las moléculas que utilizan este mecanismo son los aminoácidos, los
monosacáridos como la glucosa y algunas proteínas pequeñas.

b) Transporte activo

El transporte activo es el que se produce en contra de la gradiente de concentración


por ello requiere del consumo de energía proporcionada por la molécula de ATP
(adenosín trifosfato).

Este transporte ocurre con la ayuda de otro tipo de proteínas de transporte, las cuales
poseen dos sitios activos, uno al que se van a unir a la molécula que se va a
transportar y otro para que se una el ATP. Este último cede energía a la proteína,
haciendo que esta cambie de forma y mueva la molécula al otro lado de la membrana.
Una vez liberada la molécula, la proteína de transporte recupera su forma original y
puede seguir repitiendo el proceso.

Las bombas, la clásica bomba sodio-potasio ATPasa

Las bombas de sodio-potasio (así como todas las otras bombas potenciadas por ATP)
son proteínas transmembrana que se distribuyen alrededor de la membrana. Al
experimentar una serie de cambios conformacionales, las bombas intercambian el
sodio por el potasio a través de la membrana plasmática. A diferencia de lo que ocurre
en la difusión facilitada, por lo menos uno de los cambios conformacionales en el ciclo
de la bomba requiere energía, que proporciona el ATP. La forma de la proteína bomba
de sodio potasio cambia en el ciclo, cuando un grupo fosfato del ATP primero se une a
ella y posteriormente es retirado.

El transporte activo puede ser de tres tipos: uniport, simport o antiport.

- El transporte activo uniport es aquel en el que se mueven un tipo de molécula en


una sola dirección.

- El transporte activo simport es aquel en el que son transportados dos solutos en la


misma dirección al mismo tiempo.

- Y, el transporte activo antiport, ocurre cuando dos solutos son transportados en


direcciones contrarias al mismo tiempo, como en el caso de la bomba sodio-potasio.

Otros procesos que permiten el transporte de nutrientes a la célula son la endocitosis,


la pinocitos, la fagocitosis y la exocitosis.

a) La endocitosis en un proceso por el que la célula capta partículas del medio externo
mediante la invaginación de la membrana en la que se engloba la partícula a ingerir.
Para ello, hay un estrangulamiento de la membrana, dando origen a una vesícula que
encierra el material ingerido.

b) La pinocitosis es un proceso que permite a determinadas células y organismos


unicelulares obtener líquidos orgánicos del medio exterior, mediante una invaginación,
que forma una vesícula alrededor del líquido del medio externo que será incorporado a
la célula.

c) La fagocitosis es un proceso en el cual, la célula ingiere desechos, bacterias u otros


restos celulares. Se lleva a cabo en células especializadas llamadas fagocitos.

En la fagocitosis la invaginación de la membrana produce una vesícula que se


denomina fagosoma, la cual usualmente se fusiona con uno o más lisosomas que
contienen enzimas hidrolíticas. Estas enzimas destruyen y degradan los materiales
contenidos en el fagosoma.

Por medio de pseudópodos o grandes prolongaciones de la membrana plasmática, las


partículas sólidas son envueltas y llevadas al citoplasma de la célula en forma de
vacuola fagocítica. Este tipo de ingestión se encuentra en amebas y otros macrófagos.

d) La exocitosis, finalmente, es un tipo de transporte que tiene por objetivo la salida de


diferentes macromoléculas desde la célula, a través de una evaginación de la
membrana, liberando al medio extracelular los diferentes desechos que en ella se
encuentren.

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