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Toda forma de interacción social está relacionada con la comprensión del otro,
hasta el intercambio más sencillo en la vida cotidiana requiere de una serie de
comportamientos y conductas que implican a las personas y que llevan a
entender que los significados no se encuentran únicamente en los objetos, sino en
las relaciones – interacciones entre los actores y entre éstos y los objetos. Por tanto
la comunicación vista como interacción, es un activador del diálogo y de la
convivencia entre los sujetos sociales.
Paul Watzlawick
Tanto La Escuela de Palo Alto, como el Interaccionismo Simbólico, son las dos
corrientes teóricas sobre las cuales se sientan las bases de la dimensión
comunicológica de la interacción. Es a través de los postulados de sus autores
que “la comunicación en tanto que sistema no debe pues concebirse según el
modelo elemental de la acción y la reacción, por muy complejo que sea su
enunciado, sino que hay que comprenderla al nivel de un intercambio2”.
Este teórico estadounidense de origen austriaco publicó en 1967 su obra ‘Teoría
de la comunicación humana’, escrita junto a Janet Beavin y Don Jackson,
estableciendo un nuevo enfoque holístico sobre la interacción entre personas que
rompió con la visión unidireccional o lineal de la comunicación verbal propuesta
por Shannon y Weaver, imperante en ese momento.
A pesar de que han pasado casi cuatro décadas desde su publicación, sus
conclusiones siguen estando vigentes como base para impulsar las habilidades
comunicativas de las personas. Como afirmó el doctor Carlos Sluzki, director del
Mental Research Institute, en el Prólogo de la edición de 2002, se trata de “una
Según Paul Watzlawick, desde los primeros días de vida el ser humano comienza a
aprender las reglas de la comunicación, aunque difícilmente tome conciencia de
ellas. Esta dimensión interpersonal de la comunicación el profesor Watslawick la
explica a partir del desarrollo de los Axiomas del a comunicación, veamos:
Es imposible no comunicar.
Los niveles de contenido y las relaciones de la comunicación.
La puntuación de la secuencia de hechos.
Comunicación digital y analógica.
Interacción simétrica y complementaria.
Como explica el autor en el libro, no hay nada que sea lo contrario de conducta.
Ninguna persona puede dejar de comportarse y, dado que cualquier conducta
conlleva un acto de comunicación, es imposible no comunicarse. Por ejemplo,
evitar advertir a un empleado un fallo que ha cometido no supondrá que no
estemos interactuando con él, pues el trabajador interpretará nuestra falta de
comunicación verbal como que todo está correcto. Por ello, debemos afrontar la
interacción directa dentro de la empresa y ser lo más específicos posibles, porque
incluso sin estar presentes físicamente estamos enviando mensajes –quizá
totalmente contrarios a lo que realmente deseamos transmitir-.
Axioma 2: La comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto
relacional, tales que el segundo clasifica al primero y es, por ende, una
metacomunicación.
La comunicación se realiza en dos niveles simultáneamente: un nivel
de contenido (comunicación) y un nivel de relación (meta-comunicación).
La relación entre los interlocutores está moldeada por la puntuación del desarrollo
de la comunicación
Cada uno decide donde comienza sus intercambios
Los grupos tienden a compartir una serie de puntuaciones convencionales que
favorecen su estabilidad y hacen más claros los procesos de influencia.
La puntuación organiza los hechos de la conducta y resulta vital para las
interacciones en marcha.
La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de
hechos es la causa de incontables conflictos en las relaciones
Watzlawick establece que para los interlocutores siempre existe uno que tiene la
iniciativa y otro que actúa como respuesta al primero (“yo dije esto porque
tú dijiste esto otro”) y, en función del rol, estructuran la comunicación. Un
expresión es la causa o desencadenante de la otra
Sin embargo, no siempre existe acuerdo entre ambos sobre quién es quién. Es
decir, podemos encontrar a dos profesionales discutiendo sobre sus acciones:
“Yo no hice tal cosa porque no me la pediste”, dirá uno; “Yo no te lo dije porque
no me preguntaste”, afirmará el otro. Sin embargo, para el psicólogo, la
comunicación verbal no puede reducirse a esta relación causa-efecto, sino que se
trata de un proceso cíclico de intercambio constante.