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CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 3
¿De dónde surge la Teología del Cuerpo? .................................................................................... 6
¿Cómo se estructuran las catequesis de Teología del Cuerpo? ................................................. 6
I PARTE ............................................................................................................................................. 9
Creados para Amar .................................................................................................................... 10
Amor en Cuerpo y Alma ........................................................................................................... 11
Redimidos.................................................................................................................................... 11
La experiencia de la soledad ..................................................................................................... 12
No es lo mismo estar juntos que estar unidos ........................................................................ 12
Sexualidad unida a su propósito: El amor .............................................................................. 13
Ser don, ser persona ................................................................................................................... 14
La conciencia de lo que significa mi cuerpo ........................................................................... 15
II PARTE .......................................................................................................................................... 17
Bienaventurados los puros de corazón ................................................................................... 18
III PARTE......................................................................................................................................... 19
Vocaciones hermanas................................................................................................................. 20
IV PARTE ........................................................................................................................................ 22
El verdadero significado de #relationshipgoals ..................................................................... 23
La Eucaristía: fuente de amor ................................................................................................... 24
Los anticonceptivos: Asesinos del amor ................................................................................. 24
Para terminar .................................................................................................................................. 27
2
INTRODUCCIÓN
El libro en mis manos era nada más y nada menos que la Teología
del Cuerpo de San Juan Pablo II.
- Emma
3
Creo que las dudas de todo joven no se aclaran en los días de la
adolescencia. Fue mi caso al querer entender lo que significaba la
sexualidad; busqué refugiarme en el miedo a la palabra y tratar en la
medida de lo posible no hablar de ella.
- Didier
4
“«El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sí mismo un ser incomprensible,
su vida está privada de sentido si no se revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no
lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente.1»”
1Redenmptor Hominis, nº 10
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¿De dónde surge la Teología del Cuerpo?
Uno de los mejores biógrafos del Papa, señala que la Teología del
Cuerpo «es una de las reconfiguraciones de la teología católica más audaces
desde hace varios siglos». «Una especie de bomba de relojería teológica
programada para estallar con resultados espectaculares en algún momento del
tercer milenio de la Iglesia ... tal vez en el siglo XXI»3.
6
II. La redención del corazón: Basándose principalmente en una cita
del Sermón de la Montaña «Todo el que mira a una mujer
deseándola ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5,
28)), el Papa plantea la necesidad de todo un ethos de la
Redención, frente al utilitarismo que manipula y convierte en
“objeto” anónimo a la otra persona.
III. La resurrección de la carne y la virginidad cristiana: Basándose
en lo que dice Cristo sobre la resurrección (Mt 22, 30), Juan Pablo
II muestra cómo el cristianismo se separa tanto de todo
maniqueismo y gnosis (que desprecian el cuerpo y la materia
considerándolos malos o un obstáculo para la autorealización),
como del naturalismo y permisivismo pansexualista actual,
siendo estos últimos un ámbito «donde la sexualidad es un valor
no suficientemente apreciado».
IV. Sacramento del matrimonio, amor y fecundidad: A través de un
bello y profundo análisis del matrimonio según el texto de Ef, 5,
22-32 se trata de la íntima y esencial relación entre amor
matrimonial y fecundidad, y se profundizan a la luz de la teología
del cuerpo los principios y lineas expuestos en la Humanae Vitae.
Las catequesis son una vía segura para no olvidar que sin importar
cuán lejos caigamos del plan de Dios para nuestras vidas, siempre
tenemos en nuestros propios cuerpos un recordatorio de la grandeza a
la que estamos llamados.
7
mujer, el don sincero y total de sí mismo en el amor; y precisamente eso
es lo que ambiciosamente buscamos en esta conferencia.
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I PARTE
El Principio
9
Creados para Amar
Sabemos por el libro del Génesis que Dios creó al hombre y a la
mujer a su imagen y semejanza. La primera carta de Juan nos habla de
que Dios es Amor, por lo cual, al ser hechura Suya hemos sido creados
desde, por y para el Amor. Pero nuestro llamado a amarnos unos a otros
a menudo ha sido deformado por el pecado. En lugar de dar, se recurre
a tomar. En lugar de recibir el don de la vida, muchas veces se teme y
manipula la propia fertilidad. Otras personas pueden incluso no creer
que merecen ser amadas y llegar a conformarse con “imitaciones del
amor”.
Nadie está exento de los efectos del pecado, pero Dios nos ofrece
a todos la esperanza de la redención. No importa cuán lejos caigamos
del plan de Dios para nuestras vidas, siempre tenemos en nuestros
propios cuerpos un recordatorio de la grandeza a la que estamos
llamados.
10
Amor en Cuerpo y Alma
El cuerpo sexuado no es algo que “tengo” es algo que yo soy. La
persona humana es una única realidad, es “uno en cuerpo y alma”. No
son dos naturalezas juntas, sino que su unión constituye una sola
naturaleza: uniendo en sí mismo el mundo espiritual y el material.
Redimidos
«Creemos en Dios que es el creador de la carne; creemos en el
Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos en la resurrección de
la carne, perfección de la creación y de la redención de la carne.»6:
11
La experiencia de la soledad
En el relato del Génesis se nos muestra una de las experiencias
básicas humanas: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una
ayuda adecuada. El hombre puso nombres a todos los animales del campo, pero
el hombre no encontró una ayuda semejante a él» (Gn 2, 18-20).
13
se inicia y va acompañado del reconocimiento del otro como persona a
ser amada y no a ser usada.
14
Crear no es sólo 'llamar a la existencia desde la nada', y así constituir
de modo absoluto y radical la existencia del mundo y del hombre en el
mundo, sino que a la vez crear, y por eso en su significado más
profundo, consiste en “dar el ser”, es una donación; una donación
fundamental y 'radical', es decir, una donación en la que el don surge
precisamente de la nada9.
9
Audiencia General 02-I-1980; Cat. XIII, 3.
15
del don personal, se asume y expresa como disponibilidad permanente
y fiel al don exclusivo de sí mismo al esposo.
16
II PARTE
La Redención del Corazón
17
Bienaventurados los puros de corazón
El segundo ciclo se refiere al hombre en la situación de pecado, ser
humano herido en su naturaleza personal por la concupiscencia, pero
redimido, es decir, liberado por Cristo de la «dureza del corazón», y por
ello capaz de recuperar la dignidad original, la conciencia precisa del
significado esponsal y fecundo del cuerpo.
18
III PARTE
Resurrección de la carne y virginidad por
el Reino de Dios
19
Vocaciones hermanas
El ser humano creado a “imagen de Dios” está llamado desde el
“principio” a la comunión, “no es bueno que esté sólo” su existencia está
focalizada en el deseo y la búsqueda de “una ayuda semejante”. Por eso
el «amor es la vocación innata y fundamental de toda persona humana.
La Revelación cristiana reconoce dos modos específicos de realizar
integralmente la vocación de la persona al amor: el Matrimonio y la
Virginidad. Tanto una como otra, en su forma propia, son una
concretización de la verdad más profunda del hombre de su “ser imagen
de Dios”.»10
20
es mejor aún que los bienes por todos considerados tales, es ciertamente
un bien en grado superlativo”11.
11 SAN JUAN CRISOSTOMO, La Virginidad, X: PG 48, 450. Citado por Juan Pablo II en Familiaris Consortio, 16.
12 SAN JUAN PABLO II, Ibid, 16.
21
IV PARTE
Matrimonio, Amor y Fecundidad
22
El verdadero significado de #relationshipgoals
En este ciclo Juan Pablo II tomando como base Efesios 5, 21-33,
hace una reflexión sobre el sacramento del matrimonio a la luz de lo
visto anteriormente en el “principio”, y en el misterio de la “redención
del cuerpo”.
13Para entender mejor esto, no dejes de leer: ¿Qué tiene que ver una propuesta de matrimonio con el amor infinito de
Dios?
14 Audiencia General 18-VIII-1982; Cat. XC, nº 2.
23
transmite eficazmente en el mundo visible el misterio invisible escondido en
Dios desde la eternidad». Y éste es el misterio de la verdad y del amor, el
misterio de la vida divina, de la que el hombre participa realmente.
24
Juan Pablo II realiza una profundización en las bases personalistas de
está inseparabilidad; así como plantea en base a la vivencia de esta
unidad de significados una espiritualidad matrimonial.
25
dimensión procreadora de la sexualidad20. Toda una estupenda
espiritualidad matrimonial nace de vivir la regulación natural de la
fertilidad.
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Para terminar
Queremos concluir este documento con las últimas palabras de San Juan
Pablo II en Familiaris Consortio, teniendo apenas unos meses como
novios, dicha exhortación fue el regalo que Didier me dio para nuestro
primer San Valentín como novios:
“A vosotros esposos, a vosotros padres y madres de familia.
A este respecto, siento el deber de pedir un empeño particular a los hijos de la Iglesia.
Ellos, que mediante la fe conocen plenamente el designio maravilloso de Dios, tienen
una razón de más para tomar con todo interés la realidad de la familia en este tiempo
de prueba y de gracia.
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Corresponde también a los cristianos el deber de anunciar con alegría y convicción la
«buena nueva» sobre la familia, que tiene absoluta necesidad de escuchar siempre de
nuevo y de entender cada vez mejor las palabras auténticas que le revelan su
identidad, sus recursos interiores, la importancia de su misión en la Ciudad de los
hombres y en la de Dios.
La Iglesia conoce el camino por el que la familia puede llegar al fondo de su más íntima
verdad. Este camino, que la Iglesia ha aprendido en la escuela de Cristo y en el de la
historia, —interpretada a la luz del Espíritu— no lo impone, sino que siente en sí la
exigencia apremiante de proponerla a todos sin temor, es más, con gran confianza y
esperanza, aun sabiendo que la «buena nueva» conoce el lenguaje de la Cruz. Porque
es a través de ella como la familia puede llegar a la plenitud de su ser y a la perfección
del amor.
Ahora, al concluir este mensaje pastoral, que quiere llamar la atención de todos sobre
el cometido pesado pero atractivo de la familia cristiana, deseo invocar la protección
de la Sagrada Familia de Nazaret.
Por misterioso designio de Dios, en ella vivió escondido largos años el Hijo de Dios:
es, pues, el prototipo y ejemplo de todas las familias cristianas. Aquella familia, única
en el mundo, que transcurrió una existencia anónima y silenciosa en un pequeño
pueblo de Palestina; que fue probada por la pobreza, la persecución y el exilio; que
glorificó a Dios de manera incomparablemente alta y pura, no dejará de ayudar a las
familias cristianas, más aún, a todas las familias del mundo, para que sean fieles a sus
deberes cotidianos, para que sepan soportar las ansias y tribulaciones de la vida,
abriéndose generosamente a las necesidades de los demás y cumpliendo gozosamente
los planes de Dios sobre ellas.
Que San José, «hombre justo», trabajador incansable, custodio integérrimo de los
tesoros a él confiados, las guarde, proteja e ilumine siempre.
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Que la Virgen María, como es Madre de la Iglesia, sea también Madre de la «Iglesia
doméstica», y, gracias a su ayuda materna, cada familia cristiana pueda llegar a ser
verdaderamente una «pequeña Iglesia», en la que se refleje y reviva el misterio de la
Iglesia de Cristo. Sea ella, Esclava del Señor, ejemplo de acogida humilde y generosa
de la voluntad de Dios; sea ella, Madre Dolorosa a los pies de la Cruz, la que alivie los
sufrimientos y enjugue las lágrimas de cuantos sufren por las dificultades de sus
familias.
Que Cristo Señor, Rey del universo, Rey de las familias, esté presente como en Caná,
en cada hogar cristiano para dar luz, alegría, serenidad y fortaleza. A Él, en el día
solemne dedicado a su Realeza, pido que cada familia sepa dar generosamente su
aportación original para la venida de su Reino al mundo, «Reino de verdad y de vida,
Reino de santidad y de gracia, Reino de justicia, de amor y de paz» [183] hacia el cual
está caminando la historia.
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AMDG