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Dionisio Herrera

(Choluteca, Honduras, 1781 - San Salvador, 1850) Político centroamericano. Jefe de Estado de
Honduras (1824-1827), fue derrocado por el Gobierno federal a causa de sus reformas. Más tarde
fue jefe de Estado de Nicaragua (1829-1833) y de El Salvador (1835). Su política liberal gozó de
gran popularidad y topó con la oposición del clero.

Dionisio Herrera

En su calidad de destacadísimo valedor de la causa emancipadora en Centroamérica, Dionisio


Herrera fue elegido jefe del estado de Honduras tras constituirse las Provincias Unidas de Centro
América. En octubre de 1825 decretó el primer escudo de armas y en diciembre de ese año la
primera Constitución hondureña, quedando así establecido legalmente el Estado de Honduras
como miembro de la República Federal de Centroamérica, fundada por la Constitución federal de
noviembre de 1824.

Luego se celebraron elecciones para elegir la Asamblea Legislativa que, bajo dominio del sector
conservador, se instaló en Comayagua en 1826. Herrera compareció ante ella y leyó un
documento lleno de ideas patrióticas y esperanzas de cara al futuro del país. En tiempos de
Herrera se estableció la primera división político-administrativa de Honduras, en siete
departamentos: Tegucigalpa, Choluteca, Olancho, Comayagua, Gracias, Santa Bárbara y Yoro.
Algunas iniciativas suyas fueron la enseñanza de la institución federal en escuelas y colegios, el
fondo de rehabilitación para trabajos mineros y el impulso a la secretaría de Hacienda.

Defensor de las ideas liberales y de los derechos estatales, Herrera tuvo sin embargo que
enfrentarse a la animadversión del primer presidente federal de Centroamérica, Manuel José Arce,
quien, a pesar de haber pertenecido al liberalismo, practicaba una política conservadora en
Guatemala. En cumplimiento de un plan elaborado desde este país para derrocar a Herrera,
interpuso su renuncia como vicejefe el teniente coronel José Justo Milla, alegando que lo hacía al
haber sido elegido para el cargo de forma provisional. La Asamblea Legislativa presionó a Herrera
para que hiciera lo mismo, ya que su mandato legal había terminado al emitirse la primera
Constitución del Estado hondureño.

El Consejo Representativo, especie de senado dominado por el liberalismo, se expresó en contra


de la Asamblea. Pero en 1826 estallaba la revuelta protagonizada por el cura Nicolás Irías, y al año
siguiente el presidente Arce enviaba tropas al mando de Justo Milla a invadir Honduras, de manera
que Herrera mantuvo el cargo en medio de disturbios políticos que culminaron con su
derrocamiento en 1827. Una vez derrocado, Herrera fue hecho prisionero y llevado a Guatemala
en 1827, recuperando su libertad cuando otro héroe patrio, Francisco Morazán, derrotó a las
fuerzas federales y ocupó esa ciudad (1829).

Dionisio Herrera accedió entonces a la jefatura de estado de Nicaragua, y en el transcurso de su


mandato (1829-1833) consiguió acabar con las reyertas civiles. Sin embargo, los constantes
enfrentamientos con los conservadores del país, y especialmente con la iglesia, con gran influencia
y poder en la esfera política, dificultaron grandemente su labor de gobierno. Mantuvo con toda la
fidelidad a sus principios liberales hasta 1833, año en que fue sucedido por José Núñez. A causa de
la popularidad y prestigio de que gozaba en toda Centroamérica resultó elegido presidente de El
Salvador en 1835, pero no llegó a ocupar el cargo. Tras participar en 1839 en los trabajos de la
asamblea constituyente de Honduras, se retiró de la vida pública y se dedicó a la literatura y a la
enseñanza.
Francisco Morazán
(Tegucigalpa, Honduras, 1792 - San José, Costa Rica, 1842) Militar y político hondureño, último
presidente de la República Federal de Centro América (1830-1838).

Francisco Morazán

La unión centroamericana, formada por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica,
se había creado en 1823, bajo la presidencia del conservador Manuel José Arce. Francisco
Morazán inició por aquel entonces su carrera política en el Estado de Honduras, bajo la protección
del presidente Dionisio Herrera.

A raíz de la rebelión de Justo Milla, al cual derrotó, Francisco Morazán se convirtió en presidente
de Honduras (1827) y se erigió en líder de los liberales centroamericanos. Cuando el presidente
salvadoreño Mariano Prado lo llamó en su auxilio ante un ataque guatemalteco, Morazán tomó
San Salvador (1828) y luego Guatemala (1829), que era además la capital federal. Manuel J. Arce y
los principales dirigentes conservadores fueron desterrados, mientras se instauraba un régimen
liberal y Costa Rica abandonaba temporalmente la federación (de 1829 a 1831).

Las elecciones de 1830 confirmaron a Francisco Morazán como presidente de la República Federal
de Centro América (triunfo que revalidó en las de 1834). Durante ese periodo -conocido como la
«Restauración»- puso en marcha reformas que se estrellaron contra múltiples obstáculos: el
particularismo de las provincias, las ambiciones de los militares, la oposición de la Iglesia, las
presiones internacionales, la bancarrota financiera, las críticas al nepotismo y la corrupción del
equipo gobernante.

En 1837 Rafael Carrera protagonizó una rebelión que tomó el poder en el Estado de Guatemala; su
éxito produjo estallidos similares en el resto de la federación. Al terminar el segundo mandato de
Morazán (1838) era tal la descomposición del sistema político que no se celebraron elecciones
para la presidencia y puede decirse que se disolvió la República Federal de Centro América.
Morazán fue elegido presidente de El Salvador (1839-40) y lanzó desde allí un último intento
contra Guatemala en 1840; fue derrotado y marchó al exilio en Perú. En 1842 desembarcó en
Costa Rica, donde tomó brevemente el poder; antes de que pudiera iniciar la reconstrucción de la
unidad centroamericana fue capturado y fusilado.

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