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Como bien lo expresa Alan Knight1, la izquierda en América Latina tiene fines
ideológicos Marxistas Leninistas, no obstante, los marxistas ortodoxos discrepaban
con los leninistas y también los populistas, por ello no existe una única izquierda.
Incluso es pertinente afirmar que los numerosos grupos de izquierda, constantemente
tenían conflictos violentos y afirmaban ser cada uno de ellos, la “izquierda verdadera”,
buenos ejemplos de esta discrepancia en América Latina, diferente del caso europeo,
es que existieron los llamados partidos populistas de tinte nacionalista que ocuparon
el lugar de la socialdemocracia. La naturaleza de esos partidos es una viva muestra de
la dificultad de entender la izquierda en Latinoamérica.
1
KNIGHT, Alan. Historia de América Latina, capítulo 2, La izquierda en América Latina desde 1920. Pp. 73-76.
¿CÓMO CAMBIA LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA?
Es importante resaltar, -ya que nos estamos preguntando cómo cambió y cuál fue el
trasegar de la izquierda de América Latina- que no solo existía una izquierda
comunista, entonces, hay menester de resaltar el planteamiento de Knight, acerca de
que la historia de la izquierda latina se cuenta en dos (2) etapas.
Un ejemplo de los cambios que trajo la izquierda Marxista a América Latina dentro
de la primera etapa, se puede expresar con Lázaro Cárdenas en México a pesar de que
su gobierno esté lejos del Marxismo ortodoxo. Cárdenas puso en práctica un gobierno
reformista que se inspiraba en el socialismo, nacionalizando las compañías petroleras,
controlando ferrocarriles por parte de los trabajadores, entre otras cosas. Sin embargo,
el gobierno de Cárdenas podría ser visto por presidentes posteriores como
anticomunista, lo que demuestra una vez más esa fracción en la izquierda, incluso para
acompañar el ejemplo anterior también tenemos el ejemplo de Juan Velasco Alvarado
en Perú, con un gobierno militar que mostraba sus ideales Marxistas.
Ahora bien, es pertinente para entender el socialismo de la segunda etapa en los países
de Latinoamérica, tener en cuenta la importancia del intelectual peruano José Carlo
Mariátegui que se representa de manera imperante en la revolución cubana en 1959 y
la nicaragüense. En este punto es necesario centrarnos un poco en Cuba, que abre las
posibilidades ideológicas de romper esquemas que parecían inalcanzables, y con esta
revolución, se vuelve a poner sobre la mesa el tema del subdesarrollo, pero antes es
necesario hacer un contexto de qué le pasó a la izquierda antes de las revoluciones.
En el mundo, los cambios políticos tras la primera guerra mundial eran notorios, y se
evidencia con los inmigrantes europeos socialistas o comunistas en busca de un mejor
futuro que huyendo de la persecución llegan a Latinoamérica a trabajar en las minas,
los puertos, en el transporte, la industria textil y por ello, las ideologías radicales de
izquierda no eran nada nuevo para los proletarios. Es ahí donde entra la Komintern
para tutelar y apadrinar al comunismo de Latinoamérica, pues a nivel internacional,
la fuerza comunista tomaba más fuerza y se esperaba una revolución mundial.
Otro factor importante de represión que fue impulsando a los cambios del comunismo
Latinoamericano es la doctrina, ya que el catolicismo fue uno de los principales
opositores del movimiento y, aun así, por si fuera poco, el comunismo también
enfrentó a los grupos populistas nacionalistas, que a pesar de ser marxistas y de tinte
socialistas, y usaban la retórica para camuflarse del ataque de la milicia y la iglesia y
recibir apoyo de donde fuese posible. Sin embargo, ambos grupos pueden ser
considerados parte de la izquierda Latinoamericana a pesar de sus diferencias y sus
querellas. Entonces a pesar de que todos se pensaran la “verdadera izquierda”
necesitamos ir dilucidando la historia de estos grupos para entender cómo esas
facciones terminan convirtiéndose en lo que hoy llamamos izquierda.
Aún más trascendente es el hecho de que en países como Argentina los intelectuales
afiliados al comunismo al ver como perdía fuerza por el peronismo, se aliaron a él,
para intentar influir desde dentro, no obstante, ni en Argentina ni en ningún otro país
fue demasiado influyente. Pero una vez más, el panorama mundial influyó para que
el comunismo y las facciones de la izquierda retomaran un poco de terreno. Tras el
fin de los autoritarismos, y el inicio de las democracias trajo un panorama más pacífico
y liberal, sin embargo, el mejor de los ejemplos es el del partido comunista brasileño
que logró permisiones aún contra la ley.
La revolución cubana
Pasando un poco adelante la historia, durante los años 50 el partido comunista fue
declarado ilegal en la mayoría de países latinoamericanos y para 1952, se demostró
que los partidos populistas nacionalistas hacían mejor su trabajo de izquierda que los
comunistas ortodoxos. Sin embargo, tras la guerra fría, todos los aires de izquierda
quedan contaminados y parece que nada va a lograr frenar la presión hacia el partido
comunista, hasta que aparece Fidel Castro capitaneando la revolución cubana,
devolviendo frescura a los aires comunistas, no porque hubiese sido el partido quien
llevó a cabo la revolución sino por el apoyo posterior que prestó a Fidel en la
consolidación de un gobierno y unas políticas bien pensadas tras el final de la fase
militar. Para cuando se derrumbó el régimen de Fulgencio Batista en Enero de 1959,
solo quedaba el partido comunista, el PSP erigido sobre Cuba3.
A pesar de la victoria, la pelea con USA y el gobierno de Batista fue dura y larga, y
mientras se disputaban el poder, los obreros escogían bandos dependiendo de sus
intereses aprovechándose de la situación política. Para nadie es un secreto que cuba
era codiciada por grandes como USA o Inglaterra, y por ese motivo grandes capitales
y expropiaciones eran el tema de atención durante 1959 incluso de los trabajadores.
2
Ibid. Pp. 99.
3
Ibid, DOMÍNGUEZ. Capítulo 4. Pp 183-184.
Posterior a todos los dilemas internos y externos con los países angloparlantes y el
gobierno Batista, con la revolución hecha, se inician las reformas agrarias, los planes
de desarrollo, y todo ello con ayuda de la URSS y países de Europa Oriental, pero a
pesar de las buenas intenciones, para 1962 todo fracasa y la economía cubana se
derrumba.
Sin embargo, cuando la economía fue mejorando, los cubanos obtuvieron un nivel de
vida mejor, mejores salarios, mejores servicios básicos como salud y educación y
debido a ello explotó el Baby Boom en los primeros años de 1960-68 y esto impulso
las reformas educativas y la ampliación de los servicios. Castro logró tanto carisma
que incluso cuando narraba sus hazañas fallidas, empataba con sus logros y los del
país mismo.
Ahora bien, este triunfo de revolución de izquierda en Cuba trajo a América Latina
un efecto electrizante, se puso sobre la mesa todo el dogma y el statu Quo planteado
a seguir, porqué la burguesía estaba en el lugar que estaba y que tan importante y
necesaria era la fuerza del campesinado. La pregunta de si acaso Cuba era excepcional
o si su modelo podía ser repetido. Incluso, la victoria de la revolución cubana quitó la
validez de los planteamientos comunistas ortodoxos que decían que solo ellos eran el
modelo a seguir y la “legítima izquierda”. Cuba inspiró a muchos jóvenes que
pensaban que con entusiasmo y compromiso se podía lograr la revolución.
La revolución de Nicaragua
4
Ibid. THOMAS, Bulmer, Cap.5.