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Los ‘valores asiáticos’ y su significado para la práctica política Desde comienzo

de los años 90, los líderes de algunos florecientes países asiáticos, especialmente
el ex-primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, quien renunció después de 30
años en el cargo y ahora es Senior Minister, y el primer ministro de Malasia,
Mahathir, irrumpieron en el discurso político que desde el 2 «cambio radical» de
1989 y el ocaso del socialismo real está buscando un «nuevo orden mundial». Al
mismo tiempo le hacen publicidad a su política autoritaria presentándola como «el
camino asiático». Supuestamente en sus países los denominados valores asiáticos
llevaron a la tan celebrada combinación de progreso económico y disciplina social.
Por lo tanto, esos valores también deben ser los responsables del empuje y el éxito
de Asia oriental. En el año 1991 el gobierno de Singapur presentó su versión de los
valores asiáticos en su Libro Blanco. Dos lemas conforman el núcleo de esta
versión: «La nación viene del grupo, la sociedad está por encima del Yo» y
«Consenso en lugar de controversia» (Buruma, p. 191). En 1993 el ex-embajador
de Singapur en Estados Unidos, Tommy Koh, publicó un catálogo de diez puntos
donde reúne los valores que presuntamente responden por el éxito y el empuje de
Asia oriental (Heinz, pp. 24-25). Esos diez puntos son: 1) Los asiáticos orientales
no creen en la forma de individualismo extremo que se practica en Occidente. En la
sociedad asiática el individuo busca equilibrar sus intereses con los intereses de la
familia y la sociedad; en caso de duda estos últimos son prioritarios; 2) Los asiáticos
orientales creen en familias fuertes a las que ven como comunidades protectoras.
Luego vienen pretendidos valores asiáticos típicos como: 3) Ansia de aprender; 4)
Economía y moderación; 5) Aplicación al trabajo; 6) Espíritu de equipo; 7) Además,
Koh opina que hay una versión asiática del contrato social entre el pueblo y el
gobierno. El gobierno preserva la seguridad y el orden, y garantiza la satisfacción
de necesidades básicas como trabajo, educación y salud. De los ciudadanos se
espera que observen las leyes, respeten al gobierno, trabajen duro, economicen y
acostumbren a sus hijos a aprender con afán y a ser independientes; 8, En algunos
países los gobiernos se han preocupado de que sus ciudadanos sean copropietarios
del país. Koh menciona como ejemplo a Singapur, donde más del 90% de los
habitantes tendría sus cuatro paredes propias; 9, Los asiáticos orientales exigen
que sus gobiernos mantengan un ambiente moral sano, en el que sus hijos puedan
crecer. La mayoría de los habitantes de Singapur estaría en contra de la venta de
revistas tales como Playboy; 10, Los buenos gobiernos en Asia oriental desean una
prensa libre, pero no creen que esa libertad deba ser absoluta, como en Occidente.
Es cierto que la prensa no debe ser un vocero del gobierno, pero debe informar en
forma responsable. No es difícil darse cuenta de que esta lista no se diferencia
intrínsecamente de la «tesis del capitalismo confuciano» que desde los años 80 se
convirtió en el prototipo de explicación del desarrollo del Extremo Oriente. Para
muchos defensores de esta tesis, la tradición confuciana es sin duda el secreto del
éxito económico de Asia oriental, y destacan la lealtad, la frugalidad, la aplicación,
la educación, la apacibilidad y la armonía como características esenciales de esa
tradición. Más adelante abordaremos la problemática teórica y práctica de esa
interpretación. Aun si uno acepta que esa lista de Koh concuerda con las
experiencias de un Asia oriental económicamente exitosa, hay que preguntarse
cómo se puede aplicar a 3 Malasia o Indonesia, considerando que esos países
definitivamente no tienen una impronta confuciana. Lee Kuan Yew ofrece una
respuesta más que clara: eso sería posible porque «el confucianismo ha ayudado
en dos áreas. Infundió la disposición a poner las necesidades de la nación o de la
sociedad por encima de las del individuo y fomentó la costumbre de buscar el
consenso. La minoría acepta que es una minoría, y está dispuesta a converger con
la mayoría por un cierto tiempo; así disminuye la lucha. Esos son los valores que
vienen al caso. Es indiferente cómo se inculcan (¡!), si a través del confucianismo o
de otra forma de preprogramación» (cit. en Heinz, p. 26). De las palabras de Lee se
puede deducir que no existen valores asiáticos como tales. Más bien, las presuntas
causas culturales del éxito asiático-oriental se designaron ex post como valores
asiáticos y se le sugirieron a las sociedades asiáticas para que las pusieran en
práctica. Primero que nada en Singapur. Desde los años 80 su gobierno ha estado
usando todos los medios a su alcance para tratar de «inculcar» su versión de
valores confucianos a la población multiétnica. Pero desde los mismos albores de
ese intento el gobierno constató que en el país no se podía encontrar ni un solo
experto nacional en ética confuciana, cosa que no era nada sorprendente,
considerando que hasta entonces en la vida cotidiana del país no había ninguna
orientación confuciana. Así que tuvieron que traer eruditos del exterior, entre otros
países, de Estados Unidos. Con su ayuda se desarrolló un plan de estudios para
clases de confucianismo en las escuelas y se fundó un «Instituto de Filosofía de
Asia Oriental» (Chua, p. 260). Además se inició una campaña masiva para «un
sistema moral de la población china de Singapur», al igual que la campaña «hable
mandarín» (Balakrishnan, p. 19)1 . El gobierno de Malasia trató de emparejarse con
Singapur en el mismo sentido. El nuevo eslogan del gobierno malayo es «Look
East!» (¡miren al Este!), es decir, los malayos deben contemplar los ejemplos y
valores de Japón y Corea y aprender de ellos (Mols/ Derichs, p. 239). Del debate
académico sobre el significado y las implicaciones teóricas del «fenómeno asiático»,
los defensores de los valores asiáticos sacaron la conclusión de que Asia oriental
habría producido un modelo de desarrollo más exitoso que el de Occidente. Además
siguen poniendo de relieve la irresponsable degeneración de la democracia
occidental. La preferencia de las libertades individuales a costa de los nexos
sociales y la responsabilidad familiar habría conducido al maligno crecimiento de un
individualismo extremo que amenaza la esencia misma de la cohesión de las
sociedades occidentales. Según Lee Kuan Yew, en Occidente la primacía del
individuo se habría fosilizado en un dogma: y las consecuencias son el desorden
social, el colapso de los sistemas de valores y la decadencia moral. En contraste,
los éxitos económicos de Asia oriental no se habrían logrado a costa de la «cultura
tradicional»; por el contrario, su cultura tradicional continuaría floreciente. Por lo
tanto, las sociedades asiáticas, referidas a la familia, no repetirían los errores de
desarrollo de Occidente, sino que andarían sus propios caminos para no terminar
en las deplorables situaciones de Occidente. De tal modo los paladines de los
valores asiáticos sostienen que su sistema político y su política económica son
mejores que los respectivos modelos occidentales, y que pueden ofrecer «una
visión alternativa de los valores necesarios para un mundo mejor» (Tang, p. 6). Con
análoga arrogancia se presentan los defensores de los valores asiáticos en la
escena internacional, y por cierto no solo sus principales voceros, Lee Kuan Yew y
Mahathir, sino también una serie de funcionarios y científicos de alto rango de
Singapur y Malasia: un grupo que se conoce como «escuela de Singapur»
(Heilmann, p. 45). Bilahari Kausikan, por ejemplo, director del Departamento de Asia
Oriental y el Pacífico de la cancillería de Singapur proclamó que los asiáticos no
querían que los consideraran buenos westler (occidentales) (Kausikan, p. 32). Por
su parte su colega Kishore Mahbubani, secretario de Estado en el mismo ministerio,
se preguntaba por qué Occidente, con sus 800 millones de personas, quiere tener
bajo su tutela a los otros 4.700 millones de habitantes del mundo, es decir el 85%
de la humanidad, aunque en ninguna sociedad occidental se acepta que el 15% de
la población fije las leyes para el restante 85% (Mahbubani 1993, p. 13). Es así que
lo que está determinando la actitud de los líderes políticos de esos países es el
escepticismo y al mismo tiempo el rechazo de la aspiración occidental de dirigir los
asuntos del mundo. Por ejemplo, desde 1991 la Asociación de Naciones del
Sudeste Asiático –Indonesia, Brunei, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia–
(Asean), rechazó la política formulada por la Comunidad Europea que busca
vincular la «ayuda para el desarrollo y las relaciones comerciales con criterios de
derechos humanos». Como es natural, la dirigencia política de China Popular
comparte esa posición. Para ellos una interdependencia de la política comercial, la
política de desarrollo y la de derechos humanos es una intromisión en sus asuntos
internos (Mols/Derichs, p. 241). Por lo tanto, no es extraño que surjan conflictos
entre los defensores de los valores asiáticos y los gobiernos occidentales, que
desde hace algunos años imprimieron el lema «respeto de los derechos humanos»
en la bandera de su política exterior. Además los defensores de los derechos
asiáticos cuestionan los motivos de Occidente y acusan a los gobiernos
occidentales de mantener una doble moral, y de usar los derechos humanos
únicamente como un medio para imponer sus intereses económicos y de seguridad.
Para ellos la política occidental de derechos humanos es una «política imperialista
disimulada» (Tang, p. 8). Inevitablemente la Conferencia sobre los Derechos
Humanos celebrada en Viena a mediados de 1993 tenía que estar muy marcada
por ese conflicto. Ya en las instancias previas se perfilaba la confrontación. En un
debate general de la ONU sobre derechos humanos algunos países asiáticos
intentaron conseguir una nueva definición, pretendiendo que la aplicabilidad de los
derechos humanos universales 5 dependiera de las realidades culturales
económicas y sociales. A pesar de todo, la Conferencia Mundial no se convirtió en
un campo de batalla entre gobiernos asiáticos y occidentales, aunque tampoco se
podía ignorar la división entre ellos. Los gobiernos occidentales criticaron las
condiciones de los derechos humanos en Asia e insistieron en que los patrones
universales debían respetarse. Por su parte los gobiernos asiáticos incriminados
acusaron a Occidente de utilizar los derechos humanos para entrometerse en los
asuntos internos de otros países y de no tomar en consideración las condiciones
económicas, sociales y culturales del mundo en desarrollo (Tang, p. 6). No obstante,
hasta ahora estos gobiernos tampoco han podido ofrecer derechos humanos
«asiáticos» alternativos que armonicen con las tradiciones y realidades de sus
países. Una actitud igualmente enfática de los defensores de los valores asiáticos
se observa en la discusión sobre la relación entre desarrollo económico y
democracia. Los paladines de los valores asiáticos afirman que lo que necesita un
país para desarrollarse es disciplina y un gobierno fuerte y conciente de sus
responsabilidades, antes que una democracia formal, tras cuya fachada se oculta
una elite corrupta disputándose el reparto de ganancias (Pfenning, p. 65). Por
consiguiente, el rápido mejoramiento del nivel de vida tendría prioridad sobre la
ampliación exagerada de las libertades políticas que sólo entorpecen la capacidad
de mando y la estabilidad del Estado. A este respecto el Estado tiene que definir el
equilibrio correcto entre libertad y orden (Heilmann, p. 45). Por lo tanto, estos
defensores de los valores asiáticos rechazan también a las democracias liberales
de corte occidental como modelo político intrínsecamente válido; para ellos
conducirían inevitablemente a una notable decadencia y embrutecimiento. En lugar
de eso, desean formas «asiáticas» de democracia basadas en sus propias
tradiciones y cultura2 . Que tras el argumento se oculta solamente una práctica de
gobierno autoritario no requiere mayor explicación. La insistencia de esos políticos
en los valores asiáticos no es en realidad más que una panacea contra las críticas
internas o externas a su política represiva y contra las demandas de más
democracia y libertad por parte de sus poblaciones. Esta intransigencia de los
gobernantes autoritarios de Asia, que se niegan a acoger favorablemente las
solicitudes de los gobiernos y organizaciones no gubernamentales occidentales en
cuestiones de derechos humanos y democracia, ha contribuido no poco a que en
Occidente surja la impresión de que frente al Occidente «universalista-humanista»
hay un Oriente «particularista-autoritario» (Noor, p. 12). El desafío asiático, que en
Occidente se percibió de primera intención sólo como competencia de salarios
bajos, ha adquirido una nueva dimensión en esta discusión de valores. Es así que
ahora se está hablando de competencia entre sistemas o incluso de «choque de
civilizaciones». Un investigador alemán del mundo asiático escribió lo siguiente: «Si
en Asia oriental se desarrollaran de hecho formas independientes de una
‘democracia asiática’ (excluyendo el modelo de democracia liberal), eso podría
llegar a ser un desafío para Occidente que habría que tomar en serio, pues en la
competencia de la economía mundial los sistemas políticos que muestran
instituciones estatales eficientes, una legitimación consolidada en la población y un
orden social estable pueden defenderse mejor» (Heilmann, p. 439). En la discusión
política sobre «globalización y mercado», esos argumentos encuentran una
audiencia especial en determinados círculos occidentales. Allí se advierte sobre el
peligro de la pérdida de «ventajas de localización» en la competencia contra los
países asiáticos. De esa forma se busca utilizar la discusión sobre los valores
asiáticos para disciplinar la mano de obra y reducir el Estado social. Muchos critican
esa doble instrumentalización del debate sobre los valores asiáticos. Por ejemplo,
Machetzki escribe: «Lo que según las apariencias pasa por un gran reto al orden
occidental, no representa en realidad más que una ‘batalla defensiva’ con adornos
propagandísticos contra sectores críticos de las propias sociedades». Pero la crítica
más cáustica y más dura viene de la misma Asia.
Legado cultural de la civilización india
Entre las aportaciones de la India a la civilización más importantes podemos
destacar ciencias técnicas como las matemáticas o la arquitectura, así como
disciplinas sociales como la filosofía.
La civilización india o hindú desarrolló conocimiento, arte, disciplinas y otros aportes
que persisten hasta el día de hoy, siendo una de las sociedades más ricas en
cultura. Residencia de la cultura de valle del Indo y territorio histórico por las rutas
comerciales y grandes imperios, ha sido catalogado como uno de los mayores
establecimientos de riqueza cultural del mundo.
En el valle del río indo, 2500 años antes de Cristo, surgieron las primeras
civilizaciones del llamado subcontinente indio. Entre sus ciudades más importantes
estaban: Harappa y Mohenjo-Daro; donde comienza la historia de la India.
India es también llamado “subcontinente” por poseer rasgos propios del resto. Es el
hogar de una de las civilizaciones más antiguas de las que tenemos cuenta y
heterogéneas que existen.
Uno de los aportes más significativos siempre lo resaltó Albert Einstein, quien
aseguraba que los hindúes fueron quienes enseñaron a contar a las otras
civilizaciones.
Según el científico, el algebra y el sistema numérico general provenía de la india.
Arybhatta fue el primer gran matemático y astrónomo indio, el cual vivió entre los
años 476 y 550 d.C.
Arybhatta fue el precursor del 0 y se aproximó significativamente al número Pi
(3.14). La matemática reforzó y afianzó a las ciencias, y son hoy utilizadas para casi
la totalidad de actividades humanas.
Cuentan con una de las religiones más numerosas del planeta: el hinduismo o
brahamanismo.
Cuyos dioses principales eran Brama “dios de la creación”, Vishnú “dios de la
conservación” el cual reencarnó en Buda y Shiva, “rector del universo” que imponía
justicia divina.
Como se mencionó anteriormente, los hindúes fueron precursores de las
matemáticas. Elaboraron el sistema decimal que utilizamos hasta el día de hoy y
crearon junto a los Mayas el número 0.
La relación aproximada entre la circunferencia y el diámetro del circulo o Pi, también
fue estudiada y desarrollada por ellos.
Arybhatta es el matemático más conocido de la India. No obstante, la India tiene
una tradición matemática milenaria.
Aunque no se conoce con exactitud sobre la creación del ábaco, se sabe que fue
en el continente asiático y posiblemente los hindúes tuvieron su participación.
Su arquitectura urbanística de las más pintorescas y estrafalarias que se conoce.
Una de las fachadas más reproducidas son los edificios de ladrillo de adobe de
varios pisos.
También las combinaciones trigonométricas de sus estructuras son admiradas por
doquier. Y es que la magnificencia de su arquitectura es una de las fuentes que
atraen a la mayor parte de los turistas a la India.
Las telas de algodón que se producen en la India son de las mejores del mundo. De
hecho, estas telas les abrieron mercados en la “ruta de la ceda” cuya participación
de la india era elemental tanto por el territorio como por la comercialización de las
telas. Los hindúes conocían la técnica para esterilizar y usar drogas para curar a los
enfermos. Un ejemplo puede darse en los accidentes por picaduras de serpientes,
bastantes comunes en el país asiático debido a la importancia que tienen estos
seres en la cultura hindú.
Al ser tan frecuentes, los hindúes se hicieron expertos en curas contra estas
mordeduras, a base de la preparación de medicamentos a base de hierbas.
La medicina hindú, desde muy temprano fue pionera de cirugías como la de
extracción de cálculos en la vesícula y suturas intestinales.
Aunque con el advenimiento de la ciencia médica contemporánea, la medicina hindú
quedó rezagada.
Lingüistas consideran que las lenguas europeas surgieron en la India. El basamento
para tal aseveración es que hay determinantes similitudes entre los cuatro idiomas
originarios de Europa y los dialectos hindúes.
Los cuatro idiomas más antiguos son el sanscrito, griego, latín y persa, cuyos
orígenes provienen de la India.
Los estudiosos de la gramática argumentan que el sanscrito complementa los
sistemas fonéticos y gramaticales de las lenguas europeas.
Enrique Dussel asegura que el pensamiento griego surge de corrientes de
pensamiento de la india y el África del norte.
Muchos catedráticos están estudiando la filosofía hindú y muchas de sus premisas
están siendo adheridas a nuestras formas de pensar. Ejemplo de ello es la
meditación del mindfulness, cuya propagación y éxito son cada vez mayores.
Tanto la religión, como la filosofía y su cosmovisión han influenciado a grandes
pensadores y académicos del mundo.
La mitología y cosmogonía hindú, así como la arquitectura se concentra en el Taj
Mahal. Uno de sus lugares más famosos y sagrados.
Los aportes artísticos son milenarios y originarios de otras corrientes artísticas en el
mundo. La obra artística de más relevancia es el Taj Mahal, que fue construido entre
1631 y 1654 por el emperador Shah Jahan.
Pero además del Taj Mahal, la india cuenta con otras obras emblemáticas del arte
como la mezquita de viernes, la ciudad rosa de Jaipur, el templo del sol o el Raj
Ghat de Nueva Delhi, construido a la memoria de Mahatma Ghandi.
Los artistas hindúes están motivados por figuras como los leones, el agua, la figura
femenina, el elefante y el árbol.
El arte hindú es de los más admirados en todo el mundo sobre todo por su
composición, manejo de la luz y las sombras.
Legado de la cultura china
Los Antiguos Chinos inventaron muchas cosas que todavía usamos actualmente.
Las cosas que inventaron los Antiguos Chinos y que usamos hoy en día son el
papel, la seda, la carretilla, la goma, entre otros. El invento más importante hecho
por los chinos fue la pólvora, ellos la usaban en las guerras tal como lo hacemos
hoy. Nosotros no usamos pólvora tanto como lo hicieron los Antiguos Chinos. Otra
de las invenciones de China fueron los fuegos artificiales. Originalmente fueron
usados a manera de espectáculo, sin embargo, posteriormente fueron usados para
asustar a los enemigos. Esas fueron las cosas más populares inventadas por los
Antiguos Chinos.
Los Antiguos Chinos tenían una Ruta de la Seda para intercambiar mercancías. La
Ruta de la Seda recibió su nombre debido al intercambio de seda, oro, marfil, etc.
La seda en la Ruta de la Seda costaba unos dos mil dólares. Muchas cosas fueron
vendidas en la Ruta de la Seda, tales como armas, seda, inventos y muchas otras
cosas. La Ruta de la Seda se originó para llevar la seda a los mercados y en este
sentido fue de gran utilidad.
La antigua China es de 3.705.405 millas cuadradas. La antigua China tiene 126
territorios. El gran muro fue usado para mantener lejos a los enemigos del Norte. La
Gran Muralla fue construida en el siglo VII a.C. La Gran Muralla tiene una longitud
de 6.400 km {4000 millas}. La Gran Muralla también se extendía de 4,5 a 9 metros
(15 a 30 pies) y tenía hasta 7.5 metros (25 pies) de alto. La Gran Muralla estaba
hecha de granito, algo de piedra verde y blanca y algo de mármol blanco.
La antigua China también trabajaba cultivos como el arroz, el trigo, el maíz, la soja
y otros cultivos de tubérculos. Las personas en la antigua China comenzaron a
cultivar hace mucho tiempo, aproximadamente desde el 10.000 a.C. o hace unos
12.000 años. Para trabajar sus cosechas, la antigua China usó herramientas de
madera para mantener sus cultivos, sin embargo conservaban muy poco de sus
cosechas.
Los primeros inventos fueron el ábaco, el reloj de sol, las cometas y la linterna de
Kong Ming. Como una civilización astronómicamente avanzada, los Antiguos
Chinos registraron por primera vez observaciones de cometas, eclipses solares y
supernovas. Las 4 mayores invenciones de los Antiguos Chinos fueron la impresión,
la fabricación de papel, la pólvora y la brújula. Hicieron grandes avances en la
metalurgia, por ejemplo, 2.300 años atrás nadie en Europa o el Medio Oriente podía
derretir una onza de hierro, mientras tanto, los chinos estaban fundiendo objetos de
hierro de varias toneladas. No fue hasta el siglo XIII que los británicos pudieron
replicar esta hazaña. Más inventos incluyen la Brújula (inventada en China y
utilizada para aplicar Feng Shui a los edificios) (Ba BooHua)), el Papel (el primer
papel hecho fue a través de la prensa del lino) y la Pólvora (fabricada por chamanes
que buscaban una piedra de inmortalidad). Los chinos también aprendieron a
perforar para obtener gas natural. Inventaron los cultivos en hileras, la seda, la
porcelana, los timones, las carretillas y los paraguas. Llevaron a cabo intercambios
comerciales a lo largo de la Ruta de la Seda, así como en Europa, la India, Persia y
en el interior del país.
Guerra

Aportes culturales de China


Una antigua civilización china, conocida como la Dinastía Han (pronunciado Haun),
pudo usar sus destacadas tácticas militares y armas para expandir su imperio. El
ejército de la Dinastía Han era grande, bien organizado y consistía de 130.000 a
300.000 hombres que servían dos años en el ejército, en las edades comprendidas
entre 25 y 60 años.
Muchos avances permitieron a la Dinastía Han sobresalir en esta área. Por un lado,
inventaron nuevas tecnologías como el hierro. La fuerza y la calidad de la armadura
pudieron mejorarse debido a los avances en el hierro. La armadura de escamas
pudo crearse gracias al hierro. Este tipo de armadura era bastante útil en batalla
pues se flexionaba y movía con el cuerpo, lo que hacía más fácil su uso. Además,
las espadas de hierro brindaban mayor seguridad en batalla y debido a la fuerza del
hierro se pudieron crear espadas más largas. Por lo tanto, la distancia entre un
soldado de la Dinastía Han y su oponente aumentó gracias al uso de la espada
hierro. La ballesta fue otro avance, creado con dos piezas de madera moldeadas en
forma de cruz. Una cuerda, unida a cada extremo de la pieza vertical, se usaba para
disparar una flecha. La cometa también fue inventada. Sin embargo, la cometa tenía
un uso diferente al de un juguete para un niño pequeño. De hecho, era un objeto
militar usado para asustar a los enemigos, transmitir mensajes a través de grandes
campamentos base y (según la leyenda) medir el ancho de una pared bien
protegida.
Gobierno
El gobierno mejoró mucho gracias a la Dinastía Han, pues adoptaron la idea de un
gobierno centralizado del emperador Qin Shihuangdi, dejando de lado su rígido
estilo de gobierno. Además de eso, la Dinastía Han también agregó ideas
confucianas a su gobierno. El vasto imperio pudo mantenerse en orden gracias a
los funcionarios del gobierno que se distribuyeron por todo el imperio. Se construyó
una burocracia que puso a menos personas en la cima. Las personas en cada lugar
eran dirigidas por las personas que estaban sobre de ellas. Viviendo en la capital,
los funcionarios de Han brindaron consejo al emperador. A lo largo de todo el
imperio, los funcionarios de nivel inferior revisaban las carreteras y canales, y se
aseguraban de que se produjera suficiente grano en caso de que sucediera una
hambruna. La manera en la cual la Dinastía Han contrataba a sus empleados
públicos debe ser uno de los mayores y más importantes logros de la misma. Los
funcionarios eran elegidos con base a su conocimiento y habilidad, siendo que
antes, los funcionarios públicos eran elegidos por su estatus social. Además, si
alguien trabajaba mucho, era promovido. Si alguien no se esforzaba, era degradado.
Lee más sobre la política en la Antigua China.
Agricultura

Contribuciones de antigua China


A pesar de haber enfrentado muchos desafíos, los agricultores de la Dinastía Han,
produjeron numerosas mejoras en la agricultura. Por ejemplo, la bomba de cadena
fue un avance importante pues facilitó el traslado de agua a los campos desde
acequias y canales de baja irrigación. Otro avance importante fue el nuevo
conocimiento sobre cómo usar moldes para crear fuertes arados con hierro fundido.
Estos arados fueron hechos más fácilmente y empujaban la tierra lejos de la hilera
que estaba siendo arada. Esta característica del nuevo arado impedía que la tierra
se acumulara frente al arado. La invención de la carretilla fue otra herramienta
importante creada que ayudó en la agricultura china porque permitió a los
agricultores transportar cargas más pesadas más fácilmente. Esta creación de una
sola rueda ayudó a los agricultores a transportar artículos en gran medida.
Industria
La seda y la sal eran dos industrias muy importantes en la Dinastía Han. La
invención de una máquina propulsada a pie fue muy importante en la producción de
seda. Esto fue importante debido al hecho de que la seda era un intercambio muy
valioso. La sal era valorada por su capacidad de preservar tanto las verduras como
la carne. Los chinos descubrieron cómo obtener sal desde las profundidades de la
Tierra, mientras que antes se tenía que obtener del mar. Usaron taladros de bambú
con punta de hierro, que eran huecos y contaban con una válvula, para permitir la
salida del agua salada del pozo (que podía tener alrededor de 1.000 pies de
profundidad). El agua salada era entonces calentada, permitiendo que el agua se
evaporara y quedara la sal.
Arte
La invención del papel, fue un hecho muy importante porque era ideal para
la caligrafía. La seda se usaba antes de la invención del papel y, aunque se
enrollaba muy bien, era muy cara. Por otra parte, también se usaba bambú en lugar
de papel, pero era muy difícil de usar. Sin embargo, era más barato que la seda.
Por esta razón, el papel fue un gran logro. Era más fácil de encuadernar en libros y
era más barato que la seda y el bambú. ¡Era asequible! Fibras de seda, cáñamo,
bambú, paja y algas fueron todos materiales utilizados para hacer papel. Para
convertirse en papel, los materiales tenían que hervirse en una pulpa espesa y luego
secarse poco a poco en una pantalla. El producto resultado del secado de la pulpa
espesa en la pantalla se convertía en el papel. El papel cambió la forma en que las
personas se comunicaban y ayudó a los calígrafos.
Medicina
Los chinos utilizaron diferentes técnicas de curación en la Dinastía Han. Por
ejemplo, para curar enfermedades que atacaban rápidamente, la acupuntura se
usaba para equilibrar las fuerzas del yin y el yang. La acupuntura se realizaba
mediante la inserción de agujas delgadas en el cuerpo en lugares específicos. Otra
técnica utilizada por los chinos se llamaba moxibustión, que se usaba para tratar
enfermedades crónicas. En esta técnica, se colocaba una moxa sobre la piel.
Entonces, esta se incendiaba. Los chinos aprendieron cómo juzgar la salud por el
pulso o el latido del corazón de alguien. El concepto de que la sangre circulaba por
el cuerpo y regresaba al corazón fue descubierto por los chinos. Además, los
doctores Han descubrieron un anestésico proveniente de un tipo de vino.
Ciencia

Legado de Antigua China


Descubrimientos como el concepto del brillo de la luna debido al reflejo de la luz del
sol en su superficie y el hecho de que los eclipses solares suceden cuando el sol
está bloqueado de la vista por la luna, fueron llevados a cabo por los chinos. El
sismógrafo es una invención importante creada por los chinos. Esta invención podía
detectar terremotos ocurriendo a varios cientos de millas de distancia, ayudando a
salvar vidas y avanzar en esta área de la ciencia. Otra invención de los chinos es la
brújula, que podía mostrar la dirección. La magnetita se usaba para hacer brújulas,
ya que el mineral de hierro tiende a alinearse con el campo magnético de la Tierra.
Brújula
Conocida en chino como Si Nan, esta versión primitiva de la brújula actual se
presentaba en forma de un instrumento de dos partes, la primera, una cuchara de
metal hecha de magnetita, la segunda, una placa cuadrada de bronce, que
presentaba, en caracteres chinos con las principales direcciones: Norte, Sur, Este,
Oeste, etc., símbolos de los libros del oráculo I – Ching, y las marcas más finas de
24 puntos de la brújula con las 28 mansiones lunares a lo largo del borde exterior.
Estos dos componentes eran opuestos espirituales y físicos, la cuchara
representaba al Cielo y la placa representaba a la Tierra, la cual, cuando entraba en
contacto, guiaría a los observadores en la dirección correcta. La placa de tierra
lacada original, que data del siglo IV a.C., se encuentra actualmente en exhibición
en el Museo de Historia de China.
Pólvora y fuegos artificiales
La pólvora es la primera sustancia explosiva que la humanidad aprendió a usar y
también uno de los cuatro grandes inventos de la antigua China. La invención de la
pólvora puede atribuirse, en cierto modo, a los alquimistas de la antigua China, que
se inspiraron en la ignición que sucedía en el proceso de fabricación de píldoras
durante el cual se utilizaban azufre, nitro y otras sustancias. Posteriormente crearían
la fórmula para la pólvora. Cuando la fórmula estuvo en manos de estrategas, la
pólvora se convirtió en polvo negro utilizado en la guerra.
Cometas
Dos mil años antes del descubrimiento europeo de las velas, las primeras cometas
chinas ya estaban en vuelo. Emulando las formas de las mariposas y las aves, las
cometas chinas fueron más allá de la simulación natural, al ser diseñadas para volar
durante más de tres días.

Antigua China Legado Cultural Cometas


Estas cometas no representaban simplemente un pasatiempo entretenido e infantil.
Por el contrario, se utilizaron para fines tan sofisticados como la comunicación
militar, conocida como la magia en marcha, y en algunos casos considerada como
una amenaza.
Avances musicales
El músico de la corte china Ling-lun creó el primer instrumento musical de viento, la
caña de bambú, en un punto entre los años 3.000 y 2.501 a.C. Para el 2.500 a.C.,
la música china se volvió más compleja, empleando una escala de cinco notas.
La música de China se remonta a los albores de la civilización china, con
documentos y artefactos que proporcionan evidencia de una cultura musical bien
desarrollada ya en la Dinastía Zhou (1.122 a.C. y SHY, 256 a.C.). Hoy en día, la
música conserva un rico legado tradicional por una parte, mientras que al mismo
tiempo emerge una forma más contemporánea. El legendario fundador de la música
en la mitología china fue Ling Lun, quién hizo tubos de bambú afinados con los
sonidos de los pájaros.
Papel, Impresión y Publicación
En casi todos los aspectos, los chinos estuvieron a la vanguardia del desarrollo de
la palabra impresa. En el d.C. 105, Ts’ai Lun inventó el proceso para la fabricación
de papel, introduciendo el primer uso en China.
El papel era superior en calidad a la arcilla cocida, el papiro y el pergamino utilizados
en otras partes del mundo. Para el año d.C. 593, la primera imprenta se había
inventado en China, y el primer periódico impreso estuvo disponible en Pekín en el
d.C. 700. Era una impresión con prensa de madera. El Sutra del diamante, el libro
impreso con ilustraciones más antiguo conocido, fue impreso en prensa de madera
en China en el d.C. 868. El impresor chino Pi Sheng inventó la variación móvil en
d.C. 1.041. Exportado al mundo occidental, es similar a la tecnología que el impresor
alemán Johann Gutenberg utilizó en la década de 1450 para producir sus famosas
ediciones de la Biblia. En d.C. 1.155, Liu Ching produce el primer mapa impreso en
China. El impacto que estas invenciones tuvieron en el desarrollo educativo, político
y literario del mundo es simplemente incalculable.

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