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Clase 1: Estado de Situación Financiera Parte

I: El lado Izquierdo

1.- Introducción

Los estados financieros son un medio de comunicación entre las empresas y los inversionistas o analistas,
que detallan de forma ordenada y estructurada sus eventos financieros, proporcionando información útil en
el proceso de toma de decisiones tanto al interior de una compañía como en su entorno. Su uso más común
es comunicar el estado de una empresa y su capacidad de generar valor para efectos de análisis de crédito o
para inversionistas. Los evaluadores de crédito e inversionistas se preocupan de descifrar el desempeño
futuro de la empresa a partir del desempeño pasado de la misma. El uso de los estados financieros también
puede abarcar múltiples otros ámbitos como la planificación o toma de decisiones al interior de la empresa,
la determinación de los impuestos a pagar, etc.

Actualmente la presentación de los estados financieros se realiza bajo estándares contables definidos por el
IASB (International Accounting Standards Board). El IASB comenzó a operar a partir del año 2001, pero solo
a partir del año 2005 empieza la transición mundial desde los antiguos principios de contabilidad
generalmente aceptados (GAAP – Generally Accepted Accounting Standards) locales hasta la nueva
normativa IFRS (International Financial Reporting Standards). El IASB tiene como objetivo desarrollar un
conjunto único de normas de información financiera legalmente exigibles y globalmente aceptadas,
comprensibles y de alta calidad basado en principios claramente articulados. Su aplicación en los distintos
países permite comunicar información comparable y fácil de usar para empresas e inversionistas en todo el
mundo. En Chile la aplicación de IFRS es obligatoria para sociedades anónimas abiertas y su adopción se
realizó entre los años 2009 y 2011.

Durante este curso estudiaremos los principales estados financieros reportados por las empresas,
identificando sus componentes, usos principales e interpretaciones a fin de capacitar a los alumnos para una
correcta lectura de la información publicada. Además, estudiaremos métodos de análisis de estados
financieros y sus aplicaciones prácticas.

En esta clase nos centraremos en conocer y entender los activos de una empresa, resumidos en el lado
izquierdo del Estado de Situación Financiera.

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2. Estado de Situación Financiera

También conocido como Balance Contable, el Estado de Situación Financiera representa una foto en un
momento determinado del tiempo que resume los activos (recursos), pasivos (obligaciones) y patrimonio
(valor contable perteneciente a los dueños) de una empresa.

En el lado izquierdo del Balance se resumen los activos de la empresa. Estos, representan los recursos que
tiene la empresa de los que espera obtener, en el futuro, beneficios económicos. Es prácticamente todo lo
que una compañía posee: efectivo, depósitos bancarios, inventario, maquinaria y construcciones son
ejemplos de activos. Al ser adquiridos, el valor de dichos recursos debe registrarse en el Balance a valor justo
(la mejor estimación en ese momento del valor de mercado de ese activo) y posteriormente, el valor se debe
mantener actualizado conforme con lo indicado por los estándares de contabilidad emitidos por el IASB (por
ejemplo, el Activo Fijo se registra al costo de adquisición menos depreciación, los instrumentos financieros
negociables se registran a valor de mercado actual, el inventario a costo histórico, etc.).

El lado derecho del Balance está constituido por los pasivos y el patrimonio. Los pasivos son obligaciones con
acreedores, proveedores, empleados, etc. El patrimonio por su parte es la diferencia entre activos y pasivos,
constituido principalmente por el aporte de los dueños y por los resultados acumulados. Tanto los pasivos
como el patrimonio son usados por la empresa para financiar los activos del lado izquierdo. En la clase 2 de
este curso, estudiaremos en detalle el lado derecho del balance y las distintas alternativas de financiamiento
que poseen las empresas.

2.1 Ecuación Fundamental de Contabilidad

Antes de continuar con la presentación del Balance, es necesario recordar la ecuación fundamental de la
contabilidad. Esta relaciona los activos, pasivos y patrimonio de una empresa estableciendo que “lo que la
empresa tiene menos lo que debe es el valor para sus dueños”, o en otras palabras:

𝑨𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐𝒔 − 𝑷𝒂𝒔𝒊𝒗𝒐𝒔 = 𝑷𝒂𝒕𝒓𝒊𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐

Reordenando se tiene la ecuación del balance de una empresa:

𝑨𝒄𝒕𝒊𝒗𝒐𝒔 = 𝑷𝒂𝒔𝒊𝒗𝒐𝒔 + 𝑷𝒂𝒕𝒓𝒊𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐

Por definición la ecuación anterior debe estar balanceada, en otras palabras, todos los recursos que una
empresa posee deben haber sido financiados mediante obligaciones con terceros o aportes de sus dueños.
Dicha ecuación debe mantenerse en el tiempo, lo que implica que cada evento registrado en la contabilidad
de una empresa debe ser una doble entrada, ya sea:

- Movimientos en el lado izquierdo y el lado derecho del Balance en la misma dirección: un aumento
(disminución) de un activo y un aumento (disminución) de un pasivo o patrimonio. Por ejemplo
cuando una empresa pide un préstamo a una institución financiera, se tendrá un aumento en la caja

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de la empresa (por el importe del crédito) junto a un aumento en los pasivos de la empresa para
reflejar el monto adeudado a la institución financiera que deberá ser pagado en el futuro.

- Movimientos solo en el lado izquierdo del Balance en direcciones contrarias: un aumento


(disminución) de un activo y una diminución (aumento) de otro activo. Un ejemplo de esto lo
constituye una compra de maquinaria. Si esta es pagada al contado disminuirá la caja de la empresa
y la máquina ingresará a la contabilidad al valor de compra, siendo registrada en el activo fijo de la
empresa.

- Movimientos solo en el lado derecho del Balance en direcciones contrarias: un aumento


(disminución) de un pasivo o patrimonio y una disminución (aumento) de otro pasivo o patrimonio.
Por ejemplo, los gastos incurridos al otorgar un servicio a un tercero afectarán negativamente la
utilidad del período (disminución del patrimonio), pero si dichos gastos son pagados a plazo,
entonces su contrapartida será el aumento de las cuentas por pagar (incremento del pasivo).

Sin perjuicio de lo anterior, una misma transacción puede generar combinaciones de los movimientos antes
descritos para ser registrada en el Balance.

Veamos un ejemplo de cómo se mueve el Balance de una empresa. Al iniciar una empresa, uno de los
primeros movimientos será el aporte de capital de los socios de la empresa. Suponga un aporte de capital
por $1.000 MM (millones) en efectivo, el que se registrará en el Balance como un aumento de la caja por
$1.000 MM contra un aumento en el capital aportado por los dueños por el mismo monto:

Activos Pas+Pat
($MM) ($MM)
Caja 1.000

1.000 Patrimonio

Si ahora se usa parte de esta caja para comprar una oficina por $400 MM, la caja bajará en este monto,
quedando en $600 MM, y aparecerá un nuevo activo (un activo fijo) por el valor total de la oficina:

Activos Pas+Pat
($MM) ($MM)
Caja 600

Activo Fijo 400 1.000 Patrimonio

Como se observa en ambos casos, el balance permanece cuadrado, es decir, el total de recursos del lado
izquierdo, en todo momento, equivale a la suma de las obligaciones y el patrimonio del lado derecho,
manteniendo la ecuación contable balanceada

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3.- Los recursos de una empresa: Activos

Antes de explicar los distintos tipos de activos, es importante definir el concepto de liquidez. La liquidez es la
habilidad de una empresa de convertir activos en efectivo (o de generar efectivo). Por lo tanto, mientras más
líquido sea un activo, menor esfuerzo debe hacer la empresa para convertirlo en efectivo y, por lo tanto,
menor es la incertidumbre del valor real que se puede obtener de él. La liquidez es vital para todo tipo de
empresas porque es, al final del día, la que le permite honrar sus compromisos y subsistir.

Los tipos de activos que una empresa posea dependerán de la industria en la que esta se desarrolle y de la
naturaleza de sus negocios (ej: Apple produce aparatos tecnológicos v/s Citigroup que entrega servicios
financieros). Sin embargo, de forma general podemos describir las principales cuentas de activos que puede
tener una empresa, mostradas en la Tabla 1. Los activos son registrados en orden descendente de liquidez,
es decir, mientras más abajo se muestre un activo en el balance, es más difícil, en términos de tiempo y
esfuerzo, convertirlo en efectivo (caja).

Tabla 1: Formato general lado izquierdo del Balance


ACTIVOS CANTIDAD
ACTIVOS CORRIENTES
Efectivo y equivalentes (1) A
Cuentas por cobrar (2) B
Inventario (3) C
Pagos anticipados (4) D
Total activos corrientes (5) A+B+C+D=E
ACTIVOS NO CORRIENTES
Otros activos financieros (6) F
Activos intangibles (7) G
Activos fijos (8) H
Depreciación acumulada (9) (I)
Total activos no corrientes (10) F + G + H-I = J
TOTAL DE ACTIVOS (11) E+J =K

Los activos se pueden clasificar en activos corrientes y no corrientes. Se denomina activos corrientes (5) al
efectivo, a los activos que tienen vencimiento igual o inferior a doce meses o aquellos en que se tiene la
intención de venderlos en menos de un año. Ejemplos de activos corrientes son el efectivo y equivalentes,
cuentas por cobrar, inventario y los pagos anticipados. En cambio, los activos no corrientes (10)
corresponden a cualquier activo que se espera sea transformado en efectivo en un período de tiempo mayor
a un año.

El primer activo del balance es el efectivo y equivalentes (1). También denominado caja, se trata del activo
más líquido de una empresa por definición y representa el dinero, ya sea en billetes o equivalentes, con que
cuenta la empresa. Estas cuentas equivalentes pueden ser depósitos a plazo, cuentas corrientes bancarias y

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otras inversiones de muy alta liquidez. Si la empresa ha invertido en activos financieros como Bonos, Acciones
o Derivados, estos aparecerán normalmente en otra cuenta del Balance llamada otros activos financieros
(6).

Estos otros activos financieros debieran clasificarse como corrientes o no corrientes dependiendo de su plazo
al vencimiento o de las intenciones de la empresa al comprarlos. Si lo hace como una inversión de corto plazo,
con la intención de venderlos en un plazo menor a un año, serán clasificados como activos financieros
corrientes. De lo contrario, si la empresa no planea venderlos o pretende hacerlo en plazos mayores, estos
deberán ser clasificados como activos no corrientes.

Dichas inversiones deberán ser incluidas en la contabilidad de las empresas y en sus estados financieros a su
valor de mercado, o la mejor aproximación que la empresa pueda obtener para este valor. Lo anterior
permite que cualquier fluctuación en el valor real de estos activos en el mercado, sea inmediatamente
reconocido en el stock de activos de la empresa, a modo de no generar grandes cambios cuando estos son
liquidados (vendidos). Lo anterior es válido, con la sola excepción de aquellas inversiones o activos
financieros que son comprados con la intención de ser mantenidos hasta el vencimiento (Held to Maturity o
HTM por sus siglas en inglés). Si los activos financieros son clasificados como HTM, su contabilización podrá
realizarse al valor de compra y las fluctuaciones de su valor en el mercado no serán incluidas en los estados
financieros.

El siguiente activo en orden de liquidez son las cuentas por cobrar (2). Estas se originan cuando la empresa
le entrega un producto o servicio a un cliente y este, en lugar de pagar con efectivo, establece un compromiso
de pago futuro. El cliente se compromete a pagar el monto de la transacción en un plazo determinado y la
empresa se queda con un derecho exigible sobre el cliente, que representa el pago futuro adeudado a la
empresa. Por lo tanto, las cuentas por cobrar serán convertidas en un plazo determinado en efectivo,
representando de esta forma financiamiento otorgado por la empresa a sus clientes. Por lo general, los plazos
en que las empresas liquidan estas cuentas por cobrar son entre 30 y 60 días, siendo más convenientes los
plazos menores (y viceversa para sus clientes). Según el plazo de vencimiento de dichas cuentas por cobrar,
estas deberán ser clasificadas en corrientes o no corrientes. La mayoría de las veces, las cuentas por cobrar
serán de corto plazo, sin embargo podría haber instituciones como los bancos, que otorgan créditos a sus
clientes que pueden ser de mucho más largo plazo, anotando en su balance, cuentas por cobrar no corrientes
(en Chile, por ejemplo, los créditos hipotecarios pueden otorgarse hasta por 30 años).

Mientras más tiempo tome a la empresa transformar estas cuentas en efectivo, mayor capacidad debe tener
de solventar sus propios gastos antes de recibir estas entradas de dinero (hablaremos más sobre esto en la
siguiente clase cuando veamos el financiamiento de las empresas).

Por ejemplo, suponga que un agricultor va a cosechar su producción en primavera para luego venderla en
verano. El problema es que necesita comprar insumos como semillas y fertilizantes para la siembra y cosecha,
pero todavía no ha generado el efectivo, ya que sus productos se venderán más adelante. De esta forma, el
agricultor solicita a una empresa de insumos agrícolas una compra con pago a plazo donde recibe los insumos
hoy, pero los paga en 6 meses más una vez que haya vendido la producción. La empresa de insumos agrícolas
debe registrar en el balance una cuenta por cobrar con el agricultor. Luego, cuando el agricultor pague, la
cuenta por cobrar pasará a efectivo en el balance.

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Parte de estas cuentas podrían no ser recuperables, debiendo salir del balance una vez que se estime que el
deudor no honrará su compromiso. La empresa en base a su experiencia y estimaciones puede provisionar
un porcentaje de cuentas por cobrar que no recibirá, rebajando el activo del balance y anticipando, para
efectos financieros, la pérdida de utilidad que significaría este impago.

El inventario (3) son todos los productos de la compañía que ya están listos para ser vendidos y/o los
materiales que se convertirán en productos para la venta (insumos). Dichos inventarios, serán contabilizados
en el balance al costo histórico, es decir, al valor de adquisición o fabricación. Sin embargo, cuando dichos
productos sean vendidos, las empresas poseen distintas alternativas para registrar el costo en el cálculo de
la utilidad financiera, las que van desde una política FIFO (se asume que se venden primero los inventarios
más antiguos), LIFO (se asume que se venden primero los últimos inventarios) o un costo promedio, según
los distintos costos de adquisición de los inventarios mantenidos al momento de realizar la venta.

Los pagos anticipados (4) corresponden a la cuenta que agrupa todos los pagos ya realizados por la empresa,
pero por los que todavía no ha recibido ningún servicio o producto, o cuando corresponde que dichos pagos,
sean reflejados en los resultados de la empresa en algún período futuro. Por ejemplo: pagos anticipados de
sueldos, adelantos pagados a proveedores, entre otros. Estos pagos por anticipado deberán ser clasificados
en corrientes o no corrientes dependiendo del plazo en que se estime serán reconocidos en la utilidad de la
empresa.

Dentro de los activos no corrientes encontramos los activos intangibles (7), activos no físicos como, por
ejemplo: programas informáticos, patentes, derechos de autor, licencias de pesca, cuotas de importación,
franquicias, relaciones comerciales con clientes o proveedores, derechos de comercialización, etc. También
dentro de esta cuenta podemos encontrar la plusvalía (goodwill en inglés), que representa el valor pagado al
adquirir una empresa por sobre el valor justo de los activos y pasivos identificables. Da cuenta del aumento
en el valor de la empresa adquiriente dado el valor de la empresa adquirida.

Los activos fijos (8) son los activos productivos que permiten generar flujos para la compañía, los cuales la
compañía no tiene intención de vender. Los activos fijos se utilizan para prestar un servicio, fabricar un
producto, guardarlo, transportarlo o cualquier otra actividad productiva. En esta categoría se incluyen, por
ejemplo, las construcciones, tierras, maquinarias, equipamiento y vehículos. Estos se valorizan a costo
histórico o de adquisición y su valor en la contabilidad va decreciendo con el tiempo al deducir la depreciación
acumulada (9), esta es una contra-cuenta de activo que representa el desgaste estimado por el uso de un
activo fijo. En otras palabras, la depreciación acumulada refleja aproximadamente la pérdida de valor
económico de dicho activo debido a su uso, aunque puede no guardar relación alguna con el valor de
mercado del activo adquirido. En la clase 3 hablaremos sobre la cuenta de depreciación del estado de
resultados, que representa el desgaste anual de dichos activos y tiene directa relación con la cuenta de
depreciación acumulada del Balance. Para obtener el valor contable de los activos fijos, por lo tanto, deberá
considerarse tanto su valorización a costo histórico como el total de depreciación acumulada registrado hasta
ese momento para ese activo. De venderse alguno de estos activos, ambos montos deberán ser rebajados
del balance, reflejando una ganancia en el estado de resultados si el monto de la venta es mayor o una
pérdida en caso contrario.

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Existen otras categorías que también pueden aparecer en el balance como inversiones de largo plazo, activos
biológicos, etc. cuya importancia relativa dependerá de cada empresa o de la industria en la que esta
desarrolle su negocio. En general, serán las notas a los estados financieros las que permitan lograr un mayor
entendimiento de cómo están compuestos los activos de la empresa. Mediante ellas podremos por ejemplo
desglosar los inventarios en materias primas y productos listos para la venta, o identificar los plazos y
características de las cuentas por cobrar de la empresa, conocer el desglose de los activos fijos de la empresa
y sus movimientos, etc. Un buen análisis de los activos de la empresa deberá centrarse en dichas notas a fin
de lograr caracterizar de forma correcta los recursos de dicha compañía.

En resumen, los activos de una empresa ayudan a entender la forma de generar valor para la misma, su ciclo
productivo y los recursos futuros esperables del funcionamiento de esta. Asimismo, permiten analizar la
liquidez de la empresa y la capacidad de cumplir sus compromisos en el corto plazo mostrados en el lado
derecho del balance que analizaremos en la Clase 2.

4.- Gestionando la liquidez de la empresa

Al principio de esta clase definimos la liquidez de la empresa como la capacidad de la misma para transformar
sus activos en caja, el activo líquido por definición. La liquidez de la empresa es relevante porque finalmente
es la que permite cumplir con sus compromisos, financiar sus operaciones del día a día y por lo tanto subsistir.
Dado lo anterior, es necesario tener claridad de qué tan líquidos son los activos de una empresa, si dicha
liquidez se condice con los compromisos futuros que la empresa tenga y si le permitirá funcionar con
tranquilidad y solvencia.

En la clase 6 realizaremos un análisis relativo de la liquidez de una empresa comparando sus activos y pasivos.
Sin embargo, cada activo tiene un nivel de liquidez determinado y por lo tanto, empresas con fuertes
requerimientos de liquidez preferirán activos que sean fácilmente convertibles en caja. Pero, si la liquidez es
deseable, ¿porque no tener todo en caja? La respuesta es sencilla: la caja no genera rentabilidad. Una
correcta gestión de liquidez buscará la combinación óptima de activos con la suficiente liquidez para asegurar
la solvencia de la empresa, pero agregando como objetivo la maximización de su rentabilidad.

Un activo que comúnmente encontramos entre los activos corrientes de las empresas son sus inventarios.
Suponiendo que estos están compuestos por productos listos para ser vendidos, dichos inventarios deberían
ser activos de mucha liquidez, que serán convertidos fácilmente en caja para la empresa. Sin embargo, lo
anterior se basa en el supuesto de que dichos inventarios podrán ser comercializados por la empresa, lo cual
no sólo depende de la empresa, sino de la actividad comercial de esta, el estado de la economía, la
profundidad del mercado donde vende sus productos y una serie de otros factores externos que no siempre
son influenciables por la empresa. Por lo anterior, en general los inventarios serán considerados activos
corrientes pero de un nivel de liquidez secundario.

En la mayoría de las empresas productivas, las cuentas por cobrar suelen ser uno de los principales activos
de su Balance, sobre todo en empresas pequeñas donde las ventas a crédito son el estándar de la industria.

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La verdadera liquidez de estas cuentas por cobrar dependerá no sólo del plazo de dichas cuentas sino
también del riesgo de crédito involucrado en las mismas.

El riesgo de crédito se refiere a las posibles pérdidas que pueda experimentar una empresa debido al
incumplimiento del compromiso adquirido por alguno de sus clientes. Por lo tanto, las entradas de caja
futuras que una empresa espera tener por el vencimiento de sus cuentas por cobrar deberían ser
contrastadas contra un exhaustivo análisis de la probabilidad de pago de dichas cuentas, la que dependerá
no sólo del cliente específico a quien se otorgó la facilidad de pago, sino también de condiciones externas
como el estado de la economía. De esta forma, la liquidez asignada a las cuentas por cobrar dependerá de la
estimación del plazo real de cobro de las cuentas por cobrar en cada período, considerando la mora,
incobrabilidad y renegociaciones de dichas cuentas. Lo anterior, es muy relevante dado que puede evitar que
la empresa enfrente problemas financieros por no haber recibido los flujos de entrada que tenía proyectados
en el momento en que los esperaba.

Las incertidumbres planteadas en los casos anteriores hacen que las empresas necesiten mantener reservas
(o “colchones”) de liquidez, que les permitan mantener holguras para solventar sus pagos minimizando las
dudas sobre la cantidad efectiva de caja que tendrán para hacerlo y si tendrán acceso oportuno al
financiamiento para cubrir dichos pagos. El único activo que permite cumplir lo anterior sin ningún tipo de
incertidumbre es la caja, la que normalmente estará depositada en cuentas corrientes bancarias mediante
las cuales la empresa realiza sus pagos. Sin embargo, el dinero depositado en una cuenta corriente genera
cero rentabilidad en términos nominales, e incluso pierde poder de compra en términos reales si es que,
como es común, la inflación es positiva.

Por lo anterior, en general sólo una parte de los colchones de liquidez de las empresas estará depositada en
sus cuentas corrientes bancarias y las otras estarán distribuidas en distintas alternativas de inversiones
financieras. Dichas inversiones serán registradas en los estados financieros de la empresa a su valor de
mercado, y por lo tanto generarán volatilidad en los resultados de las empresas dependiendo de qué tan
variable sea su valor en el mercado. Las alternativas más comunes son depósitos a plazo, fondos mutuos y
bonos. A continuación, analizaremos las características de cada una de ellas.

a) Depósitos a Plazo: su característica principal es que son inversiones de corto plazo (en general entre
7 a 90 días, aunque podrían llegar hasta 1 año) que pagan una tasa de rentabilidad fija en pesos o en
UF. De esta forma, el depositante sabrá de antemano el interés total que recibirá al final de su
inversión, pero no podrá disponer del dinero sino hasta que venza el depósito. En general, el interés
de esta alternativa es bajo y va creciendo a medida que se alargan los plazos. Un depósito en pesos
pagará una tasa fija en pesos más el capital invertido, mientras que un depósito en UF pagará una
tasa real denominada en UF (generalmente más baja que la tasa en pesos si la inflación del período
es positiva) y además el reajuste del capital invertido por la inflación del período que dura el depósito,
por lo tanto, puede ser una mejor alternativa cuando se tienen expectativas de inflación alta en
relación a lo que espera el mercado.

b) Fondos Mutuos: Un fondo mutuo es, a grandes rasgos, un fondo de dinero invertido por los
aportantes, gestionado por una administradora y que busca obtener rentabilidad invirtiendo en
grupos de activos con ciertas características en común. De esta forma, existirán fondos mutuos muy

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distintos en riesgo y rentabilidad, dependiendo de los activos en los que inviertan. Los fondos mutuos
más usados para gestionar liquidez son los de muy corto plazo, denominados Money Market. Un
fondo mutuo money market tiene la característica de ser un fondo mutuo muy líquido (en general
toma sólo 24 horas liquidarlo y tener el dinero depositado en la cuenta corriente del aportante), que
invierte en activos de renta fija de muy corto plazo y por lo tanto que entrega rentabilidades
pequeñas, pero con bajo nivel de variación (i.e., muy seguras). Tiene la ventaja sobre los depósitos a
plazo que no es necesario esperar al menos 7 días (plazo mínimo de los depósitos) para tener el
dinero de vuelta, sino que puede ser de un día para otro. Sin embargo, su rentabilidad tiende a ser
levemente menor a la de un depósito a plazo.

Adicional a los fondos mutuos money market, existen una infinidad de otras alternativas en que
pueden invertir estos fondos como los fondos de renta fija de mediano o largo plazo, fondos de renta
variable, fondos internacionales como los estadounidenses, europeos o asiáticos. Sin embargo, a
pesar de que estos fondos tienen rentabilidades esperadas mucho mayores, la volatilidad en sus
resultados también lo es, por lo que no son muy recomendables para manejar la liquidez de la
empresa, que en general tendrá un horizonte de inversión de más corto plazo y menor riesgo.

c) Bonos: un bono es un instrumento de renta fija que constituye una promesa de pago de flujos futuros
desde el emisor del bono al inversionista que lo compra, devolviendo el capital invertido más una
tasa de interés, llamada tasa de emisión, ya sea en varios pagos parciales o en un pago al final
(veremos más de esto en la clase 2, desde el punto de vista de la deuda que contrae la empresa
emisora del bono). Cuando este bono es comprado como un instrumento de inversión por otra
empresa, se valorizará a su valor de mercado, el que dependerá no sólo de la tasa de interés
prometida por el bono y su plazo, sino también de las tasas de mercado y la situación de la empresa
emisora entre otras cosas. Si bien los bonos tienden a ser menos volátiles que las acciones, al ser
activos financieros de mediano-largo plazo, pueden sufrir grandes variaciones de precio,
disminuyendo de valor cuando su tasa de mercado sube. Una empresa que decide invertir sus
excesos de liquidez en este tipo de instrumentos, deberá tener muy claro estas posibles variaciones
en el valor del bono, sobre todo si planea venderlo antes de su fecha de vencimiento, porque la
rentabilidad real obtenida en la venta podría ser muy distinta a la prometida por los flujos del bono.

En las descripciones anteriores se observa que los distintos tipos de inversiones tendrán niveles de volatilidad
(riesgo) muy distintas. En general, en el mundo financiero se cumple que activos con mayor volatilidad tienen
retornos mayores en promedio. Esto hace lógica pensando que la única forma en que un inversionista
racional acepte tomar más riesgo en su portafolio de inversiones, es en busca de un retorno mayor. Lo
anterior se conoce como la relación riesgo-retorno, y dependerá del nivel de aversión al riesgo de los
inversionistas qué activo prefieran. De todas formas, cuando el objetivo de la inversión es gestionar los
excesos de liquidez, es aconsejable invertir el dinero en activos de baja volatilidad, a fin de disminuir el riesgo
de tener que salir a vender la inversión justo en un momento donde el precio esté muy bajo.

En la siguiente clase, continuaremos analizando el Estado de Situación Financiera o Balance General, pero
esta vez nos centraremos en cómo las empresas financian sus activos, es decir de dónde obtienen el dinero
para comprarlos y cuáles son los compromisos futuros que se generan de la compra.

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