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ECOGRAFÍA DE LOS GANGLIOS.

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Anatomía ganglionar abdominal
La existencia de numerosos ganglios en el abdomen y su frecuente afectación en el curso de
diferentes procesos patológicos obliga a una breve revisión de estos. De un modo general
los grupos ganglionares acompañan a las estructuras vasculares y llevan sus nombres.
Otros, llevan los nombres de los órganos vecinos o de las regiones anatómicas donde se
localizan. Entre los grupos ganglionares existe una red de múltiples canales linfáticos que
los comunican entre sí.
Los vasos linfáticos procedentes del bazo, hígado y del grupo epigástrico, junto con los
grupos lumbares, se unen y forman la cisterna quilosa, que da origen al conducto torácico a
la altura del duodécimo cuerpo vertebral dorsal y que asciende por el tórax para
desembocar en la vena subclavia izquierda.
En la Ecografía solo se pueden identificar algunas de estas cadenas ganglionares cuando
están agrandadas y siempre debe evaluarse su tamaño, contornos, aspecto interno, etc. Las
cadenas ganglionares que con más frecuencia se visualizan, cuando son patológicas, son: la
cadena lumbar derecha; que comprende a los grupos pericaval e interaortocaval, la cadena
lumbar izquierda formada por el grupo pericaval y la cadena preaórtica constituida por los
grupos celíaco, mesentérico superior y mesentérico inferior.
No existe un consenso sobre el concepto de adenomegalia; para la mayoría se basa en la
medición del diámetro transverso mayor del ganglio, el que varía según las diferentes
regiones anatómicas. Para algunos un diámetro mayor de 1,5 cm es señal de anormalidad,
aunque pueden existir ganglios patológicos de tamaño normal y por otro lado, no existen
criterios específicos para caracterizar sus diferentes afecciones.
El aspecto macroscópico de los procesos ganglionares benignos carece de valor, excepto en
la enfermedad de Castleman (hiperplasia gigante del linfonodo/hiperplasia angiofolicular) y
en la enfermedad de Rosai-Dorfman (histiocitosis sinusoidal con linfoadenopatía). Ambos
procesos provocan grandes masas ovoides de superficie lisa, que al corte son de color
amarillo pálido y de consistencia elástica, se debe realizar el diagnóstico diferencial (DD)
con algunos tumores de las partes blandas de la región y con los linfomas.
Los linfomas, excepto en estadios tempranos, se caracterizan por grandes masas
polilobuladas, debido a la confluencia de ganglios cercanos, que en ocasiones infiltran a los

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tejidos vecinos. La superficie de corte y la consistencia de los ganglios, varían en
dependencia del tipo histológico y del grado de fibrosis que presenten.
Diagnóstico diferencial Ecográfico.
El diagnóstico diferencial ecográfico de una adenopatía en cuanto a su naturaleza benigna o
maligna resulta difícil, no obstante, existen algunos criterios que orientan hacia ello:
Criterios ecográficos de benignidad. Los ganglios benignos casi nunca son mayores de 2
cm, aunque el tamaño tiene poco valor diagnóstico; son menos numerosos y su forma
tiende al alargamiento (forma “arriñonada”), con una zona central de ecogenicidad
aumentada por la presencia de grasa en su seno. La necrosis central es poco frecuente
aunque puede estar presente en las adenomegalias de causa granulomatosa, las que pierden
la ecogenicidad central y se hacen hipoecoicas.
Criterios ecográficos de malignidad. Los ganglios son numerosos, mayores de 2 cm, de
forma redondeada o polilobulada, y se agrupan en paquetes formando masas de baja
ecogenicidad. La mayoría de las veces no se puede definir el seno ganglionar, ya que la
grasa se encuentra sustituida por el tejido patológico y la vascularización está aumentada, lo
que se hace evidente con el Doppler color (DC). Si observamos un ganglio fuera de su
región anatómica normal, es otro criterio de gran valor para sospechar su naturaleza
maligna.
Lesiones ganglionares benignas
Dentro de este grupo se incluyen a la linfadenitis aguda inespecífica, la linfadenitis
necrotizante, la linfadenitis granulomatosa, hiperplasia linfoide folicular, enfermedad de
Castleman y la enfermedad de Rosai-Dorfman.
Linfadenitis aguda inespecífica
Las adenopatías benignas, casi nunca son mayores de 2 cm y ocurren en especial en los
pacientes inmunodeprimidos.
Ecografía
Por el pequeño tamaño de estos ganglios, raras veces se visualizan con la ecografía.
Linfadenitis necrotizante
Se observa en el curso de procesos autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico
(LES), la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto y las infecciones virales, bacterianas y
micóticas. Es poco frecuente que se afecten los ganglios del retroperitoneo.

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Ecografía
Solo se pueden visualizar las adenopatías mayores de 2 cm y en estos casos, las
adenomegalias tienen forma redondeada y de baja ecogenicidad.
Linfadenitis granulomatosa
Bajo este término se incluye a un grupo de enfermedades, muchas de ellas de naturaleza
infecciosa, como son: tuberculosis, lepra, brucelosis, sarcoidosis, enfermedad por arañazo
de gato, infecciones micóticas, toxoplasmosis, sífilis, linfadenitis mesentérica producida
por yersinia y tularemia, y en que son frecuentes las afecciones ganglionares en el
retroperitoneo. En ocasiones puede ser un elemento acompañante del linfoma de Hodgkin.
Ecografía
No presentan ninguna característica especial que las identifique, se sospecha su causa al
conocer el diagnóstico de la enfermedad de base. Las adenopatías son de mayor tamaño que
en las variantes anteriores, por lo que se pueden visualizar mejor con este método. Las
adenopatías por tuberculosis y sarcoidosis pueden ser grandes y disponerse en forma de un
manguito paravertebral. Su ecogenicidad es muy baja debido a la necrosis, pero en el
período de curación pueden calcificarse y producir sombra acústica.
El DD debe realizarse con los ganglios de tipo metastásicos y linfomatosos.
Hiperplasia linfoide folicular (linfadenitis hiperplástica)
Se trata de un cuadro frecuente en los niños, que interesa con preferencia los ganglios
superficiales. Se asocia a diversos procesos que cursan con estimulación de la inmunidad
humoral (células B), como son las infecciones virales (VIH, Epstein-Barr, citomegalovirus,
etc.) así como a procesos autoinmunes (artritis reumatoide, LES, enfermedad mixta del
tejido conectivo, etc.).
Ecografía
Los ganglios abdominales son semejantes a los que ocurren en la linfadenitis necrotizante.
Por lo general se puncionan los ganglios superficiales que forman parte del cuadro
clinicoecográfico.
Enfermedad de Castleman
Representa un tipo peculiar de hiperplasia linfoide y de la cual se han descrito 3 tipos;
variedad hialino-vascular (la más frecuente), plasmocelular difusa y mixta. Se presentan
como grandes masas tumorales que pueden simular tumores de las partes blandas.

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Ecografía
En esta afección aparecen masas ganglionares abdomiales, retroperitoneales,
multilobuladas, de baja ecogenicidad que pueden presentar calcificaciones. En dependencia
de su localización hay desplazamiento de las estructuras vasculares y órganos vecinos, así
como ureterohidronefrosis por englobamiento de los uréteres.
El DD debe realizarse con otros tumores retroperitoneales (sarcomas), linfomas y
metástasis.
Enfermedad de Rosai-Dorfman (R-D) 4
Como norma presenta un curso benigno, limitado a los ganglios cervicales, aunque existen
formas agresivas diseminadas que pueden afectar a los ganglios abdominales
retroperitoneales.
Ecografía 5
Cuando los ganglios de la enfermedad de R-D se visualizan, se presentan como masas
conglomeradas, de baja ecogenicidad que desplazan las estructuras vecinas.
El DD con el HDG resulta imposible.
Lesiones ganglionares malignas 3
Linfomas. Los linfomas son la neoplasia maligna del tejido linforreticular y se dividen en 2
categorías, los linfomas no Hodgkin y el linfoma de Hodgkin.
Linfoma no Hodgkin
Ecografía
Aunque la ecografía no es específica, los ganglios del LNH en el abdomen aparecen
fusionados formando grandes masas mal definidas y de ecogenicidad no homogénea, que
provocan desplazamiento de los órganos vecinos y están surcadas por los vasos de la región
donde crecen. Otras veces se presenta de forma difusa y produce áreas mal definidas de
ecogenicidad no homogénea que obliteran los espacios del retroperitoneo y borran los
contornos del psoas. Ante la sospecha de un LNH se debe prestar atención no solo a la
participación ganglionar, sino también a la hepática, esplénica, intestinal, renal, ovárica,
etc. Desde el punto de vista ecográfico, es posible sospechar la entidad, pero no diferenciar
las variedades del LNH.
Hay hechos que pueden provocar errores diagnósticos, especialmente con la Ecografía,
sobre todo, la presencia de estructuras anatómicas normales que simulan adenopatías como

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son: los aneurismas trombosados y hematomas localizados, las asas intestinales llenas de
líquido, la crura diafragmática prominente y lobulada, un bazo accesorio, etc., lo que puede
aclararse realizando diferentes cortes o administrando líquido por vía oral y en ocasiones
utilizando la técnica de Doppler que identifica el flujo dentro de las estructuras vasculares.
El DD debe realizarse con el resto de los tumores sólidos retroperitoneales y los ganglios
metastásicos.
Los métodos para la clasificación de los LNH han sido por largo tiempo materia de debate.
El diagnóstico citopatológico tiene limitada la posibilidad de clasificarlos según los
diferentes subtipos, aunque con el empleo del inmunofenotipo, la citometría de flujo y la
biología molecular, algunos de ellos pueden ser identificados correctamente.
Los LNH pueden ser clasificados según el tamaño de las células que caractericen al
extendido en linfomas de células pequeñas, células grandes y mixtos; según el
inmunofenotipo en B o T y según su comportamiento biológico en bajo grado de
malignidad (que tienen un curso indolente, pero usualmente fatal) y en alto grado de
malignidad que tienen una progresión rápida pero son potencialmente curables.
LNH de bajo grado de malignidad. Entre estos linfomas se encuentran el linfoma
linfocítico de células pequeñas, el linfoplasmocitoide, el linfoma centro folicular, el de
células del manto y el de la zona marginal.
LNH de alto grado de malignidad. Comprende tanto a los linfomas de extirpe B como T,
en su mayoría son B, y es el gran tamaño celular el rasgo que se tiene en cuenta para su
subdivisión, aunque existen excepciones como lo son el linfoma linfoblástico y el de
Burkitt, que sus células son pequeñas y se encuentran dentro de este grupo.
Metástasis ganglionares 4
La identificación de ganglios metastásicos en el curso de las enfermedades malignas es de
gran utilidad para el estadiamiento tumoral. Su localización y extensión depende del
drenaje linfático del órgano afectado, por ejemplo; los tumores malignos del páncreas,
riñón, esófago y estómago, se extienden por los ganglios epigástricos. El Ca del colon,
interesa rápidamente a los ganglios del mesenterio, mientras que los tumores testiculares y
del ovario toman de manera precoz las cadenas paraórticas. Por su parte, los carcinomas del
útero, próstata y vejiga interesan preferentemente a los ganglios ilíacos y presacros, aunque
las cadenas paraórticas también pueden tomarse.

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En cuanto a su extensión los tumores del testículo, ovario y útero con frecuencia lo hacen
de forma bilateral hasta los ganglios del hilio renal, en particular los seminomas producen
grandes masas tumorales a nivel del pedículo renal ipsilateral y los del páncreas, riñón,
esófago y estómago en ocasiones se pueden extender hasta por debajo de los pedículos
renales.
Los ganglios pueden mostrar tamaño y consistencia variable, al corte son de color blanco
grisáceo, a veces con áreas de necrosis y hemorragia.
Ecografía
Los ganglios metastásicos pueden tener cualquier localización, aunque siempre se debe
tener en cuenta el drenaje linfático de los órganos abdominales, por lo que es de gran valor
conocer la existencia de un tumor primario y cuando no se conoce se debe hacer un rastreo
ecográfico completo del abdomen, de las mamas o realizar un estudio radiológico del tórax
en busca de un tumor en una de estas localizaciones. Las alteraciones del tamaño, forma y
ecogenicidad deben valorarse.
En los casos de seguimiento postratamiento, la ecogenicidad de los ganglios puede
disminuir por los efectos del mismo, e incluso simular lesiones quísticas, y cuando es
efectivo disminuyen en tamaño y número.
El DD debe realizarse con los ganglios afectados por un proceso infeccioso o linfomatoso,
es difícil sobre todo cuando se trata de ganglios retroperitoneales.

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