Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DOCUMENTAL DE SICKO.
2019
DOCUMENTAL DE SICKO.
documental.
Es irracional pensar que por estar consignados los principios del sistema de
salud en el cuerpo de la Ley 100, se asegure su cumplimiento, y que la
salud de los colombianos se garantice de manera integral. El principio de
universalidad entraña la antítesis de la discriminación. En Colombia
tenemos sistema de salud para ricos (medicina prepagada), para clase
media (régimen contributivo) y para pobres (régimen subsidiado y población
pobre no asegurada), con planes de beneficios y tiempos de espera
(oportunidad) diferenciales. Me pregunto, ¿no hay discriminación?
La solidaridad es otro principio que rige nuestra salud. Hoy día los recursos
del régimen contributivo provienen de aportes de empleados, empleadores
y trabajadores independientes, mientras que los del régimen subsidiado se
obtienen de un punto de solidaridad del contributivo y de otras fuentes
estatales que representan la mayoría del dinero. Con cifras de informalidad
laboral que superan el 50 por ciento y tasas de desempleo cercanas al 10
por ciento (Guataquí, 2011), es de esperar que la mayoría de la población
pertenezca al régimen subsidiado, y que la falta de robustez del contributivo
conduzca a un incremento en la carga impuesta al Estado (Organización
Panamericana de la Salud, 2011). De otra parte, se han evidenciado
avivatos que pescan en río revuelto, y reportan ingresos de uno o dos
salarios mínimos en sus actividades independientes, lo que se traduce en
recaudo aún menor del régimen contributivo (Martínez, 2010). Aquí me
pregunto, ¿hay forma de ser solidarios cuando la mayoría no puede
aportar?, ¿se es solidario cuando como producto de la informalidad, el
individuo decide el ingreso sobre el cual cotiza al sistema, y lo hace sobre
una base falsa?, y ¿no está haciéndose cargo pues, el Estado colombiano,
del sistema de salud como lo hacía en otras épocas?
Ahora bien, ¿cómo se puede operar un sistema sin que presente los vicios
del que funciona en la actualidad? En primer lugar, se puede concebir la
atención en salud como una cadena de cuatro eslabones: recaudo, puesta
en marcha, auditoría y pago. Hoy en día, el Estado hace la parte más difícil
de cualquier negocio, que es recaudar los recursos. Una vez recaudado el
dinero, se lo transfiere a las EPS, las cuales han fallado al voto de
confianza que la sociedad colombiana depositó en ellas para administrar los
recursos. Algunas de ellas han actuado de mala fe en los recobros al
FOSYGA (presunto robo al Estado), en la negación o retraso en la atención
(presunto robo al paciente) y en el pago de cuentas por servicios prestados
(presunto robo a proveedores y prestadores). ¿Tiene sentido la existencia
de la EPS?
El recaudo debe seguir siendo realizado por el Estado, pero ahora también
debe administrarlo, a través de los entes territoriales. De otra parte, tras 18
años de haberse puesto en marcha el sistema de salud, se puede saber
con certeza cuánto cuesta anualmente. Al conocerse esta cifra, se puede
planear de dónde saldrá el dinero para cubrirlo en su totalidad. El Estado
puede entonces, decidir si hay que crear nuevos impuestos, desmontar
regímenes especiales (fuerzas militares, magisterio, entre otros) o emplear
nuevas fuentes para mantener el sistema. Una posibilidad es desmontar el
aporte de nómina e independiente para reemplazarlo por un impuesto sobre
productos y servicios que no afecten la canasta familiar, para que seamos
realmente solidarios y no que unos pocos aportemos mientras otros
mienten sobre la base de cotización.
También suena lógico pensar que el recaudo deba incluir recursos para
cubrir gastos de investigación y renovación tecnológica (prestados con bajo
interés a clínicas y hospitales), para mejorar la atención y el sistema, así
como para sacarnos del estancamiento en tecnología en que estamos
sumidos; como lo expresó un gerente de hospital en alguna oportunidad
cuando dijo: “la tarifa es la misma con equipos viejos que con equipos
nuevos”.
Por último, el Estado pagador tendría contrato con todas las instituciones de
salud habilitadas, las cuales competirían con calidad para atraer al paciente
que acude a ellas por libre escogencia. Las cuentas auditadas por la
comisión de universidades públicas serían pagadas por el Estado en plazos
cortos. Los retrasos en el pago se podrían cruzar contra impuestos por
parte de los prestadores, estimulando así el pronto pago.
https://www.youtube.com/watch?v=dVdaosweLF8
https://www.semana.com/opinion/articulo/reflexiones-sobre-solucion-
sistema-salud/249883-3