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La ética del tropel

Elaborado por: Queipo Luis de Jesús Varon Estupiñán

Código: 20152155016

PALABRAS CLAVE.

Tropel, ética, violencia, estudiantes, Estado

TESIS

Sócrates fundamentó la “ética”, en una coherencia entre fines y medios, en una especie de
moral laica que tiene por objeto explicar racionalmente las conductas en la que las
preguntas clave son el “por qué” y el “para qué” debo hacer algo.

Ahora bien, la acción política universitaria ha tomado contrastes violentos, en los que
prácticas como “el tropel”, tienen su ética, considerando los tiempos, generaciones y
aspectos teóricos. Por ello, a lo largo de este ensayo se expone cómo un escenario de
confrontación como “el tropel” puede estar enmarcado en diferentes fines y variedad de
medios que desde los diferentes actores políticos (los estudiantes, los denominados
capuchos, policía, y población civil) convergen en una ética, y con esto se genera un
contraste de ideas, que es la determinante en donde hacen que surjan nuevas
interpretaciones.

1. MARCO DE REFERENCIA

A partir de la conformación de ejércitos insurgentes por el territorio colombiano, distintas


organizaciones sociales, sindicatos, movimientos campesinos indígenas y organizaciones
estudiantiles, encuentran en la lucha por sus derechos un punto en común. Estos grupos
son en consecuencia, “una nueva representación de lo político visto desde una relación
amigo-enemigo” (Pecaut, 1997). Esta definición, plantea entre otras cosas la constante
confrontación ideológica que busca eco en los diferentes sectores sociales de Colombia.
Por consiguiente, estos movimientos, son de igual manera vistos como enemigos del
Estado y sus instituciones, y por tanto son potenciales a ser silenciados; el movimiento
estudiantil, con tintes ideológicos entra en confrontaciones permanentes tanto discursivas
como físicas no solo contra las políticas del estado, sino también con la policía, como si se
tratase de una costumbre o un hábito.

Pecaut (1997) afirma también que: “La Violencia se ha convertido en un modo de


funcionamiento de la sociedad dando nacimiento a redes diversas de influencia sobre la
población y a regulaciones oficiosas”, es decir, su durabilidad en la escena pública minimizó
el impacto de los actos violentos en la conciencia de las personas e instituciones, al punto
de que ejercieron influencia en la vida cotidiana y, por consiguiente, se normalizara. Sin
embargo, aquellas expresiones de rechazo por parte de movimientos sociales que se
resisten al conformismo y al silenciamiento, encontraron legitimidad en su acción colectiva
por parte de la ciudadanía, muy a pesar de la criminalización de la protesta como respuesta
del Estado ante sus consignas, siendo este el caso del movimiento estudiantil.

Sin embargo, como lo sugiere Mauricio Archila (2001) hay que cuestionar quiénes y desde
qué postura se crean los imaginarios y estereotipos tanto positivos como negativos de los
actores sociales, es por ello que, contrario a la anterior interpretación de esta nueva
generación que no ve interés, ni efectividad en la protesta a través de “ el Tropel” es posible
identificar a través de la omisión o no participación, una apuesta política de no entrar en el
ejercicio de la Violencia y de reproducir las configuraciones sociales heredadas del conflicto
y la confrontación por medios violentos. Así pues, se sugiere un cambio o ampliación de la
concepción de “el Tropel” como lo afirma el profesor de la Universidad Nacional Carlos
Medina en una entrevista: Hay unas formas del tropel y la violencia es una de las muchas
formas del tropel, pero tropel hay cuando un estudiante se para frente a una investigación
y lleva el conocimiento de un lugar a otro y subvertir las lógicas del conocimiento, cuando
un estudiante se monta en un auditorio, hace danza, hace teatro, hace cultura, transforma
la música y la enriquece, ahí hay tropel, cuando es capaz de pararse frente a un lienzo y
plasmar el encanto de la vida; el tropel es mucho más que la confrontación violenta con la
policía y con la autoridad. (Medina, M. 2010).

2. EL LADO ÉTICO DEL TROPEL

Sócrates configura la ética como una especie de modo de ser y de carácter de la persona
y de la colectividad, que, en definitiva, persigue “conocer” como medio para poder “obrar
bien”. Para Sócrates, en el conocimiento está el secreto de la actuación moral.

Ahora bien, si aterrizamos esta teoría a un marco universitario colombiano de educación


pública, observamos como la universidad se ha convertido en una colectividad de
pensamientos y maneras de actuar. En simples hechos se puede ver lo complejo que llega
a ser la multiplicidad de opiniones y nociones controvertidas en sí. En el acto del tropel, que
es casi rutinario para las universidades públicas del país, podemos observar que tiene un
trasfondo ético que deja ver desde comportamientos, actitudes y conductas de agentes de
la academia o fuerza pública, hasta percepciones de la población fuera del campus
universitario.

2.1 Los capuchos

Los denominados “capuchos”, son sujetos en su mayoría estudiantes, su fin es mostrar su


descontento y hacer valer su voz de protesta por medio de la manifestación, su actuar es
con armas no letales y poco convencionales como lo son: piedras, objetos metálicos, papas
bombas, pólvora entre otros. Aunque en reiteradas ocasiones no se limitan a solo emplear
objetos bélicos, sino algunos han decidido involucrar un lado más pedagógico y menos
coercitivo. Su pensamiento consiste en tratar de cambiar las nociones en el actuar de la
comunidad universitaria y generar una mejor academia digna para la sociedad, así mismo
generar oposición a las medidas perjudiciales en el ámbito educativo del gobierno. Como
lo comenta un denominado capucho al periódico El Tiempo, su vestimenta o “dotación de
trabajo” es una capucha y un overol: “Viene la dotación: te entregan el overol, la protección
para las manos y los pies, la camiseta para la cabeza y el distintivo que va en el brazo”.

Vallejo por su parte sostiene que “Si bien es cierto los capuchos usualmente se refieren a
sí mismos como actores clandestinos o miembros de organizaciones clandestinas, quisiera
cuestionar esta categoría de clandestinidad debido a la forma en la que llevan sus acciones.
Si bien es cierto los miembros de estas organizaciones toman medidas para mantener en
secreto su identidad, también es cierto que se están poniendo en escena siempre con el fin
de hacer conocer su organización y darle estatus”. Vallejo Morales, N. (2017)

Su actuar es muy discutido debido a su mal obrar, en ocasiones reiteradas estas personas
exceden su actuar y sobrepasan limites en las poblaciones, ocasionando daños, así mismo
en ciertos grupos los referentes ideológicos son de tendencia subversiva ocasionando
intimidaciones hacia la comunidad. Muchos de ellos han sido arrestados y otros han sufrido
lesiones, en el país son dueños de una imagen controversial.

2.2 El ESMAD

Es la dependencia del Comando de Unidades Operativas Especiales de la Policía Nacional


de Colombia, integrada por personal encargado del control de disturbios, multitudes,
bloqueos acompañamiento a desalojos de espacios públicos o privados, que se presenten
en zona urbana o rural del territorio nacional, para restablecer el ejercicio de los derechos
y libertades públicas.

Este grupo es el encargado de disuadir las protestas en los centros educativos públicos del
país, su actuar se rige supuestamente por el respeto a la vida y por velar por los derechos
humanos, cosa que no siempre hacen. Su armamento consta de un traje protector, un
bastón, una pistola lanza gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y balas de goma con
su respectiva arma, además del vehículo conocido como tanqueta entre otros.

Su actuar es sumamente controversial, el exceso de fuerza y el mal uso de sus armas han
ocasionado lesiones y hasta muertes así mismo de inconvenientes a la población educativa.
Tienen varias demandas judiciales y poseen una gran desfavorabilidad en la sociedad
colombiana.

2.3 La población civil

Entre este numeroso grupo se encuentra en su mayoría a todos aquellos que viven o que
transitan por los alrededores de los claustros universitarios, son habitantes que por lo
general no saben el acontecer o el motivo del tropel, y que en reiteradas ocasiones son
perjudicadas ya sea por las maniobras de la policía o de los capuchos. Su actuar es ser
espectador del acto, y generar su opinión respecto al obrar de los capuchos, de los
estudiantes o la policía. Se informa generalmente por los medios de comunicación oficiales,
y además por la información que le hayan contado en la voz a voz.

2.4 La comunidad universitaria

En este grupo de población están los estudiantes que no se involucran al tropel como
capuchos. Son los docentes, los administrativos y demás población que convive, trabaja o
estudia en la academia. Su actuar se basa en evacuar cuando suceden estos
enfrentamientos, en ocasiones son testigos silenciosos del acontecer en los disturbios
además de en ocasiones servir de apoyo a los capuchos. Por lo general la comunidad
universitaria trata de ser ajena al tropel. Son en ciertas circunstancias víctimas del actuar
de la policía o de los capuchos, además que ya ven con normalidad el acto del tropel.
3. ALGUNAS NORMAS ÉTICAS RESPECTO AL ACTO DEL TROPEL

En todo evento que se cumple regularmente hay unas disposiciones de unas normas éticas.
El tropel no es ajeno, y con el paso de los años se han normalizado una serie de reglas de
carácter ético que hace que el acto violento del tropel sea un poco más estructurado.

La primera y se podría decir que es la básica es que ante todo está el respeto de parte y
parte por la vida e integridad de los sujetos presentes, como dice el Centro de Memoria, “la
vida es sagrada”. La constitución política y las diferentes comisiones de derechos humanos
regulan el actuar ya sean de los manifestantes como de la fuerza pública. Por ello es que
se ha tratado de regular la violencia en las manifestaciones todo para que no cause daños
letales a los involucrados. Existe un acuerdo no especificado y de carácter simbólico que
sirve de prevención para que no se repitan hechos trágicos como lo han sido el asesinato
del estudiante Miguel Ángel Barbosa en el año 2016 (Articulo de prensa. Murió universitario,
que resultó herido en choque con el ESMAD. El tiempo, 3 de junio 2016), estudiante de
nuestra institución, ultimado por la brutalidad policiaca, o casos como la masacre de
estudiantes en 1954 por el accionar del ejército; Así mismo que no se repitan casos como
en los años 2000 y 2012 en donde resultaron asesinados policías del ESMAD en tropeles.
(Artículo de prensa. El espectador, 2012. Policía muere tras disturbios en Universidad del
Valle)

Una segunda norma ética que se ha establecido es el que a ningún estudiante o miembro
de la universidad se le puede obligar ya sea a participar o quedarse en la universidad, así
mismo el salir o no estar presente en el tropel, por eso desde hace mucho las puertas de la
universidad se dejan abiertas minutos antes de que comience el enfrentamiento y se
declara la orden de desalojo, todo con el fin de que el que quiera participar se quede y el
que no bien pueda y salir.

Alineada con la segunda norma ética esta la tercera; está consiste en que la fuerza publica
no puede retener, interrogar amenazar o agredir física o verbalmente a un miembro de la
institución sin justa causa antes o después de un tropel. Esto se puede entender mejor con
que se ha conocido que en ciertas ocasiones la fuerza publica se ha extralimitado y ha
capturado o retenido a estudiantes solo por sospecha, sin pruebas ni razones de peso.
(Artículo de prensa. Las dos orillas, 2017. Falsos positivos judiciales, persecución y
estigmatización).
4. LA CULTURA POLITCA COMO FORMA DE ENTENDER AL TROPEL

Para entender mejor este apartado hay que remitirse a Rodríguez Orejuela (2005), quien
habla acerca de que la historia se ha convertido en una rama que tiene un carácter esencial
en el surgimiento de los pueblos y las sociedades, donde la criticidad sirve de ayuda para
poder tener buen entendimiento en el comprender de la historia y la sociedad. Un hecho
histórico en Colombia que sirve de ejemplo para entender por qué el enfrentamiento (ya
sea válido o invalido) es un mecanismo de protesta es el Bogotazo; el 9 de abril de 1948
con el asesinato de Gaitán el pueblo tomó medidas de echo y uso la violencia para darle a
entender al gobierno su desacuerdo con el silenciamiento de líderes políticos.

El 13 de junio de 1953 el General Rojas Pinilla aprovechándose de la tensa situación del


país propicia un golpe de estado, y asume como jefe del estado mayor colombiano. A
comienzos de su gobierno se vivió una tensa calma conocida como una dictadura blanda y
con el paso de los días se convertiría en una dictadura militar estricta. En 1954 se dan varios
asesinatos a estudiantes de la Universidad Nacional, y se arremete fuertemente contra los
periódicos más grandes con una política de censura. Rojas impulsa medidas tributarias
modernizadoras que golpearían a agricultores, trabajadores y pequeños comerciantes, pero
que favorecían a los grandes capitales. Con estos antecedentes se genera que los
estudiantes universitarios consoliden un movimiento estudiantil que le hiciera frente al poder
militar y estatal.

En conclusión, el sujeto político colombiano se enmarca dentro de una cultura común y una
etnocultura específica, en donde ha llegado el momento de desmarcarnos de lo que llama
el Rodríguez Orejuela cultura “light”. El asesinato de Gaitán fue una muestra de que la
política es un juego de las elites, que siempre van a existir intereses oscuros con trasfondos
políticos, pero que siempre va a existir esperanza si las nuevas juventudes sean sujetos
críticos, que inspirados en Gaitán y demás próceres luchen por cambiar el país y formar
mejores sujetos políticos, críticos pero conscientes de que no siempre la violencia es la
respuesta a todos los problemas.
REFERENCIAS.

Pecaut, D. (1997) Presente, Pasado y Futuro de la violencia en Colombia. Revista


Análisis Político. IEPRI-UN

Acevedo Tarazona, Álvaro y Samacá Alonso, Gabriel (2015). “Entre la movilización


estudiantil y la lucha armada en Colombia. De utopías y diálogos de Paz”. En
Anuario de Historia Regional y de las Fronteras. 20 (2). pp. 157-182.
Medina, C (2010). Entrevista: El Tropel es mucho más que la confrontación violenta con la
policía y con la autoridad. Recuperado de:
https://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-246300.html

Archila, M (2001) Movimientos sociales, Estado y Democracia en Colombia.


Universidad Nacional de Colombia.
Casallas. A, Perico. J, Venegas. Z, Varon, Q. Estado, Actores Políticos Y Violencia En
Colombia. El “Tropel” Como Un Escenario De Acción Violenta. Ponencia que parte del
seminario de Democracia Participación y Violencia de la Licenciatura en Ciencias Sociales
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, (aunque en un trabajo en
construcción lleva estudios de prensa e hipótesis construidas a partir de la formación
recibida de quienes la escriben).
Vallejo Morales, N. (2017) Sombras beligerantes: un estudio sobre las formaciones
espaciales de la violencia de los “capuchos”. Tesis de pregrado del programa de
Antropología. Universidad del Rosario. Bogotá.
Jenny Gámez. (2015). Archivo de prensa. Diario El Tiempo. Relato de un 'capucho'
intimidado por querer abandonar la guerrilla.
El tiempo. (2016) Murió universitario, que resultó herido en choque con el ESMAD.
Disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/bogota/murio-universitario-resulto-
herido-choque-el-esmad-articulo-635838
El espectador. (2012) Policía muere tras disturbios en Universidad del Valle. Disponible en:
https://www.elespectador.com/noticias/nacional/policia-muere-tras-disturbios-universidad-
del-valle-articulo-371686
Las dos orillas. (2017). Falsos positivos judiciales, persecución y estigmatización.
Disponible en: https://www.las2orillas.co/falsos-positivos-judiciales-persecucion-
estigmatizacion/
Rodríguez Orejuela, G. (2005) El sujeto político colombiano desde un panorama filosófico-
crítico e histórico, en la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI

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