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CONJUNTO
ARQUEOLÓGICO
DÓLMENES
DE ANTEQUERA
AÑO 2018
ISBN 978-84-9959-315-9
ISSN 2174-9299
REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA · JOURNAL OF ANDALUSIAN PREHISTORY
MONOGRÁFICO04
Eva Alarcón García, Juan Jesús Padilla Fernández, Luis Arboledas Martínez y
Linda Chapon (editores)
MENGA M04
REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA
JOURNAL OF ANDALUSIAN PREHISTORY
ISBN 978-84-9959-315-9
ISSN 2174-9299
Publicación digital
CONTENIDOS/CONTENTS
59 1.3. Práctica técnica y práctica social en la producción cerámica del centro de chile
Jaume García Rosselló
85 2.2. Ver y usar cerámicas en la edad del hierro: (re)pensando ecologías domésticas y funerarias
Gonzalo Ruíz Zapatero
91 2.3. Cerámicas a peine y edad del hierro: una contribución a la etnicidad pretérita
Jesús R. Álvarez Sanchís
133 3.2. Lowland-highland interactions in SW Ethiopia. Mursi pottery and Aari markets
Juan Salazar Bonet, Timothy Clack, Marcus Brittain
145 3.3. Function, use and discard vs. typology: Neolithic pottery reexamined
Jasna Vuković
155 3.4. Neolithic and metal age anthropomorphic and zoomorphic pots from Mediterranean contexts.
Case studies, sociological approach and degree pf persistence in recent societies
Johanna Recchia-Quiniou, Kewin Peche-Quilichini and Ghjasippina Giannesini
179 3.5. Reflejo social del contenido cerámico de dos estructuras tumulares en el noroeste de la
Península Ibérica a áspera (Bóveda, Lugo)
Juan A. Cano Pan y Diego Piay Augusto
203 3.6. Interacciones entre cerámica, arte “celta” y sociedad: una aproximación a la cerámica
estampillada de Bretaña
Gadea Cabanillas de la Torre
217 3.7. Algo más que un taller cerámico de la ii edad del hierro: el alfar de las cogotas (Cardeñosa, Ávila)
Juan Jesús Padilla Fernández, Gonzalo Ruiz Zapatero, Jesús R. Álvarez Sanchís
233 3.8. Las producciones de Solunto y las relaciones con los centros indígenas
Chiara Daniele
239 3.9. Las pesas de telar romanas de Isturgi (Los Villares de Andújar, Jaén)
Manuel Moreno Alcaide, Begoña Serrano Arnáez, Ismael Macías Fernández
253 3.10. La cerámica común bética producida en el alfar de los Villares de Andújar (Jaén)
María Victoria Peinado Espinosa
265 3.11. El yacimiento ibérico del ruedo (Escóznar, Íllora) (Granada-España). Obtención de materias
primas en época prerromana
María Isabel Mancilla Cabello, Julio Miguel Román Punzón y Montserrat Talavera Román
279 3.12. Nuevas perspectivas de los estudios sobre cerámica bajomedieval en el sureste peninsular:
los ajuares cerámicos de la judería medieval del castillo de Lorca
José Ángel González Ballesteros
317 4.2. Las técnicas de decoración en cerámica en el yacimiento de Tell Halula (Valle Éufrates, Siria) en
el VII milenio cal BC. Aportación del método experimental
Adonis Wardeh, Anna Gómez, Teresa Capella, Laia López, Pau Alberch y Miquel Molist
329 4.3. Experimental reconstruction of a Neolithic oven from the site of Vinča (Belgrade, Serbia)
Ana Đuričić
339 4.4. L’Incoronata (southern Italy): ceramics productions and identities in a VIIth century BC Greek-
indigenous pottery workshop. Beyond the differences
Clément Bellamy y Mathilde Villete
359 4.5. Entre el gris y el rojo: la arqueología experimental aplicada a la cerámica ibérica
Ramón Cardona Colell, Josep Pou Vallès, Noelia Calduch Cobos, Borja Gil Limón, José Miguel
Gallego Cañamero y Laia Castillo Cerezuela
413 4.8. Black-glazed and common pottery of Pontecagnano (Italy) between typological series and
archaeometric analysis
Ángela Maria De Feo
425 4.9. What’s in the pot? Relations between form and function in common ware from Nora (province of
Cagliari-southern Sardinia)
Cristina Nervi
439 4.10. Estudio arqueométrico de las materias primas utilizadas en la elaboración de materiales
cerámicos de los yacimientos de los castros de lastra y la hoya (Álava) y Santiagomendi (Guipúzcoa)
Judith López De Heredia Martínez de Sabarte, Juan Félix Conde Moreno, Fernando Agua Martínez y
Manuel García Heras
453 4.11. La tecnología cerámica en ítems no contenedores: las teselas de los mosaicos de la villa
romana de los vergeles (Granada)
Alberto Dorado Alejos y Purificación Marín Díaz
469 4.12. Una aproximación a las tipologías de cerámica asturiana entre los siglos XVI Y XVII
Miguel Busto Zapico, José Avelino Gutiérrez González y Rogelio Estrada García
481 4.13. EVE 2.0: una revisión y adaptación de un método para el estudio cerámico
Miguel Busto Zapico y Manuel Jesús Linares Losa
493 4.14. Space, shape and recipe. Analysis of cultural change between the late antique and the early
medieval period in the area of Granada in light of the pottery of the excavation of the faculty of
economics in Granada (2011-2012)
Julio M. Román Punzón y José Cristóbal Carvajal López
509 4.15. Reconstrucción 3d y realidad virtual: las nuevas tecnologías en la reconstrucción de cerámica
arqueológica
Álvaro Sánchez Climent
517 4.16. Examining the technology of calcite tempered cooking vessels in the central and western balkans
Richard Carlton y Biljana Djordjević
527 4.17. Una arqueóloga pionera en los estudios cerámicos y creación de una ceramoteca en México:
Florencia Müller,
Sara Carolina Corona Lozada, Paola González Montero y Aurora Egmont Sánchez Pacheco
537 4.18. Pottery as a Didactic Resource for the Patrimonial Education in Primary Upbringing
Antonia García Luque
557 4.20. Shaping the past: art and archaeology/archaeology and art
Sara Navarro
585 4.22. The rabbit and the cut snail shell: two examples of Olmec iconography in formative vessels
from central highland Mexico
Patricia Ochoa Castillo y Hugo Herrera Torres
615 5.2. Modelando sonidos: instrumentos musicales de barro en los museos españoles. una
aproximación desde la Etnoarqueología, Etnomusicología y la Arqueología Experimental
Carlos García Benito, Raquel Jiménez Pasalodos y Juan Jesús Padilla Fernández
637 5.3. La tradición cerámica en Cácela (Vila real de Santo António, Portugal). una aproximación desde
los vestigios arqueológicos, fuentes históricas y memorias orales
Catarina Oliveira, Nuno Inácio, Cristina Garcia, Patrícia Dores y Miguel Godinho
Algo más que galbos y cacharros. Etnoarqueología y
experimentación cerámica
Salvo que se indique lo contrario, esta obra está bajo una licencia
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x // ISSN 2174-9299 9
PRESENTACIÓN
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 11
JOSÉ BELTRÁN FORTES Y JOSÉ RAMÓN LÓPEZ RODRÍGUEZ
en el deber de observar los restos cerámicos desde la idea de que, conducta y materialidad están estre-
ángulos diferentes. Las contribuciones recogidas en chamente conectadas. Numerosos trabajos agrupa-
él, todas ellas circunscritas a marcos temporales y dos en el tercer bloque y concernientes a prácticas
geográficos diversos, discurren en la interpretación alfareras, ya sean éstas contemporáneas (Javaloyas
de parcelas del pasado todavía selladas, y relaciona- et al.,; Salazar et al.,), o no (Rechia et al.,; Padilla et
das en su mayoría con aspectos de índole económico, al.,), manifiestan la utilidad de hacer etnoarqueología
social o simbólico. y de considerar la cadena técnica cerámica como una
fuente de documentación social excepcional.
La búsqueda de respuestas que desvelen, el porqué
de la manufactura y uso de la cerámica, así como su ¿Experimentación?, ¿Arqueometría?, ¿Nuevas Tec-
desecho y posterior reutilización, marca el hilo con- nologías? La investigación arqueológica del s. XXI
ductor de este monográfico, que constantemente rompe moldes y comienza a plantearse interrogantes
trata de redefinir el concepto y método etnoarqueoló- que parecían impensables hace tan sólo unos años
gico. Justamente, una de las dificultades para desa- atrás. La concepción de nuevos paradigmas teóricos
rrollar un proyecto de tal calibre es el modo de apro- que enarbolan la importancia de estudiar a perso-
ximarnos culturalmente a los recipientes cerámicos. nas, en detrimento de piezas únicas, ha favorecido
El primer bloque planteado reivindica el empleo de la aplicación de métodos y técnicas de análisis cerá-
estrategias y herramientas alternativas, al mismo micos acordes a la revolución tecnológica de nuestro
tiempo que aporta pistas para llevar a cabo inferen- tiempo y naturales de áreas del conocimiento ajenas
cias arqueológicas a través de un examen sistemá- como la química. El concepto de Etnoarqueología es
tico de la vida del objeto. Conceptos como Cadena sinónimo del concepto de multidisciplinariedad, una
Técnico Operativa (CTO) o Lógica Social, desarrolla- realidad de la que tenemos numerosos ejemplos en
dos por Pierre Lemmonier o Alfredo González Ruibal, este corpus (Djuricic; Salanova; López de Heredia et
ayudan a desvelar el potencial que encierran la tec- al.), y que marca el camino a seguir de cara al futuro
nología y la producción cerámica. del método histórico.
¿Construir categorías de identidad? El paso del ¿Tradición?, ¿Etnografía?, ¿Saber Popular? La arci-
tiempo y el cambio sistemático del modo de relacio- lla forma parte de la esencia del Ser Humano. La
narse, conlleva la imposibilidad de poder enarbolar explotación y manufactura de este mineral aparece
un discurso histórico centrado en el sujeto, obviando atestiguada desde hace más de 10.000 años (Coo-
en la mayoría de los casos patrones que no son afines per, 2000). Actividad que por fortuna, y a través de
a nuestro sentido y norma de sociedad. Sin embargo, diferentes manifestaciones, pervive actualmente en
intervenciones como las efectuadas en esta obra por sociedades pre-industriales y poco afectadas por el
Gonzalo Ruiz Zapatero, Margarita Sánchez Romero, régimen globalizador. Huyendo, eso sí, de plantea-
Carmen Rísquez Cuenca o Jesús Álvarez Sanchís, mientos procesualistas vinculados con la aplica-
advierten que no todo está perdido en este sentido. ción prioritaria de la analogía directa, la puesta en
Las producciones cerámicas encierran en sí mismas marcha de una óptica etnoarqueológica precisa el
información privilegiada de quiénes fueron prota- conocimiento de diferentes tradiciones tecnológi-
gonistas de su uso, abriendo la posibilidad de poder cas cerámicas, hayan éstas desaparecido o no, con
descifrar aquellas relaciones intra e intergrupales la finalidad de crear puentes que permitan la conse-
aún ocultas por el devenir de los siglos. La clave, con- cución de respuestas alternativas para interrogantes
cebir la disciplina Etnoarqueológica como un todo, en asumidos como resueltos. Contribuciones recogidas
el que experimentación, antropología y contextuali- en la última sección de este volumen (Djorjevic y
zación arqueológica, ofrezcan inferencias poco con- García Benito et al.,) plasman, además, uno de los
taminadas por el pensamiento postmoderno. retos de futuro a conseguir por parte de aquellos que
deciden ejecutar proyectos de Etnoarqueología; velar
¿Tecnología?, ¿habitus?, ¿pericia técnica?, ¿status? y proteger la enorme diversidad cultural cerámica
¿alfares? La obsesión por la secuencia crono-tipoló- existente a día de hoy en el ámbito global.
gica de la cultura material cerámica ha propiciado un
olvido metódico de aspectos y dinámicas vinculadas En definitiva, este monográfico pretende por un lado,
con el proceso de producción. El estudio de espacios o servir de marco de referencia para adentrarse en la
modos y variables tecnológicas, nos ayuda a reforzar contestación y redefinición de categorías sociales
inexploradas, y por otro, reafirmar el potencial de queremos pasar esta oportunidad sin agradecer la
la Etnoarqueología y la Experimentación Arqueoló- ayuda económica prestada por parte de la Diputación
gica como marcos teórico-metodológicos. Objetivos Provincial de Granada, a la Facultad de Filosofía y
alcanzados sobradamente gracias a los trabajos de Letras de la UGR, al Vicerrectorado de Investigación
enorme calidad que los autores y autoras han pre- y Transferencia y por supuesto a la Universidad de
sentado y que componen este monográfico. Granada sin la cual hubiera sido imposible desarro-
llar esta aventura. A todos y todas, Gracias.
Por último, no queremos terminar esta presenta-
ción sin reconocer el enorme esfuerzo que muchas BIBLIOGRAFÍA
personas invirtieron para su celebración, entre ellas
queremos destacar a Luis Arboledas Martínez, Linda COOPER, E. (2000): 10.000 years of Pottery. Londres.
Chapon, Gonzalo Aranda Jiménez, Margarita Sánchez The British Museum Press.
Romero, Francisco Contreras Cortés y por supuesto GONZÁLEZ RUIBAL, A. (2003): La experiencia del
a todos y cada uno de los becarios del Departamento otro, una introducción a la etnoarqueología.
de Prehistoria y Arqueología de la UGR que brindaron Madrid. Akal.
su apoyo, cariño y buen hacer desinteresadamente
BRIZ I GODINO, I. (2006): “Etnoarqueología de la Pre-
convirtiendo el II Congreso Internacional sobre estu- historia: Más allá de la analogía”, Treballs d´Et-
dios cerámicos: Experimentación y Etnoarqueología, noarqueología, 6. Departament d´Arqueologia i
más allá de la analogía, en un referente. Tampoco Antropologia. Institució Milà i Fontanals. CSIC.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 13
Hornos para elaborar pan de sal. Grupo Baruya-Anga. Papúa-Nueva Guinea.
¡HAY ALGO EXTRAÑO!
OBJETOS ESTRATÉGICOS Y COMUNICACIÓN
THERE IS SOMETHING STRANGE! STRATEGIC OBJECTS AND
COMMUNICATION
Pierre Lemonnier1
Resumen Abstract
La tecnología cultural renovada se mantiene fiel The renovated cultural technology stays true to Mr.
al programa del Sr. Mauss: reflejar la variedad Mauss program: it reflects the historical, social and
histórica, social y cultural de las herramientas. Sin cultural variety of tools. However, it now reveals
embargo, hoy también podemos sacar a la luz el the role of objects until now unsuspected in the
papel que tienen los objetos en la comunicación no nonverbal communication of values and tensions
verbal, así como su importancia en reflejar valores that are central to a given social organization
y tensiones propias, que definen a una organización and culture. On these objects, which are often
social y una cultura determinada. En estos objetos, remarkably undecorated, it is not necessary to
que a menudo suelen no mostrar decoración alguna, decipher a style, a form or a decoration. It is the
no se hace necesaria la necesidad de descifrar manner how they are mechanically arranged,
un estilo, ornamentación o forma concretos. Es la produced and used that allows, through its own
manera en que están mecánicamente dispuestos, materiality, to evoke different aspects of the social
producidos y utilizados, la que, por su propia reality. By allowing the convergence of these
materialidad, recuerda diversos aspectos de la evocations, these objects “tell”, without words,
realidad social. Al permitir la convergencia de estas essential aspects of a way of living together and
evocaciones, los objetos “dicen”, sin palabras, sharing this lifestyle.
aspectos esenciales de una forma de vivir juntos y
de compartir modos de vida. Keywords: Cultural Technology, Non-Verbal
Communication, Resonator, Périssologie, New
Palabras clave: Tecnología Cultural, Guinea.
Comunicación No Verbal, Resonador, Perisología,
Nueva Guinea.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 15-27. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // ¡HAY ALGO EXTRAÑO! OBJETOS ESTRATÉGICOS Y COMUNICACIÓN 15
PIERRE LEMONNIER
Lám. 1. Panes de sal envueltos y usados por el grupo Baruya Anga como “moneda”.
1 Según Weller (2007), las fuentes sulfúricas que alimentan los campos de sal juegan un papel fundamental en la calidad del producto final.
Lám. 2. Hornos para elaborar pan de sal. Grupo Baruya-Anga. Papúa-Nueva Guinea.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 15-27. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // ¡HAY ALGO EXTRAÑO! OBJETOS ESTRATÉGICOS Y COMUNICACIÓN 17
PIERRE LEMONNIER
(con el fin de obtener piedras para azuelas, capas de asegurando a la vez su vigor y su papel fundamental
corteza batida, vestimentas, etc.). Un aspecto esen- en la concepción de los hijos (ya que, según los baru-
cial es que la moneda de sal también servía como yas, la madre no es más que un receptáculo para el
medio de compensación para la vida humana, pero feto, que solo crece gracias al esperma del padre).
únicamente en el marco de las vendettas, nunca en Finalmente, la forma misma en que las barras de
el de los conflictos inter-tribales2. Por definición, un sal se forman en los alveolos del horno a través de
objeto utilizado para compensar pérdidas del con- depósitos sucesivos de capas de cristales sólidos no
junto de los combatientes debe ser producido por las hace sino recordar la acumulación por etapas del
dos partes implicadas (Lemonnier, 1993: 147-149). esperma en el cuerpo de los hombres durante los
Los enemigos de los baruyas no producen sal y no largos años de estancia en la casa de los hombres.
pueden, por tanto, aceptar la “moneda de sal” como
medio para compensar una vida humana. Como los A fin de cuentas, la sal vegetal de los baruyas, que
baruyas forman asimismo parte de ciertas socieda- es producida y ritualizada por los hombres, se pre-
des de Nueva Guinea que no utilizan el cerdo domés- senta como un esperma solidificado (Mimica, 1981:
tico como medio de compensación de vidas huma- 63-65). Es un producto altamente ambiguo, ya que
nas, estaban simplemente desprovistos de medios si bien es portador de vida, como se acaba de indi-
para acordar la paz (Lemonnier, 1990). car, también es un veneno mortal cuando es inge-
rido en altas dosis (se trata esencialmente de clo-
Puede parecer simplista relacionar la ausencia de un ruro potásico), utilizado, al parecer, por las mujeres
medio para hacer las paces con un ethos guerrero para suicidarse. Sobre todo, concentra y evoca al
pero, de hecho, la guerra era una situación perma- mismo tiempo la fuerza y la debilidad de los hom-
nente entre los baruyas y sus vecinos. La paz solo bres -que deben buscar constantemente una fuente
era un estado transitorio y concebido como tal. La de esperma- y la imposibilidad de hacer la paz que
guerra era omnipresente, y la vida colectiva estaba hunde (hundía) a los baruyas en un universo donde la
regida por la compleja maquinaria de las iniciacio- guerra era el estado normal de las relaciones entre
nes masculinas (realizadas cada tres o cuatro años), grupos, y donde la creación de guerreros en las ini-
que eran (y siguen siendo, ya que las últimas se cele- ciaciones dominaba la vida individual y colectiva.
braron en la Navidad de 2012) ceremonias explíci-
tamente destinadas a “producir” guerreros. Estas La sal de los baruyas no es solamente un producto
ceremonias, que tenían por objetivo el incremento y de intercambio ni tampoco únicamente una sustancia
renacimiento de los novicios para transformarlos en ritual, porque está claramente presente en los inter-
hombres fuertes y sin miedo3, se caracterizaban en cambios y en los rituales y en las jerarquías sociales,
el pasado por prácticas homosexuales ritualizadas, y en las relaciones entre hombres y mujeres, y en las
durante las cuales los novicios absorbían el esperma relaciones entre los grupos, etc. Debido a ello, un
de sus mayores (Godelier, 1982). Para los baruya, en objeto como este debería llamarnos la atención. Es a
efecto, el esperma es lo que da vigor a un hombre través de la manipulación de este objeto que la socie-
pero el cuerpo masculino no es el que produce esta dad entera se revela a sí misma las representaciones
sustancia. Contiene, sin embargo, un receptáculo de y contradicciones sobreentendidas en numerosas
líquido seminal que debe ser constantemente relle- prácticas, así como la vida cotidiana dominada por
nado para contrarrestar la depleción que sobreviene la amenaza de un ataque sorpresa de los enemigos
en cada acto sexual. Una vez casados, los hombres y su consecuente dependencia de robustos y valien-
baruya ya no ingieren esperma, pero absorben diver- tes guerreros. Basta con advertir que se trata de un
sos sustitutos de esta substancia corporal. objeto sobre el cual no hay nada que descifrar (en tér-
minos de forma, decoración), pero no por ello deja de
La sal es una de las sustancias que los jóvenes deben ser parte de un dispositivo de comunicación apto para
consumir para convertirse en adultos fuertes y sin evaluar el cambio de visiones producido en las últimas
miedo, así como en hombres llenos de esperma, décadas en cuanto al estudio de la cultura material.
2 Mis informaciones al respecto son diferentes de las recogidas por M. Godelier (1969). Nuestro amigo en común, Kumain Nunguyé es taxa-
tivo al respecto: las barras de sal no se utilizaban en los procesos de paz entre grupos.
3 Se copiaba la maternidad femenina, pero denigrando los poderes femeninos.
Recordemos que en las décadas de 1960 a 1980 la preguntas clave de la Antropología de las técnicas:
sal baruya se consideraba una “moneda” extraordi- ¿en qué medida un sistema técnico es característico
naria de cambio, precisamente bien conocida en una de una sociedad y una época dadas?, y ¿cuál es la
Antropología económica centrada en el tiempo de relación entre la manera de producir y utilizar mate-
trabajo implicado en su producción o su valor en todo rialmente las cosas, y la forma en que conviven y se
tipo de intercambios. Ahora bien, queremos demos- entiende esta “convivencia”? Además, como veremos
trar ahora que este artefacto es además el soporte luego, es necesario plantearse qué hacen los objetos
de una comunicación no verbal, fundamental en el que las palabras por sí solas no pueden.
acto de compartir un sistema de valores y prácticas.
De esta manera, no solo es considerable la reorien- Como es sabido, es la Tecnología cultural de las déca-
tación de las investigaciones sino que, además, es das de 1970 a 1990 la que ha prestado mayor interés
justamente hoy en día cuando, conformemente a la en incorporar el problema de las técnicas en la Antro-
propuesta de Mauss (1968 [1934]), se presta real- pología, pero tuvo que hacer frente a la dificultar de
mente atención a las formas de hacer como prác- conjugar a la vez las propuestas de Leroi-Gourhan,
ticas culturales significantes. Me propongo, a con- del marxismo y del estructuralismo. Los tecnólogos
tinuación, recordar el camino recorrido a lo largo que querían seguir a Mauss explorando el marco de
de este tiempo en el estudio de la cultura material Leroi-Gourhan eran marxistas, pero, por otro lado, la
para luego precisar qué son esos objetos falsamente Antropología económica marxista no creía implícita-
comunes que he calificado con el burdo término de mente en la propuesta de Mauss. Los investigadores
“resonadores perisológicos”. de entonces rechazaron, en efecto, el marxismo “vul-
gar” por miedo de caer en un “tecnicismo” simplista.
Según M. Godelier (com. pers. 2014), se quería esca-
3. UNA TECNOLOGÍA CULTURAL RENOVADA par de fórmulas demasiado directas como “el molino
de agua dio origen al feudalismo; la máquina de vapor,
La tecnología forma parte de la realidad social, pero al capitalismo”. Debido a ello, en los análisis única-
se distingue de todas las demás esferas de esta rea- mente se podían citar las relaciones sociales de pro-
lidad -etiquetadas aquí con todas las comillas que ducción, y específicamente, aquellas que organizaban
sean necesarias- como “el parentesco”, “lo sagrado”, el uso de las fuerzas productivas. De hecho, las inves-
“lo económico”, “lo político”, etc., por aquello que la tigaciones se orientaban hacia la productividad de los
define a los ojos de los antropólogos interesados utensilios o la organización del trabajo, y la tecnología
en la propuesta de Mauss, como “la acción sobre la cultural se centró en el estudio de los “efectos” de
materia”. Sin embargo, de la generalización de todo las técnicas en las relaciones sociales o el “reflejo”
sistema técnico (o cultural-material o sistema téc- de estas últimas en un sistema técnico dado. A pesar
nico de fuerzas productivas) en el conjunto sociocul- de los escritos de Mauss, los objetos nunca se consi-
tural del cual participa, se deriva que la adopción o deraban como productos sociales con pleno derecho,
el rechazo de una técnica o de una manera de actuar moldeados por las relaciones sociales y de represen-
sobre la materia en un marco particular (ahondar tación. Así, la búsqueda de “correspondencias” entre,
el tronco de árbol para hacer una piragua, cons- por una parte, diversas “estructuras” identificables en
truir una tabla para una casa, cambiar la tuerca de una organización social (parentesco, economía, mito-
un lavabo, etc.) es el resultado de una elección a logía, etc.) y, por otra, algunas regularidades supues-
menudo inconsciente, en gran parte determinada por tamente “estructurales” que se habrían observado en
consideraciones que no tienen ningún fundamento los esquemas de cadenas operativas o, incluso, en un
técnico, es decir, que no tienen nada que ver con la sistema técnico entero, ha resultado ser solamente
eficacia física de la acción sobre la materia. un sueño, incluso en mis propias tentativas. En defi-
nitiva, la Tecnología cultural -esta rama de la inves-
A partir de esta constatación, podemos adentrarnos tigación de los objetos y las técnicas que no se olvida
en infinidad de debates sobre la naturaleza de las de describir y analizar las acciones más físicas- había
decisiones que involucran a la vez la “eficacia social” empezado con mal pie.
y la “eficacia técnica” (Techniques & Culture, 2003)
o sobre las trampas del dualismo técnica/social Es en gran medida como reacción a la lentitud con la
(Latour, 1991; Miller, 2005) y los medios para evitar- cual la Tecnología cultural hacia sus pruebas, per-
las. Pero, sobre todo, debemos tener en cuenta las dida en el proceso de decodificar esquemas de cade-
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PIERRE LEMONNIER
nas operativas o a reducir la vida social a la simple camente a preguntarse si la materialidad -el hecho
organización de la producción, que se desarrollan de que algo esté ligado a acciones físicas- no asigna
los Material Culture Studies. Sin embargo, orienta- a los objetos y a las técnicas un papel especifico en
dos como estaban a las formas de consumo (o apro- esta interfaz, en esta conjunción de diversos ámbitos
piación de los objetos) y al papel de los objetos en el como tal, es decir, en el hecho de que estas múlti-
intercambio y en la producción de valores, esta apro- ples esferas de la realidad social sean localmente
ximación más bien anglosajona de la cultura mate- pensadas y vividas, en un momento dado, como ele-
rial ignoró completamente -al menos hasta hace mentos constitutivos de una cultura local. Ese es el
muy poco y con muy pocas excepciones- las dimen- caso del objeto que he elegido como primer ejemplo
siones físicas de los objetos y las técnicas, exacta- etnográfico.
mente de la misma manera que la Antropología eco-
nómica marxista lo había olvidado antes que ella. Las
relaciones entre Tecnología cultural y Material Cul- 4. UN TAMBOR QUE NO SOLO “HACE” RUIDO
ture Studies son complejas (Coupaye y Douny, 2009),
pero es evidente que el trabajo de Appadurai limitó Casi medio siglo después de haber oído hablar del
la “vida social de las cosas” a cuestiones vinculadas cristianismo, los ankaves-angas de Papúa-Nueva
con la circulación de las mercancías y las “canteras” Guinea siguen tocando sus tambores funerarios
de objetos, identidad, poder, relaciones de género, noche tras noche en las ceremonias llamadas son-
controversias, etc. gen, con el propósito de echar para siempre de su
mundo a los espíritus de los difuntos recientes
Desde hace unos 15 años, la renovada tecnología (Lám. 4). Estos no van ni al infierno ni al paraíso; van
cultural ya no intenta “hacer hablar a las estructu- a unirse a otro mundo. El hecho de que los Anka-
ras” y entiende que la materialidad no se resume a ves-angas sigan celebrando esta ceremonia en el
cuestiones de tiempo invertido en un trabajo o a la siglo XXI (más de 70 años después de que un europeo
productividad de los utensilios. En vez de identificar pasara por primera vez por su valle) lleva a pregun-
los efectos de las técnicas sobre otros aspectos de tarse qué son y qué hacen estos tambores.
un sistema de pensamientos y de una organización
social, o de intentar leer los reflejos de esta última Con forma de reloj de arena y llamados también
en los diversos elementos de la cultura material, songen, los tambores tienen una función de embudo
muchos investigadores exploran, a partir de enton- psicopompo (hacen pasar los espíritus de los difun-
ces, esta facultad que tienen las cosas materiales por tos recientes al mundo de los ombo’). Pero eso no
ellas mismas de permitir que los actores piensen la es todo. Su mito de origen incluye la narración de la
conjunción de los diversos aspectos que constituyen cadena operativa de su fabricación y los que los gol-
su modo de vida. No se contentan con repetir conti- pean giran en un corro sin fin que emula el torbellino
nuamente la palabra “materiality”, sino que también que, según la leyenda, genero el primer instrumento
observan y describen acciones técnicas, precisan los al surgir del agua (Lemonnier, 2012). Los ombo’ son
materiales utilizados, la forma en que se vinculan quienes han dado a los ankaves los tambores y las
y los principios técnicos detectables en los objetos. ceremonias funerarias. Estos seres invisibles tam-
Demuestran así mismo que, dada su materialidad, bién son conocidos por matar a los seres humanos y
sus características físicas y la manera en que los devorar sus cadáveres y, según los mitos y las “his-
representamos localmente -y no solamente por su torias verídicas”, se pueden identificar muchos tíos
estilo, su decoración o lo que podemos “leer” en ellos maternos y primos cruzados matrilineales durante
al observarlos-, algunos objetos “hacen” algo espe- sus reuniones caníbales.
cífico dentro de las relaciones sociales, o más bien,
retomando la expresión de A. Weiner (1983), hacen Ahora bien, según las teorías locales de la vida, el
en las relaciones entre los individuos y los grupos, tío materno comparte su sangre con sus sobrinos y
lo que las palabras -o, más bien, las palabras de sobrinas, y nada puede compensar ese don de vida.
manera exclusiva- no pueden hacer (Tambiah, 1968). Por ello, para el antropólogo, los ombo’ son mons-
truos que devoran los cadáveres de sus sobrinos y
En particular, es evidente que la presencia de accio- primos maternos para recuperar la vida que estos no
nes sobre la materia en la interfaz de una multipli- pueden compensar (Lemonnier, 2006). Para los anka-
cidad de ámbitos de la vida humana conduce lógi- ves, tocar estos tambores noche tras noche significa
decir o volver a decir sin palabras una verdad atroz charca de origen de los tambores y de las ceremo-
que invade cada día de su vida. En este caso, que la nias; las costumbres originarias de los ombo’ (que
deuda de vida con los familiares maternos es eterna. bailan desmembrándose cuando se reúnen para
devorar un cadáver); la elaboración de los tambores
Mi hipótesis es que este mensaje no verbal resulta de y la cadena operativa mítica de su fabricación.
la convergencia de circunstancias y de pensamientos
de todo tipo, evocados a través los tambores, para Del cansancio, de la repetición de los mismos gestos
aquellos que los golpean o giran en fila en medio del deambulando durante horas en medio del ruido estre-
ruido estrepitoso. A través del pensamiento, de las pitoso, y de los infrasonidos resulta una “confusión
emociones, de la mirada, del oído y del olfato (¡se cognitiva” similar a la que Donald Tuzin (2002) refi-
puede sentir a veces el olor del cadáver llevado por rió en relación a los objetos de arte y del “modelado
un ombo’ invisible en el momento del songen!), de de una ilusión” (“crafting of an illusion”). Según este
los gestos individuales y colectivos, de las deambu- autor, estos objetos constituyen los “canales artísti-
laciones y del cansancio, los participantes del ritual cos de comunicación no verbalizables” (Tuzin, 2002:
evocan los diversos registros con los cuales estos 2) que “revelan, certifican o crean [....] ideas sobre la
instrumentos sonoros y la ceremonia en sí misma existencia que, de otra manera, no podrían expresarse
están conectados: las teorías de la concepción que en palabras” (Tuzin, 2002: 17). En conjunto, estas evo-
indica que son los parientes maternos los donantes caciones, que responden a diversos sistemas de infe-
de la vida; la dispersión en el bosque y la vida en los rencias (Boyer, 2001: 24-294) y pasan por diferentes
campamentos con el fin de estar protegidos de los canales sensoriales, conducen a la creación (sensu
ombo’ que merodean; la ambigüedad del comporta- Hutchins, 2005) de un mensaje único sobre la terro-
miento de los familiares maternos y la generosidad rífica naturaleza ambigua de los familiares maternos.
sin esperanza hacia estos; el trabajo de los chama- Durante una ceremonia songen se expresan frag-
nes que, esencialmente, intentan reparar las entra- mentos de pensamientos y acciones que se interre-
ñas de los enfermos heridos por los ombo’ en su lacionan entre sí en una especie de redundancia no
afán por matar a sus víctimas; la transformación de superflua -una perisología- donde cada ámbito dice a
los cadáveres y de las personas para la muerte; la su manera toda o parte de la historia.
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PIERRE LEMONNIER
Una perisología es un pleonasmo útil que con- que estos desencadenan cuando en ellos convergen
siste en reforzar un mensaje emitiéndolo a través referencias perisológicas de diferentes aspectos de
de diversos registros. O bien, si se prefiere, una la vida de los ankaves.
redundancia asimétrica. De la misma manera que
un camión utiliza tres procedimientos físicos para En vez de hablar de “dispositivo cognitivo basado en
ralentizar (los frenos hidráulicos, los frenos mecá- una mezcla de perisologías que conducen a la emer-
nicos y el freno electromagnético), una perisología gencia de un mensaje no verbal”, me he atrevido a
“dice” a través de diferentes registros cosas empa- usar la expresión “resonador perisológico”. La sal
rentadas. En nuestro caso, las diversas esferas de vegetal de los baruyas o los tambores funerarios de
la vida de los ankaves, rememoradas durante los los ankaves, cuyo uso es claramente ritual, son reso-
songen, están ligadas de manera perisológica a la nadores de este tipo. Pero el hecho notable es que
naturaleza ambivalente de los parientes maternos o algunos objetos, a priori tachados de comunes y cuya
a las costumbres caníbales de los ombo’. La maldad función física es evidente, tienen un papel similar en
de estos últimos es, por ejemplo, conocida por los los sistemas de comunicación no verbal.
mitos y por los estragos observados por los chama-
nes y por la necesidad de vivir en el bosque a una
buena distancia de sus vecinos más cercanos. El 5. UN NUEVO PAPEL PARA LOS OBJETOS,
peso de la deuda de vida con los parientes maternos TANTO RITUALES COMO… “COMUNES”
y la ambigüedad de estos últimos están igualmente
presentes en la vida de los ankaves cuando ofrecen De una altura impresionante y no “funcional”, las
presas a un cuñado para apaciguarlo, pero tam- barreras takola de los baruyas constituyen una
bién cuando los familiares constatan que sus hijos imponente defensa contra los cerdos (Lám. 5). El
crecen mal o están enfermos (¿es ello el resultado aspecto de muralla y su robustez resultan de una
de magia negra efectuada por su tío?) o cuando se construcción en la que cooperan 10 ó 15 hombres, y
recuerda, fortuitamente, que la sangre y la vida de se realiza en el momento de la apertura de un nuevo
una persona viene de su madre y que el tío materno huerto en el bosque (Lám. 6). Al clavar los postes en
tiene derecho a pedir por ello una compensación. el suelo y ensamblar los elementos del dispositivo,
En cuanto a la vida y las costumbres de los ombos’, los hombres rivalizan en sus esfuerzos físicos explí-
son evocados por los tambores fabricados según citamente ostentados como masculinos (un buen
sus instrucciones (siguiendo el mito del origen de nudo de lianas es, por definición, un nudo “como lo
estos objetos), por la necesidad de retirar una tabla saben hacer los hombres”). Los que se ufanan alre-
de la casa donde se vela un cadáver con el fin de que dedor de una barrera son co-iniciados que se deben
los chamanes puedan distinguir la vaga silueta de mutua asistencia en todo tipo de circunstancias, ade-
un ombo’ que se acerca, por el torbellino que repro- más de hombres que han intercambiado hermanas
duce el corro de los participantes en un songen, por como esposas, debido a que la ayuda mutua de los
todos los mitos que cuentan los festines y los bailes cuñados en la ejecución de ciertos trabajos es una de
de los ombo’, por la manera en que se apoderan de las exigencias cotidianas de este tipo de intercambio
la carne de los cadáveres con varillas… matrimonial.
En otras palabras, cada una de estas evocaciones Estas barreras y el momento de su fabricación expre-
creadas por el juego de los tambores es de orden san, pues, de manera no verbal, algunas de las ten-
perisológico. Pero ninguna de estas referencias a siones que recorren los tres pilares de la sociedad
diversas esferas de la vida, “dice” el mensaje único y de la cultura baruyas: la asimetría entre hombres
que resulta de la convergencia de estas evocaciones, y mujeres, las relaciones entre hombres iniciados, y
es decir, la contradicción, la tensión que existe para las que se desarrollan entre cuñados. Poniendo nue-
vivir en buenos términos con los familiares mater- vamente en juego varios sentidos (la vista, el oído,
nos de estos niños temiendo, al mismo tiempo, las la percepción de los esfuerzos realizados) y diversos
amenazas que hacen pesar sobre estos, así como el sistemas de inferencia, las barreras takola son reso-
ineludible destino de todos: terminar absorbidos por nadores que evocan a la vez el género, el matrimonio,
un colectivo de vientres de ombo’. Aun más, decir que las iniciaciones y el bienestar (Lemonnier, 2012). Su
un objeto como un tambor ankave es “polisémico”, construcción colectiva y su simple apariencia expre-
significaría no captar todos los procesos cognitivos san, sin necesidad de palabras, la tensión constante
Lám. 5. Takolas, para defenderse de los cerdos. Grupo Baruya-Anga. Papúa-Nueva Guinea.
Lám. 6. Construcción colectiva de una takola por parte del grupo Baruya-Anga. Papúa-Nueva Guinea.
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PIERRE LEMONNIER
que existe en la vida de los baruyas entre un ideal de cificidad de acciones sobre la materia en un grupo
cooperación entre los co-iniciados y entre cuñados humano dado son espectaculares, ya que aportan con
en todas las circunstancias, y la rivalidad entre los precisión datos sobre las organizaciones sociales y
hombres, tanto por el acceso a las mujeres como por los sistemas de pensamiento que son imposibles de
la consecución del estatus de “gran hombre” (gran poner en evidencia de otra manera y conciernen a
guerrero, gran cazador, gran fabricante de sal), ya la forma en que los miembros del grupo comparten
que esta categoría no es hereditaria. Dicho de otra un modo de vivir juntos y un conjunto de prácticas e
manera, son objetos que, de una manera que les es ideas: es decir, una de las cuestiones clave de toda
propia en cuanto cosa material, permiten a aquellos Antropología.
que los producen y usan pensar ciertos aspectos fun-
damentales de su organización social y de los pro- Al respecto, es importante precisar que los tambores
pios sistemas de pensamiento. ankave, la sal o las barreras baruyas y los compor-
tamientos materiales asociados no son importantes
No es necesario subrayar de qué manera este tipo –o, en todo caso, no son solamente importantes- por
de análisis difiere de las aproximaciones preceden- las relaciones sociales que su producción, posesión,
tes hacia los objetos y las técnicas. Hace 30 años, el circulación o uso evocan o determinan. En cuanto a
estudio de una actividad técnica como esta (inclui- su lugar en las relaciones sociales, la cultura y los
dos mis trabajos) se reducían a cuestiones vincula- sistemas de pensamiento locales, no responden
das con el tiempo de trabajo invertido y el reparto a cuestiones de identidad, ni de interpretación de
de las tareas, la posesión de la tierra o la etnobo- mensajes, estatus, o, por el contrario, a controver-
tánica (¿qué especies vegetales se utilizan para los sias en cuanto a esa legitimidad, estatus, identidad o
postes y las lianas?). Hoy en día, nos interesamos en jerarquía social, o a la dominación de la voluntad del
la capacidad que poseen los encadenamientos de las otro, la apreciación de obras de arte, etc. O sea, nos
acciones materiales y de las lógicas sociales -esta encontramos realmente frente un rol de los objetos
mezcla, este “seamless web” de acciones sobre la que no entra en ninguna de las categorías analíticas
materia y de lógicas sociales que van más allá de las habitualmente aplicadas a ellos.
“técnicas” (Hughes, 1986)- para “decir” y “reforzar”
las relaciones sociales. Los trabajos más recientes surgidos de una Tecnolo-
gía cultural renovada (los que han sido rápidamente
Se empieza incluso a entender por qué las acciones expuestos aquí, además de los de Coupaye, 2013;
materiales y los objetos se prestan tan bien a esta Damon, 2008; McKenzie, 1991 y Revolon, 2012) foca-
fusión que se encuentra en el corazón de los dispo- lizan el estudio de la materialidad en sus procesos
sitivos de la comunicación no verbal. Dicho de otra analíticos. En el caso de los tambores ankaves, es al
manera, si bien la Antropología de la cultura mate- efectuar ciertas acciones sobre la materia -es decir,
rial debe interrogarse sobre el “paquete” (bundle) de caminar y golpear los tambores, pero también ago-
cualidades reconocidas en o prestadas a un objeto tarse hasta el cansancio- que los participantes en el
(Keane, 2006), también debe considerar sobre todo ritual evocan también los diversos registros a los cua-
la capacidad de las acciones materiales y de los obje- les reemiten los instrumentos sonoros y la ceremonia
tos de reunir varias esferas de la realidad social para en curso. Así mismo, en la construcción de las barre-
decir lo que no puede decirse de otra manera, o lo ras takola, lo que está en el corazón de la descripción
que las palabras solas no podrían expresar. y del análisis es un ensamblaje mecánico de tablas, la
fuerza con la cual se clavan los postes en el suelo, el
Lo que de esta manera se demuestra -y que modi- esfuerzo de los hombres para anudar las lianas. Dicho
fica nuestra visión de la cultura material- no es de otra manera, ya no se invoca la materialidad como
solamente que los objetos evocan a su manera (y, si se tratara de una palabra mágica con valor explica-
a menudo, en su materia) aspectos preponderantes tivo en sí misma; por el contrario, hoy sabemos refle-
del orden social y de las representaciones locales; jar cómo y por qué interviene en el acto de compartir
también es posible indicar con precisión la manera un sistema de prácticas y pensamientos.
en que estos diferentes aspectos de la vida social, de
las prácticas y del imaginario de un grupo humano Al mismo tiempo, estas investigaciones recientes eli-
se reencuentran en estos objetos. El resultado de minan la oposición entre “hacer” y “significar”. En el
estas aproximaciones que rinden cuenta de la espe- caso de las prácticas rituales -contrariamente a lo que
nos han enseñado décadas de práctica etnológica que Aún está pendiente la labor de descifrar este nuevo
contraponía el rito a la técnica- se demuestra en casos papel de los objetos, y nuevas preguntas surgen
etnográficos concretos que lo que hay que entender en torno a los mecanismos cognitivos precisos que
es una fusión de mitos, ritos y actividades técnicas. entran en juego en la comunicación no verbal basada
Para los ankaves, tocar el tambor, fabricarlo, moverse en los resonadores perisológicos, pero también, en su
al son de los tambores implica interrelacionar accio- papel dentro de la estabilidad del sistema social, ya
nes materiales con mitos y ritos. Lo que ocurre en que, paradójicamente, los objetos que he mencionado
las ceremonias songen (y lo que hay que entender en tienen a la vez un papel estratégico en la estabilidad
conjunto para los ankaves) se encuentra en el seno de de los sistemas de prácticas y de pensamiento, pero
esta mezcla indivisible de mito, rito y acciones mate- también un papel no menos vital en su cambio radical.
riales que expresan, en gran medida de una forma no
verbal, un nudo de relaciones que surgen de esferas Por un lado, debido a la dimensión perisológica de
muy diversas de la vida social. prácticas y esferas de pensamientos que se refuerzan
mutuamente, es posible una modificación marginal
Las fronteras sub-disciplinarias se borran por que conserve al mismo tiempo la lógica general del
segunda vez con el ejemplo de las barreras baru- sistema en el cual participan. Por ejemplo, incluso si
yas, que demuestran que la activación de un sen- los ankaves decidieran no desmontar las tablas de
tido múltiple en términos de arte y de acción ritual la casa para poder detectar a los ombo’ atraídos por
(Leach, 1976: 41; Tambiah, 1985: 128; Tuzin, 2002) un cadáver que se está velando, los chamanes conti-
y, a mayor escala, el modo de comunicación no nuarían, no obstante, localizando y reparando en sus
verbal sobre la cual he llamado la atención, no se pacientes los daños corporales producidos por los
limitan en absoluto a los objetos “rituales”. Si mi monstruos caníbales, cuya realidad seguiría siendo,
hipótesis es válida, los objetos rituales o religiosos de esta manera, atestiguada. Por otro lado, si un
se convertirían en un caso particular de uso físico objeto que funcionaba como resonador perisológico
de cosas para reforzar y compartir un sistema de desapareciera, el conjunto de prácticas y de repre-
pensamientos y una manera de vivir juntos. sentaciones que convergían hacia él perdería sen-
tido y desaparecería. Por ejemplo, si los misionarios
Como última observación, aunque no menos impor- consiguieran imponer el uso de guitarras durante las
tante: lo que he descrito no puede reducirse a un ceremonias de finalización del duelo songen en lugar
análisis simbólico que se contenta con descifrar y dis- de los tambores, es muy probable que la creencia en
tinguir símbolos, íconos o índices. Los tipos de signos el mundo de los ombo’ se desvaneciera.
identificados por Pierce intervienen en las diversas
perisologías evocadas por los objetos, pero la comu- Este tipo de fenómenos ya ha ocurrido en el caso de
nicación no verbal que interviene con la creación de las barreras de los angas septentrionales. Primos
un mensaje único no es de orden simbólico. Segura- cercanos de los baruyas (geográfica y culturalmente,
mente, un tambor ankave en forma de reloj de arena es por ejemplo, Herdt, 1981), los sambias abandonaron
un tipo de representación icónica de un doble embudo hace cuarenta años los matrimonios por intercam-
que une el mundo de los vivos al de los ombo’, y el bio de hermanas, y hace veinte años, las iniciacio-
torbellino reproducido por el corro de los bailarines es nes masculinas. La cooperación entre hombres ha
otro embudo. Pero ni los tambores ni la ronda “sim- disminuido a la par y, de hecho, las sólidas barre-
bolizan” las relaciones que evocan in fine, es decir, el ras takola ya no existen entre ellos, ni tampoco las
origen materno de la sangre y de la vida, la imposible casas redondas en forma de colmena que eran tam-
deuda de vida y el estatus atrozmente ambiguo de los bién objeto de la construcción colectiva en el caso de
parientes maternos. Más allá de la forma de embudo, los baruyas. De esta manera, se puede constatar la
no hay nada que “leer” en un tambor ankave. En defi- correlación existente entre el abandono de las insti-
nitiva, podríamos dedicar días enteros a preguntarnos tuciones (matrimonios por intercambio de hermanas
si una canoa de los massims (Damon, 2008), un ñame e iniciaciones) que estaban directamente conectadas
ceremonial de los abelams (Coupaye, 2013) o una con las obligaciones de cooperación entre los hom-
barrera baruya son cualisignos, índices o íconos, sin bres, y la desaparición de ciertos objetos cuyo papel
comprender en absoluto la manera en que los objetos en la solidez de la composición de prácticas y de
comunican la “ineffable truth about the world” (verdad ideas que embeben estas instituciones he explicado.
impronunciable del mundo) (Tuzin, 2002: 17). Desde este punto de vista, los resonadores se pre-
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PIERRE LEMONNIER
sentan como una nueva clase de objetos estratégi- LATOUR, B. (1991): Nous n’avons jamais été
cos, cuya historia particular queda aún por hacerse. modernes. Essai d’anthropologie symétrique. La
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Y al igual que la Antropología se fundamenta en una
“mirada ajena” (Lévi-Strauss, 1983) que provoca LEACH, E. (1976): Culture and Communication.
sorpresa, la Arqueología (en su versión de Arqueo- The Logic by which Symbols are Connected. An
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preparada para detectar lo que en un objeto o en un Press. Cambridge.
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1. ETNOARQUEOLOGÍA Y
EXPERIMENTACIÓN ¿CONEXIÓN
DIRECTA CON EL PASADO?
Juan Jesús Padilla Fernández y Eva Alarcón García
Abstract Resumen
The analogy has been used to establish relations La analogía se ha utilizado para establecer
between past and present since the birth of relaciones entre el pasado y el presente desde el
archaeology and ethnology as scientific disciplines. nacimiento de la arqueología y la etnología como
The repeated incursions of archaeologists in the disciplinas científicas. Las repetidas incursiones
territory of ethnologists will lead, at the end, to the por parte de miembros de la comunidad de
creation of an hybrid archaeological sub-discipline, profesionales de la arqueología en el territorio
ethnoarchaeology. In the last decades many de la comunidad de profesionales de etnología
archaeologists and anthropologists questioned conducirán, al final, a la creación de una sub-
the ability of analogy to connect past and present disciplina arqueológica híbrida, etnoarqueología.
realities, advocating a more restrictive appliance, the En las últimas décadas, muchos profesionales
use of analogy being now considered as the principal de la comunidad de arqueología y de antropología
weakness of the ethnoarchaeological studies. cuestionaron la capacidad de la analogía para
conectar realidades pasadas y presentes, abogando
In this communication I propose to address why una mayor restricción en el uso de la analogía, que
there is probably no future for ethnoarchaeology se considera ahora como la principal debilidad de
beyond analogy, trying to understand if there is any los estudios etnoarqueológicos.
other suitable way to connect past to present. In
the course of this paper, I will use the case study of En esta comunicación me propongo abordar
ceramic vessel wine making tradition as example of por qué probablemente no hay futuro para la
how Actor-Network-Theory can offer an alternative etnoarqueología allá de la analogía, tratando de
to the use of analogy and why it will oblige first to entender si hay alguna otra forma adecuada para
reconsider what Tradition is. conectar el pasado al presente. En el curso de
este trabajo, voy a utilizar el caso de estudio de
Keywords: Ethnoarchaeology, Analogy, Tradition, la tradición del vino hecho en vasijas de cerámica
Interdisciplinarity. como ejemplo de cómo la Actor-Network-Theory
puede ofrecer una alternativa al uso de la analogía
y por qué va a obligar primero a reconsiderar lo que
es la Tradición.
1 Post-doctoral researcher of the Centro de Estudos Arqueológicos das Universidades de Coimbra e do Porto / Campo Arqueológico de Mér-
tola (CEAUCP/CAM), sponsored by the Fundação da Ciência e Tecnologia de Portugal (FCT). [ amsarqueologia@sapo.pt ]
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 31-41. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 1. ETNOARQUEOLOGÍA Y EXPERIMENTACIÓN 31
ANTÓNIO JOSÉ MARQUES DA SILVA
In second place, after having elected Tradition uninterruptedly during millenniums. Only the future
as the enemy of Progress (Giddens, 1979: 201), can say if tradition of wine made in ceramic vessel
Enlightenment turns paradoxically into an anti- will have continuity in the other European countries
traditional Tradition (Shils, 1981: 325). Even at a time during the next decades. The actual earth taste
like ours defined as the era of the overtaking of the mania can, alternatively, be an ephemeral trend,
novelty (Vattimo 1987: 173), Tradition continues to almost ready to be forgotten. The fact is, at the
have a certain authority, even in Science, but it is moment, only these two regions of the world can,
now traditio that must submit to novum, and not the claim this technique as an authentic local tradition
opposite, as it was previously the case. The balance of passed on from generation to generation (Citerne,
power between traditio and novum, have simply been 2011b: 33). Elsewhere, the actual come back to earth
reversed. Our society has indeed a more ambivalent is, at contrary intended as an invented tradition, ie in
attitude face to Tradition that it looks at the first place. “attempt to structure at least some parts of social
We value reason, innovation and progress but at the life within it as unchanging and invariant” by reaction
same time we comfort ourselves with “arkhés” helping to the “constant change and innovation of the modern
us to deal with the nostalgia of the good old days, with world” (Hobsbawn, 1992: 2).
the anxiety of living in artificial megalopolis uprooted
from Nature and with the yearning of reconnecting In traditional societies, at contrary, Tradition would
with the authentic sources of existence (Morin, 1975: be primarily based on the belief that all things are
233). The recent comeback of wines made in ceramics subject to the universal and extemporal order of
vessels, applauded today both by the consumers and the World. In a cultural context where there is little
the critics, is a good example of how such modern time and space references for conceive it, change
affection for old ways can easily trigger resurgence is equally perceived as a threat, in this case, to the
phenomena’s. In fact, the actual infatuation for this established order that must be restored at all costs
kind of wines, made in recipient of the same material through the practice of proper rituals to avoid chaos,
used to made the first wines of Humanity, can be characteristic attitude of what C. Levi-Strauss called
mostly explained by the consumer’s rejection of the the cold societies (Lévi-Strauss, 1962: 309). Customs,
actual wine-making tendency to hyper technology sometimes very constraining, that guide social life in
(Citerne, 2011a: 82), and by the quest for more natural more traditional societies, are designed to ensure
wines, “les plus purs possibles, sans produit ni goût the maintenance of this order because, preserve the
ajouté” (Frank Cornelissen, Sicilian winemaker original arrangement of this world finished up and
coted by Citerne, 2011b: 36). Such “arkhés” are, complete, is precisely what customs permit to achieve
however, generally distinguished by sociologists and (Silva 2013: 26). And it is because things are what they
historians of authentic traditions (Hobsbawn, 1992: 2) have always been that the past should guide action in
or pure traditions (Pocock, 1989: 254-255), that are the present and the future, in order to avoid chaos.
almost exclusive from traditional societies. Invented The past is incorporated into the practices in the
traditions can however turn posteriorly into authentic present, so that the temporal plane which projects
ones, after being transmitted by enculturation through the future bends back and catches the past (Giddens,
several generations (Stuart, 2007: 140) 1990: 81). Customs acts for this reason as “the motor
and the fly-wheel” of action in traditional societies
Continuing with my oenological example, the recent (Hobsbawn, 1992: 2). It is consequently by reference
success of wine made in ceramic vessel caused the to the past, that traditional societies apprehend
introduction or reintroduction of this technique in the present and plan the future, according to a
several countries of Europe during the last years: temporal design tendentiously cyclical. Yet, respect
France, Italy, Switzerland, Austria, etc. (Citerne, for old ways do not mean necessarily the rejection
2011a), and even in the New world3. However, two of what is new (Scott, 1998: 332), only the necessity
decades ago this technique was only still alive in to introduce novelty into an existing hole, without
Transcaucasia (Barisashvili, 2011) and in the South compromising its integrity. Such thing is possible
of Iberian Peninsula (Silva, forthcoming), where because Tradition is timeless. Not because Tradition
this tradition of wine making have been perpetuate continues unchanged throughout time, but because
3 http://silviafranco.wordpress.com/2010/08/31/os-vinhos-de-anfora-de-patricio-tapia/
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it continually erases the memory of the changes that a group actively involved in the reflexive control of
keep it alive (Hobsbawn, 1992: 2). Doing that, Tradition individual action in a given social context knowledge.
can paradoxically open the door to new practices or To customs and religion that guides the action in
new ways to conceive the world in the condition they traditional societies, join in our society, science,
do not present them as such (Silva, 2012: 93). One literature, media, film and more recently Wikipedia
century ago, when winemakers of Alentejan region and Facebook. Different knowledge’s, sometimes
of Portugal was questioned about the origin of the contradictory, are transmitted through different
local tradition of making wine in ceramic vessel, they vectors of social reflexivity. If I try, for example, to
respond that nobody knows when this technique have google “wine made in ceramic vessel”, the first link
been introduced (Lapa, 1867: 22). Three decades of to appear to me is the qvervi entry Wikipedia page,
archaeological excavations in the ruins of the opulent where I can read that qvervi is the Georgian name of
villae of the region have contributed to popularize the the big ceramics vessels traditionally used to make
erudite tradition, imputing to Romans the paternity wine in this country (also know as kvervi). The third
of this heritage (Lucas do Ó, 2010: 19). Alentejan’s link of the Google results page is an entry on the
can claim today that the local tradition wine remains Flowforms website4 untitled: Ceramic “Amphora” or
unchanged since the Roman period, the fact is Qvevri Wine Making. The Georgian word being difficult
the techniques of wine making, the equipment’s to pronounce, Europeans seems prefer to talk about
and the spatial organisation of the actual wine amphora wine or also dolia wine, latin name of two
cellars presents notorious differences with those different types of earthenware jars, used in ancient
documented by archaeologists excavations in Roman times for the maturation and transport of wine before
villae of the region. In fact, several changes seams the wrath and wooden barrels are replacing them
have been introduced at different moment of the (Silva, forthcoming). The confusion is not only about
history of this local wine tradition (Silva, forthcoming). the name of the vessel, but also about what it refers.
Some wines sold as amphora wine are made in …
Resuming, there is, no such thing as traditions out concrete tank, with an egg shape totally different of
of time or societies without a past, even African the roman vessels. Some of this tank as even made in
Bushmen’s have their own history even if it is uneasy the same wood used to make casks (Citerne, 2011b:
to write (Fauvelle-Aymar, 2005) and Tradition is so 35). So, every Googler will have to make an effort of
far to be a calcification process (Struan, 2007: 142). In individual reflexivity to take his own decision and fix a
another hand, we had seen before than Tradition is an limit between what is the thru stuff and what is a fake
important piece of the modern society. So, resuming, piece of invented tradition.
if traditional societies are not immune to change and
modern society has their own traditions, why does we This process of decision is quite complex. The memory
all share a strong conviction that the pattern of action of personal experiences and emotions that causes
in our society is so different of in traditional ones? their recollection, autobiographical self image they
help to build, participate to varying degrees as well as
The so-called traditional societies being so different social reflexivity to the process of individual reflexivity.
from each over, it is perhaps more easy to respond to Social reflexivity therefore influences the individual
this question starting from the pattern of action in our reflexivity, but do not determine it. Shared collective
own society. It may be useful here to distinguish social knowledge is reinterpreted by each individual in a
reflexivity of individual reflexivity, and the processes process that takes more of the translation than of the
of internalization and incorporation as does J.-C. transmission, which can be internalized by him or not.
Kaufmann to try to answer this question. Individual This knowledge is often internalized without causing
reflexivity is heard by this sociologist (Kaufmann, significant changes in the habits of the individual.
2001: 205) as the set of personal reflections that can Internalized knowledge may in some cases justify a
potentially make an individual to change his way of life, particular conscious individual action without lasting
according to his awareness of the past and the social influence its behavior in the long term. For there
context in which fits its action. The concept of social to occur a change in individual habits, we need that
reflexivity refers, in turn, to all information shared by knowledge’s internalized as a result of an effort of
4 http://www.flowforms.com.au
The emancipation of the individual marks the advent of If I cite here this brief excerpts of the Nicholas
modern society and of a new form of “cephalocentric” David and Carol Kramer’s book (2001: 57-58)
holism centered on the belief in the existence of an entitled “Ethnoarchaeology in action”, it’s because
abstract me with a unique identity now competing it illustrate what is exactly the role of the past in
cosmological holism dominant in traditional different conceptions of action that orient explicitly or
societies. In traditional societies, the process of implicitly ethnoarchaeological studies: generally …
individualization is upward and not downward as is the non. Of course we must totally agree with this authors
case in Modern society, to the extent that the higher when they claim that ethnoarchaeology need a theory
up in the pyramid of power relations and the trend that explain why actors ultimately acts, because it’s
towards individualization tends to maximize (Foucault, precisely the archaeologists incapacity to reenact
1975: 194). The reflexive control of action is also action traduced in material remains of the past that
fairly limited in these traditional societies. Anthony let them without alternative to analogy to reconstruct
Giddens (1990: 28) uses this concept to describe the the events they can’t observe directly. Like this
ability of agents to control their actions based on the excerpt suggests, ethnoarchaeological studies
information they have accumulated on these practices borrow, in the past decades, the understanding
through an introspective observation. In pre-modern of action of two very different theoretical schools:
societies, this type of control is usually in the hands structuralism and post-structuralism. I will try to
of a small elite composed of scholars, holly men, resume in a few words what distinguish them.
or elders who were limited anyway to reinterpret
and clarify Tradition. In modern society, at contrary, Starting from the structuralist point of view, action
individual action is largely free of the stabilizing effect is oriented by universal and extemporal structures
cosmological holism has on the social, allowing of the human thought that take part of action from
habits, unlike the habitus, are constantly subject to out of his local context by the mediation of symbols
change and tend to single out the individual. Ego at associated (or not) to material things (Latour, 2007:
the same time deprived of ontological security that 46). Things tend consequently to be conceived as
respect for Tradition could guarantee him insofar as signs carrying universal meanings that require
it builds confidence in the continuity between past, interpretation, overlapping its material function. The
present and future, through the repetition of routine structuralist conception of action, popularized in
social practices and associated with a familiar spatial archeology by Ian Hodder during the eighties (1982b:
and temporal context (Giddens, 1990: 82). 212), was opposed at this time to the conception of
the behaviorists archaeologists, who understood
Concluding, the advent of Modernity didn’t induce the the material culture as a passive element and
lost of some obscure and deeper mental processes human action as a reaction to the unintentional
passed by the Tradition like the fathers of the scientific and unconscious external stimulus (Hodder, 2000:
revolution thought (Shils, 1981: 18), but at contrary 22) and, at the same time, to the systems theory
the gain of a more diverse and less predictable of processual archaeology (Hodder, 1982b: 212),
possibilities of action, the past still having a role to highlighting how environmental constraint subject
play in this world of new possibilities of action. human action to natural laws. Being natural, the
5 Jean-Claude Kaufmann appropriates in part the definition that Pierre Bourdieu (1972, 1980) originally gave to this concept before.
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biological and the environmental factors invocated known today as Actor-Network-Theory or more
by these two theories are in the both cases, universal shortly, ANT. In a few words, ANT embraces as
and extemporal. epistemological program to make an ontological turn
withdrawing the monopole of action to humans, with
The hodderian conception of actor will evolve in the purpose to flatten the social. Non human, that is
subsequent years following the post-structuralist all material and immaterial things, are intended in
theory of agency, developed independently, more ANT perspective as a mere subcategory of a same
or less at the same time, by Pierre Bourdieu (1972, ontological category, the actant (Latour, 2007: 51),
1980) and Anthony Giddens (1979, 1984). This capable to take part actively, at least intermittently,
new conception of action distinguishes from the to action that is distributed throughout hybrid chains
behaviorist ones for its intent and its indeterminacy of actants (the so call Actor-Networks). The idea of
(Hodder, 2000: 22). Agency theory mitigates by the redefining the ontological limits between beings is to
same occasion the structuralism tendency to wipe avoid the modern tendency to oppose human actors
out the subjectivity, empowering the individual (Latour, 1996: 34) and symbolic dimension of things
agents as highlighted in the excerpt, faithfully to the (Latour, 1993: 19) to material constrain.
sociological interactionist theory. In this particular
conception of social interaction, inherited from One of the founders of ANT, the sociologist Bruno
the Chicago’s school, at least two actors must Latour, argues that in previous theories of action,
be physically co-presents in the same location interactions between agents was explained as the
to act. The behavior of actors must be mutually result of hidden forces (structure, the framework,
influenced by each other through a communication etc.), shaping the context of the interaction between
process, generating new and unexpected patterns actors from a global and immaterial place that
of behavior dialectically (Latour, 2007: 37). Even if determine locally interactions independently where
interactionism tends to localize action where actors and when actors stand (Latour, 2005: 167). Even
stand, the context of action doesn’t take actively part if Bruno Latour doesn’t mention it, we could say
to social interaction. The material context of action the same thing relatively to the Tradition, acting
acts in this case only as a constraining framework implicitly in the direct historical approach, equally
(Goffman 1956: 152), isolating different groups of like a social force that stabilize local interactions
actors involved in interactions from each others and between actors through an invisible string also from
impeding, at the same time, their individual past to a global abstract place. As society, structure or
interfere in action (Latour, 2007: 39). Concluding, the framework, Tradition must be consequently intended
post-structuralist conception of action is, in practice, on ANT perspective only as a big picture, responding
like the structuralist one, withdraws of the grip of the to the desire of totality and centrality, giving sense
past, without any possibility of communication either to human existence and contributing to orient the
through cross-cultural analogy or through direct composition of the common world (idem: 189).
analogy in the situations we assume there exist an
historical continuity. Instead for looking for the starting point of action
(Tradition, human agents, institutions, structure,
Since the publication of “Ethnoarchaeology in action”, etc.), every candidate to starting point is threated in
the idea that material things participate actively in the Latourian perspective as an event, that can be
action and not as mere passive intermediaries, has defined nor by its inputs, its outputs or its causes, nor
been gaining an increasing number of supporters by its consequences; action being only intended as
among archaeologists, despite certain critics of the emergence of the new but, under no circumstances,
tendency to humanize material things associated to it of the ex-nihilo (Latour, 2007: 50).
(for example: Lemonnier, 1996: 24; Ingold, 2007a: 11
and 2007b). The very Ian Hodder (even if he disagrees Immaterial elements of the social world gains in this
in certain points: Hodder, 2012: 89-94) joined his new paradigm their own existence and can participate
colleagues that call into question since some years by themselves to action (Latour, 2005: 54-55). In this
ago, the role of material things in action (Jones point of view, we can say that the action around the
et al., 2011). Many archaeologists conceptualizes traditional process of wine making in ceramic vessels
now relations between humans and things in the does not involve only wine maker actions on matter,
light of the ideas of the proponents of what is well but also interactions with others winemakers, the
technical knowledge shared with them, the ceramic actions or past thoughts traduced in habitus or
vessels involved in the process, the notion in itself habits in the present. The winemaker, again,
of traditional wine making, the National Organism incorporate a certain operational chain that permits
of Tourism that promote this local tradition or the to him to reproduce a wine production process more
website dedicated to his promotion, and so one. or less similar at every harvest season by routine,
improvising if necessary recycled fragments of
At this point, the reader should be asking to other operational sequences from his others own
himself what is the purpose of assembling such repertoires of incorporated habitus and habits.
heteroclite chains of Actor-Networks instead of When a winemaker prepares his jars to receive wine
keeping peacefully different sort of actants in or stir its contents in a particular way during the
their own corners or focusing our attention in the fermentation process (Pinto, 1997a: 134), s/he turns
operational sequence of the wine making, only into a mediator. As mediator, s/he is the vehicle
intended as action on matter? Orange juice should between events of the past, like her/his father doing
taste different squeezing oranges in a different wine in the wine cellar of the family during her/his
way? Actually, yes it should. This little ontological chillness, the teaching of an agronomic engineer
twist trigger the necessary condition to replace the during her/his academic formation in a distant
past at the center of action, without the recourse of city from home, a technical tips shared last year
the specular vehicle of analogy and nether trapping by other winemaker as they was drinking wine in a
action in a creationist conception of action based tavern two doors down of his street. Even if all this
on the believe that traditions are perpetuated events belong to different moment and different
unchanged since immemorial times until, of course, places, the winemaker would have probably not
they disappear. better chance than me and you to produce a decent
wine if these events hadn’t happen before. But
In a strict Latourian conception of action, any suppose you are a winemaker fully armed with all
interaction overflows from his local context the technical knowledge required to turn grape juice
constituted of actants already in place, from others in wine, at the end, there will be no wine made in
places and/or others times and/or other kind ceramic vessel without … ceramic vessels. Without
of agencies that configure the particular shape that, no chance to replicate the characteristic taste
assumed by every local interaction. Instead of being that jars gives to the wine too. To be there, ready
abruptly separated from the present, the past is to produce a new vintage, another asynchronic
intended in this perspective as what Laurent Olivier series of event have to happen earlier. One, two
(2008: 135) call the thickness of the present, taking or three century before, a specialized potter must
form inside it. The past is also a possible germ of have mold clay into a jar and cook it to give its
what will become, as the trace of what has been and characteristic form, several decade of kilometers of
continues to survive. Action is for this reason “always distance from the wine cellar where the jar stand
dislocated, articulated, delegated, translated” since it have been buy to the potter (Pinto, 1997b).
(Latour, 2005: 166). Different kinds of actants, Without the repair of a crackling in its surface and
involved in an interaction, are also dispersed spatially, the staples iron and mortar used to do it, the jar
historically and every action needs different vehicles wouldn’t continue to be use every harvest season
that transport particular types of traces of entangled by several generation of winemakers until today
relations of inter-objectivity and inter-subjectivity (Pinto, 1997a: 144). Finally, without the repeated
between actants located in another places and/or contact of the grape juice with melt pitch covering
from the past. Consequently, interactions are never the insider wall of the jar, collected from a pine tree
exclusively isotopic and synchronic, and all whose a long time ago far from the wine cellar, the wine
participate to a same action haven’t the same age or wouldn’t have its characteristic aroma. After all,
a same pace (idem: 200). habitus is not exclusive of human actants (Latour,
2007: 51), others kind of actants having the capacity
In all the cases, to be able to participate to action, to incorporate the memory of past actions too.
Past must be first incorporated by different actants
involved in the same interaction. In the case of From this point of view, Tradition can take part in
human actants, we see before how the incorporation action as an non-human and immaterial actant
process maintains the communication with past between others and not as an external force that tend
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to stabilize the social relations between humans, to use this jars, known locally as tinajas, to make
material and immaterial things. As actant, Tradition wine since the Antiquity. The exportation of qvervis
permit, for example, to make the link between and tinajas out of their local of production probably
interactions connecting Alentejan winemakers jars never happened if the winemaker don’t believe that
and the actual necessity of the local communities to making wine in this jars permits them to produce
construct their regional identity in the late Stage of wine in a more traditional and authentic way, turning
the Modernity (GTLB, 2001: 5), turning jars into wine Tradition into a true actant by its capacity to mobilize
“terroir” icon helping to promote alentejan wines other actants because doing, is essentially induce to
(CGEA/CGA, 2000: 9). do (Latour, 2007: 51)
Instead of considering as inauthentic traditions, Tradition is, in this point of view, only one of many
the global resurgence movement of making wine others actants, humans and non humans, that
in ceramic vessel initiated recently in others contribute to the dislocation of action, spatially and/
regions of the world where the ceramic vessel have or temporally speaking, that can be related without
been substituted a long time ago by others kind of assuming proximity or continuity between them
recipients or where ceramic vessels have simply or having to establish artificial relations between
never been used to make wine, we could consider unrelated actions by analogy.
Tradition as a mediator capable to generate more
dislocated and more discontinuous ways to associate
ceramics vessels and winemakers. In Italy, where the 4. THE RADICAL OTHERNESS OF THE PAST
technique of wine making in vessel ceramic have been
forgotten since centuries, vanguard winemakers Like Alfredo González-Ruibal argues (2003: 9),
as Francesco Josko Gravner start, a few years ago, Ethnoarchaeology is a very ambiguous way to access
to produce coted wines in Qvevris imported from to the Other. This hybrid discipline give archaeologists
Georgia (Citerne, 2011b: 32-33). The goal of Josko the opportunity to experiment the difference with
Gravner, as of many others winemakers involved the Other contributing to construct our Self image
in this revival movement, is to reconnect with the by this confrontation, that reversely participate to
Tradition, with the purpose to make more natural and the experience of the Other. But at the same time, it
more authentic wines. Reproducing his own words: permits archaeologists to learn with the experience
“My goal was merely to simplify things. People have of the Other of his own world: her/his thought, her/his
been making wine this way for five thousand years. believes, her/his know-how and her/his values. The
The amphora, handmade from clay of the Caucasus, otherness of the archaeological past is on other hand
is the perfect container for fermenting wine, of a totally different sort, because this other “Other”
like a mother’s womb. Placing them in the earth is radically and irremediably detached from us. We
naturally provides whatever temperature control is can of course treat foreigners of the past as similar
necessary6”. because they are supposed to be our ancestors and
synchronic others as foreigners because they have
Archaeologists participate themselves actively to a different culture (Clavero, 1996: 195 apud Fecteau,
the rebirth of earth wine making tradition. Some 2006: 335). It doesn’t change the fact we can interact
years before Francesco, Hervé Durand, owner of the with the first unlike the second, reflex of the first
Mas des Tourelles in Provence, start to apply wine and so twice Other (González-Ruibal, 2009a: 111).
recipes described by Roman authors to made wines Ultimately, only analogy could help archaeologists
using a reconstitution of a Roman wine cellar, under to transpose the incommensurable distance that
scientific supervision of Alain Tchernia and Jean- separate synchronic from diachronic others, reason
Pierre Brun, two of the most eminent specialists in why, recurrent critics apart, it’s painful to free
Roman economy archeology. However, jars used by ourselves from its addictive effect.
Hervé Durand to prepare this historical wines had
been made by a potter of the South of Spain (Tchernia In another hand, disciplinary partition of social
et al., 1999: 110), where winemakers have never stop sciences is precisely founded in an asymmetric
6 http://www.domaineselect.com/page_templates/Producers.cfm?market=&producerID=566
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Vendedor de cafeteras bertha en un mercado (Kobor)
a más de 80 km del lugar de producción (Khomosha).
1.2. LA LÓGICA SOCIAL DE LA CERÁMICA. UN
EJEMPLO ETNOARQUEOLÓGICO
POTTERY´S SOCIAL LOGIC. AN ETHNOARCHAEOLOGICAL EXAMPLE
Resumen Abstract
Este capítulo aborda el problema de la lógica social This chapter addresses the problem of the social
que guía la producción de tipos específicos de logic that guides the production of specific pottery
cerámica. Para entender esta lógica debemos ir styles. For understanding this logic, we have to go
más allá de la interpretación de la cerámica como beyond the interpretation of pottery as an explicit
un índice explícito de identidad y explorar en cambio index of identity and explore instead the deep
las conexiones profundas entre la fabricación de connections between pottery-making, the social
cerámica, los principios y representaciones sociales principles and representations of a particular
de una sociedad particular, sus valores políticos society, its political values, and other technologies.
y otras tecnologías. La etnoarqueología resulta Ethnoarchaeology is particularly well suited to
particularmente adecuada para llevar a cabo este undertake this kind of study and provide frames of
tipo de estudio y proporcionar marcos de referencia reference for archaeologists. The points presented
para los arqueólogos. Las ideas presentadas en este in this paper are illustrated by a case study from
trabajo se ilustran con un caso de estudio de Etiopía, Ethiopia, in which three different social contexts of
en el que se comparan tres contextos sociales de pottery production and consumption are compared:
producción y consumo de cerámica distintos: los de those of the Gumuz, Bertha and Mao communities.
las comunidades Gumuz, Bertha y Mao.
Keywords: Ethnoarchaeology, Anthropology Of
Palabras clave: etnoarqueología, antropología de Technology, Ethiopia, Chaîne Operatoire, Inter-
la tecnología, etiopía, cadena operativa, relaciones Ethnic Relations.
interétnicas.
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de reposición, qué cambios implica en la producción los ha expuesto al contacto con diferentes grupos
la estandarización de los procesos técnicos, cuáles linguísticos (cuchíticos, semíticos, nilo-saharia-
son los efectos psicomotores del aprendizaje alfa- nos, omóticos), tradiciones culturales y lo que es
rero, cómo la cerámica refleja la organización social, más importante, con formaciones estatales desde
cómo el uso de la cerámica se puede identificar a tra- momentos muy tempranos. Sabemos que los ances-
vés de las trazas en las vasijas, etc. (algunos ejem- tros de los Gumuz ya sufrían los abusos del Estado
plos recientes: Arnold, 2011; Skibo, 2013; Gandon et en el siglo XIV y la situación no ha cambiado hasta
al., 2014). Al fin y al cabo la etnoarqueología nació y muy recientemente. Pese a estar expuestos al Islam
se desarrolló en Estados Unidos dentro de un para- y el Cristianismo, los Gumuz permanecen fieles a las
digma procesual, que primaba la búsqueda de regu- religiones tradicionales.
laridades universales y de explicaciones funcionales
y veía en la cultura material un mero reflejo de la Los Bertha, vecinos de los Gumuz por el sur, llegaron
sociedad. Los trabajos puramente técnicos son nece- a Etiopía desde Sudán hace relativamente poco. Vivían
sarios. Pero los arqueólogos queremos saber más (o originalmente en la zona de Fazogli, junto al Nilo Azul
deberíamos querer). Para comprender las socieda- y emigraron a las montañas de Etiopía a finales del
des del pasado o del presente las cuestiones funcio- siglo XVII. Su lengua es nilo-sahariana, como la de los
nales son relevantes, pero limitadas. La lógica social Gumuz, pero muy diferente de esta. Los Bertha pasa-
de los objetos tiene mayores consecuencias: reivin- ron por un proceso de islamización desde inicios del
dicar su estudio es reivindicar la importancia de la siglo XIX. Los Bertha de las montañas se islamizaron
cultura material y, por lo tanto, de la arqueología. intensamente y adoptaron muchas de las costumbres
sudanesas, incluido el atuendo y la lengua árabe, que
combinan con el Bertha. Los Bertha que viven en las
2. LA LÓGICA SOCIAL DE LA CERÁMICA EN EL tierras bajas (en el valle del Dabus y el Nilo Azul), se
OESTE DE ETIOPÍA mezclaron con los indígenas de la zona y abrazaron el
Islam más tarde. Son comunidades más tradiciona-
Entre 2001 y 2010 tuve la ocasión de estudiar la cul- les, donde el mundo cultural preislámico tiene más
tura material de una diversidad de grupos étnicos peso. En general, los Bertha también tienen una larga
en el oeste de Etiopía, concretamente en una región experiencia del Estado, al menos desde el siglo XVI,
comprendida entre Metekel, al norte del Nilo Azul, y cuando el Sultanato de Funj se instala a lo largo de
Gambela, junto al río Baro (González Ruibal, 2014). las riberas del Nilo Azul sudanés.
Se trata de un amplio territorio, aproximadamente
del tamaño de un país como Austria. Allí viven doce- Los Mao, que viven al sur de los Bertha, son el caso
nas de grupos, culturalmente muy distintos entre sí más complejo. Su etnónimo es un término genérico
y que, por lo tanto, fabrican y utilizan objetos igual- usado por los grupos dominantes para referirse a
mente diversos (Fig. 1). En este caso, me centraré comunidades subalternas. Sería algo parecido al
en la producción, circulación y consumo de cerámica concepto de “indio” en América. En realidad, bajo la
en tres de estos grupos: los Gumuz, los Bertha y los etiqueta de Mao tenemos una variedad de grupos:
Mao (para otros grupos véase González Ruibal et al., Seze, Hozo y Bambasi, que hablan una lengua cono-
2014). Se trata de etnias muy distintas, pero vecinas, cida por los lingüistas como “Mao Occidental”, y los
lo que constituye un caso de estudio particularmente Sith Shwala, hablantes de una lengua nilo-sahariana
interesante para los objetivos de este trabajo. Com- de la subfamilia Koman. Los Sith Shwala, como los
parten un aspecto en común: su organización social Gumuz, son indígenas del occidente de Etiopía. Llevan
igualitaria. Se trata de formaciones segmentarias en la zona miles de años. Los Seze, Hozo y Bambasi
que han sobrevivido en un entorno dominado por las también es probable que lleven miles de años en su
sociedades jerarquizadas, organizadas en jefaturas o ubicación actual, al este de los Sith Shwala, aunque
estados, durante siglos. su territorio original era mucho más amplio y se fue
reduciendo por la presión de grupos más poderosos.
Los Gumuz constituyen una subfamilia lingüística Los Mao se han visto expuestos a las depredaciones
independiente dentro de la familia nilo-sahariana, del Estado en distintos momentos, pero realmente
llevan viviendo en Etiopía desde hace miles de años la mayor presión no la han sentido antes del siglo
y su territorio se extiende históricamente desde la XIX y además no por parte de un Estado propiamente
frontera de Eritrea hasta el Nilo Azul. Esta ubicación (como el Reino de Etiopía o el Sultanato de Funj), sino
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Fig. 2. Cerámicas de una casa agäw (pueblo del altiplano), con cerámicas gumuz y de las tierras altas (Amhara).
La lógica social de la cerámica Gumuz se expresa de la comunidad. Además, como ha señalado Clas-
de otras maneras. Señalaré solamente dos: el tres (2001), la violencia en sociedades igualitarias
tamaño de la cerámica y su decoración. Por lo que mantiene la fisión social continua y de esta manera
se refiere al tamaño, los grandes contenedores asegura la igualdad entre los distintos miembros y
de cerveza Gumuz (koga o tich’a kea) son parti- clanes. En este contexto, la cerveza es un meca-
cularmente grandes. No tienen parangón en nin- nismo de contrapeso, que ayuda a equilibrar la
gún grupo del oeste de Etiopía. Tanto es así que balanza entre la fisión inevitable y la cooperación
los Shwa con mucha frecuencia compran estos imprescindible.
grandes contenedores a los Gumuz, dado que son
difíciles de conseguir entre sus propias alfareras Las grandes vasijas para consumir cantidades
(y cuestan más caros). Si comparamos las vasijas igualmente grandes de cerveza tienen, además,
de cerveza de los distintos grupos indígenas de la otra función política: son también mecanismos
zona, podremos ver que los contenedores Gumuz de destrucción del excedente. Ya he señalado que
poseen una capacidad un 20% superior aproxima- los Gumuz tratan de evitar entrar en relaciones de
damente al resto (Fig. 3). Esto no es casual. Tiene mercado, para evitar la dependencia y para huir de
que ver con las relaciones sociales de los Gumuz,
en las cuales la cerveza desempeña un papel fun-
damental. Los Gumuz están continuamente invi-
tándose a cerveza unos a otros: cuando uno visita
la casa de un vecino, se le ofrece cerveza; cuando
alguien necesita retechar su casa o recoger la
cosecha, fabrica gran cantidad de bebida e invita
a todo el que quiera ayudar; cuando hay una boda,
corren litros de cerveza; lo mismo cuando se trata
de un ritual de resolución de conflictos (Lám. 2). Es
un combustible social, que impulsa las relaciones
entre clanes, vecinos y familiares.
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las distinciones socioeconómicas a las que lleva zag que decoran al mismo tiempo algunas vasijas
que alguien adquiera más riqueza que los demás. Gumuz y la espalda de las mujeres. Además, estas
Mientras los Shwa producen regularmente exce- colocan en algunas vasijas unos mamelones que
dentes agrícolas (gracias al uso de arados que representan pechos femeninos (kwa). Estos mis-
permiten cultivar grandes superficies), los Gumuz mos pechos de barro decoran también los grane-
restringen los excedentes: siguen cultivando con ros y el interior de las paredes de las casas junto a
palo cavador y azada y, frente a los múltiples gra- las que se almacenan las cosechas de cereal (Lám.
neros de sus vecinos, cuentan con un único gra- 3). Las mujeres Gumuz se están comunicando, así,
nero por conjunto de habitación. El excedente que de forma no verbal y están estableciendo conexio-
aun así se produce no se comercializa, se “quema” nes entre esferas fundamentales de la vida que
en fiestas y en otros contextos de consumo social no se pueden expresar de otra manera (Lemon-
ya señalados. El tamaño de los contenedores de nier, 2012): la fertilidad de los campos, la fertili-
cerveza no hace sino reflejar esa preocupación por dad humana, la alimentación. Asimilar las formas
eliminar lo que puede convertirse en un elemento alfareras de los Shwa, por lo tanto, no es para las
de discordia que desestabilice los principios socia- mujeres Gumuz una mera cuestión funcional: sig-
les igualitarios. nificaría abandonar toda una serie de conexiones
que realizan a través del barro y que son esencia-
La decoración de la cerámica responde a otras les para demostrar el valor social y biológico de
cuestiones sociales, en este caso relacionadas con las mujeres para toda la comunidad. Al modelar
el género. La decoración de la cerámica se deno- cerámicas o graneros las mujeres están haciendo
mina mokotima. Es el mismo nombre que tienen algo más que objetos prácticos, están extendiendo
las escarificaciones que decoran el cuerpo de las o distribuyendo su cuerpo a elementos que repre-
mujeres. En algunos casos, el paralelo entre unas sentan actividades clave para la supervivencia de
y otras es claro, como las decoraciones en zig- la comunidad.
Lám. 4. Alfarera bertha fabrica cacharros de cocina delante de su casa por el procedimiento de perforación de la pella de barro.
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nesa. En el segundo caso lo hace además a través de las vasijas calientes con una ramita. De esta forma
un objeto relacionado con una sustancia de enorme la sustancia quedaba fijada sobre la superficie de la
importancia social, como vimos en el caso gumuz: la cerámica y le daba un característico brillo metálico.
cerveza. Al mismo tiempo que posee una gran rele- En 2001 solo lo usaban en dos recipientes: el gey,
vancia es un elemento ambivalente, pues es contra- que es una especie de fuente en la que se tuestan
ria al lslam. De hecho, entre los Mayu más ortodoxos las gachas de cereal, y el eñish, en donde se cocinan
su fabricación y consumo se ha ido abandonando. No los guisos que acompañan las gachas. La función del
así entre los Bertha de las tierras bajas, que siguen tratamiento superficial en ambos casos era clara:
fabricando cerveza en grandes cantidades y consu- evitar que se pegara el alimento a la pared de la
miéndola en fiestas de trabajo, bodas y otras cele- vasija (una especie de teflón casero). Para 2007, sin
braciones. Esto se refleja en la existencia de un gran embargo, las alfareras de una de las comunidades,
número de awar en el interior de las casas. Obora, habían ampliado el tratamiento y lo aplicaban
a prácticamente todos los productos, incluidos los
Podríamos pensar que la cerámica tradicional al ser awar y los hornillos (Lám. 5). Estos últimos son un
de carácter doméstico está fuera del mercado, como artefacto de las tierras altas que las alfareras ber-
sucede con la cerámica gumuz. Pero no es así. Las tha han asimilado recientemente. Aquí ya no tiene
alfareras bertha fabrican tanto para ellas mismas otra función que hacer el recipiente más atractivo
como para la venta. Además, están preocupadas estéticamente, probablemente por asociación a la
por la innovación, de forma que sus productos sigan vajilla metálica que cada vez llega en mayores can-
siendo competitivos en el mercado, ante la presión tidades a la región.
de los artefactos industriales y la alfarería de las tie-
rras altas (en la región de Benishangul, donde viven Que las alfareras bertha asimilen otras tradiciones y
los Bertha, el Estado reasentó a decenas de miles de estén dispuestas a innovar con fines comerciales es
campesinos del altiplano durante los años 80). Para parte de la lógica social bertha. Al contrario que los
ello, no muestran ningún empacho en asimilar téc- Gumuz, los Bertha son un pueblo híbrido, que ha asi-
nicas y formas cerámicas de otros grupos o en cam- milado otras tradiciones desde el origen: de los Funj
biar las que ellas mismas emplean para hacer sus de Sudán, del Islam y de los grupos indígenas Koman
vasijas más atractivas. El mejor ejemplo de ello es que ocupaban las tierras en las que ahora habitan. El
el tratamiento superficial. Cuando visité por primera comercio intercultural, además, ha sido parte tam-
vez las comunidades alfareras Bertha en 2001, las bién de la historia de los Bertha al menos desde el
artesanas utilizaban un peculiar tratamiento pos- siglo XVIII. Para las alfareras, además, innovar es
cocción en algunos cacharros. Preparaban un líquido una forma de resistir: de sobrevivir en un ambiente
con agua y la corteza machada de un árbol y nada multicultural en la que han de competir con otras
más extraer las vasijas del fuego lo aspergían sobre tradiciones alfareras o resignarse a desaparecer.
Lám. 5. Hornillos e incensarios con tratamiento superficial brillante. Lám. 6. Vendedor de cafeteras bertha en un mercado (Kobor) a más
de 80 km del lugar de producción (Khomosha).
El aspecto comercial de la cerámica bertha, sin como musulmán estará dispuesto a comprarla – no
embargo, es más claro en el caso del otro estilo, el así los cristianos, que adquirirán cafeteras de otros
que he denominado islámico. Existen tres tipos de cristianos. La jebena es islámica no solo porque tipo-
cerámica fabricados dentro de este estilo: jarras lógicamente proceda del Sudán islámico, sino por-
para agua (albrik), cafeteras (jebena) e incensarios que su uso es ortodoxo: el café viene a sustituir a la
(hutani). La cerámica islámica tiene toda ella su ori- cerveza como combustible social entre los Mayu. En
gen en Sudán, está fabricada exclusivamente por las casas mayu es habitual encontrar varias cafe-
hombres, casi siempre en núcleos urbanos (frente a teras, a veces media docena, de la misma manera
la cerámica tradicional, que se fabrica en las aldeas), que entre los Gamili encontramos gran cantidad de
y tiene un amplio radio de distribución. Mientras la ánforas para la cerveza. Las otras dos cerámicas de
cerámica femenina raramente se desplaza más este estilo también son ortodoxas: el albrik se utiliza,
de 15 km, la masculina puede llegar a cerca de un entre otras cosas, para hacer las abluciones antes
centenar de kilómetros de su lugar de producción. de la oración y el incensario en los rituales sufíes
Esto se debe a diversos motivos: en primer lugar, de oración y retiro espiritual, así como en las cere-
los hombres bertha se desplazan en burro y por lo monias de consumo colectivo de café. Que los hom-
tanto pueden llegar más lejos y transportar más bres se encarguen de fabricar estos objetos, más
carga (Lám. 6). El burro está vedado a las mujeres, prestigiosos y lucrativos, también encaja en la lógica
que deben transportar toda su cerámica a pie y sobre social bertha y particularmente mayu, una sociedad
ellas mismas, lo cual limita drásticamente la canti- patriarcal donde las diferencias sociales entre hom-
dad de vasijas que pueden llevar al mercado y la leja- bres y mujeres son mayores que en el resto de las
nía del mercado. Por otro lado, la cerámica islámica comunidades indígenas del oeste de Etiopía. No es
tiene la ventaja de ser eso: islámica (no bertha). Es coincidencia que de todas las comunidades que he
reconocible como tal por parte de todos los grupos estudiado, solo los bertha practiquen la ablación de
étnicos, lo que hace que cualquiera que se autodefina clítoris: un acto brutal de dominación masculina.
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2.3. LOS MAO Sith Shwala son muy distintos al resto de los Mao.
Hablan una lengua Koman (nilo-sahariana) y solo
La situación del Mao es la más intricada de todas fueron asimilados al conjunto Mao recientemente. Es
por la propia complejidad histórico-cultural de este más, se trata de un proceso que aun está en marcha,
grupo, o más bien grupos. No todos los Mao fabrican dado que los Oromo y los Bertha siguen invadiendo
cerámica. En la actualidad, solo los Sith Shwala lo pacíficamente sus tierras. Antes de convertirse en
hacen. Los Seze, Hozo y Bambasi han abandonado Mao / Sith Shwala (que significa, literalmente, “Hom-
esta práctica. Al contrario que los Gumuz, los Mao bres Negros”, en contraposición a los Oromo, de piel
no se resisten tan denodadamente a la presión de más clara), este grupo se autodenominaba Kwama.
los grupos dominantes (en la actualidad Oromo). Los Kwama que se negaron a convertirse en Mao–es
Así como durante mi trabajo de campo pude recoger decir, a vivir junto a los Oromo, más o menos como
decenas de ejemplos de violencia inter e intracomu- subalternos o marginados– escaparon a la frontera
nitaria entre los Gumuz, no tengo ni un solo ejemplo con Sudán, donde todavía viven ahora (se llaman a
de conflicto armado entre los Mao y los Oromo. La sí mismos Gwama y hablan una variación dialectal
falta de resistencia abierta no quiere decir que los del Kwama). La cerámica de los Gwama y de los Sith
Mao no se resistan en absoluto. Si lo hacen, pero de Shwala es por lo tanto muy semejante, pues al fin y al
una forma menos franca. Su tendencia es al camu- cabo eran el mismo grupo hasta hace unas décadas.
flaje, a pasar desapercibidos. Asimilan elementos
de la cultura dominante y los ponen a su servicio, Respecto a lo que aquí nos interesa, la lógica social,
muchas veces de forma subversiva. Eso es lo que hay dos elementos reseñables: el primero y evidente
hicieron con Yere, el dios supremo de los Busase, es que sean los Mao que muestran una mayor resis-
sus antiguos amos, que hoy consideran su divinidad tencia cultural y social (los Sith Shwala) los que se
protectora por antonomasia, o con las fiestas musul- empeñen en seguir fabricando cerámica (Lám. 8).
manas, hábilmente sincretizadas con sus propias La segunda cuestión es que entre los Sith Shwala no
celebraciones: la fiesta del cordero (Arafa) se mezcla solo las mujeres fabrican cerámica, sino los hom-
imperceptiblemente con la fiesta de la cosecha Mao. bres también (Lám. 9). Este es un hecho único. No
existen ejemplos en el Cuerno de África de hombres
Con la cultura material pasa algo parecido. La cerá- que hagan cerámica a mano doméstica. En el caso de
mica Mao, que es lo que nos interesa aquí, es solo la cerámica masculina de los Bertha, en realidad se
sutilmente distinta de la Oromo de la zona. Distinguir trata de especialistas que fabrican cerámica en gran-
una cerámica Gumuz de una del altiplano es fácil. des cantidades con fines comerciales – algo pare-
Cualquiera puede hacerlo: las diferencias saltan a cido a los alfareros que trabajan con torno. Los Sith
la vista. Distinguir una Oromo de una Mao no lo es. Shwala, en cambio, si bien producen cerámica para
Después de haber visto y dibujado cientos de conte- vender, lo cierto es que lo hacen a una escala muy
nedores, todavía no pondría la mano en el fuego aquí reducida y el tipo de vasijas es idéntico al que se con-
a la hora de identificar un contenedor según la etnia sume dentro de la unidad familiar ¿Por qué sucede
de su fabricante. Las diferencias son pequeñas y tie- esto? En el fondo, la producción de cerámica no es
nen que ver sobre todo con la forma del borde, que otra cosa que un elemento más de la lógica social
es más marcado entre los Oromo. La cerámica Mao igualitaria de los Sith Shwala y dicha lógica afecta
ha ido perdiendo sus caracteres más identificativos, también a la relación entre géneros. Las mujeres
fundamentalmente la decoración. Pero este proceso Mao gozan de un mayor estatus que las Oromo y se
no solo afecta a los Mao: la propia cerámica Oromo de niegan taxativamente a casarse con hombres Oromo,
la zona se ha aproximado a la alfarería Mao (Lám. 7). porque saben que el matrimonio significaría un
empeoramiento de su situación. En cambio, los hom-
La estrategia de la hibridación y el camuflaje como bres Mao no tienen problema en contraer nupcias
resistencia cultural es peligrosa. Así lo demuestra el con mujeres Oromo ni estas tampoco en desposar
hecho de que las comunidades Mao que viven bajo a los Mao. Es precisamente en estas comunidades
mayor presión cultural y demográfica de los Oromo periféricas Sith Shwala donde todavía es posible ver
hayan perdido la mayor parte de sus tradiciones a las mujeres con su atuendo tradicional y los pechos
y casi toda su cultura material (caso de los Seze), descubiertos (frente a las veladas mujeres Oromo)
mientras que los que viven en los márgenes son y donde algunas de ellas desempeñan papeles de
quienes todavía las mantienen (los Sith Shwala). Los importancia social, como el de adivinas.
Lám. 8. Alfarera sith shwala fabricando cerámica en la periferia del Lám. 9. Alfarero en la aldea de Boshuma, poblado sith shwala.
territorio mao.
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ALFREDO GONZÁLEZ RUIBAL
Allí donde la alfarería ha desaparecido, la cerámica a través del consumo diferencial de determinados
Mao y Oromo no es necesariamente idéntica. No lo artefactos: esto es lo que hacen algunas comunida-
es desde el punto de vista del consumo. Los Mao des Mao con la cerámica.
de Bambasi, por ejemplo, aunque no producen ya
cerámica, adquieren el 80% de sus vasijas a alfare- Este trabajo ha tratado de poner de relieve la rela-
ras y alfareros Mao, pese a que podrían hacerlo con ción entre la producción de cerámica y la lógica
la misma facilidad de ceramistas Bertha, Amhara u social en unas determinadas comunidades africa-
Oromo. A través de esta elección de consumo están nas. Al mismo tiempo, mi intención ha sido demos-
demostrando su afinidad con la comunidad Mao en trar que la cerámica nos ofrece a los arqueólogos
su conjunto. Esta preferencia no obedece a motivos una vía sumamente fructífera para la comprensión
puramente de etnicidad, sino también a prácticas de la sociedad, tanto en el pasado como en el pre-
culturales diferentes: los Mao siguen consumiendo sente. Es más que un mero material de datación
cerveza, aunque se declaren musulmanes, cosa o una prueba de las relaciones comerciales entre
que los más ortodoxos Oromo no hacen, y cocinan pueblos. Si la etnoarqueología ofrece ejemplos par-
gachas, en vez de las tortas de cereal que son típi- ticularmente elocuentes de ello, la arqueología no
cas del altiplano. está menos dotada para manifestar la lógica social
de los objetos.
3. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
En este artículo he analizado brevemente la cerámica
de tres sociedades vecinas en Etiopía: los Gumuz, ARNOLD, D. (2011):“Ceramic theory and cultural
los Bertha y los Mao. He tratado de demostrar que process after 25 years”, Ethnoarchaeology 3 (1),
la producción y el consumo de cerámica forma parte pp. 63-98.
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otros grupos. Esa lógica social se construye sobre “When handicraft experts face novelty: Effects
determinados principios culturales, valores políticos of shape and wheel familiarity on individual
(el igualitarismo) y experiencias históricas (el con- and community standardization of ceramic
tacto con sociedades dominantes). Así, los Gumuz vessels”, Journal of Anthropological Archaeology
se resisten a incorporar elementos extraños en sus 35, pp. 289-296.
cadenas técnicas operativas e igualmente son rea- GONZÁLEZ RUIBAL, A., AYÁN VILA, X., y FALQUINA
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lidad para cementar las relaciones intracomunita-
GONZÁLEZ RUIBAL, A. (2014): An Archaeology of
rios. La cerámica bertha es testigo de la división que
Resistance: Materiality and Time in an African
afecta a la sociedad bertha a su conjunto, entre los
Borderland. MD Rowman & Littlefield. Lanham.
más ortodoxos islámicos y aquellos que se asocian
a las tradiciones preislámicas del pasado y del pre- GOSSELAIN, O.P. (2000): “Materializing identities: an
African perspective”, Journal of Archaeological
sente. Esa división es también de género: existe una
Method and Theory 7(3), pp. 187-217.
cerámica masculina y una femenina, que se vinculan
a distintas esferas culturales y religiosas y afinida- GOSSELAIN, O. P. (2011): “Fine if I do, fine if I don’t.
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uno puede seguir reafirmando su lugar en el mundo 5(2), pp. 147-186.
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Maria Casaña (Pilmaiquenco) utizando el bruñido como tratamiento
final de la superficie de un cacharro.
1.3. PRÁCTICA TÉCNICA Y PRÁCTICA SOCIAL
EN LA PRODUCCIÓN CERÁMICA DEL CENTRO
DE CHILE
TECHNICAL PRACTICE AND SOCIAL PRACTICE IN POTTERY PRODUCTION
IN CENTRAL CHILE
Resumen Abstract
Con la presente reflexión queremos contribuir The reflection presented here aims at clarifying
al debate sobre el dinamismo y la estabilidad de the debate about dynamism and stability of the
los procesos técnicos en la producción cerámica, technical processes embedded in pottery-making,
así como su interrelación con los procesos de inasmuch as their interrelation with learning
aprendizaje y las dinámicas sociales. Para ello strategies and social dynamics. Here we refer to
nos referiremos a la alfarería del centro-sur the pottery production in central-southern Chile, a
de Chile, un territorio donde se encuentran dos territory inhabited by two culturally differentiated
grupos culturalmente diferenciados: aquellos con groups: the one exhibiting a Mapuche identity to
una identidad mapuche situados en el sur y los the south, and a second group of typical farmers
típicamente campesinos ubicados en el valle central. living in the central valley. We propose that, despite
Planteamos que a pesar de ser grupos que se han their long-time differences, they share a common
ido diferenciando a lo largo del tiempo presentan una practice regarding pottery which may be identified
práctica cerámica común que puede ser visualizada in the châine opératoire followed. Incorporated in
a través de las cadenas operativas adoptadas. Dentro such technical homogeneity, there exists certain
de esta misma homogeneidad técnica existe un dynamism in the operations, raw materials,
dinamismo en las operaciones, las materias, los gestures and tools. This discussion suggests
gestos y las herramientas. Nuestra discusión plantea that despite the obvious fact that this dynamism
que si bien es cierto -como no podría ser de otra responds to the variety between the groups, there is
manera- que uno de los factores que condicionan another motivation which cannot be defined by the
dicho dinamismo es el que se encuentra asociado a mere social, cultural or identitarian differentiation.
los dos grupos culturalmente diferenciados, existe This second dynamism is precisely the focus of
otro que no puede ser establecido únicamente this article, a dynamism we interpret as intimately
por factores de diferenciación social, cultural o related to the several spheres of the social and
identitaria. Es en este segundo dinamismo en el technical interaction of the learning process where
que nos queremos centrar fundamentalmente. Un social and technical practices are manifested
dinamismo que consideramos está fuertemente
vinculado con las diferentes esferas de interacción Keywords: Mapuche, Chile, Pottery Technology,
social y técnica del proceso de aprendizaje. Ethnoarchaeology, Learning, Visibility.
Entendemos que es de este modo cómo se relacionan
la práctica social y la práctica técnica.
1 Universitat de les Illes Balears. Departament de Ciències Històriques i Teoria de les Arts. Ctra. Valldemossa Km 7,5. CP: 07122.
[ jaume.garcia@uib.es ]
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 59-74. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 1. ETNOARQUEOLOGÍA Y EXPERIMENTACIÓN 59
JAUME GARCÍA ROSSELLÓ
1. INTRODUCCIÓN Y PLANTEAMIENTO INICIAL des etapas de fabricación vinculadas con las caracte-
rísticas necesarias para trasformar una materia prima
El presente texto pretende generar un marco de discu- en un útil. Este proceso puede ser desglosado entre
sión sobre la vinculación existente entre práctica social átomos de análisis menores que son los que verdade-
y práctica técnica enfatizando la idea de que cualquier ramente definen la totalidad del proceso técnico.
estrategia tecnológica siempre tiene sentido dentro de
la lógica social en la que está inserta (Gosselain, 1992; Dentro de este segundo eje los procesos técnicos
Lemonnier, 1992). En esta línea de reflexión queremos marco se desglosan en el proceso tecnológico porme-
indagar en las dinámicas sociales que influyen en la norizado, la operación técnica y el gesto técnico.
generación del dinamismo técnico, en particular en el
caso de la alfarería, y la manera en que este dinamismo Mediante el proceso tecnológico pormenorizado (PTP)
también influye en las dinámicas sociales. se concreta el desarrollo de los Procesos Tecnológico
Marco. Nos referimos aquí a lo que otros autores han
Nos parece que la mejor estrategia para adentrarnos definido como técnica. Sin embargo, nos parece más
en el estudio de los materiales cerámicos y sus vincu- acertado hablar de procesos al ser un concepto más
laciones sociales es aquella que integre todo el ciclo dinámico asociado a un grupo de actuaciones.
de transformación de la cerámica. El resultado de las
operaciones técnicas organizadas en una secuencia Un PTP puede componerse de diferentes operaciones
concreta dará como resultado un acabado, decora- técnicas (OT). Juntas y de forma secuenciada, estas
ción y morfología específicos. Es por ello que las for- operaciones darán como resultado la definición de un
mas cerámicas no pueden entenderse sin integrase en Proceso Tecnológico Pormenorizado.
el análisis de los procesos técnicos. Sin embargo, las
dinámicas que intervienen en la homogeneidad y dina- El último lugar lo ocupa el átomo mínimo de análisis
mismo de unas formas frente a otras, si bien, también técnico. Por ello, el gesto técnico (GT) supone una cate-
se encuentran condicionadas por las prácticas socia- goría mucho más concreta que la operación técnica. Se
les, están fuertemente influidas por la función que se trata de la manera en que la alfarera lleva a cabo una
le quiere dar al producto y por el uso y la aceptación Operación Técnica: movimiento, posición, colocación
social del mismo (García Rosselló, 2008). Al contrario de las manos.
de lo que ocurre en el caso de las prácticas técnicas,
el aprendizaje, la experiencia, la habilidad y la adqui- No obstante, cualquier análisis de la cadena operativa
sición de hábitos motores no son determinantes en el debe estar asociado, por una parte a tipos concretos,
caso de la forma. Es por ello, que en este trabajo nos ya que según la forma que se propone realizar puede
vamos a centrar exclusivamente en la cadena operativa variar parte del sistema de fabricación, y por otra a indi-
de fabricación. viduos, ya que constituyen el nivel mínimo de concre-
ción de las operaciones técnicas.
Estructuramos dicha cadena operativa la estructura-
mos en dos ejes (García Rosselló, 2009; García Rosselló
y Calvo, 2013). El primero de ellos hace referencia al 2. CONTEXTO Y ESTRATEGIA DE ESTUDIO
el estado de la arcilla cuando se realizan las diferen-
tes operaciones técnicas. Se trata del estado físico de El valle central chileno se caracteriza por ser el límite
la arcilla que permite ir dando forma a la pieza y que de la ocupación española durante el periodo colonial
iría desde la arcilla en estado natural ha estado cocido, (siglos XVI-XIX d.C.). De esta forma, el río Bío-Bío
pasado por diferentes etapas como el estado plástico o marcó una frontera entre el territorio mapuche y
la textura de cuero. el territorio bajo la administración española. Dicha
frontera solo fue eliminada en el siglo XIX debido a
El segundo se refiere a la secuencia de confección de la conquista del territorio mapuche por los ejércitos
la pieza donde la finalidad de las diferentes operacio- chilenos, conquista que fue denominada eufemística-
nes técnicas cobra sentido. Con ello nos referimos a mente, “pacificación de la Araucanía” (Bengoa, 1991;
los procesos tecnológicos marco que generalmente, Paño, 2007). En la actualidad, pese a la unificación
aunque no siempre, coinciden a grandes rasgos con las de todo el territorio bajo la administración chilena,
diferentes fases en las que se encuentra la arcilla. El se han mantenido las diferencias culturales entre la
proceso tecnológico marco haría referencia a las gran- población que habita la región más meridional, que
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se identifica como mapuche, y la otra más al norte, de los resultados obtenidos, hemos argumentado
de raigambre campesina y que ha asumido progre- que dichas cadenas operativas se pueden agrupar
sivamente una identidad nacional chilena, pero que a según el origen de las alfareras, sea el territorio
su vez ha conservado algunos rasgos propios. mapuche o las localidades alfareras especializa-
das situadas al norte del Bío Bío (por ejemplo Pilén
A partir de estas premisas, nuestro trabajo ha con- y Quinchamalí). Sin embargo, en ambos casos las
sistido en la identificación de las cadenas operativas tradiciones tecnológicas tienen un origen mapuche
de fabricación cerámica a los largo de todo el valle que se visualiza claramente en la existencia de unos
central, tanto en las poblaciones de Pomaire, Quin- patrones técnicos comunes (García Rosselló, 2009)
chamalí y Pilén al norte del río Bío-Bío1 (Fig. 1) como que se han ido trasformando a lo largo del tiempo
entre las alfareras mapuches dispersas en diferen- debido a la fragmentación del conocimiento y el ais-
tes reducciones-comunidades2 de la actual región de lamiento existente entre las poblaciones que habi-
la Araucanía (Fig. 1), conocida por los propios indíge- taban el territorio colonial y las que lo hacían en el
nas como Gulumapu (León, 2008). Gulumapu (Góngora 1978; Bengoa, 1990; Paño, 2005;
Zavala, 2011). Ello tiene que ver con un aislamiento
Dicho trabajo se ha realizado a tres niveles: geográfico y una marginación social de los grupos,
un repudio de la identidad indígena en algunos casos
1. Identificación directa de las operaciones técnicas y la adaptación al mercado. Las cadenas operativas
asociadas a alfareras concretas. que publicamos aquí (Fig. 2)3 presentan un alto nivel
de coincidencia en cuanto a procesos y operaciones
2. Entrevistas semi-estructuradas a personas vin-
técnicas, mientras que la variabilidad existente se
culadas con la alfarería: alfareras, vendedoras,
circunscribe a herramientas, gestos técnicos y pro-
hijos, maridos, hermanas, madres.
cesos y operaciones no estructurales4.
3. Consulta de diferentes fuentes de tipo etnográ-
fico que nos han permitido ampliar los datos A nuestro entender la tecnología cerámica en el valle
tecnológicos desde una perspectiva diacrónica central tiene un fuerte componente de habitus que se
para establecer un cierto acercamiento a las va adquiriendo en el día a día a través de una práctica
estrategias técnicas desde principios del siglo continuada, donde junto con la interiorización de los
XX y algunas otras vinculadas con cronistas que hábitos motores necesarios para dicha práctica, se
se remontarían al tiempo de la colonia (Guevara, trasmiten otras ideas y valores sociales que afectan
1911; Joseph, 1930; Wilhelm de Moesbach, 1936; a diversos campos (Calvo y García, 2012). Por ello,
Valenzuela, 1955, 1957). planteamos que tanto en la homología existente en
muchas de las operaciones técnicas como en su
dinamismo, los procesos de aprendizaje dentro de
3. CADENA OPERATIVA, DINAMISMO Y los espacios domésticos tienen un papel fundamen-
HOMOGENEIDAD TÉCNICA tal. De igual modo, estos diferentes niveles de dina-
mismo y homogeneidad se vinculan con las princi-
Algunas de las cadenas operativas documentadas pales etapas que componen la cadena operativa de
en el valle central chileno han sido publicadas por fabricación: obtención y preparación de la arcilla,
nosotros en diferentes trabajos (García Rosselló, modelado, tratamientos de superficie y decorativos
2008; De Carvalho y García Rosselló, 2012). A raíz y, finalmente, cocción.
1 Hermanas García, Delfina Aguilera, Teresa Muñoz, Olga Salinas, Gastón Montti, Silvana Figueroa y Delma Montti Figueroa.
2 Ema Tranamil, Maria Tranamil, Sandra Rain y Teresa Huaiquil (Dibulko I, Lumaco). Selmira Huaiquil y Rosa Huaiquil, (Dibulko I, Lumaco). R.
Antilleu (Kitrague, Traiguen). Maria Pucol y Lucinda Antil (Elicura, Contulmo). Fresia Nahuelque, Agustina Calvellunca, Luisa Manilio (Hua-
llapen Bajo, Contulmo), Adelaida Melipil, Eliana Paillalí (Llallahuen, CholChol), Dominga Neculmán y nieta (Roble Huacho, Padre las Casas).
Maria Casaña, Juana Luisa Machacón, Gladys Comillo (Pilmaiquenco, Carahue). Helvetia Coillo (Pillanlelbun, Lautaro). Maria Collenco, Juana
Collenco (Aniñir, Traiguen).
3 Obtenidas a partir de nuevos datos fruto de las diferentes campañas realizadas en territorio mapuche (Gulumapu) los años 2011, 2013 y
2014 (Bío-Bío, Araucanía y los Ríos).
4 Distinguimos entre procesos técnicos estructurales y secundarios. Los primeros son aquellos en los que su transformación supone im-
portantes cambios en el resto de procesos que componen la cadena operativa y en la estructura de producción. Los segundos son los que
su modificación o sustitución no supone un cambio en el resto de la cadena operativa ni en la estructura e infraestructura de producción.
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1B. El sistema utilizado para mezclar los diferen- 5. En los tratamientos secundarios de superficie
tes componentes mediante el pisado. (TS2, Fig. 4):
1C. El tipo de componentes añadidos a la arcilla 5A. Bruñido mediante movimientos de vaivén uti-
base: arcillas con un alto contenido en gravas. lizando un canto rodado.
5 Si bien, como veremos, pueden cambiar las herramientas e incluso los movimientos (es decir la manera de llevar a cabo la operación téc-
nica y el gesto desarrollado) independientemente de la adscripción identitaria y territorial de la alfarera.
6 La inserción se refiere a la fabricación de una perforación en el cuerpo donde se introduce la protuberancia formada en el extremo del
elemento de prensión.
7 Joseph (1930); Valenzuela (1955, 1957); Montecino (1986).
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Fig. 4. Tratamientos finales de superficie: 1. Bruñido: Maria Casaña (Pilmaiquenco); 2. Baño de LoKro: Ema Tranamil (Dibulko 1); 3. Engobado:
Maria Casaña (Pilmaiquenco); 4. Engobe: Viviana Montti; 5. Bruñido: Delfina Aguilera (Pilén); 6. Silvana Figueroa (Quinchamalí).
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Este dinamismo se observa: Hay aquí una clara diferenciación entre las alfare-
ras mapuches y las que residen al norte del Bío-
1. En la obtención y preparación de las materias Bío. En las poblaciones alfareras de Pilén y Quin-
primas. chamalí, las herramientas utilizadas son siempre
el cordobán para alisar el labio, el mate11 para el
1A. En el caso de la arcilla, entre las alfareras
raspado y un canto rodado o espátula de madera
mapuches se encuentra generalizado el uso
para el compactado. Entre las mujeres mapuches
del ücu8, no obstante existen casos donde la
hay una tendencia generalizada al uso exclusivo
arcilla no se mezcla, sino que se le aplica un
de las manos. De forma excepcional y de manera
enjuague de hojas de maquii, o se le añade
aleatoria se pueden utilizar para alisar, compactar
arena o laja molida. En Pilén o Quinchamalí,
y raspara conchas, cucharas y espátulas.
dependiendo de la veta de arcilla, se puede
mezclar el material recolectado con arcillas
4.- En los tratamientos de Superficie Secundarios
menos plásticas y con un alto contenido de
(TS2)
gravas o se puede utilizar directamente sin
añadir antiplásticos. El uso de engobe está más o menos generalizado.
Sin embargo, hay que destacar que entre las alfa-
1B. El modo de mezclar estos componentes es
reras mapuches, al contrario de lo que ocurre en
por pisado pudiendo variar el soporte sobre
las aldeas alfareras del valle central, su uso es
el que se realiza: un saco o una batea de
algo más reducido en función de las característi-
madera.
cas de la arcilla (Fig. 4).
1C. En el caso del combustible, hay una gran
Otra estrategia que presenta cierta aleatoriedad y
aleatoriedad en el tipo utilizado. No obstante
se concentra sobre todo en el norte del Bío-Bío es
se ha generalizado el uso de bosta de vacuno
el ahumado de las vasijas con hojas secas y cenizas.
alternada con diferentes tipos de madera en
el norte del Bío-Bío, y la utilización hualle y
5. En la cocción (CC):
astillas de pellín9 en el territorio Mapuche.
5A. Respecto al calentamiento de las vasijas, hay
1D. La materia orgánica aplicada a la superficie
que destacar el sistema de suspensión de las
de la cerámica, una vez seca, es significati-
cerámicas dentro de una cesta que se coloca
vamente distinta entre los diferentes lugares,
sobre la hoguera, ideado en Quinchamalí en
si bien en todos los casos se trata de un com-
las últimas décadas (Fig. 5-2).
ponente líquido. Esta materia orgánica puede
ser, en el caso mapuche, sopa de locro, mote, 5B. Aunque la estructura de cocción se funda-
muday10 o leche aplicada en caliente. En el menta siempre en el mismo modelo, se han
norte del Bío-Bío se aplica en frío grasa de adoptado dos estrategias diferenciadas. En
gallina, vacuno o patata. el norte del Bío-Bío, se quema en superficie
8 Arcilla muy poco plástica con una alta concentración de gravas y arenas.
9 Arbusto nativo cuya corteza y hojas tienen propiedades curativas.
10 Bebidas de base fermentada y hervida de cereal.
11 Calabaza seca, vaciada y abierta que se utiliza para tomar infusiones medicinales o de yerba mate.
mientras que en el territorio mapuche se rea- Sin embargo, dicho proceso debe concebirse a nivel
liza en fosa. No obstante, de manera excep- social, en tanto que lo que se trasmite no es única-
cional puede haber cocciones en hoyo12 en el mente el saber hacer del maestro, sino que engloba
norte y en superficie13 en el sur (Fig. 5). En el el conocimiento tecnológico que tiene el grupo. Por
caso de las estructuras de superficie, pueden lo tanto, no se trasmite un conocimiento tecnológico
estar ubicadas en el interior de la vivienda o individual, sino el conocimiento tecnológico social
en el patio exterior. Igualmente, en las coc- e identitario. En este proceso que tiene lugar en el
ciones en fosa, se puede utilizar de forma ámbito doméstico, la transmisión de conocimientos
excepcional el fogón de la casa. técnicos se combina internamente con otros apren-
dizajes, tanto tecnológicos (conocimiento de las prác-
ticas culinarias, agricultura, recolección, etc.) como
4. ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN EL sociales, así como con los valores éticos y la cosmo-
VALLE CENTRAL visión que tiene el grupo. Es por ello que planteamos
que el aprendizaje se realiza según la tradición, como
Pasemos ahora a contextualizar la práctica técnica se hizo por generaciones, copiando gestos desde la
dentro de la esfera social del aprendizaje. infancia.
Las entrevistas realizadas entre los años 1999-2014 Desde un punto de vista estrictamente técnico, dicho
han permitido documentar, a grandes rasgos, unos proceso combina dos estrategias: un aprendizaje
procesos y estrategias de aprendizaje muy similares establecido según la dificultad que entrañan las ope-
entre las alfareras mapuches y las típicamente cam- raciones técnicas y otro fundamentado en la dificultad
pesinas chilenas. implicada en la fabricación en función del tamaño y la
forma de las piezas.
En todos los casos estudiados la transmisión del oficio
y el conocimiento de las técnicas y operaciones cerá- En este sentido, la producción de las niñas suele res-
micas son un asunto familiar, por lo que se aprende tringirse en un primer momento a la elaboración de
en la casa como parte del resto de las actividades de piezas pequeñas (juguetería y miniaturas). Al llegar
la vida cotidiana (Vidal y García Rosselló, 2010). a la adolescencia, ayudan en la producción familiar
fabricando ellas mismas las piezas o bien asistiendo
En estos contextos de producción doméstica, el cono- a la madre en algunas acciones poco especializa-
cimiento técnico se trasmite de generación en gene- das pero que requieren una importante inversión de
ración, a través de un aprendizaje dentro del grupo tiempo. Un ejemplo significativo es el del bruñido
familiar. Desde niña, la alfarera aprende a fabricar que, si bien no requiere de una alta perica técnica ni
cerámica mediante “el saber hacer” trasferido por la de una habilidad manual muy desarrollada, demanda
madre, la hermana, o una pariente cercana, que a su un tiempo considerable para su aplicación. Veamos
vez aprendieron de sus madres, y así sucesivamente estos dos tipos de aprendizaje a los que nos estamos
durante generaciones (García Rosselló, 2008, 2011; refiriendo:
Calvo y García Rosselló, 2010).
El aprendizaje según la operación técnica
Las niñas se dedican a aprender observando e imi-
tando a niñas mayores o a las mujeres adultas de su Se puede dividir en tres etapas diferentes. En los pri-
unidad doméstica en un contexto donde el control de meros años, la aprendiza acompaña a los mayores,
todo el proceso productivo está en manos de la alfa- que pueden ser hombres o mujeres, a recoger la arci-
rera de más edad (Montecino, 1986; Vidal y García lla y otras materias primas. Posteriormente ayudará a
Rosselló, 2010). Generalmente aprenden el oficio de preparar la pasta y a aportar el combustible y alimen-
sus madres por imitación, intentando reproducir lo tar el fuego durante la cocción y además de traspor-
más exactamente posible las formas cerámicas, las tar las piezas al horno. Una tercera etapa consiste en
operaciones técnicas y su gestualidad. ayudar a “acabar” las vasijas, es decir realizar los tra-
12 Valenzuela (1955).
13 Lumaco, Pillanlebún y Pilmaiquenco.
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tamientos de superficie secundarios como el bruñido Este proceso afecta a toda la producción y supone la
o la aplicación de engobe. Finalmente aprende a dar transformación de la arcilla. En el caso de la extrac-
forma a una pieza, nos referimos aquí al modelado y ción y preparación de las materias primas, la arcilla
los tratamientos de superficie primarios, todas aque- se transforma de un material en estado natural a una
llas operaciones que se realizan cuando la arcilla se mezcla de componentes sobre una base arcillosa
encuentra en estado plástico. humedecida. El resultado obtenido de cara al pro-
ceso de fabricación de una vasija no es visible por los
Proceso de aprendizaje según la forma y el tamaño miembros externos al grupo familiar. En el caso de
la cocción, la arcilla pasa de estado plástico al estado
Paralelamente, la aprendiza, sobre todo cuando es cocido transformando por completo y de forma defi-
niña, empezará a jugar con la arcilla intentando imi- nitiva sus propiedades. No obstante, los resultados
tar las formas cerámicas que fabrica la madre. Por de la cocción tales como manchas, coloración, sono-
eso, en un principio se dedica a fabricar miniaturas de ridad y textura siempre son visibles por todos los
vasijas de mayor tamaño y a inventar formas para uti- miembros del grupo.
lizar como juguetes. Así, con el tiempo, se inicia en el
modelado propiamente dicho, primeramente con pie- Para realizar estas actividades no es necesario tener
zas abiertas de perfil simple, que empezará a vender a experiencia y por tanto no es imprescindible la prác-
las personas que frecuentan el puesto de su madre en tica continuada del aprendizaje (que es una actividad
la casa, el mercado o la feria. Finalmente, modela las más de tipo cognitivo e intelectual). Por ello, es posi-
vasijas de boca cerrada y perfil sinuoso y las cerámicas ble que en estas actividades participen individuos sin
de gran tamaño. En todo este proceso, la madre dejará conocimientos previos de alfarería. Sin embargo, es
libre a la niña sin interferir en dirigir el proceso o modi- imprescindible que el proceso sea dirigido por una
ficar los errores de fabricación. Sin embargo, durante persona experimentada con el fin de controlar todo
prácticamente todo el proceso la aprendiza actúa como el proceso de transformación: en el caso de la pre-
ayudante de la maestra, en estrecho contacto con ella. paración de la pasta, a través del tacto con el fin de
conocer la textura, y en el caso de la cocción a través
de la vista para identificar el estado cocido.
5. APRENDIZAJE, INTERACCIÓN SOCIAL Y
CADENA OPERATIVA Dicha actividad se realiza en aquellos espacios de la
casa que pueden ser observados desde el exterior.
Nos centraremos ahora en discutir la marcada vin- Tanto para cocer las cerámicas como para preparar
culación que, a nuestro juicio, existe entre la esfera la pasta se utiliza el patio o un porche en verano,
social de aprendizaje y el dinamismo tecnológico. y la cocina en invierno. En este sentido se trata de
Como veremos a continuación, la mayor o menor per- espacios privados y públicos a la vez pero que pre-
meabilidad y dinamismo de los diferentes procesos y sentan una baja visualización social de la actividad
operaciones técnicas están condicionados por el pro- por parte de otros miembros de la comunidad. No
ceso de aprendizaje, que a su vez se relaciona con la obstante, la posible participación de ayudantes
visualización y socialización de algunas de las etapas externos al grupo doméstico fomenta los contactos
técnicas frente a otras más privadas. sociales dentro de la comunidad y vuelve la activi-
dad más pública.
Para ello vamos a tener en cuenta tres esferas de
interacción intra y extra tecnológica en las diferen- Es en las actividades vinculadas con la obtención de
tes etapas de la cadena operativa: interacción social las materias primas, principalmente combustible y
durante la práctica técnica, estrategia de aprendizaje arcilla, donde se dan los mayores contactos socia-
y requerimientos técnicos. les. La existencia de espacios “públicos” donde todos
los miembros de la comunidad relacionados con la
a. Preparación de la arcilla y cocción práctica alfarera acuden a obtener las materias pri-
mas facilita el establecimiento de vínculos sociales,
La preparación de la arcilla y la cocción son dos pro- la trasmisión de ideas y conocimientos y, a través de
cesos que presentan la misma práctica técnica en estos, se participa activamente de la actividad social
relación con la interacción social, la trasmisión de relacionada con la alfarería. De esta forma, las
ideas y el aprendizaje. minas de arcilla, lugar donde coinciden miembros
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átomo mínimo de la acción técnica: postura, movi- familiar; significa más bien que diferentes mujeres
mientos, colocación de las manos o herramientas. con fuertes vínculos sociales entre ellas se reúnen
Es en particular en este último caso donde encontra- para trabajar sus propias piezas en compañía de
mos cierta variabilidad que sin embargo no supone otras. Se da así un mayor contacto social que en otras
un cambio en el tipo de proceso técnico realizado. etapas fuertemente vinculadas al espacio doméstico
La sustitución de una cuchara por una concha o un como el modelado primario, aunque ese contacto
canto rodado puede ser significativamente impor- social se reduce al ámbito de la alfarería en el que no
tante desde la materialidad que identifica el arqueó- participan otros miembros de la comunidad.
logo pero es insignificante desde el punto de vista de
la operación técnica aunque dichos elementos son Es por ello que el mayor dinamismo en la cadena ope-
muy apreciados y estables en el caso del bruñido. rativa se asocia con el tratamiento final de superficie.
Estamos entonces ante una variación de tipo indivi- Es la única etapa en que existen estrategias técni-
dual que nunca tiene visibilidad más allá del espacio cas que no se encuentran totalmente generalizadas,
doméstico donde trabaja la alfarera. como se documenta en la aplicación de engobe, el
baño de materia orgánica o el ahumado. Y también
c. Tratamientos de superficie finales en las herramientas utilizadas.
La práctica técnica vinculada con el tratamiento final Se trata en este caso de procesos técnicos vinculados
de las superficies difiere significativamente de lo con el aspecto final de la vasija y con su aceptación y
expuesto para el modelado. Se trata de una actividad visualización social por parte de todo el grupo por lo
vinculada a vasijas concretas y cuyo resultado es cla- que están fuertemente condicionados por los gustos
ramente visible en el producto final. Es una práctica de productores y consumidores. Pero, además, son
que también se desarrolla por completo dentro de aquellos procesos vinculados directamente con tipos
la vivienda familiar y por tanto hay una baja visua- y vasijas concretas que pueden ser desarrollados en
lización social de la acción técnica. El proceso de grupo aunque tengan lugar en los espacios privados
aprendizaje no difiere del adoptado para el modelado vinculados con la casa.
primario en cuanto a la necesidad de adquirir hábitos
motores específicos que van mejorando por medio Un segundo nivel de dinamismo está asociado a las
de la práctica y sigue siendo un proceso fuertemente materias primas empleadas. En este caso, los com-
controlado por la maestra. Sin embargo, no requiere ponentes utilizados para aplicar un baño de materia
de la adquisición de una sólida pericia técnica; por orgánica difieren significativamente a nivel indivi-
tanto, la duración del proceso de aprendizaje es dual, sin demarcar una variabilidad vinculada con el
menor, lo que permite la ayuda externa de mujeres territorio. No obstante, al contrario de lo que ocurre
poco especializadas en las actividades alfareras pero con las herramientas utilizadas en los tratamientos
vinculadas a la misma a través de lazos familiares. de superficie primarios, las utilizadas para los trata-
mientos de superficie secundarios como el bruñido
No obstante, esa baja visualización de la acción están altamente estandarizadas. En este sentido,
técnica queda neutralizada por la alta visualización aunque las herramientas utilizadas en los tratamien-
social de los resultados obtenidos en la vasija, ya tos de superficie primarios pueden cambiar (cucha-
que estos están directamente relacionados con el ras, cantos rodados, espátulas, conchas) los cantos
aspecto final del recipiente y son visibles para el total rodados utilizados para el bruñido se mantienen
de la población: consumidores y productores. completamente estables sin verse influenciados
por estos cambios. Recordemos en este caso que
Otro factor a tener en cuenta es el aumento del con- pese a ser ambos tratamientos secundarios con un
tacto social entre las alfareras. En esta etapa de la resultado claramente visible, el baño de materia
cadena operativa no es necesaria una pericia técnica orgánica o el ahumado es una práctica más indivi-
consolidad pero debido a la gran inversión de tiempo dual desarrollada al final de la cocción en el lugar
necesaria para completar el proceso, las alfareras mismo donde se sitúa la estructura de combustión, y
pueden adoptar un trabajo más comunitario. De esta el bruñido participa de unos procesos de aprendizaje
forma se reúnen para bruñir y decorar las vasijas (Val- mucho más controlados, que en ocasiones pueden
dés y Matta, 1986). Eso no significa que el trabajo sea ser realizados de forma conjunta por alfareras per-
compartido más allá de la existencia de alguna ayuda tenecientes a unidades domésticas diferentes.
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JAUME GARCÍA ROSSELLÓ
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Resumen Abstract
Los procesos culturales, deben considerarse The cultural processes, they should be considered
como procesos formativos y educativos de largo as long-term formative and educational processes,
recorrido, cuyo desarrollo es continuado, progresivo whose development is continuous, progressive and
y cíclico. La observación, imitación, experimentación, cyclical. Observation, imitation, experimentation,
instrucción y juego se instan como mecanismos a instruction and play are called upon as mechanisms
partir de los cuales se adquiere el conocimiento y se based on which knowledge is acquired and the
desarrollan las habilidades propias de cada proceso specific skills of each productive technique are
técnico productivo. La implicación de cada uno de developed. The involvement of each of these
estos mecanismos será determinada íntegramente mechanisms is determined entirely by the social
por cada grupo social. El estudio de estos procesos group. The study of this process is the object of the
es el objeto de la siguiente reflexión. following reflection
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MARGARITA SÁNCHEZ ROMERO
Sin embargo, es importante conocer cómo son los Desde hace algunos años existen un buen número de
procesos de aprendizaje y socialización, ya que no trabajos que intentan profundizar en la identificación
sólo explican aspectos espaciales, sociales, rituales de los procesos de aprendizaje a través del registro
o económicos (Sánchez Romero et al., 2015), sino que arqueológico, tanto en lo que se refiere a la produc-
además son reflejo de las estrategias de producción ción lítica (Dawe, 1997; Finlay, 1997; Grimm, 2000;
adoptadas por el grupo, y generan una cultura mate- Högberg, 2008) como cerámica. En este último caso
rial que, a menudo, pasa totalmente desapercibida se han realizado estudios que relacionan la edad de
(Hammond y Hammond, 1981; Sofaer, 2000; Baxter, los productores y la madurez cognitiva y las habilida-
2005; Lally y Ardren, 2008). des motoras a la hora de producir formas cerámicas,
como hace Elisabeth Bagwell (2002) en su estudio de
No es intención aquí desarrollar el concepto de infan- los Pueblo o Patricia Crown (2001) con los Hokonan
cia, fenómeno complejo biológico, social y cultural con y los Mimbres del sudoeste de Estados Unidos. Para
una elevada plasticidad, definida por cada sociedad y ambas autoras, aprender a hacer cerámica requiere
relacionada con otras formas de identidad tales como ser habilidoso a la hora de realizar distintas tareas
el género o el estatus. Pero lo que podemos señalar como seleccionar la materia prima adecuada, prepa-
como común a todos los grupos humanos es la nece- rarla, dar forma a la arcilla, secarla, y terminar las
sidad de articular y organizar los procesos de socia- vasijas con o sin decoración. Cada uno de estos pasos
lización y aprendizaje de niños y niñas. En esta breve requiere unos conocimientos y habilidades determi-
reflexión, apuntaremos algunos de los estudios que nadas y no en todas las edades se tiene el desarrollo
desde la arqueología se están llevando a cabo para cognitivo y motor suficiente como para hacerlas.
poder interpretar esta cultura material e indagare-
mos algo más en la capacidad explicativa que pueden Otros estudios han utilizado las medidas de las hue-
llegar a tener los estudios etnoarqueológicos. llas dactilares y los atributos cualitativos y cuantita-
tivos de las vasijas resultantes. Es el caso de Kathe-
rine Kamp (2001) y sus trabajos sobre las poblaciones
2. ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE Sinagua del norte de Arizona. Sus resultados indican
que desde muy corta edad los niños y niñas Sinagua
El aprendizaje supone la adquisición de un conoci- comienzan a fabricar figurillas representando ani-
miento específico y el uso de determinadas tecnolo- males y pequeñas vasijas que son utilizadas como
gías que faculten a niños y niñas para realizar deter- juguetes. En este proceso de trabajo de la arcilla,
niños y niñas comprenden sus propiedades y prac- Además de estos tres tipos, deberíamos tener en
tican algunas de las técnicas usadas por los Sin- cuenta los espacios y objetos que los propios niños
agua en la manufactura cerámica. En un momento y niñas modifican durante sus juegos y actividades:
intermedio de ese proceso de aprendizaje para ser pequeñas cabañas, espacios limpios de vegetación,
un ceramista competente se producen vasijas aún de etc. Por último, y aunque sin cultura material impli-
pequeño tamaño pero que ya se pueden usar. Posi- cada deberíamos mencionar los mecanismos de
blemente y gracias a su temprano contacto con la educación que no dejan huella en el registro por ser
arcilla en los contextos de juego, algunos Sinagua de tradición oral: cuentos y mitos. Muchos de estos
podrían producir vasijas a tamaño real y perfecta- procesos son ahora mismo de difícil lectura en el
mente utilizables desde muy temprana edad. De esta registro arqueológico de las sociedades del pasado,
manera, los individuos infantiles entran en el pro- no porque no existan sino simplemente porque no
ceso de aprendizaje desde muy pequeños (entre dos les hemos prestado atención, la contrastación con
y cinco años) y por tanto su incorporación al sistema el registro etnoarqueológico es sin duda una buena
económico como artesanos competentes se produce manera de aprender a encontrarlos.
de manera precoz.
Al registro etnoarqueológico se le pueden formular
La aparición de determinadas vasijas en el registro multitud de preguntas sobre los procesos de apren-
funerario y su comparación con los espacios de vida dizaje y socialización: qué (aprenden a hacer), quien
cotidiana ha sido usada desde la arqueología para (les enseña a hacerlo y quienes lo aprenden), cuando
vincular esas producciones cerámicas en la Edad del (empiezan a aprender y cuando se les enseña), dónde
Bronce del sur de la Península ibérica a los proce- (espacios de producción, lugares especiales), cómo
sos de aprendizaje de esta tecnología por parte de (son los procesos de aprendizaje) o porqué (se pro-
individuos infantiles. Cerámicas de tosca factura, con ducen todas las contestaciones a las preguntas ante-
cocciones defectuosas y características tecnológicas riores). Una buena documentación acerca de estos
y tipológicas deficientes que aparecen depositadas mecanismos y de la cultura material que generan
como ajuares al lado de individuos infantiles desde por parte del registro etnográfico, nos proporciona-
muy corta edad, nos hablan de la posible vinculación rían hipótesis de trabajo enormemente interesantes
de estos objetos a los niños y niñas que las manufac- que podríamos utilizar para contrastar con el regis-
turaron dentro de procesos de aprendizaje (Nájera et tro arqueológico.
al., 2010; Sánchez Romero, 2008a; 2008b; Sánchez
Romero y Alarcón, 2012; Alarcón, 2015). Los trabajos de Helene Wallaert-Petre (2001) sobre
la producción cerámica de Camerún nos hablan del
Por su parte, la etnografía ha proporcionado diversos contexto social en el que se produce el aprendizaje
ejemplos para analizar estos fenómenos de juego, en cuatro grupos distintos del área de Faro: los Dii,
trabajo y aprendizaje. Uno de los más destacados sin los Duupa, los Doayo y los Fali. Los cuatro grupos
duda es la identificación de la fabricación y el uso de poseen características similares en lo que se refiere
cultura material. El trabajo de Gustavo Politis (1998) a la organización familiar y a una economía tradicio-
con las poblaciones Nukak de la Amazonía puso de nal basada en la agricultura. Sin embargo en los tres
manifiesto la capacidad de generar registro arqueo- primeros (Dii, Duupa y Doayo) las encargadas de la
lógico por parte de niños y niñas, analizando su pro- producción cerámica, que suponen menos del 15% de
ducción material. Tres tipos de objetos se pudieron la población femenina, son las mujeres e hijas de los
haber usado como juguetes; en primer lugar, aque- hombres que se dedican a la producción metalúrgica y
llos fabricados por los adultos para que los niños es una producción llena de prescripciones rituales; el
jueguen con un diseño muy específico: trompos o proceso de aprendizaje comienza entre los siete y los
columpios; en segundo lugar, aquellos objetos que nueve años y continua entre cuatro y siete años bajo
copian la forma de los adultos pero que tienen un la supervisión cercana de la madre o una persona del
tamaño menor y que son utilizados bien en funciones núcleo familiar. La finalización del proceso se produce
similares a la de los adultos, bien con fines lúdicos: con un ritual en el que la nueva ceramista es bende-
cestas, cerbatanas, arcos, flechas, etc.; y, por último, cida por sus padres delante de la comunidad y recibe
artefactos procedentes del mundo adulto, completos su propio instrumental. En el cuatro grupo, el de los
o fragmentados, que se utilizan con fines lúdicos y Fali, cualquiera puede aprender a hacer cerámica y de
que incluyen prácticamente cualquier tipo de objeto. hecho entre el 40% y el 60% de las mujeres lo hacen,
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MARGARITA SÁNCHEZ ROMERO
en este caso no tienen lugar marcadores rituales del primas utilizadas, tipos de producto final…., pero
fin del aprendizaje. Un hecho curioso en la distinta además a través del estudio etnoarqueológico pode-
concepción del aprendizaje, mucho más controlado en mos observar cómo la participación de niños y niñas
los tres primeros grupos, es que entre las ceramistas pudo extenderse también a la capacidad de decidir,
Dii, Duupa y Doayo no hay personas zurdas, cosa que al menos en parte, cómo articular estos procesos de
sí existe en los Fali. aprendizaje y transmisión de conocimiento.
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Ajuar funerario infantil, Monachil (Cerro de la Encina, Granada).
(Fuente: Pastwomen. Miguel Ángel Blanco/Grupo de investigación GEA).
2.2. VER Y USAR CERÁMICAS EN LA EDAD
DEL HIERRO: (RE)PENSANDO ECOLOGÍAS
DOMÉSTICAS Y FUNERARIAS
LOOKING AND USING POTTERIES IN THE IRON AGE: (RE)THINKING
DOMESTICS AND FUNERARIES ECOLOGIES
Resumen Abstract
La cerámica siempre se ha constituido como un Pottery has always constituted a fundamental pillar
pilar fundamental en el que poder basar narraciones on which historical narratives of our past are based.
históricas de nuestro pasado. No obstante, la However, academic tradition has given priority to
tradición académica ha centrado prioridad de its morpho-technical features, in order to establish
atención en sus rasgos morfo-técnicos, con el chronological serializations and cultural listings
objetivo de establecer seriaciones cronológicas y associated with static material assemblages. Along
listados de culturas asociadas a conjuntos materiales these lines, a change in perspective is proposed,
estancos. En estas líneas se propone un cambio de leaving behind the cold study of the piece itself,
perspectiva, dejando atrás el estudio frío de la pieza to focus on more social visions which could allow
en sí, para centrarnos en visiones más sociales que understanding the real perception of the material
permitan entender la percepción real del mundo world by the people of the Iron Age.
material por las gentes de la Edad del Hierro.
Keywords: Iron Age, Pottery Assemblages,
Palabras clave: Edad Del Hierro, Conjuntos Decorations, Visibility.
Cerámicos, Decoraciones, Visibilidad.
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GONZALO RUIZ ZAPATERO
Fig. 1. Contextos arqueológicos de la cadena operativa de las cerámicas de la Edad del Hierro y su traducción a contextos de visualización del pasado.
Fig. 2. Una aproximación teórica y contextualizada a los contenedores cerámicos desde la consideración de tipos funcionales de recipientes,
su ubicación espacial en la casa y las topografías domésticas visuales.
miento o la ocultación en un depósito, supondrían (Wells, 2012: 77-82). 3) una clasificación funcional
contextos de visualización excepcional y breve, ya de las cerámicas (almacenaje, cocina y servicio o
que pocas veces se asistiría a la contemplación de consumo), con una adscripción microtopográfica y
esas actividades. Solamente considerando cada cálculos de número de recipientes de cada clase
contexto arqueológico y las consecuencias de pen- que permita recomponer ratios relativas de cada
sar la materialidad desde esta perspectiva visual, tipo de recipiente. La estimación de duración de
es como podremos avanzar en el conocimiento de cada clase de contenedor a través de estudios etno-
aspectos relevantes. gráficos, podría ser de gran ayuda por las implica-
ciones visuales que tendría este hecho. Y por último,
Para tener una idea del potencial de este tipo de 4) un análisis semiótico de la visualización que cada
aproximación consideraré brevemente las posibili- recipiente tuvo en el interior de la vivienda mien-
dades que se derivan de un enfoque de esta natu- tras estuvo en uso. Sin duda alguna, el nivel más
raleza dentro de un contexto doméstico de utiliza- complejo y difícil, pero que una estrategia como la
ción de las cerámicas (Fig. 2). El modelo implica sugerida permitiría abordar.
considerar cuatro aspectos: 1) una división-orde-
nación espacial y funcional de la casa, por ejemplo En última instancia, una aproximación como la des-
con áreas de almacenaje, de cocina o procesado crita, supone pasar de un mero análisis espacial de
de alimentos y de consumo. 2) un reconocimiento la distribución cerámica y todos los demás equipa-
de topografías visuales de las distintas cerámicas mientos muebles de una vivienda a una auténtica
que, dentro de una aproximación fenomenológica, “ecología doméstica”, integral, una comprensión de
permite considerar las diferentes visualizaciones los espacios y los elementos culturales desde pers-
posibles de los recipientes en cada parte de la casa, pectivas fenomenológicas. Una manera de explorar
afectadas por condiciones de su ubicación perma- como se percibía el entorno doméstico y como se
nente o móvil y por las condiciones de iluminación relacionaban fisiológicamente con él. Al menos, con
interior cambiantes. En otras palabras, las cerá- el valor heurístico de (re)pensar como se organiza-
micas y sus posibles decoraciones serían vistas ron, usaron, funcionaron y percibieron los espacios
de diversas formas dentro del espacio doméstico de vida de las gentes de la Edad del Hierro, y con
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GONZALO RUIZ ZAPATERO
Fig. 3. Modelización de las microtopografías de los ajuares funerarios en las tumbas de los Bituriges (dibujo del autor sobre datos de Villard
y Coulon 1992).
ello, la situación y visualización de los contenedo- de Viriato, nos colocan claramente delante de nues-
res cerámicos para explorar nuevos aspectos desde tra ignorancia sobre comportamientos del pasado
la ubicación de las decoraciones en los recipientes que no dejan huella arqueológica (Blázquez, 2009).
al valor de las cerámicas dentro de las ecologías
domésticas. Un factor que exige mucha más inda- Todo lo anterior implica una consideración de las
gación es el de las iluminaciones de los interiores tumbas como diagramas visuales, y en consecuen-
domésticos de la Edad del Hierro, porque obvia- cia, que la visualización del aspecto y disposición
mente resulta crucial a la hora de dilucidar como de todos los elementos, justo antes del cierre, debe
se veían los equipamientos domésticos y especial- obedecer a una lógica de quienes construyen, equi-
mente las cerámicas, como se ha demostrado para pan y clausuran el enterramiento. Un lógica de la
contextos históricos (Blühm y Lippincott, 2000). que muchos aspectos se nos escapan pero si pode-
mos explorar su dimensión visual. Y con ello, inten-
Esta misma aproximación puede extenderse a los tar reconstruir los volúmenes de las piezas cerá-
contextos funerarios (Wells, 2012: 131-37). Ya que micas dentro de las tumbas y su relación con otros
la disposición final de todo el ajuar de una tumba elementos del ajuar funerario. Pero, en última ins-
siguió pautas normalizadas concretas y, de hecho, tancia, los enterramientos constituyen una repre-
antes de proceder al cierre del enterramiento la sentación visual del mundo social, de “como funcio-
visión de cómo quedaba todo el conjunto funerario nan las cosas, que sirve también para instruir a los
sería la última imagen en la retina de los familia- participantes en el sistema social en el que viven”
res y deudos y amigos que acompañaron el ritual. (Wells, 2012: 133). En definitiva, como he señalado
Esto supone reclamar el valor visual de una cere- más arriba, se trata de reclamar la dimensión y el
monia funeraria que, en sentido estricto, sólo queda valor visual de una ceremonia funeraria y la imagen
potencialmente recuperable en el registro arqueo- de la tumba a falta del último gesto funerario: su
lógico de cada tumba. La dimensión visual del con- clausura.
junto funerario es la única que nos puede permitir
acercarnos a una parte de la visualización total En algunos casos protohistóricos la disposición de
del ritual y en consecuencia imaginar, a partir de los distintos elementos de ajuar dentro de la tumba
ella, como pudieron ser otros aspectos visuales del parece que estuvo sujeta a ciertas convenciones o
ceremonial completo. Algunos textos clásicos como patrones. Así, a finales de la Edad del Hierro en el N.
la referencia de Apiano (Iberia, 75) a los funerales de la Galia, en tumbas de incineración de los Bituri-
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 85-89. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 2. ARQUEOLOGÍA-ETNOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA 89
Cerámica decorada «a peine» típica de los inicios de la Segunda Edad del Hierro en la
Meseta española, Cultura de las Cogotas-II. Se conserva en el Museo Arqueológico de
Valladolid. Foto: José-Manuel Benito Álvarez (licencia Creative Commons).
2.3. CERÁMICAS A PEINE Y EDAD DEL HIERRO:
UNA CONTRIBUCIÓN A LA ETNICIDAD PRETÉRITA
COMBED POTTERY AND IRON AGE: A CONTRIBUTION TO THE ETHNICITY
OF THE PAST
Jesús R. Álvarez-Sanchís1
Resumen Abstract
Este trabajo reflexiona sobre las relaciones entre The exploration of relationships between ethnicity
etnicidad y cultura material. Para ello se estudia la and material culture is considered in this work. The
cerámica con decoración a peine y su papel como study analyses one basic element, combed pottery,
elemento de identidad étnica entre Vettones y and shows how were probably used as marker of
Vacceos, dos de los principales pueblos prerromanos ethnic identity between the Vettones and Vaccean,
del centro y oeste de la Península Ibérica. two of the most famous prerroman people in
western-central Iberia.
Palabras clave: Identidad, Cerámica A Peine,
Meseta, Vettones, Vacceos, Edad Del Hierro. Keywords: Identity, Combed Pottery, Meseta,
Vettones, Vaccean, Iron Age.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 91-98. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 2. ARQUEOLOGÍA-ETNOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA 91
JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS
Fig. 1. La cerámica a peine y la “Cultura de Las Cogotas”. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Encarnación Cabré junto a uno de los
verracos de Las Cogotas, hacia 1927 (IPHE, Archivo Cabré, nº inv. 272); castro de Las Merchanas (fotografía de M. Gómez Moreno, 1904);
tumba 605 del cementerio de Las Cogotas, hacia 1927-1930 (IPHE, Archivo Cabré, nº inv. 335); excavaciones de la necrópolis de La Osera,
hacia 1932-1933 (IPHE, Archivo Cabré, nº inv. 3408). Centro: cerámica a peine de La Osera (Cabré et al. 1950).
La idea de que a partir del Bronce Final existen grupos suficiente entidad para acreditar lo dicho. Otro indi-
arqueológicos bien definidos en el territorio que ofre- cio en este mismo sentido sería la predilección por
cen continuidades culturales hasta la segunda Edad los temas en espiguilla y líneas de puntillado en las
del Hierro, ha constituido la base para buscar la etno- necrópolis del Alto y Medio Duero, frente a las barro-
génesis de los pueblos prerromanos (Ruíz Zapatero, cas cesterías de la Meseta occidental.
2009: 15). Y, desde luego, una contribución positiva a
la etnicidad pretérita de los pueblos prerromanos es De igual manera, un análisis de las decoraciones
el estudio de sus cerámicas. Un análisis detallado de permite descender no sólo a la atribución étnica de
las cerámicas a peine de la Edad del Hierro nos llevó la alfarería, sino incluso al carácter microlocacional
a plantear la existencia de tres tipos de categorías: de la misma. Sólo en las necrópolis vettonas de la
motivos comunes de la tradición cerámica, motivos provincia de Ávila, los cuatro motivos más abundan-
predominantes en comarcas o regiones, y motivos tes proporcionaron distintas frecuencias: temas de
exclusivos de algunos asentamientos. Muestras sig- cestería (40%), bandas en zig-zag, soles/estrellas
nificativas como las de Padilla de Duero, con más de y sogueados en el caso de Las Cogotas; sogueados
200 vasos recuperados, Las Cogotas, con cerca de 100 (60%), bandas en zig-zag, sogueado/zig-zag y ceste-
ejemplares, o la zona VI de La Osera, con más de 50, ría en La Osera; y motivos almendrados (50%), ban-
han permitido valorar que sobre la base de un peine das en zig-zag, sogueados y bandas horizontales o
sencillo, los alfareros vacceos y vettones desarrolla- verticales en El Raso. Esta flexibilidad también pudo
ron talleres muy personales. La coincidencia entre apreciarse considerando el número de púas usadas
las producciones incisas del ámbito vettón y un gusto en los peines. Los de 2 y 3 púas acaparan más de la
más acusado por las cerámicas impresas o inciso-im- mitad de la muestra en Las Cogotas. En el Raso se
presas en las comunidades vacceas y celtíberas, tiene podrían situar entre 3 y 4, mientras La Osera reclama
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 91-98. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 2. ARQUEOLOGÍA-ETNOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA 93
JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS
modelos de 4 y 5 púas. La impresión que se obtiene apuntan a las cerámicas pintadas del suroeste. (Álva-
es que existen marcadas diferencias a nivel de asen- rez-Sanchís, 2010: 307-308). Pero que podamos esta-
tamiento. Si los artesanos de estas comunidades blecer un hilo conductor en las tradiciones alfareras de
desarrollaron talleres propios, ello podría ser un las cerámicas peinadas durante la Primera Edad del
buen reflejo del deseo de estos especialistas, y de los Hierro no significa que, ya desde entonces, existieran
grupos que representan, de demostrar su identidad a los vacceos o los vettones tal y como son conceptuali-
través de símbolos visuales. zados por los escritores clásicos (Fig. 2).
Fig. 2. Cerámica con decoración a peine en contextos de la Primera Edad del Hierro (Álvarez-Sanchís 1999, modificado)
Nuestra descripción de lo que pudo acontecer entre Por el contrario, aunque con técnicas y motivos bien
el 400 y el 200 a.C. es sólo parcialmente comprensi- diferenciados, las cerámicas peinadas mantienen
ble, pero es indudable que en el transcurso de esos cierta fluidez en las regiones vaccea y vettona, y
años se detectan profundos cambios en los sistemas en menor medida arévaca, lo que podría denotar la
de asentamiento, en la industria y en las prácticas fuerza de la tradición alfarera, o bien significados afi-
funerarias. Es posible que la llegada de gentes y nue- nes en las prácticas cotidianas de estas poblaciones.
vos productos marcara el inicio de una lenta y pro- La moda que representa esta producción, ancestral
gresiva tendencia a abandonar formas de vida relati- y compartida, sugiere que las tierras del interior
vamente inmovilistas y a desarrollar nuevas formas mantuvieron una importante red de intercambios. La
de explotación de la tierra; proceso que se podría identidad de las comunidades prerromanas debería
correlacionar con la importancia que iría adquiriendo ser vista en el contexto de esa interacción. Necesita-
el armamento y ciertos accesorios de moda (fíbulas, mos entender el significado de las cerámicas deco-
broches, brazaletes, collares, vestidos) como nuevas radas que se portaban y con las que se comerciaba,
formas de identificación étnica. Los cambios en los no sólo en términos de los propósitos para las que
equipos cerámicos van en esa dirección. Las barro- fueron hechas, sino como expresiones materiales de
cas composiciones, realizadas con técnica incisa y las relaciones entre individuos y grupos.
con temas que recuerdan las labores textiles de ces-
tería, como evidencian los vasos de las necrópolis Apenas sabemos algo sobre las funciones de los
clásicas vettonas, frente a las producciones impre- vasos peinados. Pero podemos discriminar áreas
sas o inciso-impresas de la región vaccea, deben en función de los soportes utilizados. Si los cuencos
reflejar en última instancia nuevas formas de rela- abundan en el valle medio del Duero y las penilla-
ciones sociales. nuras occidentales, otro tanto cabría señalar de los
vasos en S para el área estrictamente vettona o los
Probablemente las decoraciones a peine reproducen de borde reentrante en la zona celtibérica. En todo
estampados de telas que se relacionarían con otros caso, lo que se observa es un predominio de vajillas
elementos accesorios del vestuario personal y del de formato pequeño. El aumento de recipientes de
armamento, pero sin duda la identificación de estos pequeño tamaño y su presunto uso individual ha sido
motivos revela que existió alguna forma de separa- reconocido en algunos yacimientos europeos y del
ción intencional entre grupos que antaño compartían centro de la Meseta desde fechas tempranas (Wells,
un extenso territorio. Un aspecto que me llama la 2001; Ruiz Zapatero, 2007: 55), por lo que tal vez haya
atención son las decoraciones aplicadas a objetos de que pensar que los usos culinarios y rituales fueron
bronce e hierro. Series de sogueados y zig-zags, pro- perdiendo carácter comunal y adquiriendo un prota-
pios del bagaje de las cerámicas peinadas aparecen gonismo más individual (Fig. 3).
en broches de cinturón, pomos, vainas y tahalíes de
espadas de antenas y puñales (González-Tablas et Todo lo que sabemos sobre la organización social
alii., 1991-92: 314, Fig. 4, arriba y Fig. 5, abajo; Cabré, de la época nos autoriza a pensar que la asociación
1932: Lám. LXIV y LXVII; Cabré et alii., 1950: Lám. de valores aristocráticos como la guerra, la caza y la
LXXIII y LXXIX). La convivencia de estas cerámicas bebida, era característica. Los elementos de presti-
con el vestuario y las panoplias guerreras podrían gio más frecuentes en las necrópolis son las armas,
ilustrarnos acerca de tradiciones culturales muy los objetos importados y algunas copas y recipien-
arraigadas, que comparten un mismo “lenguaje”. tes que pudieron estar destinados al consumo de
alimentos y bebidas alcohólicas. La abundancia de
Hay todavía mucho que indagar en este aspecto, por vasos a peine en la Segunda Edad del Hierro, ¿podría
ejemplo la potencial “movilidad” de las cerámicas estar reflejando el crecimiento del papel social de
peinadas (Ruiz Zapatero y Álvarez-Sanchís, 2002: los individuos? Es oportuno señalar en este punto
270-271). La concentración de estos recipientes en el destacado papel que algunos de estos recipientes
los asentamientos del valle del Duero y en los rebor- jugaron en el ritual funerario vacceo. Por ejemplo
des montañosos del suroeste de la Meseta, sugiere las tumbas 28 y 32 de Las Ruedas, datadas a finales
un intento claro de demarcación o frontera para la del s. IV y del III a.C., únicas que han proporcionado
circulación de estos productos, que apenas arriban a armamento damasquinado (puñal y espada) y cuyas
las tierras del noroeste (galaicos), del sur (carpeta- urnas cinerarias se corresponden con cuencos deco-
nos y oretanos) y del extremo occidental (lusitanos). rados a peine (Sanz Mínguez, 1998: 73-77, 85-89).
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JESÚS R. ÁLVAREZ-SANCHÍS
Fig. 3. Distribución de yacimientos con cerámicas a peine según el número de piezas y la técnica dominante (Álvarez-Sanchís 1999, modifi-
cado).
Estas cerámicas aparecen en otras tumbas, pero quem para las peinadas. No puede ponerse en duda
sólo cumplieron funciones cinerarias en los citados la asociación de estos recipientes con los primeros
casos, de manera que este elemento, con esa funcio- ajuares de guerrero (Álvarez-Sanchís, 1999: 180ss.).
nalidad concreta, fue un símbolo de jerarquía. Los vasos a peine sirvieron como ofrenda y contene-
dor de restos, pero también para marcar la posición
La relación de estos recipientes con algunas de las social del enterrado.
tumbas más suntuarias de los cementerios vettones
es también evidente. Se acompañan de espadas de A finales de la Edad del Hierro, nuevas formas de
antenas atrofiadas (tumba 63 de El Raso, 185, 200 cocción cerámica tendieron a reemplazar a las
y 338 zona VI de La Osera) y de objetos importados, fabricadas a mano de forma masiva. La proximi-
como platos de barniz negro y cerámica campa- dad del ejército romano tuvo que crear un mercado
niense (La Osera), bien fechados entre finales del inmediato; eso seguramente aportó un valor aña-
siglo IV y III a.C. (Fernández Gómez, 1986: 718-724, dido a determinados recursos y requirió el empleo
Cabré et al., 1950: 110-113, 180; Martín Valls 1986- de talleres especializados. Este fenómeno tuvo que
87: 73). Al sur del Sistema Central, vasos de este tipo tener importantes implicaciones respecto a la forma
se encuentran en algunos de los conjuntos más ricos utilizada por las comunidades indígenas para trans-
de la necrópolis de Villanueva de la Vera. La cerá- mitir información o expresar identidades. Antes de
mica a peine aparece en los túmulos y en los nive- la conquista, una parte importante de la cerámica
les más profundos de La Osera. Cuando se erige el se elaboraba a mano y se decoraba individualmente.
tercer recinto del castro, este sector del cemente- Sin embargo, con la fabricación industrial de la cerá-
rio debía de estar en desuso, por lo que la cerámica mica, la tipología y la decoración de los vasos cam-
a peine debió de ser de las primeras en usarse. La bió de manera radical. No debería entonces resultar
fecha de la construcción de la muralla, seguramente extraño que la forma de expresar identidades cam-
en la primera mitad del s. II a.C., daría una data ante biara también de registro. Nos faltan estudios en esa
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Resumen Abstract
El estudio de los contextos funerarios nos permite The study of funerary contexts allows us to build
construir categorías de identidad desde el registro categories of identity from the archaeological
arqueológico de los mimos. Se plantean tres casos, record. There are three cases, focusing on Iberian
centrados en diferentes necrópolis ibéricas de necropolis different time (Piquía, in Arjona, Jaén;
distinto tiempo (Piquía, en Arjona, Jaén; Baza en Baza in Granada and Murcia Cigarralejo), to assess
Granada y Cigarralejo en Murcia), para valorar lo que what could be different identities: power / status;
podrían ser diversas identidades: de poder/estatus; group in the family structure and gender.
de grupo en la estructura familiar y de género.
Keywords: Identity, Funerary Record, Iberian
Palabras clave: Identidad, Registro Funerario, Culture, Piquía, Baza, Cigarralejo.
Cultura Ibérica, Piquía, Baza, Cigarralejo.
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CARMEN RÍSQUEZ CUENCA
1 Cabe señalar que este trabajo se viene desarrollando por un equipo de personas, entre las que se encuentran, Arturo Ruiz Rodríguez,
Manuel Molinos Molinos, Francisco Gómez Cabeza, Miguel Ángel Lechuga y yo misma, al que se han incorporado Ricardo Olmos Romera y
Carmen Rueda Galán para el estudio de las cerámicas griegas. Por ello esta parte del trabajo que presentamos tiene que entenderse como
una autoría conjunta, como ya pusimos de manifiesto en la Mesa redonda del Congreso y no individual de quien firma el artículo.
no es única. El ejemplo más conocido sería el de la exhibe. Ambos temas vienen a complementar un ter-
tumba 127 A de la Albufereta, Alicante, donde apa- cer vaso, el de la heroización, el ingreso del héroe en
recen dos copas de figuras rojas y una tapadera de el espacio de los dioses (Fig. 1.b). Se trata sin duda
lekáne, fechadas a finales del siglo V a.n.e., junto con de una crátera que ha sido pensada para una cele-
materiales que llegan al siglo II a.n.e. Se trata de un bración ritual. Destaca por su tamaño 41cm. y posee
caso muy interesante, donde los últimos trabajos las dos caras A y B igualmente significativas. En la
proponen su uso como ustrinum principal u hoguera primera, se muestra la heroización de Heracles, un
ritual, que formaría parte de un recinto funerario de tema mitológico, en la siguiente, encontramos la
tipo familiar, en el que se manifiesta con claridad el reunión de dioses en torno al héroe, que ocupa el
interés de un linaje por transmitir diversos objetos de centro de la composición, está siendo coronado, por
gran valor de cada generación hasta que el espacio lo que ha pasado al estadío superior de dios. Cabe
quedara clausurado a inicios del siglo II a.n.e. (Verdú, destacar la presencia a la derecha de una mujer
2014)2. En el caso de la cámara de Piquía, la presen- vestida con peplo ceñido por cinturón y cubierta con
cia de este impresionante conjunto de cráteras, con velo, posiblemente Hebe. La escena, hace referencia
representaciones escogidas intencionalmente como a la figura de la esposa, que comparte así el destino
a continuación se indicará, abre el debate sobre del varón. Las otras cráteras documentadas en la
cómo llegan estos vasos a este enterramiento, o el cámara completaran el programa iconográfico. Una
papel simbólico que adquieren en este contexto. de ellas, la más pequeña de todas, narra la prepara-
ción de la novia en el gineceo (Fig. 1.c.). En el centro,
Es necesario para ello abordar las imágenes que una joven, posiblemente Helena, protagoniza el baño
muestran estas cráteras, una lectura iconográfica nupcial. La acompañan Afrodita y dos mujeres que
que se revela decisiva para entender las relaciones portan todo lo necesario para ataviarla, las joyas, la
entre estos recipientes cerámicos y su contexto de caja con los vestidos y también, el espejo en el que se
depósito. Si bien cada una de ellas presenta un tema mirará la novia. Lo interesante, sin duda, es el tipo de
iconográfico diferente, la lectura conjunta nos des- vaso en el que se representa la escena, ya que estas
cubre un singular programa perfectamente articu- escenas femeninas se suelen dar en lebetas (vasos
lado. En él, la representación heroica y los espacios, nupciales), lutróforos, píxides o hidrias (para el agua
masculino y femenino, se entrecruzan, revelándonos purificada), el que en este caso se haga sobre una
a la pareja que con el matrimonio funda una dinastía crátera, muestra su excepcionalidad, y lleva tanto
y transmite el linaje aristocrático. Todo ello se viene a Olmos como a Rueda, a plantear que se trate de
trabajando por parte de Ricardo Olmos y Carmen vasos de encargo. Son imágenes reveladoras de un
Rueda para ser incluido en la monografía final que mensaje iconográfico en relación a un rito de paso,
se está preparando sobre la intervención, y que fue el que supone dejar la juventud y prepararse para el
objeto de un primer estudio (Olmos et al., 2012). matrimonio. Así se puede entender el último vaso,
De manera detallada Olmos y Rueda (2012) nos pro- con la unión de la pareja, que completa el significado
ponen una lectura de este programa iconográfico. Se de lo que se está narrando, la unión nupcial entre
iniciaría con la crátera que tiene como argumento el Paris y Helena (Fig. 1.d), que para el ibero/a pudo ser
banquete, del que solo se conserva un fragmento. Se una idealización del matrimonio aristocrático.
nos muestra un espacio colectivo, donde tienen lugar
prácticas de comensalidad y bebida en el allende, un Se trata pues de un conjunto de materiales portado-
terreno en el que se rememoran hazañas que cuen- res de una historia, narrada a través de mitos, que
tan mitos, como el que se va a representar en otra de bien podría ser la de los antepasados de un linaje.
las cráteras, que nos muestra una escena de fiesta Quienes encargaron estas cráteras varios siglos
protagonizada por Heracles y un centauro. Posible- antes eran conocedores de mitologías y fueron los
mente una escena que describe el momento previo artífices de un programa muy particular, al encargar
del matrimonio del héroe con Hebe (Fig. 1.a). De este la representación de estos temas tan específicos.
motivo no se tienen paralelos en la Península Ibé- Con ello se pone de manifiesto, como ya señalara
rica lo que resalta aún más el programa que se nos Olmos (2007), la circulación de leyendas y divinidades
2 VERDÚ PARRA, E. (2014): La necrópolis ibérica de L’Albufereta. Ritos y usos funerarios en un contexto de interacción cultural. Tesis docto-
rales. Universidad de Alicante. www.eltallerdigital.com
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Fig. 1. Cráteras de la Cámara funeraria de la necrópolis de Piquía,
Arjona. Jaén. 1a) Heracles y un centauro; 1b) La heroización; 1c) La
preparación de la novia; 1d) la unión nupcial.
CONSTRUYENDO CATEGORIAS DE IDENTIDAD DESDE EL REGISTRO FUNERARIO
diversas del occidente mediterráneo, y como éstas supervivientes consoliden públicamente su posición
se incorporan a la propia memoria ibérica. Reme- en un intento de reafirmar en la muerte los orígenes
moración a la que quieren incorporarse quienes se ibéricos del linaje. Estamos ante un claro ejemplo
entierran en esta cámara que, abiertos a los len- de cómo se mira al pasado para crear una identidad
guajes de prestigio, buscan en esa apropiación del propia y legitimar el poder.
pasado la legitimación de su poder.
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CARMEN RÍSQUEZ CUENCA
Fig. 2. Ajuar de la Tumba 155, Dama de Baza, Necrópolis del Cerro del Santuario. Baza. Foto Museo Arqueológico Nacional.
anforoide con dos asas que arrancan desde el hom- la 155. Dos cráteras de figuras rojas contenían las
bro, que muestran igualmente decoración pintada en cenizas de dos cremaciones, acompañadas de una
varios colores. Ambos tipos parecen querer remon- importante cantidad de vasos áticos, y abundante
tarse a momentos anteriores, en cuanto a su forma metal que procede de armas, braseros y carro. En
y a la manera de incorporar las decoraciones, recor- cuanto a cerámica ibérica, hay que llamar la atención
dando el mundo orientalizante. Asimismo cabe des- sobre la presencia, en la misma, de cuatro anforoi-
tacar la disposición que estos materiales tienen en el des iguales a los de la tumba de la Dama, y coloca-
interior de la tumba. Los cuatro primeros, delante de dos en la misma posición, es decir en cada esquina
la escultura de la Dama, los segundos en cada una de del pozo. Por el contrario, aquí únicamente se colocó
las cuatro esquinas de la cámara funeraria. Todo ello un vaso de cuello acampanado, del mismo tipo que
puede corresponder a un determinado ritual, y como los anteriormente mencionados, pero sin su singular
parte del mismo podemos entender que encontre- decoración.
mos las mismas tonalidades que se han usado en el
colorido ropaje de la Dama, lo que denota la relevan- Recientemente se ha excavado una nueva cámara,
cia de los mismos. Unos vasos que además, como de grandes dimensiones, bautizada como tumba 183,
se ha podido analizar en otros contextos funerarios, con una compleja estructura más allá de lo que se
se están empezando a introducir a inicios del siglo V podría considerar como una simple tumba (Caba-
a.n.e. en enterramientos de un cierto estatus y pres- llero et al., 2013), y que muestra igualmente lo que
tigio, por el trabajo invertido en su construcción, por podría ser una amplia zona de respeto, lo que nos
los ricos ajuares depositados en su interior, o por llevaría a incluirla en ese primer nivel aristocrático.
ambos (Pereira, 2010: 140-141; 145). Se trata igualmente de una estructura singular, con
un acceso desde el exterior definido por un pasillo,
En el primer nivel aristocrático, quedaba incluida, y con restos de decoración pintada en sus paredes,
también, la tumba 176 (Ruiz et al., 1992), según Pre- que no ha presentado por el momento restos de cre-
sedo (1982), la más rica de la necrópolis con una maciones, si bien falta por comprobar la existencia
zona de respeto, sin enterramientos, al igual que de una subcámara bajo el suelo en su primer nivel
de uso. Cabe destacar que en este caso, a diferencia En relación a los vasos acampanados, no podemos
de las dos anteriores se ha documentado, tras unos olvidar que éstos tienen un especial significado en su
momentos de abandono, un nuevo uso de la cámara, simbología, al haberles dado ese tratamiento espe-
enterrando sucesivamente individuos infantiles con cial en su decoración, vinculándolos directamente
ritual de inhumación (Caballero et al., 2013: 129). con la propia Dama en la aplicación de un mismo
Entre los materiales, del primer momento, subraya- colorido. También su número, cuatro, en esta tumba,
mos la presencia de dos nuevos ejemplares de anfo- los singulariza, de ahí que este tipo de recipiente
roides, con similares características a los localiza- pudiera ser uno de esos marcadores de identidad,
dos en las sepulturas 155 y 176, y de tres recipientes haciendo pertinente buscar su distribución en el
de cuello acampanado, en los que no se observan espacio de la necrópolis.
restos de decoración.
Para ello iniciamos un estudio de comparación de
Si partimos del hecho de que la cultura material este tipo cerámico, que se ha realizado siguiendo
puede actuar como un indicador en los procesos de distintas técnicas para cotejar las formas y sus perfi-
creación de identidades y que determinados objetos les cerámicos, metodología que venimos trabajando
pueden ser pensados como símbolos que se utilicen desde el proyecto CATA3. En este caso se aplicaron
por un grupo para comunicar un significado, no cabe tres técnicas, para la generación de coeficientes, con
duda que estos tipos cerámicos, que estamos desta- el fin de poder compararlos. En la primera, el con-
cando, pueden tener un papel importante en la arti- torno es submuestreado en n-puntos y se compara
culación del linaje que se entierra en esta necrópolis. con un patrón concreto e igual para todo el conjunto.
Con el perfil superpuesto en el patrón, también sub-
Por lo que respecta a los anforoides con decoración muestreado en el mismo número de nodos, se rea-
sobrepintada, éstos únicamente se documentan en liza una correspondencia entre los de cada uno. Con
estas tres tumbas de la necrópolis, y en cantidades los nodos de cada elemento enlazados ya se puede
similares (cuatro en la 155 y 176 y dos en la 183), lo determinar la energía que es necesaria aplicar al
que estaría en relación con ese primer rango aristo- perfil para que sea obtenido el patrón mediante la
crático, y probablemente con un interés en marcar deformación del primero (Fig. 3.a). En el segundo, el
su vinculación a los antepasados del linaje. método de morfología matemática, los coeficientes
3a 3b
3c
Fig. 3. Técnicas utilizadas en la comparación de perfiles cerámicos: 3a) Aplicación de la técnica de la Morfología matemática; 3b) Aplicación
de la técnica de la Curva Simplificada; 3c) Aplicación de la técnica de Espectro de Deformación.
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CARMEN RÍSQUEZ CUENCA
son extraídos mediante la comparación del perfil ori- pudieran comportarse de igual forma y mostrarnos
ginal y el perfil una vez se le ha aplicado algún ope- la estructura del grupo clientelar que habíamos
rador morfológico (erosión, cierre, apertura o dilata- planteado en nuestros trabajos (Ruiz et al., 1992;
ción), con un elemento estructural concreto (Fig. 3.b). Rísquez et al., 2010). Centramos nuestra atención
En el tercero, para la transformación y submuestreo, en una forma numerosa en la necrópolis, como son
lo que se hace es obtener de nuevo el contorno de un los Kalathos, en los que advertimos un reparto cla-
perfil. Sobre éste se buscan los extremos superior e ramente distinto al anterior (Fig. 5). Se perciben dos
inferior, y se desprecia la parte de contorno que no conjuntos, que se sitúan, a ambos lados del grupo
queda entre dichos puntos (Fig. 3.c). representado por los vasos acampanados. No esta-
ríamos pues ante una relación directa de parentesco,
Una vez se crearon los coeficientes la clasificación sino ante una relación clientelar, que leemos en
fue automática, consiguiendo así todos los recipien- ese segundo nivel aristocrático (representado por
tes susceptibles de ser incluidos en el mismo tipo. las cabezas del grupo clientelar), con enterramien-
Descartamos igualmente que se tratara de un tema tos múltiples, presencia de crátera griega y brasero
cronológico, en el que éstas pudieran representar (Ruiz et al., 1992). Esta situación nos brinda la opor-
a las formas más antiguas, puesto que las crono- tunidad de establecer nuevos marcadores, que nos
logías para los distintos enterramientos, matizadas permitan valorar otras posibles distribuciones de
en otros trabajos, mostraban que no era así (López y materiales, en las que no entraremos en este tra-
Adroher, 1992). bajo, que nos lleven a reconocer las relaciones con
las que se va construyendo el linaje gentilicio.
Este tipo de recipiente, como ya hemos señalado, apa-
rece igualmente en la tumba 176, un ejemplar, y tres
ejemplares en la 183, si bien, no presentan la singular 4. IDENTIDADES DE GÉNERO
decoración de las anteriores. En este caso estamos
ante enterramientos pertenecientes al primer nivel Estudiar los roles de género, en el ámbito del ritual,
aristocrático, como se ha sugerido, para los que plan- permite profundizar más en el conocimiento del
teamos una relación de parentesco con la tumba 155. orden simbólico subyacente en aquellos ritos que
afectan directamente a las relaciones de género.
Observando la distribución de estos vasos en el resto El espacio funerario puede ser un marco apropiado
de la necrópolis (Fig. 4), se advierte, en primer lugar, para examinar cuáles pueden ser los marcadores
que las tumbas que presentan este tipo de vaso, a sociales, si los hay, que el grupo ha seleccionado
excepción de las anteriores, son aquellas que lo con- para construir la identidad femenina.
tienen como urna cineraria, presentando un ajuar muy
básico a diferencia de las ya expuestas. Por otra parte, Nos basamos, para ello, en los trabajos realizados
su disposición en el espacio funerario queda bastante sobre la necrópolis de El Cigarralejo, Mula (Mur-
restringida a una zona relacionada básicamente con cia), (Rísquez y García Luque, 2008; Rísquez y Gar-
un posible ámbito de influencia de la sepultura de la cía Luque, 2012), al contar ésta con un importante
Dama. Este hecho nos lleva a platear la hipótesis de número de estudios osteológicos, que permiten
que estamos ante un grupo que mantiene, a través de sexuar algunas tumbas, siendo además una de las
este recipiente, su identidad dentro del grupo paren- necrópolis ibéricas estudiadas que destaca por el
tal directo con respecto a la mujer enterrada en la alto porcentaje de enterramientos femeninos iden-
tumba 155, a la que estarían unidos por lazos de con- tificados, un 40’62%, frente al 36’97% masculinos.
sanguineidad, donde la importancia y la relación les Nuestro objetivo en este caso fue indagar qué atribu-
viene dada, también, por el espacio que ocupan en la tos podían conferir la identidad de género a las muje-
necrópolis. El grupo parental directo se auto-recono- res, e intentar así comprender su participación en los
cería, y a su vez es reconocido por el resto del linaje, procesos sociales y económicos de su grupo.
por la posesión de este tipo de recipiente.
La necrópolis abarca una amplia cronología entre
El hecho de que un vaso concreto se utilizara como el siglo IV a.n.e. y el siglo I a.n.e., ocupando unos
urna cineraria de un grupo de personas determi- 2000 m2, acotados por barreras naturales, lo que ha
nado, nos abría la posibilidad de examinar si había motivado una gran superposición de enterramientos.
otros tipos cerámicos claramente reconocibles, que Sin embargo, nos hemos centrado únicamente en el
Fig. 4. Distribución espacial de los Vasos de cuello acampanado, necrópolis del Cerro del Santuario, Baza.
Fig. 5. Distribución espacial de los Kalathos, necrópolis del Cerro del Santuario, Baza.
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CARMEN RÍSQUEZ CUENCA
siglo IV a.n.e., ya que es en ese momento en el que mismo tiempo tanto el tipo de enterramiento como
van a cobrar importancia algunos enterramientos su ubicación espacial en la necrópolis. Un trabajo
femeninos, lo que nos llevaba a plantear como las detallado de todos estos aspectos (Rísquez y Gar-
mujeres asumían funciones específicas en el control cía Luque, 2012), nos permitió establecer como la
de la estructura familiar, que no sólo se restringen asociación que se daba entre las plaquitas de hueso
a pactos matrimoniales, sino que, como reflejan sus decoradas, denominadas tensadores y las fusayolas,
ajuares también ellas son importantes receptoras constituiría un símbolo claro de identidad femenina
de bienes de lujo al igual que productoras de deter- en esta necrópolis, enmarcándonos a un grupo de
minados bienes (Rísquez y García Luque, 2008: 155). mujeres de alto estatus (que podría tener su equi-
Cobran así importancia toda una serie de objetos, valente masculino en la asociación falcata, lanza,
como en el caso de la tumba 200, que se vincularían escudo). Unos objetos que, aunque no dejan de tener
con la persona allí enterrada y que podríamos rela- un valor simbólico al depositarse en un enterra-
cionar con la construcción social de su identidad de miento, nos remarcan al mismo tiempo la importan-
género, elementos asociados al cuidado personal, cia que una actividad como la textil va a tener en el
cuidado del cuerpo, a la actividad textil o al ámbito ámbito de la producción de este tipo de bienes. Un
doméstico como símbolo del hogar y de la familia. proceso económico, que en estos momentos empieza
a adquirir una cierta especialización ocupacional y,
A partir pues de las tumbas identificadas osteológi- que otorgaba poder y una posición social destacada.
camente, tanto las femeninas como las masculinas, A éstas se podrían unir, en un segundo nivel, las aso-
se analizaron aquellas asociaciones recurrentes ciaciones con agujas y agujones de hueso, junto con
ajuar/sexo que nos permitían valorar las atribucio- la presencia de cuentas de collar, sobre todo de pasta
nes que el grupo social adjudica a cada género, para vítrea, a las que se suman las cajitas de madera, y los
poder identificar que ítems son los que podrían con- vasos de tocador, elementos vinculados al ámbito del
ferir identidad de género a las mujeres, valorando al embellecimiento y al cuidado del cuerpo (Fig. 6).
En contraste con este hecho, en las tumbas identi- PRESEDO VELO, F. J. (1982): La necrópolis de Baza.
ficadas osteológicamente como masculinas, no se Excavaciones Arqueológicas en España 119.
Madrid.
produce la asociación plaquita de hueso/fusayola, lo
que incide, en que estaríamos ante unos objetos que RÍSQUEZ C. y GARCÍA LUQUE Mª. A. (2007): “Muje-
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tura desde la muerte”, Complutum 18, Madrid,
pp. 263-270.
En los tres casos que hemos presentado muy bre-
RISQUEZ, C. y GARCÍA LUQUE, Mª. A. (2008):
vemente, consideramos la cultura material como un
“¿Actividades de mantenimiento en el registro
componente activo en la construcción de identida- funerario? El caso de las necrópolis iberas”
des, que hay que entender en el seno de las prácti- Interpreting household practises: reflections
cas sociales que desarrollan cada uno de los grupos on the social and cultural roles of maintenance
estudiados, analizándolas como procesos dinámicos. activities, (González Marcen, P. Masvidal C.;
Montón, S. y Picazo, M. eds.), Treballs D´Arqueo-
logia 13, Barcelona, pp. 147-173.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 101-111. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 2. ARQUEOLOGÍA-ETNOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA 111
3. ALGO MÁS QUE GALBOS
Y CACHARROS. APROXIMACIONES
DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO
Juan Jesús Padilla Fernández y Eva Alarcón García
David Javaloyas Molina1, Daniel Albero Santacreu1, Jaime García Roselló1 y Manuel Calvo Trías1
Resumen Abstract
Este artículo aborda la relación existente This paper deals with the prevailing relationship
entre las tradiciones técnicas cerámicas y su between technical pottery traditions and their
grado de variabilidad. Para ello, se analizan las degree of variability. In order to do it, we will carry
cadenas operativas de fabricación de diferentes out the analyse of the operative production chains of
poblaciones alfareras adscritas al grupo different pottery societies affiliated to the ethno-
etnolingüísticokonkomba situadas entre las linguistic group Konkomba, located between the
cuencas del río Volta Blanco y el río Oti (noreste basins of the Black Volta River and the Oti River
de Ghana). En estas comunidades, las cadenas (north-eastern Ghana). In these communities,
operativas resultan muy homogéneas entre las operative chains among different localities and
diferentes localidades y alfareras, observándose pottery workshops are very homogeneous, so
la puesta en práctica de unos mismos procesos that we could observe the enactment of the same
técnicos en la preparación de las materias primas, technical processes in the preparation of raw
las operaciones de modelado y las estrategias de materials, in modelling manoeuvres and firing
cocción. El alto grado de homogeneidad tecnológica strategies. The high degree of technological
constatadoen el proceso de fabricación se relaciona homogeneity observed in the manufacturing
condeterminadas estrategias de trasmisión de process is related to particular strategies of
conocimiento y aprendizaje, así como con ciertas knowledge transmission and learning, as well as
dinámicas sociales propias de estas comunidades. to certain characteristics of these communities’
En un contexto caracterizado por un hábitat disperso social dynamics. In a context characterized by a
y un sistema matrimonial poligínico patrilocal, tanto disseminated habitat and a patrilocalpolygynous
la transmisión de conocimientos que se produce matrimonial system, both knowledge transmissions
entre madres e hijas, como el constante movimiento that occurs between mothers and daughters, and
en el territorio de las mujeres al convertirse en the constant movement in the territory of women as
esposas y aprendices de ceramista, constituyen they become wives and potter’s apprentices, are the
ejes fundamentales para explicar la homogeneidad main keys to explain the homogeneity documented
documentada en los procesos tecnológicos. in the technological processes.
1 Grupo de Investigación Arqueouib, Departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes, Universitat de les Illes Balears, Campus UIB,
Ctra. Valldemossa km 7.5, s/n, 07122, Palma de Mallorca, Islas Baleares CNRS, Aix-Marseille Université. [ d.albero@uib.es ] ; [ mct336@uib.es ] ;
[ david.javaloyas@uib.es ] ; [ jaume.garcia@uib.es ]
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
1 DAWSON, A. C. (2000): Becoming Konkomba: Recent Transformations in a Gur Society of Northern Ghana. Unpublished thesis. Department
of Anthropology University of Calgary. Alberta.
A C
trabajo asociativo entre diferentes mujeres que per- que fabricaban las alfareras konkomba a principios
tenecen a una misma unidad familiar. Igualmente, el de siglo XX (especialmente cerámica de cocina y
trabajo también suele ser de tipo asociativo cuando vasijas para el transporte de líquidos)habrían sido
una alfarera tiene aprendices a su cargo.La produc- abandonados. Pese a ello, la producción de cerá-
ción de cerámica es estacional y se realiza durante mica konkomba engloba un amplio número de for-
la estación seca, ya que en la época de lluvias toda la mas asociadas con múltiples funciones, pudiéndose
familia se dedica a tareas agrícolas. El lugar de tra- destacar tres tipos principales de piezas (Lám.1): A)
bajo es siempre la vivienda y la actividad se realiza en Cuencos hemisféricos, decorados o lisos cuya fun-
el patio comunitario, si bien cada alfarera tiene espa- ción se relaciona con el menaje y el consumo de ali-
cios de trabajo específicos en sus propias habitacio- mentos en el caso de los de menor tamaño y con la
nes, por lo que no es posible asimilar directamente manipulación, trasporte y procesado de alimentos y
unidad productiva de cerámica a unidad familiar y líquidos los de mayor tamaño. B) Ollas globulares
residencial.La producción de cerámica permite a las mayoritariamente decoradas cuyas dimensiones,
mujeres obtener ingresos a través de la venta e inter- perfily cuello pueden variar significativamente pero
cambio de sus productos en los mercados locales, que se destinan siempre a contener sustancias sóli-
pero sobre todo, mediante la venta directa a mujeres das y líquidas que deben ser trasportadas constante-
del propio poblado o de los poblados cercanos. mente dentro de la casa. Algunas de estas ollas glo-
bulares, especialmente las de menor tamaño están
Según los estudios realizados sobre la cerámica vinculadas también con altares rituales destinados
de los grupos konkomba de Togo (Froelich, 1949), al culto a los ancestros. En este caso,las cerámicas
parece ser que con la introducción de contenedo- contienen líquidos, cenizas o restos de animales que
res metálicos y de plástico algunos tipos cerámicos representan el espíritu del difunto y se usan en com-
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
binación con cuencos hemisféricos que son utilizados posibilita realizar una interpretación social de los
como tapadoras sobre los que se realizan ofrendas. datos tecnológicos (Calvo y García Rosselló,2012).
C) Grandes contenedores globulares de tendencia Dentro de la cadena operativa se ha prestado especial
toneliforme que pueden estarintensamente decora- atención a las fases de obtención y preparación de las
dos cuando forman parte del ajuar de la mujer y se materias primas, el modelado de las vasijas y la coc-
relacionan con el almacenamiento de productos sóli- ción de las piezas. En cualquier caso, también se han
dos, como grano. Este tipo de vasijas también se des- registrado las herramientas, los materiales y los ges-
tinan al almacenaje de sustancias líquidas, básica- tos técnicos implicados en cada una de las fases del
mente agua y cerveza de mijo, estando ausentes las proceso de fabricación, incluyendo la identificación de
decoraciones en las piezas destinadas a esta función. los patrones decorativos.Estasestrategias de registro
se han complementado con la realización de entre-
vistas semi-estructuradas y abiertas a las alfareras.
3. METODOLOGÍA
Finalmente, se ha documentado el contexto y los
El análisis de los procesos de fabricaciónde cerámi- lugares de producción a través del concepto de
caen las comunidades konkomba estudiadas se ha estrategia productiva (García Rosselló, 2008). De este
centrado en la definición de las cadenas operativas modo, además de registrar los sistemas de fabrica-
(Calvo et al., 2004; García Rosselló 2008) asociadas a ción, la forma y función de las vasijas, se ha hecho
los distintos tipos cerámicos fabricados por cadauno referencia a otros aspectos relacionados con la pro-
de los individuos y unidades productivas. Esta herra- ducción: formas de organización del trabajo, control
mienta metodológica permite organizar las acciones de la producción, procesos de sociabilización, trans-
técnicas en secuencias que luego pueden ser com- misión de conocimientos y aprendizaje, base sub-
paradas (García Rosselló y Calvo, 2013), a la vez que sistencial del grupo, presencia de infraestructuras
necesarias para desarrollar la producción y análisis tan diferencias, las variaciones deben vincularse con
del espacio de trabajo. Además de estos aspectos, se necesidades del proceso de fabricación determinadas
han identificado los sistemas de intercambio de los por la propia forma de la vasija. Es decir, las operacio-
productos fabricados por las alfareras y los lugares nes técnicas que realiza una misma alfarera pueden
de distribución (Calvo et al., 2011, 2013). variar según se fabriquen cuencos hemisféricos, ollas
globulares o grandes contenedores toneliformes, ya
A partir de los criterios, conceptos y métodos expues- queel tamaño de las piezas condiciona, por ejemplo,
tos se han estudiado cinco poblaciones alfareras de el número de colombinos utilizados y el desarrollo de
la etnia konkomba ubicadas en la zona situada al ciertos gestos técnicos (pe. procesos de doblado del
norte de su territorio originario, en la cuenca alta borde). En definitiva, las variaciones documentadas no
del Oti, en distritos controlados políticamente por pueden considerarse como estrategias técnicas dife-
los gruposmamprusi. Dicho territorio quedaría deli- renciadas, más allá de la forma que desea fabricar la
mitado por el Volta Blanco y la cuenca del río Pem- alfarera. Teniendo esto en cuenta, cabe considerar que
bik. Tres de estas poblaciones alfareras (Nasia- estas variaciones deben relacionarse exclusivamente
Tambi, Nabal y Pibuni) están situadas en el distrito con modificaciones parciales que no implican trasfor-
de Bunkpurugu-Yunyooy dos (Tamanku y Kumbuan) maciones profundas de las cadenas operativas utiliza-
ubicadas en el distrito East Mamprusi (Fig. 1). Se han das. Es decir, no conllevan modificaciones sustanciales
entrevistado a 14 alfareras de las que se harealizado en la finalidad técnica del proceso realizado y se aso-
un análisis pormenorizado de las cadenas operati- cian con un uso oportunista de ciertas herramientas
vas ejecutadas. A su vez, se han realizado entrevis- y materias primas por parte de las alfareras ante una
tas semi-dirigidas a 28 alfareras más en relación a nueva realidad social (Calvo y García Rosselló, 2012).
la tecnología cerámica empleada. De manera com-
plementaria,se han estudiado los contextos de uso
y distribución de las vasijas. Con el fin de obtener 4.1. FASE DE OBTENCIÓN Y PREPARACIÓN DE LA
una perspectiva más amplia, además de a las pro- ARCILLA
pias alfareras, se han analizadodiversas viviendas
de mujeres konkomba no dedicadas a la producción Las alfareras konkomba obtienen normalmente la
cerámica. Por otra parte, se han visitado 14 merca- arcilla de depósitos sedimentarios cercanos a cur-
dos y se han entrevistado más de veinte vendedoras, sos de agua, siendo las vetas compartidas por todas
tanto de la etnia konkomba como kusasi, b’moba, las alfareras de un mismo poblado. Con el tiempo, la
mamprusi, dagomba, busanga y mossi. En total, se extracción de la materia prima da lugar a la formación
han estudiado y reconstruido los sistemas de fabri- de minas de arcilla que se extienden en superficie y
cación y los procesos de aprendizaje de 42 alfareras llegan a tener una profundidad de 0,5 m. La distancia
konkomba procedentes de cinco aldeas diferentes. existente entrelas fuentes de arcilla y el poblado varía
desde los 100-300 m hasta los 5 km. Cada alfarera
transporta la arcilla de forma individual, determinando
4. CARACTERIZACIÓN DE LA CADENA la cercanía del poblado a la mina de arcilla la frecuen-
OPERATIVA KONKOMBA cia con la que se explotan las vetas. De esta forma,la
arcilla se recoge varias veces al día en NasiaTambi y
El análisis de las cadenas operativas de producción de de forma más esporádica en los casos de Tamanku
cerámica konkomba ha evidenciado una clara unifor- o Kumbuam. No se almacenan grandes cantidades
midad en los sistemas de fabricación, tanto en lo que de arcilla más allá de las necesidades inmediatas de
se refiere a los tipos manufacturados como a los ges- fabricación y la materia prima se deja secar entre 12 y
tos técnicos, las posturas y los movimientos realizados 24 horas antes de ser humedecida dentro de una cerá-
por alfareras de distintos núcleos de población. Única- mica donde se deja reposar uno o dos días. La arci-
mente se han documentado variaciones significativas lla se mezcla con chamota,aprovechando cerámicas
en las herramientas utilizadas en los tratamientos de que se han fracturado por el uso o durante la cocción,
superficie primarios y secundarios, así como en los en una proporción inferior al 10% que es triturada y
materiales utilizados, tanto en lo que se refiere a las molida con molinos de mano (letambaga) (Lám. 2a).
decoraciones como los tratamientos finales (Tab.1). La pasta resultante (tetam) se utiliza para confeccio-
Si bien algunas fases de la cadena operativa,como el nar vasijas de todos los tipos, independientemente de
modelado primario del cuerpo y de la bocapresen- su tamaño, forma y función.
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
Tratamiento Pintado negro Pintado negro Pintado negro Pintado negro Pintado negro
decorativo C acanaladuras acanaladuras acanaladuras acanaladuras acanaladuras
Pluma Punta
Herramientas Punta metálica Pluma Pluma Pluma
metálica
Cenizas trituradas
Liquido batería Cenizas de bostas Cenizas de bostas
mezcladas con
Tratamientos Cenizas de duar de ovicápridos de ovicrápicos
Material Liquido batería jugo de corteza de
decorativos mezcladas con trituradas con jugo trituradas con jugo
Jiapogo y dawa-
post-cocción jugo de dawadawa dawadawa dawadawa
dawa hervido
Tratamiento final Baño materia Baño materia
- - -
de superficie A orgánica orgánica
Material - - - Jugo dawadawa Jugo dawadawa
Herramientas - - - Trozo de tela Trozo de tela
Tratamiento final
- - - Abrillantado Abrillantado
de superficie B
Tab. 1. Síntesis de gestos técnicos y herramientas implicadas en la producción de cerámica en cinco poblados konkomba.
4.2. FASE EN QUE LA ARCILLA ESTÁ EN ESTADO y solapados entre sí (Lám. 2d). Estos colombinos
PLÁSTICO: MODELADO Y TRATAMIENTOS DE forman una única línea en el caso de los cuencos,
SUPERFICIE PRIMARIOS entre cuatro y seis líneas enlas ollas globulares y
aumentan en la fabricación de los grandes toneles.
Cuando la pasta está preparada y se encuentra en En esta operación, la alfarera, con una postura com-
estado plástico se inicia la fase de modelado. Como pletamente erguida y doblando su cuerpo, va rotando
se ha señalado anteriormente, en esta fase se pueden sobre la vasija añadiendo y solapando colombinos
establecer tres sistemas distintos de montaje depen- hasta conseguir una vasija con la altura deseada.A
diendo de la forma de la vasija que se pretende fabri- medida que va construyendo las diferentes líneas de
car. La confección de la pieza se inicia conel modelado colombinos se realiza un alisado exterior del cuerpo,
de la base que se realiza utilizando una vasija colo- humedeciendo las mismas herramientas semirrígi-
cada en posición invertida a modo de molde convexo das utilizadas en el alisado de la base. Este proceso
que puede variar según el tamaño de pieza que se se repite en toda la superficie exterior una vez que la
desea fabricar. En esta parte del proceso, las alfare- confección del cuerpo ha finalizado.
ras adoptan una posición erguida y doblada sobre las
piernas (Lám. 2b). De esta forma, la arcilla se estira y La última fase del proceso de modelado consiste en
golpea con un canto de río con la cara plana (lianma- la confección de la boca de la vasija (Lám. 2e), cuya
tatia) hasta formar un disco plano sobre el suelo (Lám. ejecución varía en función de si la vasija presenta una
2b) que luego se coloca sobre el molde (kutchulo) para boca divergente curvada o recta. Antes de la colo-
volver a ser golpeado y adelgazado (Lám. 2c). Poste- cación, aplicación y ensamblaje de los colombinos
riormente, se inicia el tratamiento de la superficie que forman la boca de la vasija la alfarera realiza un
exterior de la base que la alfarera realiza en posición pellizcado y recortado de la última línea de colombi-
erguida y rotando alrededor del molde, humedecien- nos con el fin de conseguir una clara horizontalidad de
doel canto rodado y alisando la superficie exterior. A lo que será el punto de inflexión y el inicio del cuello
continuación, se realiza un alisado-arrastrado con un de la vasija. Se realiza en este momento un alisado del
trozo de goma semirrígido (lupangapogar) o de plástico cuello mediante el desplazamiento de los dedos índice
(kusakang) o un fragmento de calabaza (kasenkang) y pulgar humedecidos con agua por la parte superior
y se recorta la arcilla sobrante a la altura del punto del último colombino. A continuación, se estira y dobla
de inflexión. En esta fase se utilizan diferentes herra- arrastrando la arcilla de la superficie interior hacia
mientas para recortar la masa de arcilla: cuchillos de arriba mediante movimientos de vaivén con trozos
hierro, plásticos rígidos y punzones de hierro dobla- de goma semirrígida o vainas (lankuok) de kupajuik.
dos (pikbaj). Finalmente, la base hemisférica obtenida Con esta operación se cambia el punto de inflexión
se separa del molde yla alfarerase sienta con las pier- del cuello y se obtiene una pequeña superficie sobre
nas alargadas y coloca la cerámicasobre sus piernas la que asentar los colombinos que forman la boca.
o en un costado,con el objetivo de realizar un alisado y Éstos se aplican en cabalgadura alterna y de forma
arrastrado de la superficie interna utilizando la misma solapada. En este momento la circunferencia de la
herramienta empleada para tratar la superficie exte- vasija se cubre con un único colombino que se aplana
rior. Tras una o dos horas de secado, la alfarera rea- y estira. Una vez conseguido el último anillo que forma
liza un raspado de la superficie interior con la inten- la boca de la vasija se estiran las paredes mediante
ción de eliminar la arcilla sobrante y conseguir una un arrastrado realizado con las herramientas antes
forma interior marcadamente cóncava y regular. Para mencionadas mientras se va rotandoalrededor de la
ello,se pueden utilizarherramientas como anillasde vasija en las piezas grandes o bien con una vasija rota
hierro (kukuakuaro) y ganchos de hierro (kuchu) fabri- en el caso de las piezas de pequeño tamaño. A la vez
cados específicamente por los herreros para hacer que se van estirando las paredes éstas se pueden ir
esta actividad, así comoconchas de río (droparak). presionando hacia el exterior, doblándolas con el
objetivo de conseguir un cuello y una boca divergente
La siguiente fase de la cadena operativa consiste curvada. Finalmente, se realizan tres tipos de alisado
en la confección del cuerpo de la vasija que se rea- con el fin de dar la forma final al borde y al labio de
liza mediante un proceso de urdido con colombinos la pieza. El primero se realiza humedeciendo ligera-
aplicados en cabalgadura alterna, ensamblados por mente la arcilla con los dedos índice y pulgar, reali-
aplastado y estirado, con juntas unidas por arras- zando movimientos de vaivén que permiten conseguir
trado y colocados formando anillos horizontales un labio horizontal y plano a medida que se va rotando
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Lám. 2a
A B
D E
G H
I
DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
la vasija. El segundo consiste en pasar las diferentes ejerce la alfarera más experimentada. Las cocciones
herramientas utilizadas previamente en el alisado por documentadas siguen el mismo patrón en las dife-
la superficie interior y exterior de la boca añadiendo rentes poblaciones. Las principales variaciones en
agua constantemente (Lám. 2f). El tercer alisadocon- las estrategias de cocción las documentamos para
siste en realizar movimientos de vaivén en el labio con el caso de los cuencos hemiesféricos, pues la super-
una hoja (kimbao) de kesu humedecida mientras la ficie interior de algunas de estas piezas decoradas
alfarera va rotando la vasija. es sometida a un ahumado que proporciona super-
ficies internascon una coloración negra y un aspecto
brillante. Este ahumado se realiza con una pequeña
4.3. FASE EN QUE LA ARCILLA ESTÁ EN ESTADO DE estructura de combustión confeccionada a base de
TEXTURA DE CUERO: TRATAMIENTOS DE SUPERFI- excrementos de ovicápridos que queda cubierta por
CIE SECUNDARIOS Y DECORATIVOS el cuenco colocado en posición invertida, cuya boca
se sella con tierra en los puntos de contacto con el
Cuando la arcilla está en textura de cuero se inician los suelo con el objetivo de evitar la entrada de aire y
tratamientos de superficie secundarios, que se aplican favorecer la creación de una atmósfera reductora.
a todas las vasijas que van a ser decoradas, indepen-
dientemente de la forma. En el caso de las vasijas que Al margen de este proceso, todas las vasijas son
no presentan decoración tan sólo se aplican algunos- sometidas al mismo tipo de cocción. La cocción se
tratamientos finales de superficie, dándose con ello realiza en una estructura de combustión de super-
por finalizada la confección de la forma y la superfi- ficie (si bien la constante limpieza de las cenizas
cie de la vasija. Los procesos que componen estos puede llegar a generar un pequeño hoyo), abierta
tratamientos pueden ser divididos en tratamientos y oxidante en la que las piezas, el combustible y el
de superficie y tratamientos decorativos. Por un lado, comburente están en contacto en una sola cámara
los tratamientos finales de superficie tienen el obje- (Lám. 2h). En primer lugar, se coloca una base de
tivo de mejorar la calidad y el aspecto de la superficie, ramas quemadas dentro del hoyo y sobre ella las
además de mejorar el aspecto estético de la vasija, vasijas, primero las más grandes y después alrede-
pudiendo variar de un poblado a otro. Mientras las dor y encima las más pequeñas, evitando el contacto
alfareras de Tamanku, Kumbuam y Pibuni aplican una entre las vasijas y la leña mediante la colocación de
capa de engobe con la mano por toda la superficie visi- terrones de arcilla. A continuación, se añaden más
ble (superficie exterior y borde interior), las alfareras troncos quemados sobre las cerámicas y se cubre
de Nabal y de NasiaTambi aplican una capa de materia completamente toda la estructura con paja de mijo,
orgánica una vez la pieza ya está cocida. Después de sorgo o arroz, siendo este último combustible el más
unos minutos de secado las alfareras bruñen la super- apreciado. El horno se alimenta durante la cocción,
ficie de las piezas (Lám. 2f) y homogenizan el engobe añadiéndose más paja. Se ha registrado el compor-
con un canto rodado humedecido. Por otro lado, los- tamiento termométrico de dos estructuras de com-
tratamientos decorativos están destinados a enfati- bustión, una de Nabal (Fig. 2) y otra deNasiaTambi
zar la visualización final de la vasija. Éstos consisten (Calvo et al., 2013), que muestran unascurvas de
básicamente en impresiones con matrices cordadas cocción muy similares. La duración de las cocciones
(Lám. 2g) e incisiones acanaladas (Lám. 2i) que se van osciló entre 30 y 35 minutos con una temperatura
organizando según distintos esquemas y ritmos deco- constante superior a los 450 ºC, con fluctuaciones-
rativos en las vasijas y que están confeccionadas con que se sitúan por encima de los 650ºC vinculadas a
punzones metálicos doblados (picbaj), piedras puntia- la adición de mijo seco y una temperatura máxima de
gudas (gubrak) o puntas metálicas de batería. 850 ºC al inicio de la cocción que se mantiene esca-
sosminutos. A partir de los 35 minutos de cocción la
temperatura se empieza a reducir progresivamente,
4.4. FASE EN QUE LA ARCILLA SE TRANSFORMA DE situándose por debajo de los 300 ºC transcurridos
ESTADO SECO A ESTADO COCIDO 90 minutos.Las vasijas se dejan enfriar dentro de la
estructura durante toda la noche (aproximadamente
Aunque el resto del proceso productivo es individual, durante unas 10 horas) antes de ser extraídas.Este
la cocción de las piezas se realiza normalmente de tipo de cocción proporciona vasijas con manchas en
forma conjunta entre todas las mujeres alfareras de la superficie exterior producidas por las llamas y el
la unidad familiar, donde el control de la cocción lo contacto de las piezas con el combustible.
2 El dawa-dawa es el producto generado con la fermentación de las semillas del árbol Parkiabiglobosa.
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
más edad que reside en el núcleo familiar, que nor- con los conocimientos implicados en otras activida-
malmente suele ser la suegra o la landlady (primera des cotidianas ni con la formación social e identitaria
mujer del marido). de la alfarera, ya que todo este proceso de adquisi-
ción de habitus ya les fue inculcado a las mujeres por
El proceso de aprendizaje documentado enNasia- su madre en su poblado de origen (García Rosselló y
Tambi, Nabal y Tamanku se inicia con la recogida y Calvo, 2013). En cualquier caso, hay que considerar
el trasporte de la arcilla. Continúa con la fabricación también que la llegada de la mujer recién casada a
de pequeños boles sin decorar y la confecciónde las la nueva unidad familiar implica una “re-educación”
bases de las vasijas que posteriormente acabará la que favorece su adaptación a las dinámicas de su
maestra. Pasado un tiempo, se empiezan a bruñir nueva casa. En este proceso, el aprendizaje de la
piezas pequeñas y, más adelante, grandes contene- actividad alfarera promueve que la mujer adquiera
dores. Llegados a esta etapa, las aprendizas se ini- una nueva identidad social y desarrolle nuevos vín-
cian en la confección de piezas de mayor tamaño y de culos identitarios con otras mujeres que desarrollan
perfil globular. El siguiente paso consiste en apren- la producción de cerámica.
der el montaje del horno y el sistema de cocción y,
posteriormente, la decoración de las piezas. Final- Las mujeres disponen de una amplia libertad social
mente,se aprende a fabricar piezas de gran tamaño,- a la hora de decidir si quieren aprender o no a fabri-
que se considera tienen mayor dificultad y requieren car cerámica. Si bien en aquellos casos en los que
de una mayor pericia técnica. De este modo, muchas las madres introducen a sus hijas en la produc-
alfareras adultas aprenden a fabricar únicamente ción el aprendizaje es más forzado.Con el paso del
cuencos y ollas globulares y no producen piezas tiempo y al contraer matrimonio muchas de ellas
grandes a fin de acortar el proceso de aprendizaje. pueden decidir si quieren continuar o no con la acti-
La asimilación de cada una de estas fases se realiza vidad. En el caso de las mujeres adultas la liber-
a partir de la imitación dirigida, es decir, mientras tad de elección es mayor, si bien la necesidad de
la maestra fabrica una vasija la aprendiza va obser- mantener o aumentar los ingresos procedentes de
vando e imitando los procesos técnicos. Aunque se la alfarería puede condicionar en cierta manera
permite cierta experimentación puntual durante el su interés por aprender. En todo caso, no hay nin-
proceso de aprendizaje, la maestra, con su constante gún mecanismo social que restrinja a las mujeres
asistencia y control sobre los productos producidos, konkomba el acceso al conocimiento relacionado
limita la innovación tecnológica. con la producción cerámica. Igualmente, no existe
ninguna norma social que determine que la mujer
Se ha señalado que en el caso de las aprendizas adul- tenga necesariamente que aprender a fabricar
tas ya casadas el proceso de aprendizaje puede tener cerámica. Tampoco existe ningún tipo de margina-
una menor duración. Ello se debe a que no pueden ción delas mujeres alfareras.
destinar todo su tiempo al aprendizaje de la actividad
alfarera, ya que deben realizar otras tareas dentro de
la vivienda familiar, como el cuidado de los niños o las 5.2. DISPERSIÓN TERRITORIAL Y GENEALÓGICA
tareas domésticas. En estas situaciones, las muje- DEL CONOCIMIENTO TÉCNICO
res dedican menos tiempo a aprender cada etapa
del proceso de producción.En otros casos, cuando el Junto a estos patrones de aprendizaje, que como
aprendizaje se realiza dentro del propio grupo fami- hemos visto son muy flexibles, las dinámicas socia-
liar, la aprendiza adulta se dedica a la confección de les que intervienen en la distribución de las alfareras
cuencos de pequeño tamaño, mientras que las alfa- por el territorio son los elementos que posibilitan la
reras de más edad realizan acabados finales como estabilidad y la homogeneidadtecnológica documen-
el bruñido y las decoraciones. A su vez, la aprendiza tada. Por un lado, hemos visto como las mujeres
puede ayudar a la maestra en la confección de pie- pueden aprender a hacer cerámica desde la infancia
zas que requieren deasistencia, como es el caso del o en la edad adulta, bien sea al contraer matrimonio
modelado de bases de vasijas de gran tamaño. El o cuando ya llevan más de diez años formando parte
aprendizaje en la edad adulta es puramente técnico y de la unidad familiar del marido. Por otra parte, las
determina una menor consolidación de los patrones maestras suelen sergeneralmente las madres de las
psicomotrices necesarios para el trabajo de la cerá- propias alfareras, pero también pueden serlo sus
mica. En este sentido, no se asocia tan intensamente suegras o la primera mujer del marido. Por tanto,
la trasmisión de conocimientos puede tener lugar mayor duración, lo que facilita laasimilación
dentro de la familia de nacimiento de la mujer o en de cierto habitus tecnológico y la consolidación
la unidad familiar del marido. En este sentido, al de los patrones motrices adquiridos. A su vez,
tratarse de una sociedad patrilineal y poligínica los este aprendizaje se relaciona con fenómenos de
asentamientos en el territorio están ligados por línea homología, integrando otros múltiples conoci-
masculina a los diferentes clanes. De esta forma, mientos que se asocian con otro tipo de activi-
es la mujer, alfarera o no, la que se desplaza por el dades (pe. tradiciones culinarias),dotando a la
territorio trasladándose a vivir al poblado de naci- mujer de una manera específica de entender el
miento del marido y abandonando su lugar de resi- mundo y de adquirir su identidad en el entorno
dencia una vez casada. Estos movimientos no impli- social que la rodea (García Rosselló, 2008).
can que no se mantengan vínculos y contactos con
su familia de origen, ya que durante el embarazo y el b) Modelo 2: Este modelo se ha documentado en
periodo de lactancia la mujer vuelve a vivir en casa de Tamanku y Kumbuam. En este caso, al igual que
sus padres. Los vínculos de la mujer con su familia en el Modelo 1, la alfarera aprendea hacer cerá-
de origen también se mantienen activos a través de mica con su madre y pasa a residir al poblado
ciertas festividades, como lasque se asocian con los del marido una vez casada, en el queno existe
funerales. la tradición de fabricar cerámica o bien ésta se
ha perdido. En este contexto, la alfarera expe-
Se han podido establecer cuatro modelos de disper- rimenta con arcillas locales o bien acude a su
sión del conocimiento a través del territorio (Fig. 3): poblado de origen para recoger arcilla con el
objetivo deintroduciro reintroducir la produc-
a) Modelo 1: Esta estrategia se ha podido identifi- ción de cerámica en la zona. De esta forma, el
car en unidades alfareras de Tamanku, Pibani, inicio de la actividad por parte de la alfarera
Kumbuam y Nabal. En él, la alfarera enseña a puede promover que otras mujeres que viven
su propia hija y, posteriormente, cuando ésta se en otras unidades domésticas de la población,
casase traslada a la unidad familiar y al poblado originarias de otras aldeas konkomba en las
del marido, manteniendo el sistema de fabri- que tampoco se fabricaba cerámica, empiecen
caciónaprendido en su poblado de origen. Sin a aprender el proceso de manufactura guiadas
embargo, una vez en casa del marido la mujer por la alfarera que ha introducido la práctica en
de más edad, sea la madre del marido o lapri- la aldea. De esta forma, se generaliza el cono-
mera mujer de este, tutorizan el trabajo de la cimiento asociado a una determinada tradición
nueva mujer hasta que ésta reajuste su “manera tecnológica entre mujeres pertenecientes a
de hacer” al que sigue su nueva familia. En este familias de otros poblados que no elaboraban
sentido, muchas alfareras nos han precisado, previamente cerámica. Este modelo contribuye
que si bien mantienen los sistemas de fabrica- a que, a la larga, aparezcan variaciones técni-
ción enseñados por su madre, han adoptado los cas sobre la cadena operativa aprendida origi-
patrones decorativos que les enseño su suegra o nalmente por la alfarera maestra debido a la
la landlady. Con el tiempo esta alfarera se con- experimentación con nuevas materias primas,
vertirá en la maestra de su propia hija y ésta a su no sólo las nuevas vetas de arcilla, sino otros
vez cuando se case y se vaya a vivir a otro poblado materiales y herramientas.
será la maestra de su hija. De esta forma, se va
extendiendo un mismo conocimiento técnico y c) Modelo 3: El tercer modelo ha sido documentado
una determinada tradición tecnológica a través en Nabal y NasiaTambi. Se fundamenta en que la
del territorio. Este conocimiento se va reajus- alfarera, una vez casada, mantiene el sistema de
tando constantemente a lo largo de distintas fabricación enseñado por su madre en el poblado
generaciones por vía matrimonial, realizán- de residencia de la familia del marido. Cuando
dose una trasmisión entre clanes y una tutori- una nueva mujer originaria de un poblado en el
zación en el nuevo lugar de residencia. De este que no se fabricaba cerámica se incorpora a la
modo, a lo largo de distintas generaciones se unidad familiar ésta es enseñada por la alfarera.
reajustan las posibles variaciones técnicas que En este modelo de transmisión de conocimien-
hayan podido surgir. Sin embargo, este primer tos la alfarera puede ser la madre del cabeza
aprendizaje en edad infantil o juvenil tiene una de familia, como ocurre en Nabal, o la primera
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
mujer del marido, como ocurre en NasiaTambi. d) Modelo 4: Se trata de una estrategia documentada
En este casolas aprendizas no se inician en la en Nabal y Pibuni. En este caso, las diversas alfa-
producción de la cerámica estando recién casa- reras que residen en una misma unidad familiar,
das, sino más tardíamente, cuando una enferme- generalmente dos o más esposas del cabeza de
dad o un avanzado estado de vejez impiden a la familia, han aprendido a hacer cerámica durante
alfarera de la vivienda dedicarse por completo la infancia por parte de sus respectivas madresy
a esta actividad. Este relevo generacional está en sus poblados de origen. A pesar de queambas
motivado por el interés del marido y de la propia mujeres utilizan el mismo espacio de trabajo éstas
mujer por mantener los ingresos procedentes de no cooperan en la fabricación de cerámica, activi-
la alfarería dentro de la unidad familiar. En estos dad que desarrollan de forma autónoma e inde-
casos, maestra y aprendiza trabajan de forma pendiente siguiendo los protocolos aprendidos
cooperativa una vez que la segunda ya domina desde la infancia. Sin embargo, ello no impide que
todo el proceso de producción. Este aprendizaje puedan existir préstamos tecnológicos entre las
en edad adulta puede conllevar a la larga una dos líneas de aprendizaje al intercambiar ideas y
mayor permeabilidad a incorporar nuevas ideas observar día tras día la manera de hacer de la otra.
y no estar anclada en la tradición. De este modo, este modelo permite interconectar
diferentes líneas de aprendizaje y tradiciones tec- tiempo y los enlaces matrimoniales que se establecen
nológicas a través deinteracciones entre las alfa- permiten ir extendiendo determinadas recetas y cade-
reras que residen en una misma unidad familiar nas operativas a lo largo de todo el territorio ocupado
y que proceden de poblados y redes de trasmi- por esta etnia. Del mismo modo, las variadas interac-
sión de conocimientos diferentes. Pero además, ciones sociales que se producen entre las mujeres y
siguiendo la lógica de los modelos anteriores, des- la existencia de determinados nodos de contacto que
pués de entrar en contacto y generar un proceso suponen la trasmisión de determinados conocimien-
de préstamo técnico, cada alfarera enseñará a sus tos, favorecen la conexión de diferentes líneas de
propias hijas, que una vez casadas se trasladarán aprendizaje, lo que a la larga posibilita, una intensa
a otros poblados y enseñarán a las suyas o bien a homogenización técnica en la región, promoviendo
otras mujeres de la unidad familiar o del poblado el mantenimiento de una única tradición tecnológica
la tradición aprendida. De esta forma,estos nodos muy estable en buena parte de sus aspectos básicos.
de contacto en los que convergen diferentes líneas De esta forma, las principales variaciones observadas
de trasmisión de conocimiento técnico,que se han se relacionan con un uso oportunista de ciertas herra-
ido formando durante generaciones, favorecen la mientas y materias primas implicadas en el proceso
puesta en común de ideas y técnicas, favoreciendo de producción, así como en aspectos visuales como
la fusión de tradiciones tecnológicas y favore- los tratamientos de superficie finales y los patrones
ciendo cierta homogeneidad tecnológica. Poste- decorativos. Estas variaciones tienen lugar principal-
riormente, se iniciará de nuevo el proceso de dis- mente en momentos en que las líneas de trasmisión
tanciamiento hasta que vuelvan a coincidir en una de conocimientos quedan aisladas, deben reiniciarse o
mismaunidad familiar o poblado diferentes líneas se ven obligadas a innovar debido a nuevas realidades.
de conocimiento técnico.
Los espacios de contacto e interacción social entre las
alfareras que posibilitan esta homogeneidad tecnoló-
6. CONCLUSIONES gica actúan en tres escalas diferenciadas: Por un lado,
a nivel de poblado, donde alfareras pertenecientes a
El estudio realizadopermite profundizar sobre las diferentes líneas de trasmisión de conocimientos inte-
dinámicas que intervienen en la construcción social raccionan a un nivel poco intenso, conviviendo e inter-
de la homogeneidad y el dinamismo tecnológico en la cambiando ideas (pe. explotando de forma colectiva
producción cerámica. Como hemos visto a lo largo de las vetas de arcilla) pero no trabajando juntas. Por otro
este trabajo, entre ellas cabe destacar de manera sig- lado, a nivel familiar y dentro de una misma vivienda,
nificativa el modelo de estructura social de los grupos donde las alfareras desarrollan una alta interacción
konkomba, el patrón de aprendizaje de la producción social e intercambian los conocimientos técnicos de
cerámica, las interacciones sociales a través de las una forma intensa llegando incluso a cooperar entre
diferentes líneas genealógicas y el modelo de distri- sí. Finalmente, en los mercados se produce el con-
bución espacial del hábitat konkomba.En este sentido, tacto entre las alfareras que habitan en una región y
la forma en la que los conocimientos se transmitende que acuden a vender sus cerámicas. Si bien en este
una generación a otra y a lo largo del territorio tiene caso las alfareras no interaccionan de forma directa
un rol fundamental a la hora de garantizar y configu- ni ponen en común las diferentes líneas de trasmisión
rar las tradiciones tecnológicas. Sin embargo, puede de conocimientos, sí pueden percibir los tipos, las
dar lugar, a su vez,a cierto dinamismo técnico que con decoraciones y las ideas que ponen en práctica alfa-
el tiempo llega a ser corregido. Por ello, resulta extre- reras que habitan en otros poblados.
madamente importante, dotar de perspectiva histórica
alos estudios etnoarqueológicos con el fin de evitar
visiones estáticas que pueden distorsionar estudios AGRADECIMIENTOS
más globales en los que se insertan los datos.
Este trabajo se ha desarrollado bajo los objetivos
Los modelos documentados sintetizan el dinamismo científicos del proyecto de investigación Archaeology
existente en los procesos de aprendizaje puestos en in theUpper White Volta basin.Northeast of Ghana
práctica por las alfareras konkomba. Unos procesos financiado por el Ministerio de Cultura de España
de aprendizaje que mediante las líneas de trasmisión SGIPCE/AM/cmm (Proyectos Arqueológicos en el
de conocimientos que se van formando a lo largo del Exterior 2010 y 2011).
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DAVID JAVALOYAS MOLINA ET AL.
GARCÍA ROSSELLÓ, J. (2008) “Etnoarqueología de TAIT, D. (1962): The Konkomba of Northern Ghana.
la producción cerámica: Identidad y territorio International African Institute. London.
en los valles centrales de Chile”, Mayurqa 32,
Número monográfico, Palma de Mallorca.
Abstract Resumen
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 133-142. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 133
JUAN SALAZAR BONET, TIMOTHY CLACK Y MARCUS BRITTAIN
1. INTRODUCTION Aari are also well known for their pottery expertise.
Around 400 potters, predominantly women, who are
The Lower Omo Valley is a southwest region at the known as mana, belong to a separate artisan social
foothills of the Ethiopian Highlands inhabited by group, together with smiths. These craftswomen
several agro-pastoralists groups of people (Fig. 1). elaborate at least fifty different kinds of vessels for
The region is a contact zone, especially for popu- multiple cooking tasks (Kaneko, 2007). Aari sell their
lations from the Ethiopian Highlands and semi-no- pottery across the region through local markets espe-
madic communities originated a few centuries ago cially that held twice a week in Jinka, the capital of
in present day Southeast Sudan, East Uganda and the Debub Omo Zone of the Southern Nation, Natio-
Northern Kenya (Bassi, 2011). Interactions between nalities and Peoples Region of Ethiopia. On the other
these groups continuously transform and reshape hand, Mursi pottery making is a non-specialized task
their territories, languages, economies, social struc- done by women at a specific time –the dry season- and
tures, identities and their material cultures (Vers- place the Omo river banks- to supply individual hou-
mifter, 2008). In this linguistic and material puzzle sehold necessities. The fact that women of different
live around 10,000 Mursi (Turton, 2011) and 110,000 ages live and farm close-by in the Omo banks allows
Aari (Gebre, 1995). Mursi are Surmic speakers and for easy knowledge transference. Mursi exogamous
Lowland transhumant agro-pastoralists who prac- marriage system, according to which brides move to
tice a subsistence economy based on cereal agri- their husband’s settlement, facilitates the transmis-
culture sorghum and maize- and cattle herding sion of individual skills among the different Mursi
within two periods and places well divided within an local groups and clans. Moreover, as part of their
annual cycle (Turton, 1979). Aari are Highland Omotic farewell wedding presents, brides receive ceramic
speakers who live in permanent villages as farmers vessels from family members, which also contribute
specialized in crop diversity, especially the endemic to a homogeneous Mursi-made pottery distribution.
enset (Ensete ventricosum) (Shigeta, 1990). Besides, and in contrast to the often depicted isolation
Fig. 1. Map of the Lower Omo Valley with Mursi areas (Ethiopia). Mursi, Aari and other neighbouring groups mentioned in the text. Both Makki
and Dirikoro study areas are marked with an asterisk.
they have been supposed to live in (Turton, 2011; Brit- Archaeological and ethnoarchaeological research in
tain et al., 2012a), Omo river Lowland groups, such as the area, with the engagement of local people, has
the Mursi, maintain relations with their Highland nei- lately become interested in its rich tangible heritage
ghbours, which allows them to acquire and exchange (Clack et al., 2011; Brittain et al., 2012b; Salazar et
products, resources and technologies. al., 2012; Brittain et al., 2013). Pottery, probably the
most popular archaeological material, allows us to
For at least 200 years the people known today as record one important aspect of Mursi technology and
Mursi have undertaken several population movements provides us with the opportunity to approach Mursi
across southwest Ethiopia. Different factors especia- material world. Furthermore, through the pottery
lly the search for better grazing and farming lands, we can improve our understanding of present-day
intense droughts and pressure from other groups Lowland-Highland market interactions and aspects
seem to have been behind these movements, which are of Mursi social identity as an agro-pastoralist group
acknowledged and explained by the Mursi themselves in XXI century southwest Ethiopia.
as “following the clouds” or “looking for a cool place”
(Turton, 1988). The last Mursi migration process occu-
rred in the early 1980’s, when part of the population 2. METHODS AND TECHNIQUES
departed from the Omo river banks to occupy riverine
areas of the Mago river basin in an eastward move- In order to explore the Mursi pottery, including the
ment. There, a few hundred people settled perma- technology they use to make pots and their market
nently and stopped the previous transhumant cycle. At interactions we interviewed selected adult Mursi
these newly settled areas, and due to the proximity of women at several settlements both in an area -Mak-
Aari lands, Mursi have established direct contacts with ki-Mago Valley (2011) located at a few hours distance
the Highland communities that, although strongly limi- to the Aari villages, and an area -Dirikoro-Elma Valley
ted to the market sphere, are nowadays permanent. (2010) at three days walking distance from them. Our
Most of the Mursi-Aari contacts occur at Jinka, today questions approached topics such as pottery typo-
a major hub in the Lower Omo Valley. Other Aari villa- logy, potting techniques, and decoration, function
ges with markets near Mursi settlements in the Mago and selection criteria, when Aari pots are acquired
basin, such as Balamer or Berka, have been recently at the market. We also undertook a non-systematic
closed down to the Mursi due to frequent episodes of pottery inventory at households in both areas. Fina-
violence between both communities (Turton, 2003). lly, in order to document its operational sequence, a
married woman in her 50’s made a vessel in Makki at
Objects, products and animals have been part of the our request. As for the market dynamics and interac-
dynamic trade networks in the region, as oral histories tions at Jinka, we conducted several interviews with
recall (Sobania, 1991). Pottery, as well as iron tools, Mursi shoppers, Aari sellers and two Aari potters in
has been one of the most habitual objects of exchange, their workshops. Our participatory observation can be
engaged in a multidirectional trade that still nowadays regarded as moderate, since we neither undertook a
crosses linguistic and political boundaries. Among the long cultural immersion in Mursi land, not the Mursi
Surmic speaking Lowland groups it is possible to find language. Questions were asked through open-ended
different strategies regarding both pottery making and interviews, always with the aid of a Mursi translator
trading. For example the Surma, who culturally are who was fluent both in English and Amharic.
closely related to the Mursi, sell part of their pottery
production to Dizi Highland farmers (Abbink, 1996).
Bodi, also Surmic speakers and northern neighbours 3. RESULTS
to the Mursi, do not make pots of their own but trade
and use Aari ones (Turton, personal communication, 3.1. TYPOLOGY, TECHNIQUE, DECORATION AND
2010). The Mursi also acquire Aari pots but, in addi- FUNCTION
tion, they trade their own vessels with their southern
neighbours and traditional enemies, the Nyangatom. Mursi make and distinguish between two types of
Thus, present day market interactions are another pots according to their morphology and function (Fig.
episode of these Lowland-Highland contacts that have 2). First, deep globular vessels called Ju, pl. junya,
the capacity to transform, amongst other things, the displaying everted rims, short curved necks and two
material culture of the groups involved. symmetrical vertical handles. Second, similarly sha-
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JUAN SALAZAR BONET, TIMOTHY CLACK Y MARCUS BRITTAIN
ped but smaller sized globular vessels called dôle, varies in a scale of reddish grey to dark grey (Munsell,
pl. dolya, also with everted rims, but with flat lips, 2000, HUE5YR-5/2-3/1). Colour variations are princi-
straighter necks and symmetrical handles. Measu- pally caused by the uneven oxygen presence and heat
rements of recorded junya vessels ranged from 29,3 intensity in the fire pit and by continuous exposure of
cm to 42,8 cm height, 28 cm to 38 cm maximum body pottery to hearths. Not all Mursi women make their
diameter and from 22 cm to 26 cm mouth diameter. own vessels; therefore, people frequently rely upon
Dolya measurements ranged from 19,3 cm to 33,6 family and clan friendships to acquire them.
cm in height, 15 cm to 26 cm maximum body dia-
meter and from 9 cm to 13 cm in mouth diameter. Standardized decoration is found only on the exterior
Both pot types correspond to a similar morphologi- upper half of the vessel (Plate 2). Motif patterns are
cal typology: deep vessels with convex bases, closed repeated with slight variations, which can be appre-
mouth diameter and symmetrical small handles, ciated from every view point. Rims are decorated with
either round or elliptical in section. a patterned band of oblique twisted cord impres-
sion; several vertical impressed strips on the neck
Ju and dôle are both made with the coil technique with can extend towards the body; in the shoulder, at the
clay sourced from local riverine deposits (Plate 1). handle height, one or two horizontal cords are also
Pots, once shaped and decorated, are fired in open pits decorated with oblique impressions. Most handles
covered by firewood. Surface colour from used pots are decorated with the same impressed pattern and
Plate 1. Mursi woman using the coil technique to elaborate a dôle pot in Makki.
Plate 2. Mursi pots with impressed cord decoration. Makki (Ethiopia) and Manchester Museum Mursi collection (UK).
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JUAN SALAZAR BONET, TIMOTHY CLACK Y MARCUS BRITTAIN
Fig. 3. Aari pottery and metal cooking pots used by the Mursi. Makki, July-August (2011). Numbers 1 and 5 are functionally used as ju and
numbers 2-4 and 6 are used as dôle.
two or three bulges. Impressed decoration is achie- surplus agricultural production -and nowadays also
ved with a small piece of twisted grass cord and, on money from tourists- into Aari markets. In exchange,
occasions, the head of a small sorghum stalk. the Mursi acquire products such as grain, coffee,
cotton clothes, pottery and iron tools. Two of these
The design of both pottery types, especially their con- products, pots and iron tools, are manufactured by a
vex bases, reflects their ultimate practical function: socially segregated group of Aari society. As a con-
being placed upon stones over the fire. Specifically, sequence, and as part of the taboos affecting these
junya are used for carrying water and making beer, artisans, potters and blacksmiths occupy a periphe-
coffee and mead but, above all, for cooking porri- ral area at the market, not in the central space where
dge, or tila, which is Mursi’s staple food. Porridge is habitual farming products are exchanged. Therefore,
cooked by bringing water to boiling temperature and while in the market the Mursi visit and shop mostly
then adding sorghum or maize flour and stirring it around these periphery areas.
for a few minutes in order to obtain thick dough. Men
are served porridge by their wives in globular bas- With regard to pottery, Mursi women buy vessels
kets made from vegetal fibres and is consumed with with shapes that act as substitutes for their own ju
the fingers. Occasionally, junya are also used to boil and dôle and adapt to their food resources and culi-
meat for soups and to soak grain in order to make nary habits. When selecting pots women highlight
it softer before grinding. Dolya are used essentially variables such as strength and quality, apart from
for cooking one type of wild leaves called kinoi, which shape. Only in recent years have Mursi women begun
are boiled to eat with porridge. to acquire industrial metal casseroles for cooking
porridge and kettles for kinoi leaves (Fig. 3). People
Three types of stirrers are used by Mursi as cooking interviewed during the study mentioned that new
tools for these. The most common stirrers are used material acquisitions, either Aari pots or industrial
to cook porridge and measure approximately less metal objects, have been spread by the Mago sett-
than a meter long. They can either be made by car- lers and their family and clan networks across Mursi
ving a spatula-end shape on a wood stick or by using lands. This material diffusion is favoured by the high
the rachis of a doum palm (Hyphaenea coriaciea). For mobility of Mursi family groups and individuals. At
broth, blood, beer and other liquid food the Mursi use the time of our field study most of the pots documen-
wooden sticks with a sheep or goat vertebra attached ted in Makki study area were made by Aari and only
to the end to use as a stirrer. a small percentage were Mursi-made, most of them
being found discarded or broken at those settlements
Cooking pots are used daily by women in every Mursi (Plate 3). Aari pots had also arrived to the seasonally
household, both inside and outside the huts, to pre- occupied cattle-camps at the Dirikoro study area but
pare food. They are not used for other possible func- were still a rarity in 2010.
tions, such as containers or tableware. In the cyclic
movement from the Omo River to the cattle grazing
areas women and girls carry their family pots with 4. DISCUSSION
the rest of the household. Objects made with ligh-
ter materials such as baskets, wood bowls, gourds, Mursi pottery morphology seems to be conditioned
horns and skins are therefore preferred to pottery. by function, transhumance, people carrying capacity
Both the daily use and the movements cause frac- and the absence of pack animals (Turton, 1979). The
tures and cracks on the vessels. However, these are general spherical shape of Mursi vessels facilitates
not discarded until they become completely unusa- their endurance both during transportation and in
ble with regard to their cooking functions. static contexts, as it has been already pointed out for
other pastoralist groups in the area (Prussin, 1987).
Moreover, this shape offers an optimal surface area
3.2 MARKET INTERACTION AND POT SELECTION to volume ratio in terms of weight and fragility. The
CRITERIA presence of small handles above the shoulder and
the absence of any projecting shape that can be
Due to the short distance between them, Mursi sett- easily broken also adjust to the conditions of mobi-
lers in the Mago basin have been able to channel lity. In addition, the regular and relatively restricted
some of their resources such as honey, firewood or mouth diameter in both vessel types is suitable to
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JUAN SALAZAR BONET, TIMOTHY CLACK Y MARCUS BRITTAIN
prevent evaporation from boiling foods (Henrickson requirements of functionality and are in addition an
et al., 1983). Cooking pots are considered to be a part improvement in terms of lightness but also, accor-
of the Mursi concept refering to things that can be ding to informants, in fashion and novelty. Some of
carried on the head by women while moving from one the factors behind the replacement of ceramics with
settlement to another (Field notes, Makki, 2013). metal and plastic objects have been studied in other
agro-pastoralists groups in the region as the Sam-
With regard to decoration, all the recorded pots pre- buru in northern Kenya (Grillo, 2012). The 1980’s
sented impressed decoration in the upper half of movement from the Omo banks Mursi primary pot-
the vessel. The fact that Mursi do not decorate the tery clay sources and pot making area- to the Mago
lower part might obey to functionality, due to the basin may have been the initial trigger for the quest
pots’ direct contact with fire in this part. Both the of new cooking vessels given the lack of quality clay
position and the patterns in Mursi’s pottery decora- and abundant clay deposits to make pots. Moreover,
tion remind of leather or vegetal fibre straps used to the establishment of permanent villages, without
carry other daily objects. Similar decoration patterns the yearly transhumant movement, has allowed the
in vessels of other East African pastoralist groups Mursi in this area to keep a wider array of heavy and
with high degree of mobility seem to have been ins- fragile objects for the first time. This is well exempli-
pired by gourds and basketry prototypes (Posnansky, fied in the Mursi case at Makki by the acquisition of
1961; Sutton, 1964), so it is likely that some of the the Aari biggest ceramic vessels, with the capacity to
Lower Omo valley pottery decoration, including the make beer for a high number of guests.
one made by the Mursi, could also answer to this ori-
gin, although further work is required to highlight the At the Jinka market, women have found a perma-
social context of this decoration. nent economic niche in which to participate with
their agricultural and forest products. These resour-
As for the market interactions between Mursi and ces have traditionally belonged to the Mursi female
Aari, Mursi shoppers buy Aari ceramic pots as an sphere; therefore it is women who are stimulating a
alternative to their own. Nowadays, Mursi also new cash-economy within Mursi society. Nowadays,
acquire metal pots and kettles that accomplish the and in contrast, the broadly male domain of Mursi
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of indigenous agricultural science of the
Ari. Southwestern Ethiopia”, African Study VERSWIJVER, G. (2008): Omo: People & design. La
Monographs 10(3), pp. 93-107. Martinière. Paris.
Jasna Vuković1
Abstract Resumen
Analyses of Neolithic pottery from Central Balkans Los análisis de cerámica neolítica hallada en los
revealed weaknesses in traditional classification Balcanes Centrales siempre han estado centrados
and typologies in pottery studies, i.e. their en su clasificación y estudio tipológico, olvidando:
inability to: a) infer vessel function, in contrast a) La función de los vasos y su relación con una
to use-alteration and morphological analyses; b) forma predeterminada; b) prestar atención a su
define dimensional classes and recognize their volumen y dimensiones; c) la realización de tablas
importance in identification of vessel function, in estadísticas y frecuencias para observar dinámicas
contrast to quantitative analyses; c) adequately de comportamiento humano; y d) el reconocimiento
explain statistical data about type frequencies as de la existencia de diferentes usos y el importante
indicators of past human behavior and dynamics role que juega diariamente en la vida cotidiana de la
of assemblage formation; and d) recognize variety comunidad que las utiliza.
of pottery reuse related activities and their role
in reconstruction of everyday life and formation Palabras clave: Cerámica Neolítica, Tipología,
processes. Forma, Función, Uso, Etnoarqueología.
* The article results from the project (Nº.177020) funded by the Ministry of Education, Science and Technological Development of the Republic
of Serbia.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 145-153. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 145
JASNA VUKOVIC
of types and classes in literature (for overview see One other aspect of ethnoarchaeological research
Rice, 1987: 275-277), but their main characteristic and ethnographic data is also significant for archaeo-
is that they are abstract, i. e. ideational. Typology logical ceramics. When it comes to morphological
should be, in fact, theoretically oriented classifica- classification of pottery vessels, central place of tra-
tion that is directed towards the solution of some ditional typologies, researcher should bear in mind
problem or problems (Gifford, 1960: 346). These that classes, or even types and varieties of shapes
differences were not recognized in archaeology in that he created may not have been distinguished
the Balkans. Usually, the goal of pottery “analysis” is by their producers and users. Ethnoarchaeological
rough classification, often called “typological analy- studies revealed one striking cross-cultural fea-
sis”, and problem-oriented goals are lacking. On the ture: terms for pottery used in traditional socie-
other hand, type-variety system is broadly used. The ties are almost always based on projected use (e.g.
type-variety framework consists of broad class of Arnold, 1985; Rice, 1987: 278), in contrast to majo-
ceramics defined on the basis of a small number of rity of archaeological classes or types. It should be
diagnostic traits (type); variety differs from the type also stressed that attributes that archaeologists are
in one or more minor details (Wheat et al., 1958). often focused on (rim and lip variations, for example,
There is a vast number of pottery types and their are often crietrions for definition of varieties or even
varieties in literature (e.g. Bogdanović, 2004; Nikolić, types) are of minor importance to their makers and
2004), as well as in typologies used for pottery pro- consumers (Birmingham, 1975: 372). They depend on
cessing (unfortunately usually not published). The the motor skills, experience of the potters, aestethic
main question, however, arises: what these types expressions of the artisan, or even accident (Hen-
and varieties tell us about people? It seems that in rickson and MacDonald, 1983: 635), but they do not
traditional approach pottery is considered as a static affect their primary function.
phenomenon. If pottery is considered as a dynamic
feature which interacts with people and environment Previously, presence of incosistent methodology of
in many different ways, the need for completely diffe- Neolithic pottery classification, weak when it comes
rent approach arises. to interpretation of processes, interactions, and acti-
vities related to pottery manipulation and use was
pointed out. In order to reveal such processes and
3. THE ROLE OF ETHNOARCHAEOLOGY phenomena analyses of Neolithic pottery were con-
ducted according to methods and data provided by
Pottery vessels were manufactured, used and dis- ethnoarchaeological research. Analyzed ceramic
carded in a variety of activities and they entered into material was excavated at Early Neolithic site of Bla-
archaeological record in a variety of processes. With gotin, Central Serbia, and Late Neolithic Vinča near
its main goals - to aid archaeologists in uderstan- Belgrade.
ding archaeological material (Kramer, 1985: 77-78;
Arnold, 2000: 106) and to help understand the past
(Reid et al., 1975), pottery ethnoarchaeology is one 4. FORM AND FUNCTION: TYPOLOGY VS.
of main sources of information about pottery rela- ACTUAL USE
ted processes and activities. There are several areas
of ethnoarchaeological researh that are instructive Functional analyses based on use-alteration analy-
and important for Neolithic pottery studies. Use-al- sis, as well as analysis of metrical parameters was
teration analysis, i. e. identification, distribution and conducted. It revealed weaknesses in traditional
frequency of use-wear traces, mostly developed shape classifications and typologies, suggesting the
during ethnoarchaeological research (e.g. Skibo, need for reanalysis of pottery from other Neolithic
1992; Schiffer and Skibo, 1989) applied to Neolithic sites.
ceramics greatly relativized the results of traditio-
nal classifications known from literature. Ethnoar-
chaeological studies of ceramic longevity, use-lives 4.1. EARLY NEOLITHIC
(e.g. Arnold, 1985: 155-157; DeBoer, 1974), reuse and
recycling (Deal, 1998) seem to be of great importance In many traditional typologies bowls of various sha-
in understanding of human behavior and formation pes are seldom interpreted in terms of function;
processes of pottery assemblages. when burnished or polished bowls of fine fabric
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JASNA VUKOVIC
were in focus, they were often interpreted as an as carbon deposits, sooting clouds and oxidation
expression of fine craftsmanship, and therefore as discoloration. Moreover, abrasion marks are always
some kind of luxury goods (e.g. Garašanin, 1979). lacking. It should be stressed that these vessels
Other groups of bowls were almost never mentio- often have handles in the form of small ribs, feature
ned. Although never explicitly discussed in litera- that suggests possibility that they were manipulated
ture, it is widely accepted that bowls had function of and handled a lot. In contrast to conclusions in lite-
serving food and drink. Functional analysis, howe- rature, they can not be interpreted as cooking-pots,
ver, revealed completely different picture (Vuković, and their storage and transport functions seem to be
2011b): bowls could have served for a wide variety more certain.
of different functions. Intensive carbon deposits on
interior and sooting clouds on exterior surfaces of Another group of burnished pear-shaped pots with
hemispherical bowls of larger dimensions prove slip and four handles exhibit mechanical damage
their function as vessels for wet-mode cooking, not on the handles, shoulder and lower parts (Plate. 1).
used over an open fire, but slightly above it. Ano- Such marks may have been caused by tying some
ther activity was recognized: abraded marks on kind of string through the handles. Bearing in mind
the interiors probably were caused by stirring the that these pots, without any exception have burni-
contents. Another group of deep unprofiled bowls shed slip on both sides, it can be assumed that they
shows traces of non-abrasive processes in the form were used for transport and storage of liquids, pro-
of intensive, deep damages covering whole internal bably water.
surfaces suggesting occurence of chemical proces-
ses like fermentation or even brewing (e.g., Vuko-
vić, 2010, 2011b). Different kinds of use-alterations
were identified on so-called fine bowls, i.e. small
specimens made in fine fabric, with burnished or
polished slip on one or both surfaces. Presence of
carbon deposits on their interior bases suggests
heating of foods in dry-mode, like parching the
seeds. Surprisingly, this kind of use-wear traces
does not appear on other vessel classes. The most
common use-wear traces present on fine bowls are
mechanical damages of different appearance and
distribution. Abrasion is noted along the rims. Is
caused by mechanical contact with an abrasive with
higher hardness than ceramics, possibly some kind
of lid. Another use-wear trace were identified on
the neck, in the form of notches parallel to the rim;
they may have resulted from tying up a cover made
of a soft material (Vuković, 2011a, b). Both kinds of
traces indicate the possibility that the vessels could
have been closed, which undoubtedly indicates the
storage function. Since these vessels are always
small in size, we can assume that food kept in small
quantities such as seeds, dried herbs, etc. was sto-
red there. Conclusion can be drawn: Early Neolithic
bowls served almost all existing functions: ser-
ving and consuming of foodstuffs, food processing
without heat, cooking and long-term storage.
It is very important to stress again that traditional usually based upon their formal properties: rough
typologies are highly descriptive, but they do not fabric with coarse-grained mineral temper and
reveal everyday activities, especially when several thick walls. Functional analysis revealed, however,
different archaeological sites are compared. The that use-alterations caused by exposure to heat are
best example is the case of Early Neolithic large completely lacking in this group. Some kinds of use-
conical bowls. They predominate in many Early Neo- wear traces are, however, present. In the interior of
lithic assemblages in Serbia with more than 60% the lower part of the pots, marks in form of surface
of the total ceramic material. If we compare vessel pitting in the lower part of the vessel are common.
shapes from two contemporary sites of Blagotin and Traces of mechanical damage are also lacking, which
Lepenski Vir (Perić and Nikolić, 2004) only by using means that these pots were not frequently moved
typological analyses, the conclusion could be drawn and manipulated. Thus, the function of cooking can
that the two sites are very similar and share the same be rejected, but the usage for fermentation or milk
characteristics. But if we compare their functional processing is highly probable.
features, important differences emerge. Blagotin
conical bowls show absolute absence of use-altera- Functional analysis of Late Neolithic ceramic assem-
tions of any kind. Since their interiors have burnished blage revealed only one distinct group of rough pot-
slip, they were interpreted as group of vessels for tery which stands out as a functional class for coo-
short-term storage, probably of liquids, for every- king (Vuković, forthcomming). It is rarely taken into
day use in the household. On the other hand, almost detailed consideration in traditional typologies, and
all conical bowls from Lepenski Vir have intensive is often attributed to the group of conical bowls. It is
carbon deposits on the interiors and sooting clouds a group of shallow, thick-walled unprofiled vessels
on the exteriors, so there is no doubt that they were of larger dimensions - usually 30 cm in diameter,
used as cooking vessels. Carbon accretions on the with oval or circular receptacle, often with handles
interiors are distributed in many different ways: in a below the rim. Almost all specimens showed marks
clearly distinguished zone on the lower part of the of use-alteration, surface accretion and mechanical
vessel; that pattern indicates dry-mode heating. On damage. Inner surfaces show intensive carbon depo-
the other hand, specimens with carbon deposits on sits on the whole interior or on a clearly distingui-
the upper part indicate wet-mode cooking. The con- shed zone below the rim. Abrasion marks caused by
clusion therefore must be different. The two sites stirring the contents with utensil are lacking. Outer
actually have no similarities, on the contrary, they surfaces show soothing clouds, sometimes on the
are quite different in terms of everyday activities, whole surface, sometimes as irregular patches of
food habits and probably even economy and subsis- darker colour on upper vessel parts. Bottoms show
tence strategies. It is important to stress that these heavy abrasion, which caused removal of original
differences are clearly distinguished only by functio- surface and temper. Forceful contact from 90o angle
nal analysis; other kinds of analyses would empha- with abrader harder than ceramics causes this kind
size only their similarities. Unfortunately, for time of abrasion. Such traces, therefore, could have been
being, no similar analyses were conducted on the originated by dragging and setting down a full pot on
assemblages from other Early Neolithic sites in the the oven floor (Skibo, 1992: 115). Important ethno-
Central Balkans, and they are generally lacking in graphical and ethnoarchaeological analogy for Vinča
european pottery studies. They would be crucial for baking-pans are bread-baking pans known from
comparison of contemporary sites and in assessing the whole region of the Balkans (Đorđević, 2011).
deeper insight of everyday practices of past societies. Although the differences with this kind of vessels and
Vinča pans exist, the similarities are striking: not only
in form and dimensions, but also regarding use-alte-
4.2. LATE NEOLITHIC ration traces and their distribution. Therefore, Vinča
pans are the only one clearly distinguished Late Neo-
In case of Late Neolithic pottery, analyses conducted lithic functional class vessels for baking in the ovens,
on more than 30 000 fragments and whole pots from probably of bread.
Vinča revealed very interesting preliminary results.
In many traditional typologies we find distinct group Other vessel forms in Vinča assemblages do not exhi-
of pots, usually called cooking-pots. Their attribution bit use-wear traces, except light mechanical damage.
to functional class of thermal food-processing was Their functional attribution is made by consideration
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JASNA VUKOVIC
of certain morphological features and their archaeo- statistical techniques; techniques used, types and
logical contexts. So-called amphorae can be divided number of variables employed in constructing typo-
in two basic groups according to openness of their logy vary depending on research goals, and specific
profiles, i.e. neck width and height; these attribu- ceramic assemblages (Sinopoli, 1991: 55). Identifi-
tes refer to types of vessel contents - solids and cation of dimensional classes is possible if the valid
liquids. Amphorae with high narrow neck also have statistical sample is present in ceramic material, and
two handles, a feature that additionally determines can be drawn by scatter-plot diagrams with metrical
them as vessel with function of transfer and storage parameters (rim and shoulder diameters and height,
of liquids, probably water. Specimens with low neck for example) as variables. However, many authors
are identified as vessels with function of short-term stress that only class of small-sized pots can be
storage (because of their openness) of food, probably easily identified; when vessels of larger dimensions
grains. The only morphological feature that differs are considered, grouping of variables, especially in
pythoi from amphorae is absence of handles. Their highly fragmented assemblage, is much harder to
large dimensions, position in the houses, and con- detect (e.g. Stark, 1995).
tents undoubtedly determine them as vessels for
long-term storage. Finally, in the contrast to Early Metrical parameters of Neolithic vessels were plo-
Neolithic bowls, Vinča specimens do not exhibit any tted. Results for Early Neolithic pottery showed
of use-wear traces, except abrasion, usually on the absence of any kind of grouping. This was expected,
bottoms, caused by long period of usage. Therefore, since Early Neolithic pottery production is considered
Late Neolithic bowls were used for serving and con- to be small-scale, part-time domestic production.
suming, and their multifunctionality is excluded. Results for Late Neolithic pottery were more pro-
mising. Metrical parameters for Late Neolithic Vinča
bowls were plotted, and only one dimensional bowl
5. SIZE DOES MATTER: TRADITIONAL VS. class stands out - bowls with rim diameter under 15
QUANTITATIVE TYPOLOGY cm (Fig. 1). Another interesting conclusion can be
drawn: bowls with inverted rim are generaly of lar-
Pot dimensions are rarely dealed with in traditional ger dimensions than biconical bowls with pronoun-
typologies; the differences between vessels of identi- ced carinated shoulder; this difference in dimensions
cal shapes, but different dimensions and similarities between two types indicate their different functions
of vessels of same dimensions, but different shapes or maybe different potters. Metrical parameters of
were never taken into account. Usually, data about other functional classes such as storage vessels
vessel dimensions are lacking in published papers, were also plotted, with no results. Considerable ves-
except vague and unusable remarks such as “small” sel fragmentation and absence of statistically valid
or “large” vessel. The only one exception is typologi- sample of whole vessels with more metrical para-
cal distinction between Late Neolithic amphorae and meters could have caused this situation. This should
previously mentioned amphorettae, vessels of the not be discouraging, though; further research in this
same shape, but different fabric and dimensions. field is, however, much needed. More research on
statistically valid samples could reveal many aspects
Dimensions are, however, of great importance. Eth- of pottery production.
noarchaeological studies revealed that native classi-
fications of pottery refer not only to specific function,
but also to size (Rice, 1987: 278). Vessel dimensio- 6. VESSEL LONGEVITY: TYPOLOGY VS.
nal classes, therefore, may reveal many important TYPE FREQUENCIES
features: specific functions, but also some of social
aspects of pottery production such as number of Traditional typology approach in pottery analysis
potters, presence of standardization, and even craft never intends to explain differences in type frequen-
specialization. Ethnoaracheologists have an advan- cies within ceramic assemblage. Considerably high
tage over archaeologists, since they are able to study number of one type does not mean that people in
dimensional classes of pottery according to classifi- the past prefered that specific type, and that they did
cation made by their producers. Archaeologists have not know or want to make some other. It means that
to turn to other methods, i. e. statistics. Quantita- more specimens of one type entered into archaeolo-
tive typologies are constructed and evaluated using gical record, as a consequence of frequent breakage.
In other words, importance of vessel use-lives, buted to a functional class of short-term storage of
breakage and replacement rates and discard patterns water, for daily activities in the household. Such attri-
is not recognized in traditional typology. Ceramic cen- bution easily explains their high breakage and repla-
sus data, provided by ethnoarchaeological research cement rates: they were manipulated frequently and
(Arnold, 1985: 157; Kramer, 1985: 89-92) seem to be were exposed to risks of breakage, probably “stood
critical for understanding ceramic assemblage for- in the way” of household members or even animals
mation processes and it should be noted that another (Foster, 1960: 608). This example clearly shows that
important factor in vessel longevity is also frequency storage function does not necessarily imply static and
of use. Differences in frequencies of fine bowls in isolated position of the vessel, but rather depends on
Early and Late Neolithic assemblages were interpre- duration of storage.
ted in the light of their low, i. e. high use-frequency,
low/high breakage and replacement rates, caused by
their different functions (Vuković, 2011a). 7. REUSE AND RECYCLING: WHOLE POTS
VS. SHERDS
Another example of interpretation of type frequen-
cies is the case of previously mentioned Early Neo- Comprehensive understanding of pottery assem-
lithic conical bowls in Blagotin assemblage. Absence blage could not be complete if the case of reuse and
of use-alteration traces lead to conclusion that they recycling of ceramics is not considered. Traditional
were not used as cooking vessels; burnished slip on typology again exhibits waknesses in identification of
interior surfaces suggested liquids as their contents, such practice in past societies. Late Neolithic pottery
and rough exterior surfaces easier portability when assemblage from Vinča contains many examples of
vessel was full and wet. Their open profiles, howe- secondary use, reuse and recycling of whole pots or
ver, exclude function of long-distance transport their sherds. These phenomena were not identified
and long-term storage. Their high frequency in the in previously conducted traditional analyses from
assemblage suggests their frequent manipulation, any other Late Neolithic site of the Central Balkans.
breakage and replacement. Therefore, they are attri- According to ethnoarchaeological data, secondary
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JASNA VUKOVIC
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Pequeño vaso geminado con decoración impresa cardial, con dos asas de cintas horizontales asimétrica.
Cova de l’Or. (Fuente: Museo de prehistoria de Valencia).
3.4. NEOLITHIC AND METAL AGE ANTHRO-
POMORPHIC AND ZOOMORPHIC POTS FROM
MEDITERRANEAN CONTEXTS. CASE STUDIES,
SOCIOLOGICAL APPROACH AND DEGREE PF
PERSISTENCE IN RECENT SOCIETIES
VASOS ANTROPOMORFOS Y ZOOMORFOS DEL NEOLÍTICO Y LA EDAD
DE LOS METALES EN EL CONTEXTO MEDITERRÁNEO. CASOS DE
ESTUDIO, APROXIMACIÓN SOCIOLÓGICA Y GRADO DE PERSISTENCIA EN
SOCIEDADES TRADICIONALES
Johanna Recchia-Quiniou1, Kewin Peche-Quilichini2 y Ghjasippina Giannesini3
Abstract Resumen
A minority of the vases of the Mediterranean En el seno de las colecciones cerámicas propias de
Pre- and Protohistory ceramic corpuses exhibit la Pre- y Protohistoria mediterránea, observamos de
anthropomorphic or zoomorphic characteristics. forma minoritaria la presencia de vasos antropomorfos
These examples are often discovered in unique y zoomorfos, hallados en su mayoría en contextos
contexts. For the Neolithic, we shall approach excepcionales. Dentro del marco Neolítico,
the stylistic variety of this phenomenon through centraremos nuestra atención en aquellos que han
various examples: Valencian Cardial, Cortaillod sido encontrados en el entorno del cardial valenciano,
and Los Millares. For Protohistoric periods, we en Cortaillos y Los Millares. A su vez, el Heládico
shall present examples from the Late Helladic III Reciente III, el Bronce Reciente itálico y los primeros
period and the Late Italic Bronze Age. Special focus compases de la Edad del Hierro de las Islas de
will be given to the early Corsican and Sardinian Corcega y Cerdeña, servirán de referente para abordar
Iron Age. The spatial and chronological spectrums su significado dentro del ámbito protohistórico. La
considered highlight the link between these modes elección de cada una de estas áreas no corresponde
of plastic expression and the “unusual” character a criterios de azar, puesto que todas ellas ponen en
of the archaeological context involved. We shall evidencia el lazo existente entre el modo naturalista
try to compare these archaeological examples de tal expresión plástica y el carácter “particular”
with ethnographic experiences to estimate their de los espacios en los que dichos objetos han sido
importance in Pre- and Protohistoric groups. frecuentemente descubiertos. En estas líneas
Particular attention will be paid to surviving trataremos de desarrollar el por qué de tal conexión en
traditions in certain Mediterranean societies and cada uno de los ejemplos arqueológicos mencionados,
elsewhere. Our assertions are supported by reports usando la fuente etnográfica como herramienta
that in many traditions and mythologies, the vase principal, a través de testimonios vivos conservados
and the body, whether human or animal, share an tanto en determinadas comunidades del Mediterráneo
especially close relationship. como en otras sociedades, en las que el vaso y el
cuerpo, ya sea éste último humano o animal, disponen
Keywords: Ceramic Ware, Neolithic, Bronze Age, de lazos de relación estrechos.
Iron Age, Mediterranean Sea, Anthropomorphism,
Zoomorphism, Traditions. Palabras clave: Vaso Cerámico, Neolítico,
Edad del Bronce, Edad del Hierro, Mediterráneo,
Antropomorfia, Zoomorfia, Tradiciones.
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JOHANNA RECCHIA-QUINIOU, KEWIN PECHE-QUILICHINI Y GHJASIPPINA GIANNESINI
Fig. 1. Pots from la Cova de l’Or (Beniares, Spain). Early Neolithic. Marti, Hernanderz, 1988.
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JOHANNA RECCHIA-QUINIOU, KEWIN PECHE-QUILICHINI Y GHJASIPPINA GIANNESINI
Fig. 2. Pots from La Cova de la Sarsa (Bocairent, Spain). Early Neolithic.. N°1, 2, 3 : Marti, Hernandez, 1988. N° 4, 6 and 7 : Garcia, Lopez,
2011. N°5 : Baldellu et al., 1989.
At Cova de l’Or (Beniares), (Martí Oliver and Juan abundant decoration. The figure is encircled by two
Cabanilles, 1987; Martí Oliver and Hernández Pérez, vertical bands imprinted with a cardium shell in a zigzag
1988) several potsherds contain fragments of figures pattern, a motif this vase shares with pot number 2.
often composed of a triangular or sometimes oval-
shaped head atop a trunk. The figure’s arms are At Cova de la Sarsa (Bocairent) (García Borja and
raised above its head and end in four or five fingers. Casanova, 2010 ; García Borja and López Montvalvo,
Impressions made with the shell’s backside are often 2011), traces of imprinted figures are mainly found
used to depict features such as the eyes (Fig. 1:2 and on potsherds and do not allow the same analysis
7), fingers (Fig. 1:2 and 3), feet (Fig. 1:1), what appears of the whole vase as was possible for Cova de l’Or.
to be the tongue (Fig. 1:2 and 5), and even genitalia (Fig. Nevertheless, the same themes are present with
1:1). Those pots that are nearly or entirely intact show similar techniques, despite some stylistic variations
that the positioning of these imprinted figures complies (Fig. 2) Schematic figures imprinted with the use of
with the vase’s morphology, which itself sometimes a cardium shell; the limbs are attached to a linear
mirrors the human form. Pot number 8 has a flared body and the extremities, such as the hands (Fig.
neck, decorated with three imprinted bands, giving the 2:2), fingers (Fig. 2:1) and genitalia (Fig. 2:3 and 5)
feel of a necklace. On its globular belly, two breast- are rendered with the back side of a cardium shell.
like elements serve as handles, between which juts a The figure seen on pot number 2 distinguishes itself
simplistic figure. Pot number 1 shows the same type of stylistically from the rest of the Cova de l’Or creations,
schematic figure with a triangular head, raised arms, by virtue of its willowy and energetic style. Aside from
and shell imprints that serve as genitalia and feet. The the representation of simplified figures, the actual
vase possesses a very distinct neck, a curvy belly and shape of certain (Fig. 2: 6 and 7) brings to mind the
Fig. 3. Pot from Costamàr (Cabanes, Spain) Flors and Sanfeliu, 2011.
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JOHANNA RECCHIA-QUINIOU, KEWIN PECHE-QUILICHINI Y GHJASIPPINA GIANNESINI
human body: flared neck above an oval-shaped belly to their shape and/or the presence of appliqués that
or a marked shoulder with a neck attached to a belly resemble breasts. Two different methods for evoking
in the shape of a truncated cone, embellished with two the female chest have been identified (Jammet-Reynal,
perforated handles that resemble breasts. 2012: 92-93)1 (Plate 4).
At the site of Costamar (Cabanes), (Flors Ureña and The first type is comprised of pots with a spherical body,
Sanfeliu Lozano, 2011) one jar is decorated with a sim- topped by a short but very flared neck. They can be
plified figure that sets itself apart, stylistically, from distinguished by the presence of two breasts, molded
those found at Cova de la Sarsa and Cova de l’Or (Fig. in the body of the vase. The typology is reasonably
3). The shape of the figure conforms to the shape of the standardized, and very few variations, which do not
pot: the upper body, head and arms blend with the neck affect the general shape of the pot, are known: an
of the vase, while the lower body and legs are found inverted base on a vase discovered at Saint-Aubin-
on the body of the pot. The figure’s rectangular head Sauges (Gallay, 1977) and a neck decorated with
is detached from its corresponding trunk; its eyes are imprints on one of the pots at Mosatrasse in Zurich
sun-shaped, the arms and legs arched. (Stöckli, 2009). This type of pot has been encountered
at several sites, but they are always the exception in a
2.1.2. Ceramic art and rock art: a tangible series of vessels. Most of the time, only one example
semiological network is discovered, but rarely two or three may be found,
which is a testament to their unusual character. The
Studies have been done that focus on the relationship second type takes the shape of a flagon (Plate 4). In
between rock art and ceramic decors at Cova de la these cases, the breasts are suggested with the use
Sarsa. Stylistic similarities were revealed ( Torregosa et of lug appliqués that resemble nipples, such as those
al., 2001: 356; García Borja and López Montvalvo, 2011: seen at Mosatrasse (Stöckli, 2009). As was the case
233-234) between the figures imprinted in ceramic and with the first type of vessel, the body of the pot takes on
the schematic and “macro-schematic” figures found a markedly curved shape, bringing to mind a rounded
on the walls of rock shelters in the area surrounding belly, which is topped by a neck.
Cova de la Sarsa, as well as in the cave itself: arms
raised, visible fingers and genitalia, with the figure 2.2.2. Clay breasts in settlement settings
maintaining a central place in the composition (Fig. 4)
The archaeological context of anthropomorphic pots of The phenomenon of gynecomorphic vessels seems
the Early Neolithic Period provide little information. A to fall within larger scope of breast renderings. At
funerary context is probable at Cova de la Sarsa, where Mönchberg in Germany (Schilichtherle, 1998: 121) cob
human remains were unearthed and carbon-dated breasts have been found (Fig. 5), decorating the walls
to 5363-5302 Cal BC (1 sigma), 5462-5222 Cal BC (2 of a home. The same type of artifact was discovered at
sigma) (García Borja et al., 2012). The parallels drawn Baden-Württemberg in Klingenberg (Seidel, 2010:167-
between rock art and that found on ceramic pots allows 168). It is interesting to note that these gynecomorphic
us to hypothesize that anthropomorphic vessels are pots and cob decorations are incorporated into domestic
incorporated into a semiological system that uses the settings, and that their presence is not, in theory,
same network of symbols as anthropomorphic figures, reserved for spaces outside the domestic realm (Fig. 6).
Y-shaped figures and X-shaped figures, whether in
isolation or associated with others. 2.3.1. Through the eyes of Los Millares
2.2.1. The breasts of the Early Neolithic Alpine Arc During the Chalcolithic period, in Southern Spain, we
witness the development of the Los Millares Culture,
In the Alpine Arc, a class of pots known as which owes its name to the Los Millares site, a large
“gynecomorphic” vessels are attested during the village covering approximately 6 hectares that is
Middle Neolithic Period, notably for the Cortaillod and surrounded by a series of four fortifications. The site
Milchesberg Cultures. They owe their nomenclature is most known for the presence of a large necropolis
1 JAMMET-REYNAL, L. (2012): Le Néolithique Moyen Bourguignon dans l’arc jurassien (4400-3600 av. J.-C.): Définition d’un groupe cérami-
que. Thèse de doctorat.
Fig. 4. Comparaison between rock art and pottery. Production of early Neolithic in South of Spain. A : Photo ©Héctor Juan (Garcia and Lopez,
2011). B : From Torregrossa, Galiana and Ribera, 2001.
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Fig. 5. Gynecomoprhic pots in Switzerland. Culture of Cortaillod. N°1 : Mörigen, (Berne, Suisse) 2: Saint-Aubin-Saint-Sauges (Tivolo, Suisse),
(Gallay, 1977). Pots from Mozartstrasse in Zurich. Culture of Pfyn. Breast modelled, n°3, 4. Breast applied, n° 5 and 6 (Stocklï, 2009).
Fig. 6. Cob’s Breast, Mönchberg (Stuttgart, Germany), ©Monika Ern, (Schlichtherle, 1998).
that measures 13 hectares. The element of interest and mythology (i.e. the way in which a member of the
to this study is a type of vase referred to as “oculado”. society describes the reason behind the use of certain
These vessels are often short and adorned with incised established techniques).
sun-shaped eyes (Fig. 7), a type of decor found as far
away as Portugal. The anthropomorphic character of 2.4.2. The narrative function
the vessels is, in this case, centered around the face,
with two sun-shaped eyes embellished with brows. The narrative function englobes the discourse that
This type of pot seems to be restricted to the funerary covers the relationship established between the body
realm. At Almizaraque, one example was discovered and clay, which is often manifested in creation stories
in a megalithic tomb (Almagro Gorbea, 1965: 43-44), or myths. The pot is a vessel used in the expression
while at Los Millares, two were unearthed in the of part of the history or genesis of human beings, the
necropolis (Ballester Tormo, 1946). community or a civilizing hero. Interestingly, the art
of pot-making is frequently associated with the notion
2.3.2. Idols of the funerary realm of the creation of mankind or with fertility, notably in
the societies of sub-Saharan Africa (Gosselain, 2002:
These oculado pots can be incorporated into a much 205). This kinship is discernible through the mythol-
larger set of renderings of sun-shaped eyes. These ogy espoused by these societies.
artifacts, called “ídolos oculados”, are often shaped
from bone. They are sometimes found in settlement Two main types of myths can be observed (Tab. 1) on the
contexts (Vera Rodríguez, 2010), but can be seen in one hand, there are those that describe the gestation
funerary contexts as well (Maicas Ramos, 2010) or birth of humanity, a god or a hero as having taken
place inside a pot. One Zulu myth, for example, tells the
2.4.1 An attempt at a new typology story of one of mankind’s first women, who overcomes
her sterility by placing her own blood in a pot so that
It turns out that pots with anthropomorphic character- it may serve as a vessel to carry a child in her stead.
istics stem from a thought process that is discernible Yvanoff, 1998: 312). On the other hand, we find myths
through observation of other aspects of the material that explain humanity’s creation from the molding of
culture. Therefore, it seemed necessary to establish a a hunk of clay. The Dogon potter imitates the gestures
typological system capable of reflecting the semiology practiced by the great mythological potter, thus repro-
inherent to anthropomorphic imagery. With the use of ducing the creation myth through pot-making (Yvanoff,
ethnographic and ethnoarchaeological case studies of 1998: 308) Thus, pottery is at once an integral cultural
potter groups in Africa and sometimes elsewhere, we marker as well as a tradition, or even a rite that con-
have developed a classification system based on the stantly renews the creation myth.
modes of representation of anthropomorphic imagery.
Different types of information were taken into account. 2.4.3. The metonymic function
These include: the semantics (i.e. the names used to
refer to the pots or parts of a pot), beliefs and taboos, The metonymic function evokes the human body by
(i.e. the rules that govern the fabrication of the pots) focussing on a particular attribute. It thus accentuates
Guarani (Amazonia) The rst woman was created in a pot by two gods, tired of being alone Yvanoff (1998)
The pot can be a womb of
Zoulous Gosselain (2002)
substitution instead of uterus of infertile women
Women are called Nue, clay is called Nui. Clay has a feminin
Jivaros Lévi-Strauss (1985)
soul. The pot is considered as a woman
Shaping
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Fig. 7. Los Occulados. Elements from the material culture in south of Spain during Chalcolithic period. n°1: pot from Almizaraque (Ballester
Torma, 1946). n°2: Pot from Los Millares (Müller-Karp, 1973), n°3: pot from Los Millares, Tumb 15 (Pilar Pardo, 2006). n°5: Bones “occula-
dos” (Ballester Torma, 1946) n° 7: Idolo de Extramadura, Valle del Gaudalquivir, ©Museo Nacional de España.
the symbol that reflects a certain body part in order peoples, the circumcision of young men is associated
to showcase its symbolic function. For the Thonga with the firing of pots. The ritual death of the
people of Mozambique as well as the Edwondos of circumcised individual is announced to his mother
Cameroon, the gestation period is embodied by the through the pronouncement that, “the recipient
molding and firing of pottery. The Kono of the Sierra- that had entrusted to us, so that it may be fired, has
Leone, the Ashanti of Ghana, and the Mossi of Burkina broken.” It is also possible to convey this meaning
Faso liken the female womb to a vessel inside which through the shattering of a vase at the threshold of
a child is prepared in much the same manner as food a home (Gosselain, 2002: 206). In the same line of
(Gosselain, 2002: 205). Whether they be the signified thinking, O. Gosselain points out that:
or the signifier, the pot and the uterus, or womb, hold
similar properties, the purpose of which is to contain, “L’association pot/personne laisse d’ailleurs
grow, transform and give birth. In Zimbabwe, the supposer que si la reproduction humaine est
Karanga people create pots called Shambakodzi and assimilée à la fabrication de la poterie, l’inverse
Hadyana (Collet, 1993: 506-507). These are vases that pourrait être vrai. Ici, les exemples explicites
take on the typical elements of feminine clothing, as sont rares, mais la proposition semble se con-
well as tattoos or scarifications, which are also used firmer lorsqu’une potière tikar m’explique que
to decorate firing kilns. Evers and Huffman (1988) also le pot fraîchement fabriqué est identique à l’en-
mention the existence of molded vases that symbolize fant qui vient de naître”. (Gosselain, 2002 : 206)
breasts. These pots are used to cook porridge given to
children so that it becomes nourishing like mother’s “The pot/person association also leads to the
milk. Thus, the vase takes the place, in some ways, of supposition that, if human reproduction is
the mother in her capacity to nourish her children. It likened to pottery making, the opposite could
is also important to note that, for the Karanga people, also be true. Explicit examples of this are
the metonymic value of the vase also extends to sexual rare, but this assertion is corroborated by a
attributes. The prohibition for men to attend the firing Tikar potter’s explanation that a freshly made
of pots is linked to the heat emitted by the “uterus- pot is identical to a newborn child”. (Gosse-
jar”, which is comparable to that of a pubescent girl, lain, 2002: 206)
who would cause him to boil (1988: 739).
This pot/person association is also discernible in the
Upon return from his stay among the Bamileke of Okiek culture of Kenya. Indeed, the presence of a man
Cameroon, Emile Buisson (1930) reported that the during the fabrication of a pot (which is prohibited), is
motifs that adorn a certain type of pot are also used as said to kill the vessel (Kratz, 1989 :68). A list of the
male corporeal decoration in the form of scarification. ethnographic evidence of the personification of pots
These few examples show that the metonymic func- would prove lengthy. Nevertheless, this phenomenon
tion held by pottery mainly serves to highlight three is illustrated through rituals and is also an important
activities: nourishing, giving birth and distinguishing aspect of the terms frequently used when referring
oneself from others. to pottery.
The process of personification is the equating of a This semiological classification system, formulated
pot to a person. As described by O. Gosselain (2002: using data from the mythographic, ethnographic
205) and later spelled out by N. Barley (1994) this and ethnoarchaeological literature, allows us to
phenomenon can take different forms. It can manifest establish a typology of anthropomorphic pottery that
itself as ritual practices or events that punctuate life reflects their semantic value. The pottery of the Early
and involve a discourse or terminology that associate Neolithic Valencian Cardial, by virtue of its elaborate
a person with a vase, which implies, in the operational use of imprinted schematic figures, appears to
sequence of pot-making or rituals, identical gestures correspond to a functional narrative. A metonymic
and processes. For the Kono (Sierra Leone), Gisu function seems to be evoked by Middle Neolithic
(Uganda) and Luba (Democratic Republic of Congo) Alpine Arc gynecomorphic vases, which are limited
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to the representation of breasts. Finally, taking into known ad ascia, a nastro, which can either be pierced
consideration the funerary context in which they are or not. They then develop into the a lumaca. Little
found, the Los Millares pots from the Late Neolithic by little, this adjunct grows in size and acquires the
fit nicely into a personification model. It would also vital role of “thumb-rest”. This surface then becomes
appear unwise to close these categories, as any one a malleable medium for symbolic expression and is
pot, as a semiological object, would rarely correspond often adorned with plastic decorations or an indented
to one sole signified notion. decor, notably at Grotta Nuova or on terramaricoles
ware. In the Late Bronze Age, the last phase of this
development before a vast stylistic renewal that
3. ZOOMORPHIC VESSELS: CASE STUDIES takes place during the last stages of the Bronze Age,
OF THE PROTOHISTORIC CENTRAL- Latium groups from Campania and the surrounding
WESTERN MEDITERRANEAN AND DEGREE areas (sub-apenninic contexts) are distinguishable by
OF PERSISTENCE their adoption of a naturalist style that is expressed
through the representation of bird heads in place
Here, we will discuss the topic of zoomorphic imagery of the handle (Cocchi Genick, 2004). Aside from the
in the realm of independent expression in ceramic undeniable increase in ease-of-use brought about by
vessels. This discussion will be limited to protohistoric their shape (with the beak turned outward to serve
societies of the central-western Mediterranean. as a thumb rest), these handles allow us to better
Before developing this topic using specific examples, apprehend the imagination and symbolic dialogue
we remind the reader that zoomorphic imagery is only of its users. The birds depicted are almost always
rarely expressed at the vase’s structural level -as in wading birds (egrets, woodcocks, herons, flamingos,
the case of the rhyton- and much more frequently ducks, skylarks, hoopoes, etc.), that are molded from
through plastic additions depicting the most obvious the base of the neck up. The species used are those
characteristics of an animal: the head, horns, wings, that generally frequent coastal swamplands and may
tail, feet, etc. In this regard, these elements can be be migratory or sedentary birds that were most likely
decor-like. Aside from central Italy, where these types hunted. The shape of the bird is schematic and only the
of vessels are typical of tableware, such recipients most obvious anatomic regions are depicted (Plate 1):
come from “exceptional” contexts and are probably beak, eye, head shape, and sometimes crest. These
loaded with a mythological significance that brought recipients are part of a set of tableware that cannot
about the development of the symbolic aspects of this be distinguished by any specific contextual features.
phenomenon. In most cases, the animals do not come In this manner, the symbolic aspect of this imagery
from a crypto-zoological repertoire. They instead are does not seem to be linked to any particular function
derived from species encountered by protohistoric on a structural scale but is, instead, an ergonomically
people on a daily basis. useful decor.
Plate 2. Rhyton mycénien de l’épave d’Ulu Burun, fin XIVe siècle (photo: Castle-Museum of Bodrum).
3.2. THE AEGEAN BRONZE AGE: RHYTONS AND ever-growing realism. The animals depicted vary:
ZOOCHEPHALIC HANDLES cows, dogs, horses, pigs, goats, rams, donkeys,
deer, bucks, crocodiles, etc. There are also a few
During the same period (Late Helladic III), the examples of mythical creatures such as the sphinx,
Greek world produces and diffuses recipients that winged horses and griffons. It appears that the sty-
can also be classified as one-handled cups that are listic broadening caused by this iconographic diver-
linked to the ritual consumption of liquids (Wine? sity correlates with a certain loss of the original
Beer?): rhytons. The unique feature of these ves- meaning of the rhyton’s diffusion, which was first
sels, which were probably also used to extract liq- reserved for use by palatial elites before becoming
uids, is that they have a generally realistic zooce- a simple piece of tableware as early as the middle
phalic structure. The vessel’s opening is made of of the first millennium.
the base of the animal’s neck so that the mouth of
the animal is always facing down when the vessel The second expression of the zoomorphic reper-
is full. The first Mycenaean rhytons always depict toire seen in the vessels of the emergent Greek
horned animals, most notably rams or mouflons, world can be found in the rapid development and
(example from Ulu Burun; Plate 2), wild boar and simplification of handles shaped in the bust of
most often bulls, an animal that recurs frequently horned animals, which are diametrically opposed.
in Helladic and Cretan iconography and symbol- The most well-known example is the handle of
ism, where it seems to be associated with a con- Mycenaean “Warrior Vases” (Fig. 8), which date
cept of politico-religious authority. The golden age back to the Late Helladic III B2/C1 period. Embel-
of the rhyton is the Classical Era, during which lished with painted geometric-like shapes, this
the banquet ritual becomes more available to the type of handle adorns vases of high decorative
masses. From that point, it seems that the stylistic value that are discovered in aristocratic burials
features that characterize the end of the Bronze or palatial contexts. The vessels of the following
Age melt into the stylistic diversity that becomes period, which are referred to as geometric, are
widespread across the Mediterranean beginning in typified by an accented stylization of their handles,
the 6th Century BC. From then on, rhytons become which become almost systematic on large painted
a medium of expression that offers a large repre- vessels, most notably amphorae and goblets (Figs.
sentational diversity, whose common thread is an 4 and 9).
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Fig. 8: Anse du Vase des Guerriers, Mycènes, vers 1200 av. J.-C. (photo: National Archaeological Museum, Athens).
Fig. 9. Anses en protomé cornu du premier âge du Fer de Corse: Cuciurpula (a-j), Acciola (k), Punta di Casteddu (l), Santa Barbara (m) (dessin:
K. Peche-Quilichini).
Dating back to the Bronze/Iron Age transition, which completely useless plastic additions (Campus, 2012).
takes place during the 9th Century BC, southern In the North, a similar tendency can be seen, but horn-
Corsican and northern Sardinian groups also like handles2 are also added. These appendages are
manufactured vases with handles that take the shape comparable to those identified in southern Corsica,
of horned animal busts. The imagery includes such as is the case with one large vessel (Plate. 3) from
animals as mouflon and bulls, and a less certain the “meeting hut” in the nuragic village of Prisgiona,
presence of billy goats (Fig. 5). Remarkably, the size which was recently excavated by Angela Antona
of the geographic region affected by this phenomenon (et al., 2010). It is interesting to note that this jar is
corresponds perfectly to the contextual recurrence also adorned with a cord depicting a snake, which
of the sites concerned. In fact, of all of the recent was a powerful traditional metaphor for the chtonic
discoveries having provided reliable information as rulers in the iconographic and symbolic codes of the
to the function of the artifacts, those vessels outfitted Mediterranean region. In Sardinia, when zoomorphic
with zoomorphic handles were part of a set of entities vases are absent, the animal itself is often placed
having great symbolic significance: burials (Acciola, in a pit beneath the building. It is apparent that the
Punta di Casteddu, Cuciurpula-shelter 2) and species is not randomly selected, because it is always
foundation deposits dated from the 9th to 7th Centuries wild game... and horned3.
BC. This last case is particularly well-illustrated by
observations recently made at the Prisgiona nuraghe 3.3.2. The multi-footed foundation vase of house 1
(Arzachena, Sardinia) and the Cuciurpula settlement at Cuciurpula
(Sorbollano, Corsica) (Fig. 9).
The excavation of house 1 (early 8th/early 7th Century BC)
3.3.1. The ceremonial vase from the Prisgiona at the Cuciurpula settlement, located in southern Cor-
nuraghe “meeting hut” sica, brought about the discovery of a vase deposited
in a foundation trench, under the flashing. This small
In Sardinia, foundation vases and other ceremonial vessel (Plate 4) was crushed where it lay, probably
vessels are common from the end of the Bronze during the erection of the walls (Peche Quilichini, 2010).
Age. Their presence is mainly linked to buildings of It is adorned with an obviously zoomorphic handle,
a “public” or “community” nature (“meeting huts”, whose shape clearly evokes a mouflon head, which is
nuraghi, towers, pits, temples, etc.). In the center an emblematic animal in this micro-region even today.
and South of the island, they always take very specific The analogical process is amplified here by the sche-
shapes and are often adorned with a great number of matic depiction of the wooly tail and flanks of the animal
2 It is possible to draw a parallel between these handles and the multitude of bronze figures of lightweight ships that appear contemporaneously
at all worship sites in Sardinia. The naviform bronzetti figurehead is, indeed, systematically adorned with an animal head, preferably horned.
3 This type of deposit is also documented during the Bronze Age of the Alpine Arc, the best example being the megalithic sanctuary at Saint-
Martin-de-Corléans, in Valle d’Aosta.
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through the addition of cords. The vase also had feet the South from the end of Bronze Age onward and
(probably four), that were not found during excavation, even as early as the Late Bronze Age. Menhir statues
which is probably evidence of their intentional removal, can be found either alone or aligned in groups.
perhaps during a foundation rite destined to “prevent” These monoliths are slightly taller than the average
the totem animal from leaving the space with which it is man, and aside from anatomic features, they are
associated. This association is also a testament to the also adorned with weapons and armor. Among
theoretically antinomic symbolism of a fundamentally the armor, there is a large number of skullcap
domestic place and a wild animal forced to reside there. helmets that sometimes cover the ear and that
This conveys a mythologically complex structure that were likely originally made of leather. A minority
we can only apprehend from a hypothetical perspective of these helmets, notably those found on the 2nd
but that demonstrates a certain cultural homogeneity and 4th monoliths at I Stantari (Sartène) (Plate 5),
and common superstitions in southern Corsica and have small cavities assumed to hold horns whose
northern Sardinia. purpose may have been to enhance the appearance
of the helmet and thus the realism of the warrior
image. The horned helmet is, in fact, a classic
3.4. SOCIAL ECHO AND THE LEGACY OF THE HORN´S element of the foot soldier’s armored uniform
SYMBOLISM : THE EXAMPLE OF CORSICA around the end of the 2nd millennium, because
its use is attested from Egypt to Peloponnesos to
Aside from the evidence provided by the analysis Sardinia (Plate 6). It would seem to be an attribute
of ceramic output, which is, by definition, indirect, that serves as a reminder of the power of the
the symbolic importance of the horn for the Corsi- animal from which the horns were taken. This is
can peoples of the protohistoric period and the very easily understood in a social context often defined
recent past takes other forms, often related to icono- by tensions and conflicts, as is the case for the end
graphic codes and/or religious manifestations. of the Bronze Age in the Mediterranean region.
Unfortunately, the acidic island subsoil hinders the
3.4.1. The horn’s status in the Late Bronze Age direct documentation of the horn’s use by these
societies of Corsica populations. Nevertheless, a counter-example is
known. At Cuciurpula, the excavation of the older
It is difficult to discuss the island’s Bronze Age layers of settlement 6, which was occupied from the
without mentioning its anthropomorphic megaliths. 14th to the 12th Centuries BC, led to the encounter of
The phenomenon is particularly well-developed in faunal remains made up entirely of goat and bovine
Plate 5. Alignements d’I Stantari, hypothèse de restitution des cornes (photo et élaboration graphique: K. Peche-Quilichini).
spongiosa (Peche-Quilichini et alii., forthcomming). 3.4.2. Reverberations in the very recent past
This discovery is very surprising because the
interior portion of the horn, which is highly Quand’ellu canta lu cuccu,
vacuolar, is theoretically among the first elements Muta pelu li singhjari.
to disappear in a non-alcaline soil context. Yet, in E la gallina faci l’ovu,
the present case, these are the only elements that Senza mancu nidicati.
remain. In order to explain this phenomenon, one E lu beccu inchjirchja i corra,
may posit that this find was actually a specialized Chi ni pari un ginirali.
horn cache kept in some kind of container or pit,
and that it was preserved at least in part due the “Quand le coucou chante,
physicochemical process of autobasification. In Le sanglier change de peau.
any case, the discovery of horns carrying a special Et la poule fait l’œuf,
status at a site whose context shows signs of Sans même un faux nid.
symbolic use proves to be an important source Et le bouc voit ses cornes s’arrondir,
of information with which to contextualize our Et ressemble à un général.”
understanding and the hypotheses we formulate in
regard to ceramic output. Dicton de Laretu di Tallà
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Horned divinities dominate the pantheons of the pre- quick” that no one is able to capture it. It travels at the
historic Mediterranean and have strongly influenced speed of light; it is as untouchable and evanescent as
the beliefs and imaginations of traditional societies. light, which demonstrates the link that joins the two.
Legends, myths and rituals alike bear their mark and These tales, though Christianized, show glimpses of
sometimes carry on their memory. Despite Christian- the ancient threads of a cult rendering homage to a
ization, these ancient tenets have endured in these god of Light, born of a rock -such as Mithra- in the
societies at the most “archaic” level. In rural Corsica, middle of the darkest night of the year. This theme is
farmers, villagers and, most importantly, shepherds again encountered in stories that tell of the presence
still feel the presence of these divinities, who though of gold in rock, a belief that has contributed to the
under different names, still reside at the heart of their shattering of many menhirs.
system of representation of the world around them and
the rules that govern their interactions. At Vasculacciu, an important megalithic site in the
southern part of the island, it is said to be buried in
Horns, which are symbols of power and strength, are rock chests. Many have searched for this treasure,
worn by dominant males and are believed to hold all but legend claims that at the first strike of a pickaxe,
manner of powers, but in particular that of distancing it begins to rain. If the treasure hunter persists, a
negative forces. Life is a struggle a powerful, violent furious, black bull then appears and chases away
force to be channeled. The bull, the ram and the billy the transgressor. This bull, heralded by the rain,
goat evoke this image of power. However, this energy is the Lord of Storms, sovereign god of the ancient
is a constant flow of movement that animates the Mediterranean pantheons. The storm, sometimes
world, from creation to destruction. The horn is also accompanied by quaking, uncontrollable, impressive
dangerous and can be the agent of death. It, there- manifestations of Nature’s violence, brings man
fore, holds a dual power. This is why both a negative back to his rightful place. Thunder, lightening, and
as well as a positive connotation are attached to this earthquakes are all weapons of the gods. They are
symbol that carries strong apotropaic power. most notably attributes of Zeus’ brotherhood. To
desecrate an ancient tomb, dolmen or other burial, to
Numerous tales and myths evoke the Golden Calf. It demolish a menhir to push the limits is to provoke the
is said to hide among the megaliths, at the summit of wrath of the Heavens. Rain is the first manifestation,
mountains, and in the dark depths of caves. Dominique then the ancient god appears in the form a bull. The
Carlotti (1924) documented a legend that recounts the Devil, who also bears horns, will later replace this
tale of the Golden Calf, who, upon the third stroke of divinity. It is undoubtedly for this reason that the
midnight on Christmas Eve, the night of the winter prayers associated with numerous rituals intended
solstice, comes out of a boulder. After circling the to provoke rainfall call on oxen, bulls and cows to
rock once, it faces East, direction of the rising sun and bring on the rains needed to save crops.
towards which many temples from diverse religions in
various parts of the world are oriented. The animal is Bulls and oxen, driven by a saint in Christian versions,
said to emerge from the rock glowing like the sun. Pic- designate the place to build and consecrate a temple
culinu, who witnessed the scene is terrified and falls or construct a village, the first houses and church.
into an opening in the rock. He finishes his fall in an Black billy goats, gigantic mouflons and golden-
endless cavern full of gold; a marvelous world where fleeced rams also populate Corsican tales. With their
the pastures are sprinkled with pearls and boulders footprints, they mark the territory and define the
are made of rare metals and where, from each rock, limits and places of worship; they mark old tombs
upon the slightest puff of air, a wonderful glimmer and the sacred and “protected places”. Remnants
emanates. The Calf of Light is born at the winter sol- of forgotten pantheons, they continue to haunt the
stice from a boulder considered to be a portal between island lore. Thus, they are encountered at the heart
worlds. The rock as receptacle of a being of light is of the carnival, where the mannequin, temporary
also encountered in a legend of Tritorre, a mountain king, wears the longest horns available. His herd is
that overhangs the village of Guagnu, whose summit also adorned with impressive horns, strange masks
is split into three rock towers, after which it is named. and animal skins. They represent the powers of
According to one legend, a “mythical bovine-headed the Otherworld, who hold captive the forces of life
animal made entirely of gold is imprisoned by these and who, in the dangerous month of February, will
walls” and it “escapes at dawn each day, “but “it is so surrender them unto men.
Horns are also reputed protectors that keep “evil dead. Their horns encapsulate and symbolize them.
eye” at bay, thus avoiding the negative force that They evoke their strength and power and give men a
weighs down men and their herds, attracting bad weapon with which to fight the negative forces that
luck, illness and accidents. Hung around the neck hinder them in life. Thus, they are able to summon
and made of corral or metal, they are given as early the protection of these old divinities that still reign
as childhood. Placed on fences and near enclosures, over “growth, seeds and germs”, who govern storms;
they protect the herd (Fig. 7). The act of making them they are recognizable in the rumble of thunder and
by hand, a gesture of conjuration, renders them in the course of the sun. They take with them, in the
protective against the ill effects of jealousy, envy, incessant dance of the cycles of time, all that lives
and vectors of “evil eye” brought on by a compliment. and all that is born.
They also serve as amulets or receptacles for
amulets that are hung from the necks of dominant
livestock in order to protect the entire herd. In short, 4. CONCLUSIONS
the horn is ever-present in the shepherd’s toolkit,
where it constitutes the raw material for handles for In quantitative terms, Neolithic anthropomorphic
cutlery, in particular. pottery is relatively rare. In the pottery series to
which they belong, their presence is uncommon,
During foundation rites, at the placement of the but their ostentatious style bears the footprint of a
foundation stone or on the threshold of the home semiological, symbolic and sociological richness.
at its inauguration, it was customary to sacrifice The key point of this discussion resides in the fact
an animal and spread its blood on the stone. Most that these objects do not stand alone but are, instead,
often, the sacrificial animal was a rooster or hen, part of a larger network. This semiological network
but mention of billy goats or rams is not unheard of. is characterized by anthropomorphic imagery:
These virile males attract the forces of life into the schematic figures during the Early Neolithic period in
home, promoting fertility and abundance. This is a the Valencian Cardial culture, breasts in the Middle
flagrant example of the remnants of practices dating Neolithic cultures of the Alpine Arc and sun-shaped
back to the protohistoric period, or perhaps even eyes in the Chalcolithic period in southeastern Spain.
earlier, that echo the processes described above. The observation of the sociological mechanisms that
govern pottery-making in recent societies, notably
Enclosure gates, thresholds, foundation stones among the peoples of Sub-Saharan Africa, shows
and cornerstones all share the notion of boundary. that the anthropomorphic characteristics of the
Passageways, boundaries and foundations were pottery are not systematically ostentatious. Instead
places or moments that inspired fear because they the data show that pot/man relationships revolve
are analogous with death, the ultimate boundary. around three ontologies: narration, metonymy and
These places belong to the dead, to ancestors and personification. This new interpretation allows us
the Otherworld. In this way, the dual directionality to view archaeological output from an angle that
of horns can only remind us of the function of permits us to approach pottery as a semiological
the latin god Janus, the two-headed guardian of object in the sense that Roland Barthes understood
passageways, whose importance in Corsica is it (1985: 249-260).
visible in its toponymy. Numerous rituals linked to
these passages or “first times” endure. The home, In the domain of zoomorphic expression, as we
place that will shelter the family, must be anchored have seen, after the first ornithomorphic Italian
to a territory rooted, so to speak. Thus, it must be pottery, prehistoric potters were mostly inspired
protected from negative energy that may harm by paired horns, which were perceived as a
the family. For this, one honors and invokes one’s restrictive synecdoche of the animal who bore
ancestors in order to appease them. them. The interpretation of the horn’s symbolism
in the Mediterranean region has undergone much
These horned divinities are the symbol of the examination. Simplistically, for some, it is an
unceasing motion of life. Moving from one world attribute of the bull, an animal of great power,
to another, from sunrise to sunset, from death to and is therefore a masculine code. For others, it is
rebirth, they are, in essence, psychopomps and form likened to the moon, whose cycles have a menstrual
a link between worlds, between the living and the rhythm, and would thus be a feminine symbol.
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JOHANNA RECCHIA-QUINIOU, KEWIN PECHE-QUILICHINI Y GHJASIPPINA GIANNESINI
4 On this point, we refer you to the studies on Minoan “horns of consecration” (Marinatos, 1993 ; Milicevic Bradac, 2005).
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JOHANNA RECCHIA-QUINIOU, KEWIN PECHE-QUILICHINI Y GHJASIPPINA GIANNESINI
Resumen Abstract
1 Arqueoloxía do Noroeste S.L.U. Pza. Maestro Rodrigo, 7, 15173 (Oleiros, A Coruña). [ juan.cano@arqueonor.net ] ; [ diego.piay@arqueonor.net ]
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
Lám 1. Vista cenital y panorámica del túmulo 1 de A Áspera durante su excavación. I Vista cenital del túmulo 1 durante su excavación. II. Vista
del túmulo 1 tras retirar la coraza pétrea.
anillo pétreo (Lám. 4-IV) (Fig. 2 y 3). El interior supervisión arqueológica, con lo cual se veri-
de la superficie de estas fosas presentaba evi- ficaría la posible presencia de nuevos elemen-
dentes signos de rubefacción, evidenciando un tos arqueológicos.
ritual vinculado con la combustión, que podría
estar asociado con la estructura exhumada en La excavación de este nuevo elemento, mejor
la parte sureste del túmulo (Lám. 3-II). Por conservado, se desarrolló durante el final del
otra parte, en el interior de la fosa inicial se invierno del año 2010 y la primavera del mismo
localizaron dos láminas de sílex y tres puntas año (del 15 de marzo hasta el 4 de junio). La
de proyectil in loco, mientas que en las fosas nueva intervención permitió definir el proceso
posteriores o en relación directa con las mis- de construcción del túmulo: tras excavar una
mas se exhumaron fragmentos de varios reci- fosa central para albergar el enterramiento,
pientes cerámicos también in loco (Lám. 4-III), se erigió el túmulo térreo con el sedimento
y un importante ajuar lítico (Lám. 7-IX), donde -también depurado de componentes pétreos-
sobresalen las puntas de proyectil. Éstas disponible en el entorno inmediato. Para sos-
podrían proceder de la alteración parcial de la tener el túmulo de tierra se colocaron piedras
fosa inicial. En todo caso hay que destacar la de tamaño medio, que conformaban un primer
ausencia de elementos cerámicos en el sedi- anillo lítico que alcanzaba 1,40 m de espe-
mento que colmataba la fosa inicial. sor (Lám. 5-VI). Posteriormente, y tras llevar
a cabo una selección consciente del material
c. Ampliación del área de excavación. Cuando lítico, se configuró un segundo anillo perime-
se estaba finalizando la excavación del nuevo tral, de piedras de menor tamaño, en el límite
túmulo documentado, se optó por retirar los del túmulo térreo. Este anillo alcanzaba 2 m
desechos de la tala de arbolado ubicados al de anchura, y se conservaba íntegramente (ver
norte de la excavación. El objetivo era incre- Lám. 5-V). Dado el empleo del soporte cuarcí-
mentar el espacio destinado a escombrera, tico fundamentalmente blanco para configurar
generando así un área mayor para la deposi- el anillo lítico, puede suponerse la gran visi-
ción de los sedimentos extraídos en el curso de bilidad del elemento auspiciada por la irradia-
los trabajos. Durante el control directo de esta ción solar.
actividad, se vislumbró una nueva estructura
tumular, que se ubicaba aproximadamente a 20 En la zona central no se localizó estructura pétrea.
m de la anterior (Fig. 2). Este túmulo inédito, de Tras retirar los sedimentos alterados correspon-
menor tamaño, contaba con unas dimensiones dientes al cono de violación, se localizaron los
de 12,71 m (eje este-oeste) y 12,60 m (eje nor- restos de una fosa central excavada en el sedi-
te-sur). Su alzado final apenas superaba el 0,50 mento aluvial original (Lám. 6-VIII), en la cual se
m y tenía un cono de violación central de unos 4 documentaron dos hachas pulimentadas in loco
m (eje norte-sur) y de 3,5 0 m (eje este-oeste). (Lám. 75-X). En el entorno inmediato del túmulo
se encontró en su parte suroeste una amplia fosa,
El hallazgo del nuevo elemento arqueológico colmatada con restos de talla y termofragmentos
incrementaba la problemática patrimonial. y una serie de zanjas excavadas en el sedimento
A pesar de estudiar alternativas viables para aluvial original, algunas de las cuales estarían
evitar la excavación integral del elemento relacionadas con el monumento funerario.
y desviar el trazado, ninguna propuesta fue
satisfactoria. Por todo ello se hizo necesario En cuanto al espacio intratumular, no fueron
acometer una nueva intervención arqueoló- detectados durante la excavación del mismo res-
gica. La actuación comprendería la excavación tos arqueológicos. Sí se documentaron alteracio-
total del nuevo elemento documentado y su nes en esta zona debidas a las labores agrícolas
entorno inmediato, y también del espacio ubi- reiteradas. Prueba de ello son los fragmentos
cado entre ambos túmulos (ver Fig. 2). Además modernos de hierro encontrado entre los dos
se realizaría un decapado de toda la superficie túmulos, asociado a improntas en negativo gene-
restante empleando medios mecánicos bajo radas por el empleo del arado.
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Lám. 2. Ortofotografías del túmulo 2 de A Áspera: III. Vista del túmulo 2 durante la excavación; IV. Segundo nivel de anillo lítico documentado
en el túmulo 2
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Lám. 3. Excavación de la fosa del túmulo 1 de A Áspera: I. Restos cerámicos in situ localizados en la fosa central del túmulo 1; II. Fosa central
del túmulo I, tras finalizar su excavación.
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Lám. 4. Proceso de excavación del túmulo 2 de A Áspera: V. Vista del túmulo 2 durante su excavación; VI. Fosa central del túmulo 2, tras
finalizar su excavación
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
En el túmulo 1 (Fig. 2), los restos cerámicos se La relación entre la secuencia estratigráfica básica
distribuyen por toda el área excavada, a excep- simplificada y los restos cerámicos recuperados
ción del cuadrante noroeste, en el cual se aprecia durante la excavación del túmulo 1 se presenta de
una significativa ausencia de fragmentos, si bien forma sintética en la tabla 1.
debemos tener en cuenta que se trata de la zona
más deteriorada del elemento. Destaca además Siguiendo el gráfico reproducido sobre estas
la presencia de una concentración de materiales líneas, la distribución por UES es la que sigue: 148
en las fosas secundarias y sedimentos asociados fragmentos (35,4% del total) en la UE002 [Tierra
a las mismas, y en la parte este de la estructura vegetal]; 127 fragmentos (30,4% del total) en la
tumular. Esta distribución se relaciona directa- UE009 [Masa tumular]; 62 fragmentos (15,3% del
mente con la secuencia estratigráfica básica, que total) fueron exhumados en la UE038 [Sedimento
pasamos a describir brevemente: por debajo de que colmata la fosa central]; 48 fragmentos (11,5%
la capa vegetal, se documentó un nivel de tierra del total) en la UE005 [Transición al sedimento
negra húmica, bajo el cual subyacía los restos del aluvial original]; 22 fragmentos (5,2% del total) se
anillo lítico de la estructura tumular. Por debajo localizaron en la UE11 [Relleno del cono de viola-
del nivel pétreo se documentó la masa tumular del ción]; cinco fragmentos (1,2% del total) en la UE028
elemento, que no era homogénea, y presentaba [Depósito que colmata una fosa]; dos fragmentos
algunos depósitos carbonizados sin fosa en su (un 0,5% del total) en la UE013 [Depósito que col-
sedimento. En el centro del túmulo se encontraba mata una zanja]; un fragmento (0,2% del total) se
un cono de violación que cortaba a la masa tumular exhumó en la UE025 [Depósito que colmata una
y alcanzaba el conjunto de fosas centrales. La fosa zanja] y el fragmento restante (0,2% del total) en
inicial estaba excavada sobre el sedimento aluvial la UE037 [Depósito que colmata una zanja]. Los
original y las posteriores sobre este sedimento fragmentos decorados recuperados se concentran
y sobre el relleno de la primera fosa. La tierra en la UE009 con 111 exponentes; UE038, con 39
vegetal cubría también una serie de estructuras exponentes; UE002, con siete; UE011, con cuatro,
agrupadas principalmente en la parte este y sur y UE005, con tan sólo tres exponentes. En este
del túmulo, que habían sido excavadas en el sedi- túmulo un 22,7% de las cerámicas aparecen rela-
mento aluvial original y que como explicado pue- cionadas con estructuras concretas (el cono de
den relacionarse con la construcción del túmulo o violación, la fosa central, tres zanjas y dos fosas).
con otras estancias en su entorno. Por último, en Además se constata la presencia de fragmentos
el exterior del túmulo se documentó un nivel fér- pertenecientes a dos recipientes cerámicos deco-
til que marcaba la transición al sedimento aluvial rados de tradición campaniforme, de la variedad
original y que presentaba restos materiales. Este “geométrica” (ver Lám. 8).
nivel de ocupación debe relacionarse con la activi-
dad en el entorno del túmulo. El sedimento aluvial En el túmulo 2 (Fig. 2), los restos cerámicos apa-
original era de matriz limosa y presentaba nume- recen muy diseminados, concentrándose princi-
rosos cantos cuarcíticos. palmente en la parte sur y oeste del elemento. La
RESTOS CERÁMICOS
UE DESCRIPCIÓN
LISOS DECORADOS
002 Tierra vegetal 141 7
005 Transición al sedimento aluvial original 45 3
037 Depósito que colmata una zanja 1
013 Depósito lineal 2
025 Depósito que colmata una zanja 1
011 Relleno de cono de violación 18 4
028 Depósito que colmata una fosa 5
009 Masa tumular 16 111
038 Sedimento que colmata las fosas centrales 25 41
Tab. 1. Restos cerámicos recuperados durante la excavación del túmulo 1.
Lám. 7. Restos líticos documentados durante las excavaciones en A Áspera, Bóveda (Lugo): VII. Repertorio lítico axhumado en la fosa central
del túmulo 1; VIII. Repertorio lítico axhumado en la fosa central del túmulo 2.
Lám. 8. Restos cerámicos con decoración campaniforme. Túmulo 1: IX. Recipiente de tradición campaniforme con arranque de asa; X. Restos
cerámicos de tradición campaniforme.
secuencia estratigráfica básica simplificada del cono de violación central. La tierra vegetal cubría
túmulo 2 y su entorno presenta analogías con la además una serie de estructuras localizadas en
del túmulo 1, y sería la que sigue: dado que las la parte oeste del túmulo; una serie de zanjas y
capas superficiales fueron removidas con medios una estructura en fosa, con un relleno de ele-
mecánicos, la excavación estratigráfica se inició mentos líticos de talla y termo-fragmentos (con
con la excavación de la tierra vegetal, bajo la cual algunas evidencias de combustión y presencia
subyacía el primer nivel de anillo de la estruc- de carbones vegetales en la matriz de los sedi-
tura tumular así como la masa sedimentológica mentos profundos de la estructura), que pueden
empleada para elevar el túmulo; por debajo del relacionarse con un alto grado de certeza con la
nivel pétreo se documentó un segundo anillo construcción del túmulo o con estancias relacio-
lítico; desplazado hacia el oeste con respecto a nadas con el mismo dentro de una sincronía larga.
la parte central del túmulo se localizó una fosa En la parte central del túmulo se encontraba un
central levemente alterada por la presencia del cono de violación que cortaba a la masa tumular
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
RESTOS CERÁMICOS
UE DESCRIPCIÓN
LISOS DECORADOS
002 Tierra vegetal 19
042 Anillo lítico superior 8
043 Masa tumular 16 1
045 Transición al sedimento aluvial original 20 1
Tab. 2. Restos cerámicos recuperados durante la excavación del túmulo 2.
1 OLIVEIRA, S., “Povoados da Pré-História recente da região de Chaves-V.ª P.ª de Aguiar”, Porto, 1986, VOL. I-A, pp. 267..
Hemos documentado numerosas analogías para los partir de dos líneas paralelas, estando el interior y el
restos cerámicos localizados en el túmulo 1. Los exterior de los mismos ornamentado con punciones.
fragmentos 205/206/212/227 encuentran paralelos Este recipiente se relaciona directamente con una
en el túmulo 5 de Monte Pirleo (Guitiriz, Lugo), yaci- de las fosas secundarias centrales del túmulo 1. El
miento datado en la primera mitad del tercer mile- segundo de ellos (362), presenta tres líneas paralelas
nio2. Los fragmentos 234/240 son claros ejemplos por debajo del borde del recipiente, y sucesivamente
de campaniforme con decoración geométrica, bien una secuencia de triángulos con su base orientada
documentados en el noroeste peninsular, por ejemplo hacia la base. El interior de los triángulos está orna-
en As Mamelas3. Las cerámicas 138/167/77/406/354 mentado con líneas incisas que configuran un reti-
encuentran similitudes ornamentales con fragmen- culado, mientras que el espacio ubicado entre los
tos recuperados en Guidoiro Areoso, y que se encua- triángulos se completa con punciones. El tercero de
dran dentro del Neolítico Final4. No obstante, los los recipientes, (268/283/337/145/284/289/150/336/2
paralelos más cercanos desde el punto de vista orna- 78/270/263/260/262/285/250/266), presenta una línea
mental los encontramos en los niveles I y II de ocu- incisa a la altura del cuello, por debajo de la cual se
pación de la estación de Vinha da Soutilla (Chaves), extiende la secuencia de triángulos. El interior de los
poblado portugués para el cual se señala un período mismos está ornamentado con punciones, mientras
de ocupación durante todo el tercer milenio5. En que el espacio exterior generado entre los triángu-
dicho poblado se exhumaron recipientes que basan los no presenta decoración. En este caso la base del
su decoración ornamental en el empleo del triángulo triángulo está orientada, nuevamente, hacia la parte
como motivo nuclear. Se trata de un patrón estilístico superior del cacharro. Las organizaciones decora-
bien determinado: “triángulos incisos preenchidos tivas referidas invaden prácticamente la superficie
con puncionamentos verticais os obliquos, dispos- exterior de los recipientes, desarrollándose a partir
tos en sequencia horizontal, sob o bordo” (Oliveira, del borde hasta alcanzar casi la base de los mismos.
1986: 75). Los triángulos, delimitados por una o varias
líneas incisas, se suceden en secuencias horizonta- Los patrones estilísticos documentados encuentran
les, y están rellenados con incisiones y punciones. paralelos en múltiples de contextos tumulares y habi-
Estos motivos, aunque presentan una gran diversi- tacionales de la Prehistoria Reciente peninsular6. Apa-
dad compositiva, mantienen no obstante una orga- recen en las grutas andaluzas, para las cuales se pro-
nización decorativa siempre uniforme, siguiendo un pone una cronología Neolítico Final-Calcolítico Inicial;
patrón lineal que repite, en secuencia horizontal, el en el dolmen de corredor de El Guadalperal (Cáceres);
mismo motivo base. Y es aquí donde encajan los res- en el poblado Calcolítico de La Pijotilla (Badajoz); en
tos pertenecientes a tres recipientes ornamentados Monte do Outeiro, donde se habla incluso de dos fases
recuperados durante la excavación del túmulo 1 de tumulares sucesivas, una precampaniforme y otra
A Áspera (Lám, 3 y 4). El primero de ellos (205/206/ campaniforme, representando el patrón estilístico de
212/227/228/229/230/231/232) es un recipiente esfé- los triángulos la primera de estas fases. En Galicia,
rico que presenta una secuencia horizontal de trián- este patrón decorativo aparece en yacimientos en los
gulos con la base orientada hacia la parte superior cuales se exhumaron cerámicas campaniformes. Es
del recipiente; dichos triángulos están configurados a el caso de Regueiriño (Península de Morrazo, Ponte-
2 FÁBREGAS, R. y Vilaseco, X. I., “Manifestaciones funerarias entre el III milenio y el II milenios A. C. en el Noroeste Ibérico”, Las Comunidades
Campaniformes en Galicia, C. 25, 1988, pp. 234.
3 CANO J., “El poblado de As Mamelas (Sanxenxo, Pontevedra)”, en Las Comunidades Campaniformes en Galicia, C. 22, 1988, pp. 200; PRIETO,
P., “La alfarería de las comunidades campaniformes en Galicia: contexto, cronologías y estilo”, Las Comunidades Campaniformes en Galicia,
C. 35, 1988, pp. 349.
4 REY, J.M., “Guidoiro Areoso (Illa de Arousa, Pontevedra): Un pequeño islote con una intensa ocupación entre el Neolítico Final y la Edad del
Bronce”, C. 23, pp. 207.
5 OLIVEIRA, S., “Povoados da Pré-História recente da região de Chaves-V.ª P.ª de Aguiar”, Porto, 1986, VOL. I-A, p. 71-312 y pp. 292-296, con
resultados de los análisis radiocarbónicos.
6 OLIVEIRA, S., “Povoados da Pré-História recente da região de Chaves-V.ª P.ª de Aguiar”, Porto, 1986, VOL. I-A, p. 276 y ss. Seguimos a
Susana Oliveira a la hora de exponer los numerosos paralelos disponibles, de los cuales citamos sólo algunos. Su conclusión es que este
patrón decorativo tiene un carácter transregional, y que se desarrolla durante todo el III milenio a.C. (y eventualmente inicios del II milenio),
insertándose en los más variados contextos regionales, yuxtaponiéndose a vasos de uso común y funerario, con múltiples implicaciones, y
expresando niveles de interacción social de diversa complejidad. Finaliza diciendo que es, en verdad, “o único padrão decorativo común a
recipientes integrados em regiões culturais tão afastadas como o sudeste, a Estremadura portuguesa, a Meseta e o noroeste peninsular”.
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
vedra), se documentaron recipientes muy similares paniforme mantiene más similitudes rituales con el
a los de Vinha da Soutilha. En Fontela aparecieron de la primera fase, mientras que el contexto de la
fragmentos con decoración de triángulos asocia- cerámica campaniforme rompe estas similitudes, ya
dos a punciones en relación con cerámicas campa- que aparece en zonas periféricas.
niformes y con una datación radiocarbónica: 2450
a.C. En el túmulo I de A Áspera se repite la misma
situación, dado que se han documentado este tipo de 5. CONSIDERACIONES SOCIALES
decoraciones en connivencia con al menos dos reci-
pientes decorados de tradición campaniforme (352, Los datos aportados en el presente estudio permi-
376/377/378/379) y (234/235/240), ambos introducidos ten establecer diferencias entre las dos estructuras
en el sedimento que configura la masa tumular. Tam- tumulares que sobrepasan las divergencias morfoló-
bién se localizaron restos de otro recipiente de ten- gicas o constructivas de las mismas. La distribución
dencia esférica (363-364), también introducido, en la de los restos cerámicos y de los objetos líticos ofrece
masa tumular, con un esquema compositivo que aúna una lectura que afecta al terreno ritual, simbólico y
incisión y punción de motivos geométricos distribui- social, aspectos íntimamente ligados con este tipo de
dos de forma horizontal, que se aproximan indirecta- monumentos.
mente a una organización de carácter metopada. Este
patrón decorativo se encuentra también representado La construcción de los enterramientos tumulares es
en la estación de Vinha da Soutilla, con paralelos en el uno de los pocos elementos que nos permiten tratar
dolmen de Casainhos, y en el Castro de Vila Nova de de reconstruir el comportamiento ritual de las socie-
San Pedro, entre otros7. Además el motivo aparece en dades de la Prehistoria Reciente. En el caso que nos
el sur de la península en recipientes de uso común, ocupa, hemos podido constatar la inexistencia de una
funerario y, menos frecuentemente, en el ámbito deposición de carácter simbólico de vestigios cerá-
doméstico, uso este último probable para los ejem- micos en el túmulo 2. Por otra parte, significativa-
plares de Vinha da Soutilla. mente, la presencia de elementos cerámicos es muy
reducida, y todavía lo es más la presencia de frag-
En su conjunto por tanto se puede establecer, den- mentos ornamentados. Podría aducirse el posible rol
tro del III milenio, un proceso sincrónico largo en desempeñado por los factores postdeposicionales a
el cual se construirían las dos estructuras con sus la hora de explicar esta circunstancia, pero lo cierto
respectivas fosas centrales, siendo subsiguiente- es que se ha de considerar que en comparación con
mente cubiertas con masa sedimentaria y un ani- el túmulo 1, la estructura número dos presenta un
llo lítico (anillos en el caso del túmulo 2) (Lám. 5). excelente estado de conservación. La fosa central
El ajuar incluiría en ambos casos elementos líticos. de este túmulo 2, de escasa complejidad, no presen-
Tiempo después, si bien en el túmulo 2 no se rea- taba grandes alteraciones como consecuencia de los
lizan reutilizaciones posteriores, el túmulo 1 -con saqueos posteriores, con lo cual debemos plantear-
un carácter mucho más monumental- es objeto de nos la existencia de un enterramiento relativamente
una reutilización en la que al menos se aprecian modesto, en comparación con el túmulo 1. Esta cir-
dos momentos claramente documentados (Lám. 6). cunstancia se refleja en el ajuar, dado que sólo se ha
Cronológicamente, todo apunta a que la segunda constatado la presencia de dos hachas líticas, in loco
fase A se corresponde con el segundo momento de y muy probablemente in situ. No hemos recuperado
reutilización de la estructura, ya que la cerámica no indicio alguno de restos humanos dispuestos en el
campaniforme presente en el ajuar se retrotrae en interior de la estructura funeraria, ni disponemos de
el tiempo hasta fases antiguas y solo convive con la evidencia alguna relativa al uso individual o colectivo
campaniforme en su periodo de vigencia final. Por del monumento, aunque por las dimensiones y por la
otra parte, la cerámica campaniforme coincide con falta de alteraciones en la fosa inicial se puede pre-
la precedente pero se prolonga hasta épocas más sumir que se correspondería con un enterramiento
recientes. También habría que tener en cuenta que individual. De forma que parece posible aseverar que
el contexto en el que aparece la cerámica no cam- las hachas formarían parte de las ofrendas deposita-
7 OLIVEIRA, S., “Povoados da Pré-História recente da região de Chaves-V.ª P.ª de Aguiar”, Porto, 1986, VOL. I-A, fig. 28, patrón X, pp. 285 y
ss. y VOL. II, Est. LXII-LXXXI.
das en relación al ritual de la muerte. Por otra parte, del tiempo del túmulo. En estas reutilizaciones se
como ya hemos manifestado de forma reiterada a lo hacen patentes cambios en el ritual funerario.
largo de este trabajo, no hay restos cerámicos que
puedan vincularse con la fosa central. Se puede establecer así un segundo momento en el
que se realizan fosas en el centro de la estructura,
En el caso del túmulo 1, los datos ofrecen caracte- destruyendo parcialmente la fosa inicial. En este sen-
rísticas muy diferentes. Ello se debe en gran parte a tido puede apuntarse que el valor simbólico/social del
la reutilización del monumento funerario a lo largo individuo enterrado había perdido significado para el
de un período cronológico que se puede encuadrar grupo que hace las nuevas fosas. A pesar de que se
en una “diacronía corta” desarrollada durante el III mantiene parte del ritual, dado que se siguen exca-
milenio a.C., y que evidencia transformaciones en el vando fosas en la parte central de la estructura, se
ritual funerario reflejo de los cambios sociales pro- aprecian cambios significativos en los elementos
ducidos a lo largo de dicho milenio. Desde el punto de que reflejan el status del individuo: aparecen en este
vista constructivo, existen diferencias estructurales, momento recipientes cerámicos profusamente deco-
morfológicas y dimensionales entre los dos túmulos. rados como elementos esenciales del ajuar.
También los factores postdeposicionales afectaron
de un modo diferente al túmulo 1, constatándose El tercer momento, que se corresponde con la pre-
en este elemento una degradación mucho mayor. sencia de cerámicas campaniformes, refleja cambios
Las improntas generadas por los aperos agrícolas más radicales en el ritual. El túmulo deja de ser un
reflejan una alteración del monumento en dirección espacio en el que se depositaban los individuos para
suroeste-noreste, afectando también a la parte cen- su transición al “más allá”, para convertirse en el
tral del mismo. En cuanto al repertorio cerámico, receptáculo de ofrendas de elementos de prestigio,
tema que nos ocupa, las diferencias son también muy pero, en este caso, desvinculadas del enterramiento
significativas. En primer lugar, el número de frag- de individuos. Esta modificación -que coincide con
mentos recuperados era comparativamente mayor en un cambio en el tipo de cerámicas empleadas como
el túmulo 1, ofreciendo además un alto porcentaje de reflejo del status- puede implicar una falta de cone-
restos ornamentados. La parte central de la estruc- xión directa de las ofrendas con los individuos ya
tura, que presentaba alteraciones debido a la expo- enterrados. Por lo que el túmulo pasa de ser un
liación sufrida, conservaba no obstante suficientes espacio funerario a ser una referencia simbólica de
elementos originales y piezas in loco. Por todo ello, interacción social, aunque seguramente vinculado
considerando además los numerosos objetos proce- con la muerte.
dentes de su entorno inmediato, podemos reconstruir
el proceso de trasformación acaecido debido a la reu- Esta visión, además de documentar cambios en los
tilización del monumento. La base de la fosa inicial rituales, también refleja la variación en los símbo-
conservaba sedimento no alterado en el que se recu- los del status, posiblemente debidos a una sociedad
peraron únicamente objetos líticos. Este momento en transición que pasó de enterramientos colectivos
podría encajar, en el marco de una sincronía larga, al principio del fenómeno tumular a enterramientos
con el que se documenta en el túmulo 2 en el que el individuales, signo de una progresiva jerarquización
enterramiento también se acompaña de objetos líti- social. De igual forma el cambio en los objetos, mar-
cos como elementos de prestigio del difunto. Pero a cadores del status, expresa las variaciones sociales
diferencia de éste, en el túmulo 1, la variedad y canti- y la importancia que los símbolos tienen a la hora
dad de objetos documentados, unida a las caracterís- de manifestar el status de los individuos. En este
ticas arquitectónicas de la estructura, apuntan a un sentido, objetos más relacionados con la interac-
status más elevado del individuo allí enterrado. ción del individuo con el medio, dejan paso a otros
objetos, como los vasos muy decorados, más relacio-
Probablemente, el carácter claramente más monu- nados con la interacción del individuo con el ámbito
mental de la estructura número uno se derivaría social, que serán los que pasarán a ser el reflejo de
del superior rango del individuo que contenía, y las máximas jerarquías. Todo ello en una sociedad
ello explicaría que este túmulo se convirtiese en un donde estas jerarquías detentan un poder cada vez
importante punto de referencia de interacción social más cimentado en la acumulación y redistribución de
de los grupos que ocuparon ese espacio. En el plano excedentes y en la que no precisan de una interac-
funerario, ello implicaría una reutilización a lo largo ción directa con el medio.
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JUAN A. CANO PAN Y DIEGO PIAY AUGUSTO
Resumen Abstract
El estudio de la cerámica se enfrenta al reto de The study of pottery must deal with the challenge
superar el mero análisis del objeto para hacer de of shifting from the mere analysis of the object
él una pieza más de las relaciones socio-culturales to understanding it as a piece of socio-cultural
de las comunidades del pasado. A través del caso relationships in past communities. Through the case
de la cerámica estampillada laténica en Bretaña, el of stamped pottery in Iron Age Brittany, the aim of
objetivo de este trabajo es desarrollar un enfoque this paper is developing an approach focused on the
centrado en la interacción entre los objetos y la interaction between objects and society, including
sociedad incluyendo modelos antropológicos. En anthropological models. First, the methodological
primer lugar, se plantea el trasfondo metodológico background to the study of decorated pottery as an
en el que se apoya el estudio de la cerámica indicator of social processes is dealt with. Then, this
decorada como indicador de fenómenos sociales. model is applied to the analysis of stamped pottery
En segundo lugar, se aplica este esquema analítico in Iron Age Brittany. The issue of the emergence
a la cerámica estampillada de la Edad del Hierro en of stamped pottery in Celtic Europe is raised and
Bretaña. Se replantea el problema del surgimiento traditional models for the study of so-called “Celtic
de la cerámica estampillada en su trasfondo Art” are questioned.
europeo, cuestionando los modelos tradicionales
para el estudio del arte denominado “celta”. Keywords: Pottery, Iron Age, Stamped Decoration,
Brittany, La Tène, Celtic Art.
Palabras clave: Cerámica, Edad del Hierro,
Estampillada, Bretaña, La Tène, Arte Celta.
1 Personal Investigador en Formación (Programa FPI UAM). Universidad Autónoma de Madrid, UMR 8546 CNRS/Ecole Normale Supérieure
de Paris. [ gadea.cabanillas@uam.es ]
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GADEA CABANILLAS DE LA TORRE
un conjunto de operaciones técnicas planificadas. los entre uso, selección, producción, decoración de
De este concepto derivan otros como la calidad de la cerámica y los mecanismos sociales que los con-
ejecución (medida por la regularidad en el caso de dicionan y en los que desembocan.
esquemas reiterativos) de dichas operaciones, la
complejidad (la cantidad y variedad de operaciones) Para lograr este objetivo, es necesario, a partir de
y la profusión ornamental (cuantificada por la super- una definición de estilo operativa en el caso de la
ficie ocupada por la decoración en la pieza). Al nivel cerámica decorada, integrar este concepto en una
de los conjuntos, la evaluación de la homogeneidad o estrategia interpretativa. Aceptamos así los prin-
la variabilidad de estos criterios constituyen también cipales aspectos consensuados de la definición de
herramientas para determinar la evolución estilística estilo en arqueología: se trata de un modo de expre-
de la decoración, y su interacción con otros procesos. sión seleccionado entre varias alternativas (fun-
cional, técnica y económicamente viables y equiva-
lentes) potencialmente comunicativo, que implica
2.1. LA CERÁMICA DECORADA: ESTILO Y SOCIEDAD elecciones voluntarias conscientes e inconscientes.
El análisis de la decoración cerámica en los térmi-
Precisamente, la noción de “estilo” propio de un área nos propuestos debería permitir así abordar el estilo
cultural sigue careciendo de una definición precisa y en términos de producción y consumo: si el carácter
consensuada en la investigación arqueológica (Heg- funcional del estilo es indiscutible (Hegmon, 1992:
mon, 1992: 129), lo que genera una importante incer- 520), el debate debe centrarse en cómo la decoración
tidumbre en cuanto a su valor como herramienta de cerámica cumple la función de transmisor de infor-
análisis. Concretamente, la noción de estilo gene- mación, qué tipo de información está en juego y, en
ralmente aplicada a la cerámica decorada es difí- definitiva, cómo y por qué las sociedades protohistó-
cilmente mensurable y comparable: la definición ricas construyen, mantienen, reproducen y adquie-
tradicional consiste en una mezcla criterios objeti- ren un conjunto de rasgos estilísticos.
vos, como el uso de determinadas técnicas de deco-
ración, y subjetivas, como la manera de representar
el tema, con grados más o menos importantes de 2.2. UN MODELO DE INTERACCIÓN: “TECHNOLOGY
“esquematización”, de “fluidez”, etc… De este modo, OF ENCHANTMENT”
la frontera entre variabilidad formal y variabilidad
estilística permanece borrosa (Sackett, 1982: 64) e En el proceso de selección de dichos aspectos que
incluso su existencia puede resultar dudosa. Estos constituyen el estilo, los mecanismos sociales y el
problemas hacen patente la necesidad urgente de uso de manifestaciones artísticas mantienen una
desarrollar las categorías objetivas definidas ante- relación bidireccional, alimentándose mutuamente
riormente y de aplicarlas de manera sistemática a a través de la interacción entre creación artística y
conjuntos arqueológicos coherentes. vida social. El modelo de “technology of enchant-
ment” ilustra este fenómeno y demuestra la capa-
De la incertidumbre en cuanto a la definición y las cidad de los objetos para actuar como herramientas
herramientas de análisis del estilo nace la confusión en las relaciones sociales, resaltando el potencial de
implícita pero persistente entre grupo cerámico y/o los medios visuales para influenciarlas. El empleo
artístico y unidad cultural o incluso étnica, situación de este concepto en el estudio arqueológico de los
que se refleja en el uso y abuso de la expresión “arte objetos decorados, y precisamente su aplicación al
celta”, sin que pueda probarse una correlación clara análisis del arte protohistórico, se ha revelado muy
entre un conjunto artístico y un grupo lingüístico, o fecunda en los últimos diez años (Gosden, 2001, Gos-
cualquier otro criterio empleado para definir el adje- den y Garrow, 2012).
tivo “celta” (para una crítica detallada de esta deno-
minación, ver Collis 2003: 71 y ss.). Desde un punto En su estudio sobre las redes comerciales de las
de vista teórico, este problema surge en realidad del islas Trobriand en Nueva Guinea, A. Gell analiza la
atajo entre el indicador, en este caso, la cerámica función de la compleja decoración de las proas de
o las manifestaciones artísticas, y el referente, los las canoas destinadas al comercio mediante motivos
procesos de organización, cohesión y diferenciación coloridos y curvilíneos (Gell, 1992: 44-45). Su trabajo
sociales y culturales. El enfoque propuesto pretende, muestra que el proceso técnico que desemboca en
por el contrario, centrarse en el estudio de los víncu- la creación de dichos elementos decorativos tiene
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como objetivo último producir un efecto en el espec- del arte “celta”. La menor dificultad que implica la
tador, que permitiría predisponerlo positivamente a fabricación y la decoración de la cerámica, por otra
entablar la comunicación e incluso ofrecer mejores parte, explica que se haya considerado como un arte
condiciones en los intercambios comerciales. Este menor con respecto al trabajo del metal. La frecuen-
mecanismo funcionaría gracias a la impresión pro- cia y el escaso valor intrínseco del material contribu-
ducida al contemplar una obra cuyos motivos bási- yen a excluir los recipientes cerámicos de la nómina
cos resultan difíciles de discernir y cuyo complejo de bienes de prestigio que centran la atención de los
proceso creativo, derivado de la magia (Gell, 1992: especialistas en arte laténico. Además, su escasa
46), se desconoce. Al concluir su investigación, A. circulación en comparación con la vajilla, el arma-
Gell describió las proas de canoas decoradas como mento y los objetos de ornamento metálicos a escala
“armas psicológicas”, destinadas a la alimentar el europea genera una mayor fragmentación estilística
“enchantment of technology” (Gell 1992: 44 y ss). y una variabilidad regional más acusada que la de
las producciones metálicas. En fin, la pertenencia
En arqueología, el concepto de “arte como sistema de la cerámica al ámbito privado, asociada frecuen-
técnico” (Gell, 1992: 44) se aplica perfectamente a las temente a la esfera doméstica, limita el espacio de
manifestaciones artísticas protohistóricas en Europa proyección de este material.
continental, que se caracterizan por su complejidad
técnica de fabricación, destinada a la creación de En varias zonas de Europa, estos argumentos están
efectos sorprendentes y ambiguos (Gosden y Garrow, siendo rebatidos (para Europa del Este, ver Megaw
2012: 5). El modelo de A. Gell permite atribuir a estos 2009, para Europa central, ver Zeiler 2010, para
objetos, gracias a su proceso de fabricación espe- Europa occidental, ver Villard et al., 2003; Cabani-
cífico y a su empleo, un poder social y une eficacia llas, e.p.). La investigación reciente muestra que la
que condicionan el comportamiento humano (Gos- cerámica constituyó, en el s. V a. C., un vector para la
den, 2005: 194), lo que amplía considerablemente introducción de nuevos motivos mediterráneos en el
el campo interpretativo en arqueología, que se basa repertorio decorativo del inicio de La Tène (Megaw,
únicamente en la materialidad. Ante la imposibilidad 2009: 293 y ss.), reflejando patrones de evolución
de leer el arte protohistórico y la naturaleza de la más amplios. De hecho, si bien la circulación de
información de que disponemos, debemos ser cons- piezas cerámicas no puede demostrarse, el éxito de
cientes de que el arte y en general, la producción de determinados lenguajes decorativos, como el estam-
belleza mediante procesos técnicos, están engarza- pillado, en zonas amplias y en ocasiones muy aleja-
dos en el sistema social, de modo que el estudio de das entre sí (Joachim y Schwappach, 1977: 120, Fig.
su función, su intencionalidad, su funcionamiento y 1), sugiere la existencia de mecanismos de circula-
su evolución, abre una ventana al desarrollo de las ción de imágenes, motivos y técnicas alternativos. A
relaciones sociales en la protohistoria. escala regional, la recurrencia de matrices para la
impresión de estampillas idénticas, fruto de la cir-
culación de punzones o de la distribución de piezas
3. BRETAÑA: CERÁMICA ESTAMPILLADA Y desde un centro productor, es ya indudable (Zeiler
SOCIEDAD et al., 2010). La hipótesis de una producción espe-
cializada, ya formulada por E. Jerem hace 30 años
3.1. LA CERÁMICA COMO ARTE “CELTA” a raíz de la excavación de un horno en el yacimiento
húngaro de Sopron Krautacker (Jerem, 1984), cobra
El predominio de las producciones metálicas en el así mayor peso. La unidad estilística de la cerámica
estudio del arte “celta” continental (los ejemplos estampillada con otros objetos, no sólo de metal o
son innumerables en diferentes ámbitos geográ- de piedra (Villard et al., 2003: 227 y ss.) sino también
ficos: Megaw y Megaw, 1990; Duval, 2009; Gosden de materiales orgánicos como la madera (ídem: 231)
y Garrow, 2012: xvi) hacen de las manifestaciones prueba que la cerámica no constituye un soporte de
artísticas vasculares un aspecto marginal en el aná- segundo orden en la expresión de contenidos simbó-
lisis de este fenómeno. En este contexto, las produc- licos. Si la riqueza formal y decorativa de la cerámica
ciones cerámicas parecen pertenecer a un universo decorada, y en particular, de la estampillada, entre
pobre, cuya decoración poco compleja (es decir, no los s. V y II a. C. queda acreditada, su implicación en
figurativa) aportaría poca información y justificaría ámbitos clave de la vida social de las comunidades
su exclusión de la reflexión global sobre la evolución protohistóricas, como el funerario y ritual (Zeiler,
2010: 52 y ss.). También interviene en la comensa- En este marco, la cerámica decorada en general, y
lidad y la gestión de los excedentes agrícolas (Giot, estampillada en particular, juega un papel funda-
1968), aspectos ambos que pueden deducirse de su mental. Dada la escasez de producciones metálicas
presencia en contextos domésticos y funerarios, en y el hallazgo sólo ocasional de estelas y escultura en
estructuras de vivienda, almacenamiento, de uso piedra (Villard et al., 2003: 223-225) los recipientes
público, ritual y en enterramientos. decorados, que aparecen en cantidades significativas
en prácticamente todos los hábitats de la zona, cons-
tituyen la principal producción decorada del período
3.2. EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LA CERÁMICA (Villard et al., 2003: 232 y ss.). La cerámica estam-
ESTAMPILLADA EN BRETAÑA pillada, concretamente, incluye un conjunto más de
1000 piezas repartidas en 120 yacimientos (Fig. 1).
Un ejemplo de esta situación es el surgimiento de la Esta producción se caracteriza por una gran comple-
cerámica estampillada en el Noroeste de Francia, jidad técnica, ya que en ella emplea profusamente
en Bretaña en especial. Dada su posición peninsu- tratamientos de superficie cuidados, como el grafi-
lar en el extremo occidental del continente euro- tado y el bruñido. Desde un punto de vista estilístico,
peo, Bretaña ha sido considerada tradicionalmente los motivos básicos pueden dividirse en 14 familias,
como una zona marginal en el mundo laténico, que pero las variantes en la forma, el tamaño y el modo
frecuentemente ni siquiera aparecía en los mapas de representación son innumerables (Fig. 2). Las
(Joachim y Schwappach, 1977: 120, Fig. 1) o era combinaciones más frecuentes incluyen recursos
considerada como una región integrada en él de estilísticos como la ilusión óptica de continuidad a
forma tardía (Collis, 2003: 95). Sin embargo, en el partir de matrices curvilíneas (Lám. 1a), o la crea-
Noroeste de Francia comienza a desarrollarse un ción de efectos de textura en zonas delimitadas por
foco de producción artística laténica desde el siglo incisiones en las que ambas técnicas se complemen-
V a.C. (Gómez de Soto, 2006), lo que indica que la tan e incluso se confunden (Lám. 1b). Se generan así
zona no era en modo alguno ajena al desarrollo de imágenes ambiguas entre lo figurativo (máscaras,
las principales corrientes estéticas, técnicas y cul- personajes con grandes orejas o tocados de hojas de
turales del continente. muérdago) y lo vegetal, recordando piezas del arte
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GADEA CABANILLAS DE LA TORRE
Fig. 2. Principales grupos de motivos decorativos en la cerámica estampillada de Bretaña. Desarrollo de las principales variantes de los
motivos en S.
“celta” continental. La realización de decoraciones labio, el cuello y la parte superior suelen acoger las
complejas, que implican varios esquemas organiza- composiciones normativas. Gran parte de los moti-
tivos y cubrientes requiere el empleo de un amplio vos fundamentales, como los círculos concéntricos,
abanico de matrices (Fig. 3) y una planificación previa las eses, las espirales y los trisqueles forman parte
del desarrollo decorativo (temática, lectura, métodos del repertorio habitual del arte de La Tène, y apa-
de construcción). La especificidad de este lenguaje recen en toda clase de materiales en los paralelos
estético convierte la cerámica estampillada en un regionales y extra-regionales. La unidad estilística
tipo característico de la región y la cronología (Villard del conjunto junto con técnica de construcción de
et al., 2003: 230). este tipo de decoración, basada en la repetición de
una unidad básica idéntica, la estampilla, sugiere
una alta codificación a nivel regional de la informa-
3.3. LA CERÁMICA ESTAMPILLADA EN EL UNIVERSO ción transmitida a través de la coherencia estilística
SIMBÓLICO DE LA BRETAÑA LATÉNICA de la decoración.
La decoración estampillada se caracteriza, por lo Ello no impide que los contextos y los soportes en
tanto, en Bretaña, por una coherencia interna espe- los que aparece este tipo de decoración revelen una
cialmente marcada. Esta observación se confirma a importante variabilidad cronológica y funcional. En
todos los niveles. Todas las familias de motivos bási- el siglo V a.C., la cerámica estampillada surge sobre
cos aparecen en toda la zona, prácticamente durante urnas funerarias en pequeñas necrópolis de incine-
todo el período que cubre del siglo V al II a.C. Además, ración delimitadas por un foso de planta cuadrangu-
las combinaciones básicas más frecuentes constitu- lar (Villard et al., 2003: 229, Fig. 9). El ajuar de las
yen un grupo de construcciones sintácticas repetidas tumbas que incluyen cerámica estampillada es tan
hasta la saciedad en prácticamente todos los yaci- parco como el de aquellas que solo contienen cerá-
mientos del conjunto (Fig. 4) y situadas en zonas con- mica lisa, pero el enterramiento parece constituir
cretas de las piezas: las acanaladuras internas en el de por sí un rito restringido en este período. En esta
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GADEA CABANILLAS DE LA TORRE
Fig. 4. Mapa de distribución de dos de los esquemas decorativos estampillados más frecuentes en el s. IV a. C., las líneas sinuosas y las
composiciones de arcos, y de su aparición combinada.
primera fase, la cerámica estampillada sólo aparece se basa en una red de establecimientos rurales de
en pequeñas cantidades en contextos domésticos, diferentes tamaños (Fig. 5). La homogeneidad estilís-
pero a partir del siglo IV a.C., su distribución en las tica y morfológica solo se rompe en el momento en
diferentes estructuras (fosos de delimitación, vivien- que este modelo de poblamiento se disuelve con el
das, estructuras de almacenamiento subterráneas) surgimiento de los oppida en la región: la decoración
aumenta de forma espectacular y se diversifica. Sin estampillada se diversifica radicalmente. Las estam-
embargo, el conjunto mantiene su homogeneidad, pillas difieren incluso entre yacimientos, las compo-
apreciándose en ese momento la codificación más siciones se, los códigos se diluyen. El estampillado
acentuada: los motivos más frecuentes (Fig. 4) en se abandona en favor de otras técnicas decorativas a
todo el conjunto son aquellos que conocen un éxito mediados del siglo II a.C.
más claro en el siglo IV a.C. y se multiplican de forma
sistemática sobre formas muy semejantes.
3.4. CERÁMICA ESTAMPILLADA: ¿VAJILLA PARA LA
En este momento, se desarrolla también una amplia ÉLITE?
gama de soportes cerámicos estandarizados en torno
a las formas sinuosas con dos variantes principales: Durante los tres siglos de producción, la cerámica
vasos altos y cerrados de perfil en S y escudillas bajas estampillada mantiene en Bretaña, una serie de
y abiertas de borde vuelto. Se trata, en todos los casos, características que indican una producción de lujo,
de vajilla de mesa cuidada, con acabados de gran cali- controlada probablemente por un grupo restrin-
dad y pastas depuradas que pueden equipararse, en gido de productores o al menos de diseñadores al
otras regiones, a producciones de lujo que imitan las corriente de las modas vigentes en el resto del con-
formas metálicas. En Bretaña, sin embargo, este tipo tinente. El éxito de esta técnica puede explicarse por
de vajilla específica dedicada al consumo constituye la ventaja que ofrece: frente a la incisión, de aspecto
la norma en los contextos domésticos entre los siglo en ocasiones muy similar, supone una restricción de
IV y II a.C., cuando el modelo de poblamiento vigente los motivos, una sistematización de la decoración y
permite reproducir fácil y rápidamente los códigos la regularización a torneta, que se generaliza desde
establecidos, desde sus unidades más sencillas mediados del siglo IV a.C., y después el montaje
hasta sus combinaciones más complejas. Al mismo completo a torno, el tratamiento de las superficies
tiempo, manteniendo la coherencia del lenguaje, la mediante alisados y bruñidos cuidados, el control
declinación de estos modelos en numerosas varian- de la textura de la pasta para el impresión y la coc-
tes de motivos similares ilustra lo que Gell llama “el ción rigurosamente reductora que proporciona un
principio de la mínima diferencia” (en Gosden, 2005: aspecto casi metálico a muchos de los recipientes
195), por el que se realiza la modificación más sutil suponen la ejecución de una cadena operativa carac-
posible para crear motivos ligeramente distintos terizada por una inversión importante de tiempo, de
pero coherentes. La relevancia de la conservación de trabajo y de especialización. Nuestro conocimiento
estos códigos es tanto más importante que vinculan de los procesos tecnológicos relativos a la cerámica
la región con el conjunto del mundo laténico. De este procede exclusivamente del estudio de las piezas,
modo, siguen una evolución similar y paralela: la dada la ausencia de contextos de producción exca-
transición entre la plástica hallstáttica y laténica se vados, pero las características técnicas de los pro-
caracteriza por el paso de una decoración repetitiva, ductos requieren, al menos, un savoir-faire y unas
estrictamente lineal, austera, a la tendencia a lo cur- habilidades considerables, propias de un artesanado
vilíneo y al desarrollo continuo, rasgos que se apre- especializado y organizado, hipótesis confirmada en
cian también en la evolución de las formas (Fig. 6). otras regiones (Jerem, 1984: 76).
La realización de este tipo de vajilla implica, por lo Estas observaciones contrastan con la amplia distri-
tanto, una profusión de herramientas y un control bución de la cerámica estampillada en toda la región
técnico excepcional. El empleo de pastas depuradas, y en todo tipo de yacimientos, de tamaño y estatus
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GADEA CABANILLAS DE LA TORRE
Fig. 6. Esquema de la evolución estilística de la cerámica estampillada de Bretaña entre mediados del s. V a. C. y mediados del s. IV a. C.
variados, que sugiere una relativa accesibilidad de El análisis de las dinámicas de consumo de la cerá-
las producciones de mejor calidad. Esta impresión mica estampillada, como hemos demostrado, ponen
se ve acentuada por la aparición casi sistemática de en cuestión varios aspectos de la interpretación tra-
fragmentos de piezas estampilladas en contextos dicional. Por una parte, prueba que la variabilidad
domésticos de desecho, siendo los depósitos prima- regional de este fenómeno incluye casos en los que
rios muy raros, al margen de las necrópolis. La esca- el material metálico no concentra casi exclusiva-
sez de depósitos organizados que incluyen cerámica mente los esfuerzos estéticos. Esto implica, por otra
estampillada contribuye a sugerir un tratamiento poco parte, la existencia de una multiplicidad de modelos
cuidadoso por el que no parece atribuirse un valor de creación, mantenimiento y adquisición de códigos
específico a estas producciones. En este sentido, la decorativos en el seno del llamado “arte celta”, que
cerámica estampillada también se desmarca de otras exigen revisar y matizar las interpretaciones actua-
categorías de material consideradas como arte celta y les. Los modelos antropológicos como las “techno-
rompe con los esquemas de interpretación propues- logies of enchantment” y aplicación arqueológica
tos tradicionalmente. El material metálico que cons- muestran que la creación artística en las sociedades
tituye el núcleo del corpus de arte celta en Europa preindustriales se rige tanto por criterios económi-
procede de contextos funerarios en los que aparece cos y de clase -en cuyo marco deben entenderse los
depositado cuidadosamente (Megaw y Megaw, 1990: conceptos de bienes de prestigio y de valor añadido
51), y el estudio de sus características técnicas, esti- de los objetos decorados- como por otros aspectos
lísticas y de su distribución geográfica ha llevado a relacionados con la percepción de los procesos téc-
interpretarlo como un bien de prestigio fruto de una nicos, el mantenimiento de la comunidad y el reflejo
producción especializada controlada por las elites. de los cambios en la organización social. Así, la
producción y el consumo de cerámica estampillada social, sobre el espectador, que constituyó proba-
pueden relacionarse con la creación de un universo blemente una fuerte motivación para la creación de
visual coherente que constituye, a través de ele- la decoración.
mentos decorados y estéticamente apreciables, un
modo de comunicación no verbal, según la definición El caso de la cerámica estampillada muestra que la
de estilo adoptada. El empleo de la ilusión óptica decoración vascular como tecnología social recurre
tanto en la construcción de la decoración como en mediante estrategias como la ilusión, la codificación
el tratamiento de las superficies pone de manifiesto y la selección funcional de soportes a la acción psico-
la búsqueda de un impacto directo sobre el espec- lógica sobre el observador. El contexto de la comu-
tador. La homogeneización y la codificación sugie- nicación social así establecida se revela complejo y
ren que la llamada a lo emocional implica a todo en su mayor parte inaccesible a una lectura directa
un grupo social, probablemente con el objetivo de por el arqueólogo. Sin embargo, un enfoque holístico
reforzar su coherencia y el sentimiento de pertenen- permite desarrollar modelos alternativos a las inter-
cia que genera la comprensión de mensajes en un pretaciones tradicionales, que otorgan con frecuen-
lenguaje familiar. Precisamente, la relación de esta cia una importancia primordial a criterios como el
decoración con actividades colectivas susceptibles valor económico de los objetos y su vinculación con
de reforzar la identidad social o cultural se pone de las elites. Frente a esta lectura, proponemos contex-
manifiesto en los soportes utilizados y los contextos tualizar los objetos como elementos de mecanismos
de depósito, siempre vinculados a la alimentación y a de interacción multidireccionales, en los que partici-
la bebida y a los rituales funerarios. En este sentido pan el productor, el consumidor y eventualmente el
apunta la lectura del estampillado sobre cerámica de espectador.
almacenamiento del Sur de Portugal propuesta por
C. Fabião (Fabião, 1998: 92 y ss.)2, que interpreta este
Este tipo de enfoque, que tiene en cuenta el contexto
tipo de decoración como un modo de afirmación de
y las modalidades de depósito de la cerámica deco-
grupos sociales a través del control de los recursos
rada permite poner en perspectiva las dinámicas
alimenticios.
de consumo de la cerámica estampillada con otras
producciones relacionadas, desde la chapa metálica
hasta la piedra grabada. La unidad estructural del
4. CONCLUSIONES
lenguaje decorativo muestra que estas categorías
deben analizarse conjuntamente con los procesos
El análisis del fenómeno estampillado aplicado a la
sociales a los que estaban ligados los artefactos. La
cerámica a través de la noción de estilo permite así
cerámica decorada aparece así como una pieza fun-
proponer elementos de interpretación sobre la fun-
damental, especialmente interesante por su carác-
ción del arte en las sociedades protohistóricas. En
ter cotidiano y representativo del universo material
este sentido, la comprensión de los objetos como
protohistórico, que se inserta en un conjunto cohe-
elementos de acción social parece especialmente
rente de indicadores sociales y culturales reflejando
relevante en la cerámica como objeto de uso coti-
los mecanismos de funcionamiento, de poder, de
diano, así como la interpretación de la decoración
mantenimiento y su evolución en las sociedades
como un elemento clave en estos mecanismos,
protohistóricas.
debido a lo excepcional del proceso creativo que
implica. El estudio de la materialidad de la pieza
debe ir por lo tanto de la mano del análisis de la
creación de imágenes sobre esas piezas, que impli- BIBLIOGRAFÍA
can también técnicas conocimientos y habilidades
CABANILLAS DE LA TORRE, G. (e.p.): “Social Issues
específicas por parte de quienes las realizan y de
Raised by « Celtic » Art in Brittany. The Case of
quienes las “leen”. Los criterios de construcción Stamped Pottery”, Interpretierte Eisenzeiten.
de la decoración y de estilo resultan oportunos Fallstudien, Methoden, Theorie. Tagungsbeiträge
para entender el impacto psicológico, y por lo tanto der 5. Linzer Gespräche zur interpretativen
1 FABIÃO C. (1998): O Mundo Indígena e a sua Romanização na área céltica do território hoje português, Tesis doctoral inédita. Universidad
de Lisboa.
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GADEA CABANILLAS DE LA TORRE
Juan Jesús Padilla Fernández1, Gonzalo Ruiz Zapatero1 y Jesús R. Álvarez Sanchís1
Resumen Abstract
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
Fig. 1. El oppidum de Las Cogotas (Cardeñosa, Ávila) (Ilustración de los autores a partir de Ruiz Entrecanales, 2005).
La finalización del proyecto trajo consigo el descu- una cultura material diferente a la característica de
brimiento, junto a la muralla del segundo recinto, periodos anteriores (Padilla Fernández, 2013).
de un área de trabajo especializada y destinada a
la manufactura de materiales cerámicos, perfecta- El interés por parte de Roma de conquistar la
mente compartimentada y con una extensión supe- Meseta supone una auténtica revolución econó-
rior a los 300 m² (Ruiz Zapatero y Álvarez Sanchís, mica, social y simbólica, que aparece escenifi-
1995). cada en los recipientes cerámicos. El territorio
se jerarquiza y la producción se intensifica, gene-
A pesar de haberse producido una revolución rando elementos culturales cada vez más homo-
en todo lo relacionado con el estudio de talleres géneos (Álvarez Sanchís, 2011: 114-118). La rica
alfareros prerromanos en la Península Ibérica, colección de vasos, urnas, dolia, cuencos, copas o
debido principalmente a su descubrimiento y aná- embudos, recuperados en el alfar de Las Cogotas,
lisis sistemático (Sacristán de Lama, 1986; Escu- evidencian la adopción de una tecnología propia de
dero Navarro y Sanz Mínguez, 1993; García Heras, áreas colindantes.
1994; Blanco García, 1998; Burillo et al., 2008;
Saiz Carrasco y Gómez Villahermosa, 2008-2009; Las cerámicas con decoración a peine, tan comu-
Gorgues, 2012), el de Las Cogotas, es el único nes en los siglos IV y III a.C., hechas a mano, de
que hasta el momento conserva la totalidad de cocción mixta y adornadas con motivos incisos e
su superficie, un hecho que le otorga un carácter impresos de Zig/Zag y sogueados, conviven con
excepcional. Su singularidad ha motivado su rein- producciones a torno similares a las fabricadas
terpretación a través de la aplicación del concepto por las comunidades de tradición “celtibérica”.
de “Cadena Técnico Operativa”, llevando a cabo Estás últimas se adscriben, por tanto, a la cate-
una descripción ordenada del registro arqueoló- goría de terracotas no vitrificadas y de gran cali-
gico, teniendo en cuenta el proceso de elaboración dad (García Heras, 2005: 359), a torno rápido, de
de los objetos cerámicos y las circunstancias o cocción oxidante y desgrasantes finos, con bordes
comportamientos que lo determinan (Lemmonier, exvasados y fondos en umbo, perfiles en S y care-
1993) (Lám. 1). nados y decoraciones de baquetones y de pintura
con motivos geométricos (Lám. 2).
Atendiendo precisamente a cada una de las fases
que son necesarias para llevar a cabo la manu- Los límites étnicos marcados por generaciones
factura cerámica, el alfar de Las Cogotas dispone anteriores, en parte, a través del diseño de una
de dos espacios diferentes y perfectamente defi- morfología y técnica propias de los materiales cerá-
nidos, aunque íntimamente relacionados entre micos, se abren a un mundo cada vez más indivi-
sí. A tenor de las evidencias de tipo arqueológico, dualizado que resiste a la dominación romana. La
contamos con un área destinada esencialmente conocida como identidad vetona (Ruiz Zapatero y
al trabajo, y que sin duda, se convirtió en testigo Álvarez Sanchís, 2002; Álvarez Sanchís, 2010), se
directo de la aplicación práctica de todos los ges- transforma y se adscribe a una entidad indígena
tos técnicos y las relaciones sociales derivadas mayor que lidera la lucha contra el invasor exó-
de éstos. Piletas de Decantación, canalizaciones geno. En otras palabras: la unión hace la fuerza, y
hidráulicas, Pies de Torno, Secaderos y cientos de que mejor que demostrarla a partir de la uniformi-
fragmentos con defectos de cocción, manifiestan zación de los conjuntos cerámicos. Éstos se erigen
un procesado mecánico del mineral de arcilla, en última instancia como auténticos códigos de sig-
desde su obtención en el medio natural hasta la nificado, visualmente diferentes a los manifestados
consecución del producto final (Padilla Fernán- por otros grupos (Hodder, 1982).
dez, 2011 y 2012).
Con el objetivo de demostrar que lo anteriormente
A partir del siglo II a.C., en el occidente peninsular expuesto no obedece a meras suposiciones, resul-
la producción cerámica de perfil doméstico queda, taría interesante indagar en sociedades vivas en las
en todo caso, relegada a la marginalidad. Las nue- que la cerámica jugara un papel importante como
vas necesidades y demandas impuestas desde el definidor cultural. Concretamente, la tradición alfa-
Mediterráneo contribuyen al establecimiento de rera en el Egipto actual, además de ser enorme-
auténticos talleres especializados, generadores de mente rica, no ha sufrido grandes contaminaciones
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
Lám. 1. (Arriba): Vista panorámica del alfar de Las Cogotas. (Abajo Izquierda): Planimetría del complejo alfarero, en la que es posible visua-
lizar la totalidad de estancias documentadas. (Abajo Derecha): Esquema que recoge la secuencia de fases necesarias para llevar a cabo la
manufactura a torno de una pieza cerámica (Padilla Fernández, 2013).
provenientes del mundo occidental. No obstante, rativos e incluso el método de cocción, distan total-
los estudios etnoarqueológicos que han indagado mente unos de otros. Además de marcar la vincula-
sobre esta realidad, a día de hoy son bastante esca- ción a un colectivo religioso determinado por medio
sos (Duistermaat y Groot, 2008; Nicholson, 2009), de una serie de leyes o costumbres, la vestimenta o
convirtiéndose en un campo atractivo a explorar por ciertos adornos, utilizan su vajilla como una herra-
la investigación. mienta más de distinción social. La cultura mate-
rial, y en este caso la cerámica, crea y representa
La búsqueda de grupos que se valieran de la cerá- sensorialmente determinados discursos étnicos e
mica como un medio por el que transmitir la iden- identitarios, asociando su técnica y uso a la per-
tidad a la que se asocian, nos transportó hasta una tenencia de una creencia u otra (Miller, 2005). Se
pequeña localidad egipcia, ubicada en las inmedia- produce en definitiva, un “autoreconocimiento de
ciones de Luxor y conocida con el nombre de Gara- grupo y de autoidentidad” (Fernández Gotz y Ruiz
gos. En ésta, reside una importante comunidad de Zapatero, 2011: 223) (Lám. 3).
cristianos coptos, que se dedica prácticamente en
su totalidad a la manufactura de productos cerámi- Si queda constatado entonces, el uso de los objetos
cos. Justo a 20 km de distancia, nos encontramos como medio para instituir y expresar la adhesión
con Hegaza, otro centro alfarero, pero esta vez de a un grupo identitario concreto en la actualidad,
mayoría musulmana y que produce piezas total- ¿Por qué no pensar que ocurriera algo parecido
mente diferentes. A pesar de la cercanía existente en la Meseta peninsular durante la Segunda Edad
entre ambas comunidades, la cadena tecnológica del hierro? Tal y como expone Jones (1997: 118), la
desplegada para conseguir objetos de naturaleza cultura material puede incorporar valores identi-
cerámica no presenta similitudes entre sí. El mine- tarios y étnicos precisos, al constituirse como una
ral de arcilla empleado, las técnicas de decantación, pieza fundamental en las propias dinámicas socia-
la tipología de formas diseñadas, los motivos deco- les. Es cierto que la ausencia de fuentes y el sesgo
Lám. 2. (Arriba): Cerámicas con decoración a Peine halladas en la necrópolis de Las Cogotas. IPHE, Archivo Cabré nº inv. 3654. (Álvarez
Sanchís, 2010). (Abajo Izquierda): Fragmento de vaso pintado a torno procedente de la casa nº 4 del yacimiento de Las Cogotas. Foto de Mario
Torquemada. (Álvarez Sanchís, 2011). (Abajo Derecha): Cuerpo de dolia descubierto en el complejo alfarero y decorado con motivos de tipo
celtibérico (Ilustración de los autores).
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
Lám. 3. (Izquierda): Producción alfarera en Hegaza (Luxor, Egipto). (Derecha): Producción alfarera en Garagos (Luxor, Egipto). (Fotografías
de los autores).
arqueológico limitan las investigaciones protohistó- óptica tipológica, basada netamente en sus carac-
ricas encaminadas en esta dirección Sin embargo, teres externos. El alfar de Las cogotas brinda la
el registro siempre albergará pequeñas pistas con posibilidad de ir más allá, permitiendo indagar en
las que poder reconstruir identidades y etnicidades ciertos aspectos tecnológicos que nos acercan a los
del pasado (Cardete del Olmo, 2009: 34). Tradicio- cambios de realidad vividos por las gentes del occi-
nalmente la cerámica ha sido estudiada desde una dente de Iberia hace poco más de dos mil años.
Fig. 2. Delimitación de las dos grandes áreas del complejo alfarero de Las Cogotas y su configuración como un espacio de trabajo humano.
(Ilustración de los autores).
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
Lám. 4. (Izquierda): Cerámicas de tradición celtibérica con defectos evidentes de cocción. (Ilustración de los autores). (Derecha): Documenta-
ción de numerosos restos cerámicos defectuosos dentro del área destinada al proceso de manufactura. (Fotografías de los autores).
Lám. 5. Cerámicas de tradición celtibérica sin defectos de cocción, asociadas a elementos de cultura material de índole doméstica, como
hogares o molinos (Ilustraciones y fotografías de los autores).
El dominio tecnológico y material promovió el surgi- La cúspide quedaría reservada para los hombres, ver-
miento de un sistema patriarcal que organizaba el tra- daderos artesanos y agentes activos dentro del marco
bajo desde una perspectiva gremial, aunque delimitado comunitario, respetados por su cualificación y dedica-
al ámbito familiar. Organizado en base a una autoridad dos exclusivamente a la producción de piezas (Fig. 3).
fijada por la habilidad y experiencia práctica, se confor-
maría una estratificación de tipo piramidal. El nivel más Ante este creciente individualismo y desarrollo de
bajo estaría integrado por niños y jóvenes, los apren- posiciones de poder intragrupales (Hernando Gon-
dices y continuadores del oficio. En un escalón inter- zalo, 2005), el maestro, tras haber adquirido el cono-
medio aparecerían las mujeres, garantes de la idea del cimiento suficiente que lo legitima como líder, se
“nosotros”, pero alejadas de las posiciones de poder. encargaría exclusivamente de dar forma a las piezas.
Lám. 6. (Izquierda): Ensayos cerámicos realizados por aprendices en Dakhla (Oasis de Mut, Egipto) (Fotografía de los autores). (Derecha):
Piezas mal fabricadas y juguetes de barro. Objetos relacionados con el aprendizaje, documentados en el alfar de Las Cogotas (Ilustración de
los autores).
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
Lám. 7. (Arriba): Complejo alfarero de Ehnasya el Medina (Beni Suef, Egipto) (Abajo): Roles sociales desarrollados por una familia alfarera en
Hegaza (Luxor, Egipto). (Fotografías de los autores).
Lám. 8. Arriba: La casa de un artesano alfarero de Zajecar (Serbia) (Fotografías de los autores). Abajo: Familia alfarera de Zajecar (Serbia).
Año 1945. (Djorjevic, 2012).
El verdadero problema llega cuando queremos 2009), Dakhla, Hegaza o Garagos. El modelado recae
demostrar ciertas conductas comprensibles desde siempre en la figura de los hombres, cabezas de
un punto de vista antropológico, pero que son básica- familia respetados por su pericia técnica. Los apren-
mente imposibles de rastrear en el registro material. dices, niños y niñas (hijos o parientes) desde los tres
En este caso, sólo la puesta en marcha de una visión a los 15 años, participan en la totalidad de las fases
de conjunto, que entremezcle la perspectiva arqueoló- del proceso productivo, salvo en el levantado y tor-
gica con aquellas que proceden de la etnología, etno- neado de la pieza. Únicamente, los individuos infanti-
grafía y etnohistoria, consentirá la narración de unos les varones reciben instrucciones en el torno cuando
hechos que fueron protagonizados por las personas y la demanda de productos es escasa. A las mujeres
sus propias experiencias (González Ruibal, 2006: 236). se les encarga la tarea de decorar, aunque al mismo
tiempo se les dota también de un papel secundario,
El despliegue de una metodología etnoarqueológica ya que junto a los principiantes acometen las activi-
en poblaciones alfareras de torno rápido, ubicadas dades que no exigen una gran habilidad (Lám. 7).
en la franja mediterránea, fortalece la hipótesis que
defiende el establecimiento en sociedades análogas La comunidad alfarera de Zajecar (Serbia) (Djorjevic,
del pasado, de un sistema de carácter gremial como 2012 y 2013), también puede ser considerada como
consecuencia de la especialización artesanal. un referente para el entendimiento del taller como el
hogar del artesano, un recinto que une familia y trabajo.
En Ehnasya el Medina, un centro cerámico ubicado A pesar de la distancia kilométrica y cultural, las rela-
en el Egipto Medio, la puesta en marcha de un sis- ciones sociales que articulan el desarrollo del proceso
tema productivo estandarizado y quasi-industrial, productivo cerámico reproducen los mismos cánones
conlleva una dedicación completa y constante, favo- que los percibidos en los grupos egipcios (Lám. 8).
reciendo el establecimiento del hábitat doméstico en
las inmediaciones del área de trabajo. Una realidad Del mismo modo, y aludiendo esta vez a fuentes de
que también es común en el Bajo y Alto Egipto, en índole etnográfica y etnohistórica, la convivencia y
centros como Al-Fustat (Cooper, 2002; Van As et al., concepción gremial del oficio artesano alfarero era
Lám. 9. Familias alfareras de Bailén (Jaén). Años 50. (Cárdenas y Agudo, 2012).
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JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ, GONZALO RUIZ ZAPATERO Y JESÚS R. ÁLVAREZ SANCHÍS
perfectamente observable en la España Rural de la sus conjuntos cerámicos, en una comunidad mayor
primera mitad del S. XX. Centros populares como y de tradición “celtibérica”, con el compromiso de
Úbeda o Bailén, ambos ubicados en la provincia de frenar con casi toda seguridad la conquista romana.
Jaén, fueron objeto de memorias antropológicas que En un periodo de conflicto y competitividad intergru-
recogieron las pautas conductuales por las que se pal se imaginan nuevas identidades (Jenkins, 2002:
regía la organización de la producción (Curtis, 1962; 128), que en este caso se manifiestan a través de
Guerrero Martín, 1988, Sempere, 1990; Seseña, la vajilla, uno de los restos materiales con mayor
1997; Cárdenas y Agudo, 2012; Padilla Fernández, en perceptibilidad.
prensa) (Lám. 9). Estas pautas, idénticas a las obser-
vadas en el Egipto actual y en la zona de los Bal- El estudio de la cadena técnico operativa del alfar
canes, han desaparecido como consecuencia de la de Las Cogotas, permite también incidir en la con-
implantación en nuestra sociedad de nuevas reglas figuración de ciertas unidades familiares vinculadas
que condicionan nuestra visión de la materialidad. con el oficio artesanal. La adopción de un sistema
No obstante, es posible encontrar todavía con vida estructurado en la búsqueda de prestigio y el mante-
a miembros que formaron parte de estas grandes nimiento de un estatus, genera el surgimiento de una
familias y que son valedores de una historia oral que organización del trabajo basada en relaciones filia-
bien merece ser escuchada por aquellos que se dedi- les. Se articulan en un régimen de tendencia pirami-
can al estudio del pasado (Eickhoff, 2013). dal, donde los aprendices y mujeres conforman los
escalones inferiores, mientras que la cúspide queda
reservada exclusivamente para los hombres. Acaba,
4. CONCLUSIONES por tanto, consolidándose un patrón parental de
índole patriarcal, en el que los individuos masculinos
El alfar de Las Cogotas demuestra que en arqueo- buscan la diferencia por medio de la consecución de
logía no todo está escrito. Los estudios convencio- poder, los individuos femeninos mantienen los víncu-
nales sobre la Edad del Hierro, deben dejar paso los de grupo y los individuos infantiles se educan en
a miradas innovadoras que conecten el contexto los roles que consolidan y justifican la necesidad de
arqueológico con otras disciplinas de gran interés una creciente jerarquización.
como la etnoarqueología. La visión de la Cultura
material desde una óptica diferente, motiva la cons- Con la creación de un marco interpretativo como
trucción de un conocimiento histórico real, funda- el que aquí presentamos, queremos demostrar la
mentado en las personas y no en los objetos (Ruiz importancia de incidir en el estudio de la cultura
Zapatero, 2011: 12). material a partir de los procesos tecnológicos que
la generaron. El taller alfarero de Las Cogotas,
Acercarse al registro desde perspectivas alternati- abre una senda investigadora bastante atractiva,
vas supone el planteamiento de una serie de pregun- que promete desvelar incógnitas aún sin resolver
tas. Nos referimos concretamente a cuestiones tan sobre los últimos compases de la protohistoria
elementales como quién o quiénes son los encarga- peninsular ibérica.
dos de explotar el complejo alfarero de Las Cogotas,
o cómo y por qué se establece un método de tra-
bajo centrado en la especialización. La búsqueda de BIBLIOGRAFÍA
respuestas indagando en los procesos productivos
desarrollados para la fabricación de elementos cerá- ÁLVAREZ SANCHÍS, J. R. (2010): “La cerámica con
micos, posibilita el acceso a una serie de dimensio- decoración a peine, de ‘fósil guía’ a indicador de
nes de tipo social, económico o simbólico, que hasta etnicidad”. De la región Vaccea a la Arqueología
el momento permanecen inexploradas. Vaccea, (Romero Carnicero, F. y Sanz Mínguez,
C. eds.), Vaccea Monografías 4, Valladolid,
pp. 293-318.
En el siglo II a.C., la aplicación práctica de una
cadena operativa cerámica de gran complejidad téc- ÁLVAREZ SANCHÍS, J. R. (2011): “La segunda Edad
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Chiara Daniéle1
Resumen Abstract
En el llano de San Cristóforo, sede de la primera On the promontory of S. Cristoforo, which was
fundación de la colonia fenicio-púnica de Solunto, the location of the first Phoenician-Punic colony
en la costa noroccidental de Sicilia, se ha hallado constitution of Solunto, in the northwestern coast
una extensa presencia de áreas para la producción of Sicily, a much extended presence of pottery
de cerámica, utilizadas de Época Arcaica a Época production areas has been found, used from
Helenística. Los análisis arqueométricos nos han the archaic to the ellenistic age. Archeometric
evidenciado que la producción local de Solunto analysis highlighted that the production of Solunto
debía de satisfacher un sistema de intercambios should fulfill a system of trade. It is problematic to
comerciales. Sin embargo, es muy complejo investigate the presence of Solunto productions in
indagar la presencia de producciones de Solunto the nearby native areas, analysed in a superficial
en los centros indígenas cercanos, investigados de way. It is possible to find some information
manera superficial. Datos relevantes relativos a regarding amphoras of the IV Century b. C. in a
ánforas del siglo V a.C. se encuentran en un estudio study on Monte Falcone, some others, even though
sobre Monte Falcone. Otros datos, aunque escasos, not many are from Monte Porcara.
proceden de Monte Porcara.
It has been supposed the use of a kind of clay,
Se presupone la utilización de una arcilla que which was between Palermo and Solunto, because
se encuentra entre Palermo y Solunto para la of the presence of ellenstic plates, discovered in
producción de platos de la Época Helenística Palermo, Termini Imerese, Monte Iato and Marineo.
hallados en Palermo, Termini Imerese, Monte It is plausible to think that these were made in the
Iato y Marineo. No resulta absurdo pensar que se promontory of San Cristoforo.
produjeron en el llano de San Cristóforo.
Keywords: Northwestern Sicilia, Solunto,
Palabras clave: Sicilia Noroccidental, Solunto, Produtions, Exchange, Relations, Indigeneous
Producción, Intercambios, Centros Indígenas. Centre.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 233-237. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 233
CHIARA DANIELE
1. INTRODUCCIÓN
Lám. 2. El llano de San Cristóforo desde el Monte Catalfano (foto sacada por la autora)
tricos desarrollados sobre 34 muestras de cerámica Las ánforas de estilo griego de las Épocas Arcaica
de estilo griego hallada en dos áreas del llano cos- y Clásica (segunda mitad del siglo VI-mitad del
tero de San Cristóforo. Se ha examinado la lámina siglo IV a.C.), halladas en los ajuares, sobre todo
delgada de todas las muestras y, además, 27 de en las tumbas de cámara, de la necrópolis situada
aquellas han sido analizadas a través de la fluores- en Contrada Campofranco-Olivetano (Fig. 3, rojo),
cencia de rayos X (XRF). Se ha llegado a la conclusión incluyen producciones locales y otras proceden-
que el 60% de las muestras pertenecen a produccio- tes de las colonias griegas del Occidente (Polizzi,
nes de Solunto (Montana et al., 2009). 1997: 95-103).
Por lo que concierne a la cerámica de uso común, Se han elegido 59 muestras de 18 tipologías de
entre las formas de la tradición fenicio-púnica hay ánforas púnicas de época Arcaica, Época Clásica
una presencia bastante escasa de importaciones y Época Helenística (Alaimo et al., 2003). Se ha
procedentes de otras áreas del mundo púnico así que examinado las láminas delgadas de las muestras
se puede desumir una tendencia a preferir la pro- y la mayoría ha resultado producida en Solunto.
ducción local de la cerámica de uso más frecuente Revela un origen soluntino la totalidad de las 20
(Greco, 1997: 32). muestras de ánforas púnicas de Época Arcaica
examinadas, producidas entre finales del siglo
El estudio de la difusión de las ánforas constistuye VII a.C. y el siglo VI a.C. Las de Época Clásica y
un elemento muy relevante para obtener datos sobre de Época Helenística, que se pueden incluir entre
las relaciones comerciales, y en el caso de Solunto, principios el siglo V a.C. y el siglo III a.C, continúan
adquiere una importancia particular ya que existe sobre todo con las producciones locales (32 mues-
una gran producción local de ánforas para la expor- tras entre 39 analizadas) a las que se añaden muy
tación de alimentos, vino y aceite. pocas importaciones (siete muestras).
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 233-237. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 235
CHIARA DANIELE
Muy escasos son los fragmentos con una pasta de Bordonaro, G. (2011): Carta archeologica e sistema
ambos tipos, procedentes de la prospección super- informativo territoriale del comune di Baucina.
Università degli Studi di Palermo. Dipartimento
ficial de Monte Porcara, ubicado en la parte baja del
dei Beni Culturali. Palermo.
valle del río Eleuterio al suroeste de Solunto (Fig. 8).
El tipo de ánfora, de probable producción soluntina, Greco, C. (1997): “Solunto: scavi e ricerche
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tagnola (respectivamente en la parte alta del valle del pp. 621-644.
río Iato y en la parte alta del valle del río Eleuterio)
Greco, C. (2000): “Solunto: nuovi dati dalla
(Fig. 4), se hallaron algunos platos de la forma Lam- campagna di scavo 1997”, Terze Giornate
boglia 36, tipología de la producción Campaniense A Internazionali di Studi sull’Area Elima,
muy difundida en los siglos II y I a.C (Fig. 5). El ánali- (Gibellina-Erice-Contessa Entellina 23-26 de
sis de las pastas procedentes de los cuatros centros octubre de 1997), Pisa-Gibellina, pp. 681-700.
ha puesto en evidencia su similitud con las arcillas Greco, C. (2005): “Solunto arcaica: nuovi dati
de Ficarazzi que afloran en el área entre Palermo y topografici e cronologici”, Atti del V Congresso
la sede arcaica de Solunto. Estas arcillas se utilizaron Internazionale di Studi Fenici e Punici, (Marsala-
en producciones artesanales a partir del siglo VI a.C. Palermo 2-8 de octubre de 2000), II Palermo,
pp. 667-675.
No se puede excluir Solunto como centro de pro- Montana, G., Iliopoulos, I., Tardo, V. Greco, C. (2009):
“Petrographic and Geochemical Characterization
ducción de los platos, dado que su actividad produc-
of Archaic-Hellenistic Tableware Production at
tiva continuó en Época Helenística. Hay que tener Solunto, Sicily”, Geoarchaeology vol 24(1),
en cuenta también la posibilidad que las arcillas de pp. 86-110.
Ficarazzi fuesen utilizadas por artesanos de los cen-
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Facoltà di Lettere e Filosofia.
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Diversos ejemplares de pesas de telar romanas hallados en Isturgi (Los Villares de Andújar, Jaén).
3.9. LAS PESAS DE TELAR ROMANAS DE
ISTURGI (LOS VILLARES DE ANDÚJAR, JAÉN)
ROMAN LOOM WEIGHTS OF ISTURGI (LOS VILLARES DE ANDÚJAR, JAÉN)
Resumen Abstract
En el presente trabajo se dan a conocer un conjunto The present article introduces a group of roman
de pesas de telar documentadas en los vertederos loon-wieghts which are documented in the explored
explorados del alfar de Los Villares de Andújar. rubbish dump of the potter’s workshop in “Los
Para el análisis de las diversas pesas de telar villares de andujar”. To analise the different roman
documentadas en el alfar hemos establecido una loon-wieghts we are stablished several parameters
serie de parámetros para definir sus características which define their characteristics in order to
formales con el fin de establecer una tipología, stablish a typology, joined to the macroscopic
unido al análisis macroscópico. Junto a ello uno de analysis. Furthermore, one of the main aspects
los aspectos más destacados de la producción de about the roman loon-wieghts production is the
pesas de telar es la presencia de marcas epigráficas presence of epigraphic and anepigraphic stamps.
y anepigráficas.
Keywords: Roman Loom-Weights, Isturgi,
Palabras clave: Pesas de Telar Romanas, Isturgi, Tipology, Macroscopic Analysis and Stamp.
Tipología, Análisis Macroscópico y Marcas.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 239-251. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 239
MANUEL MORENO ALCAIDE, BEGOÑA SERRANO ARNÁEZ E ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ
tipo alrededor de las cuales se agruparía la produc- La superficie de este grupo está poco cuidada, es
ción de estos útiles. Atendiendo a las características rugosa e irregular, observándose los desgrasantes
que presentan las pesas de telar se han podido esta- de la pasta; en cuanto al color de la superficie, se
blecer cinco grupos macroscópicos. aproxima bastante al color de la pasta del Grupo 2,
con una tonalidad gris rosa (M53).La presencia de
Grupo 1 este grupo de pasta macroscópico es igual al ante-
rior con un 20 % del total analizado.
El primero de los cinco grupos de pastas identificados
de forma macroscópica a ojo desnudo se caracteriza Grupo 4
porque la tonalidad de la pasta es de color amarillo
pálido (M89) según la nomenclatura de Cailleux. El El cuarto de los grupos analizados se caracteriza
desgrasante utilizado es bastante visible, brillante y porque el color de su pasta es marrón (P70), con
negro debido a éste color se aprecia con facilidad. desgrasantes muy abundantes y de gran tamaño con
La fractura es recta y la rugosidad al tacto es media. tonos grises, blancos y rosáceos. La fractura es recta
En relación a la porosidad, su intensidad es media aunque muy rugosa. La porosidad es baja con la pre-
con vacuolas, en uno de los ejemplos analizados se sencia esporádica de pequeñas vacuolas.
aprecia en la parte lateral inferior una oquedad de
mayor tamaño, pero en este caso, probablemente, La superficie, por otro lado, es lisa y bastante regu-
sea debido al proceso de cocción. lar, con los mismos desgrasantes observados en la
pasta; su color es gris rosa (N70). Hasta el momento
La superficie viene definida por un color muy pare- sólo hemos podido identificar un sólo ejemplo de
cido al de la pasta con una tonalidad amarillo pálida este grupo de pastas.
(M89). Es el grupo de pastas más representativo de la
totalidad analizada alcanzando casi a la mitad de las Grupo 5
pesas de telar estudiadas (46% de los casos).
El último de los grupos que hemos establecido tiene
Grupo 2 una pasta de color rojo claro (M37), caracterizado por
unos desgrasantes brillante y blanco y negro, ambos
Este grupo presenta unas pastas más oscuras que el de pequeño tamaño. La fractura es recta con una
anterior con una tonalidad gris rosa (N51). En la uti- rugosidad media, mientras la porosidad es baja.
lización de desgrasante se observan puntos negros,
pero en menos cantidad que en el Grupo 1, apre- La superficie es muy lisa y regular con los mismos
ciándose también desgrasante brillante, blanco y desgrasantes presentes en la pasta. Respecto al
dorado, que supone una minoría. La fractura es recta color de la superficie es de la misma tonalidad que
y rugosa al tacto; mientras la porosidad es baja sin la pasta rojo claro (M37). En este caso, de nuevo, sólo
presencia de vacuolas. poseemos un ejemplar, pero es lo suficientemente
característico como para establecer un grupo propio
La superficie es bastante cuidada y lisa, de color de pastas, al menos desde un análisis macroscópico
rosa gris (M33), aunque se advierte la presencia de
los desgrasantes de la pasta y algunas vacuolas. Este
grupo supondría un 20% del total de los casos inclui- 4. REPERTORIO TIPOLÓGICO
dos en el estudio.
Para el análisis de las diversas pesas de telar docu-
Grupo 3 mentadas en el alfar isturgitano hemos establecido
una serie de parámetros para definir sus caracterís-
En este caso, el color de la pasta es rojo pálido ticas formales con el fin de establecer una tipología
(M50), con desgrasantes brillantes de color rojo y (Castro Curel, 1985: 234; Castellani, 2011). Puntos
negro. La fractura, a diferencia de los anteriores que pasamos a establecer a continuación:
grupos, es bastante irregular debido también a la
alta rugosidad al tacto; la porosidad, sin embargo, 1. Adscripción formal del cuerpo en base a la figura
no es muy elevada, tan sólo con pequeñas y disper- geométrica en la que pueda adscribirse; en nues-
sas vacuolas. tro caso circular, paralepípedo o troncopiramidal.
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MANUEL MORENO ALCAIDE, BEGOÑA SERRANO ARNÁEZ E ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ
2. Medida de la anchura, grosor y altura de las pie- un grosor comprendido entre los 4 cm y 5 cm (Lám.
zas cuantificándolo en mm. Medida del peso y 2.3, Lám. 4.8 y Lám. 5.9-10). Adscritos a los grupos
dimensión del diámetro de la perforación. macroscópicos dos y tres.
Lám. 1
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 239-251. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 243
MANUEL MORENO ALCAIDE, BEGOÑA SERRANO ARNÁEZ E ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ
Lám. 2
Lám. 3
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MANUEL MORENO ALCAIDE, BEGOÑA SERRANO ARNÁEZ E ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ
Lám. 4
Lám. 5
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Lám. 6
Lám. 7
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MANUEL MORENO ALCAIDE, BEGOÑA SERRANO ARNÁEZ E ISMAEL MACÍAS FERNÁNDEZ
Lám. 8
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Gran contenedor Andújar (de Fuente: Victoria Peinado).
3.10. LA CERÁMICA COMÚN BÉTICA
PRODUCIDA EN EL ALFAR DE LOS VILLARES
DE ANDÚJAR (JAÉN)
BAETICAN COARSE POTTERY MADE IN LOS VILLARES DE ANDÚJAR (JAÉN)
Resumen Abstract
El complejo alfarero del antiguo Municipium The suburbium of ancient Municipium Isturgi
Isturgi Triumphale (Los Villares de Andújar, Jáen), Triumphale (Los Villares de Andújar, Jaén), was
albergó desde el siglo I d.C. una comunidad de the place, by the middle of the first century AD, of
artesanos especializados en la producción de a large community of craftsmen specialized in the
cerámica a torno, constituyéndose como uno de production of ceramics, constituting one of the most
los centros de manufactura más importantes del important groups of potters in southern Iberian
sur de la Península Ibérica. Entre los diferentes Peninsula. Among the pottery classes produced in
tipos de cerámica producidos en él, podemos this productive settlement stands out local hispanic
identificar a la Terra Sigillata Hispánica como terra sigillata. However there were also produced
la vajilla predominante. No obstante, los restos other tableware ceramics, such as we have called
arqueológicos constatan también la fabricación baetican coarse pottery, under consideration in
de la conocida con el nombre de Cerámica Común this paper. We will try to finalize the definition
Bética. En este artículo trataremos de definir sus of this pottery class and analyse it typological,
características, realizando un análisis de carácter chronological and technologically. Finally, we focus
tipológico, cronológico y tecnológico. Así mismo, on the study of the distribution and marketing of
centraremos nuestra atención en su distribución y these ceramics and on their functional analysis.
consumo.
Keywords: Archaeology of Production, Roman
Palabras clave: Imperio Romano, Sur de la Empire, Southern Iberian Peninsula, Municipium
Península Ibérica, Municipium Isturgi Triumphale / Isturgi Triumphale / Los Villares de Andújar,
Los Villares de Andújar, Cerámica Común Bética, Baetican Coarse Pottery, Typology.
Tipología.
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MARÍA VICTORIA PEINADO ESPINOSA
Macroscópicamente se puede mantener una distin- características técnicas y formales muy particu-
ción inicial entre las cerámicas calcáreas y las no lares. Incluso la cronología de estos morteros se
calcáreas en base al color. Así las cerámicas calcá- comenzó a cerrar a grandes rasgos en el siglo I d.
reas tienden a aclararse a medida que la tempera- C. A partir de este trabajo se ha impuesto la hipó-
tura de cocción aumenta. Mientras, las cerámicas no tesis de la existencia de una producción de común
calcáreas en iguales condiciones de temperatura se realizada en la Bética, bien documentada en yaci-
oscurecen. El resultado son pastas de colores rosá- mientos como Munigua (Villanueva del Río y Minas,
ceos, anaranjados, beige claro, crema, dependiendo Sevilla) (Vegas, 1969/70), Itálica (Santiponce, Sevi-
de la atmósfera de cocción para el caso de las cerá- lla) (Bendala, 1982), Cercadilla (Córdoba) (Moreno,
micas calcáreas. Las tonalidades rojizas oscuras, 1997) o Lacipo (Casares, Málaga) (Puertas, 1982), y
marronáceas y negruzcas son más propias de las que llegó incluso a exportarse a la vecina Lusitania
cerámicas silíceas (Olcese, 2003: 19-20). y al Norte de África, según se desprende de trabajos
como los de R. Morais (2004) sobre los morteros de
Por otro lado para la realización de una buena cerá- Bracara Augusta (Braga, Portugal), J. C. Quaresma
mica de cocina se precisa una arcilla de calidad, pero (2006) también con un discurso centrado en la pre-
también es importante su porosidad, ya que los poros, sencia de morteros béticos en la Lusitania.
sobre todo, si son alargados y numerosos facilitan la
dilatación de la cerámica y minimizan el riesgo de Si bien es cierto que nunca se han acometido análisis
rotura (Cuomo di Caprio, 2007: 128). Mientras, para de tipo arqueométrico a la cerámica común bética
el caso de la cerámica común una porosidad alta documentada en la Lusitania o en el norte de África,
disminuye la resistencia a los choques mecánicos. los análisis macroscópicos comparados entre las
Tanto la distinción entre una cerámica calcárea de pastas de ánforas de origen bético, con las pastas
una silícea, como la porosidad de las mismas puede de cerámica común de posible importación bética
ser identificada de forma preliminar macróscopica- documentadas en estas zonas, evidencian grandes
mente, como ya hemos señalado, dando como resul- similitudes. Si a eso les unimos el análisis tipológico,
tado la distinción de dos clases cerámicas, la cerá- que confirma la presencia en estas zonas de cerámi-
mica común y cerámica de cocina. cas tipológicamente idénticas a las documentadas en
yacimientos de la Bética, hace de esta hipótesis un
El estudio que presentamos a continuación se centra hecho cada vez más plausible.
en una producción concreta dentro del gran cate-
goría de la cerámicas comunes, la cerámica común La cerámica común bética de pasta calcárea englo-
producida en la Bética duran el siglo I d.C. Para ello baría por tanto todas aquellas cerámicas elaboradas
analizaremos un caso concreto de un centro produc- a partir de arcillas calcáreas, dando como resultado
tor de esta clase cerámicas, el alfar de Los Villares unas producciones de pastas beige a las que no se
de Andújar. les suele aplicar ningún tratamiento de la superficie.
Funcionalmente son cerámicas destinadas princi-
palmente al almacenaje y la preparación de los ali-
2. ¿CERÁMICA COMÚN BÉTICA? LA CERÁ- mentos, sin excluir su uso en la mesa. El repertorio
MICA COMÚN DE PASTA CALCÁREA formal está compuesto por platos, tapaderas, cuen-
PRODUCIDA EN LA BÉTICA DURANTE EL cos, morteros, lebrillos y jarras. Cronológicamente
SIGLO I D.C. está producción se documenta durante el siglo I d.C.
y principios del siglo II d.C.
¿Es posible hablar de una clase cerámica o produc-
ción de cerámica común de pasta calcáreas propia
de la Bética? 3. LA CERÁMICA COMÚN BÉTICA PRO-
DUCIDA EN LOS VILLARES DE ANDÚJAR.
El origen de una clase cerámica de común de CARACTERIZACIÓN MACROSCÓPICA Y
pastas calcáreas propia de la Bética se ha venido ESTUDIO CRONOTIPOLÓGICO
defendiendo desde que M. Vegas en su libro Cerá-
mica común romana en el Mediterráneo Occiden- En el yacimiento de los Villares de Andújar, situado en
tal (1973) hablase de un conjunto de morteros, la provincia de Jaén (España) se instaló hacia hacía
elaborados en esta provincia romana, con unas mediado del siglo I d.C. uno de los centros alfareros
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MARÍA VICTORIA PEINADO ESPINOSA
más importante de la Bética (Fig. 1) (Ruiz Montes, Pero también se realizaron cerámicas comunes,
2011)1. El alfar fue conocido sobre todo por su produc- concretamente tres producciones de cerámicas des-
ción de terra sigillata hispánica (Fernández García y tinadas al almacenaje, preparación y cocción de los
Moreno, 2013, Fernández García y Macías, 2013) pero alimentos, englobadas dentro del termino genérico
fueron muchas más las clases cerámicas torneadas de cerámicas comunes bien diferenciadas, tanto
y cocidas por los artesanos istugitanos, cerámica tecnológica como tipológicamente, la cerámica de
tipo Peñaflor (Ruiz Montes, 2012), paredes finas (Ruiz cocina oxidante, la cerámica de cocina reductora y la
Montes y Moreno, 2013), lucernas (Ruiz Montes, 2013), producción objeto de estudio en este trabajo, la cerá-
cerámica pintada de tradición indígena (Ruiz Montes y mica común bética de pasta calcárea (Peinado, 2010,
Peinado, 2013). 2012, 2013 a, b y c).
1 FABIÃO C. (1998): O Mundo Indígena e a sua Romanização na área céltica do território hoje português, Tesis doctoral inédita. Universidad
de Lisboa.
Macroscópicamente la cerámica común bética Los cuencos tipo COM-BET 2.2 (Lám. 1.4) presen-
producida en Los Villares de Andújar se caracte- tan un borde recto, ligeramente engrosado, con una
rística por el color beige de las pastas presentes pequeña acanaladura en la parte inferior del labio y
en la mayor parte de los casos, aunque su inten- diámetros en torno a los 16 cm. El cuerpo esta carac-
sidad puede variar, detectándose también algunos terizado por la presencia de una carena alta que
vasos con pastas en tonalidades anaranjadas o divide el vaso en dos zonas, una superior y recta, y
rosáceas, tanto por toda la fractura como, locali- otra inferior oblicua. Como ocurre para el caso ante-
zándose sólo en el interior de la misma, siendo el rior no se ha conservado ningún individuo completo,
resto de color beige. La presencia de inclusiones dificultando el conocimiento del fondo.
no pláticas o desgrasantes es baja pero repartida
por toda la fractura, destacando las partículas de Formalmente es muy similar al tipo anterior es
color blanco, opacas y brillantes, inferiores siem- el tipo COM-BET 2.3 (Lam. 1.5), aunque algo más
pre al milímetro, y sólo en casos puntuales algo amplio ya que sus diámetros oscilan entre los 17 y 24
más gruesas, y algún punto negro ocasional. Ello, cm, siendo la principal diferencia entre ellos la pre-
junto con la porosidad baja, otorga una apariencia sencia de un baquetón en la zona central del cuerpo.
de pasta compacta, dura y uniforme, aunque lige-
ramente rugosa al tacto. En cuanto a la superficie Mientras el tipo COM-BET 2.4 (Lám. 1.6) agrupa a
presenta el mismo color que la pasta en ocasio- una serie de cuencos hemisféricos de borde indife-
nes un tono más oscuro y su acabado, aunque está renciado de en torno 15 cm de diámetro. El fondo
desprovisto de cualquier tipo de tratamiento, es está compuesto por un pie en corona de sección
muy cuidado. triangular o redonda. Mucho de los individuos pre-
sentan en el fondo interno una zona circular de color
Desde el punto de vista morfológico, las formas pro- anaranjado resultado del apilamiento de los vasos
ducidas en cerámica común bética en Los Villares de en el horno. Se trata de uno de los tipos más abun-
Andújar son tapaderas, cuencos, morteros, lebrillos, dantes en los vertederos isturgitanos (Peinado, 2010:
jarras, embudos y coladores. 160-191; tab. 4.7, 4.9, 4.11, 4.17, 4.19, 4.21, 4.29. 4.31,
4.33, 4.34, 4,35 y 4.37).
Dentro de las tapaderas en Los Villares de Andújar
se produjeron dos tipos diversos, COM-BET 1.1 (Lám. Por último el tipo COM-BET 2.5 (Lám. 1.7) está carac-
1.1) y 1.2 (Lám. 1.2). Ambos tipos presentan una mor- terizado por su borde en sección triangular de diá-
fología muy similar caracterizándose por sus bordes metro de entre 18 y 20 cm. El cuerpo es hemisférico
ligeramente engrosados, sus paredes oblicuas y sus sin que tengamos más datos del resto de cuerpo y
pomos, de unos 5 cm de diámetro cóncavos en la del pie.
parte interna y planos en la exterior. La diferencia
entro los dos tipos se encuentra en las dimensiones, En cuanto a los morteros dos son los tipos pro-
el tipo COM-BET 1,1 presenta diámetros de entre 20 ducidos. En primer lugar encontramos el tipo
y 24 cm, mientras para el tipo COM-BET 1.2 son de COM-BET 3.1 (Lám.1.8), que presenta un borde,
entre 8 y 12 cm. con un diámetro comprendido entre los 20 y 24
cm, engrosado y de forma arriñonada rematado
Los cuencos por su parte presentan una diversi- en la parte superior del labio, en la mayoría de
dad tipológica más amplia con un total de cinco tipo los casos, con un pequeño baquetón. El cuerpo es
diversos. vertical, surcado en su parte interna por unas aca-
naladuras características de los morteros béticos
El tipo COM-BET 2.1 (Lám. 1.3) se caracteriza su (Peinado, 2011: 291- 292).
borde, que tiende a cerrarse, en forma de visera
rematado en la parte superior por un baquetón con Como el mortero COM-BET 3.1, el tipo COM-BET 3.2
una acanaladura en la parte baja del mismo para (Lám. 1.9) presenta el cuerpo interno estriado, pero
la instalación de un pico vertedor. Sus diámetros sus paredes son más robustas y el borde en este
están comprendidos entre 20 y 24 cm. El cuerpo es caso fue elaborado en forma de visera con un baque-
de tendencia hemisférica. No se ha conservado nin- tón superior que forma un pico vertedero, siendo el
gún ejemplar completo por lo que desconocemos la fondo ápodo, recto y con una pequeña acanaladura
forma del fondo. en el plano de apoyo.
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MARÍA VICTORIA PEINADO ESPINOSA
Lám. 1. Tipología de la cerámica común bética producida en Los Villares de Andújar, tipos COM-BET 1.1 (1), COM-BET 1.2 (2), COM.BET 2.1 (3),
COM-BET 2.2 (4), COM-BET 2.3 (5), COM-BET 2.4 (6), COM-BET 2.5 (7), COM-BET 3.1 (8), COM-BET 3.2 (9), COM-BET 4.1 (10) e COM-BET 4.2 (11).
Lám. 2. Tipología de la cerámica común bética producida en Los Villares de Andújar, tipos COM-BET 4.3 (1), COM-BET 5.1 (2), COM-BET 5.2 (3),
COM-BET 5.3 (4), COM.BET 5.4 (5), COM-BET 5.5 (6), COM-BET 5.6 (7), COM-BET 5.7 (8), COM-BET 5.8 (9), COM-BET 6.1 (10) e COM-BET 7.1 (11).
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MARÍA VICTORIA PEINADO ESPINOSA
La última forma abierta producida son los lebrillos Por su parte el tipo COM-BET 5.4 (Lám. 2.5) agrupa a
con tres tipos diversos. Los lebrillos tipo COM-BET un conjunto de jarras de borde exvasado, cuerpo glo-
4.1 (Lám.1.10) presentan un cuerpo curvo que se rec- bular, cuellos medios y estrechos y fondos ápodos.
tifica justo debajo del borde marcándose este cam- Es uno de los tipos de cerámica común calcárea más
bio con una carena. El cuerpo estaba decorado con frecuentes y abundantes en Los Villares de Andújar,
un lazo situado hacia la mitad del cuerpo realizado a y en consecuencia uno de los mayormente produci-
partir de un cilindro de arcilla que fue pegado con los dos (Peinado, 2010: 160, tab. 4.7; 162, tab. 4.9; 164,
dedos a la pared mediante presiones en los extremos tab. 4.11; 168, tab. 4.15; 172, tab. 4.19; 174, tab. 4.21;
y en el centro. El borde es vuelto con unos diámetros 176, tab. 4.23; 184, tab. 4.31; 186, tab. 4.33; 188, tab.
de entre 25 y 40 cm. No ha podido documentar nin- 4,35; 190, tab. 4.37).
gún vaso con perfil completo por lo que desconoce-
mos como sería el diámetro. El tipo COM-BET 5.5 (Lám. 2.6) incluye una serie de
pequeñas jarritas de perfil piriforme, de un solo asa y
El tipo COM-BET 4.2 (Lám. 1.11) es algo más exva- fondo ápodo. El cuello es corto y de apertura amplia,
sado que el tipo anterior. El borde, de sección cua- con un borde exvasado y con una carena en la zona
drangular o triangular, es también vuelto pero no tan interna del mismo, su diámetro se sitúa en torno a
amplío como en el caso de tipo COM- BET 4.1 aunque los 6 cm.
también presenta una carena en la parte de la unión
de borde al cuerpo. Los diámetros oscilan entre los La jarras tipo COM-BET 5.6 (Lám. 2.7) presenta unas
20 y 30 cm. dimensiones más reducidas que los tipos anteriores,
su borde es ligeramente engrosado hacia el exte-
Por último el tipo COM-BET 4.3 (Lám. 2.1) recoge un rior, el cuello estrecho, largo y bien diferenciado del
conjunto de lebrillos de paredes prácticamente ver- resto del cuerpo que es de tendencia globular y fondo
ticales y troncocónicas. El borde es vuelto no siendo ápodo, en algunos casos con un falso pie. Presenta
circular sino elíptico, como el resto del cuerpo y el un asa de sección oval que se inserta desde la parte
fondo, que es ápodo. El diámetro máximo se sitúa en baja del borde hasta la parte superior del cuerpo. Su
torno a los 26 cm. diámetro se sitúa en los 6 cm.
La única forma cerrada producida en cerámica Del tipo COM.BET 5.7 (Lám. 2.8) conocemos la forma
común bética en el alfar isturgitano son las jarras, del cuello, largo y estrecho, y del borde, que es
con hasta ocho tipos diversos. El primer de ellos, el engrosado de sección triangular, presentando en la
tipo COM-BET 5.1 (Lám. 2.2) presenta borde exva- parte alta un pequeño baquetón.
sado y amplio, de diámetros comprendidos entre 13
y 16 cm, con la presencia en la parte alta del labio El diámetro no supera los 4 cm.
de una hendidura a modo de asiento para tapadera.
El cuello es ancho y corto y presenta un asa que va Por último el tipo COM-BET 5.8 (Lám. 2.9) agrupa
desde el borde al hasta aproximadamente la mitad a una serie de jarras de cuello estrecho y alargado
del cuerpo. rematado por un borde levemente engrosado.
El tipo COM-BET 5.2 (Lám. 2.3) se caracteriza por Las últimas formas documentas pertenecen a dos
su borde engrosado, vuelto al exterior y de forma instrumentos culinarios muy fáciles de identifi-
triangular y arriñonada, con una carena en la parte car morfológicamente. Los embudos tipo COM-
interna a modo de asiento para tapadera. Sus diá- BET 6.1 (Lám. 2.10) que presentan una forma de
metros van de los 12 y los 15 cm. El cuello es corto y cono invertido perforado en la parte inferior, que
amplio y posee un asa situada bajo el borde. tiene la funcionalidad de facilitar el transvase de
líquido de un recipiente a otro. Y los coladores tipo
Las jarras tipo COM-BET 5.3 (Lám. 2.4) se caracteri- COM-BET 7.1 (Lám. 2.11) que se caracterizan por
zan por sus bordes engrosados de sección triangu- su forma de jarra cortada por el cuello y fondo
lar, debajo de los cuales se sitúa un pequeño baque- perforado.
tón desde donde sale un asa. El diámetro del borde
es más reducido que en los tipos anteriores, en torno La producción de cerámica común bética tiene una
a unos 10 cm. El cuello es largo y estrecho. cronología que va desde mitad del siglo I d.C. hasta
el inicio del siglo II d.C. (Peinado 20102; 2013a) y que tania Tingitana provenga de alfares del Bajo Guadal-
coincide con la propia cronología de vida activa alfar. quivir y del área Gadirita. No contamos con ninguna
No obstante, cada tipo producido tiene su propia evidencia arqueológica que nos haga pensar que la
cronología. De un lado tenemos los tipos más anti- cerámica común bética producida en Los Villares de
guos producidos durante los años centrales del siglo Andújar fuera comercializada más allá de Alto Gua-
I d.C., entre fines del reinado de Claudio e inicios del dalquivir. Si tenemos constancia de la distribución de
de Nerón, y que son los cuencos tipo COM-BET 2.1 la producción isturgitana en varios sitios arqueoló-
y COM-BET 2.4, el mortero tipo COM-BET 3.1, los gico como Cástulo, el santuario de Las Atalayuelas
lebrillos tipo COM-BET 4.1 y COM-BET 4.3 y la jarras (Fuente del Rey, Jaén) o en la necrópolis de Marro-
tipo COM-BET 6.1. Estos tipos serán sustituidos quíes Bajos, asociada al asentamiento de Los Robles
por otros que se producirán durante Época Flavia, (Jaén) (Peinado, 2013a).
como las tapaderas tipo COM-BET 1.1 y COM-BET
1.2, los cuencos tipo COM-BET 2.2 y COM-BET 2.5, Por último pasando al tema de la funcionalidad en
el lebrillo tipo COM-BET 4.2, la jarra tipo COM-BET general a la vajilla cerámica ha sido relacionado con
5.5 y el colador COM-BET 7.1. Los tipo más recien- una utilización en dos actividades principales, la pre-
tes, producidos y documentados en los años finales paración y el consumo de comidas y con el desarro-
del siglo I d.C. hasta los primeros quince años del llo de rituales. Estos usos implican a la vajilla cerá-
siglo II d.C., son las jarras tipo COM-BET 5.2, COM- mica en el ámbito de la alimentación y la muerte,
BET 5.6 y COM-BET 5.7. Juntos a estos tipos existen localizándose por ello en zonas de hábitat y en las
otros, cuenco tipo COM-BET 2.3, mortero tipo COM- necrópolis y santuarios (Bats, 1988: 198). La cerá-
BET 3.2, y jarras tipo COM-BET 5.1, COM-BET 5.3 y mica común bética está compuesta por vasos vincu-
COM-BET 5.4, documentados durante toda la vida lados fundamentalmente al ámbito doméstico para
activa del alfar. la realización de actividades de almacenaje, como las
jarras, y preparación de los alimentos, como morte-
ros y cuencos, aunque también algunos tipos como
4. DIFUSIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y ANÁ- los cuencos y la jarras pudieron emplearse como
LISIS FUNCIONAL DE LA PRODUCCIÓN DE vajilla de mesa (Peinado, 2010: 368- 378; e.p.).
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cocina oxidante”, Una aproximación a Isturgi España, (Fernández García, Mª. I. coord.),
Romana: El complejo alfarero de Los Villares de Edizioni Quasar, Roma, pp. 163-172.
Andújar, Jaén, España, (Fernández García, Mª. I.
coord.), Roma, Edizioni Quasar, pp. 271-284. VEGAS, M. (1964): Clasificación tipológica preliminar
de algunas formas de la cerámica común
PEINADO ESPINOSA, Mª. V. (2013c): “Cerámica de romana. Publicaciones eventuales de la
cocina reductora”, Una aproximación a Isturgi
Universidad de Barcelona 8.
Romana: El complejo alfarero de Los Villares de
Andújar, Jaén, España, (Fernández García, Mª. I. VEGAS, M. (1969/70): “Munigua. Cerámicas romanas
coord.), Roma, Edizioni Quasar, pp. 285- 292. del siglo I d.C.”, Noticiario Arqueológico
Hispánico XIII-XIV, pp. 72- 122
PEINADO ESPINOSA, Mª. V. (en prensa): “A
postcolonial approach to the techno-typological VEGAS, M. (1973): Cerámica común romana
assemblages of coarse pottery in the Upper del Mediterráneo Occidental. Publicaciones
Guadalquivir (First Century A.C.)”, Rei Cretariae eventuales de la Universidad de Barcelona.
Romanae Fautores Acta 43. Barcelona.
María Isabel Mancilla Cabello1, Julio Miguel Román Punzón1 y Montserrat Talavera Román2
Resumen Abstract
Se muestran los resultados de una de las In this paper we present the results of the
actuaciones arqueológicas desarrolladas en el archaeological works carried out in the Tocón-
tramo Tocón-Valderrubio (tt.mm. Íllora-Pinos Valderrubio section (tt.mm.Illora-Pinos Puente,
Puente, Granada, España) de las obras de Granada, Spain) during the construction of a high-
construcción del tren de alta velocidad (AVE), speed train (AVE). The site of “El Ruedo” is located
en concreto en el paraje “El Ruedo”, localizado outside of the village of Escóznar (Illora, Granada),
a las afueras de Escóznar (Illora, Granada), en a large pit cut into the natural rock with a well in
donde se hallaron una gran fosa recortada en el one of its sides were documented. Both, the pit and
terreno natural, así como un pozo de captación de the well were filled up with sediments, stones and
agua en uno de los extremos de la misma, ambos several artifacts, mainly pottery. They belong to
colmatados de sedimento, piedras y artefactos the Iberian period (first century BC) and have been
varios, principalmente cerámica. Han sido datados interpreted as an area of sourcing and preparation
en época ibérica (siglo I ane) e interpretados como of raw materials, particularly clays.
parte de un área de captación y preparación de
materias primas, en concreto arcillas. Keywords: Pit, Well, Catchment, Clay, Iberian
Period.
Palabras clave: Fosa, Pozo, Captación, Arcilla,
Ibérico.
1 Arqueólogos profesionales y miembros del Grupo de investigación interdisciplinar de las Ciencias y Humanidades de la Junta de Andalucía
(HUM-143). Universidad de Granada. [ mancillacabello@gmail.com ] ; [ romanp@gmail.com ]
2 Arqueóloga profesional.
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MARÍA ISABEL MANCILLA CABELLO, JULIO MIGUEL ROMÁN PUNZÓN Y MONTSERRAT TALAVERA ROMÁN
Lám. 1. Vista panorámica desde la carretera de Escóznar (GR-NO-11), a la salida del municipio en dirección a Obéilar (Granada).
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MARÍA ISABEL MANCILLA CABELLO, JULIO MIGUEL ROMÁN PUNZÓN Y MONTSERRAT TALAVERA ROMÁN
3. RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN
1 UEN01=UEN06=UEN12=UEN14=UEN28=UEN31=UEN50=UEN37=UEN48.
2 UEN58=UEN59=UEN63.
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MARÍA ISABEL MANCILLA CABELLO, JULIO MIGUEL ROMÁN PUNZÓN Y MONTSERRAT TALAVERA ROMÁN
junto a gran cantidad de artefactos cerámicos, algu- ción de éstas en la mitad este de la fosa. El último
nos metálicos y en menor medida restos faunísticos. nivel5 que colmata el interior de la fosa presenta
Sobre éste se acumuló un potente estrato de tierra similares características físicas, es decir, se trata de
limosa3, de unos 70 cm de espesor, color marrón y un estrato de tierra de color marrón oscuro, textura
con pequeñas vetas de tonalidad más oscura, que limoarcillosa, de unos 40 cm de espesor, y con algu-
era el que contenía a las piedras de mediano y gran nas inclusiones pétreas de pequeño tamaño. Al igual
tamaños que se identificaron en toda la fosa, y espe- que en la unidad anterior, se recogieron numerosos
cialmente en la mitad este de la misma. En él des- fragmentos cerámicos y alguno metálico, todos ellos
tacaba la aparición de abundante cerámica, junto a de época ibérica.
varios elementos metálicos de indudable interés,
como eran una punta de lanza (Lám.8), una placa Posiblemente el pozo poseía algún tipo de cubierta
con remaches y un posible anillo. Las numerosas o estructura de origen vegetal al nivel de las gravas,
piedras4 que formaban parte de dicho nivel habrían que es donde se reduce el tamaño de éste, dada la
podido ser arrojadas al interior de la fosa desde el presencia de numerosos restos de este material
borde oriental de la misma dada la gran concentra- entre el sedimento de limos que lo colmata a esta
3 UEN05=UEN16=UEN11=UEN17=UEN32=UEN41=UEN39=UEN44=UEN56=UEN52=UEN60=UEN57.
4 Por el tamaño y peso de las piedras se deduce que como mínimo se requeriría de la fuerza de un individuo para cargar y arrojar cada una
de las piedras halladas en este nivel, a excepción de dos de ellas, en las que habría sido necesario, al menos, la fuerza de dos personas.
5 UEN02=UEN07=UEN45=UEN15=UEN29=UEN35=UEN53=UEN49=UEN47.
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6 Esta estructura no fue excavada por hallarse fuera del área de afección de la traza.
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MARÍA ISABEL MANCILLA CABELLO, JULIO MIGUEL ROMÁN PUNZÓN Y MONTSERRAT TALAVERA ROMÁN
En cuanto a las pastas, son mayoritariamente oxi- Para época romana, J.P. Adam describe la prepara-
dantes y depuradas, ya que corresponden a la cerá- ción inicial de la arcilla para su uso en la prepara-
mica común y ánforas, frente a las reductoras con ción del tapial o adobes de la siguiente manera: “la
gran número de inclusiones, que pertenecen a las arcilla se deposita en una fosa inundada, próxima a
producciones de cocina y grandes contenedores con un abastecimiento de agua, y allí se amasa pisán-
decoración de cordón. dola con el desgrasante que puede ser vegetal;
paja, hierba seca, salvado, a veces ceniza, o mine-
Los elementos metálicos no han sido muy abundan- ral: arena o gravilla” (1996: 62) (Fig. 8). El proceso
tes y se hallaban en muy mal estado de conserva- no debía variar del que pudieran llevar a cabo las
ción, debido a la humedad de los sedimentos que los comunidades del Ibérico Final en nuestra zona de
contenían. Así pues, además de varios clavos, se han estudio; de hecho en la actualidad aún se continúa
recuperado una punta de lanza (Lám. 8), una plaquita obteniendo la arcilla para la fabricación de adobes
fragmentada con remaches, un posible anillo, un de la misma forma, tal y como se puede observar
fragmento de aguja y parte de una fíbula. entre las comunidades rurales de Latinoamérica
(Lám. 11).
Asimismo, el material lítico ha sido escaso; no obs-
tante, se han recuperado algunas piezas de sílex con La cronología propuesta para este yacimiento viene
restos de talla, y otras tantas de piedra no tallada. determinada por el conjunto de materiales cerámi-
En cuanto a los ecofactos, destaca la presencia de cos que forman parte de los sedimentos que col-
fauna, malacofauna y microfauna, así como restos de matan las citadas estructuras, los cuales han sido
madera en el interior del pozo de los que se recupe- datados en los momentos previos al cambio de era,
raron varias muestras. dado que este tipo de estructuras no suele tener un
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MARÍA ISABEL MANCILLA CABELLO, JULIO MIGUEL ROMÁN PUNZÓN Y MONTSERRAT TALAVERA ROMÁN
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Interior de la Sinagoga de la judería del Castillo de Lorca.
Foto: © Paradores. Wikimedia Commons, Licencia CC BY-SA 4.0.
3.12. NUEVAS PERSPECTIVAS DE LOS
ESTUDIOS SOBRE CERÁMICA BAJOMEDIEVAL
EN EL SURESTE PENINSULAR: LOS AJUARES
CERÁMICOS DE LA JUDERÍA MEDIEVAL DEL
CASTILLO DE LORCA*
NEW PROSPECTS OF THE LATE MEDIEVAL POTERRY STUDIES IN THE
PENINSULAR SOUTH-EAST: THE POTTERY GOODS OF THE JEWISH
MEDIEVAL QUARTER OF LORCA CASTLE
Resumen Abstract
El presente trabajo aborda algunos aspectos de This paper discusses some aspects of the
la cultura material cerámica documentada en el pottery material culture registered during the
proceso de excavación arqueológica del castillo de archaeological excavation of the castle of Lorca
Lorca (Murcia, España). La naturaleza del proyecto (Murcia, Spain). The nature of the archaeological
arqueológico realizado ha puesto de manifiesto una project carried out has shown a number of results
serie de resultados sobre la cerámica que abarcan about the pottery, including formal, functional and
aspectos tanto formales, funcionales como de commercial exchange aspects. In the same way,
intercambio comercial. De igual modo, el proceso the archaeological excavation process has helped
de excavación arqueológica ha permitido establecer to establish a series of relationships between some
una serie de relaciones entre algunas piezas, su pieces, its functionality and the spatial relationship
funcionalidad y la relación espacial dentro del within the late medieval domestic context. The
ámbito doméstico bajomedieval. El análisis espacial spatial analysis of some functional groups, within
de algunos grupos funcionales, en el marco de la the framework of the late Medieval Jewish quarter
judería bajomedieval lorquina, posibilita un mayor from Lorca, allows a better approach in the
acercamiento en la distribución y comprensión distribution and understanding of the pottery in the
de la cerámica en el entorno urbano del barrio urban environment of the late medieval quarter.
bajomedieval.
Keywords: Pottery, Castle, Jewish Quarter, Town
Palabras clave: Cerámica, Castillo, Judería, Planning, Spatial Analysis, Multiple Lamp.
Urbanismo, Análisis Espacial, Candil Múltiple.
* El Director Científico del proyecto es el profesor titular de la Universidad de Murcia Dr. D. Jorge A. Eiroa Rodríguez y el equipo investigador
está encabezado por él y por los arqueólogos co-directores en las intervenciones realizadas hasta el momento: D. Juan Gallardo Carrillo, D.
José Ángel González Ballesteros y D. José Manuel Crespo Valero.
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JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ BALLESTEROS
1. INTRODUCCIÓN
Uno de los objetivos del proyecto es precisamente
En el marco de los estudios arqueológicos desarro- establecer la realidad fronteriza, el establecimiento
llados en los últimos años en el castillo de Lorca de los judíos y la cultura material aportada, ya
(Murcia) destacan los hallazgos de un amplio abanico que para el periodo medieval existen ciertos pro-
de cultura material asociadas al periodo bajomedie- blemas de identificación que presenta el registro
val. Este estudio se centra en el avance de un aspecto arqueológico.
concreto, la cerámica documentada en los contextos
deposicionales, que forman parte del proceso de Este es el propósito inicial del presente trabajo,
abandono del urbanismo bajomedieval, presentes en definir nuevas propuestas a partir de la realidad
el interior de la fortaleza lorquina. cerámica documentada en el proceso de excava-
ción arqueológica del barrio bajomedieval y su vin-
Dando continuidad a las excavaciones iniciadas con culación espacial. En este sentido, no deja de ser
motivo de construcción de un Parador de Turismo, el el presente trabajo un análisis preliminar sobre la
proyecto de investigación del sector oriental del cas- cerámica bajomedieval que en este momento se está
tillo de Lorca, iniciado en el año 2009 y prosiguiendo desarrollando en el marco del proyecto de investiga-
con diversas campañas de actuaciones arqueológi- ción (Eiroa Rodríguez, 2012).
cas,ha permitido dar continuidad a los últimos des-
cubrimientos del castillo, principalmente la judería
medieval. Este proyecto de investigación, coordinado 2. LA JUDERÍA ENCASTILLADA DE LORCA:
desde el Área de Historia Medieval de la Universidad DISTRIBUCIÓN, ORGANIZACIÓN Y ESPACIOS
de Murciai, cuenta con un amplio equipo multidis-
ciplinar y contempló el estudio del proceso históri- 2.1. ORGANIZACIÓN URBANA
co-arqueológico, la consolidación, la puesta en valor
y la adecuación para uso turístico del área oriental Los trabajos arqueológicos realizados en el periodo
del castillo de Lorca (Eiroa Rodríguez, 2012: 407). 2002-2009 mostraron una primera realidad arqueo-
lógica de la organización urbana de la judería medie-
Los resultados arqueológicos resaltan un diverso val de Lorca que se estableció en el interior de la
horizonte temporal, detectándose niveles de ocupa- fortaleza (Gallardo Carrillo y González Ballesteros,
ción en el cerro que arrancan desde el Calcolítico. 2009a). Dicho urbanismo, a partir del proyecto de
Sin embargo, las últimas fases de ocupación corres- investigación iniciado en el año 2009 y de la continui-
pondientes a la Baja Edad Media, suponen los ele- dad de actuación en el ámbito del Parador Nacional
mentos que reflejan un mayor interés en relación de Turismo, se ha visto ampliado. En este caso se
con la propia morfología constructiva del castillo, su han visto incorporados nuevos elementos en el tra-
proceso de formación y desarrollo. Es de destacar zado de calles y aumentado el número de unidades
muy especialmente el barrio judío de los siglos XIV y domésticas, al igual que ha permitido aclarar la con-
XV como parte del proceso urbano de formación de la figuración del límite occidental de la judería (Fig. 2).
ciudad durante el periodo final medieval.
Por un lado, la alcazaba y más concretamente el
La importancia del castillo de Lorca en la Baja Edad denominado “barrio de Alcalá” supone la base
Media supone un punto clave en las relaciones de urbana de la judería de Lorca. En este sentido,
frontera con el reino nazarí, ya que se establece la muralla que delimita este conjunto defensivo
como el último baluarte de control de Castilla en el supone el primer elemento que define el barrio,
Adelantamiento murciano con respecto a Granada. separándolo del resto del núcleo urbano. Es den-
Esta situación definirá el modelo de desarrollo social tro de esta línea de muralla donde se reconoce la
a lo largo de la Baja Edad Media, y cuya evolución puerta de la judería, cuya referencia documental
se refleja en la cerámica. Las propias características viene recogida principalmente por el acensamiento
geográficas del castillo, inciden en este factor, ya que de la muralla por parte del concejo lorquino iniciado
supone un emplazamiento privilegiado de control del en la segunda mitad del siglo XV. También recibe el
valle del Guadalentín en las rutas de comunicación sobrenombre de “Puerta del Pescado”, y se confi-
con Vera y Almería, y el territorio del noroeste mur- gura como el acceso que comunica la judería con el
ciano donde se localiza la ciudad de Caravaca (Fig. 1). resto de la ciudad.
Por otro lado, otro aspecto espacial que se ha podido vinculación al desarrollo de actividades comerciales.
determinar por los resultados de las excavaciones, Salvo el patio o plaza de la sinagoga, que sí se observa
es la relación entre la zona del alcázar y la judería. como una continuación del espacio religioso y orde-
Como eje divisor existe un lienzo murario en el que nado como lugar público, la zona excavada presenta
se abren dos postigos. Se aprovecha el antiguo tra- espacios dedicados a las actividades domésticas rea-
zado de una cerca de tapial de época islámica, con- lizadas en el entorno de las viviendas.
cretamente del periodo almohade, que se recrece
con mampostería, reutilizando una puerta principal En conjunto, el barrio desarrolla una sucesión de
acodada, que iría cerrada con un portón de madera ejes principales orientados noreste-suroeste, donde
tal y como nos lo confirma la presencia de quicia- se desarrollan pequeños tramos laberínticos o espa-
leras en uno de los lados del acceso. Se trata de un cios abiertos supeditados a estos ejes. Si bien, no
paso de algo menos de un metro de anchura, que implica que existan acometidas que rompan este
está escalonado con peldaños de ladrillos y parcial- esquema con ampliaciones del espacio constructivo
mente labrado en las afloraciones rocosas. de las casas o que nuevas edificaciones modifiquen
el desarrollo de los viales de un modo irregular pero
Otro elemento considerado como determinante en conservando la orientación general. Estas calles,
la configuración de la judería y su relación con el junto a su función como ejes de comunicación dentro
resto de la fortaleza es el eje divisor que ejerce la del barrio, poseen adicionalmente otras propiedades:
muralla de El Espaldón, muralla que establece un
control interior en el tránsito del sector occidental • Vinculadas a la propia naturaleza defensiva de la
de la fortaleza y el barrio judío al poseer una puerta fortaleza algunos de estos ejes adquiere una fun-
acodada. Se observa cómo en la cara del lienzo que ción como adarve, circunvalando el perímetro de
da al barrio de Alcalá se adosan casas, mientras que la muralla, aunque entre unidades domésticas.
en su otra carano existen. Este hecho lo convierte
en un elemento claramente diferenciador entre un • Desde la propia distribución urbana de la judería,
ambiente urbanizado y otro no urbanizado. suponen los elementos que delimitan alguna de
las terrazas en las que se enclava el caserío.
La red viaria articula unos ejes principales y otros
secundarios junto al estrechamiento de sus calles. Otra de las características que definen la judería
En este sentido, y siempre en función del área exca- es su posible planificación. El complejo sinagogal
vada, se determinan posibles placetas y varios traza- se establece en un punto central de este barrio que
dos de calles que en ocasiones corresponden a los coincide casi exactamente con el centro del barrio de
límites entre terrazas de la distribución en ladera del Alcalá. Ante la posibilidad de una planificación en la
caserío. Toda esta trama final proporciona una visión construcción del barrio judío se elige el lugar donde
de un viario estrecho e irregular difícil de transitar. ubicar la sinagoga y el conjunto de edificios vincula-
En uno de los tramos delimitados, que separa la casa dos a ella. Este hecho lleva consigo un cargado len-
IX y la casa X, se documenta parte de una pequeña guaje simbólico al establecerse como el punto neu-
red de canalizaciones lo que indica pequeñas rálgico del barrio.
infraestructuras de saneamiento del interior de las
viviendas que evacúan al exterior. Esta infraestruc- La fisonomía del barrio judío se adapta a los condi-
tura se pone en relación con la presencia de nume- cionantes topográficos del cerro donde se ubica la
rosos albollones, documentados en los últimos años fortaleza y a los restos de antiguas construcciones
en la muralla septentrional, dentro del proyecto de islámicas tanto de carácter residencial como defen-
investigación. Esta zona nueva intervenida, supone la sivo. Reaprovecha la configuración urbana preexis-
cota más baja del barrio y por tanto se generan una tente, aportando un nuevo trazado ya que, salvo los
serie de puntos de salidas de agua en la muralla para grandes elementos que definen los límites espacia-
la evacuación de escorrentías y para el aseo interior les, la mayoría de unidades domésticas son de nueva
de las viviendas. planta. Los restos que se han excavado del barrio
judío se desarrollan en cuatro terrazas que van des-
La plaza supone un espacio ordenador de la judería. cendiendo en una línea de orientación noreste, hacia
La documentación de lugares abiertos en el área donde se localiza la puerta de la judería, adquiriendo
excavada se limita a pequeños espacios sin aparente la típica forma de un urbanismo en ladera. No es un
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JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ BALLESTEROS
sistema de terrazas rígido y alineado, actuando esta En la configuración espacial, el patio suele estar
parte como punto central de un sistema radial, desde presente pero no es determinante su presencia. Se
el que se originan otras líneas de terrazas como en vincula principalmente a las viviendas de mayores
la zona sur, donde se emplaza la casa IX y la casa X. dimensiones a la vez que con una mayor comparti-
mentación de estancias. Su distribución suele no ser
central, asumiendo una posición secundaria dentro
2.2. LAS UNIDADES DOMÉSTICAS del organigrama estructural de la casa, como zona
de acceso desde el exterior que inicia el tránsito
Hasta las últimas campañas arqueológicas finaliza- hacia el interior. Salvo en el caso de la casa V, donde
das en el año 2012, se han documentado un total de 18 parece delimitarse un patio central.
unidades domésticas, con una gran variabilidad mor-
fológica en planta tanto en su agrupación como con-
figuración interior. Aunque se observa una pequeña 3. TRES EJEMPLOS DE LA CERÁMICA
tendencia rectangular o cuadrangular, observándose BAJOMEDIEVAL DE LA JUDERÍA DEL CAS-
una configuración sencilla con un número de tres o TILLO DE LORCA Y SU FUNCIONALIDAD
cuatro estancias por cada casa, hasta alcanzar algu-
nos casos un carácter más complejo a nivel espacial. Dentro del programa de investigación desarrollado
Las técnicas constructivas varían entre los muros uno de los objetivos es el estudio de la cerámica bajo-
de mampostería y los muros de tapial de tierra para medieval del castillo, que trata de aportar nuevo y
las estructuras de carga, y uso del ladrillo para tabi- abundante material cerámico como resultado de los
ques, jambas de puertas, bancos corridos, poyetes y procesos de excavación arqueológica (Lám. 1). Este
alacenas. hecho supone un punto de partida de enorme interés,
ya que pretende analizar la cerámica en ámbitos de
Los rasgos que definen la planta de la vivienda suele uso y domésticos, y no de producción, a partir de una
estar distribuida con espacios interiores organizados realidad contextualizada de las piezas.
de manera agrupada, en los que no existe una orga-
nización axial o centralizada. Son espacios contiguos Otro de los puntos de interés en los que se trata de
dispuestos con distintas orientaciones pero perpen- perfilar el estudio de la cerámica bajomedieval del
diculares entre sí en la mayoría de los casos. Forman castillo de Lorca es poder definir nuevos aspectos
unidades de pequeño tamaño, salvo excepciones donde formales y de producción de la cerámica bajomedie-
se muestra un mayor espacio con zonas que ejercen de val que facilite la información hacia los sistemas de
vínculo o de tránsito entre distintas habitaciones. producción y de uso en la península Ibérica durante
el Medievo. Este acercamiento se desarrolla a par-
Las casas van adquiriendo una disposición sobre el tir de su conocimiento dentro del ámbito del sureste
eje noreste-suroeste y noroeste-sureste, que es la peninsular, dada la ausencia de estudios a pesar de
misma que adquiere la orientación del edificio de la las numerosas intervenciones de carácter urbano y
sinagoga. en fortificaciones que se han ido realizando a lo largo
de los últimos años. Por tanto, el primer paso y como
Los elementos conservados de algunos edificios consecuencia de lo anterior, es trata de ampliar el
parecen indicar la posible presencia de casas con repertorio formal y funcional de los materiales cerá-
más de una altura, ya sea por la adaptación a los micos y determinar secuencias crono-tipológicas.
condicionantesdel relieve (caso de la casa XII) o por
cuestiones simplemente constructivas en las que se Para el cumplimiento de estos objetivos en el estudio
diseña con un bajo y un piso superior (casa VII para de la cerámica bajomedieval entran en juego dos fac-
caso del establo y posiblemente la casa IX). tores fundamentales:
Las habitaciones son de tendencia rectangular, a las • La recuperación del material cerámico dentro de
que se suele acceder mediante pequeños escalones. secuencias estratigráficas que permiten analizar
Se registran alcobas elevadas (aprovechando en contextos cerrados.
ocasiones la propia roca), siendo común la presencia
de bancos adosados a los muros u otros elementos • La pertenencia a un contexto urbano bajomedie-
como cocinas, tinajeros o alacenas. val donde se definen ambientes domésticos.
De este modo se han podido recuperar en este con- la función de una pieza, se condiciona al contexto
texto una gran cantidad de fragmentos para la for- arqueológico en el que aparecen. La mutabilidad
malización de un repertorio cerámico que permita funcional se va transformandocon respecto a su
conocer usos y relaciones de intercambio en cir- finalidad inicial con la que se elabora la pieza,
cuitos de corto y largo alcance. En este sentido, la hasta su destino operativo final. Incluso, en este
cerámica cronológicamente define un valor de uso, caso se destaca que la naturaleza de una pieza de
no de origen de producción, ya que en este caso se cierto refinamiento productivo no desdeña su uso
establece el periodo de actividad de la cerámica, no final a otros procesos más agresivos, como es el
el momento de su fabricación. culinario.
A continuación se desarrollan algunos ejemplos del Una tercera función determinada en el contexto
ajuar cerámico y su uso o funcionalidad a partir del arqueológico del castillo, consiste en su empleo
contexto arqueológico en el que aparecen. Esta rea- como ornamentación que responde a fórmu-
lidad arqueológica permite una aproximación a la las decorativas habituales. Es muy frecuente su
concepción del objeto cerámico dentro de la realidad empleo, en el caso italiano, de los famosos bacini
doméstica bajomedieval, que en ocasiones se desfi- empleados en iglesias y arquitectura palacial.
gura hacia el objeto en sí. Los listados en inventa- En España se constata esta práctica en el con-
rios medievales o el hallazgo y exposición de la pieza vento franciscano de San Salvador en Pina de
impiden definir una realidad activa del objeto hacia Ebro (Zaragoza) en el primer cuerpo de la torre
una finalidad factual, que no tiene por qué ser en la del segundo cuarto del siglo XIV (Álvaro Zamora,
que en teoría es producida. Definir una multifuncio- 1986: 58). Pero por el momento, estos casos son
nalidad de las piezas es complejo, pero debe ser un frecuentes en una arquitectura monumental liga-
concepto presente, como se demuestra en muchas das a palacios e iglesias muy estudiada en el caso
ocasiones en los contextos arqueológicos, sea cual italiano (Berti, 1990).
sea la naturaleza del objeto cerámico.
En el caso del castillo de Lorca se establece en un
ejemplo de arquitectura doméstica, que implican
3.1. NOVEDADES SOBRE EL USO DE LA ESCUDILLA una serie de planteamientos y cuestiones a desa-
EN CONTEXTOS DOMÉSTICOS rrollar. Por ejemplo, la elección del tema decora-
tivo, ¿puede responder a algún tipo de intención
La escudilla supone una pieza principal en el ajuar más allá de la ornamental? La escudilla documen-
doméstico cerámico en la Baja Edad Media. Se des- tada es un ejemplo de loza dorada y base estanní-
tina a un uso en la mesa, formando parte de los obje- fera de la serie clásica con el tema de los palmi-
tos de presentación de alimentos. Define y refleja tos, muy común en las producciones de Manises y
unos hábitos generalizados, que representa la base Paterna. Este motivo decorativo en escudillas tiene
alimentaria constituida por caldos y alimentos semi- una gran distribución por la península Ibérica y las
líquidos de manera individual de un comensal. Islas Baleares, contando con numerosos ejemplos
en diversas colecciones museísticas.
Junto a su uso tradicional como recipiente en la
mesa para alimentos líquidos o semilíquidos, en las En este caso se trata de una pieza del ajuar
excavaciones arqueológicas del castillo de Lorca, doméstico cerámica no realizada exprofeso para
este tipo de pieza se presenta con dos funcionalida- la ornamentación, sino de un una reutilización de
des adicionales: esta producción para este uso. Caso contrario es
el establecido en el ejemplo franciscano de Zara-
a) Como pieza complementaria dentro de ambien- goza, donde el uso cerámico de los platos de pro-
tes de cocina como recipiente de apoyo a los pro- ducción turolensey su decoración son fabricadas
cesos culinarios (Lám. 2). para tal finalidad ornamental y no para un destino
como vajilla doméstica (Álvaro Zamora, 1986: 63).
b) Como elemento decorativo arquitectónico (Lám. 3). El hecho de que el tema decorativo sea uno de los
más repetidos en la producción cerámica levantina
Con respecto al primer caso, este hecho permite ¿ahondaría en una elección decorativa con algún
reflexionar que ante formas sencillas, para definir valor simbólico?
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 279-287. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 3. APROXIMACIONES DIRECTAS AL TRABAJO DE CAMPO 283
JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ BALLESTEROS
3.2. LA TINAJA BAJOMEDIEVAL: ANÁLISIS FORMAL Por los fragmentes constatados en las excavaciones
Y FUNCIONAL A PARTIR DE LA LECTURA ESPACIAL arqueológicas, permite indicar una variabilidad mor-
DOMÉSTICA fológica de esta producción, tanto formal como deco-
rativa, analizada con anterioridad (Gallardo Carrillo y
La tinaja es un recipiente de cerámica caracte- González Ballesteros, 2009: 301). Aunque un análisis
rístico para el almacenamiento y conservación formal completo vinculados a los espacios domésti-
de agua y de algunos alimentos. Las tinajas son cos, por el momento, sólo se puede ceñir a estos dos
piezas de considerable tamaño para contener ali- ejemplos, que muestran una singularidad de tamaño
mentos, tanto líquidos como sólidos. Además de y de contexto cronológico.
agua las tinajas sirvieron para almacenar ocasio-
nalmente frutos secos y cereales. Si su capacidad Si bien en un primer momento, los casos de las
era bastante grande era posible en su interior tinajas bajomedievales documentadas en el cas-
almacenar enseres y parte del ajuar de la vivienda tillo de Lorca y vinculadas a los espacios domés-
e incluso servir de contenedor para el transporte ticos sólo se ejemplificaban en dos casos (Lám.
de otros objetos. 4 y 5), de periodos diferentes pero con un mismo
comportamiento con el soterramiento en el inte-
Para su elaboración era necesaria una elevada rior de una estancia, en el momento actual de la
especialización técnica, siendo habitual de alfares y investigación ha aumentado el número de casos.
operarios expertos en la fabricación de tinajas. Los En este sentido, se advierte un nuevo comporta-
ejemplares de pastas porosas eran apropiados para miento que no es el de su soterramiento, sino en
la contención de agua, puesto que facilitaba la exu- superficie, formando parte del paisaje interior del
dación y el enfriamiento del líquido. Algunas piezas espacio doméstico.
bellamente decorados ocuparían un lugar preemi-
nente dentro de los patios u otra estancia principal El primer ejemplo de tinaja (Lám. 6) a analizar está
de las viviendas. asociado a uno de los espacios domésticos que se
articulan dentro del taller artesanal documentado
El proceso tecnológico de estas piezas se realizaba en el castillo (Eiroa Rodríguez, 2012: 420). La confi-
mediante el elaborado de la base a torno, y a partir guración de la estancia destaca por la presencia de
de aquí se comenzaba a levantar a mano el resto del un banco corrido, un zócalo y una alacena. Su dis-
cuerpo a base de tiras de barro enrollado. Se finali- posición junto a la muralla de la fortaleza permite
zaba con el cuello y el borde realizado a torno, proce- la conservación de una pequeña abertura sobre la
diendo a su cocción en el horno. alacena a modo de ventana. Estos elementos de
mobiliario fijo y la presencia de la tinaja, permite
En el caso concreto de los hallazgos producidos en el definir un tipo de sala multifuncional destinada al
castillo de Lorca, dentro del urbanismo bajomedie- almacenamiento de alimentos y de enseres, a la vez
val, estos recipientes suelen ser de gran capacidad que permite establecer el desarrollo de actividades
y cubren las diversas finalidades mencionadas ante- colectivas familiares propias del ámbito del hogar
riormente. Ofrecen un repertorio funcional domés- en un espacio de salón.
tico amplio, en interacción con los espacios donde se
localizan. Con respecto a la tinaja se disponía enterrado con el
borde sobresaliendo con respecto al nivel de suelo
Desde el punto de vista tipológico sólo ha llegado de la estancia. Los primeros indicios registrados
un ejemplar completo enmarcado en el siglo XV sobre su funcionalidad permiten indicar su empleo
y asociado a los ámbitos domésticos que forman para el almacenamiento de grano a modo de silo.
parte de la judería. Aunque se documentó tam-
bién un segundo ejemplar datado a finales del Las características formales de esta tinaja defi-
siglo XIII y primera mitad del siglo XIV (Gallardo nen un cuerpo ovoide con base plana, cuello corto
Carillo y González Ballesteros, 2008: 131; Mar- y borde engrosado. Realizada a torno el borde y el
tínez Rodríguez y Ponce García, 2011: 81-84), fondo, y a mano el resto de la pieza. La altura es de
pero que permite completar los datos sobre este 92,01 cm con una anchura del cuerpo de 80,05 cm.
tipo de piezas cerámicas en la Baja Edad Media El diámetro del borde es de 30,03 cm y el diámetro
murciana. de la base de 20,02 cm.
El segundo ejemplo (Lám. 7) está vinculado espa- A partir del registro estratigráfico se ha establecido
cialmente a los ambientes de cocina dentro de la la siguiente relación espacial vinculada a los contex-
vivienda bajomedieval. Se localiza en la unidad tos domésticos (Fig. 3). De los 20 fragmentos docu-
doméstica denominada “Casa VII”, próxima a la sina- mentados que equivalen a 18 piezas, indicar en pri-
goga. Se trata de un elemento más del mobiliario del mer lugar su alto valor en el registro cerámico, ya
interior de la estancia. La documentación del conte- que este número de fragmentos supone un escaso
nido de esta tinaja ha sido posible ya que durante el porcentaje en relación a la superficie excavada y al
proceso de abandono y destrucción de la vivienda la volumen de restos cerámicos de época bajomedie-
parte superior de la tinaja se fracturó y selló el inte- val asociada a estos contextos domésticos. Por tanto
rior. Su estudio morfológico está a la espera de su es necesario precisar la importancia de estas piezas
restauración que permita su análisis, ya que la mitad en la identificación de contextos relacionados con la
superior se documentó fragmentada. minoría judía en la Edad Media.
Se dedica su uso al guardado de utensilios y de ali- La presencia de cuatro piezas en contextos depo-
mentos donde destaca la conservación en el interior sicionales fuera de los ámbitos domésticos (dos de
de un mortero y una escudilla. De igual modo, en el ellos aparecen en el derrumbe de la sinagoga) obe-
proceso de excavación se documentaron restos de dece a procesos posdeposicionales, de desplaza-
huevos y otros elementos orgánicos, cuyo análisis miento erosivos de la ladera, vinculada a la terraza
está en proceso. Su uso como almacenamiento de superior del barrio. Una pieza, aunque fuera del
líquidos se descarta por el recorte del fondo plano, contexto de una vivienda, la documentación a escasa
sustituyéndolo por un tejido de esparto trenzado. distancia de su hallazgo permite su vinculación al
ámbito de la “casa II”.
El tercer ejemplo se localiza en la unidad doméstica
denominada “Casa XVII”. Se ubica en una zona de Cuatro de estas piezas se registran en el interior
patio de la vivienda cuya colocación se acondiciona de habitáculos aunque sin poder definir un espacio
a nivel de suelo excavando ligeramente el nivel de doméstico como tal. Este tipo de recintos no han
suelo y aprovechando parte de una oquedad del quedado del todo definidos, por lo que su funcio-
afloramiento rocoso en esta zona que servía como nalidad a día de hoy es imprecisa, barajando sólo
cimentación a los muros perimetrales de la casa. a nivel de hipótesis, su relación con espacios de
almacenamiento.
En este caso apenas se conserva la pieza salvo la
base de la tinaja, ya que se localiza en una zona que Las nueve piezas restantes, suponen algo más del
ha recibido un fuerte proceso erosivo de la ladera del 50% del total del hallado en contextos de abandono
castillo. Por este motivo apenas ofrece datos sobre asociados a espacios domésticos. Este conjunto se
la morfología de la pieza y unas dimensiones apro- vincula a siete de las 18 unidades domésticas defi-
ximadas. Destaca el lañado en la base mediante una nidas en el marco del urbanismo de la judería. Es
abrazadera simple de plomo. La calcificación que decir existe una representación del 38’89% de las
presenta en su interiorse asocia al almacenamiento unidades domésticas delimitadas con representa-
de agua, tal y como indica la presencia de un pequeño ción de estas piezas. Su dispersión se ve reflejada en
aljibe en el espacio. todo el eje suroeste-noreste de edificios dispuestos
en terrazas. Sólo la parte que queda al sureste se ve
ausente de este tipo de piezas en los ámbitos domés-
3.3. DISTRIBUCIÓN DE LOS CANDILES MÚLTIPLES ticos excavados.
VINCULADOS A LA FIESTA DE LAS LUCES O HANUKÁ
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JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ BALLESTEROS
concentraciones de fragmentos y piezas cerámicas BERTI, G. (2002): “Le role des bacini dans l’étude
en los diferentes espacios según la estratificación de des céramiques à lustre métallique”, Lecalife, le
prince et le potier, Lyon, pp. 220-227.
abandono de estos conjuntos estructurales (Fig. 4).
EIROA RODRÍGUEZ, J. A. (2006): “Bases para el
Por tanto, la cerámica constituye un elemento fun- estudio arqueológico de la comarca de Lorca en
la Edad Media: diagnóstico y estrategias para
damental en el estudio de los niveles de vida de la
el futuro”, Estudios sobre Lorca y su comarca,
población judía de Lorca en la Edad Media. De este Universidad de Murcia, Murcia, pp. 141-158.
modo se destacan varios aspectos:
EIROA RODRÍGUEZ, J. A. (2012): “El parque
arqueológico del castillo de Lorca (Murcia). Un
• En primer lugar, con respecto al registro arqueo- nuevo proyecto de investigación en la frontera
lógico, es necesario señalar la importancia que castellano-nazarí”, Debates de Arqueología
adquieren los contextos que permiten aproxi- Medieval 12, pp. 407-429. http://www.
marnos a dataciones fiables de uso de esta cerá- arqueologiamedievaldebates.com
mica. Además, permite la vinculación funcional al EIROA RODRÍGUEZ, J. A., GALLARDO CARRILLO,
espacio en el que se inserta. J., GONZÁLEZ BALLESTEROS, J. A., CRESPO
VALERO, J. M. y RAMOS MARTÍNEZ, F. (2012):
• La elaboración de una clasificación tipológica “Actuaciones y aplicaciones tecnológicas ante
situaciones de emergencia: el caso del castillo
implica la necesidad de una agrupación funcio-
de Lorca tras el terremoto del 11 de mayo de
nal como primer paso en el estudio de la relación 2011”, Alberca, 10, pp. 53-69.
entre costumbre culinaria y aspectos cotidianos.
EIROA RODRÍGUEZ, J. A.; MARTÍNEZ RODRÍGUEZ,
Hay una fuerte presencia del servicio individual
A. y PONCE GARCÍA, J. (2009): El otro lado.
representado en platos, cuencos y escudillas.
Asentamientos rurales andalusíes en la frontera
Dentro de este conjunto destaca el abanico de oriental nazarí. Ayuntamiento de Lorca-
lozas que se limita a cerámica de mesa. Mientras Universidad de Murcia. Murcia.
tanto, la cerámica común y vidriada se emplea
ESCRIBANO RUIZ, S. (2010-2011): “La cerámica
para todas las series funcionales, en especial en los procesos de formación, percepción
para cocina, almacenamiento e iluminación. e interpretación del registro arqueológico.
Sobre el tránsito del contexto arqueológico al
• Los rasgos aportados por la cultura material sistémico”, KREI 11, pp. 109-118.
cerámica ha jugado un papel fundamental en la INIESTA SANMARTÍN, A., MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, A.
identificación religiosa de un sector de la socie- y PONCE GARCÍA, J. (coord.) (2009): Lorca, Luces
dad en la Edad Media. de Sefarad. Ediciones Tres Fronteras. Murcia.
GALLARDO CARRILLO, J. y GONZÁLEZ
En definitiva, el estudio de la cerámica procedente BALLESTEROS, J. A., 2009a: La judería del
del castillo de Lorca permite aproximarnos a una castillo de Lorca en la Baja Edad Media. Estudio
serie de conclusiones históricas sobre la sociedad Arqueológico. Ediciones Tres Fronteras. Murcia.
bajomedieval del Sureste peninsular. GALLARDO CARRILLO, J. y GONZÁLEZ
BALLESTEROS, J. A., 2009b: “La judería del
castillo de Lorca a partir de las evidencias
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El Palácio da Galeria, sede del Museo Municipal de Tavira.
Foto: © Daniel Pina. Algarve Informativo.
3.13. EVOLUCIÓN CRONO-TIPOLÓGICA DE
LAS FORMAS DE ILUMINACIÓN EN TAVIRA
(PORTUGAL)
CHRONO-TYPOLOGICAL EVOLUTION OF LIGHTING FORMS IN TAVIRA
(PORTUGAL)
Resumen Abstract
Las comunidades humanas que ocuparon la ciudad The human communities that occupied the city of
de Tavira durante siglos utilizaron un conjunto Tavira for centuries used a varied set of objects
variado de objetos destinados a iluminar los intended to illuminate spaces. The objects in this
espacios. Los objetos de estudio son cerámicos, study are ceramic, although there are specimens
aunque existan ejemplares fabricados en otros made of other materials. The Iron Age objects
materiales. Los objetos de iluminación de la Edad are very fragmented and some show signs of the
de Hierro se encuentran muy fragmentados y action of fire. Roman and Late Antiquity lamps are
algunos presentan huellas de la acción del fuego from funerary contexts, although some of them
en el pico. Aunque algunos presenten huellas de show evidence of use. In Islamic times the lamp
utilización, las lucernas romanas y de la Antigüedad with closed cup and beak emerges and, with the
Tardía son procedentes de contextos funerarios. En Almohads, the open bowl lamp, which may or may
época islámica surge el candil de cazoleta cerrada not have high foot, appears. The simple version of
y entrada y, con los almohades, aparece el candil de the Almohad lamp is used throughout the Middle
cazoleta abierta, que puede o no tener pie alto. La Age and the Modern Age, being gradually replaced
versión simple de la lámpara almohade se utiliza a by metal lamps.
lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna, siendo
gradualmente remplazada por lámparas de metal. Keywords: Ceramics, lamps, Iron Age, Roman,
Late Antiquity, Islamic, Middle Age, Modern Age.
Palabras clave: Cerámica, candelas, Edad del
Hierro, Romano, Antigüedad Tardía, Islámico, Edad
Media, Edad Moderna.
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SANDRA CAVACO Y JAQUELINA COVANEIRO
Na longa história das artes e das técnicas, poucas secuencia cronológica, abarcando diferentes perio-
invenções foram tão ricas de consequências quanto dos históricos, tal y como se ha podido comprobar a
a da iluminação artificial. O homem quebrou as limi- través de la presencia de la cultura material recupe-
tações das trevas: ao dilatar as fronteiras do dia rada. Para este trabajo, tenemos un inconveniente, la
aumentou o período útil da sua existência, multipli- ausencia de ocupación romana en Tavira, por lo que
cou as possibilidades de acção e de defesa. hemos decido abarcar este periodo con materiales
procedentes de la ciudad romana de Balsa. Por su
(Almeida, 1952: 13). parte, las imágenes que se presentan en este tra-
bajo, se tratan de adaptaciones realizadas a partir de
los documentos originales de la excavación arqueo-
1. INTRODUCCIÓN lógica de cada uno de los sitios que en la actualidad
se encuentran depositados en los fondos del Museo
Las lámparas de aceite de olivo se desarrollaron en Nacional de Arqueología, en el archivo fotográfico
el Mediterráneo oriental en torno al siglo VII a.C. por del Museo Municipal de Tavira y en las publicaciones
griegos, fenicios y púnicos y, rápidamente llegaron a recogidas en la bibliografía.
Occidente, concentrándose su presencia sobre todo
en las zonas costeras de España, Portugal y Marrue-
cos (Zozaya Stabel y Hansen, 2007: 125). El mundo 2. LOS CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS
romano incorporó nuevos avances tecnológicos e
influyó directamente sobre las lámparas tardo-anti- Dado que los elementos cerámicos que se presentan
guas o paleocristianas y visigodas (Ibidem, 125). en este trabajo proceden de diferentes yacimientos
arqueológicos creemos conveniente realizar, previo
Con la llegada del mundo musulmán a Hispania (711 a su presentación, una breve reseña sobre los con-
d.C./92 H), aparecen los primeros candiles anda- textos arqueológicos a los que haremos referencia a
lusíes de piquera. Estos fueron utilizados hasta que lo largo del texto.
los almohades los sustituyen, en torno al final del
siglo XII d.C. o inicios del siglo XIII d.C., por los candi- El primero de los lugares a tratar corresponde con
les “de cazoleta” que, en las palabras de Zozaya, son el interior del Palacio da Galeria. En él se descu-
en un principio sencillos, como un pequeño “salto brieron varios pozos fenicios excavados en las
atrás” formal a las lucernas púnicas, y que después margas calcáreas. Se encontraban colmatados por
se complicarían con un pie, más o menos evolucio- materiales islámicos, bajo los cuales se encontra-
nado, más o menos barroco, y que culminan en el ban restos de cultura material adscrito al siglo VII
siglo XV (Ibidem, 125). ANE. Además, de los niveles islámicos y púnicos,
también se documentaron niveles cristianos en
Con este estudio se pretende comprobar y exponer este edificio convertido en la actualidad en el Museu
la evolución de las formas cerámicas de iluminación Municipal de Tavira2.
en el actual territorio de Tavira, Portugal. Aunque las
formas típicas de cada período están presentes, hay Situado junto al Palacio da Galeria, el Parque de
formas que se conocen en otros sitios y que aún no Festas es uno de los yacimientos arqueológicos
fueran identificadas en Tavira. Es el caso de la can- con mayor potencia estratigráfica arqueológica
dela de disco o el fanal, ambos almohades y presen- excavada hasta el momento en Tavira. Se han
tes en Mértola (Gómez Martínez, 2006)1. encontrado vestigios de una cabaña del Bronce
Final excavada en la roca y niveles de la Edad del
Las lámparas presentadas son procedentes de dife- Hierro relacionados con una ocupación de tradi-
rentes sitios arqueológicos, en su mayoría se loca- ción púnica. Entre esta ocupación y los niveles islá-
lizaron en el interior de la actual ciudad de Tavira. micos y cristianos existe un hiato de casi catorce
Algunos de estos yacimientos cuentan con una larga siglos. La ocupación del sitio continúa hasta época
1 GÓMEZ MARTÍNEZ, S. (2006): Cerámica Islámica de Mértola: producción y comercio, Tesis doctoral, Facultad de Geografía e Historia de la
Universidad Complutense de Madrid.
2 El Palacio da Galeria ha sido excavado por Maria Maia.
3 Parque de Festas ha sido excavado por el equipo de Maria Maia y la equipa de Inês Simão y Marina Pinto.
4 La excavación de este sitio ha sido realizada por Manuel y María Maia.
5 Netos y Corte-Reais fueran excavados por Maria Maia. Pensão Castelo fue excavada por Miguel Almeida e Maria João Neto.
6 Entre otros, éste sitio ha sido excavado por Estácio da Veiga, Teixeira de Aragão y por Manuel y Maria Maia.
7 La excavación arqueológica del convento ha sido dirigida por Jaquelina Covaneiro e Sandra Cavaco.
8 El arrabal almohade ha sido excavado por Jaquelina Covaneiro e Sandra Cavaco.
9 Este sitio ha sido excavado por Brígida Mateus, Ismael Cardoso y Sérgio Antunes.
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SANDRA CAVACO Y JAQUELINA COVANEIRO
3. LAS PRIMERAS FORMAS DE ILUMINA- una sepultura. Entre ellas, destaca la existencia de
CIÓN EN TAVIRA: EDAD DEL HIERRO 20 marcas de oficina (Ibidem, 37).
En las excavaciones de Parque de Festas y de BNU se En Balsa están presentes lucernas de volutas (19),
encontraran dos tipos de lámparas de este período: lucernas mineras o del tipo “Rio Tinto/Aljustrel”
las de tradición/origen fenicio-púnica y las de origen (17), lucernas de pico redondo (12), seis ejemplares
griego. de forma indeterminada, cinco ejemplares en terra
sigillata clara D y un sólo ejemplar de firmalampe o
Las primeras presentan formas abiertas, casi como lucerna de canal (Ibidem, 40-45). Entre sus caracte-
pequeñas tazas bajas con pico de pellizco. Este tipo rísticas, estos ejemplares presentan las conocidas
de lámparas aparecen en Oriente en torno al III y IV volutas. Éstos son elementos característicos de ins-
milenio y su difusión hacía occidente se debe a los piración griega y, consiste básicamente, en espirales
fenicios (Bussière, 1989: 42-43). dobles o simples que se encuentran en la unión del
discus (disco) con el rostrum (pico). Éstos elementos,
Son cuatro los ejemplares identificados, uno de ellos son muy importante porque además de darnos indi-
con barniz rojo (inéditos). Su elevado grado de frag- caciones sobre su las redes comerciales entre Balsa
mentación y sus diminutas dimensiones, no nos per- y mediterráneo occidental, también son elementos
miten conocer si iban provistas de una o dos piqueras cronológicos ya que su aparición formal como parte
para colocación de la mecha, así como tampoco rela- de las lucernas es a partir del siglo I (Vieira, 2011: 5).
cionarlas con las tipologías existentes. Los ejemplares de Balsa presentan volutas simples o
dobles, un o dos picos y una multitud de motivos en los
El segundo tipo corresponden con las lucernas de discos, que van de temas religiosos [Apolo (?) frente
disco griegas. El único ejemplar procede de BNU y a un altar] o de la vida cotidiana (figura femenina en
presenta el ala, parte de la pared exterior y el ini- su toilette), a elementos zoomórficos (jabalí) o vege-
cio del disco, así que no es posible saber si el disco tales (corona de hojas de olivera) (Nolen, 1994: 48-49).
estaba o no decorado (Maia, 2004: 29). La lucerna Cuatro lucernas tienen marca11, 11 de ellas presen-
está cubierta de barniz negro. tan marcas de modelado nítido y una de ellas parece
haber sido fabricada en un molde realizado a partir
de otra lucerna (Ibidem, 48-49). De los 19 ejemplares,
4. LAS LUCERNAS ROMANAS Y DE ANTI- seis no presentaban marcas de uso (Ibidem, 48-49).
GÜEDAD TARDIA
A comienzos de nuestra era, las lucernas más comu-
La ciudad romana de Balsa tiene una gran vocación y nes eran las del tipo “Rio Tinto/Aljustrel”, también
tradición comercial. Entre los productos exportados conocidas por lucernas mineras (Vieira, 2011: 30).
se encontraba el aceite de oliva, los preparados piscí- Este último nombre se debe al hecho de que el mayor
colas, etc. a la vez que recibía los más variados pro- número de lucernas de este tipo fueron encontra-
ductos desde todos los puntos del Imperio (Mantas, das en contextos relacionados con la minería, ya
1990: 198-199; Viegas, 2009: 294-295, 311, 349)10. Esas fueran estructuras mineras, pueblos o necrópolis.
redes comerciales son visibles, también, en las formas Sin embargo esto no quiere decir que esta fuese su
cerámicas de iluminación, importadas desde la Bética, única función y contexto (Ibidem, 61). Su datación
de Italia (5) y del Norte de África (3). Sólo un ejemplar corresponde entre el siglo I y el siglo III (Ibidem, 61).
parece ser proveniente de Balsa (Nolen, 1994: 39). A diferencia de las anteriores, las lucernas mineras
se encuentran escasamente decoradas lo que proba-
La mayoría de las lucernas proceden de las necrópo- blemente las hacía más baratas y accesibles al con-
lis de la ciudad y hay unas que presentan marcas de junto de la población del momento (Nolen, 1994: 42).
utilización y otras que parecen haber sido compradas En Balsa, se han localizado 17 ejemplares de Balsa
para una función determinada, su colocación sobre decorados: siete presentan decoración en la orla;
10 VIEGAS, C. (2009): A ocupação romana do Algarve: estudo do povoamento e economia do Algarve central e oriental no período romano.
Dissertação de Doutoramento, Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa.
11 CLO[L]PINIT, GAVINIA e dos marcas ilegibles (Nolen, 1994: 48-49).
seis en el pico; tres en la orla y en el pico; sólo una de (pico), su discus (disco) liso y rebajado en relación
ellas presenta una corona de hojas en el disco y volu- al margo, rostrum largo y redondo tiene en la parte
tas simples en el pico (Ibidem, 49-50). A excepción superior un canal que es interrumpido por el anillo
de la corona de hojas, la temática decorativa es muy que envuelve el discus y que presenta en su base la
sencilla: mamelones (7), perlas (2) u óvulos (1) en la marca FORTIS (Almeida, 1952: 21; Nolen, 1994: 50).
orla; volutas duplas (4) o simples (4), voluta simples Autores como Pereira apuntan que estas marcas
conjugada con hoja de hiedra (1) o voluta simples con de alfarero nos permiten tener una cronología más
“aspas” en el pico (Ibidem, 45-49). Siete ejemplares precisa sobre ellas (Pereira, 2008: 98), sin embargo,
presentan marcas de alfarero (tres presentan pal- no todos los autores están de acuerdo. Por ejemplo,
mas y cuatro motivos epigráficos12) y diez presentan Nolen no comparte la misma opinión de Pereira, afir-
marcas de fuego en el pico (Ibidem, 45-49). Los datos mando que la marca FORTIS es un marca falsificada
disponibles han permitido la autora avanzar con que se encuentra en casi todos los puntos geográfi-
una cronología, para este conjunto producido en el cos del Imperio durante los tres primeros siglos de
Sudoeste Peninsular (¿Bética?), del período Claudio nuestra era, por lo que no se debería tomar como un
(mediados del siglo II) (Ibidem; 43). elemento cronológico sino sólo como un carácter de
origen de las diferentes piezas (Nolen, 1994: 43).
Las lucernas de pico redondo aparecen durante la
segunda mitad del siglo primero y, a lo largo del siglo Por su parte, las lucernas tardo-antiguas africanas en
II, sustituyendo las lucernas de pico longo (Ibidem, 43). terra sigillata clara C y D son consideradas como la
Los ejemplares de Balsa presentan motivos en los dis- última gran producción de lucernas romanas (Pereira,
cos (9), en los discos y en la orla (2) y sólo en la orla (1). 2008: 70). Sus características morfológicas las dife-
La temática decorativa abarca temas religiosos (Apolo rencian de los modelos romanos clásicos: asa maciza;
sentado con lira), cotidianos (esclavo con ánfora), zoo- cuerpo oval; largo y ancho canal abierto; disco circu-
mórficos (oveja), vegetales (hojas de olivera), escenas lar, con uno o dos agujeros de alimentación; margo
teatrales (biga) entre otros (Ibidem, 50-51). ancho, rebajado y horizontal; base circular, marcada
por una arista que la une al asa por detrás (Amante
Sólo seis ejemplares tenían marca de uso, cinco pre- Sánchez, 1984: 133). Otra característica importante
sentas marcas13 y siete presentan modelado nítido o de este tipo es la ausencia de marcas de alfarero (Ibi-
muy nítido, aunque una de ellas haya sido hecha en dem, 133). Las cinco lucernas tardo-antiguas en terra
un molde realizado a partir de otra lucerna (Ibidem, sigillata clara D de Balsa pertenecen al tipo Hayes II
50-51). La copia de lucernas fuera de su centro pro- A, fechadas entre los finales del siglo IV e los inícios
ductor tuvo inicio en los primeros años del Imperio y se del siglo VI (Nolen, 1994: 44). Al contrario del resto de
ha generalizado a partir del siglo II (Pereira, 2008: 21). tipos descritos los cuales presentan diferentes nive-
Se piensa que la copia seria hecha localmente, para les de modelado, todos los ejemplares conocidos de
consumo local por compradores con menor capacidad lucernas tardo-antiguas africanas en terra sigillata
económica, ya que las copias como tenían peor calidad presentan un modelado muy nítido y sólo dos de ellas
(con muchas imperfecciones e irregularidades), tenían presentan marcas de fuego (Ibidem, 51).
un precio reducido (Ibidem, 21, 97; Vieira, 2011: 32).
En este caso, todos los ejemplares conocidos pre-
Las lucernas de canal o de fábrica (firmalampe), de sentan decoración, ya sea en el disco o en la orla o
fabrico italiano, fueron muy utilizadas en el occidente en ambas partes. Algunos ejemplos cuentan un cisne
Mediterráneo entre finales del siglo I y parte del siglo en una jaula (?) en el disco, corazones en la orla y
II (Almeida, 1952: 21). En Balsa sólo se conoce un solo un pez, también en la orla (Ibidem, 51). Dos lucernas
ejemplar que fue publicado por Almedia en 1952 y presentan motivos en la orla y en el disco, una tiene
posteriormente por Nolen (1994). Éste se caracteriza dos cuadrados sobrepuestos en el disco y pequeños
por tener un margo (orla), levemente inclinado hacia círculos concéntricos en la orla; otra presenta un
fuera, con dos protuberancias rectangulares dis- zorro en el disco y círculos concéntricos alternados
puestas en paralelo entre la ansa (asa) y el rostrum con hojas trilobadas en la orla (Ibidem, 51).
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SANDRA CAVACO Y JAQUELINA COVANEIRO
14 SERRANO, L. (2011): Lucernas, candis e candeias: para uma distribuição geográfica no território português. Dissertação de Mestrado.
Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra.
15 Exclusiva de Madinat al-Zahra.
16 SALINAS PLEGUEZUELO, E. (2012): La cerámica islámica de Madinat Qurtuba de 1031 a 1236: Cronotipología y centros de producción,
Tesis Doctoral, Universidad de Córdoba.
Martínez, 2000: 427; Zozaya Stabel-Hansen, 2007: parte, en el Convento da Graça, se localizó un nuevo
125; Serrano, 2011: 61). Algunos de estos candiles ejemplar de cazoleta abierta y pie alto vidriado a
pueden tener (o no) una pequeña asa que sale de melado que, con excepción de parte de la pared de la
la base e termina en borde. En cuanto a su acabado cazoleta, está completo. Un cuarto ejemplar, proce-
exterior, suelen presentar impregnaciones y decora- dente del Convento da Graça, presenta el pie, parte
ciones con engobe y vidriados. Aunque en Silves apa- de la cazoleta y las superficies vidriadas a verde.
rezcan vidriados melados o verdes (Gonçalves et al.,
2007: 645), en Tavira solo existen melados. Otro tipo de candil almohade del que tenemos
conocimiento, es el conocido como fanal. Este pre-
Hasta el momento se encuentran publicados cinco senta una forma cerrada, utilizado para la ilumi-
candiles de cazoleta abierta, tres con asa y vidriados nación de espacios abiertos en los que es nece-
a melado, uno vidriado a melado, uno sin asa y sin sario resguardar la llama de viento. De este tipo
vidriado (Mateus, 2010: 51; Cavaco, 201117; Maia y no se conocen escasos ejemplares en Tavira19,
Maia, 2012: 110). Y otro ejemplar con cubierta vítrea sin embargo, su mayor afluencia se da entre la
melada no presenta asa recuperado entre los ele- cerámica mudéjar del Levante peninsular (Gómez
mentos localizados en el Convento da Graça, que en Martínez, 2000: 430, Idem, 2006: 440). Se caracte-
actualidad se encuentra inédito. riza por presentar su cuerpo globular achatado y
cerrado con apertura frontal semicircular (lugar
Candil de cazoleta abierto y pie alto dónde se introducía la llama), base convexa y asa
cenital (Idem, 2000: 429). En su interior podría, o
En el inicio del siglo XIII, aparece el candil de cazo- no, presentar un apéndice cónico que serviría para
leta abierta y pie alto18 y está presente en los nive- enrollar la mecha y un combustible sólido tipo cera
les almohades de Garb Al-andalus (Gómez Martínez, (Ibidem, 429-430). Existen ejemplares que presen-
2000: 427). El pie aumenta el espacio o área de ilu- tan pequeños agujeros en la parte superior (Idem,
minación sin necesidad de su colocación en un lugar 2006: 440).
elevado (Serrano, 2011: 64). Tal como en los ejem-
plares sin pie, suelen presentar vidriado verde o Aunque no existan fanales en Tavira, se recogerán
melado (Gonçalves et al., 2007: 645). Su complexidad hasta al momento, un candil de cazoleta abierta
morfológica frente al ejemplar sin pie, la haría más vidriado a verde con un apéndice central cónico y un
valioso e inaccesible, así que, aunque sea frecuente otro que podría haber tenido ese tipo de apéndice
en el ajuar de las casas al sur del Tajo (en espe- central, pero que se encuentra desaparecido (Maia
cial en la costa del Algarve) el tipo sin pie continua y Maia, 2012: 109; Cavaco y Covaneiro, 2012: 109).
siendo el más abundante (Serrano, 2011: 64, 85). Por La raridad de este apéndice en los candiles de cazo-
otro lado, las piezas con pie serían más frágiles de leta abierta, llevó L. Serrano a considerar la proxi-
ahí que en Tavira abulte la presencia de este tipo de midad de este apéndice con el apéndice del fanal
fragmentos (Ibidem, 64). Ese es el caso del candil de de Mértola, afirmando que en ese candil también
cazoleta abierta y pie alto encontrado en Palacio da se utilizaría combustible sólido (cera) (2012: 77-78).
Galería, con decoración vidriada en color verde y del Aunque la ocupación almohade de la ciudad sea la
que sólo se ha encontrado el pie y la base, en la que más importante de todo el período islámico, hasta al
aparece escrito a carbón el nombre de su propieta- momento no fueron encontrados candiles de disco
rio, Muhammad (Maia y Maia, 2012: 47). impreso, fechados por J. Zozaya entre 1110 e 1228
(1997: 269). Hasta el momento, estos candiles fueron
Además de este ejemplar en el Palacio de Galería, encontrados en algunos sitios del Garb al-Andalus,
contamos con otro ejemplar que presenta una deco- como pueden ser, Alcácer do Sal, Alvor, Mértola y
ración similar en vidriado verde y del que solo falta Silves (Kemnitz, 1993-1994: 440-444; Gómez Martí-
parte del asa y del pico (Idem, 2012: 109). Por su nez, 2006; Gonçalves et al., 2007: 652-653).
17 CAVACO, S. (2011): O arrabalde da Bela Fria: contributos para o estudo da Tavira islâmica. Dissertação de mestrado. Faculdade de Ciências
Humanas e Sociais da Universidade do Algarve.
18 Su nombre se debe al hecho de poseer un pie alto y una base que parece un pequeño platillo.
19 Fue encontrado un ejemplar completo en Mértola [y varios fragmentos de otro(s)] y un ejemplar en Torre Grossa de Jijona (Gómez, 2006:
439-440).
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SANDRA CAVACO Y JAQUELINA COVANEIRO
Un último elemento para alumbrar del período islá- 135). Como refieren estos autores, pocos elemen-
mico ha sido encontrado en Tavira: se trata de un tos como las janukkiot se pueden asociar sin ningún
reaprovechamiento de un pie de ánfora romana que género de dudas a la comunidad judía (Ibidem, 272).
se encuentra quemado en el interior. Es posible que
hubiera funcionado como la lamparilla bitroncocó- La Fiesta de las Luces o Hanuká conmemora la
nica, en que la mecha flotaría sobre el combustible recuperación, purificación y reapertura del Templo
sujeta a un corcho (Gómez Martínez, 2000: 428) o que de Jerusalén después del triunfo de los macabeos,
contuviese una vela. en el año 165 a.C., ante el griego Antioco (Ibidem,
277). Durante ocho días, a la caída de la tarde, se
enciende una de las ocho candelas alineadas (uti-
6. LA ILUMINACIÓN DESDE LA EDAD lizando para eso la nona candela de la lámpara) y,
MEDIA HASTA LA EDAD MODERNA en simultáneo, se reza una bendición (Ibidem, 278).
Como sucede con otras formas cerámicas que A pesar del elevado grado de fragmentación y del
forman parte del ajuar doméstico, el candil man- tamaño reducido de los fragmentos, los ejemplares
tiene una continuidad en el tiempo sobre todo el de Tavira son, inequívocamente, dos janukkiot dis-
tipo almohade de cazoleta abierta aunque en estos tintas y son la prueba arqueológica de lo que dicen
momentos ya sin la cubierta vítrea. En realidad, los documentos, o sea, que el Convento da Graça
esta ausencia de diferencias morfológicas entre los ha sido construido tras el abandono de la antigua
ejemplares almohades y cristianos lleva a pensar a judería de Tavira (Santana, 2001: 126).
muchos autores que los candiles islámicos podrían
fecharse cronológicamente en momentos más
tardíos. 7. CONCLUSIONES
Para resolver esta cuestión, Kemnitz afirma que La larga historia de la iluminación demuestra la
los candiles de cazoleta cristianos se diferencian importancia de la luz en la vida cotidiana de las
de los candiles de cazoleta abierta islámicos por- poblaciones del pasado. Al vencer las tinieblas y la
que no presentan asa ni el acabado vidriado (Kem- oscuridad, estos objetos permitieron un aumento
nitz, 1993-1994: 453). Su diferenciación resulta del día, disminuyendo la noche. Su evolución tecno-
ineficaz20 ya que como hemos visto para Tavira, y lógica y morfológica es profunda y notoria, aunque
como sucede en otros yacimientos arqueológicos, a simple vista pudiera parecer todo lo contrario e
encontramos ejemplares islámicos con ausencia de incluso invocar un retroceso.
vidriado y asa.
En realidad, las formas abiertas de la Edad del Hie-
En Tavira conocemos ocho ejemplares de candiles rro son sustituidas por formas cerradas que perdu-
de cazoleta abierta cristianos, designados por can- ran, aunque con evoluciones, hasta finales del siglo
deias (candelas), los cuales no presentan vidriado o XII, momento en que son nuevamente sustituidas y
asa. Con excepción de un ejemplar de Terreiro do ya definitivamente, por formas abiertas muy simila-
Parguinho (Mateus, 2010: 53), todos proceden del res a las sencillas lámparas fenicio-púnicas.
Claustro del Convento da Graça (Lopes et al., 2006:
315; inéditos). Por su parte, las lámparas fenicio-púnicas son simi-
lares a sencillos platillos con uno (o más) pico de
Con un carácter menos utilitario y más religioso son pellizco. Las primeras lámparas griegas serían muy
los fragmentos de dos janukkiot localizados en Con- parecidas aunque pronto comenzarían a realizar
vento da Graça (Cavaco, e.p.). Estos candiles múlti- innovaciones tecnológicas que se materializarían
ples son propios de la liturgia doméstica judía y han en cambios morfológicos: paulatinamente el depó-
sido hallados en otros sitios arqueológicos como, sito se fue cerrando, hasta que apenas quedará una
por ejemplo, en las viviendas de la judería de Lorca apertura central de alimentación; el pico se alar-
(Gallardo Carrillo y González Ballesteros, 2009: garía con la intención alejar la mecha del cuerpo y
20 L. Serrano llamó la atención para los problemas de esta hipótesis (Serrano, 2011: 79).
conseguir así estabilizarla, por su parte el agujero incluso, la cuerda seca parcial que algunos candiles
se vería reducido (Almeida, 1953: 28). de piquera presentan. Esta simplicidad en el aca-
bado puede deberse a un cambio de mentalidades,
Aunque los etruscos fabricaron lámparas, de origen pasando las lámparas a tener un carácter simple-
fenicia o egipcia, los romanos se inspiraron en las mente utilitario.
lucernas griegas creando rápidamente un modelo
que pronto se hizo universal en todo el Imperio, Estos candiles acaban por perpetuarse hasta que,
debido a su innovación formal y su ventaja prác- según las palabras de Viterbo (1913), o gaz, o petró-
tica, sustituyendo los modelos utilizados hasta esas leo, a estearina, fazendo uma profunda revolução
fechas (Ibidem, 35). no systema iluminatorio, puzeram em debandada
aquelles agentes, que se podem considerar relí-
Utilizadas, sobretodo, en la iluminación doméstica quias archeologicas (Apud, Ibidem, 46). Su extensa
(eran necesarias cerca de diez por compartimento), diacronía hace que los candiles se conviertan en
las lucernas eran muy apropiadas para los templos, un objeto de estudio relevante para los etnógrafos
teatros y anfiteatros, termas, minas (Maia y Maia, (Ibidem, 46).
1997: 24). Asociadas al culto de los muertos fueron
incluso integradas como ajuar funerario, presen- Independientemente de su cronología, en todos
tes en ceremonias y cortejos fúnebres, en rituales estos objetos, el aceite de olivo era el combustible
sagrados, y siempre ligadas al fuego y a la purifica- de elección. Éste promovía una luminosidad clara y
ción alcanzada a través de él (Ibidem, 24; Serrano, duradera, dado que su combustión es lenta (Maia y
2011: 43). Las lucernas, en sus múltiples variedades Maia, 1997: 24; Zozaya Stabel-Hansen, 2007: 125).
y acabados, exhiben tendencias artísticas y símbo- Para una combustión nítida, sin que chisporrotee,
los religiosos en su decoración (Ibidem, 3). Por lo se añaden unos granos de sal gruesa al aceite para
que son un elemento importante a la hora de estu- absorba el agua excedente (Ibidem, 125). También
diar las tradiciones, continuidades y rupturas cultu- en la fiesta de las luces judía, el Hanuká, el aceite
rales a lo largo de la historia. de olivo es el protagonista, siendo colocado en los
candiles aceite suficiente para quemar, al menos,
Quizá inspirados en la tradición greco-romana, los media hora (Gallardo Carrillo y González Balleste-
candiles de piquera presentan diferencias morfoló- ros, 2009: 278).
gicas relativamente a sus antecesoras: poseen un
cuello que sustituye el orificio de alimentación de Terminamos con las palabras de nuestro amigo y
las lucernas y el aumento del canal se traduce en un maestro Juan Zozaya: El aceite pasó entonces a
pico longo. Las semejanzas y diferencias entre unos dejar de ser también un elemento de luces, para ser
y otros fueron comentadas por José Leite Vasconce- uno de paladares, pero aún nada supera la luz de
llos en 1915 no Algarve apparecem com frequencia una torcida empapada en aceite de oliva, luz clara
candeias arábicas de barro, que lembrão as lucernas y fuerte, de larga duración, apta para leer y que las
romanas; mas, além de terem o bico (latim myxa) luces no sean sólo físicas (2007: 134).
mais comprido, semelhante a um bico de pato, e a
asa mais desenvolvida que as romanas têm também
mais alta, e de forma de gargallo, a parte por onde se AGRADECIMIENTOS
deitava o liquido” (Apud Serrano, 2011: 56).
En primer lugar nos gustaría agradecer a la orga-
Con los almohades surgen los candiles de cazo- nización de este Congreso Internacional, en espe-
leta abierta y, durante algún tiempo, conviven con cial a Eva Alarcón García y a Juan Jesús Padilla
los candiles de piquera, hasta que estos desapare- Fernández.
cen. Considerando la similitud de los candiles de
cazoleta abierta con las lámparas fenicio-púnicas y En según lugar a Susana Gómez Martínez por la
que los almohades han venido del Norte de África, revisión del texto, haciéndolo legible.
es fácil pensar que los candiles son herederos de
las lámparas, tras una lenta evolución. Los can- Por último, al equipo de arqueología del Museo
diles cristianos continúan esta tradición, aunque Municipal de Tavira, Ana Vieira, Celso Candeias y
sin la cubierta vítrea de los de cazoleta abierta o, Susana Gonçalves.
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a b c
d e f
g
j
i k l
Fig. 1. Representación de los elementos de iluminación. a-b (lámparas fenicio-púnicas); c (lucerna griega); d, e y f (lucernas romanad de
volutas); g, h, i (Otras lucernas romanas); j, k, l (Lucernas tardo-antiguas en terra sigillata Clara D)
a b c
d e f g
h i j k l
m n ñ p
p q
Fig. 2. Representación de los elementos de iluminación. a, b, c (Candiles de cazoleta cerrada y piquera islámicos); d, e, f, g (Candiles de
cazoleta abierta islámicos); h, i, j (Candiles de cazoleta abierta y pie alto islámicos); k, l (Candiles de cazoleta abierta con apéndice central
islámicos); l, m, n, o (Candiles de cazoleta abierta medievales (cristianos)); p, q (Janukkiot medievales)
SANDRA CAVACO Y JAQUELINA COVANEIRO
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4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS
METODOLOGÍAS APLICADAS EN
LOS ESTUDIOS CERAMOLÓGICOS
Juan Jesús Padilla Fernández y Eva Alarcón García
La Arqueología emplea una serie de técnicas y métodos para estudiar las evidencias
arqueológicas y aproximarse a las sociedades del pasado. La aplicación de tales analí-
ticas implica la conformación de un cuerpo metodológico, es decir, de unas herramien-
tas y estrategias técnicas de investigación destinadas a cubrir una serie de preguntas y
objetivos.
Este bloque pretende ser un espacio en el que tanto los trabajos de tipo arqueométrico
como las nuevas aplicaciones tecnológicas e informáticas, reciban el valor que merecen
en cuanto a las utilidades metodológicas que ofrecen.
En este sentido, este bloque pretende ser un espacio de reflexión sobre múltiples aspec-
tos de los estudios cerámicos que se están llevando a cabo actualmente, partiendo de la
idea básica de que ni el artefacto ni el método constituyen el fin de nuestras investigacio-
nes. De este modo, se proponen una serie de puntos expositivos esenciales que guiarán
la sesión y discusión, que son los siguientes:
Laure Salanova1
Abstract Resumen
The Balkans has long been considered a key region Los Balcanes están considerados desde hace
for understanding the origin and the formation tiempo como una región clave para comprender
processes of the first European Neolithic societies. los orígenes y los procesos de formaciones de las
Analysis of the pottery assemblage from Kovačevo primeras sociedades neolíticas europeas. El análisis
(Bulgaria) has revealed a diversity of manufacturing del conjunto cerámico de Kovačevo (Bulgaria) reveló
techniques, stylistic patterns, and functions since una diversidad de técnicas, de estilos y de función
the onset of Neolithic occupation in the region, dated de los vasos desde el todo principio de la ocupación
from 6100 cal. BC. A comparative study of the first neolítica de la región, fechada de 6100 cal ANE. Un
pottery productions from the Central Mediterranean estudio comparativo de las primeras producciones
shows that only one category of pottery (medium cerámicas del Mediterráneo central muestra que
impressed vessels) is present in the earliest solamente una categoría de vasos (vasos impresos
Neolithic sites westward from the Adriatic. Coupled de medio calibre) es atestiguada sobre los sitios
with the analysis of faunal remains, these results más antiguos localizados al oeste por Adriático.
allow for the proposition of a mechanism of Correlacionados a los análisis de los conjuntos
Neolithic spread in Southern Europe. The impressed fáunicos, estos resultados permiten reconstituir
pottery seems to be linked to a group of specialists los mecanismos de difusión del Neolítico en Europa
who circulated around the Mediterranean, bringing meridional, dónde la cerámica impresa parece ser
farming techniques with them relacionada a un grupo de especialistas que circuló
a todo el Mediterráneo, aportando a ciertas técnicas
Keywords: Agriculture, Impressed Pottery, de agricultura.
Mediterranean, Balkans, Starčevo, Early Neolithic.
Palabras clave: Agricultura, Cerámica Impresa,
Mediterráneo, Balcanes, Starčevo, Neolítico Antiguo.
1 CNRS, Maison de l’archéologie et de l’ethnologie, 21 allée de l’Université, F – 92 023 Nanterre cedex. [ laure.salanova@mae.u-paris10.fr ]
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 305-315. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 305
LAURE SALANOVA
Fig. 1. Map of the main sites cited in the text: 1. Favella della Corte (Italy); 2. Torre Sabea (Italy); 3. Veluška Tumba (Republic of Macedonia), 4.
Nea Nikomedia (Greece), 5. Anzabegovo (Republic of Macedonia); 6. Kovačevo (Bulgaria); 7. Kraïnitsi (Bulgaria); 8. Ulucak (Turkey); 9. Argissa
(Greece); 10, Achilleion (Greece).
2. ANALYTICAL METHOD FOR POTTERY sampling and counting all of the pottery categories
without bias. This problem has been abandoned
At Kovačevo (Bulgaria), pottery makes up 23 of the 45 since the 1990s, but it is crucial when comparing
tonnes of all artefacts recorded during the excavation. assemblages on a wide geographical scale.
The size of this pottery assemblage and the good state
of its preservation provide an opportunity to consider It is well known that archaeological assemblages are
the criteria traditionally used in pottery analysis. A not a direct reflection of the vessels in use on a prehis-
method combining stylistic, technical, and functional toric settlement (Orton et al., 1993). Erosion and des-
analysis was established to retrace the evolutionary truction are not the only explanatory factors. Archaeo-
sequence of the pottery assemblage and to provide a logical assemblages are never a clear expression of
glimpse into the organisation of pottery production on the original range of vessels mainly because of the
the site (Salanova, 2009; Salanova et al., 2010) fragmentation rate, which varies considerably accor-
ding to vessel categories and functions (Mills, 1989).
The most frequently handled vessels (cooking pots
2.1. CRITERIA and fine presentation vessels) are short lived. Because
they are the most frequently broken, they are replaced
Each
A attribute of the pots can provide some comple- most often, unlike storage vessels, which are rarely
mentary information. Although pottery technology moved (Mills 1989, Orton et al., 1993, Mayor 1994).
usually focuses on the manufacturing processes to
identify the social groups, this criterion is not the only To solve this problem, several databases were tes-
one available to understand the main phenomena in ted. The entire collection of 23 tonnes of pottery from
which pottery is involved (Salanova, 2012; Vieugué, Kovačevo was recorded and separated into three
2012; Salanova, in press). categories (Salanova, 2009). The most complete pots
were studied in detail at typological and technologi-
Two types of approaches were favoured in an ini- cal levels. The remaining fragments (slightly more
tial phase to examine the first Neolithic identity in than one million) were studied in a more summary
the Balkans. The first approach involves design way. For the most homogeneous structures, the
patterns, which refer to the cultural sphere of the main stylistic and technical criteria were recorded
communities-specifically, their perception of space in files grouping together pottery categories (frag-
and their symbolic codes (Shepard, 1956; Friedrich, ments of the same colour and thickness). For the
1070; Washburn, 1983). This perception is difficult to heterogeneous structures, only the typological ele-
modify because it is largely an unconscious habit. This ments (rims, bases, lugs, decoration) were counted.
approach, used on Bell Beakers in France (Salanova,
2000), was applied to the 6,000 decorated vessels From this general characterisation that considered
from Kovačevo to define their styles according to the the diversity of the assemblage, sampling was con-
designs as well as their geometric configuration (sym- ducted for specific studies on shapes, functions, and
metry) and visibility on the vessel (see figure 2). techniques. In addition, fragments from one sector
of the site that has delivered the most complete
The second approach involves the function of the first chronological sequence were analysed exhaustively
pottery production-in this first phase of the study, with quantitative tests (Salanova et al., in press). To
the pottery categories used in each site. Some stu- count the pottery categories, the method of relative
dies in ethnographic and archaeological contexts have frequencies used by specialists working in urban
demonstrated the cultural value of this criterion, which contexts was used and adapted to the early Neoli-
points to food sociology (Schiffer and Skibo, 1987; Rég- thic dwellings from the Balkans. In the publication
nier et al., 2009; Pitte and Montanari, 2009). This cri- by Carver (1985), relative frequencies were used to
terion is important when comparing the first pottery highlight the concentration of pottery types. In our
assemblages from Eastern and Western Europe. work, relative frequencies of each style were coun-
ted by structures that were arranged according to
2.2. SAMPLING AND COUNTING stratigraphy (Salanova, 2011). Because none of the
structures in this type of dwelling is purely homoge-
As the assemblages from the Balkans provide tonnes neous, this was the only way to group the structures
of pottery, the first problem of each study involves and levels by cultural stages.
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LAURE SALANOVA
The radiocarbon dating of the Early Neolithic from All of the levels have yielded a diverse assemblage
Southern Europe provides a broad picture of the chro- that includes every type of vessel that one could
nological frame (Reingruber and Thissen, 2005; Sala- expect to find at the time of the Neolithic, from very
nova et al., in press). However, in most settlements, small pots to large vessels (plate 1). Use wear and
samples (charcoal, seeds, or bones) were collected residue analysis, which was performed on certain
in pits or levels. They do not belong to primary depo- vessels, has demonstrated that several pottery
sits, but they date the filling of the structure. While categories were used in the preparation of foodstu-
waiting for new dating, it is quite difficult to propose ffs (Vieugué et al., 2009). Although such functional
a reliable beginning for the Neolithic period from this analyses are still rare in the Balkans, the diversity of
region. The dates mentioned in this text should thus shapes and pottery categories are usual for this part
be considered indicative and cannot, at the moment, of Europe. The quality of most of the vessels as well
be more precise. as their huge quantity demonstrate that they were
the products of experienced potters and undoub-
tedly would have been integrated into the activities of
3. CHARACTERISTICS OF THE POTTERY everyday life (Salanova, 2009).
ASSEMBLAGES FROM THE BALKANS
The decorated pottery from Kovačevo repre-
Kovačevo, located 11 km north of the Greek border, is sents only 3%-4% of the total assemblage, which
one of the best-preserved settlements in the Balkans, corresponds to 46.000 fragments and 7 tonnes. An
providing important stratigraphy dated between 6100 important part of the study was devoted to identi-
and 5600 cal. BC (figure 1). The excavations have fying individual markers from tools and gestures
revealed the earliest age currently known for the applied by Neolithic potters to painted and impres-
first Neolithic settlement in the region, older than the sed decoration. The results facilitate the detection
early level from the Karanovo tell, which was earlier of skill levels and a system of apprenticeship in the
than the reference for the Neolithic and Bronze Age site and suggest a minimal number of decorated
chronology in the Balkans as a whole (Demoule and pots: 6.000 for the entire Early Neolithic sequence
Lichardus-Itten, 2001). (Salanova, 2012).
Fig. 2. The three stages of the decorated pottery evolution from Kovačevo (Bulgaria). The numbers refers to the NMI of each style. From
Salanova, 2011
Although decorated pottery is in the minority in the (Naumov et al., 2009). Lastly, the earliest level pro-
assemblage, it nevertheless constitutes a good chro- vides an hundred of impressed and incised tall pots
nological marker. Three main chronological stages that are completely different in shape and technique
of two centuries each were defined according to the from the rest of the production (Salanova, 2009). As a
distribution of the decorated pottery in the stratigra- result, a great diversity of methods since the earliest
phy and the first radiocarbon dates from the site, occupation of the dwelling is revealed.
which were mainly based on animal remains (figure
2). The designs are dominated by white on red pain- Because the first levels from the Kovačevo dwelling
ted decoration that is characteristic of the Balkan are the most homogeneous with several identified
Early Neolithic. house plans, a spatial projection of the pottery assem-
blages in each house, at least the broad categories,
has been attempted (Salanova, 2007). When consi-
3.2. THE IMPRESSED AND INCISED POTTERY dering the percentage and the type of decorated pot-
tery, it appears that the site is divided into two zones
The earliest level from Kovačevo, dated approxima- during this first period (Fig. 3). The Northern houses
tely 6100 cal. BC, is the most interesting. Not only is it are dominated by a high rate of decorated pottery
the best preserved and thus the most homogeneous, and painted vessels. In contrast, impressed pottery is
but it also reflects the identities of the first Neoli- concentrated in the Southern part of the site, where
thic communities in the area. The decorated pottery decorated pottery is less frequent in the assemblages.
represents 3,6% of the assemblage on average. The These Southern houses are also characterised by the
most frequent decoration of the pottery is characte- higher quantity of coarse storage vessels (Fig. 4).
rised by herringbone patterns painted in white on a
red slip (Fig. 2). This type is also known from several The impressed pottery from period 1 represents 15%
sites from Northern Greece. A lower part is constitu- of the decorated pots. It is characterised by fragmen-
ted by sigma, also painted, which is a typical design ted vessels that one could imagine as tall jars, with
for the Early Neolithic in the Republic of Macedonia thick walls measuring between 7 and 12 mm (plate
Fig. 3. Distribution of the decorated pottery in the earliest level from Fig. 4. Distribution of the sherds higher than 12 mm thick in the
Kovačevo (Bulgaria). In grey: 80 to 100% of the decorated pottery co- earliest level from Kovačevo (Bulgaria). From Salanova, 2007.
rresponds to painted decoration. In black: more than 30% of the de-
corated pottery corresponds to impressed and incised decorations.
From Salanova, 2007.
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LAURE SALANOVA
2). Their surfaces are light brown, often burnished characterised by their monotony and the complete
outside and inside, covered by unorganised finger- absence of painted decoration (Fontò et al., 2003;
nail or tool impressions. Only one pot is decorated Natali 2009). This simplicity and monotony of the first
by pinching, and two are decorated by finger impres- pottery productions seem to be the norm in other
sions in slip trailing. Nevertheless, the archaeologi- sites from Southern Italy (Muntoni, 2009).
cal context of these three pots is not definite. During
period 2, the impressed pottery is still present in Concerning the decorated pottery, it is curiously
approximately the same proportion (12% of the deco- frequent on the Italian sites, representing 69%-93%
rated pottery). It is quite different from period 1. Also of the assemblages. Decoration is especially corre-
characterised by the same thick jars (7-12 mm thick), lated to the coarse wares category, which is deco-
its surfaces are mainly grey and covered by oblique rated in 71%-95% of the cases. In contrast, the fine
impressions arranged in horizontal rows. Impres- wares are less decorated (20%-40%), and the tech-
sed decoration is present on the site only during niques and designs are different than for the coarse
periods 1 and 2, between 6100 and 5900 cal. BC, but pottery. Most of the decorated fine vessels are shell
is curiously absent in period 3, unless the nume- impressed in a style very close to the common pain-
rous impressed ribs from period 3 are considered to ted decoration from the Republic of Macedonia (plate
represent its descendants (Fig. 2). 3, B and D). For the coarse pottery, the decoration is
quite simple, involving irregular incisions or finger-
The distinct spatial distribution of the impressed pot- nail impressions (plate 3, A and B). In Torre Sabea,
tery in the earliest houses from Kovačevo and its asso- unorganised fingernail impressions seem to be the
ciation in these houses with the concentration of thick most common, whereas in Favella della Corte, the
storage vessels could suggest the hypothesis that this pinching technique dominates. These two types are
type of vessel belongs to the pottery production from the most similar to the impressed pottery from the
Bulgaria, where it represented a specific functional Balkans (plate 3, C and D). Unfortunately, in the
category. Nevertheless, this hypothesis seems to be regions where painted pottery is predominant during
too limited according to the context of the appearance the Early Neolithic, quantitative data on impressed
of the impressed wares in the Mediterranean. wares are less precise.
4. THE IMPRESSED WARES IN MEDITERRA- 4.2. COMPARISONS WITH THE IMPRESSED POT-
NEAN TERY FROM THE EASTERN MEDITERRANEAN AND
THE BALKANS
Although it was claimed ten years ago that the state
of knowledge about the spread of farming in Central Although in the minority, the same types of
Mediterranean remained undeveloped (Forenbaher impressed pottery as in Italy are known in the Eas-
and Miracle 2005), it must be acknowledged that data tern Mediterranean. They constitute a recurrent
are still missing. The recent publications of two Early part of the assemblages and are in the same chro-
Neolithic sites from Southern Italy, Torre Sabea and nological horizon, at the turn from the 7th to the
Favella della Corte, provide the basis for compa- 6th millennium cal. BC (Balossi and Frangipane,
risons with the Balkans (Guilaine and Cremonesi, 2002; Benvenuti and Metallinou, 2002, Çilingiroğlu
2003; Tiné, 2009). Both sites seem to be short-term 2010). In this wide region, the impressed pottery
dwellings dated between 6000 and 5800 cal. BC. They can be divided into three main types according to
are contemporaneous and slightly more recent than the decoration techniques and design (figure 5).
the two earliest periods from Kovačevo. The pots show a high rate of fragmentation in all
sites, but when shapes are known, they corres-
pond, as in Italy, to bowls in S profile, globular
4.1. CHARACTERISTICS OF THE FIRST DECORATED vessels, and jars. The dates lack precision, but
POTTERY FROM ITALY impressed pottery seems to appear everywhere
between 6100 and 5900 cal. BC. The first known
The characteristics of the first pottery assemblages appearance is in the Balkans (Southwest Bulgaria,
from Italy are quite surprising compared to those Romania) and in the site of Ulucak in the Aegean
from the Balkans. The assemblages are essentially part of Turkey.
Fig. 5. Chronology and distribution of the impressed pottery according to the techniques of decoration.
In this first centre, unorganised fingernail impres- known everywhere, and they constitute a low percen-
sions seem to be the most frequent designs among tage of the assemblages (Nieuwenhuyse, 2007; Çilin-
the impressed wares. This is also the case in the giroğlu 2010). At Tell Sabi Abyad (Northern Syria), at
Republic of Macedonia (Anzabegovo), but the dates Ilipinar, in the nearby site of Menteşe (Turkey, Mar-
are less reliable (Gardner, 1976). In Northern Greece, mara region), and in Central Anatolia, the appearance
the impressed pottery appears at the same time as of impressed pottery is correlated with economic
in the first centre, but the decoration technique is changes that are visible in the faunal remains, such
more similar to the Starčevo and Körös areas (Ser- as the first domestic cattle and the development of
bia and Hungary), where pinching techniques are the sheep pastoralism (Buitenhuis, 2008: Tab. 1; Gouri-
rule (Manson, 2008; Raczky, 2012). At Nea Nikomedia chon and Helmer, 2008: 442; Arbuckle, 2013).
(Greece), where impressed pottery composes 9% of
the assemblage, 75% are characterised by pinched In the Balkans and in Central Europe, the impressed
impressions (Yiouni, 1996). Lastly, in Central Greece pottery is associated with the first pottery produc-
(Thessaly) and in Northern Syria, unorganised fin- tions (Salanova, 2009). Nevertheless, there is a clear
gernail impressions and horizontal lines impressed division between the Körös area in Hungary, where
with combs coexist. sheep are predominant in the faunal remains, and
the Starčevo area in Serbia and Republic of Mace-
The two Italian sites from Torre Sabea and Fave- donia, where cattle and pigs were the main econo-
lla della Corte share the characteristics of one of mic basis until the Late Neolithic (Orton, 2012). The
the two impressed entities from Greece and the same division is attested in the Southern Balkans
Balkans. Whereas, the unorganised impressions and Greece (Salanova et alii., in press). Although
are more numerous in Torre Sabea, pinching is the sheep and goats are the first species of livestock
main impressed decoration from Favella della Corte from the Southern Balkans and Greece with a low
(Fontò et alii., 2003; Natali, 2009). What do these rate of hunting (less than 5%), the dwellings from
impressed wares mean? Northern Bulgaria are characterised by more than
50% domestic cattle and a high rate of hunting
(more than 10%).
4.3. CONTEXT OF APPEARANCE OF HE IMPRESSED
POTTERY IN THE MEDITERRANEAN The two reference sites from Italy, already distingui-
shed by their pottery assemblages, also show diffe-
In the Near East and in Western Turkey, the impres- rences in faunal remains (table 1). Whereas sheep
sed wares do not belong to the earliest pottery levels. and goats are dominant and the proportion of pigs
They appeared approximately 6000 cal. BC, one is noticeable in Favella della Corte, in Torre Sabea,
millennium after the first pottery productions are the proportion of pigs is very low (Vigne, 2003; Taglia-
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LAURE SALANOVA
SHEEP/
SITE COUNTRY NR CATTLE PIG HUNTING REFERENCES
GOAT
Favella della Corte Italia 1500 55% 21% 23% 3% Tagliacozzo, 2009
Kovačevo Bulgaria > 50.000 65% 14% 21% 3,5% Benecke, 2006
Nea Nikomedia Greece 439 71% 15% 15% 7% Benecke, 2006
Argissa Greece ? 80% 6% 10% 1% Benecke, 2006
Achilleion Greece 2282 85% 4% 9% 7% Benecke, 2006
Anzabegovo Macedonia 3250 75% 10% 8% 4% Ivkovska, 2009
Kraïnici Bulgaria ? 39% 55% 6% 13% Ivkovska, 2009
Torre Sabea Italia 1022 53% 25% 5% 10% Vigne, 2003
Starčevo Serbia 1448 20% 50% 3,5% 26% Orton, 2012
Tab. 1. frequencies of the main domestic animal species in Greece, Balkans and Italy (percentage of NR).
cozzo, 2009). In fact, the composition of the faunal tery are dominant and those where impressed pot-
remains from Favella della Corte is very similar to tery and storage vessels are concentrated (Salanova,
Early Neolithic sites from Thessaly, Southern Bulga- 2007). This difference may be interpreted as a func-
ria, and the Western part of the Macedonia Republic, tional division in the site between buildings dedicated
with a low rate of hunting. Torre Sabea is closer to to storage activities and houses with small painted
the Central Balkans (Starčevo and Northern Bulga- vessels used for food consumption. However, this
ria), with a higher proportion of cattle and hunting interpretation seems to be incongruent with the
(Salanova et alii., forthcomming). recent data published in Italy, where the earliest
settlements with pottery and domesticated animals
The specialisation of the livestock, recorded throu- are characterised by a high rate of the same impres-
ghout the Mediterranean at the turn from the 7th to sed pottery and the absence of painted vessels.
the 6th millennium cal. BC, most likely marked a cer- These two categories of decorated pottery seem to
tain degree of mobility everywhere, at least for one be manufactured by two different human groups that
part of the population (Orton, 2012: 31 & 32). Never- have a separate history.
theless, the differences observed in two types of data
that are generally forgotten in publications on the We believe that the impressed pottery is corre-
beginning of domestication (pig and hunting rates) lated with a group of specialists that circulated
likely had strong implications for the settlement pat- all around the Mediterranean, bringing the first
tern of societies. The high rate of pigs, for instance, domesticated animals in Central Mediterra-
is undoubtedly strong evidence for permanent dwe- nean. Indeed, in Torre Sabea, as in Favella della
llings, which could have coexisted with more seaso- Corte (Italy), analyses of the faunal remains have
nal settlements in the same territories. Archaeologi- demonstrated that the perfectly mastered tech-
cal data struggle to provide clues about the function niques of livestock farming were obviously under
and duration of the Early Neolithic settlements from the control of experts (Vigne, 2003; Tagliacozzo,
Southern Europe. These types of data have obviously 2009). The metric characteristics of some cattle in
affected the composition of the pottery assemblage. Torre Sabea and some goats in Favella della Corte
It is postulated here, as a suggestion for future work, show a size close to that of wild animals (Vigne,
that the variability observed in the pottery assembla- 2003: 330; Tagliacozzo, 2009: 599). The existence
ges and in the faunal remains are correlated and that of secondary domestication centres of cattle in
this correlation would allow further debate on the Italy was seriously questioned based on the dis-
diffusion of farming techniques. covery of an unknown mtDNA haplogroup (Bon-
figlio et al., 2010). Because of the predominance
of the impressed pottery in the assemblage and
5. CONCLUSIONS the importance of the cattle in diet, the origin of
this group of specialists is more likely to be found
The spatial distribution of the decorated pottery in in the Central Balkans (i.e., in the Starčevo area),
the earliest levels from Kovačevo has revealed a where cattle was the main economic basis until
clear division between buildings where painted pot- the Late Neolithic (Orton, 2012).
This group is most likely responsible not only for the Sea: The Present State of Research on the Early
diffusion of farming techniques westward from the Neolithic, (Gatsov, I. and Schwarzberg, H. eds.),
Proceedings of the Session held at the EAA 8th
Balkans but also in the Eastern Mediterranean, where
Annual Meeting at Thessaloniki 28 Beier/Beran,
the first impressed pottery appeared in parallel with Langenweissbach, pp. 175-185.
the first domesticated cattle in Syria and in Central
BENVENUTI, A. G. and METALLINOU, L. (2002): “La
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impresse nel Neolitico Antico, (Fugazzola
The correlation between these cattle farmers and Delpino, M. A., Pessina, A. and Tiné, V. eds.),
the impressed potters may refer to the existence of Roma, Instituto Poligrafico e zecca dello Stato,
a wide sphere of endogamy, as is known from eth- Studi di Paletnologia I, pp. 17-28.
nographic records, which show that economic activi- BONFIGLIO, S., ACHILLI, A., OLIVIERI, A., NEGRINI,
ties and wedding networks are often linked (Gallay et R., COLLI, L., LIOTTA, L., AJMONE-MARSAN,
al., 2012). Consequently, the impressed pottery may P., TORRONI, A. and FERRETTI, L. (2010): “The
Enigmatic Origin of Bovine mtDNA Haplogroup
be associated with activities connected with farming
R: Sporadic Interbreeding or an Independent
techniques. The curious similarity between impres-
Event of Bos primigenius Domestication in
sed decorations made with pinching techniques and Italy?”, Plos One.
the print of a cereal cob points to crop activities. The
BUITENHUIS, H. (2008): “Faunal remains from the
existence of several areas according to the most Late Neolithic and Early Chalcolithic levels”,
common type of decoration may indicate different Life and Death in a Prehistoric Settlement in
techniques since the onset of agriculture and diffe- Northwest Anatolia, The Ilipinar Excavations,
rent centres of farming development in Europe, as volume III, (Roodenberg, J. and Alpaslan
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2011). The variability in pig and hunting rates among
the faunal remains from Italy to Greece may also indi- CARVER, M. O. H. (1985): “Theory and Practice
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ble for a more intensive plant culture. ÇILINGIROĞLU, Ç. (2010): “The Appearance of
Impressed Pottery in the Neolithic Aegean
and its Implications for Maritime Networks in
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the Eastern Mediterranean”, Türkiye Bilimler
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nical studies, which remain to be developed in the
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Tareas de Excavación en el yacimiento de Tell Halula (Siria).
Foto extraída de la obra Tell Halula: un poblado de los primeros
agricultores en el valle del Eufrates (Siria) (Miqel Molist Montaña, coord.)
4.2. LAS TÉCNICAS DE DECORACIÓN EN
CERÁMICA EN EL YACIMIENTO DE TELL
HALULA (VALLE ÉUFRATES, SIRIA) EN EL
VII MILENIO CAL BC. APORTACIÓN DEL
MÉTODO EXPERIMENTAL
POTTERY DECORATION TECHNICS IN TELL HALULA (EUPHRATES VALLEY,
SYRIA) AT VII MILENIUM CAL BC. AN EXPERIMENTAL APPROACH
Adonis Wardeh1, Anna Gómez1, Teresa Capella1, Laia López1, Pau Alberch1 y Miquel Molist1
Resumen Abstract
La aparición de la cerámica en el Próximo Oriente The appearance of pottery in the Near East is one
constituye una de las novedades tecnológicas del of the technological developments of a complex
complejo proceso económico y social asociado al economic and social process associated with the
Neolítico. El proyecto arqueológico de Tell Halula Neolithic. The archaeological project at Tell Halula
(valle del Éufrates, Siria) realizado por parte de (Euphrates Valley, Syria) done by an interdisciplinary
un equipo interdisciplinar de la UAB ha permitido team of Autonomous University of Barcelona has
documentar la aparición, y su desarrollo de la documented the emergence and development of
cerámica a lo largo del VII milenio, constituyendo pottery along the VII millennium cal BC, constituting
uno de los pocos yacimiento de la zona del Levante one of the few sites in North Levant area (Syria,
Norte (Siria, Turquía) donde se documenta esta Turkey) where this phenomena is documented. In
transformación. Así se ha podido documentar that sense, it has been documented a first phase
una primera fase con cerámica monocroma with undecorated monochrome ware with a short
sin decoración, de corta duración, y una rápida transition to first decorative motifs since middle
aparición de los motivos decorativos desde la mitad of the seventh millennium. The first surface
del VII milenio. Las primeras técnicas utilizadas son manipulated techniques used are incised and
las decoraciones incisas e impresas con una amplia printed decorations with a wide variety of techniques
variedad de gestos y motivos. and motifs.
Keywords: Valle del Éufrates, Neolítico, Cerámica, Palabras clave: Euphrates Valley, Neolithic,
Arqueología Experimental. Pottery, Experimental Archaeology.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 317-327. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 317
ADONIS WARDEH ET AL.
Fig. 1. Mapa de situación del yacimiento de Tell Halula (valle medio del Éufrates, Siria).
1 FAURA, J. M. (1996a): Un conjunt ceràmic del VIII mil·lenni B.P. a la Vall de l’Èufrates: Les produccions de Tell Halula Síria, MA thesis,
Universitat Autònoma de Barcelona.
2 Este estudio experimental se ha realizado en el Laboratorio del S.A.P.P.O. (Seminari d’Arqueologia Prehistòrica del Pròxim Orient) durante
los meses de abril y mayo de 2012 y se ha basado en las problemáticas establecidas por los equipos Europeos que trabajan en esta línea de
investigación (Balossi 2006, Akkermans et al., 2006).
dios de este yacimiento están siendo de gran trascen- fases principales relacionadas con este período Preha-
dencia en el análisis y actualización de conocimientos laf (Faura, 1996 a y b; Faura y Le Mière, 1999; Faura,
sobre el proceso de “neolitización” del Próximo Oriente. 1999; Faura, 2013).
El poblado tiene una gran extensión -más de 8 hectá-
reas- y una potencia estratigráfica de 11 metros eviden- La fase I, corresponde al nivel más antiguo, y se
ciando una prolongada y continua ocupación de unos caracteriza por la presencia de grupo cerámico espe-
2.500 años de duración con una secuencia cronológica cífico denominado “Serie Negra”, definido a partir de
que se inicia en el Neolítico Precerámico B Medio (c. la coloración en negro o de color marrón de la pasta
7.700 cal BP.) y concluye al final de la Cultura Halaf (c. con inclusiones de calcita y por la presencia de una
5400 cal BP). (Molist, 1996 y 2013) (Fig. 1). superficie pulida. Este grupo representa el 44% de la
cerámica, mientras que las otras categorías presen-
Más concretamente, para las documentación de las tan inclusiones vegetales así como vasos de pasta
ocupaciones del VII milenio en Tell Halula, se dispo- más fina y acabado en pulido.
nen de varias zonas excavadas, algunas de ellas ya
estudiadas y publicadas (Sector 7, sector 14, Sector 1, En la Fase II o segunda fase, predominan las pro-
(Molist 1996; Faura 1996 a y b) y otras parcialmente ducciones cerámicas con inclusiones vegetales, si
publicadas y en curso de estudio (sector 30, sector 2 bien destaca la presencia de aplicaciones plásticas
cuadros 2EF y 2G 2HI) (Molist, 2013). y algunas primeras producciones pintadas. También
se documentan Husking trays y pastas de colora-
Los niveles Prehalaf sobretodo, los situados en la parte ción Gris-Negro adscritas al grupo Grey Black ware.
superior del tell, los restos arqueológicos recuperados Estos vasos presentan un acabado de la superficie
corresponden a un contexto doméstico, con una gran en bruñido, con fragmentos adscritos al Pattern
riqueza estructural, dada la presencia de dos tipos de burnish y con presencia incisiones e impresiones
construcciones: la casa de planta rectangular o cua- dónde perviven también fragmentos de las tempra-
drada (de tipo pluricelular), continuando pues la tradi- nas Serie Negras.
ción del PPNB y, por otro lado, la planta circular o “tho-
loi”, como se suelen denominar regionalmente. En la Fase III, se documenta un conjunto cerámico
más diverso. A pesar de la presencia de produccio-
A nivel técnico además de la aparición de la cerámica, nes con desgrasante vegetal simples, que corres-
las industrias en piedra tallada y pulimentada indican ponde aproximadamente al 75% de la serie total,
una variación significativa respecto a los periodos ante- aparecen otras producciones o series como el bur-
riores. Se trata de variaciones que afectan tanto el apro- nished red slip ware o una nueva serie de vasos
visionamiento de materias primeras como a su gestión incisos y/o impresos. También se documentan
y a los productos finales. El utillaje lítico, por ejemplo, algunos fragmentos de Black series, junto con las
está principalmente formado por puntas de flecha, Grey-Black wares, los red slips o fragmentos con
láminas retocadas, lascas retocadas, buriles, rascado- engobe rojo y en menor medida algunos fragmentos
res, entre otros. Estos materiales, junto con los restos de Early painted (Fig. 2).
faunísticos y al registro carpológico y antracológico pre-
servado ponen de manifiesto la práctica de las activida-
des agrícolas y ganaderas de tipo consolidado en toda la 2.3. LA DECORACIÓN EN LOS MATERIALES CERÁMI-
secuencia. Además, gracias al estudio estratigráfico, a COS DEL PERIODO PREHALAF
las dataciones de C14, y al estudio de la cerámica se ha
podido establecer que estas ocupaciones cubren todo el El estudio realizado por J. M. Faura (Faura 1996
VII milenio (6900-6200 cal BP) (Molist, 2013). a y b, 2013) permite tener un conocimiento deta-
llado de las decoraciones existentes a lo largo de
la secuencia Prehalaf del yacimiento. Este trabajo,
2.2. LAS PRODUCCIONES CERÁMICAS DEL VII que constituye nuestra fuente de información prin-
MILENIO CAL BP cipal, permite distinguir cinco tipos de decoración
como los más frecuentes: la impresión, la incisión,
El análisis de las evidencias tipológicas y morfológicas la aplicación plástica, la pintura y el motivo pulido.
de la cerámica, en combinación con otros artefactos Estas técnicas pueden presentarse solas o de forma
y patrones de asentamiento, permitió identificar tres combinada o mixta.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 317-327. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 319
ADONIS WARDEH ET AL.
Fig. 2. Mapa del yacimiento de Tell Halula, con las principales zonas excavadas con niveles del VII milenio cal BC.
A partir de la colección conservada en el laboratorio como de presión discontinua combinada con impre-
del Seminari d’Arqueologia Prehistòrica del Pròxim sión, con pintura y junto a una línea de incisión por
Orient se ha trabajado con 28 fragmentos arqueoló- presión continua. La excisión representa el 3% de
gicos y dado los objetivos de nuestro trabajo obser- las piezas (Fig. 3).
vamos la definición de cada uno de ellos. En este
conjunto la impresión representa el 68% de las pie- Como ya se ha señalado, la técnica de la impresión
zas ya sea impresión digital (de tipo ungulado) o pei- es de las más abundantes en la serie cerámica Pre-
nes (en soporte de madera y/o hueso). La incisión halaf del asentamiento de Tell Halula. Esta impre-
aparece en el 18% de las piezas de presión continua sión puede ser de tres tipos: estampado o impresión
Fig. 3. Tabla con los motivos decorativos y nivel de preservación de la colección arqueológica de referencia utilizada para la reproducción
experimental.
simple, impresión por rodillo o impresión basculante 3-A24). También se documentan fragmentos con
con varias herramientas3. Es el grupo que presenta impresiones de sección semicircular dispuestos en
también mayor variabilidad de resultados tanto del línea con engobe rojo cubriendo toda la superficie y
tipo de impresión, muy en relación con el objeto fragmentos con impresiones de peines en los cuales
que lo realiza, como del motivo y disposición. Las se distingue los números de púas (de tres púas Fig.
evidencias macroscópicas se asocian a impresio- 3-A9-A23; de cuatro púas Fig. 3 A3 y A17; de 5 púas
nes lenticulares grandes (Fig. 3. A20), puntos lenti- Fig. 3 A11, A14 y A28; de seis Fig.3.A5) y la forma de
culares diversos (Fig. 3 A4-A12), puntos de sección su sección (circular, cuadrada,…). Así como impre-
semicircular dispuestos de forma irregular (Fig. siones con peine de tres púas de sección cuadrada
3 Los criterios de identificación son la nitidez del motivo, menos marcado por la impresión con rodillo o basculante, posibilidad de reconocer
la huella de un objeto conocido o reconstruir, tomando una huella, la forma de la herramienta, y algunas veces una ligera acumulación de
arcilla que el hundimiento de la herramienta ha hecho remontar sobre los bordes.
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ADONIS WARDEH ET AL.
(Fig. 3 A10) e impresiones con peine de púas desigua- pado algún de los motivos más usuales pues muy
les (Fig. 3 A2 y A7). Y finalmente, impresiones con a menudo esta técnica aplicada se combina con la
peine de siete púas de sección cuadrada formando impresión y/o incisión y puede resultar interesante
motivos de espina (Fig. 3. A25); o formando motivos de ver como se realiza.
de líneas paralelas (Fig. 3 A13). Estos, pueden estar
dispuestos de manera desordenada o guardando la Finalmente señalar también la presencia de engobe
apariencia desordenada, presentándose delimitadas y pintura junto con el motivo pulido que al aparecer
en bandas definidas por incisiones (Fig. 3 A13 y A25). de forma combinada con las otras técnicas, y al par-
Destacan también las impresiones triangulares, con tir de una chaîne opératoire distinta no se ha tratado
disposiciones muy variadas, formando en hilera (Fig. en el presente trabajo.
3 A27) o filas paralelas (Fig. 3 A1, A6, A8, A21) y múl-
tiples (Fig. 3 A22) de tamaños y posiciones diversas. En conclusión el conjunto cerámico del horizonte
Estos también pueden estar delimitados por una Prehalaf presenta una gran variedad de aplicaciones
banda incisa (Fig. 3 A1). técnicas asociadas a las decoraciones de los vasos
cerámicos. Estos grupos decorativos a nivel por-
El siguiente grupo recuperado en Tell Halula es la centual tienen una representación desigual, todos
técnica de la incisión. Esta se identifica con el pro- ellos corresponden a grupos de práctica distintos, si
ceso de cortar la arcilla cruda mediante un sistema bien, a grandes rasgos, repiten el motivo decorativo.
de presión continua o discontinua. Los resultados no Nuestro interés especial para los motivos realizados
son prácticamente nunca iguales, aparte de la forma mediante las técnicas de impresión e incisión, ha
de la herramienta, el gesto de la traza en relación a la permitido observar una gran variedad de técnicas, de
curvatura de la cerámica y el estado de la pasta en el motivos, y de tamaños e herramientas, es decir una
momento de la incisión, pueden influir en la forma de variabilidad que nos pareció muy interesante abor-
la sección. Si la pasta es húmeda el relieve es suave y dar desde una metodología experimental.
con rebaba, si la pasta es seca el relieve es acusado y
con los bordes limpios de recortes o en cresta.
3. OBJETIVOS Y METODOS DEL PROCESO
Entre las decoraciones incisas, la variedad de técni- EXPERIMENTAL
cas y motivos no parece muy abundante. En general
se trata de líneas más o menos profundas (Fig. 3 A16 La gran mayoría de los trabajos experimentales en
y A26). Menos documentadas son las decoraciones arqueología del Próximo Oriente parten de la obser-
realizadas con la técnica de la incisión combinada vación etnográfica de las propias comunidades y se
con otros motivos. Destaca por ejemplo la disposi- centran en descripciones de actividades y en la pro-
ción de líneas paralelas irregulares4 (Fig. 3 A15) o la pia reproducción de objetos y artefactos. Los prime-
combinación de incisiones formando dos líneas para- ros trabajos centrados en generar documentación
lelas verticales poco profundas debajo de una línea arqueológica relevante surgen, de forma tímida a
horizontal (Fig. 3 A18). partir de 1980 y en torno a la escuela holandesa.
4 Elemento que J.M. Faura denomina líneas paralelas verticales ligeramente incisas y ubicadas en la parte de la inflexión panza/cuello de
jarras de tipo globular (Faura,1996 a).
Así utilizando un enfoque experimental más empírico 3. Elaboración del negativo de la pieza original5, y
y a partir del registro arqueológico este ejercicio pre- a partir de este, realización de una propuesta de
tende generar información con respecto a la relación herramienta usando distintos materiales: hueso,
entre las evidencias arqueológicas y los posibles ges- maderas (blandas y duras), lítico y ungulados. En
tos técnicos implicados e instrumental empleado por general, se trata de soportes que se han retocado
las comunidades del VII milenio cal BP en el Próximo y fragmentos tallados de morfología circular o
Oriente. En este contexto hay que señalar que los rectangular6.
trabajos experimentales sobre técnicas decorativas,
principalmente las decoraciones impresas e incisas, 4. Realización de las plaquetas experimentales.
son escasos a nivel regional, ya que los aspectos tec- En este apartado hay que señalar que si bien
nológicos se han centrado más en la manufactura de se consideró no apto el uso de arcilla SiO2 para
los recipientes que a su decoración. la reproducción del motivo, al final se usó este
material debido a la dificultad de reproducir las
Para este trabajo, los objetivos previos a la realiza- arcillas del Próximo Oriente en el Laboratorio
ción del estudio experimental del conjunto cerámico y por la matriz arcillosa y bien depurada de las
Prehalaf, se centraban en caracterizar la producción mismas.
impresa e incisa desde un punto de vista tecnoló-
gico. Este aspecto principal se complementaba con 5. En el proceso de reproducción del motivo han
la realización de un corpus exhaustivo de los motivos intervenido 11 individuos, cada uno de los cuales,
decorativos recuperados en el yacimiento y sus recu- sin experiencia en la producción cerámica ni en
rrencias estilísticas con el objetivo de aproximarnos la reproducción de los motivos decorativos, han
a la herramienta y soporte utilizados para la decora- realizado las plaquetas experimentales.
ción de la cerámica. Así mismo, otro de los objetivos
era el aproximarse o inferir en el gesto utilizado para 6. Digitalización del proceso experimental, trata-
la impresión o incisión del motivo decorativo e iden- miento de los datos resultantes y elaboración
tificar recurrencias tecnológicas realizadas por los de tablas y rúbricas sintéticas. Con una fase
artesanos/as de una comunidad de práctica. Y, final- final de comparación macroscópica y por lupa
mente, el trabajo tenía como objetivo final identificar binocular con las piezas arqueológicas origi-
comunidades de práctica entre los distintos grupos nales (Lám. 1).
tecnológicos usados para realizar unos mismos
motivos decorativos.
4. PROCEDIMIENTO Y RESULTADOS DEL
El desarrollo del protocolo experimental escogido se PROCESO EXPERIMENTAL
ha centrado en la reproducción de los 28 fragmentos
estudiados (ver supra) mediante el desarrollo en seis Si bien este conjunto decorativo visualmente es muy
pasos etapas concretas que pueden sintetizarse en: homogéneo, con claros paralelos en el resto de con-
juntos decorativos de la misma cronología en el valle
1. Elaboración de una base de datos de los fragmen- del Éufrates del VII milenio cal BC, el posterior análisis
tos, documentación de los motivos decorativos, tecnológico-decorativo y de reproducción experimen-
de su tamaño y disposición en el vaso, mediante tal nos ha permitido identificar importantes variantes
el dibujo y su digitalización. en distintos aspectos de la cadena operativa.
2. Agrupación de los distintos motivos en gru- En primer lugar, estos grupos decorativos a nivel
pos tecno estilísticos y descripción tecnológica porcentual tienen una representación desigual,
preliminar. todas ellas corresponden a patrones distintos, si
5 Proceso que implica la elaboración del contra- placado del motivo utilizando pasta de tipo caolinita. Este negativo de la pieza ha permitido
positivar el motivo y documentar aspectos traceológicos que no era posible identificar a nivel macroscópico en la pieza original.
6 Una premisa básica, de la que partimos, es que se pueden señalar semejanzas entre las evidencias arqueológicas y aquellas realizadas
experimentalmente con las herramientas experimentales de origen abiótico (lítico: sílex y obsidiana) y biótico (hueso, madera, uña). Estos
elementos se encontrarían entre los más idóneos para evidenciar improntas claras, precisas y con buena visibilidad, algunos de los cuales
parecen precisar de una serie de habilidades, práctica y conocimientos para su adecuado manejo.
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ADONIS WARDEH ET AL.
bien se repite el motivo decorativo. Destaca la pre- motivos decorativos. Se trata de 11 personas que
sencia de la impresión a pinta 39% por presión dis- mediante la propuesta de herramienta experi-
continua, respecto a los triángulos impresos 22%, mental han realizado una plaqueta en arcilla para
también por presión discontinua. El siguiente grupo cada pieza haciendo especial atención a la repro-
está formado por las líneas y bandas de líneas (14%) ducción de la pieza original (posición) y al gesto
realizadas por presión continua y en dos casos por utilizado a partir de una herramienta previamente
presión discontinua, el uso de técnicas mixtas (prin- realizada.
cipalmente la pintura y la incisión) con un 11%, y
finalmente un grupo más variado que corresponde Todos los individuos realizan una plaqueta experi-
al 7% y que abarca tanto el fragmento exciso como mental usando todas las herramientas para cada
las impresiones complejas. pieza arqueológica, sin contacto con el resto del
grupo, anotando la posición utilizada, y haciendo
El cuerpo central del trabajo se ha centrado en unas breves anotaciones en un diario de campo.
definir la herramienta usada para la experimenta- Esto se ha materializado con la realización de más
ción y la realización de las plaquetas experimen- de 1.232 plaquetas. A posteriori estos motivos han
tales. Para la realización de las plaquetas experi- sido comentados entre los distintos participantes
mentales han participado 11 individuos7, cada uno para consensuar cual es, a nivel macroscópico, el
de los cuales sin experiencia en la elaboración de más parecido, sin que esta observación condicione
producción cerámica ni en la reproducción de los el resto del análisis.
7 Esta parte experimental ha sido realizada por las siguientes personas: Adonis Wardeh, PepNovellón, Laia López, Ariadna Reverter, Alex
Carrasco, Silvia Calvo, Adrià Breu, Adrià Ruiz, Teresa Capella, Pau Alberch, Anna Gómez y Sara Martin.
8 Agradecemos la ayuda de Buchra Taha el acceso a su colección experimental en hueso fruto de su trabajo de tesis doctoral para realizar
parte del protocolo experimental en este tipo de soporte.
9 Se consideró el uso de otros materiales como conchas, cerámicas y cordados pero al realizar una primera experimentación con la colección
de referencia y observar los negativos sobre la arcilla, fueron desestimados como materia prima de las herramientas principales.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 317-327. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 325
ADONIS WARDEH ET AL.
En primer lugar, y a partir del proceso experimental en la cerámica en los contextos de la Alta Mesopota-
se puede señalar que la impresión peine ha sido muy mia, parece posible sugerir, en su defecto, que estas
posiblemente elaborada con madera, también se expe- tecnologías fueron tomadas aproximadamente de
rimentó con hueso si bien esta propuesta de material forma simultánea en un espacio geográfico grande.
fue descartada, por la imposibilidad de reproducir
púas de punta en romo y por las distancias tan cortas Es desde el punto de vista experimental dónde se ha
entre ellas (Fig. 3 A2, A7, A9 A23 y A28). Mientras que querido incidir en los aspectos tecnológicos de tipo
los motivos con forma de triángulos se han realizado descriptivo asociado no solo a la reconstrucción del
principalmente con madera, hueso y lítico. El uso del gesto tecnológico sino también en el papel del propio
soporte lítico es sobre todo evidente para los triángulos motivo decorativo.
grandes (Fig. 3 A6, A8, A21) y de manejo más complejo
para los pequeños (Fig. 3 A22). Solo en la pieza (Fig. 3 La decoración, sin duda ha contribuido a “marcar”
A27) y parte de la (Fig. 3 A1), la herramienta más óptima el elemento distintivo más visible de la individuali-
es de tipo leñoso. Las líneas han sido realizadas con dad dentro de una comunidad y también entre ellas.
madera, hueso y lítico. Los tres materiales dan resul- Estos contenedores parecen expresar en forma
tados positivos. Así mismo la separación entre líneas material y colectiva unas prácticas que involucran el
también nos llevó a experimentar con posibles peines consumo de alimentos y bebidas y es probable que
largos y espaciados, con resultados no desestimables. estos motivos hayan sido asociados a determinadas
personas, ocasiones o recuerdos, permitiendo a las
Para los tipos mixtos (incisión, impresión, pintura) si comunidades neolíticas de establecer redes más allá
bien no se descarta el uso de distintos instrumentos del ámbito local.
podemos indicar que los tipos incisos mixtos podrían
realizarse con industria lítica y hueso. En el caso de Curiosamente, la cerámica del Neolítico inicial se
los ungulados (Fig. 3 A4 y A12) se ha comprobado caracteriza por una producción de cerámica decorada
que su realización mediante uña humana y mediante con motivos impresos, incisos y pintados. Elementos
hueso (en base la herramienta de epífisis de ovica- tradicionalmente asociados a un fenómeno de cierta
prino) no presentan diferencias significativas y que exclusividad y asociada a la presencia de un factor de
por lo tanto las dos herramientas pudieron haber “prestigio”. Esta producción de prestigio puede aso-
sido usadas en la época. ciarse a innovación tecnológica que, a lo largo del
tiempo, se concreta parcialmente con la consolidación
Esta propuesta de protocolo experimental es extra- de la tradición de la cerámica pintada (Akkermans et
polable a otros conjuntos y será a partir de un estu- al., 2006; Campbell 2010). En este contexto los conjun-
dio exhaustivo de los resultados que se podrá inferir tos cerámicos son caracterizados pero sin práctica-
en aspectos de regionalización tecnológica, innova- mente ninguna aproximación tecnológica realizada.
ción e incluso las intermitencias en la adquisición de
saberes técnicos. La primera exploración de nuestro método experimen-
tal indica, a nuestro entender, la viabilidad y el interés
de desarrollo de esta metodología para definir carac-
5. CONCLUSIONES terísticas tecnológicas inherentes en las producciones
Prehalaf. Como se ha indicado, este tipo de trabajos es
Los estudios de los motivos decorativos de las pro- prácticamente inexistente en la zona y abre una pers-
ducciones denominadas impresed-incisedpottery o pectiva de análisis nueva para conocer mejor los gru-
comb-impressed y comb-incised pottery tienen su pos humanos y las comunidades de práctica que produ-
principal marco de trabajo en el análisis del motivo jeron y consumieron el producto cerámico.
decorativo, este reconstruido a partir las variaciones
estilísticas, dónde se incluye la técnica decorativa, la Aunque el presente estudio no está concluido, se
estructura del diseño y el propio motivo. observa como la experimentación aporta de manera
decisiva hipótesis muy interesantes no sólo entorno
Teniendo en cuenta la evidencia emergente de variacio- los gestos y técnicas decorativas sino también las
nes regionales significativas en la tecnología de la cerá- herramientas y materiales transformados. Por
mica del VII milenio de desgrasante mineral, y teniendo ejemplo la decoración a peine presenta una gran
en cuenta la rápida adopción de inclusiones minerales variabilidad morfológica, dentro y entre los mismos
fragmentos reconstruidos, así mismo la identifica- Iran”, Material symbols: Culture and economy in
ción de la industria lítica para la reproducción del Prehistory, (Roob, J. ed.), Carbondale, Southern
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motivo triangular permite realizar distintos subgru-
pos decorativos que, a través de la contrastación con CAMPBELL, S. (2010): “Understanding symbols:
varios yacimientos, que a larga escala permitirán Putting meaning into the painted pottery
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inferir en aspectos de regionalización tecnológica.
Development of pre-State communities in the
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Somos conscientes de que este trabajo es una primera eds.), Oxbow books, Oxford, pp. 147-155.
aproximación a una problemática compleja y de larga
FAURA, J.M. (1996b): “La cerámica pre-Halaf”, en
tradición en los estudios arqueológicos. En esta apro- Molist, M. (ed.): TellHalula (Siria): un yacimiento
ximación a conjuntos del Próximo Oriente valoramos Neolítico del valle medio del Éufrates, campañas
muy positivamente tanto la metodología como las hipó- de 1991 y 1992, Instituto del Patrimonio Histórico
tesis generadas, con el objetivo de que estas puedan Español, Madrid, pp. 91-97.
ser desarrolladas en futuros trabajos. FAURA, J.M. (2013): Las primeras cerámicas
neolíticas de Tell Halula, Tell Halula: un
poblado de los primeros agricultores en el valle
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 317-327. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 327
Final result of the reconstruction.
4.3. EXPERIMENTAL RECONSTRUCTION
OF A NEOLITHIC OVEN FROM THE SITE OF
VINČA (BELGRADE, SERBIA)
RECONSTRUCCIÓN EXPERIMENTAL DE UN HORNO NEOLÍTICO DE VINČA
(BELGRADO, SERBIA)
Ana Đuričić1
Abstract Resumen
The site of Vinča (Belgrade, Serbia) has been El yacimiento de Vinča (Belgrado, Serbia) ha
excavated for the past 100 years. During the first sido excavado a lo largo de los últimos 100 años.
seasons, a number of well preserved ovens from the Durante las primeras campañas, los arqueólogos
Neolithic period were unearthed. One of them, found hallaron una gran cantidad de hornos de cocina
in 1911, served as a model for this experimental bien preservados. Uno de ellos, encontrado
reconstruction. With preserved walls, roof and floor, concretamente en 1911, ha sido utilizado como
it had all the necessary elements that often lack referencia para llevar a cabo una reconstrucción
Neolithic ovens we find at the sites. In the year of de tipo experimental. Caracterizado éste, por su
2012, an experiment was conducted at the site of buen estado de preservación, disponía de todos
Vinča. This type of oven has not been reconstructed los elementos, que a menudo los hornos neolíticos
before, and the aim of the experiment is to show documentados en Serbia, no conservaban. En
possible ways of its construction and usage with the 2012, pusimos en marcha este experimento, con
help of the ethnological and ethnoarchaeological el objetivo de mostrar diferentes técnicas y modos
data. para su fabricación, así como sus posibles usos,
teniendo en cuenta siempre, aquellos datos que la
Key words: Oven, Experimental Archaeology, Late Etnología y Etnoarqueología nos proporcionan.
Neolithic, Vinča Culture, Central Balkans, Bread.
Palabras clave: Horno, Arqueología Experimental,
Neolítico Antiguo, Cultura Vinča, Balcanes
Centrales, Pan.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 329-337. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 329
ANA ĐURIČIĆ
Plate. 1a. Prof. Miloje Vasić standing in the “House number two from 1911.” with three ovens, Vinča – Belo Brdo (Archaeological Collection,
Faculty of Philosophy, University of Belgrade).
Plate. 1b. Oven from the “House number two from 1911.” (Archaeological Collection, Faculty of Philosophy, University of Belgrade).
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 329-337. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 331
ANA ĐURIČIĆ
med and baked inside an oven, as levering is best dome was completely rounded, it had two openings
realized in ovens, as loaves are thicker, requiring (at its front and at its back) and it was elevated from
sustained high heat and longer baking time. Other the house floor. So, the technology of its construc-
types of dough, made of other cereals – maize, tef, tion could not be translated to the Neolithic oven,
finger millet, sorghum and rise do not have the abi- but the usage was more-less the same.
lity to expand, and oven baking is not suitable for
them (Lyons and D’Andrea, 2003). Those cereals are Several pieces of information were extremely
often made into batter, and then baked on griddles, important for the experiment -the duration period
heated flat stones, stone lined earth ovens or sand of clay (brick) drying, the number of loaves of bread
ovens. Those types of bread are known in the Ame- inside the oven, process of bread baking, but also
ricas as tortillas (Cushing 1974; Linton 1924) and in the type of soil necessary for bricks making. The soil
Africa as taita (Lyon and D’Andrea, 2003). For that must be clay, and none other type of soil. After the
reason, in non industrial communities, prior to dis- oven has been made, the clay needs to dry- first on
covery of the New World, ovens were not used or its own, and later the fire needs to be lit at least two
known in North, Central and South America (Stark, or three days before its first use. The oven is used
2002)1 In Ethiopia they are only used for wheat bread only when a large number of loaves are made, usua-
baking. That explains the lack of data about ovens, lly for a week supplement, never for just one loaf.
their technique of building and use (Lyons and D’An-
drea, 2003: 521, 524).
3. THE EXPERIMENT
The process of their construction varies from one
region to another, but nevertheless, imputes stay After analyzing all the gathered information, we
unclear and insufficient. Process of oven building have started the process of the reconstruction. The
is described scarcely, but none of surveys offer the mentioned shape of the oven, with the flattened top,
answers on how to build an oven with a flat top. required out of the box thinking, and it was decided to
There are descriptions for several ways of building make a composite structure, with the oval, opened at
a domed oven, and one of them is to stick willow the front wall in the technique of wattle and a top (like
branches into the surface forming a semi sphere, a ceiling) of the shape of the half of an ellipse in the
and then weave the rest of the branches. After same technique (Fig. 1)2.
that, one needs to apply clay on top of the woo-
den construction, which would burn during its first The experiment was conducted during June and July
use. Sadly there are no imputes on how to make 2012, at the site of Vinča. The weather was sunny,
ovens with flatten top, oven floors or how to rebuild without precipitation, and the air temperature was
oven after some amount of time (Филиповић, 1951; around 30-35 degrees Celsius. The clay for the expe-
Weinstein, 1973). riment was taken from the bottom of the section, the
geological base of the site, on the right bank of the
In order to get the necessary data, archaeologists Danube. It has a large percentage of loess in it and
turn to ethnoarchaeology and conduct their own previous analysis and experiments have shoved that
surveys (Stark, 2002). On the downside, there are it was used for house building at Neolithic Vinča (Ste-
only a few left practicing and remembering tradi- vanovic, 1985). The clay is light yellowish, fine, and
tional bread baking and oven building technologies, easy to model. Willow branches 1-2 cm in radius,
and unfortunately, they are not traditional enough. were taken for the wood construction, assuming
At Gostuša, that was mentioned earlier, we had the that they would be flexible enough for that purpose.
opportunity to interview Misses Vera Manić, inhabi- Because of the fact that oven was made in the open
tant of that village and observe the whole process air, directly on the ground, and not in a house, we
of bread baking. The oven was made of bricks, its have decided to put a substructure made of broken
1 STARK, R. T. (2002): Comidas de la Tierra: An Ethnoarchaeology of Earth Ovens. Unpublished PhD dissertation. Austin. Texas.
2 I would like to thank Stevan Đuričić for his valuable advices and for taking part in this experiment. Also he did the 3D model of the oven
presented in this paper. Next I have to thank Zorica Đuričić, Nevena Đuričić, Saša Živanović and Vidan Dimić for the support and help during
this experiment.
stone slabs (Plate 2a), as an isolation (maxime 3-4 water, the branches were very brittle which made the
cm thick). Also this was not unusual for the ovens process difficult. Next, clay with chaff was applied
in the Vinča culture. Clay was mixed with water, as to the wooden frame, from both sides (interior and
it was completely dry and powdered. After that, a exterior), pressing it to stick to each other (Plate 4a).
layer of clay, without any temper, was put on top of At the front side, an opening was created, making
the slabs (2 cm thick) (Plate 2b). None of the ovens the pillars of wattle and clay with chaff. The top was
in the Vinča culture had tamper in the clay that was made of willow branches in the shape of a half of
used for flooring. Next, authentic potshards were an ellipse, creating another wooden frame, just like
impressed into clay, without large spacing between the wall was (Plate 4b). In the same technique, clay
them, covering the whole surface (Plate 2c). In order with chaff was applied to both sides of the top, and
to create the inclination, two thirds of the surface then it was laid on the top of the construction, crea-
was covered with clay (Plate 2d), and into it potsha- ting the ceiling of the oven. Underneath, bricks were
rds were impressed, once again (Plate 3a). After that, put to serve as a support while drying because the
the whole surface was covered with clay (2 cm thick lid was pretty heavy. The outer wall of the oven was,
layer) (Plate 3b). yet again, covered with the layer of clay, 2-3 cm thick
(Plate 4c). Final dimensions of the oven were: Max.
For the walls, clay was mixed with chaff in the pro- length 160 cm, Max. Width-112 cm, Max. Height 60
portion of 70-30 % and water was added to create cm. Highest point of the flooring 10 cm, lowest point
thick modeling mass. First it was used to create a of the flooring- 5,5 cm.
small wall around the edges of the foundation, 10 cm
high and 10 cm thick. Meanwhile, willow branches It was left to dry for a day. As the oven was drying,
were sunken into a small pool of water, so they would small cracks started to appear on the top of the oven
become flexible as they were too brittle. Also it was but they also appeared on the flooring, in the areas
noticed that the majority of branches on willow trees that didn’t have substruction of potshards.
were too thick.
After a day of drying, a light fire was started inside
Branches 50 cm high were stuck into the clay wall, the oven (Plate 4d). The clay started to dry rapidly,
with the spacing of 20 cm between them, and 10 cm getting a light brown color, but also it started to crack
in the rounded area (Plate 3c). After that, the wattle rapidly. The light fire was burning for two hours, with
weaving started (Plate 3d). Even after the sinking into pauses.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 329-337. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 333
Plate 2. a) Broken stone slabs as the base for the oven; b) Layer of clay on top of the stone substruction; c) Potshards impressed into the layer
of clay; d) Forming the inclination – layer of clay.
Plate 3. a) Forming the inclination – potshards; b) The oven floor; c) Construction of the oven wall; d) Construction of the oven wall (weaving).
Plate 4. a) Construction of the oven wall (clay with chaff); b) Making the wooden construction for the oven top (weaving); c: The oven;
d: Lightning fire inside the oven
Plate. 5. a) Red stain; b) Hole in the oven; c) Oven with the new top; d) Baked bread inside the oven.
ANA ĐURIČIĆ
The next day, the fire was started with the intention structure during the winter period, especially if
of bread baking. The fire was lit inside the oven, and we assume that it was reheated from time to time,
after an hour, the ember was taken out of the oven and that some amount of ember remained inside
with a wet moth, the loaves were put in, and the ope- smoldering.
ning was closed with a wooden plate, and sealed with
wet moths sprinkled with ash. Loaves of bread were f. It is more economical than the open fire as less
supposed to be baked for an hour, just by the heat that wood is necessary for cooking, or heating.
the dome and the flooring had accumulated. Unfor-
tunately, the oven was not dry enough to accumulate g. The floor didn’t crack in the areas with the potsha-
the heat, as it used it for further drying. It resulted rds subtractions, it collected its humidity and had
in unbaked bread. By accident, ember from the oven the same function as the chaff added to the clay for
was put on top of the oven it, while the fire was still the wall construction – giving the flexibility to the
inside the oven. The next day a reddish stain sowed, clay while drying and allowing it to withstand high
and the heavy cracking appeared on the same spot temperatures.
that the ember was on (Plate 5a). The oven needed
to be repaired, by creating another top. The top was h. The willow branches were too thick and brittle,
spanked with water, and after small amount of time, suggesting that the season we picked for the
the reddish area crashed, leaving a whole on the top experiment was wrong, indicating that they were
of the oven (Plate 5b). The crashed fragments were built during the spring time, when the vegetation
now bright red and a real daub was created (hard, red is luxuriating, containing high level of water, so the
with imprints of wooden construction). branches are thinner and more flexible.
The top was redone in the same technique, and it was i. The fire had to be started inside the oven, because
put on top of the old one (Plate 5c). After that the oven of accumulation of the heat, and none of the other
was left to dry on its own for a week, in the shade. possibilities are plausible like transporting the
After that, for the next week, every two days, ember ember from some other place.
from the fire lit in the fire pit next to the oven, was
put inside the oven to slowly dry it. At the end of the j. The daub was formed when the heat was coming
week, the experiment with bread baking was conduc- from both sides of the wall (active fire within, and
ted again, this time, with more success. The loaves ember smoldering on top), and after the contact
were almost completely baked, and addible. After a with water. This has still to be proved with other
week, the experiment was repeated, but this time, experiment, but this was observed during this one.
the loaves were perfectly baked (Plate 5d).
k. In this case, three layers of floor and tree substruc-
tions were created, but, they were all part of the ini-
4. RESULTS tial building faze. So, this case should be had in mind
when analyzing ovens found during the archaeolo-
a. You can only use clay, not any other type of soil. gical excavations. Many floors doesn’t necessarily
mean long period of consumption, but it can all be
b. 370 kg of clay was used initially, and 470, after the part of the same process. Also, the top had to be fixed
reparation. after just the first use, not after a long time.
In the Vinča culture, there are other types, with diffe- CRNOBRNJA, A. (2011): “Arrangement of Vinča
rent kinds of flooring or dome shape. It is necessary culture figurines: a study of social structure and
organization”, Documenta Prahistorica XXXVIII,
to conduct other experiments featuring different
pp. 131-147
types, and compare the results, technique and its
properties. For now, we know that that it is a hard ФИЛИПОВИЋ, М. (1951): “Женска керамика код
балканских народа”, Српска академија наука,
labor and long lasting process that would be extre-
Београд.
mely difficult for just one person to undertake. This
opens the door for other tests, and other perspecti- ЈОВАНИВИЋ, Б. и ГЛИШИЋ, Ј. (1961): “Енеолитско
насеље на Кормадину код Јакова”, Старинар XI,
ves on the same type of structure including the eco-
pp. 113-139.
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nately, not enough attention has been paid on them, ПЕТРОВИЋ, Б. (2001): “Модел неолитске пећи из
but they can probably give more answers to the life Прогара”, Годишњак града Београда XLVII-
in a certain house, not just data about their shape or XLVIII, pp. 11-20.
a number of floors. They can indicate zones of acti- STEVANOVIĆ, M. (1985): “Izgradnja i rušenje kuća u
vities or space division (Трипковић, 2007). Although vinčanskoj kulturi eksperimentalno arheološko
near ovens remains of food or tools for food pre- istraživanje”, nepublikaovani magistarski rad,
paration, such as storage bins, pithoi, querns, and Beograd.
remains of carbonized grain, are most commonly STILES, D. (1977): “Ethnoarchaeology: A Discussion
found, (Todorović 1981; Bogdanović, 1988; Тасић et of Methods and Applications”, Man, New Series
al., 2007), there are other artifacts that indicate other 12 (1), pp. 87-103.
activities that include ovens. In the Vinča culture ŠLJIVAR, D. i JACANOVIĆ, D. (2005): “Zoomorphic
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 329-337. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 337
L’Incoronata (Italy). Aerial photography of the hill. Fouilles et
recherches à Incoronata (Mario Denti, dir.) Centre Jean Bérard.
4.4. L’INCORONATA (SOUTHERN ITALY):
CERAMICS PRODUCTIONS AND IDENTITIES
IN A VIITH CENTURY BC GREEK-INDIGENOUS
POTTERY WORKSHOP. BEYOND THE
DIFFERENCES
L’ INCORONATA (SUR DE ITALIA): PRODUCCIONES CERÁMICAS E
IDENTIDADES EN UN TALLER CERÁMICO INDÍGENO-GRIEGO DEL SIGLO VII
AC. MÁS ALLÁ DE LAS DIFERENCIAS
Clément Bellamy1 and Mathilde Villete2
Abstract Resumen
The structures we still unearth are characterized Las estructuras que todavía estamos sacando a la luz
by the association of both Indigenous and se caracterizan por la asociación de cerámica, tanto
locally produced Greek pottery, within the same Indígena como de producción griega local, en los
stratigraphic contexts. It allows us to observe a mismos contextos estratigráficos. Ello nos permite
‘middle ground’ between these two craftspeople la posibilidad de observar un “punto de conexión”
communities. Sometimes, attributing a sherd to one entre estas dos comunidades artesanas. A veces, la
production or another seems impossible, or at least atribución de un fragmento a una producción u otra
irrelevant. parece imposible, o al menos irrelevante.
Here we will talk about the issues of ‘mixity’, Aquí hablaremos de cuestiones de “mezcla”,
hybridity and identity, and about the sharing of hibridación e identidad, así como sobre el reparto
areas, know-how and technical skills through de áreas, de saber y de habilidad de las técnicas,
a critical overview of the various ceramic a través de una visión crítica de las diferentes
productions and craft structures. These themes producciones cerámicas y estructuras artesanas.
will be discussed with some methodological Estos temas serán discutidos con ciertas
perspectives, under different prisms as many as perspectivas metodológicas y bajo diferentes
archaeological, technological, archaeometrical or puntos de vista, englobando lo arqueológico con lo
ethnoarchaeological. tecnológico, arqueométrico o etnoarqueológico.
Key words: Ceramic Workshop, Southern Italy, Palabras clave: Centros Alfareros, Sur De Italia,
L’incoronata, Greek-Indigenous Settlement, L’incoronata, Asentamientos Greco-Indígenas,
Hybridity, Identity, South Italian Iron Age, Proto- Hibridación, Identidad, Edad Del Hierro En El Sur De
Archaic Period. Italia, Periodo Proto-Arcaico.
1 Université Rennes 2, LAHM, UMR CReAAH 6566, Università degli studi di Foggia. [ clement.bellamy@hotmail.fr ]
2 Université Rennes 2, LAHM, UMR CReAAH 6566, Università degli studi della Basilicata. [ mathildevillette@hotmail.com ]
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 339-356. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 339
CLÉMENT BELLAMY AND MATHILDE VILLETE
Fig. 1. Southern Italy map with localization of Incoronata, and topographical organization of the test excavations on the hill (DAO: F. Meadeb,
elaborated by C. Bellamy and M. Villette).
of ceramics attributed to both Greek and Indige- indeed allowed us to hypothesize the existence of a
nous productions. Shape and decorative elements mixed craft area, where both Indigenous and Greek
of those both Greek and Indigenous productions, craftspeople used the same local workshop (Denti,
plus the stratigraphical data, have allowed us 2012: 249-250).
to date those productions to the 7th century BC
(Denti, 2013a: 2). In addition, some artefacts are This scenery can now be easily linked to a variety
hardly ‘culturally’ recognizable and attributable of experiences in the Archaic Mediterranean world,
to a particular production. This leads us to consi- where Greek and Indigenous communities seem to
der a hybrid production. All these elements have have regularly developed various modes of coexis-
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 339-356. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 341
CLÉMENT BELLAMY AND MATHILDE VILLETE
tence as well as local and mixed productions, from ‘artistic influence’, this could be explained by the
the shores of the Black Sea to the extreme-western intensification of social and economic stress: cau-
Mediterranean basin (Tréziny, 2010). sed by external factors of course, like the arrival of
the Greek migrants and the economic ‘competition’
At L’Incoronata, the vision of a possible coexistence due to the imported Greek pottery, but probably
between Greeks and Indigenous elements has not along with internal factors such as competitive inte-
always been accepted1, in accordance with the tena- raction between regions (Herring, 1998: 162). But
cious historiography of the so-called Greek ‘coloniza- then, should we consider this matt-painted ceramic
tion’; even if at the time of this discovery, D. Adames- as an ethnic indicator? This assumption depends on
teanu, superintendent at the time, already foresaw a the idea that objects and decorations have meanings
Greek-Indigenous cohabitation on the hill (Adames- behind their basic function, and that these meanings
teanu, 1974: 73-75). While this Greek-Indigenous can be understood. The argument is that the regio-
coexistence is not questioned on the archaeological nally differentiated phases of matt-painted vases are
ground any more, our analysis will now be dedi- the physical expression of the Indigenous communi-
cated to the terms and the materialization of this ties’ cultural identity. In areas where competition for
interaction. resources is low, the cultural ‘distinctiveness’ is not
important, and ethnic information is not expressed
on the material culture (Herring, 1998: 12). But if the
2. IDENTITIES AND CERAMIC PRODUCTIONS competition is stressed, must we can expect an ‘eth-
nic response’ through material culture?
We will focus here on a few significant examples,
often taken among the Indigenous matt-painted pot- In the same context, beside this Indigenous produc-
tery production2, as well as on some more problema- tion, a smaller quantity of locally produced Greek
tic elements, which have already started to be discus- pottery has been identified, i.e. one Greek for four
sed elsewhere (Denti, 2009b; Bellamy and Villette, Indigenous ones. It has been dated to the 7th cen-
2013). Firstly, let us briefly review the characteristics tury BC, and characterized by a particularly strong
of the 7th century BC productions at L’Incoronata. influence from the Eastern Greek and Cycladic pro-
ductions. This was enough to assume rather quickly
The Indigenous matt-painted pottery, which is that at least part of the migrants had come from
the most widely represented, can be linked to the areas between the Cyclades and the Eastern Greece,
regional style ‘Bradano Late Geometric’ dated by or at the very least consciously claimed themselves
D. G. Yntema between 725 and 690/670 BC (Yntema, from the Eastern Greece cultural sphere, using it to
1990: 159), and the following style ‘Bradano Sub- create a new “cultural identity” (Denti, 2002).
Geometric’, dated between 690/670 and 640/620
BC (Yntema, 1990: 169). This matt-painted pottery This short presentation, deliberately dichotomous,
is particularly characterized by a geometric deco- brings out two issues: why working side by side and
ration, highly enriched since the ‘Bradano Late still maintain two specific productions? In this par-
Geometric’ period with motifs borrowed from the ticular context, what do recurring terms such as
Greek repertoire, such as meanders (Fig. 2) and identity, cultural or ethnic identity, really mean and
squared lozenges (Fig. 3), along with local innova- imply?
tions such as the appearance and the development
of the bichrome painting. This punctual introduction We have to remember that we are dealing with a
of new elements does not make part of the ‘natural’ period where identities are not ‘set’; they are being
development of ceramics (Herring, 1998: 8). There constructed, precisely through observation and
are many innovations between the late 8th and the mutual recognition of the ‘other’ (Denti, 2009b: 85)
early 7th century BC, in a presumably relatively short and therefore through the interaction phenomena
period, maybe 30 years. Rather than a simplistic that we are studying.
1 As it can be seen for example in the exhibition catalog from 1986 I Greci sul Basento. Mostra degli Scavi Archeologici all’L’Incoronata di
Metaponto 1971-1984, New Press, Como, or simply in the fact that the hill has traditionally been called L’Incoronata Greca.
2 This particular material is studied by one of the authors, Clément Bellamy, in a doctoral thesis in progress, under the direction of M. Denti
(Rennes 2) and co-directed by M. Osanna (Foggia).
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Plate 1. Incoronata, a choice of Indigenous matt-painted ceramics with motifs of lozenges, all sized 1/1 (except from 7, sized ½). 1: bichromatic,
from feature US37, Secteur 1 (Photo: C. Bellamy). 2, 3, 5: monochromatic, from feature US37, Secteur 1 (Photo: C. Bellamy). 4: bichromatic,
from feature US15, Secteur 4 (Photo: C. Bellamy). 6: monochromatic, from feature US3, Secteur 4 (Photo: C. Bellamy). 7: monochromatic, from
the so-called oikos, Saggio E, Orlandini’s excavations (DAO: C. Bellamy). 8, 9: bichromatic, from pit 1, Saggio P, Orlandini’s excavations (DAO: C.
Bellamy).
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CLÉMENT BELLAMY AND MATHILDE VILLETE
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Plate 2. Incoronata, examples of hybridity, all sized 1/1 (except from 4, sized ¼). 1: Indigenous bichromatic matt-painted ware with meander,
from feature US37, Secteur 1 (Photo: C. Bellamy). 2: Indigenous monochromatic matt-painted ware with maltese cross, from feature US37,
Secteur 1 (Photo: C. Bellamy). 3: Indigenous bichromatic matt-painted ware with Meanderbaum, from pit 1, Saggio P, Orlandini’s excavations
(DAO: C. Bellamy). 4: Greek figurated deinos, with unique motif of a kind of curtain between the horses, from the so-called oikos, Saggio T,
Orlandini’s excavations (Photo: M. Denti).
Without any prejudice on the merits of concepts or even cultural identities, whereas those can only
borrowed from anthropology, such as cultural identity be very partially approached, if we take into account
or ethnic identity, it is worth noting that the current the heterogeneity of the material, the lack of contem-
actors of anthropological and ethnographical discipli- porary texts, and the very little information available
nes increasingly tend to distrust or even abandon the on daily life? Or should we perhaps limit ourselves to
notions of culture and ethnicity, especially when they talking about visible phenomena, like certain material
lead to simplistic and rigid equations like ‘material cul- hybridity? But should we apply this hybridity to other
ture = ethnic group’, or other equivalences linking eth- levels of the organization of society?
nic groups to fixed geographic areas (Boissinot, 1998:
20-21) (Dores Cruz, 2011: 343) (Gosselain, 2011b: 11). The concept of hybridity is nowadays used in a cons-
When Levi-Strauss defines what a culture is, by taking tantly growing number of works in both anthropolo-
over the tylorian definition, he notes that culture, as a gical (Burke, 2009) and archeological studies (Van
complex set of symbolic systems, is the ability to be Valkenburgh, 2013), including studies on the Archaic
distinguished among a plurality of cultures, of which Mediterranean World (Balco, 2012: 24) (Kleibrink and
exchange is the social fundament (Maniglier, 2002: Masci, 2012: 91-92) (Morel, 2010: 281). This concept
14-16) -this exchange being, in particular, the system effectively overcomes the one-way vision of the Helle-
of don and contre-don. But let us keep in mind that the nization. ‘Hellenization’ is a dangerous term: it implies
traditional tylorian definition of culture brings toge- a one-way phenomenon, along with the domination of
ther elements that, regarding these past societies, one entity on another, since the latter is (or at least
we can barely ‘touch’: arts, objects or knowledge- not seems) structurally, culturally or politically weaker.
to mention other elements such as rules, languages Admitting the existence of hybrid cultures allows to
or beliefs, that we cannot even dare to imagine. Is it perceive a ‘middle ground’ (Malkin, 2005), a hybridized
then possible to speak of ethnic identities, still vague, culture, or rather a culture which is in a process of
hybridization, to use I. Morris’ words. Morris proposed At L’Amastuola, in Puglia, between the end of the
to replace the static Mediterraneanism by the dynamic 8th century and the beginning of the 6th century BC,
process of Mediterraneanization (Morris, 2005: 51) in Greek and Indigenous elements are associated in
which handicraft proves to be a favourable means to different contexts (funerary, votive, domestic): in
exchange ideas, techniques and symbolics between regards to the ceramics, some specimen occasiona-
communities that are not that different. To this extent, lly present a technological and or stylistic hybridity
identity is one of the concerns in the craft strategies, (Burgers and Crielaard, 2007: 113), while the motifs
such as other concerns like innovation (Boissinot, of meanders and lozenges are not rare, the latter
1998: 22) (Dores Cruz, 2011: 351). often associated with the swastika (Burgers and
Crielaard, 2011: 73). D. Yntema wrote elsewhere
To illustrate this idea, let us examine a sample of the that the lozenges, among other motifs, first ‘arrived’
Indigenous matt-painted pottery class unearthed from in this Salento region, before ‘contaminating’ the
the rejected waster’s features. As noticed in other South Italian matt-painted productions from east to
contemporary contexts on the hill, recurring motifs west (Yntema 1990: 206). Typological comparisons
such as squared lozenges can be observed (Plate. can be made between this L’Amastuola site and
2). We are now perfectly sure that these patterns are L’Incoronata. Indeed, we observed at L’Amastuola
from Aegean as well as Eatern Greece inspiration; this local Greek pieces of pottery identified as coming
is proven by a Late Geometric Oinochoe imported from from L’Incoronata and dating from the first half
Eastern Greece and unearthed during earlier excava- of the 7th century BC, particularly in the context of
tions on the hill. It should be reminded that, in addi- ritual deposits, involving a majority of Greek pie-
tion to the squared lozenges, the Meanderbaum motif ces of pottery and some Indigenous ones in sma-
is also present, reproduced at L’Incoronata on both ller quantity. The shapes are mainly associated with
Indigenous bichrome matt-painted pottery (Orlandini, ‘drinking’, and with banqueting or offering (Burgers
1986) (Plate. 1) and locally produced Greek ceramics and Crielaard, 2011: 70-72). Let us not forget that
(Denti, 2000: 797-798). Defining whether Indigenous at L’Incoronata, similar ritual gestures have been
potters were directly inspired from the Greco-Oriental observed at the end of the 7th century BC, into many
style or whether they ‘copied’ off the next-door Greek deposits (Denti, 2013b), involving the same type of
potter, and, in the end, not that important. It seems locally produced Greek pottery service and occasio-
complicated as well to figure out whether the Mean- nally some Indigenous vessels3 (Bellamy, 2013).
derbaum motif had the same symbolic for both com-
munities, and whether the Indigenous potter easily This ritual aspect embodies yet another ‘com-
gave it an anthropomorphic significance (Orlandini, mon ground’ between Greeks and Indigenous; in
1986: 56-57). It should however be noted that this other words, the Aegean migrants seem to arrive
motif has a similar meaning in both communities, and on ‘favourable’ humus. It is tempting to link these
thus bear in mind that there was a common language, facts to the likely high antiquity of the relations-
or at least a shared lexicon. hips between South Italian Indigenous commu-
nities and the Aegean people. We are well aware
This hypothesis is also illustrated by findings in other of many Mycenaean visits in Southern Italy dating
South Italian sites. Already in the 8th century BC in to the Bronze Age, where most of the Mycenaean
Calabria, at Francavilla Marittima, some mixed situa- material found was produced in loco (Graziadio and
tions have been recognized: more specifically where Guglielmino, 2011). This could partly explain why
the ceremonies and rituals would have required a the Greeks arrived in these areas, in some kind of
‘specific instrument’, a new instrument developed by ‘continuity’, which cannot but evoke Homer’s stories
craftspeople using local creativity and external influen- (taking into consideration the time of writing and the
ces, including Levantine and Euboeans influences, and time of the action within the narrative); as well as
where hybridization occurs at technological and deco- explain the Indigenous favourable -we might say
rative levels (Kleibrink and Masci, 2012: 91-93). ‘usual’- reception4.
3 In addition, these data provide a partial answer to the issue of the destination of these productions.
4 As such, we must remember the many nostoi: one can find a summary for the region we are concerned, for example in the article by M.
Denti, “Des Grecs très indigènes et des Indigènes très grecs. Grecs et Oenôtres au VIIe siècle av. J.-C.”, pp. 84-87.
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As a temporary conclusion on those matters, let us Tyrrhenian coast, in a community using another ton-
expose some ethnoarchaeological perspectives. As gue, to exchange metal (Od. I, 184). It reminds us of
exposed earlier, the ethnographic analogy to corre- the important role played by the Greek aristocracy,
late a material culture with ethnic and linguistic previously engaged in this more private and less
identities, or some similar artefacts with continuity autonomous ‘trade’ called prexis (Gras, 1995: 138).
in time and space, is regularly undermined (Dores
Cruz, 2011: 343). Going ‘beyond’ this analogy was one The ceramic production at L’Incoronata was special
of the important issues of our meeting. Nonetheless, and symbolic enough to be linked to the Archaic Medi-
it is clear that the task is arduous, and even some of terranean world’s elites, given the hybrid nature of a
the most enthusiastic supporters of ethnoarchaeo- part of the production (see also Bellamy and Villette,
logy sometimes fancy questioning the usefulness of 2013) as well as the contexts of destination previously
this ‘old new discipline’ (Gosselain, 2011a). In fact, mentioned. These contexts of destination seem to be
one of the fundamental problems of ethnoarchaeo- twofold: in the ritual sphere, as shown by the ritual
logy is the choice of an ‘ethnographic context of refe- deposits identified at L’Incoronata involving locally
rence’, i.e. identifying an appropriate society, which produced ceramics (Denti, 2013b) (Denti and Villette,
should correspond to the image that one has of the 2013); or the funeral sphere, as a grave in Policoro
past populations that are to be studied (Gosselain, seems to point out. This grave is located in a margi-
2011a: 91). This choice is not without consequence, nal position in the archaic necropolis, characterized by
and is particularly complicated in a context which some particularly rich grave goods, including a figu-
does not offer the sacrosanct ‘proven historical and red L’Incoronata-type Greek piece of pottery5 (Osanna,
cultural continuity’ (Gosselain, 2011a: 94). 2012: 18). Therefore, an ideological horizon common
to both Greek and Indigenous élites starts to come out
Nevertheless, some ‘logical’ analogies can be made, more and more precisely of our recent research.
those which make sense if the described features are
related to the universals of properties (Roux, 2007).
Following these precepts, and trying to go beyond the 3. SPACE SHARING AND KNOW-HOW
simple analogy, some remarks - very short to res- WITHIN A MIXED POTTERY WORKSHOP
pect the presentation support - can be made concer-
ning our study subject. About the polysemic aspect of In this part of our work, we will try to understand the
some motifs, it should be remembered, for instance issue of the contact between the two communities,
in the case of the centuries-old Berber motifs, that in the kerameikos of L’Incoronata, and therefore, the
often, the ‘meaning’ does not preexist, but rather is a contact between Greek and Indigenous craftspeople
continuous construction depending on practices, pla- through technology. ‘Mixity’ envisaged within a craft
ces or situations (Gosselain, 2011b: 10), factors that area is not insignificant since it raises the question of
all explain the decoration. The study of M. Dores Cruz the transfer of know-how and technical changes that
in Ghana allowed her to note that the function of a have occurred in the pottery modes of production.
vessel is given by the user, while the function/form/ More than an answer to these questionings, we would
decoration relationship only acquires a symbolic role like to present here research tracks, reflections on
during the use, especially in the context of a ritual the phenomena of contact and diversity, by reflecting
(Dores Cruz, 2011: 347). on how to observe these phenomena with the help of
our archaeological data and material study, as well
At last, in many ethnographic cases, it is quite clear as on the relevance, to this extent, of the contribution
that the elite are the one that controls the contacts of archaeometry and ethnoarchaeological examples.
and exchanges with outside groups (Dores Cruz,
2011: 337). The possession and redistribution of Mixity within a craft area is a delicate theme to con-
imported goods becomes a way of expressing a high sider, especially as there is only few bibliographical
status. Homer highlights this phenomenon when his data (Jacobsen et al, 2009) for the area concerned,
Athena, in the features of King Taphos, landed on the presenting situations comparable to those obser-
5 This figured local Greek pottery strongly reminds the L’Incoronata production, as well as the Policoro’s. Whether it has been produced at
L’Incoronata or elsewhere is not the major issue; but rather is important its presence as an indicator of prestige, in a situation of convivence.
ved on the site of L’Incoronata6. This investigation is presence is further confirmed by the discovery, in the
made possible on our excavation site thanks to the same context, of Greek letters incised on some sherds
discovery of a potter’s workshop dated to the mixed (Denti, 2009a: 126; Denti, 2012: 249), as well as by the
occupation phase of the hill, in the 7th century BC, and excavation of Greek houses, at the foot of the hill of
of which we were able to bring to light the compo- L’Incoronata (De Siena, 2000).
nents of each stage of the chaîne opératoire for cera-
mic production: from clay extraction to ceramic firing We could then consider an exchange of skill between
(Denti and Villette, 2013). these Greeks and Indigenous craftspeople, which
each possessed a particular knowledge of ceramic
As mentioned in the introduction, thousands of pottery production. We are thus going to try to collect proofs
wasters mixed with ash and fragmented kiln pieces of changes in the pottery manufacturing process,
were discovered in 2005 and 2006 in the western part from the technological point of view, on the hill of
of the hill of L’Incoronata, near the southern slopes L’Incoronata, around the arrival of the Greek compo-
(U.S. 37 and 44) (Fig. 4). In this closed context, we find nent, at the end of the 8th century and in the 7th cen-
both Indigenous fine matt-painted and local Greek tury BC. The association of various ceramic produc-
pottery, all belonging to the 7th century BC rejections, tions unearthed on the site (fine ware, cooking ware
although the Greek ones have been found in smaller etc.) within different contexts and phases makes this
quantities. Considering this context and sherds found work possible.
around one of the firing areas of the workshop, we
can demonstrate the existence of a mixed produc- We will therefore analyze the various productions,
tion, betraying in all likelihood, the presence of Greek focusing on the techniques of clay preparation (depu-
craftspeople within the Indigenous workshop (which ration, choice of the temper), techniques of shaping,
was besides already existing in the 8th century BC. surface finishing and firing, before focusing on the
Cf. Denti, 2013a; Denti and Villette, 2013). This Greek mixed organization of the workshop.
Fig. 2. Incoronata, map of archaeological records found in the Secteur 1 by the University of Rennes 2. (DAO: F. Meadeb).
6 A conference organized by Clément Bellamy and Mario Denti took place at the University of Rennes 2, about mixed context, in May 2013.
Another conference organized by Mathilde Villette and Mario Denti on methods of excavation of a potter workshop is expected in June 2014.
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4. CONTINUITY AND TECHNOLOGICAL in our case because this type of production provi-
BREAK THROUGH WITHIN THE PRODUC- des important data concerning the technological
TION OF COOKING AND FINE WARE: THE evolutions, since it has to respect precise physi-
IMPASTO POTTERY7 cal characteristics, in particular to resist thermal
shocks (Picon, 1995b: 143). Within this production,
We shall begin our technological analysis with we can observe various techniques for preparing
the case of the ‘coarse’ ceramic called impasto. clay and carrying out the pots. The paste is more
This production was identified in abundance in or less thick and we observe temper there among
the rejection layers of the workshop. Traditiona- which the size and quantity can vary considerably,
lly, it is a ceramic which is little depurated and betraying choices, additions in the clayey matrix,
non-wheeled. Its main function is culinary, for following a precise order to better resist thermal
food storage or cooking. Its analysis is essential or mechanical shocks.
Plate 3. Incoronata, Coarse ware impasto, Chytrai, deposit, US 2, Secteur 1 (Photo and DAO: M. Villette).
7 This production is the subject of a Master thesis, which will be presented soon, by Solenn Briand, under the direction of M. Denti.
In the ceramic deposits identified on the hill, dated tance to mechanical or thermal shocks. He insists on
to the end of the 7th century BC, we observe coo- the technical choices of craftspeople to get round the
king wares as chytra (marmite/pentola), most of defects of the clay. With this approach, we realize that
which bear traces due to fire. Their paste still pre- the choices made by the craftspeople, from a strictly
sents numerous small tempers, but is homogeneous technical point of view, correspond to an adaptation
(Plate 3). Walls are rather thin but the ceramic is to the natural constraints of their raw material. We
relatively robust. Looking at the context, in which we are thus entitled to wonder about the relevance of the
find a majority of Greek pottery, this type of ceramic research for evolution in the craft practices within a
seems to be attributable to the Greek sphere and production (the coarse ware), highly constrained by
corresponds to a specific culinary use, which is to boil this technical aspect.
food (unknown until today in the Indigenous world).
From a technical point of view, it seems that there is At L’Incoronata, archaeometric analyses were per-
a choice of temper. On the other hand, the quality of formed on the impasto pottery sherds from rejec-
the depuration of the paste is not better than before. tions of the worshop, as well as on chytra of the
Concerning the shaping, it is very difficult to come to more recent phase. These results, coming soon, will
a conclusion on any technical change with the coarse perhaps allow to establish the choice of the tem-
ware dated to the 8th century BC. However, we may pers used in paste of coarse pottery, between the 8th
notice that the shape of pottery and their profile are and the 7th century BC, and to estimate a technical
more regular. change or an adaptation to the quality of the clay, in
order to answer the technical constraints relative to
What can be learned about these considerations is this cooking ware.
that at the end of the 7th century BC, craftspeople
carry out cooking pots presenting walls rather thin
in spite of their numerous tempers. It is probably the 5. THE FINE WARE
presence and the choice of these tempers that con-
fers them a good thermal shock resistance despite The painted fine ware is easily attributable to either
the thinness of the wall. of the two communities, with, on one side, the Indige-
nous geometrical matt-painted pottery (Plate 4) and
Finally, we cannot make any progress on the question on the other side, the local Greek ceramic.
of the structure used for firing this type of pottery. We
would tend to favor the use of an opened area (bon- The Indigenous matt-painted pottery (Yntema, 1990;
fire), to respect low temperatures of firing, which are Castoldi, 2006; Bellamy, 2012) may be well studied as
necessary to preserve a good dilation of the ceramic it is found in large quantity for all phases of the hill:
during its passage on the fire, if the clay is not of very at first, in the earliest phase, dated to the 8th century
high quality. On the other hand, as M. Picon (Picon, BC (cf. Fig. 4, at the pavement US 70). Then in layers
1995b: 144) pointed out, a low-temperature firing does connected to the 7th century BC workshop, and finally
not convey a good resistance to mechanical shocks, in the deposits of the most recent phase, at the end
and makes it necessary to create ceramic pieces with of the 7th century BC.
a thick wall, which is not the case here. Moreover, a
firing in bonfire does not allow controlling the tempe- The manufacturing of this type of ceramic is attes-
rature, which is quite important if we want to keep it ted within the workshop of the 7th century BC by
low. We may also note that very numerous sherds of wasters discovered in rejections in the south-wes-
impasto were discovered in the rejections of the wor- tern part of the hill (US 37) and by other wasters (US
kshop zone, upon contact with kiln pieces. 145) trapped in the remains of a kiln, further north.
They may be dated to the 7th century BC (Denti and
The contribution of ethnoarchaeology is very interes- Villette, 2013).
ting in this case, because, as underlined by M. Picon,
it is very useful in understanding the technological Whether for the 8th or the 7th century BC, no signi-
choices of the potters (Picon, 1995a: 135). In a study ficant change is perceptible in the preparation of
which he led in Morocco (Picon, 1995b), he was preci- the clay used to make this production. It constantly
sely able to put in relation the quality of the clay used appears depurated through the same process. On
in the production of pottery pieces and their resis- the other hand, we observed a change, between the
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Plate.4. Incoronata, traditional Greek form
cup, not wheeled, with Indigenous-made
decoration, from feature US37, Secteur 1
(Photo: C. Bellamy). 5 cm
10 cm
10 cm
L’INCORONATA (SOUTHERN ITALY): CERAMICS PRODUCTIONS AND IDENTITIES IN A VIITH CENTURY BC GREEK-INDIGENOUS POTTERY WORKSHOP. BEYOND THE DIFFERENCES
8th and the 7th century BC, which concerns the sha- logical change that occurred around the turn of the
ping. Found in the features which covered the oldest century, it seems, at first sight, that Indigenous or
pavement (Denti, 2013a) dated to the 8th century BC, Greek craftspeople have chosen different pigments
this ceramic has a rather irregular shape, its walls and have used different methods to apply their paint
are rather thick and awkwardly regularized (Plate except on some sherds which have already been dis-
5). Pottery found in the contexts of the craft area, cussed elsewhere (Bellamy and Villette, 2013).
dated to the 7th century BC, have on the other hand
a very regular shape and relatively thin walls. They Finally, as regards the firing features used for Indi-
are very well regulated and we observe the traces of genous matt-painted pottery, there is no doubt that in
this smoothing on their surface (Plate 6). the 7th century BC, they used features like kilns. This
assertion is based on the archaeological data briefly
For D. Yntema (Yntema, 1990: 145, 154 and 165), as evoked above, i. e. that Indigenous wasters dated to
for M. Castoldi (Castoldi, 1986:76) or O. Pancrazzi the 7th century BC were literally found stuck on kiln
(Pancrazzi, 1979:139) the matt-painted pottery is pieces, along the firing feature US 130. On the other
hand-made or slow-wheel made, throughout both hand, the Indigenous wasters from the rejection US
centuries. We are sometimes doubtful, nevertheless, 37 were discovered upon contact with big kiln pieces,
in front of certain perfectly regular pieces of pottery among which a perforated kiln floor (Denti and Ville-
from the workshop of the 7th century BC, which pre- tte 2013). We can therefore consider that the Indige-
sent particular traces that might be attributable to nous matt-painted pottery dated to the 7th century BC
the use of the potter’s wheel, as M. Castoldi (Cas- was fired in two volumes kilns with perforated floor.
toldi, 1986: 76) already underlined. Anyway, there is Even without this discovery, we could already notice
an evolution in the attention brought to the shaping of that the Indigenous painted pieces of pottery dated
the Indigenous painted fine ware, between the con- to the 7th century BC were homogeneously fired and
texts of the 8th and those of the 7th century BC. Should that the consistency of the paste appears fired as
this change be attributed to the arrival of Greek well (D. Yntema indicates a firing at 900° C. Yntema,
craftspeople on the hill, working beside the Indige- 1990:156; the bichrome pottery of Sala Consilina is
nous craftspeople? Or on the contrary, to a ‘natural’ fired between 850 and 900° C: Settembrino et al.,
process of evolution in the technical choices of the 2006: 39). As already mentioned above, craft pottery
Indigenous potters? Should we, in this case, imagine traces dated to the 8th century BC were highlighted in
other intrinsic socio-cultural factors to the Indige- the same part of the hill. Evidences of this craft are
nous community for the choice of pottery shaping, at supplied by a large quantity of misfired and some dis-
the beginning of the 7th century BC? torted sherds. Besides, on pieces of pottery from the
oldest pavement layer (US 68), we observe that the
Another change, which takes place between the 8th firing is not uniform. Thus, we might think that this
and the 7th century, is the emergence of bichromy in ceramic firing was done in bonfire where the firing
the Indigenous painted fine ware (Yntema, 1990: 72). control is difficult, causing differences of exposure to
We will not dwell on this change which seems to have fire. However, a trapezoid adobe element was disco-
happened without any external influence (Yntema, vered with these sherds (Denti and Villette, 2013), as
1990: 72) (Castoldi, 2009: 241). However, from a tech- well as other unidentified pieces which could suggest
nical point of view, this bichromy implies new pig- that an adobe feature was used for firing.
ments choices (Castoldi, 2009: 239). By observing the
painted decorations made on potteries with a micros- We shall end this development with some short tech-
cope, or even a binocular, we can identify significant nological observations concerning the local Greek
differences with the paint used in the local Greek painted fine ceramic. First of all, from the clay pre-
ceramic: paint used for Indigenous pottery is very paration point of view, the paste contains here few
opaque, homogeneous (Pancrazzi, 1979: 139) (Plate. tempers as well, and seems very well depurated. As
7), whereas it appears more diluted in the case of the regards their shaping, the potter’s wheel is used. It is
Greek ceramic (Plate. 8). Similarly, the color tones visible as much as by the regular traces left on their
seem different). Again, we hope that the results of internal walls than by the regularity of the shape
the archaeometric analyses will help us to identify or by the extreme thinness of their wall. It does not
the origin of the pigments used in the paint. In any seem that such thinness is reached in Indigenous fine
case, even if the bichromy appears to be a techno- ceramic. It is although probably not to be attributed
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Plate.7. Incoronata, indigenous bichromatic
sherds, from workshop rejection, US 37,
Secteur 1 (Photo: C. Bellamy).
5 cm
10 cm
L’INCORONATA (SOUTHERN ITALY): CERAMICS PRODUCTIONS AND IDENTITIES IN A VIITH CENTURY BC GREEK-INDIGENOUS POTTERY WORKSHOP. BEYOND THE DIFFERENCES
to a lack of knowledge, but rather to the type and to ved. However, considering the good depuration of
the function of Indigenous vessels. We have already clay used for the Indigenous fine ware dated to the
mentioned a different choice of pigments used in the 8th century, it is likely that Indigenous craftspeople
paint. Finally, wasters of local Greek ceramic beside already used clay settling basins or other techniques
the Indigenous ceramic, within the firing rejection to clear the clay of its impurities. On the other hand,
context, let us claim that these two fine ceramic pro- differences have been recorded in the filling of basins
ductions were fired in the same firing feature a kiln. discovered in Secteur 4 excavated by the Université
Rennes 2; these differences may indicate a differen-
We would obviously be tempted to imagine that Greek tiated use in time of these features. While the circular
craftspeople have imported with them the type of kiln pits were filled with some ash containing Indigenous
with two volumes like those represented on pinakes and Greek ceramic (Denti, 2010: 316) (Denti, 2012:
of Penteskouphia (e.g. F 893: Cook, 1961) (Hasaki, 239) (Bellamy and Villette, 2013), the rectangular pit
2002) (Cuomo di Caprio, 1984). We also would be has an organic filling, with very few sherds, that are
tempted to think that the leveled kiln (US 130) disco- only of Greek manufacture.
vered at L’Incoronata dating back to the 7th century
BC corresponds then to a change in firing methods. Regarding the organization of the shaping, while
To be able to assert it, it would be necessary to know we know that local Greek pottery is wheeled, it is in
the firing feature used during the Iron Age in Sou- this case also impossible to know how the shaping
thern Italy and which remains unknown at the time. was organized. The only archaeological evidence
Is this absence due to the lightness of these features on this matter is the discovery of the crapaudine
in the Iron Age, as was able to suppose N. Cuomo (bearing stone) of a potter’s wheel (Denti, 2013a:
di Caprio (Cuomo di Caprio, 2007: 502) and would be 18). Besides, no trace of the location of this wheel
consistent with a change in firing feature with the was identified. It is thus impossible, at the time,
arrival of the Greek component? Or is this absence to identify areas where this activity took place and
to be put in connection with the difficulty to recognize even more to claim to understand if Indigenous or
these features? Greek craftspeople worked side by side. The eth-
noarchaeological studies are, from this point of
view, of no help, especially since the organization
6. WHICH DATA HAVE WE TO OBSERVE of the current traditional workshops (e.g. Nijboer,
SHARING IN THE CRAFT AREA? 1998) (Cuomo di Caprio, 2007: 261) is not compara-
ble to the archaeological remains of the workshop
In connection with the technological observations organization of the 7th century BC.
mentioned here, we can emit some propositions con-
cerning the organization of the craft area, by crafts- It is during the phase of firing that the ‘mixity’ on
people of both communities. First of all, it appears the site is revealed: Indigenous and Greek wasters,
very delicate to formulate any hypothesis about a rejected in the same layer, suggest that craftspeo-
differentiated management by one or another com- ple of both communities fired their pottery in a close
munity for the supply in raw material. Based on area, and perhaps even in the same kiln.
examples of other potter’s workshop, or on ethnoar-
chaeological examples (e.g. Bazzana et al., 2002: 53) In spite of the complexity to identify, in an archaeo-
(Settembrino et al., 2006), we can consider that both logical sense, the craft area organization between
communities stocked up with raw material locally, craftspeople of different origins, this last conside-
especially as the hill of L’Incoronata is in itself a clay ration reveals that these craftspeople could share
deposit. Concerning clay preparation, we noted that the same feature or the same area. Typological,
both communities are familiar with the principles of stylistical and technical differences could be kept
clay depuration, with the aim of realizing fine ware. by Indigenous craftspeople in their pottery concep-
This suggests that the clay settling basins (Denti, tion while various changes could be attributable to
2012) (Denti and Villette, 2013) excavated on the hill the arrival of the Greek component. If, of course,
have been used by Indigenous and Greek craftspeo- these observations prove to be systematic, to be
ple. Without any dating allowing knowing when they true for all productions on various chronological
were used, it is impossible to know whether these contexts, then perhaps we could speak of techno-
basins already existed when Greek craftspeople arri- logical hybridity.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 339-356. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 353
CLÉMENT BELLAMY AND MATHILDE VILLETE
7. CONCLUSIONS ACKNOWLEDGES
Although it has been questioned for a long time, mixed We would like to thank the organizers of the collo-
occupation between Greek and Indigenous communi- quium, who offered us the opportunity to publish our
ties is today archaeologically well attested on the hill works here and for their pleasant welcome at Gra-
of L’Incoronata, in the 7th century BC, in particular with nada. We also thank Gaëlle Beuvelet for her impor-
the sharing of a potter’s workshop. This craft area, as tant help in the translation and the proof reading of
well as the complex stratification of the site, provides this article, and Solenn Briand for her help on the
us with a privileged situation to understand this phe- impasto pottery.
nomenon of contact, also observed in all of the Medi-
terranean Basin at the same period.
BIBLIOGRAPHY
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8 This contribution has been written in 2013. We invite the readers to examine our later papers, where they should find some adjourned data,
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CLÉMENT BELLAMY AND MATHILDE VILLETE
Abstract Resumen
El objetivo de este proyecto es reproducir el proceso This project wants to reproduce the process of
tecnológico de la cerámica ibérica, desde el trabajo Iberian pottery from the quarry to the development
en la cantera hasta el procesado técnico requerido of ceramic objects. Most of processes and the high
para su ejecución. Aunque la cerámica ibérica es el technical level required to produce Iberian pottery
fósil director más representativo que recuperamos are still not well known, although Iberian pottery
en las excavaciones arqueológicas, la mayor parte is the most representative archaeological fossil
de los procesos tecnológicos no son bien conocidos. we recover from the excavations of this period. In
En 2007 se inició la primera fase de la investigación 2007 began the first phase of the research involving
de este proyecto de investigación, consistía en la the scale replica of the Iberian kiln of Casa Grande
construcción actual de un horno ibérico en Casa (Alcalá de Júcar, Albacete ) and using materials
Grande (Alcalá de Júcar, Albacete). Para ello se and techniques that archeology has documented.
utilizaron tanto los materiales como las técnicas de Where archeology does not provide sufficient data
manufactura documentadas arqueológicamente. En ethnographic parallels have been used. Some
los casos en que la arqueología no ha proporcionado of these parallels are found in the same Catalan
suficientes datos se ha recurrido a los paralelismos locality, Verdú, where experimentation is been
etnográficos. Algunos de estos paralelismos se performed. Verdu has an uninterrupted tradition of
encuentran en la misma localidad catalana, Verdú, five hundred years of ceramic production. Until now
donde se ha realizado dicha experimentación. Verdú, a two chambers up-draught kiln has been built and
cuenta con una tradición alfarera de más de 500 a first firing of the empty kiln has been performed
años ininterrupidos. Hasta ahora se ha construido un to ensure stability and bake the bricks of the most
horno con dos cámaras y se ha realizado una primera sensitive areas of the grill. The four different levels
cocción con el horno vacío, con ello se pretende thermocouples installed in the furnace make a
garantizar la estabilidad y hornear los ladrillos de maximum temperature of 600°, probably due to the
las zonas más sensibles de la parrilla. Los cuatro fact that the oven was empty. In the second phase
niveles diferentes termopares instalados en el several potters of Verdú are modeling replica of
horno consiguen una temperatura máxima de 600 Iberian vessels to load for the first time the kiln
°C, probablemente debido al hecho de que el horno and cook them. This experiment will allow us to
estaba vacío. En la segunda fase, del proyecto, se understand the functioning of a vertical circulation
utilizaron las réplicas realizadas por varios alfareros furnace, the oxidation reduction process of the
de Verdú para realizar la cocción. Este experimento ceramic in Iberian period, the study of temperature
nos permitirá entender el funcionamiento de un control, the cooking process in all its complexity,
horno de circulación vertical; el proceso de reducción the effects of the ceramic sandwich and many other
de la oxidación de la cerámica en la época ibérica, aspects.
a la vez que permitirá realizar el estudio de la
regulación de la temperatura, el proceso de cocción Palabras clave: Up-Draught Kiln, Iberian
en toda su complejidad, los efectos de la pasta Pottery, Replication, Experimental Archaeology,
sándwich de cerámica y otros muchos aspectos. Experimental Firing, Ceramic Sandwich.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 359-374. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 359
RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
Imagen 1. Situación del horno experimental en la finca d’Enric Orobitg, en la localidad catalana de Verdú, comarca del Urgell.
1 ALBAREDA, M.C. (1984): Notes històriques sobre la terrissa i els terrissaires verdunins. Tesina Inédita. Universitat de Barcelona.
en la zona del Raval, Carrer Nou, Margorell y Carrer Un segundo objetivo es conocer la organización
Aurora, éste último también conocido antes con él interna de un horno ibérico. La carga y descarga de
sobre nombre de calle de los Cantareros (Boleda, un horno no era una tarea fácil y su buena conse-
1994, 117-122) (Farré, 1998: 118). La presión demo- cución aseguraba una menor merma después de la
gráfica y el riesgo de incendios obligan poco a poco cocción. El correcto apilamiento de las vasijas, de
a instalar los hornos lejos de la población y se con- todos los tamaños, dentro del horno obliga al uso
centran básicamente en la calle Sant Miquel, tal de soportes de diferentes formas que mejoran la
como demuestra el catastro de 1716 (Farré, 1998: estabilidad de las piezas crudas de arcilla. La carga
118). A lo largo del siglo XIX los centros cerámicos y descarga sólo por una puerta lateral condiciona
de Verdú llegaron a producir más de un millón y los tempos de trabajo del artesano. Esta operación
medio de piezas anuales (Mostra de terrissa popular es delicada y su experimentación puede aportar
catalana 1991). Existían entonces unas treinta alfa- muchos conocimientos sobre el proceso de trabajo
rerías. La técnica de la fabricación en negro o terra de esta artesanía ibérica.
fumada es introducida en la segunda mitad del siglo
XV por el ceramista Antoni Guasch, procedente de Un tercer paso importante es el encendido del horno
la Selva del Camp (Boleda, 1994: 119). Pero la tra- y la cocción de las vasijas durante muchas horas.
dición cerámica es anterior, como hemos visto, ya La experimentación de este proceso final aportará
que hay constancia del hallazgo dentro del recinto datos sobre temperaturas, control de éstas, estabili-
amurallado de Verdú de dos hornos de mediados del zación del horno, a la vez que ayudará a comprender
siglo XIII y XIV (Riu, 1990: 112). el proceso de producción cerámica como el principal
condicionante de los estilos cerámicos ibéricos, la
Esta rica tradición cerámica hace de Verdú un lugar cocción de piezas de diferente tamaño, los procesos
inmejorable para la realización de este proyecto de reducción y oxidación en época ibérica.
experimental, dado que ningún miembro del equipo
de firma este trabajo conoce ni domina el oficio
cerámico. Los consejos y experiencia de ceramistas 3. PROYECTOS RELACIONADOS CON LA
como Enric Orobitg, Magí Sambola, Francesc Sam- CERÁMICA
bola, Josep Maria Turull y Josep Font, entre otros,
han permitido la realización de esta experimentación Parte del equipo que firma este trabajo participa en
con las debidas garantías. proyectes relacionados con la arqueología ibérica y
la cerámica. En el mismo municipio de Verdú donde
se realiza el horno se está desarrollando un proyecto
2. OBJETIVOS de investigación arqueológico centrado en la excava-
ción de la fortaleza ibérica de Estinclells (s. III a.C.)
El objetivo de este experimento es conocer el sistema llevado a cabo por el Centre d’Estudis Lacetans, Món
de producción de la cerámica ibérica a través de Iber Rocs SL y el Museu Comarcal de l’Urgell. En
todos los procesos. Es necesario conocer en primer dicho yacimiento se ha podido documentar una gran
lugar las estructuras donde se cocían las cerámicas. variedad de mobiliario cerámico ibérico. Además,
Por este motivo se ha realizado la reproducción a a finales de 2009 nace la idea de crear un campo
escala 1:1 de un horno ibérico de tiraje vertical, el experimental de la protohistoria (CEP) en un campo
horno de la Casa Grande de Alcalá de Júcar, como anexo al yacimiento ilergeta de Estinclells. El obje-
modelo de horno ibérico de gran diámetro. La cons- tivo es crear y concentrar en un solo espacio físico
trucción experimental de esta estructura permite las principales líneas de investigación de arqueología
analizar las diferentes partes de un horno; túnel, experimental del mundo protohistórico: la construc-
cámara inferior, parrilla, cámara superior, puerta de ción, la agricultura y transformación de productos,
carga y descarga, así como la dificultad de su reali- especialmente la obtención de aceite de oliva y vino,
zación. Se ha partido de los datos arqueológicos pero la ganadería y la fabricación de cerámica.
se ha especulado en relación a la cubierta, como se
verá en los posteriores apartados de este artículo. A En lo que atañe a la artesanía cerámica el pro-
su vez se ha experimentado con los materiales docu- yecto experimental incluye también los trabajos del
mentados en la excavación, adobes, paja, arcilla, su horno experimental de la Casa Grande. La evidencia
secado y su preparación. arqueológica, sin embargo, se basa también en los
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RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
Imagen 2. Restitución hipotética del horno de Alcalá de Júcar según Broncano y Coll (izquierda). Restitución hipotética experimental del
mismo horno en Verdú (derecha).
datos obtenidos de las excavaciones en curso del Durante el bienio 2012-2013 se construirán dos de
yacimiento de les Hortes de Cal Pons (Pontons, Alt los hornos del yacimiento de Hortes de Cal Pons en
Penedès), excavado por el mismo equipo. Se trata las instalaciones del CEP, en el marco de unas ayu-
de un asentamiento especializado en la producción das concedidas para la investigación por la Caixa,
de cerámica ibérica, especialmente ánfora, donde se Recercaixa 2011.
han localizado hasta ahora un total de seis estruc-
turas de tipo horno. Estas estructuras presentan El mismo equipo de investigación interviene en la
cámaras de cocción de planta circular sobre una reexcavación de otro horno cerámico ibérico en
cámara de cocción elíptica con pilastra central que Valls del Foix/els Casalots (Torrelles de Foix, Alt
soporta una parrilla. Penedés).
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 359-374. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 363
RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
los cuales no hay restos. También se considera la de los vientos locales más persistentes. Para poder
posibilidad que el laboratorio estuviera cubierto acceder a ella se ha habilitado una rampa. Para la
con una cúpula esférica rebajada. La solución de construcción del muro perimetral del horno se han
construir una cúpula esférica rebajada de 285 cm elaborado 236 adobes de 48 x 24 x 9 cm que se han
de diámetro descansando sobre un muro de 36 cm distribuido en 10 hiladas de 17 adobes cada una,
de anchura y altura indeterminada tampoco es posi- más dos hiladas de 33 adobes2.
ble. Una cúpula de estas características produciría
unos esfuerzos considerables encima de los muros, El revestimiento de la cámara de combustión del
fuerzas verticales y horizontales. Estas últimas no horno se inicia desde una pequeña rasa de cimenta-
podrían ser absorbidas por el muro sin la presencia ción. De hecho sabemos que el horno original des-
de contrafuertes o sunchos. Por todas estas razo- cansa sobre el terreno geológico y sólo aparecen
nes se cree que el horno no estuvo cubierto por una piedras en la zona de la boca. La técnica utilizada
cúpula y que el laboratorio era un cilindro que se para la elaboración del aparejo de la cámara en las
cubriría cada vez que se cargaba el horno. cinco primeras hiladas es la colocación de los ado-
bes de mayor tamaño “a sogas” unidos con barro
elaborado con la misma tierra usada en la elabora-
5. CONSTRUCCIÓN DEL HORNO (2007-2013) ción de los mismos. A partir de la sexta hilada los
adobes sobresalen hacia el interior creando un sis-
La ubicación exacta del horno experimental se tema de falsa cúpula, y a partir de la décima hilada
encuentra en las instalaciones del ceramista Enric los adobes se colocan “a tizón” continuando el sis-
Orobitg, ceramista experimentado que ha construido tema de falsa cúpula. La pared del horno del Alcalá
un horno de estilo moruno como réplica de los hor- de Júcar no presenta un cierre uniforme ni conti-
nos tradicionales de Verdú. Dispone de un terreno nuo, ya que los soportes de la parrilla están hechos
anexo a su taller, un antiguo molino harinero del de arranques de arcuaciones de forma hemisférica
monasterio de Poblet de los siglos XVI-XVII, donde que sobresalen del muro.
realiza talleres didácticos destinados a escolares
y que, en un futuro, pretende ser un parque temá-
tico de experimentación y divulgación cerámica. El 5.2. PILAR CENTRAL
horno se ha construido en este terreno anexo, entre
la carretera que va de Verdú al Mas de Bondia y el río Para la construcción del pilar central se han utili-
Xercavins (UTM X 345316.19 /Y 460847.68 o Lat. 41º zado 176 adobes de 30 x 15 x 9 cm. distribuidos en
36’ 44.12’’ N/ Long. 1º 8’ 36.91’’ E). 8 hileras de 22 adobes cada una. Las medidas de
estos adobes son las que tenían los adobes recupe-
rados en la excavación del Horno de la Casa Grande.
5.1. CÁMARA DE COMBUSTIÓN Se levantó con los adobes de menor tamaño colo-
cados con la técnica de “soga y tizón” y siguiendo
La construcción del horno empieza en 2007. Con la el mismo esquema que la pared perimetral, pero
ayuda de una máquina retroexcavadora se excava en este caso, los adobes empezaban a sobresalir
una fosa circular en el lugar donde se va a construir desde la tercera hilada. De esta manera se repro-
el horno, intentando reproducir las dimensiones y ducía la misma curvatura que en el horno original
el sistema de construcción original. Éste se cons- de Casa Grande.
truye en una fosa circular de 3,50 m de diámetro
por 1,80 de altura, directamente encima de la roca, Los adobes se han realizado con arcilla de tejería
adaptándolo al plano inclinado de ésta. De esta proveniente de la cercana localidad de Arbeca, con-
forma la cámara de combustión queda por debajo cretamente de la empresa Excavaciones Vilalta S.L.
del nivel del suelo y, orientada hacia el W, protegida “Turguet”. Esta arcilla se ha pasado por una criba
2 Este proyecto lo está haciendo posible un equipo de arqueólogos, estudiantes y colaboradores excepcional. Roser Hernández, Raquel On-
rubia, Borja Gil, Marta Merino, Silvia Pando, Marta Bernat, Rosa Campanario, Dani Vázquez, Francesc Cantero, Jose Gallego, Marc Romero,
Laura Obea, Víctor Heredia, Alba Jordán, Lourdes Forcades, Marta de la Vega, Aida Alarcos, Carolina Soler, Almudena Yagüe, Daniel Moly,
Sergi Segura, Georgina Castells, Marcel Oliver, Lluís Garcia, Walter A. Alegria, Roger Benito, Enric Orobitg, Noleia Calduch, Josep Pou, Mireia
Crespo, Jordi Chorén, José Miguel Gallego, Ramón Cardona,
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 359-374. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 365
RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
tierno, antes de secarse, fue necesario mover los añadida. Hasta ahora la parte del horno que se ha
troncos mediante un ligero movimiento de rotación restituido seguía un original muy bien conservado y
para evitar que se quedaran pegados y dificultara su quedaba claro lo que se quería conseguir. La línea
extracción posterior. de trabajo para la cámara superior debe partir de
un planteamiento hipotético sobre su configuración,
puesto que no hay suficientes datos que nos den
5.4 CÁMARA SUPERIOR O LABORATORIO evidencia de cómo estaba realizado el laboratorio.
Los escasos centímetros conservados de la cámara
La primera fase consistió en construir el horno superior del horno original no permiten deducir
hasta el nivel de la parrilla. Esta tarea fue en algu- la forma ni la cubierta de dicha cámara. Ya en su
nos momentos difíciles porqué la cámara inferior se momento los arqueólogos Broncano y Coll recurren
derrumbó dos veces por culpa de las intensas lluvias a un informe pericial técnico sobre la estabilidad de
del invierno de 2008 y 2009. Al final en septiembre de una hipotética cubierta en cúpula. Para este estudio
2009 se decide construir un tejado que permita rea- sólo se cuenta con el grosor de los restos de muro
lizar las tareas sin el peligro de la lluvia (Cardona et encontrado.
al., 2011: 417-423).
Para la construcción de la cámara de cocción han
Resueltos estos problemas se plantea la construc- sido necesarios 920 adobes de 30 x 15 x 9 cm (46
ción de la cámara superior o de cocción teniendo en adobes x hilada x 20 hiladas), siempre teniendo en
cuenta la escasez de los datos documentales pro- cuenta la restitución hipotética que hacen los auto-
porcionados por la excavación arqueológica. A partir res de la excavación del horno de Alcalá del Júcar.
de este momento el proyecto presenta una dificultad Los arqueólogos que excavan el horno original
Imagen 5. Estudio hipotético para la construcción de una cámara superior según el sistema de la falsa cúpula.
habían planteado a partir de un estudio de ingenie- mica, hornos de distintos tamaños con la cámara de
ría la hipótesis de un laboratorio de forma cilíndrica. cocción cerrada en forma de casquete que se inter-
Había, sin embargo, diferentes factores que hacían preta como cúpula. En la colección única de tabletas
dudar de esta posibilidad y se realizó un estudio al arcaicas de Penteskoufia en Corinto, se muestran
respecto. 83 imágenes de hornos cerámicos y 16 fragmen-
tos que recogen actividades asociadas a la produc-
En primer lugar cabe decir que muchas de las inter- ción cerámica. En esta iconografía el laboratorio
pretaciones que se han hecho de laboratorios de hor- siempre aparece representado en forma de cúpula.
nos antiguos se han planteado en forma de cúpula. Alguien podría aducir que ésta no es una base sufi-
Muchos de estos hornos son de época romana o cientemente científica que demuestre la existencia
posterior cuando el sistema de construcción en de cubiertas fijas en los hornos. Las imágenes son
cúpula está muy avanzado. También se ha extendido esquemáticas y bien podrían representar el cucuru-
esta forma de ver el cierre de muchos hornos para cho del horno compuesto por fragmentos cerámicos
épocas anteriores. Este argumento no es válido sin en una cubierta no fija. De hecho no podemos estar
embargo por el hecho que muchas de estas recrea- cien por cien seguros que las imágenes representen
ciones no se han elaborado sobre estudios arqueoló- una cosa u otra.
gicos (raramente se encuentran restos de la cámara
superior de un horno) o arquitectónicos. Por lo tanto En tercer lugar tenemos la comparación etnográ-
esta argumentación no puede ser significativa ni fica, valiosa porque se basa en hornos actualmente
válida para considerar el cierre hipotético del horno en uso por ejemplo en el valle de Ourika (Marrue-
de Alcalá de Júcar. cos) y en tantos otros lugares del Mediterráneo como
Verdú. La etnografía nos muestra ejemplos de hor-
La segunda argumentación se basa en las imágenes nos de cubierta fija y ejemplos de cubierta provisio-
antiguas, básicamente griegas. Éstas nos presentan, nal. Muchas veces los hornos sin cubierta fija se utili-
con el condicionante propio del dibujo sobre cerá- zan para cocer vasijas grandes. En algunos casos los
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Imagen 6. Construcción del laboratorio o cámara superior, de la chimenea y del praefurnium
hornos de cubierta estable se utilizan para la reduc- que corresponde a la cuarta hilada, se construye
ción. En otras ocasiones los hornos con puerta de siguiendo el sistema de la falsa cúpula, haciendo
carga y descarga utilizan cubierta fija. No hay un solo sobresalir los adobes hacia el interior entre unos 4
patrón, como se puede ver, que regule la tipología de o 5 cm aproximadamente. De esta forma se consigue
hornos de tiraje vertical. el cierre de la falsa bóveda después de veinte hiladas,
dejando en la parte superior una obertura de 70 cm.
Partiendo de esta argumentación se encargó un estu- Esta obertura se cubrirá total o parcialmente una vez
dio al arquitecto Antoni Martí Falip con el objetivo de este el laboratorio cargado de material cerámico y
valorar la posibilidad que existiera una cámara supe- servirá para controlar el tiraje del horno.
rior realizada con el sistema de la falsa cúpula, a par-
tir del sistema de aproximación de hiladas de adobes.
Se entiende que los adobes respetan las medidas de 6. QUEMA DEL HORNO (2012)
los adobes originales. El resultado de este estudio nos
ha permitido materializar la hipótesis de la construc- Antes de proceder a la quema del horno con el
ción del laboratorio utilizando este sistema. objetivo de asegurar la parilla y dar estabilidad a la
estructura se procedió al revoque de todo el interior
Primeramente se construye el cierre de la cámara del laboratorio. El escalonado de los adobes dificultó
con una pared de adobes dispuestos de forma verti- el enlucido de la superficie, sobretodo en la parte
cal hasta una altura de 0’70 m. Se respeta la máxima superior de la cámara donde los adobes sobresa-
altura conservada del horno original de Alcalá de lían más. Se humedecieron primero los adobes y se
Júcar. La experimentación construye también un aplicó una capa delgada para ir rellenando los ángu-
cierre vertical hasta la altura citada. A partir de aquí, los entre los adobes. Posteriormente con una esco-
billa húmeda se regularizaran las pequeñas grietas tuado. En las zonas donde se aplicó menor grosor de
que provocaba el secado del barro. El revoque se revoque el secado ha sido mejor. También se atri-
cuarteó en algunas zonas por falta de humedad o por buye a las prisas la falta de adherencia del barro a
excesivo grosor. las paredes del horno.
Entre los trabajos previos a la quema del horno está Para tapar parcialmente la chimenea u obertura supe-
también el acabado del praefurnium mediante el sis- rior de la cámara de 0,70 m se deciden construir unos
tema de unir hiladas. Al mismo tiempo se reboza el adobes alargados y estrechos aprovechando los moldes
interior antes de cubrir el túnel. La longitud del prae- de construcción de los muros del horno. Se cogen los
furnium no respeta los datos arqueológicos puesto que moldes menos gruesos y no se rellenan del todo para
el praefurnium original aparece cortado. Comparando conseguir unos adobes más finos. Después de secarse
con otros hornos ibéricos se da una longitud media al al sol se cocerán en un horno convencional del taller de
túnel. Se construyen también las escaleras de acceso Enric Orobitg con la intención que sirvan de tapadora de
al nivel superior y que comunica la zona de trabajo del la chimenea del horno. Esta solución fracasa y la coc-
ceramista ante la boca del horno y la puerta de carga ción a 900º destruye los adobes, seguramente por falta
y descarga del laboratorio, tal como interpretan los de calidad de la arcilla. Ante la inmediatez de la quema
arqueólogos a partir de los datos de la excavación. del horno, se decide suplir los adobes por ladrillos
machihembrados de 90 x 25 x 4 m. La utilización de al
En mayo de 2012 se comprueba que gran parte del menos un elemento cerámico como éste no suponía el
revoque interior del laboratorio se ha cuarteado y uso de elementos extraños y adulteraba mínimamente
está a punto de desprenderse, sobretodo en la parte la situación con respeto a los elementos que se relacio-
media del horno, donde el escalonado es más acen- narían con una chimenea ibérica.
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RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
A mediados de junio de 2012 se ataluda todo el El sensor 0 se sitúa a nivel de parilla y se introduce
exterior del cilindro del horno. Con tierra cribada por la puerta de carga y descarga mientras ésta se
y pastada se tapan las grietas exteriores y se pinta tapia. El sensor 1 se coloca en la parte superior de la
con barro líquido. El talud alrededor de la cámara puerta lateral aprovechando también el momento en
superior dará estabilidad a la estructura y evitará los que esta obertura se está tapiando. Los sensores dos
daños de la contracción dilatación asociada con el y tres se introducen a través de la chimenea supe-
fuego. Este trabajo requiere construir una hilada más rior a diferentes alturas. La estación datalogger de
de adobes por encima del praefurnium que pueda control de los termoaparatos recogerá información
contener toda la tierra que compactará el períme- cada 30 segundos, cada minuto y cada cinco minu-
tro del horno. También se reparan todas las grietas tos. La cocción de la estructura empieza a las 09:00
de la parte superior exterior del horno. Se limpia la de la mañana. Después de 18 horas, a las 03:10 de
zona de trabajo del ceramista ante la boca del horno la madrugada se para la quema y se cierra la boca
y se añade un escalón a la escalera que conduce a la del horno para que empiece la fase de enfriamiento
puerta de carga y descarga. A cada lado de la puerta del horno. Mientras dura la quema se va marcando
del horno se construye un muro de piedras con mor- con barro muy arcilloso de color rojizo las pequeñas
tero de tierra cribada. Estos muros sirven para con- grietas con fugas de humo que se van produciendo
tener la tierra del talud del perímetro del horno. en el exterior del horno y la puerta lateral.
La quema del horno se realiza el día 12 de julio de Hasta el 21 de julio no se revisa la estructura y se
2012. Se cierra la puerta lateral con adobes de toman las primeras fotografías a través de la chime-
dimensiones pequeñas y tierra cribada. Un técnico nea superior. La parilla y el interior del horno están
de la empresa SAF de Verdú instala cuatro sensores. en buen estado. Los resultados pirométricos de los
Imagen 9. Gráfico de temperaturas de la cocción y recogida de muestras de arcilla para estudios arqueométricos.
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RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
Imagen 10. Confección de réplicas cerámicas ibéricas en el taller Sambola de Verdú para futura carga del horno.
Vista la dificultad del proyecto, el ceramista Magí Para realizar la piezas cerámicas no se utiliza una
Sambola propone hacer previamente un estudio de arcilla especial, si no la que usan normalmente los
capacidad del horno mediante un programa de dibujo ceramista de Verdú. En esta fase del proyecto no se
técnico y arquitectura, SketchUp 8 de google. A partir contempla aún la recuperación de arcillas de la zona
de este estudio, que plantea ya una aproximación de y su procesamiento.
la colocación de las vasijas en el interior del horno,
se aprecia que aún hay capacidad en el horno para
más vasijas y se decide ampliar la reproducción de 8. REPRODUCCIÓN DE LA CERÁMICA
las jarras de tipo cervecero a diez unidades más. De
esta forma se podrá hacer una carga homogénea y Como última fase del proyecto, aún pendiente de
global del horno, aunque quedarán espacios e inters- realización, se pretende reproducir la cerámica
ticios que permitirán la carga de piezas de pequeño ibérica. Para ello se imitarán las pastas cerámi-
tamaño, hecho que se discutirá en una fase más cas del yacimiento ya citado de Hortes de Cal Pons
avanzada del proyecto. a través de la recuperación de arcillas del mismo.
El primer paso será analizar arqueométricamente
La propuesta es la siguiente: cerámica previamente muestreada de las diver-
• 30 ánforas sas campañas realizadas en el yacimiento. Para
• 20 jarros cerveceros caracterizar las cerámicas se plantea realizar tres
tipos de análisis:
• 30 cálatos
• 40 jarras de asa de cesto
• Microscopio Binocular: Se quiere realizar un pri-
• 20 jarras pequeñas o gobeletes mer análisis de las características superficiales
• 20 tazas de la pasta para una primera clasificación.
Imagen 11. Propuesta de carga del horno a partir de estudio del ceramista Magí Sambola de Verdú.
• FRX: Con la Florescencia de Rayos X se obten- hornos o no. El análisis consistirá en la cocción de
drán los elementos químicos principales que pequeñas muestras de arcilla previamente tratadas
componen las pastas cerámicas. A partir de para un posterior análisis por FRX y DRX. Asimismo,
estos datos y mediante un posterior análisis también se realizarán ensayos de temperatura de
estadístico se podrán obtener Grupos de Refe- cocción en el laboratorio.
rencia de las pastas.
Aunque una de las hipótesis que se pretende verificar
• DRX: La Difracción de Rayos X permite realizar en este proyecto es la extracción de la arcilla en can-
un estudio mineralógico para identificar fases teras cercanas, se tienen en cuenta los numerosos
primarias, fases de cocción y fases secundarias procesos de cambio a los que puede estar sometida
la arcilla desde su extracción hasta su cocción. Así
Una vez caracterizada la cerámica ibérica se anali- que es posible que no se puedan encontrar paralelos
zarán arqueométricamente las arcillas recogidas en entre los resultados de las arcillas con el de las pas-
canteras cercanas al yacimiento. Para ello se ha rea- tas cerámicas, bien porque se extraían de otras can-
lizado un estudio geológico previo con el que se han teras o bien porque las arcillas han sido muy modi-
verificado las canteras con características más plau- ficadas. Es por este motivo que, a pesar de analizar
sibles para que se pudiera extraer arcilla de éstas. las arcillas, su similitud con las pastas cerámicas
Se trata de arcillas muy plásticas, de color rojo con no resultará una condición indispensable para con-
intercalaciones de yeso y arcillas carbonatadas de tinuar con el proceso de experimentación sino que
color ocre y gris. Ambas se corresponden a niveles será un elemento más a tener en cuenta.
del Keuper, en el mesozoico.
Una vez caracterizadas las arcillas y las pastas cerá-
De este modo se han extraído muestras de distintas micas se procederá a reproducir piezas ibéricas con
canteras cercanas al yacimiento con la finalidad de la misma arcilla que las de Hortes de Cal Pons. Asi-
verificar si las arcillas con las que se hacían las pas- mismo también se intentará copiar las inclusiones
tas cerámicas se extraían en canteras cercanas a los de las pastas que se hayan podido identificar en el
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RAMÓN CARDONA COLELL ET AL.
análisis arqueométrico. Una vez reproducidas las Catalunya, Departament de Cultura i Mitjans de
piezas se cocerán en el horno experimental. Comunicació. Direcció General del Patrimoni
Cultural, Àrea de Coneixement i Recerca. Centre
d’Informació i Documentació del Patrimoni
La experimentación tendría como último paso la rea- Cultural. Trabajo inédito.
lización de un estudio arqueométrico comparativo de
BOLEDA, R. (1994): Carrers i places de Verdú.
las pastas de la cerámica original de Hortes de Cal
Fundació Roger Belfort. Verdú.
Pons con las obtenidas a partir de la experimenta-
BRONCANO, S. y COLL, J. (1988): “Horno de
ción en el horno para poder verificar la plausibilidad
cerámica ibérica de La Casa Grande, Alcalá
de las hipótesis interpretativas. del Júcar (Albacete)”, Noticiario Arqueológico
Hispánico 30, Madrid, pp. 187-229.
CARDONA, R., CHOREN, J., CRESPO, M., GALLEGO,
9. CONCLUSIONES J. M., POU, J., (2011): “Reproducir la cerámica
ibérica: un nuevo reto de arqueología
El experimento de Verdú se encuentra en la fase más experimental”, II Congreso Internacional de
interesante. La finalización del horno ha permitido Arqueología Experimental celebrado en Ronda
2009, (Morgado, A., Baena, J. y García, D. eds.),
plantear su carga y realizar más de un centenar de
Universidad de Granada, pp. 417-423.
réplicas de cerámica ibéricas, hecho que ha supuesto
también un reto para algunos de los ceramistas aún CHASCO, R., OLIVA, D. 1979, “Excavaciones en el
‘Cerro Macareno’. La Rinconada. Sevilla. (Cortes
en activo en dicha localidad. Se ha registrado todo el
E-F-G. Campaña 1974)”, Noticiario Arqueológico
proceso de elaboración de las vasijas ibéricas para Hispánico 7, pp. 1-94.
poder cotejar su producción actual con la eviden-
CONTRERAS, F., CARRIÓN, F. y JABALOY, E. (1983):
cia que la arqueología pueda dar de su modelado
“Un horno de alfarero protohistórico en el Cerro
antiguo. Seguro que algunos detalles relacionados de los Infantes (Pinos Puente, Granada)”, XVI
con la tecnología de la cerámica ibérica podrán ser Congreso Nacional de Arqueología, Seminario de
contestados a partir de la realización de las réplicas Arqueología Universidad de Zaragoza, Zaragoza,
modernas. Éste es el valor de la experimentación. La 1983, pp. 533-538.
inversión económico y de tiempo que supone llenar CUOMO DI CAPRIO, N: (2007): Ceramica in
un horno de estas dimensiones aclara las molestias archeologia 2: antiche tecniche di lavorazione e
que se tomaba el artesano ibérico a la hora de cargar moderni metodi di indagine. Roma.
el horno. Explica el uso de ajustadores o separado- DUHAMEL, P. (1978-9): ”Les fours de potiers”, Les
res para apilar las vasijas de tipología abierta o piezas Dossiers de l’Archeologie 6, pp. 54-66.
complicadas como las ánforas. La experimentación FARRÉ, M. A. (1998): El cantirer de Verdú a l’Edat
está demostrando que era igual de difícil construir un Moderna. Urtx 11. Tàrrega.
horno con garantías que cargarlo para conseguir pro- HASAKI, E. (2002): Ceramic kilns in Ancient Greece:
ducciones exitosas. Una vez el horno estaba lleno y se technology and Organization of Ceramic
encendía, ningún artesano podía estar completamente Workshops. University of Cincinnati. Italia.
seguro de los procesos que sucederían en el interior PADILLA, I. (1984): “Contribución al estudio de
de aquella inmensa caldera. Por eso, los artesanos las cerámicas grises catalanas de época
de la localidad de Quart, en Girona, cuando el horno medieval: el taller, los hornos y la producción
estaba bien tapado, hacían la señal de la cruz y decían de Casampons”, Acta historica et archaeologica
mediaevalia, Annex 2, pp. 100-143.
Que déu hi faci més que nosaltres, que dios haga más
que nosotros. Con la ayuda de los artesanos de Verdú RIU, M. (1990): “Talleres y hornos de alfareros de
y la información del registro arqueológico el horno de cerámica gris en Cataluña”, Fours de potiers
et “testares”, médiévaux en méditerranée
Verdú entra en su fase definitiva. Por si acaso, algunos
occidentale, Série Archéologie XIII, Madrid,
elementos apotropaicos están preparados. Publications de la casa de Velázquez, pp. 105-115.
SEMPERE, E. (1992): “Catalogación de los hornos
de España y Portugal”, Tecnología de la cocción
BIBLIOGRAFIA cerámica desde la antigüedad a nuestros días.
Ponencias del Seminario celebrado en el Museo
ASENSIO, D., CARDONA, R., MORER, J., POU, P., de Alfarería en Agosto (Alicante) del 4 al 6 de
(1995): Memòria de l’excavació al jaciment del octubre de 1990, Asociación de ceramología,
Corral Nou / Hortes de Cal Pons, Generalitat de Alicante, pp. 187-237.
Resumen Abstract
Este artículo muestra los resultados de un This paper describes the results of an
proyecto de investigación etnoarqueológica sobre ethnoarchaeological research project on the
la cadena operativa de la producción cerámica en operational sequence of pottery in several villages
varias aldeas de la zona de El Médéïna (Túnez), y in the area of El Médéïna (Tunisia) and its potential
sus posibles analogías con el repertorio vascular analogies with the Numidian ceramics of the pre-
númida del cercano yacimiento prerromano de Roman archaeological site of Althiburos. One of
Althiburos. Uno de los principales objetivos es the main objectives is to provide interpretive tools
obtener herramientas interpretativas que nos in order to delve into the production technology,
permitan profundizar sobre la tecnología de functionality and uses of some Numidian vessels,
producción, funcionalidad y usos de algunas formas whose typology is perpetuated to the present.
cerámicas númidas, cuya tipología se ha perpetuado
hasta la actualidad. Key words: Ethnoarchaeology, Tunisia, Operational
sequence of pottery, Numidian pottery.
Palabras clave: Etnoarqueología, Túnez, Cadena
operativa, Cerámica númida.
1 Universitat de Barcelona / MÓN IBER ROCS S.L. “Recerca i Difusió de la Cultura Ibèrica”. [ rafeljornet.rocs@gmail.com ]
* Este estudio ha sido realizado en el marco de los proyectos siguientes: 2006 EXCAVA00011 (Generalitat de Catalunya) HAR2009-13045 (Mi-
nisterio de Ciencia e Innovación), HAR2012-39189-C02-02 y HAR2012-39189-C02-01 (Ministerio de Economía y Competitividad).
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RAFEL JORNET ET AL.
Fig. 2. Mapa de la zona estudiada. 1) Althiburos 2) Zona de extracción de arcillas de El Baten 3) El Baten, casa de las hermanas Hasnaoui
4) Zona de extracción de arcillas de El Souidat 5) El Souidat, casa de Jannette Solhi 6) Molino comunal para la fabricación de chamota 7) El
Souidat, casa de Malika Suidi 8) Fuente de agua de El Baten.
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RAFEL JORNET ET AL.
Lám. 1. A la izquierda, zona de extracción de la arcilla considerada óptima; a la derecha, zona de extracción de arcilla próxima a El Baten.
que facilita su explotación. En la selección del yaci- estiércol de vaca, etc…”. En nuestros tres casos, y
miento a explotar, influyen tanto el factor de calidad creemos que ello es extensible a la región, se trata
de la materia prima como el de proximidad. De hecho, de combustible de origen animal, sobre todo restos
en la mayoría de casos, las familias prefieren acudir de estabulación pertenecientes, por este orden, a
a las arcillas más cercanas a sus casas, aún siendo rebaños de ovicaprinos, de vaca y de asno. Este se va
conscientes de que existen otras arcillas mejores en almacenando durante todo el año en silos de arcilla
lugares más apartados (Lám. 1). Pero, sin duda, a (kaamur) construidos cerca de las casas y que son
nuestro parecer, un condicionante principal son las propiedad de las mismas. Para alimentar la hoguera
posibilidades reales de acceso a la arcilla por cues- se utilizarán ramajes secos de hierbas y arbustos,
tiones de propiedad de los terrenos dónde se encuen- restos de poda y en verano tras la siega, paja.
tran, ya que por norma general se acude a afloracio-
nes arcillosas situadas en terrenos de familiares de El desgrasante utilizado se encuentra almacenado
rango cercano. En un único caso de estudio, la dis- en varios espacios según las casas estudiadas. En
tancia recorrida (desde El Souidat) para la obtención todos los casos, sin excepción, se utiliza la chamota
de la arcilla considerada óptima es de unas 3 horas a (tafoun), es decir, fragmentos de cerámica rota y en
lomo de asno (Lám. 1). La extracción de la arcilla es la desuso que son machacados para tal cometido. El
única parte del proceso en la que participa el hombre, almacenamiento de estas cerámicas rotas les trae
siendo el resto del trabajo exclusivo del mundo feme- sin cuidado, y suelen amontonarse en rincones inte-
nino. Las herramientas para la extracción de la arcilla riores o exteriores de la propiedad, a veces olvidadas
son el pico y la piqueta de hierro. Para su transporte, o reutilizándose para otros cometidos.
se utilizan sacos de rafia o lana que se cargan sobre
los burros mediante alforjas de esparto, para poste-
riormente ser almacenados en seco dentro del ámbito 2.2. PREPARACIÓN DE LA PASTA CERÁMICA
doméstico familiar. En el caso de que la arcilla esté
humedecida, se deja secar al sol. El almacenamiento, La preparación de la pasta tiene como objetivo
en todos los casos, se hace bajo techumbre para aislar obtener una masa o barro que cumpla los requisi-
la arcilla y evitar su rehidratación. tos necesarios para poder ser trabajada. En primer
lugar (solamente documentado en el caso de J. Solhi)
En cuanto a la obtención del combustible, no existe se procede al martilleado de la arcilla que ha sido
regla fija, sino que es variable según las posibili- extraída de la cantera y almacenada en seco, para
dades del momento y la región; como describe N. posteriormente pasar a purificar la arcilla. El pro-
Baklouti (1990, 12): “…Todo puede ser usado para ceso de purificación, que tiene como objetivo elimi-
la combustión: la madera de olivo, azufaifo, palma, nar las impurezas de la arcilla, tales como piedras
Lám. 2. A la izquierda, arcilla reposando en agua fría para su transformación en barro (El Baten); a la derecha, utilización de la tabouna para
acelerar el proceso con agua caliente (El Souidat, Jannette Solhi).
Lám. 3. A la izquierda, preparación de chamota (tafun) en El Baten dentro del ámbito doméstico; a la derecha, utilización del gran molino
comunitario (gourgusba) de El Souidat para la fabricación de chamota (tafun).
de tamaño pequeño y escombros vegetales, se rea- Para ello, se coloca un recipiente metálico con agua y
liza tanto en seco (durante el proceso de martilleado) la arcilla que se quiere trabajar sobre hornos de pan
como por flotación (durante el embarrado). En cuanto (tabouna) y se calienta entre 25/30 minutos; con ello,
a la transformación del estado sólido de la arcilla a la arcilla obtiene la textura y plasticidad óptima para
barro, encontramos que se puede realizar tanto con empezar a trabajarla (Lám. 2).
la ayuda de agua fría como con agua caliente (sola-
mente documentado en el caso de J. Solhi). En el A continuación, se prepararan las inclusiones que se
primer caso, se necesitó más tiempo: entre uno (F. añaden al barro en forma de desgrasante. En todos
y N. Hasnaoui) y dos días (M. Suidi), con sus noches, los casos se ha registrado el uso de chamota (tafun), si
reposando los fragmentos de arcilla dentro de un bien ha sido posible observar dos casuísticas diferen-
barreño con agua (Lám. 2). Si se opta por utilizar agua tes. En la aldea de El Baten, la chamota se elabora de
caliente, no hay cambios químicos que modifiquen el manera individual en el ámbito doméstico mediante
proceso, pero sí que en el terreno físico, hay cam- dos piedras calizas percutoras mientras que en El
bios importantes, ya que se acelera sustancialmente. Souidat se emplea una gran roca a modo de molino
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RAFEL JORNET ET AL.
Lám. 4. A la izquierda, superficie utilizada a modo de torneta en El Baten; a la derecha, supefície utilizada a modo de torneta en El Souidat.
Lám. 5. A la izquierda, técnica del urdido a través de la superposición de colombines; a la derecha, elaboración del labio. Imagen tomada en
El Souidat (Jannette Solhi).
la zona de Gabès, en el sureste del Chott el Fejaj; 2.4 TRATAMIENTO DE LA SUPERFICIE PRIMARIO
discos de yeso en Douiret, cerca de Tataouine; y
recortes de bases planas de cerámica (moghta) Para el alisado de la pared de las piezas, a diferencia
en Moknine, cerca de Monastir. En cambio, en El de otras zonas de Túnez, no se ayudan de útiles. En
Baten preparan la pieza sobre un plato relleno de efecto, se utilizan trozos de madera plana para tal
cenizas hasta el borde, tapado con una tela (mam- cometido en la zona de Sajnane (machat) y Moknine
bir) que hará las veces de torneta (Lám. 4). Al ser (sallata) (Baklouti, 1990). En todos nuestros casos de
un soporte irregular y maleable, éste va presio- estudio el alisado se realiza mediante un armónico
nando la arcilla hacia arriba formando huecos que movimiento de abajo a arriba del dedo índice, presio-
se extienden por toda la superfície exterior de la nado por el pulgar de la misma mano, y sosteniendo
base de forma discontinua. En efecto, estos dife- la pared interior con la otra. De este modo se alisa
rentes tipos de soportes desempeñan el papel de la superficie y, al mismo tiempo, se da a la pieza la
torneta, ya que pueden pivotar gracias a un movi- curvatura y perfil definitivos. La misma técnica se
miento de rotación. aplica al interior del vaso. Esta operación de alisado,
además, permite obtener la cohesión y adherencia
A continuación, se procede a través de las técnicas necesarias para la unión de los colombines.
del vaciado y el arrastrado, a eliminar los exce-
dentes de pasta desde el centro de la base hacia
los exteriores de la misma, comenzando así a ele- 2.5. MODELADO SECUNDARIO Y DECORACIÓN
var las paredes de la pieza. Para el levantamiento
del cuerpo se emplea la técnica del urdido, a tra- En esta parte del proceso se añaden tanto en la
vés de la superposición de colombines (Lám. 5). pared interior como exterior aplicaciones de relie-
Lo primero que se hace es sellar correctamente el ves, elementos de prensión, como asas, lengüetas y
contorno del fondo presionando con los dedos. Del cordones, que ayudan a mantener la estructura de
mismo modo, aplicando sucesivamente colombi- la pieza, además de tener un carácter decorativo. La
nes se va subiendo poco a poco la pieza; con los gran mayoría de piezas de uso culinario son formas
dedos se alisan las uniones visibles entre ellos y lisas. Cuando existen elementos decorativos, se trata
se le da a las paredes el grosor adecuado. Para de cordones digitados horizontales, en guirlanda
la elaboración del borde y el labio de la pieza, y más complejos en la base de platos (Lám. 6). Lo
las ceramistas se ayudan de los dedos bañados que destaca en casi todas las formas realizadas es la
en agua para poder dar un aspecto redondeado existencia de un tipo de aplique a modo de elemento
e igualado a la parte superior, a veces añadiendo de prensión, concretamente una lengüeta horizon-
parches de barro líquido (Lám. 5). tal semicircular. Curiosamente, este tipo de asa es
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Lám. 6. A la izquierda, aplicación de cordones digitados, en este caso, en el interior de un kanoun (El Baten); a la derecha, tajîne con de-
coración de cordones digirados en el interior de la base, usada para decorar las tortas de pan (hobs mlawi). Imagen tomada en El Souidat.
Lám. 7. A la izquierda de la imagen, cerámica etnográfica con lengüeta horizontal semicircular; a la derecha, cerámica númida donde se
aprecia el mismo tipo de asa.
característico de los horizontes númidas estudiados otras se practican en la pared del cuerpo de brase-
en Althiburos (Lám. 7). Durante este proceso tam- ros. Se trata de agujeros paralelos a unos 4 cm uno
bién se terminan de alisar las posibles imperfeccio- de otros y a unos 2 cm del labio. Estas pequeñas per-
nes con agua y se recortan las partes sobrantes. foraciones en la pared responden a dos finalidades,
según las ceramistas que las hacen en El Souidat y El
Seguidamente se hacen perforaciones con un tallo Baten. Por un lado y principalmente ayudar a la coc-
o espiga de paja. En uno de los casos observados (J. ción, ya que permitirán el paso de aire hacia el interior
Solhi), se realizan transcurridos unos 15 minutos de la pieza que se encuentra tumbada durante este
dejando las piezas reposar sin moverlas de su sitio. proceso, facilitando de esta manera la combustión
Algunas de estas perforaciones se realizan en las dentro de la misma. Por otro lado, servirán para futu-
lengüetas de platos, para poder colgarlos (M. Suidi); ras reparaciones de la pieza en caso de que se rompa.
Lám. 8. A la izquierda, uso de la tabouna para acelerar el proceso de secado de las piezas (El Baten); a la derecha secado en el exterior según
las condiciones climáticas (El Souidat).
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de El Souidat. En efecto, a tan solo 10 m de la casa estudio, tradicionalmente se han utilizado también
de M. Suidi se halla la veta de dónde sacó la materia soluciones acuosas blanquecinas, con caolín a modo
primera para este cometido, recogiendo sin esfuerzo de engobe, y decoraciones pintadas azuladas que se
con una cucharilla, la cantidad necesaria. Si bien consiguen mediante la maceración de excrementos,
en este estudio no se ha documentado ningún otro lana de oveja y agua.
proceso en referencia al acabado de la pieza, en las
aldeas se utilizan piezas con engobe ocre/rojo. Estas
vasijas se pueden encontrar a la venta en los cerca- 2.8. COCCIÓN
nos mercados semanales y tiendas de Ad Dahmani,
El Ksour y El-Jerissah. Según la documentación que Existen en Túnez varios métodos de cocción de vasos
alberga el Musée des Arts et Traditions Populaires cerámicos, aunque el más utilizado, sobretodo en el
de El Kef ese tipo de engobe procede de la aplica- norte del país (Sajnane, Mogod, Barrama, etc.), es a
ción pintada de óxido de hierro diluido en agua para cielo abierto, es decir, en hoguera (Baklouti 1990).
dar una apariencia vinosa. Dicha aplicación se haría Del mismo modo, en todos los casos de estudio rea-
tradicionalmente mediante un proceso de inmersión, lizados en El Médéïna las cocciones serán del tipo
o también pintado con un paño o un puñado de lana. hoguera al aire libre. Para su preparación no se rea-
Aunque no lo hemos documentado en la zona de liza ninguna fosa, sino que directamente sobre una
Lám. 9. A la izquierda, técnica de bruñido (hakek) utilizando caparazones de caracol (El Souidat); a la derecha, empleo de cuchillo de hierro
para extraer la arcilla sobrante (El Baten).
Lám. 10. A la izquierda, colocación de las piezas sobre la primera capa de combustible de la hoguera, delimitada con piedras a modo de
paraviento; a la derecha, aspecto de la hoguera tras haberla implementado de combustible (El Baten).
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Lám. 11. Ejemplo de los tipos cerámicos manufacturados durante el proyecto. Colección etnográfica (completa el corpus la lám. 12).
Lám. 12. Ejemplo de los tipos cerámicos manufacturados durante el proyecto. A la izquierda. Elaboración de hobs tabouna en la tabouna (El
Souidat); a la derecha, torrefacción de semillas de cebada en la tajîn ghannaï sobre la tabouna (El Souidat).
Brasero (kanoun): estos objetos son frecuentes en nen en el borde tres soportes equidistantes sobre-
todo Túnez y están presentes en casi todos los hoga- elevados con lengüeta plana reentrante, o cuernos.
res. De ahí que reciba nombres tan distintos (kanoun Estos elementos permiten colocar encima otra pieza
htab, neffekh, zahhafa, kanoun-bou-rouhin, coucha, para cocinar. Las cerámicas asociadas al kanoun son
mojmara, kouanin) (Baklouti, 1990). La diversidad generalmente la marmita (borma), el plato para pan
de formas y dimensiones de este tipo de vaso podría (tajîne), el plato (maâjna) y la tetera (barrad). Algunos
responder a los diferentes usos y funcionalidad que braseros de dimensiones más pequeñas (mojmara)
se hace de los mismos (Sekik, 2009). Los braseros que sirven para quemar incienso (bkhour), carecen
hechos en El Médéïna son de perfil cilíndrico y tie- de estos soportes, o los tienen como mero elemento
Plato para servicio de mesa (maâjna): en otras zonas Las investigaciones que se han ido realizando a par-
de Túnez, esta forma es también conocida con el tir de las excavaciones en el yacimiento de Althibu-
nombre de qasaâ cuando no presenta ningún tipo de ros permiten disponer, a día de hoy, de contextos
decoración (Sekik 2009). Las alfareras de El Médéïna arqueológicos relativamente amplios que dan testi-
fabrican este tipo característico de gran plato bajo monio de las distintas fases de ocupación humana
circular (entre 35 y 40 cm de diámetro) y perfil tron- en el yacimiento. Subrayamos la posibilidad de poder
cocónico de borde exvasado y cóncavo. El interior contar para nuestro estudio con un abundante cor-
y borde de la pieza se decora a veces con pintura pus de cerámica númida, hasta ahora muy poco
rojo-ocre (moghra), formando triángulos, motivos conocida. Tras los primeros trabajos con las cerá-
geométricos abstractos simétricos y líneas sin relle- micas arqueológicas a mano, no se nos escapaban
nar. Son, sin embargo, más frecuentes los platos sin las similitudes, a nivel técnico, decorativo y tipológico
decorar, de perfil troncocónico incluso cilíndrico de entre éstas y las cerámicas actuales de su mismo
paredes rectas, a los que llaman también maâjna entorno, la actual El Médéïna. Exponemos en las
(Lám. 11). Su funcionalidad está asociada al servicio siguientes líneas la identificación, en las cerámicas
de mesa, aunque también se usan en la elaboración arqueológicas, de macrotrazas o surface features
de alimentos, como por ejemplo el braish o masa de de modelado a mano. Las macrotrazas nos permi-
pan. (Alonso et al., 2014). ten identificar procesos tecnológicos concretos que,
creemos, podríamos desarrollar hacia un modelo
Cazuela para torta de pan (tajîne ghannaï, pl. touâ- hipotético de cadena operativa de producción cerá-
jen): es un gran plato, poco profundo que se dife- mica para época númida. Para ello no solo hemos
rencia de la maâjna por su mayor diámetro (entre pormenorizado el análisis secuencial actual, sino
40 y 50 cm). Las paredes son más bajas y el borde que contamos con el apoyo de datos obtenidos con
presenta cuatro apéndices triangulares equidistan- técnicas arqueométricas y los proporcionados por la
tes llamadas “orejetas” (oudhen), verticales o lige- arqueología experimental.
ramente oblicuos. En El Médéïna la tajîne se utiliza
sobre la tabouna, en especial para elaborar un tipo Los primeros indicios de macrotrazas los encon-
de torta de pan (hobs mlawi). Sin embargo, su uti- tramos en la preparación de la pasta cerámica. Las
lización va más allá de la cocción del pan; en nues- analíticas arqueométricas realizadas sobre la cerá-
tro estudio hemos registrado su uso para la torre- mica númida por parte del equipo Cultura Material
facción de semillas de trigo y cebada, juntamente i Arqueometria (ARQUB) de la Universitat de Barce-
con los garbanzos y especias diversas (Sekik, 2009; lona (Buxeda i Garrigós et al., en prensa), han permi-
Alonso et al., 2014) (Lám. 12). tido constatar, a través del estudio por microscopía
óptica sobre lámina delgada, el uso de chamota como
desgrasante. En ocasiones, su utilización es evidente
4. ANALOGÍAS: REGISTRO ETNOGRÁFICO incluso a nivel macroscópico, debido a las grandes
VS. REGISTRO ARQUEOLÓGICO dimensiones de los fragmentos, lo que contrasta con
el menor tamaño empleado en la cerámica actual
Antes de adentrarnos en el siempre resbaladizo (Lám. 13). Por lo que respecta a la matriz de arcillas
terreno de las analogías, es preciso decir que somos usadas, el estudio arqueométrico concluye que la
conscientes de que existen riesgos a la hora de apli- mayoría de los individuos analizados se pueden con-
carlas. En efecto, es este un binomio que ha sido siderar fabricados dentro un ámbito local / regional
metodológicamente tratado y sistematizado por (grupo ALT1/A). Éste presenta una variabilidad que
muchos investigadores. No es nuestro cometido en estaría relacionada con una baja estandarización en
este trabajo profundizar en las raíces y el desarro- el proceso de preparación de la pasta, así como en la
llo de la disciplina etnoarqueológica, ni en sus bases variabilidad natural que se observa en la microestra-
teóricas. Solamente queremos señalar que desde tigrafia geológica de la zona.
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Lám. 13. A la izquierda, detalle de las inclusiones tipo chamota en cerámica númida; a la derecha, olla con perfil en ese de cerámica númida.
Lám. 14. A la izquierda, detalle de las macrotrazas resultado de la técnica del urdido en cerámica númida; a la derecha macrotrazas resul-
tado del alisado de la superficie y rebabas producto de la elaboración del borde en cerámica númida.
La fase del proceso que corresponde al modelado, jen que apenas recibe tratamiento en su superfi-
principalmente nos indica el uso de la técnica del cie exterior). La superficie utilizada como base del
urdido horizontal en las cerámicas númidas, sobre- modelado, es decir, a modo de torneta se realizaría
todo en las piezas de gran diámetro y de paredes sobre un entramado radial de cestería (Ramón y
bajas. Ello se deduce de las variaciones entre con- Maraoui, 2011: 325, núm. 149 y 150). Registramos
cavidad y convexidad asociadas al urdido de colom- en referencia al modelado secundario hendiduras
bines aplastados que configuran los perfiles de la hemisféricas simples asociadas al pegado por pre-
pieza (Lám. 14). Algunas piezas de mayor tamaño, sión de lenguetas.
en especial las vasijas sinusoides, parecen tener
un comportamiento diferente. Su gran irregulari- A nivel tipológico encontramos ejemplos de touâ-
dad podría estar asociada a alguna técnica simi- jen entre las formas númidas ya en el siglo VIII a
lar al ahuecado y estirado del cuerpo, o quizás al C (Ramón y Maraoui, 2011). Este tipo cerámico,
urdido de placas de gran tamaño (Lám. 13). Ambas muy bien representado entre las vasijas de cocina
técnicas son difíciles de diferenciar debido al ali- númida, coincide, a grandes rasgos, morfológica-
sado posterior de superficie de la pieza. En casi mente con su paralelo actual: presenta un labio
todo el repertorio cerámico observamos ciertas redondeado, borde exvasado y base plana (Lám.
variaciones entre concavidad y convexidad en el 12). Incluso presenta la pared exterior con evi-
alisado del borde, en efecto observamos rebabas, dentes muestras de chamuscado tras haber
producto de alisar en el borde y la moldura de la estado expuestas al fuego de forma reiterada. El
base (este último muy poco frecuente en las touâ- gran paralelismo de estas piezas con las que se
fabrican actualmente ha hecho que se opte por Por último, los análisis realizados por difracción
denominar a esta forma númida también tajîne. de rayos X han determinado que la cocción de
Por último, queremos destacar que nos ha sido las cerámicas númidas no habría superado los
posible evidenciar, en su contexto arqueológico, 800/850ºC, un rango de temperatura que bien
semillas de cereal (cebada y trigo) carbonizadas podría corresponderse con una cocción a cielo
junto a los restos de una tabouna. Entre el mate- abierto en hoguera. Temperatura contrastada
rial arqueológico exhumado destacamos restos mediante la arqueología experimental con coccio-
de touâjen. Este hallazgo nos remite al proceso nes controladas en las mismas condiciones que
de torrefacción registrado a nivel etnográfico en permiten llegar hasta un pico máximo de 950ºC
El Souidat (ver supra). Narra E.-G. Gobert (2003) siendo el rango de 800/850 ºC el que se mantiene
que familiarmente la tajîne recibe precisamente durante más tiempo en el periodo de cocción.
el nombre de ghannâia -canción-por alusión a los
chasquidos del cereal durante este proceso. Tras
el torrefactado, en los costados de la tabouna se 5. CONCLUSIÓN
acumulan gran cantidad de restos de subproducto
(Lám. 12). Creemos apropiado asociar los touâ- Con este trabajo hemos querido, en primer lugar
jen para el torrefactado de semillas de cereal al elaborar una sistematización de la cadena opera-
menos durante época númida reciente (principios tiva de producción cerámica en la zona del Alto Tell
del siglo IV a C). Aunque fragmentos de este tipo Tunecino. Hemos presentado el análisis secuen-
de horno aparecen ya durante el periodo Númida cial a través de tres casos etnográficos. Más allá
Antiguo (s. VIII a C) (Ramón y Maraoui, 2001). del exhaustivo registro aquí presentado, hemos
realizado un ejercicio de analogía sobre los pro-
La tabouna númida es una forma cónica sin base cesos productivos de la cerámica. Por un lado, ha
con varias oberturas en la misma (rebozada de sido posible rastrear las huellas que el registro
barro y piedras) y que perdura en todas los hori- arqueológico nos deja sobre la cadena operativa
zontes cronológicos sin cambios notables en su que tan solo se puede reconstruir en su totalidad
morfología. Tampoco se perciben muchos cam- a nivel etnográfico. En efecto, se ha propuesto, en
bios si la comparamos con la tabouna de cerámica algunos casos, reconstruir a través de la observa-
actual, solamente apreciamos la diferencia que en ción de macrotrazas los pasos técnicos ejecuta-
época númida parecen tener múltiples perforacio- dos para la elaboración de la cerámica númida a
nes de aireación. Otro caso merece la estructura mano aparecida en el yacimiento arqueológico de
TB270223 (Ramón y Maraoui, 2011: 243, Fig. 4.138) Althiburos. No hemos contado solo con el análisis
excavada en la zona 2 bajo el capitolio con una cro- secuencial de la producción cerámica, sino que el
nología del siglo IV a C asociada a una fosa de perfil registro también de los usos y contextos que se
convexo rellena de un estrato con escorias de hie- derivan y generan tras ellas ha ocupado una parte
rro (Ramón y Maraoui, 2011: 342, 5.1 y 5.2). En este importante del estudio. Esta documentación que
sentido, más allá de la analogía, parece ser que hemos presentado creemos que puede ser de uti-
estos hornos servirían no solo para la atestiguada lidad para dar una mejor interpretación de la cerá-
manufacturación de alimentos, sino para el desa- mica en su contexto arqueológico, sobre todo en
rrollo de acciones de tipo oportunista y quizás con los aspectos referentes a procesos productivos (y
cierta heterodoxia. subproductos) y su funcionalidad básica. No debe-
ríamos ir más allá en las analogías, o adentrarnos
En el proceso de decoración, queremos señalar lo con cautela, ya que sabemos que el peso de la tra-
que podríamos considerar hibridaciones de distin- dición, el arraigo cultural, la religión y los facto-
tos elementos en la tipología númida. El empleo res sociales, así como la propia idiosincrasia de la
mismo del tipo de asas verticales de sección cir- comunidad ouartani, priman de una manera deci-
cular (típicamente púnicas) en piezas de tradición siva sobre la lógica tecnológica y funcional de las
númida con apliques de lengüetas parece un hecho cerámicas. Estos valores presentes en el sujeto
a partir de la fase Númida Reciente. Lo mismo artesano, que no son siquiera cuantificables hoy
encontramos en la cerámica actual que presenta en día, se vuelven más oscuros y no menos influ-
variables precisamente en las asas de sección yentes para el estudio de la cerámica en el seno de
circular. las sociedades arqueológicas.
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David Guirao1, Rosario García1, David Rodríguez2, Anselmo Acosta1 y Javier Morales2
Resumen Abstract
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 395-410. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 395
DAVID GUIRAO ET AL.
1 Denominado así por ser los niveles íberos ubicados en la parte alta del cerro, justo por debajo de la alcazaba y patio de armas del castillo
medieval de Alarcos.
2 El calificativo de Universitario se debe a que este sector ha sido objeto de investigaciones arqueológicas por parte de un equipo de la Uni-
versidad de Castilla-La Mancha, dirigido por la Dra. Rosario García Huerta y el Dr. Morales, y ha servido como yacimiento escuela para formar
como futuros arqueólogos a los alumnos de Historia de la Facultad de Letras de la UCLM.
Fig. 2. Vista aérea del Parque Arqueológico de Alarcos y de la ubicación del Sector III- Universitario.
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rían actividades relacionadas con la transformación de almacén, en el que se molía grano, se amasaba la
alimentos, como pone de manifiesto el hallazgo de un harina y se horneaba pan. Es posible que esta zona de
horno de pan de carácter comunal (García Huerta et molienda fuera amortizada, en un momento determi-
al., 2006). Este horno tiene una estructura de piedra de nado, y ampliada la zona de almacenamiento, ya que
forma circular, de 1,90 m de diámetro y entre 20-25 cm en la parte exterior del muro sur del almacén se sitúa
de altura, formada por dos hiladas de piedras grandes otro horno de similares características. Este muro del
de cuarcita para delimitar su perímetro, con el interior almacén tendría la función de cierre del gran edificio
relleno de piedras más pequeñas, también de cuar- en la zona sur y serviría como elemento de conten-
cita, unidas con barro. Esta estructura sería la base de ción, pues se erige en plena ladera y debería necesa-
una cámara de combustión y es probable que tuviera riamente de contrarrestar las presiones de los pro-
la parte superior y la cubierta de adobes, ya que junto ductos contenidos en el almacén que podría alcanzar
a éste aparecieron muchos restos de adobes y una unos 750.000 kg de cereal (García Huerta y Morales
gruesa capa de cenizas que además contenía restos de Hervás, 2009: 164), lo que da idea de la relevancia de
grano quemado. Además en las cercanías del horno se esta estructura de almacenamiento (Fig. 3).
documentaron tres molinos rotatorios y media docena
de molinos de mano (Rodríguez González y López Men-
chero, 2009: 217) avalando el calificativo de área de fun- 3. MATERIALES Y MÉTODOS
cionalidad económica otorgado al Sector III.
En la gran mayoría de los estudios de caracterización
El tipo de restos encontrados -especialmente los de materiales cerámicos en el campo de la arqueo-
molinos y la gran cantidad de restos de granos de metría se usan diferentes técnicas que permiten
trigo -unido a las propias características de la estruc- conocer su composición química y mineralógica.
tura circular, demuestra que se trata de un horno de Sin embargo, el uso de técnicas de análisis térmico,
pan comunitario ubicado en un recinto, dentro del como las aplicadas en este estudio (DSC-TG; TMA),
han sido utilizadas en menor medida y las posibilida- Cada una de las muestras ha sido analizada a partir
des que éstas ofrecen están aún por desarrollar. Uno de las siguientes técnicas:
de los principales objetivos de este trabajo ha sido
la valoración e interpretación de los datos obtenidos a. Calorimetría diferencial de barrido y análisis
tras la realización de los diferentes ensayos de carac- termogravimétrico (DSC-TG) con el equipo de
terización térmica de los fragmentos cerámicos. análisis acoplado de TA Instrument SDT Q600. Los
ensayos han sido realizados a partir de muestra
A su vez, también se ha pretendido revisar y recon- en polvo usando aproximadamente una cantidad
siderar algunos de los primeros estudios realizados de entre 20-30 mg. La velocidad de calentamiento
en las décadas de los años 60 y 70 y que apenas han ha sido de 10 ºC/ min hasta 1100 ºC, en atmósfera
tenido continuación en los últimos años. Este estudio oxidante y usando crisoles de platino.
se ha basado en gran medida en los trabajos de J. P.
Roberts (1963), M. S. Tite (1969), W. D. Kingery (1974), b. Análisis termomecánico (ATM) a partir de un
V. Francaviglia et al. (1975), C. R. Enriquez et al. (1979), equipo TMA-60H de Shimadzu. Los ensayos han
o A. Flamini (1985), quienes utilizaron en distinto modo sido realizados a diferentes velocidades de calen-
las técnicas de análisis aquí presentadas, además de tamiento en función de ser primera o segunda
aplicar y desarrollar por vez primera una metodología cocción (8 ºC/min o 1.3 ºC/min) y en atmósfera de
de trabajo aplicada a cerámicas antiguas. helio. Para la realización de los ensayos se han
utilizado paralelepípedos de aproximadamente
Otros estudios de interés y de más reciente publica- un cm de alto y ½ cm de ancho.
ción son los de A. Moropoulou et al. (1995), M. Tom-
masetti et al. (1997), H. G. Wiedemann et al. (2003) o c. Difracción de rayos X (DRX) usando un difractó-
F. Bellanti et al. (2007). metro PW-1710 de Philips con rendija de diver-
gencia automática y monocromador de grafito,
De la zona de almacenamiento anteriormente expli- aplicando la longitud de onda de la radiación K del
cada proceden los 22 fragmentos cerámicos anali- cobre (λ=1.5405 Å). La muestra en polvo reque-
zados (Tabla 1) pertenecientes a diversas tipologías, rida es de 1 g. Esta técnica nos permite conocer
tales como platos de borde sin diferenciar o escu- la composición mineralógica de las muestras.
dillas, platos llanos de borde entrante o tipo pátera,
tinajillas comunes sin hombro y cuello indicado, ade- d. Fluorescencia de rayos X (FRX) a partir de un
más de alguna orza pequeña, tipos A, III, 8.3.; A, III, espectrómetro de Philips Magix Pro&Super Q,
8.2.; A, II, 2; A, II, 5, respectivamente según la tipolo- Version 3.0. El análisis de los elementos mayorita-
gía abreviada- de C. Mata y H. Bonet (1992). También rios y minoritarios se ha determinado a partir de la
se han analizado fragmentos de cerámica a mano, realización de una perla a partir de 0.5 g de mues-
pertenecientes al grupo C de la tipología citada. tra en polvo con una mezcla de 5 g de tetraborato
de litio. Las perlas se han realizado con el equipo
Para la preparación de las muestras se han llevado Perl´x de Philips que funde la mezcla a 1100 ºC.
a cabo los siguientes pasos: extracción mecánica de Para ello la muestra ha sido calcinada durante
pintura, esmalte o engobe rojo y elaboración de los cinco horas a una temperatura de 1100 ºC. El aná-
paralelepípedos a partir de una cortadora ISOMET lisis de los elementos traza se ha realizado a par-
1000 Buehler. La extracción del mismo ha sido nece- tir de pastillas prensadas compuestas de 8 g de
saria dado que los análisis presentados se basan muestra mezcladas con 5% de una resina sintética
exclusivamente de las pastas cerámicas. (Elvacite) cuya base es n-butil metacrilato.
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Fig. 4. Termogramas de los fragmentos cerámicos A1, ALG4, AAT4, AM3 y AR2. (CDB-TG).
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DAVID GUIRAO ET AL.
El segundo de los rangos (200-500 ºC)2 se asocia a c. La presencia de calcita secundaria, cuyo origen
la combustión de materia orgánica y de otros res- se produce durante el proceso de enterramiento
tos que han podido adherirse durante el proceso (Buxeda i Garrigós y Cau Ontiveros, 1995).
de enterramiento. También puede relacionarse a la
pérdida de agua estructural o ligada de las arcillas, Los resultados presentados demuestran que en las
que hayan podido sufrir un proceso de rehidratación cerámicas calcáreas la descomposición total de la
de las mismas. A esta pérdida se le asocia una reac- calcita que está en torno los 900 ºC (Picon, 1973)
ción exotérmica. La pérdida de peso en este rango empieza a manifestarse a partir de los 600 ºC y hasta
es en términos generales residual (Fig. 4, termo- los 750 ºC. Otro caso es de las cerámicas griegas,
gramas 1-3). clasificadas como calcáreas, pero cuya descomposi-
ción en este rango es residual debido a temperaturas
El tercer de los rangos (500-750 ºC)3 corresponde de cocción más elevadas en este tipo de cerámicas,
con la descomposición de los carbonatos. En fun- y que es confirmado por los resultados derivados de
ción de esta información se puede determinar si las los análisis por ATM y DRX.
cerámicas son calcáreas o no, lo que implicará un
comportamiento térmico diferenciado y la posibili- En la figura 4 (termogramas 1, 3 y 5) se pueden
dad de que aparezcan fases cristalinas muy dispares observar las pérdidas de peso correspondientes con
en unas y otras cerámicas. Desde el punto de vista la descomposición de los carbonatos, así como la
tecnológico las cerámicas se pueden clasificar en reacción endotérmica asociada a este fenómeno. En
calcáreas o no calcáreas, siendo consideradas como los termogramas 2, 3 y 5 se observan las reacciones
calcáreas aquellas que superan el 6% de CaO en su endotérmicas asociadas a la formulación de nuevas
composición. En el caso de Alarcos, se pueden esta- fases cristalinas (Mackenzie, 1970).
blecer diferentes grupos en función de los niveles de
CaO (Tabla 2, 4). La gran mayoría de los fragmentos
analizados son tecnológicamente calcáreos, y tan 4.2. ANÁLISIS TERMOMECÁNICO (ATM)
solo los fragmentos ALG4, AM2, AM3, AM4 y AM5
estarían por debajo de estos niveles. La presencia El análisis termomecánico o análisis dilatométrico
de CaO en las cerámicas de Alarcos ha sido deter- de las muestras cerámicas de Alarcos nos ha permi-
minada por FRX. A partir de DRX se ha determinado tido determinar las distintas transformaciones físi-
la existencia de fases cristalinas asociadas a la cal- co-químicas a partir de las variaciones de tamaño de
cita (3.04 Å). Los datos correspondientes al rango 3 las muestras durante un calentamiento controlado.
pueden compararse con los valores de CaO y con los Las variaciones dimensionales se refieren principal-
valores de la pérdida total por calcinación expresada mente a fenómenos de contracción y dilatación.
en la última fila de la tabla.
En nuestro caso, el uso de esta técnica nos ha per-
Todos los fragmentos cerámicos que supuestamente mitido determinar las temperaturas equivalentes de
fueron elaborados en el propio yacimiento de Alar- cocción (Teq) a partir de la determinación de la tem-
cos, presentan fases cristalinas asociadas a la cal- peratura de contracción de las muestras. Tal y como
cita. Tan solo las muestras de origen griego y el frag- sugieren J. P. Roberts (1963) y M. S. Tite (1969) el
mentos cerámico AM5 no lo presentan o si lo hacen principal problema reside en el establecimiento de
es con una intensidad relativa baja. La presencia de la relación entre la temperatura de contracción (Ta)
la calcita en las pastas cerámicas puede deberse a y la temperatura original de cocción. Ambos auto-
diferentes situaciones: res consideran necesario la aplicación de una serie
de correcciones que permitan establecer el método
a. La temperatura de cocción no ha alcanzado la más preciso posible. Existen ciertas publicaciones
temperatura ideal para su descomposición. más recientes (Tomassetti et al., 1997; Bellanti et al.,
2007) en las que no se aplica ninguna corrección y en
b. La temperatura de cocción ha sido lo suficiente- la que la propia Ta es considerada como la tempera-
mente elevada pero la cocción no ha perdurado tura original de cocción de la pieza.
lo suficiente para que el CaO haya podido com-
binarse con otros elementos, lo que supondría la La base teórica de esta metodología parte de la
formación de minerales secundarios. premisa de que el alfarero, durante el proceso de
cocción, trata de alcanzar la suficiente temperatura Algunos de los fenómenos aquí descritos han sido
para obtener una buena cocción que a su vez permi- analizados en el apartado de calorimetría diferencial.
tirá conseguir un producto consistente y duradero.
En función de la temperatura alcanzada durante la Todos estos cambios físico químicos pueden ser
cocción se producen diferentes fenómenos. Algunos medidos e identificados en el equipo utilizado, aun-
de ellos son: que tan solo las cerámicas que fueron cocidas apro-
ximadamente a temperaturas superiores a los 700ºC,
a La liberación de agua estructural de la arcillas es decir, dentro del rango de vitrificación, pueden ser
(400-600 ºC), que pueden implicar contracción o medibles en el ATM.
dilatación en función del tipo de arcillas.
La mayoría de las cerámicas de Alarcos fueron coci-
b. La transformación del cuarzo alfa en beta en los das a temperaturas que superan los 800ºC, inclu-
573 ºC. Se trata de un fenómeno reversible. yendo las griegas que superan los 1000ºC, (Tabla 3) y
por tanto están dentro del rango de vitrificación. Tan
c. La vitrificación, que implica la aparición de fases solo las cerámicas ibéricas realizadas a mano están
líquidas a partir de los 700-950 ºC en función de cocidas por debajo de los 700ºC.
la composición química de las cerámicas (Tite,
1969) y puede implicar variaciones físicas de la La base teórica del método aplicado en las muestras
cerámica. Este rango de temperatura es denomi- de Alarcos se basa en las formulaciones y correc-
nado como rango de vitrificación. ciones descritas por J. P. Roberts (1963) y M. S. Tite
(1969). Sin embargo en este trabajo se presenta unas
d. La sinterización y descomposición de la cerá- variaciones relacionadas con el número de paralelepí-
mica, que variará en función de lo refractaria que pedos empleados a lo largo de los ensayos que supo-
sea la propia cerámica. nen una menor destrucción del fragmento analizado:
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DAVID GUIRAO ET AL.
SiO2 Al2O3 Fe203 MnO MgO CaO Na2O K2O TiO2 P2O5 Ppc
A1 51.77 14.97 5.31 0.06 2.32 13.51 0.30 2.78 0.57 0.17 8.14
A14 53.68 16.56 5.60 0.07 2.74 11.69 0.48 3.46 0.69 0.27 5.19
A17 49.57 17.23 5.88 0.05 4.96 12.67 0.35 3.85 0.70 0.11 4.62
A20 48.18 16.64 5.56 0.07 4.09 12.39 0.44 3.83 0.68 0.24 6.94
A35 48.34 17.39 6.00 0.04 4.92 14.93 0.36 3.37 0.68 0.28 3.7
ALG1 50.13 14.39 5.54 0.05 2.62 14.87 0.32 4.32 0.62 0.24 8.1
ALG2 59.93 15.29 5.87 0.06 2.37 6.03 0.34 4.79 0.70 0.24 4.4
ALG3 53.73 18.25 5.47 0.16 2.89 7.82 0.58 3.26 0.80 0.12 7.30
ALG4 50.52 26.49 8.21 0.03 2.35 5.69 1.27 2.37 1.14 0.18 1.4
ALG5 54.86 18.65 5.59 0.16 2.99 7.67 0.57 3.41 0.81 0.11 7.10
AAT1 52.10 16.75 8.35 0.11 5.41 8.92 0.61 3.44 0.83 0.17 2.44
AAT2 53.25 15.70 6.03 0.07 2.72 11.19 0.63 2.86 0.69 0.23 4.30
AAT3 52.71 16.63 7.98 0.09 4.90 8.22 0.61 3.43 0.81 0.16 4.66
AAT4 52.90 15.71 5.97 0.08 2.90 13.21 0.67 2.70 0.60 0.22 5.53
AAT5 54.23 17.25 8.17 0.10 5.00 7.11 0.69 3.60 0.85 0.15 1.86
AR1 49.24 10.58 4.00 0.05 2.68 17.98 0.30 2.17 0.45 0.36 12.00
AR2 56.95 13.96 4.61 0.06 1.91 13.36 0.50 3.01 0.57 0.37 6.25
AM1 53.64 16.16 5.57 0.01 0.75 7.79 0.23 2.16 0.42 0.27 12.60
AM2 57.84 17.34 7.81 0.04 1.40 1.82 0.47 3.46 1.02 0.52 8.40
AM3 64.69 14.32 5.97 0.15 1.10 1.35 0.28 2.99 0.82 0.19 7.10
AM4 58.98 16.44 7.70 0.04 1.10 1.53 0.37 3.16 1.19 0.26 7.80
AM5 56.09 18.00 10.61 0.17 2.68 1.91 0.80 1.95 1.88 0,43 7.50
Tab. 4. Elementos mayoritarios de los 22 fragmentos cerámicos analizados por FRX.
3 Segunda cocción con el mismo fragmento una vez Las cerámicas del tipo AM, realizadas a mano, y
enfriado. La velocidad de calentamiento de 8ºC que en su cocción original no alcanzaron el rango
hasta 20ºC menos que la Tf adquirida en el primer de vitrificación (<700) no se les ha podido aplicar las
ensayo y a 1.3ºC a partir de esa temperatura hasta formulas descritas con anterioridad, ya que alcan-
la temperatura final del segundo ensayo (Tf´), que zan dicho rango (700-950ºC), en el primero de los
al menos debe ser 30ºC superior que la Tf del pri- ensayos realizados y su Ta es imposible de deter-
mero. En el caso de las cerámicas ibéricas se ha minar (Figura 5, termograma 5). En este ensayo se
alcanzado una Tf´ de 1000ºC y 1100-1150 ºC para observa como la curva a partir de los 600ºC empieza
Fig. 5. Termogramas de los fragmentos cerámicos ALG5, A20, AAT4, AR2 y AM5 (ATM).
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DAVID GUIRAO ET AL.
a decrecer, correspondiente con una contracción zadas a mano o las griegas, o las que proceden de otro
continua que es mayor a los del resto de termogra- lugar, como las cerámicas griegas.
mas. La propia elaboración de los paralelepípedos
de esta tipología fue dificultosa ya que la composi- Los valores de las ppc obtenidos para el cálculo de
ción de las pastas era rica en desgrasantes y en otro los elementos mayoritarios, realizados en el horno,
tipo de inclusiones de gran tamaño que se despren- pueden variar ligeramente con los obtenidos en el
dían con facilidad. En este termograma también análisis de calorimetría diferencial.
se puede observar el comportamiento de la mues-
tra durante el proceso de enfriamiento, y como la
transformación correspondiente con el paso del 4.4. DIFRACCIÓN DE RAYOS X
cuarzo de alfa a beta observado a 573ºC durante el
calentamiento, se repite en el enfriamiento al tra- El análisis por DRX nos ha permitido conocer la
tarse de un fenómeno reversible. composición mineralógica de las muestras cerámi-
cas. Con esta información se han determinado las
En la figura 5 aparecen 5 termogramas representati- temperaturas estimadas de cocción (TEC) que serán
vos de cada una de las tipologías cerámicas estudia- comparadas con los resultados obtenidos a partir del
das, y en los que se observan las dos ensayos reali- análisis termomecánico.
zados en cada uno, a excepción del termograma 5.
Las curvas en azul de los termogramas 1-4 corres- La determinación de las TEC se hace partiendo de la
ponden con el primero de los ensayos, indicándose identificación de los diferentes minerales presentes
la Ta de cada uno. La curva roja corresponde con la en los difractogramas (Fig. 6). Durante la cocción ori-
segunda de las cocciones realizadas sobre el mismo ginal, los minerales de origen primario, y en función
paralelepípedo. En ésta se observa la Ta´, valor nece- de la temperatura alcanzada y del tiempo en el que
sario para calcular la Teq (fórmula anterior). se mantiene esa temperatura, pueden dar lugar a la
formación de nuevos minerales de origen secunda-
En cada una de las gráficas aparece expresado en % rio. La presencia o ausencia de ciertas fases crista-
el grado de contracción desde el inicio de la Ta hasta linas nos permite estimar la temperatura original de
el final del ensayo. Esto varía en función de la tem- cocción. Los rangos de temperatura que esta técnica
peratura final alcanzada y de la propia composición nos ofrece son bastante amplios (Tab. 5).
mineralógica de la muestra.
En la tabla 5 se han clasificado por fábricas las
22 muestras cerámicas analizadas en función de
4.3. FLUORESCENCIA DE RAYOS X su TEC. La totalidad de los fragmentos cerámi-
cos realizados a mano están en la primera fábrica
En el presente trabajo se ha priorizado el estudio del con una TEC inferior a los 700ºC. Se suele defi-
comportamiento térmico al tratamiento de los datos nir a este tipo de cerámica como cruda o de baja
obtenidos por FRX cuya dedicación merece una aten- cocción. Su composición mineralógica es básica-
ción aparte. Sin embargo, se exponen los resultados mente cuarzo, calcita y arcillas del grupo de las
químicos de los elementos mayoritarios de las mues- illita-moscovitas.
tras analizadas (Tabla 4), lo que nos permite conocer
su composición química y comparar los resultados La fábrica 2 cuenta con cuatro ejemplares que pre-
obtenidos con los de otras técnicas utilizadas. Las sentan las siguientes fases cristalinas: cuarzo, cal-
muestras analizadas tienen una composición química cita, arcillas y feldespatos potásicos. Los picos de la
similar, aunque los porcentajes en algunos elementos calcita y de las arcillas presentan una menor inten-
varían considerablemente, debido en parte a un pro- sidad relativa que los de la fábrica 1. Se les ha asig-
ceso tecnológico diferente, como las cerámicas reali- nado una TEC que oscila entre los 750 y 850ºC.
FÁBRICA 1 <700 ºC FÁBRICA 2 (750-850 ºC) FÁBRICA 3 (850-950 ºC) FÁBRICA 4 (950-1050 ºC)
AM1 AM2 AM3 AM4 AM5 ALG3 ALG4 ALG5 AR1 A1 A14 A17 A20 A35 ALG1 AAT1 AAT2 AAT3 AAT4
ALG2 AR2 AAT5
Tab. 5. Distribución de las muestras cerámicas en cuatro fábricas de acuerdo con su TEC.
La totalidad de los fragmentos de cerámica común temperatura para esta fábrica entorno los 850 y
pintada se encuentran en la fábrica 3, siendo el 950ºC.
grupo más numeroso (8). La presencia de gehle-
nita, plagioclasas, piroxenos o en algunos casos En la última de las fábricas están clasificados los
hematites, demuestran temperaturas de cocción fragmentos de origen griego cuya TEC es considera-
por encima de los 850ºC. Los picos de la calcita blemente superior al del resto, superando los 1000ºC
también son más bajos puesto que a partir de los de temperatura. Destaca la ausencia de arcillas y de
900ºC la calcita se empieza a descomponer hasta calcita debido a su descomposición. Su composición
su desaparición total entorno los 950ºC. La pre- mineralógica es la siguiente: cuarzo, feldespatos potá-
sencia de arcillas permite estimar un rango de sicos, plagioclasas (anortita), piroxenos y gehlenita.
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DAVID GUIRAO ET AL.
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DAVID GUIRAO ET AL.
Abstract Resumen
The aim of this article is to present the preliminary El objetivo de este artículo es presentar los
results of an equip research in which new resultados preliminares de una investigación llevada
technologies are applied to the study of the a cabo en equipo y en la que se aplican nuevas
productive system of the South-Etruscan site of tecnologías para el estudio del sistema productivo
Pontecagnano (Campania-Italy). del yacimiento arqueológico etrusco, en el sur de
Pontecargnano (Campiña-Italia).
The object is the material culture of the site, with
a specific interest in black-glazed and common Nuestro objeto de estudio, es su cultura material,
ware pottery of Classical and Hellenistic period. especialmente la cerámica común vidriada-negra de
These classes, thanks to the wide chronological época clásica y helenística. Estos tipos cerámicos,
range and the copious attestations, are essential gracias por un lado a su amplia cronología y
in the chronological and functional interpretation por otro a su abundancia, son esenciales para
of the archaeological contexts. Up to the present, la interpretación cronológica y funcional de los
they have been included in typo-chronological contextos arqueológicos. Hasta el momento, han
sequence, according to traditional archaeological sido incluidos en la secuencia de tipo-cronológico,
methodologies. de acuerdo con las metodologías arqueológicas
tradicionales.
In order find a scientific base to the formal and
typological series this research planned petrographic Con el objetivo de encontrar una base científica
a physic-chemical analysis on a selected group of para clasificar formal y tipológica esta cerámica,
fragments, with the aim to obtain useful data for nuestra investigación se ha basado en un análisis
the scientific definition of the local production: clay petrográfico (un análisis físico-químico) sobre un
characterization, provision areas identification and grupo seleccionado de fragmentos, con el fin de
production techniques definition. obtener datos útiles para su definición científica de
la producción local: la caracterización de arcilla, la
The comparison with the productions from the identificación de áreas de provisión y la definición de
bordering sites of Paestum and Fratte, has técnicas de producción.
been useful to anchor to scientific bases the
distinction between local and imported pottery and La comparación con las producciones de otros
consequently, to define the circulation areas and the yacimientos limítrofes como Paestum y Fratte, será
productive dynamics. So the same analysis has been muy útil, tanto como sostén científico en cuanto a
applied on a homogeneous selection of fragments la diferenciación entre cerámica local e importada
from these sites, with the aim to reconstruct a y por otro para definir las zonas de circulación y su
homogenous information system for a wide and dinámica productiva. Así pues el mismo análisis
coherent regional framework. ha sido aplicado sobre una homogénea selección
de estos otros sitios, con el fin de reconstruir un
Key words: Black-Glazed Pottery, Common sistema de información comprensible y análoga con
Pottery, Pontecagnano, Archaeometric Analysis la que reconstruir su amplio marco regional..
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ÁNGELA MARIA DE FEO
Since Seventies of 20th century the Etruscan site of In details, the contribute of Salerno University in this
Pontecagnano, located in Campania, North of the Sele research plan, is up to create a Dictionary of the local
plain, on the left of Picentino river (Fig. 1), has been ceramic classes from Archaic to Hellenistic period.
being an extraordinary open-air lab, for experimen- A particular attention has been paid to black-glazed
ting theoretical and applied researches to archaeolo- and common pottery that, thanks to its wide chrono-
gical evidences. This has been possible thanks to the logical range and copious findings in burial, domestic
collaboration of the Soprintendenza Archeologica of and sacral areas, is very relevant for the chronologi-
Salerno with Italian and foreign Universities1. cal interpretation of excavation contexts and for the
reconstruction of the production systems.
In this range Archaeologists of Salerno University, in
collaboration with Universities of Molise and Sannio, The aim of this article is going through the phases of
elaborated a research project, nationwide coordina- the research presenting some preliminary results.
ted by Luca Cerchiai and financed by Italian Ministry of The starting point of the research is the classifica-
University and Research (PRIN 2009: Etruscan-Cam- tion of pottery productions from Archaic to Helle-
panian settlement of Pontecagnano (SA): application nistic period.
of advanced technologies for the reconstruction of
the urban system and production networks), having At the beginning all fabrics have been sampled upon
the main goal of applying advanced technologies to utopic observations. So we could distinguish several
the reconstruction of the urban system and produc- productions some of which were considered local
tion networks. because of their massive diffusion.
Fig. 1.
1 Systematic excavations conducted from Sixties of 20th century brougth to light a wide necropolis of more than 9000 tombs from 9th to 4th
century BC, reason why Pontecagnano is an essential reference point for Etruscan and South Italian Archaeology. The main studies about
burial contexts are included in the Series Pontecagnano II of “Quaderni of AionArchStAnt”, and in other more recent publications (Cuozzo,
2003; Bonaudo et al, 2009); the most important studies about the ancient town are Bailo Modesti, 1984, Strøm, 1993; Cinquantaquattro, 1999;
Giglio, 2001; Bailo Modesti et al, 2005a, Bailo Modesti et al, 2005b, Bailo Modesti et al, 2005c; Tang, 2007, Pellegrino-Rossi, 2011.
Local pottery, then, has been organized in shapes half of 3th century BC with a clear evolution in the
and types and reported in graphic tables (“Atlas”), shape through this long period.
according to chronological sequences. The “Atlas”
is related to a “Dictionary” containing shapes and In this period we usually find two types of kylikes pro-
types’ definitions with sequences’ explanation. In duced from Late 5th to Middle 4th century BC: the first
order to overview the repertory of local black glazed one (Morel, 4122), so called “bolsal”, has low body
and common productions, due to a long time study and vertical walls, strongly incurved in the lower
of Antonia Serritella, partially presented in another part; the second one (Morel, 4225) derives from the
scientific meeting (Olcese, 2011), I illustrate the stemless-plain rim of the Agorà.
repertory of the most common shapes and types for
wide chronological phases. Skyphoi of “attic type”, peculiar of Pontecagnano’s
production, are produced from Middle V to III cen-
In Pontecagnano black glazed potteryi was produced tury, evolving from truncated cone (Morel, 4380)
from Late Sixth to 3th century BC. The production can to sinuous profile (Morel 4373). “Corinthian type”
be divided into three phases. In the period from Late skyphoi (Morel 4311) are very rare and maybe pro-
6th to Middle 5th century BC, characterized by copious duced in imitation of Paestan importations. The most
Attic importations, local repertory is generally strictly common type of plates has everted rim and deep
connected with Athenian production and reproduces body (Morel 1310-1520).
Attic types in local clay: in all contexts we find open
shapes such as concave lip kylikes of “Bloech C” In this period it’s common to find in burial contexts
type (Bloech, 1940: 111-136) (Sparkes-Talcott, 1970: bell (Morel 4616-4611) and column craters, lebètes
91) and “Inset Lip” ones (Sparkes-Talcott, 1970: (Morel, 4430), lekànai (Morel, 4710), pelìkai (Morel
268), “early” cup-skyphoi (Sparkes-Talcott, 1970: 3683-3685) amphoras (Morel, 3200), oinochoai
109-110), stemmed dish “convex and large” (Spar- (Morel, 5623-6544), little globular lekythoi (Morel,
kes-Talcott, 1970: 139-140) and “convex and small” 5410, 5420) and bottles (Morel, 7131).
type (Sparkes-Talcott, 1970: 140-141), in addition to
cups of Italic tradition so called “etrusco-arcaiche” In the phase from Late 4th to Middle 3th century BC,
(Colonna, 1959: 225) (Pontrandolfo, 2009: 115-116); corresponding to the Roman conquest of the Sele
in burial contexts we mainly find closed shapes such plain, ceramic repertory becomes scarcer (Serrite-
as neck-amphorae (Sparkes-Talcott, 1970: 47-48), lla, 1995; Cinquantaquattro, 1999; Pellegrino-Serri-
pelìkai (Sparkes-Talcott, 1970: 13-33) and oinochoai tella, 2011).
(Sparkes-Talcott, 1970: 89).
We find medium and little sized cups (rim diameter
The same types are also produced in fabrics usually between cm 10 and 3,5) with convex profile and thin
defined “areal”, or “regional”, or “colonial” because rim (Morel, 2980), or convex profile and thin incurved
we distinguish them both from Attic and local pro- rim (Morel, 2780). Open shapes’ repertory is comple-
ductions, but we can’t surely connect them to other ted by little vases with concave-convex profile (Morel
sites of Greece or Southern Italy. 2420) and plates with averted rim (Morel, 1310, 1520).
In this period some types of cups (Morel, 2671, 2424,
From the second half of Vth century BC the local pro- 2283), never had a big diffusion in local repertory and
duction begins to diversify itself from Attic tradition were maybe produced in imitation of Paestan impor-
and acquires peculiar aspects (Serritella, 1995). tations. Other types (Morel, 2732, 2152) can be consi-
dered imitations of Campana A.
Among the most common shapes there are big
hemispherical cups with everted rim (Morel, 1550), Common pottery can be divided into two classes, fine
strictly connected with the “otturned rim” cups of the and coarse, according to the size and frequency of
Athenian Agorà (Sparkes-Talcott, 1970: 128-130) and inclusions Common fine wareii was used for storing
probably deriving from the etrusco-arcaiche ones, and serving foods and beverages; coarse ware2 was
being produced from Middle 5th century to the second used for cooking vessels.
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ÁNGELA MARIA DE FEO
Shapes and types often last from Archaic to Hellenis- SW a group of two kilns of Late 6th century BC is situated
tic period without substantial evolutions (Tang, 2007; next to via Cristoforo Colombo (Pellegrino-Rossi, 2011).
Pellegrino-Serritella, 2011; Pellegrino-Rossi, 2011).
Olla, the most common shape in italic tradition, used Other Late Archaic remains have been brought to
for storing and cooking, is attested by many samples light recently, during the Motorway A3 excavations,
of different size and types. The prevalent type has directed by Soprintendenza Archeologica in colla-
ovoid body, with everted rim. Kythra, the typical pot boration with University of Salerno. They consist of
of Greek tradition, is very rare and used only in burial a little round kiln found in an housing lot (Pellegri-
contexts of 5th century BC. no-Rossi, 2011: 89) and of another structure brou-
ght to light near the Northern Sanctuary of Pastini
Among the shapes for storing, we find also a type of (Alfano et al., 2009).
short-necked amphora, often white-glazed, in con-
texts of V century. South Eastern area of S. Antonio-Via Palinuro (Scavo
ECI, 1878-81), whose productive destination had been
Lopàdes-shallow pots with two handles applied still pointed out by the prospections of Lerici Founda-
under the rim, with seat for lid, are rarer and appear, tion in 1978-79, appears to be a real wide productive
at first as paestan importations, in the second half quarter, thanks to the finding of 15 kilns, clustered in
of 4th century with continuous or careened tank. different nucleus, dated between 6th and 4th century
Moreover we also know a few samples of caccabai BC (De Natale, 1992: 5).
and taghena.
We can’t completely understand their topographi-
We have also pottery used for food preparation, mor- cal development, because structures were found in
tars and basins-or for storing, mixing and pouring different trenches that were separated by not exca-
liquids, such as amphorae, jugs and situlae. vated spaces; moreover they were used as dumps
and were filled by ceramics that were not connec-
The classification work let come out some questions ted with their primary use. However, it’s possible
about local production, importation and circulation. to reconstruct -at least partially- their chronologic
Sure that Archaeometric analysis would have hel- succession.
ped in providing answers; we moved ahead selecting
some samples for analyses. Number 13 abandoned in the first half of 6th century
is the earliest structure. Other kilns are clustered
We started sampling from Pontecagnano’s productive in nucleuses formed by rectangular or round firing
areas, to find sure reference groups for local produc- rooms, with inner walls built with uncooked bricks,
tion (Olcese, 1993: 46; Olcese-Picon, 1998: 34-35). which were used between Late 6th and second half of
5th century BC.
From late Sixties, excavations brought to light five
productive areas located in different points all Only one kiln, far from the others, was abandoned
around the settlement, and chronologically distribu- in the second half of 4th century BC. From these
ted between 7th and 4th century BC. (Pellegrino, 2012). areas we sampled some sure production’s indicators
(Olcese, 1993: 46; Olcese-Picon, 1998: 34-35) (Fig. 2).
The earlier evidence is a kiln of the first half of 7th
century BC from Via Verdi, inside an area later occu- They consist of ceramic and tiles’ discards found in
pied by Apollo’s sanctuary (Pellegrino-Rossi, 2011: S. Antonio-ECI, a test piece from the same area and
82; Bailo Modesti et al., 2005a: 207; Bailo Modesti et a big number of wedges from the big kiln of Via Ver-
al., 2005b: 576, tav. III). di-Ina Casa. Other production‘s indicators have been
selected also in the neighbouring sites of Fratte and
A big rectangular kiln of 6th century BC was found Paestum, with the purpose to make precise compa-
about 100 m NW of the other (excavation INA Casa risons, to distinguish importations and to identify the
1968; Pellegrino-Rossi, 2011: 82; Bailo Modesti et al., circulation range of the local products.
2005a: 208; Bailo Modesti et al., 2005b: 576, tav. Ia),
with a lot of clay wedges used to separate big vases For Fratte, we sampled fragments from the eastern
during firing (Cracolici, 2004: 49). part of the Acropolis’ hill, where recent excavations
a b
c d
Fig. 2.
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ÁNGELA MARIA DE FEO
2) Black glazed ceramics supposed to be locally In the chronologic range between Middle 5th to the
made (3 samples), of types that fall in a chro- first quarter of 3th century BC; local production can
nological range between Middle 5th and Early 3th be characterized upon clear physical elements.
century BC; samples are fragments of attic type
skyphoi Morel 4382/4373, hemispherical cups Pontecagnano and Fratte black-glazed and common
with everted rim (Morel, 1550), and hemispheri- fabrics show big analogies and are compatible with
cal little cups (Morel, 2789) (Fig. 4). local clay bench. Maybe a common provisioning areas
can be located in the valleys north-east of Salerno.
3) Black glazed ceramics supposed to be produced
in Fratte, (3 samples) of types that fall in a chro- Paestan fabrics are completely different and compa-
nological range between Middle 5th and the first tible with the local clay bench.
quarter of 3th century BC: cups Morel 1552 e 2914,
and a little cup Morel 2689 (Fig. 5). These data mean that in this period Pontecagnano fall
into the same regional productive area of Fratte, while
4) Black glazed ceramics supposed to be produced Paestan production has different characteristics.
in Fratte (3 samples) of types that fall in a chro- These areas, separated by the Sele River are involved
nological range between Middle 5th and the first in intense commercial and cultural exchanges.
quarter of 3th century BC: Corinthian type skyphoi
Morel 4311 (Fig. 6). For the period after the Middle 3th century BC the
characteristics of Pontecagnano’s local production
5) Common ceramics (supposed to be produced in persist without changes: campana A and Paestan
Pontecagnano (2 samples) between 4th and 3th types are locally produced, and Paestan importations
century BC: ovoid olle (Fig. 7). become more and more abundant.
3 From dark beige - Munsell 5YR 5/8- to brown clay, often burnt on the surface, rich of siliceous inclusions.
Fig. 3
Fig. 4
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ÁNGELA MARIA DE FEO
Fig. 5
b
c
Fig. 6
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 9
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ÁNGELA MARIA DE FEO
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La antigua ciudad de Nora (PROVINCIA DE CAGLIARI, SUR DE CERDENA)
(fuente https://www.sardegnaturismo.it).
4.9. WHAT’S IN THE POT? RELATIONS
BETWEEN FORM AND FUNCTION IN
COMMON WARE FROM NORA (PROVINCE
OF CAGLIARI - SOUTHERN SARDINIA)
¿QUÉ HAY EN LA VASIJA? RELACIONES ENTRE FORMA Y FUNCIÓN EN LA
CERÁMICA COMÚN DE NORA (PROVINCIA DE CAGLIARI, SUR DE CERDEÑA)
Cristina Nervi1
Abstract Resmen
The study of pottery has possibilities that go beyond El estudio de la cerámica tiene implicaciones
the simplistic morphological approach, which que van más allá del simple enfoque tipológico, a
represents still a fundamental and useful basis from pesar de que éste siga siendo la base fundamental
which start. The data from the ostelogical remains, e indispensable desde la cual iniciar su análisis.
paleobotanical finds together with the notices from Los datos recabados a partir de los restos
the ancient sources of the Classical authors allow us arqueofaunísticos o paleobotánicos, combinados
to a quite possible reconstruction of the alimentary con las informaciones que nos proporcionan los
habits in Roman period of the inhabitants of Nora autores clásicos a través de diversas fuentes
in South Sardinia, town on Phoenician an Punic literarias, nos permiten aproximarnos a una posible
origins. The morphological approach to pottery finds reconstrucción de los hábitos alimenticios de los
becomes an indicator of the traditions, of the human habitantes de la ciudad de Nora en época romana, un
groups, of the habitus, of the lifestyle, deriving from centro de origen fenicio-púnico en el sur de la isla de
the reconstruction of the ancient culinary practices. Cerdeña. Estudiar la morfología de los repertorios
A new frontier of the classical studies of pottery, that cerámicos abre caminos a nuevas interpretraciones
should be developed, spread, shared and analyzed relacionadas con la tradición, identidades étnicas o
in most part of the archeological sites, which are diferentes habitus y estilos de vida. En este artículo
actually in course of study. planteamos otras perspectivas a tener en cuenta en
el análisis de la cerámica clásica, que sirvan para
Key words: Nora (South Sardinia), Roman Common completar y ampliar la información obtenida a través
Ware, Culinary Practices, Classical Authors, Palo- de trabajos arqueológicos tradicionales.
Osteological Remains, Paolo-Botanical Finds,
Traditions, Habitus. Palabras clave: Nora, Cerámica Común Romana,
Prácticas Culinarias, Fuentes Literarias, Restos
Arqueofaunísticos, Restos Paleoantropológicos,
Tradiciones, Habitus.
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CRISTINA NERVI
Martial (Mar. 13.8.1) states that patellae were pans Documented among the casseroles is a first exam-
in which meat and fish were cooked, but that they ple (Plate. 1.1) with an everted horizontal rim, which
could also be used for serving food at table, or as turns inwards towards the interior of the container
containers for food. and has a neck that highlights its exterior (Gian-
nattasio, 2003: Pl. 34-56). This type of casserole
The morphological characteristics of recipients may remained in use until Late Antiquity and found its
in some cases be connected with ancient eating prototype in a Punic form of the 3rd-2nd century BC
habits and the function of the containers may some- (Campanella,1999: 34, Fig. 2, nn. 11 e 12), attested
times appear explicit, even if at the same time it at Mount Sirai (a Phoenician-Punic site, immedia-
might conceal obscure aspects of their actual use tely inland of the south-western coast of Sardinia).
in Roman times. This type represents 4% of the total of the forms of
the casserole.
In the current typology of Roman pottery, a casse-
role is understood to be a recipient for cooking foods A second type of casserole has an everted rim with a
in which the diameter of the opening is greater than housing to fit the lid (Plate. 1.2). This form is attes-
the total height of the container. This means that it ted in the 3rd century AD (Canepa, 2003: 142) and is
is wider than it is high; it is therefore an open form. inspired by a Punic type from Nora itself, datable
in the 3rd -2nd century BC (Campanella, 2009: 328,
The olla is a recipient on which the diameter of the Fig. 20.401: 330). This second form represents 4%
opening is less than the total height of the form. in the total of the types of casserole. To conclude,
These characteristics indicate a rather tall container we may affirm that 8% of the total types of casserole
with a narrow opening, in other words a closed form. documented to date in Nora are inspired by Punic
prototypes.
Concerning culinary practices, it could be affirmed
that open forms, such as casseroles and pans, were Among the pots, there is evidence of a type (Plate.
generally used to cook food by evaporation of the 1.3) in the Late Roman Period (Bassoli et al., 2010:
liquids contained in them, to braise, in other words; 245-246; Canepa, 2003: 142), the precursor of
the dishes cooked in them must have proved rather which, also found in Nora, dates back to the 3rd-2nd
dry on eating and could have been served with sau- century BC (Campanella, 2009: 330, Fig. 21.403;
ces to accompany them. Dishes of this kind were Finocchi, 1999: 178, Fig. 6.4: 179). These contai-
appropriate for warm zones, where it was necessary ners are characterised by a flat rim expanding
to avoid eating food that made you thirsty. towards the exterior and have a housing inside for
the lid. This type represents 4% of the total of all
Ollae, as closed forms, cooked through the retention types of pots.
of the liquids contained in the food cooked in them;
the dishes prepared in them were stewed or boiled, The pans include a type (Plate. 1.4) characterised
and were semi-liquid when they were served. Nutri- by a rim inclined outwards and tapered inwards,
tion of this kind was suitable for cold climates, where which continued to exist until the 3rd century AD
it was necessary to store heat through the food eaten. (Canepa, 2003: 149). The prototype of this recipient
dates back to the Punic Age and the 3rd century BC
Food is an indicator of identity, of culture; it can be (Campanella, 1999: 33, Fig. 1.6; Campanella, 2009:
related to routine, but can also highlight historical 351, Fig. 40.12). In the pan typology this form is only
changes (Singer, 2011a: XI). represented by 1%.
There is evidence among the forms of Roman coo- Among the fine ware used on the table, a jug (Plate.
king ware from Nora of types similar to those of 1.5) is conserved that was in use among Roman pot-
the Punic Period. The preservation of some forms tery until the 3rd century AD (Canepa, 2003: 166);
is associated with the direct tradition of the past; inspired by a Punic container, it is approximately
those who reproduce the types do so to emulate the datable between the 4th century BC and the mid-3rd
containers known to them (González Ruibal, in this century BC, found in Nora itself (Botto, 2009: 207,
volume); it is difficult to understand what the degree Fig. 27: 208). This form accounts for 4% in the typo-
of intentionality of the craftsman’s action is. logy of Roman jugs in Nora.
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CRISTINA NERVI
Plate 1. 1. casserole; 2. pot; 3. pot; 4. pan; 5. jug (drawns by Cristina Canepa, see Canepa, 2003).
It is clear, therefore, that the ancient Punic substra- cisely to its flat handle, which formed a stand when
tum still existed in the ceramic forms; it is difficult turned over; a function, in short, that was similar to
to establish why certain Punic forms were conserved the modern tagine. In the area of Southern Spain, in
and handed down within Roman pottery and others the Guadalquivir Estuary (the ancient Turdetania),
lost. It could be hypothesised that they remained in flat lids have been identified as being indicators of
use on account of their practical functionality, since Punic ethnicity, as this type was not attested in local
they had characteristics that proved better in use Iberian pottery. They would therefore be a pottery
than other containers; it is also possible that the tra- type of alien origin, in other words Punic, and not
dition was conserved by potters of local origin, des- local: the Punics in fact preferred their food stewed
cending from old families of potters. The new forms inside casseroles, while the local Iberians used ollae
could, by comparison, be an indicator of innovation (García Fernández and Sáez, forthcoming).
and perhaps also come from new potters, perhaps
immigrants. It is open to conjecture whether in the The morphological characteristics of containers may
early moments of passage -between the Punic and provide indications regarding lifestyles and customs.
Roman Ages, in the Hellenistic Period- they were The presence of recipients with convex bottoms indi-
conserved due to a motivation that subsequently cates that this would have enabled them to be posi-
-above all after a long interval of time, in the Late tioned on braziers more easily, so as not to put them
Ancient Period- was no longer remembered and directly on the fire. A flat bottom presupposes a sta-
would therefore have remained in use due to tradi- ble cooking surface and indicates the presence of an
tion (Nervi, forthcoming). area permanently used for cooking foods and not a
mobile one, as braziers are. It is therefore possible to
It is highly likely that the persistence of the form is deduce the cooking techniques of food and also, to a
to be associated with a persistence of certain culi- degree, the type of domestic and social organisation,
nary practices and some Punic traditions. Forms of which may envisage a greater flexibility of spaces
pottery, however, are a reflection of forms of colo- or else a clearly determined intended use. The very
nisation, of integration between the various cultural function of the container, if determined correctly,
encounters between different peoples. It is also diffi- becomes a cultural indicator (Arthur, 2007a: 179).
cult to determine what the norm was in the past, what
it meant to be “Roman” for the inhabitants of Nora Nutrition contributes to providing people with the
(Reece, 1988). Every object conveys cultural values: it necessary energy, stated simply; it is therefore very
is an indicator of uses, of traditions, associated with important to determine the basic foodstuffs (prote-
its precursors (Cool, 2009: 13), sometimes the indi- ins, carbohydrates, fats, fibres, vitamins, etc.) (Sin-
cator of a precise human group. From the typology of ger, 2011b: 79), which we are partially able to deduce
forms of pottery different ethnic derivations coexis- from the data gathered during the archaeological dig.
ting at the same site, in the same city, can be grou-
ped together, just as the introduction of a new type of The osteological remains and palaeobotanical data
form could be associated with a fashion, or with the enable us to partially reconstruct the eating habits
cultural contribution of new peoples (Carvajal López of Nora. A relatively small percentage of such finds
and Román Punzón, in this volume). have been analysed compared to the large amount
of excavations conducted; in the so-called Area C
Various types of lid are attested both in cooking ware (Sorrentino, 2003: 301-304; Sorrentino, 2007: 25-31)
and in pottery for storage; these were used for cas- and Area M (Sorrentino, 2000: 129-133, located in the
seroles, ollae, pots and pans, as it has been possible north western district, along the “Port Neighbour-
to prove through the documenting of the rims, which, hood”, so called because it lies around the main point
in fact, have housings for the lids. The lids were of arrival of the three landing points that connected
obviously used both during cooking, to avoid exces- the city to the sea. A large amount of the osteologi-
sive evaporation of the water, and to protect the pro- cal finds also come from the Forum area (Sorrentino,
visions or food after preparation. 2009: 891-903). The two contexts of excavation of the
two aforementioned Areas are private dwellings; in
One unusual type is the dish-lid, which could have particular, most of the osteological remains from
been used both to cover the recipient during cooking Area C originate from a closed context, namely from
and as a plate to eat the dish within it, thanks pre- an area that was filled to obliterate a stairwell, with
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CRISTINA NERVI
the remains of meals and pottery dated from the 25% bovine and 18% porcine. Among the finds that
Severan Period (Giannattasio, 2003: 19). The data have been conserved, some fragments show traces
coming from the osteological finds from the Forum, of slaughter and it may therefore be affirmed that
on the other hand, relate to a public zone and were they were used for food.
accumulated according to a stratigraphy of filling
over a very extensive chronological period, stretching Area M (Fig. 3) presents a snapshot of life in Nora
from the Phoenicians to modern times. For the pre- from the Late Ancient Period, between the 4th and the
sent study the finds dating back to the Stratigraphic 7th centuries AD; here the osteological finds are 52%
Units of the Roman Age have been isolated. ovine-caprine, 28% porcine and 8% bovine.
In Area C (Fig. 2) the percentages of consumption of The situation of the phases between the Republic and
animal meat show 46% ovine-caprine, followed by Imperial Ages, in The Forum area, also called P, (Fig.
Others Cattle
Others
11% 8%
Cattle 12%
25%
Pig
18%
Pig
28%
Sheep-goat
52%
Sheep-goat
46%
Fig. 2. Area C, faunal remains. Fig. 3. Area M, faunal remains.
Others
Pig Others
7%
12% 1%
Pig
16% Cattle
33%
Cattle
47%
Sheep-goat
40%
Sheep-goat
44%
Fig. 4. Area P, faunal remains. Fig. 5. Nora, total faunal remains.
4) is different: 47% bovine, 40% ovine-caprine, 12% Other animal species contributed to the diet of the
porcine. In this case it must be borne in mind that the people of Nora, above all poultry; it should be reca-
finds relate to a public area and are not referable to lled that Classical authors refer to the Romans as
a domestic private use of the zone investigated by the great consumers of hens’ eggs (Cato De Agr. 143.3;
excavation, so their significance is completely diffe- Petron. Satyr. 65.2; Plin. 29.55).
rent from that of the cases previously illustrated for
Areas C and M (Fig. 5). The data concerning the osteological remains docu-
mented in Nora are confirmed in another Medite-
If all the data in our possession are put into a single rranean area, by the Adriatic Sea in Southern Italy:
graph, then the following percentages are obtained: Northern Puglia; here a study of animal finds par-
44% ovine-caprine, 33% bovine, 16% porcine. tially relating to the Late Ancient Period has highli-
ghted a significant consumption of ovine-caprine
As the research currently stands it may be conclu- meat, with these animals also being used for wool
ded that it was above all the meat of domestic ani- and milk, followed by bovine and porcine and by a low
mals that was consumed, in particular sheep and percentage of game, revealing, as in Sardinia, deer,
goats, followed by cattle and pigs; this trend is in birds and hare among the species hunted (Buglione,
line with other sites in Sardinia (Manconi, 1997: 2008:159-160).
213-221), also in the Punic Age, in which the ani-
mals most commonly consumed were pigs, cattle In general it may be affirmed that the typology of
and sheep and goats. The osteological remains in eating habits in Nora is in line with the Southern
Nora relate to both young and less young animals, Mediterranean area, where the animals most con-
in reference to pigs, sheep and goats; it could the- sumed are sheep and goats. In the Imperial Roman
refore be supposed that these were bred to be but- Period the area of Europe and the Mediterranean
chered at a tender age, or, especially in the case of was divided into three main zones of fauna and food,
sheep, exploited up to a mature age for wool and dominated respectively by cattle, pigs and goats and
milk production: indeed evidence of this is provided sheep. Northern Europe was characterised by the
by the sources (Varro 2.11.1; Col. 7.8). The possi- consumption of bovine meat; the Northern Medite-
bility must also be taken into account that sheep rranean, also including the Italic Peninsula, by the
breeding took place outdoors and with the moving eating of porcine meat and North Africa and the Sou-
of the flocks to richer grazing zones in the moun- thern Mediterranean by feeding based on the con-
tains in the warm seasons and by the sea in the cool sumption of ovine-caprine meat. This is obviously
ones; this custom could certainly have had implica- a very generic framework of eating trends (King,
tions regarding seasonality in eating habits over the 1999:139-150), based on a series of archaeozoologi-
course of the year (Buglione 2008: 160; Tullet and cal samples, which may be subject to variation within
Harrison 2008: 155). the same country, even from town to town, according
to the local or previous historical cultural influences
Pork was very much appreciated in Roman cuisine of each zone.
and pigs were consumed even when very young (Plin.
8.209; Ovid. Fast. 6.169). The cattle were of adult The study of the typological diffusion of open (cas-
age, probably because they were used in agricul- seroles) and closed (ollae) cooking containers shows
tural work, before being slaughtered, as incidenta- that, in general, the diffusion of closed forms is cha-
lly is also indicated by the Classical authors (Varro racteristic of central and continental Europe, while
1.5.4; Cic. De natura deorum 2.159; Plin. 8.180; in fact there are zones such as the Italian Peninsula and
there were legal provisions that prohibited slaugh- Greece that have a mixture of casseroles and ollae; in
ter before they had been full exploited for work (Plin. general a high percentage of open forms are always
28.14.53). Domestic animals in general contributed attested in the Central Mediterranean with Sardinia
to the Roman diet with their meat, but also with their and Corsica and the Southern Mediterranean with
fats, milk and cheeses. Evidence is provided of the Northern Africa (Arthur, 2007b: 17).
processing of milk to produce cheese by the pre-
sence in the Roman common ware of Nora of “cri- If we relate the cooking containers together with their
bellum” vases, which were used for draining cheese possible contents at the time of cooking, it is clear
products during the first phase of their seasoning. that the diffusion of open forms belongs to the area
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CRISTINA NERVI
where osteological remains associated with sheep or forms, using finds either reconstructed or conser-
goats are most widespread, while closed forms are ved intact, mostly recovered, according to secon-
associated with the areas of diffusion of cattle or pigs dary uses inside the necropolis in Nora (La Fragola,
(Arthur, 2007b: 18). 2002: 209-235).
In effect closed forms are more suited to cooking The osteological remains also testify to the consump-
liquid or semi-liquid foods with considerable water tion of wild species, and therefore of hunting activities,
retention, such as soups, and are suited to cooking particularly stag, which is a species that is widespread
pork, beef and wheat, a type of diet that is well suited throughout Sardinia, and wildfowl; the presence of roe
for cold or cooler zones; in contrast, casseroles are deer and hare is documented in rare cases.
more consistent with cooking drier dishes, since they
favour the evaporation of the water contained in the The low percentage of fragments referable to fish is
food during its preparation: they are preferable, the- in all probability due to the unlikelihood of such finds
refore, for cooking goat or sheep meat, fish or sauces being conserved, and to the difficulty in excavating
(Bats, 1988: 48) and are very well suited to the dietary them unless a sieve is used; since Nora completely
habits of a warm climate. overlooks the sea, it appears unlikely that it did not
base at least part of its diet on fish, since in addition
Nora fits fully within these case studies that relate a large amount of remnants of species of molluscs
areas of fauna and pottery forms together: indeed have been conserved.
the animals most widely used in the local diet were
sheep and goats and the type most attested among Concerning these remnants, it is obviously not cer-
the cooking ware is the casserole. tain that they were used solely for food, as could be
evidenced by the fact that the species most present
To succeed in better understanding the use of con- is precisely the murex (Murex trunculus), from which
tainers in general, it would be interesting and useful the colour purple could also have been extracted.
to prepare a study on the volumes, on whether these Certainly mussels (Cardium edule) were also used
are variable also within the same type or typology of for nutrition in large percentages, followed then
Monodonta
turbinata
Cerithium Ostrea edulis
2%
vulgatum 2% Fish
4% 3%
Glycymeris
glycymeris
4%
Patella caerulea
5%
Murex trunculus
44%
Cardium edule
36%
some way behind by limpets (Patella caerulea), dog vide us with further indications on eating and drinking
cockles (Glycymeris glycymeris), Cerithium vulgatum habits, although we must bear in mind that goods
(a variety of sea snail), then by oysters (Ostrea edu- also travelled in other containers made of perisha-
lis) and Monodonta turbinata (a smaller sea snail). ble materials, which were therefore rarely conserved
The fish and marine life in the sea of Nora therefore among the finds recovered during excavations. In the
contributed to its inhabitants’ diet in Roman times, Roman Period the product most imported to Nora was
as currently happens: it must be remembered in this wine (with 59% of attestations), followed by fish sauce
regard that today the traditional cuisine still includes (32%) and lastly oil, with just 9%. It could therefore
pasta with mussels among its specialities (Fig. 6). be hypothesised, on the basis of the data currently
in our possession, that in the territory inland of the
Unfortunately the palaeobotanical data provided by port it was above all the olive tree that was cultivated,
the excavations in Nora are rare, if compared to the allowing the production and consumption of oil from
number of excavations conducted over the years, local production to the detriment of imports from the
also using modern methodologies. The first interes- other areas of the Mediterranean. Furthermore, this
ting result provided to us by these analyses is that the data item could be confirmed by the anthracologi-
natural environment of Roman Nora would not have cal remains: in fact the presence of the olive tree is
been very different from that of today, consisting of documented, in both the Punic and the Roman Periods
Mediterranean maquis (Montanari, 2003: 306; Miola (Montanari, 2003: 306; Miola et al., 2009: 917), even if
et al., 2009: 918), so the type of diet to be determi- at a botanical level it is not possible to recognise the
ned should be appropriate to a warm climate, with a wild olive tree from the olive grown for cultivation pur-
shortage of rain during the year and cooler periods. poses. The production of oil is attested in other areas
Furthermore, the geography of the location must be of the island, such as in the territory of Gesturi, in Cen-
considered, as this must certainly have influenced tral Sardinia (Lilliu et al., 1985: 45-46).
not only the way of life, but also eating habits (San-
dias, 2008: 113). The territory inland of Nora had a It is also possible to hypothesise the cultivation of
richer hydrography than today: indeed traces of durum wheat, triticum durum, which is well suited
rivers remain, which have now dried up, and which to warm climates. Furthermore, the sources remind
once ploughed through the countryside; indeed the us on various occasions that in exceptional circum-
palynological remains also attest the presence of stances the Punics already used the wheat cultivated
high trunk trees such as holm oak. In this regard it by them in Sardinia for supplies (Diod. 14.63.4, 77.6,
must be remembered that, before man’s action over 21.16.1).
time, Mediterranean maquis did not consist entirely
of bushes, but also of some kinds of trees. Another fundamental element in the Roman diet was
certainly honey, to which Cicero also refers (Cic. In
Among the types of plant present that could have had Verrem 2.2). As the only available sweetener, it was
a use for food in Roman times are the juniper and extensively used in antiquity, indeed this led to spe-
the arbutus, while in the Phoenician-Punic Period the cific forms of vases being used to contain it with a
following are attested: oats and fig trees, which we particular eversion in the rim, which enabled a liquid
can also imagine as being used in the Roman diet. to be placed in the hollow of the rim to prevent ants
and other insects from entering the container and
The finds recovered in Area C, a private context, are coming into contact with this precious nectar (Parot
referable to holm oak, arbutus and juniper, frag- Neves and Fonseca, forthcoming).
ments of which are conserved belonging to small
branches; these were burnt in direct contact with The Punic influence on diet in Nora is identified not
fire, in other words in the hearth, but we do not pos- only through the persistence of forms of cooking
sess further data in order to attribute them to a use ware, table ware and storage ware until Late Anti-
in the kitchen or for producing flames to cook food. quity, but also via archaeological data, which provide
us with more certain elements on the types of food
What is interesting, even if it does not concern the prepared. The continued existence in the Republican
food context, is the presence of cistus, which is still Age of mobile ceramic ovens (tannur) (Finocchi, 2003:
processed today for the production of medicinal oils. 42), which were used in the Phoenician world, also in
The data coming from imported amphorae may pro- the Near East, indicates the production of bread that
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CRISTINA NERVI
was backed by making the flat-shaped loaf stick to Obviously the real situation of the traditions,
the walls of the heated oven, as with the current Ara- nutritional habits and pottery types is much more
bic bread of North African countries. Local Sardinian complexly structured than it has been possible to
bakery conserves Arabic bread among its forms; this determine in this study; the difficulties in approa-
is similar to the pitta bread of North Africa, Syria and ching the reality arise not only from the capacity to
the Lebanon; today in Pula (the municipality today process the data correctly, but also from the fact
that is in the territory of which Phoenician-Punic-Ro- that the palaeobotanical analyses and those of ani-
man Nora is located) this bread is baked in modern mal remains are rather scarce in number; add to
ovens, but this is evidence of the persistence of the this that the publications on common ware, both
ancient tradition, undoubtedly mediated by the Arab for cooking and for storage, are not equal to the
domination of Sardinia from the beginning of the 8th quantity of these brought to light during the years
century AD. As a supplementary note, there is the fact of excavation; precisely their large quantities have
that this type of Arabic bread, once very widely used led to their “marginalision” from publications,
in Sardinia, is currently tending to disappear to make which have had a preference for “noble” classes
way for more recognised types, therefore making it of pottery.
more and more difficult to take up the thread of the
ancient history that has its roots in the world of the Chemical analyses relating to possible organic
Phoenicians of the Near East. On this subject, it must residues held on the surfaces of the containers
be remembered that the use of the Phoenician tannur or their contents are therefore lacking: such
oven was obviously not retained in the Roman world research would clarify many of the data regar-
solely in Sardinia, but also in Lebanon itself, where in ding eating habits; they can in fact identify resi-
Roman times a baking process took place that was dues of proteins associated with meat (succee-
entirely similar to that of which there is evidence in ding in identifying that of ruminants, for example)
Nora (Reynolds, forthcoming). and animal fats associated with milk or cheeses;
they are able to identify vegetable fats and green
There is another product of Latin derivation still in vegetables; they provide indications on the type of
existence in traditional Sardinian cuisine: sapa or cooking that took place in the containers: in fact
saba, obtained by boiling must. Today sweets are if a dish is boiled it tends to leave residues, espe-
produced with it, decorated with almonds and rai- cially in the upper part of the recipient, while if
sins. Pliny the Elder reminds us that in order to it is stewed the residues are mostly collected at
obtain sapa you had to boil the first wine (the must, the bottom. Furthermore, these studies enable us
in fact) for half an hour (Pl. NH 9.82.56), thus provi- to identify markers of resins, or pitch, or possi-
ding us with the exact recipe that is still used today, ble treatments to the surface of the cooking ware,
not only in Sardinia, but also in Emilia, Romagna and which allow a better heat distribution over the
the Marche. The presence of grapevines is obviously walls of the recipient; to provide a concrete exam-
documented by the palaeobotanical remains from ple, it is unlikely that water will succeed in rea-
the age prior to the Roman, recovered in the excava- ching boiling point in a recipient without an inter-
tion of the Forum area (Miola et al., 2009: 912, 914- nal lining, consisting of a simple bare fabric, if
918). The production of wine would certainly not have its surface is not treated (Notarstefano, 2013:15-
been an innovation, if we consider the Roman plant 22, 25-40). In this regard, we may recall that in
for working the grape found at Nuraghe Arrubiu in Piedmont (Northern Italy) in the late 19th - early
the hinterland of the East Sardinian coast (Van Dom- 20th century the terracotta pots were periodica-
melen et al., 2010:1198-1202). lly treated internally with garlic, which improved
their durability over time.
The overview of food resources offered in this report
is certainly not complete, and is somewhat simplistic, An indirect yet concrete indicator of possible eating
but it does nevertheless tackle an important area of habits is the study of the isotopes inside the bones
studies, since even if these food resources do not have conserved in burial, from which the individual’s
a direct effect on the forms of the containers or on the food and nutritional chain may be deduced (Nitsch,
types of pottery, certainly if a change takes place in the forthcoming; Mundee, 2009: 64-72); in this case
possible raw materials, there certainly will be reper- too, such research has not yet been conducted in
cussions on the types of pottery (Arthur, 2007b: 16). the Nora area.
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4.10. ESTUDIO ARQUEOMÉTRICO DE
LAS MATERIAS PRIMAS UTILIZADAS
EN LA ELABORACIÓN DE MATERIALES
CERÁMICOS DE LOS YACIMIENTOS DE LOS
CASTROS DE LASTRA Y LA HOYA (ÁLAVA) Y
SANTIAGOMENDI (GUIPÚZCOA)
ARCHAEOMETRIC STUDY OF RAW MATERIALS USED IN THE MAKING
OF CERAMIC MATERIALS FROM THE ARCHAEOLOGICAL SITES OF LOS
CASTROS DE LASTRA AND LA HOYA (ÁLAVA) AND SANTIAGOMENDI
(GUIPÚZCOA)
Judith López De Heredia Martínez de Sabarte1, Juan Félix Conde Moreno2, Fernando Agua Martínez2 y Manuel García Heras2
Resumen Abstract
Entre las distintas variables que influyen en la Among the different variables that influence the
realización de un producto cerámico la captación y making of a ceramic product acquisition and
selección de materias primas y su acondicionamiento selection of raw materials and their preparation
son algunas de las más importantes. Esta are some of the most important. This contribution
contribución presenta los resultados de un estudio presents the results derived from an archaeometric
arqueométrico llevado a cabo para determinar study carried out to determine the clay sediments
los sedimentos arcillosos y los materiales no and the non-plastic materials possibly used in the
plásticos posiblemente utilizados en la elaboración making of the pottery recipients coming from three
de recipientes cerámicos de tres yacimientos Iron Age archaeological sites: Los Castros de Lastra,
de la Edad del Hierro: Los Castros de Lastra, La La Hoya y Santiagomendi. A representative set of
Hoya y Santiagomendi. Un conjunto representativo raw materials obtained in the surroundings of these
de materias primas obtenidas en el entorno de three sites was prepared and fired in the laboratory
estos tres yacimientos se acondicionó y coció following the same sequence of production than that
en el laboratorio siguiendo la misma secuencia determined for the archaeological ceramic materials.
de producción determinada para los materiales The study has been useful to experimentally
cerámicos arqueológicos. El estudio ha servido para determine the type of clays and non-plastic materials
determinar, experimentalmente, qué tipo de arcillas used by the Iron Age communities who inhabited
y materiales no plásticos utilizaron las comunidades these settlements to make its pottery, as well as the
de la Edad del Hierro que habitaron en estos technology employed to produce it.
asentamientos para elaborar su cerámica, así como
la tecnología que emplearon para producirla. Key words: Pottery; Iron Age; Archaeometry; Raw
materials; Clay; Temper; Calcite.
Palabras clave: Cerámica; Edad del Hierro;
Arqueometría; Materias Primas; Arcilla;
Desgrasante; Calcita.
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JUDITH LÓPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE, ET AL.
Fig. 1. Mapa de situación de los yacimientos estudiados: Los Castros de Lastra (Álava), La Hoya (Álava) y Santiagomendi (Guipúzcoa).
LHY. 7100 A
LHY. 7107 A
Lám. 1. Imagen que muestra la tipología cerámica más significativa de los tres yacimientos estudiados. En la parte superior la cerámica
modelada a mano y en la parte inferior la cerámica modelada a torno.
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JUDITH LÓPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE, ET AL.
y feldespatos, así como algunas ofitas de ambiente mayor consistencia a la matriz haciendo disminuir el
ígneo en el caso de Santiagomendi. En cuanto a la tiempo de secado. Además, proporciona una mayor
tipología son por lo general vasijas de almacenaje de resistencia mecánica y térmica a los recipientes
diversos tamaños apenas decoradas y cuando lo están, cerámicos. En este estudio se han tomado muestras
la decoración se compone de sencillos motivos lineales de las dos materias primas principales identificadas
incisos, digitaciones o ungulaciones. en las cerámicas arqueológicas de la Edad del Hie-
rro del País Vasco. Esto es, sedimentos arcillosos y
En cuanto a la cerámica modelada a torno su pro- materiales no plásticos (fundamentalmente calcita).
ducción es diferente, ya que presenta una fábrica
con una materia prima muy decantada y bien pre-
parada para tornear, compuesta por una arcilla illí- 2. METODOLOGÍA Y EXPERIMENTACIÓN
tica, cuarzo, carbonato cálcico y feldespatos, según
los datos obtenidos mediante difracción de rayos X Con el objetivo de determinar las posibles fuentes de
(DRX) (López de Heredia Martínez de Sabarte: 2011). aprovisionamiento se muestreó un conjunto repre-
La cerámica modelada a torno presenta una coc- sentativo de sedimentos arcillosos y de materiales
ción en una atmósfera totalmente oxidante. Tipoló- no plásticos (como calcita), procedentes del entorno
gicamente, casi la totalidad de las piezas analizadas de los tres yacimientos mencionados. La selección se
son grandes vasijas de almacenaje. Al contrario llevó a cabo una vez estudiados arqueométricamente
que en la cerámica modelada a mano, hay más pie- los conjuntos cerámicos de cada uno de los yaci-
zas decoradas. Sin embargo, son motivos sencillos: mientos, a partir de las hojas número 64, 111 y 170
líneas, círculos y semicírculos, careciendo de temas del Mapa Geológico del Instituto Geológico y Minero
figurativos. de España. Se recogieron 22 muestras en total: 11
sedimentos arcillosos de Los Castros de Lastra,
Un material cerámico se compone de dos materias cinco muestras de arcilla de La Hoya y tres de calcita,
primas principales: el sedimento arcilloso llamado y finalmente tres muestras de Santiagomendi.
matriz y las inclusiones no plásticas, que pueden ser
naturales o haber sido añadidas de forma intencio- Posteriormente, en el laboratorio, se determinó cuá-
nada para modificar las propiedades de la matriz. les eran los sedimentos arcillosos que por sus carac-
terísticas texturales parecían más apropiados para
Si bien la arcilla es un material muy habitual en la elaborar cerámica, ya que algunos de ellos contenían
naturaleza, no todas las arcillas resultan adecuadas un porcentaje elevado de fracción arena y no eran en
para la fabricación de cerámica. La arcilla se com- principio adecuados para el modelado de vasijas. De
pone de silicatos alumínicos hidratados procedentes este modo de las 22 muestras iniciales se prepara-
de la alteración y degradación de otras rocas pre- ron cuatro para Los Castros de Lastra, dos muestras
existentes, cuya principal característica es que tiene de sedimento arcilloso y una de calcita para La Hoya
cualidades plásticas (Fernández Martínez, et al., y finalmente solo una de Santiagomendi.
1984: 13; Hurlbut y Klein, 1982: 428). Es decir, que
al ser mezclada con agua se hace moldeable, puede Los sedimentos y materiales no plásticos se acondi-
deformarse sin rotura mediante presión y no pierde cionaron siguiendo la misma secuencia de producción
su forma. Igualmente importante es la dureza y la que la determinada en el material cerámico arqueo-
durabilidad obtenida mediante el calor, ya que una lógico, realizándose probetas con diferentes asocia-
vez superados los aproximadamente 600ºC, la arcilla ciones de sedimento arcilloso y material no plástico
se transforma en un sólido de manera irreversible que se secaron a temperatura ambiente. Las distin-
(Quinn, 2013: 39; Rye, 1988: 29). tas probetas se cocieron en un horno eléctrico en
atmósfera oxidante siguiendo el siguiente procesado
En cuanto a las inclusiones, su naturaleza es muy térmico. La cocción se realizó con un temple de 120
diversa. No obstante, en los conjuntos cerámicos min, durante el cual la temperatura se elevó lenta-
de los yacimientos analizados, el desgrasante aña- mente hasta alcanzar 300°C. Después, en un segundo
dido más frecuente como inclusión es la calcita. La paso, la temperatura se elevó hasta 750°C en 90 min.
calcita es un mineral compuesto básicamente por La máxima temperatura (750°C) se estabilizó durante
carbonato cálcico y se encuentra muy extendido en 15 minutos. Por último, el horno se mantuvo cerrado
la naturaleza. La presencia de calcita proporciona para conseguir un enfriamiento lento y prolongado.
Las probetas se caracterizaron con las mismas téc- entre la Meseta y la Cornisa Cantábrica. Desde este
nicas químico-físicas que las utilizadas previamente punto se controlan varios puertos, pasos de montaña
en la caracterización arqueométrica de los conjun- y puntos de especial interés, lo que le permitió el con-
tos cerámicos arqueológicos, tales como: análisis trol del territorio y la relación con otros asentamientos
petrográfico mediante lámina delgada y difracción de (Sáenz de Urturi Rodríguez, 1984: 10-11). En cuanto a
rayos X (DRX). Sin embargo se ha descartado la utili- la geología del lugar, Los Castros de Lastra se localiza
zación de espectrometría de fluorescencia de rayos X en una zona de confluencia de sedimentos en los que
(FRX), ya que resulta muy complejo establecer com- se hallan diferentes tipos de arcillas. El yacimiento se
paraciones compositivas con las piezas arqueológi- encuentra concretamente sobre calizas con lacazinas.
cas. Se estima que con el análisis petrográfico y con En el entorno de este poblado se tomaron 11 mues-
el análisis de las fases mineralógicas es suficiente tras de sedimentos arcillosos.
para realizar una aproximación a las posibles fuen-
tes de materia prima. El yacimiento de La Hoya (Laguardia, Álava), como el
caso anterior, es un poblado habitado desde la Edad
Para el análisis petrográfico de las probetas prepa- del Bronce hasta el siglo III a.C. aproximadamente,
radas en el laboratorio con los sedimentos arcillosos momento en el cual es abandonado definitivamente.
y los materiales no plásticos se empleó un micros- El asentamiento posee gran valor arqueológico ya
copio óptico de luz transmitida y dispositivo de pola- que es uno de los mayores yacimientos en el País
rización Kyowa BioPol 2. Las micrografías se obtu- Vasco de esta cronología. Destaca su urbanismo
vieron con una cámara digital Moticam 2500. Para radial, en su momento álgido de ocupación, en la
su análisis mediante DRX se utilizó un difractómetro Edad del Hierro; y pudo tener entidad estratégica al
PANalytical X’Pert MPD, utilizando la radiación Kα situarse en un cruce de caminos entre el valle del
del cobre (1,54056 Å) y condiciones de trabajo de 45 Ebro y la Montaña Alavesa (Llanos Ortíz de Landa-
kV de tensión y de 40 mA de intensidad. Los difracto- luze, 2002, 2005) (Fig. 1). La Hoya se encuentra en
gramas se registraron entre 2θ = 5-60°. Para el aná- un terreno de arenas, areniscas calcáreas y arcillas
lisis petrográfico de los conjuntos cerámicos arqueo- ocres, en la denominada Facies de Haro, pertene-
lógicos se empleó el mismo equipo de microscopía ciente al Terciario. Todo el terreno circundante,
óptica, mientras que los análisis mediante DRX se desde el río Ebro hasta la sierra de Cantabria, se
llevaron a cabo con dos equipos distintos. Un difrac- sitúa en este tipo de terreno. En el entorno de este
tómetro Bruker D8 Advance, usando la radiación Kα poblado se tomaron cinco muestras de arcilla. Tam-
del cobre (1,54051 Å) y condiciones de trabajo de bién se muestrearon calcitas de la Sierra de Canta-
40 kV de tensión y de 30 mA de intensidad, para los bria, cercana al yacimiento.
conjuntos cerámicos procedentes de Los Castros
de Lastra y La Hoya en los que los difractogramas El yacimiento de Santiagomendi es un poblado ubi-
se registraron entre 2θ = 2-60°; y un difractóme- cado en la colina del mismo nombre en Astigarraga
tro Bruker D8 Discover con radiación Kα del cobre (Guipúzcoa). Al contario que otros asentamientos de
(1,54060 Å) y condiciones de trabajo de 40 kV y de 30 esta época carece de fortificaciones. En este yaci-
mA, para el conjunto cerámico procedente de Santia- miento se documenta una ocupación continua a lo
gomendi en el que los difractogramas se registraron largo de la Edad del Hierro hasta probablemente los
entre 2θ = 5-60°. primeros años del siglo I d.C., como parece indicar
la presencia de cerámica común romana junto con
la producción indígena del Hierro Final (Ceberio
3. LOS YACIMIENTOS Rodríguez, 2009: 229), aunque también hay indicios
de ocupación en el Calcolítico-Bronce. Asimismo, se
El yacimiento de Los Castros de Lastra (Caranca, muni- ha identificado este yacimiento con el Morogi de las
cipio de Valdegobía, Álava) es un poblado fortificado fuentes clásicas (Ceberio Rodríguez, 2009: 238; Este-
que estuvo ocupado desde la Edad del Bronce hasta la ban Delgado e Izquierdo Marculeta, 2005: 402) (Fig.
II Edad del Hierro, con un asentamiento medieval pos- 1). Santiagomendi se localiza sobre un sedimento de
terior (Sáenz de Urturi Rodríguez, 1994, 2000) (Fig. 1). margocalizas grises y negras con algunas interca-
El yacimiento está situado en altura y cuenta con una laciones de margas del Jurásico. Las tres muestras
ubicación estratégica, puesto que desde el poblado se tomadas en el entorno de este yacimiento pertene-
divisa el valle del Omecillo que sirve de lugar de paso cen a este sedimento.
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JUDITH LÓPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE, ET AL.
Fig. 2. Ubicación sobre el mapa geológico del IGME de las muestras de arcilla tomadas en el entorno del yacimiento de Los Castros de Lastra.
Fig. 4. Yacimiento de Los Castros de Lastra: comparación de los difractogramas obtenidos en la muestra experimental 10 y en una cerámica
arqueológica.
Fig. 5. Los Castros de Lastra: comparación de las láminas delgadas de las muestras experimentales 5 y 10 y de distintas cerámicas arqueo-
lógicas. Los recuadros en blanco señalan las semejanzas.
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JUDITH LÓPEZ DE HEREDIA MARTÍNEZ DE SABARTE, ET AL.
Fig. 6. Ubicación sobre el mapa geológico del IGME de las muestras de arcilla y calcita tomadas en el entorno del yacimiento de La Hoya.
superficie en la que no hay calcitas porque se en consonancia con los datos aportados por estudios
habrían desprendido. Por otro lado, es análoga a etnoarqueológicos (Arnold, 1985: 37 y ss.; Bazzana,
un vaso de cerámica a torno (pieza CL.205), que et al. 2003: 53-55; Clop García, 2007: 36-37; González
carece de calcita añadida. Urquijo, et al. 2001: 58).
Fig. 7. La Hoya: comparación de los difractogramas obtenidos en la muestra experimental 4 y en una cerámica arqueológica.
Fig. 8. La Hoya: comparación mediante lámina delgada de las muestras de arcilla y de calcita y su semejanza con las cerámicas arqueológi-
cas. Los recuadros en blanco señalan las semejanzas.
sentaban esta característica, lo que podría indicar de 0,5 km del yacimiento (Fig. 6). Los análisis de
que lejos de ser un proceso postdeposicional podría DRX y las observaciones mediante lámina delgada
ser un problema de la propia materia prima utilizada muestran similitudes con algunas piezas del yaci-
para elaborar la cerámica arqueológica. miento, tanto de cerámica modelada a mano (p. ej.
LHY-I 1248; LHY 7505A y LHY 7176A) como de cerá-
La muestra experimental que mejores resultados mica modelada a torno (p. ej. LHY 5895 y LHY 6451)
proporcionó fue la número cuatro, que dista menos (Figs. 7 y 8).
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Las calcitas muestreadas en la Sierra de Cantabria, patrón de fractura característico de la calcita macha-
recogidas a 7 km y con un desnivel desde el yaci- cada deliberadamente (Fig. 8).
miento de 275 m, provienen de sedimentos de dolo-
mías, calizas con miliólidos y calizas y calcarenitas Como en el caso del yacimiento anterior de Los Cas-
ferruginosas con lacazinas, del Cretácico Superior. tros de Lastra, dado el parecido existente entre las
Este mineral se añadió en las probetas y proporcionó arcillas muestreadas y las cerámicas arqueológicas,
unas muestras experimentales muy semejantes a se puede considerar que la materia prima utilizada
las calcitas utilizadas como desgrasantes en la cerá- es local, a pesar de que sus características no son
mica de La Hoya, ya que presentó la angulosidad y el las más apropiadas, debido al elevado contenido de
Fig. 9. Ubicación sobre el mapa geológico del IGME de las muestras de arcilla tomadas en el entorno del yacimiento de Santiagomendi.
Fig. 10. Santiagomendi: comparación de los difractogramas obtenidos en la muestra experimental 1 y en una cerámica arqueológica.
fracción arena que presentan estas arcillas. Por ello, minaron semejanzas con la muestra experimental 1,
parece lógico suponer que los alfareros de La Hoya tanto en vasijas como en adobes, ya que en todos los
utilizaran un sedimento arcilloso similar a este pero casos se determinaron las mismas fases mineraló-
con un contenido menor de arena. En lo que respecta gicas (Fig. 10).
a las calcitas, también pueden considerarse locales
dado el parecido observado con las que se identifican En lo que respecta a las láminas delgadas, tanto las
en las piezas arqueológicas y su relativa cercanía al cerámicas arqueológicas como las muestras expe-
yacimiento. rimentales ofrecen gran similitud, especialmente en
cuanto a la textura de la matriz y de las inclusiones
se refiere (Fig. 11). Ello indica, por tanto, que el sedi-
4.3. SANTIAGOMENDI mento utilizado por los alfareros de Santiagomendi
para algunos recipientes cerámicos y, sobre todo,
De las tres muestras tomadas en el entorno del yaci- para elaborar adobes, fue casi el mismo o al menos
miento (Fig. 9), únicamente la número 1 dio resul- uno muy similar. Finalmente, como ocurre en los
tados positivos en su comparación con el material otros yacimientos anteriormente descritos, el ámbito
arqueológico. A través de las difracciones se deter- de recogida de los sedimentos es local.
Muestra experimental 1
Fig. 11. Comparación de las láminas delgadas de las muestras experimentales y de distintas cerámicas y adobes arqueológicos. Se aprecian
semejanzas en la textura de la matriz y las inclusiones, como se señala en los cuadros en blanco.
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Delfín restaurado. Orla de enmarque del Mosaico IV de Los Vergeles.
4.11. LA TECNOLOGÍA CERÁMICA EN ÍTEMS
NO CONTENEDORES: LAS TESELAS DE LOS
MOSAICOS DE LA VILLA ROMANA DE LOS
VERGELES (GRANADA)
CERAMIC TECHNOLOGY IN THE MOSAICS´S TESSERAE FROM THE ROMAN
VILLAE OF LOS VERGELES (GRANADA, SPAIN)
Resumen Abstract
Dada la escasa tradición de aplicar análisis Due to the gaps in our knowledge about the
arqueométricos a los estudios musivos, el presente possibilities of applying archaeometric analysis to
trabajo tiene como objeto analizar las teselas the research in roman mosaics, this paper aims to
cerámicas desde dos puntos de vista: el tecnológico study the tesserae made of pottery from two points
–tanto desde la arqueometría tradicional como a of view. On one hand, a technological analysis –
través de análisis de Difracción de Rayos X-; y el using both traditional archaeometry and DRX-; and
productivo, preguntándonos quién las hacía, dónde on the other hand, an emphasis in the production
y cómo. Se propone aquí una nueva metodología processes, deeping in who, where and how these
de estudio en los mosaicos, en el que las analíticas tesserae were made. Hence this paper it is shown
comparativas entre las teselas de este material y los a new methodological proposal in the mosaics’
artefactos cerámicos hallados en su contexto pueden enquiry, where the comparison between tesserae
dar luz sobre el proceso de fabricación y cocción de and pottery vessels must shed light on the production
dichas teselas, su procedencia de alfares concretos, and temperature of the kiln, its provenance, and the
y sobre todo, la dinámica de un abastecimiento que supplying relation between the potter and the mosaic
relacionaba los talleres cerámicos con los musivarios craftsman during the Roman period.
en época romana.
Key words: Clay Tesserae, Roman Mosaic,
Palabras clave: Teselas Cerámicas, Mosaico Ceramic Technology, Florentia Iliberritana,
Romano, Tecnología Cerámica, Florentia Production Processes.
Iliberritana, Procesos Productivos.
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ALBERTO DORADO ALEJOS Y PURIFICACIÓN MARÍN DÍAZ
Lámina 1: Detalle del Mosaico II de Los Vergeles. Uso de teselas cerámicas. (Foto: realizada por autores).
Nuestros objetivos en este trabajo han sido granadinos en base a identificar su proceden-
fundamentalmente: cia a través de una caracterización arqueomé-
trica y tecnológica del material procedente de
a. Analizar las posibilidades de las nuevas técnicas los alfares conocidos hasta el momento, que
arqueométricas en el conocimiento de aspectos por otro lado son más bien escasos y a menudo
aún desconocidos del proceso de fabricación sometidos a estudios que no trascienden de la
de un mosaico y sus componentes cerámicos, tipología.
teniendo en cuenta el intenso desgaste que suele
presentar este material derivado de su función de d. Estudiar las herramientas utilizadas en el corte
suelo. Se pretende así incidir también en todas de las teselas a través del análisis de las hue-
las fases de la vida de este material, que incluye, llas que quedan en éstas. Proponemos plan-
como no, la reutilización. tear hipótesis preliminares en el estudio de las
huellas de herramientas con la intención de que
b. Aportar nuevas conclusiones históricas en torno sean desarrolladas en estudios experimentales
a la realidad concreta de la Granada romana a posteriores.
partir de uno de los más importantes casos de
villa rústica y monumental en ella localizados: la e. Estudiar los comportamientos artesanales, inci-
villa de los Vergeles. diendo por un lado en las relaciones de abasteci-
miento e interdependencia entre talleres, centros
c. Poner en relación la procedencia de las teselas productivos, y núcleos de extracción de materias
cerámicas de los mosaicos de los Vergeles así primas, y por otro, en las relaciones entre artista
como sus arcillas con los núcleos productivos y comandatario.
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ALBERTO DORADO ALEJOS Y PURIFICACIÓN MARÍN DÍAZ
Fig. 1. Ubicación de Iliberis y las villae localizadas en el ager iliberitano. (Fuente: SÁNCHEZ et al., 2008).
y de urgencia de las excavaciones; no obstante han ducción tanto de vajilla para uso doméstico, sobre
sido documentadas tanto el área productiva como la todo Terra Sigillata Hispanica, cerámica común, y
pars urbana, ésta última con un área de al menos engobadas, como de elementos constructivos, prin-
3.613 m² (Marín, 2011). cipalmente tegulas, ímbrices y ladrillos (Sánchez et
al., 2008: 102-104). Cronológicamente, el alfar del
La villa se sitúa en el actual barrio de los Vergeles, Albaicín estuvo en funcionamiento hasta aproxima-
y por su situación con respecto a la ciudad sabemos damente finales del siglo II d.C., si bien el de Cartuja
que era una de las villae del suburbio del munici- pudo perdurar trabajando aún hasta época tardía.
pium de Iliberis, lo que le permitía una gran agili-
dad comercial entre el centro productor y el centro Ambos centros han sido documentados en el con-
consumidor y que denota una elevada y continua texto de los principales alfares de la provincia de
productividad en el fundus de la villa a juzgar por el Granada (Fernández, 2004) y del resto de la Bética,
periodo de hábitat tan prolongado que tuvo (Marín, aunque casi siempre atendiendo a sus producciones
2011). Debió construirse durante el siglo I d. C., en desde un punto de vista tipológico, y salvo estudios
el contexto de la implantación y difusión de la villa puntuales de caracterización arqueométrica de la
por los agri hispanos, y hasta su abandono en el Terra Sigillata Hispánica (Compaña et al., 2010), aún
siglo V d.C. la villa experimentó constantes fases de son muchas las preguntas que quedan pendientes.
reestructuración y mejora, dándose la mayor de las
reformas en el siglo IV, momento al que pertenecen
los mosaicos que aquí nos ocupan, concibiendo así el 3. CONTEXTO GEOLÓGICO
triclinium u oecus como nuevo espacio de ostenta-
ción aristocrática. La necesidad de diferenciar la procedencia de las
arcillas que componen las teselas de los mosaicos
Todos los mosaicos aquí documentados son polícro- de la villa de los Vergeles nos lleva a dedicar un breve
mos y de tipo geométrico, muy en la línea de las pro- apartado al ámbito geológico de la Vega de Granada.
ducciones musivas de la meseta en este siglo. Ante No obstante, se presenta a priori la problemática
la escasa variedad cromática disponible en la piedra de que los distintos alfares de la ciudad de Granada
local, muchos de los colores fueron obtenidos con beben de contextos geológicos muy similares. Serán
teselas cerámicas y de pasta vítrea, que acompaña- pues, las variaciones porcentuales de la composición
ban a las de caliza. La presencia de estos materiales de estas arcillas lo que nos hable de los lugares de
denota la existencia de talleres especializados en producción de las vasijas y de aspectos tecnológicos
esas producciones que abastecerían a los artesanos que puedan ayudarnos a diferenciar las teselas.
musivarios. Y en concreto, las teselas cerámicas nos
obligan a dirigir la mirada a los alfares conocidos La Vega de Granada se localiza entre las llamadas
en Iliberis, en aras de reconstruir una parte de la Zonas Internas -localizadas en el mar de Alborán- y
cadena productiva de estos pavimentos. las Zonas Externas -localizadas en la Meseta Ibé-
rica- de las Cordilleras Béticas, formando parte del
orógeno Bético-Rifeño (Mattauer, 1990), y situado
2.2. LOS CENTROS ALFAREROS ILIBERRITANOS en el limes de las placas Euroasiática y Africana. Su
evolución, según expone J. F. Soria (1993), comienza
De todos los núcleos artesanales o productivos, son en el Lías Medio y concluye en el Mioceno inferior.
los centros alfareros los más documentados, gracias
a la excavación de dos alfares, uno más pequeño, Las Zonas Externas se dividen en dos grandes domi-
situado en el Carmen de la Muralla, en el Albaicín, nios: Prebético y Subbético, aunque determinados
y un gran complejo alfarero de al menos 12 hornos autores distinguen entre ellos las Unidades Interme-
situado más a las afueras, y construido según la nor- dias, caracterizadas por la sedimentación de ambos
mativa que prohibía su ubicación intramuros, loca- (Ruiz, 1980)1. Las Zonas Internas se caracterizan por
lizado en Cartuja. Ambos se encargaban de la pro- el predominio de materiales paleozóicos y triásicos
1 RUIZ ORTIZ, P. A. (1980): Análisis de facies del Mesozoico de las Unidades Intermedias. (Entre Castril-Prov. de Granada y Jaén). Tesis Doc-
toral Inédita. Universidad de Granada. Granada.
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Fig. 2. Contexto geológico de la Vega de Granada (1:50.000) (Fuente: Instituto Geológico y Minero de España: Hoja 1009, Granada).
y su afección por procesos metamórficos. Se dividen de Granada han permitido también una mejor identi-
en tres complejos: Nevado-Filábride, Alpujárride y ficación de los componentes del material cerámico.
Maláguide, todos ellos superpuestos bajo los efectos Así, parece que buena parte de las rocas ígneas se
de cabalgamientos y fallas (García y Martínez, 1988). componen de plagioclasas, calcita, olivino, opacos,
De este modo, el contexto geológico en que se sitúa augita, apatito y piroxeno. Por su parte, las rocas
la ciudad de Granada se constituye como una gran metamórficas lo hacen de calcita, dolomita, mica
cuenca que recoge sedimentos arrastrados de los blanca, biotita, tormalina, apatito, cuarzo, plagiocla-
complejos Nevado-Filábride, Alpujárride y la Dorsal sas, epidota, clorita, sericita, feldespato alcalino y,
Interna del complejo Maláguide, pudiendo hallar, por en menor medida, de rutilo, circón, granate, cianita,
ello, materiales de las tres formaciones menciona- estaurolita, titanita y grafito.
das (Fig. 2).
DESGRASANTES
ID ID POSICIÓN TIPO DE % PESO
TECNOLOGÍA TIPO DE ESFERICIDAD / OBSERVACIONES
MUESTRA EXCAVACIÓN MOSAICO COCCIÓN INCLU- % ESTIMADO ORDENACIÓN (grs.)
DESGRASANTE DESGASTE
SIONES
Mica, cuarzo, F: 95; M: 5; Alta:
LV-001 LV- IV-2.10 Orla A mano Oxidante 10 Equilibrado 17.50 -
paragonita G: 0; MG: 0 angulosos
Cuarzo, esquisto,
F: 95; M: 5; Alta:
LV-002 LV-32.1 Figuración A mano Oxidante carbonato cálcico, 10 Equilibrado 11.60 -
G: 0; MG: 0 redondeados
micaesquisto
Esquisto,
F: 80; M: 20; Alta:
LV-003 LV-II-44.1 Figuración A mano Oxidante micaesquisto, 15-20 Equilibrado 12.10 -
G: 0; MG: 0 redondeados
mica, cuarzo
Posee muchas
No Mica, cuarzo, F: 95; M: 5; Alta: porosidades
LV-004 LV-II-P-42.1 Orla Oxidante 15-20 Equilibrado 16.30
determinable esquisto G: 0; MG: 0 redondeados que se forman
transversamente
Apelmazamiento
Cuarzo, esquisto, F: 98; M: 2; Alta: s
LV-005 LV-32-2 Figuración Oxidante 10 Muy bien 20.50 horizontal de la
carbonato cálcico G: 0; MG: 0 ubredondeados
arcilla
No F: 85; M: 13; Baja:
LV-006 LV-IV-23 Orla Oxidante Esquisto, cuarzo 40-45 Equilibrado 1.76 -
determinable G: 2; MG: 0 subangulosos
Micaesquisto,
Se observan
esquisto, mica, F: 97; M: 3; Alta:
LV-007 LV-IV-2.1 Orla A mano Oxidante 10 Equilibrado 13.60 porosidades
cuarcita, cuarzo G: 2; MG: 0 subangulosos
transversales
lechoso
F: 100; M: 0; Alta: Poco cocido: fácil
LV-015 LV-II-44-3 Orla A mano Oxidante Mica, cuarzo 0-2 Muy bien 5.98
G: 0; MG: 0 redondeados fractura
F: 99-100; Apelmazamiento
Alta:
LV-016 LV-II-37 Figuración A mano Oxidante Cuarzo 2 M: 0-1; G: 0; Muy bien 24.41 horizontal de la
subredondeados
MG: 0 arcilla
Ladrillo (aparece
una franja
reductora que
F: 99; M: 1; Baja:
LV-017 LV-IVB-15.1 Orla A mano Oxidante Cuarzo, mica 50 Equilibrado 0.99 puede tener
G: 0; MG: 0 angulosos
relación con
presencia de
materia vegetal)
Cuarzo,
F: 99-100;
LV- paragonita, Alta:
LV-018 Orla A torno Oxidante 30 M: 0-1; G: 0; Muy bien 23.38 Posible dolium
Descontext. desgrasante subangulosos
MG: 0
vegetal
Poco cocido.
F: 100; M: 0; Alta: Se observa una
LV-019 LV-38 Orla A mano Oxidante Cuarzo 1 Mala 6.25
G: 0; MG: 0 redondeados campa con clastos
de mayor tamaño
Capa con clastos
F: 97; M: 3; Alta:
LV-020 LV-IV-2-9 Orla A mano Oxidante Cuarzo y mica 15 Equilibrado 14.22 de mayor tamaño.
G: 0; MG: 0 subredondeados
Porosidad media.
Paragonita, Impronta vegetal
F: 98; M: 2; Alta:
LV-021 LV-IVB-15.2 Orla A mano Oxidante cuarzo, materia 10 Equilibrado 0.66 en matriz. Posible
G: 0; MG: 0 redondeados
vegetal ladrillo
Cuarzo, mica, F: 97; M: 3; Alta:
LV-022 LV-II-44-2 Figuración A torno Oxidante 15 Buena 7.32 -
anfíbol G: 0; MG: 0 subredondeados
Cuarzo, Apelmazamiento
F: 100; M: 0; Alta:
LV-023 LV-IV-2-2 Orla A mano Oxidante paragonita y 2 Buena 12.43 transversal de la
G: 0; MG: 0 redondeados
anfíbol arcilla
F: 99-100;
Paragonita, Alta:
LV-024 LV-II-37.10 Orla A mano Oxidante 5 M: 0-1; G: 0; Equilibrado 7.24 -
cuarzo y anfíbol redondeados
MG: 0
F: 98; M: 2; Alta:
LV-025 LV-IV-2.11 Figuración A torno Oxidante Cuarzo, anfíbol 2 Buena 19.46 -
G: 0; MG: 0 redondeados
Conserva en
su cara interna
Anfíbol, cuarzo,
F: 95; M: 5; Alta: un pellizco del
LV-031 LV-II-37-11 Orla A torno Oxidante carbonato cálcico 10 Muy bien -
G: 0; MG: 0 redondeados sobrante de arcilla
y mica
generado en la
fase de modelado
Tab.1. Aproximación macroscópica de teselas procedentes de los mosaicos II y IV de la villa de los Vergeles (Granada).
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Lámina 2: Teselas extraídas del Mosaico II de la villae de los Vergeles. (Foto: realizada por autores).
En primer lugar se hizo un estudio macroscópico santes, desde su naturaleza mineral y abundancia a
con lupa binocular (Leica Zoom 2000, 10’5 X) (Láms. su grado de esfericidad (Dorado, 2012: 97-98). Hecho
2 y 3) con el fin de determinar el origen de las tese- esto, se determinaron los minerales que componían
las, pudiéndose observar que se trataba de material las pastas mediante el método tradicional de polvo
reutilizado, además del hecho de que algunas de (Moore y Reynolds, 1989) en el Centro de Instru-
ellas poseían trazas que nos indicaran marcas de mentación Científica de la Universidad de Granada
corte. Esta pesquisa nos permitió establecer unos (Difractómetro Bruker D8 Advance). Los difracto-
grupos previos que sirvieron como base para el gramas obtenidos se han comparado con la base de
posterior trabajo. datos difdata.txt de AMCSD de uso libre con el pro-
grama XPowder (Martín, 2006), y cuantificados con el
Posteriormente, se observaron las matrices e identi- método Rietveld-RIR (Bellotto y Cristiani, 1991; Gual-
ficaron algunas de las características de los desgra- tieri y Artioli, 1995).
Lámina 3: Teselas extraídas del Mosaico IV de la villa de los Vergeles. (Foto: realizada por autores).
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Lám. 4. A la izquierda, vista cenital de la muestra nº LV-031, la cual evidencia la reutilización de una vasija a modo de tesela. A la derecha, la
misma muestra en la que pueden observarse marcas derivadas del limado para su introducción al mosaico.
la aparición de caliches que, de otro modo, hubieron silicatos y la aparición de neofases, como diópsido,
de ser eliminados para evitar fallos de cocción deri- wollastonita, hematites o gehlenita, indicaron grados
vados de su deshidroxilación. de depuración y cocción diferentes (Tab. 2).
Fig. 3:Difractogramas obtenidos del análisis realizado sobre 30 muestras obtenidas del Alfar de Cartuja (Granada), cerámica común hallada
en la villa de los Vergeles y las teselas objeto de estudio.
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LV-001 49.9 7.3 12.2 14.7 1.8 4.2 2.2 2.8 1.2 3.7 0.0148
LV-002 29.1 8.3 13.9 29.4 3.2 4.4 4.2 0.5 1.1 5.9 0.0244
LV-003 22.5 8.8 14.4 35.7 2.4 6.7 3.5 0.4 0.9 6.7 0.0501
LV-004 38.6 8.6 14.4 10.6 1 8.7 8.2 2.9 1 6 0.0145
LV-005 22.4 10.2 14.2 32.5 1.1 4.2 4.9 0.4 2.9 7.2 0.0519
LV-006 47.6 10.2 11.6 8.8 2.3 3.6 6.7 3.5 1.2 4.5 0.0094
LV-007 49.8 10 12.2 9 2.4 6 3.6 1.9 1.1 4 0.0111
LV-015 49.5 14.4 6.3 14.9 1.1 3.3 3.7 1.9 1.1 3.8 0.0155
LV-016 28.4 18.7 5.5 26.4 0.7 2.4 4.1 2.1 1.8 9.9 0.0167
LV-017 55.4 4.1 13.4 5.4 2.7 6.5 4 3.1 1.4 4 0.0099
LV-018 34.5 6.9 20.3 11.6 1.3 6 7.5 3.8 2.1 6 0.0121
LV-019 53.8 11 6.5 18.3 1.3 0.6 2.8 1.6 0.7 3.4 0.0157
LV-020 42.7 9.4 10.4 12.7 3.6 7.3 5.6 2.4 1.1 4.8 0.012
LV-021 52.6 7.7 11.7 8.. 3.2 4.6 3.8 2 1.8 4.3 0.009
LV-022 39 6.2 10.2 19.9 4.6 6.3 6.1 1.6 0.9 5.2 0.0246
LV-023 51.8 7.6 4.9 16.3 3.2 4.9 3.8 1.9 1.8 3.8 0.016
Tab. 2: Cuantificación porcentual de fases minerales halladas en materiales procedentes de la villa de Los Vergeles (Granada) (realizado con
método RIR).
Fig. 4: Grupos cerámicos conformados a partir de la composición de las arcillas, pareciendo conformar dos grupos bien diferenciados: ma-
terial latericio y cerámica común.
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ALBERTO DORADO ALEJOS Y PURIFICACIÓN MARÍN DÍAZ
Miguel Busto Zapico1, José Avelino Gutiérrez González2 y Rogelio Estrada García3
Resumen Abstract
La cerámica estudiada procede de las excavaciones The following studied potteries come from the
arqueológicas del solar nº10 de la Calle la Rúa, archaeological excavations of the site number 10 of
Oviedo. Su cronología se extiende desde el siglo La Rúa Street, Oviedo. The chronology extends from
XVI hasta mediados del XVII. Nos centramos en la the sixteenth to mid-seventeenth century. We focused
cerámica de procedencia local y nos hemos marcado on the locally sourced pottery and our goals are to
como objetivos la creación de tipologías orientadas create typologies aimed at providing shape tables,
a proporcionar tablas de formas y el estudio de los the study of Asturian potteries centers and their
centros alfareros asturianos y sus producciones. productions. We have implemented a comprehensive
Hemos aplicado una metodología exhaustiva con methodology in order to its extrapolation to other
vistas a su extrapolación a otros lotes cerámicos. potteries lots.
En Asturias existe una deficiencia en el estudio de The Asturian historiography always had a lack of
las cerámicas modernas, dado que los estudios study of modern potteries due to the absence of
sistemáticos en este sentido son casi inexistentes. systematic studies in this regard. Within the study
Con el estudio de este lote podemos observar como of this lot we can perceive, on the one hand, a clear
hay formas con una clara tradición medieval, en medieval tradition, while, on the other hand, what will
cambio, otras nos anuncian lo que será la cerámica be the Asturian folk pottery. The craftsmanship of the
popular asturiana. La artesanía del barro en Asturias mud in Asturias is the result of a deep attachment to
es fruto de un profundo apego a las tradiciones y la the traditions and the ability to assimilate changes.
capacidad para asimilar novedades.
Key words: Pottery, Asturias, Typologies.
Palabras clave: Cerámica, Asturias, Tipologías.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 469-478. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 469
MIGUEL BUSTO ZAPICO, JOSÉ AVELINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ Y ROGELIO ESTRADA GARCÍA
Fig. 1. Francisco Díaz Pedregal, “Manzanas de la Rúa y Santa Ana”, 1765, en Gonzáles (1996: 18). Resaltado en rojo el solar nº10.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO, JOSÉ AVELINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ Y ROGELIO ESTRADA GARCÍA
El volumen del material cerámico conllevó la necesi- hemos elegido el nombre que recibe esa pieza en la
dad de elaborar un exhaustivo sistema de registro de actualidad. Cada serie está formada además, por un
fichas, para lo cual se ha desarrollado un registro indi- conjunto de tipos, tras definirlos tipos, hemos estable-
vidualizado de cada uno de los fragmentos. De cada cido unos subtipos o variantes que se diferencian por
fragmento se han tomado toda una serie de datos, que la presencia de atributos menos significativos. El aná-
ha permitido desarrollar estos análisis: cuantitativo, lisis decorativo es el último de los análisis llevados a
tecnológico, funcional-tipológico y decorativo. cabo con este lote y corre siempre paralelo a todos los
demás. Hemos tenido en cuenta la cobertura, el tipo
Clasificado todo el material, inventariado e introdu- de decoración y el motivo decorativo.
cido en nuestras hojas de cálculo y nuestras bases
de datos, se ha llevado a cabo un estudio estadís- Al mismo tiempo se trató de establecer un orden cro-
tico, cuantitativo, cualitativo y analítico de las diver- nológico teniendo en cuenta sus similitudes y diferen-
sas variables analizables en la totalidad del conjunto cias con otros lotes de otros yacimientos adscritos al
cerámico. Se ha tratado de establecer una valoración mismo marco temporal, que ya estaban bien secuen-
del porcentaje y frecuencia de las distintas variables ciados y localizados en zonas geográficas relativa-
definidas a lo largo de todo este proceso de estudio mente cercanas, aunque éstos son escasísimos. Ade-
del conjunto, comparando las proporciones de los más, se llevó a cabo un gran trabajo de comparación
tipos representados en el lote. El análisis tecnológico para llegar a saber con cierta certeza el lugar de pro-
ha sido uno de los puntos de partida fundamentales cedencia de las diferentes producciones. La finalidad
en este trabajo. Se han creado grupos tecnológicos de todo ello ha sido tratar de obtener resultados que
tenido en cuenta las arcillas, el moldeado, la cocción nos permitan alcanzar conclusiones cuyo valor supere
y los desgrasantes, con los que estaban elaborados. el marco estricto de este lote de la casa Carbajal-So-
El sistema que hemos utilizado en el análisis funcio- lís, para así hacerlo extensible a un área más amplia.
nal-tipológico se basa en establecer divisiones dentro
del grupo, la primera hace referencia a la categoría
funcional, la segunda indica el grupo o la serie cerá- 4. UNA APROXIMACIÓN A LAS TIPOLOGÍAS
mica y la tercera el tipo particular dentro de la serie, DE CERÁMICA ASTURIANA ENTRE LOS
también puede darse que dentro del tipo existan sub- SIGLOS XVI Y XVII
tipos. En cuanto a las series derivadas de cada cate-
goría funcional, hemos tratado de apoyarnos en con- Existe un gran desconocimiento de los centros de
ceptos que sean definitorios, para que no se pueda dar producción cerámica en Asturias entre los siglos XVI
pie a confusiones. Así mismo, en aquellas series que y XVII, el alfar mejor conocido es el de Faro, a 7 km
se perpetúan en la cerámica tradicional asturiana, de Oviedo, donde se constata actividad desde finales
Grupo I
Servicio
Cocina Almacenamiento Otros usos
de mesa
Fuente Maceta
0,31% 0,94%
Vaso Elementos
0,31% reutilizados
1,26%
Tapaderas
1,89%
Fig. 3. Esquema funcional-tipológico.
del siglo X. El alfar de Miranda de Avilés, puede ser temperaturas. En cuanto a las arcillas predominan
rastreado al menos desde inicios del siglo XVII (Fig. las tonalidades en colores cálidos, dominando los
2). Llamas del Mouro, en el concejo de Cangas de tonos anaranjados, rojizos y pardos. También se dan
Narcea, comenzaría su producción en el siglo XVIII. gamas de colores más oscuros, como el gris o el
Todas estas cronologías son las que se manejan en negro, debido éste a la cocción. Cabe destacar el uso
la actualidad, hasta que no se lleven a cabo proyectos de arcillas con tonos claros, casi blanquecinos en la
de investigación que las aclaren. cerámica de servicio de mesa. Entre los desgrasan-
tes más comunes están el cuarzo, la mica y la calcita,
El Grupo I de la casa Carbajal Solís está compuesto en su tamaño suele ser medio.
su mayoría por “cerámica común”, término un tanto
abstracto que se utiliza en arqueología para diferen- Por lo que se refiere a las cerámicas que creemos
ciar la cerámica de lujo, casi exclusivamente de mesa, producidas en Faro, conocemos más características
frente a la cerámica de uso más cotidiano. Más con- de su proceso productivo, así en las producciones de
cretamente podemos definir el Grupo I como un con- cerámica negra de Faro, se utiliza el llamado “barro
junto de cerámica muy heterogéneo tanto en forma refletario” (Ibáñez de Aldecoa, 1987: 35) que tiene una
como en función, procedente en su mayoría de alfa- coloración rojiza. A este barro se le unía el “barrucu”,
res locales y, salvo excepciones, carente de cualquier que posee un color amoratado. Esta mezcla es la que
tipo de cubierta (Fig. 3 y 4). Se enfrenta así al Grupo II se usa para realizar las piezas que luego salen del
compuesto en su totalidad por loza de carácter “prein- horno negras, pero en su interior siguen conservando
dustrial”, procedente de alfares externos a Asturias. el color rojizo. En Faro también se utilizaba otro tipo
El estudio tecnológico ha hecho hincapié en su de arcilla para las piezas con cubierta denominada
carácter heterogéneo, pero aun así podemos seña- “barro fino” (Ibáñez de Aldecoa, 1987: 35), un barro
lar algunas características comunes. Las cerámicas de color amarillento, que tras el proceso de cocción
de este grupo se caracterizan por ser en su mayoría da unas coloraciones que van del rosa más o menos
refractarias, con una buena resistencia a las altas claro al amarillento o al casi blanco.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO, JOSÉ AVELINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ Y ROGELIO ESTRADA GARCÍA
Fig. 4. Comparativa de las cerámica asturiana, tomando como base a Ibáñez de Aldecoa (1995) y los materiales estudiados.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO, JOSÉ AVELINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ Y ROGELIO ESTRADA GARCÍA
Estas cerámicas a nivel decorativo se caracterizan están elaboradas con torno lento o torneta, ofrecen
por su sencillez en la elaboración. En cuanto a la unos tipos de pasta muy variables, poco homogéneos
cobertura, dentro de este grupo encontramos cerá- incluso dentro de la misma pieza, con unos desgra-
mica sin ningún tipo de cobertura (95%) y, en cambio, santes de gran tamaño. Las atmósferas de cocción
otras piezas bañadas con estaño en blanco y también varían de manera considerable dentro de esta tipolo-
vidriadas con plomo y otros metales (5%). Estas pie- gía, dándose los tres tipos que venimos diferenciando
zas se concentran dentro de las cerámicas de mesa y en este trabajo. Podemos considerar esta serie por
cuantitativamente son escasas. La mayor parte de los sus características como de tradición medieval.
fragmentos son lisos, pero un buen número de piezas
presentan decoración. La decoración más utilizada En las recientes excavaciones en El Cantu del Rey
es la incisa, pudiendo distinguirse entre incisiones (Faro, Oviedo), entre los materiales cerámicos
con motivos de ondas, y peinada, de líneas horizon- encontrados hay un buen número de ollas de gran-
tales, verticales y retícula, geométrica o en forma de des dimensiones y de forma esférica. Además, apa-
dameros. Unas aparecen con incisiones más gruesas recen decoradas con incisiones verticales paralelas
y peor definidas, así mismo puede observarse como hechas con un peine (Fanjul Peraza et al., 2013), por
estas decoraciones van evolucionando para hacerse lo que coinciden con esta tipología. Estas piezas han
mucho más finas, precisas y regulares. Las asas son sido fechadas entre el siglo XI y el XII. Como puede
de tipo cinta y algunas pueden estar ligeramente observarse en la Figura número cuatro esta serie se
engrosadas en los laterales. remonta a los siglos plenomedievales y perdurará
durante el siglo XVI, pero será paulatinamente sus-
Todas estas características que hemos enunciado, tituida por la serie puchero, que se adaptaría mejor
distan poco del resto de conjuntos de cerámica data- a las necesidades de la sociedad moderna asturiana.
dos en esta época. Podemos destacar por su cerca-
nía física al solar de la Calle la Rúa, por su crono- La siguiente serie a analizar es la del puchero, que
logía y por su material, la excavación del solar nº 5 en Asturias podían también recibir el nombre de
de la calle Cimadevilla (Sánchez Hidalgo y Menéndez “pote”. Su uso llegaría a ser tan corriente y exten-
Granda, 2009). El grueso del material fue documen- dido que esta pieza llegó a dar nombre a los alfareros
tado en el paquete relacionado con el incendio de que las realizaban, conociéndose como “puchereros”
1521 y los estratos bajomedievales (Sánchez Hidalgo (Ibáñez de Aldecoa, 1987: 77). Los pucheros morfo-
y Menéndez Granda, 2009: 93-95). El lote cerámico lógicamente se caracterizan por presentar una base
allí encontrado ofrece amplias similitudes en cuanto plana, que continúa en un cuerpo no muy desarro-
a decoraciones, manufacturas y procedencias. llado, rematado con un borde moldurado de manera
sencilla. El asa, ancha de poco grosor y de tipo cinta
La primera serie que analizaremos en profundidad suele arrancar directamente del borde y se une en
en este artículo, se trata de la serie olla. Debemos la parte alta del cuerpo, aunque esta característica
señalar que aunque se ha tratado de sistematizar no siempre se cumple. Los pucheros, pueden llevar
este grupo, hay que reconocer que no existen dos una o dos asas (Ibáñez de Aldecoa y Arias, 1995: 78),
ollas iguales. Las características principales y comu- aunque en nuestro caso no tenemos constancia de
nes a todo este grupo de ollas es tener el cuerpo de que ninguna pieza esté bisada.
forma globular, los bordes exvasados y un diámetro
variable. El cuello es más bien corto y curvado. Los La mayor parte de las piezas de esta serie poseen una
fondos son planos, aunque apenas se han conser- cocción alterna, con una primera fase oxidante y una
vado, pero hay algunas bases con las mismas pastas segunda fase con atmósfera reductora. La coloración
que, seguramente corresponden a este tipo de piezas de la pasta queda supeditada al tipo de cocción, aun-
y así lo hemos considerado. La mayor parte de estas que en este caso predominan las tonalidades rojizas
ollas presentan huellas de fuego en los laterales del con desgrasantes de tamaño medio. La descripción
cuerpo o en su base, lo que nos muestra diferentes que hemos dado a este grupo lo pone en relación con
hábitos de cocción. Debemos señalar que no todas el alfar de Faro, y la utilización del “barro refletario”
ellas tienen señales de fuego evidentes, por lo que unido al “barrucu”, dando como resultado una pasta
debemos también suponer una multifuncionalidad, roja al interior y negra al exterior. Creemos estar,
pudiendo sospechar su uso como orzas o como ele- por tanto, ante un ejemplo de lo que será la cerámica
mentos para el almacenaje de alimentos. Todas ellas negra asturiana, producida en Faro.
La serie puchero entronca con formas cerámicas ciones se van perdiendo tal y como podemos observar
medievales, pero será a partir del bajomedievo y la en el lote de la casa Carbajal Solis, dando lugar a pie-
Edad Moderna cuando se generalice en detrimento zas de cerámica negra asturiana, sentando las bases
de las ollas cerámicas. Nos encontramos ante una de la llamada “cerámica tradicional asturiana”.
tipología predecesora de la cerámica negra tradicio-
nal asturiana, muy apegada a las tradiciones, pero al Por lo tanto, la serie jarra, como podemos obser-
mismo tiempo capad de asimilar novedades. var, tiene una dilatada permanencia dentro del ajuar
cerámico asturiano, así vemos como hay formas ple-
La serie jarra presenta una gran multitud de for- nomedievales, que se continúan durante los siglos
mas, con cantidad de pequeñas variaciones locales. finales de la Edad Media, pasando a la Edad Moderna
Su uso suele ir asociado principalmente al servicio, y llegando a nosotros a través de la cerámica “tra-
medición o trasvase de líquidos, o también pueden dicional”. Esta serie no permanece inmutable, sino
ser utilizadas para consumir directamente de ella la que sufrirá una sucesión de cambios no tanto en su
bebida. Señalar que se utilizarían comúnmente para vertiente morfológica, pero sí en aspectos decorati-
verter cualquier tipo de líquido y en Asturias, podrían vos. Así vemos la abundancia de decoraciones de tipo
utilizarse para contener miel o para escanciar sidra lineal a lo largo de la Edad Media, que se van simpli-
(Ibáñez de Aldecoa, 1987: 82), aunque no parecen ficando hasta abandonarse en el tránsito del mundo
tener ninguna diferencia formal. bajomedieval y llegar hasta nosotros en las produc-
ciones tradicionales de forma muy simplificada o sin
Las jarras del lote estudiado se caracterizan morfo- ningún tipo de decoración.
lógicamente por poseer una base plana, un cuerpo
esférico de tendencia generalmente globular y un La última serie que analizaremos en este trabajo es
cuello, perfectamente diferenciado, de tipo cilíndrico. la tapadera. Morfológicamente esta serie presenta
Puede llevar una o dos asas. En Faro la disposición unas características muy particulares, derivadas de
de las asas en las jarras es siempre la misma, todas su función. Tiene unas paredes cóncavas con reborde
salen a mitad del cuello y ninguna directamente del junto al labio, a modo de tope. Éste apoyaría directa-
borde superior (Ibáñez de Aldecoa, 1987: 82). En el mente sobre el borde o sobre una moldura interna
caso asturiano las series jarra y puchero son muy realizada a tal fin en la cerámica que ha de tapar.
parecidas, pero algunos elementos morfológicos con Esta forma complicada, ha llevado a algunos autores
la distribución de las asas o el estrechamiento de a señalar la gran destreza por parte del alfarero, que
la boca, nos ayuda en su diferenciación. Otro factor requería la elaboración de estas piezas (Ibáñez de
clave es la presencia de rubefacción en las paredes Aldecoa, 1987: 70).
de las piezas, hecho que hemos considerado funda-
mental para diferenciar las jarras de los pucheros. La técnica de elaboración y las características de su
Aun así, las funciones de las jarras y los pucheros pasta y sus paralelos tanto dentro como fuera de nues-
en la Baja Edad Media asturiana, parecen haber tro lote, colocan a esta tipología que aquí presentamos,
sido intercambiables y no es infrecuente encontrar- como una producción del alfar de Faro. Podemos datar
nos con jarras que se han utilizado para calentar y estas piezas entre la segunda mitad del siglo XVI, hasta
pucheros que se han utilizado para contener líqui- la primera mitad del XVII. A través de paralelos etno-
dos. Además, algunas jarras podrían utilizarse para gráficos observamos como la serie tapadera alcanza
cocer o calentar líquidos como la leche, opción que nuestros días con escasas modificaciones, surgiendo
apuntan algunos autores como J. L. Solaun Bustinza, durante los siglos finales de la Edad Media.
para el País Vasco (Solaun Bustinza, 2005: 65).
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 469-478. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 477
MIGUEL BUSTO ZAPICO, JOSÉ AVELINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ Y ROGELIO ESTRADA GARCÍA
teando relaciones económicas útiles para conocer la FANJUL PERAZA, A., TOBALINA PULIDO, L.,
historia y la arqueología de la capital del principado, RUIZ DE ARBULO, I., ARÉVALO MUÑÓZ, E.,
CAMARERO ARRIBAS, C. y HERRERA MACEIRAS,
así como los lugares con los que se relaciona y su
S. (2013): “The Medieval origins of Faro ceramics
papel como centro político y social de relevancia. (Oviedo, Spain). Excavations at Cantu L´Rey“,
Medieval Pottery Research Group 75, pp. 2-3.
Estamos ante un conjunto de transición entre la
FEITO, J. M. (1977): La artesanía popular asturiana.
época bajomedieval y moderna de gran interés. Con Ayalga. Gijón.
el estudio de este lote observamos cómo hay formas
FEITO, J. M. (1983): Artesanía tradicional asturiana.
con una clara tradición medieval, en cambio, otras
Consejería de Educación y Cultura del Gobierno
nos anuncian las características de lo que conoce- de Asturias. Oviedo.
mos hoy como “cerámica tradicional asturiana”.
FEITO, J. M. (1985): Cerámica tradicional asturiana.
Estos cambios en las cerámicas tienen como tras- Editora Nacional. Madrid.
fondo cambios en la sociedad. Durante los siglos
FERNÁNDEZ LÓPEZ, R. (2008): Alfarería Negra
medievales, la producción cerámica recibirá un
de Miranda. Tratado didáctico y catalogación
notable impulso, con una mayor especialización de tipológica. Consejería de Educación y Ciencia.
los artesanos provocada por una creciente demanda CD-ROM. Centro del Profesorado y de Recursos
desde las ciudades. Los grupos sociales más ele- de Avilés. Avilés.
vados como son la nobleza civil y eclesiástica y la FERNÁNDEZ OCHOA, C., y GONZÁLEZ LAFITA, P.
burguesía, requería esta cerámica, prueba de ello (1989): Las cerámicas modernas de la “casa del
es que desde el siglo XIV se documenta la venta de forno“(Excavaciones de urgencia en la Murall
pucheros en los mercados urbanos de Asturias (Gar- Romana de Gijón). Fundación Municipal de
Cultura. Gijón.
cía Álvarez-Busto y Muñiz López, 2010: 422). Con el
fin de la Edad Media, frente a una tradición cerá- GARCÍA ÁLVAREZ-BUSTO, A., y MUÑIZ LÓPEZ, I. (2010):
mica que podíamos considerar homogénea se va Arqueología medieval en Asturias. Trea. Gijón.
formando otra mucho más abierta, que hace que los GONZÁLEZ SANTOS, J. (1996): La casa de Oviedo-
talleres que llevaban cultivando las mismas formas Portal. Museo de Bellas Artes de Asturias. Oviedo.
desde hace siglos cambien y comiencen a impreg- GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, J. A. (2003): Peñaferruz
narse de novedades. Para Ibáñez, esto ha permitido (Gijón). El castillo de Curiel y su territorio. VTP
la incorporación de nuevos modelos y técnicas, al Editorial. Gijón.
mismo tiempo que ha mantenido procedimientos GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, J. A., y BOHIGAS ROLDÁN,
correspondientes a veces a estadios muy primarios R. (1989): La Cerámica Medieval en el Norte y
del proceso evolutivo (Ibáñez de Aldecoa, 1998: 6). Noroeste de la Península Ibérica. Aproximación
a su estudio. Universidad de León. León.
El lote cerámico de la casa Carbajal Solís, nos ofrece IBÁÑEZ DE ALDECOA, E. (1987): Cerámica
un conjunto de transición entre la época bajomedie- tradicional de Faro. Servicio de Publicaciones
val y moderna, brindando formas que no son ni ple- del Principado de Asturias. Oviedo.
namente medievales ni plenamente modernas. Por IBÁÑEZ DE ALDECOA, E. (1998): Cerámica
lo tanto su interés es alto, al encontrarse en él las tradicional asturiana. TREA. Gijón.
características de las futuras cerámicas que noso- IBÁÑEZ DE ALDECOA, E., y ARIAS, J. (1995): Faro.
tros conocemos hoy como tradicionales. Esto nos Mil años de producción alfarera. CAMCO. Oviedo.
habla de uno de los rasgos más característicos de ORTON, C., TYERS, P., y VINCE, A. (1997): La
la artesanía del barro en Asturias, que es la conju- cerámica en arqueología. Crítica Barcelona.
gación de un profundo apego a las tradiciones y la SÁNCHEZ HIDALGO, E., y MENÉNDEZ GRANDA, A.
capacidad al mismo tiempo, de asimilar novedades. (2009): “Excavación arqueológica realizada en
el solar nº 5 de la calle Cimadevilla (Oviedo).
Estratigrafía, estructuras y materiales de época
BIBLIOGRAFÍA bajomedieval”, Excavaciones arqueológicas en
Asturias 2003-2006, pp. 89-95.
BARCELÓ, M., KIRCHNER, H., LLURÓ, J., MARTÍ, SOLAUN BUSTINZA, J. L. (2005): La cerámica
R. y TORRES, J. (1988): Arqueología medieval. medieval en el País Vasco (Siglos VIII-XIII).
En las afueras del “medievalismo”. Crítica. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno
Barcelona. Vasco. Victoria-Gasteiz.
Resumen Abstract
En toda excavación arqueológica los fragmentos In any archaeological excavation the pottery
cerámicos son los restos cuantitativamente más fragments are the most frequent quantitative
frecuentes, por lo tanto parece acertado plantear remains, as a consequence it seems right to propose
una metodología que pueda ayudarnos en su estudio. a methodology that can help in their study. Therefore,
Por ello, pretendemos exponer un método que nos we intend to expose a method that will lead us to
permitirá conocer a través de un fragmento de know from a fragment of pottery the percentage
cerámica el porcentaje de ese pedazo con respecto of the pottery piece with respect to the total vessel
al total de la vasija de la cual formaba parte. Este which was part. This approach is not new since
planteamiento no es novedoso dado que entre los between the eighties and nineties of the twentieth
años ochenta y los noventa del siglo XX, C. Orton, P. century, C. Orton, P. Tyers and A. Vince started
Tyers y A. Vince comenzaron a hablar del equivalente talking about the estimated vessel equivalent (EVE).
de vasija estimado (EVE). Sin embargo, a pesar de However, despite its advantages, it is a system little
sus ventajas, se trata de un sistema escasamente used. On this basis we have designed a reviewed EVE
utilizado. Partiendo de esta base teórica hemos adapted to the new technologies that allow us to go
diseñado un EVE revisado y adaptado a las nuevas further and talk of EVE 2.0. Not only is a change in
tecnologías, que nos permita ir más allá y poder form, but also a deep methodological revision.
hablar del EVE 2.0. No solo se trata de un cambio
en las formas, sino también una de revisión Key words: Methodology, Quantification, Pottery,
metodológica profunda. EVE.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO Y MANUEL JESÚS LINARES LOSA
1 Agradecer a Alberto García Porras todas sus correcciones y su ayuda en la creación del EVE 2.0, sin su colaboración no habría sido posible
desarrollar este trabajo, tal y como se presenta.
2 En el primer libro se habla de “equivalentes de vasija”, abreviado como e.v., posteriormente en Orton, Tyers y Vince (1997), se hace referen-
cia a este mismo método como “equivalente de vasija estimado”, abreviado como EVE, será esta última abreviatura la que pase a usarse en la
literatura arqueológica y la que utilizamos en este artículo. Una edición ampliada y corregida del libro en Orton, Hughes, 2013
fragmentos, la estimación de las proporciones rela- Y es que, a pesar de las indudables ventajas que
tivas está seriamente afectada por la proporción del presenta este índice, se trata de un método de cuan-
yacimiento que ha sido excavada y a menos que todo tificación que presenta, al igual que el resto de los
el yacimiento haya sido excavado, las vasijas que se métodos señalados, ciertos inconvenientes. El funda-
rompan en muchos fragmentos estarán represen- mental es que se basa en fragmentos con una morfo-
tadas relativamente más que aquellas que se hayan logía muy determinada, marginando una importante
roto en pocos), se resuelven. De hecho es la única cantidad de material en el proceso de cuantificación,
manera de contar que a la vez consigue esto” (Orton, lo que ha determinado que su aplicación no haya sido
1988: 175), afirmación que aclara años más tarde al generalizada en los estudios ceramológicos.
señalar que “ni la proporción de vasija completa ni la
fracturabilidad afectan la proporción medida por los
equivalentes de vasijas” (Orton, Tyers y Vince, 1997: 1.2. HACIA UNA REVISIÓN DEL ÍNDICE DE CUANTI-
192), llegando a concluir de manera tajante que “la FICACIÓN EVE. EL EVE 2.0
equivalencia de vasijas es la única medida imparcial
para medir las proporciones dentro de un conjunto Partiendo de esta base teórica y los distintos mode-
y para comparar las proporciones que encontremos los propuestos, hemos intentado revisar un índice
entre éste y otros” (Orton et al., 1997: 194). de cuantificación, el denominado EVE, a partir de la
integración en su aplicación de Nuevas Tecnologías,
A pesar de ello, el propio C. Orton señala que las difi- desarrolladas en las últimas décadas, sencillas en
cultades prácticas del EVE hacen que se reduzcan sus su manejo, al alcance de cualquier investigador4,
ventajas teóricas. Este hecho es lo que, en nuestra cuya aplicación en el trabajo arqueológico resulta de
opinión, ha llevado a que sean limitados los estudios gran utilidad y que pueden llegar a hacer aportacio-
que utilizan el EVE, aunque de cara a la cuantifica- nes verdaderamente interesantes para el desarrollo
ción de las piezas parece ser el método más “exacto”. de las disciplinas patrimoniales (Tejado, 2005: 139).
Cuando el EVE viene utilizado, los autores tratan de Estas innovaciones están trasformando nuestra dis-
una u otra manera de corregirlo y ponderarlo. ciplina, ello produce una serie de consecuencias y
hace que sea necesario llevar la vista hacia atrás y
Y es que, para estimar la proporción de la vasija que revisar métodos planteados hace tiempo.
representa el fragmento, C. Orton se ve obligado a
volver a métodos más aproximativos y aquí es donde El EVE, tal y como quedó definido en su día, queda
nos encontramos, en nuestra opinión, con la gran enmarcado en las décadas finales del siglo pasado.
limitación del índice EVE propuesto por estos auto- El desarrollo en los últimos años de nuevas tec-
res. Lo que C. Orton, P. Tyers y A. Vince miden es nologías aplicadas a las ciencias patrimoniales,
el porcentaje que representa un fragmento de borde obliga a realizar una revisión de éste índice, que
con respecto al diámetro del borde de la vasija com- añade nuevas características y que corrige y adapta
pleta, usando una plantilla de radios de borde. El el método. Hoy día, resulta necesario plantear una
mismo procedimiento lo aplicarán sobre las bases3 serie de mejoras, no dentro de los objetivos que el
(Orton, 1988: 175). Los autores llegan a aseverar, con sistema recoge, sino dentro de su método de aplica-
la misma finalidad, que “el borde representa a toda ción. No solo se trata de un cambio y una adaptación
la vasija, y utilizamos esta cifra como EVE” (Orton et. en las formas, sino también de una revisión meto-
al, 1997: 196). Pero, sin ninguna duda, esta afirma- dológica que utiliza la representación tridimensio-
ción puede considerarse como excesiva, un intento nal de las piezas como un elemento informativo que
de mitigar las limitaciones de su sistema. Las cuan- mediante una cuantificación más precisa y acorde
tificación a partir del cálculo del volumen (Blake y con la realidad contextual de donde proceden las
Davey, 1983: 24) o la superficie (Chase, 1985: 218; piezas, puede conducir a interpretaciones más
(Hulthèn, 1974: 2), va en esta dirección. acertadas y permite realizar comparaciones cuan-
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MIGUEL BUSTO ZAPICO Y MANUEL JESÚS LINARES LOSA
titativas con una mayor agilidad, teniendo en cuenta decir, todas las partes que no han llegado hasta
la totalidad del material. nosotros. Lo llamaremos B.
Hemos tratado de cambiar un sistema para hacerlo • Pieza “real”. Con este término hacemos refe-
más actual, se trata de una actualización o una ver- rencia al fragmento o grupo de fragmentos que
sión mejorara del EVE, que añade nuevas carac- constituyen nuestra pieza, es decir, lo que tene-
terísticas y que corrige y adapta el método. Por lo mos en las manos. Lo llamaremos C.
tanto el EVE revisado que proponemos, o EVE 2.0
tal y como lo hemos bautizado5, no es un fin en sí Según nuestra teoría: A – B = C. Para llegar a demos-
mismo, no pretende ser una propuesta definitiva trar esta sencilla hipótesis, hemos puesto en mar-
y cerrada, sino una herramienta al servicio de los cha un trabajo metodológico que hemos dividido en
objetivos de la arqueología que pueda seguir com- fases:
pletándose en el futuro.
Fase I – Dibujo. La finalidad del dibujo cerámico
es mostrar de una forma sencilla y esquemática la
2. EL ÍNDICE EVE 2.0 forma y el tamaño de la vasija que queremos repre-
sentar. Existen un buen número de manuales muy
El EVE 2.0 posee una serie de características, que accesibles que explican cómo ha de realizarse un
tratan de solventar los problemas a los que se buen dibujo cerámico, dependerá del especialista
enfrentó su antecesor dado que no tomaremos ni que convenciones seguir (Pennacchioni, 2004). Para
el borde ni la base como representantes de toda la poder hallar el EVE 2.0 necesitamos la sección de la
vasija, sino que obtendremos porcentajes de frag- pieza (A) y el diámetro de la misma, por un lado. Al
mentos con respecto a la totalidad de la pieza. De mismo tiempo se han de marcar en el dibujo todos
este modo, podemos definir el EVE 2.0 como el los cortes y roturas que posee nuestro fragmento,
método que nos permite conocer el porcentaje de señalando sus dimensiones reales y su posición,
pieza que poseemos con respecto al total a partir de para elaborar lo que hemos llamado matrices cor-
su representación tridimensional. tantes (B)6. Se recomienda que el dibujo se haga
en papel milimetrado y a una escala de 1:1. Este
dibujo será la base fundamental de todo el trabajo
2.1. METODOLOGÍA posterior, por lo que de la exactitud que tengamos
dependerán buena parte de los datos que obtenga-
El proceso de trabajo y de obtención del EVE 2.0 es mos posteriormente (Fig. 1).
sencillo y tan solo conlleva unos pocos pasos más
de los que se dan habitualmente en el trabajo cerá- Fase II – Vectorización con Auto-CAD7. Para vecto-
mico. Para facilitar la comprensión de todo el texto rizar es necesario escanear el dibujo elaborado en
se hace necesaria la explicación de tres conceptos: la Fase I. Posteriormente insertaremos esta imagen
en el AutoCAD. Hemos elegido este software, porque
• Sección de la pieza. Con este término nos refe- se trata de un programa informático muy común y
rimos al corte perpendicular en la pieza desde utilizado por ingenieros, arquitectos, delineantes,
el borde hasta el centro de la base, que nos per- topógrafos, científicos, informáticos, diseñadores…
mite conocer los diferentes grosores del perfil. y desde hace unos años por un número creciente
Lo llamaremos A. de arqueólogos. El AutoCAD no es una aplicación
que esté desarrollada “a medida” de la arqueología,
• Matrices cortantes. Nos referimos a todos los pero, como veremos, ofrece unas soluciones de gran
cortes y roturas que posee nuestra pieza, es potencial que pueden ofrecernos un gran beneficio.
5 El apelativo de “2.0” quiere expresar la aplicación de nuevas tecnologías de carácter informático en esta revisión del índice EVE.
6 Podemos obtener B a partir de fotografías, pero creemos que es más preciso dibujar las matrices y utilizar las fotografías como un apoyo
a las mismas.
7 Cuando hagamos referencia a nombres de comando, cuadros de diálogo, menús y submenús de AutoCAD, estos aparecerán en cursiva
para facilitar su identificación. Las entradas de los submenús desplegables aparecerán separadas por el signo mayor que (>) y el orden de
la selección.
Fig. 1. Fase I del EVE 2.0 con sección de la pieza y matrices cortantes.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO Y MANUEL JESÚS LINARES LOSA
En el área gráfica, es donde realizamos nuestros de la pieza (3D-A’). A partir de esta copia y con las
diseños. Los diseños de AutoCAD están calibrados a matrices cortantes (3D-B), podremos crear el 3D de
través de coordenadas, a cada punto del área gráfica la pieza “real” (3D-C). Para ello recurriremos a las
le corresponden unas coordenadas. Trabajaremos llamadas operaciones booleanas con sólidos (Reyes
con coordenadas cartesianas absolutas. Estas coor- Rodríguez, 2007: 351), concretamente a diferencia.
denadas son X e Y, cuando trabajemos en un único Sin estas operaciones booleanas no podríamos lle-
plano, y Z al pasar el 3D (Reyes Rodríguez, 2007: 34). gar al EVE 2.0.
Una vez que hayamos insertado nuestra imagen debe- Con el comando diferencia, AutoCAD nos permite
mos escalarla. AutoCAD no trabaja ni en metros, ni restar un sólido de otro. El protocolo de realización
en centímetros, ni en pulgadas; trabaja en unidades de esta operación consiste en seleccionar el sus-
internas que se denominan unidades de dibujo (Reyes traendo, y una vez designado y validado indicaremos
Rodríguez, 2007: 125). En la elaboración de estos el minuendo (Reyes Rodríguez, 2007: 353-354). La
dibujos hemos considerado una unidad de dibujo de entidad resultante es otro objeto con todos los pun-
AutoCAD como 1 cm en la realidad. Además, cada tos del primero menos lo que ocupaba el segundo.
unidad posee tres decimales, quizá sea una precisión Lo que haremos será colocar los 3Ds de las matrices
excesiva, pero hemos tomado esta decisión al tratase cortantes (3D-B) en aquellas zonas que queramos
de la experimentación de un método. eliminar de la copia del 3D de la selección de la pieza
(3D-A’), así borraremos los trozos de entidad no
Una vez que la imagen esté insertada y escalada deseados. Una vez que las matrices cortantes estén
pasaremos a vectorizar el dibujo de nuestra cerá- bien situadas se debe de hacer una copia de todo el
mica. Utilizaremos la entidad polilínea para redi- conjunto (Fig. 4).
bujar la sección de nuestra vasija (A). También uti-
lizaremos la polilínea para redibujar las matrices A continuación seleccionaremos primero la copia
cortantes (B), asegurándonos de que éstas queden del 3D de la sección de la pieza (3D-A’) y posterior-
cerradas (Fig. 2). mente las diferentes matrices cortantes (3D-B) que
queramos extraerle. Obtendremos como resultado
Fase III – Obtención del 3D. Crearemos el 3D de la la misma pieza en 3D, pero se le habrán restado
sección de la pieza con el comando de edición: revo- aquellas partes que nosotros hayamos elegido. Esta-
lución. Con este comando podemos crear superfi- mos, por tanto ante un sólido que se aproxima a la
cies y sólidos de revolución sometiendo a rotación pieza que hemos manejado en la realidad, es decir,
alrededor de un eje a una entidad (Reyes Rodríguez, a la cerámica que tenemos “en las manos” (3D-C).
2007: 344). Es decir, en nuestro caso someteremos a Mediante el 3D hemos obtenido un modelo virtual
rotación la sección de la pieza, que rotará alrededor que reproduce el volumen, del objeto real.
del eje central de la misma. Con ello obtendremos el
3D, o en lenguaje de AutoCAD un sólido. Repetiremos la operación en la copia del conjunto
que hemos realizado con anterioridad, pero selec-
Construiremos una serie de objetos en 3D a partir de cionando los sólidos de manera inversa (primero
nuestras matrices cortantes. Para ello utilizaremos las matrices cortantes y luego el 3D de la sección
el comando extrusión. Etimológicamente hablando, de la pieza) para obtener una representación de los
extruir viene del latín extrudere, que significa sacar fragmentos de la pieza que no han llegado hasta
hacia afuera. Extruir es, por tanto, generar un objeto nosotros.
haciendo pasar un flujo de material a través de una
matriz o boquilla (Reyes Rodríguez, 2007: 341). La Fase IV – Calculo del EVE 2.0. En resumen, a partir
pieza creada tiene la misma sección que la ofrecida de la vectorización de la sección completa (A) hemos
por la matriz. Como ya señalamos debemos asegu- creado una representación tridimensional de toda la
rarnos de que la polilínea esté cerrada, para poder pieza (3D-A). A partir de ese 3D y mediante unas sen-
extruirla y crear un sólido (Fig. 3). cillas operaciones podemos obtener el 3D específico
de nuestro fragmento inicial (3D-C).
El último punto de esta Fase III es el momento más
complicado de toda la metodología. Lo primero que Pero aún no hemos hallado el porcentaje de pieza
debemos hacer es una copia del 3D de la sección que poseemos con respecto al total a partir de su
Izquierda: Fig. 3. Fase III del EVE 2.0: creación del 3D de la sección de la pieza y de las matrices cortantes.
Derecha-arriba: Fig. 4. Fase III del EVE 2.0: a la izquierda el 3D de las matrices cortantes situado sobre el 3D de la sección de la pieza, a la
derecha el resultado de las sucesivas diferencias.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO Y MANUEL JESÚS LINARES LOSA
cación, seriación tipológica y nomenclatura de las exacta al porcentaje de pieza que manejábamos, en
distintas piezas cerámicas nos hemos basado en la este caso un 44% y un 57%, respectivamente. Así
sistematización llevada a cabo por Alberto García mismo, hemos podido conocer el peso aproximado
Porras (2001). de un ejemplar completo de ataifor tipo VI y tipo II,
datos, que no eran hasta este momento conocidos.
Los sujetos correspondientes a la vajilla de cocina
son dos cazuelas tipo II-B, con labio plano, borde en 2.1.2. Mejoras y limitaciones del EVE 2.0
ala, cuerpo cilíndrico ligeramente abombado y base
algo convexa. Modeladas a torno, también, presen- Nos encontramos ante una metodología que nos pro-
tan un vidriado de color melado en su interior y en su porciona unos datos de carácter aproximativo. Las
exterior. Se diferencian ambas en la decoración. Una representaciones en 3D, tal y como las hemos reali-
muestra una línea incisa en la zona central, mien- zado, nos ofrecen unas características geométricas
tras que la otra, tiene unas líneas incisas aisladas en que muestran una perfección absoluta que, natural-
la zona superior e inferior del cuerpo. Además esta mente, no se corresponde con las de la vasija que,
última cuenta con un pellizco en el borde, sin duda con en algún momento, existió. Ninguna pieza cerámica
una clara función práctica, puesto que serviría como es perfectamente regular y, por tanto, el resultado
válvula de escape de presión para la hora de cocinar. final depende de la zona elegida como semilla de la
Al poner en práctica el EVE 2.0 en estas piezas hemos reconstrucción 3D. La perfección geométrica del 3D
podido acercarnos al porcentaje de pieza que tenemos puede interpretarse como un modelo de pieza que
sobre el total de una manera mucho más exacta, que quizá podría corresponderse con el patrón ideal de la
con la mera utilización del EVE, al mismo tiempo éste vasija, de ahí se deriva el carácter aproximativo del
sistema nos ha permitido conocer el peso aproximado EVE 2.0. Esta limitación podría subsanarse mediante
de una cazuela tipo II-B, que estaría en torno a los el empleo de un láser escáner 3D, que proporciona
300-400g dado hasta entonces desconocido. una información mucho más exacta de la pieza
(Esquivel et al., 2008; Rubio Gil et al., 2009).
El alcadafe se corresponde con el tipo I y es la pieza
que representa a los objetos de uso múltiples, den- Por otro lado, el EVE 2.0 es que no es aplicable a
tro de los cinco ejemplos estudiados. Presenta todos los fragmentos. Para ponerlo en marcha
un labio redondeado, borde replegado al exterior, dentro de un lote cerámico, es necesario partir de
cuerpo troncocónico invertido y base plana, no pre- piezas que nos ofrezcan una sección completa. Es
senta ningún tipo de acabado. Como el resto de obje- decir, que en el mismo individuo tengamos borde,
tos, también está hecho a torno. Al igual que en los pared y base, aunque pueda tratarse de varios
casos anteriores a través de la aplicación del EVE 2.0 fragmentos reconstruidos. Si somos capaces de
hemos podido saber que nos encontrábamos ante un reconstruir un perfil completo podremos emplear
54,4% de la pieza, además que hemos podido otor- el EVE 2.0 y relacionarlo con una tipología. Podemos
garle un peso aproximado a una pieza completa de adscribir determinado fragmento a una u otra tipo-
esta tipología (3500g aprox.). logía basándonos en criterios diversos. Uno de ellos
puede ser mediante una aproximación intuitiva de
Por último, en cuanto a las piezas de servicio de carácter meramente visual, aunque quizá sea más
mesa, son dos los ataifores analizados. exacto aproximarnos de manera matemática, bien
a través de la clasificación por medio de la toma
El primero, se corresponde con los ataifores tipo VI, de unas medidas clave que caractericen la tipolo-
tiene labio redondeado, y presenta un cuerpo de per- gía, tratando de hallar el coeficiente de similaridad
fil quebrado y unión de cuello solero resaltado. En o disimilaridad, trabajar con la taxonomía (prototi-
su base, cuenta también con repié anular. Torneada pos), mediante análisis morfométricos o mediante
a torno, muestra un vidriado interior de color verde. un análisis Cluster… por destacar los métodos más
El segundo de tipo II, y al igual que al anterior es de utilizados en este sentido. Está claro que si el propio
labio redondeado, aunque en este caso presenta un investigador observa que se trata de un fragmento
cuerpo semiesférico con repié anular. Es una pieza que posee la misma forma, pero no las mismas
realizada a torno, que presenta un vedrío exterior de características tecnológicas, debe tener en cuenta
color blanco. Tal y como venimos señalando el EVE los datos aportados por el EVE 2.0 de una manera
2.0 nos ha permitido acercarnos de manera más muy aproximativa.
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MIGUEL BUSTO ZAPICO Y MANUEL JESÚS LINARES LOSA
Si podemos reconocer el tipo de determinado frag- al peso de la pieza total lo que podría arrojar luz y
mento, y su forma está lo suficientemente estandari- aportar un dato más en torno a los sistemas de pro-
zada, se podría pesar el ejemplar y expresar el peso ducción y de fabricación de las diferentes tipologías.
del fragmento como un porcentaje del total. Si, por Así, señalamos que “el peso y los equivalentes de
el contrario, el fragmento del que vayamos a hallar vasijas son medidas fiables que pueden emplearse
el EVE 2.0 lo adscribimos a una tipología concreta, para comparar las proporciones de los tipos per-
pero posee unas características métricas diferentes tenecientes a los distintos conjuntos” (Orton et al.,
a las que tiene la representación 3D que hemos rea- 1997: 194).
lizado de esa tipología (p. ej. un mayor diámetro, o
diferente grosor), el AutoCAD nos permite adaptar el Una vez que haya sido individualizada una tipología
3D hasta que éste ofrezca las mismas características muy concreta que ofrezca unas características altas
métricas que el fragmento, pudiendo de nuevo obte- de estandarización, podremos trabajar con todos los
ner el EVE 2.0. Hay que tener en cuenta que todo esta fragmentos de piezas de ese tipo y hallar el EVE 2.0 a
reflexión teórica tiene sentido si somos capaces de partir del peso del fragmento. Esto siempre será un
asignar a los fragmentos que estudiemos una deter- cálculo aproximado y dependerá del investigador y
minada tipología. de su lógica, el mayor o menor valor que quiera darle
a dicho dato.
Las utilidades del EVE 2.0 pueden ser muchas, tantas
como se le han dado al EVE. Además, el EVE 2.0 supone En las piezas de alta estandarización, de cara a una
una serie de cambiamos, dado que nos permite apro- fácil y rápida cuantificación, podremos saber qué
ximarnos de una manera mucho más precisa que con cantidad de vasijas de ese tipo tenemos dentro de
el EVE al porcentaje de pieza que poseemos. Ya que nuestro lote, a través del peso, con todas las pre-
no estamos utilizando equivalentes sino porcentajes cauciones que esto conlleva. Por otro lado, señala-
reales, obtenidos a partir de fragmentos concretos mos que el peso es una medida distorsionada, pero
que nos permiten inferir, gracias a nuestro método, el se ha denostado mucho su valor en los estudios
porcentaje que tenemos con respecto al total. Frente arqueológicos, aun cuando nos puede ofrecer gran
a su antecesor que utiliza como equivalentes de vasija información. Tanto es así, que hasta el presente
tan solo fragmentos de borde o de base. artículo, nunca se habían ofrecido datos del peso
de cerámicas de época nazarí y muy pocas son las
Al mismo tiempo, se trata de un sistema “univer- publicaciones que reflejan datos referentes al peso
sal”, todas las piezas que podamos dibujar son sus- de otras épocas y lugares. El peso de la cerámica
ceptibles de hallar el EVE 2.0, teniendo en cuenta nos puede ayudar a entender los sistemas de pro-
las limitaciones antes señaladas. No se necesitan ducción, puede ser un gran indicativo a la hora de
vastos conocimientos de dibujo técnico, matemá- conocer el comercio, el transporte… En estos casos
ticas u otras materias técnicas. Además, al tomar el peso de las piezas es, no solo un factor relevante,
como base el modelado 3D de los objetos cerámi- sino determinante.
cos, éste, a su vez propicia el crecimiento de nume-
rosas vías de análisis. Y es que, una vez que está
hecho podemos obtener perfiles, secciones hori- 3. A MODO DE CONCLUSIÓN
zontales, verticales u oblicuas. Además nos per-
mite analizar aspectos métricos y geométricos del El EVE 2.0, fortalece una vía en los estudios arqueo-
material, como variables morfométricas, grosores, lógicos comenzada años antes. No debe entenderse
volúmenes… También, posibilita la mayor facilidad el EVE 2.0, como un sustituto del EVE, sino como un
de llevar a cabo el análisis estadístico de los datos complemento. La tecnología ha llegado a ser definida
obtenidos (Esquivel et al., 2008). Además existe la como un proceso creativo y destructivo a la vez. Con
posibilidad de crear galerías visuales, y de realizar la creación del EVE 2.0, hemos seguido este proceso.
analíticas relacionadas con la potencialidad de uso Primero hemos analizado en con gran detenimiento
del artefacto (Rubio Gil et al., 2009). un método, lo que nos ha permitido conocerlo en
profundidad y fijarnos en los objetivos que buscaba
Así mismo, el EVE 2.0 puede resultar una herra- y tratar de potenciarlos. Posteriormente hemos tra-
mienta de gran utilidad en los estudios de carác- tado de reconstruirlo con la tecnología accesible de
ter tecnológico, dado que podemos aproximarnos nuestro entorno, intentando dar un paso más.
Entendemos que estamos ante una herramienta que FLETCHER, W. y HEYWORTH, M. P. (1987): “The
nos permite incrementar el control y la compresión quantification of vessel fragments”, Pragmatic
Archaeology Theory in Crisis?, (Gaffney, C. F.
que ejercemos sobre el material cerámico. Pero
y Gaffney, V. L. eds.), BAR Series International
desde luego no soluciona todos los problemas, el Archaeopress 167, Oxford, pp. 35-46.
EVE 2.0 no es la “piedra filosofal” de la cuantificación
GARCÍA PORRAS, A. (2001): La Cerámica del
en los estudios cerámicos, pero puede facilitarnos el
Poblado Fortificado Medieval de “El Castillejo”
trabajo y nos ofrece una nueva perspectiva de estudio (Los Guájares, Granada). Athos-Pérgamos.
al aportarnos nuevos datos. Granada.
GAFFNEY, C. F. y GAFFNEY, V. L. (eds.) (1987):
Es nuestra opinión, el método más adecuado de Pragmatic Archaeology Theory in Crisis?. BAR
análisis es el que combina, convenientemente y Series International Archaeopress 167. Oxford.
seleccionados para cada caso, distintas técnicas e HULTHÈN, B. (1974): “On choice of element for
instrumentos a nuestro alcance para completar la determination of quantity of pottery”, Norwegian
información del registro arqueológico. Cada método Archaeology Review 7, pp. 1-5.
aporta información diferente y complementa al ORTON, C. (1988): Matemáticas para arqueólogos.
resto; no deben ser excluyentes ni prevalecer unos Alianza Editorial. Madrid.
sobre otros.
ORTON, C., TYERS, P. y VINCE, A. (1997): La
cerámica en arqueología. Crítica. Barcelona.
ORTON, C. y HUGHES, M. (2013): Pottery in
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experimental investigation of their quantitative PREYSLER, J., FERNÁNDEZ MARTÍN, J. J. y
relationships”, Journal of Field Archaeology FINAT CODES, J. (2009): “Nuevos métodos para
12(2), pp. 213-18. viejas tecnologías: análisis y documentación
de los materiales arqueológicos mediante la
CUOMO DI CAPRIO, N. (2007): Ceramica in aplicación de sistemas de Láser-scanner 3D”,
Archeologia 2: antiche tecniche di lavorazione I Congreso Internacional de Arqueología e
e moderni metodi di indagine. L’Erma di Informática Gráfica, Patrimonio e Innovación,
Bretschneider. Roma. Arqueología 2.0, Sevilla.
ESQUIVEL, J. A., ESQUIVEL, F. J. y ALEMÁN, I. TEJADO SEBASTIÁN, J. M. (2005): “Escaneado en
(2008): “Análisis estadístico de los parámetros 3D y prototipado de piezas arqueológicas: las
morfométricos de un vaso carenado utilizando Nuevas Tecnologías en el registro, conservación
un láser escaner 3D”, Cuadernos de Prehistoria y difusión del patrimonio arqueológico”, IBERIA
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FERNÁNDEZ LÓPEZ, G. y FERNÁNDEZ MARTÍNEZ,
V. (1991): “El sistema TIESTO: una propuesta
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 481-491. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 491
Pit E-004, a good example of the type of pits that were found in the excavation
of the Faculty of Economics.
4.14. SPACE, SHAPE AND RECIPE.
ANALYSIS OF CULTURAL CHANGE
BETWEEN THE LATE ANTIQUE AND THE
EARLY MEDIEVAL PERIOD IN THE AREA
OF GRANADA IN LIGHT OF THE POTTERY
OF THE EXCAVATION OF THE FACULTY OF
ECONOMICS IN GRANADA (2011-2012)
ESPACIO, FORMA Y RECETA. ANÁLISIS DEL CAMBIO CULTURAL
ENTRE ÉPOCA TARDOANTIGUA Y ALTOMEDIEVAL EN EL ENTORNO
DE GRANADA A TRAVÉS DE LA CERÁMICA DE LA EXCAVACIÓN DE LA
FACULTAD DE EMPRESARIALES DE GRANADA (2011-2012)
Abstract Resumen
Previous works in the Vega of Granada on the pottery Anteriores trabajos en la Vega de Granada para
of the late Antique and early Medieval periods shed la etapa tardoantigua-altomedieval nos han
light on their shapes, modelling techniques and permitido conocer con cierto detalle el desarrollo
ceramic fabrics. A recently finished archaeological de las formas, de las técnicas de modelado y de
excavation carried out in the Faculty of Economics las fábricas cerámicas usadas en dicha área. La
of Granada offers fresh elements that increase our reciente excavación arqueológica llevada a cabo
knowledge of this topic. In this work we will offer en la Facultad de Empresariales de Granada ha
some insights on the current state of the research ofrecido datos arqueológicos que incrementan
on the ceramics from these periods and on how the nuestro conocimiento de este tema. En este trabajo
materials of the Faculty of Economics can add to our expondremos un resumen del estado actual de
understanding by means of a pluridisciplinar study. nuestra investigación acerca de estas cerámicas, y de
cómo el estudio de los materiales de Empresariales
Key words: Late Antique Archaeology, Early nos permite ampliar su conocimiento a partir de un
Medieval Archaeology, Early Islamic archaeology, estudio pluridisciplinar.
Petrography, Archaeometry.
Palabras clave: Arqueología Tardoantigua,
Arqueología Altomedieval, Arqueologia Islámica
Temprana, Petrografía, Arqueometría.
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JULIO M. ROMÁN PUNZÓN Y JOSÉ CRISTÓBAL CARVAJAL LÓPEZ
The construction of a new building in the Faculty 2. Levels dated in the 18th century. They contained
of Economic Sciences of the University of Granada abundant residual elements of the 16th and 17th
(Campus Cartuja), located inside the protection area centuries and of the Nasrid and of the Ibero-Ro-
of the site of the Roman kilns of Cartuja (Hornos de man periods. Less abundant were inclusions
Cartuja), required an archaeological control under dated in the late Antique or early medieval perios
the General Plan of Town Development (PGOU in (6th to 9th centuries).
Spanish). This control was started on 27th June 2010.
The evidence of archaeological artifacts and archi- 3. Once the post-medieval levels were excava-
tectural elements forced the temporary halt in the ted away, most of the area showed the natural
works until an archaeological excavation with tren- bedrock of the area, the Alhambra Conglomerate.
ches could be executed. This excavation took place Very often the bedrock presented scarves produ-
between the 25th July 2011 and the 25th June 2012. ced by the scrapping of heavy machinery. Other
areas, however, conserved layers dated in the
The area under excavation was located behind the late Antique and early medieval periods or even
building of the Faculty of Economics, in the space in the Ibero-Roman period. These layers were
between the premises and a postmedieval wall that excavated manually.
Fig. 1. Location of Andalusia in the European context (J. Roman from an original found at http://www.zonu.com/fullsize/2009-12-22-11447/
Mapa-Mudo-de-Europa.html, last accessed 22/12/2009).
Fig. 2. Location of the excavated site in the Faculty of Economics. (Julio Roman from originals taken from the Map Viewer IBERPIX, of the
Instituto Geografico Nacional of Spain).
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 493-507. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 495
JULIO M. ROMÁN PUNZÓN Y JOSÉ CRISTÓBAL CARVAJAL LÓPEZ
Plate 1. Pit E-004, a good example of the type of pits that were found in the excavation of the Faculty of Economics.
The most relevant feature of the archaeological evidence. It is posible that they were part of a more
excavation was the documentation of many pits sizeable site that was destroyed by post-depositio-
carved in the rock that survived the stratigraphi- nal processes.
cal alteration of the later periods (Plate 1). Most
of them seemed to be related to the cultivation However, the pits do relate to a funerary area that
of small trees in different periods. Some others, was documented between some of them (and over
however, have allowed us to find archaeological one of them). This area contains four small tombs
levels from two phases: the late Antique period carved in the soil with a West-East orientation. They
(6th-7th centuries CE), with vessels of late Antique were covered and they had an internal structure
tradition, and the Amiral period (8th-9th centuries), made of bricks and tegulae fragments. The human
with elements from different ceramic traditions remains inside belonged to perinatal individuals, two
that allow to document the changes that happened of less than one month old and another one who lived
in Iberia after the Islamic conquest. for three months. Radiocarbon dates on the best con-
served individual suggest that she died in between
This group of pits is not related to any structures the second half of the 6th century and the first half of
of inhabitation. Only some fragments of small, dry- the 7th century (CAN, 1460 ± 25 BP, [cal AD 558: cal
stone walls made with boulders were documented, AD 646] 1, Calibración 2s -95 % probabilidad-)1.
but they do not seem to form any inhabitable space.
Besides, the archaeological levels connecting the The documentation of this type of sites detected mainly
pits and the walls are very badly conserved and by their pits is better known nowadays, mainly thanks
contained very few pottery elements and no dating to the research of Alfonso Vigil-Escalera Guirado in
1 CALIB RADIOCARBON CALIBRATION PROGRAM* Stuiver, M., Reimer, P.J., Reimer, R.W., 2005. Calib 6.0 Copyright 2009 M. Stuiver and
P. J. Reimer *To be used in conjunction with: IntCal09, Reimer, P.J., et al. 2009 Radiocarbon 51 (4) 1111-1150.
the región of Madrid (2007). His work has served to be reused as middens (Miret 2006). We lack archaeo-
create a model that allows the classification of a type logical evidence to suggest that this is the case.
of settlements that was undocumented very recently2. However, it is clear that they were used as rubbish
pits in the historical phase that is the focus of our
The site of the Faculty of Economics of Granada fits study. They were dug in the bedrock and they lack
well in what has been described as a farmstead any further treatment or covering. They contained
(granja), defined by A. Vigil-Escalera as “a category infill that seemed to have been been accumulated in
of rural settlement and unit of production compo- a single episode. The inclusions included fragments
sed of a reduced number of domestic groups (one, of pottery -in some cases almost full vessels- and -in
two or three), not enough sizeable as to ensure the much smaller amounts- remains of building mate-
development of intra-groupal complex social coope- rial, animal bones, glass or metal. These types of
rative forms”3 (Vigil-Escalera, 2007: 258). The author inclusions indicate the presence of a domestic envi-
also highlights two distinctive marks of this form ronment nearby. Similar assemblages and structu-
of settlement. The first one is that, in some cases, res have been documented in sites to the north of
the residential area can be moved several times in Toledo, like La Torrecilla, El Congosto and Prado
an space of up to one hectarea (always inside a well Galapagos (Vigil-Escalera, 2007). Some researchers
delimited estate), and that implies that the funerary have suggested that these infills come from middens
areas related to those houses are moved as well. accumulated out of the pits as residues of quotidian
Therefore, the second mark of these types of sites is activities (Vigil-Escalera, 2007: 156). This would exp-
that there is not a unique cemeterial area, and as a lain why different fragments of the same vessel can
consequence the cemeteries have a small number of be found in separate pits.
tombs and they are not well defined in the space. This
characteristic of the cemeteries is applicable to the Since we lack any complete profile of the pits, we
documented infantile tombs of the Faculty of Econo- cannot confirm if they had a narrow opening, which
mics, located in between the storage pits. would have been important to keep an anaerobic
environment (Vigil-Escalera, 2013). Since no covers
of any kind or techniques of finishing of the inter-
3. THE PITS nal walls have been documented, it is not posible to
assign any concrete function to these pits.
The pits themselves (Table 1) are usually small, with
a diametre ranging between 0.6 and 1 m. Their ori- The relevance of this finds is related to its scarcity in
ginal function is not known, but they ended being the area of Granada and to the historical implications
used as middens. Unfortunately, the later periods that they have in relation to the occupation of the land
are marked by a deep alteration of the hillslope with during the Visigothic period, and the characteristics
the building of agricultural terraces. The pits may of the ceramic production in this time. The latter
have been parcially cut by these alterations, and this reflects the process of acculturation that affects the
explains their current U-shaped sections and their late Roman population and the new settlers after the
circular layouts (Fig. 3). Only the pit E-047, the best Islamic conquest of Iberia (ie Islamicization).
conserved one, shows a section with bagging shape.
Unfortunately this pit was vertically sectioned when There are very few archaeological interventions
the second building of the Faculty of Economics was where late Antique and Amiral levels were docu-
built in the 1990s (Fig. 4). mented in the town of Granada. Even less of them
have been published, and when so, they rarely have
The origin of these structures is not very clear, but been able to frame chronologically these phases
their morphological features have made researchers of ceramic production (cf. the publications rela-
to identify them as stores for grain that could later ted to the Solar de la Mezquita, the Carmen de la
2 In 2013 the volume Horrea, Barns and Silos. Storage and incomes in Early Medieval Europe has been edited by A. Vigil-Escalera, G. Bianchi
and J. A. Quirós in the number 5 of the Series Documentos de Arqueología Medieval (Universidad del Pais Vasco). It offers a most relevant
update on the research on this type of settlements.
3 “…Una categoría de asentamiento rural y unidad productiva formada por un número reducido de grupos domésticos (de uno a dos o tres),
tamaño insuficiente para garantizar el desarrollo en su seno de formas de cooperación social complejas”.
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JULIO M. ROMÁN PUNZÓN Y JOSÉ CRISTÓBAL CARVAJAL LÓPEZ
CULTURAL
PIT NO. TRENCH DESCRIPTION
MOMENT
This pit was identified in the Eastern limit of the trench. It was sectioned
vertically, and its diametre could not be calculated. It’s máximum depth was
E-047 10
1.2 m and it had the shape of a bag. Besides tableware and kitchenware, it
contained building materials, fauna remains and glass sherds.
This pit was located in the Northern limit of the trench. It had circular shape,
E-068 12 a diametre of 1.9 m and a depth of 0.5 m. It contained abundant building
material and very few pottery fragments.
This pit had a diametre of 1 m and was 0.55 m deep. It was cut in the bedrock
and in the Post-medieval period it was affected by a trench. It contained
E-230 28
interesting ceramic remains, amongst them a cooking pot with a shape cha-
Late Antique racteristic of the Byzantine area (rim type Y).
This pit had an oval shape, being 1.4 m long and 0.70 wide in plan. Its con-
served depth was 0.20 m. It was partially cut by another pit, E-014, which had
E-012 05/06
a rectangular shape and contained glazed medieval material. The pottery of
E-012 could be easily distinguished from this lot.
This it had circular shape and a diamtere of 1.1 m. Its depth was 0.35 m and
its bottom had a sagging shape. It had been cut by the Tomb E-008 and by
the medieval Pit E-049 (which contained glazed ceramic material). The tomb
E-054 06
was dated between the 6th and 7th centuries. The Pit E-54 contained building
material, stones and pottery, including some fragments of vessels of late
Antique tradition.
This pit had circular shape and a diametre of 1.7 m. It’s depth was 0.8 m and
it presented a sagging bottom. It contained abundant building material and
Transition E-004 04
pottery of late Antique and early Islamic tradition. The pottery of the former
tradition was more abundant.
This pit had between 1 and 1.1 m diametre and 0.55 m depth. It contained
numerous sherds of the Early Islamic period, and among them there were
E-078 09
two jugs and a jar almost complete. Some fragments of pottery belong to the
same vessel as other from Pit E-079.
Amiral This pit had an irregular shape, 0.85 m long and 0.7 m wide, and its depth
Road
(Early Islamic) E-079 was only 0.17 m. Some if the fragments located inside matched with others
(D7)#
in Pit E-078.
This pit had circular shape and 0.65 m diametre and it was 0.4 m deep. The
E-051 06 pottery inside was dated in the amiral period, but the pit itself is located next
to the pit E-012, which is dated in the late Antique period.
Tab. 1. Description of the main pits dated in the late Antique and the early Islamic periods.
Muralla, the Calle Aljibe de Trillo, the Cuesta de la when they tackle the much needed revision of the
Victoria, the Santa Isabel la Real, 2, and the Calle materials of former archaeological excavations. All
María de la Miel with Esquina San Nicolás Nuevo this will complete the up to now minimal knowle-
(Malpica Cuello, 2000: 88; Rodríguez Aguilera, 2001: dge that we have on these periods of the history of
91; Orfila Pons, 2011: 155). The Campus de Cartuja Granada.
(today inside the town of Granada) was originally
outside the walls of the town, but it is very likely
that it belonged to its immediate hinterland, to its 4. THE LATE ANTIQUE AND EARLY ISLAMIC
municipium, and therefore the location of this site POTTERY OF THE PITS
raises interesting questions regarding the patterns
of settlement in the area. Two ceramic groups were clearly distinguishable.
One of them, mostly tablewares, was composed of fine
It is worth highlighting that this work is part of a buff wares with thin, wheelthrown walls and someti-
series of studies undertaken in the last years that mes incised decoration in wavy or horizontal discrete
present the ceramic development in the late Antique or combed lines. These wares were used in jugs. The
and early Medieval periods in Granada (see below) second type of wares includes kitchenwares storage
and that will help researchers to recognize them vessels and other type of utilitarian wares (Plate 1). It
when they undertake new archaeological works or is coarser and with thicker walls, with different inclu-
Fig. 4. Profile of Pit E-047, the best conserved in the excavation of the Faculty of Economics.
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sions of various sizes. They are can be wheelmade or The formal range of the production of cooking pots
handmade (or perhaps made on a slow wheel). Very in the late Antique period is quite reduced (Fig. 6):
often they show contrast between the colours of the rim types A and V. In the site, this period is clearly
core and margins of breaks. In general terms, they represented by the Pits E-047, E-068, E-230, E-012
are local or regional products with not a single frag- and E-054 in which no Islamic inclusions were found
ment of imported wares. and that can be dated in between the 6th and 7th cen-
turies CE.
This type of pottery has been already identified and
described in studies of the late Antique and early In the following centuries new ceramic types were
Islamic periods in the area of the Vega of Granada, developed. In this context there is continuity of the
in sites like Granada itself (Carvajal, 2008a: 315-338), late Antique traditions, but the first examples of the
Nívar (Jiménez Puertas and Carvajal, forthcoming) types that will be predominant in the Islamic period
and Madinat Ilbira (Carvajal, 2005, 2008a: 253-293; can be documented. The rim type S of the cooking
2008b). The assemblage found in the Facultad de pots in one innovation that marks the beginning of the
Empresariales matches perfectly with the sequence Islamic period (Fig. 7). The Pit E-004 has been dated
that has been suggested on the base of research in in the 8th century by the combination of rim types V
those sites. The best known element of the sequence and S. Other finds in this pit are the fragments of
is the cooking pots (cf. Carvajal, 2008a; 2009; Carva- large containers, of which some are examples of the
jal and Day, 2013a; 2013b), which can therefore be early Islamic period. The majority of them, however,
used to date the abandonment of the pits (Fig. 5). are vessels made in the late Antique tradition.
Fig. 6: Morpho-typology of the cooking pots used and their chronology (the drawings do not show actual pots from the excavation of the Faculty
of Economics, although they illustrate well their morphology).
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JULIO M. ROMÁN PUNZÓN Y JOSÉ CRISTÓBAL CARVAJAL LÓPEZ
Fig. 7: Graphic descriptions of the shapes used in this study (the drawings do not show actual pots from the excavation of the Faculty of Eco-
nomics, although they illustrate well their morphology).
The Pits E-078, E-012 and E-051 can be clearly dated sites and times during the period considered. A later
in the amiral period. The most abundant types of pot- work by the same authors, this time focused on the
tery are Islamic, with a clear predominance of rims of large containers (ie tinajas and alcadafes) is in pre-
type S, but also with types M, E and R. The documen- paration (Carvajal and Day, in preparation), although
tation of one tannur and of several disks, elements some pieces of information have already been publi-
eminently Islamic, confirm the dates. It is worthwhile shed in a previous work (Carvajal, 2012).
to note that there are still some vessels of the pre-Is-
lamic tradition in these pits. A petrographic analysis was designed for comparison
with the above mentioned studies. The pottery chosen
to be studied has been the coarser one, and in line
5. PETROGRAPHIC ANALYSIS with the works done in the studies mentioned above
two categories of pottery was chosen for analysis. The
The well dated and contextuallized remains made first one has been termed Red Wares and it includes
posible to undertake a petrographic analysis of dark red to brown and orange pottery with relatively
fabrics with the aim of relating the pottery to that thin walls (usually less than 1 cm thick), used mainly
analysed in a previous study undertaken by one of in cooking pots. The second category has the same
the authors (Carvajal and Day 2013a, 2013b). In this color, but it features thicker walls (usually around 1.8
work, J. C. Carvajal López and P. Day did research cm or more) and larger inclusions (frequently larger
on cooking pots of seven different sites in the Vega than 2 mm length). It has been labeled Large Contai-
of Granada between the 8th and the 11th centuries CE. ners, because it is used in the manufacture of this kind
The most relevant part of this study was the identifi- of vessels: dolia and paneras in the late Antique tra-
cation of different ceramic fabrics used at different ditions and tinajas and alcadafes in the Islamic ones.
CULTURAL
NUMBER
MOMENT CATEGORY OF SHAPES PRESENT (AND RIM TYPES, IF
PIT NO. OF SAM- FABRIC
(AND SUGGESTED POTTERY RELEVANT)
PLES
CHRONOLOGY)
E-047 Late Antique Red Wares Closed cooking pot (A, V); Open cooking pot 14 RW5
(6th-7th cents.)
Large Containers Dolium; Panera 5 LC1
E-004 Transition Red Wares Closed cooking pots 5 RW5
(Early 8th cent.)
Large Containers Tinaja 2 LC1
E-078 Early Islamic Red Wares Closed cooking pots 19 RW5
(8th-9th cents.)
Large Containers Tinaja; Panera; Disk; Tannur 14 LC1
Tab. 2: Information related to the sampling strategy.
Plate 2: Fabric RW5 Phyllite and schist: Showing grains of phyllite Plate 3: Fabric LC1 schist and meta-sandstone: Showing a large
distributed along the central part of the microphotograph, surroun- grain of biotite-muscovite schist featuring garnets. Around the large
ded by smaller grains of the same mineral and grains of polycrysta- grain there are smaller grains of schist and mono- and polycrysta-
lline quartz (meta-sandstone). lline quartz (meta-sandstone).
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The picture gets more complex when the analysis of the In any case, the tension between a much localized
large containers is considered. The fabric of this type production of cooking pots and a wider distribution
of vessels matches that of group LC1 in Carvajal, 2012: of large containers that the picture in this site offers
10. Fabric LC1 is documented in Granada and in other is not new. That is precisely what the results of the
nearby sites of the Vega (most importantly in Ilbira) (Fig. the works of Carvajal and Day suggest. However, the
8) and it is particularly related to Fabric RW3, because study presented here shows a very clear example of
the petrology of both groups is extremely similar, and the effect that this had in the assemblage of the pot-
the only difference lays in the size in the inclusions tery consumed at the same site.
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JULIO M. ROMÁN PUNZÓN Y JOSÉ CRISTÓBAL CARVAJAL LÓPEZ
of rural settlement described above, but it is also CARVAJAL LÓPEZ, J. C. and DAY, P. M. (2013b):
especially relevant for its closeness to the town of “Cerámica, paisaje y cambio social. Análisis
petrográfico de ollas en la Vega de Granada”. El
Granada. There is still very few information about the
paisaje y el análisis del territorio. Reflexiones
Iberian towns and their hinterland in this period of sobre el sur de al-Andalus, (Jiménez Puertas,
time (Vigil-Escalera, 2007: 276). ed.), THARG [BC], Granada, pp. 93-126.
JIMÉNEZ PUERTAS, M. (2002) El poblamiento del
It is worth highlighting that this work is part of a series territorio de Loja en la Edad Media. Universidad
of studies undertaken in the last years that present de Granada. Granada.
the ceramic development in the late Antique and early
JIMÉNEZ PUERTAS, M. and CARVAJAL LÓPEZ,
Medieval periods in Granada (see below) and that will J. C. (in press): “La cerámica altomedieval de El
help researchers to recognize them when they under- Castillejo de Nívar (siglos VI-XII) y su contexto
take new archaeological works or when they tackle económico-social”. Cerámica medieval e historia
the much needed revision of the materials of former económico-social: problemas de método y
casos de estudio, (Malpica Cuello, A. and García
archaeological excavations. All this will complete the
Porras, A. eds.), Granada, THARG.
up to now minimal knowledge that we have on these
periods of the history of Granada. MALPICA CUELLO, A. (2000): Granada, ciudad
islámica. Mitos y realidades. Granada. Asukaría
Mediterránea.
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Imagen fotorrealista de un recipiente confeccionado a mano del yacimiento
celtibérico de Los Rodiles (Cubillejo de la Sierra, Guadalajara), mediante la
utilización del software libre Blender.
4.15. RECONSTRUCCIÓN 3D Y REALIDAD
VIRTUAL: LAS NUEVAS TECNOLOGIAS
EN LA RECONSTRUCCION DE CERÁMICA
ARQUEOLOGICA
3D RECONSTRUCTION AND VIRTUAL REALITY: NEW TECHNOLOGIES IN
THE ARCHAEOLOGICAL POTTERY RECONSTRUCTION
Resumen Abstract
Las Nuevas Tecnologías actualmente nos ofrecen New Technologies offer today a very interesting kind
una serie de posibilidades muy interesantes para of possibilities for the archaeological sites research
la investigación y presentación de yacimientos y and materials presentation. One of the archaeological
materiales arqueológicos. Uno de los objetos que objects that has benefited about the Virtual
más se ha beneficiado de la Arqueología Virtual Archaeology is the archaeological pottery. In this
es la cerámica arqueológica. En este trabajo paper we present a handmade pottery reconstruction
presentamos la reconstrucción de un recipiente from the celtiberic archaeological site of Los Rodiles
confeccionado a mano del yacimiento celtibérico (Cubillejo de la Sierra, Guadalajara). This vessel has
de Los Rodiles (Cubillejo de la Sierra, Guadalajara), the enough rests to know the form and the kind of
en el que se conservan las partes suficientes para vessel to rebuild virtually trough the free-software
poder reconstruirlo de manera virtual por medio Blender, a free 3D tool that the last years is offering
del software libre Blender, una herramienta 3D great possibilities for working in Virtual Archaeology.
gratuita que en los últimos años está ofreciendo unas
posibilidades inmensas a la hora de poder trabajar Key words: Virtual Archaeology, Virtual
con la Arqueología Virtual. Reconstruction, Pottery, Los Rodiles, Guadalajara.
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ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT
pieza y hacer una reconstrucción fidedigna de cómo basada en el lenguaje de programación python. La
pudo ser la cerámica en su momento de abandono. ventaja de esta herramienta frente a otras similares
La muestra seleccionada, cuya sigla corresponde de tipo comercial, como es el caso del 3D Studio o
con Ro08-2D-2012-180, procede del yacimiento AutoCad, es que ofrece las mismas posibilidades en
celtibérico de Los Rodiles (Cubillejo de la Sierra, un entorno completamente abierto por lo que per-
Guadalajara). Se trata de un yacimiento de grandes mite su copia, distribución y modificación del pro-
proporciones (en torno a 5 ha) ubicado en las para- grama sin necesidad de pagar derechos de autor.
meras de la comarca de Molina de Aragón en el que
sus investigadores han identificado dos momentos A partir de un dibujo convencional cerámico podemos
de ocupación claramente diferenciados separados crear un modelo completamente tridimensional y fiel
por un estrato de ceniza, lo que parece indicar un al mismo gracias a la posibilidad que tiene la herra-
momento de incendio en un ambiente de convulsión mienta de poder girar los vértices sobre sí mismo de
bajo las denominadas Guerras Celtibéricas (Cer- tal manera que a partir de un plano podemos obtener
deño et al. 2008). Estos dos momentos de ocupación un cilindro. Digitalizando el perfil de la pieza cerámica
son Los Rodiles I (final siglo IV- mitad siglo II a.C), y aplicando la función spin del Blender obtenemos un
periodo perteneciente al Celtibérico Tardío, y Los primer modelo “rudimentario” tridimensional con
Rodiles II (mitad siglo II-mitad siglo I a.C.), periodo la forma de nuestra cerámica (Fig. 2) de tal manera
Celtibero-Romano en un momento de ocupación bajo que cuantos más vértices digitalicemos mayor rea-
el yugo romano hasta su abandono definitivo en el lismo podremos dotar a la pieza virtual que quere-
siglo I a.C. Nuestra cerámica seleccionada pertenece mos modelar. Según A. Martínez et al. (2010: 135),
a esta segunda fase de ocupación. la manipulación de los perfiles en los programas de
edición tridimensional nos permite una rápida y sen-
El programa que hemos empleado para nuestra cilla identificación de las medidas volumétricas de los
reconstrucción es Blender en su versión 2.60. Este recipientes con facilidad de tal manera que no sola-
programa entra dentro de lo que se denomina como mente se puede calcular la capacidad del recipiente,
free-software tratándose de una herramienta libre sino también el volumen externo.
Fig. 1. Muestra Ro08-2D-2012-180 seleccionada para nuestra reconstrucción cerámica. Como podemos observar en la imagen, la muestra
conserva una gran cantidad de sus piezas originales, por lo que podemos conocer su forma como para realizar una reconstrucción fidedigna
de la cerámica. Al cargar la imagen al Blender, el primer paso es la digitalización del perfil de la cerámica. La digitalización debe incluir los
suficientes vértices para dotar de un mayor realismo a la pieza a la hora de aplicar la función spin. Tenemos que tener en cuenta también el
grosor de la cerámica.
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ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT
Fig. 2. Resultado tras aplicar la función spin. Al digitalizar el perfil y girar se crea una malla de puntos cilíndrico que podemos modificar a
nuestro antojo. El primer modelado “rudimentario” tiene pocos vértices, por lo que es necesario aumentar su número. A más vértices, más
realismo en la pieza.
Fig. 3. Resultado tras aumentar el número de vértices con la herramienta subdivision surface. El número de vértices permite que, cuantos
más vértices, mayor realismo a la hora de renderizar en 3D. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que muchos vértices conlleva la
pérdida de rendimiento de nuestro computador.
Tras este primer modelado de la cerámica, el Lo ideal sería tomar una fotografía de la textura de
siguiente proceso que tenemos que realizar con- la pieza lo mas ortogonal posible a nuestra cerá-
siste en la división superficial y el suavizado de los mica. También existen numerosas webs con textu-
contornos de la pieza, de tal manera que dicho sua- ras que podemos aplicar a nuestros proyectos. Otra
vizado nos permitirá la obtención un modelado muy de las ventajas es que podemos modificar nuestra
realista. La herramienta Blender trabaja con varios textura para variar la iluminación y el contraste de
niveles de suavizado, de tal manera que a un nivel tal manera que obtengamos una coloración realista.
muy alto nuestra pieza posee un realismo mucho En nuestro caso hemos tomado una textura de color
mayor con la consiguiente pérdida de rendimiento parduzco oscuro que hemos aplicado a nuestra pieza
de nuestro computador, ya que los procesos de divi- obteniendo el siguiente resultado (Fig. 4).
sión superficial, permite la repetición de los vértices
que hemos digitalizado previamente y que dotan a la Para paliar ese efecto alisado y poco realista de
pieza de mayor fidelidad. Cuánto más nivel, mayor nuestra cerámica hemos aplicado una nueva textura.
numero de polígonos (Fig. 3). En esta ocasión no se trata de una imagen si no de
una textura que viene por defecto en el programa y
Como podemos observar en la imagen ya tenemos que nos permite crear rugosidades en la superficie;
una representación muy fiel de nuestra cerámica se trata de la textura clouds. Aplicando dicha textura
original por lo que el último paso que nos queda es a nuestra pieza y alterando los parámetros geomé-
el texturizado de nuestro proyecto para darle la sen- tricos y la intensidad de la misma podemos crear una
sación de que estamos trabajando con nuestra pieza capa rugosa que se aplica a la superficie poligonal
en un entorno completamente virtual. La ventaja de de nuestra pieza por lo que da la sensación de que
estas herramientas 3D es la posibilidad de poder tra- estamos tratando con una pieza cerámica de verdad
bajar también con texturas tomadas directamente de (Fig. 5), permitiendo confirmar esa “percepción sen-
la pieza cerámica, por lo que solamente necesitamos sorial” (Farjas et al., 2011: 139) de la que hablábamos
una cámara digital de buena resolución e importar en párrafos anteriores, ofreciendo estos modelados
esas imágenes con extensión .jpg a nuestro proyecto. 3D “un mayor acercamiento a la pieza, a la vez que
Fig. 4. Primer renderizado de prueba de nuestro recipiente. Le hemos aplicado una textura de color parduzco intentando dotar a la pieza del
mayor parecido posible, para ello podemos tomar fotografías de la superficie de nuestra pieza que luego usaremos a modo de textura. Sin
embargo, las paredes de la cerámica parecen demasiado lisas, quitando realismo a nuestro recipiente.
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ÁLVARO SÁNCHEZ CLIMENT
Fig. 5. Segundo renderizado tras la modificación de los parámetros geométricos de la textura. La rugosidad de las paredes permite tener
la sensación de que estamos trabajando con un recipiente a mano. En función de los parámetros modificados la intensidad de la rugosidad
será mayor o menor.
Fig. 6. Imagen fotorrealista de nuestra pieza cerámica. Para ello hemos dotado a la pieza de un suelo texturizado con la imagen de la super-
ficie de una mesa. Además le hemos colocado una escala que nos permite indicar, incluso desde un punto de vista virtual, las proporciones
de la pieza. Además hemos añadido una cartela con información de la misma: sigla, yacimiento y cronología. Seguidamente hemos colocado
la cámara con un ángulo de cuarenta y cinco grados y una iluminación que incide de manera oblicua en la parte derecha del escenario por lo
que la sombra queda reflejada sobre la superficie de una manera muy realista.
constituye una manera más precisa e interactiva de tora del yacimiento celtibérico Los Rodiles, a la que
conocimiento visual del recipiente” (Martínez et al., quiero agradecer su apoyo y por permitirme trabajar
2010: 135). En nuestro caso hemos aplicado una tex- con ella en sus proyectos. También quiero agradecer
tura clouds, tamaño entre partículas de 0,15 y geo- el apoyo de mis compañeros Emilio Gamo y Marta
metría norma a una intensidad de 1,000 (cuanta más Chordá, grandes arqueólogos y más grandes amigos.
intensidad mayor rugosidad). El resto de parámetros Por último quiero expresar mi gratitud a los profeso-
los hemos dejado por defecto. res Edward Swenson y Heather M. L. Miller de la Uni-
versidad de Toronto en Canadá por haberme acogido
Para finalizar vamos a crear un escenario realista en sus respectivos laboratorios para mi estancia de
para nuestra cerámica. Para ello hemos dotado a la doctorado mientras realizaba este trabajo. A todos
pieza de un ambiente muy similar al que podemos ellos GRACIAS.
encontrar en un museo (Fig. 6). Estas reconstruc-
ciones virtuales, además, permiten que puedan ser
empleadas como una herramienta que facilite la BIBLIOGRAFÍA
difusión del patrimonio arqueológico de una locali-
dad (Flores y Martínez, 2010: 103) lo que posibilita, ANGÁS PAJAS, J. y SERRETA OLIVAN, A.
por tanto, una mayor comprensión por parte del (2010): “Valoración y difusión del patrimonio
arqueológico mediante un entorno web 3D.
espectador de los restos arqueológicos desde el
Documentación de Santa María de Iguacel (XI
punto de vista de la interpretación de los mismos, así d.C.)”, Virtual Archaeology Review (VAR) 1(1),
como, las posibilidades de las nuevas tecnologías y pp. 63-67.
a las capacidades de internet, de aportar una mayor
CERDEÑO, M. L., SAGARDOY, T., CHORDA, M. y
difusión gracias a la simulación de verdaderos entor- GAMO, E. (2008): “Fortificaciones celtibéricas
nos tridimensionales siendo perfectamente posible frente a Roma: El Oppidum de Los Rodiles
la creación de un entorno web que nos “proporciona (Cubillejo de la Sierra, Guadalajara)”,
solución técnica dirigida a la difusión pública tanto Complutum 19, pp. 173-189.
por su vía gráfica como métrica” (Angás y Serreta, FARJAS, M.; MORENO, E. y GARCIA LAZARO,
2010: 65) cumpliendo así, según estos autores, tres F. J. (2011): “La Realidad Virtual y el análisis
preceptos: científico: de la nube de puntos al documento
analítico”, Virtual Archaeology Review (VAR) 2(4),
pp. 139-144.
• Solución científico-técnica hacia la documenta-
ción gráfica y geométrica. FLORES GUTIERREZ, M. y LOPEZ MARTINEZ,
C. M. (2010): “Del hallazgo arqueológico al
• Preservación/conservación-restauración. ciberespacio”, Virtual Archaeology Review (VAR)
1(2), pp. 101-105.
• Entornos estandarizados como difusores del
MARTINEZ CARRILLO, A., RUIZ RODRIGUEZ, A. y
patrimonio cultural (permitiendo así la organiza-
RUBIO PARAMIO, M. A. (2010): “Digitalización
ción de la información necesaria). y visualización 3D de cerámica arqueológica”,
Virtual Archaeology Review (VAR) 1 (2), pp. 133-
136.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 509-515. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 515
Over-fired pot from Zlakusa.
4.16. EXAMINING THE TECHNOLOGY OF
CALCITE TEMPERED COOKING VESSELS IN
THE CENTRAL AND WESTERN BALKANS
EXAMINANDO LA TECNOLOGÍA DE RECIPIENTES DE COCCIÓN CALCITICA
EN LOS BALCANES CENTRALES Y OCCIDENTALES
Abstract Resumen
In this paper the results of research conducted at En este trabajo se presentan los resultados de la
the center of the area and Western Balkans are investigación llevada a cabo en la zona central y
presented. Specifically our research has focused on occidental de los Balcanes. Concretamente nuestra
the analysis of ceramics and calcite degreasing. investigación se ha centrado en el análisis de la
cerámica y sus desgrasantes calcíticos
Key words: Technology, Pottery, Cooking, Balkans
Palabras clave: Tecnología, Cerámica, Cocción,
Balcanes.
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RICHARD CARLTON Y BILJANA DJORDJEVIĆ
of hand-wheel and bonfire-firing technologies. being formed from unwashed clays to which a high
Although potters using the hand-wheel and open proportion of crushed calcite or sieved river sand
firing techniques are known to have been active in has been added. Despite the difficulties involved
up to 100 five villages in around 50 groups since the in its preparation, the prevalent use of calcite,
beginning of the 20th century, only the following five even where alternative materials are available, is
are known to remain active: marked.
a b c d e
Fig. 1 a-e. Experimenta firing of the Zlakusa pottery on 675ºC, 720ºC, 750ºC, 785ºC and 825ºC.
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RICHARD CARLTON Y BILJANA DJORDJEVIĆ
Fig. 2. Quenching
1 Recorded from 22 of the 28 locations where the practice is noted. Only three of the other six locations - Ularica, Veselići and Grič-are known
not to have used flour. Bran is recorded specifically only at Krasinac.
2 Recorded at Vrkašić, Brezova Kosa, Potravlje, Demiševci, Dobrinja, Malešići, Prebidoli and Ivanjska.
3 Recorded at Rajovići, Zlakusa, Kučin/Džurovo, Vrkašić, Demiševci, Liješevo, Dobrinja, Malešići and Prebidoli. Also noted as the worst kind
of flour for this purpose at Ivanjska.
4 Recorded at Lončari (Crikvenica), Kaludjerovac, Ervenik, Vrkašić, Krasinac and Donji Rujani.
have abandoned it within the last three decades or this may be achieved just as effectively by cooking
so11. Most potters dip their red-hot pots in a large with the vessel over an open flame, and more so by
metal container of the prepared solution, using tongs sealing with oil or starch during cooking (see below).
to grip them for this purpose, but at Potravlje, Donji
Rujani and Ervenik, it is splattered onto the ves- An indication the effects potters desire or presume
sels with a cloth. Immersion of the vessel for a few to occur can be gauged from the names given to the
seconds, or splattering onto the vessel surface, cau- process. In the majority of cases it is referred to as
ses vigorous effervescence as the solution around or kaljenje or kaliti meaning “tempering”, or “to tem-
upon the vessel boils. The absence of effervescence per”. In several cases it is referred to as obara or
indicates to the potter that the pots have cooled too obarisati, meaning “stewed” or “cooked”, and in one
much for the process to be effective, in which case case as kalajisati, or ‘tinning’. At Ivanjska the verb
they may have to be returned to the fire temporarily. vraniti, “to blacken”, is used for the process and the
Furthermore, if the pot does not blacken or change noun okala for the flour and water mixture. Thus,
colour to the potter’s approval immediately, it may we may suggest that whilst some potters are aware
be returned to the glowing embers for a few minu- only of the immediate effects of the process, such as
tes – by this time it will have cooled sufficiently to colouring, others are also aware of certain streng-
eradicate the risk of over-firing. The extent of blac- thening or hardening effects induced by the process.
kening depends upon the nature of the material(s)
used in solution, as well as its consistency and the In order to investigate the possible reasons for quen-
temperature of the pots to which it is applied -too ching a series of experiments was carried out using
low and carbonisation may not occur; too high and clay paste samples acquired from potters at Kalud-
the thin carbonised layer may burn away entirely. jerovac, Potravlje and Veli Iž. All samples were rehy-
Experiments have shown that a solution of 1kg drated in fresh water, except half of that from Veli Iž
flour/15 litres of water produces effective results; a which was rehydrated in sea water in order to test
more concentrated solution leads to coagulation and the theory that the addition of salt helps to reduce the
ineffective carbonisation. Clearly, when the solution impact of heat upon calcareous pastes. 18 briquet-
is splattered onto the vessel, only partial blackening tes were manufactured from each of the resultant
occurs- this can be controlled to some extent to pro- four pastes, and six batches of briquettes, compri-
duce deliberately patterning. sing three of each paste, were fired at 50ºC intervals
ranging from 700-950ºC. One briquette in each of the
In the few cases where information has been collec- resultant 24 groups of three fired briquettes was set
ted on the reasons for this practice, potters concen- aside as a control. Another was allowed to cool until
trate on its decorative and apparent strengthening warm and then immersed completely in water for
effects. At Pulac, consumer preference was given 24 hours. The third was quenched for five seconds
as the reason for blackening half of a batch of fired in a mixture of flour and water (200 g flour per litre
vessels, while leaving the other half in its original of water), then withdrawn and left to cool. The sam-
state. At Potravlje, the application of flour and water ples were then arranged on card and observed daily
solution is carried out for decoration, although it may for two weeks before being photographed and left for
be that the present splattering is a residual practice, extended observation.
symbolic of complete immersion, which it is likely,
was formerly practised. A further possible reason, As may be seen from the photograph of the results
though not one given by potters, is that the creation (Fig. 3), the most profound physical changes occurred
of a thin layer of carbonised deposit on the surface of to briquettes containing high proportions of calcite,
the vessel may cover cracks or other defects formed fired to high temperatures. With regard to the effect
during firing. Similarly, it may also be suggested that of quenching and water soaking upon the four sam-
carbonisation seals pores in the surface of vessels, ple fabrics, it can be seen that damage to the Veli Iž
thereby making them more water-tight, although samples begins at 800ºC and to the Kaludjerovac and
11 Observations made during recent fieldwork for the present survey show that the practice survived at Pulac, Ularica, Demiševci, Potravlje,
Malešići and Liješevo. It was no longer practiced at Veli Iž, Kaludjerovac or Zlakusa, nor was there any evidence of it at Donji Rujani, and it was
still not practiced at Višnjica or Široki Brijeg. Further, having inspected some of the last pots produced at Veselići and Ervenik, it is almost
certain that the practice had also died out there.
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RICHARD CARLTON Y BILJANA DJORDJEVIĆ
Fig. 3: physical changes occurred to briquettes containing high proportions of calcite, fired to high temperatures (Veli Iž, Kaludjerovac,
Potravlje).
Potravlje samples (which contain lower proportions It is deduced from the above that, amongst several
of calcium carbonate inclusion) at 850ºC. However, different reasons perceived or given for quenching
those treated by quenching survived until 950ºC, with vessels immediately after firing, its role in amelio-
the notable exception of the Veli Iž sea water sample rating the potentially detrimental effects of over-fi-
which capitulates from 850ºC. Similarly, the briquettes ring calcareous pastes is paramount. It is clear
placed in water after cooling survived to 900ºC, and in that, far from being the ‘primitive’ firing technology
the case of the Kaludjerovac sample to 950ºC, but the noted by generations of fieldworkers (c.f. Popović
Veli Iž sea water sample suffered damage from 800ºC. 1959 and Randić-Barlek, 1990), bonfire firing and
Thus, the experiments have shown that calcitic fabrics quenching is a subtle and highly adapted response
fired up to about 850ºC, dipped briefly in water whilst to particular mechanical constraints imposed by
red-hot, will not suffer subsequent damage through the use of specific materials. Kilns are not univer-
the hydration of calcium oxide, whereas fabrics fired sally employed, not because they are unknown or
over 750ºC not treated in this way will suffer such beyond the technological competence of some pot-
damage. Immersion in water at this critical stage sta- ters, but because open-firing is suited to the use
bilises the fabric in whatever state it emerges, rapidly of the preferred, calcareous pastes. A secondary,
accelerating disintegration if the vessel has been perhaps subsidiary benefit of open firing, however,
over-fired, whilst reducing the likelihood of this by is that it requires no investment or maintenance of
increasing the ‘heat work’ or firing temperature safety structures, nor does it compromise other domestic
level, thus ensuring the survival of fabrics which would or economic activities, since it occupies space only
otherwise suffer post-firing disintegration. temporarily.
12 At Pulac, where some pots are treated in this way and others not, it is likely that the potter selects pots on the basis of the temperature to
which they have been exposed-variations in the rate of heating within the pottery stack are determined by the position of individual pots within it.
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RICHARD CARLTON Y BILJANA DJORDJEVIĆ
At Višnjica, Liješevo and Djakovica, where calcite or never in association with double-chambered kilns,
limestones are not used and fine pastes predominate, even when coarse cooking wares are produced in
quenching is rare. In 1990, however, evidence of quen- sandy fabrics, as at Jerovac in Hrvatsko Zagorje.
ching was recorded at Liješevo, in the form of uncar-
bonised fragments of maize adhering to cooking pots, Ularica and its associated pottery-making settle-
and it may be that the local sand used in pastes for ments, Sivša and Omanjska are the only commu-
cooking wares is calcareous enough to warrant quen- nities using only sand-modified pastes to practice
ching, although its use at that time may have been quenching as a matter of course. Certainly, the sand
residual, since modern fabrics are unmodified. The used by at least one local potter, Mate Gavran, is
uncarbonised nature of these deposits draws atten- sufficiently calcareous to warrant this, with several
tion to the difficulty of carrying out this process effec- cases of partial fabric disintegration being noted
tively using double-chambered kilns, since full loads in samples collected from him. Another potter has
of pots cannot be extracted from the firing chamber recently begun to import micaceous, non-calcareous
while hot enough to cause effervescence in the quen- sand from Osijek, thereby avoiding the problem of
ching solution or to carbonise the organic solids sub- lime spalling. This has not led him to abandon quen-
sequently. Further enquiries in 1997 revealed that ching, however, which may thus be regarded as
vessels intended for quenching are stacked at the top residual, unless prized for its colouring effects and/
of the kiln, from which position they may be extracted or symbolic role, as discussed above-certainly the
at the appropriate stage of firing, leaving the remain- mottled browns and metallic hues of vessels from
der of the load to be fired to a higher temperature. Ularica are very distinctive.
Elsewhere, quenching is known to be used in asso-
ciation with sandy fabrics only where open hearths or
single-chamber kilns are used, as at the hand-wheel 5. THE NEED FOR FURTHER EXPERIMEN-
locations of Golo Brdo, Ularica, Ivanjska, Demiševci TATION
and Vrkašić, and by foot-wheel potters at Rastoki, but
Although the above experiments clarify some aspects
of the relationship between the use of calcite and the
practice of quenching, further experimental work
and field observation needs to take place before the
reasons for the prevalence of calcareous fabrics in
the archaeological record, and stated preference of
potters and consumers in the western Balkans are
understood. In particular, the chemical and mecha-
nical basis for its perceived superior thermal shock
resistance remains obscure.
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Fotografía de Florencia Müller en Huapalcalco
(Arqueología Mexicana, 2001: 73).
4.17. UNA ARQUEÓLOGA PIONERA EN LOS
ESTUDIOS CERÁMICOS Y CREACIÓN DE UNA
CERAMOTECA EN MÉXICO: FLORENCIA
MÜLLER
A PIONEERING ARCHAEOLOGIST IN CERAMIC STUDIES AND THE
CREATION OF A CERAMOTECA IN MEXICO: FLORENCIA MÜLLER
Sara Carolina Corona Lozada1, Paola González Montero1 y Aurora Egmont Sánchez Pacheco2
Resumen Abstract
El presente artículo abarcará los trabajos de la This article covers the work of the Mexican
arqueóloga mexicana Florencia Müller, cuyas archaeologist Florence Müller, whose investigations
investigaciones fueron enfocadas principalmente were focused mainly on the development of ceramic
en la elaboración de tipologías cerámicas y typologies and chronological sequences. Also,
secuencias cronológicas. Asimismo, el interés por interest in ceramics led her to sort and collect pots
la cerámica que la llevó a clasificar y coleccionar from various archaeological explorations, letting
tiestos provenientes de diversas exploraciones her create a ceramoteca that later form part of the
arqueológicas, permitiéndole crear una ceramoteca National Institute of Anthropology and History (INAH).
que posteriormente formaría parte del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH). Her initiative influenced the creation of other
ceramotecas as the Comparative Archaeological
Su iniciativa influyó en la creación de otras Collections Department (DCAC), which since 1995
ceramotecas como la del Departamento de takes again the idea of gathering and organizing
Colecciones Arqueológicas Comparativas (DCAC), ceramic samplers from different regions of Mexico
que a partir de 1995 retoma nuevamente la idea and offers domestic and foreign researchers to
de reunir y organizar muestrarios cerámicos, compare their ceramic material with the acquis
provenientes de diferentes regiones de la República protected.
Mexicana y los pone a disposición de investigadores
nacionales y extranjeros para comparar su material Key words: Florence Müller, Ceramics,
cerámico con el acervo resguardado. Ceramoteca, Sample, Typology, Acquis, Timing.
1 Departamento de Colecciones Arqueológicas Comparativas, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e
Historia, México. [ yosccl@hotmail.com ] ; [ miqui_ihiyotl82@hotmail.com ] ; [ hildegund@hotmail.com ]
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SARA CAROLINA CORONA LOZADA, PAOLA GONZÁLEZ MONTERO Y AURORA EGMONT SÁNCHEZ PACHECO
1 En México el término tepalcate se refiere al fragmento o pedazo, grande o pequeño de una vasija o figurilla (Smith y Piña Chan, 1962: 24).
ría “el triunfo de los tepalcates”, como lo denominó gadores Ignacio Marquina y Jorge Acosta en los años
Ignacio Bernal en su libro Historia de la arqueología sesenta (Lám. 1). En estos últimos proyectos su con-
en México, al crearse las primeras secuencias cro- tribución fue fundamental, debido a que estableció la
nológicas y tipos cerámicos para diferentes sitios secuencia cronológica y tipología cerámica de ambos
arqueológicos. sitios, como parte de su investigación elaboró diver-
sas fichas con dibujos de la cerámica recabada en las
Aunque ya eran notables los avances en los estudios exploraciones (Lám. 2 y 3).
de análisis cerámico los investigadores aun adqui-
rían la mayoría de sus conocimientos de manera En el transcurso de sus estudios Florencia Müller
autodidacta. Es con la fundación, en México, de la observó diversos problemas que impedían el tra-
Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1939, bajo y manejo del material, dentro de estos esta-
que pudieron hacerse estudios de arqueología (Ber- ban la inexistencia de un espacio para realizar los
nal, 1992: 155) y es de esta misma escuela donde estudios pertinentes; la dificultad para comparar
egresaría Florencia Müller como la primera mujer el material recuperado en las exploraciones con
arqueóloga. el exhibido en los museos; la falta de bibliografía
especializada; y el deficiente conocimiento técnico
Gracias a los conocimientos que había adquirido y a para reconstruir gráficamente las vasijas comple-
la experiencia y apoyo que le proporcionó el profesor tas o semi-completas.
Eduardo Noguera, Florencia Müller inició e encauzó
sus estudios en la cerámica. Su inquietud y dedica- Ante esto, Florencia Müller tomo la decisión de con-
ción la llevaron a colaborar en múltiples investiga- formar una ceramoteca que proporcionara todos los
ciones arqueológicas dentro de la República Mexi- recursos y servicios necesarios para llevar a cabo el
cana como Xochicalco y Chimalacatlán, Morelos, análisis cerámico y resguardar material diagnóstico,
Huapalcalco, Hidalgo, y destaca su participación en para ello solicitó a los investigadores que enviarán
los proyectos Teotihuacán, Estado de México y Cho- material de sus exploraciones e investigaciones, con
lula, Puebla, ambos bajo la dirección de los investi- la clasificación determinada por ellos.
Lám. 2. Fichas con dibujos de la cerámica procedente de Teotihua- Lám. 3. Fichas con dibujos de la cerámica procedente de Cholula,
cán, producto de las investigaciones de Florencia Müller. producto de las investigaciones de Florencia Müller.
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SARA CAROLINA CORONA LOZADA, PAOLA GONZÁLEZ MONTERO Y AURORA EGMONT SÁNCHEZ PACHECO
Lám. 4. Bodegas revisadas en 1991, donde se encontró parte de los muestrarios de Florencia Müller.
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SARA CAROLINA CORONA LOZADA, PAOLA GONZÁLEZ MONTERO Y AURORA EGMONT SÁNCHEZ PACHECO
de la arqueología en México por ser la primera mujer 6), con la finalidad de apoyar a investigadores
arqueóloga que además desarrolló una manera de nacionales y extranjeros en su labor científica al
análisis cerámico y un lugar específico para concen- comparar el material procedente de sus explora-
trar el material. ciones con el material resguardado por el Depar-
tamento (Lám. 7).
A finales de 1991 fueron revisadas las bodegas del
entonces Departamento de Prehistoria, donde se En un principio la ceramoteca estaba organizada de
encontraban almacenados por más de 35 años mate- acuerdo a las subáreas propuestas por Kirchhoff
riales arqueológicos de diferentes sitios, dentro de (1960: 1-13): Altiplano Central, Maya, Occidente,
estos se encontraban parte de los muestrarios de Costa del Golfo y Oaxaca Posteriormente se agrega-
Florencia Müller. Ante esta situación, se desarrolló ron a las subáreas existentes acervos de las regio-
un programa de trabajo denominado Proyecto de nes de la Huasteca, Guerrero, Noroeste y Noreste de
Estructuración de las Bodegas de Materiales Arqueo- México, del Extranjero como Cuba, Estados Unidos,
lógicos, con el propósito de organizar los materiales Centro y Sudamérica, así como una sección con el
y poder elaborar catálogos para su consulta. Es hasta material cerámico que perteneció a la ceramoteca
1995 que se forma el Departamento de Colecciones de Florencia Müller (Lám. 8).
Arqueológicas Comparativas, a cargo del arqueólogo
Jorge Alberto Quiroz Moreno, quien continúa con la Hasta el momento la ceramoteca cuenta con un
labor de organizar el material (Lám. 4). acervo de 695 muestrarios, organizados en una base
de datos donde se registran con los siguientes pará-
Actualmente el Departamento de Colecciones metros: subárea, estado, sitio, fecha, investigador y
Arqueológicas Comparativas tiene como obje- contenido, esto facilita su ubicación y consulta. Cabe
tivo reunir en su acervo muestrarios de cerámica mencionar que los muestrarios conservan la clasifi-
(prehispánica y colonial) y lítica (Lám. 5 y Lám. cación y tipología establecida por cada investigador.
Lám. 7. Acervo de la ceramoteca del Departamento de Colecciones Lám. 8. Acervo del estado de Guerrero.
Arqueológicas Comparativas
El personal que trabaja en el Departamento está a los investigadores, el apoyo con equipo fotográ-
encargado de ordenar y dar mantenimiento a los fico y un lugar para consulta, también brinda espa-
muestrarios; recabar la información sobre los aná- cio temporal para aquellos investigadores que no
lisis cerámicos para poder elaborar catálogos por cuenten con un sitio para llevar a cabo su análisis,
Estado, región o sitio; embalaje de piezas que lo todo lo anterior de acuerdo con el Reglamento del
ameriten; recibir los muestrarios de los proyectos Departamento.
arqueológicos que se realizan en México e integrar-
los a la base de datos; así como la elaboración de Entre los propósitos del Departamento está generar
material para difusión donde se da a conocer el tra- un proyecto de digitalización del acervo cerámico,
bajo realizado en el Departamento (Lám. 9 y 10) mediante el cual se espera que en un futuro, no muy
lejano, se pueda realizar una consulta virtual. Así
Dentro de los servicios que ofrece el Departa- mismo la publicación de boletines acerca del tra-
mento se encuentra la atención y asesoramiento bajo que realiza el Departamento.
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SARA CAROLINA CORONA LOZADA, PAOLA GONZÁLEZ MONTERO Y AURORA EGMONT SÁNCHEZ PACHECO
Abstract Resumen
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 537-547. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 537
ANTONIA GARCÍA LUQUE
1 As noted Manuela Fernández (2008), although there is an increasing interest among educators for teaching aspects of heritage, the majority
still work with historic and artistic heritage.
areas of knowledge established by the curriculum2 A special accent must be given to the concept of basic
will have its own didactic aims that will acquired competences3, that appeared before on a text but It is
by means of development, with different working not only considered as a simple element in the curri-
techniques, of attitudinal, conceptual and pro- culum, because, despite being a new incorporation
cedural contents, that are structured in common in the minimum teaching, It has become the cohe-
blocks for each subject, but making them different sive force of it, as It let us identify those learning that
in cycles based on the cognitive development and are said to be essential from an integrating plan and
maturity of students, in relation to their age and oriented to its utility to acquired knowledge. As poin-
other different variables. ted by the royal decree 1513/2006, its achievement
will make pupils capable to have a personal realiza-
As we will be focused on this educational level, tion, the practice of active citizenship, the incorpo-
the Primary Education, and more specifically to ration to adult life in a satisfactory manner and the
the third cycle, we have considered it necessary to development of a permanent learning throughout
start with a first approach of the national educa- their lives.
tional legislation, with no mention to community
particularities, that regulates the organization of Working all the patrimony contents will help us to get
teaching cycles at that level, in order to analyse the the development and acquisition of eight basic com-
presence of patrimony in the different elements petences, however, the specific competence, the cul-
that compose the curriculum (aims, contents, tural and artistic ones, which for its own inner logic
methodology, evaluation, and basic competences). will make it mainly.
In the Education Organic Law 2/2006, we have to wait This competence supposes to know, understand,
the aims of the Secondary Education, gathered in the appreciate and value critically all the different cultu-
article 23, to see a clear mention to cultural patri- ral and artistic expressions, wring them as a source
mony concept, specifically the tenth that points out for enrichment and benefit and considering them as
that the Obligatory Secondary Education will contri- part of folks´patrimony.
bute to develop in students all the capacity that will
let them: j) know, value, respect the basic aspects of Appreciating the cultural fact in general and artis-
own culture and history and others´, as well as the tic fact in particular, involves having those abilities
artistic and cultural patrimony. and attitude that allow us to access to its different
expressions, as well is the thinking, communica-
In the Royal Decree 153/2006, It is established tive, perceptive and abilities sensitivity and aesthetic
the minimum teaching of the Primary Education. sense to be able to understand and value them and to
Although the indirect references to the heteroge- get moved and enjoy with them.
neity of fields and realities that takes the cultural
patrimony is present in all the areas of knowle- This competence implies to use some abilities of
dge, there are two areas that will allow us a higher divergent and convergent thinking, because it invol-
knowledge of it by means of specific contents that ves to re-elaborate ideas and own and odd feelings,
are worked in them, as the Natural, Social and Cul- finding sources, forms and ways of understanding
tural Knowledge of environment and Artistic Edu- and expression planning, evaluating and adjusting
cation subjects, as It is shown on board 1, in which the necessary processes to get some results, both in
we have gathered a selection of those aims and the personal and academic context. It is, therefore, a
contents that explain legally the didactic proposal competence that facilitates to express and to com-
of this paper, in which a ceramic pan of a specific municate and to see, understand and get richer with
culture can be used as an interesting tool for patri- different realities and production of the world of art
mony teaching. and culture.
2 Natural, Social and Cultural Knowledge of environment; Artistic Education; Physical Education, Spanish Language and Literature, and, if any,
Official Language and Literature; Foreign Language, and Mathematics.
3 Communication skills, Math skills, Knowledge of and interaction with the physical world; Processing information and digital competence,
social and civic competence, Cultural and artistic competence, competence of learning to learn, autonomy and initiative. For more informa-
tion see Annex 1 of the Royal Decree 1513/2006.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 537-547. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 539
ANTONIA GARCÍA LUQUE
AIMS • Recognize the natural, social and cultural changes • Apply artistic knowledge in the observation and analysis of
and related changes over time and to investigate situations and objects of everyday life and different mani-
some relations of simultaneity and succession to festations of the world of art and culture to understand
apply this knowledge to understanding of other them better and be a pleasure to own.
historical moments.
• Maintain an attitude of personal and collective, coordina-
• Identify, consider and resolve questions and pro- ting perception, imagination, investigation and sensitivity
blems related to significant elements of the envi- and thinking at the time to make and enjoy various artistic
ronment, using search strategies and processing productions.
information, making conjectures, testing of the
same, exploration of alternatives and reflection on • Know and appreciate different artistic and cultural heri-
the learning process tage of other peoples own, working in the conservation and
renewal of local forms of expression and estimating the
enrichment that involves the exchange with people from
different cultures who share the same environment.
CONTENTS 1º • Some events of the past and present and their 1º • Comment and visual art works in the environ-
relationship to historical aspects close to their ment and in exhibitions or museums.
experience.
• Using techniques to locate in time and space past • Interest in finding information on artistic
events, to perceive the duration, simultaneity and productions and for commenting.
the relationship between events.
• Factors explaining human actions, historical
events and social changes.
• Evaluation and appreciation of the artwork as
• Characterization of some societies in historical 3º
a tool for personal communication and trans-
times: prehistoric, classical, medieval, discove-
mission of cultural values.
ries, industrial development and the world in the
twentieth century, through the study of lifestyles.
• Events and important figures in the history of Spain.
• Knowledge, appreciation and respect of significant 1º • Preparation of drawings, paintings, collages,
Block 2. Expression and artistic creation
• Use of different sources of history, geography, • Experience in materials handling and exploring
art, etc.. to produce reports and other works of
historical content.
• Assessment of the role of men and women as 2º • Assessment of knowledge of different artistic
subjects of history. codes as a means of expression of feelings
and ideas
1º • The diversity of materials. Classification basic cri-
Matter and Energy
BASIC SKILLS Communication skills, Math skills, Knowledge of and interaction with the physical world; Processing information
and digital competence, social and civic competence, Cultural and artistic competence, competence of learning to
learn, autonomy and initiative.
Board 1. Aims and contents related to the Cultural Patrimony in the areas of Natural, Social and Cultural Knowledge of environment and
Artistic Education, collected by Royal Decree 1513/2006.
It is required to start the initiative, the imagination their artist, architects, musicians, writers and wise
and the creativity to get expressed by means of art men, as well as the anonymous creations which are
codes and, as those activities are usually collective, it born by the popular soul, and the group of values
is necessary to have some cooperative abilities to get that make life logical, that is to say, the material
to the find aim and to be aware of the importance of and immaterial works that express the creativity of
supporting and appreciating all the old initiatives and a certain place, the language, the rites, the belief, the
contributions. place and historical monuments, the literature, the
master pieces, the archives and the libraries.
The artistic competence incorporates too the basic
knowledge of the main techniques, resources and Equally, on that some like, the Spanish Historical
conventions of the different artistic languages, as Patrimony Law 16/1985 states a new definition of
well as the works and expressions that are important historical patrimony and increases remarkably its
in the cultural patrimony. It also supposes to iden- extension. It now includes the movable and built
tify the existing relations between these expressions properties, the Archaeological Patrimony, the Eth-
and society- the mentality and the technical possi- nographic Patrimony, Museums, Archives and Sta-
bilities of the age when they are created-, o with the te-Owned Library as well as the Bibliographic and
person or group of people who creates them. That Documental Patrimony. It wants, to sum up, to ensure
also means that having consciousness of the evolu- the protection and to promote the material culture
tion of the thinking history, of the aesthetic trends, made up by Humans in a wide sense, and regards it
the tastes and fashion, as well as the representative, as a group of goods that must be appreciated with
expressive and communicative importance that are no limits derived from their property, usages, age or
the aesthetic values have carried out and carry out in economic value. It its article 2.1, this law states that
our daily life and societies. the Spanish Historical Patrimony is integrated by the
buildings and objects with artistic, historic, paleon-
It also suppose an appreciation for creativity in the tologist, archaeological, ethnographic, scientific and
expression of ideas, experiences and feeling throu- technical interest. As well as the documental and
ghout all the different art media, as music, litera- bibliographic patrimony, the sites, natural places,
ture, visual and scenic arts or the different ways gardens and parks that have artistic, historic and
that are acquired by the so-called popular arts. It anthropological value.
also demands to value the liberty of expression the
right to cultural diversity, the relevance of the inter- Although this law still mentions the historical patri-
cultural dialogue and the fulfillment of shared art mony and It doesn´t we still the concept of cultural
experiences (Annex I of the Royal Decree 1513/2006, patrimony, it is true that both concept are very simi-
43061-43062). lar and refer to the same reality. All in all, we find it
appropriate the definition of cultural patrimony that
Although It was been gathered the different direct is offered by Josué Llul, due to its agglutinative and
allusions to that are made to cultural patrimony in wide character. According to it, we have to unders-
the current legal legislation, It is more interesting to tand the Cultural Patrimony as the group of expres-
analyses how It is translated into the real teaching sions and objects come from human productions,
practice, in the classroom context, matter that is not that a society has as historical heritage, and that
our task, however, just only from the direct experien- are part of its identity as a whole. Those expressions
ces at school we can check how difficult the teaching and objects are testimony of important progress of
of cultural patrimony in the learning and teaching civilizations and they represent a model function or
process is, mainly because It is a completely unk- a reference for all the society as a whole. The value
nown concept. given goes beyond its age or appearance because
they are cultural goods those of historical and artis-
The UNESCO World Conference on Cultural patri- tic character, but also those of archive, document,
mony, held in Mexico in 1982m elaborated the material and ethnographic character, together with
following definition of it, in which It is appreciated the present creations and contributions, and the
very clearly the evolution of the concept itself about so –called immaterial legacy as well as the natural
patrimony, and the diversity of fields involved. The sites, gardens and parks with artistic, historical and
Cultural Patrimony of folks includes the works of anthropological values (Llul, 2005:181).
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ANTONIA GARCÍA LUQUE
a traditional and formal didactic unit, but a learning culture without the previous interdisciplinary con-
methodology proposal that will use, as a maim junction (Juanola et al., 2005) we also know that the
resource, a ceramic object but that can be extended interdisciplinary native is complex to understand by
and applied to any other patrimony element. students in the primary level because of its requi-
red level of cognitive abstraction. That is to say, the
As the royal decree 1513/2006 related to the concept cultural patrimony cannot be understood in isolated
of pupils environment in the Primary Education, plots, but in its relational conjunct, however, stu-
this refers to all that context where children can dents at this educational level, must be taught first
get to know better as It is the result of their sense the plotting in order to go to the integration of the
direct or indirect experiences, because It is familiar conjunct in a gradual way.
to then and It is near in time and space, regarding
that the use of technologies and communication can In our proposal, we will take as a starting point a
make this proximity less influence by physical dis- ceramic pan exhibition in the room two at the Jaen
tance. The curriculum for the area of knowledge of Provincial Museum. In this case, after visiting this
the environment must attend the physical, sensory museum, we have chosen an ash urn with red stripe
and psychological evolutionary development of stu- decoration, characteristic of the Iberian Culture,
dents, the specific affective relations with the ele- documented in the tomb 5/617 in the Iberian necro-
ments surrounding and also at the end of this stage. polis of Castellones de Ceal, Hinojares (Jaen, Spain),
So, It is important in the primary education to begin dated back to the centuries 4 and 2 b. C.
from near elements to go, little by little, increasing
our sight towards farthest elements in order that We will structure the work in different methodology
children in the third cycle can get an idea of the uni- stages:
versal. So, therefore, in the patrimony teaching, we
have to start establishing a first contact with patri- 1. Diagnosis and previous knowledge stage: firstly,
mony that is near to student, that would be the indi- It is absolutely necessary to know and unders-
vidual (personal) and familiar, to go to local patri- tand the room context, the diversity of students
mony and to go to universal patrimony in the end. and the starting point of the previous knowle-
So, It is interesting the model of concentric circles dge by means of a set of questions in which we
of identity adapted from the integral model to learn will make a diagnosis of the situation. Obviously
patrimony by Fontal that is applied by Zaida Saman- any teacher for a primary year must have a very
tha Garcia at the different level of the Venezuelan detailed and exhaustive knowledge of the context
Basic and Formal Education which, after incorpo- of his/her students. So, this stage does not take
rating in the first stage (seven-nine years) the idea a long time and is enough with some debate and
of the individual patrimony is getting bigger little chatting minutes to carry out that diagnosis.
by little, reaching to a wider patrimony valuation in
geographical terms that is increased as times goes 2. Proporsal presentation time: the teacher will
by and children get to higher levels in which more briefly explain what and how is going to be deve-
complex social and esthetic elements are going to loped. He/She will give students a photograph of
be used, that get away from an immediate space the ceramic object that all must see to describe
and that goes towards the identity of a regional and its form objectively: material, colors, decoration,
national group of people (García Valecillo, 2007: possible functionality, etc. so as to compare pre-
675-676). This model plans a patrimony teaching vious and acquired knowledge at the end of the
that goes along the different stages, adapted to the process from own learning.
political and territorial organization of Venezuela,
but that can be adapted to other geographical and 3. Research stage. At this stage, pupils must be
cultural contexts: individual patrimony, local patri- aware of the fact that through a mere ceramic
mony, state patrimony, national patrimony and pan and therefore patrimony goods, we can get
world patrimony. to know our history, because, as Neus González
states, using cultural patrimony as a educatio-
The most important is, therefore, the gradation in nal resource can help to create some histori-
the contents transmission, so if we know that It is cal consciousness in young people, because its
not possible to get a comprehensive understating of learning will allow them to understand better
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ANTONIA GARCÍA LUQUE
the past that surrounds us, to value the history In this case, the class will be divides in some wor-
of the present and to participate consciously in king groups so everyone will have to gather and
the building of personal and social future (Gon- manage information about different aspects of
zález, 2008: 24). the Iberian Society:
At this stage, pupils have to think about what can a. What is a necropolis? Why does a ceramic pan
and want to know, It is what we call the construc- appear in this context? What are one grave
tion of knowledge based on two main ways, on goods? What other elements go with this pan
one hand through the transmission and induction in this grave? Do all the ceramic pans that
of knowledge, attitude, values and proceedings; appear in the necropolis have the same func-
and, on the other hand through investigation. In tion? That is to say, to collect data about the
both cases, the role of teacher is the only respon- Iberian Fuerary Rite, and to fit the ceramic
sible that becomes the cognitive intermediary, pan in to this context.
instructor and instructional designer (Collazos et
al., 2011). This way, teachers are the guides that b. The life of Iberians, the social organization, and
will propose the learning, as they agree methods, the works they carried out, the gender, age,
motivate student`s interest, and supervise the class different type, of the ceramic used in the
process at all stages to ensure the aims that pre- world of people alive.
viously had planned carefully.
c. The technical process of manufacture of a
For our case, the contents to work with must be ceramic pan in this culture, the several sha-
focused on the knowledge of the Iberian Society pes of pans, their different functionalities, the
in depth from the ceramic pan selected, so the types of decoration, etc.
teacher will give the students some basic indica-
tions about the culture It belongs to in order to d. How has that pan got to the museum cabinet?
induce in this way the autonomous research. Who, When, How found it? To research about
the working methodology of an archaeolo-
Through the investigation process, students will gist from the beginning of the excavation and
be able to develop the so-called collaborative taken to the museum glass cabinet.
learning from the group work, what will promote
the dialogue, the establishment of agreement, e. Now, the data gathered and selected will be
the need of respect to get to understanding, explained with a critical view leading to a
and the reciprocity of knowledge (García Luque, series of conclusions that will necessarily
forthcoming). must have changed the individual previous
knowledge, so as all the students have pro-
In order to carry out a group research, it is neces- voked, from the working group, the restora-
sary to focus very clearly the aim of the work and tion of their initial knowledge being able now
to plan the beginning hypothesis. to be critic, have new attitudes and develop
new basic competences, mainly the social
Once the questions have been projected to be civic, ones and It will also develop the strategy
faced, it is necessary to establish a working of learning to learn, of being autonomous and
methodology, that, in this case, we structure in of having personal autonomy.
two stages. One is addressed to the search of
information in the various sources, something 4. Stage of public exposition and debate. At this
that is absolutely procedural. At this first stage, stage, every group must explain all the conclu-
we have to obtain data, and we have to get too the sions obtained in their own working, fields so as
development of digital competence and treatment everyone will have the shared knowledge, get-
of information, because the use of new techno- ting richer reciprocally and creating a general
logies will be crucial for the work production, and shared knowledge. This way, although the
mainly the use of internet, because this tool is knowledge of the Iberian Society was plotted, we
basic and essential to any information research, put together now here all the research building
so it has become source of sources. this way a globalized knowledge about this.
5 Stage of direct exposure. At this last stage, stu- The tools or instruments of evaluation will be
dents will visit an archaeologist site, if possible, selected by the teacher, being those the direct
and the museum where the pan in exhibited. One observation that is essential at all the stage, and
at the museum, located in the room two, students the supervision of daily work and the student`s
have to locate the pan they have been working attitude.
with at the classroom. And so, when they see the
object, it won´t be a mere ceramic object but It
will be related to their investigation and they will 5. CONCLUSIONS
have created a personal connection with it with
and they must see it as part of their past, as a Children and youngest, as the rest of citizens, can
generational heritage. only make a valuation so patrimony in terms of use,
living, benefit and appropriation that they can do with
This stage is very important because, as Joa- it (Prats, 2001; Fontal, 2006; García Valecillo, 2007)
quín Prat states (2001), the observation and and to be able to have this sensations and experien-
direct exposure to patrimonial elements outside ces, we have to know and understand it, not only
the classroom, allow students to have a better observing it. So, it is necessary to offer clues for it
knowledge and learning of the social and cultural interpretation that will vary in space and time.
contents of their academic subject.
With the proposal for teaching and learning that we
At this stage, the students must be able to unders- have presented on these pages, we have intended to
tand that everyone has shared cultural roots and provoke a renovation of the didactic action with the
common heritage that in latter educational levels, aim that when teacher organize an out-of-school
specifically in the Secondary Education when they plan for students to any archaeological site, monu-
have abstract thinking, will be able to understand mental route, museum, etc., this must stop respon-
in a universal manner that is necessary to respect ding just to a leisure activity that breaks up with daily
different cultures and to promote values of res- routine, so, without forgetting the playful component
pect and tolerance. that is necessary for motivation, It is used with a
didactic aim, preciously planned.
In this frame, It is logical to carry out an expe-
rimental workshop of ceramic manufacture, but With this proposal, we have intended equally to asso-
not separately as a simple resource for leisure, ciate the idea of past with a specific near object to the
but as part of learning process, to be able to live living context of students, in order to make it easier
personally an experience practiced by their to be for them at the third cycle of Primary Education,
able ancestors, with whom they have stated to because dealing with patrimony, as usual in edu-
establish an identity relation. cational systems, from the study and knowledge of
national and community history4, promotes to create
Besides, through this experimentation, they among students the conception of past as an abstract
acquire the cultural and artistic competence reality for from their near, immediate reality and,
because, as indicated, it is developed the use of therefore, more motivation.
some artistic expression resources to carry out
own creations. We have also tried that the ceramic pan could be no
longer seen as a cold and static element exhibited
6 Stage of evaluation. The evaluation will have to in a museum´s glass cabinet about which, luckily, a
be made from the beginning of the process, which guide can give us any information that will be surely
is supervised in all the stages by the teacher in forgotten before learning the museum itself. And as
order to be able to evaluate from the beginning said repeatedly before, we have also tried to over-
to the end all the aim obtaining and the correct come the stage of experimental workshops for cera-
assimilation of the different contents. mic manufactures in which students usually practice
4 We will not consider here in the discourse-historic debate that is transmitted in the classroom that beyond resulting innocent and transparent,
is full of ideological connotation.
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LEGISLATIVE REFERENCES
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Agentes con necesidades especiales modelando piezas cerámicas (Fuente Aixa
Solange Vidal (2015): Recreando cultura en la diversidad: La participación de
personas con discapacidad mental severa en el estudio de la cultura material,
en PensarLaCulturaPública: apuntes para una cartografía nacional. -1a ed.-
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ministerio de Cultura de la Nación, 2015)
4.19. OVERCOMING OBSTACLES: THE
CERAMIC RECORD OF HANDICAPPED
PEOPLE
SALVANDO OBSTÁCULOS: EL REGISTRO CERÁMICO DE PERSONAS CON
DISCAPACIDAD
Abstract Resumen
Despite the ever increasing representation of Pese a la cada vez más frecuente presencia de
handicapped people in the archaeological record, the personas discapacitadas en el registro arqueológico,
material culture they were in contact with is still hard la cultura material con la que estuvieron vinculadas
to identify. Experimental work with seriously physically sigue siendo difícil de identificar. El trabajo
and/or mentally impaired people may be one way to experimental con personas con serias limitaciones
understand their capacities and limitations in order físicas y/o mentales permitiría definir sus
to postulate models about their possible participation capacidades y limitaciones y, así, postular modelos
in past societies. In this work, macroscopically visible sobre su posible participación en sociedades
differences between the pottery manufactured by pretéritas. Así, evaluamos las diferencias visibles
both handicapped and non-handicapped people are entre las cerámicas de personas discapacitadas
evaluated searching for significant patterns implying y no discapacitadas para establecer patrones
authorship. Hence, the necessary conditions for significativos que reflejen autoría. Para ello, se
pottery-making are considered as well as the final consideran tanto los requisitos imprescindibles
objects. Unfortunately, no clear and specific pattern que exige la alfarería como los objetos realizados.
in archaeological terms was detected for the pottery Lamentablemente, desde una postura arqueológica,
manufactured by handicapped people, though it was no hemos detectado un patrón específico claro y
verified that in most cases a serious handicap does unívoco generado por las personas discapacitadas,
not represent an unavoidable obstacle for pottery- pero sí hemos verificado que en un gran número
making and the objects so produced, although atypical, de casos una severa discapacidad no constituye un
are perfectly useful, pragmatic and aesthetically obstáculo insalvable para la práctica alfarera y los
appreciated. objetos producidos, si bien atípicos, no carecen de
utilidad, pragmatismo y valor estético.
Key words: Disability, Authorship,
Ethnoarchaeology, Experimental Archaeology, Palabras clave: Discapacidad, Autoría,
Formal Irregularities, Capacity, Technical Etnoarqueología, Experimentación, Irregularidades
Requirements. Morfológicas, Capacidades, Requisitos Técnicos.
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the people involved in pottery-making. Although the ber that we are facing a communal technology, so it
references to potters’ capacities are not fully consi- is not precisely the same individual the one respon-
dered in archaeological terms, it is possible to resort sible for all the stages in the chaîne opératoire. Fur-
to the models and generalisations drawn by grapho- thermore, some of these requirements do not leave
logists, kinesiologist and psychologists (Hill, 1977) clear archaeological traces (i.e. memory) and others
together with the large corpus of ethnographic and are shared by numerous crafts and daily activities
ethnoarchaeological literature to study the motor (i.e. the tridimensional conception of space). Howe-
capabilities demanded in pottery-making as well as ver, we believe they cannot be neglected to avoid res-
the artistic expression of the decorations as traces of tricting important aspects of the potter’s identity. So,
individuality. These traces are not only the result of what is the role of mentally impaired people in this
the physical constitution of the potter but are mainly framework?
due to the fact that most of the technical gestures
used and the decision-making required in any craft
become unconscious processes (know-how) as they 3. THE STUDY CASE
are incorporated in an individual’s habitus (sensu
Bordieu, 1996). As they are almost automatically per- For the last three academic years we have invited
formed, they present a number of regularities which several groups of seriously mentally and physically
are specific of each potter and practically impossible handicapped adolescents to participate in a research
to be taught or even copied. programme where they are asked to manufacture
pottery. The research basically aims at evaluating
Although the number of factors involved in the defi- any detectable difference between their work and the
nition of the potter’s identity is huge and far from pottery made by non-handicapped people in order to
restrictive, it is possible to postulate an ideal profile identify significant patterns regarding their peculiar
of the main requirements for pottery-making, con- authorship.
sidering a potter the person responsible for most
of the chaîne opératoire. Hence, different sources The activities take place in the Escuela de Educación
were reviewed: ethnographic literature, pottery Especial “Fundación Goyeneche”, a school for chil-
teaching handbooks, biographies and catalogues of dren with special needs, in Madrid city. The school
clay artists as well as the information recorded by houses about 150 children and adolescents between
the author in pottery workshops for children, adult, 3 and 19 years old suffering from serious motor
elderly and handicapped people. pathologies, sensorial or mental impairment and/
or genetic malformations. About 10% of the students
Thus, the main requirements for pottery making may are devoid of any kind of mobility and only a few of
be classified as follows: the children fully understand oral instructions. From
this population, in the workshop only some 10-12
a. Physical requirements (body size, strength, mobi- adolescents participate, all of them with moderate to
lity, skill). severe mental impairment and only a few with redu-
ced mobility.
b. Mental requirements (tridimensionality, memory,
sequence and organisation, repetition, patience). The adolescents, who take part in the pottery wor-
kshop, coordinated by a teacher who is also a pro-
c. Cognitive requirements (knowledge of technical fessional potter, have already completed their basic
gestures, methods and techniques, use of appro- education and are aged 16-19 years old. At this
priate tools, problem-solving capacity). moment they start a new educational stage which
aims at familiarising them with the adult word by tea-
d. Social requirements (time availability, group mem- ching basic strategies which will help them be fairly
bership, restrictions and taboos, conservatism/ independent once graduated. Supplementing more
innovation) conceptual classes, they have a “home workshop” to
learn how to carry out frequent house chores, be res-
Despite the need to fulfil most of the minimum requi- ponsible and prevent incidents. A third specific acti-
rements to carry out each and all of the activities vity is the carpentry or pottery workshop, where they
involved in pottery manufacture, it should be remem- learn the basis of these technologies.
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choice after their own bodies and they are generally manufacture errors and defects found in the objects,
thick and wide, in many cases of small use for the it should be noted that they rarely break during firing,
activity or object in process but easy to hold due to even when appendixes such as handles are added.
the deficient development of the fine motor function Although they are too heavy for their overall size due
typical of mental impairment (Alonso-García, 2005). to wall thickness, they are functionally satisfactory
as containers and not easily disassembled.
All the vessels produced in the workshop show a
strong presence of manufacture marks such as
surfaces which are not smoothed or coils deman- 3.3. POTTERY AND HANDICAPPED PEOPLE
ding scrapping. Furthermore, some parts of the
surface are frequently more intensively smoothed So, is it possible to identify a mentally handicapped
than others, especially when the student forgets person’s work from the one made by a non-handica-
the sequence to be followed and repeats the same pped individual? Do they create a particular record
technical gesture dozens of times on the same area, which can be archaeological detected? Based on our
without moving or rotating the vessel. Similarly, some current knowledge of the topic, the pottery manufac-
areas are not finished as the interest of the potter is tured by moderate to severe mentally impaired peo-
focused on a different point of the object, forgetting to ple hardly differs in technological and morphological
follow a continuity sequence. The cracking and brea- terms from the materials worked by any ordinary
king of the walls due to lack of water and the sagging apprentice. The most obvious difference is probably
appearance of excessively wet clay are also habitual, certain lack of perfectionism with the practice; closely
because the adolescents hardly show any interest in related to the slow development of their mental and
studying the pottery in order to identify errors and cognitive capacities, there are no usually clear impro-
search for alternatives to solve any incident happe- vement of skills and craft capacities evidenced from
ning during the pottery-making process. the first vessels to the ones manufactured after two or
three years of 15-20 hours of practice a week. Hence,
The vessels made by coiling show an important their vessels are still asymmetric, with thick walls
deviation from the symmetry axis, irregularities in and badly proportionate dimensions. The same forms
the borders and heights as well as quite thick and are always repeated. The only important modification
irregular walls. Although these irregularities are is seen in the surface treatment because the simple
partly due to the habitual motor and coordination and repetitive gestures needed to smooth a vessel
difficulties of mentally impaired people, it is impor- captivates their interest: once they grasp the idea that
tant to consider that in most of the cases the authors the object has to be rotated and the complete surface
of the clay object have an aesthetic view which differs must be treated, they incorporate the routine easily.
from widely accepted canons and, in their opinion,
the vessels is flawless, so they reproduce the same A completely different question is the participation of
model time and again even when they are corrected handicapped people in prehistoric pottery-making,
and shown alternatives. In fact, they are highly proud though. The experience here presented concludes
of their production and feel incentivised to continue that people with serious mental and even physical
working with the easy-to-manipulate clay even if not impairments are able to manufacture functionally
considering the corrections they were shown. useful vessels and other clay objects. They are fre-
quently limited to certain morphologies and sizes,
Despite the many difficulties the adolescents face but survive firing and are appropriate as containers.
when making a vessel and the (Tab. 1) numerous They most probably meet aesthetic canons which
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AIXA SOLANGE VIDAL PIÑEIRO
REQUIREMENTS
PHYSICAL MENTAL COGNITIVE SOCIAL
+ body size + tridimensionality + knowledge of gestures, + time availability
methods and techniques
± strength - memory ± tool use ± group membership
± mobility - sequence and organisation - problem-solving ± restrictions/taboos
- skill + repetition + onservatism/ innovation
+ patience
Tab. 2.
may not be common to the whole social group but It is equally difficult to meet the cognitive require-
are at least suitable for the author. Thus, resuming ments. When properly explained and materialised,
the discussion of the potter’s requirements, it is pos- it is possible to teach innumerable concepts and
sible to summarise the pottery-making capabilities sequences, but it is a slow process which demands
of mentally impaired people as follows (Tab. 2). constant repetition. The mentally disabled adoles-
cents in this experience can understand methods
Among the physical requirements, body height and and techniques although they do not use a wide
size is not a problem for handicapped people. Even in variety because they considerer them difficulty and
the cases of homozygous achondroplasia, their body are afraid of failure. In the same way, with time and
proportions do not prevent them from making pottery. practice, they unconsciously develop specific techni-
Physical strength is not fundamental for modelling as cal gestures which improve the quality of their work.
it may be for clay collection, and except in some spe- The use of tools is frequently improper, due to the
cific pathologies which seriously damage the neuro- difficulty in remembering their existence and the
logical system, mentally impaired people are usually limited manual skill rather than to lack of knowle-
quite strong. In fact, they can apply too much stren- dge. Similarly, their problem-solving capacity is poor
gth when modelling and destroy the vessel, especially and usually restricted to the repetition of recent
when angry or frustrated. Regarding mobility, their experiences. The discovery of an obvious error usua-
absence is not an impediment as far as the upper lly triggers such an impotence and fear that they may
members are not affected, particularly the hands and leave the work unfinished.
fingers. Manual skill is the main obstacle they need to
overcome as they generally do not develop fine motor In the past, time availability may have favoured the
function and have serious difficulties in performing inclusion of handicapped members in the craft activi-
certain technical gestures or manipulating specific ties of the group. They would have carried out a num-
materials and tools. ber of tasks, many of them demanding an important
physical effort such as collecting or transporting
Mental requirements, on the other hand, are more food and raw material, but also some activities which
difficult to meet. The concept of tridimensionality is need much time investment and the long repetition
widely understood and used, even with sight damage. of sequential routines, such as the crafts. The fear
The deficient memory, almost generalised, can be to innovate and introduce changes, a devoted respect
easily compensated by reminding the adolescents to the known world and the avoidance of what looks
what to do and which step of the sequence they are in. different lead them to the conservative attitude typi-
Although it is uncommon to find previous program- cal of pottery-making.
ming or anticipation of the coming steps, they can
also be overcome with clear instructions. The inte-
rest in repetitive actions is one of the strong points 4. CONCLUSIONS
for pottery-making: simple, routine tasks which
generate a continuous pattern are happily accepted Any society is characterised by a specific composition
and make them feel safe and confident. Unfortuna- and the way its members are considered. The inclu-
tely, it is not always possible to finish a repetitive task sion of certain individuals in an equal, lower or higher
because the interest in repetition is usually confron- position depends on its own structure and beliefs. It
ted with quite limited patience. leads to cultural classifications which may integrate
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Sara Navarro. Exhibition From Magma to the Stars
(Roman Ruins of Milreu – Portugal, Faro, 2012).
4.20. SHAPING THE PAST: ART AND
ARCHAEOLOGY/ARCHAEOLOGY AND ART
MODELANDO EL PASADO: ARTE Y ARQUEOLOGÍA/ARQUEOLOGÍA Y ARTE
Sara Navarro1
Abstract Resumen
Stemming from the observation that today artists Partiendo del hecho de que, en la actualidad,
and archaeologists are paying more attention to each los artistas y arqueólogos prestan cada vez más
other’s work, I propose to explore the way in which atención al trabajo unos de otros, me propongo
contemporary art sculpture in particular – interacts indagar de qué forma el arte contemporáneo
with the archaeological research and understanding of - escultura en particular - puede encajar en el
human past, as well as its dissemination. proyecto arqueológico de estudio, comprensión y
comunicación del pasado humano.
Key words: Art, Archaeology, Transdisciplinarity.
Palabras clave: Arte, Arqueología,
Interdisciplinaridad.
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SARA NAVARRO
After my degree in Sculpture, the work that I develo- The contact with the traditional Cape Verdean pot-
ped, between 2006 and 2008, at Museum of Portimão, ters influenced not only all of my subsequent artis-
put me in proximity to the work of an archaeological tic creativity, but also the pedagogical component of
team. This collaboration brought out questions rela- doctoral research.
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SARA NAVARRO
Within this pedagogical area, I emphasize my In these workshops, I seek to understand -not just from
artist-in-residence program at the Portimão my experimentation and contact with raw materials,
Museum, where, since 2011, I have developed prac- but also from my observation of other participants’
tical work in the area of artist creation and where experiences- the choices of individuals when develo-
I organized, in 2012, the Pre-historic Ceramic ping, replicating and adopting a specific technology.
Workshop, which took place at the Interpretation
Centre of Megalithic Monuments of Alcalar and in With a recognized symbolic potential, ceramic is
which, aside from the general public, artists and known as a social symbol of cultural expression.
archaeologists participated. I would also point out Archaeology has come to recognize the value of cera-
another workshop, entitled The Meaning of Pots at mic as a source of information, as a carrier of messa-
the Beginning of Time: Today, which I coordinated ges and as a powerful metaphorical means through
in 2010 at the Telheiro da Encosta do Castelo de which people express and reflect their world. The way
Montemor-o-Novo and which had the participation in which mankind used artefacts to define, structure
of the students of the Ceramic Laboratory of the and alter social relations is a topic of interest to my
Faculty of Fine Arts of the University of Lisbon. research. In this way, artefacts are not, in my point of
view, neutral products, merely utilitarian, but ideo- rary art and new visions and perspectives relative
logical products resulting from conscious produc- to studied ceramic objects, allowing them to create
tions, identifiers and transmitters of specific social innovative ways of reinterpretation and valuation
meanings. Seeking to understand the relationship of archaeological patrimony and ethnographic
between people and artefacts -culture, environment knowledge.
and mind- I reflect upon the making, using, reusing
and placing of ceramic artefacts. Knowing that art is inseparable from the sequence
of historical objects that serve as its framework, the
Related to social and ideological structures, archaeo- concept of inheritance and continuity in the field of art
logical ceramic is a historic product that embodies is central to my work. I think that each human work
ideas, values and social conditions from the time of is placed, in a more or less conscious way, within a
its producers (Shanks and Tilley, 1992: 137). Ceramic chain of similar work, or of ‘formal sequences’, throu-
forms represent cultural choices in a specific histo- ghout millenniums. In this way a formal sequence,
rical-social context and its decoration responds to even one inactive for millenniums, can always be
cultural rules or norms which determine the loca- reactivated by the stimulus of new techniques or
lization, orientation and combination of elements in new happenings. Irrespective of historical cycles, we
configurations which should constitute an appro- can verify the occurrence of formal sequences, in an
priate style or design (Sinopoli, 1991: 9). open history where there is nothing that cannot again
be current (Kubler, 1962). Things possess a ‘syste-
From another perspective, I am also interested in mic age’ that has little relation to chronological age:
mythic thought about the meaning associated to human creations are like stars whose light has star-
the production and utilization of ceramic objects. ted its journey towards the observer much before it
The anthropological sources relative to the manu- appears (Perniola, 2003).
facturing of manual ceramics indicate that this art,
less simple than it looks, is a practise surrounded In my work I explore the relationship between the
by customs and taboos. The clay is associated to hand and matter with artisanal know-how, showing a
magical and religious representations and there is possible return of sculpture to ancestral production.
a primitive ‘philosophy’ that is the basis of its con- I invoke primitive practices of the production of utili-
fection, it is the object of numerous ritual practices, tarian objects and connote the practice of sculpture
precautions and superstitions (Lévi-Strauss, 1985: with an archaic, almost archetypical, value (Plates
25). The women potters -who use the power of fire 1 and 2). I focus on the way in which the body acts
to impose a particular form to an amorphous mate- on clay; dough in movement, which gains form has
rial, transforming it, disciplining it -are frequently it receives the organic pressure of the hands. Cha-
seen has figures associated to powerful rituals, to racterized by the morphology, symbolism and by
‘special’ secret or magic knowledge (Lévi-Strauss, the production process, the works can be seen as
1985: 27). And, in the same way, ceramic forms, witnesses of a beginning, of an ancestral space and
especially pots, are also profoundly infused with time, to which they seem to want to transport the
magical-social meanings. Associated to ancient observer (Plate 3).
religious practices, the pots -forms inhabited by
spirits- move between the domestic world and the In the exhibition Earth and Fire Shapes (Museu de
ritual world (Barley, 1994: 92). Portimão, 2012) (Plate 4), the works, which clearly
express their own matter inherent to the physical
I think that this connection between arts, archaeo- proprieties of the ceramic material, seem, by the
logy, anthropology and ethnography can be a very installation technique, to be in suspension, free of
fertile field for the creation of contemporary sculp- their own weight. This apparent, or visual, lightness
ture. From the investigation of possible thoughts, permits the sculptures to leave their ‘objectuality’,
decisions, motivations and existing ideas behind surpassing their materiality and gaining new sym-
each object and the reproduction of the respective bolic meanings. Suspended in space, the works, gif-
technological processes, contemporary art will be ted with an investment of energy that impels them
able to (re)encounter new visual languages, some against gravity, defeat the resistance of their own
of them lost for long time. In this way, artistic work weight and float like animated bodies or planets in
can evoke new approaches in the field of contempo- cosmic space.
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SARA NAVARRO
Plate 3. Exhibition Earth and Fire Shapes (Portugal, Museu de Portimão, 2012) clay.
It is in the museum, or in the exhibition space, that, their form and their emptiness, as well as their
through aesthetic emotion, the observer can trans- functions related to transportation, storage, prepa-
form the works into an idea. The works are similar ration and consumption of food products, along with
to an ‘abstract embodiment’, that is, if on the one their symbolic values associated to the beginning of
hand they assume their own shape, on the other, the agriculture/sedentarization, the hearth, commen-
way in which they are placed in the space helps them sality rituals, the body and the role of women, have
overcome their formal ‘objectuality’. The works been fundamental aspects of the scope of my artis-
place the observer in the domain of the sculpture tic practice.
that presupposes a conceptual involvement, without
which the works are not distinguished from ordinary In a different way, but in the same sense, the same
utilitarian objects. works, in the From Magma to the Stars exhibition
(Roman Ruins of Milreu – Faro, 2012) (Plates 5, 6
In different times and different cultures, certain and 7), utilized the archaeological character of the
objects become animated and are seen as living exhibition space to relate to or dialogue with the
beings. Remembering the idols of ancient civiliza- observer. Once again, the suspension of some of
tions, we can glimpse in the works, through transfi- the pieces in the space of the ruins imprints the
guration and upward movement, a shamanic sense of sculptures with a transcendental, cosmic or cos-
art, in which the pieces, while instruments of power, mological character, in this case also highlighted
are seen as charged with ritual and symbolic mea- by its own exhibition title. Placed in a more or less
nings, which surpass their materiality. dissimulated way in the archaeological strata of the
ruins, its display presupposes the transportation or
The cultural charge of the materials and the objects movement of the observer between different times,
interests me. The morphology of pre-historic pots, spaces or worlds.
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SARA NAVARRO
Plate.6. Exhibition From Magma to the Stars (Roman Ruins of Milreu – Portugal, Faro, 2012).
Articulating an innovative dialogue between art and static object, closed within material limitations and
archaeology, this exhibition offers a new visual expe- utilitarian connotations, the pieces represent a path, a
rience in which the tactile and chromatic similarities destiny, a movement between matter and the memory
between terracotta pieces and the stratigraphy of the that lives within them.
location are underlined. With a powerfully significant
interpretation of the past in the present, the connec-
tion between art and archaeology permits the obser- 3. CONCLUSIONS
ver to engage more actively with the past. Here, the
exhibition emerges as an ‘experimental laboratory’ In summary, I propose to create works that evoke
where, in an imaginary excavation, the observer is art and the culture of other places and other times.
led to use his/her visual imagination to give life to the Works that by their morphology and production tech-
past which echoes in the pieces. nique transport us to a time in which the production
of ceramics was a cutting-edge technology, a tech-
If, on the one had, we can use the display to ques- nological conquest. In a leap between millenniums,
tion the form in which material culture remains, over which starts from an attraction to origins, to art
time, as heritage, on the other, we can, in an opposite before art, to what has been partially erased by time;
equation, think about the nature of the impact of the the works created make a connection between crea-
archaeological site on the works. The display of con- tive processes of the more archaic or remote objects
temporary works of art in archaeological sites can be, and contemporary creation. From fragments a lost
more than good-to-look at, good-to-think about, in the reality, the shapes that are now created by contem-
way in which it transforms the place and challenges porary hands, establish a communication between
the observer, redirecting him/her towards an innova- present and past. Through transfiguration, I rethink
tive position of engagement between the contempo- and reinvent, in a new framework, the old Neolithic
rary and the archaeological character of the space. innovations. Archetypical objects emerge, recogniza-
The exhibition configures a passage through the world ble but depurated of old functionalities and with new
of matter, the world of earth, to the universe of ideas, symbology. Artefacts with multiple meanings, with
of the symbolic significance of memory. More than a constructed and reconstructed senses…
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Detalle del cuadro Dos jóvenes a la mesa, de Diego Velázquez.
4.21. LA CERAMICA A TRAVÉS DE LAS
ARTES PLÁSTICAS
CERAMICS THROUGH THE ARTS
Resumen Abstract
La finalidad de este artículo es la de presentar, de The purpose of this article is to present, briefly
forma escueta y somera, un método que permita and concisely, a method to advance the study of
avanzar en el estudio sobre los repertorios cerámicos ceramic repertoires founded in archaeological
hallados en excavaciones haciendo uso de las Artes excavations using Visual Arts. This method presents
Plásticas. Este método plantea un modo diverso de a different way of approaching to the ceramics,
aproximarse a la cerámica que complementa los and its complements the methods used nowadays.
métodos usados hasta la actualidad. Paliando así Thereby some drawbacks related to their study will
algunos inconvenientes relativos a su estudio, como be alleviated; one of these drawbacks is the lack
viene a ser la escasez de información sobre ella en of information about it in the written sources. Its
las fuentes escritas. Su importancia radica además en importance is also that it allows the approach not
que permite acercarse no sólo a los aspectos físicos only to the physical aspects of this type of material
de este tipo de cultura material, sino también a su culture, but also to its immateriality.
inmaterialidad.
Key words: Method, Ceramics, Visual Arts,
Palabras clave: Método, Cerámica, Artes Iconography and Iconology.
Plásticas, Iconografía e Iconología.
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MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 2. Lám. 3.
Lám. 4. Lám. 5.
los años 2500- 2200 a.n.e. (Lám. 1), otra es la repre- En época medieval se continúa con esta tendencia.
sentación de un alfarero de época griega (Lám. 2). Esta vez observamos a un alfarero en sus tareas en
También encontramos representaciones de objetos un grabado (Lám. 4). Más reciente, ya en el siglo XIX,
cerámicos en época romana, como en un mosaico de en una obra de Germán Hernández Amores, vislum-
esta época en el que se aprecia una cuádriga, aunque bramos también labores alfareras, en este caso una
a lo que nosotros nos interesa es la representación joven pintando un vaso en una representación de una
de un ánfora en la esquina izquierda inferior (Lám. 3). imagen idealizada (Lám. 5).
Así, a propósito de este último ejemplo queremos Pero como en todo método científico, este proce-
destacar la funcionalidad de este método no sólo dimiento presenta una serie de ventajas e inconve-
para la obtención de información sobre reperto- nientes, que creemos oportuno señalar. Entre los
rios cerámicos, sino en muchos otros aspectos que inconvenientes es justo señalar y reconocer las limi-
rodearon la vida de las personas en el pasado. Tal y taciones que surgen a la hora de llevar a cabo este
como se puede apreciar en las siguientes imágenes. método. Ante todo, habría que señalar la escasez e
incluso ausencia en algunos períodos o culturas de
a. Recogida de la aceituna. Relieve hispanorromano representaciones de este tipo (como ocurre en las
en mármol, fechado entre los siglos III-IV, Museo Artes Plásticas realizadas por la cultura andalusí).
arqueológico de Córdoba (Lám. 6) También podemos identificar problemas de interpre-
tación del autor atendiendo a la subjetividad de éste,
b. Recogida de la aceituna. Ánfora griega de figuras ya que en sus obras no tiene por qué representar la
negras del siglo VI a.n.e. (Lám. 7) realidad exactamente como la ve, pudiendo haberse
visto influenciado por factores externos o incluso la
c. Proceso de elaboración del pan y la cerveza. imaginación y fantasía. Este aspecto en concreto, ha
Relieve de la tumba de Ty en Saqqara (Lám. 8). sido señalado en la pintura renacentista. Es caracte-
rístico de los artistas de este periodo el dejar volar
d. Fabricación de mantequilla en la lechería. Relieve la imaginación. Aunque este factor de riesgo ha sido
de la fachada principal del Templo de la Diosa únicamente constatado para los paisajes, es impor-
Ninhursag del 2600 a.n.e aproximadamente tante tenerlo en cuenta. Ya que esa fantasía pudo
(Lám. 9) haber influido igualmente en el modo de representar
la cultura material.
De este modo arqueólogo a partir del estudio cera-
mológico puede individualizar muchos aspectos La representación de imágenes esquemáticas o la
relacionados con la cerámica. Puede hablar de las presencia de un claro hieratismo en estas es otro
formas cerámicas que se utilizaban en cada época, inconveniente a tener en cuenta, además de la natu-
para que servían (grupos funcionales), incluso puede raleza de la Historia del Arte. Exceptuando unas
llegar a apreciar mediante una intuición muy apro- pocas singularidades, a lo largo de la Historia ésta
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MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 6.
Lám. 9.
MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 10.
Entrando en detalles, vemos como Murillo en Joven que han aparecido en la excavación llevada a cabo
mendigo (Lám. 10) y Velázquez en su obra Menipo en el Castillo de Moclín entres los años 2010-2012 en
(Lám. 11), dibujan un tipo de jarras de base plana y un contexto cronológico del siglo XVII, pudiendo por
estrecha que se ensanchan gradualmente conforme tanto corresponder las fechas de los restos hallados
se va ascendiendo al cuerpo de la vasija (Lám. 12) con la de los cuadros.
Lám. 12.
575
Lám. 11.
MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 13.
Lám. 15.
Otro ejemplo, esta vez relacionado con la multifun- uso, pero no es menos cierto que las aplicaciones que
cionalidad de la cerámica. En este caso en concreto, se le dan a estos van intrínsecamente relacionadas
el diverso uso que ofrece el alcadafe, si hablamos de con la persona que va a darles uso. Vemos como en la
cultura andalusí o lebrillo, si lo relacionamos con un obra de Girolamo del Pacchia (Lám. 14), el lebrillo se
ámbito cristiano, en las tareas del día a día (Lám. 13). le da un uso de aseo personal, mientras que en la ima-
Es cierto que con el tiempo los individuos cerámicos gen, El Precio de la Posada de Ghirlandaio (Lám. 15),
han ido asimilando una especificación en cuanto a su se utiliza como bandeja para transportar los vasos.
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MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 16.
En el siguiente ejemplo al que hacemos frente, se única asa que arranca desde el inicio del cuerpo al
observa un tipo de decoración frecuente en perio- borde mismo del individuo. En esta última imagen
dos y ambientes cristianos, basada en el vidriado se aprecia también una cazuela de borde bífido,
únicamente de la mitad del individuo cerámico. de paredes rectas y bajas, con vidrío melado tanto
Esto se hace visible en la obra de Diego Velázquez, interior como exterior, típica de un ámbito cristiano.
en concreto en los cuadros, Dos jóvenes a la mesa E incluso, si observamos con detenimiento, pode-
(Lám. 16), Cristo en casa de Marta y María (Lám. 17), mos ver como el autor ha realizado la obra con el
y Vieja friendo huevos (Lám. 18), donde se hacen más ínfimo detalle y realismo posible, al recrear
visibles jarritos característicos de este período. una pequeña pestaña en el borde de la cazuela cuya
Presentan estos una morfología de cuello estrecho función es la de facilitar la salida de vapor y evitar
y corto con pico vertedor y cuerpo globular. Con un la presión de este.
Lám. 17.
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Lám. 18.
MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 21.
Lám. 22.
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MANUEL JESÚS LINARES LOSA Y LAURA MARTÍN RAMOS
Lám. 23.
Lám. 24.
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Mural en el Templo de Venus, de Cacaxtla, Tlaxcala
(Tomado de Špraj, Lam. 16b).
4.22. THE RABBIT AND THE CUT SNAIL
SHELL: TWO EXAMPLES OF OLMEC
ICONOGRAPHY IN FORMATIVE VESSELS
FROM CENTRAL HIGHLAND MEXICO
EL CONEJO Y EL CARACOL CORTADO: DOS EJEMPLOS DE LA
ICONOGRAFÍA OLMECA REPRESENTADOS EN CERÁMICA FORMATIVA
DEL ALTIPLANO CENTRAL
Abstract Resumen
In the field of studies in regard to Ancient Mexico, En el ámbito de los estudios sobre el México antiguo,
the characteristics of the social organization that las características de la organización social que
constituted the carrier of the Olmec style still represent constituía a los portadores del estilo olmeca todavía
a research problem. Our approach to this problem representa un problema de investigación. Nuestra
originates from two pottery vessels that stand out for aproximación a esta problemática es a partir de
having symbols and motives that belong to the Olmec dos vasijas que se destacan por contener símbolos
iconography, and which show barely studied elements. y motivos pertenecientes a la iconografía olmeca, y
The first one is a bottle which has a design of a rabbit que presentan elementos, escasamente estudiados.
figure with a symbol of vegetation; the second is a El primero, es un botellón que lleva diseñada la
hemispherical-shaped vessel with the representation figura de un conejo con un símbolo de vegetación;
of a precise cut-off snail shell. These vessels are from el segundo, es una vasija de cuerpo hemisférico
Tlatilco, site located in central Mexico and belong con la representación incisa de un caracol
to the Preclassic or Formative period, the oldest cortado. Estas piezas proceden de Tlatilco, sitio
one of the prehispanic Mexico -2300 b.C.–100 a.C.-; localizado en el Centro de México y corresponden
Tlatilco is defined for the beginning of the sedentary al Preclásico o Formativo, el periodo más antiguo
lifestyle, with agriculture and ceramic production; the del México prehispánico -2300 a.C.- 100 d.C.- y que
last one achieved high rank of technical and artistic se caracteriza por el inicio del sedentarismo, de
development. la agricultura y de la producción cerámica, la que
alcanzó altos grados de desarrollo técnico y artístico.
Key words: Ceramic, Iconography, Prehispanic,
Olmec, Rabbit, Snail. Palabras clave: Cerámica, Iconografía,
Prehispánico, Olmeca, Conejo, Caracol.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 585-597. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 585
PATRICIA OCHOA CASTILLO Y HUGO HERRERA TORRES
Describimos las combinaciones de motivos y conjun- Sin embargo, entre aproximadamente 2300 y 1500
tos de caracteres asociados a los dos elementos ya a.C., existe un hiatus en el conocimiento de estas
señalados, comparamos estos símbolos con otras comunidades por la falta de evidencias arqueo-
piezas cerámicas y con otros materiales lógicas. Este hecho se aprecia en gran parte de
Mesoamérica en sitios tempranos, como son: Ajal-
En ambos casos analizamos la posibilidad de que pan en Tehuacán, Puebla, Tierras Largas en Oaxaca,
existía continuidad de estos elementos en otras Chajil en Tamaulipas, la fase Barra en la costa de
áreas y épocas y los posibles significados de los Chiapas y aún el controvertido Puerto Marqués, en la
motivos tratados en esta ocasión. costa de Guerrero.
Antes de exponer nuestras observaciones, presen- Pero aún en sus inicios, la cerámica logró altos nive-
tamos brevemente el tiempo y el espacio, así como les tecnológicos, ya que se practicaron diferentes
características generales de la cultura en que se técnicas que fueron utilizadas posteriormente por
desarrolló esta cerámica otras culturas. Los alfareros de este tiempo elabora-
ron las piezas por medio del modelado, no sabemos
si tal vez utilizaron algunos moldes de materiales
2. MARCO CRONO-CULTURAL perecederos, pero la perfección de sus vasijas asom-
bra a los estudiosos de la cerámica; ya que las for-
En México, durante la época prehispánica, las cultu- mas fueron creadas con una libertad impresionante.
ras se desarrollaron en el territorio conocido como
Mesoamérica, que está conformado por cinco áreas: Sin embargo, el acontecimiento más relevante del
Occidente, Altiplano Central, Costa del Golfo, Oaxaca, periodo Formativo entre 1200-600 a.C., fue el desarro-
y área Maya; dividido cronológicamente en 3 grandes llo de la cultura Olmeca del sur de Veracruz y norte de
etapas: Preclásico o Formativo: 2,300 a. C.-100 d.C., Tabasco, cuyas manifestaciones se aprecian en gran
Clásico: 100 d.C. -700 d.C. y Postclásico: 700- 1521 parte de Mesoamérica, especialmente en el Altiplano
d.C., con divisiones internas (Fig. 1). Central, donde quedaron evidencias importantes.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 585-597. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 4. ¿TIPOLOGÍAS? NUEVAS METODOLOGÍAS APLICADAS 587
PATRICIA OCHOA CASTILLO Y HUGO HERRERA TORRES
Uno de los principales aportes de esta cultura gran lustre, y por el empleo de técnicas decorativas,
Olmeca fue el establecimiento de una red de comer- comunes en las vasijas “olmecas”, como es la inci-
cio e intercambio pan-mesoamericano que segura- sión profunda, el excavado o raspado después de la
mente tuvo como propósito principal la obtención y cocción, que deja una superficie rugosa, y sobre la
el control de ciertos recursos naturales, así como de que, en muchas ocasiones, se le frotó pigmento rojo.
objetos terminados, muchos de los cuales eran obte-
nidos en el Altiplano Central. En los registros arqueológicos del centro de México
la cerámica Negro Pulido está presente de manera
Gran parte de la compleja ideología de los portado- más abundante durante la fase Ayotla, es decir entre
res del estilo Olmeca, está plasmada en sus expre- 1250-1000 a. C, (Tolstoy y Paradis, 1970), y se trata
siones materiales, como son los objetos cerámicos y de material cerámico que se distingue precisamente
portátiles, y destacando la escultura, principalmente por la presencia de motivos olmecas semejantes a
las majestuosas cabezas colosales. Su iconografía, los observados en la cerámica de la fase San Lorenzo
es de una gran complejidad y constituye la base de la de Veracruz y la fase San José de Oaxaca (Flannery
religión mesoamericana, por lo que está llena de un y Marcus, 1994:376), y en sitios como Santo Domingo
gran simbolismo que fue un medio de transmisión de Tomaltepec (Flannery y Marcus, 1994:376). En el
mensajes y conceptos religiosos. Y es precisamente Centro de México aparece en Zohapilco-Tlapacoya
la transmisión de estos conceptos que se aprecian y sitios tempranos como Coapexco y Tlatilco (Ochoa,
en diversas áreas de Mesoamérica, pero destacando 2005:525).
en el Centro de México, donde observamos rasgos
relacionados con estos grupos olmecas, plasmados
en sus manifestaciones materiales, como ocurre con 3.1. PROCEDENCIA
la cerámica, en la que se presentan los elementos
estilizados que aluden al jaguar, tales como garras, El botellón con la figura del conejo es una vasija
cejas, hendidura frontal, la cruz de San Andrés, el adquirida por Miguel Covarrubias, personaje repre-
“ilhuitl” o motivo de volutas opuestas, así como la sentativo en la historia de la arqueología mexicana,
decoración geométrica delimitada en zonas o pane- cuyas aportaciones a la comprensión y valoración
les, la excisión ancha y la incisión fina en la arcilla de la civilización olmeca son destacadas y han sido
parcialmente seca y el empleo de cinabrio o hematita ampliamente reconocidas. De hecho un dibujo a línea
especular. de este conejo, elaborado por el propio Covarrubias,
fue incluido en la obra Indian Art of Mexico and Cen-
Entre las formas cerámicas asociadas a estos tral America (Covarrubias, 1957: 33).
grupos están los tecomates, así como los fondos
planos y paredes rectas en vasos, cajetes, platos Respecto a la procedencia del tecomate, con diseño
y botellones, generalmente con cuellos rectos. En de caracol cortado, este fue localizado en la segunda
el Centro de México, los sitios donde aparecen en temporada de excavaciones realizadas en Tlatilco.
mayor cantidad estos elementos olmecas son Tla-
tilco y Tlapacoya, éste último ubicado en una isla
en el lago de Chalco, así como en Las Bocas, en el 3.2. BOTELLÓN DECORADO CON LA FIGURA DE UN
estado de Puebla CONEJO Y EL SÍMBOLO “VEGETACIÓN DE TRES
PUNTAS”
Fig. 2. Botellón con la figura de un conejo de Tlatilco. Museo Nacional de Antropología. (Fotografía: Proyecto de Digitalización de las Coleccio-
nes del Museo Nacional de Antropología, Conaculta-INAH-Canon); Dibujo del conejo (DG Mabel A. Huamaní M.).
En dicho botellón la silueta del conejo se observa En la parte que corresponde al rabo, el conejo en
claramente excavada en el cuerpo. El animal se lugar de llevar una pata posterior y la cola, muestra
representó mediante una estrecha acanaladura que claramente representados un elemento formado por
retiró una porción de la superficie. El resultado fue tres apéndices triangulares, uno al centro y los late-
un grueso corte en bisel para delinear el contorno. El rales se curvan en sentidos opuestos (Fig. 2).
conejo se muestra de perfil, curiosamente su postura
es boca arriba, recostado sobre su costado derecho. Los autores identificamos el motivo formado por tres
apéndices curvos, de extremo puntiagudo, en la parte
La cabeza del conejo constituye una cuarta parte del de la cola, con el símbolo que Joralemon (Ibid: 13)
diseño, su forma es redondeada y lleva inciso un ojo aisló y denominó como “vegetación de tres puntas”.
romboidal. En su parte superior la cabeza se inte-
rrumpe justo donde inicia el cuello del botellón. Entre
la cabeza y el cuerpo del conejo se ubica solo una pata 3.3. FAUNA CON EL SÍMBOLO “VEGETACIÓN DE
delantera, delgada, de extremo curvo con el señala- TRES PUNTAS” EN LA COLA
miento de tres largos dedos unidos al cuerpo. La única
oreja representada es un apéndice angosto, de extremo A partir de identificar el símbolo “vegetación de tres
redondeado y poco prominente, característica que pro- puntas” en la cola del conejo representado en el bote-
mueve su identificación como conejo y no como liebre. llón de Tlatilco, los autores reunimos los casos de la ico-
nografía olmeca que mostraban una asociación simbó-
El cuerpo del conejo es alargado, amplio, dispuesto lica equivalente, es decir que reunían la representación
en sentido horizontal y contiene la representación de un animal con este motivo, ubicado en la cola. Como
de un elemento rectangular formado por un amplio resultado de esta búsqueda localizamos dos casos:
marco excavado y un reborde redondeado y sobre-
saliente. Este motivo guarda cierta similitud con un a) Juxtlahuaca: La pintura mural número 2 o ser-
rectángulo representado en un hacha ceremonial piente representada en la galería al fondo de esta
olmeca, sin procedencia, publicada por Joralemon cueva ubicada en el estado de Guerrero (Grove,
(1971: 60) y es un elemento sobre el que regresare- 1970: 30), lleva el símbolo “vegetación de tres pun-
mos en posteriores párrafos. tas” tanto en la lengua como en la cola (Fig. 3).
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3.4. TECOMATE CON EL SÍMBOLO DEL CARACOL presenta un engobe de color negro, con un acabado
CORTADO finamente pulido en color negro. La decoración fue
hecha a base de líneas incisas y excavado, antes de la
La segunda pieza tratada en esta ocasión es un teco- cocción, posteriormente se frotó pigmento rojo sobre
mate recuperado durante las excavaciones realiza- el diseño. La pieza se encuentra completa y en exce-
das en Tlatilco. Como en el caso anterior la vasija lente estado de conservación.
pertenece a la cerámica Negro Pulido y lleva al exte-
rior, elaborado mediante fina incisión, el símbolo La composición simbólica en el tecomate de Tla-
estilizado de un caracol cortado; motivo que tiene tilco consiste en un corchete con los extremos hacia
fuerte similitud con un símbolo que Joralemon (1971: arriba, y delimitado por el borde o boca del reci-
15) denominó como “media rueda dentada” (Fig. 6). piente. La parte interior del corchete muestra finas
líneas incisas que forman una trama cruzada y como
El tecomate negro pulido presenta un cuerpo de particularidad tiene una gruesa banda lisa que lo
paredes curvo convergentes, boca reducida y base enmarca en su sección inferior. A este tipo de líneas
plana; su altura es de 8.4 cm. y su diámetro máximo cruzadas Joralemon (1971: 17) las refiere como
es de 9,2 cm. El acabado de superficie, al exterior, “rastrillado”.
Fig. 6. Tecomate con el símbolo de caracol cortado de Tlatilco. Museo Nacional de Antropología, México. (Dibujo: DGMabel A. Huamaní M.).
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Fig. 7. a) Vasija Procedente de Las Bocas, Puebla, en acabado negro pulido con diseño de caracol cortado y corchete (tomada de Coe, 1965:
30); b) Tlatilco, colección Feutchwanger: Este segundo ejemplar fue publicado por el mismo Feutchwanger (1989: Lam. 116); c) TecomateT-
lapacoya (Gámez) Tecomate Xochiltepec Blanco con diseño de “caracol cortado” (tomado de Gámez, 1989:63).
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caracol. No obstante, la forma más estandarizada de El Strombus tuvo mucha demanda y fueron utiliza-
este motivo generalmente lo representa con cinco dos como trompetas ceremoniales. Estaban relacio-
picos que en ocasiones terminan en punta roma y en nadas con la fertilidad, el agua, la lluvia y el trueno.
otras con el extremo puntiagudo, variación que tam-
bién puede atribuirse a la especie representada.
3.8. EL OJO CELESTE U “OJO VENUSINO”
El motivo del caracol o su representación, corres-
ponde a un ser que proviene del agua, líquido vital para El motivo del caracol cortado representado en las
la vida humana; es claro que por su asociación con el vasijas formativas procedentes de Tlatilco, Tlapa-
agua adquirió un valor especial, así como un sentido coya, y Las Bocas tiene una estrecha similitud formal
mágico y religioso específico (Suárez, 2005:10). con el llamado “ojo celeste” u “ojo venusino” (Fig. 9).
La forma del caracol cortado, con sus prolongacio-
Este motivo se aprecia también en piedra, tal es el nes corresponden a la luminosidad del astro; mien-
caso de la Estela 2 de La Venta, Tabasco, de este tras que la porción central suele llevar un ojo y por
mismo periodo, en donde la “media rueda dentada” lo tanto su lectura, de acuerdo con la cosmovisión de
forma parte de la compleja iconografía de la escena los grupos nahuas del Altiplano Central, es la de un
ahí mostrada (Fig. 9). “ojo estelar” u “ojo venusino” (Špraj, 1996: 81 y s.).
Fig. 10. Mural en el Templo de Venus, de Cacaxtla, Tlaxcala (Tomado de Špraj, Lam. 16b).
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tema de representación olmeca, posee un número horizontes ha sido identificado como “ojo estelar”
limitado de elementos básicos y, aunque reduci- u “ojo venusino”. En conclusión, ambas conexiones
dos, su número permite una gran posibilidad de permiten relacionar el motivo con el mismo numen.
combinaciones.
El motivo estilizado del caracol cortado, muestra
En cuanto a la simbología del conejo tendido o aga- interesantes asociaciones, con elementos relevantes
zapado. En este caso los autores tenemos claro que en la iconografía olmeca, y coloca al caracol cortado
el alfarero no tuvo la intención de realizar una repre- como un eje simbólico de gran relevancia. La conti-
sentación “realista” o “naturalista” de este animal. nuidad de este símbolo persiste durante los periodos
Su intención estuvo totalmente orientada por la idea posteriores, en particular el Posclásico, cuando es
de incluir en la ofrenda funeraria un pequeño bote- utilizado como un motivo emblemático del planeta
llón que comunicara a los ancestros, y estos a su vez Venus, cuerpo celeste indiscutiblemente identificado
a los dioses, una petición relacionada con la germi- con Quetzalcóatl. Por supuesto que lo anterior no
nación de una planta, que nace o brota precisamente implica que necesariamente desde tiempos olmecas
en la cola del conejo. existiera una relación intrínseca entre el motivo del
caracol y Venus; no obstante la asociación simbólica
Hemos observado que el registro iconográfico olmeca del elemento es digna de consideración.
es recurrente en cuanto a la asociación entre esta
planta y su fauna más representativa: la serpiente y Finalmente, no es difícil comprender por qué, durante
el jaguar, que sumadas al conejo representan seres el Formativo, periodo de gran complejidad, surgen
estrechamente vinculados a la tierra y por extensión símbolos que en civilizaciones posteriores, tienen
a la fertilidad. Es por lo anteriormente expuesto que un significado complejo. El problema es que para el
hemos considerado identificar a este símbolo de vege- Formativo no se cuenta con información documental,
tación de tres puntas con un brote de maíz. y existe poca de materiales arqueológicos que nos
permitan comparar y establecer la continuidad en el
La serpiente ubicada en las profundidades de la significado de estos símbolos. Sin embargo, pensa-
cueva de Juxtlahuaca, en el estado de Guerrero, nos mos es punto de partida para su análisis, por lo que
habla de un ritual estatal restringido a un pequeño consideramos que es muy válido y necesario llevar a
grupo de la comunidad. No ocurre lo mismo con el cabo analogías con otras culturas.
relieve de Ticumán que claramente expresa un ele-
mento ritual de orden público. Por su parte el bote-
llón de Tlatilco con la figura de un conejo formó parte BIBLIOGRAFÍA
de un ritual doméstico de carácter funerario. A pesar
de sus diferencias en conjunto, los registros de este CLARK, J. (2008): Western Kingdoms of the Middle
motivo, y la fauna que lo porta, confirman la iden- Preclassic. NWAF. Inédito
tidad que estos animales tenían para los olmecas, Códice Borbónico (1993): Descripción, historia
como símbolos de fertilidad agrícola. y exposición del Códice Borbónico, edición
facsimilar por Francisco del Paso y Troncoso.
Por su parte el análisis del motivo identificado como México. Siglo XXI
caracol cortado nos permitió señalar su presencia COE, M., (1965): The jaguar´s Children: Pre-Classic
en Tlatilco, Tlapacoya y Las Bocas. Tres yacimientos Central Mexico. The Museum of Primitive Art.
preclásicos que han dado muestras contundentes de New York.
una fuerte presencia del estilo olmeca. CORDOVA, M. “Elementos olmecas en Morelos” en
Olmeca, Balance y perspectivas. Memoria de la
Hemos sugerido que en las vasijas formativas del Primera Mesa Redonda, T. II, Ma. Teresa Uriarte
y Rebeca
Altiplano este motivo es un elemento vinculado a
la simbología de Venus. En este sentido existen dos GONZÁLES, L. (2008): UNAM-IIE CONACULTA. INAH.
vertientes: a) en la primera destacamos su asocia- México pp. 547-558.
ción formal con el motivo conocido como ehecacoz- COVARRUBIAS, M. (1957): Indian Art of Mexico and
catl o “joyel del viento”; emblema de Quetzalcóatl o Central America. Alfred A. Knopf. New York
de los sacerdotes dedicados a su culto; y b) conside- FEUTCHWANGER, F. (1989): Cerámica Olmeca.
rarlo como antecedente del motivo que en ulteriores Operadora de Bolsa. Edit. Patria S. A de C.V. México
FLANNERY, K. y JOYCE M. (1994): Early Formative OCHOA, P. y OSCAR ORUETA (1994): La Sala del
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5. EL SABER DE UN TRABAJO
MILENARIO. LA TRADICIÓN
POPULAR COMO PUENTE DE
UNIÓN CON EL PASADO
Juan Jesús Padilla Fernández y Eva Alarcón García
Biljana Djordjević1
Resumen Abstract
A través de las investigaciones etnoarqueologicas This article highlights the importance of studies of
realizadas en Serbia en los últimos años, en este local production of traditional pottery-making in
artículo se destaca la importancia de los estudios Europe, through ethnoarchaeological investigations
de la producción local de cerámica tradicional and the reconstruction of the techniques already
en Europa, tanto como reconstrucción de esa abandoned, in Serbia in last few years. Most of
producción cuando se trata de las técnicas ya the fundamental elements of ceramic technology,
abandonadas. Europa ha conservado, a pesar de from its origins until now, in Europe are preserved
la industrialización acelerada de los últimos 70 despite the fast industrialization in the past 70
años, la mayoría de los elementos fundamentales years. This will not be the case for much longer.
de la tecnología de la cerámica desde sus orígenes From these significant resources we can provide
hasta hoy, lo cual no será el caso por mucho data necessary to make the possible dynamic
tiempo más. Este recurso importante nos puede models in the past related to pottery production and
proporcionar datos necesarios para formar posibles thus stay closer to the answers we’re looking for in
modelos de la dinámica en el pasado relacionada this area.
con la producción alfarera y acercarnos así a las
respuestas que estamos buscando en este ámbito. Keywords: Ethnoarchaeology, Pottery Traditional
European Bread Casserole, Cover-Heating, Home
Palabras clave: Etnoarqueología, Alfarería Media, Potter Around, Serbia.
Tradicional Europea, Cazuela Para El Pan,
Tapadera-Calentadora, Soportes de Hogar, Torno
Alfarero, Los Balcanes, Serbia.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 601-612. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 601
BILJANA DJORDJEVIĆ
Algunas de las técnicas y tecnologías tradicionales/ Los pasos tecnológicos necesarios en el proceso de
arcaicas de la cerámica aún existentes en Europa la elaboración de las cazuelas para el pan son comu-
fueron el tema de las investigaciones etnoarqueo- nes para todos: extracción de la materia prima en
logicas y aquí las expondremos, mientras algunas uno o en más lugares en la proximidad del pueblo y
otras, aquí mencionadas, representan un potencial su transporte, muy a menudo en la propia espalda;
importante, pero todavía sin explotar. preparación de la arcilla y los ingredientes que se
añaden a la arcilla para que adquiera mayor dureza
y cuales son a menudo de origen orgánico (hierba,
2. MATERIALES CERÁMICOS. RESTOS paja, harina de trigo, esparto, pelo de vaca o de cabra,
ARQUEOLÓGICOS Y DOCUMENTOS ETNO- excremento de vaca etc.), pero tambien suelen ser
GRÁFICOS inorgánicos (arena, calcita, ceramica triturada, sal
etc.); pisoteo de la arcilla ya mesclada con los ingre-
Entre esas técnicas podemos destacar la elabora- dientes a la cual se añade el agua. Durante este pro-
ción de cazuelas cuya función principal es el horneo ceso la arcilla se limpia de todas sus impurezas las
de pan en un hogar abierto (Filipović, 1951: 27-39). cuales podrían amenazar el resultado final, es decir
que podrían causar que la cazuela se quiebre durante Primero la arcilla se parte en trozos pequeños para
el secado o el uso; Elaboración de la masa prepa- que luego, humedecida constantemente, sea piso-
rada; El secado, el cual duraba hasta varios meses teada y, añadiendo esparto, se convierta en una masa
antes de su primera utilización. Cazuelas para el pan homogénea.
no se horneaban antes de su primer uso.
El trozo de la arcilla mezclada, cuyo tamaño se
Para dar forma a las cazuelas para el pan femeni- determinaba según la experiencia, se depositaba
nas se aplicaba una técnica sencilla de la elabora- en una superficie plana que se espolvoreaba previa-
ción manual, la cual no exige ninguna especialización mente con ceniza para que la masa no se pegara a
(Filipović, 1951; Djordjević, 2011: 7-31; Djordjević y ella. La pared del cazuela se moldea levantando los
Nikolov, 2013: 53-57). contornos de la tabla plana y redonda hecha de arci-
lla, cuyas dimensiones son un poco más grandes de
tamaño de la cazuela, formando así una corona, es
2.1. PROCESO TECNOLÓGICO decir la pared de la cazuela. Durante este trabajo
las manos se humedecen varias veces para facilitar
El proceso tecnológico de la elaboración de las el proceso de moldeo. Una vez moldeada se deja 24
cazuelas para el pan no fue apuntado con suficiente horas para secarse (Fig. 1).
precisión en la literatura etnográfica de los finales
del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, cuando El día siguiente se unta con excremento de vaca, lo
estas cazuelas todavía se utilizaban mucho y se cual sirve para reducir la posibilidad de que la super-
fabricaban con regularidad en el territorio de los ficie se quiebre mientras se seca (Fig. 2). Las cazue-
Balcanes (Filipović, 1951; Chausidis y Nikolov, 2006; las para el pan femeninas se secan durante varios
Djordjević y Zlatković, 2011; Efstratiou, 2011; Randić, meses. No se hornean antes de su utilización, por lo
2011), pero tampoco en la segunda mitad del siglo cual el proceso de calentamiento de cazuelas para el
XX, cuando su elaboración estaba completamente pan es en realidad su cocción.
extinguida y su uso reducido al mínimo. Esta falta de
información precisa y ante todo de documentos foto- El proceso descrito, registrado a través del experi-
gráficos y de video deja espacio a interpretaciones mento etnoarqueologico, indica la probabilidad de
diversas (Djordjević, 2012). que desde el Neolítico donde se documentan estos
recipientes hasta la actualidad se utilice el mismo
Por eso, una de las tareas principales de las inves- método de fabricación. Esta hipótesis también está
tigaciones etnoarqueologicas que se están llevando apoyada con los descubrimientos arqueológicos de
a cabo es la reconstrucción in situ de los métodos las vasijas con mismas características (las facturas,
de trabajo y con la ayuda de los/las especialistas, es formas, dimensiones) encontradas en el correspon-
decir mujeres autóctonas en este caso. Para que los diente contexto (en los asentamientos, en casas, en
resultados obtenidos sean útiles para la creación de zonas cercanos a los hogares) en estratos de nume-
los modelos tecnológicos potenciales, el proceso se rosos yacimientos Neolíticos (Nikitović, 1986: 41, T.
debería repetir en diferentes localidades, por causa III/4; Vuković, e.p.), Calcolíticos (el material no publi-
de las diferencias especificas locales, ya menciona- cado del yacimiento Belo Brdo en Vinči), de la Eda-
das. Hasta ahora se ha llevado a cabo una recons- des de Bronce y de Hierro (Truhelka, 1901: T. XII/11),
trucción de este proceso para el cual se reclutaron hasta la Edad Media (Vasić, 1906: 43-45).
mujeres del pueblo Gostuša en Stara planina en
Serbia oriental. Actualmente no sólo las utilizan, Las cazuelas para el pan masculinas, las cuales
sino que en su juventud participaban activamente también se elaboran a mano, son de tamaño más
en el proceso de su elaboración, individualmente grande, más regular, con la pared redondeada, con
o con la ayuda de sus madres, o mejor dicho como el fondo más fino y con un agujero en el medio (Fig.
aprendices. 3). En el borde reforzado con alambre que debería
darles firmeza. La técnica de la manufactura de las
La arcilla se ha extraído de un lugar ya conocido y cazuelas masculinas es prácticamente idéntica a
se ha transportado al sitio adecuado, es decir en la la técnica que ejecutan las mujeres. Las cazuelas
casa de una de ellas, lo que ha sido un procedimiento para el pan masculinas siempre se hornean antes
habitual. de su uso, lo cual las hace más resistentes y dura-
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BILJANA DJORDJEVIĆ
Fig. 1. Elaboración de cazuelas para el pan femeninas (foto realizada por B. Djordjevic).
Fig. 2. Cazuelas para el pan untadas con excremento de vaca y soportes de hogar (foto B. Djordjevic).
deras que las anteriores (Djordjević, 2011: 26-27). El tipo más arcaico de las “tapaderas-calentadoras”
Al grupo denominado cazuelas de Užice, las que pertenece al ya mencionado “juego del hogar”, lo cual
tambien estan hechas por hombres, pertenecen implica su elaboración del mismo material del cual
las cazuelas modeladas en la rueda, tal y como hoy se hacían las cazuelas para el pan. En los Balcanes
en día todavía se producen en el pueblo de Zlakusa centrales, donde en el pasado se utilizaba ese tipo de
en Serbia ooccidental (Djordjević, 2011: 27, 38-52). tapaderas, hoy no quedan ni los recuerdos de su ela-
Se supone que las cazuelas masculinas aparecie- boración y uso, aunque se encuentran en las coleccio-
ron más tarde. Por el momento se pueden rastrear nes etnográficas (Tomić, 1983: 76, 77, fig. 14, 15).
desde la Edad Media que tienen características
iguales o similares (Rosić, 2011). En los Balcanes orientales en la región de las mon-
tañas Rhodope, en Grecia, estas “tapaderas” en con-
Los documentos etnográficos muestran que las junto con las cazuelas, se han conservado casi hasta
cazuelas femeninas para el pan aparecen con más la mitad del siglo XX. Durante el 1989 y 1994 allí se
frecuencia como parte del juego de utensilios para llevó a cabo un experimento etnoarqueologico, simi-
el hogar, compuestos conjuntamente por una espe- lar al que ya describimos arriba, cuando se les pidió a
cie de “tapaderas-calentadoras” y por soportes en las mujeres que repitieran el proceso de elaboración
forma de pirámide truncada para las vasijas que se de “ponitze”, que es un término local para las cazue-
utilizan en el hogar. La “tapadera-calentadora” sirve las para el pan, de la manera como se hacían hace
también principalmente para el horneo del pan (Fig. 30 años. Los resultados de la investigación mostraron
4). La masa de pan se pone dentro de la cazuela o una gran similitud al proceso de la elaboración que
directamente encima del suelo del hogar, y se tapan ya describimos anteriormente (Efstratiou, 1992, 2011).
con las tapaderas ya calentadas. Las “tapaderas-ca-
lentadoras” se elaboraban tradicionalmente de tres El tipo dos de la elaboración de la “tapadera-calen-
maneras: a mano (Filipović, 1951: 73-78; Tomić, tadora”, se moldeaba extendiendo sobre una super-
1983: 76, 77; Efstratiou, 2011; Randić 2011), sobre los ficie plana una tabla redonda utilizando la arcilla
moldes en forma de cúpula (Gavazzi, 1978: 114-124) preparada con ciertos desengrasantes (harina de
y en torno de mano (Djukanović, 2011; Randić, 2011). trigo, cuarzo molido etc.) y en la cual se incrusta-
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BILJANA DJORDJEVIĆ
Fig. 4. Tapadera-calentadora, Museo de pan, Pećinci, Serbia (foto realizada por B. Djordjevic).
ban trozos de piedra. Luego se depositaba sobre el Las “tapaderas-calentadoras” se encuentran den-
molde o dentro del molde de arcilla horneada de tro del registro arqueológico en los yacimientos de
manera que las piedras incrustadas quedan siem- los Balcanes centrales y occidentales desde la Pre-
pre en la cara interior de la tapadera. Al final se le historia (Truhelka, 1901: T. XXV/1; Vinski-Gasparini,
ponía una asa, se hacían agujeros para la salida de 1954: 119-122; Stalio, 1970: T. 4/5; Gavazzi, 1978:
vapor y en algunos casos se añadían cinturones de 120) hasta la Edad Media (Bikić, 2003: 75-77). Tienen
arcilla para la retención de las brasas durante su prácticamente las mismas características y hay que
uso. Se fabricaban y utilizaban en la parte Sur de destacar la presencia de la piedra incrustada en la
Panonia, es decir partes de Hungría, Croacia y Ser- superficie interior. El material arqueológico de este
bia (Lechner, 1962: 255-272, T. I-VI; Gavazzi, 1978: tipo no se publica a menudo, por lo cual su auténtica
121-123; Tomić, 1983: 78). presencia en el conjunto de cocina no se puede esta-
blecer con seguridad.
La tercera manera de la elaboración de estos obje-
tos, en torno de mano, lo encontramos en Dalmacia, El tercer elemento del conjunto del hogar son sopor-
en algunas islas del Adriático y en la Krajina de Bos- tes para las vasijas sobre el hogar que se elaboran
nia. La forma es parecida a un cuenco invertido de del mismo material que cazuelas para el pan femeni-
grandes dimensiones, con dos asas y varios anillos nas y al mismo tiempo (Fig. 2). Para soportar las vasi-
de arcilla horizontales añadidos, formas característi- jas en el fuego se utilizan tres soportes, el mínimo
cas en Dalmacia y las islas Adriáticas (Gavazzi, 1978: necesario para asegurar la estabilidad de la vasija,
114-123). Mientras en Bosnia se elaboraban con la pero se hacen muchas más para que se puedan pre-
misma técnica pero de forma diferente. Su forma se parar varios guisos al mismo tiempo. Lo más común
parecía más a las de Panonia: en forma de cúpula, es que tengan la forma de pirámide o cono truncado
con un asa, agujeros para salida del vapor y dos o y con agujeros en los dos o cuatro lados, pero tam-
tres anillos de arcilla (Djukanović, 2011). bién pueden ser sin agujeros (Filipović, 1951: 81-96,
fig. 32-40). Los objetos de estas características a la mayoría de los investigadores, en la segunda mitad
menudo se encuentran en el registro arqueológico, del tercer milenio a.C. el uso del torno ya estaba com-
pero por regla general en algunos periodos se consi- pletamente implantado en el territorio de Mesopota-
deran como pesas de telar, teniendo los dos la misma mia, en el valle del río Indo y en Asia central (Courty
forma, pero la función completamente diferente. y Roux. 1995: 17). Desde allí, a través del Oriente
Próximo y Asia Menor se extiende a las islas Egeas,
¿Cómo diferenciar los soportes de las pesas de hacia la parte peninsular de Grecia, y de allí a los Bal-
telar? La tarea de las futuras investigaciones y expe- canes hacia finales del mismo milenio.
rimentos arqueológicos sería establecer las dife-
rencias en el aspecto, fabricación, tamaño y peso de Otro posible lugar donde el uso de torno se desarro-
esos objetos, igual que huellas de utilización, porque lló independiente se documenta en el yacimiento de
esos son los elementos que pueden indicar sus dife- Varvarovka en Moldavia. Se citan pruebas directas e
rencias funcionales y facilitar a los arqueólogos que indirectas del uso de torno (restos de losas de pie-
los reconozcan y determinen en el momento de su dra con agujero, aparición de la cerámica con signos
descubrimiento, según el contexto. de elaboración en torno alfarero) en el Calcolítico en
esta región, en el IV milenio (fechas C14 calibradas
Para la existencia de estos objetos en función de 3885-3375) (Markevich, 1981: 128-130; Ellis, 1984:
soportes en arqueología tenemos numerosos ejem- 162; Anghel, 2001: 27-31; Kohl, 2007: 74-75).
plos sin publicar del material encontrado en el con-
texto correspondiente (Stalio, 1968: 91-92). Las últimas investigaciones demuestran claramente
que la introducción de torno en la elaboración de
la cerámica tiene su dinámica local, variando de un
2.2. APLICACIÓN TECNOLÓGICA: EL TORNO ALFARERO lugar a otro y la cual comprende que la elaboración
manual de las vasijas continua con la introducción
El siguiente punto que vamos a tratar es el uso del del torno alfarero, el cual se utiliza de las dos mane-
torno alfarero. Hay dos momentos importantes en ras: como un dispositivo auxiliar en la técnica de
conexión con los principios del uso del torno alfarero. urdido y para modelar la vasija de una sola pieza de
El primer momento es aquel cuando el torno empieza barro (Choleva, 2012: 343-381).
a utilizarse como utensilio auxiliar mecánico en el
moldeo de la cerámica y el segundo es el principio Para establecer a que proceso de elaboración de los
de la práctica de una técnica completamente nueva dos mencionados se puede adjudicar la pieza objeto
en el moldeo de las vasijas, elaboración de una pieza de investigación basta con llevar a cabo análisis
de arcilla (Choleva, 2012: 344). Estos dos momentos microscópicas y/o de rayos X. Para descubrir qué
cruciales no sucedieron al mismo tiempo. Este hecho técnica puede dar estos resultados es imprescin-
quedó descuidado en la arqueología hasta hace poco, dible llevar a cabo muchas investigaciones etnoar-
a pesar de que los análisis microscópicos indican queologicas y comparar los resultados obtenidos
estas diferencias (Courty y Roux, 1995: 17-50). Según (Figs. 5 y 6).
las investigaciones llevadas a cabo en las últimas
décadas, el tiempo más probable de la aparición de El pueblo Zlakusa en Serbia occidental es uno de los
torno como utensilio auxiliar mecánico se menciona últimos lugares en Europa en el cual, con la técnica
a finales del quinto milenio a.C. (Nissen, 1989, 2001, de construcción en la rueda, todavía hoy se fabrican
según Laneri, 2011: 66), mientras el uso de torno para vasijas para la elaboración térmica de la comida
el moldeo de una pieza de arcilla, utilizando la energía principalmente en el fuego abierto (Djordjević, 2011:
cinética de rotación, se evidencia a partir del segundo 33-55). Entre ellas se encuentran las ya menciona-
milenio a.C. La introducción de torno en la producción das cazuelas para el pan, pero también otros tipos de
de cerámica en el Oriente Próximo es parte de un pro- vasijas, como ollas de varios volúmenes, el producto
ceso duradero de “descubrimientos”, “desaparicio- dominante en el conjunto de las vasijas tradicionales
nes” y “descubrimientos nuevos”, que comienza en el de la cocina.
quinto milenio a.C., pero se estabiliza sólo a principios
del segundo milenio a.C., lo cual es otra razón por la Este proceso de trabajo, antiguamente muy exten-
cual estas dos fechas se consideran cruciales (Roux, dido en el territorio de los Balcanes centrales y occi-
2008: 82-104; Laneri, 2011: 66). Según la opinión de dentales, prácticamente ha desaparecido en Croacia
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BILJANA DJORDJEVIĆ
(Randić, 2011), mientras en Bosnia se ha conservado altura es de 22 cm y el que atraviesa una cruz cuyas
en trazos simbólicos (Džeko, 2011; Djukanović, 2011; extensiones están conectadas con la superficie de
Carlton, 2011). Aunque hasta hace algunas décadas trabajo a través de unas columnitas de 14 cm de
en la península Ibérica el uso de la rueda estaba bas- altura y colocado sobre una base de madera también,
tante extendido y con mayor variedad de las técnicas lo que le proporciona la estabilidad. Hoy, en Zlakusa,
utilizadas, hoy su uso tradicional se encuentra sólo los tornos de mano se fabrican de metal porque son
esporádicamente (Romero y Cabasa, 1999: 66-69). más estables.
Los principales productos de torno de mano en Serbia La fabricación de la olla empieza con un trozo de
occidental son ollas de todas las dimensiones y otras arcilla en forma de disco, en el torno previamente
vasijas aptas para el uso sobre el fuego abierto y en espolvoreado con calcita fina para evitar que el fondo
los hornos panaderos. Teniendo en cuenta que cierto se pegue. El principio de la pared se “extrae” de la
número de guisos tradicionales serbios se elaboran base. El modelado sigue añadiendo rollos que se
de esta manera, la demanda de productos de Zlakusa imprimen en forma espiral en el nivel anterior de la
ha aumentado. Por eso, la producción de sus produc- pared. Cuando alcanza la altura deseada, el alfarero,
tos que ya estaba casi extinguida, se ha aumentado con un objeto redondeado de madera iguala desde
en gran medida en las últimas dos décadas. dentro el grosor de la pared aguantándolo por fuera,
todo esto mientras el torno gira, previamente dán-
Últimamente en Zlakusa han introducido ciertas dole el impulso con la mano. Luego se añaden las
novedades que facilitan y aceleran el trabajo. Por asas y se decora.
desgracia, estas novedades no conducen siempre
hacia un resultado mejor. Por eso, la producción Las vasijas modeladas primero se secan al aire
de la cerámica tradicional en Zlakusa, poco a poco libre y luego en la secadora, para extraer así toda
pierde su autenticidad. A través de las investigacio- el agua químicamente atada. La fase de secamiento
nes etnoarqueologicas que se están llevando a cabo en la secadora era muy importante en la cocción en
se intentan apuntar todas las huellas restantes del el fuego abierto, porque las vasijas que no estaban
trabajo arcaico las cuales son relevantes para la suficientemente secas se quebraban en seguida en
comprensión y creación de los posibles modelos el contacto con la llama
tecnológicos en el pasado. Una de estas novedades
es la cocción en horno. Los primeros hornos apare- El fuego donde las vasijas se cocían habitualmente
cieron en el año 2000 y en 2005, cuando empezaron se colocaba en una superficie plana o ligeramente
las investigaciones etnoarqueologicas, la cocción excavada (el tamaño: 3 x 2 m aproximadamente), con
tradicional a fuego abierto, fue por completo aban- tronquitos de madera de alto valor calórico encima
donada. Esto ofreció la posibilidad de seguimiento de las cuales se depositaban las vasijas. El espacio
in vivo el experimento espontáneo que los mismos entre las vasijas también se rellenaba con madera,
alfareros empezaron para aumentar la producción. lo cual facilitaba la circulación del aire y la cocción
Eso es uno de los procesos que debió de suceder más igualada. Toda la construcción se cubría con
durante miles de años de desarrollo de la tecnolo- tronquitos redondeados y ramas y se incendiaba. La
gía cerámica. temperatura alcanzada en estas hogueras era de 700
a 800oC. Estos valores fueron confirmados recien-
La cerámica de Zlakusa se compone de arcilla y temente en un experimento llevado a cabo, que
calcita. Los dos son igualmente importantes, por- demostró que la temperatura óptima de la cocción
que su mezcla está compuesta a partes iguales. En de las vasijas de Zlakusa tenía que ser por encima de
caso de las ollas más grandes esta ecuación cam- 650 y por debajo de 750oC. La maestría del alfarero
bia a 60:40%, siendo la calcita en más cantidad. Más se veía en la habilidad de determinar con exactitud
piedra que arcilla, esta es una de las características cuando la vasija estaba cocida y de sacarla en el pre-
básicas de este producto. ciso momento. Esto pasa cuando la vasija se vuelve
blanca. Todo el proceso de cocción duraba entre una
Tradicionalmente, las vasijas se moldean en rueda hora y hora y media. Las vasijas correctamente coci-
hecha de madera. Está compuesto por el disco nadas eran de buena calidad y se reconocían por su
(superficie de trabajo) cuyo diámetro es de 33 cm y dureza y el sonido sonoro1. A través de las investi-
el grosor es de cinco cm, empalado en un eje cuya gaciones etnoarqueologicas y el seguimiento de la
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BILJANA DJORDJEVIĆ
producción contemporánea en Zlakusa y fuera de Las investigaciones que se llevan a cabo en los últi-
allí, se ha constatado que las ollas fabricadas de las mos años en Europa, sobre todo en el sur del con-
mismas materias primas, pero hechas en el torno de tinente, contribuyen a la visión generalizada de la
pie, o sea eléctrico, no alcanzan la calidad deseada cuestión del desarrollo de la tecnología de la cerá-
(Djordjević, 2007: 89). Este hecho apunta a la supo- mica a través de la historia. Europa ha conservado,
sición de que la rueda no sólo es la fase primitiva en a pesar de la industrialización acelerada de los últi-
el desarrollo del torno, sino que cierto tipo de vasi- mos 70 años, todos los elementos fundamentales
jas, más precisamente su función, exige una técnica de la tecnología de la cerámica desde sus orígenes
determinada. En el caso descrito se trata del uso de hasta hoy, lo cual no será el caso por mucho tiempo
la masa de arcilla que entiende la mezcla de arcilla y más. Esto es el recurso que el investigador debería
calcita en alto porcentaje, lo cual, según la granula- explotar.
ción de la piedra y el peso de la masa exige la técnica
de fabricación con rollos que solo se puede hacer a La importancia de las investigaciones etnoarqueolo-
mano o en rueda. gicas de las herencias locales y su valor comparativo
demuestra el análisis comparativo que J. J. Padi-
lla ha demostrado comparando hallazgos del yaci-
3. CONCLUSIONES miento Las Cogotas, con los talleres contemporá-
neos en Andalucía y así ha constatado claramente la
Todos los ejemplos expuestos señalan el valor y la existencia del proceso tecnológico casi idéntico en la
necesidad de las investigaciones etnoarqueologicas elaboración de cerámica en el siglo segundo A.C. y el
y la importancia de las informaciones que de esta que se ha conservado hasta hoy en día (Padilla Fer-
manera se obtienen. nández, 2011, 2012). Aquí es muy importante desta-
car que un segmento en la cadena operativa que hoy
Los datos etnográficos sobre la producción alfarera se practica en Andalucía (me refiero al sistema de
que desde hace más de un siglo se apuntan cuida- decantación), es totalmente desconocido en los Bal-
dosamente, las investigaciones etnoarqueologicas canes hoy en día, lo cual no necesariamente significa
de las tecnologías tradicionales de la cerámica, junto que en el pasado no se aplicaba. Pero para los inves-
con numerosos experimentos basados en datos etno- tigadores que no han tenido la oportunidad de verlo
gráficos y etnoarqueologicos, pueden proporcionar a y tampoco la tienen en la actualidad, es difícil darse
los investigadores los datos necesarios para formar cuenta de ello aun cuando se pueden encontrar en
posibles modelos de la dinámica en el pasado. los documentos arqueológicos. Lo mismo pasa con
los objetos troncocónicos, que ya hemos menciona-
Cuando se investiga el pasado de la tecnología de dos, y que podrían tener dos funciones diferentes,
la cerámica europea ¿por qué son importantes las teniendo la misma forma.
investigaciones etnoarqueologicas en Europa?
Todo esto es una muestra más que existe la necesi-
El espacio en el que la cerámica se elabora y las dad de las investigaciones generalizadas y exhaus-
materias primas son directamente conectados tivas y de los análisis cros-culturales en el terreno
con la elección de la técnica y la tecnología que se de la tecnología de la cerámica. Un hilo ininterrum-
aplicara. En el territorio de Europa de los últimos pido ata el pasado con la actualidad; toda una serie
7000 años la cerámica se produce continuamente. de eventos han influido que la experiencia lleve hacia
Durante este período, los cambios climáticos que, las soluciones óptimas dependientes de las nece-
inevitablemente, tuvieron lugar, no fueron de tal sidades. Una vez aceptados los conocimientos y las
alcance para que afectaran significativamente a la aptitudes en la tecnología de la cerámica no han des-
producción de la cerámica. Tampoco las fuentes de aparecido con el descubrimiento de las nuevas téc-
las materias primas han cambiado. Estos dos datos nicas y los utensilios auxiliares técnicos. Como ya se
permiten suponer que los alfareros en el suelo euro- ha dicho en el caso de la introducción del torno en
peo trabajaban en condiciones bastante similares la producción masiva de la cerámica en el Oriente:
a las actuales. Esto, desde luego, no es el caso de un sinfín de “descubrimientos”, “desapariciones” y
los ejemplos a menudo empleados en los apuntes “nuevos descubrimientos”, así como los cambios y
etnográficos e investigaciones etnoarqueologicas de las adaptaciones sucedían durante miles de años del
otros continentes. desarrollo de la tecnología de la cerámica.
Este proceso todavía dura hoy en día, lo cual le DJORDJEVIĆ, B. (2012) (en prensa):”Traditional
habilita a la etnoarqueologia que, por lo menos en Bread-Baking Pan Making-Ethnoarchaeology
and Safeguarding of Intangible Heritage“,
el dominio tecnológico, supere el abismo entre el
International Conference „The Intangible
pasado y la actualidad y que ahonde, parcialmente Elements of Culture in the Ethnoarchaeological
por lo menos, en el lugar, la importancia y el papel Research, Rome 21th-23th November 2012.
de la cerámica en la vida cotidiana de las comunida-
DJORDJEVIĆ, B. y NIKOLOV, G. (2013):”Bread-
des que la fabricaban y utilizaban, pero también que baking Pan (crepulja/crepna) from Neolithic to
ahonde en la mismísima esencia de la relación del Present in South-East Europe. The Beginning of
hombre y la arcilla, la relación cuyo entendimiento Ethnoarchaeological Cooperation in the Region“,
es imprescindible para que la cerámica en general Ethnoarchaeology: Current Research and Field
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Carlos García Benito1, Raquel Jiménez Pasalodos2 y Juan Jesús Padilla Fernández3
Resumen Summary
La arcilla es un mineral que se ha utilizado Clay is a material that has been used for the
para la fabricación de instrumentos musicales manufacture of musical instruments and sound
y artefactos sonoros desde el Neolítico. En el artefacts from Neolithic times. In the Iberian
registro arqueológico ibérico son numerosos los archaeological record, the archaeo-organological
restos arqueo-organológicos realizados con este remains made of this material are numerous from
material desde la Prehistoria hasta el presente. Prehistory to the present. This article aims to
En este artículo pretendemos hacer un repaso de review the clay objects found in national museums,
los instrumentos de barro que se encuentran en relating them to the ethnographic instruments
los museos nacionales, poniéndolos en relación that continue to be used nowadays in the Iberian
con los instrumentos etnográficos que continúan Peninsula and the Maghreb. In addition, we propose
siendo utilizados, tanto en la Península Ibérica, a methodology for the study of these instruments,
como en el Magreb actual. Además, proponemos where Ethnoarchaeology, Ethnomusicology and
una metodología que aborda su estudio y puesta en Experimental Archaeology play a fundamental role.
valor, en la que la Etnoarqueología, Etnomusicología
y la Arqueología Experimental tienen un papel Keywords: Musical Instrument, Traditional Pottery,
fundamental. Clay, Experimental Archaeology, Ethnoarchaeology,
Ethnomusicology.
Palabras clave: Instrumento Musical, Alfarería
Tradicional, Arcilla, Arqueología Experimental,
Etnoarqueología, Etnomusicología.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 615-634. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 615
CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
En este sentido, teniendo en cuenta que nos enfren- De este modo, a causa de la recopilación de datos
tamos ante materiales con una función acústica, es realizada por dos de los autores de este trabajo con
necesario el enfoque pluridisciplinar. A través de la objeto de sus respectivas tesis doctorales (García
Etnoarqueología, la Etnomusicología, la Arqueología Benito, en redacción; Jiménez Pasalodos, en redac-
Experimental, la Arqueo-Organología y la Arqueoa- ción), así como de otros trabajos de investigación que
cústica, unidas bajo el marco de las investigaciones están llevando a cabo en solitario, conjuntamente
en Arqueología Musical, se están efectuando dife- o en colaboración con otros investigadores (García
rentes aproximaciones al hecho sonoro del pasado, Benito, 2011; Jiménez Pasalodos y Bill, 2012; Jimé-
que incluye desde la reconstrucción del proceso pro- nez Pasalodos et al., 2012, 2014; Bill et al., 2013),
ductivo de los instrumentos musicales o artefactos y que han elaborado tanto a través de la búsqueda
sonoros hasta su puesta en funcionamiento acústico, indirecta en la bibliografía existente, como de la
de lo que se pueden extraer diferentes conclusiones consulta directa en diversos museos de la geografía
en torno a diversos aspectos musicales, sociales, peninsular, se han registrado hasta este momento
económicos y culturales, que además están intrín- un total de 569 restos arqueológico-musicales dife-
secamente relacionadas con el fenómeno de la pro- rentes fabricados en cerámica. Este trabajo compila-
ducción cerámica (Jiménez Pasalodos, 2010; García dor continua y permanecerá vivo en el futuro, lo cual
Benito y Jiménez Pasalodos, 2011, 2012). generará, sin duda, datos de gran interés en este
campo (Tab. 1).
Este es el planteamiento de base del proyecto de
investigación de la Asociación para el Estudio Expe- El registro arqueológico de los restos de instrumen-
rimental de la Cerámica Arqueológica (AEECA), tos musicales y artefactos sonoros en el periodo
el cual tiene como uno de sus objetivos la confec- comprendido entre la Prehistoria y la Edad Media es
ción de reproducciones experimentales de restos muy importante, debido a que es prácticamente la
arqueo-organológicos cerámicos, aunando para ello única fuente de información directa que tenemos de
los conocimientos arqueológicos y musicales con ellos, mientras que de la Edad Moderna y Contempo-
los etnográficos y etnomusicológicos, a través de ránea, esta fuente pasa a ser una más, en la mayoría
la experimentación, para de esta forma poder com- de casos complementaria, de entre las diferentes
prender esta realidad histórica desde todos sus pun- fuentes básicas de información con las que contamos
tos de vista. para la documentación de este tipo de artefactos.
pertenecientes a la Edad Media (una trompa, 63 sil- Si atendemos a su distribución por familias de índole
batos –aunque dos de ellos podrían datarse también musical (Fig. 1), tenemos 276 aerófonos (1 flauta
en Edad Moderna– y 145 tambores localizados (a los o silbato, 219 silbatos y 56 trompas); 146 idiófonos
que podemos añadir otros 156 fragmentos y tam- (114 campanas, más dos badajos, y 30 sonajeros);
bores que conocemos a través de bibliografía); 226 145 membranófonos catalogados (todos tambores);
muestras de la época moderna (115 silbatos –no y ningún cordófono, ya que no es usual fabricar este
obstante, dos silbatos podrían ser también medie- tipo de objetos en material cerámico. Advertimos con
vales, otro de Edad Moderna o Contemporánea, y estos datos que de entre todos los tipos de instru-
dos más de esta última época–, 117 campanas y dos mentos musicales o artefactos sonoros que hay en
badajos de sendas campanas que no se conservan); cada una de estas familias musicales, en cerámica
y nueve elementos de datación contemporánea sólo se producen, por sus características particula-
(una flauta o silbato, seis silbatos –si bien, un sil- res, una serie limitada de los mismos; en los aerófo-
bato podría ser también adscrito a época medieval o nos: silbatos –los más producidos a lo largo de casi
moderna y otros dos más a la Edad Moderna– y dos todas las fases de la historia– (García Benito, 2011) y
campanas), además de otros nueve casos más con trompas –pertenecientes en un 98% a la II Edad del
datación desconocida (todos silbatos). Hierro en contexto celtibérico con foco central en el
Fig. 1. a. Silbato zoomorfo de La Alhambra (Navarro Ortega, 2006: 203, nº 102). b. Silbato de agua de Córdoba –C/ María Auxiliadora– (Salinas
Pleguezuelo, 2012: lam. 24-6). c. Silbato de La Alhambra (Navarro Ortega, 2006: 196, nº 81). d. Trompa de Numancia (Jiménez Pasalodos y
García Benito, 2014: 119). e. Tambor de forma Campana de Almería (Navarro Ortega, 2006: 208). g. Sonajero de Numancia (Jiménez Pasalodos
et al., en prensa).
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CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
yacimiento de Numancia (Taracena Aguirre,1946; mente forma de ave (García Benito, 2011: 463-464;
Vilaseca i Anguera, 1945, 1947; Wattenberg, 1963; Red Digital de Colecciones de Museos de España,
Pastor Eixarch, 1987; Jiménez Pasalodos et al., Museo Nacional de Arte Romano).
2013)– en los idiófonos: campanas y sonajeros –la
mayoría del ámbito vacceo o celtibérico situados Los pitos medievales y modernos de: Almería –40
históricamente entre finales de la Edad del Hierro y casos– (García Benito, 2011: 463-464; Navarro
principios de la época romana (Martin Valls y Romero Ortega, 2006; Red Digital de Colecciones de Museos
Carnicero, 1980; Jiménez Pasalodos et al., 2012; Sanz de España, Museo de Almería), procedentes de
Mínguez et al., 2013)–; y en los membranófonos, sólo varios yacimientos de la ciudad2 y que presentan
tambores –siendo un caso algo especial ya que el formas diversas entre las que destacan los antro-
98% de ellos aparecen en la Edad Media, durante sus pomorfos (con bastantes jinetes), zoomorfos (prin-
fases islámicas (Álvarez Martínez y Roselló Bordoy, cipalmente aves, pero también caballos, toros, etc.)
1989; Bill et al., 2013; Jiménez Pasalodos y Bill, 2012; y los silbatos de agua; La Alhambra de Granada
Escudero, en prensa)–. –21 restos– entre los que predominan los zoomor-
fos (Marinetto Sánchez, 1995, 1997; García Benito,
A. AERÓFONOS 2011: 463-464; Red Digital de Colecciones de
Museos de España, Museo de la Alhambra); y Jaén
Silbatos –15 ejemplares– que se hallaron en varios lugares
de la localidad con representaciones zoomorfas
Del conjunto de aerófonos que hemos registrado, se y antropomorfas3 (Red Digital de Colecciones de
destacan ampliamente en número los silbatos (Fig. Museos de España, Museo de Jaén).
1a-b-c), apareciendo en todas las épocas históricas,
pero con algo más de incidencia a nivel arqueológico Los silbos de época moderna del yacimiento
durante la Edad Media y Moderna. Morfológicamente de Elies Poch (Reus) –12 ejemplos–, fechados
hablando, pueden dividirse en diferentes grupos desde fines del siglo XVI a inicios del siglo XVII,
atendiendo a la forma que tengan: que representan aves, además de haber dos sil-
batos de agua (García Benito, 2011: 463-464;
a. Antropomorfos. Jaume Massó, com. pers.); y finalmente, los pitos
1. Masculinos. de época moderna-contemporánea de Lorca –15
muestras– de tipo zoomorfo principalmente que
2. Femeninos. se datan mayoritariamente entre el siglo XVII y XIX
3. Jinetes a caballo (Fig. 1c). (Gallardo Carrillo et al., 2011).
1 Almacén del Teatro Romano, Anfiteatro de Mérida, Casa del Anfiteatro y otros lugares sin determinar.
2 Alcazaba, C/ Pablo Iglesias ó C/ Quevedo.
3 Baños Árabes de Jaén, C/ Baños de la Audiencia, C/ Gracianas, C/ Tinajeros, y Zona Arqueológica de Marroquíes Bajos.
Siguiendo con los idiófonos, podemos resaltar, tres Finalmente, entre los membranófonos, como
conjuntos de campanas realizadas en cerámica: el ya hemos advertido, el principal grupo son los
de Mérida de época romana altoimperial que repre- tambores de raigambre islámica. Se extienden
sentan, de forma antropomorfa, a cuculatus –sus desde prácticamente inicios de la conquista, con
piernas y brazos están articulados y actúan como ejemplos desde los siglos VIII-IX, como el tambor
badajos, siendo el cuerpo de la campana la represen- encontrado en el castillo de Silves (Varela Gomes
tación del manto de viaje o paemula– y servirían como y Varela Gomes, 2001: 20), hasta el siglo XIV, en
elemento votivo en ceremonias domésticas y religio- los territorios con gobierno islámico. No es de
sas (Blázquez Martínez, 1984-1985: 331-333; Bordas extrañar pues que el ejemplar más reciente sea el
Ibáñez, 1999: 247; Gijón Gabriel, 2004: 184-186; Red tambor del Castillejo de los Guájares, de cuidada
Digital de Colecciones de Museos de España, Museo factura e inscripciones en árabe (García Porras,
Nacional de Arte Romano); el de Almería con morfo- 2001: 616). En estos se distinguen varios tipos,
logía troncocónica y asa de suspensión en forma de dependiendo de la combinación entre la forma de
cinta semicircular y una cronología de los siglos XVI- su copa y la base (Bill et al., 2013):
XVII, aparecieron en la excavación de la C/ Quevedo
(Navarro Ortega, 2006; Red Digital de Colecciones de a. Copa hemisférica.
Museos de España, Museo de Almería); y el de Elies 1. Base cónica.
Poch (Reus, España), datado desde finales del siglo
XVI a principios del siglo XVII, con forma cónica y un 2. Base cilíndrica.
apéndice superior perforado, cuentan además con 3. Base fusiforme.
otra perforación en la parte superior de su cuerpo
para insertar un hilo que sujetaría su badajo. b Copa troncocónica.
1. Base cónica.
Sonajeros
2. Base cilíndrica.
Entre los sonajeros destacan los de origen vacceo y 3. Base fusiforme.
numantino, fechados entre los siglos III a. C. y I d.
C. (Martín Valls y Romero Carnicero, 1980: 160-164;
De este grupo podemos recalcar los aparecidos
Sanz Mínguez et al., 2013; Jiménez Pasalodos et al.,
en las excavaciones del Teatro Romano de Caesa-
2012, 2014), con un probable sentido ritual y ceremo-
raugusta y de la C/ San Pablo 95-103 (Bill y Jimé-
nial profiláctico, o quizás piezas de juegos o juguetes
nez Pasalodos, 2012; Bill et al., 2013; Escudero, en
infantiles (Jiménez Pasalodos et al., 2012, 2014), que
prensa), que suman más de 144 (o 300 si tenemos en
recientemente han recibido una clasificación porme-
cuenta el total) ejemplares.
norizada (Sanz Mínguez et al., 2013):
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CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
Fig. 2. a. Silbatos de agua (Tajueco y Villafranca de los Caballeros). b. Torico de Guadix. c. Trompeta o “caracola”, Villafranca de los Caballe-
ros. d. Distintos tipos de ta´arijas marroquíes.
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CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
hecho de que para los hisba estas figurillas zoomorfas mos compararlas con ciertos tipos de trompas de
fueran una tradición de pervivencia cristiana que debía barro ultracirculares utilizadas en Barcelos (Portu-
ser erradicada, puede apuntar a una posible continui- gal), Miño, o con algunos modelos de trompas de car-
dad con los silbatos prerromanos (Roselló Bordoy, naval de Buño (La Coruña), realizadas con la misma
2006: 26). En cuanto a los usos y funciones de estos técnica a torno que se usa para realizar los botijos de
silbatos, aquellos zoomorfos y antropomorfos están rueda. Sin embargo, las dimensiones, la variedad de
por lo general ligados a ferias, fiestas populares y son las boquillas y los posibles usos y funciones no pare-
usados como juguetes infantiles para provocar ruido. cen ser comparables con las celtibéricas. Además de
Hay que destacar el uso de los silbatos en la Romería estas, hay otros aerófonos de boquilla cónicos reali-
de la Virgen de la Cabeza (Andújar, Jaén), tradición de zados levantando la pella en el torno. Algunos ejem-
supuesto origen medieval con posibles antecedentes plos serían varios modelos de trompas de carnaval de
prerromanos (Gómez Martínez, 1996:187-189), en el Buño (que se utilizaron también para hacer ruido en
que los “pitos” de barro son un elemento esencial. El los partidos de fútbol) o Toledo (Fig. 2c), las dulzainas
ruido, como elemento apotropaico y protector, ale- o bocinas de carnaval de Jiménez de Jamuz (León) –
jador de malos espíritus (como ocurre por ejemplo ya prohibidas por el ruido que producían y que no son
con las carracas), está presente en diversos rituales trompas naturales, si no que tienen digitaciones–, las
de religiosidad popular, fiestas y momentos lúdicos cuernas de pastor de La Rambla (Córdoba), las “trom-
(Asensio Cañadas y Morales Jiménez, 1996: 142-144; petillas” de Hinojosa del Duque (Córdoba) (Asensio
Espinar Moreno, 1996: 63-66). El ruido y el jolgorio Cañado et al., 1996: 125-130) o las catalanas (Palo-
están asociados a la ruptura de normas establecidas mar Abadía, 1996: 23), utilizadas como instrumento de
durante determinados momentos del año (Asensio comunicación.
Cañadas y Morales Jiménez, 1996: 156-157). Los pitos
de agua han sido también empleados en fiestas loca- Del mismo modo, las campanas de cerámica apare-
les, acompañando villancicos, misas y momentos de cen recogidas en el registro etnográfico, aunque con
ocio (Asensio Cañadas y Morales Jiménez, 1996: 160). un supuesto menor uso que en épocas anteriores,
Finalmente, no podemos olvidar los silbatos usados debido probablemente a una mayor disponibilidad
como reclamo o como instrumentos de comunica- de metal. Algunos de los paralelos más significati-
ción en la tradición popular, por lo que no podemos vos de estas campanas, aún hoy en uso o fabricadas
descartar que algunos de los silbatos arqueológicos como recuerdo testimonial de épocas no muy lejanas,
cumplieran esta función (ver por ejemplo los silba- serían las usadas en la procesión infantil de los facun-
tos usados como reclamos en Andalucía en: Asensio dillos de Granada, tradición recuperada a principios
Cañadas y Morales Jiménez, 1996: 23-41). Es intere- del siglo XX, y en la que el Domingo de Resurrección,
sante también observar como la fabricación de los niños con campanas de barro, compradas a vende-
siurells mallorquines es exclusivamente femenina dores ambulantes, anuncian la resurrección. Las
(Roselló Bordoy, 2006: 20). campanas se han usado en la tradición popular para
aviso, pero también tienen funciones cotidianas como
En cuanto a los aerófonos de boquilla (Fig. 2c), las la de transmisión de mensajes, e incluso para usarlas
trompetas de barro utilizadas como señalización para acompañando bailes como marcadores de ritmo.
pastores o para fiestas, aparecen en diversos pun-
tos de la península. Sin embargo, y al contrario de lo Pero son los tambores de cerámica de al-Andalus, los
que sucede con los silbatos, la tipología varía enor- que se constituyen como el resto organológico más
memente de las trompas de cerámica celtibéricas en numeroso de la península, puesto que los silbatos
diversos sentidos. Concretamente, éstas se adscriben pertenecen a distintas etapas históricas y no podemos
al grupo de trompetas naturales ultracirculares, rea- considerarlos un único corpus. Han sido constatados
lizadas a torno, que presentan decoración pintada y, hasta el momento, más de 300 tambores y fragmentos
en ocasiones, elementos de moldeado como las cono- de diversas tipologías, que miden entre 7,5 cm y 25 cm
cidas campanas zoomorfas. Estas trompas, datadas de altura. Sin embargo, desde el siglo XV en adelante,
entre los siglos II y I a.C., que aparecen especialmente no existe ningún tambor de cerámica ni en el regis-
en Numancia con notables excepciones como las de tro arqueológico peninsular ni en el etnográfico. Pero
Izana, Tiermes, Alloza, Langa de Duero o Herramé- apenas 14,4 km, al otro lado del estrecho de Gibraltar,
lluri, presentan pocas similitudes con las trompas, este tipo de tamborcillos de cerámica son el instru-
bocinas y cuernos de cerámica etnográficos. Podría- mento popular más común y conocido en Marruecos
y algunos lugares de Argelia, donde forma una parte de unir mentalidad y materialidad, permitiendo una
insustituible de la música de diversos rituales y fiestas aproximación certera a la vida del objeto, desde su
populares como en achoura, bodas, ceremonias de producción hasta su descarte (Hurcombe, 2007). Sólo
imposición del nombre, circuncisiones y otras fiestas así, seremos capaces de hacer una historia certera
(Jiménez Pasalodos y Bill, 2013). Conocidos común- que narre su correcta funcionalidad. En este sentido,
mente como ta´arijas, aquales o harraz (Fig. 2d), es interesante acercarse a los procesos productivos
dependiendo el tamaño y los usos, pueden presentar cerámicos, aunque no sean de instrumentos musi-
una tira bajo la membrana que provoca una resonan- cales en sí mismos, para poder entender técnicas y
cia especial, dotando incluso ejemplares pequeños de recursos ya olvidados (Jiménez Pasalodos et al., 2013).
un sonido muy característico. Es importante señalar
que mientras otros instrumentos como el albogue, el
rabel y diversos tipos de laudes se han mantenido en 4. LA ARQUEOLOGÍA EXPERIMENTAL
el folklore ibérico llegando hasta nuestros días, los
tamborcillos de cerámica, aparentemente tan comu- Como ya hemos dejado entrever con anterioridad, la
nes en el medioevo islámico, han desaparecido com- arqueología experimental se ha convertido en una
pletamente. Es probable que su estrecha relación con fuente básica en lo que al estudio de instrumentos
prácticas de religiosidad popular islámica llevara a su musicales arqueológicos se refiere. El desarrollo de
prohibición y desaparición definitiva con la cristianiza- líneas alternativas como ésta, induce a generar una
ción, tras 800 años de prevalencia. Para poder enten- nueva historia que ahonda en el significado social, eco-
der pues los posibles usos y funciones de los tambo- nómico y simbólico de aquellos elementos que encon-
res de cerámica islámicos peninsulares, es necesario tramos en el contexto arqueológico y calificamos como
conocer su uso en el Magreb actual. sonoros. El conocimiento exhaustivo de la cadena téc-
nica operativa, así como todas las implicaciones que
Los sonajeros cerámicos son los únicos que carecen de ésta conlleva, aporta una serie de datos que van más
paralelos etnográficos. Una realidad que choca preci- allá de lo observable (Lemmonier, 2012).
samente con su abundancia en el registro arqueológico
europeo y mediterráneo desde el Neolítico. Las carac- Con la premisa de dar validez a nuestra argumen-
terísticas canicas-sonaja celtibéricas y los refinados tación, proponemos aquí cuatro ejemplos prácticos
sonajeros, no tienen comparación con ciertos ejempla- planteados en el seno de la Asociación para el Estudio
res constatados en la cultura popular, ya que parecen Experimental de la Cerámica Arqueológica (AEECA):
ser sustituidos por campanillas y sonajeros o sonajas
metálicas. En el caso de los ejemplares romanos, el Construcción de un horno de la II Edad del Hierro
contexto arqueológico facilita enormemente la inter-
pretación, ya que suelen aparecer asociados a juguetes La misión de elaborar réplicas arqueológicas práctica-
o ajuares infantiles (Jiménez Pasalodos et al., 2014). Sin mente exactas de Instrumentos como trompas o sona-
embargo, en el caso de las canicas-sonaja los plantea- jeros celtibéricos, planteaba grandes retos, siendo uno
mientos conllevan mayor complejidad (Jiménez et al., de ellos la construcción de una estructura de combus-
2012, 2014; Sanz-Mínguez et al., 2013). La ausencia de tión similar a la empleada hace más de dos mil años
contexto arqueológico, tanto para las numantinas como para cocer estas piezas. La reconstrucción de la cadena
para las del territorio vacceo, dificulta enormemente la técnica operativa ha aportado información privilegiada
elaboración de teorías que aborden su uso real hace que permanecía oculta, otorgando la capacidad de
más de dos mil años. Ya sean amuletos, juguetes, cani- enarbolar teorías que cambian por completo la visión
cas de juego o elementos rituales, su intencionalidad tradicional que hasta ahora se tenía de ellas. La edifi-
puede no ser acústica y sí exclusivamente simbólica. cación a escala 1/1 de un horno de tales características
(Padilla Fernández et al., 2013), supuso la confirmación
Precisamente y debido a las lagunas propias de la de datos aislados que ya apuntaban temperaturas de
secuencia arqueológica, es importante elaborar y cocción y tratamientos concretos, dado su carácter
ejecutar un método etnoarqueológico con la premisa especial y singular (García Heras, 1997: 227)4 (Lám. 1).
4 GARCÍA HERAS, M. (1997): Caracterización arqueométrica de la producción cerámica numantina. Tesis Doctoral Inédita. Universidad Com-
plutense de Madrid. Departamento de Prehistoria.
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Lám. 1. (Izquierda) Reproducción experimental de un horno cerámico de la II Edad del Hierro. (Centro) Desarrollo de la fase de cocción.
(Derecha) Reproducciones arqueológicas (trompas y sonajeros) fruto de la cocción experimental. (Fotografías de los autores).
Lám. 2. Reproducción del proceso de manufactura de trompas numantinas (Fotografías de los autores).
5. CONCLUSIONES
Finalmente, debemos reflexionar sobre la impor-
Partiendo de criterios puramente arqueológicos pro- tancia de preservar la alfarería tradicional como
cedentes de contextos peninsulares y europeos, el patrimonio de naturaleza intangible. Sin ella, será
uso de la arcilla como materia prima para confec- inviable la puesta en marcha de estudios etnoar-
cionar instrumentos musicales y artefactos sonoros queológicos y experimentales que ayuden a conocer
de diferentes clases, comienza en época neolítica, la realidad social vivida por aquellas comunidades
momento en el que también surge la necesidad de humanas que protagonizaron nuestro pasado (Padi-
desarrollar el proceso tecnológico cerámico (Wyatt, lla Fernández, en prensa). La labor emprendida por
2007)5. Sin duda, un hecho que motiva que este tipo asociaciones que pretenden alcanzar tales premisas,
de objetos no sólo se obtuvieran a partir de mate- como AEECA, no tendría sentido sin la colaboración
riales perecederos (diferentes tipos de vegetales o estrecha con maestros alfareros que perpetúan un
madera), o de otros de mayor durabilidad pero no oficio heredado de generación en generación. Gra-
perecederos (hueso, cuerno, concha, etc.), sino que cias a ellos, ha sido posible la reconstrucción de un
se inicie el uso del barro como un elemento más a horno semejante a los empleados en la II Edad del
tener en cuenta en esta clase particular de fabri- Hierro y el entendimiento de cada una de las partes
cación. Desgraciadamente, el desconocimiento por esenciales del proceso productivo. De igual modo,
parte del mundo académico, ha propiciado que una la comparación con diferentes tradiciones cerámi-
gran mayoría de estos objetos hayan sido conside- cas y la observación de determinados recursos téc-
rados como meros juguetes o elementos lúdicos. nicos, han sido claves para lograr replicar piezas
Su elevada importancia social exige la necesidad de arqueológicas y alcanzar nuestros objetivos iniciales.
seguir buscando en museos para efectuar reinter- Etnoarqueología y Arqueología Experimental ponen
pretaciones que nos aproximen a su verdadero signi- de plena actualidad el trabajo de la alfarería tradicio-
ficado (Marinetto Sánchez, 1994, 1995, 1997; Crespo nal, no sólo como mero testimonio patrimonial, si no
Cano y Cuadrado Prieto, 2008;). Sólo así, podremos como una herramienta necesaria y de primera mano
otorgara la música el merecido valor que ha tenido a para poder interpretar la complejidad no visible en la
lo largo de la Historia. secuencia arqueológica.
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Lám. 3. Reproducción del proceso de manufactura de sonajeros celtibéricos (Fotografías de los autores).
Nº DE
YACIMIENTO LOCALIZACIÓN CRONOLOGÍA
PIEZAS
AERÓFONOS
Silbatos
Cova de l’Or 1 Beniarrés, Alicante, España Prehistoria, Neolítico antiguo
Picacho o Picarcho 1 Camporrobles, Valencia, España Prehistoria, Edad del Bronce antiguo-medio
Protohistoria, Edad del Hierro II, s. V-IV a. C.-
Cerro de Somosierra 1 Sepúlveda, Segovia, España
mediados del s. I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época ibérica
Desconocido 1 Álora, Málaga, España
(datación dudosa)
Protohistoria, Edad del Hierro II, época ibérica
Els Manous 1 Catllar, Tarragona, España
plena y final, s. V-II a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época ibérica,
Olmedilla 1 Olmedilla de Alarcón, Cuenca, España
s. III a. C.
Camí de l’Horta-Mas dels Protohistoria, Edad del Hierro II, época ibérica,
1 Selva del Camp, Tarragona, España
Casament s. II-I a. C.
Almacén del Teatro Romano 1 Mérida, Badajoz, España Edad Antigua, época romana
Anfiteatro de Mérida 11 Mérida, Badajoz, España Edad Antigua, época romana
Casa del Anfiteatro de Mérida 2 Mérida, Badajoz, España Edad Antigua, época romana
Desconocido 4 Mérida, Badajoz, España Edad Antigua, época romana
Évora 1 Évora, Alentejo, Portugal Edad Antigua, época romana
Laderas de Morana 1 Lucena, Córdoba, España Edad Antigua, época ibero-romana, s. II-I a. C.
Carboneras de Guadazón, Cuenca, Edad Antigua, época romana altoimperial,
Carboneras 1
España s. I-II d. C.
Necrópolis de Puig des Molins Edad Antigua, época romana altoimperial,
1 Ibiza, Islas Baleares, España
(atribuido) anterior al s. II d. C. (atribuido)
Villa del Val 1 Alcalá de Henares, Madrid, España Edad Antigua, s. I-VII d. C.
Castillo de Albarracín 1 Albarracín, Teruel, España Edad Media
Mahón 1 Mahón, Islas Baleares, España Edad Media
c/ Temprado 13-
1 Teruel, España Edad Media
c/ Amantes 22-24-28
Alcazaba 1 Almería, España Edad Media, época musulmana
Desconocido 1 Jaén, España Edad Media, época musulmana
“Huerto de Megías”-
1 Algarinejo, Granada, España Edad Media, época musulmana
Avda. Constitución s/n
c/ Puerto nº 9 1 Huelva, España Edad Media, época musulmana
c/ San Vicente s/n 1 Baeza, Jaén, España Edad Media, época musulmana
Plaza de Jerónimo Páez 1 Córdoba, España Edad Media, época musulmana, s. X-XII d. C.
c/ Conde de Arenales 22 1 Córdoba, España Edad Media, época musulmana, s. X-XIV d. C.
Entre el Puente Árabe y
1 Guadalajara, España Edad Media, época califal, s. X-XI d. C.
los Puentes del Agua
Los Bodegones y La Antequera 1 Guadalajara, España Edad Media, época califal, s. X-XI d. C.
Avenida Ollerías 1 Córdoba, España Edad Media, época califal, s. XI-XII d. C.
Edad Media, época taifal, primer tercio-
Paseo de la Independencia 1 Zaragoza, España
mediados s. XI d. C.
Zona Arqueológica
2 Jaén, España Edad Media, época almohade (datación dudosa)
Marroquíes Bajos
Edad Media, época almohade, mediados del s.
c/ Alcázar 3 Andújar, Jaén, España
XII d. C.
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Nº DE
YACIMIENTO LOCALIZACIÓN CRONOLOGÍA
PIEZAS
Edad Media, época almohade,
Artá 1 Artá, Islas Baleares, España
mediados del s. XII d. C.
Edad Media, época almohade,
c/ Pablo Iglesias 2 Almería, España
mediados del s. XII d. C.
Edad Media, época almohade,
Plaza Virgen del Mar 1 Almería, España
mediados del s. XII d. C.
Edad Media, época almohade,
Alcazaba 1 Almería, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
Alcazar de Jerez 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
Baños Árabes de Jaén 2 Jaén, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
c/ Baños de la Audiencia 1 Jaén, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
c/ Castellanos 3 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
Castillo de Cullera 1 Cullera, Valencia, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
Desconocido 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade,
c/ Lancería 5-7 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
c/ Marsilla 7 1 Lorca, Murcia, España Edad Media, época almohade, s. XII-XIII d. C.
Torre Grossa 1 Jijona, Alicante, España Edad Media, época almohade, s. XII-XIII d. C.
Cabecico de las Peñas 1 Fortuna, Murcia, España Edad Media, época almohade, s. XIII d. C.
Plaza Cardenal Beluga 1 Lorca, Murcia, España Edad Media, época almohade, s. XIII d. C.
Cuevas de la Arena 3 Baza, Granada, España Edad Media, época almorávide-nazarí, s. XII-XV d. C.
Alcazaba 2 Almería, España Edad Media, época nazarí, s. XIV d. C.
Desconocido 1 Almería, España Edad Media, época nazarí, s. XIV-XV d. C.
La Alhambra 12 Granada, España Edad Media, época nazarí, s. XIV-XV d. C.
c/ María Auxiliadora 1 Córdoba, Córdoba, España Edad Media, época tardoislámica, s. XII d. C.
Casa del Polvorín-
2 Gibralfaro, Málaga, España Edad Media, época bajomedieval, s. XIV-XV d. C.
Castillo Gibralfaro
Plaza de la Judería 1 Teruel, España Edad Media, época bajomedieval, s. XIV-XV d. C.
Casco Urbano 2 Teruel, España Edad Media, época bajomedieval, s. XV d. C.
Passeig de la Plaça Major 1 Sabadell, Barcelona, España Edad Media, época bajomedieval, s. XV d. C.
Palma de Mallorca, Islas Baleares, Edad Media, época almorávide/Edad Moderna,
Mercado del Olivar 1
España s. XVIII d. C. (datación dudosa)
Edad Media, época almorávide/Edad Moderna,
Soller 1 Soller, Islas Baleares, España
s. XVIII d. C. (datación dudosa)
Edad Medial/Moderna, época bajomedieval,
c/ Nogalte-esquina c/ Naciso Yepes 1 Lorca, Murcia, España XIII-XIV d. C./Edad Contemporánea, s. XVIII-
inicios s. XIX d. C.
Castell de Catllar 1 Catllar, Tarragona, España Edad Moderna, finales del s. XV d. C.
Edad Moderna, finales del s. XV d. C.-
Carrer Petritxol 8 2 Barcelona, España
inicios del s. XVI d. C.
La Alhambra 2 Granada, España Edad Moderna, s. XVI d. C.
Desconocido 1 Almería, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
C/ Duende 1 Almería, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
Fortaleza de Mota 5 Alcalá la Real, Jaén, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
c/ Fray Luis de León 8 Valladolid, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
Nº DE
YACIMIENTO LOCALIZACIÓN CRONOLOGÍA
PIEZAS
La Alhambra 3 Granada, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
c/ Quevedo (esquina Narváez) 27 Almería, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
c/ San Juan (esquina c/ Borja) 1 Almería, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
Elies Poch/Barri de terrissers del Edad Moderna, finales del s. XVI d.
12 Reus, Tarragona, España
Pallol C.-principios del s. XVII d. C., 1550-1650 d. C.
Avenida Santa Clara 1 Lorca, Murcia, España Edad Moderna, s. XVI-XVIII d. C.
Muralla de Madrid-c/ Cava Baja 22 1 Madrid, España Edad Moderna, primera mitad del s. XVII d. C.
Alfar del Castillo de Cuenca 1 Cuenca, España Edad Moderna, s. XVII d. C.
Desconocido 1 Almería, España Edad Moderna, s. XVII d. C.
La Alhambra 1 Granada, España Edad Moderna, s. XVII d. C.
Mosteiro Santa Clara-a-Velha 21 Coimbra, Baixo Mondego, Portugal Edad Moderna, s. XVII d. C.
c/ Sargento 1 Málaga, España Edad Moderna, s. XVII d. C.
La Alhambra 2 Granada, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
Los Bodegones 1 Guadalajara, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
c/ Gracianas 8 3 Jaén, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
c/ Tinajeros 8 5 Jaén, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
La Limpia 1 Guadalajara, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
Avenida Santa Clara 9 Lorca, Murcia, España Edad Moderna, s. XVII-XVIII d. C.
Casa del Paso 1 Orihuela, Alicante, España Edad Moderna, s. XVIII d. C.
Edad Moderna/Edad Contemporánea,
Avenida Santa Clara 2 Lorca, Murcia, España
s. XVIII-XIX d.C.
Yabal Faruh 1 El Ejido, Málaga, España Edad Contemporánea, finales del s. XVIII d. C.
Edad Contemporánea, época de Fernando VII,
Catedral de Tudela 2 Tudela, Navarra, España
c. 1819
Desconocido 1 Almería, España Edad Contemporánea, mediados del s. XIX d. C.
c/ Gaona 1 Málaga, España Indeterminada
Desconocido 1 Los Alcores, Sevilla, España Indeterminada
Desconocido 1 Lopera, Jaén, España Indeterminada
La Alhambra 1 Granada, España Indeterminada
Monte Perdigero 1 Calahorra, La Rioja, España Indeterminada
Plaza Álvaro de Torres 2 3 Úbeda, Jaén, España Indeterminada
Zona: Jaén por la paz nuevo vial 1 Jaén, España Indeterminada
Trompas
Protohistoria, Edad del Hierro II, época ibérica,
El Castelillo 1 Alloza, Teruel, España
s. III-II a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
Castil Terreño 1 Izana, Soria, España
celtibérica, s. III-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
Desconocido 1 Izana, Soria, España
celtibérica, s. III-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
Langa de Duero 1 Langa de Duero, Soria, España
celtibérica, s. III-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
Numancia 70 Garray, Soria, España
celtibérica, s. II-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
La Escondilla 1 Peñalba de Villastar, Teruel, España
celtibérica, s. II-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II, época
Libia de los Berones 1 Herramélluri, La Rioja, España
celtibérica, s. II-I a. C.
Desconocido 1 Valencia, España Edad Media, época musulmana
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 615-634. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 629
CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
Nº DE
YACIMIENTO LOCALIZACIÓN CRONOLOGÍA
PIEZAS
IDIÓFONOS
Badajos
Mosteiro Santa Clara-a-Velha 2 Coimbra, Baixo Mondego, Portugal Edad Moderna, s. XVII d. C.
Campanas
Edad Antigua, época romana altoimperial,
Carretera de Don Álvaro 3 Don Álvaro, Badajoz, España
a partir del s. II d. C.
Edad Antigua, época romana altoimperial,
Desconocido 2 Mérida, Badajoz, España
mediados del s. II d. C., 126-175 d. C.
Plaza de San Agustín 2a Murcia, España Edad Moderna, s. XV-XVII d. C.
c/ Quevedo (esquina Narváez) 5 Almería, España Edad Moderna, s. XVI-XVII d. C.
Elies Poch/Barri de terrissers Edad Moderna, finales del s. XVI d. C.-
11 Reus, Tarragona, España
del Pallol principios del s. XVII d. C., 1550-1650 d. C.
Mosteiro Santa Clara-a-Velha 88 Coimbra, Baixo Mondego, Portugal Edad Moderna, s. XVII d. C.
c/ Sargento 7 1 Málaga, España Edad Moderna, s. XVII d. C.
Edad Contemporánea, primeros años del
Yabal Faruh 2 El Ejido, Málaga, España
s. XIX d. C.
Sonajeros
Valencina de la Concepción, Sevilla, Prehistoria, Neolítico/Calcolítico,
Cerro de la Cabeza 1
España III milenio a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Colenda/Erijuelas de San Andrés 1 Cuellar, Segovia, España
época vacceo-romana
Pintia/Las Quintanas ó Paredes de Padilla de Duero, Valladolid, España ó Protohistoria, Edad del Hierro II,
2
la Nava Paredes de la Nava, Palencia, España época vacceo-romana
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Soto de Medinilla 3 Valladolid, España
época vacceo-romana
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Cauca/Cuesta del Mercado 1 Coca, Segovia, España
época vacceo-romana, s. VI-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Pintia/Las Ruedas 9 Padilla de Duero, Valladolid, España
época vacceo-romana, s. III-II a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Numancia 5 Garray, Soria, España
época celtibérica, s. II-I a. C.
Protohistoria, Edad del Hierro II,
Pintia/Las Quintanas 1 Padilla de Duero, Valladolid, España
época sertoriana, 83-72 a. C.
Pallantia (necrópolis) 1 Palenzuela, Palencia, España Edad Antigua
Edad Antigua, época romana altoimperial,
Pintia/Las Ruedas 1 Padilla de Duero, Valladolid, España
principios del s. I d. C.
Edad Antigua, época romana altoimperial,
Pallantia/Eras del Bosque 5 Palencia, España
primera mitad del s. I d. C.
MEMBRANÓFONOS
Tambores
Can Mora-Canyet 2 Badalona, Barcelona, España Prehistoria, Edad del Bronce-Edad del Hierro I
Alcazaba 1 Almería, España Edad Media, época musulmana
Medellín 1 Medellín, Badajoz, España Edad Media, época musulmana
Teatro Fleta de Zaragoza 1 Zaragoza, España Edad Media, época musulmana
Castelo de Silves 1 Silves, Algarve, Portugal Edad Media, época emiral, s. VIII d. C.
Torrevieja 1 Villamartín, Cádiz, España Edad Media, época emiral, s. VIII-X d. C.
Vascos 3 Navalmorejo, Toledo, España Edad Media, época emiral, s. VIII-XI d. C.
Castelo Velho 2 Alcoutim, Faro, Portugal Edad Media, época emiral, s. IX d. C.
Cercadilla 2 Córdoba, España Edad Media, época califal, s. IX d. C.
Nº DE
YACIMIENTO LOCALIZACIÓN CRONOLOGÍA
PIEZAS
c/ Angosta de los Mancebos 2 Madrid, España Edad Media, época omeya, s. IX-XI d. C.
Calatalifa 2 Villaviciosa de Odón, Madrid, España Edad Media, época omeya, s. X-XI d. C.
Plaza Belén 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España Edad Media, época califal, s. X d. C.
Batéguier 1 Cannes, Alpes-Maritimes, Francia Edad Media, época califal, mediados del s. X d. C.
Edad Media, época califal, segunda mitad del s.
Plaça de Baix 10 1 Petrer, Alicante, España
X d. C.-principios del s. XI d. C.
c/ Almacenes 6 1 Málaga, España Edad Media, época omeya, s. X-XI d. C.
Plaza de la Iglesia 3b
Benetússer, Valencia, España Edad Media, época califal, s. X-XI d. C.
Edad Media, época califal,
Cercadilla 2 Córdoba, España
mediados del s. X d. C.-principios del s. XI d. C.
Palma de Mallorca, Islas Baleares,
Antiguo Convento de Capuchinos 1 Edad Media, época califal, s. XI d. C.
España
Palma de Mallorca, Islas Baleares,
Can Oms 1 Edad Media, época califal, s. XI d. C.
España
Castelo Velho 7 Alcoutim, Faro, Portugal Edad Media, época califal, s. XI d. C.
Avenida Ollerías 2 Córdoba, España Edad Media, época califal, s. XI-XII d. C.
Platería 14 1 c
Murcia, España Edad Media, época almorávide, s. XI-XIII d. C.
Edad Media, época almorávide,
Desconocido 1 Murcia, España
primera mitad del s. XIII d. C.
Edad Media, época taifal,
Paseo de la Independencia 1 Zaragoza, España
primer tercio-mediados s. XI d. C.
c/ Contamina 24 1 Zaragoza, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
c/ Martín Carrillo/Órgano/
1d Zaragoza, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
Universidad/Torrellas/Asso
Norte de Palancia 1 Sagunto, Valencia, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
Paseo de la Independencia 1 Zaragoza, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
Pla d’Almatà 1 Balaguer, Lleida, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
c/ San Pablo 95-103 15e Zaragoza, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
Teatro Romano de Caesaraugusta 78 Zaragoza, España Edad Media, época taifal, s. XI d. C.
Palacio de Pinohermoso 1 Orihuela, Alicante, España Edad Media, época musulmana, s. XI-XIII d. C.
Iglesia de San Martín 1 Lleida, España Edad Media, época musulmana, s. XII d. C.
Cerro de Santa Bárbara 1 Tudela, Navarra, España Edad Media, época musulmana, s. XII-XIII d. C.
Edad Media, época pre-almohade,
c/ Justicia 34 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII d. C.
Edad Media, época almohade,
c/ Salas 8 (esquina con c/ Justicia) 1 Jerez de la Frontera, Cádiz, España
mediados del s. XII-s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade, mediados
Estacada de Alfaro 1 Puebla del Río, Sevilla, España
del s. XII d. C.-mediados del s. XIII d. C.
Edad Media, época almohade o inicios de la
Castillejo de los Guájares 1f Los Guájares, Granada, España
nazarí, s. XII d. C.-mediados del s. XIV d. C.
Teatro Romano 1 Málaga, España Edad Media, época nazarí, s. XIII-XV d. C.
a 23 fragmentos.
b 7 fragmentos.
c 13 fragmentos.
d 1 fragmento.
e 135 fragmentos.
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 615-634. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 631
CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 615-634. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 633
CARLOS GARCÍA BENITO, RAQUEL JIMÉNEZ PASALODOS Y JUAN JESÚS PADILLA FERNÁNDEZ
Resumen Abstract
En la pequeña aldea de Santa Rita, ubicada en un In the small hamlet of Santa Rita, located in a natural
magnifico anfiteatro natural en un espacio de transición amphitheatre in Algarve’s Barrocal between the coast
entre la planicie litoral y los relieves de la zona serrana, and the mountains, in Eastern Algarve, a pottery tradition
se desarrolló una tradición alfarera con una herencia developed through time and has been inherited continuously
que ha llegado hasta el siglo XX. No obstante, hoy sólo until the mid-twentiethcentury. However, what currently
queda los testimonios de hijos y nietos que comparten remains of these skills are the memories of the children
sus memorias en la esperanza de rescatar del pasado and grand children of past potters who have shared
esos recuerdos de antaño. En este sentido, con la their knowledge in the hope ofrescuing from the past
información oral recogida en los ancianos de la aldea y those memories of yester year. Through the gathering of
los restos arqueológicos que todavía subsisten fue posible information, both oral accounts and archaeological finds
reconstruir parte de este savoir faire. El desarrollo de una still preserved, it be came possible to reconstruct part of
artesanía especializada en esta región, durante el siglo their know-how.The development of a specialised craft in
XIX y XX, esta relacionada con la existencia de barreras this hamlet is likely related to the fact that there are clay
de excelente calidad donde se extraía arcilla roja para pits nearby with excellent quality raw-material, from which
la manufactura de vasijas de uso doméstico que eran red clay was extracted manually to manufacture household
después vendidas en las ferias de la región. La calidad y wear that was sold at various fairs and markets in the
disponibilidad de la materia prima fue probablemente el region. The quality and availability of clay was probably
motivo de la instalación de una pequeña unidad fabril en there as on that led, in the 1930/40, to the establishingof
los años 30/40 del siglo XX para la producción de tejas y a small plant (tile kiln) for the production of bricks and
ladrillos. De ésta, todavía restan las ruinas del horno de tiles. There mains of one of the kiln in ruins are still visible.
cocción de planta rectangular. La excavación arqueológica On the other hand, the archaeological excavation of a
de una tumba megalítica en los alrededores del pueblo y el megalithic tomb, about 5000 years old located near the
análisis de su registro ceramológico sugiere la existencia village, and the study of its ceramics suggests the existence
de una tradición alfarera con raíces milenarias. Así, por of an ancient potterytradition deep-rooted in thisregion
ejemplo, se explican los vestigios de hornos romanos Cacela.This explains the existence of various traces of
para la producción anfórica, las producciones locales de Romankilns (Manta Rota and Quinta do Muro), and the
época islámicas documentadas durante la excavación local productionsfrom the Islamic period, attested by the
de CacelaVelha (Qast’alla) y la construcción, a poniente study of the ceramics collections unearthed in Cacela Velha
de Cacela y junto a la ría, de una fábrica de ladrillos en (Islamicquartersin Poço Antigo and Largo da Fortaleza) and
1892 y que laboró hasta la década de 30 del siglo XX. the constructionof a tile plantin Fábrica, near Ria Formosa,
Las tradiciones, saberes y memorias milenarias que westof Cacela Velha that operated from 1892 untilthe 1930s.
esta región del Algarbe encierra, son la razón para la The presence of clays, both in quantity and quality, and the
presentación del proyecto “A tradição cerámica em Cacela. profusion of memories, knowledge and ancient traditions in
Uma aproximação a partir dos vestígios arqueológicos, this region are the theme for thepresentation of this project
fontes históricas e memorias orais”. “The ceramic tradition in Cacela. An approach based on
archaeological, and historical sources and oral memories”.
Palabras clave: Cerámica, Arcilla, Recursos, Alfarería,
Cacela, Memoria, Identidad. Keywords: Ceramic, Clay, Resources, Pottery, Cacela,
Memory, Identity.
1 Centro de Investigação e Informação do Património de Cacela/Câmara Municipal de Vila Real de Santo António. [ ciipcacela@gmail.com ]
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 637-650. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 637
CATARINA OLIVEIRA ET AL.
1 TRINDADE, M. J. F. (2007): Geoquímica e mineralogia de argilas da bacia algarvia: transformações térmicas. Tesis Doctoral. Universidade
de Aveiro.
techo, en: Areniscas de Silves (Triásico Superior), nar la presencia de dos unidades del Jurásico inferior
Complejo Margo-Carbonatado-Evaporítico de Silves y medio. La Formación de Picavessa (Sinemuriense –
(Triásico Superior-Hettangiense) y Complejo Vulcano Toarciense), formada esencialmente por dolomitas,
Sedimentario (Hettangiense-Sinemuriense) (Oliveira, y la Formación de Alagoa (Bajociense-Bathoniense),
1992). La primera unidad aflora en una faja según que aflora a W de Cacela y es constituida por conglo-
la dirección E-W y es constituida esencialmente por merados carbonatados ligeramente dolomitizados. En
conglomerados, areniscas y argilitas de color rojo y el litoral, se pueden identificar algunas formaciones
púrpura. El Complejo Margo-Carbonatado-Evaporí- del Cenozoico, como la Formación Cacela (Mioceno
tico de Silves se sobrepone al anterior y la litofacies Superior), constituida por conglomerados con fósiles,
dominante corresponde a pelitas, limolitas y dolomi- arenas, limolitas, areniscas, arcillas y argilitas (Trin-
tas. El Complejo Vulcano Sedimentario corresponde dade, 2007). En relación a los depósitos arcillosos de
a una potente secuencia de rocas sedimentarias y esta región, se pueden distinguir, a grandes rasgos,
volcánicas básicas (Manupella, 1992; Oliveira, 1992). dos fuentes de suministro de material arcilloso. Como
Además, en la región de Cacela, habría que mencio- ocurre por todo el Algarbe, principalmente en la zona
MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 04. 2018. PP. 637-650. ISBN xxx-xx-xxxx-xxx-x. ISSN 2174-9299 // 5. EL SABER DE UN TRABAJO MILENARIO 639
CATARINA OLIVEIRA ET AL.
de Tavira (Santa Catarina de Fonte do Bispo), dónde tamento relativo destaprovíncia. Os centros mais
varias unidades fabriles mantienen la producción, las importantes são Tavira, Santa Rita, Cacella, Monca-
explotaciones de Cacela se encuentran asociadas al rapacho, Santa Catharina, Olhão, Lagos, Lagoa, etc.”
Complejo Margo-Carbonatado-Evaporítico de Silves, (Lepierre, 1899: 88).En 1908, Ataíde Oliveira, en su
como es el ejemplo del cerro de los Barros (Santa obra monográfica sobre el municipio de Vila real de
Rita). Se trata de arcillas illíticas, carbonatadas (cal- Santo António, afirma el siguiente: “Na freguesia de
cita y/o dolomita), ricas en óxidos de Fe (hematite) y, Cacella trabalha-se na fabricação da louça de barro.
por veces, con proporciones variables de minerales Encontram-se diferentes fabricas deste artigo no
evaporíticos (anhidrita e yeso) (Trindade, 2007: 89). No sitio de Santa Rita, pertencente a esta freguesia.”
obstante, algunos depósitos arcillosos asociados a la (Oliveira, 1908: 177). En la prensa local, en un arti-
Formación de Cacela también han sido explotados. culo intitulado “Aspectos da Indústria e do Artesa-
nato em Cacela nos anos 40 do Século XX”, Fernando
Gil ha escrito el siguiente: “Na localidade de Santa
3. LA PRODUCCIÓN DE CERÁMICA EN Rita havia uma olaria, do José Rosa, onde eram feitas
CACELA: CENTROS PRODUCTORES Y panelas, caldeirões, vasos, infusas e alguidares, com
PERÍODOS HISTÓRICOS barro colhido na região.” (Cardeira, 1997: 9). No obs-
tante las referencias documentales sobre la existen-
3.1. LA PRODUCCIÓN DE CERÁMICA EN LOS SIGLOS cia de distintas alfarerías en Santa Rita en los fina-
XIX Y XX les del siglo XIX, los habitantes locales únicamente
tienen memorias de la alfarería de José Rosa (Fig.
3.1.1. La alfarería de Santa Rita 3). Hijo de una familia de alfareros -familia Palermo
Rosa- procedente de Martim Longo (Alcoutim), José
En los finales del siglo XIX, Santa Rita es referida Rosa nació en los finales a finales del ochocientos
como uno de los centros alfareros más importantes en Santa Rita, en una pequeña casa que todavía es
de la región: “No Algarve fabrica-se louça por toda a propiedad de sus descendientes. Habrá empezado a
parte onde existe argilla, o que se explica pelo afas- trabajar muy temprano, con 13 o 14 años, en los ini-
Fig. 3. Localización de los sitios comentados en el texto asociados a la producción de cerámica en la cartografía (1:25000, hoja 600, 1980).
1) Alfarería de Santa Rita; 2) Tumba megalítica de Santa Rita; 3) Tejar del Cerro de los Barros; 4) Fábrica de Cerámica de Cacela;
5) Quinta do Muro; 6) Castillo de Cacela; 7) Manta Rota.
Lám. 1. Fotografía de José Rosa, último alfarero de Santa Rita, en Septiembre de 1952. Perspectiva exterior de la alfarería de José Rosa,
década de 50 (Fotografías cedida por familiares).
cios del siglo XX, en aquél taller que seria la última parte de la arcilla se conservaba envuelta en pañue-
alfarería de Santa Rita. La tienda, como era conocida, los húmedos y la otra era dividida en trozos para
era una pequeña casa ubicada en aquella que es hoy empezar a trabajar en el torno.
la calle de los alfareros. En su interior, había tres
tornos de alfarero (aunque en los años 40 solamente De las manos de José Rosa salían ollas, cuencos,
dos funcionaban), espacio para conservar el barro y cántaros, tinajas, jarras, macetas, potes, vasijas para
las piezas antes de ir al fuego. En el exterior, se ubi- aceitunas, etc. Las decoraciones se componían de
caba un molino para triturar la arcilla, tanques para incisiones sencillas. Después de secadas, primero
preparar el barro y espacio para las piezas secaran a la sombra y después al sol, las ollas y cuencos
antes de la cocción en el horno circular, situado en eran vidriados en su interior. Posteriormente, las
las proximidades. En una casa adjunta, se preparaba piezas eran colocadas y cocidas en un horno circu-
el vidriado de plomo durante la noche. Para los vasos, lar, durante uno día y medio (Lám. 1). La venta de
vasijas y cántaros, se explotaba las arcillas rojizas los recipientes era realizada a través de intermedia-
del Cerro de los Barros, ubicado a 0,8 Km a sureste rios o comerciantes. Por veces, el proprio alfarero
del pueblo. Al bosque de Santa Rita, situado al norte, iba a los mercados o ferias dónde la población com-
se recogía una arcilla de color crema que se utilizaba praba los bienes que necesitaba. Los recipientes de
para los cántaros de agua. El proceso de extracción cerámica (ollas, cántaros, cuencos, vasos, etc.) eran
de la arcilla se hacía con ayuda de palas y azadas y útiles imprescindibles en el cotidiano de las pobla-
el transporte hacia el tallerera realizado con mulos ciones hasta los años 50/60 del siglo XX, época en
o con carros tirados por mulos. En el exterior del que los recipientes de plástico y aluminio comienzan
taller, la arcilla era triturada en los molinos movi- a los sustituir. La alfarería de José Rosa se mantuvo
dos a fuerza animal, cribada y después mesclada con en funcionamiento hasta esta época. Durante más de
agua en los tanques. Ahí era agitada durante un día, 50 años fue una alfarería de carácter familiar, aún
colado y después llevado para tanques menos pro- así reconocida como importante a la escala regio-
fundos, todavía en estado liquido, dónde la mezcla se nal. En la década de 40, llegó a trabajar otro alfa-
secaba al sol. Después era cortada y se empezaba rero en el mismo taller –José Maria Batista– que
a trabajar en una laja de piedra (“como se hace con procedía de Olhão, buscando trabajo. Poco tiempo
el pan”) hasta alcanzar la plasticidad necesaria. Una después, abandona Santa Rita, ya que José Rosa ya
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Lám. 2. Tejar del Cerro de los Barros. Izquierda arriba: perspectiva general del horno y del cerro al fondo. Izquierda abajo: Perspectiva gene-
ral del horno y de la parrilla. Derecha: Alzado frontal del horno.
tenía ayuda de sus dos hijos, uno especializado en ficado un pequeño horno de materiales cerámicos
la extracción de la arcilla y otro en su preparación. para la construcción (tejas, ladrillos y adobes) (Fer-
No obstante, pasado una década, uno de los hijos ha nando, 1991). Se trata de una estructura rectangu-
fallecido y otro sigue otro rumo, ingresando en la lar, construida con piedra (en el exterior), adobes
Guarda Nacional Republicana. José Rosa mantuvo (en el interior) y cemento de barro. Conserva todavía
la alfarería hasta la década de 60, momento en que la camera de combustión abajo el nivel del suelo y
abandona la actividad y se dedica a trabajar en uno la parrilla suportada por varios arcos (Lám. 2). Esta
aviario próximo del pueblo. Son casi inexistentes pequeña unidad industrial ha empezado a laborar
los vestigios materiales de la actividad alfarera en en los años 30/40 del siglo XX, por iniciativa de con-
Santa Rita. En este sentido, la memoria oral de los tratistas procedentes de Santa Catarina de Fonte do
ancianos es fuente de información imprescindible. Bispo (Tavira), región que todavía hoy presenta fuerte
Los testimonios de José Alberto Rosa, nieto de José tradición en esta actividad. La proximidad al Cerro de
Rosa, hoy con 58 años, y Manuel José Batista, con 88 los Barros, fuente de suministro de arcillas en cuan-
años, barbero del pueblo y hijo del alfarero de Olhão tidad y cualidad, ha sido el motivo de la instalación
que ha trabajado en la alfarería en los años 40, han de esta unidad industrial. Según algunos ancianos de
sido fundamentales en el intento de reconstruir esta Santa Rita, han trabajado cerca de 5 años, con pocos
artesanía centenaria, mientras tanto extinta. trabajadores. Pero exactamente ¿Durante cuantos
años? ¿Cuántas personas? ¿Cual fue el régimen de
3.1.2. El tejar del Cerro de los Barros producción?, ¿Permanente o estacional?, ¿Cuál ha
sido el proceso de producción, desde la extracción
En la prensa local, en un texto con el título “Aspec- de la materia prima hasta la cocción? ¿El destino
tos da Indústria e do ArtesanatoemCacela nos anos de la producción? Estas son algunas de las pregun-
40 do Século XX”, Fernando Gil Cardeira ha escrito tas que todavía permanecen abiertas. No obstante,
“No sítio do Cerro dos Barros existiu durante vários además de las memorias que algunos habitantes de
anos uma cerâmica que fabricavatelhas, ladrilhos e Santa Rita conservan, subsisten antiguas leyendas
tijolos.” (Cardeira, 1997: 9). Recientemente, en las en la tradición oral de moros y tesoros escondidos,
proximidades del Cerro de los Barros, se ha identi- que son testimonio de la antigüedad de la utilización
Lám. 3. Fábrica de cerámica de Cacela. Arriba izquierda: vista aérea del complejo fabril y del embarcadero. Arriba derecha: pormenor de los
edificios. Abajo: vista general de los almacenes.
de los barros y confieren una dimensión simbólica en cuenta la plasticidad y composición: una amari-
al territorio. Como ejemplos más característicos lla, de más calidad, que después de cocida adquiría
podríamos destacar la leyenda del pequeño moro una coloración marrón/naranja, y otra rojiza oscura.
encantado del Cerro de los Barros y la leyenda del Los hallazgos superficiales, sin otra documentación
buey encantado (Fernandes, 2007). arqueológica que nunca se ha realizado, no permi-
ten evaluar el contexto cronológico, planteando dos
3.1.3. Fábrica de cerámica de Cacela hipótesis: ¿Ha existido una alfarería antes de la uni-
dad fabril? ¿Han coexistido los dos tipos de fabrica-
Unidad fabril fundada por la Companhia Algarviense ción, uno manual y otro mecánico?
en 1889, en las proximidades de CacelaVelha, junto
a la Ría Formosa. Es poco referida en la bibliografía El edificio, construido según los modelos de la arqui-
disponible aunque se sabe que era, en los finales del tectura tradicional del Algarbe, con paredes de alba-
siglo XIX, una de las mayores fábricas del Algarbe y ñearía de piedra y adobe, seria formado por varios
una de las más importantes unidades del reino (Lám. elementos. El estudio de Jorge Custódio (1998) en
3). La actividad productiva ha transcurrido entre 1892 finales del siglo XX, cuando todavía subsistían algu-
y la década de 30 del siglo XX, después de la com- nos vestigios arquitectónicos en ruina y según infor-
pra de los derechos (tecnología, maquinaria, moldes, maciones orales procedentes de algunas personas
etc.) a la empresa inglesa Clayton & Cie, cuya marca que habían trabajado en esta unidad, ha permitido
surge impresa en algunos materiales recogidos a la reconstruir espacialmente esta unidad. En este sen-
superficie (adobes, ladrillos, etc.). Ahí se han pro- tido, en el edificio de los motores (en 1912/15 serian
ducido ladrillos, tejas, adobes, tuberías y, posible- dos de alta presión) se localizaban las máquinas a
mente, según la bibliografía, balaustres y algunas vapor y las calderas (dos, con una capacidad de pro-
lozas, aprovechando las barreras ubicadas en el ducción diaria de 12000 a 15000 ladrillos, 1500 tejas
talud detrás de la plataforma dónde se ha instalado y una cantidad apreciable de tuberías). Muy cerca, se
la fábrica, a través de galerías transversales. Según ubicaban los cuatro hornos (uno Hoffman, contiguo
Charles Lepierre (1889), las arcillas explotadas de con diez cameras y chimenea central, dos circulares
la Formación Cacela eran de dos tipos, teniendo y otro para vidriar), el taller de trituración y molienda
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mecánica (con agua procedente de una represa), el terreno agrícola. La demolición de los hornos ha
taller de moldeo mecánico y las áreas de secado (no ocurrido en las décadas de 40/50 y, en los inicios del
hay evidencias o base documental que informen sobre presente siglo, las restantes infraestructuras final-
esta fase del proceso productivo). Además, habría mente quedaron demolidas a causa de la construc-
que señalar la residencia del director, cuyas carac- ción de un imponente bloque de edificios
terísticas y localización se desconoce, y el embarca-
dero sobre la ría, dónde pequeños barcos llevaban la
producción para barcos de mayor calado en el mar. 3.2. LA PRODUCCIÓN DE CERÁMICA EN EL PERIODO
ISLÁMICO
En relación a los obreros, las informaciones estiman
que han trabajado en esta unidad entre 5 y 40 perso- En el periodo islámico, el castillo de Cacela, identi-
nas (Lepierre, 1912; Custodio, 1998), con posibilidad ficado por al-Idrisi como “QastâllaDarrâj” (Coelho,
de haber llegado a los 60 trabajadores en fases de 2008), fue un puerto estratégico en la navegación por
mayor necesidad productiva. Según Pessanha, citado cabotaje en el Suroeste de la Península Ibérica (Lám.
por Custodio (1998: 12), los sueldos eran los más 4). Su territorio estaba limitado a oriente por el Gua-
bajos de todos los alfares del reino. diana, a poniente por el arroyo Almargem (Tavira) y
al Norte por el territorio de Alcoutim. Las fuentes
A pesar de las dificultades iniciales de instalación y históricas y los registros arqueológicos sugieren una
puesta a punto de la fábrica (costes de instalación, densa ocupación entre el siglo X y la primera mitad
falta de coordinación técnica, etc.), contamos con del siglo XIII (García, 2008), con una economía basada
información de que todos los problemas fueron sub- en la agricultura, pastoreo y minería (Catarino, 1998).
sanados. No obstante, la calidad de los productos Las excavaciones arqueológicas han puesto en evi-
motivó a los administradores a cesar la actividad y dencia un conjunto de silos y estructuras ubicadas en
traspasar la gestión a particulares, primero a José la plataforma superior amurallada y un barrio habita-
Afonso, que según informaciones orales aún ha cional almohade extramuros, abandonado alrededor
mantenido la producción manualmente, y después de 1240 (García, en prensa). En total, han sido docu-
a Francisco Rosa, que ha convertido el espacio en mentados cerca de 16000 fragmentos de cerámica,
Lám. 4. Castillo de Cacela. Izquierda: fotografía aérea y perspectiva general en las excavaciones del barrio almohada. Derecha: representa-
ción gráfica de las pastas y formas más comunes.
Lám.5. Castillo de Cacela: fotografía, dibujo y microfotografía obtenida en lupa binocular de algunos recipientes cerámicos.
aunque no hayan sido identificadas evidencias o con- vestigios de engobe de color blanco o crema (8%). La
textos de producción alfarera. El conjunto ceramoló- observación por lupa binocular de algunos ejempla-
gico recuperado en el barrio almohade se compone res ha permitido confirmar las hipótesis planteadas
mayoritariamente por cazuelas, ollas y cuencos, con por el examen macroscópico, sugiriendo la existen-
signos deintensa utilización, siendo sustituidos con cia de dos fábricas. El primer grupo, compatible con
mayor frecuencia en el cotidiano doméstico de estas las arcillas de los niveles inferiores de la Formación
comunidades (Lám. 5). Cacela, presenta pastas compactas, carbonatadas
y con poco desgrasante. El segundo grupo es for-
Las pastas evidencian mayoritariamente colores mado por aquellos recipientes manufacturados con
naranjas, poco compactas y con abundante desgra- arcillas rojas rica en desgrasante, principalmente
sante. Las pastas rojizas son minoritarias. En gene- arena de cuarzo, que se puede asociar a los niveles
ral, predominan las cocciones en ambiente oxidante superiores de la misma unidad geológica (Trindade,
en relación a las cocciones reductoras o mixtas. Las 2007). Por lo tanto, los dos grupos exhiben caracte-
ollas y cazuelas exhiben las superficies internas y rísticas mineralógicas y texturales compatibles con
externas alisadas y raramente bruñidas. Los alca- los depósitos arcillosos locales. No obstante, esta
dafes (67%) presentan algunas diferencias en rela- hipótesis de trabajo carece de una investigación
ción a los morfotipos anteriores. Exhiben pastas más arqueométrica más profunda que compare las arci-
compactas, de mejor calidad, de color naranja a beis, llas disponibles y las pastas cerámicas documenta-
con un tratamiento bruñido de las superficies (61%) y das en “QastâllaDarrâj”.
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3.3. LA PRODUCCIÓN DE CERÁMICA EN EL PERIODO con carácter de urgencia con el objeto de evaluar las
ROMANO características del sitio, han permitido documen-
tar la existencia de un posible horno rectangular.
Durante el periodo romano, las características natu- Paralelamente, han sido recuperados un conjunto
rales de un territorio sobre la bahía de Monte Gordo, ceramológico riquísimo, formado por fragmentos de
entre el Guadiana y la Ría Formosa, rico en recursos cerámica común, ánforas y materiales de construc-
naturales, ha determinado la existencia de una densa ción. Recientemente, se ha realizado el estudio de la
ocupación costera de carácter industrial, asociada a cerámica por Catarina Viegas, dónde la autora pro-
la producción salazones (garum) y a la producción pone la existencia de un centro productor de cerá-
alfarera (Santos, 1971: 312; Maia, 1979; Viegas, 2006; mica que ha laborado entre el siglo I y los inicios del
García, 2008: 26). siglo V (Viegas, 2006: 259; 20092: 493). A tenor de la
observaciónmacroscópico y clasificación tipológico
Con respecto a la producción alfarera, son conoci- sugiere la existencia de una producción local, que
dos tres núcleos: Manta Rota, Quinta do Muro y Olhos corresponde al 67% del muestreo analizado, for-
de São Bartolomeu, aunque este último se ubique mado mayoritariamente por ánforas Dressel 14 (con
próximo a Castro Marim. En Manta Rota, desde los cronologías hasta del siglo III) y, en menor propor-
inicios del siglo XX que hay referencias de la existen- ción, ánforas Almagro 51c (con fabricación hasta el
cia de un horno de lozas, ánforas y candelas (Vancon- siglo V) y cerámica común (platos, ollas, sartenes,
celos, 1920: 229). En 1992, trabajos de construcción tapaderas, cuencos, jarras, cántaros y tinajas). Ade-
han puesto en evidencia un nivel arqueológico con más, diferencia dos fábricas, una más porosa, aso-
cerca de 0,6 m de espesor relleno con fragmentos ciada a la mayoría del muestreo de ánforas, y otras
de ánforas, material de construcción (tejas y adobes) más compactas, asociada a la cerámica común (Vie-
y cerámica común. El sondeo arqueológico realizado gas, 2006: 187).
Lám. 6. Horno romano de la Quinta do Muro (Cacela). Pormenores del horno, parrilla, recipientes cerámicos y dibujo del alzado.
2 VIEGAS, C. (2009): A ocupação romana do Algarve: estudo do povoamento e economia do Algarve central e oriental no período romano. Tesis
Doctoral. Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa.
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Lám. 8. Recipientes cerámicos documentados en el interior de la cámara funeraria de la tumba y microfotografías obtenidas con lupa binocular.
Los trabajos arqueológicos han puesto de manifiesto un asentamiento ubicado en una unidad geomorfoló-
la existencia de un tumba parcialmente excavada en gica elevada, con amplio control sobre los terrenos
el sustrato rocoso, constituido por una camera fune- fértiles de la campiña litoral. Este conjunto define
raria, con planta piriforme, y un corredor de acceso un modelo de explotación y ocupación del territorio
(Inácio et alii, 2008 y 2010) (Lám. 7). basado en la agricultura intensiva, complementado
con el aprovechamiento de los recursos disponibles
Con respecto al ritual funerario, la ausencia de (marinos, cinegéticos, pastoriles, etc.) en el entorno
inhumaciones sugiere que este monumento fue uti- (Inácio et alii, 2012)
lizado solamente como osario. El ajuar es formado
por hojas, ídolos de pizarra, puntas de seta, hacha En lo que concierne a la producción alfarera, la
de cobre y recipientes de cerámica. Las dataciones observación por lupa binocular y la proximidad del
radio carbónicas sugieren una utilización desde los Cerro de los Barros (ver supra), no descarta la explo-
finales del IV Milenio A.N.E. hasta la mitad del III tación de los bancos de arcilla locales para la manu-
Milenio A.N.E. Las tumbas megalíticas de Santa Rita, factura de los recipientes domésticos y los ajuares
Nora y Marcela parecen conformar la necrópolis de funerarios (Lám. 8).
4. CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA
Los casos analizados en este trabajo son ejemplo de CARDEIRA, F. G. (1997): “Aspectos da Indústria e
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