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Edad de Piedra
Desde la aparición del hombre hasta el año 4000 a.C.
El Lítico o Edad de la Piedra se extiende desde la primera aparición del hombre hasta
alrededor del 4.000 a.C.
Corresponde a la época en que el hombre hizo casi todas sus herramientas y armas de
piedra.
En este periodo de la Prehistoria, el hombre hacía de piedra gran parte de sus útiles de
trabajo, caza y lucha (que luego fabricó de bronce y, finalmente, de hierro, llamándose
entonces herramientas).
El uso de la piedra no excluía el de la madera, hasta, hueso, marfil, etc., ni siquiera el de
algunos metales fáciles de labrar, como el cobre, el oro, la plata y el plomo. Aunque, eso sí,
se usaba más la piedra que los demás materiales.
EL NEOLITICO
El Neolítico, o Edad de la Piedra Nueva, corresponde al período en que se utilizaba la
piedra pulimentada, que terminó alrededor del 4.000 a.C. en el Cercano Oriente.
El hombre logró aumentar en forma decisiva su dominio sobre la naturaleza, al pulir y
perforar la piedra. Las herramientas más finas y eficaces le permitieron cortar árboles y
construir habitaciones de madera. Además, inventaron el huso y el telar, y desarrollaron
técnicas para hilar y tejer lana (de origen animal) y lino (de origen vegetal).
Descubrieron que la greda se endurecía al fuego, y con el tiempo aprendieron a fabricar una
gran variedad de objetos de cerámica -vasos, ollas, platos-. Con posterioridad desarrollaron
técnicas para decorar estas cerámicas con figuras y colores.
Para la pesca y las migraciones, crearon los botes, hechos con el tronco de un árbol
ahuecado, mientras que para la caza y la guerra inventaron el arco y la flecha, que solo
serían reemplazados por las armas de fuego en el siglo XIV d.C.
Gracias a sus inventos y avances, el hombre pudo dar un paso decisivo: empezó a producir
sus alimentos mediante la agricultura y la ganadería; es decir, aprendió a domesticar y criar
animales -ovejas, cabras, vacunos y, finalmente, caballos- y a cultivar la tierra.
La cría de animales se efectuó inicialmente en las extensas estepas de Asia, con lo que los
hombres se convirtieron en pastores. Pero como había que proveer a los animales de pasto,
cambiaban periódicamente de lugar, por lo que continuaron con la vida nómade.
La agricultura, uno de los descubrimientos más importantes de la humanidad, surgió cuando
los hombres se dieron cuenta de que las semillas puestas en la tierra brotaban y producían
nuevas plantas y semillas. Ya no dependían solo de lo que les daba la naturaleza; podían
producir más de lo que necesitaban para su consumo, planificar su futuro y permanecer en
un solo lugar. Comenzó el sedentarismo.
Los campesinos tomaron posesión de la tierra, considerándola propiedad de ellos y de su
grupo. Para protegerla, formaron aldeas y pequeñas ciudades, y las rodearon de muros
defensivos. Cada tribu y pueblo desarrolló su propia lengua, tradiciones y costumbres,
religión, arte y forma de vida.
La vida en comunidad obligó a establecer reglas -para los matrimonios, la educación de los
niños y la distribución de los alimentos- y a tener a alguna autoridad que las hiciera cumplir -
los guerreros más valientes o los vecinos más acaudalados-. Como no existía la escritura, los
hombres se regían por el derecho consuetudinario (leyes basadas en el uso y las
costumbres), que se transmitía en forma oral.
El hombre neolítico comienza a controlar las fuerzas de la naturaleza y a acumular sus
recursos, produciendo alimentos de una manera intencionada;
Se desarrolla la agricultura, cultivando las plantas que le ofrecían sus frutos,
Se inventa el arado para la mejor explotación de la tierra y
Se domestica los animales para disponer de ellos según sus necesidades.
PERIODO ENEOLITICO
Al final del Neolítico, junto con los instrumentos de piedra se utilizaron otros de cobre puro.
La industria del sílex alcanza extraordinario desarrollo, produciéndose ejemplares
primorosos.
Este periodo en el que junto con la piedra pulimentada se usa el cobre puro, se llama
Eneolítico o Calcolitico, y, más que cultura nueva, debe considerarse como el final del
Neolítico. La Edad de los Metales comienza propiamente cuando se aprende a mezclar el
cobre con el estaño, obteniéndose así el bronce.
LA EDAD DE LOS METALES
En la búsqueda de piedras útiles para la fabricación de sus primeras herramientas,
seguramente el hombre topó con algunos terrones de cobre y de oro maleables, ya que la
naturaleza suele proveerlos de esta manera.
Los objetos metálicos más antiguos conformados artificialmente de los que se tiene noticia
son unas cuentas de cobre encontradas en el norte de Irak; se calcula como fecha probable
de su manufactura entre el octavo y noveno milenio a.C. Al parecer, estas piezas son de
cobre natural y fueron conformadas mediante martillo y yunque.
También se tiene información de que en la región de los Grandes Lagos en Estados
Unidos los nativos utilizaron cobre natural alrededor del segundo milenio a.C. Por otra parte,
existen evidencias de que el hombre manipuló compuestos metálicos con mucha anterioridad
a las fechas mencionadas.
Esta edad, la mayoría de los prehistoriadores la dividen en dos: edad del Bronce y la edad
del Hierro.
Edad de Bronce
Desde el año 2.500 hasta el 1.000 a.C.
El primer metal que trabajan los hombres es el cobre que paulatinamente va sustituyendo a
la piedra, y del cual se confeccionan instrumentos semejantes a los fabricados con ella.
Sin embargo, cuando el cobre se alea con el estaño y se produce el bronce, presenta mayor
resistencia y mejor calidad para ser trabajado, entonces la mayor parte de instrumentos y
recipientes que utilizan los hombres se hacen con este material y nace la edad del Bronce,
que en la vida económica, se caracteriza porque la agricultura adquiere un desarrollo tal que
alcanza para mantener aquellos hombres que se dedican a explotar y a comercializar los
nuevos metales.
En Europa, este periodo de la Prehistoria comenzó hacia el año 2.500 a.C. y terminó sobre
el 1.000 a. C.
El nombre de Edad del Bronce se da a una cultura que se distinguió por el empleo del
bronce para la elaboración de armas, objetos de adorno y utensilios diversos.
A partir de la Península Ibérica (culturas almeriense y argárica) se expandió, desde el valle
del río Guadalquivir hacia el Norte, la cultura del vaso campaniforme, señal del comienzo del
Bronce europeo. En Galicia, se encontraban los yacimientos de estaño más ricos, el cual era
necesario para la elaboración del bronce (que es una aleación de cobre y estaño). Mientras,
las minas de cobre más ricas se localizaban en el Algarve portugués y en la provincia de
Huelva (Andalucía, España), cuya explotación comenzó en tiempos remotos.
Las espadas encontradas en la ría de Huelva (confluencia de los ríos Tinto y Odiel) son muy
características: la hoja y la empuñadura son de una sola pieza de fundición, y a lo largo de la
hoja corre un nervio central. En los hallazgos de Huelva abundan mucho las puntas y los
regatones de lanza. En todas estas piezas se perciben analogías con las utilizadas
en Europa Occidental.
Un taller de fundición necesitaba, además de los hornos, crisoles, cucharas, embudos,
matrices, martillos, yunques, limas e instrumentos para grabar y cincelar.
En Europa se desarrollaron técnicas del bronce diferenciadas y sus centros de irradiación
son las regiones mineras. Surgieron grandes áreas culturales y una sociedad más compleja:
junto a la agricultura y la ganadería progresaron la industria y la artesanía; se desarrolló
también una actividad de trueque, utilizando como base el ámbar (descubierto en Jutlandia y
Samland).
La Edad del Hierro europea comienza hacia el 1.000 a.C. y finaliza en el siglo I a. C.
Los minerales de hierro son muy diversos y abundantes. Los hay tanto en la superficie
terrestre como en el subsuelo. El trabajo del hierro y, especialmente, el beneficio de sus
minerales, son muy difícil y necesita elevadas temperaturas. La industria siderúrgica
comenzó humildemente, produciendo primero objetos de adorno y más tarde útiles de
labranza e instrumentos de paz (como ejes de carro, cadenas, etc.).
Durante bastante tiempo se continuó fabricando armas de bronce, pero cuando el hombre
tuvo armas y útiles de trabajo de hierro, siendo verdaderas herramientas, se abrieron para él
tiempos nuevos, modos de vivir diferentes de los pasados.
Este periodo arranca de la cultura de los campos de urnas y condición para su
surgimiento fue la existencia de yacimientos de mineral de hierro y de las fundiciones,
además de la existencia de minas de sal explotables.
De este modo, minería y metalurgia pusieron en marcha una estructura social cada vez
más definida: labradores, artesanos, comerciantes, etc.
Una de las características más importantes de esta etapa son sus espadas, que primero
fueron de bronce y posteriormente de hierro. También aparecieron las fíbulas (hebillas,
imperdibles), que reemplazaron a las grandes agujas de la cultura de los campos de urnas.
Al principio, se siguieron enterrando los restos mortales incinerados. Más tarde, se pasó a la
inhumación en túmulos colocados sobre carros. Finalmente, en época tardía, la muerte del
señor daba lugar al sacrificio de su mujer y de sus siervos, que eran enterrados con él.
En estos momentos comenzó a difundirse la civilización urbana por todo el
continente europeo.
Al terminarse la edad del bronce se da a conocerse el hierro y poderse producir de una
manera económica, los utensilios y armas se fabrican con este metal, y surge entonces la
edad del hierro, que se distingue por el auge económico, social y cultural que adquieren los
poblados que se habían establecido en las márgenes de los ríos, lagos, y costas, y en
general en aquellos lugares donde la vida era posible; así nacen las ciudades, se trabajan
nuevas tierras, se comercializan los excedentes agrícolas y artesanales, al mismo tiempo
que se expande la cultura a otras regiones.