C uando el sufrimiento aparentemente innecesario invade
nuestra vida, a menudo nos preguntamos: “¿Quién necesita toda esta aflicción? Pero consideremos, por un momento, el origen de las perlas. Todas las perlas se forman por la reacción interna de ostra ante una herida causada por un elemento irritante, tal como un 20 de septiembre grano de arena. La ostra empieza a envolver el grano con Lectura numerosas capas de nácar. El resultado final es una perla brillante. Génesis 41: 46-57 Se crea algo hermoso que hubiera sido imposible sin la herida. … Dios me hizo En la lectura bíblica para hoy, vemos a José en una posición fructificar en la de influencia, un puesto que Dios pronto utilizó para proveer tierra de mi aflicción. alimento a las naciones vecinas y a la familia de José durante la GÉNESIS 41:46-57 hambruna. Pero ¿cómo llegó José a ser influyente? Comenzó con una herida: lo vendieron como esclavo (Génesis 39), lo cual produjo una perla de utilidad. Como él recurrió a los recursos divinos cuando fue humillado, llegó a ser mejor y no se enojó. A su segundo hijo lo llamó Efraín, que significa “dos veces fecundo” y declaró: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción” (41:52).
El escritor Paul E. Billheimer señala sobre José: “Si la
piedad humana lo hubiera rescatado de la parte triste de su vida, la parte gloriosa que le siguió habría perdido”. Así que, si estás sufriendo, recuerda: sin heridas, no hay perlas. Joanie Yoder