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DIMENSIÓN comunicativa: tiene que ver, con el desarrollo del lenguaje en

sentido amplio, como capacidad general de comunicación, y ello implica tener en


cuenta los lenguajes no verbales: gestos, tonos y señales que se relacionan con el
cuerpo, el movimiento, el tono de la voz y las imágenes.

Para el Ministerio de Educación Nacional, la dimensión comunicativa en el niño


está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y
fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones
para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y
sentimientos.

DIMENSIÓN CORPORAL: se ocupa del cuerpo del niño o de la niña en la


interacción consigo mismo, con los otros y en la acción constructiva del mundo.
En la infancia esta dimensión cobra especial relevancia puesto que el cuerpo es el
principal vehículo de contacto con el mundo que poseen el niño y la niña; en sus
primeras etapas, el cuerpo biológico está listo para recibir y contactar con el
mundo por medio de las sensaciones, está dispuesto físicamente a sentir los
objetos y las personas que lo rodean y así ir estructurando el cuerpo, La relación
con los otros va configurando sus límites corporales, los sentimientos frente a sí
mismo y las posibilidades de interacción con el entorno.

DIMENSIÓN PERSONAL SOCIAL, se construye a partir de las rutinas cotidianas,


puesto que son estas las que proporcionan a los niños y las niñas seguridad y
confianza en sí mismos; además a través de las rutinas se comparten unos
valores, creencias y costumbres, que de una u otra manera guían un estado
emocional y brindan estabilidad. Es de advertir que la rutina va más allá de la
satisfacción de unas necesidades fisiológicas o higiénicas; aunque pasa por esto,
también tiene que ver con todas aquellas acciones en las que participan los niños
y las niñas, y que les permiten
construir significados compartidos, a través del diálogo, las interaccione y las
experiencias, en las que aprenden con pares y adultos a vivirla
En el niño juega un papel fundamental en el afianzamiento de su personalidad,
autoimagen, auto-concepto y autonomía, esenciales para la consolidación de su
subjetividad, como también en las relaciones que establece con los padres,
hermanos, docentes, niños y adultos cercanos a él; de esta forma va logrando
crear su manera personal de vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos
frente a los objetos, animales y personas del mundo, la manera de actuar, disentir
y juzgar sus propias actuaciones y las de los demás, al igual que la manera de
tomar sus propias determinaciones
DIMENSIÓN COGNITIVA:
se da la interacción, del encuentro del niño y la niña con personas, objetos,
sucesos, actividades e ideas. Es inminentemente un proceso social en el que se
descubre cómo funciona el mundo, los objetos, las relaciones sociales y hasta el
propio cuerpo y donde de manera continua los conocimientos existentes sirven de
plataforma para explorar nuevas cosas. El MEN ha definido este proceso como
“experiencias reorganizadoras” (2010, p.22), las cuales constituyen una síntesis
del conocimiento previo que sirve de base para desarrollos posteriores más
elaborados que transforman la manera como los niños y niñas comprenden su
mundo y su realidad. Al relacionar el concepto anterior con el proceso de
construcción de conocimiento Piagetiano, de asimilación y acomodación, se puede
afirmar que son necesarias, muchas experiencias de asimilación y acomodación,
para que ocurran plenamente los cambios en la manera de pensar y concebir la
realidad. De esta manera, los niños y las niñas al ir interactuando con su mundo,
van representándolo en su pensamiento y planteando hipótesis de cómo este
funciona, por qué las cosas son como son y otros cuestionamientos que lo llevan a
explorar, descubrir y comprender su realidad.

DIMENSIÓN ESTÉTICA

La dimensión estética en el niño juega un papel fundamental, ya que brinda la


posibilidad de construir la capacidad profundamente humana de sentir,
conmoverse, expresar, valorar y transformar las percepciones con respecto a sí
mismo y al entorno, desplegando todas sus posibilidades de acción. El niño, en
esa permanente interacción consigo mismo, con sus pares y con los adultos,
especialmente con sus compañeros, el docente y padres de familia, manifiesta sus
sensaciones, sentimientos y emociones, desarrolla la imaginación y el gusto
estético garantizando climas de confianza y respeto.

PILAR DEL JUEGO


El juego es un reflejo de la cultura y la sociedad, y en él se representan las
construcciones y desarrollos de un contexto; el niño y la niña juegan a lo que ven y
juegan lo que viven resinificándolo, por esta razón el juego es considerado como
medio de formación cultural, puesto que inicia a los pequeños en la vida de la
sociedad en la cual están inmersos.

PILAR DE LA LITERATURA

La literatura en la primera infancia abarca los libros publicados, pero también


todas aquellas creaciones en las que se manifiesta el arte de jugar y de
representar la experiencia a través de la lengua y no se restringe exclusivamente a
la lengua escrita, pues involucra todas las construcciones de lenguaje –oral,
escrito, pictórico, kinésico– que se plasman, unas veces en los libros y otras veces
en la tradición oral.
EL PILAR DE LA EXPLORACIÓN DEL MEDIO

Explorar el mundo es una de las actividades primordiales de la primera infancia.


Los niños y las niñas llegan a un mundo construido y deben aprender a vivir en él.
Un mundo en el que se pueden considerar un medio físico, uno biológico y uno
social y cultural. Y, en ellos encuentran elementos, factores y la posibilidad de
establecer relaciones a través de su familia y del entorno del cual hacen parte.
Podemos decir que todos los niños y niñas logran aprender a vivir en el mundo, y
para ello cuentan con sus propias particularidades y capacidades, ya que desde
que nacen poseen potencialidades para hacerlo

El pilar de la exploración del medio se piensa desde el aprendizaje de la vida y


todo lo que está a su alrededor; es aprender a conocer los objetos físicos
naturales y los construidos por el hombre, las personas, las relaciones entre unos
y otras, los fenómenos naturales; es empezar a entender que lo social y lo natural
están en permanente interacción.

EL PILAR DEL ARTE

Cuando se contempla el arte como uno de los pilares de la Educación Inicial, es


Importante pensar en él como un potencial generador de una gran variedad de
experiencias significativas, que vivenciadas a partir de la plástica, la música, el
arte dramático y la expresión corporal, aportan al fortalecimiento del desarrollo
integral de los niños y las niñas de cero a cinco años.

“Al observar las rondas y los juegos de tradición oral se puede constatar cómo se
conjugan la literatura, la música, la acción dramática, el cuerpo, la coreografía y el
movimiento. Desde este punto de vista, las experiencias artísticas -artes plásticas,
literatura, música, expresión dramática y corporal- no pueden verse como
compartimientos separados en la educación inicial, sino como las formas de
habitar el mundo propias de la infancia y como los lenguajes de los que se valen
los niños y las niñas para expresarse” de muchas formas y conocer el mundo que
lo rodea.

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