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¿Qué pasa con el creyente que se

aleja del Señor?

El viernes un compañero me
pregunto, ¿don Danilo, si una
persona va a la iglesia, se bautiza y
está bien por un tiempo, sirviendo a
Dios en la iglesia, pero después se
aleja del Señor, ¿qué pasa con esa
persona? ¿Irá al cielo? me quedé
callado por un momento, en mi
pensamiento dije señor dame la
respuesta,
Es posible que nunca haya sido un
hijo de Dios en el tiempo que se
congrego,
Cristo dijo en mateo 7v21a23
miremos esto, Cristo no dijo en ese
momento, “no los conozco”, sino que
“nunca os conocí”. Hicieron todas
esas cosas sin conocer a Cristo como
su salvador, nunca fueron salvos.
También Cristo dio una parábola
donde Él explicó que algunos, al oír el
evangelio, “lo reciben con gozo; pero
no tienen raíz en sí, sino que son de
corta duración, porque cuando viene
la tribulación o la persecución por
causa de la palabra luego tropiezan”.
(MARCOS 4:16-17). Es evidente que
Cristo está hablando de personas que
se acercan a cristo porque les gusta
el mensaje, lo reciben con gozo, pero
es superficial, “no tienen raíz”.
Cuando viene la tribulación o el
sufrimiento por el evangelio,
manifiestan que no era algo profundo
y real alejándose de Dios. Tenían una
apariencia de ser verdaderos
creyentes, pero no lo eran. Ahora, no
podemos decir que todos los que se
alejan de la iglesia y de Dios nunca
fueron verdaderos creyentes. Sin
duda algunos verdaderos creyentes
se alejan de Él. Supongamos que es
un verdadero creyente, ¿qué pasa
con él, cuando se aleja de Dios?
Dios disciplina a sus hijos
desobedientes
(HEBREOS 12:6). Cuando un
verdadero hijo de Dios es
desobediente, Dios lo disciplina con el
fin de corregirle. Como un verdadero
padre terrenal que corrige a su hijo
cuando desobedece o hace algo
malo, así también Dios obra en
nuestras vida. Por eso, dice
en Deuteronomio 8:5, “Reconoce
asimismo en tu corazón que como
castiga el hombre a su hijo, así
Jehová tu Dios te castiga”. Dios dice
también en SALMO 89:30-32, “Si Se
ve en muchos pasajes bíblicos como
Dios obró en las vidas de sus hijos
desobedientes con el fin de que
volvieran a obedecer a Dios.
¿Qué pasa si viene el arrebatamiento
de la iglesia?
Algunos creen que cuando venga el
arrebatamiento de la iglesia todos los
creyentes desobedientes serán
“dejados” para pasar la tribulación.
En I Juan 2:28 el apóstol Juan
exhorta a los creyentes a que
“permanezcan en Cristo”. La frase
“permanecer en Cristo” se refiere a
mantenerse en comunión con Cristo
(comparemos con Juan 15:4). I Juan
2:28 dice, y ahora hijitos, permaneced
en él, para que cuando se manifieste,
tengamos confianza, para que en su
venida no nos alejemos de él
avergonzados”. Cristo no va a dejar
que sus hijos desobedientes se
pierdan, sino que viene a buscar a
todos sus hijos, los fieles e infieles
con el fin de llevarlos a su presencia.
En ese momento el creyente alejado
de Dios tendrá vergüenza por su
desobediencia de igual manera que
un hijo terrenal que no quiere levantar
la vista y mirar a su papi en la cara
porque fue encontrado
desobedeciéndole. La frase “Cuando
se manifieste” se refiere al
arrebatamiento de la iglesia. En Tito
2:11-14 se ve que la gran esperanza
del creyente es la “manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y
salvador Jesucristo”. Aún el creyente
que no permanece en Cristo será
llevado por Cristo cuando “se
manifieste”. Un ejemplo muy similar
pasó en la vida de Lot. La Biblia
declara que era un hombre salvo
viviendo una vida muy carnal y
mundana en Sodoma y Gomorra
antes de que Dios pudiera destruir la
ciudad. Dios no podía dejar caer su
juicio sobre las ciudades con Lot
adentro era necesario que saliera de
allí adentro, primero (Gén. 19:22).
Por eso los ángeles fueron mandados
allí y cuando Lot se detuvo, vacilando
en su decisión de salir de la ciudad,
los “asieron de su mano, y de la mano
de su mujer y de las manos de sus
dos hijas, según la misericordia para
con él; y lo sacaron y lo pusieron
fuera de la ciudad” (Gén. 19:16). Dios
le protegió de su juicio porque era un
hombre justo por su fe en Dios. Lo
mismo pasó con Noé, cuando Dios
decidió destruir la tierra. Él dio
instrucciones a Noé de edificar un
arca por la cual Dios protegió a Noé y
a su familia durante la destrucción del
mundo a través del diluvio. Dios sacó
a Lot de la ciudad y “levantó” a Noé y
su familia arriba de las aguas de
juicio. Dios sacará a sus verdaderos
hijos y los llevará a su presencia
antes de que lleguen los siete años
de la tribulación. Lo interesante es
que Lot no era un “creyente muy fiel”.
Los mismos yernos se burlaron de él
cuando Lot les avisaba de del juicio
venidero de Dios (Gén. 19:14). Él, en
un sentido, no merecía ser sacado
porque no era fiel, sin embargo, Dios,
en su misericordia, le sacó porque era
su hijo. Lo mismo sucederá con sus
hijos no fieles en el arrebatamiento de
la iglesia.
Los hijos desobedientes pierden su
recompensa
La Biblia habla del “juicio” del
creyente. Ese juicio no se trata de sus
pecados porque Dios nos perdonó
todos nuestros pecados y nos limpió
de toda maldad. (Ef. 1:7, Col. 2:13) Él
nos justificó y es como si “nunca
hubiéramos pecado”. Por eso
seremos salvos de la ira.” (Romanos
5:9) Pero, Dios nos examinará en
cuanto a nuestro servicio, dándonos
una recompensa eterna por cada
buena obra hecha para Él. Cuando un
creyente se aleja de Dios, corre el
riesgo de no cumplir el plan de Dios
para su vida y de esta manera
malgastar su tiempo, energías y vida
en las cosas de este mundo, y así
perdiendo la recompensa que Dios da
a un creyente fiel que cumple su
voluntad. En (I Cor. 3:12-15) Dios dice
que “la obra de cada uno [cada
creyente] cuál sea, el fuego la
probará”. (vs. 13) En este pasaje
presenta la verdad de que Dios
probará las obras de cada creyente y
que es posible que todas las obras de
algunos creyentes sean quemadas y
que “él sufrirá pérdida, si bien él
mismo será salvo, aunque, así como
por fuego”. (vs. 15) El creyente es
salvo, pero no tiene ninguna
recompensa eterna por sus obras que
hizo mientras que estaba alejado del
Señor. Es muy similar a lo que pasó
físicamente a Lot en Sodoma y
Gomorra, él perdió todo lo que había
acumulado en este mundo y solo
sacó la ropa que tenía puesta. Todas
las demás cosas que tenía fueron
quemadas en Sodoma y Gomorra. Se
salvó la vida, pero perdió todo. El
creyente alejado de Dios pierde toda
su recompensa, pero tiene la vida
eterna, es salvo “aunque, así como
por fuego”.
Algunos hijos son “llevados” por Dios
a su presencia
En algunos casos extremos, Dios
lleva a su presencia a sus hijos
desobedientes. Cuando el hijo de
Dios resiste la disciplina y corrección
del Señor a veces hay consecuencias
muy tristes. Proverbios 29:1 dice “El
hombre que reprendido endurece la
cerviz, De repente será quebrantado,
y no habrá para él medicina.” Dios
disciplina a sus hijos con el fin de
corregirles. Si no hacen caso a la
disciplina de Dios, Dios puede llegar
al punto de llevarlos a su presencia. I
Juan 5:16-17 habla de la posibilidad
de que un “hermano” cometa un
pecado de muerte. Aparentemente no
todos los pecados resultan en la
muerte, pero “algunos” sí. Este
ciertamente era el caso en la iglesia
en Corinto. Algunos “hermanos”
estaban participando de la cena del
Señor en la iglesia “Sin discernir el
cuerpo del Señor” y estaban
comiendo juicio para si mismos. Ellos
no tomaron en cuenta la posibilidad
de sufrir
la disciplina del Señor, pero Pablo les
explica que Dios estaba
disciplinándoles y “por lo cual hay
muchos enfermos y debilitados entre
vosotros, y muchos duermen”. I Cor.
11:30. La palabra, “duermen” en este
versículo, se refiere a la muerte.
Había creyentes que habían pecado
de tal manera que Dios les llevó a su
presencia.
Conclusión
En primer lugar, debemos reconocer
que no todos los que dicen ser
creyentes lo son. Solo Dios conoce el
corazón de cada uno. Si un verdadero
creyente desobedece a Dios y se
aleja de Él, entonces Dios obra
disciplinándole con el fin de que
vuelva a Dios. Si el creyente le ignora
y no responde correctamente a su
disciplina entonces en algunos casos
Dios lo lleva a su presencia
quitándole su vida. El creyente
alejado de Dios pierde su
recompensa, pero “será salvo,
aunque, así como por fuego”.

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