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Estas etapas se desarrollan en un orden fijo en todos los niños, y en todos los
países. No obstante, la edad puede variar ligeramente de un niño a otro. Las
etapas son las siguientes:
Etapa sensorio motora
Esta etapa tiene lugar entre el nacimiento y los dos años de edad. Durante este
periodo los niños comienzan a entender la información que perciben a través
de sus sentidos y se inician en el desarrollo de su capacidad de interactuar con
el mundo.
En esta etapa los niños aprenden a manipular objetos.
Un aspecto interesante de este periodo es que no pueden entender la
permanencia de estos objetos si no están dentro del alcance de sus sentidos, es
decir, una vez que un objeto desaparece de su vista, el niño o niña no
comprende que ese objeto o persona sigue allí. Por este motivo les resulta tan
atrayente y sorprendente el juego al que muchos adultos juegan con sus hijos
consistentes en esconder su cara tras un objeto, como un cojín, y luego volver
a «aparecer». Es un juego que contribuye, además, a que aprendan la
permanencia del objeto.
Por tanto, podemos decir que es uno de los mayores logros de esta etapa es la
capacidad de entender que estos objetos continúan existiendo aunque no pueda
verlos. Esto incluye la capacidad para entender que cuando la madre sale de la
habitación regresará, lo cual aumenta su sensación de seguridad. Esta
capacidad suelen adquirirla hacia el final de esta etapa y representa la
habilidad para mantener una imagen mental del objeto (o persona) sin
percibirlo.
Etapa preoperacional: Comienza cuando se ha comprendido la permanencia de
objeto, y se extiende desde los dos hasta los siete años. Durante esta etapa, los
niños aprenden cómo interactuar con su ambiente de una manera más
compleja mediante el uso de palabras y de imágenes mentales. Esta etapa está
marcada por el egocentrismo, o la creencia de que todas las personas ven el
mundo de la misma manera que él o ella.
También cree que los objetos inanimados tienen las mismas percepciones que
ellos, y pueden ver, sentir, escuchar, etc. Un segundo factor importante en esta
etapa es la conservación de la cantidad, que es la capacidad para entender que
la cantidad no cambia cuando la forma cambia. Es decir, si el agua contenida
en un vaso corto y ancho se vierte en un vaso alto y fino, los niños en esta
etapa creerán que el vaso más alto contiene más agua debido solamente a su
altura.
Etapa de las operaciones concretas Esta etapa tiene lugar entre los siete y doce
años aproximadamente y está marcada por una disminución gradual del
pensamiento egocéntrico y por la capacidad creciente de centrarse en más de
un aspecto de un estímulo. Pueden entender el concepto de agrupar, sabiendo
que un perro pequeño y un perro grande siguen siendo ambos perros, o que los
diversos tipos de monedas y los billetes forman parte del concepto más amplio
de dinero.
Solo pueden aplicar esta nueva comprensión a los objetos concretos (aquellos
que han experimentado con sus sentidos). Es decir, los objetos imaginados o
los que no han visto, oído, o tocado, continúan siendo algo místico para estos
niños, y el pensamiento abstracto tiene todavía que desarrollarse.
Etapa de las operaciones formales
En la etapa final del desarrollo cognitivo (desde los doce años en adelante), los
niños comienzan a desarrollar una visión más abstracta del mundo y a utilizar
la lógica formal. Pueden aplicar la reversibilidad y la conservación a las
situaciones tanto reales como imaginadas. También desarrollan una mayor
comprensión del mundo y de la idea de causa y efecto.
Esta etapa se caracteriza por la capacidad para formular hipótesis y ponerlas a
prueba para encontrar la solución a un problema.
Otra característica del individuo en esta etapa es su capacidad para razonar en
contra de los hechos. Es decir, si le dan una afirmación y le piden que la
utilice como la base de una discusión, es capaz de realizar la tarea. Por
ejemplo, pueden razonar sobre la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si el cielo
fuese rojo?».
Capítulo 5 desarrollos de la personalidad El niño desde los 6 años hasta la
adolescencia
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
Antes de los 6 años las relaciones sociales fundamentalmente giraban entorno
a la familia más cercana, pero a medida que pasan los años el niño empieza a
relacionarse ampliamente también en la escuela con sus profesores y su grupo
de iguales. Padres, profesores e iguales son las personas más importantes en
esta etapa. Estas personas y los contextos en los que se interacciona con ellas
van a dar lugar a nuevas influencias sobre el desarrollo de la personalidad. De
estas personas recibe las influencias para consolidar o modificar aspectos de la
personalidad que habían empezado a construirse.
Esta etapa es más tranquila que la anterior y también lo será con respecto a la
posterior con la adolescencia. La construcción de la personalidad del niño
continúa con la base que construyó en etapas anteriores.
EL AUTOCONCEPTO Y LA AUTOESTIMA
Se producen cambios importantes con respecto al autoconcepto y a la
autoestima:
El AUTOCONCEPTO: se refiere al conocimiento que el niño va teniendo de
las capacidades y competencia que va adquiriendo.
6-8 AÑOS
8-12 AÑOS
Capacidad para integrar conceptos opuestos: “se da bien las matemáticas pero
no la música” (integración de conceptos listo-tonto)
Este autoconcepto sobre lo que tiene o sabe hacer será además valorado por él.
Es decir, apreciará si se siente o no satisfecho con lo que tiene o sabe hacer.
Se trata de una dimensión valorativa y enriquecedora del yo. Me siento
respecto a cómo soy. Esta valoración que se hace del autoconcepto es la
AUTOESTIMA.
Las dos dimensiones importantes con respecto a la autoestima en estas edades
son:
En definitiva, si la distancia entre el yo real (lo que soy) y el yo ideal (lo que
me gustaría ser) es demasiado grande se produce la insatisfacción personal.
Los padres son los responsables de fijar un yo real pero también un yo ideal,
de esta forma si se fomenta que un niño tenga un buen yo real pero los padres
colocan su yo ideal demasiado lejos, el niño sentirá que no es capaz a llegar
donde sus padres desean y se sentirá inadecuado. Por ejemplo una madre le
dice a su hijo: “has sacado muy buena nota en el examen, estoy muy contenta
contigo pero lo mejor sería que sacases un sobresaliente, eso si estaría
perfecto”.
Si por ejemplo los padres dijesen a su hijo: “cómo puede ser que hayas
suspendido las matemáticas, estamos muy disgustados contigo”, el niño puede
pensar que sus padres no se encuentran orgulloso de él porque ha suspendido
un examen. Su autoestima global no podrá seguir desarrollándose con
normalidad. Su valía estará en función de los logros académicos.
A partir de esta edad pueden manifestar “estoy enfadado con mi amigo, pero
lo quiero mucho”.
A esta edad el niño ya no usará el llanto como lo hacía el bebé sino que su
repuesta estará condicionada por la respuesta que ha ido obteniendo de sus
padres a lo largo de su vida, es decir que si sus padres no han reaccionado a
sus peticiones de consuelo el niño no mostrará sus emociones delante de sus
padres pero las tendrá y no podrá recurrir a éstos para que le ayuden a
regularse emocionalmente.
Si, por el contrario los padres responden demasiado pronto a las demandas de
sus hijos, tampoco aprenderán estrategias de regulación emocional porque
siempre son los padres los que calman al niño y éste no tiene oportunidad de
regularse por sí mismo.
DESARROLLO SOCIAL
Relacionarse con los iguales cumple funciones muy importantes dentro del
desarrollo. Los amigos sirven para seguir practicando toda una serie de áreas
que ha ido aprendiendo en el entorno familiar. Así con los amigos pone en
práctica:
LOS JUEGOS
Los juegos son en esta etapa regidos por ciertas reglas, ahora el niño no se
pone a jugar al balón con otros niños con el simple objetivo de darle patadas
sino que hay unas reglas con respecto al cómo se juega un partido de fútbol.
Dichas reglas no son flexibles, a cada juego se juega con unas reglas rígidas,
de tal forma que si un niño no respetase esas normas del juego es fácil que
fuese expulsado rápidamente del grupo o el juego se diese por finalizado. No
será hasta los 8 años cuando los niños son capaces de cambiar las reglas entre
ellos con más facilidad si hay consenso entre ellos. Las charlas y
conversaciones también forma parte de los juegos, hecho que no se daba con
anterioridad.
En esta etapa es lógico que el niño desee pasar más tiempo con sus amigos
que en etapas anteriores. Le gusta tener amigos nuevos.
El desarrollo cognitivo de los niños en esta etapa nos deja la puerta abierta
para practicar con ellos estas habilidades tan importantes puesto que suponen
un buen predictor de ajuste social en el futuro.
LOS AMIGOS
En esta etapa, a partir de los 6 años los niños empiezan a tener claras
preferencias por amigos del mismo sexo. Las relaciones entre las niñas son
más cercanas e intensas que entre los niños, menos extensas y más exclusivas.
Es fácil ver a un grupo formado por tres amigas durante todo el curso,
mientras que un niño tendrá un grupo de amigos mucho más extenso muchas
veces derivado de actividades deportivas en las que participa, por ejemplo el
grupo de los compañeros de fútbol.
El grupo de amigos empieza a ejercer una gran influencia sobre los niños,
tanto positiva como negativa.
La autoestima que el niño ha desarrollado hasta el momento es importante
para la selección que un niño hace de sus amigos; si un niño tiene una buena
autoestima, tiene conductas altruistas, y es maduro cognitivamente, es más
fácil que se relaciones con niños con los que comparte esas mismas
características, beneficiándose de la relación con dicho grupo. Es muy
importante cómo un niño se relaciona con sus iguales puesto que puede ser un
niño popular que vaya ganando en autoestima y confianza social a lo largo de
su desarrollo, o todo lo contrario, un niño rechazado por el grupo lo cual le
llevará a un número menor de contactos sociales y de ello se deriven menores
oportunidades para aprender nuevas habilidades sociales. Cada vez el niño
tendrá una menor competencia social que terminará de nuevo redundando en
un rechazo de los amigos.
DESARROLLO INTELECTUAL
En esta etapa los niños razonan de una forma más lógica, su atención es más
selectiva y su memoria más estratégica. Del mismo modo aumentan
enormemente la cantidad, calidad y organización de los conocimientos. El
cambio cognitivo que ocurre en estos niños no es un cambio brusco sino que
existe cierto grado de continuidad entre las capacidades de los niños pequeños
y los mayores de 6 años. Es un cambio cognitivo que también repercutirá en el
comportamiento puesto que será más fácil reflexionar con ellos, entenderán lo
que se les dice y sabrán pensar en consecuencia. Entenderán las intenciones
del otro y sabrán planificar en consecuencia
Por otra parte, se ha de tener en cuenta que los niños de la escuela primaria
son capaces de adquirir y organizar de forma elaborada sus conocimientos
hasta tal punto, que incluso puede ser superior a la de los adultos.