- Encienda el incienso (preferiblemente “franciscano”) y siéntese un momento pensando en cómo se desmorona lentamente la mala costumbre y como se vuelve buena. - Encienda la vela negra y diga:
“He aquí lo que me lleva hacia atrás. No es
bueno para mí y por mi bien tengo que saberlo. Parece un gigante colosal que no puedo conquistar. Ahora tengo que saber que no es así porque tengo que conquistarlo”.
- Encienda las velas blancas 1, 2, 3 y 4. Diga:
“He aquí mi fuerza; he aquí mi coraje; he aquí
mi ataque; he aquí mi victoria. Ahora he rodeado a mi enemigo. Ahora no sabe por qué camino regresar. La batalla empieza y, el final, de todos es sabido”.
- Imagínese las fuerzas del bien avanzando, caminando hacia el enemigo: la
mala costumbre. Después de unos instantes, diga despacio:
“Estrella del crepúsculo gris,
¡Dónde titilabas cuando en los antiguos días el débil anochecer caía? ‘Sobre la sala del caballero y el varón, el torreón y la torre, sobre la montaña y el gran bosque, el helecho verde y la morada’. Estrella del anochecer de plata, ¿Qué has visto mientras, lejana flotabas sobre la torre y el árbol? ‘Mancebos azules, gorras y atavíos, mantas luminosas bailando, la guarida del ciervo pardo, y dardos débilmente resplandecientes’. Estrella del sueño de las vírgenes estrella del crepúsculo ‘¿Dónde lanzas tu rayo ahora que vagan las lechuzas? “Dónde gatea el musgo verde en la sala del varón. Donde llora el rocío en el bosque de otoño’. Estrella de la noche tranquila, ¿Con quién te encuentras ahora, cuando desde el valle solitario se ve tu suave destello? ‘Corazones en el viento, brillan desnudos, están latentes los tejados de la tierra, una oveja en la guarida del ciervo pardo, los árboles caen y se convierten en polvo’”.
Después de unos instantes imagínese como ha superado por fin la mala
costumbre, apague las velas. La negra primero, luego las blancas 4, 3, 2, 1. A la misma hora, siete días después, repita el ritual, pero antes, mueva las velas blancas 2 y 3 unos centímetros hacia la negra. Repítalo cada semana hasta que las dos blancas toquen a la negra.