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Cómo hacer buen contacto visual

Coautor(a): Personal de wikiHow


En este artículo:Practicar el contacto visual en las conversacionesPracticar el contacto visual en
casaDar la impresión correctaReferencias
Hacer un buen contacto visual es sorprendentemente difícil y todos podríamos aprender a ser un poco
mejores al usar buenas habilidades de comunicación durante las interacciones importantes. SI quieres
ser un mejor oyente, un mejor orador y cultivar una presencia más convincente, puedes aprender a
practicar un mejor contacto visual durante las conversaciones para así dar la impresión correcta.

Parte 1
Practicar el contacto visual en las conversaciones
1.

1
Trata de relajarte lo más posible. Al igual que con cualquier otra cosa, mientras más pienses en lo
que haces, más cohibido te volverás y sentirás más incomodidad. De esta manera, tu nerviosismo puede
malinterpretarse como falta de honestidad y perderás todo el progreso que has logrado.
• Normalmente, hacer contacto visual es más difícil cuanto más autoritaria o intimidante
sea la persona con la que hablas. Por desgracia, también son las veces en las que más
necesitarás comunicar respeto y buenas habilidades para escuchar, lo que hace que estar
relajado sea aún más importante que nunca.
• Si vas a asistir a una conferencia o entrevista importante, realiza algunos ejercicios de
respiración con anticipación para disminuir tu ritmo cardíaco y dejar que el oxígeno te
relaje. Respirar mucho y profundamente puede ayudar a tranquilizarte.
2.

2
Enfócate en un solo ojo. En realidad es físicamente difícil mantener la mirada en ambos ojos. Es más
común concentrarse solo en uno o en un punto del rostro en lugar de ver a ambos ojos al mismo
tiempo.
• Si te es útil, intenta moverte de un lado al otro entre ambos ojos en lugar de mantenerte
enfocado en uno solo. Mira fijamente a uno durante unos 10 minutos y luego cambia al
otro.
3.

3
Encuentra un punto cercano en el cual fijar la mirada. Mirar al puente de la nariz, a una ceja o justo
debajo de los ojos dará la ilusión de que haces contacto visual sin la intimidación que genera uno
auténtico. La otra persona no podrá notar la diferencia y podrás enfocarte en las habilidades de escucha
más importantes para llegar a ser un buen conversador.
4.

4
Desvía la mirada para asentir o haz otros gestos mientras escuchas. Necesitas desviar la mirada de
vez en cuando, lo que te permitirá a hacer otros gestos en lugar de solo mirar a otra parte porque te
sientes incómodo. Es buena romper el contacto visual cuando ríes o para asentir y sonreír. Hacerlo se
verá natural y cómodo, y también te dará un descanso.
5.

5
Intenta mantener la mirada fija mientras hablas así como cuando escuchas. Mirar mientras
escuchas es una cosa, pero es mucho más difícil mantener el contacto visual mientras también tratas de
pensar en algo que decir. No tengas miedo si debes desviar la mirada de vez en cuando, pero trata de
mantener tu rostro y tus ojos hacia el frente y en alto mientras hablas.
• En ocasiones, se cree que levantar la mirada cuando hablas sugiere que mientes,
mientras que bajarla significa confusión de tu parte. Es por ello que normalmente es
mejor mirar directamente hacia adelante, aun cuando te sientes incómodo y no puedas
mantener el contacto visual. Mira a la oreja, al mentón o a cualquier parte del rostro de
la otra persona menos hacia arriba o abajo.

Parte 2
Practicar el contacto visual en casa
1.

1
Utiliza algunas sesiones de práctica para recordarte hacer contacto visual. Una parte importante
del contacto visual es simplemente recordar que se supone que debes hacerlo. Si tu inclinación natural
es mirar hacia tus zapatos, practica cuando estés a solas para modificar tu respuesta natural al enfocarte
en los rostros de la gente. Puedes hacerlo mientras ves la televisión, frente al espejo o en una serie de
formas diferentes
2.

2
Practica mientras ves la televisión. Una de las formas que tienes más al alcance para practicar tu
contacto visual es cuando estás solo, viendo televisión. Enfócate en hacer contacto visual con los
personajes en la pantalla y practicar las mismas habilidades para llevarlas a tus conversaciones en la
vida real.
• Obviamente, el contacto visual con los rostros en la televisión se sentirá muy diferente
que hacerlo con las personas en la vida real. El objetivo del ejercicio es practicar la
habilidad, no lograr la sensación.
3.

3
Mira videoblogs. Si no tienes una televisión, mira videoblogs en YouTube además de otros videos en
los que las personas hagan contacto visual con la pantalla. Esto puede hacer que el contacto visual se
sienta mucho más real. Estos videos están al alcance y son gratuitos además de que son los que más se
aproximan al contacto visual durante una conversación.
4.

4
Entabla conversaciones por video. Si tienes un amigo cercano con quien te gusta conversar, usa
Skype u otro tipo de programa de conversaciones por video para practicar el contacto visual. Por lo
general, esto es más sencillo de hacer que en persona, pues existe la pantalla de una computadora que
los separa.
5.

5
Practica mirándote a tus propios ojos frente al espejo. Una vez más, practicar verte a ti mismo
frente al espejo no se sentirá igual que hacer contacto visual con otra persona, pero puedes entrenar tus
ojos para que observen a los que ves reflejado en lugar de desviar la mirada. Hablar por unos cuantos
minutos antes o después de tomar una ducha puede ayudarte a practicar el contacto visual en lugar de
desviar la mirada.[1]
6.

6
Aprende a falsificar el contacto visual si tienes una discapacidad o enfermedad que lo haga difícil.
Para las personas autistas, las personas con trastornos de ansiedad y otros el contacto visual puede ser
algo aterrador o abrumador. No sacrifiques tu capacidad de tener una conversación agradable.
• Mira un área cerca de sus ojos, como su nariz, boca o mentón.
• Si la persona advierte que no estás haciendo contacto visual (lo cual es poco probable),
di algo como "El contacto visual es difícil para mí. Me parece que puedo escuchar mejor
si no tengo que mirar directamente a los ojos".
7.

7
Tómate tu tiempo. No necesitas pasar de sentirte incómodo y aparentar un contacto visual sospecho a
tener de repente una mirada penetrante cuando hables con las personas. De hecho, eso puede ser en
realidad algo desconcertante. Probablemente ya hagas un cierto grado de contacto visual, pero si es
algo que recién estás intentando, tómalo con calma.
• Si haces un esfuerzo adicional para fijar la mirada durante una conversación todos los
días, puedes considerarlo un éxito. No necesitas tener conversaciones sumamente
extensas en donde mires fijamente a la otra persona para poder sentir que haces algún
progreso.[2]

Parte 3
Dar la impresión correcta
1.

1
Practica otras buenas habilidades de escucha. Durante la conversación, si te enfocas completamente
en lo que dice la otra persona, podrás preocuparte menos por hacer un contacto visual adecuado.
Asentir, repetir información importante, utilizar un lenguaje corporal abierto, además de otras
actividades de escucha activa es tan importante para una conversación, si no es que más, como hacer un
buen contacto visual. Para escuchar de manera activa, es importante:
• Sentarte hacia adelante en la silla
• Asentir a lo largo de la conversación
• Escuchar atentamente y repetir la información importante
• Procesar lo que dice la otra persona
• No esperar tu turno para hablar
• Responder con precisión a lo que dice la otra persona
2.

2
Encuentra un término medio. Cuando escuches, debes hacer contacto visual durante el 80% del
tiempo y la otra parte debe consistir de descansos pequeños y movimientos pequeños con la cabeza
para hablar sin demostrar que escuchas. Mantén la calma y no pienses demasiado en ello si quieres
mantener las cosas lo más naturales posible.
• Evita mirar fijamente. El contacto visual es bueno, pero tener una mirada fija y penétrate
es espeluznante. Mantente relajado y no mires fijamente. Recuerda que tu objetivo es
tener una conversación agradable con la otra persona y no hay necesidad de sentirte
ansioso o preocupado.
3.

3
Demuestra magnetismo visual. Evita mirar a otra parte cada vez que algo te llame la atención. Si
alguien te llama, no desvíes la mirada como si te acabaran de rescatar de una conversación aburrida. En
lugar de eso, duda un poco antes de mirar a quien te llama.
• Desviar la mirada y luego volver a mirar a la persona también es una buena idea. Sin
embargo, recuerda que las interrupciones importantes tales como las que indican peligro
o prioridad ameritan la atención inmediata.
4.

4
Sonríe con los ojos. Mantén las cejas relajadas o tu contacto visual podría verse sospechoso o
intimidante, aun cuando hagas un buen trabajo al recordar hacerlo. Trata de mantener los ojos abiertos
lo más que puedas, evita entrecerrarlos (lo que indicará que te no te gusta lo que la otra persona dice) o
fruncir el ceño (lo que puede indicar ira).
• Ve a un espejo y mírate a los ojos mientras sonríes y mientras frunces el ceño o haces
una mueca. ¿Notas la diferencia en lo que hacen tus ojos? Trata de mantener los ojos
como si estuvieras sonriendo, aun cuando no lo hagas.
5.

5
Siempre haz contacto visual en las entrevistas laborales. Hacer contacto visual y escuchar con
atención es particularmente importante cuando te encuentras en una entrevista laboral, pero también
cada vez que quieres comunicar atención y respeto. Si tienes dificultades para hacer contacto visual, los
empleadores potenciales podrían pensar que ocultas algo o que no tienes confianza, lo que puede
perjudicar tus oportunidades de conseguir el trabajo.
6.

6
Haz contacto visual durante una cita. El contacto visual comunica interés y respeto, dos cosas que
deberás asegurarte de establecer en cualquier buena cita. Cuando salgas con alguien que te interese,
trata de hacer el mayor contacto visual posible. Sé tú mismo.
• Hacer contacto visual también puede ser una excelente forma de juzgar el interés de tu
pareja, pero no adelantes conclusiones. Si ves que tu pareja tiene dificultades para hacer
contacto visual, podría deberse a que no puede esperar para regresar a casa o porque está
igual de nerviosa que tú.
7.

7
Haz contacto visual cuando quieras probar un punto. Si tienes una conversación o una discusión
acalorada, puede ser tentador desviar la mirada. Hacerlo comunicará una falta de confianza o un
aplazamiento del tema en discusión, lo que deberás evitar. Si tienes algún tipo de desacuerdo,
entrecerrar los ojos es un gesto seguro que te ayudará a expresar la confianza que tienes en tus
palabras.[3]
• Si alguien trata de intimidarte, significa que su objetivo es hacer que desvíes la mirada.
Haz que se frustre al negarte a hacerlo. Mira fijamente.

Consejos
• Puedes practicar al imaginar el rostro de la otra persona mientras hablas por teléfono o a través
de Internet.
• Si no puedes mantener el contacto visual porque estás aburrido, espera una pausa en la
conversación y luego cambia de tema.
• El contacto visual breve pero frecuente tiene menos probabilidades de ser ofensivo.
• Utiliza una excusa educada para abandonar la conversación: “Oh, ¡no me di cuenta de la hora!
Lo siente, tengo que asistir a una cita. Ha sido de mucho agrado hablar contigo”.
• Imagina que eres la otra persona que ya tiene la confianza para hacer contacto visual. Imagina
lo importante que es para ella asegurarse de que su interlocutor mantenga un buen contacto
visual.

Advertencias
• Si tratas de ver a las cejas o al puente de la nariz, asegúrate de que sean las únicas partes que
mires. No desvíes la mirada por todo el rostro, pues parecerá que observas las manchas, los
granos, las espinillas, las quemaduras, las deformidades de la piel, los lunares, etc. de la otra
persona.
• Simplemente mira a la otra persona a los ojos, ¡sin hacerlo fijamente! Mirar con intensidad te
hará parecer falso, o incluso peor, ¡como si fueras un acosador obsesionado! ¡No olvides tener
confianza!

Contacto visual y comunicación no verbal: todo empieza con una


mirada
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El contacto visual es una de las herramientas más potentes de la comunicación no verbal, y el punto
de partida de la escucha activa. Funciona como un interruptor: enciende y apaga nuestra conexión
con los demás, y nos hace parecer accesibles. Todo empieza cuando las miradas se cruzan, y finaliza
cuando los ojos se evitan. Lo que ocurre en medio depende en gran medida de nuestra capacidad para
atender, entender y sentir. Es cuestión de sensibilidad. Y aunque suene raro, el sentido de la vista
resulta muy útil a la hora de escuchar de verdad a los demás.
Quizás de pequeño te enseñaron a mirar a los dos lados de la calle antes de cruzarla. Sin embargo, no
hizo falta que alguien te explicara la importancia de establecer contacto visual con el conductor de un
vehículo que reduce la velocidad para dejarte pasar (sí, todavía quedamos algunos). Lo aprendiste solo.
Son la intuición y el instinto trabajando en equipo por tu supervivencia: cuando el coche se acerca,
buscas sin querer la mirada de quien lo conduce, y no te quedas tranquilo hasta que ambos se miran
simultáneamente a los ojos.
Aunque no conozcas de nada a la persona sentada tras el volante, de pronto te inspira una confianza
que hasta ese momento no sentías. Basta un cruce de miradas para poner tu integridad física en
manos de un perfecto desconocido. Lo hacemos casi a diario, de forma automática y sin reparar en ello.
Hasta ese extremo llega el poder del contacto visual.
Por el contrario, la ausencia de contacto visual nos hace invisibles. Nos ocurre con frecuencia, por
ejemplo, al coincidir en el ascensor con un desconocido. Encerrados en un espacio tan pequeño nos
sentimos incómodos, y apartamos la vista instintivamente. Si lo piensas, es igual que cuando los
niños pequeños se tapan los ojos para que no los vean. Cualquier persona u objeto fuera del alcance de
la vista deja de existir.
El contacto visual es un eficaz regulador de la comunicación y, en ocasiones, es la comunicación
misma. Cuando esto último ocurre, la mirada por sí sola se convierte en el mensaje, y no hacen falta
las palabras para entenderla: miradas que matan o que te atraviesan, miradas que desnudan, miradas
desafiantes, de admiración, interrogativas, seductoras, irresistibles, perdidas, tiernas, cómplices,
furtivas, pícaras, burlonas,…
Lo mismo sucede con los ojos: atónitos, inexpresivos, desorbitados, con brillo, apagados, como
luceros… El repertorio no termina.
La mirada sirve también para establecer compromiso (“dilo mirándome a los ojos”); sirve para
extasiarnos ante la belleza ajena (y la propia, en el caso de los narcisistas), o para embelesarnos con la
actitud de un ser muy admirado.
Generalmente, la mirada habla por nosotros. Pero, sobre todo, la mirada sirve para escuchar, y para
hacer ver a la otra persona que deseamos comunicarnos. El contacto visual constituye la herramienta
más útil para la escucha activa, aquella que hace sentir cómodo a nuestro interlocutor y con la que
obtendremos siempre la información de mayor calidad. Veamos cómo se hace:

Escuchar con la mirada


• Lo primero que debes hacer es establecer contacto visual: cruzar la mirada con la de tu interlocutor le hará saber que
estás en modo escucha, receptivo y dispuesto a procesar su mensaje.
• Como norma general, siempre que puedas, ponte a su altura y mira de frente: mostrarás disposición para la
comunicación. Desviar la mirada puede expresar desinterés, indiferencia, vergüenza o inseguridad.
• Mira con todo el cuerpo. Dirige tu cara y expón tu torso hacia la otra persona. Mover solo los ojos nos hace parecer
acechantes y desconfiados, como cuando miramos de reojo.
• Mientras escuches, mantén el contacto de manera regular para demostrar interés, con breves pausas para que no
resulte molesto.
• Cuando apartes la mirada, procura que sea para reflexionar sobre lo escuchado, con la mirada perdida, o desenfocada.
Si observas otra cosa parecerás distraído y distraerás a tu interlocutor.
• Algunos estudios establecen que el contacto visual medio ocupa un 70% de la conversación mientras escuchas, y no
más del 40% cuando hablas, aunque estos porcentajes son solo orientativos.
• Cada caso es especial: el contacto visual no produce el mismo efecto en las personas extrovertidas que en las
introvertidas. Calibra tu mirada en función de la reacción de tu interlocutor. Atiende siempre al feedback que te devuelva.
• Un truco: si prestas atención al contenido del mensaje y a la intensidad emocional de su expresión, resultará más fácil
saber cuándo mirar. Contacta visualmente cada vez que la información sea relevante y cuando tu interlocutor ponga énfasis
en sus palabras. Así apreciará que estás atento y comprendiendo su exposición.
• Igual que algunas personas se sienten más cómodas si no las miras, en algunas culturas el contacto visual se considera
irrespetuoso. Sé flexible, adáptate. Y donde fueres, lo que vieres.
Los secretos del contacto visual
Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González el 23 diciembre,
2017
Edith Sánchez · 23 diciembre, 2017
El contacto visual es muy importante a la hora de la comunicación. No solo sirva para
modular la conversación y transmitir sentimientos e ideas. Aprender a descifrar sus claves
puede darte mucha información acerca de los demás

2 Compartidos
• Eres mucho más que aquello que te rompió alguna vez
• Sobre la exigencia valorizante y la hiperexigencia descalificante
• Jujitsu mental para combatir el diálogo interno negativo

El contacto visual es una poderosa vía de comunicación. A través de las miradas se envían mensajes
conscientes e inconscientes que ejercen gran influencia en todo tipo de encuentros. Forman parte de esa
comunicación entre líneas que tanto marca la percepción mutua. Las miradas son un mundo por
descifrar que vale la pena tener en cuenta.
El contacto visual y su interpretación están fuertemente asociados con la amígdala, una parte del
cerebro relacionada con las emociones. Ahora bien, lo fascinante del contacto visual es que se trata de
un idioma sutil y contundente a la vez.
No somos conscientes de cómo miramos y a veces, ni siquiera tenemos en cuenta cuál es el mensaje
que estamos transmitiendo y qué efectos tiene en la comunicación con los demás. El propósito de este
artículo es precisamente dilucidar algunos puntos interesantes del maravilloso mundo de la mirada.
“Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”.

-Proverbio árabe-
La duración del contacto visual, un factor clave
La duración del contacto visual es uno de los elementos esenciales en la comunicación a través de
la mirada. Por ejemplo, una persona que elude totalmente la mirada de otra está bastante alterada
emocionalmente. La ausencia total de contacto visual indica una falta de control sobre lo que se
está sintiendo. En los demás provoca una sensación de incomodidad y desconfianza.
En el otro extremo está quien fija la mirada y no la desvía. Este tipo de contacto visual habla acerca
de un deseo de controlar y quizás de dominar al interlocutor. Después de algunos minutos, este tipo
de mirada puede ser verdaderamente intimidante. Sugiere que hay un deseo de instrumentalizar al otro.

La lectura de los ojos


Todas las miradas transmiten algún sentimiento, incluso cuando son muy poco expresivas. En estas
últimas se refleja la aridez de lo vivido o la apatía experimentada. Sin embargo, no es fácil observar
una mirada. La otra persona puede inquietarse. Ahora bien, cuando lo logramos, descubrimos en
ella los trazos de su mundo emocional.
Los estudiosos del lenguaje corporal han logrado identificar varios de los códigos cifrados en el
contacto visual. Estas son algunas de las interpretaciones más comunes:
• Si el pestañeo es excesivo y notorio, probablemente se sienta inseguridad y nerviosismo. La
gente no cree en los líderes que pestañean demasiado.
• Mirar a la izquierda significa recordar algo y hacia la derecha generar pensamientos o
ideas. Si se desvía constantemente la mirada en esa dirección, es posible que esa persona esté
mintiendo. Con las personas zurdas esto funciona al revés.
• Cuando alguien entrecierra los ojos quiere decir que no cree en lo que su interlocutor está
diciendo.
• Si hay interés en sostener una buena comunicación con el otro es usual que se levanten las cejas
durante la conversación.

La seducción y el instinto
Las miradas también juegan un importante papel durante la seducción. Ellas suelen ser el
comienzo de lo que más tarde se convierte en un vínculo amoroso. Incluso, aunque el contacto sea por
vía telefónica, los ojos de las personas implicadas reflejan cierto interés amoroso. Por ejemplo, es usual
que brillen más, que la pupila esté más dilatada y que reflejen más dulzura.
Según los expertos en lenguaje corporal, el interés por otra persona se mide así:

• Si una persona te mira a los ojos, baja la mirada y después vuelve a mirarte,
probablemente se sienta interesada en ti.
• Por otro lado, si la persona te mira, luego rompe el contacto y mira hacia un lado,
probablemente no está segura de si se siente atraída por ti o no.
• Si hace contacto visual, pero después mira hacia arriba, lo más seguro es que no sienta nada de
atracción por ti.
• Cuando se pestañea más de 10 veces por minuto es porque hay atracción por la persona que
se tiene en frente.
Por otro lado, los animales también son sensibles a la mirada de los humanos. Si están furiosos,
interpretan la mirada fija como una postura de desafío. Desviar la mirada es una manera de reducir la
posibilidad de que ataquen.
En conclusión, las miradas son un mundo de posibilidades infinitas. Una forma de comunicarnos
que dice mucho de nosotros y de los demás. Por lo tanto, vale la pena tenerlo en cuenta a la hora de
comunicarnos con otras personas.

¿Te cuesta mirar a los ojos a los extraños?


Si es así, cuando interactúas estás generando incomodidad y transmitiendo inseguridad.
Si quieres mejorar tu capacidad de influencia, te recomiendo que veas este vídeo hasta el final, porque
te hablaré de cómo establecer contacto visual y te hablaré de los tres tipos de contacto visual y cuándo
usar cada uno.
En este primer vídeo de la serie sobre Lenguaje Corporal Poderoso descubrirás cómo mirar a los
ojos y establecer contacto visual con los demás.

La importancia del lenguaje corporal


El lenguaje corporal nació mucho antes de que los humanos inventásemos las palabras. Es la
herramienta que nos dio la naturaleza para entendernos y entender las cosas que ocurren a nuestro
alrededor y detectar cualquier tipo de peligro.
¿Qué está diciendo tu cuerpo de ti?
¿Eres de fiar?
¿Transmites autoconfianza?
¿Conviene trabajar contigo?
En lo que a lenguaje corporal respecta, podemos dividir al cuerpo en tres áreas:

(1) La Cara
Es la zona de la conexión. Porque la cara muestra las emociones, necesarias para conectar con las
personas y relacionarnos.

(2) Las Manos y los Brazos


Es la zona de la confianza. Porque mediante la gesticulación mostramos que somos de fiar y que no
tenemos nada que esconder.

(3) El Cuerpo y las Piernas


Es la zona de control. Porque la postura y el movimiento muestran si estamos en control de nuestras
emociones.
El uso adecuado o no de estas tres áreas del cuerpo reforzará o debilitará lo que digas con tus palabras.
Saber cómo lo usas te permitirá mejorar tu comunicación y así aumentar tu capacidad de influencia.

Mirar a los ojos: Primer paso para conectar


La primera clave de la conexión es mirar a los ojos o establecer contacto visual. Un contacto visual
pobre es la causa más importante de desconexión porque hace que el interlocutor piense que “hay algo
raro”.
En cambio, al mirar a los ojos a la gente, le mostramos que estamos presentes, atentos y que nos
importa ese momento. Es una señal de respeto, autoconfianza y transparencia.
Imagina que estás en una reunión y que una persona le hace una pregunta a tu jefe. Lo normal es que
éste conteste mirando sólo a esa persona. Es un acto normal y refleja que está prestándole atención.
Pero, ¿y si tras contestar a su pregunta sigue hablando de otro tema que implica a todos los presentes,
pero mirando sólo a la misma persona? ¿Qué sensación te produciría? ¿Que no le interesas, que no
estás presente, que no existes? Por favor compártelo en los comentarios.

Cómo mirar a los ojos y evitar el síndrome del «ventilador


oscilante»
La clave para evitar esta situación está en el contacto visual individual. ¿Por qué? Porque éste ayuda a
todos los presentes a sentirse parte de la interacción.
Hay formadores en habilidades de comunicación que invitan a los ponentes a hacer un barrido de un
lado a otro cuando hacen presentaciones. Esto no funciona porque esto significa mirar a todos y a nadie
a la vez. No es real. Parece más un ventilador oscilante que otra cosa.
Para que el contacto visual tenga efecto y conecte, es importante tener un momento de conexión con
cada persona.
Esto es completar una idea mirando a una persona a los ojos sin desviar la mirada. Luego pasar a otra
persona y completar toda una idea mirándole. Y así sucesivamente hasta haber mantenido contacto
visual con todos.
Hacerlo así hace sentir que el mensaje está siendo dirigido a todos, pero de manera individual en cada
caso; como si hablases con cada persona a la vez, a pesar de estar hablando ante un grupo.
Tras finalizar la reunión o la ponencia, si cada una de las personas presentes ha tenido uno de esos
momentos de conexión contigo, todas se irán con la sensación de haber conversado individualmente
contigo.

3 tipos de mirada
Pero ojo. Es importante que tengas en cuenta que existen tres tipos de mirada.

(a) La mirada profesional


Ocurre entre los ojos y la frente de la otra persona. Es adecuada para relaciones de trabajo.

(b) La mirada social


Ocurre entre los ojos y la boca de la otra persona. Es adecuada para relaciones sociales.

(c) La mirada íntima


Ocurre entres los ojos y el cuello de la otra persona. Es adecuada para relaciones de pareja o encuentros
románticos.

¡CUIDADO! Cómo mirar a los ojos en un entorno profesional


Cuidado con cómo miras. No quieres que tu mensaje sea malinterpretado. ¿O sí…?
Ante la duda, siempre usa la mirada profesional. Pero ojo, su uso intensivo puede intimidar así que ten
en cuenta lo siguiente.
• Cuando hables: Rompe el contacto visual de vez en cuando mientras piensas.
• Cuando escuches: Asiente en señal de que estás prestando atención. Además, te ayudará girar
ligeramente la cabeza hacia el lado y sonreír siempre que el tema lo amerite. Así compensarás
esa mirada de poder con un toque de vulnerabilidad.
El contacto visual es fundamental para conectar con los demás y transmitir tanto seguridad como
cercanía. Busca mirar a los ojos a todos los presentes de manera individual usando el tipo de mirada
adecuada y aumentarás tu capacidad de influencia.
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Domina el arte de la mirada y potencia tus relaciones


Por Chema Cepeda el Mayo 16th, 2011
Si es tu primera visita, no te puedes perder los mejores posts de 1C11. ¡Muchas gracias!

Hay miradas que lo dicen todo...

Hoy escribe en 1C11, Chema Cepeda de El Efecto Pigmalión. Si recordáis hace unas
semanas escribí un artículo invitado sobre los sueños lúcidos en su blog, y hoy nos
devuelve la visita. Su artículo resalta la importancia de la mirada en las relaciones
personales. Adelante Chema:
De algún modo siempre he intuido que mirar a los ojos de la persona con la que estamos hablando, es
un aspecto importante que mejora nuestras relaciones con esa persona. Pero no me imaginaba ni de
lejos el impacto real que tiene el contacto visual en nuestra vida.

Anhelo reflejarme en tu mirada, asomarme a tu interior y sentir tus emociones.


Mi curiosidad en profundizar sobre este tema comenzó primero a través del libro The 4-hour
Workweek de Tim Ferriss y después mediante un artículo de Michaell Ellsberg en su mismo blog y
autor del libro The Power of Eye Contact: Your Secret for Success in Business, Love, and Life (que
os recomiendo encarecidamente).
Otros libros como Inteligencia Emocional de Daniel Goleman y Las Neuronas Espejo de Marco
Iaocoboni, ponen de relieve la importancia del contacto visual en la gestión de las emociones y el
manejo de la empatía.
En mi caso, siempre he sido una persona tímida, sobre todo hasta hace unos años y la calidad de mis
contactos visuales dejaba mucho que desear, fundamentalmente con personas que me imponían cierto
respeto. Ahora no solo evito el contacto, sino que lo busco y disfruto haciendo distintos
experimentos y me estoy dando cuenta de lo que está mejorando la calidad de mis relaciones personales
y laborales.

Los ojos, la puerta de entrada a una relación


Un viejo amigo mío decía que lo importante a la hora de ligar con una chica era “la frase de
acercamiento”. Si la primera frase que le decías a la otra persona conseguía llamar la atención y
causarle una buena impresión, tenías la mitad del recorrido hecho… y a partir de ahí la relación podría
tener más o menos éxito.
Creo que mi amigo estaba en lo cierto, pero solo en parte (nunca me he considerado un experto en esto
del cortejo ;-)). La primera impresión es fundamental a la hora de entablar una relación. En décimas
de segundo nuestra amígdala primero y nuestra corteza prefrontal después, examinan a la otra persona
para ver qué grado de conexión existe entre ambos.
Antes de cruzar ni una sola palabra, ya hemos hecho la primera evaluación y tenemos un pequeño
análisis sobre cómo es la otra persona.
De esta forma, escanearemos sus gestos, postura, actitud, forma de vestir, de moverse y caminar, su
expresión facial y reacción hacia nosotros y quizás lo más importante…. su mirada.

La mirada como fuente de información


De entre todas las fuentes que nos transmiten en qué estado se encuentra la otra persona y su actitud
ante nosotros, la mirada es la que más información y de mayor calidad nos proporciona.
Dicen que los ojos son el espejo del alma por la forma que tienen de reflejar las emociones y es
verdad, son como unas ventanas que nos permiten asomarnos al mundo interior de cada persona y
ver las emociones que allí alberga.
Quizás por eso cuando pensamos que alguien nos está mintiendo le pedimos que nos lo diga
mirándonos a los ojos, porque así sabremos si nos dice la verdad. De la misma forma, muchas veces
recibimos mensajes contradictorios. Nos están contando algo con palabras, mientras que sus ojos dicen
todo lo contrario.
Es increíble que una parte tan pequeña de nuestro cuerpo, contenga por sí misma tanta cantidad de
información. El tamaño de apertura ocular, los músculos que los rodean, la dilatación pupilar y el
brillo, son factores determinantes a la hora de transmitir un mensaje.
Mirando a los ojos a alguien podemos saber: si está triste o contento, si es tímido o atrevido, si está
enfadado o asustado e incluso, si nos fijamos bien en sus pupilas podríamos predecir si se siente atraído
hacia nosotros…
Son reacciones que los seres humanos hemos desarrollado a través de muchos años de evolución y que
nos han permitido por ejemplo, prepararnos para la lucha en el caso de sentir agresividad, correr en el
caso de detectar miedo y profundizar en una relación si detectamos la chispa de la empatía.
Por eso cuando estamos enamorados, somos felices o sentimos pasión por lo que estamos haciendo se
nos ilumina la mirada, nuestros ojos se abren más de lo normal y tienen ese brillo especial, que
contagia a los demás y hacen que sus neuronas espejo bailen al son de nuestras emociones.
Un ejemplo de la cantidad de información que transmite una mirada, lo podemos ver en la foto que
difundió la Casa Blanca sobre la reunión de alto nivel en la que siguieron el asalto a la casa donde se
ocultaba Bin Laden. No hay más que mirar a los ojos de las personas que salen en la foto (sobre todo
los de Hillary Clinton), para saber que lo que estaban viendo en esos momentos no era nada agradable.
Podemos detectar miradas de preocupación, seriedad, responsabilidad, e incluso horror,…

Por qué es importante el contacto visual


Conocer la importancia que tiene la mirada a la hora de transmitir información, nos puede ayudar a la
hora de entablar una relación, o mejorar las que ya tenemos.
Un estudio realizado en la Universidad de Aberdeen descubrió que aquellas personas que miraban a los
ojos, resultaban más atractivas que las que no lo hacían.
Mirar a los ojos a alguien que nos está hablando, indica que le importamos, que entendemos su
mensaje y compartimos sus preocupaciones. De la misma forma, cuando sentimos que alguien aparta
la mirada, nos produce una sensación de que no nos está escuchando y no le importa lo que le estamos
contando.
Mediante el contacto visual, podemos apoyarnos o reforzar nuestra comunicación verbal a la hora
de transmitir una idea, presentar un producto, o contar una historia.
Además, transmitimos una sensación de confianza en nosotros mismos, de receptividad y escucha
activa y reforzamos nuestra empatía.
Ellsberg cuenta en su libro, el increíble poder que tiene Bill Clinton a la hora de conectar con los
demás mediante un exquisito manejo del espacio y el contacto visual. Varias personas que han tenido la
ocasión de conocerle, señalan que cuando te mira, sientes como si estuvieras a solas con él en la
habitación, el tiempo se detiene… (seguro que has tenido esa misma sensación en alguna ocasión).

Cómo dominar el arte de la mirada


Como cualquier arte, el contacto visual se puede entrenar mediante distintas técnicas. Además, se
pueden practicar en la calle, en casa y casi en cualquier situación.
Las que nos propone Ellsberg en su libro, son del tipo desensibilización progresiva que también se
usan para eliminar otros miedos o fobias. Los pasos que habría que dar serían los siguientes:
1. Hacer contacto visual progresivo con un familiar o amigo con el que tengamos confianza y
al que podemos avisar de nuestro ejercicio para encontrarnos más cómodos.
2. Contacto visual con extraños: consiste en hacer breves contactos visuales con todas las
personas que veamos en la calle. Se trata de mirarles a los ojos durante muy poco tiempo, el
justo para ver cuál es su color y retirar la mirada antes de que se sientan incómodos o nos pidan
explicaciones. Nuestra mirada ha de ser neutra, para evitar que piensen que nos reímos de ellos,
o que les estamos desafiando…
3. Contacto prolongado con desconocidos con los que entablamos relaciones cortas, como puede
ser un vendedor, un camarero, etc
4. Contacto sustancial con familiares, amigos y otras personas a las que ya conocemos durante
nuestras conversaciones: de forma muy sutil, gradual, para no noten nuestro gran cambio.
5. Contacto profundo con personas que acabamos de conocer: sería el último paso y definitivo,
tras el cual ya seremos auténticos ninjas de la mirada.
Este sería un resumen de las técnicas que propone Ellsberg. Para información más detallada y técnicas
de flirteo mediante el contacto visual, no dudéis en leer su libro.
Para finalizar unos pequeños trucos que nos pueden ayudar a establecer contacto visual:
• Al principio, es más sencillo mirar solo hacia uno de los ojos, aunque con algo de práctica
conseguiremos tener una visión general, con un enfoque amplio de forma que miremos a ambos
ojos a la vez.
• Es más fácil mantener el contacto visual cuando escuchamos que cuando hablamos.
• Hay que procurar parpadear, para evitar dar la sensación “me está mirando un psicópata”.
• Debemos romper el contacto visual de forma horizontal, porque hacerlo vertical señalaría
vergüenza.
• Es muy recomendable tener preparada una frase del tipo “perdona, creí que nos conocíamos”
por si nos pregunta alguien que por qué le estamos mirando fijamente…

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