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Reparate a ti mismo – Jordan Peterson (YouTube)

Culpar a otro de tu problema es una gran pérdida de tiempo. Cuando haces eso no aprendes nada.
No puedes crecer. No puedes madurar. Por lo tanto, no puedes mejorar tu vida.

Hay dos tipos de actitudes frente a la vida y sus desgracias. Aquellos con el primer tipo de actitud
culpan al mundo. Aquellos con el segundo tipo se preguntan que podrían cambiar en ellos mismos.

Los demás no son el problema. Tu eres el problema. No puedes cambiar a los otros, pero puedes
cambiarte a ti mismo.

Es difícil. Cambiar requiere valor. Requiere disciplina. Es mucho más fácil y gratificante para tus
deseos básicos el culpar a alguien más por tus desgracias

Es verdad que hay personas que parecen estar condenadas a un destino horrible, pero la mayoría
de nosotros no lo estamos. La mayoría tenemos la oportunidad de cambiar nuestras vidas.

¿Pero cómo?... Comienza por las cosas pequeñas. Hazte algunas preguntas a ti mismo. ¿Haz
aprovechado al 100% todas las oportunidades que se te han ofrecido? ¿Estás trabajando al 100%
de tu capacidad en tus estudios o en tu trabajo? En otras palabras… ¿Haz puesto tu casa en orden?

Si la respuesta es no, intenta lo siguiente. Deja de hacer las cosas que sabes que están mal. Dejalo
hoy. No pierdas tiempo preguntándote como sabes que están mal. Las preguntas inoportunas
pueden confundirte y disuadirte de actuar.

Tu puedes saber si algo está bien o mal sin necesidad de saber por qué. Empieza a prestar
atención. ¿Procastinas? ¿Llegas tarde? ¿Gastas dinero que no tienes? ¿Bebes más de lo que
deberías?

No se trata de aceptar una moral impuesta desde afuera, se trata de un dialogo con tu propia
conciencia. ¿Qué cosas estás haciendo mal desde tu propia perspectiva? ¿Qué puedes mejorar
ahora mismo?

Llega a tiempo al trabajo. Deja de interrumpir a los demás. Haz las paces con tus hermanos y tus
padres. Utiliza lo que tienes a la mano con diligencia. Si haces estas cosas, tu vida mejorará. Te
volverás mas apacible, productivo y atractivo.

Luego de días, semanas o meses de esfuerzo constante, tu mente se aclarará. Tu vida será menos
trágica, y te volverás una persona más segura. Empezarás a diferenciar el bien del mal con más
claridad. El camino frente a ti brillará con más esplendor. Dejarás de auto-sabotearte. En vez de
causar problemas a ti mismo, a tu familia y a tu sociedad, te convertirás en una fuerza positiva y
confiable.

Tu vida aun será difícil, y tu aun sufrirás. Ese es el precio de estar vivo. Pero puede que te vuelvas
lo suficientemente fuerte para aceptar esa carga, y en ese sentido, actuarás noblemente y con
propósito.
La manera adecuada de reparar el mundo no es reparando el mundo. No hay motivos para asumir
que seas capaz de tal tarea. Pero puedes repararte a ti mismo. Y no le harás daño a nadie si lo
haces, y al menos en ese sentido, harás del mundo un lugar mejor.

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