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Resumen
Los mitos chilenos están signados por el predominio de la imagen paterna distante y de la madre
idealizada. Algunos muestran cambios evolutivos, procesos de transculturación sin adecuada
simbolización.
Ingresan en una repetición expresada como estancamiento y búsqueda de soluciones mesiánicas que
inundan de ideologías los fracasos en el terreno socio- político- cultural. Los Selknam (Onas) de Tierra
del Fuego no titulaban sus mitos. Se describe la ceremonia iniciatica del Hain, la narrativa informa como
antecedentes el mito del matriarcado, la masacre de las mujeres y el ingreso al Hain masculino con
sabios fundamentos dirigidos a los jóvenes iniciados: los kloketén.
Esta ceremonia vincula la sociedad Selknam con sus antepasados mitológicos y con los espíritus
representados por ellos mismos. En un despliegue creativo de máscaras y pinturas corporales
recreaban escenas y personajes que provocaban gran turbulencia emocional. Son examinadas desde
los códigos simbólicos sagrado y profano con reflexiones sobre las ansiedades y duelos que configuran
tendencias a conspirar, mantener secretos y un terror especial hacia los muertos.
Cuando a la persecución se agrega la confusión, aumenta la tendencia a la actuación elaborada en la
teatralización de ritos y ceremonias que incluyen la creatividad lúdica agresiva y placentera, en los
intentos de reparación de los objetos en las fantasías inconscientes.
Introducción
Los selknam no titulaban sus mitos. En la época de los hoowin, seres del tiempo
mítico, las mujeres gobernaban sin piedad a los hombres. Los obligaban a cazar,
proveer lo necesario para la vida, ocuparse de los niños y también de las tareas
domésticas (Gusinde, 1982, II, p840). Los hombres vivían sometidos por Luna (Kreeh)
chaman, esposa de Sol (Krren) y aterrados ante Xalpen, temible espíritu femenino. En
un verdadero régimen de terror explotaban sus creencias con las "apariciones" de los
espíritus, que no eran más que las mujeres disfrazadas, protegidas con el más riguroso
secreto, revelado a las jóvenes en la ceremonia del Hain en la Gran Choza. Este
"Matriarcado" fue destruido por una rebelión organizada por la conspiración de lo
hombres. Todas las mujeres ancianas, jóvenes y niñas fueron abatidas.
Entonces los hombres, niños y niñas "inocentes" emprendieron una larga
marcha en busca de los límites del universo. Todo ese tiempo guardaron duelo por la
muerte de sus mujeres. ¿Cómo harían para conservar la superioridad que habían
conseguido, antes que crecieran las niñas?. Formaron una sociedad secreta,
proscribieron para siempre de la Choza del Hain a las mujeres y el más distinguido de
ellos iba a dirigir el Hain.
Pese a la simplicidad de su tecnología, estos cazadores poseían un mundo de
creencias de gran riqueza que expresaban a través de sus mitos, ceremonias sociales y
leyendas.
La principal ceremonia era el Hain o Kloketen. Reunión secreta organizada por
los hombres, destinada a la iniciación de los adolescentes masculinos, quienes
pasarían a formar parte de los cazadores adultos una vez superadas múltiples pruebas.
Duraban dos o tres meses. No sólo era un rito, sino una prolongada experiencia
educativa y la ocasión de reafirmar el rol dominante del hombre en la sociedad.
Este complejo evento constituía en su conjunto, el eje cultural y psicológico de
la comunidad selknam. (No será revisado en cada uno de sus aspectos). Kloketen era
un novicio, que entre los 17 y 20 años podía repetir el rito de iniciación dos o tres
veces si los mayores no estaban satisfechos con el cumplimiento de las pruebas.
Tomando en cuenta su capacidad para guardar el secreto, demostraban su valentía con
pruebas vinculadas a la caza y obtención de alimentos. Solos en el bosque, no podían
disparar a un espíritu que los mataría de inmediato. A cada uno se le asignaba un
supervisor escogido por los consejeros del Hain. De regreso contaban sus experiencias
con espíritus que los amedrentaban o golpeaban y los hombres mayores fingían
horrorizarse aumentando el miedo de los jóvenes.
El Rito de Paso, se refiere al momento de separación de sus madres. Con-
ducidos hacia la Choza del Hain donde los hombres habían formado un círculo
cerrado, era Shoort, quien agazapado, saltaba sobre el desnudo Kloketen e intentaba
voltearlo atrapando sus piernas. Bruscamente comprimía los genitales del joven, quien
soportaba el dolor con las manos enlazadas sobre su cabeza, sostenido firmemente por
el supervisor. Finalmente, tiraba de ellos con violencia. El joven conmocionado por el
suplicio estaba aterrorizado por lo que pudiera seguir. Era derribado. Todos gritaban
que se defendiera y comenzaba la lucha. El Kloketen furioso por la tortura se
abalanzaba sobre Shoort. El consejero detenía la lucha y el Kloketen se acercaba con
cautela para comprobar que no era un espíritu de roca. Era de carne y hueso y podía
ser identificado. Sorteada la crisis y la indignación, tomaba la máscara y saltaba de
alegría. Ante la toma de conocimiento, ya no temía e ingresaba en el secreto.
Cada una de las niñas lleva consigo un trozo de piel de guanaco con el que trata
de limpiar la sangre del rostro o del pecho de su hombre favorito, alguien con el que
puede casarse, según las reglas de parentesco. El hombre elegido responde
empujándola con los codos, jugueteando.
Xataix, Ulen y Keternen, se relacionan con mitos de nacimiento y muerte
(Chapman, A., p.259). Xalpen por sus relaciones con los Kloketen, se embaraza, con
los dolores de parto arroja un arco en señal ominosa que anticipa la muerte. Usando su
larga y filosa uña destripa a los Kloketen. Una terrible mujer fálica.
Keternen, el bebé, será llevado con ella a ultratumba. Aparece el amado Ulen, el
pequeño recreador de vida permitirá que los Kloketen regresen mientras el chamán
anuncia la llegada de Keternen, adornado con hileras paralelas de plumón y pintura
roja, negra o multicolor, colocada en filas verticales, produce un efecto
resplandeciente.
Kataix, panzón, de largos cuernos (corresponden a un pececillo de un ante-
pasado mítico metamorfoseado), es el único que puede dominar los accesos de ira de
Xalpen. Muestra su poder, enviando a los Kloketen sin máscaras para que sean vistos
por las jóvenes, desafiando a Xalpen, celosa de sus amantes. Es la única vez en toda la
ceremonia que están a rostro descubierto, ante el embeleso de sus madres.
Los documentos Salesianos y las comunicaciones de los informantes selknam
sobrevivientes, lo ubican como un espíritu asociado con la tierra.
Observaciones y reflexiones
Bibliografía
ANEXO: Fotografias
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