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Investigación Preparatoria

Tiene por finalidad reunir los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan al
Fiscal decidir si formula acusación o no. En ese sentido, el titular del Ministerio Público busca
determinar si la conducta incriminada es delictiva, así como las circunstancias o móviles de la
perpetración, la identidad del autor, partícipes y de la víctima y la existencia del daño causado.

La Investigación Preparatoria es dirigida por el Fiscal quien, por sí mismo o encomendando a la


Policía, puede realizar las diligencias de investigación que conlleven al esclarecimiento de los
hechos. Estas pueden realizarse por iniciativa del Fiscal o a solicitud de alguna de las partes y
siempre y cuando no requieran autorización judicial ni tengan contenido jurisdiccional.

Esta etapa se inicia con el conocimiento o sospecha de la comisión de un hecho presuntamente


delictivo y puede ser promovida por los denunciantes o hacerse de oficio, cuando se trate de un
delito de persecución pública.

Durante esta etapa le corresponde al Juez de la Investigación Preparatoria autorizar la


constitución de las partes; pronunciarse sobre las medidas limitativas de derechos y medidas de
protección; resolver excepciones, cuestiones previas y prejudiciales; realizar los actos de prueba
anticipada y controlar el cumplimiento del plazo de esta etapa.

La investigación preliminar comprende dos partes:

a) La Investigación Preliminar (Diligencias Preliminares)

En un momento inicial y por un plazo de 20 días, el Fiscal conduce, directamente o con la


intervención de la Policía, las diligencias preliminares de investigación para determinar si debe
pasar a la etapa de Investigación Preparatoria. Estas implican realizar los actos urgentes o
inaplazables para verificar si han tenido lugar los actos conocidos y su delictuosidad, así como
asegurar los elementos materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas y
asegurarlas debidamente.

Cuando la Policía tenga noticia sobre la comisión de un delito, debe comunicarlo al Ministerio
Público, pudiendo realizar y continuar las investigaciones que haya iniciado y practicar aquellas
que le sean delegadas una vez que intervenga el Fiscal. En todos los casos, la institución policial
debe entregar el correspondiente informe policial al Fiscal.

A partir de las diligencias preliminares, el Fiscal califica la denuncia. Si aprecia que el hecho no
constituye delito, no es justiciable penalmente o hay causas de extinción previstas en la Ley, el
representante del Ministerio Público debe ordenar el archivo de lo actuado. En caso de que el
hecho sí calificase como delito y la acción penal no hubiere prescrito pero falta identificar al
autor o partícipes, el Fiscal puede ordenar la intervención de la Policía para tal fin. Igualmente
puede disponer la reserva provisional de la investigación si el denunciante hubiera omitido una
condición de procedibilidad que dependa de él.

Finalmente, cuando a partir de la denuncia del informe policial o de las diligencias preliminares
aparezcan indicios reveladores de la existencia de un delito, este no ha prescrito, se ha
individualizado al imputado y se cumplen los requisitos de procedibilidad, el Fiscal debe disponer
la formalización y continuación de la Investigación Preparatoria.
b) La Investigación Preparatoria

Durante la Investigación Preparatoria, el Fiscal dispone o realiza nuevas diligencias de


investigación que considere pertinentes y útiles; no pudiendo repetir las efectuadas durante las
diligencias preliminares. Estas solo pueden ampliarse siempre que ello sea indispensable, se
advierta un grave defecto en su actuación previa o ineludiblemente deba completarse por la
incorporación de nuevos elementos de convicción.

El Fiscal puede exigir información de cualquier particular o funcionario público. Asimismo,


cualquiera de las partes procesales puede solicitarle la realización de diligencias adicionales.

Para realizar las diligencias investigatorias, el Fiscal puede solicitar la intervención de la Policía y
hasta el uso de la fuerza pública de ser necesario para el cumplimiento de sus actuaciones.
Cuando el titular del Ministerio Público requiera la intervención del Juez de la Investigación
Preparatoria – como la imposición de medidas coercitivas o la actuación de prueba anticipada-
debe necesariamente formalizar la investigación, salvo en las excepciones de Ley.

Durante la Investigación Preparatoria se puede autorizar la circulación y entrega de bienes


delictivos y la actuación de agentes encubiertos.

Finalmente, en los casos en que se venza el plazo de la Investigación Preparatoria sin que el
Fiscal la haya concluido, cualquiera de las partes puede solicitar al Juez de la Investigación
Preparatoria que disponga su conclusión.

Etapa Intermedia

Esta segunda etapa se centra en la decisión adoptada por el Fiscal luego de haber culminado la
Investigación Preparatoria de pedir el sobreseimiento de la causa (se abstiene de la acción penal,
evitando el proceso penal y la imposición de la pena al existir un acuerdo entre imputado y
víctima que busca la reparación del daño causado) o la acusación.

En el primer caso, el titular del Ministerio Público puede pedir el sobreseimiento de la causa
cuando:

 El hecho no se realizó.

 Este no es atribuible al imputado.

 No está tipificado.

 Hay una causa de justificación, de inculpabilidad o de no punibilidad.

 La acción penal se ha extinguido.

 No existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación.

 No haya elementos de convicción suficientes para solicitar fundadamente el


enjuiciamiento del imputado.

El sobreseimiento puede ser total o parcial. Esta decisión se debate en una audiencia preliminar
convocada por el Juez de la Investigación Preparatoria y, de proceder, tiene carácter definitivo
y la autoridad de cosa juzgada, ordenando el archivo de la causa.

De otro lado, en el caso de que el Fiscal decida formular acusación, el Juez de la Investigación
Preparatoria debe convocar a la audiencia preliminar con la finalidad de debatir sobre la
procedencia o admisibilidad de cada una de las cuestiones planteadas y la pertinencia de la
prueba ofrecida.

Para la instalación de esta audiencia es obligatoria la presencia del Fiscal y del defensor del
acusado y no pueden actuarse diligencias de investigación o de pruebas específicas, salvo el
trámite de prueba anticipada y la presentación de prueba documental. El Juez también
debe pronunciarse sobre los eventuales defectos de la acusación, las excepciones o medios de
defensa, el sobreseimiento (que puede dictarse de oficio o a solicitud del acusado o su defensa),
la admisión de los medios de prueba ofrecidos y las convenciones probatorias.

Finalizada la audiencia el Juez resuelve inmediatamente todas las cuestiones planteadas, salvo
que por lo avanzado de la hora o lo complejo de los asuntos por resolver, difiera la solución
hasta por cuarenta y ocho horas improrrogables. En este último caso, la decisión simplemente
se notifica a las partes.

Si los defectos de la acusación requieren un nuevo análisis del Ministerio Público, el Juez dispone
la devolución de la acusación y suspende la audiencia por cinco días para que corrija el defecto,
luego de lo cual se reanuda.

Posteriormente, el Juez dicta el auto de enjuiciamiento, en el cual, además, debe pronunciarse


sobre la procedencia o subsistencia de las medidas de coerción o reemplazarlas, pudiendo
disponer, de ser el caso, la libertad del imputado. Posteriormente, será el Juez Penal el que dicte
el auto de citación a juicio.

Juicio Oral

Es la etapa principal del nuevo proceso penal y se realiza sobre la base de la acusación. Es regida
por los principios de oralidad, publicidad, inmediación y contradicción, además de la continuidad
del juzgamiento, concentración de los actos, identidad física del juzgador y presencia obligatoria
del imputado y su defensor. El Juicio Oral comprende los alegatos preliminares, la actuación
probatoria, los alegatos finales y la deliberación y sentencia.

Una vez instalada la audiencia, esta debe seguir en sesiones continuas e ininterrumpidas –salvo
las excepciones contempladas en la Ley- hasta su conclusión. Esta se realiza oralmente y se
documenta en un acta que debe contener tan solo una síntesis de la misma. Asimismo, debe
quedar registrada en medio técnico de audio o audiovisual, según las facilidades del caso.

En función al principio de oralidad, toda petición o cuestión propuesta debe ser argumentada
oralmente, al igual que la presentación de pruebas y, en general, todas las intervenciones de
quienes participan en ella. Además, las resoluciones, incluyendo la sentencia, son dictadas
y fundamentadas oralmente, quedando registradas conjuntamente con el resto de las
actuaciones de la audiencia en el correspondiente medio audiovisual, sin perjuicio de su registro
en acta cuando corresponda.

El Juez Penal o el Presidente del Juzgado Colegiado, según sea el caso, dirige el juicio y ordena
los actos necesarios para su desarrollo, correspondiéndole garantizar el ejercicio pleno de la
acusación y defensa de las partes.
3. Diligencias preliminares

La investigación preparatoria contempla un conjunto de comportamientos para reunir


elementos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan al fiscal formular o no acusación
y, en su caso, al imputado preparar su defensa. El fiscal dirige la investigación, profundizando el
principio acusatorio, y se apoya en la Policía para realizar los actos de investigación. En la
investigación preparatoria hay dos sub fases que, a pesar de ubicarse dentro de esta misma
etapa, se rigen por sus propias reglas: i) las diligencias preliminares y ii) la investigación
preparatoria. La sub fase de las diligencias preliminares constituye el primer estadio del proceso
penal[9], no obstante, todavía es una etapa pre jurisdiccional.
3.1. Inicio, calificación, desarrollo y finalidad

La noticia criminal o denuncia es anunciada por la víctima, por cualquier persona o de forma
obligatoria por ciertas personas. Además, puede ser planteada de oficio. Una vez conocida la
denuncia, el fiscal deberá calificarla. Deberá señalar bajo qué premisas (delitos, tipo de
proceso[10]) se desarrollará el proceso penal. Las diligencias preliminares se inician con una
sospecha inicial simple: puntos de partida objetivos, apoyo justificado por hechos concretos, y
basado en experiencia criminalística de que hubo un hecho punible perseguible[11]. En caso
contrario, en especial en las denuncias de parte, se dispondrá el rechazo liminar de esta.

Las diligencias preliminares se orientan a i) realizar actos urgentes para determinar si los hechos
denunciados son reales y si, además, configuran uno o varios delitos perseguibles, ii) asegurar
la escena del crimen y la evidencia sensible de la presunta comisión del delito, e, iii) individualizar
a las personas imputadas y, de ser posible, a la persona agraviada[12]. Las actividades de
investigación deben fijarse según la modalidad del proceso, el delito o delitos bajo investigación,
como pueden ser el de lavado de activos, la trata de personas, el tráfico ilícito de drogas, minería
ilegal, la corrupción, entre otros.

En esa línea, el fiscal podrá requerir la intervención de la Policía para realizar las diligencias
urgentes o inaplazables correspondientes a cada caso como podrían ser la toma de testimonios
y declaraciones, la solicitud de información a entidades públicas y privadas sobre estas personas,
la realización de pericias y demás[13]. Asimismo, se podría hacer uso del mecanismo de la
colaboración eficaz y de los testigos protegidos. La Policía también podrá aportar su experiencia
en la elaboración de programas y acciones para la adecuada persecución del delito, así como
desarrollar programas de protección y seguridad. Estos actos de investigación podrían generar
una modificación o ampliación del objeto de investigación.

Además de analizar la presencia de los delitos contemplados en la Ley 30077, el fiscal también
analizará si hay indicios sobre la existencia de una organización criminal y la integración de las
personas investigadas a la misma[14] que habrían o estarían cometiendo los delitos denunciados.
Deberá tener en cuenta la definición de organización criminal de la Ley 30077, así como de la
Convención de Palermo y diferenciarla de la banda criminal[15], donde una referencia vaga o
superficial sobre la existencia de esta organización no será suficiente. Recién a partir de la
identificación de su posible existencia mediante indicios, se podría adecuar el proceso a uno de
crimen organizado con la subsiguiente aplicación de las reglas procesales correspondientes. En
mi opinión, tras la sola denuncia planteada no se podría calificar a un proceso como de crimen
organizado, ya que la presencia de una organización criminal no podría ser deducida de forma
inmediata, aunque no es improbable, sino en un momento posterior durante las diligencias
preliminares.
A partir de la realización de los actos de investigación se podrá decidir si estamos ante los
presupuestos para formalizar y continuar válidamente la investigación preparatoria[16].

3.2. Plazo

El plazo de las diligencias preliminares no forma parte del plazo de la investigación preparatoria.
Se computa en días naturales y no hábiles. El plazo inicial es 60 días, pero atendiendo a una
investigación sobre una organización criminal, el fiscal puede dictar un plazo distinto según las
características, complejidad y circunstancias de los hechos investigados. Al referirnos a
investigaciones sobre organizaciones criminales, partimos de la premisa de que se requiere un
grado especial de preparación o de adecuada estrategia de investigación fiscal para cumplir
satisfactoriamente los fines de las diligencias preliminares, ya que se deberá investigar una serie
de delitos, una gran cantidad de personas, la dificultad de realizar ciertas pericias, recabar
testimonios, entre otros. Ello teniendo en cuenta que al finalizar esta sub fase, a partir de lo
reunido, se deberá decidir formalizar o no la investigación preparatoria.

A pesar de que el proceso sobre organizaciones criminales, por su propia naturaleza, requiere
de una mayor inversión de tiempo y recursos para recabar elementos necesarios para su debida
investigación[17], el plazo de las diligencias preliminares no debe exceder el plazo de 36 meses
previsto para la sub fase de investigación preparatoria[18]. Sin embargo, esto no quiere decir este
plazo máximo se aplicará ipso facto en cada proceso, sino que, al fijar o adecuar el plazo para
las diligencias preliminares, se evaluará las características y complejidad de los hechos
investigados[19] afín de no caer en actuaciones arbitrarias[20].

Ahora, una disposición fiscal emitida luego del vencimiento del plazo no implica una caducidad
del mismo, ya que son las reglas procesales las que determinan cuándo la falta de actividad
genera consecuencias determinadas, sin embargo, ello no quita que el fiscal tenga una
responsabilidad disciplinaria por no observar los plazos que él mismo fijó.

Si la persona investigada se encuentra en estado de indefensión respecto del derecho al plazo


razonable[21], por ejemplo, considera que hay una excesiva duración de las diligencias
preliminares o que el plazo fijado venció, puede acudir -previa solicitud al fiscal para el término
de la investigación y el correspondiente rechazo del mismo- al control del plazo como garantía
del debido proceso. Esto debido a que está proscrita la sospecha permanente o indefinida.

3.3. Medidas de coerción

Los derechos fundamentales solo pueden ser restringidos en el marco de un proceso penal, con
la debida motivación del juez y cuando sea indispensable para fines del proceso. Asimismo, en
las primeras diligencias se podrá indagar sobre los bienes libres o derechos embargables a la
persona imputada y al tercero civil, a fin de asegurar la efectividad de las responsabilidades
pecuniarias derivadas del delito o el pago de las costas.

Acerca de las medidas de coerción personal en esta sub fase, en especial la detención preliminar
judicial y la detención preliminar incomunicada, estas se realizan sin trámite alguno ante el solo
requerimiento del fiscal ante el juez de la investigación preparatoria. No obstante, considerando
que no hay derecho de defensa en este momento procesal, y al estar en diligencias preliminares
-planteada bajo la sospecha simple-, el juez debe brindar una adecuada motivación[22] fáctica y
jurídica[23] que salvaguarde la garantía procesal de la persona investigada. Sobre esta decisión
cabe el recurso de apelación, pero sin efecto suspensivo.
3.4. Conclusión de las diligencias preliminares, formalización y continuación de la
investigación preparatoria

Con el plazo concluido o al realizarse todos los actos de investigación fijados, se analizará si[24] a)
el hecho denunciado constituye delito o es justiciable penalmente, b) se presentan causas de
extinción previstas en la ley o no se individualice a la persona investigada; y, c) hay indicios
reveladores del delito y de la intervención de realización por esta persona.

Si no se acreditan estos criterios, no procederá formalizar y continuar con la investigación


preparatoria, con el correspondiente archivo de la carpeta fiscal. No obstante, si el fiscal
considera que estos criterios se han verificado, estaremos ante una sospecha reveladora que
dará mérito a la disposición de formalización y continuación de la investigación preparatoria. En
algunos casos, esta medida se acompaña de una solicitud de prisión preventiva, que cuenta con
exigencias propias fijadas en el Código Procesal Penal y en la jurisprudencia penal.

4. Conclusiones

Las diligencias preliminares en casos contra organizaciones criminales adquieren especiales


características debido a la complejidad que implica investigarlas. A pesar su carácter pre
jurisdiccional y la flexibilización de las normas procesales, las personas investigadas y el proceso
no pueden ser desviadas de las garantías mínimas del debido proceso, como puede ser el hecho
que ipso facto se establezca un plazo de 36 meses de diligencias preliminares en cada proceso
contra organizaciones criminales.

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