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Fuente Libro
Título Los Intelectuales en la Edad Media
Autor Jacques Le Goff
Editorial Gedisa
Lugar Barcelona, España.
Año 1986
Páginas 170
Temática Es una obra de investigación, una introducción a la historia
social del intelectual medieval en Occidente. Le Goff nos habla
de figuras genéricas como los "vagabundos intelectuales" y de
personas tan concretas como Abelardo y Eloisa. Distintos
aspectos se combinan en un panorama que nos permite conocer
detalles sorprendentes de la vida cotidiana medieval.
Introducción.
El siglo XII.
Nacimiento de los
intelectuales.
Pag. 25 “El intelectual de la Edad Media -en Occidente- nace con las
ciudades. Con el desarrollo de estas, debido a la función
comercial e industrial -digamos modestamente artesanal-
aparece el intelectual como uno de esos hombres de oficio que
se instalan en las ciudades en las que se impone la división del
trabajo”.
Pag. 26
“Un hombre cuyo oficio es escribir o enseñar o las dos cosas a
la vez, un hombre que profesionalmente tiene una actividad de
profesor y de sabio, en suma un intelectual, es un hombre que
solo aparece en las ciudades”.
“Cabe suponer que probablemente por influencia del mundo
musulmán, que reclama para su enorme clientela urbana -de
Damasco, de Túnez, de Bagdad, de Córdoba- las materias
primas del Occidente bárbaro (maderas, pieles, esclavos,
espadas) se desarrollan embriones de ciudades, los “puertos”,
autónomos o anexos a las ciudades episcopales o a los
“burgos” militares desde el siglo X y tal vez desde el siglo IX”.
“...dicho fenómeno modifica profundamente las estructuras
económicas y sociales del Occidente y comienza, en virtud del
movimiento comunal, a trastornar las estructuras políticas”.
Pag. 27
“Si es difícil aceptar un verdadero renacimiento urbano
suficientemente configurado antes del siglo XII ¿se puede pasar
por alto en el dominio de la civilización la época (fin del siglo
VIII y primera mitad del siglo IX) que tradicionalmente se
llama el renacimiento carolingio?”.
“Si durante este tiempo se mejora la cultura de los hijos de los
nobles educados en la escuela del palacio, de los futuros
clérigos formados en algunos grandes centros monásticos o
episcopales, dicho renacimiento casi pone fin a los restos de la
enseñanza rudimentaria que los monasterios merovingios
impartían…”.
“...el movimiento intelectual de la época carolingia no
manifestaba ni aspectos de apostolado, ni desinterés superior
en su obrar o en su espíritu”.
“...esos libros no están hechos para ser leídos…”. “Son un bien
económico antes que espiritual”.
Pag. 28
“La ciencia para aquellos cristianos en cuyo interior está
todavía adormecido el bárbaro, es un tesoro. Hay que
guardarlo cuidadosamente. Se trata de una cultura cerrada
junto a una economía cerrada. El renacimiento carolingio, en
lugar de sembrar, atesora. ¿Puede haber un renacimiento
Pag. 30 avaro?”.
Pag. 36
Pag. 51
Pag. 58
“Chartres es el gran científico del siglo. Las artes del trivio
(gramática, retórica y lógica) no se desdeñaban alli…”.
Pag. 60 “...Chartres prefería a este estudio de las voces, de las
palabras, el estudio de las cosas, de las res que eran el objeto
del cuadrivio: aritmética, geometría, música, astronomía”.
Pag. 65