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“LA ACCION Y LA IDEA EDUCATIVA DE JOSE VASCONCELOS

UNA EDUCACION POPULAR REDENTORA”.

INTRODUCCION.

Primer capítulo:

1.- ¿QUIEN ERA JOSE VASCONCELOS?

1.1. Quien era Vasconcelos?


1.2. La Experiencia adquirida de la niñez de Vasconcelos.
1.3. Experiencia estudiantil de Vasconcelos.
1.4. Qué pasa en México que influyó en Vasconcelos?
1.5. Gustos, inclinaciones, preferencias de Vaconcelos.
1.6. Cristianismo en Vasconcelos.
1.7. Situaciones desfavorables que impiden la aplicación de su proyecto político-
educativo.

Segundo capítulo:

2.- LA IDEA Y LA ACCION EDUCATIVA EN JOSE VASCONCELOS.

2.1. Su lucha contra el analfabetismo.


2.2. La propuesta de Vasconcelos de federalizar la educación.
2.3. La educación al servicio del pueblo.
2.4. Cronología de la escuela primaria, rural, secundaria y superior.

Tercer capítulo:

3.- PROSPECTIVAS TEORICAS DE JOSE VASCONCELOS.

3.1. Aportaciones culturales (arte, música, arquitectura, escultura, literatura).


3.2. La prospectivas filosófico – pedagógica de Vasconcelos.
3.3. Las prospectivas político-educativas.

CONCLUSION.

Evaluación y posible actualización de la idea educativa de Vasconcelos.

1
I N D I C E.

INTRODUCCION.

Primer capítulo:

1.- ¿QUIEN ERA JOSE VASCONCELOS?


Pag.
1.1.Quien era Vasconcelos?.......................................................................................... 1.
1.2. La Experiencia adquirida de la niñez de Vasconcelos…………………………... 2.
1.3.Experiencia estudiantil de Vasconcelos………………………………………….. 6.
1.4.Qué pasa en México que influyó en Vasconcelos?................................................. 9.
1.5.Gustos, inclinaciones, preferencias de Vaconcelos…………………………….. .15.
1.6.Cristianismo en Vasconcelos……………………………………………………. 18.
1.7.Situaciones desfavorables que impiden la aplicación de su proyecto político-
educativo………………………………………………………………………… 20.

Segundo capítulo:

2.- LA IDEA Y LA ACCION EDUCATIVA EN JOSE VASCONCELOS.

2.1. Su lucha contra el analfabetismo………………………………………………. 23.


2.2. La propuesta de Vasconcelos de federalizar la educación………………………26.
2.3. La educación al servicio del pueblo……………………………………………..29.
2.4. Cronología de la escuela primaria, rural, secundaria y superior……………….. 33.
2.4.1. La construcción de Escuelas…………………………………………………. 33.
2.4.2. Formación del Profesorado……………………………………………………34.
2.4.3. El Jardín de niños……………………………………………………………...35.
2.4.4. La escuela primaria……………………………………………………………36.
2.4.5. La educación técnica…………………………………………………………..38.
2.4.6. La educación indígena……………………………………………………….. 40.
2.4.7. La enseñanza secundaria y superior…………………………………………. 41.

Tercer capítulo:

3.- PROSPECTIVAS TEORICAS DE JOSE VASCONCELOS.

3.1. Referencias culturales generales………………………….……..........................43.


3.1.1. La música……………………………………………………………………...43.
3.1.2. El renacimiento de las artes populares………………………………………..45.
3.1.3. La arquitectura y la escultura…………………………………………………46.
3.1.4. Socializar la pintura..………………………………………………………….47.
3.2. La prospectivas filosófico – pedagógica de Vasconcelos……………………....48.

2
3.3. Las prospectivas político-educativas…………………………………………..54.

CONCLUSION.

Evaluación y posible actualización de la idea educativa de Vasconcelos.

3
INTRODUCCION.

Me he propuesto escribir sobre este gran educador mexicano, primero por que
amo a mi país del cual heredado una cultura educativa concreta, segundo porque creo
que la educación es eje fundamental de progreso de cualquier país y porque en la
historia de México nunca habido mayor progreso educativo que en el tiempo que José
Vasconcelos fue secretario de educación pública.

Me motiva también el factor histórico, los pueblos que constantemente miran su


historia tienen mayor posibilidad de progreso, de no repetir los errores que han
representado retroceso en muchos campos cuando han ignorado la historia, y además de
valorar este periodo de la historia que por razones políticas fue ignorado o muy poco
dado a conocer por que no era ideológicamente compatible con los gobiernos futuros.

Escribo también porque personalmente como sacerdote, el pensamiento de José


Vasconcelos es una propuesta que en muchas de sus aportaciones es compatible con
nuestra doctrina eclesial, recuerdo por citar una frase del maestro Vasconcelos: “No hay
mayor sabiduría que la sabiduría evangélica”.

En lo personal creo que el pensamiento de Vasconcelos, es un mosaico de


intenciones nobles y progresivas para todo aquel que quiera hacer de su vida algo
integro y concreto, sus escritos enriquecen a todo aquel que lee con atención su filosofía,
su propuesta educativa, sus poesías, su analogía política-religiosa, su proyecto político,
su concepto antropológico y finalmente la gran pasión que sentía por México, su afán de
hacer progresar a cada compatriota hace que su reflexión llegue a ser interesante y
edificante.

Me mueve además el deseo de ser un educador integro, preparado, que pueda


tener propuestas no solo de tipo individual, sino también social, comunitarias y
colectivas, un deseo propio es que la educación no se quede encerrada en el salón de
clase, que no se piense que solo se aprende en la escuela, una de mis intenciones es
dejar en claro que el hombre en todos los ámbitos de la vida en los cuales se mueve
necesita educarse, instruirse, para que verdaderamente experimente progreso concreto
de tipo humano, espiritual, axiológico, educativo, social, etc.. incluso económico, esta
propuesta sobre toda la de tipo educativo esta inspirada en parte en el maestro
Vasconcelos, que como ser humano tuvo algunas deficiencias y limitaciones sin
embargo su intención por hacer del pueblo México un pueblo progresivo, preparado e
instruido no deja lugar a dudas.

Creo que todos aquellos que buscamos que nuestro país tenga un progreso
educativo debemos leer a Vasconcelos, como una fuente de inspiración, sin dejar de
tomar en cuenta a tantos mexicanos que han colaborado con verdaderas propuestas al
progreso educativo-formativo de nuestro país, como Justo Sierra, Jaime Torres Bodet,
entre otros.

El maestro Vasconcelos al leer su propuesta nos dejará una sensación motivante


para seguir creyendo que la formación de ciudadanos auténticos es posible, que el
camino de educar al pueblo es fuente de justicia, de igualdad, de paz y de crecimiento
como sociedad en todos los campos.

4
En tal sentido el tema que me propongo analizar es sobre todo la línea educativa
de José Vasconcelos en una dimensión redentora esta será la hipótesis con la cual
leeremos la acción y el pensamiento del Maestro Vasconcelos, pudiéramos analizar
otros ámbitos del maestro pero sería ampliarse demasiado, y más que eso nos interesa
sobre todo el ámbito educativo donde él se desenvolvió con gran con gran constancia,
pasión y orden.

Trataremos analizar sobre todo que piensa de la educación, Hasta donde llega su
concepto de educar? Donde esta la novedad de sus ideas? Donde estuvo la clave de su
progreso? Cuáles fueron también sus errores de los cuáles también queremos aprender,
como fue congregando a tanto ciudadano? Cómo los motivo? Cómo hizo para que
muchos compatriotas crecieran en la convicción de que educar era la única fuente de
progreso sólida para ellos? etc..

El método que seguiremos para analizar parte de su obra educativa, será el


método histórico – crítico. Las disertaciones se desarrollarán tres partes: En la primera
parte me propongo analizar y reflexionar sobre sus datos bibliográficos, su vida, su
cultura, su familia, sus inquietudes de adolescente y joven, su catolicidad y algunas
situaciones desfavorables para la culminación de su obra pedagógica.

En el segundo capítulo analizaremos sus propuestas, aquello que dijo, que


compartió, con lo que nos enriqueció, sobre todo en materia educativa, sus luchas, sus
propuestas en relación al analfabetismo, a federalizar la educación, sus aportaciones
desde la escuela primaria hasta la educación universitaria, su inclinación por la cultura,
arte, pintura escultura entre otras, y finalmente sus aportaciones filosóficas y su
propuesta educativa- política.

Finalmente en el tercer capítulo intentaremos actualizar su pensamiento


educativo para la realidad de hoy, Qué es lo podemos retomar de Vasconcelos para que
la educación vuelva a tener aquellos cauces de progreso que tuve a principio del siglo
XX?, Cómo retomar sus propuestas formativas respecto de la docencia y el alumnado en
este tiempo que nos lleve por caminos concretos de valoración tanto de maestros como
de alumnos? Cómo proponer una renovación educativa a partir de su aportación
filosófica? Cuáles propuestas de José Vasconcelos nos ayudarán hacer una verdadera
reforma educativa?

Esa será la lógica de esta pequeña tesina, primero analizar su vida, después sus
aportaciones, todo aquello que dijo, que hizo, por lo cual luchó, por lo cual se entregó
con una convicción firme y finalmente haremos el esfuerzo valorativo por actualizar su
pensamiento que pueda ayudar a enriquecer el camino de formación –educación en
nuestro país y nuestras comunidades.

Las dificultades que encontré para la realización de esta tesina fueron, el poco
material que existe sobre Vasconcelos, así como el poco conocimiento que se tiene de él
como pedagogo México-latinoamericano, otra dificultad fue encontrar un relator que
quisiera acompañarme en este análisis educativo de uno de los más grandes maestros y
filósofos que ha dado México al mundo, Otra dificultad que tuve fue delimitar la
propuesta para la tesina, abarcar todo el pensamiento de Vasconcelos es verdaderamente
difícil sobre todo por tantos ámbitos y campos en los que él se movió y se desenvolvió,
por la inmensa cantidad de propuestas que hace en cada estructura que él busca renovar

5
y enriquecer a favor de los ciudadanos deseosos de crecer y desarrollarse, entre otras
dificultades sin mucha importancia.

Creo finalmente que la lectura de este ilustre mexicano nos transportará a ver a
nuestro país de manera diferente y la misma tesina será una oportunidad para
reflexionar y analizar de manera general por donde deberá ir la propuesta y el camino
educativo para crecer y progresar como país instruído y formado.

6
PRIMER CAPITULO.

1.- ¿QUIEN ERA JOSE VASCONCELOS?

En este primer capítulo analizaremos la bibliografía de José Vasconcelos, su niñez, su


devenir académico, su sensibilidad para ingresar al movimiento revolucionario como
intelectual del mismo, sus gustos y pasiones, sus derrotas, así como la vivencia de la fe
Cristiana.

1.1. ¿Quién era Vasconcelos?

Vasconcelos nace en la ciudad de Oaxaca, en México, calle de la Cochinilla,


manzana 18 del primer cuartel, a las 3:30 p.m. el día 27 de febrero del 1882, hijo de
Ignacio Vasconcelos y Carmen Calderón, su nombre completo fue José María Albino
Vasconcelos Calderón.

Filósofo, abogado, educador, sociólogo, literato, político e historiador


Vasconcelos fue miembro del ateneo de la juventud, donde estudiaba a Platón y a
Nietzsche, se reunía con Jesús Acevedo, Antonio Caso, Alfonso Reyes, todos ellos
destacados en las letras nacionales.1

Se adhirió al club Antirreleccionista de Madero en 1908; fue agente confidencial


del movimiento, que se preparaba para las elecciones de 1910, en Washington.

Fue un mexicano plenamente identificado con su país, con su historia sin ocultar
sus defectos y sin hacer omisión a sus triunfos. Sufrió a México en sus entrañas y llevó
en su corazón las muertes, revoluciones y derrotas que tuvimos frente a Estados Unidos.

Director del Ateneo de la Juventud, Director de la Escuela Nacional Preparatoria,


Jefe del Departamento Universitario y de Bellas Artes (1920) que después sería la
Secretaría de Educación Pública (1921-1924) y Director de la Biblioteca Nacional. Sus
aportaciones fueron importantes en muchos ámbitos del país, un logro importante fue la
consolidación del Sistema Educativo Nacional, desde sus diversas áreas de trabajo,
Vasconcelos emprendió una cruzada educativa sin precedentes, que consistió en:
realizar la primera campaña de alfabetización que el país tenga memoria, impulsó la
construcción de escuelas y bibliotecas públicas, mediante una campaña publicitaria

1
ROBERTO MARES, José Vasconcelos. Los grandes mexicanos, México, Ed. Tomo 2004, pag.12.

7
repartió de forma masiva libros en escuelas, pueblos, y ciudades, creó un plan de
promoción cultural al que llamó “misiones culturales” que tenían como fin unir la
educación con el desarrollo social y la cultura, y así crear la base de oportunidades de
progreso en todo el territorio nacional, además creo las circunstancias propicias para el
acercamiento de México con otras naciones hispanoamericanas.

Culturalmente Vasconcelos también contribuyó, ya que brindó a los pintores


más destacados de la época como: Diego Rivera, David Alfaro Sequeiros, José
Clemente Orozco y Roberto Montenegro, entre otros, los muros de los edificios
públicos, con el propósito de compartir el arte con el pueblo. Considerando que los
temas de los murales eran el medio ideal para ilustrar públicamente, la identidad
mexicana.

Junto a él, hombres y mujeres como: Antonio Caso, Manuel Gómez Morín,
Carlos Pellicer, Gabriela Mistral, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo entre otros
intelectuales de la época, participaron en este proyecto que buscaba el desarrollo de
nuestro país, a través de la educación, la cultura y el progreso social.

“Vasconcelos era un hombre que confiaba en que a través de una educación


integral, se lograría la renovación de México, que descubrió en la figura del docente, la
facultad legítima de propiciar un verdadero cambio, y que recibe merecidamente el
título de “Maestro de la Juventud de América”2.

Sea como sea, y guste o no guste a unos o a otros no cabe la más leve duda de
que la polifacética figura de José Vasconcelos es una de las más grandes e importantes
que México ha dado al mundo, y no resulta nada sorprendente que incluso hoy en día,
en el campo de la filosofía, se sigan discutiendo sus tesis y defendiendo o atacando sus
ideas sobre su modo concreto de pensar.

Hay que añadir que Vasconcelos representa una trayectoria y obras


particularmente intensas en el Periodo fundamental de México contemporáneo: nacido,
crecido y educado en el Porfiriato.

Vasconcelos es el ideólogo, más original que hasta hoy ha habido en América


latina… y es el pensador más representativo. Igual que el “Ulises criollo” peregrinaba
por el mundo ostentando y predicando orgullosamente el pensamiento de América,
dando con ello al arte de lo humano y la región del espíritu. Es decir explicaba la
evolución del universo y la reestructuración de su sustancia cósmica, en los órdenes
físico, biológico y humano del mexicano y de América. Penetrar la maraña de los
hechos para descubrir el hilo conductor, remover y animar la entraña misma de la
creación, eso es ser filósofo.

Siendo rector de la Universidad Nacional (del 8 de junio de 1920 al 12 de


Octubre de 1921). En el desempeño de su cargo dividió el ministerio en tres
departamentos, Escolar. De Bellas Artes y de Bibliotecas y Archivos, mejoró la
Biblioteca Nacional y creo varios depositorios bibliográficos populares; edito una serie
de clásicos de la literatura universal.

2
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, México, Ed. Porrúa,, 2001. pag. 68.

8
No se puede pedir más a un hombre que lo que Vasconcelos llevó a cabo desde
sus cargos educativos de la época de Obregón, cambiando radicalmente el panorama
cultural, y de la educación entre las nuevas generaciones mexicanas. Gracias a que
Vasconcelos estuvo y creo la Secretaría de Educación Pública, fue importante, porque,
con ello movió a la inteligencia de México, a hombres, niños y a muchos jóvenes y
adultos, deseosos de aprender.

Vasconcelos impulsó extraordinariamente la educación general. Organizó la


educación de los indígenas. Difundió el conocimiento. Promovió la Enseñanza Técnica.
Creo una extensa red de bibliotecas. Instituyó los desayunos escolares.

Fue candidato a la Presidencia de la República, derrotado por Pascual Ortiz


Rubio. Director de la Biblioteca Nacional y Primer presidente del Instituto Mexicano de
Cultura Hispánica.

José Vasconcelos fue un personaje singular que en cualquier república


hispanoamericana habría jugado un papel destacado y habría pasado a la historia como
alguien cuya obra tuvo peso decisivo en la historia patria. Como pocos tuvo una visión
de conjunto sobre la historia pasada y el futuro de su país. En cierto modo fue un
soñador y un místico, pero con potencialidad política y pedagógica.

1.2. LA EXPERIENCIA ADQUIRIDA DE LA NIÑEZ DE VASCONCELOS.

El padre de Vascocelos fue agente aduanal y se veía obligado a cambiar de


residencia constantemente, por lo que en 1888, se trasladan a Sonora, a un pueblo
llamado Sásabe, un pueblo recóndito perdido en el mapa como en los recuerdos de
aquel niño llamado José, que hace una pequeña rememoración de forma poética en su
autobiografía:

“Era yo un retozo en el rezago materno, presencia tibia y protectora, casi divina.


La voz entrañable de mi madre orientaba mis pensamientos, determinaba mis impulsos.
Se diría que el cordón umbilical invisible y de carácter volitivo se ataca a ella y
perduraría muchos años después de la ruptura del lazo fisiológico. Sin voluntad segura,
volvía al refugio de la zona amparada por sus brazos”.3

De ese pueblito se traslada su familia a El Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), y
de ahí a Piedras Negras, colindante con la ciudad norteamericana de Eagle Pass, donde
José es matriculado en la escuela. Es precisamente en esta experiencia de educación
fronteriza y bilingüe donde se genera la sensación de ambivalencia cultural que dará
lugar a su primera y más trascendental opción: el nacionalismo, que sería uno de los
rasgos que distinguen su personalidad y ciertamente la marca distintiva de su
pensamiento. En estos primeros años en la escuela norteamericana su nacionalismo se
finca solamente en la afirmación de su propia identidad, frente a “lo otro” que
representa el idioma y las costumbres de los niños sajones, que eran tan inmigrantes
como él, pero cuyos padres habían llegado con seguridad a un territorio que, no hacia
mucho tiempo, había sido parte de México, por lo que, tal vez, el pequeño José asumía
en despojo como una personal ofensa y en muchas ocasiones tenía que defender sus
ingenuos derechos a golpes con sus compañeritos norteamericanos. El nacionalismo que

3
Ibidem, Pag. 5

9
se le impone en esta vivencia fronteriza es obviamente visceral, poco racional, pero
extraordinariamente significativo, pues se manifiesta como una necesidad casi física de
autoafirmación, lo que es más que una opción, es un mecanismo de subsistir ante la
realidad.

La escuela lo fue ganando lentamente, hasta llegar a ser su mejor diversión,


jamás faltaba a clases. Para “Pepe” un manazo justo en la infancia, una explicación
oportuna en el colegio, en la universidad, producen un efecto de saneamiento, de
higiene pensante.

En la escuela constantemente se recordaba El álamo, la matanza azteca


consumada por Santa Anna, en prisioneros de guerra. Nunca se creyó obligado a
presentar excusas; para él la patria mexicana debía condenar también la traición
miliciana de sus generales, asesinos que se emboscaban en batallas y que después se
ensañaban con sus vecinos. Pero cuando se afirmaba en clase que cien yankees podían
hacer correr a mil mexicanos, “Pepillo se levantaba y decía: No es cierto”, incluso llegó
a escuchar en clase de parte de algunos alumnos que los mexicanos al igual que los
esquimales eran gente semi-civilizada, pero su maestra defendiendo a José decía:
“Miren a José no es un semi-civilizado, es un caballero”.

Vasconcelos recuerda una de sus más fuertes sacudidas espirituales de su


infancia: “La Iliada”, con versos y notas en inglés, se la habían prestado y se esforzó por
traducirla, por captarla, no obstante el reborujo bilingüe, para él era una acción
maravillosa y un río de elocuencia de aquel inmortal poeta. Vasconcelos estaba aún más
motivado ya que aquel alumno que presentara una composición del libro que había
solicitado tenía derecho a pedir prestado otro libro más, así que su entusiasmo creció al
doble.

En su casa José después de la cena, y tras un rato de libre conversación,


escuchaba la voz autoritaria y querida de su madre, “Niños a estudiar.” Su madre
siempre estaba atenta a que estuviera haciendo algo, pues según su mamá el catecismo
de Ripalda decía: “La ociosidad es madre de todos los vicios”. Este niño prendido de
nacionalismo se pasaba horas frente al mapa recorriendo con su mente los caminos por
donde un ejército mexicano, por él mismo dirigido, llegaría alguna vez hasta
Washington para vengar la ofensa del cuarenta y siete y reconquistar lo perdido, su
nacionalismo y su prevención contra el imperialismo yankee se fraguan en la búsqueda
de identidad del niño que asiste a una escuela “del otro lado” donde oye hablar de los
mexicanos como gente semi-civilizada.4

Su pasión de la etapa de la escuela primaria era la lectura, y se empeñaba con


entusiasmo, devoraba lo que en la escuela le daban y se sentía contento puesto que cada
año se ampliaba el circulo de clásicos ingleses y norteamericanos, leía por su cuenta en
la casa todos los libros hallados a mano y al hacer el conteo de los libros leídos pensaba
con orgullo “Ningún niño de los dos pueblos ha leído tanto como yo.” Se sentía el
pequeño Vasconcelos llamado a manejar ideas. Quería ser aquella persona a la que se le
consulta y a la que se le sigue.

4
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, Antología de textos sobre educación, México, FCE, 1981, pag.81.

10
El mismo acepta que antes de conocer la lujuria juvenil conoció la soberbia, a
los 10 años ya se sentía solo y único y llamado a guiar. Con frecuencia padecía de
jaquecas. Nunca hizo cama por no faltar a la escuela, pero rara vez se sentía con vigor
pleno. Sin embargo la enfermedad no le preocupaba.

Según Vasconcelos sus padres tenían el afán de protegerlo de la cultura “gringa”


y se hicieron el propósito de familiarizarlo con las cosas de la nación, su primera y más
penetrante incursión en la historia de México la obtuvo de dos obras que le había
regalado su padre: México a través de los siglos y la Geografía y Atlas de García Cubas,
lo que le dió una visión casi geométrica de la configuración de México, en su dinámica
de crecimiento y evolución, desde la época prehispánica hasta la independencia y un
poco más allá, hasta lo que en ese momento representaba su principal conflicto de
identidad, su enfrentamiento con la cultura “texana”, que en esos momentos se perfilaba
como dominante, no sólo para él, como pequeño representante y defensor de una
nacionalidad, sino para la historia misma, como si el futuro estuviese comprometido con
el pasado y el destino de México estuviese marcado con el signo del avasallamiento. La
concepción Vasconceliana de la historia de México, más tarde convertida en una
inspiración filosófica, tiene sus orígenes en aquellos primeros estudios históricos y
geográficos, ciertamente marcados por la “experiencia fronteriza”, por estar ubicado
física emocional e intelectualmente entre dos mundos y de cara a un futuro que parece
condicionado fatalmente a la sumisión.

“Un patriotismo ardoroso y ciego proclamaba como victoria inaudita nuestra


liberación de España, pero era evidente que se consumó por desintegración, no por
creación. Las cartas geográficas abrían los ojos, revelaban no solamente nuestra
debilidad, sino también la de España, expulsada de la Florida. Nuestra nación
sacrificada y millones de mexicanos suplantados por el extranjero en su propio territorio,
tal era el resultado del gobierno militarista de los Bustamante y de Santa Anna y los
Porfirio Díaz. Con todo, llegaba el quince de septiembre y a gritar junto con los yanquis
mueras al pasado y vivas a la América de Benito Juárez, agente al fin y al cabo de la
penetración sajona …Por encima de los mentirosos compendios de historia patria, los
mapas de García Cubas demostraban los estragos del caudillaje militarista” 5

Salir de Piedras Negras sin explicación, sin motivo se le hizo extraño al niño
Vasconcelos, salir por salir parecía ser la consigna en la casa, pero el motivo
determinante era el deseo de encontrar colegios adecuados para sus hermanas y
prepararle al futuro joven una carrera profesional. La familia ambicionaba una aduana
en población que tuviera colegios de enseñanza media superior. De esa manera, la
familia seguiría reunida sin perjuicio del adelanto educativo de los hijos y sólo dos
puertos llenaban el requisito: Veracruz y Campeche, así que se trasladaron aquella
ciudad. Vasconcelos soñaba con ir a la capital del País, aquella gran metrópoli, donde
seguramente encontraría escuelas donde satisfacer el hambre de saber que llevaba
dentro, soñaba con ver las bellezas de su arquitectura, pero al mismo tiempo se topó con
la melancolía que le provocó el dejar Piedras Negras y su escuela de Eagle Pass.

Al concluir las clases, el joven Vasconcelos fue llamado por el director de la


escuela, era un gringo, alto, correcto y bondadoso, él director le compartió que su
traslado hacia Campeche era sensible para la escuela, y le ofreció una beca en la

5
ROBERTO MARES, José Vasconcelos. Los grandes Mexicanos, México, Ed. Tomo, 2004, pag. 17-18.

11
Universidad de Austin ha cambio de que se quedará y le pidió que su Papá podía hablar
con él, pero el Papá se ofendió al principio y después comprendió que la desinteresada
oferta merecía una negativa cortés. “En la frontera estaba acentuado el prejuicio y el
sentido de la raza, que por muy débil y vencida, me debía a ella. En suma: dejó pasar la
oportunidad de convertirse en filósofo yankee. ¿Un Santana de México y Texas? 6

1.3. EXPERIENCIA ESTUDIANTIL DE VASCONCELOS.

Ya en Campeche Vasconcelos inicia la etapa de secundaria en el Instituto de


Enseñanza Superior, en un ambiente afectivo y estimulante, pues además de las clases
en buen español y con maestros prestigiados, disponía de la magnífica biblioteca del
Instituto, que se convertía en una especie de santuario para aquel joven, pues ahí
encuentra un material de gran riqueza para continuar con su ya cultivada pasión por la
lectura, compartiendo con su madre sus inquietudes, de esa época recuerda en especial
un libro que le regaló su madre: Genio del Cristianismo, de Chateaubriand
aparentemente, José no tenía definida su vocación ni se preocupa por su futuro,
simplemente leía todo lo que le llamaba la atención y se ocupaba de ser un buen
estudiante e incluso un buen deportista, pues en esa época también destaca como
gimnasta, a lo que él atribuyó a su buena condición física.

Su dominio del idioma inglés hace que el rector del Instituto lo invite a dar
clases a su hija Sofía, pero las clases de Inglés se enriquecen y complementan con
lecturas de corte romántico, como la célebre novela María, de Jorge Isaacs, lo que hace
que fluya una corriente de entusiasmo erótico entre los dos adolescentes. “Sería
exagerado decir que Sofía fue el primer el primer amor de Vasconcelos, pero no es
arriesgado suponer que su reconocida capacidad de amar, siempre marcada por el
idealismo romántico, tuvo como escena fundante este inocente encuentro erótico;
además de que aquella niña llevaba en el nombre del que fuera el gran amor del
Vasconcelos del futuro: La sabiduría (Sofía), la “filos-sofía”, y es justo decir que esa fue
la única amante a la que le fue siempre fiel”.7

Para Vasconcelos en la etapa de la secundaria “se abusaba de la memoria y lo


atribuía al atraso del plantel, ya que sintió la diferencia de la escuela de Eagle Pass. En
esta última, la memoria quedaba fuera sólo de la aritmética y el deletreo. Y aun en estas
disciplinas se procuraba desarrollar la destreza más que la sola retención”, 8 en una
ocasión en la clase de geografía estalló protestando por el sistema de memorización,
diferente al de Eagle Pass donde él no se sentía un sumiso, en esa ocasión el profesor le
llamó pedante y él con el tiempo comprendió que lo era. El derecho de usar de aquella
biblioteca fue para Vasconcelos un don mayor que el de asistencia a clases. “Nunca
había tenido a su alcance tal número de libros. Lo leía todo con la avidez del que va
adquiriendo un vicio que envuelve. Con la terminación de los exámenes y tranquilizado
por un éxito fácil, pude aumentar las horas destinadas a la lectura. Por lo común pasaba
las mañanas encerrado en la biblioteca.”9 La tarde calurosa se dedicaba a la siesta y el
baño. Por la noche, mientras la mamá atendía a preparar la cena en la cocina misma,

6
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, México, Porrúa, 2001, pag. 54.
7
ROBERTO MARES, José Vasconcelos. Los grandes Mexicanos, México, Ed. Tomo, 2004, pag. 27.
8
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, México, Porrúa, 2001, pag. 79.
9
Ibidem, pag. 81.

12
donde auxiliaba a la criada, le hacía el joven Vasconcelos el relato de lo leído en el día o
le leía en voz alta algún volumen. No se sabe si por accidente o curiosidad o por
indicaciones de la mamá revisaba tan abstractas como los volúmenes de Augusto
Nicolás, sobre la Inmaculada Concepción; pero con ella leía sus clásicos escolares.
“Traduciéndole de una edición inglesa, le informaba de Hamlet y de Lady Macbeth.
Aparte de uno que otro de Calderón y de Lope, o Moratín, no había leído ella otros
dramas, pero Shakespeare le desagradaba.”10

Muchos profesores del joven Vasconcelos del Instituto campechano iban el


domingo a la Catedral, pero se quedaban casi siempre a la puerta, para ver salir a las
señoras. Y habían sido incapaces de interesarse por una disputa teológica. Sus
preocupaciones mentales no iban más allá de la frase galanesca y la ironía. Sus
ambiciones no sobrepasaban el deseo del bienestar y la sensualidad.

La ambición de los condiscípulos y conocidos en Piedras Negras era llegar a ser


conductores del ferrocarril o mecánicos; en todo caso, comerciantes bilingües y
hombres de dinero y de empresa. “La ambición de cada alumno del Instituto
campechano era llegar a ser un gran poeta. Con todo, la posición de combate obligado
en que se encontraban los del Norte les aseguraba una visión más patriótica que no
poseían los campechanos, desdeñosos”.11

El joven José Vasconcelos soñaba, estaba seguro que viajaría, jamás se vio
dentro de un uniforme; viajaría en barcas y también en los grandes paquebotes…Un día,
mirando a don Patricio de paso por el corredor del Instituto para entrar a la Rectoría, se
vio, él también de Rector, atravesando las galerías con arcadas de un colegio más
grande que el campechano…

Con su mamá hablaba frecuentemente de su futuro, lo dejaba vivir libremente a


condición de tenerlo siempre activo, el consejo de ella era: leerlo todo, conocerlo todo,
para que después seas lo que tú quieras, querer es poder y el hombre hace su destino, a
diferencia de la mujer que resuelve todo en el matrimonio, añadía. “Junto con las
inquietudes del aprendizaje, me sobresaltaba la proximidad de un nuevo cambio en la
vida familiar, para mi vendrían ausencias, dolores; sin embargo, el porvenir en
definitiva tendría que resolverse como uno de esos sueños en que el esfuerzo
concentrado en el vientre nos levanta del suelo y nos pone a volar con los pies para
alcanzar lo que buscamos, superando abismos y riesgos”.12

En realidad, según el joven Vasconcelos habían pasado año y medio dichoso en


Campeche, y quizá él presentía que al salir de allí quedaría liquidada para siempre la
unidad de la familia. El término de los estudios en el Instituto conlleva una importante
decisión para la familia, pues el clima de Campeche resulta desfavorable para la salud
de la madre y, además, se vislumbra la posibilidad de que José estudie una carrera
universitaria, dado su reconocido talento y disposición para los estudios. Por ambas
razones la familia entera se traslada a la ciudad de México; aunque por tiempo breve,
pues el padre no consigue una ubicación de trabajo en la capital y la familia tiene que
regresar a Piedras Negras, con excepción del joven José, quien es inscrito en la Escuela
Nacional Preparatoria, en 1899. En la capital, Vasconcelos inicialmente se aloja con

10
Ibidem., pag. 81.
11
Ibidem., pag. 87.
12
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, México, porrúa, 2001, pag.100.

13
unos parientes de su madre, aunque su intención es aprender a vivir solo en la gran
ciudad. En aquella inicia su trato cotidiano con una joven oaxaqueña, llamada Serafina
Miranda, quien era unos años mayor que él y que más tarde se convertiría en su esposa.

“Las clases en la Preparatoria absorben buena parte de su tiempo, y otra buena


parte la pasa en la biblioteca de la Preparatoria o en la Biblioteca Nacional. Faltando
pocos meses para terminar el primer año escolar, le llega una noticia trágica, y además
inesperada: la muerte de su madre. Pasa varias semanas postrado en medio de un duelo
que parecía lesionar seriamente su cordura, pero poco a poco se va reponiendo de la que
debió ser una gran perdida para él; finalmente llega el periodo de exámenes y él logra
aprobar todas las materias, algunas con excelencia”.13

El problema del recordar a su madre y de su soledad se las resolvió la biblioteca


de la preparatoria. Con sensación de confianza y de orgullo esparcía el ánimo bajo la
nave reposante, recorriendo con la vista la estantería. Más de veinte mil de la Biblioteca
Nacional, que también podía consultar a su antojo. ¡Para eso lo habían enviado a la
metrópoli! Y así se sentía incorporado al grupo que disfrutaba el privilegio de los vastos
recursos del saber. Los libros que en provincia se conocían de oídas estaban al alcance
de su mano. Sus penas y su soledad era el tributo de aquella participación en la
soberanía de la cultura.

Continúa sus estudios, pero ya sin el apoyo moral e incluso económico de la


madre, se deja llevar por el torbellino de la vida estudiantil de finales de siglo; a pesar
de lo cual continúa leyendo con entusiasmo y encuentra una orientación filosófica, el
Positivismo comptiano, que en aquellos tiempos prevalecía en la cultura mexicana,
asociado con el supuesto “cientificismo” de régimen porfiriano. De cualquier manera,
termina con excelencia sus estudios en la Preparatoria, y después en una breve estancia
con su padre y sus hermanos en Ciudad Juárez, regresa a México para inscribirse en la
Escuela de Jurisprudencia. “Vasconcelos no comenta su decisión de convertirse en
abogado; a decir verdad el tema vocacional nunca fue una preocupación para él. Se dice
que su caso era como el de muchos estudiantes con orientación humanística, que no
podían encontrar en los estudios formales, y más tarde en el trabajo, un campo adecuado
para realizarse como personas, debido a que en ese periodo de la cultura mexicana el
“cientificismo” positivista era tenido en la mayor estima, y la expresión de una vocación
filosófica hubiera sido mal vista, muchos estudiantes optaban por la jurisprudencia,
como lo más cercano a las letras o a la filosofía; además de que la efervescencia política
que se vislumbraba en el ambiente cultural favorecía la opción de la abogacía”.14

Su dedicación al estudio en la escuela de jurisprudencia deja mucho que desear,


no tan solo por las distracciones propias de la vida estudiantil, sino también por un
cierto anarquismo literario que practica en esa época, además de una curiosa actividad a
la que se dedica algún tiempo: con frecuencia acompaña a sus compañeros de cuarto,
que estudian medicina, a sus clases, prácticas de disección, o visitas a hospitales. Recién
descubierto su paradigma filosófico, en sus últimos tiempos de estudiante, lo estrena en
su tesis de licenciatura; desde luego, no encuentra dentro de las disciplinas normales del
derecho aquélla que pudiera ajustarse a su modelo, por lo que “se dedica a buscar
analogías del acto jurídico con el acto voluntario de los psicólogos, con el acto
biológico, con el proceso químico, y finalmente, con el mecánico. Tal y como se
13
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos. Antología de textos sobre educación, México, FCE, 1981. pag. 9.
14
Ibidem, pag. 9.

14
solucionaban los conflictos de fuerza, así deberían solucionarse, en una sociedad
perfecta, los conflictos jurídicos.”15

“Vasconcelos se recibió de abogado a los 23 años, aquí presentaba Vasconcelos


una concepción del derecho que resultaba muy sugerente, en las que se pueden rescatar
las concepciones históricas: de hecho se trata de una visión anti-positivista y revela un
conjunto de intuiciones estéticas que, lo que más tarde se desarrollará en sus obras
filosóficas. En aquellos tiempos, Vasconcelos muestra un patente rechazo a la postura
positivista de la educación. Logra Vasconcelos terminar la carrera de abogado en tres
años y medio, en lugar de los cinco que se programaban en condiciones normales; tal
vez por ello se le había puesto el sobrenombre de “el Supermuchacho”16. En una visita a
la facultad de leyes, un antiguo compañero le propone el puesto de fiscal federal en
Durango, y él desde luego acepta, pues eso representa un ascenso de golpe en una
carrera apenas incipiente, además de permitirle salir de la ciudad y recuperar la
condición protagonista que había sido su pauta desde niño.

1.4. QUE PASA EN MEXICO QUE INFLUYO EN VASCONCELOS.

“Es posible afirmar que la época campechana de Vasconcelos fue una de las más
armónicas de su vida; sin embargo también fue parte de un despertar a la realidad de
México profundo, lleno de ancestrales antagonismos entre clases y castas; el México
auténticamente porfiriano, el de la explotación y la miseria de la mayoría, el del racismo
evidente y la esclavitud imperante. Ese México se parecía poco al de sus fantasías
nacionalistas infantiles; en esta virulenta realidad trascurrió su adolescencia, eso no
diluyó el encanto nostálgico de un pasado glorioso atribuible a la nación mexicana, pero
seguramente sí le produjo el desencanto de un presente intolerable, que debía ser
cambiado radicalmente, ya no para recuperar el pasado, sino para construir el futuro”17.

La cuestión social se iniciaba en México; pero en Durango, región agrícola, una


huelga era caso raro y escandaloso. Las dos o tres fábricas de hilados y tejidos
acostumbraban tratar a sus operarios como a siervos que agradecían el ser explotados.
Un día llega un telegrama a Durango dirigido a Vasconcelos, cuando vio la firma de
Aquiles Zentella, apenas, borrosamente, leyó las condiciones: “ciento cincuenta pesos,
profesión libre; resuelva enseguida”. “Una segunda lectura y una mano que se alarga
requiriendo papel de oficio para escribir el pliego de su renuncia”: “Razones de familia,
súplica de inmediata autorización para dirigirme a la capital” y se sintió libre
nuevamente.

“Así que regresa a México y se incorpora al prestigiado bufete Warner & Jonson,
en el que tienen grandes proyectos para desarrollar, no sólo en México, sino en toda
América Latina.” 18 Su trabajo en el bufete le permite viajar por varias partes de la

15
Ibidem, pag. 10.
16
ROBERTO MARES, José Vasconcelos. pag. 39.
17
Ibidem, pag. 27-28.
18
Ibidem, pag. 47.

15
república, pero ya no como un poeta disfrazado de abogado, sino como un auténtico
gestor de intereses económicos de gran envergadura, lo que lo pone en contacto con la
realidad cruda del país, con la hegemonía de lo económico por sobre cualquier ideal, y
sobre todo con el efecto de esa hegemonía sobre la mayoría de la gente, sometida a la
desencarnada tiranía del gran capital. Ya con trabajo estable, en 1906 contrae
matrimonio con Serafina y reinicia sus actividades como miembro del Ateneo de la
Juventud, el cual tenía, como uno de sus principales objetivos, la reapertura de una
facultad de Filosofía en la Universidad Nacional y la creación de una Universidad
Popular.

El malestar social latente había cuajado, por fin, en la conciencia de un


mexicano. Se llamaba Francisco I. Madero; que “decía que México podría ser una gran
nación, con tal de que su sistema de gobierno alcanzara la altura de su desarrollo moral,
espiritual, y económico”,19 tenía juventud y recursos y acababa de publicar un libro: La
sucesión presidencial. En él analizaba con valentía el presente y el futuro inmediato del
país. Le tocó a Vasconcelos ser presentado a Madero en su propio despacho, en los altos
del Internacional Bank, en la calle de Isabel la Católica. Allí lo llevó un amigo común:
el ingeniero Manuel Urquidi. Estaba Madero de paso por la capital y prefirió acudir a
verle, no obstante que Vasconcelos había adelantado el deseo de visitarlo en su hotel.

Según Vasconcelos no tenía motivo propio de queja contra el régimen dice en


sus memorias, sin pertenecer ni remotamente a cualquiera de las fracciones
gubernamentales, veía crecer sus entradas, poseía casa propia y porvenir seguro. “Pero
¿qué sabe nadie de los motivos profundos que van determinando el destino? La
convicción de que el porfirismo era una cosa podrida y abominable había ido arraigando
en su sensibilidad. La evidencia de los atropellos diarios cometidos a ciencia y paciencia
del régimen, y un sentimiento de dignidad humana ofendida, convertían en pasión lo
que primeramente había sido desagrado y sorpresa.”20 Vasconcelos, siendo un abogado
de 28 años, participó enérgicamente en la campaña presidencial de Madero, en 1910; se
atrevió a atacar a Díaz en la prensa y por ello tuvo que exiliarse una temporada, aunque
volvió a México unos meses después para celebrar el centenario de la Independencia, y
dictó una conferencia en el Ateneo de la Juventud en la cual criticó el positivismo, que
ahora se entendía como una ideología agonizante lo mismo que el régimen de Porfirio
Díaz.

Los miembros del Ateneo no sólo buscaban una mayor injerencia en la cultura y
la educación, sino una participación activa en los movimientos sociales que se estaban
gestando y cuyo principal promotor era Madero, quien en una ocasión invitó a
Vasconcelos a una reunión en la casa de Emilio Vázquez Gómez, donde se constituyó
un comité de apoyo a la campaña del Partido Antirreeleccionista, con la fórmula
Madero- Pino Suárez. A pesar de no tener motivos personales de peso en contra del
porfiriato, Vasconcelos hace suya la causa maderista, “Madero inició una campaña de
verdad y de franqueza. Señalando a Porfirio Díaz como el verdadero culpable” 21
animado por sus intereses intelectuales y sus ideales humanistas, se reúne con otros
intelectuales, como Filomeno Mata, Félix Palavicini, Luis Cabrera y Federico González
Grace, para fundar el “Centro Antirreleccionista”, en esa ocasión se acuño el lema
“Sufragio efectivo no reelección”, mismo que se atribuye al mismo Vasconcelos. En

19
JOSE VASCONCELOS, Breve historia de México, México, Trillas, 2 2002 pag. 316.
20
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 48.
21
JOSE VASCONCELOS, Breve Historia de México, pag. 320.

16
1909 su vida transcurría entre el ejercicio de su profesión, sus estudios y la actividad
política.

“En aquella época conoció en persona al Presidente Díaz, pues en una ocasión
fungió como intérprete entre el general y Mr. Warner, el dueño del despacho en el que
trabajaba. El podía recordar que muchos años atrás, don Porfirio había conocido a doña
Carmen, la madre de Vasconcelos, cuando era una niña, en una ocasión en que ella
había ayudado a su padre a curar las heridas del caudillo. A pesar de su bonanza
económica y de aquellos vínculos nostálgicos que le había expresado su madre,
Vasconcelos prefiere abandonar el despacho, abrazar la causa de Madero y dedicarse de
lleno a la política”.22 En 1909, Vasconcelos era ya un miembro importante del Ateneo
de la Juventud, liderado por el Maestro Antonio Caso. En la historia oficial se ha
manejado que esta agrupación era como un semillero ideológico de la Revolución ; sin
embargo, esto no parece exacto si consideramos que el propio maestro Caso, en 1909,
ante la reelección del Porfirio Díaz, aceptó la dirección de la Reelección, que era el
órgano del partido que apoyaba al dictador, en esa publicación el propio Antonio Caso
calificaba de “imbéciles” y “charlatanes” a los antirreleccionistas. Por su parte, en su
parte, en sus memorias, Alfonso Reyes relata que él tenía en su casa, junto a sus libros,
un rifle, para disparar contra los maderistas, si llegaba el caso. En la otra facción de
Ateneo se encontraba Vasconcelos, quien fue el primer director de El Antireeleccionista,
órgano de la oposición, que fue clausurado por la policía porfirista.

Los principales miembros del Ateneo simpatizantes de la oposición fueron


Alfonso Craviolo, Federico González Garza y Vasconcelos, quienes impulsaban
grandemente el Partido Antirreleccionista, además de dirigir la publicación arriba citada.
Ante la represión policiaca, González Garza y Vasconcelos decidieron renunciar al
partido y retirarse de la capital, refugiándose en la hacienda El limón, en San Luis
Potosí. Allá les escribió Francisco I. Madero, para felicitarlos por su trabajo en pro de la
causa demócrata, aunque también, en cierta forma, recriminando a Vasconcelos por su
partida, como dice en una carta fechada al 13 de Noviembre de 1909:

“Ayer recibí su grata carta del 11 del actual, cuya lectura no me causó sorpresa, pues
desde la primera carta que recibí de usted, después de que salió de esta capital para
esconderse, noté que estaba usted muy desmoralizado.”23

Vasconcelos regresó a la ciudad de México, pero solamente para retomar su


trabajo y sus actividades intelectuales en el Ateneo. En enero de 1910, se leyó un
trabajo suyo en el que se hablaba del “sentido místico del baile”. Considerado desde “el
punto de vista histórico y psicológico”. Alfonso Reyes leyó un estudio sobre la estética
de Luis de Góngora y Antonio Caso habló sobre la gran labor de interpretación de la
historia que habían realizado Michelet y Carlyle.

Como se comprenderá, aquella fue una de las últimas reuniones del Ateneo de la
Juventud.

Mientras tanto, Madero se empeñaba en recuperar a Vasconcelos para su causa:

22
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 49.
23
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, pag. 285.

17
“…Quise hablar con Usted en México. Lo fui a buscar a su despacho y no lo encontré.
Le suplique que pasara a mi casa y tampoco tuve el gusto de verlo por allá. Quería
hablar con usted para reanimarlo.

..Hace Usted mal en creer que nuestros sacrificios no han sido compensados. Tal
creencia demuestra que usted tenía un optimismo exagerado e imaginaba que antes de
las elecciones generales íbamos a obtener el triunfo, o bien que ello es un pretexto para
ocultar la verdadera razón que lo impulsara a retirarse de nuestro partido.

…Yo creo sinceramente que debemos estar satisfechos del resultado que hemos
obtenido hasta ahora, pues hemos logrado en poco tiempo que nuestro partido sea el
más respetable de los partidos de oposición, y después de las giras que pienso
emprender por la costa y por el interior, le aseguro que su fuerza será verdaderamente
imponente.

…Cuando realicemos nuestra convención y lancemos las candidaturas del partido,


nuestro prestigio subirá de una manera incalculable, pues estos acontecimientos
causarán un entusiasmo no comparable con el que causó la candidatura de Reyes, en
su mayor apogeo. Esto le hará comprender a usted que sí tenemos grandes
probabilidades de éxito, pues si con la agitación reyista que apenas estaba circunscrita
a la capital de la República y Jalisco el gobierno llegó a tener tal zozobra y en la
conciencia de todos estaba que si Reyes hubiese aceptado su candidatura hubiese
triunfado, ¿cuál será el resultado que obtengamos cuando nuestros candidatos acepten
a sus candidaturas, publiquen su programa de gobierno y se dirijan a la nación en un
manifiesto lleno de virilidad y honradez?

…Si usted se separa de nuestro partido va a perder, quizá, la mejor oportunidad que se
le presente en su vida de ocupar un puesto distinguido entre sus conciudadanos. No le
hablo de esto para halagar su vanidad, porque sé que no la tiene, sino para halagar su
patriotismo, porque es natural que un hombre que ocupa un alto puesto en la
administración puede hacer mucho por la patria y es indudable que si nuestro partido
llega a triunfar, como hay muchas probabilidades de ello, usted, por su talento, su
prudencia y sus cualidades que lo hacen ser tan simpático para todos nosotros, le
harán indudablemente ocupar un puesto bastante importante.

…En cambio, retirándose de nuestro partido, se conquistará usted, cuando mucho, que
lo traten con lástima, si no es que con desprecio, pues ven que a pesar de haber
principiado la campaña con tanto vigor, se desmoralizó con el menor obstáculo con el
que tropezamos, por todas estas razones, me permito instarle a que retire su
renuncia.”24

Cuando Madero fue designado candidato del Partido Antirreleccionista a la


Presidencia de la República, Vasconcelos el 26 de abril de 1910 le dirige esta carta:

24
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 50-52.

18
Sr. Don Francisco I. Madero. Presente.

“Durante la convención, y algunos días después, estuve ausente de esta ciudad, por eso
le envío mi felicitación tan tardía.

Cada vez convence más, aún a los escépticos y disgustados de la política como yo, de lo
mucho que hace por levantar nuestra dignidad.

Me he enterado de todos los acontecimientos relaciones con la Convención y veo que la


elección de usted ha sido acertada e indispensable. Le manifiesto esto porque yo fui de
los que en un principio se oponían a tal elección, pero ahora veo que, dadas las
circunstancias, nadie puede culparle de ambición personal y que la aceptación que ha
hecho usted de su candidatura es un acto de heroísmo.

Sabe que lo acompaña siempre con la admiración y el afecto de su amigo y S.S..”25

Vasconcelos estuvo con Madero en el destierro, preparando la Revolución. El


caudillo lo comisionó, junto con el doctor Francisco Vázquez Gómez, para encargarse
de la Agencia Confidencial Revolucionaria en Washington. Su gestión ante el gobierno
americano fue de vital importancia para el desarrollo de la Revolución, como se revela
en el siguiente comunicado:

Para que se sirva ponerlo en conocimiento del C. Presidente Provisional, tengo el


honor de comunicarle que el día de ayer recibí del Sr. Dn. Francisco Vázquez Gómez
los documentos y papeles de esta agencia, habiéndome puesto desde luego en
comunicación con todas las personas que de algún modo están relacionadas
directamente con esta oficina.

Como el día de ayer el Dr. Vázquez recibió un mensaje cifrado en el que se le pedía
inquiriese la actitud del gobierno americano en el caso de que una vez terminado el
armisticio se reanudasen las hostilidades y qué influencia tendría el hecho de que el
gobierno de Porfirio Díaz ha tratado con nosotros para el reconocimiento de la
beligerancia, paso a manifestar el resultado de mis investigaciones sobre el particular.

Es indudable que el hecho de que el gobierno de Díaz haya tratado con nosotros,
implica el reconocimiento de estado de guerra y de la existencia de dos poderes. Si la
paz no se arregla, los comisionados de Díaz y todo su gobierno declararán que no
pidieron vencer las ambiciones personales de los jefes revolucionarios y pedirán la
ayuda de todo el mundo civilizado para combatir nuestra insurrección, que calificarán
una vez más de personalista y antipatriótica; pero el gobierno de Díaz está tan
profundamente desprestigiado que nadie lo creerá, sino que se encontrará muy natural
que la revolución siga su curso natural, combatiendo hasta destruir todas las fases del
porfirismo. Cientificismo, reyismo, etc… Todavía más, entre lo mejor informados de
nuestros asuntos, prevalece la opinión de que será mucho mejor que la revolución no se
conforme con pequeñas transacciones, sino que termine su obra de limpieza hasta el fin,
pues sólo de esta manera se asegurará para el porvenir una paz permanente, si esto no
se logra, quedará el peligro de que cada nueva ambición popular se exija por medio de

25
Ibidem, Pag. 52.

19
la fuerza armada. Este peligro no lo desconocen los americanos inteligentes, y estoy
seguro de que menos mal verían que la actual revolución se prolongase y que no
quedaran motivos para nuevas alteraciones del orden en el futuro; sobre todo si se
tiene en cuenta que mientras ocupe la presidencia Porfirio Díaz, no habrá más medio
de acobardarle que el treinta treinta de los revolucionarios.

Otro elemento favorable para nuestra situación consiste en el hecho de que el gobierno
de Washington se encuentra muy ofendido por la nota de Porfirio Díaz con motivo de
los incidentes de Agua Prieta. Puede asegurarse que el prestigio de Porfirio Díaz nunca
ha estado tan mal en la Casa Blanca como ahora, y que la revolución jamás había
contado con tantas simpatías. No obstante esto, existen aún serias dificultades que
ustedes conocen, y que provienen de que hasta ahora no se ha organizado gobierno
efectivo en alguna parte considerable del territorio y de que no tenemos aduanas.
Ahora puede ya alegarse con justicia que tenemos gobierno efectivo en toda la gran
región occidental de Chihuahua; pero queda el problema de las aduanas, porque
tomando una o varias aduanas, es claro que el gobierno americano se verá obligado a
reconocer a nuestros agentes aduanales; pero para tomar las principales aduanas,
también existe el peligro provocar situaciones análogas a las recientes de Agua Prieta,
y podría venir el momento en que el gobierno americano, obligado por el clamor
popular, llegara a intervenir en nuestros asuntos. Por fortuna, en el caso de Ojinaga no
existen estas dificultades, pero sí pueden ocurrir en todos los demás puntos de nuestra
línea divisoria.

El capitán Hopkins me encarga que les recuerde manden todos los informes relativos a
las confiscaciones de armas y municiones en Agua Prieta y otros puntos fronterizos,
pues estos datos se necesitan para formalizar la queja que ya presentó ante el
Departamento de Estado.

Concluyo manifestándole mi intención de permanecer aquí inactivo por lo que toca a


gestiones diplomáticas mientras la cuestión pendiente se resuelve, y les ruego que me
tengan informado de todos los acuerdos de interés que no sean de carácter privado,
cuando menos con el objeto de que pueda yo confirmar o rectificar las noticias que por
acá se publiquen.”26

No se podría pensar que Vasconcelos haya sido un ideólogo de la revolución


mexicana, pero su trabajo como analista y estratega diplomático fue de gran importancia,
no solamente en esta primera fase, y con el fin específico de canalizar influencias
propicias al cambio político, sino más tarde, cuando la revolución se había convertido
en un mito manejado por la prensa mundial con tonos de escándalo, la voz de
Vasconcelos fue reconocida y respetada por su prudencia y objetividad.

Comienza la revolución armada y Vasconcelos se incorpora activamente a ella,


participando en el fallido complot de Tacubaya, en 1911. Finalmente decide exiliarse en
los Estados Unidos al enterarse que existe una orden de aprehensión en su contra,
probablemente a causa de su actividad política en su conjunto, pero específicamente por
un articulo que escribe en el Periódico Nuevo México y en el que, entre otras cosas, se
expresaba del gobierno de Díaz como “un cadáver al que solo hace falta enterrar”. 27 Se
instala primero en Nueva Cork y después en Washington, donde se dedica a promover
26
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, 2004, pag. 53-56.
27
Ibidem, pag. 57.

20
una campaña antiporfirista en la prensa norteamericana y visitar asiduamente la
biblioteca del congreso. Después de la caída de Porfirio Díaz y el ascenso de Madero,
Vasconcelos regresa a México. En lugar de aceptar puestos públicos, como el de
subsecretario de Justicia que le ofrecía Madero, él sigue ejerciendo la abogacía y se
convierte en el intelectual que fundamenta el nuevo régimen.

1.5. GUSTOS, INCLINACIONES, PREFERENCIAS DE VASCONCELOS.

Vasconcelos tenía un gran gusto por la literatura, por la lectura, en una ocasión
llega a sus manos un ejemplar de la divina comedia, cuya lectura parece haberle
causado una verdadera revolución intelectual.

“…Exaltado, interrumpía la lectura, poseído de un delirio ideológico. Con desdén


apartaba la jerga filosófica de los contemporáneos, petulante y mezquina, incapaz de
engendrar una concepción decorosa del mundo. ¡De suerte que aquél era el medioevo
diseñado por los positivistas! La doctrina dantista era una música que penetra y
fortalece, dejándonos ricos para siempre…Y por muchos días cesó el quebranto de mis
dudas y también la sed de los apetitos insatisfechos.”28

Este éxtasis literario frente a la obra de Dante no parece del todo racional, pero
para el joven Vasconcelos tiene un extraordinario valor simbólico, pues el alma que
“estaba a punto de licenciar” en aras de la ciencia – lo que se percibe como el peligro de
perderla - , vuelve a entrar en el ámbito de la paz, de la armonía, del orden místico que,
al parecer, se había perdido al morir la madre. Además del efecto psicológico de esta
experiencia, las consecuencias en la conformación de la personal filosofía de
Vasconcelos son determinantes, a partir de ahí todas las cosas se ponen en orden y
también el pensamiento que las observa. De ahí nace la tesis central que da sentido a
toda su obra y que es parecida a la visión dantesca en la última parte de su obra, cuando
se abre la visión del poeta y le es analítica o racional, sino como la expresión de una
suprema obra de arte, en la que todo caza y embona de una manera sublime, creando
algo así como un gran rosetón, donde la luz, la forma y el sonido se unen en todo
armónico.

“Por medio de esta “revelación”, Vasconcelos obtiene el paradigma de


interpretación filosófica que habría de ser la esencia de su pensamiento y aun de su
conducta, y es precisamente ese “orden cósmico”, esa “sinfonía” en la que cada cosa y
cada alma toma su lugar y encuentra su sentido. En esta concepción filosófico mística,
es perfectamente congruente que Vasconcelos proponga la Estética como el instrumento
por excelencia, ya que el fin último del conocimiento es la percepción de la armonía.
Esta visión totalizadora se desarrolló con amplitud en su primer libro, titulado Pitágoras,
una teoría del ritmo, que fue publicado hasta 1916, en La Habana. En esta obra, el
sentido de proporción, armonía y ritmo son tomadas como paradigmas estéticos, y el
universo se interpreta como una sinfonía en la que el modelo filosófico es una especie
de pentagrama. El Pitágoras de Vasconcelos no es un matemático, sino un artista, y el
pensamiento pitagórico se convierte en una cierta “lógica de la armonía”. Que

28
Ibidem, pag. 31.

21
Vasconcelos tipifica como estética. Es por eso que en su labor como educador pone
tanto énfasis en la educación por medio del arte”.29

La generación de José Vasconcelos se orientó grandemente por las ideas


positivistas de Gabino Barreda, quien fue el gran difusor del positivismo francés en
México, en este sentido Vasconcelos de idea filosófica- humanista tuvo que nadar
contra corriente. En esta época se desdeñaba todo lo que se identificaba con la
metafísica, instaurando en la educación nacional las verdades científicas, que eran
consideradas incuestionables. Se buscaba avanzar hacia un futuro eminentemente
científico, lo que marcaba fuertemente los estudios universitarios, cualquiera que fuese
la rama del saber. En esos tiempos, Vasconcelos conoció a Alfonso Reyes y Antonio
Caso, quienes eran considerados los patriarcas de esa filosofía en México.

Cuando Vasconcelos se gradúa de abogado, con la ayuda de don Jesús Uriarte,


encuentra trabajo en un juzgado, y es cuando comienza, su relación con los miembros
del “Ateneo de la Juventud”, bajo la influencia de tres ilustres profesores de línea
positivista: José Ma. Vigil, Justo Sierra y Ezequiel Chávez.

En 1907, el grupo se inició como una sociedad de conferencias que organizó dos
ciclos de mesas redondas y pláticas, una de ellas fue en el Casino de Santa María la
Ribera, y otro en el Conservatorio Nacional de Música. En 1909 se convirtió en el
célebre Ateneo de la Juventud, pionero de la Cultura y la filosofía mexicana en el siglo
XX. El Ateneo fue fundado por el propio Vasconcelos, junto con Pedro Henríquez
Ureña, Alfonso Cravioto y Julio Torri, entre otros, lo que representaba una minoría
ávida de cultura que se separaba de la gran masa educada en el positivismo porfiriano;
cabe señalar que en un principio su rechazo no fue hacia el porfiriato, pues, según el
propio Alfonso Reyes, ninguno de ellos tenía razones de peso para oponerse a Díaz,
dado que pertenecían a las clases privilegiadas, y por ello habían tenido acceso a las
altas esferas de la cultura. Su rechazo al positivismo era en sentido de que esa filosofía
planteaba tres estados por los que atraviesa la humanidad en su evolución: el primero es
teológico, el segundo metafísico y el tercero es el de la ciencia positiva, entendiéndose
el término en su connotación francesa o inglesa, como una forma de conocer basada en
la inducción y no en la deducción.

“El positivismo rechaza todo aquello que no sea demostrable científicamente y


postula la llamada “ingeniería social”, que pretendía arrebatarle a la filosofía su lugar de
“madre que todas las ciencias”. El ateneo inicia simbólicamente sus actividades el 26 de
junio de 1909, en el salón “El Generalito”, del antiguo colegio de San Ildefonso, cuando
se dicta un ciclo de conferencias sobre el positivismo en México, siendo su primer
presidente el maestro Antonio Caso. El Ateneo emprende una batalla filosófica en
contra del positivismo, apoyándose en Platón, Shopenhauer, Kant, Bergson, Poincaré,
Nietzsche, Shiller, y Croce, principalmente. Este movimiento estaba formado
principalmente por jóvenes de orientación humanista, a quienes bien puede considerarse
como los “primeros” intelectuales mexicanos, en el sentido que se le dio en el siglo XX,
es decir, un grupo interesado en las letras y la cultura, pero también en un cambio social.
Además de ser un parteaguas en la cultura mexicana, uno de los rasgos esenciales de
este grupo era su afición por el helenismo, como piedra angular de la cultura occidental,
y la constante preocupación por el apuntalamiento de la cultura mexicana y la identidad

29
Ibidem, Pag. 33.

22
nacional, ambas presa del positivismo francés y el pragmatismo sajón, que nada tenían
que ver con la tradición cultural mexicana. Como primera actividad formal, los jóvenes
del ateneo tienen el acierto de organizar un ciclo de conferencias en las que se analiza
con amplitud el positivismo y se ensalza la labor de Gabino Barreda, que es tomado
como pretexto para realizar un balance sobre los alcances y las limitaciones que tuvo
ese sistema, con objeto de demostrar sus inconsistencias.”30

Vasconcelos aprende las grandes cosas de la vida a partir de súbitos destellos de


conciencia, a la manera de los santos y los iluminados; de los asuntos más triviales, él
obtiene enseñanzas trascendentales, como en el caso de aquella muchacha que tanto le
gustaba y a quien y a quien había hecho la corte por mucho tiempo, en procura de sus
favores; ella se había manifestado esquiva y desdeñosa, hasta que una tarde ella se
presenta en su casa para decirle que está dispuesta a pasar el resto del día con él; pero,
para su desgracia, ésa era precisamente la tarde en que tenía que acudir a su primer
trabajo.

“Perplejo me quedé mirando, sin responder. Rápidamente se cruzaron en mi


interior deseos contradictorios. Algo me dijo que aquello era una ocasión única; pero
llegar tarde el primer día, o no llegar, era también catastrófico. Con la impresión de que
se descargaba sobre mí un rayo, tomé una decisión tajante…”No puedo faltar a un
quehacer- le dije-; te dejo con los compañeros; a la noche, si quieres”. Al decirlo sentía
que asesinaba mi dicha en el momento de tenerla, por fin, en la mano. Al mismo tiempo
reflexioné: “Si falto a mi primera tarea, faltaré después a otras y mi suerte se habría
derrumbado en el momento en que podía levantarla”. Había dado mi palabra de estar
puntual; me lo debía a mi mismo; no era digno vacilar… y me fui desgarrado y
pensativo. Desde aquel instante, yo quedé marcado: pertenecía a la casta de los hombres
del deber, a diferencia de los hombres de placer. Seguiría en adelante inflexible. El
sacrificio me hacía daño, pero me entonaba. Con paso ligero marché por la ruta del
éxito, dejando atrás, abandonada, la dicha”.31

En 1911, Vasconcelos que ya estaba casado conoce a Elena Arizmendi Mejía, a


la que llama con el nombre de Adriana, en su bibliografía. El estaba profundamente
enamorado de ella, pero según su amigo y biógrafo Alfonso Taracena, ella se había
propuesto serle sistemáticamente infiel, y lo hacía incluso con sus amigos más cercanos
“.. y él tuvo que tolerar esta situación porque estaba enamorado hasta el frenesí de esa
mujer que lo humilló tanto, hermosura punzante como la de una rosa” 32 “De que
estaba enamorado hasta el frenesí me lo comprobó el crítico de arte Eduardo Colín, del
Ateneo de la Juventud y asiduo por lo visto del hogar de Vasconcelos. A Colín lo
encontré en la ciudad de Oaxaca, cuando trataba de curarse de una enfermedad que lo
llevó a la tumba. En el parque principal de la Antigua Antequera me confió: “Un día
Serafina me preguntó: ¿qué hacemos con Pepe? ayer se postró a mis plantas
confesándome que está perdidamente enamorado de esa mujer.”33

Elena Arizmendi había organizado un ejército maderista de enfermeras para


atender a los heridos en la revolución, se acercó a Vasconcelos como abogado, por

30
Ibidem, pag. 37-38.
31
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, México, pag. 179.
32
Ibidem, pag. 344.
33
ROBERTO MARES, José Vasconcelos. pag. 57-58.

23
recomendación del mismo Madero. En torno a ese amor, Vasconcelos escribe uno de los
episodios más apasionados de sus memorias.

Finalmente, en 1912, Vasconcelos es nombrado presidente del Ateneo de la


Juventud y procede a su reestructuración total, cambiando su nombre por el de “Ateneo
de la México”, y convirtiéndolo en una instancia de cultura al margen del gobierno,
cuya principal tarea era crear la Universidad Popular, que de hecho comenzó a
funcionar, con la intención revolucionaria de llevar cultura a las masas por medio de
conferencias y cursos gratuitos que impartían los miembros del Ateneo; llevaban música
y literatura a las fábricas, ofrecían cursos de aritmética, mecanografía, electricidad y
artesanías para hombres y mujeres, iniciaron campañas contra el alcoholismo y a favor
de la higiene sexual, la medicina preventiva y el desarrollo humano. Con la creación de
la Universidad Popular, y en su desempeño como educador, Vasconcelos tiene la
oportunidad de fundamentar los programas que más tarde desarrollaría ampliamente
como ministro. El elemento destacado es que, si bien el esfuerzo que implicó la
Universidad Popular se limitó a ciertos sectores de la clase obrera, fue el antecedente de
las magnas empresas educativas que llegaría a emprender. Con esta nueva disposición,
los miembros del Ateneo asumieron una nueva conciencia de servicio, cuyo fundamento
se encuentra en las obras del propio Vasconcelos y de Antonio Caso.

1.6. CRISTIANISMO EN VASCONCELOS.

Vasconcelos en sus memorias comenta que recuerda a su Madre con el libro de


la Sagrada Escritura en sus manos, comentando la lectura y cómo el Señor hizo al
mundo de la nada, creando primero la luz, en seguida la tierra, con los peces, las aves y
el hombre. Un solo Dios único y la primera pareja en el Paraíso. Después, la caída, el
largo destierro, y la salvación por la obra de Cristo… Alabarlo, he aquí el propósito del
hombre sobre la tierra. Dar a conocer su doctrina entre los gentiles, los salvajes, así es la
suprema misión.

Al observar el desarrollo vital de Vasconcelos, no podemos dejar de advertir que


esa misión se encuentra presente en el fondo de su alma, o en el trasfondo de su
conciencia; de alguna manera, y seguramente con el mensaje de Cristo como argumento
fundamental, los salvajes han de ser redimidos y llevados al orden, a la trascendencia
espiritual, decía su Madre.

“Si vienen los apaches y te llevan consigo – le decía su madre -, tú nada temas,
vive con ellos y sírvelos, aprende su lengua y háblales de Nuestro Señor
Jesucristo…Aquellos salvajes no secuestraron al niño José, pero el consejo de la madre
prevaleció en su mente, como una de las fuerzas formativas de una compleja
personalidad, que tendría en la religiosidad y el pensamiento discursivo sus dos más
sólidos pilares.”34

Cuando Vasconcelos asiste a la escuela primaria “al otro lado” su madre tenía
motivos más hondos para desconfiar del progreso del norte: eran protestantes, y el ver
que su hijo se veía obligado a tratarlos extremaba su afán de arraigar en él la fe católica.
Su pequeña biblioteca ambulante contenía dramas de Calderón en cantos dorados, un

34
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, pag. 7.

24
Balmes, un San Agustín y un volumen de Tertuliano..Alguna vez le hizo leer “La vida
es sueño”, pero el libro preferido era “la historia de Nuestro Señor Jesucristo” ahora su
madre estaba atenta al peligro del alma, lanzado ocho horas al día entre herejes de
escuelas extranjeras.

“Sus estudios los alternaba con prácticas religiosas a las que lo incorporaba su
madre. Esa sensación de orden monástico se proyecta en la filosofía vasconceliana de
una manera clara, ya no como un orden ritual rígido y preestablecido, sino como una
necesidad de encontrar la armonía y el concierto delante del desequilibrio, e incluso el
caos que puede resultar de una falta de organización en el discurso y transcurso de la
vida”.35

Esta mística armonía de la religiosidad materna, y sobre todo el orden y la


seguridad que de ello se deriva, se traduce en la mente de Vasconcelos como “armonía”,
lo que probablemente genera el paradigma central de pensamiento: la estética.

Después que terminó la primaria en Eagle Pass, Texas, Vasconcelos antes de


iniciar la secundaria en Campeche, pasa una pequeña temporada en Toluca, este breve
tiempo hubiera pasado sin dejar la menor huella de no haber sido por una
acontecimiento que altamente significativo para él, se trató de una especie de rapto
místico que tuvo en una Iglesia de Toluca, y que él relata de la manera siguiente:

“ ..La iglesia estaba decorada de blanco y azul, y si no recuerdo mal se llamaba


del Carmen. Nos arrodillamos entonces frente a un altar del costado derecho, dedicado a
una imagen de la Inmaculada. Inició mi madre los rezos. Un bienestar innegable fluía de
lo profundo de mi ánimo. Fijos los ojos en la imagen santa, empecé a descubrir efluvios
de gracia infinita. Las palabras bondad, misericordia, vagamente formuladas por el
pensamiento, se convertían en realidad sosegada y venturosa. De pronto sentí que los
ojos de la imagen se movían; su rostro también descendía levemente. Una sonrisa de
infinita dulzura estremeció el ambiente. La virgen sonreía. No me atrevía a moverme.
No comuniqué ni siquiera a mi madre aquella evidencia, tan superior a mis
merecimientos. Esforzándome oculté el llanto que nublaba mis ojos. Salí de ahí con mi
secreto para siempre… Más bien dicho, hasta que pocos años más tarde, unos
pedantillos miopes lograron convencerme, en nombre de la ciencia, de que no había
hecho sino experimentar una alucinación…El caso es que no he vuelto a tenerlas, como
no las tienen ellos. Nos falta la pureza de ánimo”36.

Estando en el primer año de preparatoria en la ciudad de México, su madre


muere, cuando vuelve a su casa a Piedras Negras, él manifiesta que nada es igual, ante
la tumba de su madre, el padre y los hermanos le transmiten su último
mensaje:…”díganle a Pepe que nunca olvide a Dios, Nuestro Señor”.37

Cuando termina la carrera de abogado a Vasconcelos le ofrecen un trabajo en


Durango, su estancia por allá es corta, su trabajo cómodo y sus distracciones se reducen
a la cacería, fiestas campestres, escuchar música o conversar con la gente,
especialmente con el párroco de la iglesia de Guadalupe, con quien traba una productiva

35
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 20.
36
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, pag. 67.
37
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 29.

25
amistad. “Más de una hora conversé con el culto y tolerante sacerdote, uno de esos que
nos acercan a la iglesia”.

También hace amistad con el joven abogado Luis Zubiría y Campa, sobrino del
Arzobispo. “Emparentado con los aristócratas, pero demócrata, descreído, aunque
oficialmente católico. En cambio, aunque oficialmente anticatólico, yo seguía de
creyente. Pues, ¿cómo dudar de lo divino si por doquier nos envuelve, nos sorprende,
nos deslumbra el milagro de la naturaleza y el corazón de la vida?”38

Un gobernador honorable y amable hacía llevadero el gobierno. Lo conoció en


su palacio, donde le hice visita de cortesía, como empleado federal, y lo encontró más
tarde en la comida anual con que el seminario celebraba el fin de los cursos. A tan culta
convivencia se había llegado que, no obstante las bárbaras leyes de Reforma, todos los
funcionarios del estado, incluso el jefe de las armas, se sentaban a las mesas de los
“curas” en despreocupada convivencia, así era en Durango.

1.7. SITUACIONES DESFAVORABLES QUE IMPIDEN LA APLICACIÓN DE


SU PROYECTO POLITICO – EDUCATIVO.

“En su gran mayoría, las iniciativas tomadas por Vascocelos en la SEP


carecieron de continuidad, con algunas excepciones, como es el caso del muralismo,
pero distanciado del concepto original vasconceliano, llegando a constituirse en el brazo
artístico del sistema político oficialista y con la óptica maniquea de “burgues – villano”,
“proletariado – víctima”. En un mural pintado por Montenegro, se veía al maestro
Vasconcelos sosteniendo el estandarte de la Universidad Nacional; años más tarde, se
borró la figura de Vasconcelos y en su lugar se pintó a una mujer del pueblo; la censura
se extendió a buena parte de su obra literaria y filosófica.”39

En otro célebre mural pintado por Diego Rivera, ubicado en el tercer piso de la
Secretaría de Educación Pública, aparece Vasconcelos de espaldas, sentado sobre un
gran elefante blanco, lo que es una clara ridiculización, por parte de quien fuera uno de
los principales beneficiados por el maestro.

“No obstante las razones que existen para afirmar que hubo censura directa hacia
la persona y la obra de Vasconcelos, una parte de su legado se encuentra detrás del lema
de la revolución mexicana y de la Universidad Nacional. Vasconcelos fue un auténtico
filósofo de la educación, tuvo un proyecto de hombre y de sociedad. Al asumir una
concepción del hombre, el filósofo educador define su punto de partida y su
metodología, determinando sus objetivos, la serie de valores y los ideales humanísticos
que son su meta educativa, pero tarde o temprano el educador tiene que darse cuenta de
que los hilos de la cultura no pueden manejarse con eficacia sino desde más arriba, y
entonces el acceso al poder se vuelve un imperativo”.40

Cuando Vasconcelos percibe que Alvaro Obregón quiere dejar de presidente a


Plutarco Elias Calles, el como secretario de Educación le comenta a su amigo Paco

38
Ibidem, pag. 44.
39
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, pag. 16.
40
DANIEL COSIO, Memorias, México, Joaquín Mortiz, 2 1976, pag. 88-90.

26
Morales: “Esto ya esta muerto desde hace tiempo. Había sido un bello sueño levantar al
país por medio de la educación. Cuando apenas comenzábamos, nuestro presupuesto fue
burlado y reducido para pagar las tropas adictas, para enriquecer a generales, para
fortalecer de nuevo militarismo que nos deshonra desde hace un siglo. Yo me retiraré a
la vida privada afirma Vasconcelos, me dedicaré a escribir, he perdido aquí cuatro años
de vida: no dejo en firme sino unos cuantos edificios que no tardarán en ser albergue de
fariseos: y precisamente porque nuestra obra ha sido noble y fecunda, ella se volverá
contra nosotros. No nos será perdonada. Usted no volverá a figurar porque es honrado y
leal. Y así los mejores, en esta tarea gloriosa y malograda por el ambiente, no levantarán
cabeza. Sobre mí, como sobre ustedes, pesará el estigma de haber sido probos entre los
pícaros, aptos entre los ineptos, patriotas entre los mercenarios, nobles entre los rufianes.
Y porque nuestra obra y nuestra presencia será una acusación viva contra la iniquidad
de los que vienen, no nos dejarán en paz, procurarán aniquilarnos, para que no quede pie
ni el reporte de nuestra presencia frente al mal que nos viene encima. Ya verá usted a
ese Calles, posesionado del mando”.41

“Vasconcelos se lanza a ser candidato a la Presidencia de la República en 1929.


La primera parte de su campaña es la gran fiesta de la democracia; el número de clubes
vasconcelistas crece a medida que avanza en su recorrido y toda una generación de
jóvenes lo apoya”42. José Joaquín Blanco, en su estudio sobre Vasconcelos, resume sus
errores en la lucha electoral: “Se negó a apoyar y no aceptó el apoyo de los generales
obregonistas que se oponían que se oponían a Calles; sólo remota y retóricamente
defendió a los cristeros, no tomó precauciones para el probabilísimo fraude electoral;
trató insolentemente al embajador norteamericano, minó con impertinencias
personalistas la propia unidad del Partido Antirreleccionista; jamás se esforzó para
establecer alianzas políticas que le dieran tanto a él como a sus seguidores seguridades
mínimas”.43

Cuando el movimiento desborda los cálculos y previsiones oficiales da


comienzo la represión; se impiden las manifestaciones, se provocan enfrentamientos
que dejan como saldo decenas de heridos y muertos. En una manifestación de apoyo a
Vasconcelos cae Germán De Campo, uno de sus más jóvenes y entusiastas
colaboradores. El candidato comprende entonces que no llegará a la presidencia. En los
últimos discursos de su campaña intenta preparar a sus partidarios para la lucha que él
siente inminente tras el fraude electoral. Las manifestaciones multitudinarias en apoyo
al candidato de la oposición se convirtieron, por obra y gracia del cómputo oficial en
110, 976 votos frente a casi dos millones a favor de Ortiz Rubio. “Vasconcelos recibe la
noticia en Guaymas, y junto con ella la visita de un enviado de Morrow, el embajador
americano. Viene a proponerle un pacto. Si acepta su derrota recibirá a cambio la
rectoría de la Universidad. En sus memorias llama a Morrow el “procónsul” y a todo
este periodo El proconsulado. A él atribuye su derrota”.44

Surge aquí la tesis fácil de los dos Vasconcelos; antes y después del año 29; el
maestro revolucionario y el crítico reaccionario, el autor de la raza cósmica y el de las
actitudes racistas, el demócrata y el defensor de las dictaduras fascistas. Llega a pactar

41
ROBERTO MARES, José Vasconcelos, pag. 92.
42
JOSE VASCONCELOS, Breve historia de México, Pag. 376-377.
43
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, pag.17.
44
Ibidem, pag. 18.

27
con sus peores enemigos – Calles – en una estéril lucha por recuperar el poder. La
decepción de la democracia dejó el camino libre al autoritarismo.

De su trayectoria accidentada y compleja, el punto de mayor lucidez y de


mejores logros fue su magnífica obra como Secretario de Educación.

28
SEGUNDO CAPITULO.

LA IDEA Y LA ACCION EDUCATIVA EN


JOSE VASCONCELOS.

En este segundo capítulo analizaremos la lucha de Vasconcelos por terminar con el


analfabetismo imperante en el país a principios des siglo XX, su propuesta de
federalizar la educación, el hacer de la educación un elemento al servicio del pueblo,
así como su propuesta educativa para los diferentes niveles de escuela.

2.1. Su lucha contra el analfabetismo.

Todos los libros publicados entre 1910 y 1920 que se ocupan de los problemas
de la enseñanza insisten todos por igual, en el espantoso analfabetismo que imperaba en
México y que todos consideraban un enorme obstáculo para el desarrollo económico,
social y cultural del país. Pese a lo dramático de la situación, nunca se emprendió un
esfuerzo serio y sistemático de lucha contra este azote de la nación, hasta ya va su
concepto de educación de Vasconcelos: que todos los ciudadanos aprendan a leer, a
familiarizarse con la lectura, que se puedan informar de los acontecimientos y así
puedan colaborar en el progreso del país que tanto urgía en ese momento.

Sin embargo, y por primera vez, algo se había intentado para acabar con este mal.
“Desde que fue nombrado rector, Vasconcelos se preocupó por el problema que,
jurídicamente, no era de su competencia y aprovechó la ocasión para promover un vasto
movimiento de entusiasmo y de participación centrado en el tema de la lucha contra el
analfabetismo. Ante la desorganización general de la enseñanza y la total ausencia de
políticas en materia de alfabetización, Vasconcelos, que no podía echar mano de los
servicios de un ministerio con autoridad a escala nacional, decidió apelar directamente
a la buena voluntad individual”45.

45
CLAUDE FELL, José Vasconcelos,1989, Ed. IIH, pag. 24.

29
En un primer momento, la campaña depende en gran medida de colaboradores
voluntarios y de la iniciativa privada; sus objetivos son más a la extensión que a lo
intenso de los mismos y los medios con los que cuenta son limitados y fragmentados; su
desarrollo es algo desordenado y sus resultados pecan de ser ilusorios y engañosos, pese
a la buena voluntad de sus alfabetizadotes y sus “alumnos”. La segunda fase de la
campaña corresponde a una toma de conciencia, por parte de los principales
responsables de la SEP, de la complejidad, del costo y de los aspectos técnicos del
problema, se observa entonces un esfuerzo de organización de medios y de personal,
una especie de resurrección de la “escuela rudimentaria” y una reafirmación de papel
primordial que tienen en ese campo los “maestros ambulantes”.

De junio a noviembre de 1920, José Vasconcelos publica y hace que se


distribuya ampliamente una serie de cinco “circulares” destinadas a poner en marcha la
primera gran iniciativa del rector de la Universidad de México: la campaña contra el
analfabetismo. Se trata de una medida de dimensión y alcance nacional, que rebasaba
con mucho el marco de las atribuciones normales del rector, estas 5 circulares
constituyen el primero de los muchos “llamados” que Vasconcelos dirige a la nación
entre 1920 y 1924. “El objetivo que se persigue es involucrar en una empresa de
“regeneración nacional” al país entero, redimirnos mediante el trabajo, la virtud y el
saber, no solamente a una minoría de funcionarios y de intelectuales por demás
propensos a refugiarse en un aislamiento soberbio y negativo”46. Vasconcelos quería
demostrar que la cuestión abarcaba a todos los mexicanos y deseaba movilizar a la
opinión pública en ese sentido.

La mayoría de los periódicos apoya de manera casi incesante la empresa, da


cuentas de los resultados más espectaculares, publica los nombres de ciertos
alfabetizadotes y realiza numerosas encuestas, sumamente interesantes en la medida en
que permiten penetrar en los medios miserables de las grandes ciudades y en ciertas
regiones particularmente aisladas y olvidadas, que hasta entonces había sido ignoradas
en mayor o menor grado. En una segunda fase de la campaña, el interés se vuelve hacia
algunas zonas rurales. En la capital, la campaña obtiene, durante los primeros meses de
su funcionamiento, un éxito considerable.

Es también a principios de 1921 cuando surgen las primeras dificultades:


Vasconcelos y sus colaboradores van dándose cuenta gradualmente de que una empresa
de tal importancia no puede basarse exclusivamente en el trabajo voluntario y gratuito;
de que no es posible, de la noche a la mañana, convertir al ciudadano menos culto en
“alfabetizador”; de que una campaña de esta naturaleza debe ir respaldada por una
acción propagandística manejada de tal manera que sea a la vez profunda y amplia, de
que la alfabetización de los niños y la de los adultos deben sujetarse a distintos enfoques
metodológicos, de que la transmisión de conocimientos rudimentarios de lectura, de
escritura y de aritmética es quizás insuficiente y debe completarse mediante la
adquisición de conocimientos técnicos y profesionales, “de que la alfabetización no es
en sí misma un fin, y que forma parte de un proyecto más vasto de intervención
socioeconómica, de que existe lo que luego se llamaría “analfabetismo recurrente”,
como resultado de la ausencia de una acción de post - alfabetización coherente y

46
GRACIELA LECHUGA, Ideología educativa de la Revolución Mexicana, México, UAM, 1997, pag.
20

30
constante, y, por fin, de que una campaña tal requería de personal numeroso y de
importantes medios materiales, y era inevitablemente costosa”.47

A este punto donde la campaña contra el analfabetismo encuentra uno de sus


mayores obstáculos: numerosos profesores honorarios escriben al rector para pedirles
útiles (cuadernos, lápices, gris, pizarrones, abecedarios, libros, etc..) y algunos explican
que se han dado cuenta de que la simple buena voluntad no basta si no se dispone
también de un método eficaz, que piden les proporcionen la Universidad, la institución
misma distribuye pronto y gratuitamente, en el D.F., en los estados y territorios de la
federación, todos los abecedarios, las pizarras y otros útiles que permitan facilitar la
tarea de los profesores Honorarios. Maestros e inspectores de educación primaria
“oficiales” se ocuparán de supervisar los trabajos efectuados y los proyectos realizados;
se otorgará a cada alfabetizador un documento que certifique sus conocimientos de
lectura y escritura, la Universidad Nacional de México otorgará al profesor honorario un
diploma por cada cien alfabetizados, diploma que lo acredita para obtener un puesto en
los servicios ministeriales.

Vasconcelos afirma en un mensaje a todos aquellos implicados en la


alfabetización del pueblo mexicano: “A nadie se le oculte que solo un milagro puede
salvarnos. Nuestro estado social es espantoso; pero las fuerzas divinas siempre acuden a
nuestro auxilio cuando se les invoca lealmente”48. Aconseja a los profesores honorarios
no perder tiempo haciendo “escuelitas”, lo que implica la colecta de fondos, cuando “la
misión de los profesores honorarios es una misión de urgencia” Así, los maestros deben
usar su propia casa, los patios de las vecindades, las plazas, las esquinas… No es el
analfabeto quien debe ir en busca de su profesor, sino el profesor en busca quien va en
pos de sus analfabetos, sin tardanza. “el profesor que se espere a contar con un local,
que se detenga porque carece de útiles o porque los alumnos no vienen a él, no es digno
del cuerpo universitario, no es digno de la tarea que se trata de cumplir.”49

La regeneración del pueblo mexicano por la educación y por la cultura implica,


pues, una ética basada en la abnegación, en la renuncia, en el sacrificio; todo beneficio
personal, toda vanidad, todo deseo de sobresalir deben pasar a segundo término, tras la
voluntad general de promover la elevación material y moral sobre todo moral de la
nación mexicana.

“Sin embargo, no basta lo que estamos haciendo- escribe Vasconcelos- es


indispensable que nos esforcemos todavía más, es necesario que meditemos en el
espectáculo de nuestro México reducido a la pobreza y la ignorancia, y teniendo que
vivir en competencia diaria con países ricos e ilustrados”50. Esta última circular enfatiza
especialmente los vínculos que existen entre el nivel de cultura de un país y su grado de
desarrollo económico y social:” Los pueblos sólo son ricos y fuertes cuando la masa de
la población goza de bienestar y es ilustrada; y no hay civilización, no hay cultura
verdadera allí donde unos cuantos se encierran en sus conocimientos indiferentes a lo de
afuera, mientras la multitud ignorante se desquita de tal indiferencia no tomando en

47
ALBERTO SILVA, La escuela fuera de la escuela, México, EDC, 1972, pag. 44.
48
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 32.
49
Ibidem, pag. 33.
50
Ibidem, pag. 36.

31
cuenta para nada a los sabios y egoístas. La ignorancia de un ciudadano debilita a la
nación entera y nos debilita a nosotros mismos”51.

Los profesores honorarios según Vasconcelos deben también “enseñar las


virtudes que son base de toda educación”: la honradez para con los demás y para
consigo mismo, el culto a la verdad, el amor al trabajo, la abnegación, la ayuda mutua,
la amabilidad, (“es necesario que el mexicano aprenda a sonreír cuando mire a uno de
sus semejantes en vez de contemplarlo con hostilidad”). Es aquí donde la obra de
Tolstoi, puede ser de una ayuda preciosa: “Enseñad el secreto de la felicidad que, según
Tolstoi, consiste en trabajar “Enseñad el secreto de la felicidad que, según Tolstoi,
consiste en trabajar para la dicha de los otros y no para la nuestra, es decir, para el ideal
humano considerado como una anticipación y una senda del ideal divino”52.

En febrero de 1922, Abraham Arellano y José Vasconcelos refuerzan la acción


de los voluntarios mediante la elaboración de los estatutos de lo que llamaría el
“Ejercito Infantil”. Todos los niños mexicanos forman parte automáticamente del
Ejército Infantil al cursar el 4, 5 y 6 año de primaria. Los niños que alfabetizaran al
menos a cinco adultos recibirán un diploma de la SEP. En 1922, 5 000 miembros del
Ejército Infantil actuaban en todo el país y habían alfabetizado ya a 8 947 personas, en
1926, Vasconcelos afirma que el número total de profesores honorarios llegó a 5 000, y
agrega: “se calcula que la labor de los maestros honorarios producía una disminución
anual de cincuenta mil analfabetos” 53 . Serían, pues, más de 150, 000 personas las
alfabetizadas entre 1920 y 1924, faltaba mucho trabajo por hacer, pero hasta este
momento no se había hecho tanto a favor de la alfabetización.

Estos resultados no son absolutamente insignificantes, si se tiene en cuenta lo


limitado de los medios de que se dispuso y la inmensidad de la tarea por realizar. Era un
terreno completamente inexplorado y es evidente que el grado de eficacia de la campaña
refleja la carencia de un modelo y de técnicas de probada efectividad, en este terreno,
como en tantos otros, Vasconcelos abrió, pues, el camino. Desafortunadamente, su
ejemplo no tendrá continuación inmediata: las estadísticas oficiales de 1930 muestran
que existía aún un 71 por ciento de analfabetos. Será necesario esperar hasta 1944,
cuando llega a la dirección de la Secretaría de Educación Pública Jaime Torres Bodet
(antiguo colaborador de Vasconcelos) para que México inicie nuevamente una vasta
campaña de lucha contra el analfabetismo.

2.2. LA PROPUESTA DE VASCONCELOS DE FEDERALIZAR LA


EDUCACION.

Si bien cronológicamente la Campaña contra el Analfabetismo se desarrolla


desde la llegada de Vasconcelos y la rectoría de la Universidad de México, el gran
proyecto del rector y de su equipo de colaboradores es devolver sus honores al
Ministerio de Educación Nacional, suprimido por decreto del presidente Carranza el 13
de abril de 1917. Para Vasconcelos es necesario que el poder de decisión del nuevo

51
Ibidem, pag. 36.
52
Ibidem, pag. 36-37.
53
JOSE VASCONCELOS, III boletín de la SEP, 3 10 de Enero de 1923, pag. 4.

32
ministro se extienda a todos los estados de la federación, si los diputados aprueban su
reconstitución, lo cual implica una doble gestión, jurídica y política.

Desde las primeras semanas de 1921, el rector emprende una serie de giras por
varios estados de la república, con el fin de exponer directamente a las autoridades
locales el contenido exacto de su proyecto de ley y discutirlo con ellas. Se preocupa
porque en estos viajes lo acompañe un grupo más o menos importante de intelectuales y
artistas de su equipo. El fin que persigue con ello es doble: dar cierto realce a las giras,
por una parte, pero también dar ocasión a estos escritores y artistas – según él
demasiado encerrados en los salones y cenáculos de la capital – de abrirse a las
realidades humanas y estéticas de una provincia frecuentemente ignorada y descuidada
por los círculos dirigentes y “pensantes” de la ciudad de México. Vasconcelos se
transforma así en el “ministro a caballo”, que visita las principales ciudades de la
provincia, pero también poblados que nunca había atravesado ningún personaje oficial y
regiones que habían vivido al margen de toda corriente cultural y educativa. Pero, sobre
todo visita escuelas, habla con los maestros, toma nota del estado de deterioro de los
locales; hace listas del material necesario que luego enviará, a su regreso a la Ciudad de
México; se informa sobre la salud y las condiciones sociales de los niños que asisten o
deberían asistir a la escuela; instala, en locales provisionales que consigue que se le
presten, embriones de bibliotecas y salas de lectura; pide que se establezcan circuitos
para las “bibliotecas ambulantes”, alienta la creación de museos regionales y la
formación de bandas; organiza espectáculos de danza folclórica y pasa revista a la
producción artesanal de la región. Quizás por primera vez desde la Independencia con la
excepción de Benito Juárez, hombre de la provincia, México ve a uno de sus ministros
“codearse” con las realidades locales y tomar conciencia, sobre el terreno mismo. A la
manera de la nueva escuela etnológica que se desarrolla alrededor de Manuel Gamio, de
las condiciones de vida reales de ese México rural en el que todavía vive, en la década
que va de 1920 a 1930, la inmensa mayoría de la población.

Así en su primer viaje a la provincia, a principios de 1921, por los estados de


Jalisco y Colima, refleja claramente su voluntad de realizar una obra de educación
social y popular, aun si para ello se ve obligado a contrariar ciertas costumbres y a herir
algunas susceptibilidades. Quiere demostrar que el establecimiento de un sistema
educativo nacional debe pasar necesariamente, si quiere ser permanente y eficaz, por un
cambio de las estructuras y los comportamientos tradicionales.

“No porque el éxito de nuestro viaje fue agradable para nosotros, debo dejar de
hacer mención que en regla general las escuelas que visitamos se encuentran en
condiciones verdaderamente lamentables, en condiciones pésimas. Sobre todo los
ayuntamientos de las ciudades grandes han manifestado el mayor descuido. No hay en
las escuelas pizarrones, ni papel ni libros. Los niños se sientan de cuatro en fila en
bancas hechas para dos personas. Los locales son calurosos, incómodos, verdaderas
ruinas, y todavía así la mitad de la población se queda sin escuela, porque no caben en
los mezquinos locales destinados a este objeto”.54

Vasconcelos repite incansablemente, con una convicción indudable y que irá


creciendo al paso de los meses, que el principal interesado en esta empresa es el pueblo
mexicano, y que antes de preocuparse por edificar una enseñanza superior completa y
54
JOSE VASCONCELOS, Informe acerca de la gira en Jalisco y Colima”, Boletín de la Universidad II,
5
, Julio de 1921, pag. 7-10.

33
de alto nivel, México debe pensar sobre todo en satisfacer el deseo de la población de
aprender, en la medida en que ella misma sea consciente de tal anhelo y lo manifieste.
Vasconcelos pide a los miembros de la rectoría de la universidad que le propongan
proyectos de ley sobre la creación de la nueva SEP, aparte de un texto presentado por la
Liga Nacional de Maestros, que no fue examinado por la rectoría, dos proyectos se
presentan a discusión ante el consejo Universitario: uno elaborado por Ezequiel Chávez,
el otro por José Vasconcelos, el proyecto de Ezequiel Chávez cuidaba de no herir las
susceptibilidades de los estados, estipulando que el ministerio tendría a su cargo la
federalización de la enseñanza y de las instituciones de investigación y de coordinación
científica; que además tendría la misión de “fundar, multiplicar y protege
establecimientos dedicados a elaborar y difundir la cultura en todas sus formas”. No
había, pues, nada nuevo en este proyecto, que recogía las líneas fundamentales de la
institución ministerial creada bajo Porfirio Díaz, matizándolas con el laicismo y las
preocupaciones sociales que caracterizaron los debates de 1917 sobre la Constitución.

El mismo Ezequiel Chávez participó, junto con otro antiguo porfirista y


positivista, el ingeniero Enrique O. Aragón, en la elaboración del proyecto de ley
propuesto por José Vasconcelos. El proyecto se imprimió en forma de pequeño folleto,
y fue distribuido entre los miembros del gobierno, los diputados, los principales
responsables de la rectoría y los diarios más importantes de la capital y de los estados,
en contraste con el documento de Chávez y con el proyecto de corte tradicional que se
podía haber esperado del rector, el texto de Vasconcelos lleva la huella de una
originalidad indiscutible, en la medida en que, tras el organigrama administrativo y más
allá de los conceptos jurídicos, contiene no solamente una reorganización y una
modernización profunda de la enseñanza mexicana, sino también, y sobre todo, un
verdadero proyecto cultural; incluye en este proyecto no sólo al maestro, sino también al
intelectual y al artista en la sociedad. Como lo habían hecho los rusos a partir de 1917,
el arte, y más generalmente la cultura, tendrán en adelante oficialmente derecho de
ciudadanía en la vida nacional mexicana, y no ya para el consumo exclusivo de un
cenáculo privilegiado, sino en provecho de la mayoría. Con algunas limitaciones
evidentes, este texto es el primero que instaura en México un verdadero “consumo
Cultural”, Ante todo, mediante la multiplicación de los objetos culturales: como son el
libro, el concierto, la pintura (pero en función de estas nuevas iniciativas) la pintura de
caballete se verá sustituida por el fresco mural, la escultura, la danza, serán
relativamente accesibles, por lo menos mientras la SEP disponga de un presupuesto
digno. En algunos casos, y en particular gracias al impulso que se dará a las actividades
artesanales, el pueblo mexicano redescubrirá parcialmente su folclor y volverá a
producir de manera modesta objetos culturales tradicionales.
La creación de la SEP se inscribe, pues, en el marco de un proyecto global de
“regeneración de la especie”, que buscará salvar a los niños, educar a los jóvenes,
redimir a los indios, ilustrar a todos y difundir una cultura generosa y enaltecedora ya no
de una casta sino de todos los hombres.” 55 El nuevo organismo deberá ser flexible,
ilustrado y poderoso; reagrupará a todos los establecimientos que, en 1920, dependen
directamente de la Universidad Nacional, a los que vendrán a añadirse la Escuela
Nacional Preparatoria, las distintas instituciones de investigación y de tecnología, la
Dirección de Enseñanza Primaria y de las Escuelas Normales, todas las escuelas
oficiales y secundarias del Distrito Federal y de los territorios (Baja California Norte y
Sur y Quintana Roo), incluyendo las escuelas que entonces dependían de los

55
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 59.

34
ayuntamientos (éste será un importante foco de conflicto, que exigirá largas gestiones
por parte de la rectoría), la Escuela Superior de Comercio y Administración y las
escuelas nacionales industriales. Es un primer momento, el antiguo ministerio creado en
1905 por Porfirio Díaz se verá así reconstruido.

La SEP tendrá tres grandes ramas o departamentos: el departamento Escolar, el


Departamento de Bibliotecas y Archivos y el Departamento de de Bellas Artes. Esta
división “trinitaria” es uno de los rasgos más importantes de la ley, pues en el
Departamento Escolar se imparte la instrucción y se educa; en el Departamento de
Bibliotecas se difunde la cultura y en el de Bellas Artes se da a esa misma cultura el
engrandecerla para que sea completa y alta. Lo que la federación pretende hacer en
estos estados es extender su mano protectora pero no con autoritarismo. El gobierno
federal no intervendrá en lo administrativo de las escuelas locales ni en los
nombramientos de su personal: Irá sólo a los estados a dejar la semilla de su ilustración
y el poder de sus recursos. La autonomía de los estados estaría garantizada mediante la
creación de organismos que hacen inmediatamente recordar las estructuras establecidas
en Rusia: como los consejos de educación, que vienen a ser una novedad en México, al
menos tal como el proyecto de ley concibe su papel y sus atribuciones. “La propuesta
será entonces que en una población de más de quinientos habitantes se establecerá un
consejo de educación compuesto por tres partes: el primero representará a los padres de
los niños que asisten a la escuela, el segundo será elegido por los miembros del
ayuntamiento y el tercero representará a los maestros. En palabras más claras, el consejo
de educación estará compuesto por personas directamente involucradas e interesadas en
su existencia: los padres defenderán los intereses de sus hijos; el delegado del
ayuntamiento hablará en nombre de la administración y de las finanzas locales y el
maestro delegado juzgará el valor pedagógico de los proyectos discutidos” 56 . Ya
existían este tipo de organismos, sólo que eran cuerpos políticos emanados las
autoridades que estaban en contubernio en las decisiones tomadas.

Vasconcelos admite que por sus ambiciones y sus alcances, el proyecto de ley
podía parecer “utópico” a algunos “espíritus apocados”, y que efectivamente lo sería si
se pretende ponerlo en práctica inmediatamente y de manera integral. En realidad, se
trata de una obra de construcción gradual y, repetidamente, el texto precisa con claridad
que ciertos objetivos no podrán ser alcanzados si la secretaría no dispone de medios
suficientes. Pero parece ser que Vasconcelos quiere sentar las bases para un futuro
educativo sólido dirigido a todos los sectores de la sociedad, por medio de esta empresa
vasta y ambiciosa. Nunca, quizá se ha enfatizado con tal vigor la necesidad de atraer
hacia los sectores más desprotegidos una enseñanza de base funcional y una cultura
fundamental a los sectores más numerosos.

2.3. LA EDUCACION AL SERVICIO DEL PUEBLO.

“Estoy abrumado de qué hacer, pero he descubierto el secreto de no sentir el


cansancio y tal como supones estoy libre de monstruos y serpientes y animado sólo por
el impulso de las águilas”.57 Estos renglones de una carta escrita en julio de 1920 a
Alfonso Reyes describen fielmente el estado de ánimo de Vasconcelos entre junio de
1920, cuando llega a la rectoría de la universidad, y julio de 1924, fecha en que dimite
56
JOSE VASCONCELOS, El desastre, México, Trillas, 2000, pag. 109.
57
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag.79.

35
de su puesto de secretario de Educación Pública. Vasconcelos parece tener el don de la
ubicuidad ya que inaugura escuelas, bibliotecas, piscinas, edificios universitarios, los
nuevos locales de su secretaría, centros culturales para obreros y, en mayo de 1924, el
gran estadio de la ciudad de México. El ministro constructor se apasiona al hablar de la
cultura mexicana, llega a ser un infatigable propagandista de esta cultura. Oye cantar y
recitar versos a los niños de las escuelas; organiza, en junio de 1921, los funerales de
Ramón López Velarde y, más tarde, los juegos florales de la universidad, preside
inmensos festivales al aire libre en el bosque de Chapultepec, alienta y defiende contra
sus numerosos enemigos al equipo de pintores que comienza a cubrir de frescos los
muros de la secretaría y de los edificios oficiales, da nuevo impulso a la arquitectura, la
música, las artes decorativas, la artesanía, busca que la educación no se agote en el salón
de clases la formación educativa debe estar a la vista de todos.

Todos los viajes que el Secretario de Educación hace están marcados por la
voluntad de vincular los problemas de la educación nacional a las grandes cuestiones
que agitan a México: la reforma agraria, las secuelas del zapatismo, las relaciones entre
el poder central y las autoridades locales, las desigualdades sociales, el papel del
intelectual en la nación, la integración de los indígenas, la repartición del producto
nacional, el lugar del ejército entre las instituciones del país, la política en la universidad,
etc..Vasconcelos sabe que el impulso educativo que se le pueda dar al país, vendrá a
solucionar muchos de los rezagos existentes en este México tan invadido de corrupción
y de una acostumbrada desigualdad entre sus ciudadanos. “Así, la primera reforma que
debe ser emprendida es la de la educación de los maestros. Es necesario que vean con
ojos nuevos e innovadores la historia de México, que elaboren una moral social
destinada a abolir las desigualdades y la explotación de los más débiles, que den
preferencias a una enseñanza oral a base de frases concisas, simples, “salidas del
corazón”. Pero esta reconversión sociológicamente necesaria atañe también a los
médicos, los abogados, los escritores, los periodistas, hay que desechar esa ciencia
pedante que demasiada gente reverencia “como se inclina el salvaje ante una cosa
misteriosa”; el ejemplo debe venir de los “maestros misioneros”, cuyo trabajo humilde
será, sin embargo, extremadamente fructífero para el porvenir de la nación mexicana”58

Vasconcelos basó sus líneas de desarrollo operativo en el maestro (pedagogía y


enseñanza); el artista (el arte) y los libros (ciencia y conocimiento científico), formó
profesores honorarios los cuales eran alumnos de la escuela primaria superior con el
propósito de alfabetizar el campo como la ciudad. Con respecto de ésta última se enfocó
principalmente a los barrios populares, hogar de los obreros, e impartían sus clases por
las noches o los domingos, en carpas puestas exclusivamente para éste fin en las plazas
públicas, donde los alumnos concurrían, de gran ayuda fue el ejército infantil. También
se desarrolló el programa de los desayunos escolares en las escuelas primarias con el fin
de ayudar un poco a solventar el problema de la desnutrición , de esta manera el niño ya
desayunado ponía más atención a la enseñanza.. Fue necesario la creación de otro
programa; el de los maestros ambulantes, que recorrían los pueblos y rancherías con el
propósito de alfabetizar y enseñar a los campesinos nuevas tecnologías que ayudarían en
la producción agrícola y ganadera, pero dada la escasa preparación de los maestros
ambulantes, fue necesario utilizar un grupo de gente especializada en cada rama de la
producción; llamadas misiones culturales, cuyo objetivo era el de preparar a los
maestros y a la comunidad en la producción agrícola, ganadera y de pequeñas

58
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 83.

36
industrias; así también contaban con un médico, que era el encargado de enseñar a las
personas los hábitos de aseo. Los maestros no sabían impartir las clases de música y fue
necesario echar mano de gente de gente conocedora de este arte con el fin de instruir a
los alumnos en dicha disciplina para enseñarles baile y música, cabe destacar que la
música y el baile que se enseñaba era mexicana. Otra forma de llevar el arte al pueblo
fue la creación de bibliotecas donde las personas podían leer libros de cultura en general,
pero sobre todo los clásicos; fue necesaria la publicación de éstos en una versión infantil
para los niños pudiesen entender el fondo de las mismas, pero no nada más la mente
habría de cultivarse, sino que también el cuerpo, de esta manera aparecen los maestros
de educación física.

La ambición del secretario es hacer que los jóvenes de la República recobren el


impulso que animaba a los misioneros españoles en tiempos de la conquista, y que los
acercaba a la población indígena; pero Vasconcelos no quiere dejarse llevar la añoranza
del pasado, quiere subrayar la actualidad social y política de la acción que han de
realizar los “maestros misioneros”, los jóvenes intelectuales reclutados como “maestros
misioneros” se convertirán en “soldados del ideal” y su vocación será el sacrificio:
“sacrificio no sólo por las condiciones que vais a abandonar, sino por la profesión de
humildad que deberéis hacer para entender mejor las necesidades de vuestros alumnos;
sacrificio porque tendréis que adiestrar las manos en el trabajo que aumenta el bienestar
de vuestros instantes, y porque habréis de adoptar formas para transmitir vuestras
enseñanza, pero también exigen una “reconversión”, una conversión espiritual y
pedagógica, que comenzará con un contacto prolongado y sincero con las realidades
locales”.59

„Según Gabriela Mistral, Los logros que se alcanzaron con Vasconcelos al frente
de la S.E.P. fueron:

1.- Creación de la SEP.


2.- Estableció la educación popular.
3.- Creo un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental.
4.- Instaló escuelas rudimentarias en los municipios y en la capital (colonias populares).
5.- Estableció centros y escuelas diurnas y nocturnas con maestros a sueldo.
6.- Aprobó el programa de desayunos escolares.
7.- Creó un país humanizado y dignificado por el conocimiento y el arte.
8.- Estructuró las actividades educativas desde preescolar hasta la Universidad.
9.- Estructuró la SEP en tres departamentos: Departamento Escolar, Departamentote
Bibliotecas y Departamento de Bellas Artes.
10.- Promovió la creación de espacios culturales a través de centros y escuelas para
fomentar la lectura.
11.- Bibliotecas públicas.
12.-Publicación de libros clásicos.
13.- Impulsó la pintura mural.
14.- Defendió los espacios de construcciones coloniales.
15.- Apoyó la difusión de la música y la educación moral.
16.- Creó las casas del pueblo y las misiones culturales.
17.- Enfrentó la problemática indígena.
18.- Creó escuelas de enseñanza técnica y agrícola.

59
Idem, pag. 84-85.

37
19.- Fomentó la creación de la nacionalización a través de los valores morales.
20. Creación de la educación secundaria.
21.- Logró incrementar el número de escuelas, maestros y alumnos.
22.- Edición de libros de texto.
23.- Publicación de la revista El Maestro.
24.- Becas para estudiantes en el extranjero.
25.- Incremento de los sueldos a los maestros.
26.- Derechos de los maestros (jubilación, pensión, premisos y ascensos).
27.- Federalización de la enseñanza.”60

Vasconcelos afirma: “Las universidades las paga el estado con el dinero, con el
trabajo de los pobres y primero que otra cosa alguna deben enseñar a los hombres a
mejorar su condición económica individual y a romper las desigualdades injustas.
Romper el privilegio, romper la casa, estudiar los métodos por los cuales se logre dar la
tierra a quien la labra y el pan a quien lo trabaja: ése es el objeto primordial de la
filosofía económica moderna y de la universidad moderna”61.

Vasconcelos insiste mucho en la producción de frutos tropicales, por que según


él es sobre todo a escala local donde la verdadera revolución agraria debe efectuarse: los
campesinos que asistan a las escuelas agrícolas regionales aprenderán a controlar mejor
y, sobre todo, a comercializar y a exportar la producción agrícola; recibirán una
instrucción general, en la que las materias dominantes serán la geografía, la
meteorología y la botánica; se iniciarán en los rudimentos de la contabilidad, la
legislación en vigor sobre la propiedad, y adquirirán nociones elementales de derecho
laboral; se intentará complementar la producción agrícola mediante la instalación de
pequeñas industrias alimentarias (quesos, embutidos) etc…

Hablando de democracia Vasconcelos afirma que no puede existir sin una cierta
nivelación económica y cultural de la población. La mejor manera de evitar futuras
represalias sería educando las masas y poner a su alcance las ventajas de la vida
civilizada, se declara pues partidario de un socialismo con matices de cristianismo, con
anhelos e justicia pero igualmente respetuoso de la integridad de la persona humana,
pero vuelve a afirmar que en este proceso de definición política, la escuela, la educación
juega un papel esencial.

Según Vasconcelos, todas las revoluciones que han sacudido ha México tienen
como características esencial el ser movimientos sociales que buscaban romper las
barreras de un grupo tradicional que dominaba el sistema colonial. Así pues, la acción
emprendida por la SEP debía recuperar esa vocación social profunda que ha marcado
los grandes acontecimientos del devenir nacional mexicano. De ahí la definición que da
Vasconcelos en una conferencia pronunciada en Washington en diciembre de 1922:
“educar es preparar al individuo para determinado propósito social.” 62 Los maestros y
todos quienes directa o indirectamente tienen que ver con la enseñanza deben tener esta
ley intangible constantemente presente, querer ignorar equivale a traicionar la historia y

60
ALVARO VALENZUELA, Gabriela Mistral y la Reforma Educacional de José Vasconcelos, México,
SEP, UPN, 1994, pag. 59-61.
61
JOSE COVARRUBIAS, la trascendecia política de la reforma agraria, México, Antigua imprenta de
Murguia, 1922, pag. 137-138.
62
JOSE VASCONCELOS, Conferencia leída en el Continental Memorial Hall de Washington, Boletín de
la SEP, I, 1922, 3, pag. 5.

38
la voluntad del pueblo mexicano, por esto el indio debe salir de su analfabetismo y
liberarse de la explotación económica que lo aplasta; el mestizo debe acceder a puestos
de responsabilidad y el criollo habrá de abandonar sus pretensiones de monopolizar la
riqueza y el poder. El estado tiene que renunciar a esa filosofía superficial de los
“científicos” de la época porfirista , quienes se basaban en una especie de darwinismo
sociopolítico para sostener que sólo los más fuertes tenían derecho a gobernar y de tener
acceso al poderío económico, en detrimento de los más débiles. Los hechos se
encargaron de desmentir de manera tajante y brutal esas teorías pseudocientíficas.

2.4. LA PROPUESTA VASCONCELIANA DE LA ESCUELA.

Vasconcelos se preguntaba: “¿Cuál ha de ser el objetivo que persiga el Estado al


decidir fundar escuelas y hacerse responsable del sistema educativo? El sistema en vigor
hasta 1920 formaba individuos incapaces de crear riqueza para el país. En cambio,
producía consumidores de riqueza, producía abogados que viven como aliados del rico
en su explotación y en sus negocios, producía médicos que viven también del trabajo
ajeno, en general producía hombres que no aumentaban la riqueza del globo, sino que la
consumían. En tales condiciones, había que alterar de algún modo la orientación de la
política educativa y hacer que, gracias a ella, la capacidad de producción de cada
ciudadano aumentase: una minoría de consumidores debería dejar su lugar a una
mayoría de productores que se repartiesen, de manera más equitativa, los frutos del
trabajo nacional; era necesario, para usar la fórmula de Vasconcelos, crear productores y
suprimir consumidores”.63 Y en esa misma línea se fue creciendo en la convicción de
que el Estado debería difundir los elementos de la ciencia que son indispensables para
que cada ciudadano sea más capaz de asistirse a sí mismo, sea más capaz de arrancar al
mundo la riqueza que baste a sus necesidades y a las necesidades sociales.

2.4.1. La Construcción de Escuelas.

Por desgracia el gobierno surgido de la Revolución, adoptó la política de


favorecer a las élites, por esta razón a Vasconcelos le preocupa que la educación debería
alcanzar al conjunto del pueblo mexicano, de tal manera que los objetivos educativos
dejaron de ser para unos cuantos para convertirse en objetivos funcionales y, en adelante
se trataba de ante todo de construir espacios educativos para todos. José Vasconcelos
fue un ministro constructor que supo aprovechar una coyuntura económica
relativamente favorable, antes que el país se hundiese de nuevo en las luchas de clanes
que precedieron la elección de Plutarco Elías Calles a la presidencia de la República en
1924, Para Vasconcelos, construir es a la vez la base y la apertura al porvenir de toda
política educativa, pero esta construcción de edificios debería evitar la imitación simple
y pura de modelos extranjeros, la SEP ha de construir escuelas y edificios públicos que
den la doble impresión de ser amplios y sólidos, se requerían salas amplias para discutir
y dialogar, Vasconcelos afirma categórico “Sólo las razas que no piensan ponen el techo
a la altura de la cabeza”. 64 La SEP quisó también evitar construir solamente
instalaciones provisionales, y por tanto se dedicó a edificiar sin derroche y sin lujo, pero
en forma definitiva por la duración y la belleza, pero rechazando todo lo que sea inferior
a la potencialidad étnica y estética del mexicano. Se buscó promover una arquitectura
elegante y acorde al temperamento nacional es, según Vasconcelos, realizar una obra de
63
DAVID BODER, La educación, el maestro y el Estado, México, Cultura, 1945, pag. 14.
64
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 107.

39
cultura, y también contra los corruptos, que representan la suciedad y la promiscuidad
de algunas zonas urbanas, que habían preferido quedarse con el dinero que construir
espacios educativos para el pueblo.”Si México quiere alcanzar el nivel de otros países
hispanoamericanos (en particular Argentina y Brasil), es necesario que la educación
nacional entre al periodo de la arquitectura”.65

Pese a las perturbaciones, y pese a la caída espectacular, que en 1924 se dio en


créditos destinados ala construcción y a la restauración de escuelas, se puede decir que
la acción de Vasconcelos en este terreno fue particularmente coherente y eficaz, a partir
de un modelo arquitectónico definido en función de los monumentos religiosos y de los
edificios públicos legados a México por la colonia, y teniendo en cuenta la exigencia de
la higiene y de la pedagogía modernas, Vasconcelos intentó edificiar, con la ayuda de
arquitectos y artistas de renombre, una conjunto de establecimientos educativos y
culturales adaptados a la obra de regeneración intelectual, tecnológica y espiritual del
pueblo mexicano, que era su objetivo primordial.

2.4.2. Formación del Profesorado.

Vasconcelos buscó como principal apoyo la colaboración del personal de la SEP,


cuyas condiciones materiales de vida ciertamente mejoró, pero del cual exigió una
presencia activa en todo momento. El principio objetivo que se fijó tras su
nombramiento como rector de la Universidad de México fue infundir confianza a los
maestros para que asumiesen nuevamente la eminente función social que les
correspondía en un contexto de paz y de desarrollo económico. “El profesor debe en
adelante renunciar a la filantropía desinteresada y al trabajo no remunerado que lo
condenan a la miseria; ha pasado la época de una abnegación al estilo de Pestalozzi: ser
Pestalozzi en esta época es hacer el papel de Prometeo, entregarse maniatado a una
bandada de buitres municipales que nos devorarían las entrañas. Aunque tiene que
promover la cultura y el progreso humanos, el maestro no debe perder de vista el
objetivo esencialmente moral que persigue; necesita ser suficientemente hábil para
vender, para cambiar su saber y sus conocimientos por ventajas materiales; debe
transformarse. Además, su rehabilitación social implica forzosamente un mejoramiento
substancial de sus condiciones materiales de existencia”. 66 La realidad era que el
maestro se veía reducido a asumir una actitud pasiva; las autoridades superiores le
imponían disciplina y la sumisión en el terreno escolar; se nutría de una situación
económica miserable; todo reflejo propio del hombre libre era aniquilado en él, y se
veía privado de los medios necesarios para satisfacer sus necesidades vitales y buscar su
perfeccionamiento moral e intelectual. Se buscaba que se le considerara un verdadero
trabajador, el maestro debía demostrar la importancia de su papel social y obtener los
derechos que legítimamente eran suyos por ser los del mundo del trabajo. Vasconcelos
los invita a organizarse en asociaciones profesionales (sindicatos, ligas de resistencia,
etc..) deben buscar el contacto y la solidaridad con las otras agrupaciones “proletarias”;
deben adquirir esa conciencia de clase que, según la comisión, consiste en reunir los
elementos que se sienten identificados por una vocación y una preparación comunes, y
en rechazar a quienes no se adhieran a tales criterios.

65
JOSE VASCONCELOS, Obras completas, Tomo II, Libreros Mexicanos, 1957, pag. 796.
66
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 110.

40
Vasconcelos deseaba dar a los maestros más autonomía, porque decía él que si
así como el Estado debe educar hombres libres debe empezar por hacer maestros libres,
y esto algunos lo interpretan como que al maestro se le debía pagar lo más que se
pudiera y que se organizarán su propio saber y experiencia, que será superior, por lo
menos semejante, al criterio del político o de los consejos ejecutivos que en otras partes
manejan los colegios. Si el maestro deseaba acrecentar y conservar su influencia a nivel
nacional debería esforzarse por mantener el contacto con los diferentes sectores de la
sociedad, no caer en el sectarismo y no ceder demasiado ante las reivindicaciones
meramente materiales o de escalafón.”Los maestros han de ser en cierto sentido, el
modelo para os intelectuales mexicanos, el vínculo entre la inteligencia y el pueblo y la
correa de transmisión entre el gobierno y la nación. Por tanto, en primer lugar, la
profesión debe estar dotada de una verdadera ética, cuyas líneas Vasconcelos se dedicó
a trazar. El que los maestros tomen conciencia de su vocación implica primeramente
una reforma de su conducta cotidiana. Esto explica el porque los boletines que
Vasconcelos redacta estén llenos de recomendaciones, tales recomendaciones estaban
para mejorar las relaciones entre los maestros y los padres de familia, a eliminar toda
discriminación social en las relaciones alumno- maestro, a promover una deontología
del profesor mexicano. Son los maestros quienes deben convertirse en apóstoles de la
“práctica de la moral”, necesaria, según Vasconcelos, para vencer el “ateísmo radical”
que perjudica a México en lo religioso, lo político, lo ético y lo estético”.67

Entre 1921 y 1924, José Vasconcelos no dejó pasar ninguna oportunidad de dar
la máxima brillantez a la celebración del día del maestro, tradicionalmente festejado en
mayo. Cada año Vasconcelos tomaba la palabra para exaltar la misión de los maestros y
para intentar fomentar la confianza recíproca entre la administración y el profesorado.
Por ello, todos sus discursos se caracterizan por su sencillez, por una franqueza directa
que a veces raya en la confidencia; se cuida siempre de hablar en primera persona del
plural, con el fin de subrayar su propia identificación con los maestros, con el gremio.
Según el secretario de Educación, el profesor debe trabajar para conquistar el desahogo
material y la libertad del pueblo mexicano, y, más particularmente, de sus sectores
menos privilegiados; debe orientar su acción y su pedagogía hacia la búsqueda de una
mejor armonía y una mayor justicia social. Pero debe también como objetivo prioritario
ser el vehículo de una espiritualidad nueva, capaz de elevar, de transformar y de
regenerar “el alma nacional”. El maestro debe convertirse en una especie de laico santo.

“Los maestros hombres y mujeres que participan en nuestra obra tienen la


convicción de que no sólo desempeñan una función cívica, sino que trabajan en una
suerte de moderna cruzada para la elevación y liberación, de los espíritus y el
mejoramiento de los cuerpos de sus semejantes, por eso el fervor que ponen en su obra
es un fervor religioso y la recompensa que reciben no está ni en el dinero ni en los
ascensos, sino en el sentimiento apostólico, en el goce místico que los anima y
sostiene”.68

2.4.3. El jardín de niños.

La idea de abrir establecimientos especiales para los niños pequeños de cuatro


años en adelante, existía en México desde mucho antes que Vasconcelos fuera
designado responsable de la nueva Secretaría de Educación Pública. “En 1903, gracias
67
Ibidem, pag.118.
68
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, 1981. pag. 279.

41
al impulso de dos profesores que habían tomados cursos en los estados Unidos,
Estefanía Castañeda y Laura Méndez de Cuenca, se fundó una institución modelo para
niños en el anexo de la escuela normal femenina de la ciudad de México”.69El método
Froebel, que daba gran importancia al juego, a la observación y a la invención, había
dado buenos resultados en la educación pre-escolar, pero se había convertido, en manos
de ciertas maestras de clases infantiles, en un recurso un tanto mecánico que aburría a
los niños en lugar de despertar su imaginación y su creatividad. Las teorías de María
Montessori sobre estos asuntos, ampliamente difundidas en México, permiten
modernizar los métodos elaborados por Froebel y dan nuevo impulso al interés
pedagógico por el juego, el movimiento, la libertad del niño.

Vasconcelos recuerda que el jardín de niños no es una escuela, sino la transición


entre la vida del hogar y la vida escolar. Es por ello por lo que las educadoras deben
comportarse en el “como una madre inteligente, sensata, cariñosa y enérgica”. Todos los
ejercicios realizados en le jardín de niños se encuentran en el punto de confluencia de la
atmósfera familiar y de algunas de las actividades que el niño llevará a cabo más tarde,
cuando se integre a la vida social. La disciplina no es, por supuesto, la misma que se
aplica en las escuelas primarias, y se evitará ante todo fomentar en el alumno la
pasividad, la aplicación forzada o la ejecución mecánica de movimientos de mera
imitación. Las educadoras deberán tener siempre presente que los movimientos
efectuados por el niño están dictados por la naturaleza, y que hay que alentar actitudes y
gestos naturales, tratando de conciliar el “buen orden con la libre actividad” y de
contrarrestar las inclinaciones viciosas o desordenadas” que podrían manifestarse. Los
programas estarán elaborados en función de las actividades simultáneas del alma y del
cuerpo y favorecerán “la expresión individual, la iniciativa y la inspiración”; deberán
tener en cuenta los instintos, las inspiraciones, las actividades del niño y del medio en
que vive, incluirán una “iniciación de ideas ulteriores que tenderán al perfeccionamiento
del ser humano”; protegerán la emotividad propia del niño, así como las leyes que rigen
en él la asociación y la concretización de las ideas. Cada mes, la educadora escogerá un
pensamiento dominante que se vincule directamente con las actividades agrícolas o con
la celebración de un acontecimiento histórico importante, con una fiesta tradicional
popular o familiar, con una diversión bien conocida de los niños, etc…70 No obstante,
pese a tales recomendaciones precisas y detalladas, es difícil evaluar el crecimiento de
los jardines de niños entre 1920 y 1924, ya que las estadísticas oficiales no aportan
ningún dato. Podemos, sin embargo, afirmar que los logros en este especto fueron
modestos, teniendo en cuenta los créditos reducidos a tales instituciones y la falta de
educadoras competentes.

2.4.2. La escuela primaria.

En esta etapa educativa Vasconcelos pone mucho de su esfuerzo y dedicación, quiere


hacerla más accesible a un sector más numeroso de la población, dar a los estudios
básicos un carácter más práctico y una nueva eficacia; armonizar sus distintas etapas,
dar uniformidad a los métodos de enseñanza y a los programas, esos fueron los grandes
ejes de la política de Vasconcelos tan sólo para la etapa primaria, así pues, más de 6000
escuelas primarias y más de 11 000 plazas para maestros fueron creadas entre 1920 y
1924, lo cual es considerable y representa un fenómeno único en la historia de México.
Además, estas cifras parecerían probar que la SEP se preocupó ante todo, mientras
69
JUSTO SIERRA, La educación Nacional, México. UNAM, 1977, pag. 445-446.
70
JOSE VASCONCELOS, Discursos 1920-1950, México, Botas, 2 1957, pag. 262.

42
Vasconcelos estuvo a la cabeza, por resolver algunos problemas fundamentales de
infraestructura, particularmente en relación con los locales y los maestros, intentó dar
acceso a un máximo de niños a los establecimientos de educación primaria, pero
siempre dando prioridad a la calidad sobre la cantidad, implantando una educación
funcional, que le parecía más importante, para el porvenir del país, que la adquisición de
rudimentos de cultura cuya única consecuencia habría sido añadir a la multitud de
analfabetos un contingente semi-alfabetizados, condenados a volver a caer en la
ignorancia.

En los primeros meses posteriores a la creación de la SEP una de las primeras


iniciativas de Vasconcelos y sus colaboradores fue la reforma de la escuela primaria. El
procedimiento seguido en este terreno fue ejemplar, y es sintomático de la manera de
obrar de la secretaría. El director general de Educación del Distrito federal, Francisco
César Morales, denunció la anarquía de los horarios de maestros y alumnos, el deterioro
y la suciedad de numerosos locales escolares, el tamaño excesivo de los grupos (hasta
75 alumnos por clase). Fue por cierto en esta ocasión cuando se descubrió entre los
alumnos una proporción impresionante de niños enfermos de tuberculosis, de
raquitismo, de sarna e incluso de sífilis, se invoca como causa directa de estos males la
herencia alcohólica, la mala alimentación, la insalubridad de la vivienda, la falta de
higiene; se acusa sobre todo lo que en aquella época se llamaba “las accesorías”, es
decir, habitaciones estrechas y malsanas donde las familias permanecían en condiciones
espantosas de promiscuidad. Después de estas investigaciones se elaboró un programa
de estudios para las escuelas primarias del Distrito Federal, este texto, era sobre todo
una reflexión sobre los objetivos de la pedagogía contemporánea dentro del marco de la
enseñanza primaria y sobre la adecuación necesaria de la escuela primaria a la
personalidad del niño y a las necesidades del país. El educador deberá convencerse que
el niño no es un simple receptor, sino que es movimiento, actividad y naturalmente
tiende a experimentar, a manipular, a construir, y no se detiene a pensar sino cuando el
pensar se relaciona principalmente con el hacer.

El programa de educación ofrecido por la escuela primaria debe necesariamente


dar al niño oportunidad de enriquecer y de profundizar esta educación que recibe fuera
de la escuela. No propone un reglamento sino, sino “orientaciones pedagógicas”, uno de
los objetivos de este proyecto es convencer a los educadores de que deben utilizar mejor
sus capacidades y su libertad. El se pregunta: ¿Cuál debe ser la misión de la escuela
primaria moderna? Es obvio señala Vasconcelos en su programa que “una de las
misiones primordiales de la escuela primaria es, ante todo, enseñar a leer bien, a escribir
bien, a contar bien, pero su acción no puede limitarse a la transmisión de esos elementos
básicos, por más que sean fundamentales necesarios para vivir en una sociedad
civilizada. El niño aprenderá a leer y a escribir para expresar su propio pensamiento y
sus sentimientos personales, no los del maestro o los del libro. El papel del maestro
consistirá en enseñarle a pensar con claridad, a expresarse con precisión y a hacer que
sienta simpatía por “lo bueno, lo útil y lo bello”. Los imperativos de una sociedad
“civilizada” exigen del alumno conocimiento más vastos y profundos, con el fin de que
pueda progresar y encontrar un lugar en ella. La escuela tiene la obligación de
proporcionárselos, dado que muchos niños, tal vez, ya no tendrán otra oportunidad en
toda la vida”.71

71
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 171-172.

43
Vasconcelos afirmaba que el niño disponía de un tiempo relativamente corto
para asimilar una masa enorme de métodos, de datos, de técnicas, por tanto, hay que
seleccionar esos conocimientos fundamentales y presentarlos en forma concreta y
sintética, evitando detalles inútiles como la avalancha de fechas, batallas de historia,
multiplicidad de nombres topográficos y estadísticos en geografía, algunos vericuetos
inútilmente complicados en el razonar matemático. También opinaba que todo
programa debe ser motivado, es decir, debe tomar en cuenta los intereses, las
capacidades y las tendencias del alumno: así, se dará un lugar muy importante en esos
programas a las relaciones del niño con su medio, y los conocimientos que adquiera le
permitirán interpretar las actividades y los problemas de su entorno y de su vida; hay
que eliminar, pues, de los programas todo lo que sea ajeno a la realidad del contexto con
el que el niño evoluciona y todo lo que pudiera ser armónico de su espíritu y su cuerpo.
El tercer criterio según Vasconcelos es el regir la elección de las materias y la
composición de los programas ha de ser un criterio de continuidad entre los
conocimientos que adquiera en la escuela y los que utilice fuera de la escuela. El
ejercicio de la vida en sociedad prueba que no hay materias aisladas, sino tipos de
experiencia; así pues, el niño debe descubrir mediante sus actividades escolares centros
de interés e ideales que indefectiblemente tendrá que poner en práctica en la vida social.

2.4.5. La educación técnica.

En efecto, en su discurso de noviembre de 1924 ante la sexta convención


nacional de la CROM, Lombardo Toledano afirma brevemente que se puede decir que
en México no hay educación técnica. No obstante, la simple observación de los hechos
permite constatar que por el contrario, la simple observación de los hechos permite
constatar que por el contrario, la enseñanza mexicana cobra impulso en esa época,
gracias a José Vasconcelos. En el mes de enero de 1921 se crea el departamento de
Enseñanza Técnica, que comprende la facultad de Ciencias Químicas, anteriormente
dependiente de la Universidad, las escuelas de comercio Lerdo de Tejada y Doctor
Mora y las escuelas industriales para señoritas, como la escuela corregidora de
Querétaro, en realidad, la enseñanza técnica aún no existía sino en estado embrionario, y
estaba todavía ligados a la artesanía, o bien iban directamente orientados a la
administración y el comercio.

Para Vasconcelos, la enseñanza técnica es la prolongación indispensable de la


escuela primaria. Sobre este punto, el ministro hizo una elección deliberada, que en
varias ocasiones tuvo oportunidades de explicar: “Aún más urgente que el problema de
la universidad declara en Washington en diciembre de 1922 es para nosotros la
transformación de nuestras antiguas escuelas de artes y oficios en moderno institutos
técnicos. En ellos deseamos educar peritos mecánicos, industriales de todo género y
trabajadores en las artes de la ciencia aplicada, con la esperanza de reducir de esta
manera la carga del proletariado profesionista, que constituye entre nosotros una
verdadera calamidad pública. A fin, pues, de suprimir el parasitismo y de aumentar el
número de los productores de riqueza, nos proponemos establecer, por lo menos, una
escuela técnica moderna en cada uno de los grandes centros de población”72

“Se trata de proceder, en este terreno, a una total reconversión de las


orientaciones pedagógicas y de las opciones sociales tradicionales de México: “En vez

72
Ibidem, pag.196.

44
de abrir liceos, en vez de crear facultades de letras precisa el secretario, en vez de hacer
fábricas de abogados y médicos, compramos maquinaria y establecemos escuelas de
mecánica, electricidad e industria químicas”. 73 La primera tarea que emprende, a
principios de 1921, Roberto Medellín, jefe del Departamento Escolar, consiste, pues, en
equipar las instituciones técnicas que existían en la capital y en nombrar un primer
contingente de educación. Los cursos impartidos durante el día se repetían en casi todas
las instituciones por la noche. En la medida de lo posible, se intentó diversificar
instituciones por la noche. En la medida de lo posible, se intentó diversificar al máximo
el tipo de formación ofrecido a los alumnos. En las escuelas técnicas femeninas, la
asistencia es numerosa y asidua. Así, la Escuela Corregidora de Querétaro, que abrió
nuevos talleres de perfumería, de confección en cuero, de pintura sobre porcelana,
fotografía, dibujo, modelado, ec..tiene un enorme éxito, tanto más cuanto que las
alumnas a veces tenían oportunidad de hacer trabajos para particulares. Medellín precisa
que las escuelas tienen gran demanda entre las clases media y pobre. Pero también hay
que subrayar que de las escuelas que ofrecen una capacitación relativamente compleja
por ejemplo, la Esuela de Ingeniería Eléctrica y Mecánica, sale un número
extremadamente reducido de graduados; por otra parte, ciertas escuelas, como la
química, se ven obligadas a enviar a sus mejores elementos al extranjero (en ese caso a
Alemania) para que puedan terminar sus estudios y obtener un diploma de alto nivel.
Vasconcelos intenta remediar tal inconformidad invitando a México a profesores
extranjeros especializados.

Durante el año de 1921, bajo el impulso de Roberto Medellín, toma forma una
verdadera política de enseñanza técnica, con un doble objetivo: transformar las escuelas
técnicas en centros de cultura y de producción, como sucedía en Alemania en esa época,
En septiembre de 1921, Roberto Medellín presenta a Vasconcelos un proyecto que
incluye la creación de nuevos establecimientos que permitan que la economía mexicana
se desarrolle en distintos sectores:

Una escuela de ferrocarrileros: Era necesario desarrollar las vías de


comunicación, así como mantenerlas en buen estado. Por tanto, esta escuela se debía
encargar de formar obreros especializados en la conducción de los trenes, en el manejo
de los frenos de aire comprimido, en el mantenimiento de las señales ferroviarias, en el
servicio de carga y de pasajeros, etc… Además, Medellín esgrime razones “nacionales”
a favor de la creación de tal escuela: los expertos extranjeros, por ignorancia del idioma,
por egoísmo, por falta de cariño hacia los mexicanos y por tradición, ejercían todavía
una política discriminatoria hacia el personal de los ferrocarriles.

También según Vasconcelos era un problema de fricción entre el personal


extranjero y los trabajadores mexicanos el que está en la base de la proposición de crear
una escuela de textiles. Para conservar sus puestos, los técnicos extranjeros a menudo se
rehúsan a permitir que los obreros mexicanos participen en sus conocimientos. Para
Medellín, con prudencia, da otra razón, que provoca la reacción indignada de algunos
dirigentes sindicales y diputados al discutirse en la Cámara el presupuesto de la SEP.

Vasconcelos afirmaba que los obreros han permanecido completamente aislados,


sin recibir consejos de los falsos profetas apóstoles que les prometen inmensos

73
JOSE VASCONCELOS, Orientaciones del pensamiento, México, Trillas, 1999, pag. 20.

45
beneficios y les inculcan la mayoría de las veces ideas exaltadas que mantienen un
espíritu de discordia entre ellos y el capital. “Nada se ha hecho para encauzar el
movimiento social en México por el camino recto y conveniente”74. En la escuela de
textiles, recibirán los obreros, a la vez que la instrucción técnica, que tanta falta les hace,
una educación e instrucción sobre la cuestión social adecuada a producir la armonía
entre sus intereses y los de la nación, la Escuela Gabriela Mistral, que sería una segunda
escuela de economía doméstica y fue inaugurada el 8 de julio de 1922y, por último, una
escuela tecnológica para maestros donde se formarían a los futuros profesores de
materias técnicas. Todas estas escuelas tienen como objetivo acelerar la formación de
obreros especializados, los que, como Medellín admite, son insuficientes si se toman en
cuenta las necesidades económicas del país. La antigua escuela de Artes y Oficios fue
transformada en Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, y no ha sido substituida
por ningún otro establecimiento: hay ahí, pues, un vacío que llenar urgentemente.

2.4.6. Educación Indígena.

En el proyecto de creación de una Secretaría de Educación Pública con


jurisdicción federal, presentado por Vasconcelos en octubre de 1920, se habla de la
creación de “escuelas especiales de indios en todas las regiones pobladas por indígenas
y en las cuales se enseñara el castellano con rudimentos de higiene y economía,
lecciones de cultivo y de aplicación de máquinas a la agricultura. En realidad, tales
escuelas no eran sino una readaptación de las escuelas rudimentarias establecidas por el
decreto del 18 de junio de 1911 y respecto de las cuales se había entablado un debate
que estaba lejos de terminar en 1920. Vasconcelos reconoce la urgencia de poner
remedio a la situación de los indios, pero añade que el antiespañolismo primario de
autores como “Cratér” no es sino una manera apenas velada de arrojar a México en
brazos de los Estados Unidos y someterlo al imperio de su poderoso vecino. Además,
sólo debe existir una sola y misma escuela abierta a todos, sin distinción de raza ni de
color de piel; hay que castellanizar al indio. Vasconcelos dice esto a propósito de la
educación de los indios: “recientemente se ha escrito mucho acerca de la mejor manera
de educar a los indios de pura raza, siendo numerosos los partidarios de la creación de
escuelas especiales para indios; pero siempre he sido enemigo de esta medida porque
fatalmente conduce al sistema llamado de la reservación, que divide la población en
castas y colores de piel, y nosotros deseamos educar al indio para asimilarlo totalmente
a nuestra nacionalidad y no para hacerlo a un lado. En realidad creo que debe seguirse,
para educar al indio, el método venerable de los grandes educadores españoles que,
como Las casa, Vasco de Quiroga y Motolinía, adaptaron al indio a la civilización
europea, creando de esta suerte nuevos países y nuevas razas, en lugar de borrar a los
naturales o de reducirlos al aislamiento. En México, donde el indio ha sido explotado y
humillado tan frecuentemente, la escuela común para todos debe permitir abrir una
nueva era para su raza.

La única actitud coherente en materia de política indigenista fue la asumida, tras


algunos titubeos por la SEP, el 4 de enero de 1922, los diputados del Partido Liberal
Constitucionalista, dirigidos por José Siurob y Juan B. Salazar, vuelven a la carga, y
proponen esta vez la creación de un “departamento de educación y cultura indígena”.
No se trata tan simplemente de alfabetizar al indio, sino de enseñarle a vivir y a no
sentirse ya la eterna bestia de carga de la sociedad mexicana. Salazar pide que primero

74
GABRIELA LECHUGA, Ideología educativa de la Revolución Mexicana, pag. 33.

46
se le enseñe a vivir y luego se le dé el libro y, en la medida de lo posible, en tanto se le
enseña a cultivar la tierra, también hay que enseñarle a leer y escribir, la creación del
nuevo departamento es aprobada por unanimidad. José Vasconcelos acepta esta medida
sin gran entusiasmo, ya que piensa que rompe la armonía de su sistema y puede retardar
la integración del indio. En Marzo de 1922, Vasconcelos comenta cuidadosa y
esmeradamente los objetivos propios de cada departamento de la SEP y no pierde la
oportunidad de subrayar que el Departamento de Cultura Indígena (como la lucha contra
el analfabetismo) sólo tiene una existencia provisional y desaparecerá automáticamente
el día en que “los indios estén en condiciones de asistir a las escuelas ordinarias que
funcionarán en todo el país”. 75 Para el ministro, esta afirmación aparente de la
autonomía de la cultura indígena está francamente fuera de tiempo. La única entidad
posible en este terreno es una cultura nacional, idéntica para todos y accesible a todos.

2.4.7. La enseñanza secundaria y superior.

“En el discurso que Justo Sierra pronunció el 26 de Abril de 1910 ante la


Cámara de Diputados, al presentar el proyecto de creación (se trataba de una
resurrección) de la Universidad Nacional de México, recuerda que ya había elaborado,
en 1881, un texto similar, cuando él mismo era diputado. El plan de 1881, para el cual
Justo Sierra se inspiró en algunas instituciones alemanas, disponía la creación de una
“Universidad Nacional” es decir subvencionada por fondos públicos y, por ende, sujeta
al control del Estado, que reagrupase en su seno diversos establecimientos de enseñanza
secundaria y superior: La Escuela Preparatoria y la Escuela Secundaria Femenina, las
escuelas de Bellas Artes, de Comercio y Ciencias Políticas, de Derecho, de Ingeniería,
de Medicina, la escuela Normal y la de Altos Estudios” 76 Años más tarde Ezequiel
Chávez afirma que la Universidad ha perdido su substancia, los establecimientos de
investigación científica ya no están bajo su jurisdicción, el Instituto de Patología, el de
Bacteriología lo ha absorbido el Consejo Superior de Salud, que sólo que se concretaba
a la fabricación de sueros y vacunas; el de Medicina depende, bajo una nueva forma, del
Ministerio de Agricultura, el cual también ha tomado las riendas de la Inspección de
Monumentos Arqueológicos y de la Dirección de Antropología.

Vasconcelos reacciona vigorosamente contra este desmantelamiento y esta


apatía de la Universidad, y, desde que llega a la rectoría, lucha porque recupere sus
prerrogativas y sus medios de acción: por primera vez desde su reconstitución, la
Universidad tendrá una misión a escala nacional, ya que de ella emana la iniciativa de la
Campaña contra el Analfabetismo. Al tiempo que emprende y una profunda
reorganización interna, el nuevo rector se empeña por definir el lugar de la Universidad
en la vida nacional. Hay que señalar que Vasconcelos expresa repetidamente su deseo
de que se instaure una verdadera “democracia” (la palabra autonomía nunca la
menciona) universitaria, pero sus mayores esfuerzos van desligados a abrir la
Universidad a los grupos sociales que nunca han tenido acceso a ella, ya orientar la
enseñanza hacia aplicaciones prácticas y concretas, con una rentabilidad inmediata en el
terreno social y económico. Ya en el primer discurso que pronuncia como rector deplora
la desorganización y la ineficiencia del Departamento Universitario, y manifiesta su
deseo de poner fin a la actitud de repliegue sobre sí misma que ha caracterizado a la
Universidad desde su reconstitución: quiere el derroche de las ideas proclama, porque
según él, la idea sólo en el derroche prospera. En diversos discursos usa una expresión
75
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 218.
76
JUSTO SIERRA, La educación Nacional, México, UNAM 1977, pag. 333 – 337.

47
ya utilizada por don Justo Sierra para pedir a los universitarios que no se encierren en
una “torre de marfil”, su acción debe tener una reorientación más “social”, dados los
acontecimientos de la historia reciente de México: “las revoluciones contemporáneas
quieren a los sabios y quieren a los artistas, pero a condición de los hombres”. No hay
que poner, pues, el saber al servicio de la opresión, ni convenir al arte en instrumento de
adulación del poderoso.

Vasconcelos afirma que la Universidad debe tomar parte activamente en la


empresa nacional de “regeneración de los oprimidos”. Con demasiada frecuencia y a
veces justificadamente se ha acusado a las Universidades de servir únicamente a los
intereses de una clase, de constituir minorías privilegiadas por la educación y el talento,
que una vez adiestradas en el saber no emplean sus conocimientos sino en beneficio
propio, desentendiéndose de los intereses sociales. Es por ello por lo que el Estado, que
es el sostén de la universidad Nacional de México y el responsable de su
funcionamiento, debe velar porque los conocimientos impartidos que no sean ese
carácter neutro que se disfraza con el nombre de ciencia, para eludir la responsabilidad
de los problemas humanos. Vasconcelos comienza por hacer un apología de la libertad
necesaria para la elección de los organismos universitarios, recuerda que en los
primeros tiempos de la existencia de la Universidad de México, era práctica constante
designar al rector mediante elección de profesores y alumnos, estaban obligados además
a vigilar que los maestros de esta Universidad Nacional tengan como única norma fija la
enseñanza de la verdad y la práctica de una moral social que no se contente con alzarse
de hombros ante las injusticias y las iniquidades, sino que se alce contra ellas para
vencerlas.
Vasconcelos adopta una importante serie de medidas que buscan, por una parte,
devolver a la entidad universitaria los poderes que le confería la Ley de 1910 y, por otra
parte, abrir los establecimientos de enseñanza secundaria y superior a un mayor número
de estudiantes, Mediante un acuerdo firmado por Vasconcelos el 31 de diciembre de
1921, se confirmaba que los establecimientos dependientes de la Universidad eran los
siguientes: Escuela de Altos Estudios, Facultad de Derecho, Facultad de Medicina,
Escuela de Odontología, Escuela de Medicina Homeopática, Escuela de Ingenieros,
Departamentos de Extensión Universitaria y Escuela Nacional Preparatoria. Esta última
había sido anexada a la Universidad a raíz de una decisión tomada por Vasconcelos el 8
de septiembre de 1920.

48
TERCER CAPITULO.

PROSPECTIVAS TEORICAS DE
VASCONCELOS.

En este último capítulo reflexionaremos sobre el pensamiento pedagógico de


Vasconcelos, sus referencias culturales como la música, las artes populares la
arquitectura, la escultura, su propuesta de filosofía educativa y finalmente la
originalidad de su propuesta filosófica – política – educativa.

3.1. Referencias culturales generales.

Vasconcelos consideraba importante que el pueblo se educara no solamente en


el aula, sino que tuviera la oportunidad de expresar su creatividad en otras áreas del
saber y así formarse de manera integra y al mismo tiempo ese progreso educativo, le
diera la oportunidad a la gente de crecer en su nivel de vida.

3.1.1 La música.

Las actividades artísticas que contribuyen a la sociabilidad del pueblo mexicano


se transforman asimismo en vehículo de la expresión de los sentimientos colectivos o de
nuevos “valores” éticos y sociales. Vasconcelos sigue proclamando su fe en el poder
purificador ilustrativo del arte y la cultura: ofrece al pueblo conciertos, murales, ballet,
teatro, involucrando al pueblo ya sea como espectador o como participante, en esas
realizaciones permitirá alejarlo de sus vicios (alcoholismo, pereza, etc..) y de las
manifestaciones de una subcultura que reduce al hombre que por demasiado tiempo han
sido su único alimento cultural: decía Vasconcelos que “mientras hubiera pulque y
corridas no habría teatro mexicano, ni arte mexicano ni civilización mexicana”77.

La dirección de cultura y estética la dirigirá el profesor Joaquín Beristain, al que


le tocará este papel delicado y esencial. Este organismo de difusión cultural se esfuerza
muy particularmente por desarrollar la música, que permite más que la pintura o la

77
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag .413.

49
arquitectura, esa “comunión” en la emoción con la que sueña Vasconcelos, la
multiplicación de los festivales al aire libre que combinan la danza, la declamación, el
canto y la música, son las principales modalidades de acción de la Dirección de Cultura
Estética. Aquí se intenta una vez más, mediante una actividad estética en este caso la
música las raíces profundas de la entidad nacional. Como Vasconcelos Gabriela Mistral
piensa que emana de la música “una fuerza civilizadora tan grande como la de las
religiones”, como él, cree que la música transforma la belleza abstracta en “una cosa
profunda y humana” una política limpiar las canciones populares de la destrucción que
suelen tener, reemplazar las copias que se han infiltrado en nuestro pueblo por obra del
teatro inferior, hacer las canciones de los campos y de las fabricas, que saquen sus
motivos de la misma faena que los hombres hacen.

En 1922 se organizan diecisiete festivales al aire libre; participan 3 000 alumnos


de escuelas en el concurso de los orfeones, se dieron 168 conciertos en teatros o
espacios cerrados; se formaron veinticuatro orquestas públicas. Desde 1920, uno de los
músicos más prestigiosos, Manuel M. Ponce, reclamaba la instauración de la enseñanza
musical obligatoria en las escuelas primarias y en los establecimientos secundarios y
superiores, él estaba convencido al igual que Vasconcelos, de que la introducción de la
música en los programas escolares tendría consecuencias éticas y sociales
indiscutiblemente benéficas. La mayoría de los compositores mexicanos de música
sinfónica aplauden la política de desarrollo de las actividades musicales implantada por
la SEP, que consideran hará nacer un ambiente favorable para la creación y la difusión
musicales. Ponce y sus partidarios sostienen la tesis según la cual una música sinfónica
nacional puede muy bien inspirarse en las melodías populares del país.

Bajo el impulso personal de Vasconcelos, la música popular, integrada a la


música sinfónica pero también, más a menudo, asociada a la danza o presentada en su
forma original, cobra gran auge a partir de 1920, se observa que algunas canciones
compuestas por Gabriela Mistral o por Manuel M. Ponce, con ciertos aires populares
como son “la norteñita”, “Estrellita” Ojos tapatíos”, etc.. alternan con Bach, Chopin,
Liszt, Saint-Saens, Sibelius, etc.. El estado está directamente asociado a la difusión
cultural y se proclaman claramente los objetivos de tales manifestaciones: educar y
desarrollar las facultades emotivas del pueblo con el fin de abrirlo a lo sublime y al
absolutismo, arrebatar a la clase burguesa el patrimonio cultural que había acaparado y
restituirlo al pueblo, afirmar el valor y el derecho a hacerse oír de la música nacional:
México es muy rico en melodías populares dice Vasconcelos: “Pero en la época del
Porfirismo habíamos llegado, como toda la América entonces, a tal grado de servilismo
con los europeos que nos avergonzábamos de nuestras canciones y no nos atrevíamos a
bailar en una escuela de baile popular de México, “el jarabe tapatío” era un baile que
nadie se atrevía poner en las escuelas. En cambio, se les ponía a nuestros pobres pelucas
blancas y bailaban minuetos de la corte de Luis XV, ridículos”. 78 Un principio
fundamental rigió, pues, la acción cultural de la SEP: Un nacionalismo en la enseñanza
del dibujo y de la música; exigimos, por ejemplo, que en las escuelas primarias y en los
coros de obreros sin instrumentos, se dé la preferencia a los cantos nacionales, al
folklore del país. El pueblo mexicano se reconocía en el carácter festivo de esas
canciones y danzas regionales, en las que participaban los niños de las escuelas, incluso
estas diversiones programadas, que para Baktine carecían de espontaneidad, sin
embargo la fiesta se transformaba en “esencia de la cultura popular”. El festival al aire

78
Ibidem, pag. 417.

50
libre presenta así una doble significación: para el poder político, en el cual Vasconcelos
se muestra solidario hasta que renuncia en 1924, el que se instalarán tales
manifestaciones como una legitimación del orden social que permitiría su existencia.
Pero para el ministro esos festivales estaban también destinados a establecer, por medio
de la música, un equilibrio durable entre la totalidad impulsiva de la masa y la unidad
serena del poder. Más aún, estaban investidos de una función ritual necesaria para el
florecimiento y la afirmación de una espiritualidad y de una mística.

3.1.2. El renacimiento de las artes populares.

Gracias al Departamento de Cultura Indígena y a las iniciativas tomadas por el


Doctro Atl, por el antrop 162logo Miguel Othón de Mendizábal, por los pintores
Roberto Montenegro y Gabriel Fernández Ledesma, tiene lugar una verdadera
resurrección de las “artes populares” que el doctor Atl, define así: “aquellas que nacen
espontáneamente del pueblo como una consecuencia inmediata de sus necesidades
familiares, civiles o religiosas”.79 O bien aquellas que nacen de forma espontánea del
pueblo como consecuencia de sus necesidades familiares, civiles o religiosas, que
dejaron los conflictos revolucionarios. Estas artes populares estaban a punto de
desaparecer y las consecuencia serían muchas ya que estaban en estrecha relación con la
artesanía local, que con frecuencia representaba la única fuente de bienes de primera
necesidad que las comunidades a duras penas podrían conseguir en otra parte: ropa,
zapatos, cobijas, trastes, muebles, etc..El problema propiamente cultural de las artes
populares se complica, pues, con factores económicos, sociales, turísticos y
eventualmente industriales, que aparecen a medida que los estudios en este terreno se
hacen más precisos y detallados. Lauro Caloca indica que deben informarse sobre las
industrias nativas y sobre los medios a emplear para perfeccionarlas; también deben
elaborar un proyecto para una exposición permanente de productos indígenas.

En 1922, el Doctor Atl publica, con el concurso de la SEP, dos gruesos


volúmenes, magníficamente ilustrados con fotografías y pinturas, que aportan
respuestas definidas a la mayoría de estas interrogantes. Ante todo, afirma que la
denominación de “artes populares” debe ser tomada en su sentido más amplio y cubrir
“todas las manifestaciones del ingenio o de la habilidad del pueblo de México, las que
tienen un carácter puramente artístico y las de carácter industrial. Según Atl, las artes
populares tienen un papel importante en México porque responden a necesidades
sociales absolutamente vitales, por la variedad de sus productos, porque todos
manifiestan “en sus formas o en su técnica o en su espíritu decorativo o en sus
coloraciones” un sentido estético innato y profundo y, por último, porque presentan
“caracteres muy marcados de homogeneidad, de método, de perseverancia, y
constituyen realmente una verdadera cultura nacional”80 Para Atl, la renovación de las
artes populares es anterior a 1920 y se sitúa entre 1915 y 1917, época en la que se
despertó en toda la república, y muy marcadamente en la capital, una tendencia a
valorizar las manifestaciones de las artes populares, y tanto en las esferas oficiales como
en los centros artísticos y comerciales, nació el deseo de poner en exhibición la
producción artística nacional, la autóctona, la indígena.

79
DOCTOR ATL, Las artes populares en México, México, FCE, 1979, pag. 287.
80
RICARDO SEPULVEDA, “La paciencia de los artistas de Puebla de los Angeles”, México, EUL, 3
1972, pag. 32-33.

51
Atl desea la intervención del Departamento de Etnología del Museo Nacional,
cuya misión era enriquecer las colecciones de objetos toltecas, aztecas y mayas, y
también reunir objetos funcionales utilizados cotidianamente en el medio rural. Con tal
fin, Luis Castillo Ledón, director del Museo Nacional, crea un departamento de artes
indígenas contemporáneas que atrae numerosos visitantes, también Atl se opone
radicalmente a toda modificación y a toda transformación de las artes populares,
tocarlas sería destruirlas dice. En general, los intentos de transformación tiene un
objetivo comercial, que exige la intensificación de la producción indígena y la conduce
hacia la industrialización pura y simple.

En abril de 1923, José Vasconcelos y Enrique Corona, director del


Departamento de Cultura Indígena, redactan una circular en la que hablan de la creación
de esa exposición permanente y llaman la atención sobre las enormes ventajas que
alcanzarían los indígenas mejorando los barnices michoacanos, los productos de
cerámica de tantas partes del país, los primitivos tejidos que fabrican muchos indígenas
y tantos otros productos peculiares que con algún esfuerzo llegarían a ser apreciados
verdaderamente, no sólo en nuestro país, sino en el extranjero.

3.1.3. La arquitectura y la escultura.

El desarrollo de la arquitectura y de la escultura constituye un eje esencial de


esta política cultural y, más que el de la pintura o el de las artes populares, lleva la
huella de la acción personal de Vasconcelos, para quien la arquitectura es el “arte
perfecto” en a medida en que conjuga indiscutibles potenciales estéticas como una
función social evidente. La arquitectura constituirá, pues, una de las principales
corrientes la de origen español, mientras que la pintura tiende a hacer resurgir el pasado
y a exaltar el presente indio de la nación de ese arte mestizo con el que sueña
Vasconcelos para Hispanoamérica. Dos antiguos miembros del Ateneo de la Juventud,
el arquitecto Jesús Acevedo y el escritor Alfonso Cravioto, llamaron la atención sobre la
degeneración y la enajenación de la arquitectura mexicana, y pidieron que se adoptaran
técnicas de construcción nacionales, que respondiesen a las exigencias del clima, del
medio social, de la tradición propia de México. El país debía, pues buscar inspiración en
los monumentos y los edificios públicos civiles y religiosos construidos en el siglo
XVIII para encontrar algunas referencias artísticas.

La arquitectura y la escultura representan en cierta en cierta manera la base a la


vez material y simbólica del pensamiento estético de Vasconcelos y de lo que se podría
llamar si nos atenemos a este período de su vida que coincide con su gestión ministerial
su humanismo. Construir es, para Vasconcelos, desmentir con hechos la reputación de
ineficiencia, de pereza, de desorden y de incoherencia que injustamente se atribuye al
pueblo mexicano en el extranjero, es también una manera, al igual que el desarrollo de
la música, la danza, la pintura o las artes populares, de afirmar su creatividad, su sentido
estético, el vigor de esa tradición redescubierta, la de “una arquitectura poderosa, noble
y autónoma”. Para Vasconcelos era demostrar que la Revolución había entrado en su
etapa de madurez de ello el de la secretaría es un edificio simbólico y que el período de
las ruinas, de los escombros, del desbarajuste y de la destrucción ha sido superado,
México, como en el siglo XVIII, recupera su genio creador, que se encarna en esas

52
nuevas catedrales laicas que son los edificios públicos y las construcciones escolares. Al
pasar revista a los motivos que lo impulsaron a construir el edificio de la secretaría,
Vasconcelos reconoce que “estos pensamiento de erigir una obra en piedra coincidían
con los otros de construir una organización moral, vasta y compleja: la Secretaría
Federal de Educación Pública”. 81 La política de construcción es igualmente grande
como este proyecto nacional: en todos los casos, no se recurrió sino a ingenieros,
artistas y obreros mexicanos. Sin embargo, Vasconcelos insiste en precisar que
“nacional” no significa aquí un repliegue “obsesioando” del país sobre sí mismo dentro
de sus fronteras geográficas, sino, por el contrario, búsqueda y creación de las
características de una cultura autóctona hispanoamericana.

Se busca pues cimentar una cultura sobre una tradición iberoamericana de la cual
será al mismo tiempo la prolongación y la superación; materializando mediante estatuas
un humanismo espiritualista que tiene su fuente tanto en la antigüedad griega como en
el pensamiento de Nietzche ( a través de la oposición entre el impulso y la reflexión) y
que permita abrir la cultura nacional a lo universal; simbolizar un ideal, pero también
probar la creatividad y la eficiencia de los arquitectos y los artesanos mexicanos, hacer
más accesibles al pueblo edificios públicos y escolares donde no se sientan fuera de
lugar, tales son los objetivos de Vasconcelos que él mismo asigna a la escultura y a la
arquitectura, cuyas realizaciones invita a realizar entre 1921 y 1924.

3.1.3. Socializar la pintura.

Si la música cumple una función purificadora, la función de la pintura es


fundamentalmente instauradora y prospectiva. A partir de 1922, bajo el impulso de la
SEP y gracias a sus encargos a los artistas, un movimiento pictórico original cuyo
contenido social y nacional se afirma con vehemencia, lo cual no deja de provocar
reacciones muy vivas, el papel de Vasconcelos es pues a la vez decisivo y relativamente
marginal, ya que dio mucha libertad a los pintores que invitó. Decisivo porque atrajo a
México pintores que estaban en el extranjero, como Rivera y Sequeiros, y porque
permitió a los artistas algunos de los cuales, como José Clemente Orozco, tenían pocas
oportunidades de manifestar su talento expresarse gracias a las vastas superficies que les
ofrece Vasconcelos. La pintura es, pues, para el ministro de Educación Pública, el
complemento indispensable, el elemento decorativo necesario para una arquitectura
auténtica nacional. El movimiento muralista rehúsa dedicarse solamente al paisaje, y
prefiere dar un lugar preponderante al hombre y, particularmente, al hombre del pueblo.

José Clemente Orozco pinta en la Escuela Nacional Preparatoria su famoso


fresco llamado “la Trinchera”; la denuncia de los abusos y de las injusticias de que es
objeto el mundo de los trabajadores; la proclamación del ideal socialista, que debe
transformar la sociedad. Diego Rivera dice que el pintor que no sienta afinidad con las
aspiraciones de las masas no puede producir una obra durable ni válida, un arte
divorciado de los objetos prácticos no es arte”.82 El arte debe ser portador de de valores
ideológicos para el pueblo y convertirse en un poder de educación y de lucha. Este texto
que veinte años después José Clemente Orozco califica de extraordinariamente
importante, en la medida en que se comprometía el futuro mismo del movimiento
muralista y la orientación de la pintura mexicana. Diego Rivera y sus compañeros
81
CLAUDE FELL, José Vasconcelos, pag. 458.
82
JOSE FRIAS, El fabuloso pintor Diego Rivera, México, FCE, 2 1971, pag. 28.

53
imponen en sus pinturas, en efecto, teorías más de acuerdo con las reivindicaciones y las
inquietudes del mundo del trabajo, tal como se expresan en la vida política y sindical de
la época. Algunos críticos sostienen incluso que la obra de Diego Rivera simboliza ese
arte “libre, sintético y vigoroso”. Que combina la sutileza y la intensidad que
Vasconcelos anhelaba para Hispanoamérica.

3.2. LA PROSPECTIVA FILOSOFICO – PEDAGOGICAS DE VASCONCELOS.

Todo sistema pedagógico está marcado por una elección, la de un proyecto de


hombre y de sociedad. Al asumir una concepción del hombre, el educador define su
punto de partida y su metodología y determina su objetivo, la serie de valores, el ideal
humano que pretende alcanzar.

José Vasconcelos concebia la educación como la puesta en práctica de una


filosofía; de ahí la importancia de referirnos a su obra filosófica para intentar dar un
marco a su pensamiento pedagógico y a su obra educativa. “Forma parte de la esencia
de la filosofía ser un pensamiento que nace de nuevo en cada filósofo como resultado de
colocarse ante el mundo como el primer hombre que lo hace objeto de su meditación”.83
Esta es la actitud que asume Vasconcelos y en ello radica la vitalidad de su
pensamiento; no hay duda de que en su obra hay multitud de ideas de detalle que son
exactas, que pueden aceptarse como verdaderas, pero en conjunto el sistema sólo puede
ser considerado como se considera la obra de un artista o de un poeta. Es una obra más
bien de la imaginación, pero también del intelecto humano en el que se proyecta una
personalidad excepcional y es también la reacción de esta personalidad ante el
espectáculo del mundo. La obra de Vasconcelos tiene de filosofía lo que hay en ella de
conciencia de los grandes enigmas y de afán por unificar todos nuestros pensamientos
con nuestros sentimientos y nuestra voluntad. Para Vasconcelos, filosofar es una forma
de acercarse a todos los rincones de la existencia con la finalidad de “descubrir un
sentido en el caos y una dirección en las corrientes”84. Se propone la tarea de revisar e
integrar en un cuerpo unitario el saber válido de todos los tiempos y dar unidad a la
totalidad de la existencia a través de un sistema filosófico.

José Sánchez Villaseñor sintetiza así el esquema filosófico de Vasconcelos: “En


el triple molde de lo físico, lo ético y lo estético, vierte toda la realidad existencial. La
existencia como realidad funda la metafísica, en cuanto acción, crea la ética, y
emparentada con lo absoluto, da origen a la estética”85 La dialéctica es una especie de
pentagrama relativamente fijo, indispensable para dar colocación y valor a las notas,
pero en sí mismo meramente formal y vacío, la ley moral sería entonces esa suerte de
disciplina que integra el sonido musical negando valor a los sones que no alcanzan
cierta altura o cierto timbre, ética simplemente constructora de valores, pero la
verdadera expresión y plenitud del sonido, sólo se revela en los temas y se
complementan en los conjuntos; tal es la estética.86. La concepción vasconcelista de la
historia se verá plasmada en la Raza Cósmica. Su ideal, fundado en el pensamiento de

83
SAMUEL RAMOS, Historia de la filosofía en México, México, Imprenta Universitaria, 3 1943,
pag.144.
84
JOSE VASCONCELOS, Obras Completas, Etica, Tomo III, pag. 309.
85
JOSE SANCHEZ, El sistema filosófico de Vasconcelos. México, Ed. Polis, 3 1979, pag.11.
86
JOSE VASCONCELOS, Obras Completas, Metafísica, Tomo III, pag. 515-16a

54
Bolívar, es una federación de los pueblos americanos de cultura ibérica. Buscar nuestras
raíces comunes en la cultura latina que nos trajo España, principalmente espiritual, esta
sería la única forma de defender nuestra identidad frente al imperialismo anglosajón,
eminentemente pragmático. La raza que surgirá del mestizaje latinoamericano
consumará la unidad a la que tiende la evolución cósmica, superando todas las estirpes.
Ese será el triunfo definitivo del Quetzalcóatl frente a Huichilobos; el águila por fin,
como simboliza el escudo, devorará a la serpiente.

El prototipo humano, el modelo que propone, es Ulises. El héroe de la Odisea


simboliza la lucha del hombre en la triple dimensión de lo físico, lo ético y lo estético.
Es un guerrero, pero su alma inquiere y sueña. Al mito de Ulises enfrenta el modelo
propuesto por la filosofía pragmática: Robinson Crusoe, el personaje solitario de la
novela de Defoe, cuya meta, subsistir, adaptarse al medio, despierta su inventiva y su
ingenio para las soluciones concretas. Vasconcelos ve el “aprender haciendo” postulado
por Dewey una intención instrumentalista y pragmática que, “negando los valores
absolutos” predica la adaptación del ambiente y la reducción del individuo al reino de la
necesidad. Esto precisamente el ambiente y la necesidad, es lo que aprendemos a
superar a través de la educación tal y como lo concibe el filósofo Vasconcelos.
Vasconcelos propone “enseñarnos a vencer a realidad en todos los ordenes es más
importante que enseñarnos la sumisión de la realidad. Y no cabe duda que, cotejando la
escuela dogmática, cuyos efectos todos reconocemos, pero que somete el alma a
preceptos, y la escuela pseudolibre del pensador americano, que erige en disciplina
suprema la realidad de la acción social, resulta opresora la primera pero la segunda
resulta vil”. 87 No rechaza la riqueza de impulsar al alumno a investigar por cuenta
propia pero le parece un artificio convertirlo en el medio supremo de la pedagogía.
Según El, el estar descubriendo lo obvio también cansa y acaba por matar la
espontaneidad. El final de la educación no es tanto descubrir como saber y saber no
tanto para poder como para ser o llegar a ser. Para Vasconcelos el éxtasis del dialogo
pedagógico es la que se da entre Dante y Virgilio: “A cada paso, Virgilio se adelanta
porque sabe la ruta, y lo sigue el discípulo porque confía en su maestro. Al mismo
tiempo, ya que están ambos frente al prodigio, es Dante quien habla y expresa el estupor,
el pensamiento de la nueva experiencia. De esta manera el discípulo añade el valor de la
sorpresa a la aventura común y el valor de ambos se ensancha”.88

La metodología pedagógica que propone está estrechamente vinculada con su


sistema filosófico. Las áreas de conocimiento se dividen, “como la realidad existencial”,
en física, ética y estética. En cuanto a conocimiento ético o ciencias de la conducta el
método de enseñanza se basa en la persuasión y en el ejemplo. En el orden de lo estético,
que comprende cuanto se rige por determinaciones de simpatía, belleza y amor, las
reglas de aprendizaje no son activo-reflexivas como en la ética, sino contagiosa y
reveladora. “El arte no convence ni invita al aprovechamiento, no persuade ni inquieta
el sentido de la responsabilidad, simplemente fascina y engendra dicha.” 89 Estas
reflexiones de Vasconcelos constituyen un marco teórico de la labor que desempeño
como secretario de educación.

87
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos,pag. 22.
88
Ibidem, pag. 23.
89
Ibidem, pag. 23.

55
Sin vocación alguna pedagógica, sin práctica del magisterio, Vasconcelos
pretende explicar como un filósofo procedió cuando el destino lo llevó a la tarea de
educar al pueblo. “lo que he buscado es definir un plan que sería aplicado a no importa
cuál país del continente hispánico. Quiere dirigirse a los maestros patrióticos, incapaces
de vender su alma al demonio de la dominación extranjera, dedicados también a librar la
batalla contra los Herodes locales, instrumentos del imperialismo internacional. Y ante
toda conciencia noble denunció parte de los errores y las maniobras que se han estado
encubriendo con la bandera generosa del liberalismo desde los comienzos de la
independencia. Y a cada uno pide una alianza para la lucha contra las tinieblas y la
traición. Para Vasconcelos es necesario pasar de la embriaguez del mal vino al vino
bueno de nuestras tradiciones y resucitar al Odiseo para oponerlo al simplismo de todos
los Robinsones. Y nos instalamos en la novedad y aceptamos su reto, pero a fin de
trabajarla con toda la sabiduría que atesora la mente. No basta construir utensilios para
el trabajo. Hace falta el totalismo clásico en esta hora de reconstrucciones y de
universalidad afirma. Robinsonismo, empirismo, filosofía de la ruta, es menester
complementarla con la teoría de los fines, la metafísica del bienaventurado desinterés y
la conquista de lo absoluto.

A partir de Rousseau, los educadores se preocupan de quitar a la enseñanza el


carácter de regla impuesta a la conciencia desde el exterior. Y se complacen imaginando
que el niño en libertad, a semejanza del hombre natural hipotético, desenvolverá los más
recónditos tesoros de su particular idiosincrasia. Algunos arremeten contra la escuela de
no hacer otra cosa que sofocar el ímpetu de la semilla maravillosa del crecimiento. Se
asienta de esta manera la escuela nueva en el mito del niño que emerge puro del plasma
virginal de la especie. El niño inocente y el criminal irresponsable, la sociedad verdugo;
ni cristianos sinceros, como Tolstoi, escapan a la tesis vagamente generosa, pero
inexacta de esta nueva teoría. El supuesto del niño prodigio deformado por los sistemas
educativos gana, por lo mismo, adeptos entre todos los que se proponen destruir el
punto de vista religioso de la cultura, sin que haya sido confrontada la tesis
seudonaturalista con las conclusiones de la ciencia de nuestro tiempo, y no obstante el
supuesto apego a la ciencia de los continuadores del roussoísmo. Para Vasconcelos la
ciencia experimental contradice la tesis de la perfección original, implícita en la
pedagogía moderna, desde Rousseau, que la improvisara, hasta Dewey, que no
profundiza pero sí dogmatiza. Conviene tener presente del ruossoísmo, y la ciencia
positivista, que desde un principio nos asimila a la bestia, y ya con Freud nos ha
declarado impuros, con más las más variadas formas de impureza que las derivadas de
la maldición de la Escritura.

Para refutar a Spencer Vasconcelos afirma “En rigor, no conocemos lo natural,


sino su apariencia humanizada desde los orígenes de nuestro conocimiento. Para
nosotros no existe lo natural, sino lo humano, y por eso no es lo mismo lo natural para el
perro o la planta que lo natural para el hombre. Por eso, digámoslo de paso, resultan
absurdas ciertas pedagogías a lo Spencer derivadas de un naturalismo de regla animal,
cuando debieran buscarse, más bien, leyes de humanismo, puesto que se trata de
hombres”.90 Vasconcelos quiere hacer la distinción entre lo natural y lo humano para
ubicar a los dos ámbito en su lugar que merecen, propiamente no existe lo natural,
porque vivimos en lo humano y sólo tenemos comprensión para lo humano. En vano se
debe investigar lo que piensa la célula o lo que piensa el mineral; nos conformamos

90
JOSE VASCONCELOS, Ulises Criollo, pag. 384.

56
pues con una sensibilidad de analogía humana. Juzgamos la naturaleza conforme a
normas que emergen de nuestra sensibilidad, y bien pudieran no condicionarla, pero
condicionan el complejo provisional sujeto-objeto. Y mientras más humanas son y
menos naturales, más adecuadamente preparan la superación del dualismo objeto-sujeto,
en la unidad de una conciencia liberada y profunda. Tal unitaria conciencia rebasa el
simple humanismo y lo coloca en la posición subalterna en que lo humano dejó a lo
simplemente natural. Comprobando la afirmación de que lo natural se torna humano
desde que lo toca el ímpetu del hombre, observamos al cultivador. Una paciente
intervención, prolongada durante siglos, le ha permitido hacer de una gramínea
ordinaria el trigo que nos alimenta. ¿Acaso no resultaría monstruoso que el desarrollo
humano se privase de tan valioso concurso? Según se estudia la naturaleza, nos
convencemos de que el libre desarrollo conduce a desviaciones y degradaciones y no a
novedades plausibles, acaso porque la naturaleza no es libre, sino subordinada al
espíritu. En general, no se da producto precioso sin seleccionamiento atinado, así como
no hay alegría sin disciplina ni triunfo sin dolorosa superación. No es, pues, malo el
cultivo. Puede ser mala una regla pero es peor no tener ninguna. Y no es sino
reglamentación decirle al maestro: “reniega de toda disciplina, crúzate de brazos y
observa al niño, anota sus reflejos, venera sus caprichos”. Cuando algún ingenuo pone
en práctica consejos tales, el niño acaba pegándole al maestro.

Vasconcelos afirma “la acción de una pareja tiene que haber resultado también
nefasta; la escuela no está hecha para la exhibición de ternuras o disputas
matrimoniales; en ella el maestro, hombre o mujer, tiene que funcionar asexuado, como
sacerdote de la sabiduría. Hay en cada niño un germen precioso y único, que debe ser
cuidado con precaución exquisita. Quien siembra, labra primero su tierra, y la riega, y
cuida de que el germen quede intacto. El alma del niño es semilla que requiere trato de
unción. Pero tanto el maestro como el hortelano tendrán que utilizar los recursos de su
ciencia, de su experiencia. El terreno ha sido previamente acondicionado; en seguida,
tan pronto como aparece el tallo, hay que defenderlo de las alimañas, escardarlo de
hierbas. Con el mismo derecho con que hoy se protege al niño de las enfermedades
contagiosas, en todas las épocas el educador también ha creído necesario apartar a la
infancia de las doctrinas que juzga nocivas y fortalecerla con otras que considera
ventajosas. Y, en rigor, lo que siempre ha originado disputas es el tipo de enseñanza
moral que ha de prevalecer en la educación. Ni la escuela más libre llegaría al
despropósito de pretender que sea el niño, por sí solo, quien deba descubrir el bien y el
mal. En todo caso, la escuela tiene una moral que aspira a imponer, y eso basta para que
sea ficticia la imparcialidad del educador y falso el supuesto del respeto de la conciencia
infantil. Con más o menos franqueza, cada uno de los que dirigen escuelas procura
ganar para su partido las reservas de poderío contenidas en las jóvenes generaciones.
Pregonan su neutralidad las escuelas que no hablan al niño de Dios; pero, en cambio lo
ponen de pie frente a la bandera nacional, o lo doblegan los que están más allá de la
patria, frente a la momia de Lenin. Lo cierto es que no prescindimos de nuestra
ideología cuando educamos, ni convendría al niño que pudiésemos prescindir de toda
metafísica, puesto que toda su vida va a desarrollarse en sociedad, dentro el conflicto de
las ideologías y los métodos. Y no cabe duda que el ideal sería., antes que la escuela
más imparcial, la escuela más próxima a la verdad más alta que conoce el hombre. Es
forzoso concluir que, inevitablemente, la escuela conforma el desarrollo del niño, y vale
más que sí se reconozca y no que nos engañemos con neutralidades fingidas o ingenuas.
De lo contrario, caeremos en un fariseísmo que no por llamarse nuevo resulta menos

57
parecido al fariseísmo tradicional. Por eso el maestro adiestra, tonifica el alma, para que
a la hora en que canten todos los credos sepa elegir la más noble y hermosa canción.
Obsérvese de cerca al cultivador; todo es limpio en agricultura, así como todo es turbio
en la zootecnia. El ejemplo de la botánica purifica y aclara tanto como embrolla y
contamina la zoología.” 91 El educador ha de tener en cuenta, entonces, que, tras de
ciertos cuidados a la planta y tomando en cuenta las precauciones a que obliga su
naturaleza animal, el niño ha de ser manejado como una porción de la substancia
radiante del espíritu, Por lo tanto, como una posibilidad de maravillosas e inesperadas
como un rayo. He aquí una versión sumaria y provisional de la metafísica que da
guiarnos. Para Vasconcelos la única manera de levantar la enseñanza es identificándola
con un sistema filosófico. Pero el que se apoya en Rosseau no lo podrá lograr. Ya que
sus secuaces han ido cayendo en el particularismo y la confusión.

Vasconcelos también analiza la postura educativa de Dewey que propone “el


aprender haciendo”, postura que Vasconcelos critica ya que piensa que Dewey realiza
su ideal en la acomodación del niño a su ambiente, pero cualquiera sabe que más allá
del obrar esta el reflexionar, comenta Vasconcelos que Dewey le trae a la mente las
ventajas de las reglas y reglamentos de comunidades y colegios, que al dar ya
prescriptas las obligaciones diarias, los pormenores de la conducta corporal, ahorran el
esfuerzo de pensar en menesteres comunes, triviales, y reservan de esta suerte la
atención para los problemas superiores del pensamiento. Y es porque Dewey, a lo que
parece, quisiera aniquilar la atención de lo grande para ponerse a inventar cada día la
manera de anudar la corbata, la forma de asear la alcoba. Así, en los términos socráticos
la tarea del educador consiste en despertar la conciencia del educando y aun en creársela,
si no la tiene despejada. En todo caso, en suscitarle el desarrollo hasta que se produzca
aquel parto del alma, finalidad suprema de la educación. Poner el alma misma en la
técnica es un error según Vasconcelos criticando a Dewey “Sin embargo, tal es la
conclusión del confusionismo de Dewey, hoy tan en boga en las naciones
iberoamericanas y coloniales, sedientas de ídolos que les acojan la pleitesía. En un
pueblo pragmático, vasto hormiguero de experiencias, encaminadas todas a la
utilización del ambiente, la escuela de Dewey es término de un desarrollo lógico y no
por eso menos nefasto. De sus consecuencias, sin embargo, sabrá librarse a su tiempo
aquella nación llena de vitalidad. Pero la importación del sistema Dewey entre nosotros
en un caso aberrante, de consecuencias más graves que el reparto del opio y de alcohol
practicado con otros coloniales. Con el pretexto de que busca despertar la curiosidad del
alumno en relación con el mundo que lo rodea, el sistema Dewey gasta la atención de la
clase en el detalle, la espontaneidad interior queda ignorada, si no anulada. Con
apariencia de libertad, entonces, lo que en realidad se obtiene es producto de millones
de ejemplares humanos aptos para el aprovechamiento de ciertos aspectos del medio
externo, ciegos para lo desinteresado, fieles al rebaño y sin otra finalidad que el record,
lo mismo en el trabajo que en la diversión y el goce. O sea, la libertad al servicio de la
esclavitud; la iniciativa subordinada al crecimiento de una organización que endiosa el
objeto acumulado en proporciones que abruman” 92 Tratad de enseñar a un niño lo que
es útil para él como niño, dice Dewey, a la vez que sostiene la tesis de la instrucción
como objeto de necesidad. Por ejemplo es conocido el efecto de una maestra de modales
finos. De costumbres pulcras, en una región descuidada y áspera. Y ¿se puede decir que
91
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, pags. 38-41.
92
JOSE VASCONCELOS, Obras completas filosofía, pag. 348.

58
esta maestra, con su ejemplo, está adaptando al niño a su ambiente? Indudablemente
que lo que hace es fijar un modelo que, de ser imitado y lograr propagarse, dará el
resultado de crear un ambiente nuevo. No es, por lo mismo, la necesidad el interés
fundamental de la educación; la mueve asimismo el don individual de sobreponerse al
ambiente y a la necesidad. La educación es un proceso de expansión, adiestramiento y
realización de la conciencia. De suerte que la realidad ambiente se enriquece con el
alma educada, precisamente porque ésta reforma y burla en aspectos importantes la
necesidad y desarrolla el prodigio de una conciencia libre, por sabia. Toda la razón está
de parte de los educadores que insisten en que el niño ha de darse cuenta de los
mecanismos que aprende a manejar y ha de procederse como si en cada caso el niño
fuese el descubridor del proceso utilizado; pero no se olvide que al mismo tiempo ha de
estar pendiente el maestro del instante en que el ánimo del alumno salta de lo ya
conocido a lo ignorado. El maestro ha de crear estos casos, si no los descubre el alumno.
En todo momento ha de tenerse presente que el papel del maestro es el de guía más bien
que de ayudante de laboratorio reducido a registrar los pequeños reflejos del niño,
fetiche de la pedagogía.

En materia de sociología, la teoría vasconceliana de “La raza cósmica” se ha visto


confirmada en las obras de Toynbee, que advierte en la historia un proceso hacia la
heterogeneidad y mezcla de todas las razas. Vasconcelos insiste en que a la larga vendrá
la unificación de la especie, con aumento de sus potencias si logra aprovechar las
virtudes de los componentes.
En Filosofía, José Vasconcelos reclama el derecho a que se juzguen como suyas las
tesis siguientes:

a).- La teoría del a priori estético, en el cual se afirma que el fenómeno de la belleza
obedece a formas específicas, que son: El ritmo, la melodía, La armonía y el
contrapunto, formas independientes totalmente de las formas lógicas aristotélicas.

b).-La teoría de la coordinación mental que liga conjuntos heterogéneos. Cuando


pensamos en un objeto, por ejemplo, ponemos en un sector de la mente lo que nos dice
del objeto la Física, lo que nos dice la Química, lo que nos dice la Literatura, y así la
labor del filósofo va a consistir en coordinar todas esas esferas del conocimiento, para
lograr algo que ya no es “logos”, sino Armonía. La verdad, en consecuencia, ya no es la
reducción de lo particular a lo general piensa Vasconcelos, sino el secreto de la
coordinación de valores irreducibles uno al otro, pero que se ligan por la vida y la
acción, dando por resultado una existencia como armonía.

c).- En su ensayo titulado “La sinfonía como forma literaria”, Vasconcelos lanzó por
primera vez la tesis de que el arte supone la combinación de elementos heterogéneos
que se coordinan en forma no intelectual, sino de forma armónica y estética, a efecto de
producir efectos de conjunto, que son perfectamente inteligibles y además sensibles y
que no tienen nada que ver con las conclusiones lógicas de la mente Esta tesis coincide
con las ideas sobre la belleza del poeta Elliot, en sus Cuartetos, escritos, como diez años
después, según lo ha hecho notar el filósofo norteamericano Philip Wheelwright.93

En la obra escrita de Vasconcelos hay un semillero de ideas geniales que,


mediante un apropiado cultivo, pueden tener un desarrollo fecundo. Vasconcelos puede

93
ALVARO VALENZUELA, La Reforma educacional, pag. 79 -82.

59
salvarse, para la posteridad, en antología. Y aún no se ha hecho una verdadera antología
de la obra filosófica de nuestro pensador. ¿Porqué Vasconcelos, a diferencia de tantos
otros filósofos, ha logrado enardecer a las juventudes en fervor hacia él? Porque ha
amado, sin transigir, lo bello y lo valioso; porque ha preferido la Verdad antes que la
paz.

3.3. PROSPECTIVAS POLITICO - EDUCATIVAS EN VASCONCELOS.

La actividad pedagógica de Vasconcelos fue también idiosincrásica, en primer


lugar es una pedagogía política ya que apunta al cambio social estructural y no sólo
individual. El sujeto de sus reformas es colectivo: el indio en primer lugar y luego el
mestizo, su meta recuperar el pasado prehispánico y vincularlo orgánicamente con el
México moderno, tomando ambos cabos. Del primer mundo rescatará las culturas
sobrevivientes de cada etnia, del segundo tomará los clásicos, no sólo los griegos y
latinos, sino sobre todo la herencia cristiana. Aún en su época final de agnosticismo,
seguirá afirmando la sabiduría evangélica sobre cualquier otra. La originalidad de su
propuesta: las misiones pedagógicas. Inspirado en el modelo eclesial del envío de
misioneros a apartados lugares sin asistencia regular, por lo tanto, desde el inicio la
pedagogía aparece integrada en un esfuerzo comunitario que no había tenido precedente
en México. El fundamento filosófico de su propuesta: por un lado la hora de una raza
nueva, más fuerte y vital que las dos razas madres: el mestizo y su futuro, expresada en
un lenguaje filosófico que México no conocía, ni conocerá hoy día. Por otro lado una
filosofía espiritualista nutrida en lecturas de Platón, Plotino, agustín, Bergson y otros.
La genialidad del ministro de la SEP está en el enfoque pedagógico lúdico, manual y a
la vez gnoseológico. Las misiones eran un éxito porque no eran una forma escolarizada
de instrucción. Cada una era una fiesta social completa. La gente se trasladaba a la plaza
y allí se revivía una forma de convivio que los acercaba a sus raíces. La misma lectura
pública era un acto comunitario. La lectura seguida de inmediato del comentario.
Mucho tiempo después Pablo Freire en el Brasil intentaría una forma similar de
pedagogía, pero esta semejanza no ha sido destacada y trabajada por motivos obvios.

Así se dirigió Vasconcelos a los estudiantes universitarios: “los hombres libres


que no queremos ver sobre la faz de la tierra ni amos ni esclavos, ni vencedores ni
vencidos, debemos juntarnos para trabajar y prosperar. Seamos los iniciadores de una
cruzada de educación pública, los inspiradores de un entusiasmo cultural semejante al
fervor que ayer ponía nuestra raza en las empresas de la religión y la conquista. No
hablo solamente de la educación escolar. Al decir educación me refiero a una enseñanza
que sirva para aumentar la capacidad productora de cada mano que trabaja y la potencia
de cada cerebro que piensa. No soy amigo de los estudios profesionales, porque el
profesionista tiene la tendencia a convertirse en parásito social, parásito que aumenta la
carga de los de abajo y convierte a la escuela en cómplice de injusticias sociales.
Necesitamos producir, obrar rectamente y pensar. Trabajo útil, trabajo productivo,
acción noble y pensamiento alto, he allí nuestro propósito. Pero todo esto es una
cumbre; debe cimentarse en muy humildes bases, y sólo puede fundarse en la dicha de
los de abajo. Por eso hay que comenzar por el campesino y por el trabajador. Tomemos
al campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a centuplicar el monto de su
producción mediante el empleo de mejores útiles y de mejores métodos. Esto es más
importante que adiestrarlo en la conjugación de los verbos, pues la cultura es un fruto

60
natural del desarrollo económico. Los educadores de nuestra raza deben tener en cuenta
que el fin capital de la educación es formar hombres capaces de bastarse a sí mismos y
de emplear su energía sobrante en el bien de los demás. Esto que teóricamente parece
muy sencillo es, sin embargo, una de las difíciles empresas, una empresa que requiere
verdadero fervor apostólico. Para resolver de verdad el problema de nuestra educación
nacional, va a ser necesario mover el espíritu público y animarlo de un ardor evangélico,
semejante, como ya he dicho, al que llevara a los misioneros por todas las regiones del
mundo a propagar la fe. Al cambiar la misión que el nuevo ideal nos impone, es
menester que cambien también los procedimientos del heroísmo. Me refiero a esto:
todavía hasta nuestros tiempos lo mejor de la sociedad femenina de nuestra raza, las
almas más nobles, más refinadas, más puras, se van a buscar refugio al convento,
disgustadas de una vida que sólo ofrece ruindades. Huyen de la sociedad porque no ven
en ella ninguna misión elevada que cumplir. Demos, pues, a esas almas la noble misión
que les ha estado faltando: facilitémosle los medios de que se pongan en contacto con el
indio, de que se pongan en contacto con el humilde y lo eduquen, y veremos cómo todos
acuden con entusiasmo a la obra de regeneración de los oprimidos; veremos cómo se
despierta en todos el celo de la caridad, el entusiasmo humanitario. Organicemos
entonces el ejército de los educadores que substituya al ejército de los destructores. Y
no descansemos hasta haber logrado que las jóvenes abnegadas, que los hombres cultos,
que los héroes todos de nuestra raza se dediquen a servir a intereses de los desvalidos y
se pongan a vivir entre ellos para enseñarles hábitos de trabajo, hábitos de aseo,
veneración por la virtud, gusto por la belleza y esperanza en sus propias almas. Ojala
que esta Universidad pueda alcanzar la gloria de ser la iniciadora de esta enorme obra
de redención nacional.94

Así Vasconcelos, trató de darle al pueblo mexicano y latinoamericano, el


conocimiento de la concientización de sus orígenes culturales. Al promover y difundir
la cultura en México. Vasconcelos lo hace más plural, más democrática, más variada y
más rica, incluso en términos propiamente filosóficos. El deseo de Vasconcelos en si era
convertir a México en el país más importante, culturalmente hablando de América
Latina, puesto que pensaba que México “Es heredero de una enorme tradición cultural”.
Es por eso el porque fue un gran impulsor de la escuela rural”, con maestros
improvisados, tratando siempre de concientizarlos, haciendo de su profesión un
verdadero apostolado logrando así, convertir las escuelas y algunas comunidades que
prestaban sus casas en unas verdaderas agencias de transformación social. Por si todo
esto fuera poco, aun trata de ir más lejos en sus ambiciones como educador de las
nuevas generaciones, y evocando el ejemplo que le había suscitado los antiguos
misioneros españoles, durante su labor evangelizadora, creo el llamado departamento de
Enseñanza Indígena, para la cual nombró a una serie de maestros que debían inspirarse
directamente en la propia obra de aquellos misioneros, para ir difundiendo la palabra
hablada y escrita entre los lugares, pueblos y campos más necesitados de ella. Era un
impulso político gigantesco para crear una educación rural, técnica y urbana. La
creación de redes de bibliotecas, de misiones culturales, de escuela, de casas del pueblo
creadas para educar, como centros educativos básicos, y al mismo tiempo la educación
indígena, formaba un todo asombroso, insospechado solo unas fechas atrás.

Tras educar rudimentariamente a los mexicanos, una vez difundida la lectura y


escritura primarias, procura fomentar una política de acercamiento a los libros para su

94
ALICIA MOLINA, José Vasconcelos, pag. 203 - 208.

61
lectura, él incluso patrocinó numerosas ediciones de obras clásicas, para que fueran
repartidas entre esos nuevos alumnos, y les educará en algo tan fundamental como
enseñar a que las gentes que acabaron de aprender a leer, pudieran tener la inmensa
satisfacción de dar salida a sus nuevos conocimientos con algo tan hermoso como podía
ser el conocimiento de los textos clásicos, una especie de fuente del saber para quienes
muy poco antes no sabían apenas nada. Así este trabajo trata de ese alguien que pensó
en la cuestión indígena, ese mexicano que hace ver que el mexicano y el hombre
latinoamericano que perdido en su legitimación de ser, anda en búsqueda de bienes.
Vasconcelos trata este problema y lo relaciona con un problema filosófico, con el
aparato de estado para desarrollar una pedagogía y filosofía, pensando siempre en el
problema de la nación y de , sus elaboraciones, estableciendo con ellos un esquema que
entra más tarde en crisis. Crisis porque al insertar el problema de la población, en
particular, de su pensamiento y de su raza, que es la raza indígena y la raza española.
Vasconcelos rompe con las cadenas que estaban atadas los mexicanos y
latinoamericanos. Al liberarse de esas cadenas, Vasconcelos, va a afirmar que se
alcanza la libertad. Esa libertad es la libertad creadora, es el modo de ser que todos los
hombres poseen por el hecho de ser hombres. Un nacionalismo que buscará en sus
pueblos lo que la nueva filosofía – política buscará en los individuos. Es decir un modo
autentico de ser propio. Quería educar al pueblo haciéndole ver que no habría que
renegar de la patria, pues era necesario que se viviera el más alto interés de la raza, que
podría llegar a ser el más alto interés de la humanidad.

Así Vasconcelos hablaba que “era necesario superar nuestra falta de fe, en
nosotros mismos” 95 ¿Qué nos quería decir con esto? Que nosotros no confiamos en
nosotros mismos, la falta de fe en la lectura que se hace aquí en la patria, hace que nos
neguemos así mismos. “Unicamente se piensa que los extranjeros son los únicos que
tienen cultura. Esto es una aberración en México y América Latina, hay mucha cultura,
mucha poesía, Tanto obras de arte, como la prehispánica, como la música. El hombre
latinoamericano tiene también derecho de hacer una política educativa para construir su
propio sistema de pensamiento que cuando menos lo acerque a la verdad profunda,
emprenda la ardua de forzarlo”.96 Reconociendo nuestra cultura, nuestras tradiciones y
aceptando nuestra raza, la intención de Vasconcelos no va a estar en vano. Su clara
intención era crear una filosofía política hispanoamericana, permitiéndola, elevarse al
rango de lo universal. Vasconcelos pone en juego su espíritu esteta y sentimental de su
raza iberoamericana, hecho de luz, de sol y de colores, de misterio y de abismo, de
inquietud existencial, de honda emoción y de audaz aventura, formulando un sistema
que es un poema cósmico orquestando, que comienza con un monorritmo de las
tumabás y tumbaderas tropicales es, símbolo del automatismo mecánico de átomo, y
que concluye en el clamor sinfónico que simboliza el grito del espíritu en vuelo
desalado al absoluto.

Este análisis filosófico – educativo que desarrolla Vasconcelos sobre su


propuesta de las razas, va a constituir el centro del análisis de la propuesta de una
filosofía propia, proponiendo al sujeto un análisis dialéctico y pensante y en este sentido
se ve que Vasconcelos trata de que se retome y se analice el aspecto de identidad y
pensamiento en donde se pueda pensar más en esta identidad y personalidad propias.
Vasconcelos va a resolver la cuestión al ofrecer su filosofía de la raza iberoamericana,
con el lema del positivismo “Amor, Orden y Progreso”. Con esto Vasconcelos busca
95
JOSE VASCONCELOS, La Raza Cósmica, México, Austral, 15 2002 pag. 19.
96
Ibidem, pag. 21.

62
encontrarle significado a la realidad, que según él tiene algunas manifestaciones de
insignificados, como momentos de crisis, falta de identidad que rompe el sentido de los
sujetos, y que se debe continuar por buscar la búsqueda de ellos mismos, en esto
colaborará la historia, la filosofía, la educación y la política. Conjuntando persona –
realidad para interactuar de la mejor manera. En esta reconstrucción de pensamiento y
fusión de razas, sin distinción de color, llevando a una “quinta raza” con América,
Vasconcelos, nos muestra al hombre mexicano latinoamericano, como un conjunto de
fuerzas que aunque comúnmente no conciente de ser, tal hombre pensante. Vasconcelos
los impulsa a ir adelante. Si analizamos nos daremos cuenta, según nos dirá
Vasconcelos. El sujeto mexicano y latinoamericano, siempre anda en busca de su ser, su
identidad, aparentemente perdida, este hombre reconstruirá su pensamiento, después de
que halla concientizado, de que es importante, por ser una raza de varias razas,
conllevándolo posteriormente a hacer filosofía propia. Así reconstruirá no solo su
pensamiento sino que se sentirá orgulloso y enfatizará su constitución como sujeto que
piensa y que puede realizar y aportar conocimiento nuevo comprometido en el estudio
de su devenir histórico, para así poder desarrollar una sociedad.

Frente a estas ideas de exclusión, Vasconcelos va a representar, el concepto de


selección natural donde, va a ser necesario y de vital importancia el argumento de
síntesis que protagonizará el mestizaje. Hay que entender que Vasconcelos tuvo mucha
influencia de varios autores, cuyas ideas resultaron fundamentales para su filosofía y su
propuesta pedagógica, pero no hay que entender por eso que lo realizado por
Vasconcelos es una simple y extraposición de pensamientos ya dados. Por el contrario,
buscara, amalgamarlos, pero, a la vez, les dará su propia impresión de sello intentando
llevarlos a un método pedagógico- filosófico.

Al proponer Vasconcelos “El advenimiento de una nueva raza” en América, que


fusionará a todas las otras razas sin distinción de color o número, creando una nueva
civilización que erigirá una ciudad: Universópois. Conceptualizando acerca de nuestro
destino histórico, donde sea aceptado y sea tomado en cuenta como un sujeto que aparta
pensamiento y conocimiento propio y nuevo. Y lo va a expresar profundamente en el
diseño del escudo de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Y en el decreto
correspondiente; al mapa de América que se corta en el Río Bravo rodeado de una
leyenda que dice “por mi raza hablará el espíritu”. Sosteniendo el escudo se encuentra el
águila y un cóndor apoyando todo en una alegoría de los volcanes y el nopal azteca. Ese
lema, revelara la vocación humanística de Vasconcelos, donde, su convicción por la
patria y por Latinoamérica, es la elaboración de una cultura que hoy hay que rescatar y
reconocer porque esta ahí y no fue heredada. La presentación de la leyenda del escudo
Universitario “por mi raza hablará el espíritu” es la significación que despertamos de
una larga noche de opresión. Y esta interpretación, es el manifiesto a una nueva
independencia, una segunda independencia, donde, se va a retomar, una conciencia
mexicana latinoamericana. No como formula de combate contra alguien, sino más bien
la afirmación de un pensamiento mexicano latinoamericano. La base de esta ideología
entre otras cosas en el Vasconcelismo, se debía a que no había una Universidad que se
preocupara por los estudiantes mexicanos – hispanoamericanos, es decir la Universidad,
no se ocupaba de los asuntos de México y todo el continente Americano. Si o más bien
se preocupaba por asuntos europeos. De modo que la universidad en América y México
se había detenido en el pensamiento Europeo del siglo XVII y del siglo XIX. Para
Vasconcelos, como para los Vasconcelistas, el continente de América, se presentaba

63
como futuro y novedad: La América española es lo nuevo por excelencia, novedad no
sólo de territorio, sino también de alma.

El súbito reconocimiento de las riquezas pasadas y presentes, piedad histórica,


búsqueda de identidad, nacionalismo no es obra directa de Vasconcelos, pero creció y
afino con su impulso. Con esto Vasconcelos nos comenta que nos sentimos
conquistados derrotados. “Nada tiene de extraño que no acabemos todavía de salir de la
impresión de la derrota. Atravesamos épocas de desaliento, seguimos perdiendo no solo
en soberanía geográfica, sino también en poderío normal. Lejos de sentirnos unidos
frente al desastre, la voluntad se nos dispersa, en pequeños y vanos fines. La derrota nos
ha traído la confusión de los valores y los conceptos, la diplomacia de los vencedores
nos engaña después de vencerlos; el comercio nos conquista con sus pequeñas ventajas.
Despojados de la antigua grandeza, nos ufanamos de un patriotismo exclusivamente
nacional y ni siquiera advertimos los peligros que amenazan a nuestra raza en conjunto.
Nos negamos los unos a los otros. La derrota nos ha envelecido a tal punto, que sin
darnos cuenta, servimos a los fines de la política enemiga, debatimos en detalle, de
ofrecer ventaja particulares a cada uno de nuestros hermanos, mientras al otro se le
sacrifica en intereses vitales. No sólo nos derrotaron en combate ideológicamente,
también nos siguen venciendo”.97

José Vasconcelos representa una de las más grandes inteligencias mexicanas y


es considerado como el pensador de mayor genuinidad hispanoamericana. Escribía
Samuel Ramos “que Vasconcelos no era un pedagogo, en el sentido estricto de la
palabra era sobre todo un filósofo y un pensador social a quien las circunstancias
llevaron a tomar parte en la política y en la acción social. El destino llevaba a una
filosofía la magna tarea de educar a un pueblo, le fue reservado a Vasconcelos el honor
de iniciar el movimiento que debía florecer en épocas subsecuentes, teniendo como
expectativa la realización de una filosofía y pedagogía de acción social aplicada a un
mismo tiempo a la elevación de la raza y la solución del importante aspecto agrario.

97
Ibidem, pag. 29.

64
CONCLUSION.

EVALUACION Y POSIBLE ACTUALIZACION DE LA IDEA EDUCATIVA DE


VASCONCELOS.

Llegamos a la conclusión de este trabajo, en lo personal apasionante por ser


histórico, de línea educativa, filosófico y de un mexicano que ha dado todo a favor del
pueblo para que progrese, se instruya y viva con dignidad.

Podemos afirmar que Vasconcelos como Secretario de educación su primera


acción fue reformar la Constitución Política de México con el fin de establecer que el
Estado tiene la obligación de educar al pueblo. También es sabido que las ideas de
Vasconcelos sobre las reformas en educación iban más allá de la escuela, del aula, él
tenía un propósito casi místico, pretendía redimir, salvar mediante una mejor educación
la miseria, las diferencias raciales y sociales, así como los sentimientos de violencia,
anarquía y desorden. En pocas palabras, el fin era crear una educación pública como
idea de redención Nacional.

Aprovechando su lugar como secretario de Educación y acompañado de todo el


idealismo del que era capaz, como parte de su proyecto educativo se rodeó de
intelectuales de diversa índole: científicos, literatos, filósofos y críticos que formaban su
grupo más allegado. Difundió incansablemente la cultura nacional en todas sus
manifestaciones, apoyó el trabajo de los artistas plásticos mexicanos, principalmente el
de muralistas como Diego Rivera, Orozco y David Alfaro Sequeiros que dejaron
muestra de su monumental obra y capacidad en los muros de diversos edificios públicos
del país. Durante ese tiempo, en su quehacer literario practicó el ensayo histórico y
filosófico.

Vasconcelos podemos decir sin lugar a dudas es el artífice de la gran epopeya


educativa mexicana; en su tiempo, muchos calificaron sus propuestas como un delirio,
una fantasía casi una locura, les parecía algunos que sus propuestas eran irrealizables,
sin embargo, por sus logros es un ejemplo sin precedentes en nuestra historia. La
magnitud de la empresa cultural vasconceliana es de una ambición y de un idealismo
que pasara mucho tiempo para volverlo a encontrar.

Alguna otra característica de la obra emprendida por Vasconcelos es la


confrontación que hace del pensamiento y la acción, ante la situación tan catastrófica
que le tocó resolver y la toma de decisiones que le toca llevar adelante. En Vasconcelos
tenemos aquel intelectual hispanoamericano que ha tenido la posibilidad y la
responsabilidad de elaborar y de aplicar un plan general de educación y de cultura, en
un país que, en 1920, era una especie de representación para algunos países
latinoamericanos, se afirma incluso que muchos países adoptan muchos de los puntos
propuestos por el Maestro de la Juventud de América.

El dinamismo de Vasconcelos apasiona a muchos, tuvo que buscar soluciones a


problemas tales como el analfabetismo, que en ese entonces afectaba a una mayoría
considerable de mexicanos, afrontó una educación secundaria dispersa y mal
estructurada, separada de la educación preparatoria, afrontó una educación primaria
deficiente carente de todo: profesores, aulas, materiales orientaciones pedagógicas etc..
Esa pasión y el profundo amor por el pueblo mexicano, lo hicieron el primer ministro

65
que recorrió todo el país, visitando incluso las regiones más desfavorecidas, hablando
con autoridades y profesores para ver de que manera podía colaborar con los más pobres
y rezagados de la nación.

Vasconcelos se inspira también en Justo Sierra ya que Sierra tenía una visión de
conjunto de los problemas nacionales en materia de educación y de cultura,
Vasconcelos era un antipositivista, incluso escribe que la pedagogía es un destino y no
solamente una ciencia de objetos, él va haciendo ensayos que cuestionan esa idea
meramente científicista, y opone la idea de una mística, de un ideal, donde se analice el
alma y la emoción, propone que se analice el arte, la literatura, la religión y el impulso
de vida, incluso propone esa educación práctica con impulso filosófico – espiritualista
que habia adquirido cuando era miembro del Ateneo de la Juventud. Vasconcelos
también se inspira en la reforma soviética habíamos dicho, tomó la idea de coherencia
que los rusos proponían coherencia empezando en el jardín de niños hasta llegar a la
universidad, sólo así un sistema educativo puede ser operante. Rechazó siempre la
politización de la educación que según él representaba un retroceso cultural para el país
y el favoritismo para unos cuantos.

Para Vasconcelos la cultura es un elemento de liberación y de elevación del ser,


es la cultura según Vasconcelos el eje fundamental de la civilización perfecta,
representaba pues la cultura el mejor aprovechamiento de las energías del mundo y el
propio cuerpo en beneficio de una vida espiritual más intensa, más amplia. Para el
maestro la cultura es camino al absoluto, le apuesta al socialismo de Liebknecht para
liberar lo externo y en el arte se inclina por Pitágoras para exaltar las almas.

Vasconcelos busca a través de la educación, que se capacite al pueblo también


en lo técnico, en lo práctico, en aquello aplicable, para él, el mexicano debe asegurarse
el dominio de su entorno físico y socioeconómico y conquistar el derecho a la seguridad
y el bienestar material. Por eso propone esa “revolución de la escuela que busca también
llegar a las “almas”, y hacer que los mexicanos se conozcan y se superen. Vasconcelos
comprobó que para hacer escuela toda empresa educativa y cultural debe ir animada
por un gran propósito nacional.

Pudiéramos decir que Vasconcelos no fue un hombre de su tiempo solamente,


eso está claro, fue un filósofo universalista y un pedagogo de grandes horizontes, fue
casi místico, pero también quiso transformar la realidad social desde la cima del poder
político; eso le da una dimensión histórica que nos conduce a una reflexión que no
podemos pasar por alto, porque Vasconcelos va más allá de la ambición, del partidismo
o el proyecto político, su pensamiento se proyecta hacia la armonía en todo los órdenes
de la vida, incluyendo el social y político y en el plano histórico Vasconcelos estaba
convencido de que era necesario deshacer las mentiras de una historia escrita por los
beneficiarios de la traición y la mentira, la revancha es precisamente esa: la búsqueda y
la conquista de la verdad. Para Vasconcelos aquel que es invencible es el que posee la
verdad y no la traiciona, basta de mentiras patrióticas, invita a limpiar el pasado como la
única garantía de un presente honesto y decoroso y de un futuro redimido.

Vasconcelos sin embargo comete errores serios que también le impiden llevar a
cabo su proyecto político – educativo, le faltó hacer alianzas con los grupos políticos de
su tiempo, en ocasiones se sintió autosuficiente y eso fue en detrimento de su misma
idea pedagógica, nunca se previno contra el fraude electoral del que fue victima en 1929

66
y sin más remedio tuvo que salir prácticamente expulsado del país, en ocasiones era
poco diplomático y eso le acarreo también numerosos problemas con sus adversarios
políticos.

Tratando de actualizar el pensamiento del Maestro Vasconcelos en el México de


hoy, pudiéramos decir que en este momento histórico, el país debe de retomar el espíritu
Vasconcelista en cuanto a lo pedagogo y educativo, la pasión que imprimió a su sueño
de que México y América Latina fuera protagonista de su propio destino es sin duda
envidiable y válido para el momento actual que atraviesa la educación en México.

Por desgracia el país no atraviesa por su mejor etapa de progreso educativo,


estamos ubicados en los últimos lugares en desarrollo educativo, a nivel
latinoamericano y a nivel mundial no destacamos en prácticamente ningún ámbito,
desenvolvimiento adecuado en matemáticas, análisis de textos y conciencia crítica del
alumnado son para el estudiantado verdaderos dolores de cabeza, algo muy complejo y
no de solución a corto plazo aparentemente.

La formación profesores que amen la educación, que den el todo apostándole a


que es la educación lo que va a sacar adelante al país, se da cada vez menos, nuestras
escuelas normales al menos muchas de ellas están contaminadas de ideologías que ya
fueron superadas, además tenemos un sindicato de maestros por cierto el más grande en
América Latina que no ha hecho las reformas suficientes para hacer de la educación un
elemento fundamental de progreso nacional frente a este mundo globalizado, nos falta
implementar el ingles y la computación en los primeros niveles de primaria, por que se
requiere que el país sea competitivo y este a la vanguardia de este giro globalizante que
se está dando.

Todavía nuestro sistema educativo adolece de mucha política burocrática a nivel


interno, tanto el sindicato de maestros como el gobierno federal, se mueven por
compadrazgos que no dejan nada bueno para las enormes masas que tienen derecho a
una educación digna y de calidad actual, en México jamás hemos tenido un profesor
como Secretario de Educación, muchos han sido improvisados y los resultados están
siendo muy claros, los profesores que ocupan puestos de dirección han llegado ahí por
amiguismos, compadrazgos y relaciones, aunque no sean los más capacitados, si son los
más cercanos al que dirige y eso tiene consecuencias con el tiempo.

La corrupción no se queda atrás, existe ventas de plazas magisteriales, venta de


casas del sector magisterial a quienes no son profesores, manipulación política de parte
del sindicato para que se apoye a cierto partido político, descuido del alumnado para
favorecer campañas electorales, etc..manipulación del escalafón para ascender a puesto
más altos, dirigentes sindicales con grandes casas y cuentas bancarias, y al mismo
tiempo profesores que se deben ocupar en otras cosas de tipo comercial los fines de
semana para poder sobrevivir, en fin, el país no soportaría otro sexenio sin reformas
adecuadas y llevadas a cabo por los sectores del país no importando su preferencia
partidista, sino las ganas que tengan de que la educación en México retome el lugar de
eje fundamental de progreso nacional que con el tiempo ha perdido, para desgracia de
todos.

Es urgente la moralización del sector magisterial, México tiene antecedentes


educativos positivistas, pragmáticos y masónicos, esa es una herencia que aun no hemos

67
superado, falta imprimirle a nuestra educación auténticos valores humanos que hagan de
cada ciudadano una persona responsable, congruente, coherente, de mentalidad
colectiva y comunitaria, personas que amen el país infundiendo valores de amor por la
nación, acabando con tanta corrupción que nos ha desplazado y rezagado de manera
manifiesta.

Por esta razón el proyecto de Vasconcelos, muchas de sus ideas, pudieran


retomarse como parte de esa “renovación educativa” que el país necesita y sueña. Quizá
el analfabetismo se ha superado en buena parte, pero hace falta arraigar en los futuros
profesores y en los profesores actuales, amor por su profesión y pasión por lo que hacen,
desde luego aumentarles el sueldo y hacerlos sentir auténticos agentes de cambio y
redentores del país, definitivamente la formación moral es un proyecto que se debe
iniciar ya, porque la honestidad y el prestigio de ser profesor debe ser revalorar por la
sociedad actual, ya que en el profesor representa un elemento esencial de desarrollo,
progreso y crecimiento fundamental, y así debe seguir siendo.

Un elemento digno de retomar de la propuesta de Vasconcelos es el imprimir


elementos de espiritualidad en el docente, que el profesor sepa lo trascendental de su
labor, que se sienta parte de este progreso que el país va llevando a cabo, que se sienta
realmente como “un apóstol” que ha donde quiera que va, lleve buenas noticias para
niños y jóvenes, dejando a un lado politiquerías que sólo desgastan inútilmente, y
truncan las aptitudes del auténtico profesor.

Otro elemento digno de retomar es la articulación de los grados escolares para


que en el devenir académico del estudiante, haya un común denominador en cuanto a la
formación intelectual, de valores, de amor por la patria, y de orgullo por ser
latinoamericanos, que podamos acomodar progresivamente de acuerdo a la etapa
objetivos humanistas y sociales, para que el alumno sea capaz de participar en su
comunidad de manera eficaz y concreta a favor de la misma.

A los dirigentes escolares, se les invita hoy más que nunca a que retomen el
espíritu de Vasconcelos, cuanta falta nos hace esa pasión, ese orden de trabajo, ese
horizonte amplio de reflexión, ese saber dar razón del porque se hacían las cosas, ese
amor por la verdad y la justicia, esa constancia para formarse, para seguir leyendo
reflexionando, proponiendo, etc… que el maestro Vasconcelos tenía, se necesitan
dirigentes escolares que no solo busquen favorecer a su grupo, sino al país entero, que
actúen en justicia, en igualdad, en equidad para todos para que el pueblo entero caiga en
la cuenta que la educación es camino y motor de progreso y que necesariamente
debemos circular por el.

Vasconcelos puede ser parte de ese resurgir como País, a niveles educativos más
altos y sólidos, a ser el país del progreso en todos los ámbitos que se requieren teniendo
como base la educación, la pasión, el amor, la constancia y el orden que Vasconcelos
imprimió a su labor cuando era Secretario de Educación, aun quedan muchas cosas por
analizar de este hombre, que da demostrado que cuando se tiene la voluntad, el
entusiasmo por hacer que todo un pueblo progrese, se puede llevar a cabo tan noble
labor, como la de instruir a un pueblo para que alcance mejores niveles de vida, eso fue
precisamente lo que hizo Vasconcelos a favor del pueblo mexicano, que aunque la
historia no lo favoreció, sin embargo queda ahí, esa gran riqueza cultural que podemos

68
analizar para que aquellos que creen en la educación como motor de progreso del país,
Vasconcelos es una fuente de inspiración para llevar a cabo tan grande obra.

69
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