Está en la página 1de 3

Encuentro a Dios en la cultura

Dios se revela, el misterio de Dios


Dios es el misterio más grande que existe, pero ama tanto a las
personas que se ha revelado en la Historia de la Salvación,
narrada en la Biblia, que comienza con la historia del Pueblo de
Dios y continua con la de la Iglesia.

Leonardo y Pietro

Leonardo da Vinci nació en 1452, en la ciudad italiana de Florencia.


Fue un magnífico artista cristiano. En sus obras expresó su fe en
Dios. Para él, la pintura era «el camino para aprender a conocer al
Creador de todas las cosas maravillosas».
Cuando tenía 43 años, le encargaron pintar la Última Cena en la
pared del comedor de un convento de Milán. Tardó siete años en
terminar de pintar el cuadro.
Para representar a Jesús y a los doce apóstoles, utilizó a personas
de modelos. Empezó su gran obra por la figura que sería Judas
Iscariote, el apóstol que traicionó a su Maestro por treinta monedas
de plata.
Semana tras semana Da Vinci buscó un rostro marcado por las
huellas de la deshonestidad, la avaricia, la hipocresía y el crimen.
Una cara que reflejara el carácter de alguien que traicionaría a su
mejor amigo, reflejo de maldad.
Después de pasar por muchas experiencias desalentadoras en su
búsqueda Da Vinci encontró a un hombre cuya apariencia le
satisfacía completamente. Estaba en Roma, sentenciado a morir por
una vida de vileza y crimen y hasta allí emprendió el viaje sin
demora para llevarse a este hombre de la prisión y que le sirviera
de modelo.
Pietro Bandinellie, era un joven de piel oscura, sucio y su pelo era
largo y descuidado, representaba perfectamente el papel de Judas
para su pintura.
Gracias a un permiso especial del Rey, se trasladó al prisionero a
Milán, donde se pintaría el cuadro, durante meses este hombre
posó para Da Vinci y continuamente se esforzaba por plasmar en su
pintura a este modelo.
Al terminar volvió la mirada a los guardias, y dijo "He terminado, se
pueden llevar al prisionero", al llevárselo los guardias, el prisionero
se soltó repentinamente y corrió hacia Da Vinci y llorando
amargamente le dijo:
-“Por Favor dame una oportunidad, verdaderamente me sentí Judas
Iscariote, por la vida que he llevado, no me pagues nada solamente
déjame en libertad”.
A Leonardo le sorprendió la cara de arrepentimiento de este hombre
y lo dejó libre.
Durante los seis años siguientes, Da Vinci continuó trabajando en su
sublime obra de arte, uno a uno se seleccionaron los personajes
cuyas características se asemejaran a las de los doce apóstoles,
dejando de lado a la figura que representaría a Jesús, el cual sería el
personaje más importante de su pintura. Se examinaron
detalladamente a ciertos jóvenes que podían representar a Jesús,
esforzándose por encontrar un rostro cuya personalidad reflejara
inocencia y pureza, que estuviera libre de las huellas del pecado, un
rostro que emanara belleza.
Finalmente después de semanas de intensa búsqueda se seleccionó
a un joven de 33 años de edad, el representaría a Cristo, durante
seis meses Leonardo trabajó en el personaje principal de su obra.
Al terminar se acercó al joven para pagarle por sus servicios, éste,
no aceptándole el dinero y con una sonrisa, le dijo:
- “¿Que no me reconoces?”
Da Vinci contestándole, le dijo:
- “En mi vida te he visto, acepta este dinero”.
El joven le respondió a Da Vinci:
- “¿Cómo podría cobrarte? Si hace seis años, me diste una
oportunidad y yo la aproveché para entregársela a Cristo”.
Piensa y reflexiona

1. ¿Quién fue Leonardo da Vinci?

2. ¿Por qué sabemos que fue un gran cristiano?

3. ¿Quién fue Pietro Bandinelli?

4. ¿Qué enseñanza has descubierto en este relato?

También podría gustarte