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I. PETITORIO.
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
2. Que, desde entonces, la menor GiIma Robiñez Scapella, fue criada en ambiente
familiar, y para efectos de su buen desarrollo, nosotros como matrimonio y pades
de la misma, procuramos en todo momento brindarle las mejores atenciones, ya que,
debido a nuestras condiciones económicas, le hemos venido procurando condiciones
óptimas de desarrollo, tales como: sano esparcimiento, cuidado de su salud (mental y
física), alimentación, vivienda, educación, así como el cariño y el calor de un hogar.
Además, en el ambiente social, nuestro matrimonio es conocido como una familia
estable y querida por todos.
3. El 29 de enero del 2026, decidimos viajar con nuestra mejor hija a este País (Perú) con
fines de turismo y esparcimiento. Es así que Ingresamos al Perú vía área por
Aeropuerto internacional Jorge Chávez. Una vez estando en la ciudad de Lima, Nos
contactamos con la señora Fabiola Orellana Capriles, con cédula de identidad
N°5.022.389, de nacionalidad venezolana, con la que siempre hemos estado
periódicamente en comunicación, para saber cómo estaba porque en su debido
momento fue quien albergó en su vientre a nuestra hija, es decir, hubo una gestación
subrogada, ante la imposibilidad nuestra de tener hijos.
5. Llegada la hora acordada para recoger a nuestra hija, 05 pm, llegamos al lugar pactado,
dándonos con sorpresa de que la señora nunca llegó, eso nos causó gran preocupación
por el temor de que les hubiera ocurrido algo malo. Esperamos durante varias horas, e
insistíamos en ponernos en contacto con Fabiola, para preguntar la razón por la cual
no llegaba, así como de su actitud omisiva de no contestar nuestras llamadas, al no
poder lograrlo. Buscamos otras formas de contactar con ella. Tal era nuestra
desesperación y angustia que esa noche no pudimos conciliar el sueño intentando de
muchas formas comunicarnos con ella; Nuestra desesperación era tal que no vimos
alternativa otra, más que acudir a la policía con la finalidad de que nos ayuden a
ubicarlos; y para infortunio esto no fue posible.
6. Al día siguiente, es decir el seis de febrero del 2026, Fabiola se comunicó con nosotros
indicando la razón por la cual el día anterior no se apareció con nuestra hija al lugar y
hora acordado, sino que por el contrario había decidido quedarse con nuestra hija y
criarla, argumentando que contaba con el acta de nacida viva, donde se le reconoce
como la persona que había dado a luz a Gilma, por tanto, no nos devolvería. Desde
entonces inició nuestro calvario.
7. Durante las horas que buscamos de cualquier forma dar con el paradero de Fabiola,
tomamos conocimiento de que la autoridad de migraciones había emitido una
resolución donde expulsaba del Perú a la demandada, pues ella no había logrado
regularizar su documentación a tiempo y a la fecha se encontraba prófuga de las
autoridades peruanas, en la clandestinidad, desempleada y sin recursos económicos
suficientes para cuidar de Gilma. Lo que acrecentó aún más nuestra preocupación por
la integridad de nuestra hija, tal sentido señor juez, nosotros acudimos a usted a fin de
que ordene las diligencias urgentes y necesarias para poner a buen recaudo a nuestra
hija, y con ello cese la violación de los derechos fundamentales de Gilma, derechos
reconocidos por la constitución del Perú en la cual se vela por la protección especial a
los niños, niñas y adolescentes.
1. Constitución política del Perú, en inciso 01 del art. 2°, señala de manera
taxativa que “Toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su
integridad moral física y psíquica y a su libre desarrollo y bienestar”. En
relación a ello, y conforme a lo señalado en el numeral N°07 de los
fundamentos de hecho, se deduce que la señora Fabiola, desde el momento en
que decide no entregarnos a Gilma, pone en grave peligro su integridad y en
consecuencia su desarrollo integral, debido a su condición jurídica y
económica.
Haciendo que la protección superior del niño y del adolescente sea una
obligación de la comunidad y principalmente del estado. Desarrollado tal
contenido, el código del niño y adolescentes, ha precisado en el artículo IX
que: en toda medida concerniente al niño y adolescente que adopte el estado
(…) se considerará el interés superior de niño y adolescente y sus principios
de sus derechos. EXP.N°03744-2007-PHC/TC
4. Según el Capítulo II de la Constitución que lleva por nombre “De los tratados”
concretamente en su Artículo 55, dispone que: “Los tratados celebrados por
el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional”; así mismo la
CUARTA disposición final y transitoria señala que: “Las normas relativas a
los derechos y a las libertades que la constitución reconoce se interpretan de
conformidad con la declaración universal de los Derechos Humanos y con los
acuerdos y tratados internacionales sobre las mismas materias ratificados por
el Perú.”
5. En este orden de ideas la Declaración Universal de los Derechos Humanos en
su Artículo 8° prescribe que: “Toda persona tiene derecho a un recurso
efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución
o por la ley.”
6. Convención sobre los Derechos del Niño, Artículo 2°: Inc. N° 1. “Los Estados
Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción
alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión,
la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales”; Artículo
N° 3. Inc. N° 1, “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen
las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”. De igual
manera según el inciso N°2. “Los Estados Partes se comprometen a asegurar
al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar,
teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras
personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las
medidas legislativas y administrativas adecuadas”.
7. Convención sobre los Derechos del Niño, Artículo 8. “Los Estados Partes se
comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de
conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. Los Estados Partes respetarán
el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a mantener
relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular,
salvo si ello es contrario al interés superior del niño”.
POR TANTO:
A Ud., Sr. Juez, solicito admitir la presente demanda, tramitarla de acuerdo a su naturaleza
y en su oportunidad declararla fundada, ordenando la reposición del estado de cosas
anterior a la violación de los derechos constitucionales invocados.
Chachapoyas 24 de agosto de 2019.