Juguetes de madera.

Cuento autobiográfico.

Por:Lorena Lazo L.

Por el asunto de mi motricidad fina-,que siempre la he tenido dañada;por

la parálisis cerebral-,me han gustado los palos para jugar y
transformarlos en juguetes. Pulidos,lustrados y pintados con letras,han
sido mis compañeros,antes que los libros. Los juguetes de plástico han
sido de gusto reciente en mi niñez. Tuve para jugar,no sólo cubos de
madera,sino que cualquier trozo de madera de alguna faena que ejecutara
a mi vista algún maestro carpintero,me lo apropiaba y lo utilizaba como
un juguete,más preciado que las muñecas de las niñas ricas. Madera
bruta,sin cepillar ni pulir. De veta ancha o angosta. Sin barnizar. Me
apoderaba de su esencia,si la madera estaba húmeda,oliendo el retazo de
palo. Era rico el olor. Por ejemplo,el olor del pino era maravilloso para
mí,porque me imaginaba el amanecer del campo sureño,sin haber ido
nunca por allí.* Y cuando fuí para allá,al Sur,me dije:

-Es tal y como me lo imaginaba el olor.

La madera de mi corral,también la recuerdo. Era un corral sin

pintar,apenas barnizado.con los barrotes de madera pulida. Ahí me
entretenía,mirando lo que me rodeaba. Veía que mi mamá o alguna
empleada-,que podía ser la Carmen Lagos u otra-,me levantaba de ahí y
me llevaba a la cocina a comer papilla de zapallo,pero siempre con
azúcar,porque así lo había recomendado el doctor que me vió. Y cuando
me cambió el gusto del azúcar a la sal,me daban la comida sentada en un
piso de madera. Era un piso macizo,de esos que se utilizaban en la cocina
para sentarse después de hacer la comida o lavar la loza en la cocina. Por
lo general,la cocinera hacía las cosas de pie y luego,como era de edad la
señora,se sentaba pesada y cómodamente,en el piso de madera a
descansar. Son unos pisos de madera rústica,que todavía están. Han

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sobrevivido el paso del tiempo,casi impolutos,con sus amarras de
almabre algunos. Para que no se desarmen. Soy campesina de origen,no
citadina. Por eso me gusta la madera,los muebles y los juguetes de
madera,desde los retazos de palo hasta los muebles ante los cuales me
siento y escribo.

FIN

Paine,Septiembre de 2019.

Lorena Lazo L.

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*:En enero de 2008 fuí al Sur,a Puerto Montt,a conocer por allá. No sólo
a comer mariscos y a escuchar hablar a los gringos que llegaban por esos
bellos lados,sino a ver los árboles y oler el mar.