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1.- ¿Cuál fue su reacción cuando se dio cuenta que los dos líderes descritos
en el capítulo eran Dios Padre y Jesús?
R.- Lo primero que vino a mi mente fue que si, definitivamente somos hechos a
imagen y semejanza de Dios, pienso que si Dios y Jesús siendo quienes eran,
son y han de ser se les presentaron este tipo de circunstancias reales, cuanto no
mas a un líder terrenal cristiano, esto evidencia que las fallas únicamente no
pudieran originarse de un mal liderazgo o por competitividad de otro líder que
daña o carcome una congregación por deslealtad, sino que la apatía, y la falta de
unidad, sujeción, amor, consideración, búsqueda de excelencia y apoyo que
debe provenir de quien (es) trabajan en los diferentes ministerios de ayuda,
hacia su líder principal o entre sí; pueden ocasionar fallas que parecen simples e
imperceptibles, pero; que pueden generar pequeños o grandes problemas dentro
de una congregación.
2. ¿Cuáles son sus ideas acerca de los retos entre liderazgo y seguidores que
Dios Padre y Jesús tuvieron que enfrentar?
R.- Competitividad
Deslealtad
Envidia
Insujeción
Maldad
Pecados
Traición
La verdad que ser un líder que tenga que dirigir personas con estas
circunstancias es muy difícil, sobre todo el tener que guardar la compostura, el
amor y los mandamientos bíblicos y no reaccionar basados en la frustración y
molestia que esto debe generar.
3. ¿Qué piensa acerca del enunciado: «El buen liderazgo no puede alcanzar
óptimos resultados sin buenos seguidores»?
R.- Por supuesto que no puede alcanzar buenos resultados, ya que, un líder es
alguien al que por lo menos sigue uno más, esto significa que ya es un equipo y
un equipo donde los miembros desacatan sus responsabilidades en vez de
cumplir con su tareas en la forma correcta unidad, amor y excelencia como para
Dios generara problemas que a su vez se verán representados por el líder
principal ante el público en general, cuando la raíz desencadenó en alguien
diferente. Por eso para mi muy personalmente considero importante que las
personas que se escogen para un determinado misterio o ayuda específica debe
poseer los dones y talentos requeridos para ello, además de una evidencia de
amor y pasión por Dios, una persona espiritual pero carente del don necesario
para algo no tendrá la efectividad en la tarea a realizar, trayendo retraso, y
generando circunstancias que otros deberán resolver o suplir (a menos que
específicamente se esté formando a un Timoteo) y una persona con los dones o
talentos necesarios para una tarea, pero carente de espiritualidad, no tendrá el
amor, la sujeción y discernimiento para actuar en un ambiente sano y armonioso
de equipo.
«Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que
los fortalezca; mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe
que compartimos»
R.- Aprendí que es fácil fallar y es bueno hacer este tipo de material en
equipos para fortalecernos unos a otros.
Que los Pastores y líderes son tan humanos como el resto y deben hacerlo
saber en humildad y amor a quienes lo apoyan.
Debo mejorar:
La impulsividad
La paciencia