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Honorable jurado calificador

Distinguidas autoridades aquí presentes

Compañeros participantes

Publico que nos acompaña

Mi nombre es: ______________________________________________________

Hoy, no sin dificultad y trabajo vengo ante ustedes representado a la escuela:


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para disertar sobre un tema que obliga a pensar y sentir: “LOS VALORES COMO
FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD ACTUAL”

Desde el amanecer de la civilización, el hombre ha tenido la necesidad de


relacionarse con los demás, de donde han surgido costumbres y valores que el
derecho ha transformado en leyes.

Los valores del hombre se fermentan en la vida del hogar con la presencia
amorosa de los padres, en la escuela con sus maestros y en la patria con sus
héroes.

Por eso es necesario rescatar el pensamiento filosófico de los paladines de


la historia que con su vida y lucha son ejemplos educativos para todos los
mexicanos. Para esto qué mejor modelo que el de “El benemérito de las Américas”
Benito Pablo Juárez García, quien conoció y sintió en toda su magnitud la cruel
verdad de la pobreza, la ignorancia, la injusticia y la adversidad.

En estos momentos en que nuestro país está viviendo una profunda


transformación, la juventud debe levantar la voz, con decisión y vehemencia,
reclamando a nuestros maestros y a nuestros padres, una preparación que vaya
acorde con la inminente realidad que nos ha tocado vivir.

La educación es el arte de capacitar al hombre para vida social, y que sus


métodos deben converger al desarrollo de todas las aptitudes individuales, para
formar una personalidad armoniosa y fecunda, intensa en el esfuerzo y serena en
la satisfacción digna de vivir en una sociedad que tenga como ideal la justicia.

El hombre vive en eterno movimiento y la sociedad, por ende, experimenta


una incesante renovación de conceptos, normas y valores. Tales circunstancias
obligan al hombre a ofrendar su vida al servicio de sus ideales, y cuando estos
ideales están fundamentados en los paradigmas universales, constituyen la fuerza
que le da el valor moral, recto sentimiento del deber que condiciona su dignidad;
piensa como debe, dice lo que siente, por lo tanto, obra como quiere.
En consecuencia, la juventud debe anudar entusiasmo por el estudio,
energía para la acción, que se funde en el goce de vivir; se le debe enseñar a
mirar alto y lejos para que posea fuerza creadora que visualice que todo lo que es
orgullo de la humanidad, es fruto del trabajo, del estudio y la superación.

Juárez, a pesar de estar inmerso en una sociedad donde el rechazo a


clases menos privilegiadas era manifiesto, se educó con el profundo deseo de
saber y de ser; fundamentalmente su ideal en el respeto, haciendo de la ética su
código de conducta y compartiendo con el pueblo su profundo pensar y sentir
social. Con su lucha intensa se unió a la vida de México y se convirtió en símbolo
de la nación.

Su vida es un ejemplo para los niños y aliento para los jóvenes que
reclaman lugares de combate, y que se identifican con los esfuerzos que los
mexicanos realizan para progresar.

El espíritu de Juárez acompaña también a todos aquellos que se rebelan


ante la adversidad, el hambre, la ignorancia, que son producto de la mala
distribución de los ingresos; si estos hombres tuvieran trabajos que les produjeran
utilidades, solo tendrían que cuidar de que sus hijos se educaran y recibieran una
sólida instrucción.

Es en la niñez y en la juventud donde hay que cimentar los valores a través


del hogar y del aula, así como el artesano pule la pieza, con amor y esmero; la
educación del pueblo es una de las soluciones para estos males, por que impedirá
que la ignorancia siga siendo cómplice la mentira y el engaño.

Es tiempo de contar con hombres, que al igual que Juárez, con el bien, la
justicia y la verdad; seres auténticos cuya columna vertebral sean valores y que
hoy a través de ellos, los jóvenes debemos establecer con nuestra patria un
compromiso, llevar como ejemplo la figura de Juárez como niño, como estudiante,
como político y como hombre. Corresponde a nosotros defender esos valores y
ponerlos en práctica ahora.

¡Ahora o nunca! Es la consigna, porque mañana será la mentira piadosa


que engañará a las voluntades moribundas.

¡Juárez, tu ejemplo, tu educación y tus valores se pregonan en toda la nación libre!

¡Luchemos por ellos, por México! ¡Nuestro México que merece respeto y bien vale
el esfuerzo!

He dicho, gracias.

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