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Estudiando las leyes de los gases, el meteorólogo inglés John Dalton (1766-1844)
propuso la primera teoría atómica. Según él, el átomo era la parte más pequeña
de la materia, la que ya no podía seguir dividiéndose.
La forma de representar el átomo era como una esfera sólida, parecida a una bola
de billar. De hecho, Dalton y los que apoyaron su teoría, tallaron bolas en madera
de diferentes tamaños, simulando átomos de diferentes elementos. Para la época,
se desconocía por completo la existencia del electrón y del protón, por lo que el
modelo de Dalton persistió por casi un siglo.
Sin embargo, este modelo no pasó de ser un simple bosquejo, y Perrin no mostró
interés en continuar su estudio. De hecho, Perrin ganó el premio Nobel de Física
en 1926 por sus trabajos en el movimiento de partículas en fluidos.
Si el átomo era como el modelo propuesto por Thomson, las partículas alfa
atravesarían el elemento y la desviación sería mínima. En cambio, observaron que
algunas partículas rebotaban. Esto sólo podría explicarse si el átomo tuviera un
núcleo muy pequeño y condensado.
Bohr se valió de las ideas de Max Planck y Albert Einstein y postuló que los
electrones podían tener una cierta cantidad de energía. Arregló los electrones en
órbitas circulares con una cantidad específica de energía. También explicó que si
un electrón salta de un orbital de alta energía a uno de menor, esto produciría un
fotón, con lo cual quedaba resuelto también el fenómeno de los espectros de
absorción de los elementos.
Los átomos están formados por unas partículas más pequeñas: protones,
electrones y neutrones. Un átomo se diferenciará de otro según
estén dispuestas estas partículas.
Los Electrones: Tiene carga negativa, es la partícula más ligera de las tres.
Los Protones: Tienen carga positiva y es mucho más pesado que los Electrones
Los Neutrones: Los neutrones no tienen carga, pero son aproximadamente igual
de pesados que los Protones.
Para el ejemplo del átomo neutro de H, se vio que se cumple que el número de
protones iguala al número de electrones (1p=1e); situación que no ocurre con los
iones derivados por la pérdida o ganancia de un electrón.
En el átomo del catión H+ predomina la carga de valencia del solitario protón frente
a la ausencia total de un electrón (1p>0e). Esto es cierto para todos los demás
átomos más pesados (np>ne) de la tabla periódica.
Por otro lado, en el átomo del anión H– predomina la carga negativa de los dos
electrones frente al único protón del núcleo (1p<2e). Igualmente, los demás
aniones de mayor masa tienen un exceso de electrones en comparación al
número de protones (np<ne). Las propiedades químicas de H+ y H– son totalmente
diferentes al H.
Na vs Na+
Un ejemplo más conocido es el del sodio metálico. Su átomo neutro, Na, con
Z=11, tiene 11 protones; por lo tanto, debe haber 11 electrones para compensar
las cargas positivas (11p=11e).