Está en la página 1de 6

EL RUISEÑOR Y LA ROSA

(Oscar Wilde)

Personajes:
Estudiante:
Ruiseñor :
Rosal Amarillo:
Rosal Blanco:
Rosal Rojo:
Mariposa:
Lagartija Verde:
Muchacha:
Narrador:

Director:

Escena 1

Muchacha: buenos días joven estudiante tuviste suerte de no despertar a mi padre.

Estudiante: dulce victoria bailaras conmigo la noche del baile del gobernador?

Muchacha: escúchame bailare contigo hasta el amanecer y mi mano tocara la tuya, hare todo esto
pero con una sola condición que me TRAIGAS UNA SOLA ROSA ROJA .

Estudiante: pero estamos en invierno, como hare para conseguirte una rosa roja.

Muchacha: tú has de saber de dónde consigues la rosa roja. Si no lo haces debo decirte que no
me fijare en ti para nada y sé que tu corazón se desgarrara. Si realmente me amas conseguirás la
rosa que te pido.

Estudiante: Dijo ella que bailaría conmigo si le llevo una rosa roja, pero en todo mi jardín no hay ni
una rosa roja.

Narrador: Desde su nido en la encina lo oyó el ruiseñor, y miró en torno suyo a través de las hojas
desconcertado.
Estudiante: ¡Ni una rosa roja en todo mi jardín! (clamaba, y sus ojos hermosos se llenaban de las
lágrimas). ¡Ah, de qué cosas tan pequeñas depende la felicidad! He leído todo lo que han escrito
los sabios, y poseo todos los secretos de la filosofía; sin embargo por la falta de una rosa roja toda
mi vida es desgraciada.

Ruiseñor: He aquí, al fin, un verdadero enamorado. Realmente el amor es una cosa maravillosa

No se puede pesar en una balanza ni comprarlo. Pero la pasión ha dado a su cara el tono del pálido
marfil.

Estudiante: Mañana por la noche habrá un gran baile, y mi amada estará entre los asistentes. Si le
llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la estrecharé entre
mis brazos, y reclinará la cabeza sobre mi hombro, y su mano se apretará con la mía. Pero no hay
ni una rosa roja en mi jardín, tendré que sentarme solo, y ella ante mi pasará de largo. No se fijará
en mí, y se me romperá el corazón.

Ruiseñor: He aquí, sin duda, al verdadero amante. Lo que yo canto, él lo sufre: lo que para mi es
alegría, es para el dolor. Es cierto que el amor es una cosa maravillosa.

Estudiante: Los músicos tocarán sus instrumentos de cuerda, y mi amada bailará al son del arpa y
el violín. Pero ella no bailará conmigo porque no tengo una rosa roja para darle (se deja caer sobre
la hierba, y hunde la cara entre sus manos, y llora).

Lagartija Verde: ¿Por qué llora él?

Mariposa: ¿Por qué razón?

Margarita: Sí, ¿por qué razón? (en tono bajo y dulce)

Ruiseñor: Llora por una rosa

Todos: ¿Por una rosa roja? ¡Qué ridículo! –

Narrador: la pequeña lagartija, que era un poco cínica, se rió a carcajadas.


Escena 2

Narrador: Pero el ruiseñor comprendía el secreto de la pena del estudiante, y permanecía


silencioso en la encina, meditando sobre el misterio del amor.
De súbito desplego sus alas pardas para el vuelo y se lanzó al aire.
Voló a través de la arboleda como una sombra, y como una sombra atravesó el jardín.
En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verlo voló hacia él y se posó en una de
sus ramas.

Ruiseñor: (grita) Dame una rosa roja y te cantare mi canción más dulce.

Narrador: Pero el rosal negó con la cabeza.

Rosal Blanco: Mis rosas son blancas, tan blancas como la espuma de la mar, y más blancas que la
nieve sobre la montaña. Pero ve a donde mi hermano, el que crece al otro lado del jardín, y él
quizá te dé lo que buscas.

Narrador: El ruiseñor voló hacia el rosal que crecía al otro lado del jardín.

Ruiseñor: (grita) Dame una rosa roja y te cantare mi canción más dulce.

Narrador: Pero el rosal negó con la cabeza.

Rosal Amarillo: Mis rosas son amarillas; tan amarillas como el cabello de la sirena que se sienta en
un trono de ámbar. Pero ve donde mi hermano, el que crece bajo la ventana del estudiante, y
quizá él te dé lo que buscas.

Narrador: Y el ruiseñor voló hacia el rosal que crecía bajo la ventana del estudiante.

Ruiseñor: (grita) Dame una rosa roja y te cantaré mi canción más dulce.

Narrador: Pero el rosal negó con la cabeza

Rosal Rojo: Mis rosas son rojas; tan rojas como las patas de la paloma. Pero el invierno heló mis
venas, y la escarcha marchitó mis capullos, y la tormenta desgarró mis ramas, y no tendré ninguna
rosa este año.
Ruiseñor: Una rosa roja es todo cuanto quiero (grita), ¡sólo una rosa roja! ¿No hay modo alguno
de que la pueda conseguir?

Rosal Rojo: Hay un modo; pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.

Ruiseñor: (replico) Dímelo, no tengo miedo.

Rosal Rojo: Si quieres una rosa roja, debes construirla con tu música en el claro de la luna, y teñirla
con la sangre de tu propio corazón.
Debes cantar para mí con tu pecho apoyado contra una espina. Debes cantarme toda la noche, y la
espina tiene que atravesar tu corazón, y la sangre de tu vida debe fluir por mis venas y convertirse
en mía.

Ruiseñor: La muerte es un precio muy alto, y la vida es muy preciada para todos. Sin embargo, el
amor es mejor que la vida, y ¿qué es el corazón de un pájaro comparado con el corazón de un
hombre?

Narrador: Entonces desplegó sus alas pardas para el vuelo, y se lanzó al aire. Voló a través del
jardín como una sombra, y como una sombra atravesó la arboleda.
El joven estudiante permanecía aún sobre la hierba, tal como lo había dejado, y todavía las
lágrimas no se habían secado en sus hermosos ojos.

Ruiseñor: Sé feliz, sé feliz; tendrás tu rosa roja. La construiré con mi música en el claro de luna, y la
teñiré con la sangre de mi propio corazón. Todo lo que te pido a cambio es que seas un verdadero
enamorado, porque el amor es más sabio que la filosofía.

Narrador: El estudiante alzó la vista desde la hierba y escuchó, pero no pudo entender lo que el
ruiseñor decía, porque sólo sabía las cosas que estaban escritas en los libros.

Estudiante: Tiene estilo (se dijo, mientras se alejaba por la arboleda), pero ¿tiene sentimiento? Me
temo que no. En realidad se cómo la mayoría de los artistas; es todo estilo sin sinceridad alguna.
Nunca se sacrificará por otros. Piensa sólo en la música, y todo el mundo sabe que arte es egoísta.
Aun así, hay que admitir que tiene notas bellas en su voz. ¡Qué lástima que nada signifiquen, ni
sean de alguna utilidad práctica!

Narrador: Y entró a su cuarto y se acostó en su pequeño jergón, y comenzó a pensar en su amor; y


al cabo de un rato se quedó dormido.
Escena 3
Narrador: Y cuando la luna brilló en los cielos el ruiseñor voló hacia el rosal, ya poyo su pecho
contra la espina, y la luna de frio cristal se inclinaba a escuchar.
Durante toda la noche cantó, y la espina penetraba más y más en su pecho, y la sangre de su vida
se escapaba.
Cantó. Y en la más alta rama del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo, canción tras
canción. Era pálida, al principio, como la bruma que flota sobre el rio… pálida como los pies de la
mañana, y plateada como las alas de la aurora. Como la sombra de una rosa en un espejo de plata,
como la sombra de una rosa en un estanque, así era la rosa que florecía en la más alta rama del
rosal.
Pero el rosal le gritó al ruiseñor que se apretara más contra la espina.

Rosal Rojo: Apriétate más, ruiseñorcito, o el día llagará antes de que la rosa este acabada.

Narrador: Entonces el ruiseñor se apretó más contra la espina, y más alta y más alta crecía su
canción. Y un delicado rubor afloró a los pétalos de la rosa, como el rubor en la cara del novio
cuando besa los labios de la novia. Pero la espina aún no había alcanzado el corazón, y el corazón
de la rosa permanecía blanco, pues sólo la sangre del corazón del ruiseñor puede empurpurar el
corazón de esa rosa.
Y el rosal le gritó al ruiseñor que se apretara más contra la espina.

Rosal Rojo: Apriétate más, ruiseñorcito, o el día llegará antes de que la rosa este acabada.

Narrador: Entonces el ruiseñor se apretó más contra la espina, y la espina le tocó su corazón, y un
fuerte espasmo de dolor la travesó. Amarga, amargo era el dolor, y más y más salvaje crecía la
canción, porque cantaba el amor que es perfeccionado por la muerte, el amor que no muere en la
tumba. Y la rosa maravillosa enrojeció, como la rosa del cielo del oriente. Púrpura era el círculo de
pétalos, y púrpura como un rubí era el corazón.
Pero la voz del ruiseñor desfalleció, y sus pequeñas alas comenzaron abatir, y una nube se
extendió sobre sus ojos. Más y más se debilitaba su canción, y sintió en su garganta algo que lo
ahogaba.
Entonces exhaló un último estallido de música. La blanca luna lo oyó, y se volvió al amanecer, y
permaneció en el cielo. La rosa roja lo oyó, y tembló toda ella con éxtasis y abrió sus pétalos al aire
frio de la mañana.

Rosal Rojo: ¡Mira, mira, la rosa está acabada ya!

Narrador: Pero el ruiseñor no respondió, porque yacía muerto sobre la alta hierba, con la espina
en su corazón.
Y al mediodia el estudiante abrio su ventana y miro hacia afuera.
Escena 4

Estudiante: ¡Vaya, que maravillosos golpe de suerte! ¡Aquí hay una rosa roja! Nunca había visto
una rosa como esta en mi vida. Es tan bella que estoy seguro de que tiene un nombre larguísimo
en latín (se inclina hacia ella y la arranca).

Narrador: Entonces se puso el sombrero, y corrió hacia la casa del profesor con la rosa en la mano.
La hija del profesor estaba sentada con su computadora portátil, y su perrito estaba echado a sus
pies.

Estudiante: Victoria victoria victoria!!Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja (grita).
Aquí tienes la rosa más roja de todo el mundo. La lucirás esta noche sobre tu corazón, y mientras
bailamos juntos ella te dirá mucho cuanto te amo.

Narrador: Pero la muchacha frunció el ceño.

Muchacha: Temo que esta rosa no haga juego con mi vestido; y, además, el sobrino del chambelán
me envió varias joyas de verdad, y todo el mundo sabe que las joyas valen más que las flores.

Estudiante: Bien, a fe mi eres muy ingrata (enojado); y arrojo la rosa a la calle.

Muchacha: ¡Ingrata! (con ironía). Te diré una cosa, eres muy grosero; y, después de todo, ¿quién
eres tú? Sólo un estudiante muerto de hambre. Vaya, ni siquiera creo que tengas hebillas de plata
para tus zapatos, como las tiene el sobrino del chambelán

Estudiante: ¡Que cosa tan tonta es el amor! No es ni la mitad de útil que la lógica, puesto que no
prueba nada, y siempre está diciéndole a uno cosas que no van a ocurrir, y haciéndole creer cosas
que no son ciertas. De hecho no es nada práctico, y, en esta época, ser práctico lo es todo; volveré
a la filosofía y a estudiar metafísica.

Narrador: Entonces retorno a su habitación y saco un gran libro polvoriento y se puso a leer.

(FIN)

También podría gustarte