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EL DINERO

EL gran economista John Keneth Galbraith afirmaba que, el estudio del dinero es, de todos los
campos de la economía, el único en que se emplea la complejidad para disfrazar o eludir la verdad,
no para revelarla. La mayoría de las cosas de la vida —los automóviles, las amantes, el cáncer—
sólo son importantes para aquellos que las tienen. En cambio, el dinero es tan importante para los
que lo tienen como para los que carecen de él. Por consiguiente, los dos tienen interés por
comprenderlo.

La satisfacción de necesidades puede hacerse por dos vías:

 Directa: que el agente económico se provea de todas sus necesidades.


 Indirecta: por medio del intercambio. Esta vía, a su vez, puede realizarse de dos maneras:
Trueque o el Cambio monetario

Utilizar dinero para realizar transacciones económicas es lo más normal para la inmensa mayoría
de las personas en el mundo hoy en día. Sin embargo, el dinero no ha existido siempre. Antes de la
aparición del dinero los individuos debían recurrir al intercambio de unos bienes por otros, lo que
se conoce como trueque. Esto requería la existencia de coincidencia de necesidades entre los
interesados en realizar la transacción –yo acudo al mercado, por ejemplo, con una gallina y
buscando cinco kilos de aceitunas y he de encontrar a alguien que acuda con cinco kilos de
aceitunas buscando intercambiarlos por una gallina-.

Con el trueque, además, los individuos podían encontrarse con otro inconveniente adicional a esa
necesaria coincidencia de necesidades: la existencia de indivisibilidad de algunos bienes –si yo
deseo intercambiar mi gallina por unos filetes de ternera, y el poseedor de la misma no encuentra
en el mercado suficientes personas interesadas en ese momento en adquirir carne de ternera,
parece poco razonable que la vaya a matar para darme a mí unos filetes a cambio de una gallina-.

Una característica bastante curiosa que presenta el trueque es la falta de distinción entre
comprador y vendedor. En efecto, hoy en día es muy sencillo conocer rápidamente quién es el
comprador –quien entrega dinero como pago por algo- y el vendedor –quien facilita un bien o
servicio a cambio de dicho dinero-. Sin embargo, si se utiliza el trueque, todas las personas
involucradas en la transacción son simultáneamente compradores y vendedores; si yo entrego una
gallina y a cambio recibo cinco kilos de aceitunas; ¿estoy comprando aceitunas? ¿Estoy vendiendo
una gallina? Ambas cosas son ciertas.

El trueque entonces presenta graves problemas de eficiencia:

•Requiere la doble coincidencia de necesidades.


•Reduce el número de bienes que se puede intercambiar.
•Tiene altos costos de transacción (intercambios indirectos).

Dadas las dificultades que presentaba el trueque para el desarrollo de las actividades económicas,
rápidamente surgió el dinero, instrumento fundamental en la economía

Etimológicamente la palabra Dinero proviene del latín Denarius, que significa moneda corriente
Jurídicamente el dinero es un bien mueble, denominado en referencia a una unidad de cuenta,
que se materializa en billetes y monedas para fungir como medida de valor, reserva de valor y
medio general de cambio, cuya emisión se efectúa de acuerdo al orden jurídico de un estado
determinado, que le confiere un curso legal

Carl Menger expone en sus Principios de Economía Política la explicación del origen del dinero: El
origen del dinero (que debe distinguirse del subgénero de las monedas acuñadas) es, del todo
natural. El dinero no es una invención estatal ni el producto de la autoridad estatal es, pues, un
factor ajeno al concepto del dinero. El hecho de que algunas mercancías alcancen la categoría de
dinero surge espontáneamente de las relaciones económicas existentes, sin que sean precisas
medidas estatales. El dinero es entonces producto de un proceso evolutivo, no azaroso, pero si
espontáneo; en el cual a una mercancía se le convierte por acuerdo general, no legislativo, ni
compulsivo en un bien adaptado para realizar comercio, eso ocurre en las etapas primigenias de la
historia, sin participación del Gobierno o lo que convencionalmente se da en llamar Estado.

CONCHAS

Usadas como moneda durante miles de años en grandes zonas de África, el Océano Indico y
Oceanía. Las conchas de caurí se usaron como medio de pago en la India, en el Medio Oriente y en
China, continuando en circulación en los tiempos históricos en gran parte de Asia, África y en las
islas del Pacífico, en un área que iba desde Nigeria hasta Siam y desde Sudán hasta las Nuevas
Hébridas. Todavía hoy su uso no se ha extinguido del todo; cuando los japoneses invadieron Nueva
Guinea en 1942, distribuyeron gratuitamente cauríes, de tal forma que causaron un descenso en
su valor, perjudicando la estabilidad económica y financiera de la zona.

CACAO

Moneda en la América precolombina y en los primeros años de la colonización. Estas almendras de


cacao utilizadas como moneda dieron lugar a fraudes a base de vaciar, con gran cuidado, el
interior de la semilla para rellenarla, posteriormente, con arena.

PLUMAS EXÓTICAS

Diversas culturas de la América prehispánica hicieron uso de las plumas de aves exóticas como el
quetzal y otras. Hasta comienzos de la colonización española, muchas de las culturas
precolombinas hicieron uso de estas plumas de aves exóticas.

SAL

Amplias zonas del mundo, fundamentalmente desérticas, usaron la sal de la roca como valor de
referencia en sus intercambios comerciales. Durante el imperio romano el trabajo se pagaba con
sal puesto que este es un producto imprescindible para la conservación de alimentos. De ahí viene
que actualmente utilicemos la palabra SALARIO.

ÁMBAR

Resina fósil, se utilizó como moneda en el mundo antiguo junto con otros minerales o rocas como
el sílex tallado. Resina fósil de los árboles de hace 300 millones de años, utilizada como moneda en
la antigüedad, tanto por su belleza como por su durabilidad. Actualmente se utiliza
fundamentalmente en joyería. En ocasiones estas piezas incluyen fósiles de insectos.
Concretamente en Peñacerrada (Araba) se ha encontrado recientemente un yacimiento de este
tipo. El yacimiento más importante está en la costa sur y oriental del mar Báltico.

PIELES

Han convivido con el dinero convencional en amplias zonas del mundo casi hasta nuestros días.
Además de su utilidad para protegerse del frío, las pieles de muchos animales se han utilizado en
diferentes regiones y épocas a lo largo de la historia como moneda de intercambio de otros
bienes.

CEREALES

Junto con las legumbres, han sido desde antiguo patrón de intercambio en culturas no
relacionadas entre sí: México, China, Egipto, etc. En las islas Filipinas, hasta hace muy poco tiempo
se utilizaba el arroz como patrón de cambio.

ESPECIAS

La escasez de especias en Europa las convirtió en elemento de intercambio desde antes de la edad
media. Las especias venidas de Oriente fueron muy valoradas por su escasez y variadas
aplicaciones, lo que las convirtió en un valioso instrumento de cambio. La ruta de las especias dio
lugar a los grandes descubrimientos durante el Renacimiento.

En el mundo fueron utilizadas otras cosas raras y exóticas como dinero, tales como cabezas de
ganado, whisky, tabaco, semillas, piedras, que, aunque muy apreciados por ciertos maestros,
nunca tuvieron una importancia duradera para la gente apartada de la primitiva existencia rural. O
sea que, para todos los fines prácticos, el dinero fue, la mayoría de las veces, un metal más o
menos precioso.

Desde los primeros tiempos que conocemos, y probablemente desde antes, el metal se acuñó en
monedas de un peso determinado. Herodoto atribuye esta innovación al rey de Lidia,
presumiblemente a finales del siglo VIII a.C. “Todas las jóvenes de Lidia se prostituyen por el vil
metal, y con ello se procuran su dote; así, disponen después de sus personas como consideran
adecuado...”

y que desempeña las siguientes funciones:

 Medio de cambio: obtenemos los distintos bienes que necesitamos a cambio de dinero, y
no de otros bienes.
 Unidad de cuenta: los distintos activos y pasivos de los agentes económicos están
expresados en una unidad común: el dinero.
 Depósito de valor: la riqueza de los individuos está formada por muy diversos bienes –
todos los activos con los que contamos: coches, pisos, joyas, apartamentos, aviones…- y
por dinero.
 Patrón de pago diferido: los pagos que se han de producir en el futuro los expresamos
también en dinero.
Para cumplir esas funciones podríamos utilizar diversos objetos, e históricamente se han utilizado
muy variados, pero para que sea útil como dinero, las principales características con las que ha de
contar lo que utilicemos son las siguientes:

 Duradero: no podemos utilizar como dinero bienes perecederos que van a perder su valor
en un periodo corto de tiempo.
 Transportable: por razones de peso, ha de ser algo fácilmente transportable.
 Divisible: que permita realizar pagos pequeños. De ahí, que generalmente tengamos
billetes que nos permiten acometer pagos más elevados, y monedas de distinto valor que
facilitan las transacciones económicas más modestas.
 De oferta limitada: en caso contrario no tendría valor económico. En efecto, si fuera algo
fácil de fabricar, todos estaríamos en disposición de hacerlo y existiría en tal cantidad que
perdería su valor como recurso escaso.

La evolución del Dinero se puede presentar en forma muy general de la siguiente manera:

Dinero-mercancía: dinero que adopta la forma de una mercancía que tiene un valor intrínseco.
Es decir, que tendría valor incluso aunque no se utilizara como dinero.

El siguiente paso es la aparición del papel moneda, o dinero signo, que mantiene su valor por
estar respaldado por dinero mercancía y por la confianza que se tiene en que el emisor de
dicho papel lo cambiará por dinero mercancía.

Debido a diversos avatares históricos, este papel moneda acabó perdiendo su convertibilidad
en dinero mercancía para convertirse en Dinero fiduciario. Se establece como dinero por
decreto constitucional; esto es, un gobierno lo establece como dinero de curso legal, lo cual
significa que debe aceptarse legalmente como pago de deudas pero que no es convertible en
metales preciosos. La gente acepta el dinero porque confía en que lo podrá usar en otras
transacciones.

El dinero es una conveniencia muy antigua, pero la idea de que es un objeto digno de
confianza y que puede aceptarse sin examinarlo o ponerlo en tela de juicio es, en todos los
aspectos, una cosa muy ocasional, principalmente una circunstancia del siglo XIX. Durante
unos cuatro mil años, hubo el acuerdo de utilizar para los intercambios uno o más metales,
entre tres que eran la plata, el cobre y el oro, si bien la plata y el oro se emplearon también
durante un tiempo como la aleación natural llamada «electrum». Durante la mayor parte de
aquellos largos años, la plata representó el papel predominante y durante períodos más
breves, como en el del régimen micénico o en la Constantinopla de después de la división del
Imperio romano, el oro ocupó el primer lugar.

La acuñación de monedas era sumamente práctica. Pero era también una invitación a grandes
fraudes públicos y a pequeños fraudes privados. Los gobernantes pródigos o faltos de recursos
—que en aquellos tiempos constituyeron una clara mayoría comprendían a menudo que
podían reducir la cantidad del metal en sus monedas o confeccionarlas de calidad inferior, con
la esperanza de que nadie lo advertiría, al menos en breve plazo. Así, podía comprarse lo
mismo con una cantidad menor de oro o de plata, o podía comprarse más con una cantidad
igual. También ocurría que los empresarios privados, después de cerrar un trato, recortaban o
limaban unos miligramos de metal de las monedas con que se había concertado el pago. La
falsificación fue también un invento muy antiguo. Ya en el año 540 a.C., se dice que Polícrates
de Samos estafó a los espartanos con monedas de oro falsas.

Esta circunstancia dio origen, en 1558, a la máxima de sir Thomas Gresham, según la cual la
moneda mala expulsa siempre a la buena. Ésta es, quizá, la única ley económica que nunca ha
sido discutida, y ello por la razón de que nunca ha tenido una excepción importante. La
naturaleza humana puede ser una cosa infinitamente variable. Pero tiene constantes. Una de
ellas es que, ante una alternativa, cada cual guarda lo mejor para sí mismo, y también para
aquellos a quienes quiere más.

Con numerosas monedas en circulación, diversamente adulteradas, recortadas, limadas,


sobadas o rebajadas, de las que siempre se ofrecen primero las peores, la moneda se convirtió
en un problema. Con ello se abría el camino a la próxima reforma, que era volver al contraste
del peso del metal. Este paso decisivo fue dado por la ciudad de Amsterdam en 1609, un paso
que hace confluir la historia del dinero con la historia de la banca. Fue un paso especialmente
provocado por el gran comercio de Amsterdam, el cual estaba a su vez relacionado con uno de
los acontecimientos más influyentes en la historia del dinero: los viajes de Colón y el efecto
producido sobre Europa por la subsiguiente conquista y el desarrollo de la América española.

Después de 1493, había mucha gente en Europa que estaba poco enterada del descubrimiento
y la conquista de tierras en ultramar, o que incluso los desconocía en absoluto. Pero puede
afirmarse que eran muy pocos los que no experimentaban una de sus principales
consecuencias. El descubrimiento y la conquista provocaron una enorme afluencia de metal
precioso de América a Europa, y el resultado fue un increíble aumento de los precios, una
inflación ocasionada por un incremento de la oferta del dinero más fuerte de todos. Casi nadie
estaba en Europa tan a salvo de las influencias de mercado que no sintiese alguna influencia
en su salario, en sus ventas e incluso en sus compras más insignificantes.

EL PAPEL MONEDA aparece en China en el siglo IX d. C., durante la dinastía Tang, En ese
tiempo aparecieron los primeros bancos en los que la gente depositaba sus monedas y a
cambio se le extendía un certificado por el importe depositado que servía como medio de
pago. Así la gente no tenía que movilizarse con las pesadas piezas de plata. En Occidente
recién en el siglo XIV comenzó a utilizarse este sistema que llegó a imponerse con el tiempo.

En su evolución, el dinero ha pasado por diferentes fases. La primera es la de dinero


mercancía: cuando contaba con el mismo valor como unidad monetaria que como mercancía.
Así, se trataba de monedas de oro y plata cuyo valor era tanto como el que representaba la
moneda.

Posteriormente, el dinero fue perdiendo ese valor como mercancía, llegándose a una situación
como la actual, en la que su valor reside en el hecho de que será aceptado como medio de
pago por los demás. Es el llamado dinero signo o fiduciario.

En efecto, el valor del papel de un billete de 100.000 pesos es ínfimo, a diferencia del valor
como unidad monetaria que, al menos de momento, permite adquirir una cantidad
relativamente importante de bienes y servicios.
Definición de dinero

Dinero es cualquier bien, generalmente aceptado. No como genero consumible, sino como
depósito de valor, para ser utilizado en el intercambio por otros bienes o servicios y para el
pago de deudas.

En su forma de definición más estrecha la oferta de dinero se denomina M1 que es el efectivo


es decir monedas y billetes en poder del público y los depósitos disponibles en los bancos
comerciales e instituciones de ahorro mediante cheques, denominados depósitos a la vista .

La suma del efectivo y de los depósitos en cuenta corriente, también se denominan medios de
pago (M1) u oferta monetaria, por ser activos de aceptación general para efectuar pagos en la
economía.

Los medios de pagos también son conocidos como "Oferta Monetaria", ya que, es el dinero
ofrecido por la autoridad monetaria, en nuestro caso el Banco de la República.

Dinero, M1 = efectivo en poder del público + depósitos disponibles en cuenta corriente

Los cuasi dineros. Son activos financieros de alta liquidez que no funcionan directamente
como medio de cambio, pero que pueden convertirse con facilidad y de esta manera ser
sustitutos de éstos, dependiendo de su grado de liquidez podrían considerarse en alguna
medida dinero.

En Colombia, estos activos están constituidas por las cuentas de ahorro en los bancos y los
depósitos de ahorro en el sistema financiero, los certificados de depósito a término y otros
papeles financieros con facilidad de conversión a efectivo o son admitidos por el bajo riesgo
financiero que representan como medio de pago.

EJ. En Colombia es muy común realizar algunas transacciones de cierto valor como un bien raíz
o un vehículo recibiendo títulos valores que estén bien respaldados de acuerdo con la
institución financiera donde hayan sido emitidos, o negociar en forma anticipada la redención
del mismo con intermediarios financieros.

La oferta monetaria ampliada M2, es un concepto monetario más amplio compuesto por la
suma de los medios de pago y los cuasi dineros. Generalmente, este agregado monetario es
denominado M2.

Dinero, M2 = M1 + Cuasi dineros

Definición de dinero, M3 La tercera definición de dinero admite que los grandes depósitos de
dinero de propiedad de las empresas especialmente que igualmente tienen un término
definido de vencimiento, pero que no son convertibles con facilidad por su monto, como los
cuasi dineros, puedan ser contabilizados al ser activos que pese a ser un poco menos líquidos
existe algún mercado para los mismos y pueden monetizarse.

Dinero, M3 = M 2 + grandes depósitos a término


La definición de dinero más utilizada es aquella que incluye sólo los medios de cambio M1, es
el indicador estadístico que se publica con frecuencia y que se utiliza para tomar decisiones
referidas a la oferta monetaria. Para otros fines los economistas prefieren considerar la
definición de oferta monetaria ampliada.

Demanda de dinero y tasas de interés

Demanda de dinero

Se define como la relación entre la tasa de interés y la cantidad de dinero que las personas
están en condiciones de adquirir a una tasa de interés determinada y dispuestas a conservar a
cualquier tasa de interés. Por lo tanto, como en la demanda de cualquier producto, la cantidad
de dinero demandada se relaciona en forma negativa con el precio. Es decir, las personas
demandarán menos dinero si la tasa de interés es alta y una tasa de interés mas baja
aumentará la cantidad de dinero que las personas están dispuestas a conservar.

La demanda de dinero es más baja con tasas de interés más altas porque el colocar los fondos
en valores que ganen intereses se hace más atractivo que mantenerlos en efectivo y cuentas
bancarias.

Sin embargo, como la conservación de dinero tiene entre otros fines la realización de
transacciones como comprar y vender bienes, una tasa de interés baja aumentará la cantidad
de dinero que las personas desean conservar. Pero si la tasa de interés es alta, las personas
conservarán menos cantidad de dinero en efectivo o en sus cuentas bancarias y preferirán
mantener parte de su riqueza en activos fijos o en activos financieros que les generen
intereses o rendimientos sobre sus inversiones, puesto que se incrementan cuando las tasas
de interés son altas.

Por el contrario, si se conserva mucho dinero en forma de efectivo es evidente que se está
incurriendo en una pérdida tanto por la desvalorización del dinero como por dejar de ganar
intereses, pero se tiene cierta flexibilidad para poder negociar y aprovechar una oportunidad
de negocio.

Dado que como mercancía ha perdido todo su valor, es imprescindible que tengamos fe en el
dinero.

El dinero bancario, compuesto por depósitos a la vista, de ahorro, a plazo... permite que
paguemos en los establecimientos con la tarjeta de débito –al contado- o de crédito –con
pago aplazado-, mediante transacciones electrónicas, o que realicemos todo tipo de
gestiones a través de una llamada telefónica o por internet con la banca on-line.
Todos queremos tener dinero; todos demandamos dinero. Y, normalmente, cuanto más
dinero tengamos, mejor. Sin embargo, no es esto lo que se quiere expresar en este epígrafe
cuando nos disponemos a estudiar la demanda de dinero.

Los motivos por los que se demanda dinero son tres: por motivo transacción, precaución y
especulación. Como veremos a continuación, por los dos primeros motivos principalmente
serán los precios y la renta los factores más determinantes que influyan en la demanda,
mientras que por el tercer motivo serán los tipos de interés, lógicamente, en sentido inverso.
En efecto, consideraremos aquí que existen dos posibilidades:

a) tener el dinero ocioso –en el bolsillo, bajo el colchón, o en un depósito a la vista que no nos
ofrece ninguna rentabilidad y del que podemos sacar el dinero cuando lo deseemos de
manera inmediata, o bien

b) tener el dinero invertido en algún activo –por ejemplo un bono- que nos vaya a generar
unos intereses, pero que implica tener el dinero inmovilizado temporalmente.

Si esto es así, es decir, si existe esta segunda posibilidad, todo el dinero que mantengamos
ocioso tendrá un coste de oportunidad; podríamos haber obtenido con él una rentabilidad si
lo hubiéramos invertido en un bono. Sin embargo, podemos observar que todos mantenemos
una cierta liquidez, que no invertimos todo nuestro dinero en activos como el señalado.

Un motivo fundamental por el que no invertimos todo el dinero del que disponemos es que
frecuentemente necesitamos realizar transacciones. Así, cada día realizamos compras en el
supermercado, recargamos de combustible el depósito de nuestro vehículo, pagamos la
factura de la electricidad o compramos el periódico o un libro. Y para poder realizar todos
estos pagos necesitamos tener liquidez, es decir, dinero en efectivo o que se encuentre en una
cuenta en la que podamos domiciliar los recibos o de la que podamos sacar de forma
inmediata el dinero con una tarjeta de crédito o de débito. Necesitamos por tanto en este
sentido dinero por lo que llamaremos el motivo transacción.

Además, todos sabemos que pueden suceder imprevistos que en cualquier momento nos
lleven a realizar unos gastos que inicialmente no tengamos planificados; podemos tener un
pinchazo en una rueda del coche, o sufrir una avería del mismo, se nos puede estropear la
televisión o la lavadora, etc. Para cubrir todas estas contingencias también guardamos algo de
dinero que hemos de tener disponible; se trataría en este caso del motivo precaución.

Tanto por motivo transacción como por motivo precaución, cuanto mayores sean las compras
que habitualmente llevemos a cabo, y cuanto más altos sean los precios de los distintos bienes
y servicios que adquiramos, mayor será la demanda de dinero que realicemos.

En efecto, la demanda de dinero que realicemos vendrá marcada por el nivel de precios, pues
influirá en el poder adquisitivo del dinero, que es muy importante como señala la viñeta
siguiente

Por motivo transacción no nos afectará de ninguna manera cuál sea el nivel de los tipos de
interés. Por consiguiente, su representación gráfica será una curva totalmente vertical.

Por motivo precaución tal vez sí que nos influya un poco el nivel de los tipos de interés, de
forma que si los tipos de interés son más elevados tendremos tendencia a dejar una menor
cantidad de dinero en forma de efectivo, debido al coste de oportunidad en el que incurrimos
y que hemos explicado anteriormente, y dado que no se trata de compras que vayamos a
realizar con certeza.

Por ello, aunque la curva sea también muy vertical, sí que tendrá un poco de pendiente
negativa, como podemos apreciar en los siguientes gráficos.
Por motivo especulación, finalmente, deseamos mantener dinero en efectivo frente a la
alternativa de invertirlo en un activo rentable si los tipos de interés son bajos y tenemos
expectativas de que vayan a subir en el futuro, del mismo modo que cuanto más altos sean los
tipos de interés menor será la demanda de dinero que efectuemos pues incurriremos en un
coste de oportunidad por la rentabilidad que dejaríamos de obtener al invertir en un activo
alternativo, como hemos señalado en repetidas ocasiones en este epígrafe.

La suma de los tres tipos de demanda estudiados nos dará la demanda de dinero total, que
lógicamente tendrá pendiente negativa, como la demanda de dinero por motivo especulación,
como consecuencia de la forma que tienen las tres.

Cuando inversores o especuladores deciden invertir su dinero, buscan todo tipo de activos
financieros que les puedan ofrecer rentabilidad, entre ellos, las acciones. Es importante no
confundir esa acepción del término “acción” con otras posibles, pues puede llevar a equívoco,
como podemos apreciar en la viñeta siguiente:

Tasa de interés

La tasa de interés es el precio del dinero en el mercado financiero. Al igual que el precio de
cualquier producto, cuando hay mas dinero en el mercado la tasa baja y cuando hay escasez
sube. Se toma como el porcentaje (%) que se paga por el alquiler o préstamo del dinero, es
decir la relación que existe entre el capital de préstamo y la cantidad de ingresos de excedente
que le proporciona a su propietario.

Cuando la tasa de interés sube, los demandantes desean comprar menos, es decir, solicitan
menos recursos en préstamo a los intermediarios financieros, mientras que los oferentes
buscan colocar más recursos (en cuentas de ahorros, CDT’s, etc.). Lo contrario sucede cuando
baja la tasa: los demandantes del mercado financiero solicitan más créditos, y los oferentes
retiran sus ahorros.

Determinación de las tasas de interés

Así como el precio de un bien o servicio se establece en la interacción entre la demanda y la


oferta, la interacción entre la oferta y demanda de dinero determinan las tasas de interés. La
tasa de interés del mercado es la que iguala la cantidad demandada con la ofrecida y se da en
la intersección de la curva de la demanda con la línea de la oferta.

Si la cantidad de dinero ofrecida se encuentra por encima de la cantidad demandada,


entonces las personas colocarán su exceso de dinero en cuentas que proporcionen intereses,
haciendo bajar las tasas de interés sobre esas cuentas, pero si la cantidad ofrecida está por
debajo de la demandada, la tasa de interés se elevará.

Es así como en la formación de las tasas de interés la oferta y la demanda de los medios de
pago juega un papel muy importante, si hay mucha oferta o liquidez en todo el sistema y
mucha capacidad de crédito, se busca colocar más dinero entre el público y las tasas de interés
tienden a disminuir, y por el contrario si es poca la oferta se disminuye o se cierra el crédito
ocasionando una escasez de dinero que hace elevar las tasas de interés

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