Las comunidades de heredes y el monasterio (Rodriguez)
En los pactos y acuerdos realizados entre comunidades y el
cenobio, en la primera mitad del siglo XIII, las comunidades y los miembros de los monasterios eran los protagonistas de los acuerdos. Los acuerdos estuvieron condicionados por el debilitamiento de la mayoría de los grupos familiares que formaban las comunidades.
Mediante esos acuerdos, pactos y contratos se entablaban
relaciones de reciprocidad vertical que comprometían a las partes actuantes en el momento, a sus hijos o sus nietos y a las generaciones posteriores hasta su perpetuidad. Desde que se hacia el pacto se establecían ciclos de reciprocidad que podían ser interrumpidas por algún protagonista al incumplir su contraprestación del “don” y “Contradon”, por el largo plazo que se establecían en los compromisos, desde crisis demográficas hasta guerras y cambios bruscos de poder o internas como por ejemplo el estallido de tensiones grupales, comunitarias o individuales. El señor ahora más cercano, contaba con gestores de granjas para controlar el cumplimiento de los compromisos.