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NOTAS SOBRE LA GUERRILLA

LA GUERRILLA
Algunos grupos de los sectores medios pensaron en la posibilidad de tomar el
poder mediante la lucha armada.
Los primeros grupos guerrilleros en nuestro país actuaron estimulados por el éxito
de la guerrilla cubana y se propusieron crear un foco revolucionario en zonas
rurales. Pero sus intentos no llegaron a consolidarse y se frustraron rápidamente.
Los años que van desde fines de la década de 1960 hasta mediados de la década
siguiente, estuvieron marcados por operaciones de los grupos guerrilleros que
incluyen desde intento de organizaciones de guerrillas rurales hasta incendios de
supermercados, incluyendo secuestros, atentados y asesinatos. Los grupos
guerrilleros también realizaban asaltos a bancos, clínicas repartían
los bienes robados en zonas carenciadas.
El Gobierno militar recurrió a formas múltiples de represión: Desde la creación en
la justicia de un llamado fuero antisubversivo hasta el secuestro y la tortura de
activistas, que era llevada a cabo por grupos policiales y militares. La violencia
guerrillera en nuestro país puede argumentarse teniendo en cuenta la debilidad
del sistema de partidos políticos, la prohibición del peronismo y el comunismo, y el
exilio de Peròn. Varias organizaciones reclamaban acabar con el exilio peronista
porque pensaban que era la condición para construir una Argentina socialista. La
incorporación de ese reclamo y los intentos por recuperar el poder peronista,
permitía que estos grupos armados ampliaran su popularidad.

Los primeros grupos guerrilleros fueron: Los Uturuncos, organización peronista que
opero en las provincias de Tucumán y Santiago Del Estero, entre 1959 y 1965
(Entre nosotros, la primera guerrilla apareció a mediados de 1959
con el nombre de Uturuncos. Consistió en un conglomerado
heterogéneo de jóvenes que se decían justicialistas y que bregaban
por el retorno al país del ex presidente Juan Domingo Perón, a la
sazón exilado luego de su derrocamiento en 1955.

; el Ejercito guerrillero del pueblo, de filiación Castro-Guevarista que actúo en Salta


entre 1963 y 1964; y el destacamento de 17 de Octubre, agrupación peronista que
actúo en Tucumán en 1968.
En Abril de 1969, varios grupos guerrilleros produjeron numerosos asaltos contra
establecimientos militares en todo el país.
Estos movimientos sumados al resto del descontento social dieron lugar a una gran
insurrección popular que comenzó el 15 de Mayo de 1969 con una manifestación
estudiantil en Corrientes, donde la policía reprimió para controlar, mato a una
joven de 22 años e hirió y detuvo a muchos otros. El 17 de Mayo la policía acabó
con dos vidas en la represión ejecutada en la ciudad de Rosario, de donde se había
iniciado una gran movilización en contra, justamente, de la represión, Cuatro días
después, el General Onganìa ordenó la intervención militar de Rosario. Ese mismo
día se decidió realizar un paro estudiantil en todo el país.

EL CORDOBAZO
Córdoba se había convertido en la capital industrial del interior. Allí estaban
instaladas la mayoría de las fabricas de automotores del pais. Los obreros
industriales que trabajaban en las plantas de las sociedades extranjeras Fiat y
Renault y de la estadounidense IKA (industria kaiser argentina) recibían salarios
más altos que el salario promedio industrial recibido en otras provincias.
Durante Mayo de 1969, el Poder Ejecutivo Nacional dictó un decreto que derogó
los regímenes especiales sobre el descanso del sábado ingles en Mendoza, San
Juan, Tucumán y Córdoba (donde ahora los obreros debían trabajar durante ocho
horas los días sábados). Este decreto de quitas zonales anunció, también el
congelamiento de los convenios colectivos y de los salarios. En Córdoba, las
regionales de SMATA (sindicato de los Mecánicos de Automotores y Transporte de
los Argentinos, dirigido por Elpidio Torres), de luz y Fuerza (comandado por
Agustín Tosco), y la UTA (Unión Tranviarios de Automotor) convocaron a una
asamblea general.
Las condiciones de esos tres sindicatos lideraron la protesta. Esa jornada terminó
con un enfrentamiento con la policía y un llamado a paro general.
El 29 de Mayo de 1969, obreros y estudiantes cordobeses, acompañados por la
CGT local, salieron unidos a las calles de Córdoba, donde se sumo mucha otra
gente. Ante la magnitud de la movilización, Onganìa ordenó que las Fuerzas
Armadas se hicieran cargo de la represion. Intervino el Ejército, y recuperó el
control, el 31 de Mayo se restableció el orden. Murieron unas catorce personas,
según lo declarado oficialmente, y muchas otros fueron heridos y detenidos.
El 16 de Junio, el Gobierno intervino la provincia de Córdoba, que se quedo bajo el
mando del General Jorge Carcagno.
El Cordobazo tuvo un gran valor simbólico, aunque de él se tuvieron diferentes
opiniones desde el poder, desde los sindicatos, partidos políticos o desde quienes
se identificaron con la movilización popular. Pero cualquiera fuera la postura todos
creían que el enemigo era el autoritarismo de este gobierno militar.
Esta etapa de movilización social, que comenzó con el Cordobazo se expandió y se
mostró de maneras diferentes. Los conflictos obreros, luego del Cordobazo, se
debieron a las condiciones de trabajo, las clasificaciones, los incentivos y las
categorías, ya que los obreros estaban bien pagos y estables.
Poco después del Cordobazo hubo episodios similares en Rosario, el Rosariazo,
ocurrido en el mes de Septiembre, que se originó a causa de un conflicto obrero
que mantenía la Unión Ferroviaria Rosarina (UFR).Este conflicto comenzó cuando
el delegado gremial de la UFR fue sancionado por negarse a firmar un
apercibimiento a los trabajadores que participaron en los paros realizados en Mayo
de ese mismo año. El gremio Ferroviario declaró una huelga por tiempo
indeterminado, debido a la sanción. Mientras tanto, el problema ferroviario crecía,
los estudiantes realizaban actos y movilizaciones. La CGT convoco a obreros,
estudiantes, comerciantes, profesional, intelectual y al pueblo en general a
participar del paro y la movilización dispuestos para los días 16 y 17 de
Septiembre. La respuesta de la población fue masiva y contundente.
También surgieron conflictos en Cipolletti, en la zona frutícola del Valle de Río
Negro; se repitieron luego en Córdoba, en Neuquén y en General Roca. Las
mismas movilizaciones se advirtieron en zonas rurales como Chaco, Misiones o
Formosa, donde se organizaron las Ligas Agrarias. Las agitaciones urbanas se
prolongaron en manifestaciones callejeras, a las que se sumaban los estudiantes
universitarios.
Estas formas de protestas eran desencadenadas por episodios ocasionales como
aumentos de tarifas, impuestos, pero expresaban un profundo descontento. Ahora,
estas cuestiones movilizaban a sectores mucho más amplios, desde sectores
medios hasta trabajadores ocasionales que se manifestaban en huelgas de
maestros y profesores, empleados públicos, funcionarios judiciales y pequeños
comerciantes e industriales.
El Cordobazo fue el inicio de un proceso de protesta social y lucha armada que,
desde entonces y por varios años, se desarrolló en la sociedad Argentina.
Luego del Cordobazo, algunas organizaciones representativas de distintos sectores
sociales analizaron los hechos para encontrar su significado.
Los empresarios de la Confederación General Económica (CGE) y el sindicalismo
vandorista explicaron el Cordobazo como el resultado de la aplicación de una
política económica y social liberal que generaba tensiones que se habían
acumulado y que desencadenaron en aquel episodio.
Proponían la formación de una alianza social entre algunos sectores de las Fuerzas
Armadas, los empresarios nacionales y los trabajadores. Reconocían la importancia
de las inversiones extranjeras pero sostenían la necesidad de una mayor control
sobre ellas.
Tanto la CGE como la CGT propusieron la sustitución de Krieger Vasena. Las dos
entidades sostenían que las movilizaciones populares después del Cordobazo,
podían servir para presionar al Gobierno y lograr cambios en la orientación de las
políticas. Perno no estaban de acuerdo con la estrategia de la violencia social que
caracterizó al Cordobazo.
Los principales medios periodísticos y la gran burguesía industrial opinaban que los
acontecimientos ocurridos fueron el resultado de la falta de autoridad del Gobierno
frente a lo que ellos pensaban que significaba, el avance del comunismo.
Criticaron que el Gobierno no hubiera derribado la capacidad de organización de
los sindicatos y que no hubiera ordenado reprimir con mayor dureza los desborde
social.
Las organizaciones de izquierda peronista y los partidos y agrupaciones de
izquierda no peronista vieron al Cordobazo como el comienzo de la Revolución
Social que conduciría al país al socialismo.
Los partidos políticos tradicionales, el peronismo y el radicalismo, pensaban que
la violencia social tenia que tener un como objetivo la recuperación de la
democracia.
Los sectores liberales más tradicionales encontraron al Cordobazo como la
representación de la pérdida del orden y la confirmación de la imposibilidad de
consolidar un modelo económico de crecimiento y de estabilidad.
El Cordobazo provocó varias renuncias en el Gobierno. El General Francisco Imaz
reemplazó a Guillermo Borda en el Ministerio del Interior , y el Ministro de
Economía , Adalbert Krieger Vasena fue reemplazado por José María Dagnino
Pastore , un técnico que tampoco contaba con la confianza de la gran burguesía
industrial. Rápidamente disminuyeron las inversiones y subió la inflación.
Los sectores militares liberales comenzaron a planear el desplazamiento de
Onganìa del Gobierno. Para la gran burguesía industrial y la mayoría de las Fuerzas
Armadas, el tiempo de Onganìa al frente del Gobierno habían llegado a su fin. No
estaban de acuerdo con la política negociadora de Onganìa con los sindicatos, pero
consideraban necesarios encontrar una salida política que contuviera
la presión social y obtuviera cierto consenso entre algunos sectores de la sociedad.

Con relación al papel cumplido por los partidos comunistas, el caso


argentino no difirió de lo ocurrido en otras latitudes: las dirigencias
partidarias tradicionales se opusieron formalmente a las guerrillas
pues estimaban premonitoriamente que serían derrotadas,
inaugurándose un proceso que demoraría en exceso la victoria
mundial del comunismo.
FUENTE CLARINA 2000

En los hechos, esas dirigencias cumplieron con los deseos de la


URSS de no inmiscuirse abiertamente en la guerra revolucionaria
para no comprometerla y mantener su capacidad diplomática y
comercial, pues los soviéticos eran crónicos compradores de cereales
y alimentos a causa, entre otros motivos, de su sistema colectivista.

Entre nosotros, la primera guerrilla apareció a mediados de 1959 con


el nombre de Uturuncos. Consistió en un conglomerado heterogéneo
de jóvenes que se decían justicialistas y que bregaban por el retorno
al país del ex presidente Juan Domingo Perón, a la sazón exilado
luego de su derrocamiento en 1955.

En la banda había de todo y su jefe, Enrique Manuel Mena, cayó fin


almente preso. Recluido en una cárcel de Tucumán, provincia donde
el grupo produjo durante algunos meses asaltos y otras
depredaciones menores, en los finales de 1960, fugó a Cuba para
adoctrinarse y recibir una mejor instrucción en terrorismo, pero en
1970 se supo que murió de cáncer en nuestro país, adonde había
regresado secretamente para sumarse a los planes subversivos. l
impacto político con el que especulaban los Uturuncos se derrumbó
cuando en plena acción los órganos oficiales del Partido Justicialista
condenaron severamente el intento guerrillero. Unicamente se
implementó una drástica represión policial que detuvo a casi todos
los integrantes de la banda.

Cooke operó desde La Habana con amigos como Ricardo Obregón


Cano -luego gobernador de Córdoba en 1973, cuando Héctor J.
Cámpora triunfó en las elecciones presidenciales de ese año-, y a su
inspiración se debieron las tempranas organizaciones Resistencia
Peronista y Peronismo Revolucionario. Agruparon a sinceros
militantes peronistas, pero básicamente fueron verdaderos anticipos
del proceso de penetración ideológica denominado "entrismo", que
consistió -y consiste- en la conquista de organismos, grupos y
personas para modificar desde adentro su esquema de ideas e
invertirlo progresivamente.

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