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Federalismo comparativo y descentralización.

Sobre sentido y medida

Jonathan Rodden
La estructura básica del gobierno esta siendo transformada en países alrededor del mundo
mientras que la autoridad y los recursos migran de gobiernos centrales a subnacionales. Los
cientoficos políticos y economistas han desarrollado una riqueza de teorías para explicar las
causas y consecuencias de estos cambios, pero experimentación empírica sistemática se ha
quedado atrás. Los investigadores han, incrementalmente, suplementado los estudios de caso con
análisis con datos transnacionales que explotan tanto la diacrónica y la variación transnacional.
Mientras que la limitación en recolección de datos necesita simples proposiciones y relativamente
altos niveles de abstracción, es llamativo probar las hipótesis sobre federalismo y
descentralización con datos tomados del mundo en diferentes décadas. Sin embargo, mientras
que amplitud y generalidad son los mayores bienes de regresiones transnacionales, también
pueden crear grandes caídas que amenazan con obscurecer más que esclarecer los hechos.
Datos transnacionales confiables sobre la descentralización y el federalismo son pocos, y los
conceptos son usualmente asumidos como complementarios o hasta intercambiables. La
emergente visión de la descentralización muestra una trasferencia, orgánica, entrelazada, de
autonomía política, fiscal y de norma. Algunos estudios transnacionales buscan explicar la
descentralización fiscal endógena. Otros tratan la descentralización y el federalismo como
exógeno y tratan de medir sus efectos en el crecimiento económico o apoderados para la
responsabilidad, corrupción o la igualdad de gobierno. Aún otros han examinado las implicaciones
para déficits, inflación, y estabilidad macroeconómica, mientras estudios más antiguos, examinan
el tamaño y crecimiento del gobierno. Cada uno de estos estudios usa una simple medida de
descentralización fiscal, y la distinción binaria entre sistemas políticos federal y unitarios, o ambos.
El más claramente discernible leitmotiv de estos estudios es un creciente decepción con la
descentralización y el federalismo, especialmente en los países en desarrollo. Teorías optimistas,
empezando con Montesquieu y continuando a través del moderno bienestar económico, ventajas
de estrés en la revelación de información y responsabilidad en estructuras de gobierno más
descentralizadas. La opción de teorías públicas exploran la posibilidad de que la movilidad en un
contexto descentralizado y multi jurisdiccional puede facilitar de mejor manera el encuentro entre
las preferencias de la ciudadanía y la política gubernamental a través de “clasificación” y puede
llevar a gobiernos pequeños, más eficientes, menos corruptos y bajo algunas condiciones de
mercados mas seguros y un crecimiento más rápido. Sin embargo, recientes estudios empíricos
tienen problemas con estas teorías; ellos encuentran que la descentralización y el federalismos
están asociados con mayores niveles de corrupción percibida, un gobierno más grande,
inestabilidad macroeconómica, y bajo algunas condiciones, menor crecimiento. Estos usualmente
concluyen al poner en duda los beneficios de la descentralización y el federalismo.
Sin embargo, las distinciones entre los varios tonos de descentralización y federalismo no han sido
tomadas en serio. Las preguntas acerca de diseño, contenido y forma de la descentralización son
pasados por alto no porque las teorías e hipótesis sean de interés o son indiferenciadas, sino
porque los datos más refinados son difíciles de obtener. La franqueza de estas medidas es
usualmente admitida pero defendida por el costo de obtener una muestra suficientemente grande
como para hacer inferencias confiables. Pero que tan altos son estos costos? Los indicadores
favorecidos de la descentralización de hecho miden los conceptos a los que se refieren en las
teorías relevantes? Algunas preguntas básicas acerca de las definiciones y las medidas necesitan
ser preguntadas. Las conexiones entre la teoría y el análisis empírico han sido bastante tenues en
la primera generación de estudios empíricos.
Nuevos datos pueden proveer un reporte conceptual y descriptivo más completo de las formas de
descentralización y federalismo, en consecuencia dar importantes claves de cómo los resultados
de los estudio empíricos previos son tan disonantes con las teorías normativas y usualmente entre
ellos. Sobre todo, en ves de aumentar la autoridad independiente del gobierno del estado y los
municipios, la descentralización usualmente crea un tipo de gobierno más complejo, entrelazado
con una forma de gobierno que tiene poco parecido con las formas de descentralización
visualizadas en los libros de texto sobre federalismo fiscal o en las teorías de elección pública. A la
luz de estos hechos, es necesario reevaluar lo que se ha aprendido de la primera generación de
estudios transnacionales y enfatizar formas de mejorar la forma de recolección de datos, teoría y
las conexiones entre estos dos.

Descentralización

La descentralización es usualmente vista como un cambio de autoridad hacia un gobierno local y


lejos de un gobierno central, con total autoridad gubernamental sobre la sociedad y la economía
imaginada como arreglada. Intentos de definir y medir la descentralización se han enfocado en
principio en lo fiscal y en menor extensión en la política y la autoridad política.

Descentralización Fiscal, La mayoría de estudios empíricos de la descentralización se centran


exclusivamente en el balance entre gastos y ganancias entre gobiernos. Estos se confían en el
texto del IMF Anuario de estadísticas financieras gubernamentales para calcular la participación
total local y regional en los gastos gubernamentales. La primera columna de la Tabla 1. Presenta
los datos de gastos de descentralización para todos los países para los que el IMF provee un buen
cubrimiento desde los 1990s. Más allá de la mitad de los gastos públicos son hechos a nivel
regional y local en federaciones descentralizadas como Canadá y Suiza, mientras que la figura es
menos de 4 porciento en algunos países altamente centralizados del África. Mas importante aún,
estos datos hacen posible el poder trazar los desarrollos fiscales en la descentralización fiscal en
el tiempo. La figura 1ª. Muestra los porcentajes de un grupo de veintinueve países por los que los
datos de series de tiempo están a disposición desde 1978. Demuestra una sorprendente
tendencia a la subida. En 1978, en promedio, cerca del 20% de los gastos fueron hechos en
niveles subnacionales, y para 1995 la figura había subido al 32%. De ninguna manera es esta
figura universal. En algunos países, el balance de la autoridad de gasto cambió un poco de vuelta
hacia el gobierno central en los 1990s, mientras que la descentralización ha sido más pronunciada
en España y mucho en Latino América.
Sin embargo, estos datos no inspiran mucha confianza en su utilidad como una medida de
composición de la autoridad descentralizada. Por ejemplo, Dinamarca es el tercer más
descentralizado en el mundo de acuerdo con la Tabla 1. – aún más descentralizado que los
E.E.U.U.- a través de un gobierno central que regula estrictamente virtualmente cada aspecto de
las finanzas gubernamentales. Nigeria aparece en el numero siete, aunque los estados durante
este periodo de gobierno militar no eran más que puestos de avanzada administrativos del
gobierno central.
En pocas palabras, es difícil saber que hacer con los datos del gasto de descentralización sin
datos adicionales sobre el marco regulatorio para las finanzas subnacionales. La mayoría de los
argumentos teóricos que subrayan las ganancias de la descentralización (además de los más
recientes argumentos mostrando sus peligros) implícitamente asumen que las mejoras (deterioro)
en respuesta o mayores incentivos pro el esfuerzo (egoístas) vienen de la incrementada
autonomía del control central. Así como la teoría de la organización industrial, la esencia de la
descentralización en muchos estudios es que le da a los gobiernos locales mayor discreción
mientras que limita el acceso de centro a la información limitando su habilidad para cambiar las
decisiones locales ex post. Al comparar firmas, si las divisiones regionales de la firma A gastan
más que las de la división regional de la firma B, puede que no refleje que A es más
descentralizada en un sentido real si los managers regionales de A son muy controlados por la
oficina central y sus decisiones son sujetas a frecuentes reversas ex post mientras que B es
esencialmente una sociedad tenedora de acciones de otras empresas. De la misma manera, el
gasto descentralizado en los gobiernos puede comunicar muy poco acerca del locus de la
autoridad.

TABLA 1.Variables fiscales de descentralización (promedios sobre


1990s)
1 2 3 4 5 6 7 8
Impuestos
Subsidio Propios Impuestos estado-
Fuente s +rev. recurso estado- local
Subsidio/ propia Participa s local rev/total Autonomí
Estado- estado- estado- ciónn/ estado- rev/total rev (tarifa a de
Local local local estado local rev (tarifa y base préstamo
exp./total ganancia rev/total local rev. rev./tot autónoma) autónoma s
Exp s rev al rev. )

Una consideración importante es si el gasto de la descentralización esta fundado por subsidios del
gobierno, si las ganancias que compartió con el centro de acuerdo con una formula fija, o si la
movilización de los ganancia por los propios recursos a través de impuestos independientes,
costos de usuario, y prestamos. Hasta hace poco, virtualmente, todos los estudios transnacionales
han ignorado estas distinciones. El anuario de estadísticas financieras gubernamentales si incluye
una línea sobre la ganancia subnacional y son llamados “subsidios” , pero para muchos países no
incluyen los programas constitucionales para repartir las ganancias. Esta lina puede ser usada
para calcular en general la dependencia de las transferencia, los porcentajes están presentados
en la segunda columna de la Tabla 1. Adicionalmente, una medida alternativa de la
descentralización fiscal puede ser obtenida al calcular las ganancias del propio recurso como una
acción de las ganancias totales del gobierno (la tercera columna de la Tabla 1). Mientras que
fuente útil de la variación en el tiempo, uno debería tener cuidado acerca de crear inferencias
basado en la variación transeccional ya que los códigos de subsidios y las ganancias de los
propios medios subnacionales parece no ser consistente en los diferentes países.
Una forma de mejorar esta medida es la de esbozar los recursos de un país y desarrollar una
medida para la autonomía de las ganancias subnacionales que no codifica automáticamente las
distribuciones de los esquemas de compartir las acciones como una ganancia de sus propios
medios. La cuarta columna de la Tabla 1 presenta una medida de subsidios más las ganancias
como una parte de la ganancia subnacional, y la siguiente columna incluye una medida de la
ganancia a través de los propios recursos como una acción del total. La última es una alternativa
simple a la variable de gasto de la descentralización. Busca medir la una acción de las ganancias
totales del gobierno que esta de hecho ganada a través de los esfuerzos para la ganancia de los
gobiernos subnacionales.

Sin embargo, aún esta variable sobre-estima severamente el alcance de la autonomía subnacional
sobre la ganancia. Mientras que los gobiernos subnacionales pueden recoger ganancias
marcadas como propias, el gobierno central puede, sin embargo, mantener el poder de imponer la
tarifa y la base, dejando a los gobiernos subnacionales como meros recolectores de los impuestos
determinados centralmente. Un reciente estudio OECD se enfrente a esta compleja situación, pero
desafortunadamente solo para un pequeño número de países. De este estudio, es posible calcular
dos variables adicionales: La partida del total de las ganancias por impuestos sobre los que los
gobiernos subnacionales poseen total autonomía para imponer sus propias tarifas de impuestos y
sus propias tarifas y bases. Estas variables también son presentadas en la Tabla 1, y muestran
una imagen muy distinta de la autonomía fiscal subnacional. Muchos países en los que los
gobiernos subnacionales dan cuenta para grandes partidas del gasto total (columna 1) e
impuestos (columna 5) tienen muy poca autonomía sobre las tarifas de impuestos y las bases
(columna 7). De hecho, el estudio deja claro que los E.E.U.U., Canadá y Suiza están en una sola
clase por si mismos cuando llega a una autoridad autónoma de ganancias subnacionales.
La tabla 2 presenta una matriz de correlación entre coeficientes pares para todas las variables
discutidas en este artículo. El número de casos sobre los que las correlaciones están basadas
están presentados en itálicas. Las variables para las ganancias producidas por fuentes propias de
la descentralización están calculadas del Anuario Gubernamental de Estadísticas Financieras y
fuentes de los países. Sin embargo, para el ejemplo más pequeño del OECD, la correlación entre
el gasto descentralizado y cualquiera de las variables sobre la recolección autónoma de impuestos
locales cae alrededor del .64.
Adicionalmente, el gobierno central puede intentar restringir la autonomía fiscal de los gobiernos
subnacionales no solo a través de subsidios condicionados regulaciones gubernamentales sobre
los impuestos locales, pero también a través de limitaciones formales sobre prestamos
subnacionales. La habilidad de acceder a los mercados de crédito o otras fuentes de financiación
del déficit de manera independiente es un importante componente de la autonomía fiscal
subnacional. Un índice creado por el Banco Interamericano de desarrollo considera que los
requerimientos para la autorización de deuda, limites numéricos y las restricciones sobre el uso de
la deuda por el gobierno central, junto con la habilidad para pedir prestado a través de bancos y
las empresas públicas pertenecientes al estado subnacional (en 1995). Esta variable, que tiene un
rango de 1 a 5, es presentada en la última columna de la Tabla 1. La Tabla 2 muestra que la
autonomía de préstamo esta positivamente correlacionada con las medidas de gasto y ganancias
descentralizadas y negativamente correlacionada con la dependencia de transferencia.

Descentralización de las políticas


La descentralización de la autonomía política es raramente dirigida por los académicos empíricos
porque es difícil de medir. Afortunadamente, Vernon Henderson ha decidido hacer esta tarea
recientemente. Primero que todo, Henderson pregunta si el gobierno central tiene el derecho legal
de sobrepasar las decisiones y políticas de los niveles más bajos del gobierno “con una facilidad
que pone esa misma autoridad en cuestión.” Aunque la codificación requiere un alto nivel de
discreción, La figura 1b muestra que entre 1975 y 21, el porcentaje de gobiernos centrales a los
que, en el ejemplo de Henderson, les falta la autoridad para sobrepasar la autoridad, y que para
1995 esta figura subió al 60%. Segundo, Henderson pregunta que nivel del gobierno es
responsable por la toma de decisiones en cada una de las tres áreas políticas: educación primaria
(control del currículo y contratar o despedir profesores), infraestructura (construcción de autopistas
locales), y la vigilancia local. Tal ves uno de los aspectos más impactantes de estas tablas es la
prevalencia de la autoridad compartida. La porción de la muestra en la que el gobierno central y
uno o más gobiernos locales han unido su autoridad esta graficado con una línea punteada. Muy
rara vez el gobierno central cede su autoridad completamente a los gobiernos subnacionales. En
la mayoría de los casos, la descentralización incluye un movimiento desde el completo dominio
central a un involucramiento conjunto del centro y uno o más de los niveles subnacionales. Aún en
estos casos, cuando el gobierno central no esta involucrado, la autoridad esta usualmente
compartida entre dos o más niveles subnacionales (graficados en una letra normal). Finalmente,
las situaciones en las que un solo nivel subnacional esta involucrado en la creación de políticas
(graficado en letra negrilla) son extremadamente raros. Los estudios sobre el federalismo fiscal
empiezan con “la presunción de que la provisión de servicios públicos deberían estar localizados
en el nivel más bajo del gobierno, englobando, en el sentido espacial, los beneficios y costos
relevantes.” La prescripción normativa, y últimamente las teorías positivas que fluyen desde ella,
ven una limpia compartimentación de la autoridad de acuerdo con algo como el principio
subsidiario, con una autoridad compartida ocasional para las tareas donde los beneficios
relevantes y los costos caen entre los niveles. Sin embargo, los datos de la Figura 1 muestran que
los gobiernos centrales y regionales están usualmente involucrados en la determinación del
currículo y de contratar y despedir profesores de las primarias y en las decisiones acerca de las
construcciones de las carreteras locales. Es posible cambiar una política de la Figura 1 a una
medida simple de la política autónoma de descentralización. Una estrategia razonable es la de dar
a los países dos puntos si no tienen anulaciones centrales, dos puntos por cada política de área
controlada exclusivamente por el gobierno regional o local, y un punto por las áreas políticas en
las que están activas junto a las del centro. Para 1995, el índice de rangos de 0 a 7. La Tabla 2
muestra que esta variable esta correlacionada al .51 con el gasto descentralizado pero no es
significativamente correlacionado con cualquiera de las otras medidas descentralizadas.

Descentralización Política Es posible obtener otro entendimiento sobre la descentralización


política, al monitorear las elecciones nacionales y regionales en el tiempo. La figura 1c muestra
una porción del ejemplo en el que los gobiernos regionales y locales eran elegidos popularmente,
de nuevo mostrando una tendencia dramática hacia la descentralización. Mientras que solo el
30% de los gobiernos locales en la muestra fueron elegidos en 1970, para 1999 la figura ha
crecido al 86%. Para muchos de los países el cambio de elecciones subnacionales era parte de un
cambio más grande desde el autoritarismo hacia la democracia en la ultima parte de 1980 y
principios de 1990.
Un simple índice de la descentralización política tiene un rango de cero a dos es asignada un
punto por cada nivel subnacional en el que los ejecutivos eran elegidos popularmente en 1995. No
sorpresivamente, la Tabla 2 muestra a los oficiales locales elegidos popularmente tienen un mayor
nivel de autonomía política que los oficiales nombrados, así como presiden sobre partes más
grandes de los gastos públicos.
Mientras que la distinción binaria entre los oficiales elegidos y nombrados es útil, una variación
más sutil en la descentralización política entre sistemas que ofrecen oficiales subnacionales
elegidos popularmente es más difícil de cuantificar pero son igualmente importantes. Sobre todo,
es importante evaluar la relación entre las esferas electorales centrales y subnacionales. Por
ejemplo, la pizarra de candidatos compitiendo en las elecciones locales puede ser escogida por
los oficiales del partido gubernamental central. Al otro lado del espectro, el estado, u oficiales
locales pueden tener un rol clave en la selección de candidatos para las elecciones del gobierno
central. Por ejemplo, las listas del partido general están diseñadas por los lideres del partido del
estado en Australia y Alemania, y los estados juegan un importante rol en la selección de los
candidatos presidenciales en los E.E.U.U. Aunque tales cuestiones son examinados en algunos
estudios de casos, una meta importante en la investigación del futuro debería ser el compilar un
grupo de datos transnacionales.
De manera más abstracta, tales variables son interesantes al evaluar la independencia relativa, (o
interdependencia) de las esferas electorales centrales y subnacionales. Por ejemplo, las
elecciones gubernamentales en los E.E.U.U. son conocidas por ser influenciadas por la evaluación
de los votantes del presidente y sus copartidarios. Desafortunadamente, los gobernadores pueden
sufrir de un efecto de castigo a mediano plazo, mientras que los gobernadores con suerte pueden
conseguir un pasaje gratis en las faldas de un presidente popular durante los tiempos de
prosperidad económica. En un ejemplo más extremo, las externalidades entre las elecciones
centrales y subnacionales, los votantes vieron las elecciones del estado Alemán como concursos
a mediano plazo porque ellos determinan directamente la construcción partidista de la más
poderosa cámara alta legislativa. En la otra mano, David Samuels sugiere que el fenómeno de las
faldas en Brasil, donde los estados son distritos electorales federales, operan en la dirección
opuesta: las elecciones federales están fuertemente influenciadas por las políticas a nivel del
estado en las que los gobernadores juegan un rol crucial.
El éxito del oficial subnacional tiene un componente basado en las evaluaciones de desempeño
locales y un componente esta basado en las evaluaciones del partido nacional. A pesar del
fenómeno de faldas, varios estudios demuestran claras conexiones entre las medidas entre las
finanzas a nivel nacional y el rendimiento macroeconómico y los resultados de la elección
gubernamental en los E.E.U.U.. Entonces, los prospectos de reelección para los gobernadores de
los E.E.U.U. claramente tienen componentes tanto nacionales como estatales. Una estimación del
tamaño de estos componentes para los oficiales subnacionales es diferentes países daría mucha
información acerca de sus incentivos por ejemplo, para la cooperación intergubernamental,
esfuerzo local, y disciplina fiscal.
Una evaluación menos preciso pero más manejable de la relación entre las esferas electorales
centrales y subnacionales fue sugerida por primera ves por William Riker y Ronald Shaps y ha
sido implementada para una muestra de catorce federaciones desde los 1970s; el número de jefes
ejecutivos provinciales o de estado que comparten la afiliaciones partidistas del jefe ejecutivo
federal. Esta figura provee información acerca de las fluctuaciones en la (des)centralización
política en el tiempo y facilita el uso transnacional de comparaciones. Por ejemplo, lleva un
recuento de la dramática decaída del partido dominante en el congreso en la india, la gradual
erosión del PRI en México, la fragmentación del sistema federal Brasileño, y el crecimiento en
Nigeria del autoritarismo y el federalismo democrático. Aunque el numero de casos que se
sobreponen es bajo, la Tabla 2 sugiere que en un promedio en los 90s este índice de “armonía
partidista” esta negativamente correlacionado con las medidas de descentralización fiscal y
política.

Federalismo

El federalismo no es una distribución particular de la autoridad entre gobiernos, sino un proceso –


estructurado por un grupo de instituciones – a través de las cuales la autoridad es distribuida y
redistribuida. El federalismo puede ser rastreado hasta el Latín foedus, o convenio. La palabra
eventualmente fue usada describir acuerdos contractuales, cooperativos entre estados,
usualmente con el propósito de defenderse. Los pactos y contratos implican mutualidad – para
servir cualquier propósito, ambos partidos debe cumplir con la obligación con el otro. Si el
gobierno central puede obtener lo que quiera de los gobiernos locales por simples actos de
autorización administrativa, tiene poco sentido ver a los dos tan comprometidos en una relación
contractual, o federal. El federalismo implica que para un subconjunto de las decisiones o
actividades del gobierno central es necesario obtener el consentimiento o cooperación activa de
las unidades subnacionales.
Antes de llenar los detalles sobre las instituciones que subrayan los contratos federales, es
importante entender como y porque los contratos federales son hechos en el primer lugar. Tanto la
definición y la operación del federalismo están empacados en una condición histórica que le dan
pie para el contrato original. William Riker postula que las federaciones modernas originaron
como negocios que buscaban lograr una defensa militar contra un enemigo en común, aunque
una pudiera agregar a los bienes comunes, como el libre comercio y una moneda en común. Las
alianzas y las confederaciones sueltas son usualmente plagadas por la inestabilidad, un paseo
gratis, y problemas de acción colectiva, pero si los incentivos para la cooperación son lo
suficientemente fuertes y los incentivos políticos están alineados correctamente, los
representantes de las entidades pueden negociar una nueva estructura de gobierno con un
gobierno central con mayores poderes para hacer cumplir y reglas sobre las decisiones que
requieren menos unanimidad. Una ves este contrato este hecho, toma una vida por si solo y
continua aún después de que el enemigo ha sido vencido o se ha logrado un mercado o moneda
en común. Alfred Stepan identifica un segundo camino hacia el federalismo. Muchos estados
multinacionales están formados no por contratos voluntarios, sino por los caprichos de la
conquista y el colonialismo. Un contrato federal es necesario para mantener unido un estado
multinacional y calmar miedos de explotación interétnica.
En ambos escenarios, el contrato federal original es un acuerdo acerca de la composición y los
poderes del gobierno central y las reglas que estructurarán futuras interacciones entre este y las
unidades. En el resultado del contrato original hace del federalismo algo distinto a los sistemas
unitarios. Las unidades no cederán autoridad al centro sin una seguridad frente a explotación a
futuro, ya sea por el centro o por otros estados. Estos acuerdos federales por lo general incluyen
lenguaje constitucional protegiendo sula soberanía y autonomía de las unidades, en algunos
casos, incluyendo las clausulas que les confiere todos los poderes residuales no explícitamente
designados para el centro. La credibilidad de tal lenguaje usualmente se engrana con la presencia
de una corte constitucional fuerte e independiente. Aún más importante, los acuerdos federales
requiere que las mayorías y usualmente las super-mayorías de las unidades territoriales para un
gran rango de cambios políticos, especialmente que cambian en la distribución básica vertical de
la política y la fiscalía autoritaria o de la constitución en si misma.
Desde Filadelfia, en 1776 hasta la cumbre de en Niza de la Unión Europea en el 2000, esta claro
que al llegar a un contrato federal una de las preocupaciones más grandes sobre la explotación
vienen de los territorios pequeños que podrían ser consistentemente abrumados si los votos
estuvieran proporcionados de acuerdo con la población. Entonces, los pequeños estados insisten
en esquemas de representación basados en territorio, mientras que los estados más grandes
argumentan por una representación basada en la población. El compromiso usualmente involucra
una cámara baja basada en la población y una cámara alta, mal proporcionada, que sobre
representa a los países pequeños. Datos comparativos recolectados por David Samuels y Richard
Snyder muestran que las federaciones demuestran un más alto nivel de cámaras altas mal
proporcionadas que los sistemas unitarios.
De esta manera, el federalismo es una forma de agregación preferencial que usualmente se confía
en los acuerdos entre los gobiernos territoriales o sus representantes, opuesto al gobierno por
mayoría entre individuos. Bajo ningún sentido es este concepto binario. La Tabla 3 muestra un
continuum que refleja el rol de los gobiernos territoriales en el proceso de creación políticas del
gobierno central. En la extrema izquierda, las decisiones son hechas por la mayoría de
individuos. Distritos basados en el territorio no tienen ningún rol. Tal ves, el mejor ejemplo
moderno son los referendos o reuniones de la ciudad en el área rural de Nueva Inglaterra o Suiza.
Para ofrecer un ejemplo de una visión más realista a nivel nacional, en Israel, con un solo el nivel
electoral nacional, los niveles de gobierno más bajo no entran en el mapa de ninguna unidad
territorial que juega un rol más formal en las decisiones del gobierno central. Más allá en el
continuum de las legislaciones con legisladores elegidos de los distritos territoriales, el modelo
para la mayoría de las legislaturas modernas. Aún si estos distritos no corresponden con las con
las fronteras de los gobiernos territoriales, (como en los sistemas estilo Westminster, donde se
recrean distritos frecuentemente), más negocios territoriales pueden esperarse que en un sistema
sin distritos. Sin embargo, más allá del continuum están las legislaturas en las que las fronteras de
los gobiernos territoriales corresponden con aquellas de los distritos electorales pero son sillas que
están designadas por la población, como en la cámara alta italiana. Siguiente espacio en la Tabla
3 esta ocupado por la cámara alta de la mayoría de las federaciones modernas, incluyendo los
E.E.U.U.. Cada territorio tiene un número similar de representados elegidos directamente, sin
importar la población. En el senado original de los E.E.U.U. y del moderno Bundestrat Aleman, los
representa son seleccionados por los gobiernos constituyentes. Finalmente, en la extrema
derecha de la Tabla 3 hay legislaturas en las que los delegados son nombrados, los estados
pequeños están sobre-representados, y los cambios de estatus quo requiere super-mayorías o, en
el extremo, unanimidad. Para generar cambios constitucionales el Bundesrat alemán cae en esta
posición, en donde el consejo de ministros de la la U.E. para los asuntos políticos más
importantes. Con cada movida a la derecha en este espectro, los gobiernos territoriales toman
gran precedente como las unidades relevantes en la construcción de mayorías legislativas, y uno
podría decir que la representación es más federal.
La representación de los estados en la creación de políticas del gobierno central es parte de la
esencia del federalismo. Aunque una estricta definición parece dejar por fuera a Canada, desde
que las provincias no son formalmente representados, como jugadores con veto en el proceso de
la toma de decisiones del gobierno federal. Sin embargo, los gobiernos federal y provincial están
claramente cerrados en un procesos continuo de contratación intergubernamental que tiene lugar
en primera instancia afuera de las instituciones del gobierno central. El gobierno central
Canadiense va hasta el punto de firmar acuerdos formales, y contractuales con las provincias.
Aunque el gobierno central canadiense no necesita obtener la aprobación de los gobiernos
provinciales para crear políticas, usualmente no las puede implementar sin convencer y crear
acuerdos con, o hacer pagos laterales a las provincias. Los gobiernos centrales rusos y españoles
abordan negociaciones directas bilaterales o multilaterales con gobiernos regionales, y una
variedad de bastante cuerpos de negociación formales, multilaterales, con políticas-específicas
que incluyen a los estados y al gobierno central que ha evolucionado en Alemania y en Australia.
En suma, la contratación federal es en gran medida un producto de los incentivos instituionales
que se producen de previos negocios, aunque en algunos casos las instituciones relevantes no
son identificadas en las constituciones. Algunos países, como Alemania, Brasil, y los E.E.U.U.,
poseen, virtualmente, todas las cualidades antes descritas. India, Austria y Canada, sin embargo,
están generalmente consideradas como federaciones aunque sus cámaras altas legislativas no
son fuertes y no están altamente desproporcionadas. Las credenciales federales de la India son
en algunos casos cuestionadas por la autoridad constitucional del primer ministro para despedir a
los gobiernos estatales, pero este poder ha sido usado cada ves menos en el tiempo sin que haya
cambio constitucional.
A pesar de estas áreas grises, intentos previos de medidas transnacionales tratan al federalismo
como un concepto binario. Incontables estudios transnacionales usan las clasificaciones de los
académicos constitucionales que se identifican con las federaciones al confiarse más en el sentido
común y la experiencia que en criterios codificados estrictamente. La parte de debajo de la
columna de la Tabla 2 muestra la correlación de coeficientes para una variable simple federal
falsa, con las otras variables sobre la descentralización. No es sorpresivo encontrar que el
federalismo esta positivamente correlacionado con las medidas de gastos, ganancias, prestamos,
política, y descentralización política. Contrario a la sabiduría común, las federaciones son
indistinguibles de los sistemas unitarios en niveles de transferencia-dependencia. Adicionalmente,
la correlación positiva del coeficiente para la autonomía subnacional de impuestos esta impulsado
por tres federaciones: Los .E.U.U., Suiza y Canada. Otras federaciones para las que los datos
tenían acceso, poseen bajos muy bajos niveles de autonomía de impuestos.
La clasificación tradicional es bastante expansiva, juntando países tan diversos como Suiza y
Paquistán. También enmascara una importante variación sobre el tiempo. Por ejemplo, Nigeria, al
entrar y salir de una dictadura militar, y la India, cuando el gobierno del presidente se va volviendo
obsoleto. No hay campo para las mejoras en las medidas del federalismo. Los coeficientes en las
variables federales falsas en regresiones transnacionales deberían ser observadas con
escepticismo. Aunque tal ves no mucho mejor, una potencial avenida para una medida mas
refinada sería la creación de una medida continua al dar puntajes basados en las dimensiones del
federalismo listadas previamente y de los criterios de representación mostrados en la Tabla 3. Aún
mejor, cualquier intento de medir el federalismo debería ser cuidadosamente calibrado por los
argumentos teóricos de interés.
Conectando la teoría y los análisis de datos.

Muchas lecciones de este ejercicio en clarificación de conceptos y medidas sobresalen. Mientras


que el gasto descentralizado y el federalismo están correlacionados con algunas medidas
alternativas, son apoderados francas y potencialmente engañosas para muchos de los fenómenos
referidos en las teorías de punta acerca de las causas y consecuencias de la descentralización.
Aún más importante, los datos presentados anteriormente muestran una imagen muy diferente de
la descentralización y el federalismo que los que son implícitamente asumidos en muchas de las
teorías. La descentralización fiscal y política no siempre se refiere al cambio entre una suma fija
de autoridad o moneda de los gobiernos centrales, regionales o locales. Más bien, usualmente se
refiere a la adición de nuevas capas o la adición de recursos o responsabilidades de las ya
existentes niveles bajos del gobierno en el contexto de la sobre posición de esferas de autoridad.
La descentralización política también añade a la naturaleza compleja y entrelazada de los
gobiernos multiniveles. Cuando una autoridad política y las finanzas están entrelazadas, no es
sorpresivo que la evaluación de los votantes sobre los oficiales centrales y subnacionales también
están entrelazadas. Estudios sobre las teorías de la normativa fiscal federalista en la constitución
americana del federalismo dual han creado una larga sombra. Muy seguido, los economistas y
politólogos teorizan sobre la descentralización, como si incluyera una limpia división de tareas, con
el centro solo entrando a proveer un colectivo nacional de bienes y corregir pequeños problemas.
Nociones prevalecientes del federalismo en la ciencia política crean un problema similar. El
federalismo no necesariamente incluye mayor independencia de autoridad de los gobiernos
subnacionales sobre impuestos, gastos o cualquier otra cosa. El federalismo no implica que el
centro o los estados son soberanos, cada uno protegido de la interferencia del otro. Por el
contrario, las federaciones han evolucionado como contratos continuos incompletos y por su
propia naturaleza, bajo constante negociación. En la mayor parte de las federaciones, el centro
usualmente depende de las provincias para implementar y reforzar muchas de sus decisiones, y el
centro no puede cambiar el estatus quo en ciertas áreas sin el consentimiento de las unidades
constituyentes.
Construir estas lecciones, el recordatorio de este artículo revisa muchos amplios temas vistos en
las investigaciones empíricas transnacionales. Para cada área de investigación, se discuten las
limitaciones de estudios previos, formas de mejorar la conexión entre la teoría y los datos, y
nuevas direcciones para la teoría.

(Des)centralización endógena.
Una institución clave para la teoría del federalismo fiscal es que los beneficios de la
descentralización están positivamente correlacionados con las variaciones geográficas en
demanda por proporcionar bienes públicos. Esta línea de argumentación se construye sobre la
lógica expresada por Montesquieu y Rousseau al enfatizar que los beneficios de la
descentralización, cuando los territorios son amplios y las poblaciones son grandes. Aunque no
hacen explícito los procesos políticos por los que las demandas por una descentralización se
convierten en políticas, y estas mantienen un sistema excesivamente centralizado en países
grandes y heterogéneos, lo que se enfrentarán a una presión alarmante para descentralizarse, o
se caigan a pedazos a través de la secesión o la guerra civil. Alberto Alesina y sus colaboradores
extienden esta lógica y examinan el intercambio básico entre los beneficios de grandes
jurisdicciones y los costos de la heterogeneidad en grandes poblaciones. Pero un mayor tamaño
viene con un costo: la dificultad de satisfacer una población más diversa. Otro grupo de estudios
enfatizó un intercambio relacionado entre los beneficios de la coordinación y las economías de
escala y los beneficios de imponer tarifas de impuestos y determinar las transferencias
redistributivas locales en sociedades con niveles de ingresos heterogéneos (y distribuciones) a
través de las regiones. En todos estos modelos, suficientemente altos niveles de heterogeneidad
generan demandas para la descentralización o aún la secesión.
Un reto para poner a prueba estos argumentos es que requieren medidas de heterogeneidad
regional de preferencias. Los apoderados usados en los estudios empíricos por Wallace Oates y
Ugo Panizza son un área de heterogeneidad etnológica, los que se ha encontrado que son
positivamente asociados con el gasto descentralizado. Más allá, estos estudios encuentran que la
riqueza y la democracia son positivamente asociadas con el gasto descentralizado.
Sin embargo, como se argumenta previamente, el gasto descentralizado es seguramente un mal
apoderado de la devolución política y normativa, a los que se refieren estas teorías. Cuando una
heterogeneidad étnica, o lingüística genera demandas para la descentralización, estas demandas
son probablemente el foco en el lugar donde se toman las decisiones acerca del currículo
educativo o revisar la introducción de las elecciones locales. Para el argumento de Bolton y
Roland, el cual se enfoca en las preferencias sobre el lugar de la autoridad de impuestos que se
deriva de los ingresos , la variable independiente correcta que requeriría datos regionales sobre
los niveles de ingresos y distribución interpersonal, y la variación correcta dependiente que sería
algo así como el OECD de las variables autónomas de impuestos descritas anteriormente. Sin
embargo, moverse de la teoría a hacer pruebas será bastante difícil, el tipo de autonomía
subnacional sobre los impuestos previstos en esta teoría es extremadamente raro, aún entre los
países más desarrollados.
De hecho, los datos presentados previamente sugieren que las teorías sobre centralización
endógena, si buscan esclarecer en las ultimas tendencias, deberían ir más allá de las teorías
sobre el votante promedio en las que la descentralización es el equivalente teórico de la secesión.
Puede ser más relevante preguntarse porque los políticos eligen hacer que el estado esté más
entrelazado y complejo. Por ejemplo, que incentivos llevan a los políticos del gobierno central a
dejar la responsabilidad independiente por la provisión de algunos bienes públicos y empezar a
compartir la responsabilidad con gobiernos locales al financiar una provisión descentralizada a
través de subsidios? Parte de la respuesta puede tener que ver con el potencial para reducir los
déficits del presupuesto del gobierno central y mover la culpa por el bajo desempeño.
A la inversa, que explica la tendencia dominante de la primera mitad del siglo XX en la que un
fisco independiente con política autónoma, especialmente sobre impuestos, migran de los estados
y las provincias a los gobiernos federales, o, mas recientemente, a los cuerpos
intergubernamentales? Desde el trabajo innovador de Fritz Scharpf y sus asociados, muy poca
atención teórica o empírica se le ha dado a las preguntas relacionadas con el aumento en la
naturaleza entrelazada del gobierno central, regional y local en las decisiones políticas.
En corto, más allá de un número de estudios sobre el gasto descentralizado, el trabajo
transnacional sobre impuestos endógenos, política, y descentralización política es territorio virgen.
La avenida más prometedora para la próxima generación de investigación es el de referirse a un
rango más amplio de variables descentralizadas y suplementar los modelos del votante medio con
una suposición más realista acerca de las instituciones y políticas.

Responsabilidad, corrupción y buen gobierno.

Si la descentralización de hecho se pareciera a una clara transferencia de autoridad que se previó


en la teoría del federalismo fiscal, podría traer al gobierno más cerca de las personas y mejorar la
información, responsabilidad, y respuesta de la ciudadanía. Sin embargo, cuando la
descentralización asciende a una suma de capas de gobierno y áreas expandidas de
responsabilidad compartida, puede facilitar el cambio de culpa o de reclamación de crédito, de
esta manera reduciendo la responsabilidad. Aún peor, en los países que ya sufren de corrupción,
puede llevar a una competencia en búsqueda de renta y un “sobrepastoreo” de la base de
chantaje. Estudios previos sobre la corrupción, en los que las variables exógenas eran apenas
medidas del gasto descentralizado y un federalismo sustituto, no estaban bien medidas para
distinguir entre estas posibilidades. Sin embargo, trabajo más reciente por Treisman intenta
manejar el potencial de los problemas asociados con el solapamiento de la autoridad al usar una
variable contando el número de niveles gubernamentales y la medida de descentralización (y por
suposición superpuesta) judicial y la autoridad para el cumplimiento de la ley. Tal ves, estudios
futuros puedan mejorar este acercamiento al examinar la extensión hasta la que los diferentes
niveles se han superpuesto políticamente, o mejor en la autoridad regulatoria.
Uno de los argumentos más retadores conectando la descentralización con una responsabilidad
aumentada con una baja corrupción tienen que ver con la movilidad y competencia
intergubernamental que reducen la habilidad de los gobiernos para sacar sobornos. Sin embargo,
ni el gasto descentralizado, ni el federalismo son un apoderado razonable para la movilidad capital
y competencia intergubernamental. Éste último requiere algunos datos sobre si los individuos y
firmas de hecho si mueven o amenazan creíblemente hacerlo. En gran parte del mundo, las
conexiones étnicas y lingüísticas tiene muy fuertes impedimentos de movilidad. En todos menos
un pequeño número de países ricos, movilidad inter-jurisdiccional es más seguramente
desesperada movida para escapar a la pobreza, que una expresión de las preferencias acerca del
servicio local en provisión o corrupción, y la migración es usualmente a las partes más pobres de
la ciudad capital donde la corrupción y el servicio de provisión pueden ser aún peores.
Aún así, las teorías citadas anteriormente ce centran en la movilidad del capital más que en el
trabajo. Pero para que la movilidad de capital tenga un efecto en el gobierno, el gobierno
subnacional de poseer significante autoridad regulatoria y especialmente en impuestos. Aún así,
los datos presentados anteriormente sugieren que una autoridad de impuestos autónoma
subnacional es una ficción en muchos países que aparece en la superficie bastante
descentralizados. Para examinar la posibilidad de una competencia inter-jurisdiccional, un
acercamiento ha sido el de examinar el tamaño y número del primer nivel de jurisdicciones bajo la
presunción de que la movilidad es más barata en jurisdicciones más pequeñas. Este acercamiento
no es muy informativo, de todos modos, sin una medida de las facultades tributarias. De hecho,
teorías simples de optima tributación proveen buenas razones para sospechar una correlación
negativa entre el tamaño de la jurisdicción y la autonomía tributaria.
En todo caso, ninguno de los existentes estudios empíricos sobre la corrupción o buen gobierno
constituye un examen aceptable sobre la hipótesis de relacionar intergubernamentalmente la
competencia a las restricciones o los políticos subnacionales. Primero que todo, no puede ser
suficiente simplemente identificar un impuesto subnacional o una autonomía regulatoria o aún
notar que la competencia horizontal sucede. En algunos países, la estructura del régimen tributario
subnacional puede incitar la exportación de impuestos, o negocios corruptos entre gobiernos
subnacionales y los fabricantes. Adicionalmente, aunque virtualmente todos los supuestos
beneficios de la descentralización se mueven sobre una responsabilidad mejorada, muy poco se
sabe acerca de las relaciones entre las variedades de economía y la política de descentralización,
(o más apropiadamente, sobrepuestas) y la habilidad de los votantes para usar las elecciones
para hacer que los oficiales locales sean responsables por sus acciones. Una avenida más
promisoria que regresiones transnacionales es la de acercarse a cada país individual y
detalladamente desde una perspectiva comparativa explicita. Por ejemplo, los estudios en
E.E.U.U. muestran que los votantes independientemente castigan o premian a los políticos del
estado por los resultados fiscales o macroeconómicos, mientras que los votantes en los estados
Alemanes no lo hacen. El próximo paso es el de relacionar tales variaciones transnacionales
explícitamente con las diferentes instituciones políticas y fiscales.

Escala fiscal y redistribución.


Un grupo similar de problemas ha plagado a los estudios empíricos transnacionales de la
descentralización y el tamaño del gobierno. Ya sea que uno acepte o no las parcialidades
antigubernamentales en estos estudios, hay buenas razones para creer que la descentralización,
si facilita la competencia por los impuestos intergubernamentales, llevará a un sector público más
pequeño. La primera generación de estudios empíricos, sin embargo, no intentaron medir la
autonomía de los impuestos descentralizados. Oates examinó los efectos de la competencia por
los impuestos en el tamaño del gobierno al usar datos trans-seccionales sobre el gasto
descentralizado, mientras que Cameron uso un federalismo sustituto. Más recientemente Ernesto
Stein diferenció entre descentralización fiscal, basado en los impuestos locales y transferencias,
en un estudio trans-seccional sobre el tamaño del gobierno en Latino América. Rodden examinó
los efectos diferenciados de los subsidios y de las ganancias de propia fuente usando un gran
panel de conjunto de datos y usó el la los datos de OECD sobre autonomía tributaria citada
anteriormente para identificar los países en los que la competencia por impuestos es más
probable. Sus conclusiones sugieren que la descentralización esta positivamente asociada con el
tamaño general del gobierno cuando esta basado en transferencia pero tiene un efecto neutral o
hasta negativo en el raro caso cuando la descentralización esta fundada en impuestos locales.
Estudios relacionados sugieren que el federalismo inhibe el crecimiento de la redistribución y del
bienestar del estado. Aparece un soporte empírico unánime para esta proposición desde una
variedad de estudios trans-nacionales, pero hay un número limite de cerca de 15 países OECD
que se confían en un simple federalismo sustituto. Si las limitaciones sobre la redistribución están
impulsadas por la competencia intergubernamental que favorece el capital sobre la labor y causa a
los gobiernos locales a temer el fenómeno del imán del bienestar, el federalismo es un muy pobre
sustituto. Una historia de federalismo alternativo tiene que ver con las preconcepciones del
estatus quo entre las federaciones que le deben a muchos jugadores con capacidad de veto en el
área de expansión estatal en bienestar, pero que requerirían una medida más refinada al capturar
algunos de los conceptos de la Tabla 3. Otra teoría atractiva, y aún así, hasta ahora no probada
puede tener que ver económicamente con la sobre representación de los agricultores
conservadores y las elites rurales a costa de los trabajadores urbanos, en el caso que algunas
variables del índice de desproporcionalidad de Samuels-Snyder pueden ser útiles.

Manejo Macroeconómico
Finalmente, las mejores que pueden hacerse conceptualmente y usando datos transnacionales
para evaluar las conexiones entre la descentralización y los resultados macroeconómicos como
déficits, inflación, y en últimas el crecimiento económico. Nuevos estudios más escépticos se
centran en la coordinación y problemas de acción colectiva que complican el manejo
macroeconómico, ajustes, y reformas cuando el las decisiones sobre los gastos son
descentralizados. Acá, una ves más, datos de un simple gasto descentralizado sin información
que lo acompañe acerca del marco institucional de finanzas subnacionales son engañosos. Los
gobiernos centrales en los países con gastos muy descentralizados usualmente imponen estrictas
limitaciones sobre prestamos subnacionales. Combinados con regulaciones centrales de
impuestos subnacionales, estas limitaciones puede darle al centro las herramientas con las que
sobrellevar impulsos del gobierno local para conducir una auto beneficiosa pero colectivamente
destructiva política fiscal. Esta también importante examinar los efectos de incentivo de varias
formas de subsidios intergubernamentales. Cuando el gobierno central puede amenazar con
retener subsidios intergubernamentales, puede ser una importante palanca con la cual restringir la
indisciplina local y disipar miedos intergubernamentales sobre problemas con la cooperación. En
la otra mano, algunos tipos de transferencias intergubernamentales pueden también proveer
políticos subnacionales (admeás de sus votantes y prestamistas) con razones para esperar
ayudas futuras, socavando los incentivos para una disciplina fiscal.
En los nuevos teóricos y empíricos estudios que hacen énfasis en los problemas
macroeconómicos, el federalismo juega un rol más grande que la descentralización fiscal. El
federalismo logra un compuesto de problemas de coordinación y cooperación porque arraiga a los
estados como jugadores veto en el propio proceso de creación de políticas del gobierno central.
No solo pueden los estados o provincias conducir políticas fiscales colectivas menos que óptimas,
sino que las protecciones constitucionales pueden prevenir que el gobierno central intervenga, o a
través de su representación, en los gobiernos que negocian en la legislatura o
intergubernamentalmente, los estados que se benefician pueden poseer el poder del veto para
prevenir la reforma.
Sin embargo, estos aspectos del federalismo están muy pobremente capturados con una variable
falsa. Tal ves las negociaciones estilo federal son tan pronunciadas en China como en cualquier
federación formal y menos pronunciado en Austria, Paquistán, o Nigeria, (durante sus períodos de
gobierno militar) que en otros países unitarios como Italia, o crecientemente, el Reino Unido. La
naturaleza de la negociación federal ha sido transformada en India y México después de la caída
del partido del congreso y del PRI. Estudios de caso sobre el federalismo e indisciplina fiscal
revelan las pequeñas diferencias en los incentivos políticos, las relaciones ejecutivo-legislativo, y
la organización legislativa tienen importantes consecuencias. Una meta importante para futuras
investigaciones es el desarrollo de las variables del federalismo que se refieren a sus dimensiones
constitucionales y representativas. Adicionalmente, si el federalismo afecta la estabilidad de la
macroeconomía, el efecto es seguramente un contingente sobre una variedad de otros detalles
políticos e institucionales, como los gastos y las ganancias descentralizadas, autonomía
subnacional para créditos y harmonía partidista.
Una última preocupación con la exploración de las consecuencias de la descentralización en las
regresiones transnacionales, aún si los conceptos están claros y las medias son precisas, es el
hecho de que, como se discutió previamente, la organización vertical del gobierno es apenas
exógena. Ambas la naturaleza de la descentralización o el federalismo, y las variables
macroeconómicas puede ser co-determinadas por otras variables como la geografía económica, la
heterogeneidad de la población, migración, distribución de ingresos, y las demandas pro
democracia y redistribución. Un incremento en la confianza en las teorías que conectan las
instituciones con los resultados requiere una mejor comprensión de cómo estas instituciones
evolucionan y se estabilizan, un área en la que estudios informados teóricamente son el punto de
partida más promisorio.

Conclusiones

Han habido desaciertos así como progreso en los intentos de entender la organización
vertical del gobierno usando datos transnacionales. Una primera generación de teorías
basados en la economía de la asistencia social y elección pública han sido suplementados
con nuevos acercamientos que prestan atención a las instituciones y los incentivos, los
estudios empíricos están empezando a seguir el ejemplo. Estudios empíricos tempranos
pusieron poca atención a las variedades fiscales y políticas de la descentralización. Y aún
así algunos de los hallazgos claves fueron útiles, la descentralización fiscal y el
federalismo no se traducen fácilmente a beneficios en eficiencia y responsabilidad
predichos por la primera generación teórica. La siguiente generación de estudios empíricos
abrazó la complejidad y diversidad de la descentralización y consideró la posibilidad de
que diferente tipos de descentralización tienen diferentes causas y efectos. El empalme
entre teoría y análisis empírico esta mejorando, y hay varias avenidas con mejores
recolecciones de datos y análisis.
Análisis empírico transnacional también tiene límites, y la relación entre cuantitativo y
acercamientos a casos de estudio de comparaciones políticas es simbiótico. Algunos detalles
institucionales, como los efectos de los incentivos y los diferentes tipos de subsidio, organización
legislativa, y la relación política entre oficiales centrales y locales, debe, primero, ser analizado con
casos comparativos antes de que se pueda hacer algún progreso en un análisis empírico
transnacional. En general, los productores de regresiones transnacionales deberían ser modestos
acerca de sus reclamaciones, y los consumidores precavidos acerca de su interpretación. Medidas
transnacionales son algunas veces fusionados con la relevancia por la teoría o aún la política,
creando un peligro de que los estudios estén plagados por conceptos pobremente concebidos o
medidos pueden cerrar las mentes y mover el programa de investigación, - y tal ves hasta la
política- en direcciones no productivas. Regresiones transnacionales son más útiles cuando
ambas responden a y ayudan a informar casos comparativos de estudio reales.
Finalmente, como las lecciones de los casos de estudio y datos transnacionales de recolección de
datos se acumulan, las teorías también deben evolucionar. Esta evolución esta sucediendo,
cuando los teóricos responden a los problemas con relación a responsabilidad, corrupción, e
inestabilidad macroeconómica en países recientemente descentralizados. Es importante tomar un
siguiente paso que es reconocer que la descentralización en los últimos veinte años no esta
entendida mejor como una transferencia clara o una autoridad fija, o recursos de un alto o bajo
nivel de gobierno, o el federalismo es un lugar fijo de esferas de autonomía central y provincial. Un
punto de inicio más prometedor es el de analizar las causas y efectos de una autoridad política,
de norma, fiscal compartida y entrelazada.

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