que la nueva casa del Señor se edifique cantando, pues el mismo cantar es ya edificar. Que este cántico nuevo sea el amor de Dios y que este amor resuene en los oídos de los hombres, pues no es posible amar y callar. La casa de Dios es toda la tierra y se edifica con el canto, la lectura de su palabra, el amor y la predicación del evangelio. Dios nos dice: predicad día tras día, edificad mes tras mes; que se multipliquen los obreros y que anuncien mi gloria a todas las naciones. Los que anuncian su propia gloria no cantan el cántico nuevo ni edifican la casa de Dios; son los que construyen murallas en lugar de casas, dividen a los hombres en lugar de unirlos, fomentan la hipocresía y la simulación en lugar de la unidad y el amor. La casa del Señor se construye construyéndonos nosotros , como lo hizo el Señor Jesús, que lo hizo todo por amor. Revístete de Cristo, déjate guiar por el amor de Dios, podrás entonces cantar el cántico nuevo y ser obrero en la casa del Señor. ( Comentarios a los Salmos 95 )