De acuerdo a lo visto en clase, en la Organización Militar, se requieren de valores éticos y

morales que se caractericen por ser distintos a los de la sociedad común, ya que están
conducidos por una serie de prácticas donde se debe lealtad y acatamiento a la defensa de
los ciudadanos y el estado. Es decir que este conjunto de prácticas y discursos sirven para
orientar a las fuerzas armadas y a sus integrantes para que actúen conforme a unos valores y
para mostrar al conjunto de la ciudadanía esos valores de referencia.
El militar en su desempeño profesional debe conocerse a sí mismo y a los demás, profundizar
en las pautas del comportamiento humano individual y social, de sus motivaciones, entorno e
historia, para desarrollar un comportamiento ético que en la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana no es una opción, sino una obligación ineludible que contribuye a crear un clima y
una cultura moral de excelencia dentro de la profesión. En este sentido la militaridad se
considera como un hecho de corresponsabilidad ética y moral, que se extiende hacia el resto
de la sociedad para garantizar el desarrollo, seguridad y defensa de la nación venezolana en
una correcta unión cívico militar. En otro orden de ideas y dentro de ese carácter
multidisciplinar están contenidos las reglas y normas previamente establecidas en nuestra
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de sus artículos 322, 326, 328,
330 y 331 que en línea generales expresa temas sobre: la Seguridad de la nación, organizada
por el estado para garantizar su independencia y soberanía en unión cívico –militar, sin
militancia política y con derecho al sufragio, además de optar por el ascenso militar de
acuerdo a sus méritos. En los valores éticos y morales de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana están contenidos en Normas y Reglas que permiten un funcionamiento correcto de
lo que debe y no debe hacer un hombre de armas en defensa de su patria. Sin distingo de
raza, sexo, color o religión, evitando cualquier proselitismo o propaganda política que conlleve
al menoscabo de sus valores morales y principios éticos en los que son preparados.
En la actualidad el desempeño de un militar representa el arraigo en los valores que se le
inculcaron y son cultivados a lo largo de su carrera, disponer de estos poniéndolos en práctica
significa para la sociedad un ejemplo positivo a seguir; tener fe en el futuro inmediato y
próspero de nuestro país, amar nuestros símbolos y todo lo que ellos significan, ser
disciplinados, constantes y ante un cargo que requiera nuestra honestidad cumplir de modo
correcto para que no solo salga bien el desempeño de la labor encomendada, sino también
enriquecer con humildad la organización a la que pertenecemos con patriotismo y equidad.
Como dijo Nuestro Libertador Simón Bolivar: “La gloria está en ser grande y en ser útil”.