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ELEG�A AL GATO HU�DO.

Ha acabado la can�cula y el cielo


se torna gris, nubes gruesas se ciernen
sobre la ciudad y truenos hacen vibrar
las ventanas de la casa.

Los truenos, los rayos, no alivian


la soledad que aqu� se siente
desde el infeliz incidente en que
la gata fue apartada del nuestro, su hogar.

Y con la lluvia cayendo en este plomizo d�a


me pregunto c�mo estar�, si a salvo,
en qu� sitio, si alguien la cuida,
si alguien le da de comer o le presta cobijo.

Si anda en la calle pienso (y espero que no)


que ha de esta asustada, buscando de vuelta
al hogar del que fue llevada a lo desconocido
sin �pice de conocimiento sobre las calles.

Gata casera, gata mimada, gata altiva


que hoy ya no est�s sin que lo quiera creer;
ojal� tengamos la fortuna de tenerte de vuelta
o saber de tu suerte muy pronto.

(Matehuala, agosto 26, 2019)

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