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DE LA INQUISICIÓN
Extracto de la Revista Jábega nº 24, año 1978. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
cipio tan elemental, y convencidos
de que su actuación era en bene-
ficio de la comunidad, irán exter-
minando sistemáticamente cual-
quier brote ideológico que disen-
tía del pensamiento oficial. En un
principio, la represión sólo afecta-
ba al campo dogmático, pero, poco
a poco fue extendiéndose el ám-
bito jurisdiccional a múltiples as-
pectos del orden moral y social
(2).
Los procesos inquisitoriales co-
menzaban con los edictos de gra-
cia, en una primera etapa, por los
que se perdonaba la culpa de
aquellos que voluntariamente se
presentaban a autodenunciarse;
pero en el siglo XVI se implanta-
ron los edictos de fe, obligando a
los fieles, bajo amenazas de deter- impacto emotivo de los penitentes seis de ellos con sogas en la gar-
minadas penas, a denunciar todo arrepentidos, pero terminaron sien- ganta, con lo que significaba que
acto o dicho comprendidos en las do un espectáculo público para la habían de ser azotados. Luego
largas listas de faltas publicadas les seguían otras veintiuna per-
curiosidad de los presentes, entre
en los decretos del Santo Oficio. sonas con sus sanbenitos y gran-
Características de los procesos in- los que se encontraron a veces los
mismos reyes. La aparatosidad de des corocas con aspas de recon-
quisitoriales era que los inquisido- ciliación, que también llevaban
res desempeñaban el papel de jue- la ceremonia la vemos perfecta-
sus velas en las manos, y algu-
ces y parte en el pleito. Pero lo mente descrita en el relato del auto nos sogas en la garganta. Luego
más significativo de tan discutido de fe celebrado en Llogroño en iban cinco estatuas de personas
tribunal consistía en la impunidad 1610: difuntas, con sanbenitos de re-
de los acusadores, garantizada por laxados, y otros cinco ataúdes,
el más celoso de los secretos, lo "Este auto de fe es de las cosas con los huesos de las personas
cual no suponía que las denun- más notables que se han visto que se significaban por aquellas
cias fueran anónimas. La tortura en muchos años, porque a él estatuas. Y las últimas, iban seis
no se imponía como castigo, sino concurrieron gran multitud de personas con sanbenitos y coro-
que formaba parte del interrogato- gente de toda España y otros gas de relaxados. Y cada una
rio para forzar al reo a reconocer reinos. Seis de noviembre, a la de las cincuenta y tres personas
su culpabilidad. Los tormentos más dos de la tarde comenzó el auto entre dos aguaciles de la Inqui-
usuales fueron la garrucha, el po- en que iban lo primero, siguien- sición, con tan buen orden y lu-
tro y el agua, tratándose de evitar do un rico pendón de la cofra- cidos trajes, que era cosa muy
en todos ellos el derramamiento día del Santo Oficio, hasta mil de ver... Llegados muy altas,
de sangre. familiares, comisarios y notarios que estaban en él por baxo de
del, muy lucidos y bien puestos la cruz. Las once personas que
La crueldad inquisitorial no exce- todos con sus pendientes de oro habían de ser relaxadas, que
día a la de los tribunales civiles, a y cruces en el pecho. Y después eran cinco hombres y seis muje-
este respecto manifiesta KAMEN: gran multitud de religiosos, que res, en la más alta de las gra-
"En una época que el uso de la vino a ser tan célebre y devota das. Y luego los reconciliados,
tortura era general en los tribuna- la procesión como jamás se ha y en lo más baxo los que ha-
les criminales europeos, la Inqui- visto. Al cabo de ella iba la san- bían de ser penitenciados...
sición Española siguió una política ta cruz verde, insignia de la In-
de benignidad y circunspección quisición, y delante iba la músi- En las gradas cabrían hasta mil
que la deja en lugar favorable si ca de cantores y ministriles, y personas. Todo el restante del
se compara con cualquier otra ins- cerraban la procesión dos digni- tablado estaba lleno de caballe-
titución. La tortura era empleada dades de la Iglesia Colegial, y ros y personas principales. Y en
sólo como último recurso y aplica- el alguacil del Santo Oficio con medio se levantaba un púlpito
da en muy pocos casos" (3). Pero su vara, y otros comisarios y per- cuadrado en el que se ponían los
en ninguna manera puede eximir- sonas graves del Santo Oficio, penitentes cuando se leían sus
se a la Iglesia de los excesos co- que todos en muy buen orden sentencias por los secretarios
metidos, ya que, en último térmi- llevaron a plantar la Santa Cruz del Santo Oficio, que para leer-
no, la jurisdicción ejercida por los en lo más alto de un gran cadal- las se subían en dos púlpitos.
inquisidores españoles procedía so de ochenta y cuatro pies de
más o menos directamente de Ro- Comenzó el auto con un ser-
largo y otros tantos de ancho,
ma, a pesar del carácter paraesta- món... Y aquel primer día se le-
que estaba prevenido para el
tal del tribunal. yeron las sentencias de las on-
auto con vistosos faroles... Cin-
ce personas relaxadas, que por
cuenta y tres personas que fue-
Las sentencias se hacían públicas ser tan largas y de cosas tan
ron sacadas al auto de esta for-
en los famosos autos de fe, que extraordinarias ocuparon todo el
ma: veintiún hombres y mujeres
reunían la característica de una día hasta que quería anochecer,
que iban en forma y con insig-
teatralidad dramática muy en con- que la dicha justicia seglar se
nias de penitentes, descubiertas
sonancia con el temperamento es- entregó dellas y las llevó a que-
las cabezas, sin cintos, y con una
pañol. En ellos se quería resaltar mar, seis en persona y las cinco
vela de cera en las manos, y los
la ejemplaridad de la justicia y el estatuas con sus huesos, por
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en el siglo XIX, siendo pasto de las
llamas documentos de incalcula-
ble valor histórico; por otra parte,
también la incuria del tiempo y el
abandono de los responsables de
su custodia contribuyó a esta la-
mentable situación. La documenta-
ción conservada, en parte aún no
ha sido estudiada e, incluso, ni si-
quiera se encuentra debidamente
catalogada. Mi labor se ha centra-
do en el análisis de siete relacio-
nes de condenados por la Inquisi-
ción, cinco de las cuales pertene-
cen al siglo XVI y las dos restan-
tes al XVII (7).
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hábitos temporales, todos ellos ve-
cinos de Málaga y cuyos nombres
son los siguientes: Alonso Xea,
mercader; Beatriz Alvarez, mujer
de Rodrigo Alvarez de Madrid, re-
caudador, sentenciada por perjura
el 15 de julio de 1509; Beatriz Her-
nández, mujer de Martín Ruiz, sen-
tenciada por perjura el 1 de junio
de 1509; Beatriz Márquez, mujer
de Alonso de Córdoba, mercader,
penitenciada por perjura el 7 de
octubre de 1510, pero que ante-
riormente, en Sevilla, confesó el
30 de junio de 1487 haber sido ju-
día; Francisco Alvarez Cuello, vee-
dor de Bugía, penitenciado el 14
de julio de 1520 a ir descalzo en
la procesión y a destierro; Fernan-
do de Córdoba, mercader, hijo del
doctor Bermejo; Gonzalo de Ube-
da, mercader, sentenciado el 1 de
marzo de 1509; Guiomar Hernán-
dez, mujer de Juan Díaz, platero,
sentenciada el 24 de julio de 1510;
Juan de Palomares, cirujano, sen- da representación de la nobleza, con este Sancto Oficio. Son con-
tenciado por perjuro; Leonor de del clero, ni del campesinado. fesos que se relaxaron y recon-
Lorca, mujer de Gonzalo de Ube- Tampoco figuran moriscos, cosa ciliaron, la mayor parte eran ve-
da; Leonor Alvarez, mujer de Alon- explicable por la escasa incidencia cinos de Málaga. Como tratan
so de Xea, penitenciada por per- de la actividad inquisitorial sobre con tantas gentes, demás de la
jura el 22 de mayo de 1509; Leonor este grupo disidente en fechas an- natural condición por ser con-
Gómez, mujer de Martín de Córdo- teriores al 1525, época durante la versos, son muy versutos, y hase
ba, sentenciada el 14 de mayo de que se intentó, más o menos acer- pasado muchos trabajos con dos
1509; María Hernández, casada tadamente, su integración con el mujeres que se relaxaron, que
con Juan de Arráez, pescador; resto de la población española son madre y tía del maestro Mo-
Marcos Díaz; Melchor Ramírez, (10). reno, que es todo el caudillo de
calcetero, sentenciado el 6 de la Universidad de Osuna. Y en
agosto de 1532 por apropiarse de Las causas del procesamiento no verdad que muchos de los pro-
dinero de un secuestro de bienes constan en muchos casos, pero cesos se han visto por nosotros
inquisitorial; Pedro de Córdoba, con lógica se puede suponer que [y] los consultores cinco y seis
guarda de la costa, sentenciado se trataría, cuando eran simple- veces; que han venido a los ne-
por blasfemo el 24 de septiembre mente penitenciados, de motivos gocios, más de seis meses, los
de 1520; Salatiel, judío, esclavo del leves, y de judaismo en los casos días que tienen desocupados.
capitán Moscoso, condenado a graves de relajados y reconcilia- Hanse dado al pie de cincuenta
azotes el 8 de agosto de 1516; Inés dos. Cinco de las víctimas, según tormentos, y como vuestras se-
de Córdoba, mujer de Guzmán de el relato, fueron condenadas por ñorías saben, que es la cosa más
Córdoba, condenada el 1 de junio perjurio, otra lo fue por apropia- ajena de los clérigos y que más
de 1909 por perjura (9). ción indebida de bienes de la In- trabajo se pasa" (12).
quisición y un último caso es de
blasfemia (11). Con nuestra mentalidad de hom-
El análisis social de este grupo de
víctimas de la Inquisición nos da bres de hoy resulta difícil aceptar,
una equiparación, en cuanto al nú- por no decir imposible, la sinceri-
mero, entre ambos sexos, pues dad de estas manifestaciones don-
eran diez personas las que perte- AUTO DE FE DE 1550 de se mezcla el convencimiento y
necían a cada uno; encontrándo- satisfacción de un bien realizado
nos con los matrimonios, caso fre- Para los malagueños, este auto in- en beneficio del país, junto con el
cuente en los autos de fe, debido quisitorial fue el más sangriento de escrúpulo y repugnancia por el
al sistema de delaciones. En cuan- empleo de la tortura, como medio
los que se tienen noticias. Los in-
to a las clases sociales, no se po- para forzar a los procesados a re-
seen datos de la profesión de seis quisidores granadinos, el 9 de no-
viembre del mismo año, comunica- conocer su propia culpabilidad. La
inculpados. A las clases medias carta pone también de manifiesto
formadas, entre otros, por merca- ron sus impresiones sobre el acto
la variedad de gentes que pasaban
deres y miembros de las profesio- realizado:
por Málaga debido a su condición
nes liberales, pertenecían diez de ciudad portuaria, dando a en-
procesados; mientras que de las "...Y este domingo, que se con-
taron nueve del presente, pele- tender que era frecuente el caso
clases modestas, en las que inclui- de personas de distintas ideolo-
mos artesanos, braceros, etc., te- bramos auto de fe de las perso-
nas y calidad que vuestras seño- gías.
nemos tres representantes. Hay
también un esclavo, como testimo- rías verán por la memoria. Cree- Con motivo de los autos de fe, en
nio de esta clase marginada que mos que se habrá Nuestro Señor compensación a los trabajos extra-
no llegó a desaparecer totalmente servido dello y la República, en- ordinarios que suponían su prepa-
hasta su abolición oficial. No se tendiendo el fruto que recibe ración, la Suprema acostumbraba
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a conceder una paga extraordina- General una relación de procesa-
ria a sus ministros de provincias, dos junto con una carta, donde se
pero en esta ocasión se pide des- comenta la alegría del tribunal
de Granada que "sean servidos porque no ha habido muertes de-
doblada ayuda de costa". También bido a los esfuerzos de los oficia-
se solicita un aumento de perso- les en la conversión de los proce-
nal, pues el disponible resultaba sados, lo cual nos hace pensar que
insuficiente para la creciente acti- no se escatimaron las torturas con
vidad que iba adquiriendo el Santo la finalidad de arrancar confesio-
Oficio granadino conforme pasa- nes de la propia culpabilidad. El
ban los años. Entre los cargos que texto episcolar es el siguiente:
se desean incrementar están un es-
cribano de secuestros y otro se- "Ayer domingo, que se contaron
cretario, además de los dos ya dieciocho del presente, se cele-
existentes, porque, aparte de su bró el auto de fe por el Santo
misión específica judicial, la Inqui- Oficio y, lo que creemos, el pue-
sición entendía en otros meneste- blo y los que en él se hallaron
res, como eran los testimonios de quedaron edificados de la reli-
las pruebas de limpieza de sangre, gión y observancia que en él
cuya demanda aumentó considera- hubo, y juzgaron por padres de
blemente a lo largo del siglo XVI, la República a los inquisidores
al consolidarse una especie de ra- que, entre tanta copia de gente
cismo en la ocupación de los altos como salieron, no hubo más que
cargos de la sociedad (13). Tam- misericordia y juicio. Plega a
bién se giraban visitas inquisitoria- Nuestro Señor sea para ensalza-
les por todas las tierras pertene- miento de nuestra sancta fe ca-
cientes a la demarcación del tri- tólica que, además de lo princi-
bunal, sobre todo, cuando eran so- pal que el auto edifica en la sa-
licitadas por la jerarquía eclesiás- zón en que se ha hecho, ha con-
tica. ducido mucho la mucha miseri-
cordia que se ha usado que no
En la relación del auto enviada a ha habido carnicería, por la re-
la Suprema figura, destacadamen- lación que verán vuestras seño-
te, un grupo de malagueños tacha- na; Francisco Méndez, esclavo del rías... Ansí han venido a conver-
dos de judaismo y sentenciados prepósito de Antequera; Diego de tirse los presos y confesados sus
como reconciliados, o sea arre- Alcaguat, vecino de Frigiliana; y crímenes, que de otra manera
pentidos pero, no obstante, casti- los hermanos Fernando y Juan Al- fuera necesario relaxar muchas
gados, entre otras penas, con la cázar, vecinos de Ronda. personas; y en la sazón y tiem-
confiscación de sus bienes. Tanto Los condenados a morir en la ho- po en que estamos se turbara
éstos como los relajados salían al guera eran nueve, cinco de los mucho la autoridad deste Santo
auto con el famoso sambenito, que cuales vecinos de Málaga: Esteban Oficio en el plauso que queda,
era un gran escapulario adornado González, arrendador; Juan de que iban las gentes dando ala-
con diversos símbolos, y una vela Orihuela, mercader; Alonso López, banpas a Dios de tan grandes
en la mano; a veces, cuando tenían calcetero; Isabel Fernández, mujer misericordias, y de ver una pro-
que recibir azotes, llevaban una de Juan de Cabra, la cual se con- cesión de tantas gentes conver-
soga al cuello. virtió en el último momento y por tidas" (15).
ello murió ahorcada antes de ser
Los nombres de las víctimas re- presa de las llamas; Inés, la vizco-
conciliadas son los siguientes: En esta carta se cuestiona indi-
chera, "cristiana nueva de judío",
Beatriz Hernández, casada con Pe- rectamente la razón de la misma
mujer de Juan González. Estas dos
dro de Orihuela; Lope Delgado, existencia del tribunal inquisitorial.
últimas eran la madre y tía del
En ella se entreven contradiccio-
mercader; Melchor Enríquez, mer- maestro Moreno, célebre profesor
nes que no tienen fácil explicación,
cader; Alonso, platero; Juan de Xe- de la Universidad de Osuna (14).
pues, por una parte, se desea
rez; Francisco Díez y su mujer Leo- guardar la pureza de una ideología
De los veintisiete malagueños, diez
nor; Juan de Salamanca y su mu- religiosa determinada, cuyo ele-
eran mujeres y diecisiete hombres.
jer María; Hernando de Torres, hijo Los judeoconversos constituían la mento específico es el amor y el
de Francisco de Salamanca; Isabel mayor parte de los procesados con perdón; mientras que, por otra, se
Ramírez, mujer de Juan de Soria, un total de veintiuno, mientras que adopta una postura de absoluta in-
boticario; Inés de Torres, mujer de los moriscos sólo llegaban a siete. transigencia para aquellos que no
Antonio Ruiz, calcetero; Beatriz No consta la profesión de catorce comparten la misma manera de
Pérez, mujer de Alonso Berrio, es- condenados y, de los catorce res- pensar. Indudablemente, la Inqui-
peciero; Inés, mujer de Pedro Ji- tantes, cinco pertenecían a las cla- sición tuvo lugar en un momento
ménez, ropero; Francisca, cristia- ses medias, siete a las modestas y histórico determinado, cuando el
na nueva, judía, esclava que fue dos eran esclavos. ideal de las clases responsables
de Lope Delgado. del país era mantener una socie-
dad cerrada a toda costa, sin el
Otro segundo grupo de reconcilia- más mínimo resquicio por donde
dos estaba integrado por moriscos, pudieran penetrar otras formas de
cuyos nombres son: García de Me- AUTO DE FE DE 1552 dar sentido a la vida.
billári, vecino de Torrox; Diego Fer-
nández, vecino de Algarrobo; Se- Como en otras ocasiones, los in- En este auto salieron diez procesa-
bastián Alcocer, vecino de Churria- quisidores mandaron al Consejo dos malagueños. Uno de ellos,
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Juan de Cabra, el viejo, que por AUTO DE FE DE 1593
ser ya difunto iba representado en
efigie y, como era norma en estos Tuvo lugar el 27 de mayo y fue
casos, sus huesos fueron arroja- uno de los celebrados con mayor
dos a las llamas. Los reconciliados pompa, publicándose veinte días
fueron seis: Juan Muñoz, cristiano antes "con mucha solemnidad de
viejo; Francisco Palma, platero, trompetas y atabales y chirimías".
confeso; Juan de Ibáñez, corredor Con la finalidad de dar más realce
de lonja, hijo de "cristiano de ju- al acto, se levantó un cadalso muy
dío"; Alonso Berrio, especiero, con- alto y, por encima de éste, se co-
locaron tres gradas de madera
feso; Beatriz Alonso, confesa, mu-
"para las órdenes y otros seglares
jer de Gonzalo Beato, sillero; Isa- amigos de los oficiales"; así mis-
bel Fernández, confesa, mujer de mo, se construyó un andamio des-
Juan de Cabra, el viejo. Hubo tres tinado a los familiares de la Inqui-
penitenciados moriscos por sus sición y otras personalidades, des-
prácticas musulmanas, todos ellos de donde se podía contemplar con
vecinos de Parauta, cuyos nom- toda comodidad el desfile de peni-
bres eran Fernando Aluxarri, Ber- tentes. En un tablado especial se
nardina Calucar y Lorenzo Zan- colocaron dos púlpitos, para que
besa (16). los secretarios del Santo Oficio le-
yeran las sentencias desde ellos.
El encuadramiento social de los Noventa y siete procesados fueron
cuatro que únicamente se tienen protagonistas del auto, casi todos
noticias es: tres representantes de ellos acusados de judaizar: "son
las clases medias y uno de las todas personas dichas en este me-
morial judíos, descendientes de ju-
modestas.
díos, de padres y agüelos quema-
dos y penitenciados, y declarados
por tales por el Santo Oficio, ansí
por el de Granada, como de Tole-
AUTO DE FE DE 1567 do y otras partes" (22).
tes por pronunciar palabras inju-
En este acto punitivo, celebrado Seis víctimas, todas ellas mujeres,
riosas contra la cruz (18).
el 2 de febrero, comparecieron no- sufrieron la muerte por las llamas,
venta y seis procesados, ochenta y En el apartado de reconciliados de las cuales dos eran vecinas de
tres de los cuales eran moriscos. hallamos a Juan de Cózar, vecino Granada. El relato de los inquisi-
El tribunal atravesaba años difíci- de Vélez-Málaga; los esclavos ma- dores granadinos dirigido a la Su-
les el encarecimiento de la vida lagueños Juan y Martín de Torres, prema no menciona la naturaleza
que acarreó la revolución de los condenados a cien azotes y des- de las restantes ajusticiadas, como
precios, de ello se quejan amarga- tierro perpetuo de la costa por in- ocurre con gran parte de los pro-
mente los inquisidores granadinos: tentar pasarse a Berbería; Elvira cesados de este auto, de los que
Zaguaca, mujer de Diego Zagua- se desconocen los datos persona-
"En esta cibdad se va encares- que, vecina de Frigiliana; Francis- les. La mayoría pertenecían al sexo
ciendo el precio de todas las co- ca, mujer de Alonso Lopo, vecina femenino y estaban emparentadas
sas, y lo que una vez se sube ja- de Benahabiz, e Isabel, mujer de con portugueses.
más baxa". Pero lo que más en- Juan Dalid, condenadas ambas por
sombrecía el panorama era la ten- haber intentado también pasarse a Entre los malagueños podemos in-
sa situación de los moriscos, ame- Berbería; los vecinos de Benaha- cluir también a dos franceses afin-
nazadora de un pronto estallido biz, Beatriz Pahpina y Juan Papin; cados en Ronda y Gaucín, que su-
bélico, como iba a ocurrir al año Leonor Haquena, mujer de Diego frieron el rigor inquisitorial, uno
Abduzahin y Marta Haquena, veci- "porque renegó de Dios y sus san-
siguiente. Las costas se encontra-
nos de Torrox, salieron al auto de tos", el otro por decir que carecía
ban indefensas y muchos cristia- fe, como todos los reconciliados, de malicia el "pedir el cuerpo a
nos eran raptados en las frecuen- con sambenito y vela (19). una mujer y hacer con ella el pe-
tes incursiones berberiscas, mien-
cado de la carne". Ambos salieron
tras en el interior, bandas armadas Se exhibieron las efigies de los di- al desfile procesional con vela y
de monfíes asolaban pueblos y ca- funtos Beatriz Hernández, morisca, soga, y el renegado con mordaza
minos, sembrando el terror y la mujer que fue de Gaspar Macaca, para evitar que profiriese insultos
muerte. Desde Granada, se piden vecina de Torrox; Alonso Lopo, durante la ceremonia (23).
remedios a estos males para que Juan Lopo y Juan el Dalid, todos
"podamos hacer lo que debemos moriscos y vecinos de Benahabitz, Juan Sánchez, vecino de Málaga,
en el oficio, sin arriscar las vidas cuyos huesos fueron arrojados al fue procesado por mantener la opi-
de los oficiales que enviamos por fuego (20). nión de que era más perfecto el
el reino" (17). estado de casado que el de reli-
De los cuatro condenados a las lla- gioso, siendo castigado a llevar
Entre los penitenciados se encuen- mas, uno era malagueño, Alonso una vela en el auto, a 40 ducados
tran: Jerónimo Correa, vecino de Quilate, morisco, vecino de Torrox, de multa y destierro. A García Sán-
Antequera, por bigamo, que fue ajusticiado por hereje negativo, sa- chez Pinedo, pastor, vecino de Co-
condenado a cinco años de gale- liendo al auto con el clásico sam- hín, se le inculpó de bigamia, y por
ras; Luis Mosquil, morisco, vecino benito, pintado con dibujos alusi- ello "fue traído a la vergüenza y
de Salares, castigado a cien azo- vos, y la coraza o capirote (21). seis años de galeras, y en cuanto
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AUTO DE FE DE 1654
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tipo de desviación religiosa, más
propia del centro de la península.
Recibió el peculiar castigo de los
alumbrados, doscientos azotes por
las calles públicas, además de la
condena de reclusión y destierro.
El otro procesamiento extraño fue
el del gitano Juan de Heredia, na-
tural de Baza y vecino de Málaga,
herrero, de veinticuatro años, acu-
sado de blasfemia y desterrado por
dos años. No era frecuente que
los gitanos compareciesen ante el
tribunal de la Inquisición, ya que
los consideraban como arreligio-
sos y, por tanto, fuera del campo
de acción del Santo Oficio.
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la entrega del reo a la justicia se-
glar para someterlo a la muerte NUMERO DE CONDENADOS Y CONDICIÓN SOCIAL
por fuego. Cuando se trataba de
difuntos eran exhibidas al público Clase social
las efigies de los condenados y se Años Total Varones Hembras
arrojaban a las llamas los restos Media Modesta Esclavos No consta
mortales. Los fugitivos, cuyos nom-
bres abundan en las listas inquisi- 1509-32 20 10 10 10 3 2 5
toriales, también figuraban repre-
1550 27 17 10 5 7 2 13
sentados en estatua. Los ajusticia-
dos malagueños alcanzaron un 5,7 1552 10 8 2 3 1 — 6
por ciento de los procesados,
1567 17 10 7 — — 2 15
mientras que se conoce el hecho
de dos fugitivos y de cinco difun- 1593 8 6 2 — — — 8
tos relajados. A los reconciliados 1664 13 9 3 — — — 13
se les confiscaba automáticamen-
te sus bienes, aparte de recibir 1678 26 16 10 8 5 1 12
otros castigos corporales. Como se
puede observar en el cuadro, fue Total . . . 121 76 44 26 16 7 72
la pena que más se impuso a los
malagueños, llegando a represen-
tar el 57 por ciento de las vícti-
mas. Los penitenciados eran con-
siderados como casos más leves,
recibiendo castigos que variaban
desde las puniciones espirituales
hasta el trabajo forzado de las ga-
leras (34). CLASES DE SENTENCIAS
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historia española, extendió su ju-
risdicción a todos los reinos penin-
sulares.
Málaga, aunque careció de tribu-
nal propio, pues dependió de Cór-
doba y, definitivamente, de Gra-
nada, sufrió los rigores inquisito-
riales, como el resto de las pro-
vincias españolas. Por haber esta-
do integrada en el antiguo reino
nazarí, gran parte de su población
era morisca y, por este motivo, so-
portó la represión del Santo Ofi-
cio, al endurecerse la política de
intransigencia contra las minorías
disidentes, ya en tiempos de Feli-
pe II. Su condición de ciudad por-
tuaria dio un cariz de mentalidad
abierta, a la vez que por su activi-
dad mercantil acogió a gentes de
otros países, especialmente portu-
gueses. Estas serán las causas por
las que proporcionará abundantes
dalidad vigente en la Edad Media, "clientes" a las cárceles inquisito-
CONCLUSIONES
autorizando la actividad del tribu- riales. Las clases medias y modes-
nal, cuyo principal objetivo consis- tas serán las que soporten el ma-
En la creación de la Inquisición
tió en reprimir cualquier brote he- yor peso de la severidad del tribu-
Española intervinieron d i v e r s o s
rético. Con el tiempo se extendió nal. En muchos casos se produjo
factores, entre los que destaca el
notablemente el campo de su ta- la confiscación de los bienes de
regalismo de la corona hispánica
rea de inspección policiaca a múl- los procesados por ser partidarios
que, apoyada en el nuevo concep-
tiples aspectos de la vida social. fervorosos del mahometismo y de
to de Estado centralizador rena-
Fue, pues, un tribunal eclesiástico, la religión judaica. Hubo, también,
centista, trató de imponer un mo-
constitutivamente, pero con una malagueños que pagaron con su
delo de sociedad cerrada a todo
organización y funciones paraes- vida en las llamas de la Inquisición
influjo que no fuera el de la ideo-
tatales. El Consejo de la Suprema por mantener sus propias creen-
logía teocrática oficial. La Iglesia
y General Inquisición es el primer cias.
aceptó la nueva fórmula inquisi-
torial, en contraposición a la mo- organismo que, a lo largo de la Joaquín GIL SANJUAN
N O T A S
(1) LEA, H. Ch. A History of (he Inquisition of Spain. Nueva York, 1906-1907, 4 vols.; KAMEN, H., La Inquisición española. Bar-
celona, 1972; GARCÍA CÁRCEL, R., Orígenes de la Inquisición española. El tribunal de Valencia (1479-1530). Madrid, 1976;
TESTAS, G. y J., La Inquisición. Barcelona, 1970. cfr. Novísima recopilación de las leyes de España, vol. 1 ,págs. 260-266. Los
oficiales del Santo Oficio, prácticamente, eran considerados como funcionarios públicos, teniendo que guardar luto con
motivo de las muertes de los reyes, cfr. Archivo Histórico Nacional (en lo sucesivo A.H.N.), sección Inquisición, legajo 2.602,
año 1558.
(2) KAMEN, H. Op. clt., págs. 213-218.
(3) Ibídem, pág. 187.
(4) Biblioteca Nacional (en lo sucesivo B.N.), manuscrito 718, fols. 272 y sigs.
(5) Ibídem, fols. 75-80.
(6) Ibídem.
(7) Las relaciones estudiadas se encuentran en el A.H.N., cinco de ellas, y dos en la B.N., como se detallará oportunamente.
(8) A.H.N., sec. Inquisición, leg. 2.602, carta de 25 de agosto 1558.
(9) Ibídem.
(10) DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B. Historia de los moriscos. Madrid, 1978, págs. 17-34.
(11) A.H.N., Inquisición, leg. 2.602, carta de 25 de agosto 1558. Cfr. CARO BAROJA, J., Los judíos en la España Moderna y Con-
temporánea. Madrid, 1978, vol. 1, págs. 359-379.
(12) A.H.N., Inquisición, leg. 2.602, carta de 9 de noviembre 1550.
(13) CARO BAROJA, J. Op. cit., vol. 1, pág. 355.
(14) A.H.N., Inquisición, leg. 2.602, relación de procesados en el auto de fe, 9 noviembre 1550.
(15) Ibídem, carta de 20 de septiembre 1552.
(16) Ibídem, relación de procesados en el auto de fe celebrado el 20 de septiembre 1552.
(17) A.H.N., Inquisición, leg. 4.760, carta de 2 de febrero 1567.
(18) Ibídem, relación de procesados en el auto de fe celebrado el 2 de febrero 1567.
(19) Ibídem. Sobre los moriscos de Granada cfr. GARCÍA-ARENAL, M. Los moriscos, págs. 29-31; DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y
VINCENT, B., Op. cit., págs. 18-33.
(20) A.H.N., Inquisición, leg. 4.760, relación de procesados en el auto de fe, 2 de septiembre 1567.
(21) ibídem. Los procesos inquisitoriales contra los moriscos granadinos han sido estudiados por GARRAD, K., La Inquisición y
los moriscos granadinos (1526-1580), en "Miscelánea de Estudios Árabes y Hebreos", IX, fascículo I, 1960, págs. 53-74.
(22) B.N., ms. 1.762, fols. 240 y sigs. El problema de los judaizantes en el siglo XVI ha sido tratado por CARO BAROJA, J.,
Op. cit., vol. 1, págs. 453-480.
(23) Ibídem.
(24) Ibídem.
(25) GARRAD, K. Op. cit, pág. 73, expone en un artículo los tantos por cientos de moriscos procesados por el Santo Oficio.
(26) GARCÍA CÁRCEL, R. Op. cit., pág. 209.
(27) B.N. ,ms. 1.762, fols. 240 y sigs.
(28) Ibídem, ms. 718, fols. 305. La edad no era obstáculo para los procesamientos inquisitoriales, en los cuales figuraban tanto
personas de edad provecta como adolescentes de doce y trece años.
(29) Ibídem.
Extracto de la Revista Jábega nº 24, año 1978. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
(30) KAMEN, H. Op. cit., págs. 231-245.
(31) B.N., ms. 718, fol. 377.
(32) A.H.N., Inquisición, ieg. 4.760. CARO BAROJA, J. Op. cit., vol. 1, págs. 481-506.
(33) El aspecto social de las victimas del Santo Oficio en Valencia puede verse en GARCÍA CÁRCEL, R. Op. cit., págs. 167-75.
(34) Sobre el número de condenados por la Inquisición, cfr. LEA, H. Ch., Op. cit., vol. 4, págs. 518 y sigs.
(35) Cfr. BENITEZ, R. Guerra y sociedad: Málaga y los niños moriscos cautivos (1569), en "Estudis", núm. 4, 1974, págs. 31-51;
del mismo autor, El diezmo morisco en el obispado de Málaga, en "Estudis", núm. 4, 1975, págs. 163-73.
Máximas condenas impuestas por la Inquisición de Granada. Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, legajo 4.760
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Extracto de la Revista Jábega nº 24, año 1978. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Firmas de los tres inquisidores granadinos en 1567. Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, legajo 4.760
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Extracto de la Revista Jábega nº 24, año 1978. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
Cuentas de la Inquisición de Granada en 1573. Archivo Histórico Nacional, sección Inquisición, legajo 4.760
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Extracto de la Revista Jábega nº 24, año 1978. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)